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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En este día extraordinario, vengo al mundo de una forma especial porque no solo celebramos una fecha especial, sino que su Madre Celeste llega en un momento culminante para la humanidad, momento en el cual todos Mis hijos deben reflexionar y percibir la realidad, más allá de lo que sucede; percibir la realidad interna, lo que las almas están viviendo y atravesando, lo que aún hay que aprender para poder crecer interiormente.
Mi Hijo Me envía, en este día que comienza, no solo para derramar las Gracias sobre el mundo, sino también para bendecir a todos los que lo necesitan. Por esa razón estoy aquí y, en el silencio de Mi Espíritu, llego a la Tierra para que, a través de Dios y de Su Presencia, el planeta sea iluminado.
Abro Mis brazos y extiendo Mis manos hacia ustedes como la Señora del Carmen.
Este es el día en el que su Madre Celeste intenta llevar a las almas a Dios, especialmente a Mis hijos que están perdidos y sufren.
En este tiempo, la situación muestra acontecimientos cada vez más inesperados, en los que la humanidad, día a día, tiene que aprender cómo superarse y cómo estar más cerca de Dios, para estar bajo Su Gracia y de Su Misericordia.
Hoy vengo, con este mensaje especial, para decirle a Mis hijos que estoy aquí, en los planos internos, unida en oración y en súplica por el mundo y la humanidad.
Pero aún es necesario hacer mucho más. Este es el tiempo en el que a través de la oración se realiza un gran trabajo interno, en el que las almas pueden recibir los impulsos de Luz que provienen de la Fuente. Estos impulsos los llevarán a tener más consciencia, discernimiento y, sobre todo, sabiduría para este ciclo final.
Hijos Míos, la cura de la humanidad está primero en el arrepentimiento y en la penitencia. Mientras eso no suceda, la humanidad seguirá sufriendo y no encontrará la salida que tanto busca en este momento. A través de la Luz de Mi Corazón, Yo intento abrirles los ojos para que, cada día más, ustedes puedan conocer la Verdad y seguirla.
Yo deseo, como la Señora del Carmen, que recuerden la importancia de llevar consigo el Santo Escapulario, porque en este momento definitivo de la humanidad, ese Instrumento de Dios, ese Objeto Sagrado que proviene de la Gracia Divina, los protegerá y los amparará más allá de todo lo que suceda. Porque son sus almas, hijos Míos, las que deben estar protegidas y resguardadas en el Corazón de Dios, para que así, en este ciclo, estén más cerca de Él, por intermedio de las Gracias que Yo les traigo al mundo.
Mientras estoy aquí con ustedes, contemplo a la humanidad y a todas sus necesidades, que son muchas.
Los invito, hijos Míos, a seguir reforzando su compromiso con la oración y la unión con Dios, porque así, entre el Cielo y la Tierra, se mantendrán los portales abiertos para que pueda descender la paz y la cura a la humanidad.
Sé que es un tiempo difícil para el mundo entero. Mientras la humanidad enfrenta la pandemia, el planeta enfrenta su sufrimiento interno, que la mayoría no conoce ni sabe.
Por esa razón, hijos Míos, en el último encuentro Conmigo, Yo les revelé el dolor del planeta, que es un dolor milenario que aún deberá ser reparado y reconstruido por las propias manos de Mis hijos en el mundo entero.
Deben dar respuesta y consentimiento a todo lo que Yo les dije la última vez. Así, el planeta, poco a poco, sentirá que la humanidad está queriendo redimirse y reconciliarse con la Creación.
Yo los invito a seguir adelante, a seguir preparándose en estos tiempos definitivos, en los que todo está en juego. Yo que soy su Madre y estoy en el Cielo, los quiero ver en el bien, en la fraternidad y en la paz, para que el mundo siga despertando, siga tomando consciencia de la necesidad del gran cambio que debe vivirse en este tiempo. Ese cambio los llevará a comprender, desde otra perspectiva, lo que verdaderamente sucede y no lo que es apariencia.
Deben colocar su consciencia muy cerca de Dios. Deben abrirse para recibir Sus Dones y Virtudes que, en Nombre de Mi Hijo, los llevarán a vivir los talentos. Así nacerán los Nuevos Cristos, aquellos que llevarán adelante el desarrollo del último tiempo del planeta y prepararán la llegada del Rey Universal.
Hijos Míos, sé que lo que vive cada uno de ustedes es algo definitivo y nuevo. Nunca se enfrentaron a este ciclo de purificación. Es la primera vez que lo cursan y que lo conocen, pero más allá de todo no pierdan su fe y esperanza.
Si su Madre, la Señora del Carmen, hoy está aquí, es por una razón mayor. Mi Hijo Me envía para estar entre ustedes y con ustedes en el tiempo que le resta a la Madre de Dios para acompañar a la humanidad.
Por eso, hay mucho por hacer aún, y este es el gran momento de aprender a servir por medio de la oración en los planos internos, para que todas las necesidades sean suplidas, para que los corazones sean aliviados, para que los que duermen puedan despertar.
En este día especial, bendigo a Mi hija Lucía de Jesús para que, en este último impulso de Amor que recibirá de San José, el próximo 19 de julio, no solo una tarea sea concluida, sino un ciclo sea cumplido con victoria y gratitud.
Desde el Cielo, San José los acompañará y los bendecirá, porque aún lo necesitan, como también lo necesitan sus hermanos.
Demos las gracias al Padre Celestial por haber permitido, durante estos últimos años, la llegada de los Sagrados Corazones al mundo, para que Mis hijos aprendieran a sostener la llama de la fe en el corazón.
Agradezco las oraciones de todos Mis hijos y la unión predilecta que cada uno tiene Conmigo, porque son ampliamente consideradas por Mí, ya que su Madre Celeste, a través de la unión de sus hijos, puede llevar adelante una tarea más profunda en la humanidad y el planeta.
Que la Luz del Espíritu Santo y toda Su Gracia los acompañe.
Hijos, aprovechen estos últimos momentos, son los más definitivos.
Alcen sus corazones y aspiraciones a los Cielos. Dios está pleno de Misericordia para la humanidad, solo que el hombre debe aprender a aceptarla.
Mi Voz hace eco en el corazón que se abre para escucharla, y es allí donde Yo puedo dejar Mi Paz y Mi Luz para el mundo.
La Señora del Carmen hoy bendice a todas las órdenes religiosas, sacerdotes, monjas y monjes para que tengan fuerza y valentía interior de seguir representado a Mi Hijo en el mundo, para que la vida de Mis consagrados sea un puente que pueda llevar las almas a Dios; así como Mi Corazón es un puente de Luz que lleva al mundo entero a Dios.
