Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando llegue el tiempo y la hora de que cargues tu cruz, hijo, tu corazón estará pronto. Y, en cada paso que des en el calvario de este tiempo, tu corazón estará pronto.  

Puedes no percibir, no sentir o no ver que en tu interior se gesta un nuevo ser, pero él está creciendo dentro de ti y, cuando pases por pruebas que te exijan un amor mayor, él emergerá y se expresará de las formas más desconocidas por tu consciencia. Por eso, no temas por lo que vendrá, solo vive cada día como el último, sin permitir que hayan pendencias en tu vida.

De lo que te arrepientes, pide perdón y aprende a perdonar. Aprende a liberarte de lo que guardas en tu corazón para que, cuando cada día te acuestes a dormir, tengas el corazón leve ante la posibilidad de que no te puedas despertar.

Pensar en la muerte no es negar la vida, sino vivir con plenitud y el corazón puro, no dejando para después lo que es primordial en tu evolución. Y, cada día, en cada paso, estarás siempre pronto para lo que el universo necesite de ti, sea el servicio, sea la entrega, sea un nuevo día o una nueva vida en la Eternidad.

Nada debes temer, solo confiar en que las Gracias en tu interior fueron depositadas por las Manos del Creador para ser fecundas en tu corazón; y en Su Tiempo, en el Tiempo de Dios, esas Gracias te mostrarán que todo tiene un propósito y que cada uno de tus esfuerzos y renuncias, sacrificios y entregas fueron como el agua pura, regando en tu corazón los dones divinos, que emergerán delante de ti cuando los necesites.

Vive en confianza y en entrega. Yo te acompañaré.

Tu  padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

¿Cómo mantener la paz y la calma en tiempos de caos?

No busques, hijo, sentimientos y sensaciones perfectas en tiempos de transición. Lo que debes buscar es estar en equilibrio interior, sustentado en tu fe y en la certeza de un nuevo tiempo, en la certeza de que cada prueba viene para purificar a los hombres según las Leyes de Dios. Y la única cosa necesaria para hacer es no perder de vista el Amor y el Plan Divino.

Que tus ojos estén fijos en el Propósito de tu Creador; que tu consciencia tenga siempre presente la Cruz del Señor, porque Él es tu modelo para transitar el calvario de estos tiempos.

La fortaleza de Cristo no estuvo en este mundo, sino solo en el Corazón de Dios. Mientras Su Mente, Su Corazón y Su Cuerpo humano padecían, sufrían e ingresaban en una tristeza y dolor profundos, Su Alma y Su Espíritu se mantenían en el Corazón de Dios, con los Ojos fijos en el Propósito del Creador, que era la renovación del amor y del perdón, y la institución de la Misericordia y de la redención a través de ese amor.

En estos tiempos de calvario, lo que verás a tu alrededor y dentro de ti muchas veces no te permitirá estar en paz y sentir la calma que antes sentías. Pero no te prendas a los sentimientos y sensaciones que puedes experimentar con tu cuerpo, mente y corazón. Fija tu consciencia, tu alma y tu espíritu en Dios para que, más allá de las circunstancias de la Tierra, tu alma esté por encima del caos, por encima del dolor, de las tristezas y de los desequilibrios.

No será algo fácil de alcanzar, pero para esto fuiste llamado, para esto sentiste tan cerca el Amor de Dios, en una unión perfecta con el Hijo, así como Él la vivió con el Padre.

Todo te fue dado para transponer obstáculos y estar en Dios. No busques, entonces, circunstancias perfectas en la Tierra. No busques paz en tus aspectos humanos, sino coloca tu alma y tu espíritu en la Paz, la Gracia y el Amor de Dios, y así Él triunfará en ti.

Tienes Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando sientas en tu camino el peso de los errores del pasado que, como un asedio, el  enemigo te entrega para detener tus pasos, solo pon tus ojos sobre la Cruz, sobre la Eucaristía, sobre el Corazón de Cristo y permanece allí. 

En la Cruz, hijo, tus pecados más profundos fueron perdonados. En la Cruz, tus mayores errores fueron justificados. 

En la Cruz no solo está la memoria del perdón, sino también el perdón vivo y eterno que se renueva, de tiempo en tiempo, cuando un corazón sincero es capaz de arrepentirse por los méritos de la Cruz de Cristo.

Sin embargo, en la Cruz no se encuentra solo el perdón de tus pecados, en la Cruz se encuentra también tu camino. En ella se escribe el manual para tus próximos pasos, para que no vuelvas a pecar, para que sepas por donde ir. 

En la Cruz, descubres el perdón de Dios, pero también la forma que tu Creador te concede de hacer fecundo ese perdón. A través de la entrega, de la humildad, del sacrificio y, por encima de todo, del amor sin condiciones es que imitas los pasos del Cristo del Calvario, es que bebes del Cáliz que Su Padre le ofreció para restituir la Alianza entre Dios y los hombres.

