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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He aquí el planeta a Mis Pies, siendo irradiado por los Rayos de Mi Corazón Misericordioso.
He aquí las almas en este planeta azul, en la escuela de la redención y del perdón.
Yo Soy parte de este sagrado planeta, Soy parte de la humanidad porque nací entre ustedes, viví entre ustedes, prediqué para ustedes y sufrí por ustedes, por una sola causa, por causa del Amor de Dios.
Por eso, quiero que, en esta nueva Maratón de la Divina Misericordia, contemplen ante ustedes al planeta y todo su sufrimiento; para que los Rayos de Mi Insondable y Divina Misericordia, que brotan de Mi Corazón, puedan abrazar aún más al mundo y a las almas, especialmente a las condenadas al fuego del infierno.
Por eso, hoy les hablo y Me presento a todos Mis compañeros, a todos Mis discípulos y discípulas, desde el Sagrado Montserrat, desde donde hace eco la Voz de Dios, a través de los planos internos de los que tienen el corazón abierto para poder escuchar y reconocer la Presencia del Señor.
Hoy, estoy una vez más aquí con ustedes, por todo el planeta, por sus océanos y Reinos, por sus florestas, sierras y montañas, por toda la vida y por toda la Creación, gravemente ultrajada en este tiempo por la mano del hombre, por la inconsciencia de los que ambicionan el poder.
Pero, He aquí Mi Corazón Insondable que no deja de derramar Sus Gracias sobre el mundo y sobre todo el universo.
He aquí el Corazón silencioso de Cristo, que padece los martirios y los pecados de la humanidad. El Corazón de Cristo que se ofrece una vez más por las almas; el Corazón que se abre como una gran puerta para que todos la puedan cruzar, sin excepción.
Mis Rayos, los Rayos de Mi Corazón, necesitan llegar aún más al planeta, a toda la esfera terrestre. Graves son los errores que se cometen en este tiempo y ustedes ya lo saben. Pero aún el cambio de la consciencia no está sucediendo; no en la mayoría, sino en una minoría.
Es necesario seguir orando de verdad y comprometerse con la fuerza y el poder de la oración, porque mientras esto no suceda, mayores serán los ultrajes del mundo, mayor será el peso de la Ley y sus consecuencias.
Es momento de que puedan ser irradiados por la Luz de Mi Corazón, como muchas veces lo hice por Amor y Misericordia.
No permitan que las puertas de Mi Gracia se cierren. Abran esas puertas de par en par a través de su consagración y de su servicio no solo al Reino Humano, sino también a todos los Reinos de la Naturaleza, para que el dolor de los más inofensivos Reinos de este mundo sea aplacado y aliviado, aunque sea un acto pequeño o anónimo. Esto ya aliviará mucho el sufrimiento del mundo y de los Reinos.
Para que nazca una Nueva Humanidad, para que surja un nuevo planeta, es necesario que invoquen, a través de la oración, la Ley de la Cura; porque muchas heridas aún deben ser sanadas, muchos acontecimientos dolorosos deben ser disueltos para que triunfe el Amor de Dios en todas Sus Criaturas.
En esta Maratón y antes del importante mes de agosto, en el que la Jerarquía Espiritual tomará nuevas decisiones sobre este Proyecto Humano, vean aquí a Mi Corazón Misericordioso, derramando la Sangre y el Agua, a través de Sus Rayos, sobre este planeta herido y ultrajado.
Que se levanten de los abismos.
Que se levante de los abismos el pueblo de Israel, caminante incesante del desierto en la búsqueda de la Tierra Prometida, que ya no es una promesa, sino una realidad.
Esta es la Tierra, este es el planeta prometido por Dios a Sus Hijos y Criaturas. Den valor, reverencien y respeten sus riquezas naturales y espirituales; porque muchos son los tesoros que se guardan en los mundos internos, son las llaves de la redención para toda la humanidad, son los nuevos atributos que emergerán de los Reinos Internos hacia la superficie, a fin de reconstruir, en Mi Retorno, todo este planeta.
Que venga a Mí el antiguo pueblo de Israel y que camine en confianza, sin perder la esperanza ni la fe. Aunque vean en este mundo cosas increíbles o hasta inexplicables, no se detengan.
Que la luz de la oración guíe sus pasos y que este sendero, que les manifiesta la luz de la oración, los lleve a encontrar el Propósito en lo más profundo de su ser. Allí, estarán en comunión Conmigo y con el Padre, porque en lo más profundo está el Templo de Dios, Su Casa, en las esencias de Sus Hijos de toda la vida.
Que nadie más tenga la intención de abortar la vida.
Que nadie más tenga la intención de levantar un arma para herir y lastimar.
Que ya no se escuchen las bombas y las armas entre hermanos de un mismo pueblo y una misma raza, porque vendré a detener todas estas cosas, así como lo hice en el tiempo pasado.
Pero Mis señales no serán simbólicas, sino contundentes. Marcaré en el suelo una línea entre el pasado y el futuro, entre el viejo tiempo y el Nuevo Tiempo, y todo comenzará de cero. Por eso, sigan caminando a través de Mi Luz en este tiempo crucial de desafíos y de nuevas experiencias.
Aunque Mi tiempo con ustedes ya está terminando, que Mis Palabras resuenen por siempre, para que puedan reconocer la Voz del Retorno del Señor que será escuchada en todo el universo, así como la tormenta es escuchada en el cielo.
Así, los preparo para el último y gran tiempo. Y, a través de la Presencia de Mi Padre, los renuevo, y les vuelvo a dar y a entregar Mi Paz.
Que esta Maratón no sea vivida bajo un sentimiento de obligación, sino de responsabilidad espiritual, de quien está despierto y consciente de que estamos en la última hora y en el último tiempo, y de que una cuenta de la oración podría detener una guerra y la destrucción de pueblos enteros, de vidas enteras.
Que todos los que se consagraron a Mí sean responsables. Han de representarme en el fin de estos tiempos, así como Mis apóstoles del pasado Me representaron cuando Yo ya no estuve más físicamente con ellos.
El Espíritu de Dios no faltará, vendrá como en Pentecostés, como una flameante llama sobre sus cabezas para darles el Discernimiento y la Sabiduría de Dios, para que ayuden a otras almas y se donen por ellas.
Así el gran cambio será una realidad y no una promesa. Así todo será transfigurado, como el Señor fue transfigurado en el Monte Tabor.
Sean valientes y persistan. Mi Corazón está cerca de los consecuentes.
Les agradezco por escucharme y por reconocer al Señor en lo más íntimo del corazón, en donde existe la vida divina para todas las almas.
Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Yo los hago libres cuando tan solo estén cerca de Mí, como hoy se encuentran cerca del Padre, a través de la belleza y la majestad de este lugar.
¿Cuánto el Padre les ha dado desde el comienzo de la Creación? ¿Alguna vez se lo preguntaron?
Y, ¿cuánto ha hecho este mundo y esta humanidad con todo lo que el Padre les entregó desde el comienzo cuando, a través del Pensamiento Divino, el Padre pensó en crearlos y en manifestarlos?
Si un corazón está verdaderamente arrepentido, aunque sea un corazón pecador, él tendrá la Gracia de recibir la Bendición de Dios y de liberarse para siempre de sus fallas cuando ese corazón tenga la capacidad de contemplar la Creación y de ser parte de esa Creación en perfecta unidad.
Hoy, de manera especial, no solo vengo por Francia y por toda Europa, también vengo por el mundo entero, así como Me he presentado muchas veces para nutrir, a través de Mi Palabra, a las esencias que necesitan de Mí, a los servidores que necesitan despertar para formar parte de las filas de Mi Retorno.
Por eso, hoy los invito y les pido, en simplicidad, pero en sintonía, a través de la belleza de este lugar que Dios creó especialmente para cada uno de ustedes, para toda la humanidad y el universo, que ingresen al Corazón del Padre a través de la contemplación de la Creación y del valor y del respeto que los Reinos de la Naturaleza necesitan para seguir evolucionando.
Entrando en el Corazón del Padre, a través de la Creación, un corazón verdaderamente arrepentido, no solo recibe la Gracia del Amor de Dios, sino que también tiene la oportunidad incalculable de aproximarse a las Leyes Divinas, a aquellas Leyes Superiores y Cósmicas, de las que Mi enemigo se encarga de apartarlos para que no puedan conocer el Amor de Dios.
¡Y, cuán grande es Su Misericordia!
¡Cuán infinita es Su Gracia!
¡Cuán incalculable es Su Perdón!, que Él se ha dignado a entregarles este planeta que es parte de la Casa de Dios y de todo el universo.
Por eso, en este momento, miren con otros ojos cómo está este planeta. Colocando su mano en el corazón, reconozcan lo que han hecho de este planeta y cuánto ha sido destruido, contaminado y transgredido.
Y, aun así, los elementales y devas de la Creación de Dios, que son poderes cósmicos desconocidos para todos, se siguen donando al mundo y a toda la Creación para que las almas aún tengan la Gracia de la rehabilitación.
A través de este escenario natural, que es la gran basílica de la naturaleza, en reverencia, gratitud y humildad, ingresen al Templo de Dios y, uniéndose a todas las Jerarquías del Cielo y de la Tierra, reciban este impulso de Mi Corazón para su rehabilitación.
Por eso, les digo, que no solo amen y respeten a la Creación, sino que también sean pacientes y perseverantes en su purificación. Cuando la cuesta arriba se vuelva muy difícil o cuando la cruz les pese mucho, no pueden detenerse, deben creer en el poder de la fe y de la determinación.
Un verdadero Guerrero de Dios, un verdadero Guardián del Padre, una consciencia Espejo o aun un aprendiz de Gobernante, no se detiene en las caídas, sino que a través de esas caídas o de esas inflexiones toma la fuerza interior que necesita para seguir adelante.
Imaginen, por un momento, si este planeta herido, destrozado y humillado por las propias manos de los Hijos de Dios, sigue de esta forma y los Guerreros del Padre, es decir, todos Sus servidores llegaran a bajar los brazos porque les pesa mucho su cruz, ¿cómo podrán preparar Mi Retorno?
Este es el tiempo de sostener grandes cosas, muchas de ellas desconocidas para todos, que no se comprenden con la mente, sino que se acogen a través del corazón que está decidido a seguir Mis Pasos.
Que esta bóveda celestial que hoy se abre sobre esta basílica natural de la Creación del Padre, permita que por un instante todos vuelvan a ingresar al Corazón de Dios, no solo para estar en comunión con el Padre, así como Yo estoy en comunión con el Padre, sino también para que cada uno de ustedes, a través de un sincero acto de amor y de perdón, repare el Corazón de Dios, y que esto sirva para resolver situaciones imposibles, para tratar causas difíciles, para curar heridas que aún no se han sanado.
Y todo esto, hoy es concedido por el Santuario Natural de Dios, por los Sagrados Recintos del Padre, que celosamente y con cuidado son guardados por sus Jerarquías, devas y elementales, que son parte de la evolución de la humanidad y que, silenciosamente, en este lugar como en otros están presentes para ayudarlos en su proceso de cura interior, que es urgente e inmediato, a fin de que pueda emerger la Nueva Humanidad, que despertará en los corazones redimidos, rehabilitados y perdonados, porque serán corazones en comunión con el Padre y, al estar en comunión con Dios, estarán en comunión con las Leyes de la Naturaleza, con las Leyes de la Creación.
Hoy, Mi Palabra no solo viene para ustedes, hoy, Mi Palabra desciende para toda la Creación, porque Soy un Ser Humano Glorificado, que surgió al igual que ustedes de esta humanidad y nació en este planeta, especialmente amado por Dios a través de Su Grandiosa Misericordia.
Les pido que hagan valer Mis Palabras para que sus vidas sean el ejemplo de todo lo que hoy les he pedido, ya que el mundo está muy desviado, perdido y con una ambición desconocida que lo lleva a querer conquistar más y más a los Reinos de la Naturaleza. Por eso, la causa de sus oraciones no solo puede ser la humanidad, sino que también la causa de sus oraciones debe ser los Reinos de la Naturaleza.
¿Cómo creen que surgirá la Nueva Tierra, si la humanidad aún no tiene la capacidad de humillarse ante los Reinos Menores y reconocer que ha ultrajado y lastimado a los Reinos Menores a través de una desconocida impunidad?
Para que la humanidad se cure y los corazones enfermos se sanen, para que las puertas del mal se cierren y los infiernos terrestres desaparezcan, para que las guerras se detengan y el hambre no sea la causa del llanto de un niño porque no tiene que comer o que beber, para que el aborto no sea una causa y una moda de estos tiempos, para que los más adultos es decir sus abuelos y abuelas sean respetados y amados y no abandonados en los asilos del mundo, y para que ya no existan refugiados que escapan del peligro de su vida, es necesario arrepentimiento ante toda la Creación y por haber alterado y transgredido al alma del planeta con la ambición del petróleo y del dinero.
No esperen que las naciones les prometan grandes cosas y que sus dirigentes cumplan con todo lo que han dicho, porque ustedes saben que el gobierno del planeta está interferido y condicionado.
Les pido que crean en Mi Palabra para que algún día sus vidas sean parte de Mi Palabra, sean la justificación que Yo necesito para redimir a esta humanidad, y que esta raza de superficie finalmente pueda salir de este océano de ilusión y de caos generado por la propia condición humana y por la perversión.
Si cerca de ustedes tienen un río, vayan y contemplen, pidan perdón por la humanidad.
Si cerca de ustedes tienen el mar, la brisa o pueden ver el amanecer del sol, pidan perdón en nombre de todos a los Reinos de la Naturaleza.
Si pueden subir a una montaña o caminar por una floresta o un bosque, agradezcan de corazón, contemplen y adoren a Dios, y pidan perdón a la Creación.
Si pueden rescatar a un animal inofensivo o aun regar una planta, vayan y contémplenlos en nombre de toda la Creación, y pidan perdón por la humanidad.
Y, así, muchas puertas se cerrarán, el caos será aplacado y la mayoría de la humanidad se dará cuenta que ya no solo no debe correr sangre humana por los pueblos de este mundo, sino también que ya no debe correr sangre animal para satisfacer la gula de muchos hombres y mujeres del mundo.
Vuélvanse a Dios a través de la Creación y reconozcan en humildad y gratitud que, a pesar de todo, la Creación se sigue donando a todos con el fin de que puedan encontrar la felicidad y la paz.
Mi Corazón se prepara para llegar nuevamente a Polonia y les pido que, en sus oraciones, esta importante causa de la misión humanitaria esté presente, para que los caminos que se tienen que abrir se puedan abrir y las consciencias que Yo enviaré puedan llegar.
Ahora, la responsabilidad del Plan está en todos, el ciclo de que esa responsabilidad esté en muy pocos ya terminó. Cuando consigan, cada uno de ustedes, sentir en su corazón que deben cumplir el Plan que les presenta la Jerarquía, etapa tras etapa, podrán estar Conmigo, así como Yo los necesito para cumplir lo que es necesario cumplir y lo que es necesario manifestar en este tiempo.
Porque no se deben olvidar de que el mundo y la Jerarquía están corriendo detrás de la salvación de la humanidad y que, mientras eso sucede, más almas y más consciencias se pierden en los abismos, sobre todo las almas inocentes que son sometidas por sistemas corruptos que golpean a los pueblos y a las naciones.
Recen en estos días para que Mi Gobierno Espiritual esté presente en Europa, para que las decisiones, que serán tomadas en los próximos tiempos, sean decisiones benéficas, duraderas y sostenibles a fin de que los pueblos más golpeados y sufridos ya no piensen que esto es solo un teatro, sino que la palabra de los dirigentes del mundo pueda estar unida, en profundidad y en esencia, a Dios, y las soluciones se concreten para que dejen de ser promesas vacías.
Por eso, los invito a rezar por Polonia y por lo que, en esta etapa, la Jerarquía Espiritual deberá desarrollar y poder llevar adelante con la ayuda de todos.
Cuando aprendan a colocarse un poco más y se ofrezcan un poco más, muchas situaciones internas terminarán y sus consciencias estarán concentradas en el Propósito, porque el Propósito de Dios siempre los llevará a alcanzar la meta. Piensen en esto y no lo olviden.
Les doy Mi absolución y les doy Mi bendición.
Sean portadores de Mi Paz, para que la Paz esté en el mundo y donde más se necesita.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He aquí al Señor del Desierto, Quien pasó por esa experiencia durante cuarenta días, de la misma forma que ustedes pasan por esta experiencia de poder encontrar el sentido de su desierto interior, sin temerle a la aridez espiritual o al vacío.
Por eso, estoy aquí y Soy el Señor del Desierto, Quien, a las puertas de la próxima Sagrada Semana, en la que el Hijo de Dios será glorificado en la entrada de Jerusalén, viene a concluir con ustedes esta primera etapa para que puedan comprender, en estos tiempos, que cada proceso de sus vidas y consciencias tiene un significado para Dios dentro de esta escuela de redención y de perdón.
Por eso, los invito a seguir caminando por ese desierto, porque al final de esa senda encontrarán el portal de la renovación, una experiencia que enriquezca sus consciencias y las haga madurar y crecer interiormente, sabiendo que la vida no termina aquí y que la vida evolutiva continúa adelante a través de sus pasos; de esos pasos firmes que necesito que den en estos tiempos para que, ante el Padre Celestial, juntos garanticemos que este Mi Proyecto, con ustedes y sus hermanos, es posible.
Un Proyecto aún no comprendido ni conocido, un Proyecto que solo es develado a través de los que lo aman, a través de aquellos que lo hacen parte de sí, para que él se cumpla, en este tiempo crucial de la humanidad.
Es así que hoy, vengo a entregarles la síntesis de la experiencia que Yo viví durante cuarenta días en el desierto, en donde al igual que ustedes en este tiempo fui tentado, fui perseguido y fui buscado por el enemigo.
Pero recuerden que con las llaves de la serenidad, de la mansedumbre y del espíritu pacificador, podrán hacer esa síntesis que necesitan para que, en fidelidad, sigan los Mandamientos de Dios, aquellos que Él tiene guardados como promesas en el Reino de los Cielos para cada uno de Sus hijos, de Sus criaturas.
En este tercer impulso preparatorio para la próxima Sagrada Semana, quise demostrarles, a través de estos encuentros especiales en la casa bendecida por Mi Madre, en la casa de la Asociación María, que la Jerarquía Espiritual necesita que comprendan los acontecimientos de estos tiempos y, de esos acontecimientos, las obligaciones y las responsabilidades que cada uno de los Míos tiene delante de Dios; porque sin Mis discípulos del fin de los tiempos, Yo no podré hacer nada, y ustedes saben que la participación de Mis seguidores y compañeros es fundamental.
No es porque no pueda hacer milagros en sus vidas y consciencias, sino porque a través del esfuerzo de los consecuentes y humildes, de los servidores responsables y conscientes, justificaré ante las Leyes Superiores todos los errores de la humanidad. Y, cuando Yo retorne a este mundo, físicamente, completaré ese Plan que ya está sucediendo en este mismo momento y a través de sus consciencias.
Es así que los invito a sentirse parte de Mi Proyecto Redentor para que puedan ser celadores y guardianes de las aspiraciones de Cristo en estos tiempos y, en especial, de aquellas aspiraciones que tiene su Maestro y Señor para los pueblos y naciones adonde Mi Corazón y Mi Amor deben llegar a través de las manos que se donan, a través de los pies que caminan en Mi senda, a través de todos los que decididos dicen sí.
Una vez más, un ciclo se está cumpliendo en esta semana, anterior a la Sagrada Semana, a las puertas de la Presencia del Hijo del Sol.
Yo necesitaba que ustedes vivieran esta experiencia conscientemente, experiencia que se completará y finalizará en los próximos meses y ciclos, en los que comprenderán y se darán cuenta, por sí mismos, de todo lo que ha pasado aquí en estos últimos tres encuentros extraordinarios Conmigo. Experiencia que no solo es por ustedes, sino también por sus hermanos, por todos los que no pueden estar presentes físicamente en la próxima Sagrada Semana, pero que tendrán la Gracia, a pesar de la distancia, de recibirme en sus corazones y hogares, en sus familias y espacios de oración.
Que este momento sea elevado a los Cielos, en Presencia del Hijo del Padre. Que este tercer impulso preparatorio, que hoy les entrego, simbolice para todos la oportunidad de consagrar aún más la vida y, sobre todo, la consciencia para lo que Dios espera hacer descender como Gracia y como Voluntad sobre Sus hijos, los Cristos del Nuevo Tiempo.
En estas Palabras simbólicas, que hoy les entrego, les dejo muchas llaves. Cuando puedan repasar Mis Palabras de estos tres encuentros preparatorios, en ese momento completarán el sentido de esta experiencia y se darán cuenta de que, por haber tenido la oportunidad de haber pasado por el desierto interior, Conmigo, de un forma tan rápida e intensiva en esta semana, sus corazones estarán prontos para lo que Yo les pediré en los próximos tiempos.
Y, a pesar de que tendrán la sensación de que es un desafío imposible o inalcanzable, tengo absoluta confianza de que lo podrán hacer; porque si hasta ahora y en tan solo una semana atravesaron un desierto espiritual profundo e interno, ¿qué es lo que no podrían hacer por Mí?
Anímense y sean valientes, la paz está con ustedes para que puedan cumplir Mi Voluntad, y esta misma Voluntad se cumpla en sus hermanos de camino. Porque si este momento y estos encuentros no hubieran sucedido, ¿qué sería de aquellos lugares en donde aún hay conflictos y guerras, hambre, esclavitud y tráfico?
Por ellos también estoy aquí, y Me he servido de la casa de la Asociación María para poder interceder por todos ellos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Preparados en el misterio de este desierto, que irán descubriendo dentro de ustedes mismos paso a paso, ahora ingresarán Conmigo en la Pasión planetaria y comprenderán lo que siente el planeta, llevando en sí mismos la cruz del mundo, para que las almas se puedan redimir y consagrar.
Que los méritos de la Pasión de Cristo renueven sus fuerzas internas y fortalezcan la decisión de estar Conmigo para siempre.
Los bendigo y los animo a seguir la senda del apostolado planetario, para que todas las religiones, credos y filosofías se unan en pro del Retorno de Cristo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Algunos ya se animaron a ingresar al desierto que Yo les ofrezco durante esta semana. Camino al lado de aquellos que perseveran y que, por más que sepan que es desconocido, siguen adelante, sabiendo que Yo no quiero ningún mal para ustedes, sino la victoria de Mi Reino en cada uno de sus corazones y vidas.
Por esa razón, estoy aquí, ofreciéndoles este ejercicio espiritual de adentrarse en lo más profundo del desierto interior; para que, en el vacío y en la soledad, solo encuentren a Dios, Quien les dará Su abundancia y Sus riquezas espirituales para que, en los próximos meses que llegarán, sus corazones estén más prontos y decididos a seguir los caminos que el Señor ya tiene previstos en estos tiempos.
