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Queridos hijos:
La paz comienza en la vida de sus corazones. Hoy los invito a propagar la paz sobre toda la vida en la Tierra irradiando esperanza y compasión a todos aquellos que la necesitan.
Queridos hijos, el mundo está en su punto de transición. Por eso, debemos orar con el fervor del corazón para que Dios Padre ilumine con Su Misericordia a todas las criaturas. Para revertir las acciones negativas del mundo, ustedes deben ser fuentes de amor en cada momento de la vida. Así serán instrumentos cristalinos, y Dios podrá servirse de ustedes para que se puedan cumplir los planes de Amor y de Redención. Serán un buen instrumento cuando busquen el vacío de todo. Así, la Fuente de la Misericordia derramará Gracias sobre todas las almas.
Queridos hijos, están siendo llamados para colaborar en la salvación de las almas y del mundo a través de la fuerza imperiosa de la oración y de la devoción. En esta última hora, todos los corazones podrán encenderse en Luz para que muchas almas reciban la Gracia de la Intercesión de Mi Inmaculado Corazón. Como Madre de las Gracias, quiero nuevamente ver nacer a las almas que han caído. Yo traigo para todos el don de la conversión de la vida para que ella se convierta en un Don de Dios.
Queridos hijos, aspiren a vivir cada nuevo día en Mi Corazón para que Mi Manto de la Paz pueda expandirse por todo el mundo. Como Mensajera de la Buena Nueva, Yo dejo hoy en cada uno de sus corazones la Gracia del Perdón. En el perdón se curan las heridas cuando el alma clama por la Luz Divina. Allí Yo estaré entre ustedes para irradiarles Mi Compasión.
Quien aún no ha perdonado, que lo haga, porque la Misericordia Divina estará dando este mérito infinito del Creador. Cuantos más sean perdonados, más se difundirán Mis Planes de Paz por el mundo. Vivan en el perdón.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
En la sintonía de la mañana, durante la oración del avemaría, la Madre Divina apareció para transmitir Su mensaje a las almas.
Ella se presentó como el Inmaculado Corazón, con una mirada cristalina, paciente y serena. Durante la aparición, que hoy duró más tiempo de lo habitual, nos mostró un rostro triste, bañado en lágrimas que le corrían por Su Faz.
En ese momento, abriendo Sus brazos nos dijo:
Queridos hijos:
Cuando un corazón duele es porque está lleno de tristeza, y la oración real permitirá aliviarlo. Hoy quiero, queridos hijos, que alivien Mi Inmaculado Corazón porque Él vive el sufrimiento del mundo y de todas las almas. El Señor de los Cielos los invita a participar de la hora de la reparación a través del sincero acto de la oración y del ayuno.
Queridos hijos, el mundo y la humanidad ya han pasado por muchas pruebas y hoy viven la prueba de la definición. Por eso, Mis pequeños, a través de la oración fervorosa y amorosa, muchas almas que están muy lejos de Dios podrán ser conducidas hasta cerca de Mi Inmaculado Corazón.
Queridos hijos, lleven en sus corazones la señal de Mi Presencia Maternal para que, como siervos de Dios, proclamen Mi Paz desde sus corazones. Este es Mi llamado para cada uno de ustedes; nada le faltará a quien está en Mí y será bendecido por la Luz de Mi Eterno Corazón.
Amadísimos hijos y pequeñas almas, los Cielos les envían una Gracia Especial en estos tiempos que es Mi Presencia Maternal entre sus pequeños corazones. Por eso Yo los llamo a la profunda oración por el mundo que arde en llamas al igual que muchas almas que se han perdido.
Mi voz les anuncia que ya es el momento de la conversión del corazón, la conversión de la vida, la conversión del pensamiento y la conversión de todas las almas. Yo Me anuncio a sus corazones para que reconozcan la Voluntad de Dios.
Mi Gracia Interior es el último camino que Mi Corazón está mostrando a las almas.
¡Paz! ¡Paz! ¡Paz para todos los seres humanos!
