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Mis queridos hijos:
Sepan que, a través de la unión fraterna de esta Obra con los organismos internacionales que brindan servicios humanitarios de salud y equidad, la Fraternidade será considerada una de las manos más destacables en el servicio de curar el dolor a través del amor.
Eso se dará, primero, por la formación espiritual adquirida en los últimos treinta años. Segundo, por la integración y la vivencia de la vida comunitaria y de la vida grupal en sus diferentes fases de trabajo. Tercero, por la capacidad interior e intuitiva de comprender de manera espiritual la realidad del planeta y de su humanidad, principios entregados por la Jerarquía Espiritual en estos tiempos.
Estas tres características que a lo largo de los años formaron a la Fraternidade, Federación Humanitaria Internacional, son los patrones futuros que los organismos internacionales necesitarán, en el fin de estos tiempos, para fundar nuevas bases humanitarias y sociales que ayuden al reequilibrio de la humanidad por medio del amor, del servicio y de la igualdad para con los más necesitados.
La misión de la Fraternidade es representar, en la superficie de la Tierra, un modelo cultural, social, ambiental y global que ayude a la humanidad a tener consciencia sobre la importancia de revertir ciertos factores mundiales que llevan a la autodestrucción de la propia raza.
El servicio desinteresado y verdadero será el espíritu de paz de la Fraternidade, y ella no buscará beneficios, sino colaboradores mundiales que apoyen sinceramente las causas y las necesidades de los diferentes grupos humanos que viven la guerra, el hambre, el exilio y el desabrigo por parte de las diferentes naciones en conflicto.
Por medio de la alianza universal con los organismos internacionales, la Fraternidade podrá adquirir un desempeño de los valores sociales y filosóficos entregados por la Jerarquía, buscando enseñar e instaurar el arquetipo de una nueva humanidad.
Será el constante ejercicio de servicio incondicional por parte de cada servidor, lo que construirá una oportunidad para cada pueblo, cultura y sociedad de este planeta, de encontrar un camino de esperanza para revertir el desequilibrio y la desigualdad global entre las diferentes razas y naciones.
De esa forma, los aportes humanitarios y filosóficos de la Fraternidade, sin impartir religión ni credo, ayudarán a que los organismos internacionales consigan erradicar la pobreza espiritual y física en ámbito planetario y así, la Jerarquía Espiritual podrá llevar cura y alivio a millones de almas de la humanidad que están en peligro interno y externo.
Por eso, la consciencia de esta Obra de amor por la redención de la humanidad deberá estar bien abierta para poder acoger un ámbito de trabajo planetario, el que retirará a cada servidor de su habitual aposento y será llamado para ser un brazo operativo en el Plan Interno de Cristo.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Es Voluntad de Dios, queridos hijos, que la Obra de amor y de redención de los Mensajeros Divinos llegue, de forma ecuménica, fraterna y servicial a los más pequeños del mundo: a todos los niños.
Después de establecido el acuerdo internacional de cooperación entre todas las naciones con los diferentes refugiados del mundo, y en la víspera del especial encuentro de misericordia, Dios les está pidiendo que den un paso más como Obra y este paso ahora será planetario.
Es así que, a través de sus misiones y servicios humanitarios, sin religión ni credo, pero sí de corazón amoroso y abierto, su Madre Celeste necesita llegar por medio de ustedes a los niños más desprotegidos del mundo, a los que padecen las guerras, los conflictos entre las naciones, la pobreza, la enfermedad y la persecución.
Hasta ahora la Red Misionera Planetaria estaba en un ámbito de entrenamiento y de preparación. A partir de hoy la Red Misionera Planetaria estará integrada por la contribución y el servicio de una parte de la Obra, que es la Red Luz Planetaria.
De esa forma, queridos hijos, la aspiración de Dios es que, por medio de la unión y de la hermandad con los organismos internacionales, esta Obra atienda a nivel internacional a los niños del mundo en situaciones de guerra, de conflictos y de desintegración de sus familias, con el fin de que Mi Materno e Inmaculado Corazón intervenga en el rescate de esas esencias.
A partir de este nuevo ciclo, después del último 8 de agosto, la situación de servicio y de asistencia a la humanidad por parte de toda la Obra ha cambiado y se ha ampliado a nivel mundial.