Es allí, hijos, a los pies de la Cruz, que tu camino comienza. Pero es cuando Tu Señor desciende de ella y asciende a los Cielos que tu eres llamado a multiplicar los dones de tu redención, dando testimonio del Amor que te curó y que está siendo derramado constantemente sobre el mundo, del Corazón de Cristo hacia todos los que saben buscar y encontrar los méritos de la Cruz.

Por eso, cuando el enemigo coloque delante de ti tus errores y pecados, que tus ojos se vuelvan hacia la Cruz, que tu corazón recuerde que ya fue perdonado y que ahora se trata de seguir los pasos de tu Señor, Cristo Jesús. 

Tienes Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma convertida y arrepentida de sus pecados más profundos le cuestionó al Señor, diciéndole: “Señor, aquí estoy, confiando en la grandeza de Tu Amor y descubriendo la Gracia de Tu Perdón. Dime, oh, Padre, ¿Cómo puedo ser perdonada y amada y, más que eso, cómo puedo sentir en mi corazón que fui tocada por Tu Perdón?”.

Y el Señor le respondió: “Amada eres, alma pequeña, desde la primera respiración de tu consciencia, desde que Mi Espíritu se posó sobre ti y te dio aliento y vida. Desde entonces, eres profundamente amada.

Eres perdonada cuando abrazas el perdón y comprendes que no Soy Yo quien te priva de él, sino que eres tú quien pasa ante él y no lo ve; eres tú que no le extiendes las manos por estar ocupada con la ignorancia y con el pecado.

Cuando despiertas y abres tus ojos hacia Mi Infinito Amor, puedes ser tocada por Mis Santas Manos. Mi Espíritu te eleva de vuelta a la pureza y a la paz, y es allí que puedes encontrar Mi Perdón y comprender que, en verdad, siempre estuve aquí.

Deja entonces, alma Mía, que tus angustias e incertidumbres den lugar a Mi Amor por ti, y ve que Mi Perdón está ante tus ojos, llamando a la puerta de tu corazón. Deja que él entre y transforme tu morada interior”.

Que este diálogo, hijos, les enseñe que mantenerse en el pecado o en la ignorancia, o ser abrazado por el Amor y el Perdón es solo una elección de cada ser. Son amados desde el principio, hijos esperados por su Creador. Basta ahora que abran los ojos y vean que delante de todos ustedes habita, con paciencia y esperanza, el Amor de Dios.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma que había cometido muchos errores se sentía impura e indigna ante Dios y, frente a todos los pecados vividos, le cuestionaba al Señor, diciéndole: “Señor, pequé una y muchas veces; caí y, en vez de levantarme, me sumergí más profundamente en los abismos de la vida. Hoy, estoy ante Ti, me llamaste a sentarme a la mesa de la redención. Dime, Señor, ¿es posible que un pecador, como yo, sea llamado por Ti? ¿Cómo podré dar los pasos que Tú necesitas? ¿Cómo curaré las infidelidades y los pecados más profundos de mi ser?”.

Y, con Ojos de Misericordia, el Señor le respondió también con una pregunta: “¿Qué hizo el leproso para ser curado por Mi Hijo, cuando lo vio aproximarse entre la multitud? ¿Qué hizo la mujer del flujo de sangre para liberarse del peso de sus impurezas cuando, en su desesperación, vio a Mi Hijo pasar? ¿Qué hizo Zaqueo para ser notado y, a pesar de todos sus errores, ser digno de una sola mirada del Hijo de Dios?

El leproso, alma pequeña, se expuso y se humilló delante de la multitud. Con su mal olor, con sus heridas, con su corazón quebrado y ya sin esperanzas, en un mundo en donde no había salvación para él, la única solución fue recurrir a Cristo, aun sucio, impuro, enfermo, rechazado.

La mujer del flujo de sangre también se arriesgó entre la multitud. Ella no quería ser humillada, pero sabía que la única forma de curarse era recurrir a Cristo. Esa vez, fue el propio Señor que hizo que ella fuera notada, no para humillarla, sino para darle a conocer al mundo que, para curarse y tornarse limpio, el pecador tendrá que exponer sus pecados y heridas ante Dios. Es por la puerta de la humildad que se llega a los Pies del Creador.

Zaqueo sabía de su mala conducta, sabía de sus pecados e imperfecciones; pero, dentro de su alma, hablaba más alto la necesidad de perdón. Por eso, se expuso y, delante de la multitud, se humilló, subió a un árbol en el que todos podían notar que, a pesar de todos sus errores, él estaba allí, enfrentando todos los juicios y críticas, simplemente por la necesidad de estar ante Cristo.

