MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Abraza la cruz que Dios te entrega, así como Su Hijo la abrazó en el camino del Calvario.

Recibe los flagelos de este tiempo y levántate, una y otra vez, en el espíritu de la fortaleza y de la humildad; ofreciendo cualquier sacrificio, pesar, adversidad o dificultad en las Manos de Dios y sigue adelante como una reparación para este mundo.

Vive con paz las humillaciones de este tiempo y recibe en tu rostro las espinas que te recuerdan siempre que el único reinado verdadero es aquel que proviene de Dios y que todas las coronas y honras de este mundo no son más que espinas que hieren, en los rostros de los hombres, su pureza y su verdadera faz.

Permite que el calvario de este tiempo te conduzca a un Amor desconocido, te conduzca a descubrir el verdadero sentido de la vida, así como Cristo descubrió el verdadero sentido del Amor al perdonar todo en la Cruz de Su tiempo.

Prepara tu corazón como Cristo lo preparó, con oraciones y silencio, en comunión con Su Padre.

Porque el calvario de este tiempo ya está delante de ti. Las pruebas que te llaman a la superación en el Amor ya comenzaron. Ahora, hijo, tu deberás mirar hacia el Cielo, hacia el Corazón de tu Padre y Señor para decirle: "Padre, mi corazón está pronto".

Tienes Mi bendición para eso.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mantén tu corazón en paz a través de la Fuente de la Divina Misericordia y tórnate un instrumento para que Dios pueda verter Sus Gracias sobre el mundo.

Contempla la gran necesidad del planeta, de las almas y de la Creación; y fortalece tu fe en la Divina Misericordia, en la certeza de que con ella los corazones encuentren la esperanza de poder recomenzar.

Que ningún pecado sea eterno delante de la Fuente de la Divina Misericordia. Que ninguna llaga permanezca abierta, más allá de aquella de la cual fluye la Gracia del perdón y de la redención para el mundo.

En este tiempo, Dios te entrega todo para que no solo vivas la redención, sino para que conduzcas a la humanidad por ese camino. Sé agradecido todos los días porque Él te colocó en el camino de la oración y de la elección del amor, y vive sin temor los aprendizajes que te conducen a eso.

Que cada experiencia vivida te fortalezca en este tiempo. Que cada instante te lleve a la vivencia del amor. 

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Ingresen en el tiempo del no tiempo, el llamado Tiempo Real, este que es la aproximación del Reino de Dios y de Su Eternidad.

Preparen sus corazones, orando como si fuera la última vez, sirviendo como si fuera la última vez, concediendo y pidiendo perdón como si fuera la última vez, viviendo la fraternidad y el amor como si fuera la última vez.

En el Tiempo de Dios, el presente es la única experiencia para ser vivida. En el presente se cura el pasado y se construye el futuro. Vivan dentro de este Tiempo, en el que ya no se espera otro momento para actuar mejor, orar mejor, servir mejor, vivir mejor.

Deben curar en la consciencia humana el vicio de perder los ciclos y de dejar para después las oportunidades que las coyunturas universales envían.

Ahora es el momento de hacer bien todas las cosas, con entereza de espíritu y de corazón, construyendo la nueva vida con actos presentes y aprendiendo a ingresar en el Tiempo Real, en la eternidad, a través de la vivencia del ahora.

Les digo esto porque este tiempo se aproxima y en él los ciclos y los impulsos pasarán rápidamente por sus vidas. Para recibirlos y vivirlos con plenitud, es necesario estar siempre viviendo con entereza de corazón y, para que comprendan de alguna forma, viviendo cada instante como si fuera el último.

Así, hijos, estarán despiertos para los ciclos que lleguen y para los impulsos que el Universo les envíe. De esa forma serán dignos de reconstruir la Tierra y de expresar una nueva vida en el Tiempo de Dios, el Tiempo Real.

Su Padre y Amigo, 

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

El amor al Plan de Dios es el arte de saber profundizar en la vida espiritual, para ir dejando de lado los planes humanos e ir comprendiendo y amando el Plan del Creador.

El amor al Plan de Dios camina junto con el amor al universo y a este planeta, con el amor a todas las criaturas, a toda la vida; porque cuando una consciencia despierta ese grado de amor por la vida, comienza a amar aquel Pensamiento perfecto que Dios tuvo para la evolución y el bien de todas Sus criaturas.

Después de amar a Dios, los seres comienzan a amar la vida y a todo lo que es parte de ese Dios único, presente en todas las cosas. 

Profundizando en la ciencia del espíritu, los seres descubren que hay un Pensamiento perfecto emanado de Dios al crear a Sus hijos, que es la guía para el retorno al Corazón del Padre. A través de ese Pensamiento, el Creador diseñó un Plan, un Plan de amor, de renovación, de Gracia, de perdón, un Plan de retorno a la Unidad con Él.

Comprendiendo eso, pueden conocer y comprender aún más el Amor de Dios que, sabiendo que estaba lanzando a Sus criaturas en la vastedad de la Creación, desde el principio, colocó a todas en Su Plan, y aquellas que lo sigan, no solo retornarán a Su Corazón, sino también traerán consigo la renovación del amor para aportarla a la Consciencia Divina.