En gratitud y amor, Yo los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
Con Mi Estrella dorada y confederada de Luz, irradio para el mundo y para la humanidad toda la ayuda que necesitan y, en este momento, pido a los ángeles de la transmutación y de la cura que se hagan presentes para batallar contra todo lo que hace derrumbar la vida de la humanidad.
Con Mi Estrella confederada de Luz expulso todas las corrientes contrarias que se alimentan de la incertidumbre y del caos que se vive en este momento sobre la superficie de la Tierra.
Invoco y pido a los ángeles guerreros que disuelvan con sus espadas todos los lazos y las cadenas de oscuridad que llevan a muchas almas al infierno.
Imploro al Padre Eterno para que los ejércitos angélicos de adoración y de alabanza envíen la fuerza interior y divina a todos los Ángeles de la Guarda que batallan incansablemente para mantener la protección de sus encomendados.
Uno Mi Estrella confederada de Luz a los cuatro puntos cardinales de la Tierra, para que los ángeles del norte, del sur, del este y del oeste se presenten ante la Madre Celeste y liberen al planeta de las corrientes del mal que oprimen la vida de los que padecen y sufren la peste de este tiempo.
Con Mi Estrella confederada de Luz, atraigo el don de la Sabiduría de Dios hacia los mundos internos para que, en este momento, las almas vivan la obediencia y no se olviden de ella, porque la obediencia los mantendrá protegidos de sí mismos.
Sosteniendo el rosario entre Mis manos, les agradezco a todos los que responden a Mi llamado de orar el Santo Rosario, porque es Nuestra principal arma de defensa.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En tiempos de epidemias que reine la oración, para que la propia oración sea el escudo espiritual y material que los proteja junto a sus ángeles de la guarda.
Que, en este tiempo, sus corazones reconfirmen su compromiso con la oración, porque la humanidad y el planeta lo necesitan.
Para que esta epidemia sea disuelta de la consciencia del planeta es necesario, hijos Míos, que solos, en familia y en sus hogares se construyan altares de oración, a fin de que la situación actual vuelva a su normalidad.
Por eso, concéntrense y no se distraigan, vayan a la fuente correcta y les aseguro que comenzarán a conocer los poderes sublimes de la oración.
Refuercen el importante compromiso con el Santo Rosario y hagan del Rosario el arma de defensa contra toda oscuridad y tribulación, porque de esa forma sus familias también serán amparadas y no les faltará la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En esta noche, queridos hijos, he demorado en llegar aquí, a este sagrado lugar, por el motivo de que su Madre Celeste, a través de sus oraciones y canciones, ha ayudado a las almas del mundo entero que recientemente desencarnaron y partieron del plano físico hacia otras escuelas del Universo.
Esas almas estaban en sufrimiento por el motivo de que ellas no llevaban algo muy fundamental e importante para estos tiempos, que es el Escapulario de la Paz. Ese sagrado instrumento de Dios que una vez, en Aurora, Yo les revelé y les presenté para que todas las almas del mundo, todos los corazones posibles, pudieran llevar ese sagrado instrumento de Dios, que es para estos tiempos definitivos y difíciles, porque el Escapulario de la Paz no solo protege a las almas que parten del plano físico, sino también protege a las almas que aún están encarnadas, viviendo los aprendizajes de la Tierra, viviendo el fin de estos tiempos.
Es con esa misma Gracia y ese mismo Amor que Yo una vez les revelé en Aurora, en el sagrado naranjal de Casa Redención, que en este día, hijos Míos, les vuelvo a presentar el Sagrado Escapulario de la Paz para que sea valorado y reconocido por todos, como una fuente de salvación y un vehículo de protección incluso para el cuerpo físico.
Hoy les traigo entre Mis Manos este sagrado instrumento, este sagrado objeto de Dios, para que den a conocer al mundo la importancia de llevar este instrumento sobre sus cuerpos y sus almas, para que estén protegidos del caos, de la perdición, de la distracción o de cualquier enfermedad.
Por esa razón, hijos Míos, el Santo Escapulario ha sido presentado al mundo en otras apariciones y tiempos. Así como la Sagrada Medalla de la Paz ha impedido calamidades, ha detenido enfermedades, ha rescatado pueblos enteros de cualquier catástrofe, epidemia o destrucción, por el simple hecho, hijos Míos, de que todos Mis queridos hijos han colocado fe y devoción en las promesas de su Madre Celeste.
Este es el tiempo de tener en cuenta los objetos sagrados, por lo que ellos representan y el valor que ellos tienen. Por esa razón, hoy se los vuelvo a traer para que recuerden que estos sagrados instrumentos de Dios, como el Escapulario de la Paz y la Medalla de la Paz de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, son medios por los cuales ustedes estarán amparados por Mi Gracia maternal y suprema, a través de la autoridad que el Padre Celestial Me concedió desde el principio, desde el momento en que Mi Hijo estaba en la Cruz, y Él Me encomendó ser la Madre de la humanidad, ser la Madre de cada uno de ustedes.
Llevando en ustedes el Sagrado Escapulario podrán percibir, hijos Míos, las promesas que Yo he traído al mundo por medio de esos sagrados objetos y que aún están vigentes para toda la humanidad, para todos los pueblos, para todas las razas, en cualquier lugar del planeta, bajo cualquier situación y condición, porque el objeto sagrado, para sus cuerpos, mentes y corazones, es el camino para reforzar la fe del corazón y, sobre todo, la confianza en el Padre Supremo.
Por esa razón, Mi Maternal Corazón y Mi Divina Consciencia tienen una tarea especial a través de los objetos sagrados.
Este es el tiempo de volver a renovarlos y de volver a reconocerlos, con el poder de la Gracia que ellos recibieron para todas las almas necesitadas de salvación, de redención y de cura.
Como en los tiempos anteriores de la Tierra, como en los momentos culminantes de la humanidad, tan semejantes a este tiempo, la Madre de Dios, la Señora del Divino y Santo Escapulario, la Señora del Carmen, hoy se presenta al mundo para que Sus hijos recuerden estas Gracias que una vez fueron entregadas al mundo, para su liberación y salvación.