Y el Señor, cuando ve que los pecadores van más allá de sus pecados, Él también va más allá en Su Amor, en Su Misericordia y en Su Gracia. Por eso, alma pequeña, nada es imposible. Toda enfermedad tiene cura, todo pecado tiene perdón, pero para eso precisas dejar de lado tu orgullo y vanidad, y humillarte ante Dios. Sé transparente y sincera, muéstrale al Señor tus heridas y permite que, con una única mirada compasiva, Él te cure”.

Que este diálogo, hijos, los inspire a no tener miedo de estar expuestos, de ser humillados y, así, ser curados, perdonados y redimidos por Cristo.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma que aspiraba a profundizar su unión con Dios y a madurar esa unión a través de una entrega verdadera y de un contacto puro con el Corazón del Padre Celestial, le oraba, diciéndole: “Señor, mi vida y toda la vida Te pertenecen, mi corazón y cada corazón Te pertenecen y son partes vivas de Tu Corazón de Amor. Entonces, enséñame a sentirme, cada vez más, parte de Tu Ser, de Tu Espíritu, de Tu Fuente. Enséñame a vivir y a moverme siempre dentro de Ti, expresándote y siendo Tu instrumento en este mundo y más allá de él”.

Y, después de un instante de silencio, contemplando el interior de esa alma, el Señor le respondió: “Para expresarme más a Mí que a ti, debes primero, alma pequeña, hacer como te enseñó Mi Hijo: entrar a tu cuarto en silencio y orar en secreto a Mi Corazón, que te escucha en secreto. Es allí donde fortaleces tu unión Conmigo. Antes de demostrarla al mundo, antes de ser un instrumento Mío ante los ojos de los hombres, primero debes no solo construir, sino también consolidar y renovar, por los siglos que vendrán, esa unión con Mi Corazón.

Es en secreto que Yo te revelo lo que más quiero de ti. Es en secreto que te muestro Mi Reino en tu interior. Es en secreto que escucho tu confesión y perdono tus pecados, lavo tus pies, tu rostro y tus manos, y te hago nueva todos los días, para que siempre tengas una nueva oportunidad de intentar llegar más cerca de Mi Espíritu, de Mi Fuente.

Completa tu oración con el servicio silencioso y simple, esforzado y atento, pero siempre buscando la humildad. Al principio, alma amada de Mi Corazón, no busques ni siquiera dar el ejemplo, porque aquel que está buscando dar el ejemplo busca la atención de alguien que lo observe y que aprenda de él. Tú no quieras enseñar, sino solo vivir; no quieras mostrar, sino solo ser. Sabe que eres un aprendiz y que estás intentando cada día ser mejor, y si para Mi Gloria alguien te observa y aprende contigo, que tu corazón no cambie, sino que permanezca eterno aprendiz de Mi Espíritu, eterno servidor de Mi Plan, eterno buscador de Mi Presencia. Así, aprenderás en un contacto verdadero Conmigo, Yo estaré en ti y tú Me representarás, tal vez sin percibirlo siquiera”.

Que este diálogo, hijos, les enseñe a buscar a Dios, a profundizar en su contacto con Él y a ser Sus instrumentos en este mundo y mucho más allá de él.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma que creía en Dios, en Su Existencia Infinita, pero que no podía comprender los misterios de la oración, le cuestionó al Señor, diciéndole: “Señor, sé que existes y que eres el Dios de la vida y de la eternidad, pero sé que existen leyes que mueven esta vida y que existe el libre albedrío que nos da la libertad para que estemos en ella. Siendo así, Señor, no comprendo el misterio de la oración y no consigo creer que un Rosario o un simple diálogo Contigo transformen las leyes de la Tierra”.

Sintiendo el Señor la sinceridad de sus cuestionamientos, le respondió, diciéndole: “Alma pequeña, lo que ignoras en verdad no es el poder de la oración, es Mi Poder y Mi Amor por ti. Es la capacidad que tienes de unirte a Mí y la potestad que Yo te doy cuando oras en Mi Nombre, porque eres una hija querida y amada. Y como un hijo le pide a su padre y recibe de él lo que necesita, así Yo, que puedo todas las cosas, también les doy a Mis hijos aquello que necesitan.

Sin embargo, el misterio de la oración es aún más profundo, porque no espero que Me pidan solo aquello que necesitan para permanecer en el mundo como almas del mundo. Lo que Yo espero es que ustedes Me pidan aquello que hace de este mundo una parte de Mi Reino. Y, cuando se rinden ante Mí y abren sus corazones, Yo les concedo el perdón, les revelo el Amor oculto en sus esencias y les doy la potestad de transformar las leyes y la vida, como lo hacen los Ángeles y los Arcángeles al recrear Mi Creación.

No solo el misterio de la oración te es desconocido, alma pequeña, sino también el misterio de tu propia vida y el misterio de Mi Amor aún te son desconocidos. Por eso, aunque no comprendas, ora y rinde tus incomprensiones a Mis Pies, a los pies de Mi Altar, porque cuando Yo encuentre en ti un corazón abierto, no solo te haré comprender, sino saber y vivir todas esas cosas”.