Amar el Plan de Dios es amar la historia de la Creación, de la vida, es salir de la pequeñez humana, de los planes humanos y planetarios y abarcar con el corazón y la consciencia una realidad superior, que hasta hoy permanece en silencio, aguardando el despertar de los seres. 

Dejen que sus consciencias abandonen lo que es pequeño, lo que es mezquino, y abracen al Infinito, al Todo, al Amor Divino. Amen el Plan de Dios.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Dar a luz a un nuevo hombre es permitir que sus almas expresen lo que verdaderamente son, dejando que la semejanza con Dios emerja de su interior y se revele al mundo, pero, sobre todo, a ustedes mismos.

Dar a luz al nuevo hombre es amar más las cosas del Cielo que las cosas de la Tierra y saber que la vida en este mundo es un corte en el tiempo y en el espacio y que, para estar aquí, dejaron en lo oculto de sus espíritus una historia y una realidad que revela el verdadero motivo del caos en la Tierra, de la dualidad y, sobre todo, de la gran necesidad de amor. 

Contemplen esta vida como un momento de transición, como una escuela que los ayuda a dar un salto evolutivo, perdonando y curando errores desconocidos con la potencia del amor. 

El hombre nuevo nace para renovar la genética de toda la vida a partir de una nueva raza generada en el amor y que expresa ese amor hasta aun en su respiración. Con ella, tanto la vida en el cosmos como en la Tierra jamás será la misma. Todo se renovará. 

El hombre nuevo, dentro de ustedes, los invita a una batalla contra las tendencias retrógradas humanas, contra la condición de egoísmo y de desamor. Una batalla que es trabada en la consciencia, en la mente, en las emociones, en el corazón y hasta aun en sus células, para que ellas den espacio a un arquetipo nuevo de vida y comprendan que esta condición degenerada de la humanidad debe llegar a su fin. 

El hombre nuevo, en su interior, trae consigo un nuevo tiempo y un nuevo sentido de la vida. Abracen esta transformación, con gratitud y sin resistencia, y verán que donde reina el amor, reina la paz, y allí no hay miedo ni angustia. No importa lo que suceda en este mundo, su fortaleza estará sustentada en los Cielos.

Si quieren abrir espacio a este hombre nuevo, amen plenamente. Si no saben amar, sirvan y ayuden al prójimo, así despertarán al amor.

Y, por encima de todo, más allá de amar y servir, oren, porque este es el diálogo con Dios, y solo el Padre los mantiene firmes en este tiempo. 

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Que la Gracia de Dios descienda sobre todas las familias del mundo. Que los corazones aprendan a amarse, respetarse y servirse mutuamente, con el propósito de atraer hacia la Tierra la nueva vida. 

Que la Gracia de Dios disipe, de los corazones de los más jóvenes, la falta de respeto y el desamor por sus padres.

Que la Gracia de Dios disipe, del interior de los padres, el sentimiento de posesión y la incomprensión en relación con sus hijos. 

Que cada ser tenga el camino abierto para cumplir su misión espiritual, y que las deudas espirituales e internas no sean motivo de separaciones humanas, de incomprensiones o de incapacidad para perdonar. 

Que los miembros de una misma familia se levanten, unos a otros, para que, en este tiempo, estén prontos para lo que vendrá.

Oren, hijos, oren todos por la paz.

Las familias de hoy son la base de la nueva vida de mañana y, si quieren ver surgir en el horizonte del mundo el nuevo tiempo y la nueva humanidad, deberán orar para que se mantengan como principios sagrados para la vida, como bases para la Nueva Tierra. 

Oren, hijos, de corazón, para que un nuevo patrón de vida se instituya en la Tierra y el amor triunfe en los corazones de los hombres. 

Oren y no se olviden de orar. 

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Ora, porque mientras oras de corazón, en los Universos Celestiales las leyes se mueven, transforman y transmutan los acontecimientos que se precipitan sobre la Tierra.

Ora, porque mientras oras, ángeles y arcángeles recorren la Tierra en los mundos sutiles, disolviendo el mal que aprisiona a las almas y liberándolas de la condenación en la cual se colocaron por sus acciones y por su ignorancia.

Ora, porque mientras oras, los Espejos de Luz se encienden en el Cosmos como también en los océanos y en lo profundo de la Tierra, respondiendo a tus súplicas, respondiendo a la luz que se enciende en tu interior cuando eres sincero en tus oraciones.

Ora, porque mientras oras, en los mundos invisibles los bienaventurados y los seres de luz, que sirven a la Tierra, trabajan incansablemente con los méritos que se generan con tus oraciones y no pierden ni un solo instante de una oración sincera, para presentar a Dios los méritos que transforman la vida sobre la Tierra y le conceden a la humanidad una nueva oportunidad de vivir el Amor.

Ora, porque mientras oras, cosas grandiosas que tu ser desconoce suceden en el cielo como en la Tierra.

Tú, hijo, no conoces el potencial de tu corazón, pero Dios sí. Por eso, delante de todo lo que sucede en el mundo, tu Padre y Señor envía a Sus Mensajeros solo para decirte: ora, porque esa es tu parte en el fin de estos tiempos. Ora con fervor y con sinceridad. Ora abriendo las puertas del Cielo y clamando por paz, por perdón y por Misericordia. Ora por una nueva vida. Ora por la Nueva Humanidad. Ora por el retorno de Cristo, para que los corazones estén prontos para reencontrar al Señor, cara a cara.