No se olviden de que aquí está expuesto Mi Sagrado Corazón, el Corazón que emite los Rayos de la Gracia y de la Misericordia en este mismo momento para todas las situaciones dolorosas del planeta, para las regiones del mundo en donde reina la oscuridad y la maldad. Esta es la oportunidad que hoy Me dan al responder a Mi Llamado, en este segundo encuentro preparatorio Conmigo, porque el fin de todo esto es establecer Mi Paz.
Hoy, tres llaves les quiero dejar, tres llaves que siempre les abrirán las puertas del Reino de los Cielos para que sus almas, a pesar de lo que vivan o de lo que atraviesen, se eleven. Tres llaves que son importantes en estos tiempos definitivos, en los que hay un encuentro de grandes presiones espirituales en la consciencia del planeta y de la humanidad.
Estas tres llaves, su Maestro y Señor las utilizó durante Su Pasión, durante Su Calvario y sobre todo en el momento de Su Muerte: la llave de la mansedumbre, la llave de la serenidad y la gran llave del espíritu pacificador.
Sin estas tres llaves, compañeros, será muy difícil para ustedes y para sus hermanos atravesar estos tiempos; porque lo desconocido viene a su encuentro no para enfrentarlos o asediarlos, lo desconocido viene a su encuentro para que aprendan a superarse en el Amor, en el mismo Amor que Yo viví por ustedes y que hoy vivo por el mundo entero.
Entonces, sigan adelante, en esta semana intensiva y preparatoria, atravesando ese desierto que cada uno conoce en su interior y que Dios contempla con inmensidad y Misericordia; porque, al fin de todo, Mi Sagrado Corazón alcanzará la victoria en aquellos que Me dicen sí.
El Universo está atento a los movimientos de los mundos internos, a los pasos de las almas, a la donación de los corazones, a la entrega de cada uno de los espíritus que se unen a Mí en esta hora, para formar parte de la gran Red de la Misericordia para este planeta y esta humanidad.
Que ya no pese en ustedes aquello que no pueden transformar. Vengan a saciar su sed en la Fuente de Mi Corazón, que es Agua Viva, a través de las Palabras y de los Mensajes que les entrego en estos tiempos.
En esta Hora de la Misericordia, a las tres de la tarde, en la que contemplan el momento cuando su Maestro y Señor expiró en la Cruz, que esto no signifique una derrota, sino la posibilidad de que, a través de Mí, amen el símbolo del sacrificio y de la entrega a lo Mayor, sabiendo que el Padre ya tiene previsto todo lo que sucederá en estos tiempos, y que Él necesita de las almas para poder llevarlo adelante.
Me alegra encontrarlos, una vez más, en este momento extraordinario en el que el Padre Celestial Me ha dado permiso para que Yo llegue aquí a contemplar a las almas que hacen sus esfuerzos para vivir la Vida Crística. Pero tengan fe y mucha perseverancia, paciencia en la transformación, solidez en las decisiones, templanza en las batallas, amor en las agonías, silencio en las pruebas, confianza en la tempestad, valentía en los desafíos, unidad en los asedios y mucha Luz en los tiempos de oscuridad; porque así, Me abrirán la puerta correcta para que Yo pueda ayudarlos y auxiliarlos, a ustedes y a sus hermanos.
Que, con las llaves de la mansedumbre, de la serenidad y del espíritu pacificador, sus consciencias suban un escalón más en esta escalera de Luz que Yo les ofrezco hacia el universo, hacia los mundos mayores para que los Cristos del Nuevo Tiempo puedan despertar y estar en el lugar en donde Yo los necesito en este momento.
Para esta próxima Sagrada Semana, una vez más, volveré a entregarles los Códigos de Mi Pasión para que, en esta ocasión, vean la Victoria de Cristo a través de los atributos que una vez Yo les revelé en la Trilogía Espiritual.
Beban de los impulsos de la Trilogía Espiritual, nutran sus consciencias de la Trilogía Espiritual, y les aseguro que tendrán la misma fuerza y el mismo coraje que Yo tuve cuando viví aquí, en la Tierra; todo lo que viví por ustedes y todo lo que sigo viviendo por ustedes hasta los tiempos de hoy.
Recuerden que en la Comunión siempre está la oportunidad del perdón y de la reconciliación, no solo con el Padre Eterno, sino también entre ustedes, hermanos de Mi Camino.
Infundo Mi Paz al mundo y hago, de esta humanidad, almas rescatables, espíritus redimidos, consciencias crísticas que trabajen por la Paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que la melodía del perdón resuene en sus corazones, para que pueda ingresar a este lugar sagrado a través del Gran Portal del Universo que hoy Mi Consciencia trae para el mundo entero y, especialmente, para todos los núcleos internos que deben encontrar el camino de la redención y el camino de la paz, para recuperar el sentido de estar en este planeta y en esta humanidad viviendo el Proyecto de Mi Padre tal cual Él lo ha escrito, para que se cumpla Su Voluntad y Su deseo ardiente de que Sus hijos alcancen, cada día más, las esferas celestiales.
Hoy abro lo más profundo de Mi Corazón en este lugar sagrado del Gran Cañón del Colorado, en donde el Reino Mineral es testigo de la diversidad de la historia de la humanidad, de todo lo que ha sucedido en este mundo y dentro de esta civilización, de todos los pueblos que pasaron por este planeta aprendiendo y viviendo el contacto con el Universo y con la Creación.
En cada una de estas piedras sagradas, en cada una de estas montañas, en cada rincón de este valle, está escrita una parte de la historia de la humanidad, y eso es lo que la Jerarquía necesita traer a la consciencia de los seres humanos de este tiempo, para que todos puedan reencontrar el sentido de vivir este Proyecto de Dios que aún es desconocido por la mayoría, pero que comienza a resonar en el corazón de los que siguen la palabra de la Jerarquía Espiritual.
Hoy vengo como Sacerdote Mayor acompañado también por los grandes Maestros de las montañas de los Himalayas, por aquellas consciencias que experimentaron en cuerpo humano lo que significa este código genético y lo que este código genético humano debe alcanzar en este ciclo actual del planeta, en el que, dentro de una gran transición y dentro de un gran Armagedón, la humanidad deberá definir su próximo ciclo, su próxima etapa.
En el silencio de este lugar se revelan los sagrados tesoros de la humanidad, aquel legado que ha sido evolutivo, que ha construido la consciencia del hombre de superficie y la ha elevado hacia dimensiones superiores para poder encontrar la vida cósmica, que es la esencia, que es la existencia y el origen de la razón de estar aquí, en este planeta escuela viviendo este aprendizaje y esta experiencia que les ofrece todo el Universo.
Sí, que les ofrece todo el Universo, porque todo el Universo es parte de la experiencia de este proyecto genético que se detuvo en el tiempo por la condición humana, la dualidad, la adversidad y el caos. Y que en este ciclo actual de la transición planetaria, la Jerarquía, la Hermandad Celestial, se aproxima a la humanidad para tornarla consciente de sus raíces, de sus atributos y de su legado, para que así se vuelva a conectar con la esencia de lo que verdaderamente es y con la razón por la cual vino aquí, a este planeta, a vivir esta experiencia.
Es de esa forma que esta experiencia actual de la humanidad, este momento de redención, de transición y de definición, también debe ser parte de la historia que se deberá escribir en estas sagradas montañas del Gran Cañón del Colorado.
Y así, como este río hace fluir su más pura agua, cristalina, casta y humilde, de la misma forma deberán fluir en la consciencia del ser humano los nuevos conocimientos que vienen de la Hermandad. Es hora de que todos sean conscientes de esa verdad, para que más y más velos de la consciencia puedan caer de sus rostros y puedan encontrar el sentido de estar aquí, viviendo una misión y un propósito en el nombre del Único, de la Fuente Suprema, del Amor Universal.
Es por esa razón que he traído hasta aquí a un pequeño grupo en representación de todos los hermanos y seguidores de la Obra de Cristo, vuestro Maestro y Señor, para que puedan recibir en sus corazones, almas y espíritus, los mismos impulsos que esta civilización sagrada de la consciencia indígena, que vivió aquí, una vez recibió y que aún sigue resonando, en el corazón de los indígenas, todo lo que ellos vivieron y alcanzaron en la simplicidad y en la humildad de su contacto.
Por esa razón, Me aproximo a este lugar para darles a conocer y para mostrarles lo que de verdad existe aquí, que son muchas herramientas, muchos tesoros, muchas informaciones que este sagrado y sufrido planeta guarda en el interior y en lo profundo de sus Recintos Sagrados.
Después de que toda esta información ha sido reunida, ha sido compartida entre las Jerarquías del Universo Espiritual y de toda la Hermandad, es momento de que los seres humanos, en la superficie, tomen consciencia de lo que verdaderamente ha pasado en este planeta y no de lo que fue interpretado por el hombre de superficie.
De esa forma podrán retomar el camino que Mi adversario, por medio de sus engaños e ilusiones, les quitó y los hizo ingresar en un camino incierto de dualidad, de sufrimiento, de enfermedad, de confusión y de caos.
Por medio de esta Luz que emerge a través de los tesoros sagrados que guarda el Gran Cañón del Colorado, la humanidad tiene la oportunidad de retomar el camino que perdió en lo más profundo de su consciencia y, así, tener el puente directo y perfecto para retomar el contacto interior que necesita. Un contacto que trae en este tiempo la Ley de la Jerarquía Espiritual, que es una única Ley, un único camino y un único Principio, que les permitirá unirse a lo Alto y a toda la Existencia Suprema.
De esa forma, como la civilización indígena que aquí se encuentra y que ingresó en otra dimensión y plano de consciencia, ustedes, servidores y amigos Míos, seres humanos en la superficie de la Tierra, de una humanidad en transición y en definición, podrán espejar lo que Dios tanto necesita que espejen hacia los Universos Sublimes, hacia este macrocosmos, hacia todas sus estrellas, soles y galaxias.
Y será de esa forma, mediante un contacto interno, simple pero seguro, que las informaciones de sus aprendizajes, escuelas y de su proceso de redención serán reunidas para que una síntesis espiritual se vuelva a realizar y así se pueda cumplir, finalmente, este proyecto humano.
Para que todo eso suceda, deberán atravesar la transición, deberán despojarse de todo vestigio de dualidad, de soberbia, de competencia o de indiferencia, y más aún, de muchas más energías, raíces que han sido sembradas en lo profundo de la consciencia y de la mente del hombre de superficie.
Todas esas experiencias deberán ser desprendidas, liberadas y transmutadas; y la puerta directa que tienen para poder vivirlo y experimentarlo, como también para poder realizarlo, es la energía de los Recintos Sagrados.
Esas informaciones transformarán su consciencia espiritual y también su código genético. Y en esa transformación, cambio y trascendencia que vivirán, podrán ver con claridad el camino del retorno hacia el Origen y del Origen hacia la Fuente, en donde se reúne todo el Conocimiento, la Instrucción y la Voluntad de Dios.
Con este mensaje quiero traer a sus consciencias el momento que ustedes están atravesando y la oportunidad que pueden vivir para, finalmente, poder liberarse de las amarras, de las prisiones de la vida, de todo lo que compromete al hombre de superficie con el mal. Y, así, atravesando y perforando las capas más profundas de la resistencia humana podrán encontrar, al final del camino, la Luz que siempre brillará en el fondo del abismo.
Así, la consciencia saldrá de su noche oscura y volverá a ver nacer a la aurora, que traerá consigo ese gran momento de revelación y de reencuentro con lo superior y con sus orígenes.
Y así podrán, de una forma simple y verdadera, estar en la Hermandad y encontrar en esa Hermandad el camino para el cumplimiento de la Ley que es la Ley primera: el Amor, el Amor que une a todas las Leyes, a todos los principios y que impulsa a todos los atributos que las consciencias necesitan para poder vivir el Plan.
Desde este lugar emito este mensaje que resuena en el corazón de los justos y en el de los que deben despertar. También es un mensaje que hace eco en todo el Universo, porque su Sacerdote Mayor y Gobernante, Cristo Jesús, es quien les habla para que puedan estar conscientes de la realidad en este camino de transición.
Nuestros Corazones, el Corazón de toda la Jerarquía estará expandido sobre el mundo y tendremos nuestras manos extendidas hacia ustedes, para que se puedan tomar fuerte y caminar en este tiempo de transición hacia el encuentro del Gran Portal de la Hermandad, de la Hermandad que se revelará en el corazón de los hombres, en aquellos que siempre aspiraron a encontrar su estrella de origen y el sentido de su misión en este tiempo final.
Crean y confíen en la posibilidad y en la oportunidad que se le está presentando al mundo entero. Estamos en un tiempo de gran adversidad, pero también estamos en un tiempo de grandes revelaciones; y serán esas preciosas y sagradas revelaciones que harán trascender el límite y el umbral de la consciencia humana.
De esa forma, como los Maestros del Himalaya, ustedes también se podrán iluminar y toda la consciencia será colmada por la Gracia Suprema.
Desde el Gran Cañón del Colorado envío Mi Mensaje de Amor y de esperanza a la humanidad. Manténganse firmes y unidos en el amor y todo pasará, porque Nuestro Espíritu no se apartará, Nuestro Corazón no dejará de emanar el Amor que necesitan para poder fortalecerse y encontrar siempre el camino que los llevará hacia la eterna Luz.
Es de esa forma que su Maestro y Señor, Cristo Jesús, y todas las Jerarquías y Maestros Sagrados de los Himalayas, hoy se unen en una única consciencia y establecen el Poder y la Voluntad de Dios en este lugar, que alcanzó con su simplicidad, el más alto grado de amor y de expansión de la consciencia.
Que todo este impulso y esta revelación pueda resonar en los mundos internos de los que los escuchen y que, a partir de allí, retomen su fuerza interior, coraje y valentía para atravesar estos tiempos difíciles en los que, como les dije al principio, al final del camino encontrarán la Luz que siempre brillará en lo más oscuro del abismo.
Y será esa Luz que todo lo transfigurará, que todo lo transformará y que todo lo curará. Así, estarán en Dios y, estando en Dios, estarán en Mí y Yo estaré en ustedes. Y en ustedes, Yo podré realizar la última parte de la tarea que el Padre Eterno Me ha encomendado por medio de Mis apóstoles, seguidores y orantes.
Ahora, con mayor apertura de corazón y de consciencia, reciban este Legado que se transmite por medio de estas palabras y bajo el impulso del Amor Mayor.
Yo los bendigo y los impulso a tomar consciencia de la Verdad.
Desde el Gran Cañón del Colorado, el silencio emite el Amor de Dios para todas las almas.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Al fin llegó el día de la liberación de este lugar, de las raíces del mal y de sus persecuciones.
Al fin la voz de los peregrinos se alza a los Cielos y el Padre del Universo escucha la voz de Sus hijos que claman por Su Misericordia y por Su Piedad.
Al fin las puertas inciertas son cerradas y una puerta de Luz se abre en el corazón de los hombres para que ingrese la Energía Divina, aquella energía que todo lo transformará cuando los corazones se abran para recibirla y hacerla parte de sus vidas para siempre.
Al fin la Divina Misericordia volvió a triunfar y los corazones perdidos encuentran el camino que, por diferentes circunstancias, nunca lo habían encontrado.
Este es el tiempo de las revelaciones, este es el tiempo en el que la Consciencia Divina se aproximará a la humanidad para hacerle recordar su compromiso con la Fuente, así como fue en el Génesis, en el principio.
La humanidad, después de haberse desviado y pervertido, puede por medio del sacrificio del Hijo de Dios, alcanzar la Misericordia del Padre y justificar su existencia a pesar de los errores.
Es por esa razón que hoy estoy aquí, entre ustedes, y con muchos más que hoy no están aquí, también lo estoy, para transmitirles el júbilo de Mi Corazón, la Gracia de Mi Espíritu y la Soberanía de Mi Alma, la que ante el Padre Celestial los redimirá y los justificará para que puedan atravesar la puerta de la redención.
Hoy no solo el pasado es purificado y sublimado, sino también el presente es redimido y contemplado por la Misericordia del Padre a fin de que Sus hijos alcancen la verdadera Paz, la que pierden en estos tiempos por las modernidades de este ciclo que ciega la consciencia de las almas y que de a poco la separa de Dios.
Pero Yo vengo a ofrecerme como ese puente de Luz por donde todos pueden cruzar hacia la Casa del Padre Celestial, que a pesar de los gravísimos errores de Sus hijos a lo largo de los tiempos, Él envía a Su Salvador para que lo vuelvan a encontrar y a sentir, para que se vuelvan a aproximar a la Fuente de Su Amor y de Su Sabiduría que desciende desde el Universo Celestial para colmarlos y bendecirlos.
Este es el tiempo, compañeros, de vivir el cambio de la consciencia, de vivir con júbilo el Plan de Dios y de adherirse a ese Plan Divino, completamente, para que sus vidas reciban nuevos atributos y esos atributos de Dios se irradien al mundo así como ahora Yo les irradio la Luz de Mi Corazón.
Por eso aquí, hoy, se abren las puertas del Cielo y del Universo para que no solo los caídos se puedan liberar y redimir, sino también sus almas puedan vivir la comunión con el Padre, con el Hijo y con el Espíritu Santo a fin de que se vuelva a establecer la alianza que una vez se perdió por la acción de los propios hombres que creyeron tener más poder que Dios y más autoridad que la Justicia Divina.
Pero hoy no vengo a remover el pasado, ni tampoco su historia. Vengo a despertar dentro de ustedes el compromiso de vivir con júbilo la unión con Dios y la existencia de todo el Universo, porque todo lo que fue creado, compañeros, no es solamente material y concreto. Todo lo creado es profundamente espiritual, amorosamente pensado por la Fuente Divina para que todas las criaturas que existen más allá de este Universo, y que tienen la filiación con Dios, aprendan del Amor y de la Sabiduría. Porque los errores en la Creación no solamente fueron aquí. Los errores de la humanidad son remotos y desconocidos, tienen sus orígenes en otras estrellas, en otras formas de pensamiento, en otras formas de sentir, en otras formas de actuar.
Yo vengo a interrumpir con Mi Misericordia esa línea de tiempo, cronológica y concreta, que ha llevado al mundo a su autodestrucción muchas veces.
Por eso vengo a corregir en su origen estos defectos que no solo son humanos o materiales, sino también espirituales y que están lejos de Dios porque no tienen amor ni unidad y mucho menos tienen sabiduría.
Por eso vengo a corregir en este tiempo lo que nadie ha conseguido corregir por sí mismo, sabiendo que millones de almas no solo en Europa, sino también en el mundo se vieron interferidas por ese desvío espiritual de la humanidad.
Una fuente corrupta hoy es sustituida por una Fuente de Luz y Sabiduría para que en el origen de la esencia humana que va más allá de todo lo intelectual o mental, que va más allá del alcance del ser humano, pueda regenerar a esta raza actual que vino con un propósito a la Tierra y que aún no lo cumplió, desde los orígenes de Adán y Eva.
Por eso Me sacrifiqué y morí por ustedes en la Cruz, porque si Yo no hubiera estado aquí como su Maestro y Señor, la humanidad no existiría en este momento, aun después de todo lo que ha hecho a lo largo de los tiempos y lo que ha transgredido las Leyes Universales una y otra vez.
Vengo a hablarles con la claridad de la Sabiduría de Dios, con el ímpetu del Espíritu de Mi Padre Eterno porque este es el tiempo de una Gracia extraordinaria que hoy no solamente recibe Berlín, sino también el mundo entero que fue partícipe de estos acontecimientos pasados que dejaron huellas imborrables en las almas y en los corazones.
Pero Yo vengo a convocar a los nuevos redimidos, a aquellos que abrieron su corazón para escuchar a Dios y para sentir en lo profundo de su espíritu la voz amorosa y poderosa del Hijo de Dios; Consciencia que los conoce profundamente, desde antes que ustedes existieran, desde antes que fueran esencias de luz en la Fuentes Creadoras de Mi Padre.
Hoy vuelvo, compañeros, a colocar a Europa y especialmente a Alemania ante la oportunidad de volver a la Fuente de la Creación de Dios para que los atributos del amor, de la compasión, del perdón, de la unidad, de la cura y especialmente de la luz estén dentro de la consciencia de este pueblo que debe reencenderse en el Amor de Dios, teniendo una gratitud profunda e infinita por todos los que han clamado en este momento a través de esta oración de hoy, por su pueblo, por su cultura y por su nación para que, por medio de la intercesión divina del Hijo, todo sea transfigurado con la ayuda amorosa y piadosa del Arcángel Miguel, quien ha extirpado nuevamente la esencia del mal a pedido del Padre Eterno.
Siéntanse entonces renovados y liberados. Siéntanse nuevamente bautizados por Mi Espíritu, por el Espíritu que descendió en Pentecostés y que trajo para los apóstoles, en el pasado, el fortalecimiento de su fe y del apostolado.
Por eso los invito como nación y como pueblo, como cultura en redención, a ser apóstoles Míos en este tiempo, no solamente a través de la oración de corazón y de la súplica, sino también expresando el amor interior a sus hermanos, a los que más sufren, a los Reinos de la Naturaleza que silenciosamente transmutan la condición del ser humano todo el tiempo.
Ustedes fueron bendecidos por una naturaleza exuberante y preciosa, porque los Reinos se donaron antes de ustedes para acompañarlos en su transición hacia la redención.
Y ahora que ese momento se aproxima y que no solo sus almas, sino también las almas de Alemania tendrán esa oportunidad de vivir la redención verdaderamente, por todo lo cometido y sucedido, alegren sus corazones y reconfirmen, una y otra vez, su filiación con Dios para que el Ángel de Alemania, profundamente ofendido por la acción de los hombres durante el pasado, reciba la ayuda que necesita del Ángel de Portugal para que reine en este pueblo los mil años de paz y sean partícipes de la venida gloriosa de su Redentor.
Que así sea.
Dios, por medio de Su Hijo, abre las puertas de Su Iglesia Celestial para que las almas comulguen con Su Fuente Divina, con los atributos del amor y de la unidad, atributos que expresaron la Creación de los Universos espiritual, mental y material.
Es así que ante la Fuente de la Creación del Padre y ante el Don divino de Su Misericordia, al igual que los ángeles del Cielo, los invito a postrarse en el suelo para recibir de Dios el Don de Su reconciliación y perdón, más allá de que sean de Alemania o no, porque la humanidad es única e inseparable.
Cuando la humanidad entienda eso, ya no existirán las guerras, el hambre, la desigualdad, los conflictos humanitarios y las persecuciones religiosas.
Cuando la humanidad acepte que es única e inseparable, todo cambiará para siempre.
Nos ponemos de pie.