Que, a través de este diálogo con Dios, hijos, sus almas sean inspiradas a orar y a clamar cada día más por la transformación del mundo.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo 

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Calma tu corazón y descansa en la unidad con Dios.

Descansar, hijo, en el sentido de no alimentar batallas con tu propia mente, que solo abren camino para las dudas y las debilidades, para los asedios y los desvíos.

Que tu corazón descanse en Dios, sabiendo que en este tiempo de caos, más que nunca, cada instante de tu vida es guiado y acompañado por el Creador.

Confía en Su Amor insondable y misericordioso.

Confía en Su Perdón y en Su Cura.

Cada día en el que la humanidad, como raza, ingresa en dimensiones y realidades de mayor caos, tu corazón debe estar más en Dios; tu confianza, tu fe, tu vida en Sus Manos; tu alma a Su servicio, y así no te perderás el camino, aun en la confusión del mundo.

Eres llamado a dejarte guiar, humildemente.

Eres llamado a obedecer por amor.

Eres llamado a servir con todas tus fuerzas y con todo tu corazón.

Eres llamado a curarte en cuerpo, alma y espíritu.

Eres llamado a soltar al viejo hombre e ingresar en la vida eterna.

Eres llamado a descansar en Cristo y ya no intentar controlar la vida y los acontecimientos, porque tu única certeza en este tiempo debe ser el Amor de Dios por ti.

Tienes Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando llega el segundo domingo después de la Pascua y las almas ya fueron lavadas por la Sangre derramada por Cristo en Su Pasión, ha llegado el momento de reconfirmar su compromiso con Él, de confesar delante de Su Corazón los pecados más ocultos, aquellos que avergüenzan a los seres y que, a veces, ni siquiera pueden pronunciarlos delante de Dios.

Es el momento de rendirse ante el Amor absoluto del Creador que, con Ojos de compasión, se vuelve hacia cada ser de esta Tierra y, con Piedad y Misericordia, los perdona por sus pecados más antiguos y desconocidos.

Es el momento de vivir bajo el espíritu de la humildad y de reconocer las propias imperfecciones y debilidades, las fragilidades e ignorancias que llevan a las almas a caer todos los días. 

Es el momento de mirar hacia la Cruz de Cristo y también mirar el Sepulcro vacío y saber que Aquel que fue alzado por los pecados humanos, por Su Amor y Perdón resucitó, demostrando a cada ser el camino hacia la vida eterna, hacia la trascendencia de toda condición humana, inclusive de la muerte que es aquella que lo separa del Tiempo de Dios.

La Fiesta de la Divina Misericordia es el momento en el que las almas se regocijan en Cristo. Ningún pecado fue mayor que el poder de Su Amor, y ni aun la autocondenación de las almas puede vencer a la Misericordia del Redentor cuando los corazones se rinden delante de la Cruz.

Hoy, hijos, es un día para recordar el absoluto e insondable Amor de Dios y de hacer esto también por los que no lo hacen, porque Aquel que murió en la Cruz y resucitó lo hizo por amor a todas las almas y por cada una de ellas.

Por esto, oren por los que están perdidos, oren por los que no miran a Cristo y son indiferentes delante de las Gracias y Misericordias del Redentor, porque así podrán interceder para que, al menos en el último instante de sus vidas o después de ellas, esas almas tengan una oportunidad de arrepentirse.

La Fiesta de la Divina Misericordia es el momento en el que las almas comprenden un don que Dios les dona gratuitamente a aquellos que solo se abren de corazón y se arrepienten. Sean humildes delante del Creador, resignados frente a Su Voluntad y dispuestos a ser amados con un Amor inmenso e insondable. Y, más allá de cualquier error, conocerán el poder de la Divina Misericordia.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando estábamos orando para recibir a San José, un poco antes de Su llegada, Él comenzó a mostrarnos lugares muy pobres del planeta y personas en situaciones muy precarias, de mucha pobreza, de mucho sufrimiento, de mucho dolor.

Cuando llegó hasta aquí, Él continuó mostrándonos esos espacios y, al mismo tiempo que estaba con nosotros en la sala de oración, Él estaba con cada una de esas personas que eran de todo tipo: mujeres, niños, hombres, ancianos. Él iba hablando con cada una de ellas, iba peregrinando por esos lugares. Ellas no lo veían, pero Él iba hablando internamente con ellas, y Él entregó este mensaje para aquellas almas que más sufren.

 

A las almas que sufren

Calma tu corazón, alma pequeña, en lo profundo del Corazón de Dios.

Busca en tu Salvador aliento y esperanza, Gracia y paz.

Calma tu corazón en la fortaleza que se forja en tus dolores más profundos. Encuentra alivio y paz en la Cruz de tu Señor. Que tu sufrimiento equilibre muchos males de este mundo.