Cada objeto sagrado que es entregado al mundo son millones de Gracias, promesas, victorias y triunfos espirituales que las almas reciben al tomar contacto con ellos. Pero el objeto es un medio y un camino para encontrar la Fuente de la salvación, de la cura y de la liberación. La devoción de ustedes debe estar en la Fuente, en la Fuente de Dios, que es inmaterial y divina, la Fuente que concibió y concedió para el mundo todas las Gracias que los corazones necesitan para este momento final.
Así como la oración, en este momento, es preciosamente escuchada por el Padre de parte de todos los corazones de la Tierra, también, hijos Míos, los sagrados objetos traen para ustedes, internos y espirituales impulsos que necesitan en este momento para que sus consciencias estén dentro del discernimiento y de la sabiduría necesaria, para saber actuar con cautela, protección y seguridad, para que siempre puedan encontrar la verdad y no se confundan con las apariencias, con todo lo que informa el mundo.
Por medio de los objetos sagrados y en este día del Santo Escapulario, ustedes, hijos Míos, podrán elevar sus consciencias, podrán alcanzar otra dimensión y otra realidad, lejos del caos, de la adversidad y de toda confusión que, en este tiempo, es difundida en el mundo entero.
Cientos de ángeles, que hoy están Conmigo y también llevan el Escapulario de la Paz, esperan que más hijos Míos se coloquen el Santo Escapulario, el sagrado objeto de Dios, sobre sus cuerpos y almas, para que las Gracias inmateriales desciendan en este plano físico y traigan a los corazones toda la paz.
Mientras escuchan Mis Palabras, les pido que mediten, que reflexionen y que perciban el sentido oculto de todo lo que les digo, para que sus consciencias se puedan expandir y puedan tener la misma visión y el mismo discernimiento que, en este momento, les transmite su Madre Celeste.
También vengo en esta noche con un pedido: que todos Mis hijos den valor a los sagrados objetos que, hasta hoy, fueron entregados al mundo por medio de estas apariciones y de otras apariciones de su Madre Divina a través de los tiempos, porque así la humanidad recibirá la Gracia que necesita, recibirá la ayuda que necesita y será protegida por el Sagrado Manto de la Madre de Dios, en estos tiempos definitivos y difíciles.
Aún Mi Corazón Inmaculado está lleno de Gracias para el mundo, Gracias que quieren ser vertidas en los corazones que se abren para recibirlas. Pero deben aprender, hijos Míos, en estos tiempos, a realizar el ejercicio correcto para recibir esas Gracias que desbordan de Mi Corazón Maternal.
Sus peticiones deben estar bajo el bien común de la humanidad y de todos los que están perdidos, para que también se puedan salvar, para que también puedan despertar. Es momento, hijos Míos, de que sus peticiones y pedidos sean por el planeta, por la humanidad, por la evolución de esta raza, por el cumplimiento del Proyecto Humano de Dios para esta parte del Universo.
Así estarán más cerca de Mí, pidiendo Conmigo al Padre, que nuestras esencias sean una, así como nuestros corazones sean uno en la súplica y en la intención más pura del corazón, para que se cumpla la Divina Voluntad.
Con la llegada de Mi Hijo, durante la próxima Semana Santa, su Madre Celeste y el Castísimo Corazón de San José acompañarán esta próxima sagrada tarea, en la que todos son invitados a participar y acompañar de corazón y de verdad.
Con esto quiero decirles, hijos Míos, como consejo, que dediquen el espacio y el tiempo para esa tarea, y que inviten a sus familias y seres queridos, amigos y conocidos, que aún no han despertado al Llamado de Dios para que, por medio del encuentro de esta próxima Semana Santa, también reciban la Gracia y el despertar que necesitan, para que finalmente se posicionen como servidores del Plan y sus errores sean perdonados, sus pecados sean disueltos y las almas se reenciendan en el amor.
Agradezco, desde ahora, que tomen con seriedad este pedido, así como lo han hecho muchas veces.
Cuando estamos separados en este momento crucial de la humanidad, es que realmente comprobamos, hijos Míos, que bajo la omnipresencia de Dios y la omnipotencia de Dios estamos más unidos que cuando estamos juntos, por medio de estos encuentros.
Pero sigo rezando, con todo Mi Corazón, para que los encuentros y especialmente la situación planetaria se armonicen y se equilibren, y las almas, después de este retiro planetario, retomen con más fuerza y con más fe el cumplimiento con Dios, con Su Voluntad, recapacitando en sus vidas, reviendo sus compromisos y tomando consciencia de que llegó el tiempo del cambio de la consciencia, del gran cambio esperado.
La rectitud y la justicia, que en este momento pueda vivir la humanidad, evitará los grandes acontecimientos del Apocalipsis. Por eso, este momento tiene un sentido aún mayor y más profundo del que ustedes conocen.
Este es el momento de que, en la quietud, en la oración y en el ayuno, será posible rever cada una de sus vidas, cada uno de sus actos, para dar lugar a la Voluntad Divina.
Que así sea.
Con este mensaje y este llamado Me despido y les pido que, con el tiempo que ahora disponen, puedan rever este mensaje para que recuerden lo que les pedí al principio sobre los sagrados objetos de Dios, tan necesarios para las almas del mundo; Gracias, promesas y victorias que llegarán a las almas con la ayuda y la colaboración de los que puedan manifestar estos objetos sagrados, por un simple hecho y un simple propósito, por el triunfo de Mi Inmaculado Corazón.
Hoy, queridos hijos, los que Me están escuchando a través de este medio no pueden ver lo que estoy haciendo, pero sí pueden sentir lo que estoy diciendo. Es ahí en donde se encuentra la Verdad.
Quiero que, en este momento, mientras Me elevo al Cielo para esperar junto a Mis ángeles, para derramar las promesas y las Gracias a través del Santo Escapulario, Me vean espejada en sus almas con la imagen que cada uno pueda reconocer de la Santísima Madre de Dios. Así, entraremos en comunión espiritual, universal y esencial.
Por medio de la canción, que ahora Me ofrecerán, confirmen sus votos con el Padre Eterno y con Mi amado Hijo.
Escucharemos: “Mirarte a Ti”.
Les agradezco por responder al llamado, por los sagrados objetos de Dios y por la conscientización de sus vidas en este ciclo, para que toda la Cura y la Luz, la Misericordia y el Amor desciendan sobre el mundo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Rodeada por las Doce Estrellas de los Atributos de la Madre Universal, hoy hago descender todos los Principios Divinos sobre Mis hijos y, en consecuencia, en el planeta, para que, en este momento de purificación, las almas aprendan a estar en Dios y a buscarlo todo el tiempo.