"Señor del Universo, que todo liberas y transmutas, concede a Tus hijos la Gracia infinita de Tu Perdón para que todo sea reconstruido restaurado y reconciliado con Tu Espíritu. Amén".
"Por el Agua que brotó de Mi Costado, las almas reciban cura y Misericordia. Amén".
Celebro con los que más sufren y necesitan el ministerio de Mi Eucaristía para que las almas comulguen con Mi Espíritu que los renueva y que les trae la fe en estos tiempos.
Los que puedan se arrodillan para realizar esta consagración, consagración que renovará a Alemania y a todas las almas que aquí viven a través de la insondable Misericordia del Corazón de Jesús.
En aquel tiempo, cuando estaba con los apóstoles celebrando el misterio del Amor de Dios, manifestado a través de la presencia del Hijo, Yo traje todos los Atributos Divinos para el mundo, ofreciendo el pan a Dios para que fuera bendecido y consagrado en la presencia silenciosa de los ángeles del Cielo.
Después de ese momento les dije a los apóstoles, como hoy les digo a ustedes: “Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que fue entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.
Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces).
En la expansión de ese misterio de Amor, que provenía de la Fuente Divina del Padre, del mismo modo Él bendijo el Santo Cáliz. Y en ese momento lo entregué a Mis apóstoles diciéndoles: “Tomen y beban todos de él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por su Redentor para la remisión de los pecados. Hagan esto en Mi memoria".
Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces).
Oración: Padre Nuestro.
Este es el Cuerpo y la Sangre Divina de Cristo, dichosos los invitados a servirse de este Sacramento, porque alcanzarán la vida eterna.
Yo les enseñé hace mucho tiempo que se amaran los unos a los otros, que se soportaran y se acompañaran en los momentos de júbilo como en los momentos de tristeza, en los momentos de vida como en los momentos de muerte. Ahora Yo les pido que hagan lo mismo con quien tienen al lado, día a día, porque así lo harán Conmigo.
Renueven este pedido de su Señor todos los días que vendrán, así el Amor de Dios no faltará en el mundo, y las naciones de la Tierra aprenderán a corregir sus caminos y se colocarán en el camino de Dios; un Dios que no tiene religión ni gobernante porque es el Dios del Amor, infinito, amplio, profundo, curador, restaurador e interdimensional porque es un Dios omnipresente y omnipotente, es la Fuente que los ama todo el tiempo y que nunca los olvidará porque Su Amor es verdadero e invencible.
Que este Amor hoy llegue a las almas de Alemania para que, renovadas por el Sacramento de la Fe, se sientan dignas hijas de Dios.
Que la Paz profunda de Mi Corazón esté con ustedes, porque así la Paz que proviene de Mi Corazón estará con su pueblo y con todas las naciones.
En unidad y en amor por Mí se darán el saludo de la Paz.
Agradezco a Alemania, a Europa y a todos Mis seguidores por haber respondido a Mi llamado, este importante llamado espiritual por Berlín.
Les agradezco.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Nos podemos dar el saludo de la Paz.
La geometría sagrada es el símbolo más antiguo de esta humanidad. En verdad, ella surgió primero de la Fuente, para poder manifestar la creación y dar origen a los principios y a los atributos de la vida evolutiva.
La geometría espiritual, sagrada e inmaculada, siempre estuvo presente en la Tierra, a pesar de las eras y de sus diferentes épocas.
Las primeras humanidades conocieron estos sagrados símbolos, vivenciaron las sagradas geometrías, no solo para la elevación de la consciencia, sino también para la evolución de la genética humana.
Toda la configuración del ser humano como ser natural y espiritual, está formado por una geometría sagrada y perfecta, idea principal y originaria de los Padres Creadores.
Los primeros diseños de esta geometría fueron emanados por la Fuente Principal de Dios, la que hasta los días de hoy, emana el Amor, la Unidad y la Sabiduría.
La geometría sagrada no es solo parte de los mentalistas y de los filósofos, es algo que fue captado por los diferentes profetas, por el pueblo antiguo de Israel, hasta por el mismo Moisés.
Estos principios sagrados a través de la geometría, traen para el mundo el conocimiento del Propósito de Dios, y es la forma de unir puentes y dimensiones entre las consciencias.
Llegó el momento, de que la humanidad pueda curarse y regenerarse a través de la geometría sagrada, de la única y perfecta geometría que proviene de la Jerarquía Espiritual y de ninguna otra.
Lo que viene de la Fuente es incalculable, lo que ella emana es imborrable.
Desde los principios de la Tierra y desde antes de la primera humanidad, la geometría sagrada fue lo que constituyó la formación de este Universo local, para que después existiera la vida, la evolución, y por último, el despertar.
En la geometría sagrada está la raíz de sus orígenes, el conocimiento de sus constelaciones, la razón de haber venido a la Tierra para vivir una escuela de perdón y de redención.
Llegó el momento del tiempo de la síntesis, en el cual, Oriente conoció profundamente la geometría sagrada, la reverenció y aún forma parte de sí en este tiempo actual, a pesar del uso inadecuado que muchos pueblos han hecho de ella.
Pero esa geometría sagrada de la cual hoy les hablo, compañeros, se encuentra en la esencia del Santo Cáliz, dentro del Arca de la Santa Alianza, en donde todos los atributos, todos los propósitos y todos los pensamientos elevados de Dios, expresados antes del origen de la Creación, se encuentran allí guardados y protegidos por los santos ángeles.
Es este propósito del Arca de la Santa Alianza y la emanación de su geometría sagrada, la que después del fin de los tiempos y en la Nueva Tierra, con la Nueva Humanidad, deberá retornar al planeta para poder constituir una nueva raza, libre del sufrimiento, del dolor, de la agonía y del mal.
En la geometría sagrada se encuentra algo valioso e inextinguible. Es como si estuvieran delante de la manifestación más perfecta de Dios, representado a través de símbolos y de geometrías que traen una energía sublime para la consciencia humana.
En los Centros Sagrados como éste se guardan geometrías sagradas, principios fundamentales de la Fuente de la Creación, que en el silencio, acompañan a la humanidad desde el principio. Pero, es hora y es tiempo que este conocimiento sagrado pueda emerger de la consciencia humana, para todos los que se comprometieron a seguir el Propósito de Dios, y sobre todo se comprometieron a descubrir dentro de sí su universo interior.
¿Puedo continuar?
No escucho…
Todos responden: ¡Sí!
La geometría sagrada es lo que existe de más sagrado en el Universo. Fue el propio Dios, nuestro Padre Celestial, quien la creó y Él la entregó como algo inmaculado y sagrado en las manos de los arcángeles, para que ellos pudieran recrear y plasmar Su Divina Voluntad en el plano del espíritu, en el universo mental, y por último en este universo material.
Las geometrías sagradas son patrones de conducta que necesita el ser humano para este ciclo, para que pueda transitar y atravesar el fin de los tiempos, manteniendo viva dentro de sí la luz crística, la llama sagrada de la esencia, o como ustedes la quieran comprender, el despertar.
Hoy he traído entre Mis Manos uno de los Pergaminos de Dios, uno de los tesoros más antiguos de este Universo, de la Fuente Inmaterial de la Creación, del Universo de los Resplandecientes, en donde está escrito el origen del propósito de esta humanidad.
Dios pensó, en Su Silencio, la posibilidad de la existencia de criaturas tan semejantes a Él, que pudieran vivir el Amor como Él lo vive, que pudieran superarlo en el Amor, por medio de experiencias de unión, de luz y de perdón.
Por eso, Él creó una geometría sagrada, la que sintetiza la existencia de este mundo y de este universo local.
En esta geometría, de la cual hoy les hablo, está la posibilidad de que la humanidad entera reencuentre su camino, el camino que perdió hacia a la Fuente de la Creación desde el momento en que surgió la dualidad, o como ustedes la quieran comprender, como adversidad.
Pero en esa esta geometría sagrada que también está dentro del Arca de la Santa Alianza, se encuentra la réplica de este pensamiento muy elevado de Dios, que surgió de Su Corazón eterno desde el momento en el que Él sintió la voluntad y la necesidad de que Sus hijos lo pudieran conocer y reconocer, como Padre de la Sabiduría, como Padre del Amor, como el Señor de la Verdad.
Pero fue antes de Mi nacimiento en Israel, que los pueblos más antiguos del desierto conocieron la geometría sagrada de Dios.
En los cuarenta años en el desierto, el pueblo de Israel, al ser protegido y amparado por el Padre Eterno, en esa larga caminata, en la búsqueda de la Tierra Prometida, conoció y vivenció la esencia de esa geometría sagrada por medio del maná que lo sació y lo alimentó. Fue el contacto físico que tuvo con la esencia de ese Propósito de Dios que originó la vida en la Tierra y el surgimiento de la primera humanidad.
Fue de esa forma que antes del aparecimiento de Cristo en la Tierra, a través de Su encarnación en Belén, el pueblo antiguo de Israel pudo hacer parte de sí el Propósito Divino, lo que en su constitución genética y natural permitió, un tiempo después, que Mi esencia humana recibiera de ese pueblo lo más sagrado que alcanzó a nivel del Espíritu y del Mental Superior.
Cuando Yo estuve en la Tierra, fui la propia geometría sagrada de Dios manifestada como hombre y como consciencia. Fui el propio arquetipo y principio divino materializado en la Tierra, a través del vientre purísimo de Mi Madre en la intervención sagrada del Espíritu Santo.
Todo fue pensado, contemplado y meditado para que el mundo, a través de los tiempos y de las generaciones, nunca olvidara la principal geometría sagrada de Dios que es el Amor, que dentro de la consciencia humana permite la evolución, la ascensión y la expansión de la caridad.
En el Universo de Dios, existen muchos Pergaminos como éste. Revelaciones tan profundas y desconocidas por la mente humana que ayudará a todos los seres humanos a retomar el camino que perdieron hacia su verdadero propósito, hacia la verdadera razón que los trajo aquí por una meta espiritual, por un fin elevado, por un principio sagrado.
Sus almas, sí reconocen este legado porque son parte de esa manifestación, de esa experiencia, que comenzó en el origen de este Universo.
Mientras la Aurora contempla este escenario del Hijo trayendo al mundo la geometría sagrada de Dios, una gran bóveda celeste en los planos internos se manifiesta para todos sus espíritus, a fin de que ellos capten los símbolos sagrados de Dios, que el pueblo de Israel una vez conoció y que permitirá retomar en la Tierra la reverencia, para alcanzar la ascensión del cuerpo, de la mente y del espíritu.
A través de lo que Yo les enseñé a los apóstoles, por medio de los Sacramentos, también se encuentra la geometría sagrada de Dios, diversificada en diferentes principios y formas, al punto de que esas geometrías sagradas son materiales, por medio del Bautismo, de la Unción, de la Confesión, del Lavapiés y el más importante, a través de la Comunión.
Porque fue en la última cena, donde la más importante geometría sagrada de Dios descendió a través de Mí, en la materialización del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, geometría sagrada que Me permitió llegar hasta la Cruz, para poder expandir y donar todos los símbolos que redimieron en aquel tiempo a la humanidad.
Hoy los ángeles del cielo preparan las puertas del Universo, porque los impulsos de la geometría sagrada de Dios retornarán a la humanidad para que las almas puedan vivenciar una forma de vida diferente y aprendan, en la simplicidad, a superar el miedo, el error y el dolor que esta genética humana ha generado a través de los tiempos por haberse distanciado del Propósito de Dios, de la geometría sagrada del Padre.
El Arcángel Metatrón es el guardián y celador de la sagrada geometría de Dios. Él es el encargado, dentro de este Universo material y local, de enviar estos impulsos en el fin de los tiempos, a fin de que las almas alcancen una conexión profunda con el Padre Creador, por medio de la intervención de Metatrón Arcángel.
Es el fuego de ese arcángel, por medio de Su principal geometría sagrada, que permitirá la transmutación de la consciencia humana y la liberación del espíritu humano del pecado, del error, de la perversión y de la perdición.
Dios enseñó en el principio de este mundo, la primera y más importante geometría sagrada, que es el Verbo de la oración. Ella es el puente y es la base para construir una nueva vida que las almas, en poco tiempo, no reconocerán en sí mismas por el voltaje que la oración proporciona para la consciencia humana por medio de la elevación y de la transformación.
Quien viva la escuela de la geometría sagrada de la oración conocerá otras geometrías sagradas del Padre y el plano espiritual no estará más lejos de ustedes, lo podrán reconocer en su interior al tomar contacto con esos principios divinos que vienen de la Fuente.
Hasta hoy, es lo que Yo les puedo decir, porque la geometría sagrada tiene un elevado voltaje de energía espiritual e inmaterial que transmuta la consciencia humana, y los impulsos que vienen del cielo deben aprenderlos a vivir y a administrar, porque el conocimiento en sí ya es un impulso que quedará dentro de ustedes para llevarlos a dar un gran paso en algún momento de sus vidas.
Esta es la razón por la cual hoy Me detengo, porque las almas tienen una capacidad de soportar, pero confíen en lo que Yo estoy haciendo, así como Yo confío en lo que ustedes hacen, día a día, y en todo lo que hoy Me han ofrecido por el triunfo de Mi Sagrado Corazón en la humanidad.
Es esta fidelidad, esta constancia y esta fe que viene desde dentro de ustedes que permite la aproximación de este conocimiento para que la humanidad salga de lo superficial, de lo mezquino, de lo indiferente, para que sean instrumentos de esas geometrías sagradas en cada momento de la vida, como en cada acto de oración, para que sean espejos de Dios.
Agradezco a los que escuchan atentamente, porque esto emite una respuesta del Universo, de que al fin, el día de su despertar llegará para estar en comunión de una forma íntima y verdadera con la Fuente Principal de Dios, para que estén en contacto con Dios, aunque estén en la Tierra aprendiendo a superar el sufrimiento y aprendiendo a vivir el Amor.
La geometría sagrada siempre los elevará.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
El Maestro guardó el pergamino…
Y ahora, para sintetizar este impulso en la vida consagrada manifestada en diferentes formas, porque es algo que viven las almas, también se encuentra la sagrada geometría de Dios.
Y hoy consagraré dos nuevas auxiliadoras porque han manifestado esa constancia de buscar ese Propósito de Dios, y así, sigo reuniendo Mi rebaño para que reconozcan su filiación Conmigo y sobre todo, ese íntimo matrimonio con Mi Corazón.
Deseo tener aquí los elementos de consagración para las dos auxiliadoras.
Y en esos elementos, que se tornarán sagrados, también se espejará la geometría sagrada de Dios para que esté presente en todas Mis esposas que se han ofrecido para servirme a través de este servicio de donarse a los altares del Señor.
Todas las geometrías sagradas son vertientes del Amor de Dios, son la vivencia máspróxima de la Fuente de la Creación.
Los invito a colocarse de pie en reverencia a las sagradas geometrías de Dios, por ustedes, por sus familias, por sus conocidos, por la humanidad entera que debe recuperar los atributos de Dios por medio de estos últimos impulsos que Yo traigo del Universo para los humildes de corazón.
Celebremos ante las puertas del cielo este acontecimiento. Que la humanidad entera pueda ser merecedora de esta Gracia, porque lo verdadero solo proviene de lo inmaterial y de la vivencia del Amor en la vida material.
Escucharemos la melodía del Kodoish para que los ángeles, a Mi pedido y a Mi llamado, se reúnan aquí para traer hacia la Tierra la esencia de la geometría sagrada de Dios, fecundo tesoro que se guarda en los Centros Sagrados de la Jerarquía.
Padre, en cada elemento que Tú creaste, se encuentra la esencia de la geometría sagrada.
Hoy elevamos y ofertamos cada uno de estos elementos para que la consciencia humana sea transmutada y las almas alcancen el perdón y la redención. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Fray Melquisedec, Fray Juan de la Cruz, los dos hermanos, si pueden venir.
Del elemento agua que Dios creó, nace la geometría sagrada de la vida, del cual todo ser de la Tierra se alimenta y vive porque este elemento lo une y lo eleva hacia el Reino de Dios. Amén.
Comenzamos a entonar suavemente el Kodoish melódico para recibir los impulsos angélicos y acompañar esta ceremonia.
Canción: Kodoish melódico.
Inspiramos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Perdón, dijo que me olvidé de un paso...
Padre, este es Mi Cuerpo que como geometría sagrada, hoy es ofrecido al mundo para la remisión de las faltas y la redención de las consciencias. Amén.
Padre, este es el Cáliz de Mi Sangre que hoy amorosamente es ofrecido para la elevación de la consciencia humana, para la purificación de la vida terrestre, para la cura de los corazones. Amén.
Y a través de la geometría sagrada de la oración, Padre Eterno, bendice todos estos elementos y especialmente a Tus hijos, para que todos tengan fuerza interior de seguir adelante, a fin de alcanzar la victoria celestial. Amén.
Oración: Padre Nuestro en arameo.
Padre bendice a estos corazones para que siempre sean partícipes de Tu Gracia y de Tu Misericordia y actúen en este mundo como luceros de Tu Corazón, llevando la paz a toda la Tierra.
Yo las bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les doy las gracias por ser valientes para escuchar y no perder el coraje de poder hacer triunfar el Amor en este planeta. Sigamos obrando y viviendo en la Divina Misericordia.
Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En fraternidad, por Mí, por Mi Padre y por el Espíritu Santo, se darán el saludo de la paz.
¡Les agradezco!
Por medio de la Oración por la Paz en las Naciones vengo a instituir en la humanidad la Nueva Alianza entre los hombres y Dios y a través de ese ejercicio espiritual, vengo a conceder a las almas muchas más oportunidades para sus vidas, a fin de que más consciencias se puedan redimir.
Una gran red planetaria de luz se establece entre los mundos internos de todos los que se adhieren a ese ejercicio. Situaciones difíciles y caóticas en el fin de estos tiempos son resueltas y la Jerarquía espiritual, por medio de ese impulso que dan las almas hacia el Universo, puede interceder en una gran operación de rescate planetario.
A través de ese ejercicio espiritual de Oración por la Paz en las Naciones, la fe y la convicción de los corazones en el Universo Espiritual permite derrotar grandes fuerzas involutivas y consciencias que oprimen a grandes naciones del mundo, así como todas sus poblaciones y culturas.
Este es el preámbulo de la preparación para Mi segundo Retorno al mundo.
Será a través de todos los seres conscientes y disponibles al Plan de Dios que se comenzará a remover lo más impuro que existe en la humanidad y el planeta; así, las almas también se purificarán y sin percibirlo, trascenderán sus miedos, dificultades y dudas, porque contarán con el apoyo supremo de la Jerarquía Universal.
Cada vez que este trabajo se fortalezca y sea asumido conscientemente por cada orante y colaborador, se ampliarán aún más las oportunidades en la humanidad y aunque no lo puedan creer, ni afirmar, ese ejercicio tendrá repercusiones en varios lugares del mundo, en lugares más lejanos de la humanidad.
Por eso, la Jerarquía cuenta con el apoyo de todos los servidores de la Obra. Porque ellos siempre y para siempre, serán la base para que todo eso suceda y permitirán que más almas se aproximen a esta corriente poderosa de la oración, que va más allá de cualquier religión o cultura.
Porque las almas, en el fin de estos tiempos, uniéndose al propósito del rescate y de la redención de las naciones, permitirán descubrir a través del poder de la oración, muchos más atributos y sus vidas cambiarán de la noche a la mañana. Ya no serán forjados por las fuerzas del caos, porque su fe se fortalecerá en Cristo y por Cristo, y serán señalados por el Sacerdote Mayor cuando Él retorne al mundo por segunda vez.
Pero primero deberán prepararse desde el mundo interno, para poder conocer la verdadera Faz de vuestro Señor, que vendrá entre las nubes anunciando el retorno del Reino de Dios.
Y eso será escuchado como centenas de trompetas y el ser escuchará en su interior el llamado de la Palabra de Dios, que lo sostendrá en el fin de los tiempos y atraerá a su consciencia lo que en verdad existe en todo el Universo Mayor.
Por eso, compañeros, asuman ese compromiso como algo esencial e imprescindible. Así permitirán que muchas más cosas sucedan en la humanidad y en el planeta, y la energía de la Divina Gracia y el poder del Divino Amor pueda seguir convirtiendo los corazones perdidos, y reencontrarán su origen; no se sentirán solos, sino dentro de la gran familia espiritual de la Jerarquía.
Yo los invito a atravesar estos tiempos a través de ese ejercicio de Oración por la Paz en las Naciones, porque la unidad entre las almas y los corazones creará una protección invencible, que surgirá primero desde sus consciencias, porque será impulsado por sus espíritus superiores que finalmente despertarán a la vida cósmica.
Los velos de la consciencia caerán de sus rostros, reconocerán sus errores y reconocerán sus aciertos.
Pero la Ley de la Misericordia que todavía actuará por un tiempo más, equilibrará todas las deudas y todos los cometidos, porque el sincero servicio incondicional de sus corazones abrirá las puertas para la redención y la cura de sus consciencias; despertarán para sus atributos y dones, reconocerán sus talentos y linajes, y en esa unión perfecta con la Jerarquía Espiritual y Divina, ya no perderán el tiempo en esta humanidad, porque caminarán conscientes hacia un mismo propósito y hacia una misma meta, sabiendo que desde las Esferas sublimes del Universo vendrá la ayuda y sus corazones, su mundo interno, se unirán en esa perfecta alianza espiritual con la Jerarquía.
Aún los tiempos más difíciles no llegaron. Pero tienen en sus manos el poder de la oración para poder transformarlo todo.
Ustedes son consciencias impredecibles como humanidad. Aún están a tiempo de cambiar los acontecimientos del planeta. Y aunque el planeta se purifique ampliamente, los espíritus sobre la Tierra que estén coligados con la Jerarquía no perderán la fe, no se disolverá la confianza. Vivirán la fortaleza por medio de los impulsos del Espíritu Santo.
Y finalmente, compañeros, en esa verdad que vivirán a partir del nuevo ciclo, estarán cumpliendo su misión y su tarea en esta humanidad y sirviendo a este planeta dentro de esta escuela de redención y de perdón.
Deben conseguir espejar lo que en verdad ustedes son, en esencia. Por eso deben abandonar los hábitos y las costumbres de la vida humana para que las energías sublimes del Universo que impulsa la Jerarquía, por medio de su presencia y de sus herramientas, pueda transustanciar y transfigurar a sus consciencias completamente, sabiendo que la materia seguirá siendo materia; pero la materia humana, especialmente sus células y átomos, se pueden volver a iluminar.
Si ustedes buscan la trascendencia interior, ayudarán a elevar la consciencia de la humanidad perdida. Los tiempos del caos, por más que sean difíciles, se podrán transmutar y purificar, porque corresponderá a todos la purificación del planeta y de la consciencia humana.