Busca tu seguridad en el Corazón de Dios. Busca tu paz en Su Presencia.

Perdona las raíces más profundas de los males humanos, que generan el dolor y el desequilibrio en este mundo.

Haz de tu sufrimiento una bienaventuranza, porque estás aprendiendo a encontrar la recompensa verdadera en Dios y no en el mundo.

Siente que el Corazón del Señor se angustia con el tuyo, que no estás solo en tu dolor.

Que el Amor del Creador calme tu desesperación, tu tristeza y tu desesperanza. Sabe que tienes un lugar perfecto en el Corazón del Padre y que tu sufrimiento abre las puertas del Cielo para los que no merecerían entrar.

Ya llegará el tiempo en el que la paz reinará en el mundo y no habrá distancia o diferencia entre este mundo y el Corazón de Dios, Su Reino Celestial.

Mientras ese tiempo no llega, comprende que los dolores de la Tierra emergerán, haciendo que este mundo se estremezca, pero este es el prenuncio de una realidad superior que se aproxima a la Tierra.

Sé que tu dolor es profundo y tu sufrimiento verdadero, así como lo fue el sufrimiento y el padecimiento de tu Señor en la Cruz. Ofrece tu vida entera a Dios, abre tus brazos en la cruz que está sobre ti y permite que un amor nuevo surja de toda esa experiencia que vives hoy.

Perdona los desequilibrios, perdona a los que tienen todo y se pierden en su egoísmo, a los que no saben mirar hacia al prójimo y alimentan las raíces profundas de la indiferencia que penetran en la Tierra.

Que tu perdón sea la puerta hacia la Misericordia. Que tu vida sea fuente de amor, y así tu sufrimiento será convertido en Gracia que transformará a la Tierra.

Sé que Mis palabras parecen tan distantes de la realidad de tu corazón, pero escúchalas con amor, así como tu Señor escuchaba a Su Padre en cada nuevo paso del Calvario y, desde la primer Llaga hasta la Cruz, de Sus heridas brotó Amor.

Que de tus heridas internas y humanas broten la fe y el amor que renovará la Creación de Dios.

Tienes Mi bendición para esto.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Llegó el momento de preparar los corazones para la vivencia de una síntesis espiritual, interna y humana.

En este ciclo, muchos son los recuerdos inexplicables que emergerán de la consciencia, como forma de ser curados. 

Es el ciclo en el cual el amor ya comenzó a ganar espacio en el interior de los seres, y estos ya son capaces de estar delante de aquello que ha de ser curado y perdonado y escoger hacer esto a través del amor.

Es a través de esa cura interna que sus miedos son vencidos y ceden espacio al Amor de Dios en sus corazones; Amor que debe crecer y expandirse para, entonces, ser renovado y multiplicado.

Dejen entonces, hijos, que en este ciclo de revelaciones se realice una síntesis en su interior. Dejen lo que pasó y que forjó el crecimiento de sus consciencias, que no es como una piedra que cierra sus caminos, pero sí como una base que yergue sus espíritus, tomar el lugar correcto en sus corazones.

El último ciclo definitivo de la humanidad buscará en los seres humanos nada más que corazones permeados de un amor tan grande que no haya lugar para la oscuridad, miedo o dudas. 

Permitan que la síntesis se realice en su interior. Agradezcan por lo que pasó, déjense transformar por el presente, y que el futuro solo permanezca en la Mente Divina.

Que su tesoro espiritual sea el cumplimiento de la Voluntad de Dios. Y si no pueden encontrarla, sirvan, amen, cada día más, y descubrirán que es de forma simple como se construye el Plan de Dios.

Obedezcan y sabrán que sus espíritus se expresan cuando sus personalidades son moldeadas. No habrá mayor libertad interior que aquella conquistada a través de la obediencia, del servicio, de la humildad y del amor. 

Por eso, sean libres, para que este nuevo ciclo los encuentre prontos para ser moradas, no de sí mismos, sino de Dios.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN HOUSTON, TEXAS, ESTADOS UNIDOS, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Ora, hijo, por las almas más perdidas que, aun en la ilusión de sus cuerpos materiales, internamente reconocen la luz y buscan auxilio.

Ora por los que vinieron al mundo para vivir una oportunidad de perdón y de redención, y que, sin embargo, se confundieron con todos los estímulos del mundo y se perdieron.

Ora, porque las almas que hoy están confundidas ya no tendrán otras oportunidades de evolucionar y de crecer y retrocederán a los abismos del mundo y del propio interior, solo por escoger estar en la ilusión y en el engaño.

Ora para que el Corazón de Dios toque los corazones de Sus hijos, y sé tú una luz en el camino de los que están ciegos y no reconocen la senda por la cual deben caminar.

Que tu corazón esté siempre pleno de piedad y de compasión por los que están perdidos, porque este no solo es el tiempo final para el viejo hombre, esta es también la última oportunidad para muchas almas.