Eso evitará que Mis hijos estén distraídos con las cosas del mundo, y permitirá que estén fortalecidos, enteros y disponibles para la oración que los impulsa a la transformación.
Mis Doce Estrellas doradas llegan al mundo para encender en las almas los Atributos de Dios y para que ellas recuerden en estos tiempos esos Atributos, los que las protegerán de todo lo que enfrentará el mundo.
En esos Atributos podrán tener las bases necesarias para afirmar su vida de consagración y su vida de servicio altruista por la humanidad.
De los Atributos de la Madre Universal vendrán los impulsos que necesitan para hacer de sus vidas el modelo espiritual que el Padre pensó para cada uno de ustedes.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hoy vengo a pedirles a todos los monasterios, casas religiosas, iglesias, santuarios y lugares de sagrado culto cristiano y ecuménico, que expongan el Santísimo Cuerpo de su Señor para que no solo sea contemplado por las almas adoradoras, sino para que, en los planos espirituales, el Santísimo Cuerpo de su Señor realice una tarea interna a fin de aliviar el actual proceso global y sanitario que vive toda la humanidad y para que, especialmente, las almas se unan a los divinos misterios guardados en la Sagrada Eucaristía y, así, las almas sean fortalecidas y protegidas por la poderosa inmunidad del Glorificado Cuerpo de Cristo, en donde ningún mal puede prevalecer ni reinar.
Por esa razón, llamo a todos los lugares religiosos para que diariamente y durante quince minutos, el Santísimo Cuerpo de su Señor sea expuesto como una medida y un ejercicio espiritual de protección y de cura para las almas, para que cualquier idea o pensamiento en contra del bienestar y de la sanidad de la humanidad sea desactivado.
Este pedido lo llevarán adelante hasta el día 15 de abril de 2020, y si fuera necesario más tiempo, Yo se los comunicaré.
Desde ahora, agradezco la respuesta de los que cumplirán con Mi Llamado.
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
La vida sacerdotal y los sacerdotes representan, en sí, ese único y seguro puente espiritual por donde las almas devotas pueden acceder a los Universos superiores de consciencia.
Por esa razón, el linaje sacerdotal es algo planetario y cósmico, porque proviene de tiempos muy antiguos, anteriores a la creación del planeta, en los que los primeros sacerdotes del espacio sideral eran los que colaboraban con el Padre Creador para que ciertas leyes y dones se hicieran presentes en los espacios latentes de la Vida Universal.
De esa forma, hijos Míos, pueden comprender que el sacerdocio no se remite a una persona. El alma del sacerdote es la que participa de los Misterios de Amor de Cristo cada vez que, con seriedad, ritmo, amor y responsabilidad, viste las sagradas túnicas sacerdotales para poder oficiar una ceremonia, que no es solo física ni tampoco es una rutina, es la oportunidad de traer el Cielo a la Tierra para que las almas encuentren el Amor ardiente de Dios.
Es por esa razón, que siempre se quiso derrotar, espiritual y físicamente, a la vida sacerdotal. Esa es la razón de los riesgos que la vida sacerdotal corre en estos tiempos actuales, llevando a los sacerdotes a la falta de contacto con el Universo Mayor.
Por ese motivo, orar por los sacerdotes permite crearles barreras espirituales de protección ante el asedio de estos tiempos. Pero todo esto, depende del mismo sacerdote que, a través de su alma entregada a Cristo, pueda o no cumplir su misión.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Compañeros:
Cuando las almas se colocan, con sinceridad, a orar por una situación difícil, el Universo siempre responderá y los ángeles, y todas las huestes, disolverán aquella interferencia invisible que se está alimentando de la indignación y de la furia de las consciencias.
Por eso, la oración grupal, independientemente de estar o no físicamente reunidos, promueve el movimiento operativo y angélico de ir en busca de aquellas causas que generan desarmonía y rebelión en las personas.
En este tiempo, esa oración operativa mantendrá los portales abiertos y los infiernos cerrados, para que las almas no se vean incitadas a llevar adelante acciones de las cuales después se arrepentirán el resto de sus vidas.
Aunque después de haber orado mucho tiempo, si aparentemente no sucede nada o todo sigue igual, no se alarmen ni tampoco se cuestionen, porque verán el poder y los frutos de la oración realizada y cuántas situaciones se verán beneficiadas por haber hecho la oración con el corazón.
Manténganse firmes en ese propósito, porque no solo estarán protegidos sino que también tendrán sabiduría para poder proceder.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Yo no solo soy tu Madre Celestial y la Madre de la Vida, soy la Luz que impulsa ardientemente la devoción de tu alma por nuestro querido y glorioso Creador.
Soy el bálsamo con aroma a rosas que limpia, purifica y santifica tu ser para que, en este tiempo, te animes a dar los pasos en confianza hacia el Creador.
Soy ese espejo que encarnó en la Tierra para entregar, a los hijos de Dios, la esencia del amor, de un amor que sea capaz de regenerar la vida interna y de borrar, para siempre, el sufrimiento y el dolor.
Soy esa flor, única e irrepetible. Soy esa eterna flor que se entrega en las manos de Sus hijos para que la puedan contemplar y amar, para que ese amor que aún no ha surgido desde adentro de cada hijo, pueda florecer y hacer milagros de amor en la vida de los que sufren y de los que no tienen nada.
Soy la Madre que los abriga en los inviernos fríos de la vida y que los protege en las noches de tempestad.
Los coloco a todos cerca de Mi pecho para que no solo estén en Mis brazos, sino para que sientan también el amor de Mi Corazón, de un Corazón que late por cada uno de ustedes.
Esa es la razón por la cual estoy aquí, por cada uno de Mis hijos perdidos y no perdidos, creyentes o ateos, conscientes o ignorantes. Estoy por cada uno, para poder llevarlo hacia Mi paz y para que en Mi paz, hijos Míos, aprendan a vivir en Dios, en Su Presencia y en Su Reino.
Soy esa Madre incondicional, esa Madre consoladora y aliviadora del sufrimiento humano y moral.
Vengan a Mí, hijos, porque en Mí encontrarán a Dios, y todas sus experiencias y pruebas se volverán pequeñas ante el Amor que proviene del Padre y que los hará libres.
Hijos, soy la Madre que comprende y que ora, incansablemente, por el mundo de hoy, por la humanidad que está enferma psíquica y espiritualmente. Por eso, vengo, porque una madre haría cualquier cosa por ustedes. Solo una madre es capaz de sentir y de comprender, hasta en lo más profundo, a cada uno de sus hijos.