Y como las grandes estrellas del Universo, llegará la Jerarquía a la Tierra, en Su Consciencia sublime de Luz, para volver a restablecer el Proyecto de Dios como fue en el principio.
Pero están en un tiempo aún de vencer la dualidad y de poder atraer hacia la Tierra los atributos que la humanidad tanto necesita para estos tiempos.
Ustedes son una humanidad actual en transición y en redención, pero sepan que cuentan con el apoyo de la Consciencia Universal del Único, del Todo Poderoso, del Altísimo, de Adonai, Abba y Emmanuel, como ustedes lo puedan identificar y sentir.
La Fuente Primordial vendrá al auxilio de la consciencia humana en el fin de los tiempos y todos tendrán la oportunidad y la Gracia de reencontrarse con su verdadero y profundo ser.
Mientras estoy aquí, con ustedes, también les hablo a los mundos internos de todas las almas de la Tierra y Mi Espíritu Divino abraza a muchas consciencias.
En este momento desciende la Divinidad para poder transformar a todos los seres, que en sinceridad y en honestidad se abran para poder vivirlo.
Por eso también los elementos de la naturaleza también Me acompañan en este día, porque todo forma parte de una sublime purificación de la consciencia, hasta que finalmente, se puedan consagrar.
Que sus almas reciban este impulso de Cristo como uno de los últimos y que puedan recibir de la Fuente lo que en verdad necesitan a fin de que sigan creciendo interiormente y no exteriormente.
Hoy, no estoy solo aquí. La Jerarquía Espiritual está contemplando este momento, momento en el cual los mundos internos se postulan para dar un nuevo paso en la consciencia delante del escenario del fin de los tiempos y de los próximos acontecimientos que llegarán al planeta.
Toda la Jerarquía evalúa este momento y la sensibilidad de los corazones delante del Reino de Dios.
La Jerarquía Espiritual reflexiona y acompaña este momento a pedido de Dios, sabiendo que esto no sucede solo aquí sino también en el mundo, en todas las naciones y en todos los pueblos, en los que se han postulado para vivir el Plan.
Mis impulsos removerán muchas cosas, pero susténtense en la Divina Misericordia de Mi Corazón, porque lo que tengo pensado y diseñado para cada uno es perfecto, solo deben abrirme la puerta de su corazón para que la Energía Divina pueda entrar y ser parte de sus espíritus, de su esencia y de sus almas.
Reciban entonces, colocando sus manos en señal de recepción, esta Gracia, que hoy no será comprendida ni entendida, sino que el tiempo la revelará cuando cumplan los Designios de Dios: que vinieron a vivir como almas, como eternos servidores en la superficie de la Tierra dentro de esta gran hermandad universal.
Mi Silencio también atrae a las almas hacia la Redención y curo infinidad de almas miserables, que después de tanto tiempo reciben esta oportunidad, efecto insondable de la Divina Misericordia.
Pueden colocar las manos sobre el corazón.
En esta comunión con la Vida Infinita, que intenta regenerar la vida humana, la consciencia planetaria y todos los Reinos de la Naturaleza, gravemente ultrajados por el hombre y hoy siendo curados por Mi Espíritu, que nazca de sus corazones una nueva oferta para Dios, que en el silencio de su templo interno podrán proclamar para el Creador, por medio de la bendición y de la consagración de todos estos elementos, que no solo transustanciarán una vez más al Brasil, sino también al mundo y a muchos más que esperan por esa Gracia.
Todo esto es generado por el Amor de Mi Corazón, que abre las puertas a millones de almas miserables que necesitan de la compasión de Mi Corazón para sobrevivir, para que puedan vivir la cura y el perdón.
En este momento, compañeros, he recibido en Mis Manos, desde sus mundos internos, su ofertorio, para que sea contemplado por la Fuente de la Creación y él sea elevado al Cielo por el impulso de trascendencia de todos los ángeles.
Que en esta comunión con la Vida, la vida humana sea respetada y sobre todo, los que nacerán sean respetados, para que el mundo tome consciencia algún día, que la vida de cada ser es el mayor Proyecto de Amor de Dios.
Hoy, Me apiado por los madres que han abortado, por los hijos que nunca nacieron, por las almas que fueron ultrajadas.
La Misericordia de Mi Corazón llega a todas las vidas, también en los planos internos, para que esas almas tengan una nueva oportunidad dentro de este Universo y se sientan amadas, así como Mi Madre los ama en todo momento y a cada instante.
Por esa razón, hoy he venido especialmente para pedir a las madres del mundo la oración por los no nacidos, a fin de que el Padre derrame Su Gracia y no Su Justicia, y las madres que no han comprendido lo que tenían en su vientre, tengan la oportunidad de volver a amar y de perdonar, así como hoy Yo los perdono y los absuelvo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Esa oración será realizada dos veces a la semana: los días lunes, en honor a los Misterios de la Alegría, por el nacimiento y el renacimiento del Cristo interno en todos los seres, especialmente en las madres del mundo que se deshicieron de sus hijos; y los días viernes, para recordar el sacrificio y el dolor de su Señor por este pecado, tan grande en el mundo, que intenta esparcirse por las naciones como si fuera una nueva moda.
Que la vida espiritual sea respetada para que la vida material sea amada. Que así sea.
Oración del Ángel de la Paz:
Mi Dios, yo creo en Ti... (x3)
Así como Mi Energía transustancia sus consciencias, que estos elementos que fueron colocados a los pies de Mi Altar sean transustanciados para el beneficio de las almas y la Luz en el planeta.
Que así sea.
Padre Celestial, que a todos conduces... (x3)
Por el agua que fue derramada en la Cruz, hoy todos los que serán sacramentados reciban la energía de Mi Gracia, a fin de que esta Gracia se expanda en la humanidad y las almas se sientan atraídas hacia Mi Corazón. Que así sea.
Cuántas Gracias hoy derrama Mi Espíritu sobre todos los que la necesitan, a fin de que encuentren, verdaderamente, la alegría de vivir en Dios.
Bendice Padre, estos elementos, a fin de que sirvan de ayuda a todas las almas y los corazones puedan elevarse en espíritu hacia Tu Reino. Amén.
Que con el mismo poder del Amor que fue ungido por las mujeres de Jerusalén en el Santo Sepulcro, hoy sean ungidos los hijos de Dios, para que encuentren el camino del propósito y de la eterna vida. Amén.
Fray Elías:
Nos ponemos de pie.
Hoy, los ángeles del Universo recuerdan especialmente la Pasión y Muerte de Su Señor.
En este momento y a través de todos estos elementos, del pan y del vino, se vuelve a constituir el gran misterio de este Amor que dio la vida por todos los hombres de la Tierra.
En aquel tiempo tomé el pan y conociendo el mayor dolor que sufriría por el mundo, le ofrecí al Todopoderoso este sacrificio y Él, en Su nombre Trino lo bendijo.
Lo entregué a Mis Apóstoles, diciéndoles que "este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres para la expiación de todas las faltas".
De la misma manera, tomé el cáliz y conociendo el padecimiento, la flagelación, el calvario y la Cruz, por medio de la Sangre que derramaría ofrecí este sacrificio a Dios, y Él lo bendijo en Su Consciencia Trina.
Y les dije a Mis apóstoles, como a muchos presentes más: "Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, de la nueva alianza entre las almas y Dios hasta el fin de los tiempos".
En el nombre de la Santísima Trinidad sean constituidos y transustanciados estos elementos en el nombre del Señor, en el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Padre Nuestro...
Y con el Soplo de Mi Espíritu dejo en la Tierra muchas oportunidades para las almas, dejándoles Mi Corazón como testimonio vivo de Mi Amor, que proviene del Corazón de Dios.
¡Que sean bienaventurados los que serán sacramentados y se servirán del Cuerpo y la Sangre de Cristo!
Hoy, de nuevo les dejo Mi Paz y Mi Paz les doy, para que sean paz en la Tierra y en todas las naciones del mundo.
¡Que el Universo Celestial y el poder infinito del Amor, representado en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, los bendiga y los colme!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En el nombre del bien, de la caridad y de la compasión, se darán fraternalmente el saludo de la paz.
Les agradezco por haberme acompañado estos días, porque ha sido muy importante para Mí.
¡Les agradezco!
Ahora provengo de un lugar que muchos no conocen, un lugar en el cual fui recibido una vez y desde donde retornaré al mundo. Lo pueden conocer como la Casa del Padre, la Fuente Celestial o el Universo.
Provengo del Corazón de este Universo, que se ofreció para gestar la vida y la Creación, para que todas las almas pudieran vivir una experiencia de amor verdadero y alcanzable, para que las almas pudieran vivir una experiencia de redención y de perdón.
Vengo desde ese Corazón que pulsa en el centro del Universo y desde ahí me envía el Padre al mundo, para poder proclamar Su Palabra de Salvación y de Luz, para traerles los impulsos que necesitan a fin de que sus consciencias puedan despertar a la verdadera realidad que emerge del Corazón del Universo.
Hoy les muestro Mi Faz de Universalidad.
Soy Aquel que estuvo entre ustedes hace más de dos mil años atrás.
Soy Aquel que resucitó, que padeció por ustedes y que se ofreció a ustedes por amor; por un amor que aún no es conocido.
He aquí a quien ascendió a los cielos y está cerca del Padre Celestial para darles a conocer la inmensidad de Su Misericordia, la gran bondad de Su Alma Eterna, la Infinitud de Su Amor por cada una de las criaturas que surgieron de este Universo, para vivir una experiencia de amor y una gran oportunidad de perdón.
Aún la historia de la humanidad no ha terminado, ni tampoco su pasado ha sido disuelto. Aún el Universo necesita curar a la humanidad y para que eso sea posible, primero deberán curar sus corazones, para que después se pueda curar el mundo y finalmente se pueda redimir.
Con Mi Mensaje Universal vengo a retirarlos de la superficialidad de estos tiempos, de la ignorancia de estos tiempos, de lo que los separa de la Verdad y del Amor.
No quiero instituir en ustedes una nueva iglesia. Quiero instituir en sus corazones Mi eterna Iglesia Celestial que es invisible, superior e infinita ante los ojos de los hombres.
Crean, compañeros, en el manantial que existe dentro de ustedes, en el universo que existe dentro de ustedes y que ningún hombre les podrá quitar.
Los invito a religarse al espíritu de Mi Universalidad, porque si ustedes contemplan el Universo, contemplarán la Creación y alcanzarán el propósito de sus vidas.
Necesito Nuevos Cristos que sientan como Mi Corazón y como Mi Alma; que conozcan la inmensidad de Mis Obras, que van más allá de todas las iglesias de la Tierra.
Porque Yo ascendí a los cielos por ustedes y vengo del Cielo por ustedes, para revelarles Mi nueva Tarea y el propósito que el Padre Celestial depositó en Mi Misericordioso Corazón.
Por eso, los invito a abrir la consciencia para que sepan que soy más que Jesús, un hombre humilde que vino a la Tierra, para enseñarles sobre el amor y la importancia de la instrucción para sus vidas.
Superen los límites de la materia. Abriendo sus consciencias, sus corazones sentirán Mi Presencia y sabrán que desde donde vengo es un lugar especial para todos, en donde todos pueden comulgar con esa preciosa Energía Divina que se ofrenda de tiempo en tiempo, que se muestra de ciclo en ciclo, para que las almas puedan reconocer la Voluntad de Dios.
No vean al Padre como un juez. Vean al Gran Único y Eterno en la infinitud de Su Misericordia. Reconozcan en su interior los atributos que Él les entregó por amor. Sagrados Dones de Su Espíritu que deberán despertar sus talentos, para que al igual que muchos hombres y mujeres de la Tierra, se animen a servirlo plenamente, viviendo el servicio con alegría y con un profundo gozo en el corazón.
Yo vengo desde ese lugar del Universo, para que sepan que soy más que un nazareno y que vine aquí, a la Tierra, así como vengo en este tiempo para llevarlos al Universo de Mi Verdad.
En la Universalidad de Mi Corazón, la que ustedes pueden encontrar, no tendrán restricciones ni límites. Porque lo que proviene de la Fuente y está en el Corazón del Hijo de Dios, invita a las almas a vivir los Proyectos del Padre y a realizarlos en este planeta por medio de la donación de las almas.
Los invito, compañeros, a encontrar Mi Espíritu Divino más allá de las formas y de las religiones; porque Yo provengo de un lugar superior que concibió la gran oportunidad para el mundo de traer a la Tierra el Amor y la Redención, a fin de que todos los seguidores de Mi Corazón, algún día se volvieran testigos de Mi Presencia y de Mi Palabra.
Es así que Yo no los vengo a evangelizar, ni tampoco los vengo a comprometer. Les vengo a traer el mensaje del despertar, porque este mundo y esta humanidad debe salir de la inercia en la cual se ha colocado, para que viva su gran transformación en nombre de todo el Universo y de toda la Creación.
Anímense a dar ese paso y háganlo más allá que Mi Nombre. Háganlo por todo el Universo, por la verdadera experiencia de amor que vivieron en otros tiempos, la cual hoy les traigo para que puedan recordar y así despertar.
No están aquí, en este planeta, solamente por una vivencia humana. Son parte de un Propósito y de un gran Plan Infinito, que fue pensado y meditado por la Fuente y entregado a los grandes Arcángeles de la Creación, quienes en el nombre del Amor y de la Sagrada Unidad han gestado los proyectos en todos los universos y especialmente dentro del universo interior de cada ser.
Por eso reconozcan su filiación con lo Alto. No les pido que se vuelvan religiosos. Les pido que sus vidas se rediman y se conviertan según Mi Mensaje, para que los Atributos de Dios puedan emerger en sus corazones.
Desde ese lugar del Universo vengo a ayudar al mundo y no me detengo por los que han quedado para atrás. Sigo adelante por los que Me acompañan. Cada alma tendrá su momento ante Nuestro Señor y eso es algo irrefutable.
Por eso con la consciencia que les traigo y con todo el Amor que les entrego, establezcan esa alianza con el Universo y sigan elevando sus consciencias, no solo a través del servicio o de la oración, no solo a través de la fraternidad y de la consideración, sino también a través del despertar de la consciencia para lo que verdaderamente cada ser de este planeta se ha comprometido a realizar en nombre de la Creación, por la redención de esta raza y la purificación de este planeta, para el establecimiento de una nueva y sagrada humanidad en comunión y en alianza con todos los Reinos de la Naturaleza.
Así, la historia de esta dolorida humanidad, cambiará para siempre si más consciencias responden a Mi llamado; si más consciencias se animan a buscar dentro de sí la riqueza de su universo interior, que es una memoria inapagable.
Yo necesito, compañeros, que descubran dentro de ustedes lo que verdaderamente son, así ayudarán también a construir los nuevos tiempos y llevarán al mundo la paz y el amor que tanto necesita, para que muchas más almas, al igual que ustedes, se animen a dar nuevos pasos en el sagrado compromiso con el Creador.
Buscando la unión con su universo interior, estarán en comunión con el Universo Superior y las leyes en sus vidas cambiarán y aprenderán por medio del amor y de la alegría. Así serán Mis testigos por medio de la transformación de sus vidas.
Por eso hay algunas consciencias en este tiempo, que temen dar ese paso, prefieren quedar en su resistencia y en sí mismos, para no cambiar. Las almas piensan que sufrirán por poder transformarse. Pero la Ley que Yo les traigo del Universo es totalmente lo contrario.
Anímense a cruzar el portal que Yo he cruzado una vez, aceptando la Voluntad del Padre y realizándola en la Tierra según Sus sagrados designios de la Fuente.
Por medio de Mis Palabras y del Universo que hoy les traigo a todos, disuelvo el pasado de Austria, los hechos de sufrimiento y de dolor, para que en el renacimiento de la Llama de la Fe y de la confianza en lo divino, las almas se animen a dar un gran "sí" al Universo.
Toda la humanidad está frente a una gran elección que podría cambiar el rumbo de los acontecimientos. Por eso, como hace más de dos mil años atrás, pero ahora en todos los lugares del mundo, vengo a llamar a Mis rebaños que vienen con diferentes experiencias, culturas, lenguas e historias profundas que Yo vengo a transformar y a sublimar en la Presencia del Dios Vivo, por medio del Hijo y de Su Corazón.
Celebremos este momento, en donde el Universo Superior ingresa en el universo interior de los corazones, para disolver el sufrimiento y el pasado y hacer renacer la alegría de estar en comunión con lo Alto.
Sean partícipes de este momento, no solo por medio de los Sacramentos, sino también a través de la unión interna de cada una de sus esencias con el Hijo del Amor.
Incienso.
El altar será bendecido para profundizar aún más en la unión interna de los corazones con el Creador y para que Sus Ángeles resplandecientes desciendan a la Tierra y traigan la Gracia, el Perdón y la Misericordia, por medio de la transustanciación; una Ley que hoy se cumple en los corazones que comulgan con el Amor.
Única y poderosa Fuente del Universo, que creaste todo lo que existe y todo lo que vibra y que Te haces presente en el universo interior de cada ser; desciende ahora a la Tierra, para que las almas se liberen del error y renazcan en el poder de Tu Glorioso Amor. Amén.
Por el agua que brotó de Mi Costado, que esta agua de conversión y redención brote como una fuente inmaterial en los corazones que se abran para comulgar con Mi Espíritu. Amén.
Quien hoy se lave los pies, se librará del pasado y se le concederá una Gracia por los méritos alcanzados por Mi Corazón. Amén.
Te ofrecemos, Universo, el Sacramento de la Redención, para que las criaturas de este Universo material, que vibran según Tu propósito y entendimiento, puedan recibir Tus células de Luz, vibraciones sutiles e inmateriales que transforman lo más profundo de los seres, a fin de que se cumpla Tu Voluntad.
La Fuente Inmaterial del Amor que proviene del Universo, encarnó como un hombre para testimoniar al mundo la grandeza del Amor y de la Redención.
La Fuente Inmaterial les entrega el Cuerpo y la Sangre de Cristo para que sus células reciban los impulsos y los méritos que alcanzó el Redentor.
Por eso, hoy les recuerdo el Legado que quedó registrado en la memoria del planeta hace más de dos mil años.
Coman y beban del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, para que comulguen con el legado universal, que Dios expresó por medio de Su Hijo.
He aquí el Amor Vivo entre los hombres y mujeres de la Tierra. Felices serán los que comulguen con Él, para recibir la Gracia de la Fuente y la Misericordia del Único.
Que así sea.
Padre nuestro...
Este es Aquel que se entregó por ustedes y que se seguirá entregando. Dichosos serán los que participen de la comunión con la Fuente Inmaterial. Amén
Que en Austria y en Europa Oriental se establezca la Paz, a fin de que los corazones despierten al llamado de la Fuente para renovar los tiempos, para cambiar las formas, para encender nuevamente los espíritus y alegrar los corazones.
En el nombre de la Fuente del Amor y del Centro de este Universo, Yo les doy la Paz, para que sean paz, para que irradien paz, para que lleven la Paz de Mi Corazón a los que más lo necesitan.
Dios bendiga en este día, por intercesión de Su Divina e Insondable Misericordia, a todos los que escuchan Mi Palabra.
Reciban la Paz y la Misericordia de Dios.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por responder a Mi gran Convocatoria Universal.
Ahora pueden darse el saludo de la paz.
¡Les agradezco!
Hoy, sus corazones serán perdonados y sus vidas serán renovadas, porque el Todopoderoso está llegando después de Su Hijo, para liberar al mundo de las tinieblas y la perdición.
Él viene a congregar a los espíritus que lo han amado y lo han honrado, que le han dado alabanzas a Su Nombre y a toda Su Creación.
Hoy estoy ante sus miserias más profundas, pero vengo a buscar su más grande amor, aquel amor que hoy Me entregaron y Me donaron, incondicionalmente, para que Yo pudiera estar aquí, entre los Míos y darles a comulgar de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, de Mi Espíritu y de Mi Divinidad.
Hoy, el Padre llega con Su Reino, Sus ángeles y arcángeles, con Sus coros celestiales, a bendecir la primera Cruz Azul. Y el soplo del Espíritu llegará a las almas y encenderá los corazones de un desconocido gozo que nunca vivieron.
Así como los Dones de Dios descendieron en el Cenáculo sobre los apóstoles y María, hoy los siete Dones del Espíritu Santo se congregan aquí para descender en sus corazones y esencias.
Entonces, compañeros, es un gran momento de renovación y de júbilo, en donde el pasado deberá borrarse de su consciencias y mentes, porque ahora sí podré caminar con los que están firmes, con los que han aprendido a salir de la tibieza y del desamor .
Ahora sí, podré caminar con los que han de ser justos, con los que aprenden a llevar adelante Mi Obra, con los que han dicho sí, a Mi Sagrado Corazón. En ellos no recostaré la cruz de las amarguras y del sufrimiento, sino la Cruz de Emmanuel, que es la Cruz de la victoria y de la elevación de la consciencia humana hacia el Reino de Dios.
Así, sus espíritus se elevarán y deberán creer, compañeros Míos, que sus penas se disolverán completamente, siempre y cuando den el permiso para ello.
Por eso, con esta dulzura que ahora brota de Mi Corazón, hoy no vengo a ver a los pecadores sino a los que se redimen y a los que caminan en el sendero de la transformación interior todos los días.
No crean, compañeros, que ganarán el Cielo mientras estén en la Tierra.
Han venido aquí, como la humanidad, para aprender a amar y perdonar, para aprender a vivir la compasión y la justicia en cada detalle.
Cuando eso se alcance, toda la humanidad estará libre de la adversidad y del pecado, y las puertas de los infiernos se cerrarán tantas veces como las ha cerrado Dios a través de Su Hijo y de Su Sierva Fiel, así como de San José.
Beban de este momento como un único momento que no se repetirá nunca más. Unir el Cielo y la Tierra, el Universo y la humanidad es algo grandioso que no sucede todos lo días.
El Padre no desciende al mundo desde que Yo ascendí a los Cielos. Imaginen, compañeros, cuánto tiempo ha pasado para que llegara este momento en donde los méritos de Mi Pasión y de Mi Cruz estarán grabados en el resplandor de la Cruz Azul.
Por eso, hoy he detenido a la tinieblas y a Mi adversario. Aquí está presente ante sus ojos la manifestación de la Voluntad de Dios y de Su divino Propósito. Y ustedes, en este momento, compañeros, están siendo llevados a ingresar en el espíritu de Emmanuel, en donde se encuentra la paz, la armonía, la cura y el perdón de todas sus faltas.
A esto se acrecienta la Luz de Aurora y su divino Rayo de Liberación, que hoy trabaja silencioso sin mover tantas leyes ni energías, sino en el interior de las consciencias y de los corazones que se abren para poder encontrarla.
Vean entonces, compañeros, como en este momento, el tiempo de la ilusión se detiene en una parte de este planeta e ingresa el Real Tiempo de Dios, para hacerles sentir en Su silencio, la unidad con todo el Cosmos y con toda la Vida universal.