Colma tu corazón de Dios y siente con Su sentimiento y con Su Amor, piensa con Su Sabiduría y vive con Sus acciones, inspirado por Su Espíritu, para que seas instrumento para el encuentro de las almas consigo mismas, con su verdad interior y con Dios.

Tienes Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE LA CIUDAD DE TUSAYAN A PHOENIX, ARIZONA, ESTADOS UNIDOS, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

El inicio de un nuevo ciclo llegó para cada ser de esta Tierra y, sobre todo, hijos, de esta Obra de Amor que el Creador está construyendo con Sus propias Manos, desde el origen de sus vidas.

Este ciclo que se inicia estará permeado no solo por el despertar o por la purificación, sino también por la madurez y por el crecimiento interior de sus seres.

Llegó el momento de consolidar el vínculo de sus corazones con Dios y, después de todo lo que recibieron en nombre de la humanidad, dar un nuevo paso en la entrega de sus vidas, un nuevo paso en dirección al propio interior, un nuevo paso en dirección al Infinito que se guarda en el propio corazón.

Ha llegado el ciclo de conocer el Perdón de Dios, por Su Amor y Su infinita Gracia, para que, de esa forma, sean verdaderos puentes entre los corazones de los hombres y su Creador.

Este es el ciclo de comenzar a construir lo que los caracteriza como raza y como hijos de Dios, que es la unión profunda con Él a través del conocimiento, no solo de Sus misterios, sino, sobre todo, de Su Amor.

Para eso, deben buscarlo constantemente, sentirlo y dejar que Su Presencia, aunque silenciosa, les hable al corazón, y que sea con el silencio, con Su Gracia o con Su Paz.

Este es el ciclo de experimentar a Dios en su interior. Y, así, hijos, finalmente poder comenzar a unir las dimensiones y atraer un nuevo tiempo para este mundo.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE ZAGREB, CROACIA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

No hay sufrimiento que la oración constante no pueda reparar. No hay herida que la oración sincera no pueda curar. No hay corazón endurecido que la oración verdadera no pueda despertar. No hay espíritu distante de Dios que la oración hecha con el corazón no lo haga aproximarse, nuevamente, a su Padre Creador. 

Por eso, les repetimos que oren.

Para curar este mundo, oren.

Para restaurar la espiritualidad humana, oren.

Para reabrir las puertas que los unen a Dios, oren.

Para que reciban la Gracia del perdón y de la redención, oren.

Para rescatar el propósito de su existencia, oren.

Para rescatar el sentido de la vida sobre la Tierra, oren.

Para que sus almas, este planeta y todo el universo reencuentren la paz, oren, hijos, oren con el corazón.

Su Padre y Amigo, 

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE TRIESTE, ITALIA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cada nación de este planeta guarda, en sus registros espirituales, una parte de la historia del Cosmos que debe ser transformada. La Tierra, hijos, fue pensada y creada por Dios para ser el lugar en donde el amor triunfaría más allá de todos los errores, en donde el perdón abriría la puerta a la cura, en donde la Misericordia abriría la puerta a la redención de todas las almas.

Existe una realidad que precede a la vida en este mundo, una realidad que está escrita en las estrellas, pero que pocos supieron entrar en ella correctamente y aún ningún ser humano la comprende por completo. 

Cuando Dios manifestó el planeta, poco a poco, a lo largo de la evolución humana, fue dando oportunidades para que Sus diferentes hijos, almas que necesitaban de cura y de redención, vinieran a la Tierra para vivir un aprendizaje. En cada nación, el Creador colocó una parte de Sus hijos, cada uno de ellos trayendo consigo los registros ocultos de la historia del Universo para que, a través de la redención de las almas y de las naciones, la historia del Universo como consciencia, también pudiera ser curada.

Es así que cada pueblo por donde pasan guarda más que una cultura, una historia planetaria, una evolución humana. Guarda, hijos, en lo profundo de su consciencia, un registro universal que fue diseñando e influenciando en la expresión de esos pueblos y que necesita ser curado y redimido para que toda la Creación Divina sea redimida a través de la experiencia de la vida sobre la Tierra.

Les revelo esto para que comprendan que la vida guarda misterios amplios y aún desconocidos para los hombres, pero que llegó la hora de conocerlos para que, conscientemente, puedan cumplir con su parte en este tiempo.

Por eso, cuando oren por las naciones, oren también por todo aquello que espiritualmente ellas traen consigo para ser curado y redimido. Cuando acompañen, con el corazón, el peregrinar de los Mensajeros de Dios por este mundo sepan, hijos, que es mucho más que la historia de la Tierra lo que, poco a poco, va siendo curado. Es la historia del Universo y de la Creación Divina que va encontrando cura para retornar a Dios.