Que nadie pierda la Luz de su corazón. Si las almas desesperan, es porque aún no saben vivir en Dios. Es necesaria mucha oración para que todos Mis hijos vean el camino hacia el Reino de los Cielos.
Queridos hijos, hoy les dejo Mi Esperanza como Madre de todos en este mundo. Ustedes deben buscar la única revelación para sus vidas y también la única Gracia que los convertirá en este camino que cada alma ha elegido, y esa Gracia es la Paz.
Dios Padre los está llamando a la pronta renuncia de sí y al perdón entre los hombres; así todo podrá cambiar. Mi Inmaculado Corazón está abierto para cada uno de ustedes; vengan hacia Mí y clamen por Mi Corazón de Paz.
Aún en el desierto de la vida, todos deben estar en paz, en la paz del corazón.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Al final de la aparición, la Madre Divina se fue elevando hacia los Cielos y en un cierto punto, se detuvo y allí aparecieron Ángeles del Señor que llevaban en Sus manos unas pequeñas vasijas que parecían de bronce. Ellos las colocaron a los pies de Nuestra Señora para recoger las lágrimas que Ella derramaba sobre el mundo. Después de eso la Madre Divina continuó elevándose.
Queridos hijos:
En Su Gracia, el Señor los convoca para obrar por todos los hermanos en el mundo bajo el espíritu de la paz.
En estos tiempos en los que el mundo no descansa por sus sufrimientos, Yo los llamo a la perpetua oración por la paz en todos los corazones. Por este camino, ustedes podrán construir sólidas columnas de Mi Paz de modo que ellas irradien al mundo entero. Sepan, pequeños Míos, que el Señor aguarda la redención y la conversión del mundo; por eso, Yo vengo desde los Cielos hacia ustedes para enseñarles cómo perdonar y amar a pesar de las diferencias humanas entre los corazones.
Queridos hijos: la verdadera Paz es un estado de Gracia; la Paz es divina e inmaculada. Yo vengo al mundo a recordarles que la humanidad tiene una puerta por donde encontrar Mi Luz Maternal. Cada día que pasa, el mundo se apaga; por ello, Mis queridos hijos, el acto de la oración debe ser constante hasta el punto de sentirla como parte de cada una de sus células.
De esta forma, pequeños Míos, muchas Gracias podrán ser derramadas para abrir los corazones que aún permanecen cerrados. Ustedes, pequeños niños, solo recuerden y vivan cada momento de oración; así sus corazoncitos brillarán en medio de la noche que llegará a todos. Vean la Luz de Mi Inmaculado Corazón para que sus almas tengan fortaleza y sientan la Paz que desde los Cielos Yo les estoy irradiando mes a mes, aparición tras aparición.
Alegren sus corazones por el camino presente que están recorriendo. Será importante sembrar la unidad para que el estado de Mi Divina Paz sea un fuego ardiente en cada uno de ustedes.
Vivan en paz y sientan Mi Inmaculada Paz. Ámense los unos a los otros, como lo ha dicho Mi Hijo; es hora de vivir estos misterios.
Gracias por responder a Mi llamado.
Los contempla con el Corazón,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Un misterio divino para cada uno de sus corazones es la oración del corazón. Ella los llevará hacia la Presencia de Dios siempre y cuando ustedes lo necesiten, porque la oración los conducirá hasta los pies del Creador.
Pequeños hijos, hoy los llevo a todos hacia los pies del Divino Padre; por eso, los invito a que sus corazones se conviertan en una plegaria viva, y que cada una de sus almas se exprese como una hermosa flor para el Creador. Así, queridos hijos, conocerán qué fácil es vivir en la paz del corazón y en la paz que les donará la verdadera oración.