Para eso los Resplandecientes, los Elohim, son los que abren las puertas entre los planos, para que el Padre descienda aquí con Su Espíritu.
El viento viene a limpiar el mal pensamiento de los ingratos, para que no los afecte, sino que prevalezca el Soplo del Espíritu de Dios sobre sus consciencias, en este momento.
En recogimiento y oración, vayamos al encuentro del Padre y de la bendición de la Cruz Azul.
Síganme.
Escucha Señor la voz de Tu pueblo. Escucha la voz de toda esta raza, que hoy se postra a Tus Pies para alabarte y glorificarte.
Escucha Emmanuel la voz de Tus hijos y llega a este mundo con todo Tu Poder y Esplendor, para que las tinieblas más impenetrables sean disipadas, para que los corazones se liberen de las cadenas de la perdición y de la ilusión y se establezcan los Cristos del Nuevo Tiempo; aquellos que vendrán de diferentes partes del mundo y se colocarán a los pies de Tu Cruz para esperar la llegada de Tu Hijo.
Escuchemos la Voz del Padre, que hoy no solo esta en los Cielos, sino también está aquí sobre Aurora, como el Sabio Creador de todo lo que existe, como el Padre de la Misericordia y de la Bondad, que en Su aspecto divino de Emmanuel llega a Sus hijos, para bendecirlos con Su Luz redentora y cósmica.
Mientras los Cielos se abren ante Ti Amado Señor, desciende con Tus Rayos el poder de la Creación y de toda la manifestación divina, para que se cumpla sobre este planeta Tu divino Pensamiento y las almas encuentren, finalmente, el camino del amor y de la reconciliación.
La Voz del Padre Eterno:
Amados hijos, escuchen a Su Padre.
Yo Soy el principio y Soy el fin.
Yo Soy el que Soy y vengo del Universo espiritual para congregarlos en Mi Amor y en Mi Justicia.
Los siete Ángeles Regentes que fueron convocados, que ahora desciendan y que se encienda la Cruz .
Hoy, el Padre del Amor bendice este símbolo, que unirá a los pueblos y a las naciones; que traerá la esperanza a los no redimidos y que dará la redención a todo el mal, para que triunfe el Amor de la Fuente; para que reine la Verdad y la Justicia.
Amados hijos, Yo los amo y los espero con Mis Brazos abiertos para que Mi Amado Hijo los lleve hacia Mí y puedan estar sentados a los pies de Mi Trono junto a los ángeles, para que cantemos Gloria y Aleluya.
Mientras sus ángeles de la guarda se postran al suelo, las penas más profundas son perdonadas y por medio de esta Cruz Azul se cumple un Propósito más de Dios sobre la superficie de este planeta.
La Voz de Cristo:
Hijos y compañeros Míos, para que la Luz de Emmanuel se haga visible entre las consciencias, entonemos Su Nombre sagrado, para que los ángeles derramen los códigos y los méritos alcanzados durante Mi Pasión y así se abran las puertas a las oportunidades y a las Gracias para todas las almas que buscan la unidad con el Padre y la Creación.
Hoy cantaré junto a ustedes el Nombre santo de Emmanuel.
Todos entonan Emmanuel.
Sientan sus corazones liberados del pasado, de las amarras y de las perversiones de la vida.
Sientan sus corazones llenos de la Luz de Emmanuel y comulguen del Padre, que hoy está aquí con Su Consciencia divina para traer la Paz a este mundo y también la Fuente de Su Compasión.
Y ahora, llamemos a los Nombres de Dios, para que los Ángeles Regentes, que fueron designados por el Universo, llenen esta Cruz con los códigos de la Divinidad de Su Amado Hijo.
Todos entonan los Nombres santos de Dios: Adonai, Emmanuel, Abba, Elí Elí, Yahvé, Shekinah, Elohim, El Shaddai, Iod He Vaud He.
Que esta renovación traiga para las consciencias la ampliación de sus caminos, en la consagración y en la fe, el ingreso por las puertas de la Misericordia al Reino de Emmanuel para que siempre aprendan a vivir y a cumplir Su Voluntad por más pequeña que sea.
Yo los bendigo, bajo la Luz Poderosa de Emmanuel abriendo en este Centro Sagrado el descenso de Su divino Espíritu para que las almas lo encuentren en su interior.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Dejen que Mi Espíritu los invada completamente, para que puedan comprender lo que hoy necesito.
Dejen que Mi Corazón los colme y los transforme, a fin de que en ustedes se pueda crear un nuevo ser.
Yo vengo a estar sobre Argentina porque lo necesita para este tiempo final y sus corazones también lo necesitan, para que puedan aprender a vivir en Dios y así saber cumplir Su Propósito, que llega en estos tiempos a llamar a todos los corazones, a todas las vidas que se abran para unificarse Conmigo en el Amor y en la Verdad.
Pero hoy, no solo vengo por ustedes, compañeros; también vengo por los que ya Me siguen, por los que están viviendo sus pruebas, por los que están enfrentando su transformación.
Pero sepan que todo está en su lugar, tanto lo que vive el mundo como lo que ahora viven ustedes en este tiempo de transición, en donde las almas y los corazones deben aprender a amar, como nunca antes han amado.
Por eso sean fuertes, sean valientes y den los pasos definitivos hacia Mi Corazón, Yo los ayudaré compañeros.
Yo estoy aquí extendiéndoles Mi Mano para que la tomen fuerte y sepan caminar Conmigo en este tiempo de tinieblas, en este tiempo de desafíos; en el que ni siquiera ustedes saben que es lo que sucederá de aquí a un segundo.
Por eso vivan en la Fe, vivan en el Amor y aspiren todos lo días por la Divina Unidad, para que Mi Padre los pueda recibir con Sus Brazos abiertos; para que Él les pueda entregar sus Gracias y para que en este tiempo se forje en ustedes el nuevo hombre, aquel hombre que está libre de amarras, de cadenas y de prisiones.
Permitan que el Fuego de Mi Corazón los traspase profundamente.
Permitan que Mi Luz los compenetre desde la esencia, hasta el espíritu: que todo sea modificado, que nada se cristalice, que todo se transfigure y que todo se polarice hacia la Luz, para que puedan conocer en el próximo tiempo Mi Reino; aquel Reino que Yo he hablado en tiempos pasados a los apóstoles y a todos los que tuvieron la Gracia de escuchar Mi Voz en el Nombre de Dios.
Vengo para entregarles lo mismo, Vengo para darles Mi Legado.
Necesitan aprender a vivir en la Ley y a no salir de ella. Si están en la Ley, estarán protegidos y no tendrán que sufrir compañeros.
Acepten este tiempo de transformación como algo único y ya no hagan sufrir a sus hermanos; al contrario, que ellos puedan sentir su amor, su transparencia y su humildad que deben hacer de sus corazones, que debe surgir de sus esencias, para que el viejo hombre muera y surja el verdadero espíritu; aquel espíritu que recibirá los dones de Dios, aquel espíritu que formará parte de la nueva humanidad y de la nueva Tierra.
Mientras tanto, transfórmense, transfórmense mucho, pero de verdad, háganlo por Mí y por sus hermanos.
Demuestren a Dios que están comprendiendo y ya no pierdan tiempo, porque Mi Retorno está próximo y Yo los necesitaré verdaderos; tan verdaderos, tan cristalinos como el agua que surge de las entrañas de la tierra y que les da beber de la vida, que les quita la sed, que los cura y los redime.
Compañeros Míos, sean el bálsamo de Dios; sean curadores del nuevo tiempo por medio de la oración y no de las palabras; sean servidores del ejemplo y de la caridad; que los corazones del mundo puedan sentir las expresiones de su amor, para que todo se vivifique y se redima como Dios, nuestro Padre, que está en los Cielos lo necesita.
Atraviesen, compañeros, el puente sobre los abismos y únanse en lazos de amor y de unidad para que puedan atravesarlo sin miedo y sin dudas.
Porque si su Fe es fuerte, nada les atormentará, y tendrán firmeza y coraje para poder atravesar muchos puentes más; puentes que los esperan mas adelante, en el próximo tiempo, cuando todo termine de definirse.
Hoy vengo aquí por ustedes y por el mundo, con este mensaje para despertar en cada corazón humano la consciencia del Amor; un Amor que los hará libres, un Amor que los quitará y los sacará del cautiverio en el cual puedan estar en este tiempo.
Pero sigan confiando en Mi Divina Misericordia porque así Yo siempre los ayudaré.
Mientras les hablo vengo a liberarlos de las prisiones de aquello que los acongoja, de todo lo que perturba el corazón. El tiempo que se aproxima no será fácil. No puedo prometerles la vida eterna sobre este planeta en llamas y en tribulación; pero puedo prometerles Mi Reino, mientras estén aquí, sirviéndome incansablemente.
Les pido que crezcan no solo de corazón, sino también en consciencia, sabiendo en este tiempo discernir con sabiduría; para que cada prueba que vivan compañeros, la sepan superar y no se coloquen ustedes mismos en un constante naufragio que no existe, que solo vive en la mente.
Permitan en este tiempo que la Jerarquía espiritual abra las puertas a lo desconocido y los secretos puedan ser develados, porque así sus espíritus se elevarán y no estarán tan inmersos en esta materia que los ata a la perdición y que no les permite dar el paso a la verdadera entrega.
Como a Mis apóstoles, Yo les vengo a pedir lo que es simple, lo que nace del corazón; por eso crean en lo que les digo, porque así se cumplirá.
Ya no se dejen engañar, abran los ojos para poder mirar hacia el infinito y encontrar así su verdadero origen.
Vinieron aquí a este mundo para experimentar el amor y el perdón, la aceptación, la compasión, la entrega y la consideración con el semejante.
Si el mundo no se une en este tiempo, no podrá sobrevivir; así como ustedes hoy se unieron en Mí y Yo me puedo unir a ustedes compañeros.
Hagan vivir este ejemplo a sus hermanos y a sus familias, porque lo necesitarán. En esa hora ya no podrán existir divisiones, conflictos, ni dudas. En la hora más culminante de la Tierra, deberá prevalecer la Sagrada Unidad. Eso los hará fuertes los hará invencibles y sabrán de esa forma esperarme, hasta el último segundo cuando Yo ponga Mis pies sobre este planeta.
Vengo a Argentina porque la amo y necesito de su respuesta incondicional, para poder llevar adelante Mi Obra Redentora en esta parte del mundo.
Les envié a la Mensajera fiel de Dios, para que la pudieran escuchar, ahora Yo vengo a su encuentro para que también Me escuchen con el sagrado ardor del corazón y con la devoción plena de Dios.
Vengo a traerles lo nuevo y lo que aún no conocen, Vengo a traerles lo que nunca han vivido en esta vida. Les ofrezco la comunión con Mi Sagrado Corazón, para que se animen todos los días a amar un poco más de lo que creen que aman.
Sean compasivos con los que sufren y no le reclamen, sean compasivos con los que sustentan Mi Obra y no les reclamen; porque en ellos He puesto el peso de Mi Cruz, para que la carguen Conmigo hasta el final, aunque nadie lo comprenda.
Pero Yo no dejaré solos a los que les he confiado Mi Reino, así como hoy les confío a ustedes el Reino, compañeros Míos.
Vivir para Dios es una responsabilidad máxima, pero en su fondo está lleno de Su Gloria , de Su felicidad celestial.
No quiero que en este tiempo, pierdan la oportunidad de crecer interiormente y de hacer todas las cosas por amor y no por fuerza humana. Unan sus manos y sean una sola familia, para que Nuestros Sagrados Corazones puedan estar aquí, entre ustedes, todo el tiempo.
Quisiera que fueran un espejo de Mi Corazón sobre este planeta que está agonizando y muchos no lo quieren ver.
Salgan de sus casas, crucen las puertas de sus hogares y encontrarán la realidad de la cual Yo les hablo en este mismo momento. El sufrimiento y el dolor se ha expandido sobre el mundo y en todos los seres.
Ustedes deben ayudarme a aliviarlo y a no generarlo. Ustedes deben ayudarme a extirparlo y a no crearlo. Sean generadores en este tiempo de la Divina Misericordia de Mi Corazón para que Yo pueda estar presente en los que más necesitan de la Cura y de la Redención.
A los que ya Me siguen desde hace tiempo les digo: Usen las herramientas que Dios les entregó y podrán superar todos los tiempos y todas las pruebas.
Honren el Legado que les fue entregado en sus manos durante tantos años y pónganlo en práctica, así Me ayudarán a que Mi Obra y Mi Misión se expanda en el mundo y no se restrinja por sus formas.
Beban en esta hora, de la fuente del conocimiento que les traigo y se podrán transformar; pero permítanme compañeros, que Yo pueda entrar en sus corazones y vidas y así Yo podré borrar lo que los hace sufrir y lo que los perturba.
Si el mundo escuchara Mis Palabras ya sería otro. Si el mundo viviera Mis Palabras, ya sería otro. Pero sé que eso dependerá de Mis compañeros y de Mis servidores.
Que esta misma Gracia que Yo les traigo, de forma incondicional pueda llegar a los que más la necesitan.
Hoy tendré la Gracia de bendecir una familia, en nombre de muchas más, para que la cura de Mi Sagrado Corazón se establezca en los que aspiran algún día encontrar la paz.
Hoy las ungiré con el aceite de la reparación, de la misma forma que las santas mujeres ungieron Mi Cuerpo en el sepulcro, para dar honra y gloria a su Redentor.
Hoy consagrando a esta familia, consagraré a las familias del mundo para esta Natividad; para que esta misma oportunidad de redención, de perdón y de reconciliación compañeros, llegue a las almas que desesperan y que no tienen Luz interior.
Que se puedan abrir las puertas para la cura de las almas y que todo se pueda renovar.
Que se puedan abrir las puertas a la reconciliación y que todos se puedan perdonar.
Porque Mi deseo es poder vivirlos plenamente y sin restricciones; así como lo pude vivir en muchos corazones de hombres y mujeres imperfectos, pero santos, que vivieron Mi dolorosa Pasión.
Hoy establezco, por intermedio de este aceite, la consagración divina de esta familia que he escogido a pedido de Mi Padre, para que muchas familias más despierten al verdadero amor y al perdón.
Ofrezco esta consagración por la gran familia de la Comunidad de la Nueva Tierra, y deseo, que este aceite pueda ungir a los que están enfermos en ese lugar; y deseo que sepan que no Me he olvidado de nadie y que llegaré hacia ellos a su tiempo, para llevarlos Conmigo a una nueva vida, libres de sufrimiento, libres de la perturbación, del dolor y de la angustia.
Que las alas de esas almas que están enfermas en la Comunidad Nueva Tierra se puedan abrir, porque les ha llegado la hora de dar grandes vuelos hasta Dios, el Creador.
Mi último deseo compañeros, antes de esta unción especial por las familias del mundo y por los niños, es que sepan que esperaré a Mis compañeros, a Mis seguidores y a las familias en el Reino de Aurora durante este mes de diciembre; para que puedan ver a su Señor caminando entre los naranjos, viviendo y sintiendo en los corazones que creen en la cura interior y en la redención; para que brote en ellos la Nueva Aurora, el nuevo amanecer en cada ser.
Señor Todopoderoso, que te dignaste estar presente en el Cuerpo y la Sangre de Tu Hijo, por medio de la Pasión, la Muerte y la Resurrección, Te pido, Padre, en esta noche que bendigas a la Argentina para que ella ingrese en el proyecto de Tu Tierra Prometida. Amén.
Yo les doy la paz para que la vivan, la experimenten, y la den todo el tiempo a sus hermanos.
Deseo que también lleven medallas de Mi Glorificado Corazón para la Comunidad Nueva Tierra; porque Mi aspiración es estar sobre el pecho y los corazones de Mis hijos para protegerlos y acompañarlos más de cerca.
Los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo
Y les agradezco en esta noche por haber buscado Mi paz y Mi consuelo.
Ustedes fueron creados por un propósito y no es por casualidad que hoy están aquí, a los Pies del Creador.
Vayamos ahora al universo de su esencia a descubrir lo que allí existe, lo que es eterno, perpetuo e infinito, lo que nada ni nadie puede disipar, desde donde ustedes surgieron para venir aquí a la Tierra a cumplir el Proyecto de la Redención y del Amor.
Coloquen su atención en este momento, en el centro de sus seres, e ingresen junto Conmigo al universo de su esencia para encontrarse con Dios, para renovar su propósito, para seguir caminando hasta que cumplan, compañeros, la meta que Dios les colocó.
Miren hacia dentro de su esencia, contémplenla con un grandioso amor.Sientan la Fuente Original que existe dentro de ustedes y cómo la Luz espiritual de Mi Amor penetra las capas más profundas de la consciencia, para elevarlos, para trascenderlos, para colocarlos en las Manos de Dios.
En esta noche, en donde la luz interior se enciende por la intercesión de Mi Sagrado Corazón, observen hacia sus esencias.
Descubran en su interior la única verdad, la que los hará libres de este cautiverio, de esta prisión planetaria, de todo error.
Yo vengo a buscar en esta noche la esencia de sus corazones, lo que existió una vez en el principio como consciencia y energía.
Retornemos hacia esos orígenes.
Yo vine aquí en esta noche para llevarlos hacia ese lugar, en donde ustedes comenzaron a tener vida espiritual, álmica y física.
Sus esencias han venido viajando a través de los tiempos realizando esta trayectoria, camino a la redención.
Vean dentro de sus esencias, en lo más íntimo de sus corazones la Fuente Creadora de Dios, que los renueva, los cura, les concede la redención.
Volvamos al origen, al principio de todo, cuando nuestro Padre Eterno en Sus más altas dimensiones, en Sus mayores grados de Amor, pensó en crear criaturas tan semejantes a Él, así como lo son ustedes en este tiempo.
Recuerden hijos, que son hijos de Dios, que son hijos de la Vida, que son hijos del Amor, que vienen de una existencia que nunca ha muerto, que es perpetua, que es eterna y muy sublime.
Retornen a sus esencias y pregunten a su interior: ¿Qué es lo que Tú quieres de mí, Padre?
Quietud. Quietud. Quietud. No interrumpan lo que estoy haciendo.
He venido aquí para elevarlos a Dios, para que sean parte de lo que es existente e infinito.
Retornen su atención a la esencia de Su Amor, aquella que surgió de la Fuente y que ha vivido muchas experiencias para poder llegar aquí y decirle 'sí' a la redención.
Hoy vengo a disipar las fuerzas de la contrariedad, porque donde está el amor presente, está Dios; y sus corazones están en Dios, así como Dios puede estar en ustedes.
Vayamos ahora hacia el origen de lo que en verdad son, para que conozcan cómo fueron creados en el principio antes de ser almas, antes de ser espíritus; para que conozcan cómo eran cuando fueron esencias en la Fuente del Amor de Dios, junto a los Padres Creadores, los Arcángeles; al lugar desde donde surgieron millones de vidas para este Universo.
Es así, compañeros, que hoy no están aquí solos. Está todo el Universo, toda la existencia y toda la vida, a través de Mi Sagrado Corazón.
Sean valientes. Penetren este misterio que hoy Mi Corazón concede para que se puedan conocer conscientemente.
Véanse como seres en el amor y sigan adelante atravesando estos tiempos, superando todos los obstáculos, elevando su consciencia hacia el Creador.
Arrodíllense delante de Mí. Y en un acto de reconciliación por medio de Mi Sagrado Corazón, retornemos a la Vida, a lo que siempre fueron.
Vengan Conmigo a la Fuente de la Creación y encuentren allí sus esencias, lo que es puro, lo que no tiene sufrimiento, lo que es eterno e invencible ante los Ojos de su Creador.
Miren hacia dentro de sí y busquen la esfera de su esencia, la luz más profunda de sus consciencias, lo que ha nacido de la Fuente y viene a través de los tiempos aprendiendo sobre el amor y el perdón.
Yo vengo en estos tiempos a buscar esa verdad que existe en ustedes, verdad que Me trae hasta aquí de forma continua y paciente, hasta que ustedes por sí solos puedan entrar en comunión con esa verdad.
Así librarán a su Maestro para que pueda seguir obrando en el mundo con otras millones de esencias, que están perdidas y lejos del amor, del Amor de la Fuente.
Coloquen entre sus manos esa esencia de luz como si fuera un recién nacido.
Sientan esa esfera de luz entre sus manos y al mismo tiempo, en señal de imploración, reconciliémonos con Dios.
Esta es la esencia que está en ustedes y que busca el camino de retorno al Corazón del Creador.
Vean cómo Dios creó su esencia con inmenso amor, con eterna dulzura, con una inconmensurable compasión.
Esta es la esencia que debe retornar a la Fuente con la señal marcada de la Redención, diciéndole 'sí' al Perdón y a la Misericordia Divina.
Con estos millones de esencias, su Maestro y Señor, Jesucristo, viene trabajando con ellas a través de los tiempos.
Ustedes no solo son materia, también son energía que proviene de la Fuente y que alguna vez desvió sus caminos, para que en este tiempo volvieran a encontrar el camino de la redención y del amor.
Yo vengo a concebir en sus esencias, la Gracia de la renovación, del servicio mutuo, de una extrema caridad y de una infinita consideración por el prójimo.
Con esta esencia que Dios les ha dado, que es frágil y sencilla, que es simple y pura, retornen compañeros, a la escuela del amor, porque el amor los curará, el Amor de Dios los salvará y pronto serán dignos hijos de Dios, merecedores de Su Misericordia infinita, servidores incansables que nunca bajan los brazos, que siempre dicen 'sí' a la Jerarquía Divina.
Sientan entre sus manos su divina esencia, sientan cómo los Ángeles y Arcángeles contemplan sus moradas internas.
Crean que es posible superarlo todo por medio del Amor que hoy Mi Espíritu siembra en sus esencias para darles de nuevo la vida espiritual y la unión eterna con el Creador.
Así como sus esencias se postran ante el Altísimo colocándose a Sus Pies, así hoy quiero, compañeros, que cada parte de sus seres se postre ante Dios como un acto de reconciliación, de perdón y de cura.
Y ahora Padre, que ves lo que Yo vengo a buscar de tiempo en tiempo, lo que Tú has creado a imagen y semejanza de Tu Existencia, Adonai, Tu Hijo implora por estas esencias y por todas las esencias que están lejos de Ti.
Así como estás en el Cielo, Padre, que Tú puedas estar en la Tierra y cuando Yo vuelva, rodeado de Tu Gloria y de Tu Poder, todas las esencias del mundo vivan su último paso hacia el perdón.
Emmanuel, escucha la Voz de Tu Hijo, que una vez estuvo en la Cruz por todas las esencias del mundo, por todos los que cayeron en los abismos.
Escucha la Voz de Tu Hijo,Adonai, Emmanuel y Abba.