Solo ora, hijo, y habla con Dios a través de tu corazón.

Tienes Mi bendición para eso.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA SAGRADA CASA DE MARÍA, MADRE PAULISTA, SAN PABLO, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

A Mis pequeños y grandes hijos de África

Calmen sus pequeños corazones en Mi paterno y manso Corazón, para que Yo les devuelva la paz y la esperanza y así no se dejen desanimar por los desafíos de estos tiempos.

Los caminos de Dios son desconocidos y las formas como Él conduce este, Su Plan, siempre fueron incomprensibles para la humanidad.

El Padre Creador honra y ama los corazones pacíficos que no temen entregar la propia vida para establecer la paz, que no temen ir al encuentro del caos para manifestar la Verdad que habita en su interior.

Cada alma en esta Tierra tiene un aprendizaje único para vivir y ese aprendizaje tiene un tiempo y un lugar para cumplirse.

En este día, un hijo de Dios cumplió su ciclo y se adentró en otras escuelas en las que continuará aprendiendo sobre el amor y la paz.

Coloquen sus corazones solo en el Amor con el cual Dios acoge a Sus hijos y tengan la certeza de que un tiempo de mayor paz llegará para aquellos que, en vida, aspiraban a cumplir la Voluntad de Dios más allá de sus dificultades, más allá de sus sufrimientos y del peso que cargaban en su corazón por una historia milenaria de angustia y de dolor.

Hoy Mi Corazón se expresa, porque todos los días veo el esfuerzo de Mis pequeños hijos de África, los que, a pesar de todo, aman y sirven a Dios. Los méritos de este servicio tocan los Cielos y abren las puertas para que un hijo de Dios llegue al Padre.

No se entristezcan ni teman, este es el tiempo de la purificación de la Tierra, así como del corazón humano, y muchas pruebas aún están por venir; pero, si se mantienen fortalecidos en el amor y permeados por su aspiración de paz, siempre tendrán, como hoy, las puertas abiertas al Cielo.

Le dedico este mensaje a las almas que se esfuerzan por trascender la condición humana y transformar la historia de este mundo con su persistencia. Y, aunque sé que muchos no Me comprenderán, hablo por una Voluntad Divina, porque el Señor quiso darles a conocer Su Amor por los niños y los jóvenes de África, por los servidores y adultos que lo buscan.

El Señor quiso pronunciarse en la Voz de su Siervo humilde, porque, como Padre del servicio y de la caridad, vengo a amparar a los que sirven en este mundo, aunque no lo sepan.

Ustedes, Mis pequeños hijos, le sirven al mundo con su oración, le sirven al mundo estableciendo la paz, le sirven al mundo siendo firmes en su propósito de curar el corazón humano a través de su propio corazón, le sirven al mundo con la alegría que aún nace de sus espíritus, a pesar de tanto dolor que ya experimentaron, le sirven al mundo porque su amor y su esperanza tocan diariamente el Corazón de Dios.

Sus oraciones son escuchadas y hoy, no solo una, sino muchas almas llegaron al Cielo por los méritos de aquellos que partieron intentando establecer la paz.

Calmen sus corazones en la Paz del Creador y no desistan de servir, no desistan de sonreír y de orar, no desistan de perdonar y de curar sus corazones, porque los Cielos se abren con su esfuerzo y las Bendiciones del Padre descienden sobre el África y sobre el mundo entero.

Así como Dios, Yo los amo y los bendigo para que encuentren la paz y la esperanza.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA SAGRADA CASA DE MARÍA, MADRE PAULISTA, SAN PABLO, BRASIL, A LA HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando Dios los envió al mundo, fue por amor, fue por un Propósito Divino de dar a Sus criaturas una oportunidad única de vivir el perdón, la reconciliación, la cura y, por encima de todo, el Amor Crístico.

Cuando Dios los envió al mundo, fue por amor, para que Sus criaturas más imperfectas tuvieran una oportunidad de demostrar a toda la Creación el divino milagro que el amor realiza en los seres cuando convierte sus errores más crueles y milenarios y transforma su esencia corrupta y distante de Dios en una esencia cristalina que expresa la unidad y la semejanza con el Padre.

Cuando Dios los envió al mundo, fue por amor, fue para que Sus hijos crecieran a través de la Gracia, de la Misericordia y de la plenitud de Su Corazón. Pero para eso, hijos, deberían elegir estar en el Amor de Dios y acoger los presentes espirituales que Él les entrega, comprendiendo que la vida es una dádiva única y que la Tierra es un lugar sagrado que, más allá de sus apariencias, guarda un tesoro celestial, que es la intención de Dios al crearla.

Cuando Dios los envió al mundo, fue por amor, fue para que, teniendo la mejor y más bella expresión de la vida a través de los Reinos de la Naturaleza, los seres pudieran encontrar dentro de sí mismos la belleza. Porque, con la misma intención con la cual Dios manifestó a la naturaleza, también manifestó a los hombres. Con la misma intención con la cual manifestó a las flores, Dios manifestó a las almas.

Les digo eso para que sepan que el Padre los envió al mundo por amor, y que por este propósito de amor deben estar en la Tierra.