Hoy, que las madres del mundo, madres terrenales y madres espirituales, se unan a Mí para clamar al Padre por la humanidad y por su gran indiferencia, para que el amor y la vida sean respetados, para que la solidaridad sea sembrada en el corazón humano y para que todo pueda ser reparado y curado en lo más íntimo de cada ser.
Que hoy las madres recen para que el espíritu de la sagrada maternidad no sea disuelto de las mujeres del mundo y para que ese primer contacto que la madre tiene con el recién nacido sea protegido y amparado por la Madre de Dios porque, a pesar de todo lo que hoy hace la humanidad, el Proyecto de Dios en la vida de la familia no se ha perdido, y para que las almas reencuentren el sentido de estar en unidad y en familia.
Recen Conmigo, recen madres del mundo y así Mi Inmaculado Corazón triunfará.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Amados hijos:
En los momentos de definición, Yo estoy con ustedes.
En los momentos de dolor, Yo estoy con ustedes.
En los momentos en los que se animan a dar pasos hacia Mi Hijo, Yo estoy con ustedes.
En los momentos en los que están confusos, Yo estoy con ustedes.
En los momentos de grandes decisiones, Yo estoy con ustedes.
En los momentos de grandes o pequeñas felicidades, Yo estoy con ustedes.
Yo estoy siempre con ustedes, hijos, a su lado, abrazando a sus almas, silenciosa, cerca, bien cerca, allí estoy.
Argentina de Mi Corazón,
Mi Corazón de Madre y Mi Consciencia Sideral se han colmado de júbilo al poder contemplar la confianza y el amor que le han entregado a Mi Hijo, el Redentor.
Ninguno de ustedes imagina lo que ha significado para el Padre Eterno la apertura que han tenido las consciencias de esta nación y cómo esa apertura podría revertir su destino para siempre.
En estos últimos días, en los que se han congregado aquí y en diferentes lugares de esta nación para orar y suplicar por la familia argentina, han abierto un camino directo al Corazón de Dios.
Mi Hijo les dijo en estos días que todos los argentinos tendrían la oportunidad espiritual de estar delante de Dios para expresar su sentir y su intención, para ser escuchados por el Creador y reconciliarse con ÉL.
Quiero que sepan que por la valentía y la humildad de los que se postraron de rodillas frente a Dios para suplicar por los valores fundamentales de la familia humana, el Padre Eterno derramará Su Misericordia y Su Gracia a través de Su Hijo, Cristo Jesús, y nuevas oportunidades de paz, de comprensión y de amor se establecerán en el núcleo de las consciencias de las familias de esta nación, Atributos que descenderán directamente desde el Corazón de Dios.
Hijos amados, defiendan con la oración la integridad de sus familias, en silencio y en paz; así podrán desactivar los planes de Mi adversario que pretende, a través del engaño y de la confusión de sentimientos e ideas, destruir en la consciencia de la humanidad ese espacio seguro, escuela del amor y del perdón, que representa la familia.
No levanten su voz y su indignación, solo oren en paz Conmigo y todo se disolverá en los planos espirituales, en donde el caos y el mal organizan sus planes siniestros en contra de la humanidad.
Oren Conmigo, aquí en Argentina y en todo el planeta, hoy, en este día y en todos los días que vendrán, por el amor, la protección, la paz y la comprensión en todas las familias de la humanidad.
Una vez a la semana los espero a todos en la Oración por la Paz en las Naciones para orar por las familias de todas las sociedades, de todos los pueblos, de todos los credos y de todas las religiones.
Juntos colocaremos a la familia universal en el Corazón de Dios, allí donde nadie la podrá destruir.
Hoy los bendigo, los colmo con Mi Amor y con Mi Paz.
¡Gracias Argentina por haber respondido al llamado de los Mensajeros Divinos!
Los amo,
Vuestra Madre María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad y Madre de la Humanidad
A los que despiertan
En el Universo existen tres manifestaciones de Dios, a través de Sus tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
El aspecto divino del Espíritu Santo es impulsado por la Fuente de la Sagrada Energía Femenina o Madre del Mundo.
Esa manifestación desconocida del Espíritu Santo es lo que está llevando adelante el plan del despertar de gran parte de la humanidad. Y ese despertar que es impulsado por el Universo no tiene religión, solo tiene esencia y su esencia es el Amor Universal, el Amor que mueve a todo el Universo y que lleva a las consciencias a vivir aprendizajes y experiencias.
La Fuente de la Sagrada Energía Femenina o Madre del Mundo es lo que dentro del ciclo del despertar está obrando espiritualmente en una parte importante de la humanidad, que es la juventud. Porque en la juventud, de este tiempo, está el potencial y el fuego interno para la realización y la concreción del Plan Divino en la Tierra.
Por esa razón, la Fuente de la Sagrada Energía Femenina está amparando al despertar de los más jóvenes, porque en ellos no predominan las resistencias y, si las hubiera, ellos no tendrían dificultad en transformarlas.
En la juventud de este tiempo deberá expresarse el Proyecto de la paz y de la consciencia. Un Proyecto que impulsa la manifestación de las bases de la paz en la superficie de la Tierra en tiempos de conflicto y el establecimiento de la consciencia a través del despertar a la vida del espíritu y a la conscientización, por el cuidado y el amor al planeta como a los Reinos de la Naturaleza.
Por eso, este es el ciclo en el que la juventud deberá ser reunida para que, entre los jóvenes, no solo compartan y vivan la cultura de la paz y de la fraternidad, sino que en los más jóvenes despierten los talentos internos que los harán partícipes de los acontecimientos del fin de los tiempos.
Y en algún plano de consciencia, en algún grado espiritual, cada joven tiene un compromiso con la Fuente de la Sagrada Energía Femenina y, al ser hijos y herederos de esa Fuente, contarán con el amparo y la fortaleza para llevar adelante la Voluntad de Dios.
Esa Fuente de la Sagrada Energía Femenina reúne a la consciencia de la juventud del planeta, y es esa consciencia de la juventud, la que en este tiempo crucial de la humanidad necesitará estar protegida, para que los jóvenes encuentren el sentido de la elevación de la consciencia a través del servicio humanitario, de la protección a los Reinos menores, de la unión espiritual con la Creación y de la expresión de la música, del arte y de la danza, como un mensaje de conscientización, de armonía y de paz para el mundo.