Postrándome a Tus Pies, Padre Eterno, ofrezco Mi Cuerpo, Mi Sangre, Mi Alma, Mi Divinidad, por las esencias que hoy deben estar Contigo para servirte y honrarte.
Te ofrezco, Padre, Mi Sagrado Corazón, por los corazones ingratos e injustos.
Te ofrezco Mi Espíritu para que Tú estés presente en todo lo que existe y vive, en todo lo que respira, para que se borre la célula del mal, para que renazca la Luz de Tu Divina Consciencia, Adonai.
Elí, Elí, escucha la Voz de Tu Hijo, que con gran expiación y misericordia disuelve el error, la desunión y el desamor, para que triunfe, Padre, Tu Plan sobre este planeta.
Todos nos postramos ante Ti, amado Creador, porque respiraste y creaste la vida, porque sentiste y surgieron las criaturas, porque pensaste y donaste sin restricciones Tu Universo para que por siglos de los siglos Te alabemos, Te honremos, Te supliquemos y así, estemos en comunión con Tu Espíritu inmaterial.
Derrama Tu Gracia sobre estas esencias.
Derrama Tu Amor sobre estas vidas, a fin de que se cumpla, Adonai, Tu Proyecto, y las almas se rediman y vivan hasta el fin de sus vidas en Tu Paz.
Hoy riego este árbol que se estaba secando y vean cómo el Amor todo lo transforma, todo lo hace rebrotar; todo vuelve a florecer porque no he dejado que muriera su esencia, sino que en el bálsamo de Mi Amor, la he nutrido con Mi Espíritu.
Que se alegren los que estaban muertos.
Que sean felices los que esperaban una Gracia porque no Me cansaré, no Me cansaré hasta alcanzar lo que espero de sus esencias.
Ámense los unos a los otros como Yo los amé hasta el último momento en la Cruz. Y cuando no se amen, cuando no se unan, recuérdenme en la Cruz, todo lo que Yo padecí por ustedes hasta el fin de sus vidas, que así recobrarán fuerza, recobrarán valentía y coraje para poder amar más allá de sí.
Que se cumpla el advenimiento de las nuevas figueiras.
Que rebroten de la tierra las semillas de la hermandad, porque el Todopoderoso ha escuchado a Su Hijo y los ángeles han derramado sus gracias en lo más profundo de sus seres.
Hoy se cumple la Escritura.
Verán al Hijo de Dios venir entre las nubes y el soplo de Su Espíritu vivificará sus consciencias y el mal se disolverá, porque el Amor del Sacrificado Corazón de Jesús triunfará hasta la Nueva Tierra.
Que se disuelvan los nudos de la separación humana.
Que se establezcan los lazos del amor y de la fidelidad, porque el Padre de la Misericordia ha escuchado la Voz del Redentor.
Coloquen sus manos sobre el corazón.
Y que puedan sentir todos los días este misterio, que ya no es más misterio, sino el simple Amor de su Redentor que viene a rehacer todas las cosas.
Porque cuando caí con la Cruz tres veces prometí al Padre que Yo renovaría todas las cosas.
Y bienaventurados serán los que se dejen renovar por Mí sin temer a los cambios, porque lo que Dios les quiere entregar es Su Corazón, para que viva en ustedes en esencia y eternamente.
Celebremos entonces este acto de reconciliación, porque sus pecados fueron purificados y sus faltas fueron perdonadas.
El Sacerdote Mayor ha venido a celebrar la Comunión Reparadora, a fin de que recuerden todos los días cumplir con la promesa de ser parte de Mi Amor y de expresarlo a cada momento.
Escuchemos las trompetas de los ángeles, que suenan para anunciar la Palabra Divina y volver a instituir en este lugar la Santa Eucaristía, el triunfo perpetuo del Amor y de la Vida de su Maestro y Señor Jesucristo.
Y hoy a Mis Pies no tengo solamente a las santas mujeres que ungieron Mi Cuerpo flagelado en el sepulcro, junto a María, Mi Madre y María Magdalena. Sino que también tengo a Mis Pies a los que una vez no Me reconocieron, a los que vivieron milagros y a los que se convirtieron a los pies de la Cruz, cuando Mi Sangre brotó de Mi Costado y Mi Agua penetró las entrañas de la Tierra para renovar el Proyecto del Creador.
Que sus esencias hoy se fundan en Mi Esencia original, en Mi Divinidad, en la Segunda Persona de Dios, el Hijo Primogénito, el Unigénito, el Redentor y que esas esencias que viven y brillan en ustedes, los ayuden a vivir los cambios en el fin de estos tiempos.
Solo el Amor los hará libres y cuando no estén en el Amor y en la Verdad, llámenme. Yo les daré la fuerza para amar así como amé hasta el último momento de la Cruz.
Y como acto de reparación y de cura, para la transustanciación del pan y del vino de sus esencias, hoy pediré una canción que refleja el amor que Yo tuve por ustedes en el Calvario: "Cristo del Calvario".
Que el símbolo de esta canción los ayude a tener la misma fuerza, el mismo coraje y la misma valentía que su Maestro y Señor tuvo hasta el último momento de haber expirado en la Cruz por todos ustedes.
Cuando no consigan humillarse, arrodíllense; cuando no consigan apaciguarse, coloquen su rostro en el suelo; cuando no sean humildes, colóquense en cruz en el suelo, que Yo los ayudaré a transformar lo intransformable, a liberar lo que se resiste y sentirán el Fuego de Mi Amor en sus corazones, así como lo hicieron las santas mujeres hasta el último momento, superando todas las pruebas, todos los obstáculos, para estar cerca del Sacrificado Hijo, del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Y antes de escuchar esa canción que hace humilde a Mi Corazón, porque en verdad es Dios que es en Mí para que Yo pueda ser en ustedes, les recuerdo la escena y el momento culminante de la comunión con los apóstoles y todas las almas presentes hace dos mil años atrás, en Jerusalén, cuando tomé el pan y di gracias a Dios por el Sacrificio diciendo:
Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo, el Cuerpo Esencial de su Señor, que se entregará a ustedes para el perdón de los pecados.
Del mismo modo tomé el Cáliz dando gracias al Creador por el Sacrificio y les dije:
Tomen, tomen en confianza y beban de este Cáliz, el Cáliz de la Nueva Alianza, Sangre que será derramada por ustedes para el perdón de todas las faltas.
Y en ese momento, la Santísima Trinidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, descendieron e instituyeron la Eucaristía.
Hoy Te pido Adonai, que no dejes morir Tu Sagrado Árbol, Árbol tan semejante a la zarza ardiente de Moisés, en donde una vez Tú te mostraste, tan pequeño y humilde a Tus criaturas.
Que el mismo Espíritu y el mismo Fuego que penetró en la consciencia de Moisés, hoy penetre en la consciencia de los que instruyen, de los que guían a Tus rebaños, a fin de que siempre triunfe Tu poderoso e invencible Amor. Amén.
Escucho la canción.
Por fin estoy aquí en Chile, junto a Mis hermanos, para recuperar a Mis rebaños que han quedado perdidos en otros tiempos.
Vengo a unirlos a la esencia de Mi Corazón para que Mi Misericordia, que proviene de la Fuente del Padre, pueda estar aquí con ustedes y con sus seres queridos.
Vengo a dejar para ustedes Mi Propósito de volver a encontrarlos en Mi camino, de seguir Mis huellas, de ser conducidos por Mi Corazón, de ser guiados por Mi Alma, porque Yo Soy su único Maestro.
Yo Soy el que Soy, desde el principio hasta el fin de los días.
Por eso los he llamado. He tocado la puerta de sus corazones para que hoy estuvieran aquí Conmigo, compartiendo esta tarea espiritual que su Maestro y Señor lleva adelante en Chile; desterrando el falso poder, desterrando el dominio y el control de la sociedad; liberando a este pueblo herido de las secuelas del pasado, de las recientes secuelas del pasado.
Vengo a disolver con Mi Luz lo que es intransformable; vengo a transformar con Mi Esencia lo que nadie aún ha tocado en el interno de cada ser. Por eso he querido estar aquí, con ustedes, en este día; aquí, en Chile, para hacerles revivir Mi Presencia, para que recuerden su compromiso Conmigo en esta trayectoria del fin de los tiempos que su humanidad y el planeta están enfrentando.
Vengo aquí a recuperar a los que se alejaron de Dios por diferentes circunstancias, por diferentes sufrimientos o pruebas, por las decepciones que han podido vivir, por la fe que se ha hecho pobre en sus corazones.
Hoy hablo para este país, que debe volver a despertar a lo que una vez era, desde el principio de los pueblos originarios; de los que realmente aman la Vida y la Creación; de los que preservan y cuidan a la Naturaleza y la hacen parte de sí, comulgando con ella, día a día.
Son los valores de los pueblos originarios, compañeros Míos, lo que los liberará de todo lo que hoy viven. Los valores originarios, son lo que está perdiendo la humanidad en estos tiempos, sustituyendo a Dios por las modernidades; colocando su atención en las cosas externas y olvidándose todos los días de mirar para dentro de si y buscar lo que ustedes son en la Creación.
No han venido a este mundo solamente para ser seres humanos, para vivir una vida material, o artificial. Ustedes tienen un espíritu que vale mucho y que desconocen profundamente. Cada vez que se aproximan a Mí lo pueden descubrir y pueden sentir que en verdad, vale la pena vivir en este tiempo, a pesar de lo que suceda.
Por eso deseo, por medio de los pueblos originarios de Chile, los que colmaban con su amor las altas montañas, deseo que el mundo pueda recuperar esos valores de la verdadera espiritualidad de la Creación. Por eso necesito que estén cerca de Mí, para renovar estos tiempos, estos tiempos críticos, en donde la humanidad se sumerge en su propio dolor y se aparta de Dios sin buscarlo, ni llamarlo.
Quisiera escuchar, como hoy, a sus corazones orar y cantar; porque Mi Misericordia hoy no solo llega a ustedes, sino también todo el cono sur, que era lo que Yo esperaba hacer si hubiera estado en Punta de Arenas, para que Mi Luz y Mi Misericordia llegaran a la Antártida.
No solo permanezcan en lo que los rodea diariamente, abracen al planeta con amor y coloquen atención en todo lo que él necesita. Porque el planeta como consciencia, como naturaleza y como creación, está sufriendo, y la humanidad no quiere mirar hacia eso, para no sentirse responsable de lo que ha hecho en los últimos tiempos.
He vertido Mi Sangre sobre este planeta para salvarlos. Por eso de nuevo estoy aquí, para recordarles Mi Sacrificio, porque no ha sido en vano.
Ustedes, como tantas otras almas en el mundo, podrán hacer digno Mi Sacrificio, durante la Pasión y la Cruz. Allí también se encuentran los valores espirituales que necesitan para transformarse en el modelo que Dios espera que puedan ser en este ciclo.
No puedo dejar de decirles la Verdad, compañeros, porque no tendría sentido que Yo estuviera aquí, en este lugar y en este mismo momento para congregarlos en Mi Amor, para unirlos a Mi Corazón, para que comulguen de Dios, que es ofendido.
Cada gota de amor que derraman en la oración y en los cantos, alivia el planeta; cada gota de amor que derraman en la oración y en los cantos, cura el planeta; cada gota de amor que derraman en la oración y en los cantos, cambia los acontecimientos y se evitan muchas cosas en la humanidad.
Quisiera que salieran de aquí, con el Fuego vivo de Mi Corazón en ustedes, asumiendo el compromiso en esta nueva etapa que Yo los invito a vivir, dejando para atrás todo lo que han sido; dejando para atrás todo lo que se han equivocado, porque Yo no vengo a buscar sus defectos porque sé que son seres humanos en evolución.
Vengo a buscar de ustedes corazones sinceros, corazones honestos, corazones que se deciden a vivir Mi Plan, por más que no lo comprendan, ni lo entiendan. Todo lo que Yo siempre les traeré desde el Universo de Mi Padre, no lo comprenderán, porque no está dentro de su escuela.
Amar lo que es desconocido es la primera prueba de Mis discípulos; comprometerse, es el segundo paso; y asumirlo, es la concreción de Mi Plan.
Vengo a buscar a todos los corazones del mundo, por eso hoy estoy aquí, en Chile, para formar un nuevo ejército de Mi Misericordia, apóstoles, servidores incansables que puedan salir un poco más de sí y mirar hacia su alrededor, en donde existe el gran sufrimiento del mundo y de todas las almas, como de los Reinos de la Naturaleza.
Quisiera que pudieran aprender a honrar y a glorificar lo que Dios les ha dado como país, por medio de la naturaleza, de las montañas, del océano, de todo lo que expresa la Creación, de norte a sur de esta nación y que convive, día a día, con este pueblo.
Necesito, compañeros que defiendan Conmigo a la Creación, para que el ser humano no la siga destruyendo para su provecho, para su comodidad, o para su lujo. De los que hacen todas esas cosas, Yo me encargaré.
Recuerden que está escrito el día del Juicio Final, en donde su Maestro y Señor separará la paja del trigo, liberará el planeta del eterno sufrimiento y repoblará este mundo de nuevos Cristos que vivirán la experiencia de Mi Amor de forma verdadera y consciente, y lo que diré ya no será teoría, sino una realidad en los corazones.
Chile necesita dar el paso hacia la reconciliación y el perdón para que pueda recibir las nuevas Gracias del Cielo, así como una vez se intentaron derramar sobre este pueblo, hace algunas décadas.
Vengo a corregir lo que ha quedado torcido en la consciencia de este pueblo, en lo que no ha sido bien enseñado, y lo que ha llevado a no valorar lo que hay dentro de cada ser, lo que hay dentro de su universo interior.
Por eso vengo del Universo para traerles lo nuevo, lo que ustedes ahora necesitan para dar los pasos en dirección a Mi Corazón, que está lleno de Amor y de Gracias por las criaturas; que está sediento de corazones que se puedan comprometer.
Vengo a darles lo mejor que tengo y lo que Mi Padre me ha permitido entregarles, porque eso los hará libres, créanlo, si salen de aquí con sus consciencias abiertas. Están despertando a lo que sus espíritus han esperado hace mucho tiempo, de lo cual ustedes no son muy conscientes, porque no lo saben, eso es comprensible. Están despertando a lo que existe en verdad dentro de ustedes y que tiene un gran valor para Mi Padre Celestial.
A través de ese misterio que se encuentra en cada ser humano, y que debe despertar, Mi Padre conseguirá reconstruir a la Tierra y a su humanidad.
Hoy estoy despertando los tesoros mas internos de este pueblo, para que pueda reconocer Mi llamado y siempre decirme “sí”, porque así estarán diciéndole “sí” a Mi Padre y a Su Voluntad.
Vengo a dejarles aquí, en esta tarde, la primera Gracia, la Gracia de la reconciliación. La reconciliación primero entre ustedes como familia, como sociedad, como país; eso ayudará a que las puertas inciertas se cierren y las almas encuentren el sendero de la luz, sendero que las llevará a la redención y a la paz.
Chile necesita vivir su compromiso con Dios de forma verdadera, viviéndolo con la fe que merece y con la confianza que necesita para este tiempo final.
Hoy los irradio con Mi Eucarístico Corazón, el Sol más brillante que todos los soles de este Universo, para que Mis Códigos de Vida estén en ustedes y lo que aún no se ha transformado, se pueda transfigurar.
Si aceptan el primer paso de la reconciliación, vivirán la redención. Todo este mundo está aquí para ser redimido, todos necesitan perdonar algo para poder liberarse del sufrimiento.
Yo Soy ese sol de la compasión que les trae la Misericordia del Padre, para que sus espíritus se curen y para que sus cuerpos se sanen.
Quisiera llevar sobre Mi Pecho, la estrella de la bandera de su pueblo; pero no para recordar la sangre que fue derramada, sino para transformar el dolor, en amor; el sufrimiento, en cura; la injusticia, en igualdad.
Viviendo el compromiso Conmigo abrirán las puertas para muchas almas, que en su vida cotidiana esperan recibir el mismo llamado que ustedes recibieron en este tiempo.
Bendeciremos este Altar y este espacio, para que sean dignos de recibir Mis Gracias, para que renueven su esperanza y su fe en Mi Corazón y para que en esta tarde, sus pies sean lavados de todo el pasado y nazcan a la nueva vida. Amén.
Padre Nuestro...
Una más...
En esta tarde renuevo Mi Sacrificio; por la sangre que fue derramada en este pueblo, por las heridas que fueron ocasionadas, por los pueblos originarios que desaparecieron, por la injusticia que fue generada, por la falta del amor que se disipó de muchas consciencias, a través del poder y de la manipulación.
Hoy renuevo Mi Sacrificio, ofrecido durante la Última Cena con Mis doce apóstoles. Hoy vuelvo a reintegrar a Chile al misterio de Mi Eucaristía, de Mi Pasión de Mi Muerte y de Mi Resurrección, renovando el Sacramento de la fe y de la reconciliación entre las almas de este país que tanto adoro, por medio de Mi Eucarístico Corazón.
Los invito a vivir de esa forma, compañeros, a través de esta Eucaristía, la adoración a MI Cuerpo Eucarístico, buscando transfigurar, por medio de la adoración, los códigos corruptos de la humanidad para que todo se vuelva rescatable, hasta la más pequeña célula de la consciencia humana.
Imponiendo Mis Manos sobre estos elementos, doy gracias a Dios por este sacrificio, que hace más de dos mil años viví por ustedes y por el mundo, diciéndoles: “Tomen y coman todos de él porque este es Mi Cuerpo, que los librará del pasado, que los llevará a la vida eterna”; diciéndoles: “Tomen y beban de este Cáliz, Cáliz de la nueva alianza que debe vivir su pueblo y todo su país para que se establezca el Reino de Dios.”
Bajo la autoridad divina de nuestro Creador, el Todopoderoso, bendigo estos elementos, bendigo sus consciencias y vidas: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Y ahora podrán lavar sus pies, porque el agua ya fue santificada con Mi Presencia.
Ahora quiero que llamen a sus corazones sinceros; quiero que llamen en lo más profundo de sus seres, al rincón más infinito de sus esencias, en donde existe la Verdad y el Amor de Dios. Así como lo hicieron Mis hijos de Argentina, quiero que llamen al corazón sincero a través de su voz, clamando por el despertar de este planeta y por la reconciliación de la humanidad.
Les agradezco.
Ora por el mundo que está agonizando...(canción "Corazón sincero")
En donde aparenta no suceder nada, acontecen muchas cosas en aquel que está unido a Mi Espíritu.
Es así que hoy vengo a unir los pueblos y las creencias bajo una misma espiritualidad, aquella que Yo enseñé en el pasado a Mis apóstoles y a Mis seguidores a través del Evangelio, la regla del Amor. Esta es la espiritualidad para estos tiempos.
Muchos podrán proclamar Mi Nombre, pero en verdad, no estaré en ellos.
Muchos realizarán obras a través de Mi Nombre, pero, en verdad, no estaré en ellos.
Es la esencia de Mi Amor que permite todas las cosas en este tiempo.
Por eso hoy les aproximo la Gracia de que ustedes estén en Mí, y Yo en ustedes. Es en esta simplicidad que siempre Yo los quiero ver, y no en la opulencia, ni en el poder.
Yo destierro con Mis Manos a los que dicen gobernar a través de Mi Nombre.
Yo vine a enseñar en el pasado para que aprendieran a amar, a perdonar y a comprender al semejante.
Yo vine a estar con todos, sin excepción. Me senté a la mesa con los ricos, Me senté en el suelo con los pobres, conversé con prostitutas, convertí a los ateos y rescaté a aquellos que habían hecho adulterio, porque Yo vengo a ver en ustedes la esencia de sus almas, que es lo que no se puede perder y es lo que muchos están perdiendo en este tiempo.
Vengo a reconectarlos con el compromiso que hicieron Conmigo hace mucho tiempo atrás, del cual hoy no son conscientes, solo a través de Mi Gracia que los despierta hacia esa realidad. Por eso no teman, Yo estoy presente en aquellos que Me viven, en aquellos que Me predican de verdad, sin nada a cambio.
Yo vengo aquí, compañeros, para que ustedes recuperen la filiación con Mi Padre y no pierdan tiempo en las cosas falsas que promete el mundo. Mi verdadero Reino se encuentra en sus corazones y Yo podré estar en sus corazones cuando Me abran la puerta de sus almas; así, Yo podré purificar sus vidas y consciencias, y serán uno con Dios, y uno Conmigo para siempre.
Yo vengo a traer para ustedes la tabla de la salvación que muchos hoy no quieren vivir, porque no aceptan el arrepentimiento.
Muchas cosas sucederán en el mundo, aunque ustedes no lo puedan creer. Por eso los vengo a preparar en este ciclo como Mis nuevos apóstoles, para que puedan vivirme, para que puedan dar testimonio de Mí en cada rincón de este mundo.
Vengo así a renovar los Sacramentos, y a dar los sacramentos a aquellos que nunca los recibieron en sus vidas. El Sacramento es una oportunidad de purificación y de renovación, de santidad y de consagración de todos sus espíritus ante el Padre Celestial.
Están delante de un gran misterio a través de los Sacramentos; pero por más que no los comprendan, Yo les enseño a vivirlos en la simplicidad, porque cuando abran sus corazones podrán acontecer muchas cosas, y milagros inexplicables sucederán en cada una de sus vidas.
Después de tantos encuentros Conmigo, compañeros, están listos para poder soportar el fin de los tiempos, y aunque el cansancio sea grande, la victoria de Mi Corazón será más grande; cuando trabaja en las naciones del mundo, él viene a disipar las tinieblas de los corazones y de los pueblos, viene a abrir una puerta de luz donde no existe, una oportunidad única e inexplicable para todos. Por eso, Yo Soy el Sagrado y Bendito Corazón.
Es la esencia de Mi Corazón vivo la que permite todas estas cosas. Así, Yo les traigo la paz y la posibilidad de renovar la esperanza y de confirmar en cada una de sus vidas la vivencia de Mi Corazón en sus seres, porque será ese gran tesoro de Mi Corazón lo que los librará de todo mal y de toda tentación.
A través de Mis Palabras, que hoy les entrego con Amor, voy liberando las amarras de sus consciencias, desato los nudos de sus espíritus para que las puertas de la redención se puedan abrir sobre ustedes; es a través de esta causa que envío a Mis ángeles del Universo Celestial, para que no solamente sus vidas, sino también sus naciones puedan recibir la expiación de Mi Corazón y no pierdan esta oportunidad de poder volver a encontrarme en este tiempo de tribulación.
Quiero de Costa Rica almas en oración por esta nación y por las naciones hermanas de Centroamérica, para que el equilibrio del Ecuador se mantenga dentro de este planeta en el lugar que le corresponde, y no en otro.
Así les vengo a hablar de física y de ciencia verdadera, porque en la verdadera ciencia de Dios siempre está lo espiritual y lo inmaterial.