Amen la intención de Dios, amen la vida y si no encuentran sentido para amarla, busquen la intención de Dios al crear la luz, busquen la intención de Dios al manifestar la Tierra, busquen el Propósito Divino al cual aferrarse de corazón para, entonces, comprender la verdadera esencia de la vida sobre la Tierra.

No dejen este mundo sin vivir el amor, y si sienten que no lo encuentran, dejen que Dios sí los encuentre. Bastará abrir el camino para que Él llegue a sus vidas. Pidan a Dios que se aproxime, clamen para que Él los transforme; no para que sean perfectos, sino para que amen o al menos se dejen amar por Su eterno Corazón, pues si tan solo se abren para recibir el Amor de Dios, ya será suficiente.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Ora por el Brasil, así como por toda América del Sur. Ora por el mundo entero. Ora por cada nación y ora con fervor por los países que fueron elegidos por Dios para ser la cuna de una Nueva Vida.

Ora en unidad con Dios y con tus hermanos, porque la semilla de la desunión fue colocada en el suelo del mundo y está siendo fertilizada por las acciones inconscientes de los hombres.

Ora, hijo, y siembra el amor en la humanidad. Pide y concédele el perdón a tus hermanos para arrancar de raíz ese mal que está intentando instalarse en el mundo. Busca la cura para las heridas del corazón humano y comienza por ti mismo, curando tu espíritu.

Ora, hijo, por las naciones, en unidad con todos los pueblos y culturas. Responde al llamado de tu Madre Divina para orar por la paz y reconoce que esta no es una necesidad tuya, sino una urgencia del planeta.

Fortalece todos los días la Oración por la Paz en las Naciones más allá de los obstáculos y de las tecnologías. Redime esos vehículos que para muchos son motivo de perdición y de engaño, y conviértelos en un Instrumento de Dios para unir a Sus hijos en una sola voz, en un solo clamor por la paz en este mundo.

Ve, hijo, como es necesario dar un paso en el amor, en la oración, en el perdón y en la reconciliación, porque las naciones agonizan y si no comienzas ahora a curar dentro de ti y a tu alrededor lo que necesita ser curado, nada podrá consolarte en el tiempo que llegará, en el que los hombres, privados por ellos mismos de la Misericordia de Dios, solo reciban Su Divina Justicia.

Por eso, ora y clama por la paz. Sé un puente hacia la Nueva Vida.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Del más profundo Amor del Corazón de Dios provienen los hombres. La humanidad es la revelación del Amor del Padre y, a lo largo de los siglos, Él se los recuerda, a través de las diferentes expresiones de Su Presencia.

Dios les recordó Su Amor a través de los patriarcas y de los profetas, mediante el Soplo de Su Espíritu, de Su Perdón y de Su Reconciliación con la consciencia humana, a través de Abraham y de Moisés.

Dios les recordó Su Amor a través de Buda, quien comprendió que la humanidad era la expresión del más profundo Amor del Padre y despertó en sí la compasión, como un símbolo, de la forma más elevada que podía alcanzar para imitar ese Amor en aquel tiempo.

Buda buscaba, en la verdadera expresión de la consciencia humana, el objeto del Amor de Dios; y buscando esta Verdad se encontró, no sólo a sí mismo, sino con la propia Consciencia Divina. Cuando conoció la verdad sobre sí, Buda encontró, dentro de sí mismo, a Dios.

La revelación máxima de Dios fue a través de Jesús, cuando el Padre no solo amó a la humanidad, sino que experimentó la humanidad y vivió la condición humana. Dios se manifestó en plenitud, despertando así la plenitud del hombre y revelando Su semejanza con él. Jesús es la manifestación de la semejanza entre Dios y los hombres. Él es la nueva y eterna Alianza, la Revelación del propio Dios.

La semejanza con Dios es el Amor revelado en Cristo. Cristo es la Alianza hecha Vida. Dios pleno, creando al Hombre pleno y, todo eso, solo es posible a través del Amor.

A partir de ese momento la revelación fue hecha, la Verdad fue develada y solo necesita que la consciencia humana la recuerde y la profundice.

Dios, entonces, le recordó Su Amor a Mahoma para que él le recordara ese Amor a los hombres que se perdían en su época. Y así, a lo largo de toda la evolución humana, el Padre viene recordándole Su Amor a Sus hijos.

Lo que llamamos revelaciones en estos tiempos es la profundización de la revelación primera de Dios en Jesús. Hijo, la verdad es única y hoy ella llega nuevamente a los hombres, porque ha llegado el momento de profundizar aún más, no sólo en su comprensión sobre ella, sino en la experiencia y en la vivencia de ella. Porque en estos tiempos el Padre aspira a retirar los velos de sus ojos y de sus corazones para que, conociéndose a sí mismos, ustedes reconozcan a Dios en su interior.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijo, siéntete amado por Dios, más allá de tus imperfecciones y miserias.

Siéntete amado por Dios, con la certeza de que tu Creador te conoce en profundidad y, así como eres, te ama incondicionalmente.

Siéntete amado por Dios, y no temas no corresponderle a lo que Él necesita de ti, porque si lo amas de verdad todo lo demás se cumplirá en ti, según la Voluntad Celestial, porque el amor al Padre te conducirá por este camino.