Su Padre y Amigo, 

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE LA COMUNA DE CASTEL VOLTURNO HACIA TRIESTE, ITALIA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Escucha Mis palabras, ¡oh Dios! Ruego por los seres de este mundo para que despierten a Tu Amor, para que encuentren Tu Paz.

Ruego para que los corazones indiferentes se abran a la verdad sobre sí mismos y tengan así la Gracia de buscar el camino del perdón y de la redención.

Ruego para que los que están despiertos, despierten aún más, para que cada día se aproximen más a la Voluntad Divina y al retorno hacia Origen celestial.

Ruego por los Reinos de la Naturaleza, para que sean aliviados de su dolor y para que encuentren la paz y el camino de su evolución, bajo el amor y la hermandad con los seres humanos.

Ruego por la consciencia de la Tierra, para que ya no sufra y encuentre la esperanza de estar en Dios, en Sus Leyes, bajo Su Voluntad, cumpliendo con Su Plan.

Ruego, ¡oh Padre!, por la vida que Tú creaste para que retorne a Tu Corazón.

Hoy miro hacia el mundo y solamente uno Mi Corazón al Tuyo, ¡oh Dios!, para crear así un camino de unión entre la consciencia de los hombres y Tu Sagrado e Infinito Corazón.

Escucha, ¡oh Dios!, esta súplica por la paz y concede la paz al mundo.

Que así sea.

San José Castísimo

MENSAJE DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA COMUNA DE CASTEL VOLTURNO, CAMPANIA, ITALIA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

El Misterio de la Divina Misericordia

La Misericordia es una Gracia aún desconocida por los hombres. La ciencia espiritual que la humanidad conoce aún no adentró en la comprensión plena de este misterio, porque intenta incluir a la Misericordia en su conocida teología y no la ve como algo que trasciende todo lo que es conocido por el hombre. 

En la Cruz, el Creador transformó todas las Leyes, y el Dios de la Justicia abrió un nuevo ciclo para toda la vida, un ciclo de piedad, de perdón y de redención, a pesar de la gravedad de los pecados de los hombres.

No hubo mayor pecado que aquel vivido por los que flagelaron y crucificaron al propio Dios. Pero aun así, hijos, cuando ellos fueron tocados por la Sangre misericordiosa de Cristo fueron perdonados, curados y redimidos por la potencia de Su Amor.

La Misericordia es un misterio que está unido al misterio de la creación humana. Es una Gracia que proviene del vínculo entre los hombres y Dios, su Creador. Fue a partir del momento en el que el Padre se tornó pleno en Sus criaturas, a través de Su hijo, y demostró a los seres la verdadera esencia de lo que es la humanidad, que la Misericordia pasó a fluir hacia el planeta y hacia toda la Creación. 

La Misericordia nace del Corazón de Dios como una nueva oportunidad para que los seres alcancen la Gracia del Amor. Pero, para llegar a los universos materiales de la manifestación de la vida, el vehículo de la Misericordia es la oración de los hombres y la puerta para la Misericordia es su corazón.

La esencia humana está íntimamente ligada a la existencia de la Misericordia Divina, hasta el punto de que su genética  puede guardar, físicamente, la potencia y la presencia de este Don que proviene de Dios, así como lo fue en la Sangre de Cristo.

El Redentor vivió en plenitud la Divina Misericordia para que todos los seres reconocieran su propio potencial y caminaran en dirección a él.

Les digo todas estas cosas para que comprendan la importancia de clamar, verdaderamente, por la Misericordia en este tiempo, no solo para este mundo, sino para toda la Creación.

Reconózcanse a sí mismos como potenciales portadores de esta Gracia que proviene del Padre y clamen para que ella descienda sobre el mundo y sobre toda la vida. Cuanto más clamen y oren, más se aproximarán a Dios y más despertarán en su interior lo que verdaderamente son.

Infinitos son los potenciales de los seres humanos, pero en este tiempo, hijos, solo la pureza del corazón y la oración sincera podrán despertarlos. Es sirviendo a este planeta, que podrán adentrar en los misterios sobre sí mismos y se aproximarán al Corazón de Dios.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA COMUNA DE CASTEL VOLTURNO, CAMPANIA, ITALIA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando las naciones sufren, esconden su sufrimiento en el caos, en las distracciones, en las modernidades y en los placeres que apartan a los sentimientos de dolor y de soledad que, espiritualmente, habitan en su consciencia.

Cuando una nación está vacía de Dios, a pesar de su aparente religiosidad, la oscuridad se oculta en las apariencias y domina a los corazones que viven de la mentira, del pecado y del engaño.

El Creador llega a este lugar, hijos, para conceder una oportunidad de Misericordia a las almas que se autocondenaron al sufrimiento eterno. Viene para liberar de la mentira a aquellos que creen que conocen a Dios y que, mientras tanto, viven engañándose a sí mismos y al prójimo, pero no al Creador de todas las cosas. 