Si oran con devoción a Mi Corazón Sagrado, Costa Rica, a pesar de que vive de forma superficial, no tendrá las puertas cerradas a Mi Gracia y muchos más serán tocados por el impulso de su oración y de su sagrada invocación a Mi Nombre Glorioso.
Es así que los invito, amigos Míos, amigos Míos del pasado, a tener consciencia dentro de la consciencia para disipar la distracción y abrir los ojos hacia la verdad que vive el mundo, la verdad de su sufrimiento y de su dolor.
Quiero que sean almas conscientes, disponibles para Mi Servicio, para que Yo pueda obrar a través de sus vidas y corazones, y que hoy no solamente venga por ustedes, sino por todas las almas de Costa Rica que tanto necesitan de Mi Divina e Insondable Misericordia.
Les vengo a decir, amigos Míos, si en verdad no viven el amor, que Yo Soy esa Fuente de Amor para sus vidas que los puede aproximar a Dios por diferentes caminos; es por eso, amigos Míos, que estoy uniendo las creencias y los pueblos bajo una misma espiritualidad; esta es la esencia de Mi Mensaje para este día.
Quiero de Centroamérica que no pierda su hermoso Edén. Mi Padre lo ha creado para que ustedes lo pudieran cuidar a través de sus generaciones y de todos sus pueblos. No dejen que esto se destruya, porque no tendrán dónde poder refugiarse cuando el planeta se mueva, así como está previsto, físicamente.
No les vengo a traer presión ni miedo, sino consciencia y verdad.
Yo Soy la Verdad viva para ustedes. Sus vidas pueden ser verdaderas cuando tan solamente Me busquen y estén en Mí.
He podido cumplir parte de Mi Obra en este lugar, con todas las oraciones de sus hermanos que Me acompañaron bajo el espíritu de la Divina Misericordia.
No saben qué alivio siente Mi Corazón por todos los orantes del mundo que oraron esta Maratón de una forma sincera y no mecánica, sintiendo la necesidad de la redención y de la intervención de Mi Fuente de la Misericordia, porque como les dije, la Justicia de Mi Padre llegará.
Solo quiero que todos se salven, así como Yo los salvé en la Cruz, donando cada parte de Mi Cuerpo y de Mi Espíritu, asumiendo los pecados del mundo hasta Mi última expiración. ¿Saben lo que eso significa, compañeros?
Recuérdenme en la Cruz no como un muerto, sino como el Hijo de Dios vivo, Aquel que hizo victoria a través de las vidas del mundo, cerrando las tinieblas y todos los infiernos.
Pero ahora el mundo se encuentra en una gran ignorancia e indiferencia. Muchísimas, pero muchísimas almas se preguntan por qué sufren en este tiempo y si será un castigo de Dios.
El que los ha creado a Su Imagen y Semejanza nunca podría castigarlos, porque no sería el Dios del Amor.
Él solo puede darles Su Justicia, no la justicia que hay en esta Tierra, sino la Justicia que hay en el Reino Celestial, y dentro de esa Justicia compañeros, está Mi Divina Misericordia.
¿Pueden comprender ahora la expansión de Mi Amor que es infinito, sublime e inmaterial? Es eso lo que no pueden perder.
Por eso los llamo a estar Conmigo en este ciclo, porque no podré estar mucho tiempo más con ustedes. Mi ciclo está finalizando y la humanidad deberá escuchar Mi Palabra. Deben ser difusores de este, Mi Mensaje y de todo lo que he dicho, a través de estos años, para ustedes.
Deseo que cada una de Mis Palabras estén escritas en un libro, pues la humanidad debe recuperar su origen y leer como lee Dios y no con modernidades que afectan la evolución de los espíritus. ¿Ahora comprenden el hipnotismo global?
Vengo a dar para todos Mi Gracia. Por eso, si leen Mis Palabras en los libros, recuperarán su intimidad con Dios, sentirán la vibración de Mis Palabras escritas en el papel, y no en las pantallas.
Por eso uso estos medios de comunicación, cumpliendo la profecía que le di a un gran espíritu, a un gran servidor de Oriente.
Cumpliendo la profecía de ese sabio servidor, estoy cerrando un ciclo antes de que el mundo y la humanidad vivan su Juicio y la última trompeta de los ángeles de Dios resuene en el mundo.
No vengo para ser apocalíptico, sino verdadero en el Amor, y en la esencia del Espíritu.
Dichosos de los que comprenden más allá de lo que digo, porque las palabras habrán entrado en sus corazones y no en sus mentes, y no habré desperdiciado ni un gramo de energía, así como la desperdicia la humanidad todo el tiempo, creando confusión, error y guerras, por su verborragia.
Vivan en el silencio del Universo, miren a las estrellas durante la noche y pregúntenle al Padre: Adonai, ¿quién soy yo? Y así sentirán la paz, saldrán del caos y podrán estar unidos a Mí en oración y en vigilia.
Es así que los necesito para que Yo pueda terminar de realizar Mis Obras en América y más allá de ella.
Vengo a dejar para ustedes Mis más preciados tesoros espirituales, perlas preciosas de la vida inmaterial, de la vida espiritual y del Reino de Dios; aquellas mismas perlas que entregué en el pasado como Jesús de Nazaret.
Por eso, quiero que recuerden en este día de bendiciones un mensaje que se ha vuelto una canción para Mí, de parte de Mis hijas predilectas, que en el mundo hacen resonar Mi Mensaje a través de su voz y de la unión Conmigo.
Es a través de este canto que los bendeciré en este día, y todos estos elementos serán espíritus de Gracia para las almas y para los corazones más necesitados; porque cuando ustedes viven un Sacramento, recuerden que lo estarán haciendo por toda la humanidad que sufre las causas de sus propios males y de su desconexión con Dios.
Es esa Gracia de Dios la que Me permite estar aquí entre ustedes.
Y ahora, bendeciré mientras cantan el relato de Mi Vida.
Los amo y siempre los amaré.
Aunque algún día Me fallen, Mi Amor por ustedes es más grande que todo eso. Yo Amo al planeta, el Proyecto de Dios es esta humanidad que debe ser la nueva Jerusalén que brilla en este Universo, para siempre.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Padre Nuestro...
Vean cuántos ejércitos Me siguen y muchos no lo saben.
Esta es la verdadera presencia de Mi Reino en la Tierra; Reino que está unido a cada corazón orante. Y ese Reino se expande por el mundo en su universo invisible para revelarse a los simples de corazón.
Este es el Reino que Yo prometo para todos, el cual prometí una vez cuando estuve entre ustedes en Mi amada Tierra Santa, revelándoles el poder de Mi Evangelio, la Sagrada Palabra de Dios, que viene a redimirlos de tiempo en tiempo.
Hoy estoy con inmensa alegría en Costa Rica, porque los corazones Me escuchan, no por su cantidad sino por su espíritu, su espíritu simple que se une al Mío y trae así al Reino de Dios para un lugar tan necesitado de la presencia de la Santísima Trinidad.
Busquen a Dios en todo lo que existe, en todo lo que Él ha creado a través de la Naturaleza. Allí Yo también Me encuentro en silencio y en lo alto de los volcanes, contemplando a toda la población planetaria, esperando por su despertar, por su gran y último paso al camino de la Luz y del Perdón.
Vean entonces, compañeros, que Yo estoy en todos los lugares. He venido aquí para darles Mi Fuerza interior y Mi Amor, para resucitar a Centroamérica en su propósito y su misión espiritual con el fin de cumplir el Plan de Paz de Dios.
Únanse cada vez más y cumplirán este propósito que hoy les pido. Háganlo por todos sus hermanos, sus hermanos de todas las naciones de Centroamérica, que tanto necesitan de Mi Divina Misericordia para poder continuar adelante en este tiempo final que se aproxima.
La fuerza de su oración ha llegado más allá de Centroamérica, abrazó gran parte del planeta y muchas esencias condenadas se vieron beneficiadas. Y esto fue posible, compañeros, por su unidad con la Unidad de Dios, del Hijo y del Espíritu Santo, con cada uno de sus hermanos de las naciones que abrazaron fervorosamente el fuego de esta oración, cumpliendo así la tarea en este día.
Gran parte de Mis ejércitos está formado por los ángeles del Cielo, ángeles que los acompañan de tiempo en tiempo, de ciclo en ciclo para hacer madurar su evolución y su gran momento de despertar.
Quiero que tengan presente estas palabras, porque sus ángeles de la Guarda los esperan para mostrarles el camino hacia la Verdad, para fortalecer sus espíritus y para que encuentren la paz que debe ser irradiada a todo el planeta.
Hoy vengo aquí con la Gracia de Dios y de Su Santo Espíritu. Por medio de Mi Divina Misericordia traigo para todos la expiación, la santa absolución de cada una de sus vidas en este momento crucial del planeta, en donde muchas consciencias, muchísimas almas necesitan del perdón y de la liberación.
A través de este ejercicio espiritual, compañeros, y después de cuarenta encuentros consecutivos, ya están en otro punto de su despertar. Y a medida que fueron avanzando esos encuentros, muchas almas más fueron despertando a Mi llamado.
Eso significa que aún hay mucho por hacer, mucho por sacrificarse, sobre todo por entregar a Dios, cada uno en el grado de su consciencia y de su disponibilidad interior.
Es así que Yo vengo a darles Mi Mensaje de Paz para que lo hagan llegar a sus hermanos de camino, a sus familiares, a todo el pueblo, el pueblo de Dios, que debe retornar al camino de la esperanza y al camino del perdón, que muchos aún están buscando y no lo encuentran.
Por eso hoy, también de Brazos abiertos, como el Redentor les muestro Mi Sagrado Corazón, Mi Eterno Espíritu, para que lo abracen fuerte, interiormente, lo adopten en sus vidas como la única Llama, como el verdadero camino, como la esperanza para sus vidas y no otros espíritus.
Esos espíritus también deberán redimirse. Libérenlos, déjenlos de lado y sigan Mi Camino, porque Yo los confortaré y los liberaré de todo mal, sin dejar atrás a ningún discípulo Mío, especialmente a aquellos que deben retornar a Mi Camino y que por un largo tiempo se olvidaron de Mí.
Vengo a recuperar en Centroamérica a Mis viejos amigos, aquellos que se comprometieron Conmigo a vivirme, a adorarme, a honrarme, a amarme, a buscarme por encima de todas las cosas, y, especialmente, a servirme en este tiempo final en esta Obra de Redención y de transformación de la consciencia.
Es así que Yo les abro las puertas para que vuelvan a ver la Luz, la Luz invisible de Dios que proviene de Su Espíritu, de lo más íntimo de su Corazón Sagrado. Les trae Su Misericordia a través de Su Hijo Amado, para que se puedan liberar y caminar libres en la Redención.
Hoy, lanzo las redes de Luz para que muchas más almas puedan retornar a Mi Corazón.
Hoy, vengo como el Pescador de Hombres, una vez más, buscando a los que están perdidos, a los que no encuentran el camino, a los que hasta ahora no han visto la salida ante tanta oscuridad.
Y Yo los bendigo, compañeros. Los impulso a seguirme en la fe y en el amor, confirmando en sus vidas que si Yo estoy en ustedes, ustedes estarán en Mí y todo siempre estará bien y a nada deberán temer, porque estarán Conmigo y Yo estaré con ustedes en vigilia y oración.
Vengo a retirar del sueño a muchas consciencias. Pero eso lo verán de tiempo en tiempo, porque esas almas deben aprender a conocerme, deben aprender a encontrar el camino a través de la semilla de Luz que hoy vuelvo a sembrar en sus corazones, para que alcancen la paz de vivir en Dios y en Su Divino Reino.
No pierdan de vista estos momentos.
Y vuelvo a decirles, compañeros: sientan la fuerza de Mi liberación sustentada por todo el Universo, por sus Leyes Divinas que vienen a intentar reformar sus vidas en espíritus consagrados a Dios y a Su Santo Propósito.
También les traigo Mi alegría, por la alegría que Me han transmitido en este día; la sana alegría del corazón que cura y redime a las almas y a gran parte del planeta, porque la alegría es la flor del Amor, y el Amor los llevará a la Unidad con Dios, con toda Su Consciencia.
Comprendan este misterio de una forma simple. La alegría los llevará a la paz y la paz podrá estar en todos, especialmente en los que más la necesitan.
Guarden la paz como un gran tesoro para estos tiempos. Que nada los inquiete ni los incomode.
Ofrezcan cada desafío como una oportunidad de humillación y de redención, sin perder nada y ni buscar nada a cambio.
Y ahora les muestro las llagas de Mis Manos, cómo por milímetros ellas se cicatrizan al sentir el amor de todos Mis compañeros, de los que buscan la trascendencia, la perseverancia, la fe inquebrantable, la devoción, la paz, la vivencia de Mi Divina Misericordia.
Vean cómo la luz de sus oraciones cicatriza Mis Llagas trayendo el alivio a Mi Corazón al ver los horrores del mundo y los pecados de la humanidad.
Adoren este momento, contemplen Mi Corazón y vívanlo en este último momento, en donde Mi Gracia todo lo permite y Mi Misericordia todo lo impulsa, para que estén en el Reino de Dios.
Cada vez que vivan una prueba o enfrenten una dificultad o enfermedad, recuerden este momento en donde Mis Llagas son cicatrizadas por la luz de sus oraciones y a través de este ejemplo, de este símbolo de santidad, fortalézcanse y no se permitan caer, porque Mi ofrenda siempre será levantarlos del suelo para que Me vivan, para que Me miren a los Ojos sin vergüenza, sin temor, no importando lo que suceda, contemplando el Amor que Mi mirar expresa por todas las almas.
Y así, con Mis ángeles, santos y bienaventurados que hoy ayudan a Costa Rica y Centroamérica, entramos en comunión, en unión de espíritus, de esencias y de almas, con el único y poderoso Dios que les da la vida eterna.
Vengo a consagrar especialmente todo lo que Me han traído al altar, porque he visto en este día los corazones sinceros, orando por la justa causa que Yo les he transmitido en el mensaje para esta Maratón.
Comprendan Mis Palabras con simplicidad y así las podrán vivir, una a una.
Los objetos sagrados son símbolo de redención para las almas y motivo para encender el espíritu en profunda devoción.
Es así que hoy también los sacramentaré a cada uno de ustedes, a través del oficio sagrado del sacerdocio, por medio de los Sacramentos que Yo instituí en el pasado, como el legado interior para las almas y para todas las consciencias que se quieran unir a Mí en los Dones del Espíritu Santo.
Hoy veo que están viviendo el Don del Temor de Dios. Para Mí eso es increíble, sobre todo en este tiempo en donde la humanidad está muy distraída; eso no Me hace bajar los brazos, porque si cargué la Cruz por ustedes, ustedes Conmigo y Yo con ustedes podremos cargar la cruz de este planeta para alcanzar la Redención.
Ofrézcanse a vivir este sacrificio por el triunfo de los Tres Sagrados Corazones en toda América y el mundo.
Adonai, Misericordia, Misericordia, Misericordia
Redención, Redención, Redención para este planeta. Amén. (x 6 veces)
Y antes de consagrar todos los elementos, quiero que se tomen de las manos para implorar Conmigo a Dios.
Sintiendo sus corazones sinceros, nos unimos en la paz y trabajamos por la paz para los lugares que más la necesitan, en donde el caos reina y hace temblar más corazones.
Adonai, Padre-Madre Creador, única existencia entre todo lo creado,
Espíritu Omnipresente y Omnipotente, vivencia de lo Sagrado y de lo Eterno,
desciende con toda Tu Luz Universal y que Tus ángeles abran las puertas
para que desciendan los Padres de la Creación.
Que los doce arcángeles ayuden en la Redención de las consciencias,
en la Liberación de los pecadores.
No te olvides, Santo Padre, de ninguna esencia creada.
Somos semejantes a Tu Faz. Fuimos creados a Tu Imagen.
Estamos fecundados por Tu Divino Espíritu.
Cierra los infiernos que se han abierto y redime
a aquel que se ha caído y que ha creado todo el mal.
Disipa las dudas de todas las mentes.
Que el poder de Tu Amor penetre en lo íntimo de los espíritus,
para que así se establezca el Poder de Tu Unidad y
de Tu infinito Amor, por los siglos que vendrán. Amén.
Lleven las manos al corazón y ahora canten al corazón sincero, porque es este corazón que Me acompañará hasta los últimos días de la Tierra y verá en el horizonte la aproximación de Mi Reino y de Mi Gloria estableciendo los mil años de paz.
Les agradezco por acompañarme en este día en cada rincón de este planeta.
Sigamos orando, proclamando el corazón sincero. Es ese corazón que los unirá a todos, los liberará de la indiferencia.
Que así sea.
En nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Sagrado Corazón de Jesús
Fuente de todos los prodigios
Derrama Tu Misericordia
Sobre los conflictos del mundo
Amén.
(tres veces)
Como el Soplo del Espíritu de Dios, vengo a este lugar para bendecirlo y bendecirlos a todos, en el nombre de la Verdad y del Amor de Dios que se derrama en este momento sobre ustedes y sobre sus hermanos.
Esperé mucho tiempo para poder encontrarnos aquí, nuevamente, en la Alianza con Mi Divino Espíritu; esperé volverlos a encontrar en la Paz que traigo del Universo para cada uno de sus corazones en esta perfecta Comunión Conmigo, con Mi Cuerpo y con Mi Sangre.
Vengo a Europa para erguirla ante los tronos de Dios, por la aceptación profunda que emiten sus corazones de que el Plan se cumpla en esta parte de la humanidad; para esto, las puertas del Universo se abren para poder recibirlos en el Corazón de Dios, Padre Celestial.
Las legiones de los ángeles han llegado aquí, con mucha levedad para poder encontrarlos en la oración que proclama Mi Divina Misericordia.
Abran sus corazones, sientan sus almas, y queden en Mí. Esto es ahora lo que necesitan para poder proseguir, sobre todo Mis apóstoles, a los que Yo he llamado con tanto amor.
Sigan Mis Pasos, sigan Mis Caminos y nunca perderán la paz, porque si sus corazones confían en Mí, estarán confiando en Dios, porque Dios ES a través de Mi Corazón, y Yo Soy a través de ustedes, en la esencia profunda del espíritu y de la hermandad.
Hoy no vengo a ver las conductas malas del mundo, los horrores, las malas acciones y la indignación. Hoy vengo a ver de sus corazones la llama del Espíritu de Dios que encarnó en ustedes, desde sus nacimientos en esta humanidad y a través de los tiempos, una llama que nunca puede apagar Mi adversario porque si el corazón ora y persiste, triunfará.
Hoy están nuevamente ante Mi Misión Celestial, que es la Iglesia a la que muchos esperan ingresar pero que no la conocen.
Hoy están ante Mi Patriarcado, Mi Legado y todo Mi Universo; que es el Universo de Mi Padre, que se congrega en lo invisible de Su Espíritu.
Hoy vengo a traer para ustedes esa presencia que siempre deben aspirar encontrar en estos tiempos de caos y de persecución en el mundo.
Alimenten la llama de sus espíritus y por más que vean la oscuridad a su alrededor, les digo, en verdad, que no perderán la paz.
Pero hoy los invito a ser verdaderos Conmigo, en cada paso de la vida, en cada ejemplo, y en cada pequeña acción. No necesito sus corazones perfectos, sino honestos y simples, abiertos a recibir Mi Instrucción, a través de Mi Santa Palabra, o a través de cada hermano que se encuentre en sus caminos, porque Yo me hago presente de forma inesperada en la vida de ustedes y de todos sus hermanos, compañeros Míos.
La oportunidad que Yo les traigo, es la oportunidad que necesita el planeta y toda la humanidad, como también los Reinos de la Naturaleza que tanto sufren la consecuencia del hombre de superficie.
En cada aspecto de la vida, Mi Corazón y Mi Luz está presente, cuando el alma invoca Mi Presencia universal. Junto a Mis ángeles constituyo entre sus corazones, en esta hora, la presencia de Mi Iglesia Celestial y abro los altares del Cielo para que puedan comulgar, de lo único y verdadero que es el Amor de Dios.
Es el amor de Dios que nunca los decepcionará, que nunca los engañará, como muchos los engañan y se engañan a sí mismos todo el tiempo porque tienen sus corazones endurecidos a Mi Presencia y Energía; pero Mi Misericordia permite traerles el perdón y la expiación que tanto necesitan en esta vida y en este tiempo final.
Si están ante Mi Iglesia Celestial, están ante el Único, el Adonai. Emmanuel, Abba, el Elohim, están ante el Universo, ante toda la Hermandad que se congrega para recibirlos en la Fraternidad del Espíritu y de la Unidad.
Vean en este momento, corazones Míos, cómo emergen desde ustedes las estrellas de la luz, los soles internos, que deben resplandecer en esta hora, para alumbrar a la humanidad que está en las tinieblas; y muchos no creen estar en ellas, pero lo están.
Si piensan estar Conmigo, compañeros, háganlo, y no pierdan tiempo. Busquen la esencia de Mi Corazón que los llevará a la paz y les permitirá realizar el camino que han venido a cumplir en nombre de Mi Padre y de Su Plan.
Los corazones no se animan a amar Mi Corazón profundamente, por temor a lo que Yo les pueda pedir. Pero desde el principio, compañeros, Yo sé lo que cada uno de ustedes Me puede dar y no les pediré aquello que no Me puedan dar, eso sería una gran pérdida de energía para estos tiempos finales.
Necesito que Mi Obra se realice en sus corazones, de la mejor forma posible. Pero en verdad les digo, compañeros, que algunos de ustedes tienen un compromiso marcado Conmigo y que es definitivo y eso no lo pueden omitir, con su propia indiferencia.
Sientan que Mis Palabras forman sus espíritus y moradas internas.
Sientan como sus almas se elevan a Mi Iglesia Celestial, para ingresar al templo y vivificar la unión Conmigo, a través de la Eucaristía.
Adoren Mi Corazón, como los ángeles lo hacen, y confirmen que en esta humanidad es posible alcanzar la Redención y la Paz.
Quisiera que otros soldados Míos estuvieran aquí para escucharme, pero sé que por sus propios medios, espirituales e internos, no lo pueden hacer; pero les pido que no se justifiquen. Mi Sangre y Mi Agua se derramó para justificar sus vidas, sus errores, sus pruebas, omisiones e indiferencias, como todos los ultrajes hasta los tiempos de hoy.
Ahora es momento de no hacerlo más y de abrir los ojos y de mirar hacia el infinito, hacia el Universo, para verme llegar entre las nubes con toda la Gloria del Padre Celestial.
Necesito que estén preparados por los que aún no se han preparado.
Necesito que despierten a Mi Vida Crística por los que aún no despertaron a Mi Vida Crística.