Hoy, el Festival de la Juventud por la Paz, en Salvador, es el preámbulo para que todos perciban que en el interior de cada joven existe la igualdad que se expresa en la unidad y en la fraternidad con el joven hermano.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La fe de Mis hijos se renueva cuando ellos, en sacrificio y bajo cualquier circunstancia, oran por amor, sabiendo de la necesidad espiritual de estos tiempos.
Por eso, queridos hijos, la oración siempre les renovará la fe y la confianza absoluta en el Padre Celestial.
La fe, que es renovada por la oración del corazón, crea un potente vórtice de luz que no solo protege físicamente a la consciencia orante, sino que todo aquello que la rodea es silenciosamente impregnado de Códigos de Luz que ayudan a las almas espiritualmente enfermas o que perdieron la confianza en Dios.
El poder de la oración, en este tiempo, obra milagros en el propio ser y lo coloca, una y otra vez, en el portal de la trascendencia y en el camino de la redención.
La oración propaga la paz y muchos más atributos, para que todo siga siendo transformado y renovado dentro de los seres, aun los que no oran tomarán consciencia, en algún momento, de la importancia de volverse hacia Dios.
¡Les agradezco por responder, en amor, a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Los tiempos que llegarán necesitan profundamente de la adhesión de todos para saber atravesar las etapas culminantes que colocarán a la humanidad en un nuevo camino.
Con todo esto, hijos Míos, necesito que ustedes puedan percibir la realidad de este ciclo que, lleno de desafíos y de pruebas, deberá ser colmado de la luz de sus oraciones para que en el mundo se establezca la paz.
Hijos Míos, este momento planetario necesitará cada vez más de consciencia, de rectitud y de oración para estar dentro de una protección espiritual necesaria para saber y aprender a discernir ante todos los acontecimientos que en poco tiempo se aproximarán.
Por esa razón, los Sagrados Corazones peregrinan por las diferentes naciones del mundo a fin de preparar y de alertar a todos los hijos del Padre Celestial, para retirar a las almas de la ilusión de estos tiempos, para despertar la consciencia y la fraternidad humana que contribuirá para que sientan la necesidad interior de ayudar y de cooperar con el semejante.
Queridos hijos, por ese motivo los Mensajeros Divinos también traen las gracias existentes en la Fuente Creadora de Dios para que las almas recuperen su filiación con el Padre Eterno y, sobre todo, recuerden su origen divino y espiritual, que está siendo ahogado por las influencias modernas de estos tiempos, por una distracción global.
Es así, queridos hijos, que Yo los llevo a Dios a través de Mi Corazón y los invito a reparar el Corazón del Divino Padre para que, así, Él les derrame Su Misericordia.
Hijos Míos, los llamo a tener más consciencia para que sepan tomar decisiones correctas y no precipitadas. Los llamo a encontrar la verdad a través de su amor y de su devoción a Dios y a todo Su Reino Celestial.
Yo los impulso al cambio.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Uno a todos los cristianos en un solo camino, el camino del amor, porque en el amor no existen diferencias, razones ni conceptos.
Es en el amor que se podrá reconstruir Mi Iglesia, extendida por toda la Tierra, porque en el amor se podrá liberar y perdonar, y todo comenzará de cero.
Por esa razón Mi Padre les concede la posibilidad de que se reúnan y se unan entre los seguidores de un mismo Cristo para fortalecer el amor que a cada uno lo trajo y lo aproximó a Mí.
Este es el tiempo de vivir en ese amor irrefutable, en un amor que es capaz de acoger y no de rechazar, en un amor que se dona por entero más allá de los resultados, en un amor que vive sin expectativas.
Yo uno a todos los cristianos por medio del mismo amor que Yo les entregué a Mis apóstoles, un amor capaz de trascender las fronteras de la consciencia, un amor que es capaz de compartirse para que muchos más conozcan la inmensidad de Mi Misericordia.
En el amor estarán libres de sí mismos, de las prisiones de la vida y protegidos de todo mal.
En Mi Amor Yo los trasformo y los reúno, una vez más, para que glorifiquen al Padre.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Me reflejo, ampliamente, por intermedio de los Sacramentos.
Los Sacramentos y sus formas son la prolongación de los Atributos y de las Gracias que provienen del Cielo.
Cuando el alma toma contacto con alguno de los Sagrados Sacramentos tiene la oportunidad de atravesar el misterio divino y de unirse, esencialmente, a la Verdad Suprema.
Los Sacramentos y sus formas son como puentes espirituales de luz que conducen el alma hacia la realización de su propósito y de su misión en la Tierra.
Los Sacramentos nos contactan con los diversos Designios de Dios y ellos proporcionan sabiduría, reverencia y devoción para quien los vive y los adopta como patrones de conducta interior.
En este sentido, los sacramentos están aún derramando bendiciones y gracias en las almas para que los seres humanos aprendan, a través de ellos, a vencer la dualidad interior, para que vivan su propósito individual y grupal y, principalmente, para que todos aprendan a compartir y a vivir el ecumenismo cristiano y la fraternidad humana.
Los Sacramentos son dádivas, pero también son medios para vivir la redención. Su práctica, en la vida diaria y el valor devocional y ardiente que le colocamos a cada uno de ellos, permitirá que el ser humano en este tiempo de caos planetario reciba la protección necesaria para transitar el fin de los tiempos.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Tu oración es escuchada en el Cielo y es valorada por el Señor.
Si la oración fuese realizada con sincero esfuerzo y dedicación, aun mayor será el resultado de la misma.
La oración es neutra, pacífica e inmutable. Ella se potencia a través del corazón que la pronuncia con fervor.
La oración es un amparo contra toda adversidad y contra todo peligro.
Por la oración las almas encuentran el camino de la Luz, y ella atrae del Universo todos los atributos de Dios.
Vivir en oración es como estar bajo la lluvia, porque la oración derrama muchas gracias y actúa como un bálsamo de perdón en los corazones que la adoptan como instrumento de elevación de la consciencia.
La oración es capaz tanto de detener un desastre de la naturaleza, como de reconstruir el campo espiritual de una situación o de un ser.
Si la oración fuese verdaderamente considerada, no permitiría la acción personalista de los gobiernos ni que las crisis se establezcan en las naciones.
Por la oración las almas encuentran un refugio especial en el Corazón de Dios, y en la oración la consciencia está protegida en estos tiempos críticos.
Aún los poderes de la oración no fueron descubiertos por la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Alabado sea Dios y que Él bendiga esta tierra.
Un ciclo se cierra hoy para comenzar uno nuevo.