Siéntete amado por Dios, y deja que este amor penetre profundo en tu corazón, despertando en ti una respuesta de amor semejante al Amor de Aquel que te creó.

Siéntete amado por Dios, y acoge cada momento de tu vida como un símbolo de ese Amor, porque el Padre te da Gracias, pero también pruebas, para que crezcas en la fe y te confirmes día a día, en este, Su Plan.

Siéntete amado por Dios, y en este nuevo ciclo concibe un contacto más profundo con el Padre, conociendo Su Verdad, reconociendo Su Presencia.

Siéntete amado por Dios, y que este amor cure tus heridas, te libere del pasado, te prepare para el futuro y construya, en el eterno presente, una vida de entrega y de amor para con el prójimo y toda la Creación.

Siéntete amado por Dios, pues Él te acoge, te ampara y te perdona todos los días para que siempre tengas el camino abierto para recomenzar.

Siéntete amado por Dios, y comienza desde cero. Reescribe tu historia, ofrécele al Padre una hoja en blanco para que Él diseñe un triunfo celestial a través de ti.

Siéntete amado por Dios y siempre dile "sí".

Aquel que también te ama,

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijos:

Todo está cumplido cuando el corazón es humilde delante de Dios y del prójimo.

Todo está cumplido cuando la consciencia comprende la importancia de cada Reino de la Naturaleza y de cada esencia viva en la manifestación del Plan de Dios.

Todo está cumplido cuando la fe trasciende las apariencias. Todo está cumplido cuando el amor vence a la individualidad y al egoísmo, y los seres comprenden y viven el principio de la unidad.

Todo está cumplido cuando la mente se silencia y da espacio a la voz del corazón. Todo está cumplido cuando la ignorancia cede lugar a la verdad y las dudas son disipadas ante la expresión de la luz.

Todo está cumplido cuando la búsqueda de la felicidad da espacio al encuentro con la verdadera alegría de cumplir la Voluntad Divina.

Todo está cumplido cuando la materia se rinde y, entregando sus aparentes límites, descubre en sí misma al Infinito.

Todo está cumplido cuando la transformación alcanza a la consciencia, y el espíritu se encuentra preparado para recordar su origen.

Todo está cumplido cuando los seres aprenden a perdonar, y ese perdón abre las puertas a la redención planetaria.

Todo está cumplido cuando la paz triunfa en el interior de los seres, y los pacificadores la establecen en el suelo sagrado de la Tierra.

Todo está cumplido cuando la oración se torna el único idioma, la única forma de expresión del verbo humano, extirpando de su boca y de su consciencia toda crítica, todo juicio y toda separatividad.

Todo está cumplido cuando los hombres escuchan la Voz de Dios y responden a Su Llamado.

Todo está cumplido cuando los corazones se reconocen jardineros de la nueva vida en este mundo y preparan, con virtudes y Leyes divinas, el suelo fecundo de la Tierra.

Hijos, todo estará cumplido cuando lean Mis palabras y las vivan. Ustedes podrán, un día, mirarse a sí mismos y comprender que allí se encuentra el libro vivo que, a pedido de Dios, escribí en la consciencia humana.

Su padre y compañero,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Sumérgete en el océano de la Divina Misericordia para que, al orar, ese manantial que desciende al mundo pueda fluir a través de tu ser y transformar primero toda tu consciencia y, después, el mundo entero.

Sumérgete en consciencia en la existencia de la Divina Misericordia y reconoce que tú eres un milagro de ese Poder Divino; tu despertar es fruto de su acción.

Medita sobre lo que simboliza para ti y para toda la Creación esa Misericordia Sagrada vertida del Corazón de Cristo en la Cruz, emanada por el poder del perdón de Su Sacratísimo Corazón. Medita sobre esta fuente insondable que no da a los hombres lo que merecen; que actúa más allá de la Justicia y que trasciende esa Ley, que también proviene de Dios.

Medita sobre el Perdón de Cristo, que abrió la puerta a un manantial hasta entonces desconocido para el corazón humano. Fue perdonando cada una de Sus Llagas y todos los ultrajes cometidos contra Él que el Señor se elevó más allá de la Justicia Divina y entregó a los hombres Su Amor y Su Piedad, que juntos se convirtieron en la Sagrada y Divina Misericordia.

Tantos siglos pasaron y la humanidad aún ignora ese poderoso manantial; y los corazones no aprendieron aún a ser misericordiosos ni a pedir Misericordia.

Clama, hijo, por Misericordia para los ignorantes y pide la gracia de ser misericordioso como lo fue Aquel que, para ti, es el Camino, la Verdad y la Vida.

Deja que la Misericordia por la cual clamas te convierta en una imitación de Cristo y, así, haz que valga cada gota derramada de Su Sangre; haz que valga cada una de Sus Llagas, Su Cruz y el Amor que lo hizo resurgir después de la muerte.

Demuestra al Universo que el Plan del Creador se cumple en ti y, por los méritos alcanzados por Cristo en la Cruz, vive Su Divina Misericordia.

Aquel que te enseña a ser misericordioso y a clamar por Misericordia,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando Jesús estuvo en la Cruz y dijo: “Padre, ¿por qué Me abandonaste?”, fue Su humanidad la que pronunció esas palabras; fueron Sus Células, sustentadas hasta ese momento por el Poder Divino las que, en lo profundo, temían la hora de estar solas con su dolor y su padecimiento.