Necesito que sean testigos, incluso en las imperfecciones, porque si sus corazones son verdaderos y sus mentes son puras, siempre estarán en Mi Corazón.
No vengo a pedirles lo imposible porque sé que la humanidad ahora no lo puede dar.
Necesito que sus vidas se transformen, así como Yo transformo el barro con Mis Manos y moldeo un nuevo odre para la Gloria de Dios; odre que recibe los Códigos de Mi Gracia y de Mi Misericordia que provienen del Padre Universal.
Entonces, compañeros, reciban en esta hora Mi Gracia, y Mi Misericordia, por aquellos que no la quieren recibir y que se omiten para no querer conocerme.
Hay tanto amor en Mi Corazón que muchos no creen que Yo pueda transformar sus vidas completamente.
Mi Corazón explota de tanto amor para entregar al mundo y a todas las almas, aún a las que omiten Mi Presencia. Es este el Amor que Yo viví por ustedes, que Yo trabajé por ustedes, que Yo entregué para salvarlos, una vez cuando estuve en la Cruz.
Cada Llaga de Mi Cuerpo, cada señal marcada en Mi Santo Cuerpo Glorificado, fue para testimoniar la Salvación, el Perdón y el Amor por cada uno de ustedes.
No quiero que en Mi Corazón se multipliquen las espinas de la ingratitud de los apóstoles Míos que no han comprendido lo que les he pedido en esta hora.
Sean parte de Mis Rayos, de los Rayos de Mi Corazón Glorificado, Sagrado y Bendito. Sean esos Rayos que se transforman de la noche a la mañana, que viajan como el viento; que viajan como el viento por todos los lugares del mundo, para llevar la Paz y la Misericordia de Dios.
Sean ese sol que nace todos los días en el horizonte y ya no vivan más a oscuras. Confíen plenamente en ustedes, en que pueden dar los pasos, al menos por Mí, por Mi Santa Madre y por Mi Padre Celestial.
Vivan todo el tiempo en Nuestra Santísima Trinidad y serán premiados con los Dones de Mi Espíritu: tendrán fuerzas para caminar, aliento para seguir adelante y esperanza por donde ver en cada parte de la Tierra.
Y a pesar de que el mundo está a oscuras y los corazones están cerrados,Yo vengo a dar, en esta tarde, el Testimonio de Mi Amor en ustedes y por cada uno de sus hermanos en este mundo.
Reciban la Unión con Mi Sagrado Corazón y vivan Mi Camino como la puerta de salida a su liberación y perdón.
Agradezco que hayan preparado este Altar para Mí, así como preparan sus vidas, en este tiempo y en este ciclo, para recibirme en la plenitud de Mi Espíritu, de Mi Gracia.
No teman por lo que no han conseguido.
No quiero que sufran más, porque Mi Corazón ya sufre por los que son indiferentes, por los que caen, por los que hacen el mal, por los que niegan Mi Amor todo el tiempo.
Necesito de sus corazones un templo de alegría, de regocijo, de verdadero amor y de paz, para que sus pecados se limpien, y las manchas en sus almas se puedan borrar por la Fuente y el Océano de Mi Divina Misericordia.
Así, compañeros, amigos, discípulos y siervos alegrarán Mi Corazón por los horrores que vive el mundo de los que caminan todo el tiempo al abismo.
Si sus corazones no aman, ¿cómo amarán al prójimo? Si no Me aman a Mí, ¿cómo amarán a sus semejantes? Porque si Yo estoy en sus semejantes, escondido en el tabernáculo del corazón, ¿por qué son indiferentes y no Me ven?
Yo estoy en el que está desposeído, triste, perdido, ciego y sordo. Yo golpeo la puerta de esos corazones para que puedan despertar a su verdad y a su misión.
Cada cosa tiene su tiempo, porque está marcado por el Universo de Dios.
Ofrezcan en esta tarde, esta Comunión por toda Europa, por los que están perdidos, por los que están ciegos, por los que están solos, por los que están enfermos, por los que sufren en la ignorancia de sus vidas y de sus caminos, por no encontrar, por los que no encuentran a Mi Sagrado Corazón que hoy está aquí, entre ustedes, para que lo vivan y lo sientan en esta Comunión perfecta, con espíritu de paz y de fraternidad.
Yo los constituyo a todos como una nueva familia, así como fue la familia de Nazaret, junto a María y San José. No está lejos de ustedes formar esa sagrada familia espiritual que debe reinar entre las almas y los corazones que siguen a los Mensajeros Divinos.
En esta hora, compañeros, la Divinidad trabaja en todos los continentes de la Tierra para sembrar Su Luz en el mundo.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Vamos a cantar "Estoy contigo, Señor", a pedido de Jesús, para bendecir los elementos que Él hoy consagrará, para todos nosotros.
A través de los tiempos, compañeros, elevo a las almas hacia el Reino de Dios, cuando cada una de ellas comulga, el mayor testimonio de amor en la presencia de Mi Cuerpo Vivo y Mi Preciosa Sangre, en Honor al Padre Celestial y a Su Divino Plan que emana del Universo para todas las criaturas de la Tierra.
En Mi Iglesia Celestial, les vuelvo a enseñar lo que una vez prediqué para todos ustedes: sentados a Mi mesa de Luz y de Amor, los invité en aquel tiempo, a agradecer a Dios por todo, por cuanto Él nos da en el Misterio Infinito de Su Amor. Y para eso, compañeros, en el nombre de la Paz, Yo elevé el pan, di gracias al Padre por el Sacrificio; lo bendije, lo repartí a ustedes y les dije que "siempre comieran de él porque él es el Cuerpo Vivo de Cristo, vuestro Señor".
Una vez terminada la Comunión con el pan, di gracias a Dios por el Cáliz que las almas recibirían en sus esencias, para ser depositarias de Mi Espíritu de Misericordia y Redención. Elevando el Cáliz hacia lo alto, di gracias al Padre, lo pasé a ustedes y les dije una vez: “tomen y beban todos de él, porque esta es Mi Sangre que será derramada por ustedes y por todos los hombres para el perdón de todas las faltas”.
Y hoy, en Mi Presencia, compañeros, ante Mi Iglesia Celestial, reafirmo la Presencia y el Poder del Amor de Dios. Amén.
Gracias Señor, gracias Señor por tantas bendiciones que siempre nos das, que siempre nos das
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Hermanos, queremos que todos los que están aquí presentes y a través de la transmisión en vivo para el planeta, por MMTV, nuestros hermanos del monasterio de la Orden, de las comunidades, de los grupos de oración, que están unidos a nosotros, queremos compartir, realmente, cómo fue esta Aparición con Cristo, que en realidad, tal vez, no diga muchas cosas, pero lo que Él hizo hoy con nosotros, así como en los días de la Maratón anterior, en Buenos Aires, en Argentina.
Él nos introdujo en ese misterio que la humanidad todavía no conoce muy bien, que es la Iglesia Celestial de Cristo, y el propio Cristo nos dijo que es algo que intentó instituir para que pudiéramos aprender desde que el tiempo que estuvo aquí, con nosotros, hace dos mil y tantos años atrás.
Hoy, Él realmente vino muy espléndido, maravilloso en su Amor y en Su Misericordia.
Él nos fue introduciendo poco a poco , en ese espacio de la consciencia que llama la Iglesia Celestial, en donde los ángeles y los bienaventurados, de forma verídica, verdadera, celebran continuamente esa adoración, al Cuerpo y a la Sangre de Cristo; y Él nos llevó hacia ese lugar, poco a poco.
A través de Sus Palabras, de Su Mensaje, nos fue introduciendo a todos nosotros, los que estamos aquí y a los que están en sus hogares acompañándonos, quienes también fueron siendo llevados, a través de sus almas hacia ese espacio de la consciencia.
Fue algo bien intenso, muy difícil de poder soportar, porque a pesar de que es una Energía Divina, Celestial, el voltaje vibratorio energético de la Presencia de Cristo, de ese estado de consciencia, de la Iglesia Celestial. es bien alto para nuestras células, para nuestros cuerpos para nuestros átomos; pero como Él sabe que nosotros somos seres terrestres, somos seres humanos, Él cuenta con nuestras almas.
De alguna forma, Él se sirvió de nuestras almas, de nuestra apertura del corazón para quien tuvo el corazón abierto, para ingresar hacia ese estado de consciencia y vivimos, como quien dice, varias iniciaciones, varias purificaciones; pasamos por varios procesos durante toda la Aparición y no solo nosotros fuimos beneficiados espiritualmente, sino también aquí, esta región del continente europeo, que tanto lo necesita.
Y cuando el Maestro repetía que ofreciéramos la Comunión por todo lo que Él dijo, los enfermos, los que son ignorantes, que están ciegos, están sordos, etc., Él fue detrás de cada uno de ellos porque el canal de oración que nosotros abrimos durante la coronilla lo utilizó para esa tarea; de alguna forma encontró los corazones abiertos y consiguió realizar esa tarea.
Entonces entre tan pocos que somos, Él hizo que cosas grandiosas, como una vez lo prometió, que íbamos a hacer cosas más grandes a las que Él hizo, aunque en ese momento Él las comandaba, las llevaba adelante, esa tarea, esa misión, que vino a cumplir aquí, en Barcelona, la hizo a través de nuestro corazón.
Lo que vino a realizar, lo pudo cumplir y eso se expandió para todo el planeta , para toda la consciencia planetaria con la ayuda, gracias a Dios, de los ángeles que estaban bien cerca de nosotros; ángeles muy alados estaban bien cerca de nosotros, y eso también me llamó mucho la atención, el acercamiento de los ángeles, con una sutileza, una bondad, una misericordia inexplicable.
Queríamos dejar este relato con ustedes para que podamos proseguir unidos en esa tarea que los Mensajeros Divinos vienen realizando no solo en América, sino ahora aquí, en Europa, de una forma bien amplia.
¡Gracias Señor por cuanto nos das!
Sagrado Corazón de Jesús, Fuente de todos los prodigios,
derrama Tu Misericordia sobre los conflictos del mundo.
Amén. (x7)
Hoy estoy contemplando las necesidades del mundo, de todas las almas que deben reencontrar el camino hacia Mi Corazón y hacia Mi Paz.
No dejo de mirar a aquellos que se alejaron de Mí, y que ahora retornan, después de mucho tiempo. Esto es un milagro ante el Universo; es una verdad que las almas que estaban dormidas, despierten a Mi llamado y pasen a formar parte de Mi ejército de Luz, en esta fuente de oración que Yo derramo para todos cuando se unen a Mí.
Hoy los bautizaré.
Hoy los ungiré en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, para que los Dones de Dios puedan volver a encarnar en sus seres, como así lo pensó Dios en el principio.
Quiero estar con ustedes todo el tiempo, y que Me abran las puertas de sus corazones para que yo pueda entrar.
Quiero que sean ese corazón sincero, que tanto aspiran ser, ante Mi Gloria y Mi Reino Celestial, que es la Gloria y el Reino Celestial de Mi Padre, en esta tarde de Misericordia.
Y ahora, en Mi Presencia, quiero escuchar, nuevamente sus voces, abriendo las puertas hacia ese Corazón Sincero que promete, para el mundo, la realización de la obra de Dios en los que se están redimiendo.
Que hoy sean sus almas las que canten, y no solamente sus voces.
Que eleven, a través de Mi Corazón, este pedido y este testimonio, ante el Padre Celestial.
Canten como si fuera la última vez que Yo estoy con ustedes, para vivificarlos en espíritu y en Mi eterno Amor.
Hagan esta ofrenda por la humanidad, por los que son indiferentes e injustos, por los que duermen y por los que se pierden, día y noche, sin poder ver Mi Corazón.
Canten, así Yo llevo esta canción a Dios, para que Él la escuche, en Su Corazón, como la promesa materializada por sus hijos, en este Universo material y en esta humanidad.
Canten con los ángeles de la guarda y de la eterna compañía.
Canten una sola vez, pues Yo necesito seguir trabajando, con ustedes, para terminar de cumplir lo que Mi Padre Me ha pedido a través de este encuentro, y en esta nación de Argentina.
Como oferta, escogeré tres almas que encenderán una vela, para ofrecerla como arrepentimiento, reconciliación y perdón, al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Mientras Yo escojo a esas almas, canten “Cristo, Tú el Amor”.
La Luz que Yo entrego es la que proviene de Mi Padre y que enciende a las almas en el Amor de Dios, que renueva, que inspira y que motiva a los corazones a que nunca bajen los brazos hasta encontrar su verdadera misión en esta humanidad, y para con este planeta.
Son Mis ángeles, los ángeles de Dios, quienes guían este propósito.
Es la Luz que Yo enciendo en los que más la necesitan, para que puedan sentirme y vivirme en esta hora crucial de la humanidad.
Esta Luz se multiplica para todos los que están a su alrededor, que también son invitados a encontrarme en esta propuesta, de amor y de redención, que viene del Universo Mayor para todos los que despiertan a Mi llamado. Y también para los que retornan a Mis brazos después de mucho tiempo.
Así, Yo les entrego Mi Sagrado Corazón como el único amor de sus vidas, como la comunión perfecta con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, para que sus vidas renazcan y encuentren un sentido en esta encarnación, que es la que definirá el próximo paso de su evolución.
Así, queridos compañeros, Yo establezco y constituyo nuevas estrellas en este planeta, que está a oscuras.
Soles que se encienden ante Mis ojos, a través del poder de Mi Amor y de Mi Gracia,que provienen de Mi Divina Misericordia. Así, a todos los bautizo con el Espíritu Santo de Mi Padre, que es la mayor Gracia que se puede recibir en este tiempo de tribulación y de maldades.
Yo les estoy abriendo las puertas para que ingresen al Reino de Dios y para que nunca más se olviden de Él.
Porque el Reino de Dios debe ser lo verdadero para ustedes, compañeros. Debe ser una aspiración que nunca deben dejar de buscar, ni deben permitirse el cansancio antes de poder encontrarlo.
Mi Corazón, que sufrió y padeció por ustedes en la Cruz, permite estas cosas. Yo hago brotar las flores en todos los corazones.
Hago renacer la vida espiritual en las almas que estaban perdidas y conduzco a Mis rebaños dispersos, hacia el establo de Mi Corazón, en donde podrán sentir el calor de Mi Espíritu y de Mi Vida.
Ahora, sí, los quiero escuchar como una sola voz. Los escucho.
En unión al Espíritu del Padre y de Su Hijo, compañeros, elevemos este ofertorio por Argentina, para que los planes de Dios se cumplan en la mayor cantidad de almas posibles y que ellas despierten a esta convocatoria, a través del llamado interior que emite Mi voz en el Universo y que resuena en todos los corazones de la Tierra.
Delante de los Altares de Dios que hoy están aquí, a través de Mi Presencia misericordiosa, elevemos este ofertorio junto a los ángeles del Cielo, en gratitud y amor.
Cantemos “Alabado sea Dios, glorioso Su Reino, Aleluya, Aleluya”.
Compañeros, quiero decirles cuánto los amo y les agradezco por haber estado Conmigo estos días, en oración y en fe, proclamando el Reino de Dios y Su triunfo en la humanidad.
Para elevarme al Cielo, quiero escuchar la voz de los apóstoles, de los apóstoles del amor, de los que se animan a vivir en el Amor de Cristo en estos tiempos.
Que así sea.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración: Padre Nuestro (en arameo y en español).
Hoy vengo a hablarles al corazón, lugar en donde siempre Me encontrarán. Hay muchos corazones que están heridos y lastimados por las diferentes experiencias de vida.
En esta hora de Misericordia y de Piedad, Mi Sol universal viene a vuestro encuentro para poder auxiliarlos y perdonarlos. Y como esta fuente, esta Agua de Vida que brota debajo de Mis pies, así es el manantial de Mi Misericordia para ustedes.
Están a tiempo, queridos compañeros, de rendirse a Mi Corazón Sagrado para que reciban los dones que necesitan en estos tiempos. No demoren, Mis compañeros, en dar el gran paso hacia el universo. El Señor los necesita firmes para que Él pueda realizar Sus obras en el fin de los tiempos.
Hoy vengo a lavar vuestros corazones con Mi Agua de Vida, vengo a entregarles Mi Cuerpo Glorificado para que puedan comer de Él y comulgar.
No pierdan tiempo, Mis compañeros, despójense de ustedes mismos para que las Gracias de Dios puedan habitar en vuestras moradas y puedan ser irradiadas a todos.
Mientras hoy estoy con ustedes aquí, compartiendo este misterio sacerdotal, Mi Corazón contempla al mundo entero, a las almas que necesitan de Dios, principalmente aquellas que se pierden día a día y que no encuentran el camino de Mi Misericordia.
Como una gran emanación de Luz universal, Mi Faz se hace presente ante ustedes para que reciban los códigos luminosos de Mi Corazón y, definitivamente, se puedan renovar y curar.
Ya están cruzando el umbral de la purificación. Muchos corazones padecen estas consecuencias, pero esto ya estaba escrito desde el principio. Ya fue anunciado por Mi Corazón Glorificado cuando estuve entre ustedes aquí, en el mundo. Aférrense a Mis Manos y vuestros corazones se liberarán, no padecerán la purificación tan profundamente, sino que serán lavados por Mi Luz y recibirán Mis Gracias celestiales.
Consuelen vuestros corazones con Mi Presencia. Reciban de Mi Manto la sagrada protección que necesitan. Abran vuestros corazones para el gran cambio del fin de los tiempos. Mi Corazón los guiará, Él los acompañará.
Yo vengo en este tiempo para poder donarme a ustedes profundamente, pero también vengo en este ciclo, en esta época, para poder liberar al mundo de todos los espíritus impuros que engañan a las almas, que perturban a los corazones y que desvían los pies de todos aquellos que deben caminar hacia el Reino Celestial. Pero esto terminará cuando vuestra decisión sea profunda y sincera.
Yo les mostraré el nuevo camino a recorrer en tiempos de purificación y de pruebas. No se detengan en vuestras purificaciones. Permitan que la Ley de la Justicia Divina pueda equilibrar todo, dentro y fuera de vuestros seres. Nunca estarán solos para poder purificarse.
Los Sagrados Corazones se donan, en estos tiempos, como el verdadero bálsamo del Amor y de la Paz. Y a través de estos encuentros que Yo tengo con ustedes, derramo, en vuestras vidas y en todas vuestras familias, aquello que en verdad necesitan para estos tiempos, lo que llamo “Gracia de Dios”, aquello que les permitirá superar las pruebas, liberar los caminos, cortar las amarras y encontrar la nueva esperanza brillante en el horizonte, para que todos encuentren al final del camino el verdadero Paraíso de Dios.
Mi silencio hoy los lleva a la unión predilecta con Dios, a la búsqueda constante del amor.
Hoy Mi Corazón visita a cada uno de ustedes para enseñarles cosas nuevas.
Lavarán vuestras cabezas y purificarán vuestros pies de toda mancha, como Yo les he enseñado, para que se puedan renovar y encontrar la unidad con Dios, unidad que muchos están perdiendo por ser tan indiferentes al cambio, a la gran transformación.
Repitamos y oremos con el corazón.
Sagrada Unidad de Dios
unifica nuestras vidas,
unifica nuestro ser,
unifícanos en profunda fraternidad.
Amén.
(se repite varias veces)
Cuando estén separados y no puedan unirse, invoquen la Sagrada Unidad de Dios, llama flameante que se guarda en los Sagrados Corazones. Así serán ayudados totalmente por Mí, por Mi Santísima Madre y por San José Castísimo.
Sean justos en estos tiempos, para que puedan ser equilibrados en el tiempo final. Todos juntos vivan la Sagrada Unidad, la Sagrada Unidad espiritual de Dios, el Pensamiento Divino que unifica las formas y todas las diferencias bajo un mismo propósito redentor.
Busquen la Sagrada Unidad de Dios. Nutran vuestras vidas a través de la Unidad, llama de Gracia y de Piedad que los confortará, que no los separará, sino que los unirá con Mi Corazón misericordioso.
Cuando hagan esta invocación, afirmarán en vuestras vidas que están unidos a Dios y que no se separarán de Él, a pesar de lo que acontezca en este mundo.
Busquen la Sagrada Unidad y estarán en profunda fraternidad. Así serán dignos de servirme y merecerán la cura de Dios para alcanzar la redención.
Mediten en lo que les digo. Aspiren a vivir en la Sagrada Unidad.
Recemos por todos los que no viven la unidad con Dios y por los que deterioran el Plan Divino de Dios a través de sus indiferencias y sus arrogancias, de sus orgullos que los llevan a la perdición.
Cuando no puedan vivir la Sagrada Unidad, estén atentos para invocar esta oración. Estarán protegidos y seguros para que vuestros caminos no se desvíen como una hoja que vuela al pasar.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Vamos a hacer la oración todos juntos por tres veces más.
Cristo nos pide, en este momento, que todos los hermanos que estén coligados en diferentes partes del mundo y en las Comunidades-Luz se postren delante de Él para realizar esta invocación:
Sagrada Unidad de Dios
unifica nuestras vidas,
unifica nuestro ser,
unifícanos en profunda fraternidad.
Amén.
(se repite 3 veces)
Y que en el consuelo que hoy les derramo, vuestras vidas alcancen la pureza original.
Reciban Mis Gracias, Mi Paz y Mi bendición.
Este es un día especial para que vuestros corazones, ya fortalecidos por la oración, Me encuentren mañana en otro punto de la consciencia, un gran paso interior que Yo los invito a dar en confianza y en paz.
Purifíquense, transmútense y encuentren la liberación.
Por este mundo que los reúne y por todos aquellos que deben despertar a tiempo, amorosamente les agradezco por vuestra fe.
Vayan en paz y fortalecidos.
Bajo la bendición espiritual de Dios, sean bienaventurados y reciban el Amor del Padre y del Espíritu Santo. Amén.
Madre María Shimani de Montserrat:
Vamos a cumplir con un pedido que Nuestro Señor nos hizo. Él nos pidió que hiciéramos siete Bautismos y siete Lavapiés, y que bautizáramos aquí, en esta fuente que Él consagró.
¿Cómo denominó a la fuente, Fray?
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Fuente del Sagrado Corazón.
Madre María Shimani de Montserrat:
Cuéntenos Fray, qué fue lo que le dijo Nuestro Señor.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Momentos antes de la Aparición, vimos a Cristo, a Jesús, realizando un encuentro como si fuera en otro tiempo.
Él estaba celebrando la cena. Estaba lavándoles los pies a algunos de nosotros. Estaba llamando a Pedro, desde su casa, para que lo siguiera y lo acompañara a predicar.
Después, Él consagró esta fuente y pidió que realizáramos estos Bautismos aquí, en el Centro Mariano del Espíritu Santo, en donde fue consagrada la primera fuente bautismal, la Fuente del Sagrado Corazón.
Canción: ”Cristo, Fuente y Manantial de Vida”.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más