Ese nuevo ciclo viene al encuentro de Mis hijos para que se puedan fortalecer, para que aprendan a profundizar en el Amor y en la vivencia de la Gracia Divina.
Este ciclo se cierra hoy Conmigo, y de Mi Corazón hacia el corazón de cada uno de Mis hijos.
Me alegra ver la respuesta de los orantes, la madurez de las consciencias, la responsabilidad de los creyentes; porque aunque no lo parezca, hijos Míos, el Plan de Dios se construye en la humanidad, aunque sea silenciosamente.
Hoy vengo como esa Rosa de Luz que debe abrirse en sus corazones, que debe estar en el centro de sus esencias para que, aún más, el Misterio de Dios pueda ser revelado al mundo y, sus criaturas de la Tierra, todos los seres humanos, tomen consciencia de la vida superior y espiritual, para que puedan vivir la Voluntad de Dios conforme como Él lo ha escrito.
Hoy, hijos Míos, vengo a contemplar las maravillas que Dios realiza en la vida de las personas, en el alma de cada creyente en Dios, en el espíritu de cada ser que es partícipe de la buena nueva para el fin de estos tiempos.
Hoy vengo a darle importancia a la fortaleza que han alcanzado sus vidas en el camino de la oración y de la transformación, de la dedicación al Plan Divino, de la entrega absoluta al llamado de Dios, que se presenta de tiempo en tiempo y de etapa en etapa.
Hoy es el tiempo de ver, con ojos de esperanza, los milagros de Dios en esta humanidad, a pesar de que el mundo se esté purificando y aún no encuentre la paz.
Pero, sí ustedes hijos Míos han vivido esa paz Conmigo, junto a Mi Hijo y a San José, en cada momento de oración, en cada momento de súplica, en donde sus almas se confirman en este compromiso celestial que vinieron a vivir a la Tierra.
Hoy, por ser un día especial para Mí y para ustedes, hijos Míos, las fuerzas retrógradas del planeta están quietas y un momento de paz se establece en la consciencia de la humanidad, la muerte inexplicable no es provocada, y las almas tienen la oportunidad de ver a Dios, porque siendo sumergidas en los planos internos, alcanzan la Misericordia de Dios y la Piedad Divina.
Este es el momento que tanto había esperado de realizar y poder ver con Mis ojos de gracia cumplirse la Voluntad de Dios en la Tierra, más allá de las imperfecciones, de las enfermedades o de las dudas.
El triunfo del Corazón de Dios siempre debe estar presente en sus vidas, fortaleciendo esa confianza y esa intimidad de poder estar con Dios en comunión con Su Vida inmaterial y con todo el Universo.
Es que hoy el Cielo toca a la Tierra, la Aurora renace y las estrellas caídas se elevan por el impulso de la Luz y de la Redención.
Y en este firmamento celestial que está abierto por encima de Mí, Dios puede testimoniar la respuesta del Amor de Sus hijos, el Amor que Sus criaturas tienen por aquello que es desconocido o inalcanzable.
Pero hoy, el misterio no guarda ningún secreto, las puertas de los Cielos están abiertas para que la Hermandad Celestial pueda trabajar en la humanidad y un profundo e interno equilibrio se establezca en todos los que dijeron "sí", por los que dijeron "no".
Hijos Míos, el Universo Espiritual se comunica con la Tierra y se entabla ese contacto interior entre sus almas y Dios, con sus atributos y principios que vienen a realizar en la Tierra la Voluntad Divina.
Muchas deudas impagables hoy son perdonadas por Mi Gracia.
Muchas curas inexplicables hoy son concedidas y verán a través de los tiempos la obra de la Gracia Divina que nace del Corazón de su Madre Celestial, por medio del impulso que les envía Dios a Sus criaturas.
Por eso, hijos Míos, nunca dejen de aspirar a poder alcanzar lo Alto y que las Esferas Celestiales vengan a su encuentro. Sus corazones ya están preparados para estar en comunión con el Universo Celestial.
Por eso, lo que hoy les entrego es algo muy inmaterial, uno de los mayores tesoros de Dios, proveniente de Su Fuente, entregado y donado por Su Corazón Eterno para una humanidad enferma y destruida, que se olvidó del Amor por no poder ver la Verdad.
Pero ustedes hijos Míos, que caminaron a Mi lado y seguirán caminando junto Conmigo por esta entrega de vida para hacer la Voluntad de Dios, para la realización de Su Plan, para la concreción de Su Gracia y de Su Misericordia en la Tierra, continúen con perseverancia y fe, porque es esto lo que establecerá la Paz dentro de ustedes y en el mundo.
En este nuevo ciclo que llega, junto a Nuestros Sagrados Corazones, desafíos grandes llamarán a las puertas de sus corazones, misiones importantes deberán cumplirse para este ciclo final, a fin de seguir generando el equilibrio en la humanidad y en este planeta tan herido y ultrajado.
Juntos construiremos las aspiraciones de Dios, siempre que sus respuestas sigan siendo incondicionales, verdaderas y simples ante el Corazón de la Jerarquía.
Mientras el Universo se detiene para escuchar Mi Palabra y contemplar Mi presencia en la Presencia del Dios vivo, Yo traigo para la Tierra una gran oportunidad.
Porque en este día especial he rogado a Dios, en unión a sus oraciones y corazones, poder seguir viniendo al mundo porque Mis hijos no pueden estar sin guía y sin instrucción, pero aspiro a que algún día la palabra de la Jerarquía sea valorada y sepan que cada una de nuestras palabras es una llave que abre una puerta para su liberación y redención, para la conducción de la vida de sus espíritus mediante el camino de la verdad y del bien.
Ahora llegó el momento de trabajar aún más con el planeta para que las puertas del mal sean cerradas y para que los corazones renazcan en la fe, sabiendo que no están solos, que no están abandonados, que Dios espera abrazar a cada uno de sus hijos para que sientan el calor de Su paternidad y de Su Amor eterno, inalterable e inextinguible.
Es este mismo Amor que Yo les ofrezco, hijos Míos, todos los días, por medio de Mi Rosa de la Paz; porque sé que sus corazones y sus vidas pueden transformarse en una bella flor, que esté ofrecida a Dios todo el tiempo.
Así brillará su esencia, así se realizará su propósito y cumplirán la misión que vinieron a realizar en la Tierra.
No estarán lejos de la Verdad, sino muy cerca de la Fuente de la Sabiduría, viviendo y siguiendo los principios que los Mensajeros Divinos les hemos entregado a través de los últimos tiempos.