Después de esa pregunta de Su corazón humano, Jesús reconoció en todos los espacios de Su Consciencia, desde la materia hasta el espíritu, Su filiación y unidad con Dios. Comprendió, en Su íntimo, la esencia del amor y del proyecto humano y experimentó la plenitud de ser semejante al Padre.

El miedo de Sus Células se desvaneció por la potencia del amor y del perdón que emanaba de Él. Jesús comprendió la Voluntad de Su Padre y porqué Él lo abandonó en aquella hora, que parecía ser la más difícil, si siempre lo había acompañado. Descubrió que el Padre quería hacerlo sentir y vivir el amor que tenía en Su interior, que lo tornaba semejante a Dios y lo unía a Él; y que, en verdad, el Creador no lo había abandonado. Descubrió que el Padre estaba en Él, así como Él en el Padre, por medio del amor, del perdón y de la misericordia que, en aquel momento, eran vertidos sobre la Tierra.

La Virgen María y Juan comprendieron la Voluntad de Dios cuando vieron a Jesús en la Cruz pidiendo perdón por los que lo crucificaron y aprendieron con Cristo ese amor insondable que une la materia al espíritu, que diviniza al hombre.

Fue así como la Virgen María y Juan también vivieron esta profunda unión con Dios, por el simple hecho de observar a Cristo. Esa unión fue vivida más tarde por los apóstoles y discípulos de Jesús y de María, por medio de la Gracia del Espíritu Santo y, de esa forma, todos vencieron el miedo a la muerte y a la soledad; todos colmaron sus espíritus de la valentía que nacía de la certeza de que Dios estaba en ellos, porque eran parte viva de la Consciencia Divina.

Fue por esa certeza y por esa valentía que la Iglesia de Cristo se consolidó en la Tierra. Pero, a lo largo de los siglos, no todos los hombres comprendieron la Pasión de Jesús ni meditaron sobre Su ejemplo a punto de dejarse divinizar por Él; ni todos encontraron la certeza de la semejanza con Dios; ni todos buscaron la fortaleza en el Dios vivo presente en su interior.

Hijos, hoy el Creador les habla y los instruye por medio de Sus Mensajeros. El Señor Altísimo acompaña cada uno de sus pasos y renueva la historia, despertando Nuevos Cristos. Pero, así como Él “abandonó” a Jesús en la Cruz, también les llegará a cada uno de ustedes el momento de descubrir, en soledad, la unión con Dios. Y, por un instante, les podrá parecer injusto, doloroso o incomprensible que el Creador los abandone cuando mas necesitan de Él. Sin embargo, si vencieran el miedo humano y buscaran en el espíritu la unión con Dios, comprenderán que el Padre, al que siempre buscaban en las Alturas, está vivo dentro de cada ser, en su esencia, en su universo interior.

Cuando llegue la hora de la prueba de la humanidad, recuerden lo que les dije y no teman, pero, sí, amen y vivan el perdón, como Aquel que amó y perdonó antes que ustedes, dejándoles el ejemplo.

Su padre y amigo, el que prepara sus caminos para la divina unión,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Oración para pedir perdón a Dios


Señor, perdónanos, porque,
desde el momento en el que pisamos la Tierra,
somos ignorantes de nuestras acciones.

Señor, perdónanos, porque el tiempo pasó
y nuestros ojos permanecen cerrados,
como también nuestro corazón y nuestro pequeño espíritu.

Señor, perdónanos, porque nuestras manos
trabajan poco para Ti y mucho para nosotros mismos;
poco se extienden hacia el prójimo
y mucho permanecen cerradas.

Señor, perdónanos, porque vinimos a la Tierra
como espíritus en redención
y nada conocíamos del Amor, tampoco sabíamos
que aquí aprenderíamos a amar.

Señor, perdónanos, porque el mundo está agonizando
y aún no pudimos encontrarte
en los Reinos de la Naturaleza ni en nuestros hermanos.

Señor, perdónanos, porque ignoramos la unidad
y nos separamos como consciencias y como Tus criaturas.

Señor, perdónanos, porque aspiramos a no volver a pecar.

Perdónanos así como perdonaba Tu Hijo.

Perdónanos así como perdonaste a nuestros espíritus,
al entregarnos lo mejor que tienes en Tu Creación:
una experiencia de amor y de unidad Contigo.

Señor, perdónanos y limpia nuestras manchas,
cura nuestras heridas y reintégranos a Tu Reino.

Señor, perdónanos y ábrenos las puertas del Cielo.

Reconcilíanos con Tu Corazón
y con todo aquello que Te pertenece.

Enséñanos a amar y a perdonar así como Tú lo haces.

Enséñanos a unir lo que está separado.

Enséñanos a servir a todos en Ti,
sin salir de Ti y encontrándote en todo.

Señor, haz de nuestros corazones, Tu Corazón;
de nuestros brazos, Tus Brazos;
de nuestras piernas, Tus Piernas; de nuestros cuerpos, Tu Cuerpo;
de nuestras mentes, Tu Mente; de nuestras vidas, Tu Vida;
de nuestra evolución, Tu Evolución.

Señor, perdónanos y haznos semejantes a Ti.

Amén.