Queridos hijos, busquen en Mi Inmaculado Corazón la unión perfecta de sus vidas con Dios. Yo, como la Madre Divina, Madre predilecta para cada uno de ustedes, los llevaré hacia el tiempo venidero de la reconciliación. Para perdonar, queridos hijos, deberán abrirse a amar lo que nunca han amado. Buscando la presencia del Amor Divino de Cristo sabrán dónde verdaderamente iniciar el camino de la conversión de sus corazones.
Cuando Mi voz pronuncia tantas veces: “corazón, corazón, corazón”, es porque estamos, Mis pequeños, en el tiempo del llamado a la conversión de todos los corazones del mundo. Y ustedes son partícipes Conmigo para poder ayudarme en la transformación total de muchas vidas necesitadas de Dios.
Por eso, pequeños Míos, Yo vengo hacia ustedes llamándolos uno a uno para que Dios Padre misericordioso pueda reinar en sus vidas y, así, ustedes puedan conocer la emanación infinita de Su Amor.
En el nombre de Dios Todopoderoso, Yo los estoy invitando a restaurar sus vidas no solo a través de la oración, sino también a través de la confianza plena y absoluta de cada uno de sus corazones en Dios. Él quiere volver a darles Su Paz, la Paz Eterna. Para eso, queridos hijos, Mi Inmaculado Corazón está llegando a cada una de sus vidas.
Prosigamos firmemente por este camino de oración y de paz que juntos estamos construyendo a través de la donación del corazón.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Paz para la Tierra, Amor para los que despiertan, Luz infinita para los que caminan hacia Mí.
Queridos hijos:
Hoy les dejo a cada uno de sus corazones el signo de Mi Paz; esta señal la encontrarán en la oración diaria. Pequeños: otro signo para sus almas es la conversión. El Señor los invita a convertir el espíritu en un sagrado templo de perdón y restauración de la vida.
Queridos hijos, en la consagración de sus vidas mediante el Verbo Divino de la oración, hallarán el camino que los conducirá hasta las Puertas de la Paz, Puertas de Mi Reino.
Pequeños Míos, es hora de preparar sus consciencias para lo que pronto llegará desde los Cielos. Mi Inmaculado Corazón trae un prenuncio para todos los hijos que se unen a Dios. Por eso, pequeños niños, el mundo también deberá seguir convirtiéndose a través de las oraciones de todos los hijos del mundo. Si supieran cuán necesario para sus corazones es orar, estarían a cada momento impregnados por la Luz de Mi Corazón.
Quiero que reconozcan que estamos en el momento de irradiar paz a quienes la necesitan. Sus vidas deben convertirse en constantes instrumentos de Dios; así el Plan Divino del Padre fluirá según los designios sobre cada una de las almas. Este preciosísimo plan de amor aliviará la generación constante de faltas que muchas almas cometen delante del trono del Padre mientras viven en el mundo. Para eso, Mis queridos hijos, Yo los espero abiertamente para fundirnos en oración por todos estos hijos. Como humanidad, deberán aprender muchas lecciones de paz y de humildad.
En este camino de construcción del plan interior Me encontrarán. Solo basta que cada una de las almas se abra para Mi inmaculado llamado a la conversión.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Paz para las vidas.
Si en verdad sus corazones conocieran el poder de Mi Amor en las palabras, desde sus almas despertaría una reverencia eterna.
Hoy querido Mío, querida Mía, camina hacia el interior de Mi Inmaculado Corazón para que, encontrando refugio interior, tu corazón se llene de gozo y amor. Cuando dirijas tus pasos hacia Mí, recuerda despojar tus rostros, los que pudieron haberse grabado en los aprendizajes de la vida. Lávalos con el Manantial de la Fuente Divina para que tu alma y tu corazón renueven el sentimiento de Amor por Dios.
Coloca tus pequeñas manos dentro del manantial y siente el don de la renovación y del perdón de toda falta cometida. Frente al Manantial de Mi Inmaculado Corazón, el cual te llevará hasta los pies puros del Divino Padre, desprende de tu corazón el pasado para que avances hacia el Corazón del Señor.