Todos esos principios son una puerta para la cura de la humanidad, porque muchos milagros ya fueron concedidos al mundo. Ahora es tiempo de que Mis hijos conquisten por medio de su esfuerzo y oración esos milagros.
La puerta de la Gracia está abierta para que muchos más puedan sumergirse en su océano de Luz y de Gracia. Es solo hacer el esfuerzo correcto y simple.
Hoy recojo con Mis manos sus esencias, transformadas en rosas de luz, que serán presentadas ante el Padre Eterno, en este tiempo y en este ciclo, con la experiencia de amor y de perdón vivida por ustedes, para que esa experiencia de amor y de perdón se siga multiplicando y ampliando, a fin de que toda la Tierra sea bendecida por una Gracia extraordinaria.
Recibo de sus corazones sus súplicas e intenciones, acojo en Mi Corazón Materno cada una de sus almas. Y así como tuve a Mi Hijo en brazos, hoy los tengo a ustedes, para que sepan que están bajo Mi protección y amparo, en los brazos del Amor de Dios y de Su Gracia infinita.
Enciendan en su pecho la llama del Amor de Dios y que esta llama nunca se apague, que esta llama se encienda con su oración y servicio por los demás, por el triunfo de Mi Inmaculado Corazón.
Estaré con ustedes, hijos Míos, transmitiendo Mis instrucciones, a partir de ahora, todos los días domingo, hasta que cumpla con lo que Dios Me ha pedido realizar en este mundo.
Sigan siendo vigilantes en la oración y celadores de la Eucaristía para que los atributos de Dios se puedan establecer en la Tierra y las almas nunca, nunca más olviden que el Amor es invencible y siempre triunfará.
Y ahora quiero escuchar una canción, como si fuera una oración, que será ofrecida por cada uno de ustedes, en este momento importante de renovación junto a la Jerarquía.
La canción se llama Mirarte.
Y así, hijos Míos, Yo los bendigo y les derramo Mi Paz para que la paz esté en el mundo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Queridos hijos:
Hoy les dejo a las almas y al mundo entero las promesas de la Rosa de la Paz para quienes tengan consigo esa santa imagen.
Estas promesas servirán de auxilio y de amparo para los corazones que tengan fe y esperanza, como también serán un puente de salvación para aquellos que más necesiten de luz y de redención.
Les entrego las Doce Promesas de María, Rosa de la Paz, a fin de que ellas sean el medio por el cual la Divinidad pueda obrar e interceder por el mundo
Las Doce Promesas de María, Rosa de la Paz
1. Proteger las casas y las familias de cualquier atentado o guerra.
2. Despertar la solidaridad, la fraternidad mutua y el bien entre los pueblos.
3. Sembrar los valores de la fe y de la comunión con Cristo con base en los principios del Evangelio y la Palabra de la Jerarquía Espiritual.
4. Reunir a las almas para estar en oración y en unión con las naciones, los necesitados y todos los que padecen adversidades.
5. Unificar a los corazones con el principio de una hermandad elevada y de una paz sin fronteras.
6. Depositar en el seno de las familias los atributos del amor y de la paz con base en todo lo enseñado por Cristo.
7. Disipar cualquier tipo de peligro, tentación, opresión o castigo de la consciencia humana.
8. Aprender a convivir en armonía con la Naturaleza y motivar e impulsar el cuidado y la protección de los Reinos Menores.
9. Reflejar en la consciencia humana la Sabiduría y el Discernimiento de Dios para tomar decisiones correctas y no decisiones precipitadas ni impulsivas.
10. Solidarizarse con el pobre, el moribundo, el huérfano, el enfermo y todo ser en sufrimiento moral, psíquico o material, a fin de aliviarlo y de aproximarlo a la Misericordia de Dios.
11. Confirmar, dentro de sí, la victoria del Amor de Cristo y la expresión del Amor en sus diferentes fases de la vida a través del servicio, la familia, la oración, la cura y la Instrucción.
12. Asumir el compromiso y la misión que se vino a cumplir a la Tierra, fortaleciendo la fe en la Madre de Dios, como Guía y Abogada de todas las almas.
Yo los ayudaré a que estas promesas se cumplan en ustedes.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, María Rosa de la Paz
Sean celadores de la paz en el mundo y oren por los que proclaman la paz.
Oren por los que luchan por un planeta de fraternidad y de esperanza porque, sin saberlo, están abriendo el camino hacia una Nueva Vida y un Nuevo Tiempo.
Oren por los que sinceramente aman la vida, a los Reinos de la Naturaleza y a los seres humanos y que, día y noche, buscan la forma de expandir el respeto y el amor por el mundo.
Oren por los que no oran y silénciense por aquellos que no respetan al prójimo y que, con su verbo, crean desunión y desamor.
Ofrezcan una reparación espiritual por este mundo. Crean que, a través de sus oraciones, nuevas leyes serán atraídas desde el Universo para transformar la vida material que está en desajuste y en desequilibrio.
Oren por la protección de sus hermanos que, en todos los rincones del mundo, llevan adelante tareas planetarias con la fe de que el Amor se establecerá en la Tierra.
Confíen en que todo esfuerzo es válido y que hasta el más pequeño de ellos puede transformar el destino de esta humanidad y de este planeta.
Que sus oraciones sean cada vez más sinceras y abracen a este mundo.
Hijos, oren por la paz y sean la paz en este planeta.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Hoy vengo junto a Mi pequeño y amado Hijo, como la Señora de la Daga para poder cortar, a nivel espiritual, todo lo que causa el dolor y el sufrimiento en las almas que fielmente siguen a Cristo.
Hoy vengo como la Señora de la Daga para que Mis hijos encuentren el sendero del alivio y salgan del camino del sufrimiento.
Por eso, como la Señora de la Daga, Me presento para poder abrir los caminos de aquellos que los tienen cerrados, de los que están perturbados y perdidos por las fuerzas del caos.
Soy la Señora de la Daga y junto a Mi Hijo traemos la esencia de la Justicia de Dios, sin dejar de atender a los que más necesitan y precisan de la ayuda del Señor.
Hoy Me presento, junto a Mi Hijo, como la Señora de la Daga para dar testimonio a todos del poder de la divina protección, reflejado en la presencia de los ejércitos celestiales y de las huestes guerreras de San Miguel Arcángel.
Hoy llego como la Señora de la Daga y dejo para Mis hijos la emblemática confianza de Dios, aquella ciencia que siempre los protege y los ampara de cualquier peligro.
En Mi Daga de Luz está la redención del mal.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más