Hoy solo oraré con cada uno de ustedes y, como corazón humano, pediré a Dios Su Perdón y Su Intercesión por la Tierra.

Su padre y amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijo:

Cumple con alegría la misión que Dios te encomendó, la misión de vivir en la Tierra principios que provienen del Cielo y manifestar en el mundo una Nueva Humanidad.

Muchos se preguntan todos los días, si están haciendo lo que deben hacer como almas y como espíritus; se preguntan, en dónde deberían estar, con quién y haciendo qué. Pero pocos, muy pocos están esforzándose para verdaderamente abrir el corazón y atraer un arquetipo de la vida que aún no existe en la superficie del planeta.

Si quieres vivir lo que Dios pensó para ti, comienza por disponer tu corazón para algo nuevo. Busca dentro de ti lo que debe ser perdonado y lo que debes perdonar. Busca dentro de ti la fuerza para vencerte a ti mismo y ser más manso, más humilde, más servicial y pacificador.

Trata de romper dentro de ti las barreras que te separan del prójimo y trabaja en ti todo aquello que juzgas en los demás. Permanece todos los días con el espejo del corazón dirigido hacia ti mismo y, antes de irritarte o de criticar algo que ves en el otro, observa el espejo del corazón y mírate a ti mismo reflejado en aquel defecto que no puedes soportar.

Trata de comprender al otro como te comprendes a ti mismo: así como sabes que tienes infinitas dificultades y miserias, los otros también las tienen. Así como intentas dar los pasos y te esfuerzas de buen corazón, el otro también lo hace.

Solo la comprensión mutua abre el corazón para la vivencia del amor.

Si no consigues controlar las reacciones de tu mente ni de tus emociones, no te preocupes tanto; pero que ellas duren poco y que energías como la ira, la envidia, la codicia o aun el sentimiento de superioridad no tengan tu permiso para permanecer dentro de ti.

Si amas al Plan de Dios, hijo, o por lo menos quieres amarlo, reflexiona siempre que el Creador necesita de una raza de Cristos y no de uno solo, y que no será suficiente que tú te cristifiques. Recuerda que no necesitas ser mejor ni peor que nadie, pero que tanto tú como aquel que tienes al lado deben llegar a la meta de la unión con Dios.

Ese es el gran misterio de la existencia humana y, por eso, vienes como espíritu hasta aquí, para curar los errores del pasado en el universo.

Para que el Plan de Dios se cumpla, los seres humanos deben ayudarse mutuamente. Recuerda esto hijo, todos los días y, antes de colocar trampas en tu camino, deseando que este o aquel desaparezca de la Tierra, acuérdate de que sin ellos tu vida tampoco tiene sentido.

Acuérdate de que no importa cuán imperfecto seas tú o el otro, pues existe algo dentro de cada ser que lo asemeja a Dios y que abre los portales entre las dimensiones para que toda la Creación se una al Padre.

Si quieres que tu espíritu se aproxime y que tu alma te conduzca por el camino de la Voluntad del Creador, ábrete primero a la transformación, a la vivencia del amor y de la fraternidad, y después el propio universo conducirá tus pasos y no tendrás que andar tan preocupado contigo mismo.

Escucha con atención Mis palabras y vuelve a escucharlas una y otra vez, porque es mucho más fácil olvidarlas que ser verdaderamente transformado por ellas, ya que tu humanidad no está acostumbrada a buscar lo Divino, sino solo aquello que la engrandece y la afirma como materia.

Ilusión de ilusiones es no buscar ser nada como hombre, creyendo que la vida comienza y termina en ti. No conoces lo que es ser en verdad un ser humano semejante al Padre, pues para  eso, hijo, debes vivir la unidad con Él: morir para ti y nacer de novo dentro del Creador.

Te dejo Mi paz y Mi bendición, para que descubras la verdad sobre ti mismo, olvidando lo que piensas ser.

Ábrete para ser nada y ahí encontrarás Todo.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Entra en el recinto de tu corazón para comprender que, en estos tiempos, la ley primera es el amor; amar sobre todas las imperfecciones, defectos, desavenencias, orgullos y vanidades.

La única herramienta que te protegerá del mal, hijo Mío, es el amor: amor al prójimo, amor a los Reinos de la Naturaleza, amor al Plan de Dios.

Si no abres tu corazón para aprender a amar las cosas como son, y así llevarlas a que se transformen en lo que verdaderamente deben ser, te sumergirás en la incomprensión, en la arrogancia y en la permanente competencia.

Tienes delante de ti dos manos que se tienden para que escojas un camino para seguir. No hay otras opciones: una es la Mano de Dios y la otra, la mano del caos.

Muchos ya escogieron la mano del caos y hoy se encuentran en medio de una batalla tenebrosa sin reglas; pero tú, hijo, tienes delante de ti la opción consciente de trascender las tinieblas en tu interior por medio del triunfo del amor en tu corazón. Es por eso que te llamo a que pidas perdón, a que venzas tu orgullo y a que descubras la Gracia que es ser humilde y cumplir con los designios del Creador.

Yo te pido que te reconcilies con el prójimo en ofrenda a Medio Oriente, y también con tu propio corazón, que en su inmadurez e ignorancia no aprendió a amar.