En el camino que Dios creó para cada alma y para cada corazón, solo existe Misericordia. Cada paso en la vida es el cruce del peregrino hacia las Puertas del Cielo. Cada aprendizaje en la vida solo existe para reformar el corazón y para convertirlo en el olvido de sí. Una llama mayor llegará para el auxilio de cada peregrino; ella será el fuego ardiente de la oración, un ejercicio de religación entre el alma y Dios.
Pequeño Mío, pequeña Mía, une a diario las cuentas a través de la oración para que tu corazón pueda reconocer Mi Faz Inmaculada. Respira lentamente la brisa que Yo traigo desde los Cielos. Abre tus pequeños ojos para que ellos puedan presenciar la venida del Ave del Sol desde las alturas. Fortalécete en la humildad para poder llevar la paz a cada corazón hermano.
Pequeños Míos, Yo vengo desde los Cielos para anunciar Mi Buena Nueva: los corazones deberán despertar a la realidad celestial del Señor. Una nueva comunión con Mi Hijo resurgirá para volver a conducir a las almas hacia el Corazón Infinito del Redentor. Esta nueva alianza con el Salvador preparará la venida gloriosa de Mi venerable Hijo resucitado.
Por eso, Mis pequeños, cada corazón deberá estar abierto al llamado. La voz de Mi Corazón se está anunciando por última vez como ya se anunció en Fátima, Lourdes y en Medjugorje. Yo transformo corazones en templos eternos de oración y de Luz. Estoy abriendo el Manantial de las Gracias para auxiliar a todos Mis hijos que con amor Me llevan en sus corazones. La hora del retorno interno de Cristo está a la víspera de los que aún duermen distantes del rebaño del Señor.
Por eso, Mis pequeños, los corazones deben perdonar delante de Dios para que las ofensas sean purificadas y permeadas por la Divina Misericordia. Los ciclos en la humanidad están cambiando; por eso, el camino de la oración los conducirá. Yo los ayudaré.
Los acompaña desde el Inmaculado Corazón,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Hoy los invito a vivir en Mi Luz Eterna. Que Mi llamado resuene en lo profundo de sus pequeños corazones. Que la humanidad pueda renacer en las Manos de Dios para que sea perdonada y convertida a Mi Inmaculado Corazón.
Para eso, Mis pequeños, el Señor los quiere ver verdaderamente compenetrados con la oración esencial, una oración que transfigure sus consciencias y los convierta en dignos instrumentos de Dios.
Quiero pedirles, Mis pequeños, que hoy permanezcan delante de Mi Faz Misericordiosa y que dejen abiertos sus corazones para que Yo pueda entrar y para que en ellos haya vida. A todos los adoro profundamente, pero acuérdense, Mis queridos, de todos aquellos corazones que solo buscan la buena vida en la vida material.
Para disolver de los corazones estas grandes ilusiones que hacen decaer a la humanidad, Yo los llamo a profundizar en el sentido constructivo de una oración que pueda elevar a todos los corazones distantes de Dios. En esta misión, Mi Inmaculado Corazón los acompañará.
Acompaño a todos los corazones en esa meta interna de responder a Mi llamado.
Por la perseverancia y por la fe en Mi presencia en vuestras vidas, gracias por responder a Mi llamado.
Que los Cielos Divinos sean la nueva morada de los corazones puros.
Los adora perpetuamente,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Hoy buscad la Luz de Mis ojos misericordiosos para que Yo, como vuestra Madre de la Paz, pueda acompañar y guiar vuestros pasos hacia el Señor. Os dejo siete llaves para abrir la Puerta de los Cielos:
- Oración con amor
- Ayuno por la paz
- Comunión con Cristo
- Perdón del pasado
- Lectura del Evangelio
- Reconciliación con Dios
- Confianza en la Divina Voluntad.
Con estas siete llaves vosotros hallaréis el camino que os conducirá hacia la consagración de la vida.
Guardad vuestros corazones en Mi Corazón, en Mi Templo de la Paz. Obremos por la paz en el mundo.
Os adora,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más