Tan infinito es el Amor de su Padre Celestial que envía Su Luz a los abismos del planeta y, en donde parece que las tinieblas reinarán para siempre y someterán a las almas a sus ilusiones, allí llegan las Manos Divinas ofreciendo el perdón, la redención y la cura.

Aquellos que sepan abrazar el camino de la oración y reparar sus faltas y pecados, por medio del servicio y del despertar, generarán méritos para que muchos otros, que quedaron adormecidos en el último instante de sus vidas, reciban el perdón y la Misericordia.

Vinimos hasta aquí por una nación que se está muriendo espiritualmente por el peso de sus faltas, por el gran vacío de su espíritu. Tan grande es el abismo de sus pecados que su espíritu no consigue erguirse, por sí mismo, para clamar a Dios.

Por eso, hijos vengo a llamarlos para que oren, oren por este pueblo, por esta nación y por todos los seres que en ella necesitan de una Gracia Mayor para liberarse de las cadenas del pecado. Clamen por Misericordia y por perdón, clamen por redención.

Si algunos pocos fueran capaces de abrir su corazón a Dios, ya sería suficiente para que otros no se pierdan y para que esta nación no deje de existir y pueda recuperar su filiación con Dios.

Clamen y pidan al Padre para que envíe Su Espíritu y Su Luz al mundo. Así todo estará cumplido.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Dios siempre aceptará el grado de su entrega y todo cuanto le quieran ofrecer. 

Sus ofertas siempre serán preciosas para el Corazón del Creador. Pero, en estos tiempos, hijos, son llamados a dar todo de sí por amor, por amor a este planeta, por amor al Proyecto Divino y por amor a la evolución que, antes del principio de la Tierra, ya aguardaba que este proyecto, que sus almas están viviendo, se pudiera concretar y triunfar en el Cosmos.

Por eso, en esta hora, en la que los ciclos se aceleran y se aproxima la transición de los tiempos y la definición absoluta de los seres, que cada uno de ustedes sepa lo que ofertará al Creador, lo que ofertará al Universo, a la evolución, a la vida.

Hoy, hijos, ya no se trata de clamar por las propias miserias y de pedir por los propios pecados. Sus miserias serán curadas en el servicio y esa debe ser su oración por sí mismos. Y sus pecados serán redimidos cuando fueran capaces de olvidarse de ellos para clamar por este mundo.

Los abismos están repletos de almas que claman por paz y, en este día de Misericordia y de Gracia, sus oraciones son como un bálsamo que hace tanto tiempo ellas esperaban. Sus oraciones son como la brisa suave que ingresa en donde ya no había aire, no había respiro.

Sientan a las almas cuyo pecado es considerado eterno e imperdonable, sientan su dolor y desesperación. Hoy, hijos, ese dolor es aliviado y la desesperanza es transformada, porque la Misericordia cruza los espacios oscuros y concede una nueva oportunidad a los que se condenaron al castigo y a la oscuridad. 

Que su oración misericordiosa se extienda más allá de este día, porque muchas almas seguirán en los abismos, clamando. Todos los días deben ser, para ustedes, días en los que rueguen a Dios por los que más necesitan.

Que su prioridad en este tiempo sea el rescate y la salvación de las almas, porque ya llegará el tiempo en el que ya no podrán clamar más, porque ya todo estará definido.

Hoy los bendigo y les dejo Mi Gracia para que profundicen en la Divina Misericordia y que ella esté cada día más viva, en ustedes, no solo como una oración, sino como una forma de ser.

Sean misericordiosos, en este y en todos los tiempos.

Yo les agradezco.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Recoge tu corazón en la Presencia de tu Señor e ingresa en la memoria viva de Su Pasión, para que cada año puedas descubrir los misterios de Su Amor y aprender un poco más a amar.

Comienza a sentir con Él que la noche de Su entrega se aproxima. Siente cómo el amor y la compasión ya comenzaron a nacer en Su interior, porque Él sabía que Su hora se aproximaba. 

Siente Su Mirada sobre Sus compañeros, emanando compasión y Misericordia, comprendiéndolos y perdonándolos, aun antes de que ellos pecasen, abandonando al Señor en el camino del Calvario. 

Busca ese Amor superior para que comiences tú también a profundizar en el Calvario que vive la Tierra, en el cambio de los tiempos, en la purificación del planeta, en el despertar del Amor mayor. Y comienza desde ya a perdonar los pecados cometidos no solo por ti, sino sobre todo por el prójimo. Comienza desde ya a comprender la fragilidad humana y coloca tu corazón en la esencia misteriosa que los hace dignos hijos de Dios.

El camino del Calvario no comienza con la cruz sobre tu espalda, comienza en el desierto y es vivido y profundizado en los niveles espirituales, muchas veces antes de manifestarse. Por eso, hijo, desde ya abre tu corazón para el despertar del Amor, para la cruz de estos tiempos.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

Páginas

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

Contacto