Yo te pido estas cosas, hijo Mío, porque ya no tendrás tanto tiempo para plantar semillas en el cantero de tu existencia y de la vida humana. Pronto llegará el tiempo en que solo recogerás aquello que plantaste y comerás de los frutos de los árboles que crecieron en tu jardín.

Cuando te digo que pidas perdón y registres lo que haces, es para que profundices tu ejercicio de humildad y les reveles a todos tus imperfecciones, para que así des un ejemplo a la humanidad de cuán simple es dar un paso en dirección al amor.

Hoy te digo, hijo, que eso no será lo único que te pediré. Te pediré también que no solamente realices un acto de perdón, cuando todos los días vives lejos de la fraternidad. Ese acto tuyo de perdonar debe ser permanente, constante y eterno, porque cuanto más se aproxima al planeta el Armagedón, más tendrás que perdonar lo que suceda dentro y fuera de ti. 

Por eso, necesito que sigas perdonando, que sigas dando ejemplos de amor y de perdón para la humanidad, para que esos ejemplos lleguen a todos tus hermanos que necesitan de inspiración para dar sus pasos. Pero no seas solo un ejemplo registrado en un video en las redes sociales; sé tú, hijo Mío, un ejemplo diario, permanente, dejándote humillar y pedir perdón cada vez que tu corazón se separe del Dios que habita en tus hermanos.

No temas hacer lo que te pido, porque cuando pase un tiempo y ya no puedas hacerlo, no bastará arrepentirte por no haberlo hecho. Dejo en tu corazón Mi bendición y Mi impulso para que sigas adelante.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL ÓMNIBUS ÁGUILA DE LUZ, DURANTE EL VIAJE DE SAN PABLO, HASTA FLORIANÓPOLIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Sean como la naturaleza que, delante de un pequeño suspiro de amor enviado por Dios, resplandece y restaura su espíritu. La naturaleza vive del amor que recibe del Cielo. Sus elementos buscan, en el Principio fecundo de Dios, el poder para manifestarse.

Los Reinos solo seguirán existiendo si pueden cumplir con su función de aprender también a amar y a perdonar. 

Observen a los animales: con qué facilidad perdonan los errores de aquellos que aman, con qué alegría soportan sus males, solo por la fidelidad que viven en sus corazones para con aquellos que los cuidan.

Los seres humanos comparten su existencia con los Reinos de la Naturaleza para que se eleven los unos a los otros, por medio de la comunión con la vida en sus diferentes formas.

Para que se establezca la paz y para que el Reino de Dios sea uno con el reino de este mundo, ustedes deben descubrir lo que cada Reino y cada elemento contiene como vivencia para enriquecer el aprendizaje humano. Porque si no aprenden a amar a los Reinos de la Naturaleza, que constantemente se donan a los seres humanos y de todas formas intentan auxiliarlos en su aprendizaje del amor, será difícil que puedan amar de verdad al prójimo como él es.

Si sienten que no saben amar o que no pueden hacerlo, traten de cuidar de los Reinos de la Naturaleza, sobre todo del Reino Animal, que vierte su amor sobre los seres humanos aun siendo tan ultrajado por ellos.

Perciban, observando a los Reinos, que la escuela del amor está en todas las cosas. En especial los Reinos de la Naturaleza les demuestran permanentemente cómo se vive el amor que trasciende las imperfecciones e, incluso, las cura.

Yo los amo y, clamando a los corazones que ingresen en el camino del aprendizaje del amor y del perdón, les pido que comulguen en unidad con los Reinos de la Naturaleza.

Su padre y compañero,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Si les pido una campaña para sembrar el amor en la humanidad, se preocupen con el árbol que crecerá o con los frutos que podrá dar o no.

Mis amados:

No piensen en el resultado de sus acciones, porque deben aprender a sembrar como siembra Dios en el vasto universo de Su Creación. El Señor envía impulsos por medio de los diferentes Mensajeros e Instrumentos Divinos que los llevan a todo lo que fue creado. Él solo dona de sí para el crecimiento de Sus criaturas.

Ustedes deben actuar como Dios, sin perder nunca la esperanza de que el amor crezca y dé frutos en la consciencia humana, pero sin buscar resultados según lo que comprendenque debería suceder como respuesta a sus acciones.

En lugar de pedir perdón, irán a donar perdón y lo donarán para toda la humanidad; donarán actos de perdón y de amor.

Aunque sientan que no obtendrán ningún resultado, solo comprendan que, si son verdaderos y simples y no buscan nada para sí, la semilla quedará en la consciencia humana.

Muchas veces ustedes temen actuar porque quieren actuar por sí mismos. No pueden pedirle perdón a alguien buscando un milagro o una gran acción para publicar en internet. Acuérdense de que deben ser puros de corazón y de que la única razón de la existencia de esta campaña es sembrar el amor en la humanidad y, así, disipar el odio del corazón humano. Deben tener ese propósito claro. Y nunca se olviden de los niños de Medio Oriente, que aguardan sus acciones y oraciones, que generan méritos para la salvación de esas pequeñas almas. 

Por eso, vayan sin temor; perdonen, reconcíliense con el prójimo, sirvan y amen, por la salvación de sus hermanos en el mundo entero.

Yo los amo y los conduzco a la esencia de un servicio verdadero.

San José Castísimo, servidor de todas las almas

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