Quisiera que comprendieran que, por medio de sus manos y de sus corazones, su Madre Celeste intentará llegar a todas esas almas sufridoras, las que por diversas circunstancias han perdido el contacto con el amor y la esperanza.
En esta fase, la Orden fundada por Mi Amado Hijo también desempeñará funciones específicas dentro de este servicio humanitario.
Por eso deben disponerse, porque a través de los organismos internacionales, ustedes podrán atender y servir, por Cristo, en naciones del mundo nunca antes concurridas o visitadas por su grupo, en donde se desencadenan situaciones de riesgo o de desnutrición de niños inocentes.
Mi misión para con ustedes, es que algún día aprendan a colocar el planeta y su humanidad en sus corazones ya que todos los impulsos entregados durante los últimos treinta años, fueron preparatorios para este ciclo de emergencia planetaria.
Recuerden que estos servicios humanitarios prepararán la segunda venida de Cristo.
Acreciento, hijos Míos, que podrían presentarse almas servidoras de diferentes edades que vendrán hacia ustedes movidas por el impulso de ayudar a disolver los conflictos en la humanidad.
¡Sigamos adelante!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Queda hecha la declaración oficial de que la Obra de Paz de los Mensajeros Divinos, de forma ecuménica, autónoma y fraterna, brindará sus servicios humanitarios a los diferentes pueblos y naciones del mundo, con el fin de establecer espiritualmente un mayor período de paz.
Es de esa forma que los misioneros de la Fraternidade y los consagrados de la Orden de Mi Hijo, a partir de este impulso entregado por las organizaciones internacionales, quedarán congregados, reunidos y hermanados en las dos bases que se establecerán de forma permanente en el norte del Brasil.
Esto significa, queridos hijos, que para su Madre Celeste, la misión permanente de Grecia quedará transitoriamente cerrada y será asumida por los representantes y miembros de la Red Luz de Europa.
Al respecto de la misión de servicio permanente en la periferia de la Comunidad-Luz Figueira, también quedará transitoriamente cerrada y será asumida bajo Mi convocatoria por la Red Luz de Minas Gerais y San Pablo.
Por consiguiente, bajo la Voluntad de Nuestro Padre, todos los misioneros matrices y en formación se trasladarán hacia el norte del Brasil para responder al pedido realizado por las organizaciones internacionales, las que buscan la paz, la justicia y la equidad entre las razas y los pueblos.
En este sentido, la Jerarquía Espiritual está llamando a toda la Red Luz planetaria para que asuma el servicio humanitario con la finalidad de que los servidores matrices y consagrados, que pertenecen a las Comunidades-Luz y residan en ellas, puedan desenvolver ampliamente el servicio fraterno en la búsqueda de establecer la cura, la redención y el amor en las almas que han perdido, por causa de los conflictos, de las guerras y del desorden entre las naciones, la esencia de la fe y del amor.
Cabe destacar que el escudo espiritual de protección de los misioneros y consagrados que asumirán la fase operativa del servicio en las organizaciones internacionales bajo el principio de la fraternidad, tendrá como base interna la presencia de los Sagrados Corazones. Pero, bajo ninguna circunstancia o motivo se difundirá algún principio religioso o espiritual, ya que la causa de los actuales conflictos proviene de las incomprensiones sociales y humanitarias entre las religiones.
En esta nueva fase de asumir tareas mundiales y de orden universal, la Fraternidade solo buscará el bien y el beneficio del semejante, para que se recuperen los valores y los derechos humanos.
Estaremos guiando paso a paso esta nueva fase que llevará a la consciencia de todos los servidores a sacrificar muchas cosas de sus vidas para que en Sudamérica no se precipite una situación peor a la que ya existe.
¡Les agradezco por responder a esta operación de rescate mundial por la paz y el bien en el mundo!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Primer día de la Novena:
“Por la oportunidad de amarnos más como almas al servicio de Dios”.
El amor, queridos hijos, lo es todo para estos tiempos porque sin amor la obra es hueca y no puede ser realizada.
El amor es la matriz fundamental para la vida de superficie.
El amor es lo que permite, por encima de todo, que las criaturas se amen entre sí, dejando atrás lo superficial y lo aparente.
El amor es una gran llave curadora y redentora, porque el amor incondicional desata los nudos y las amarras de las consciencias.
El amor revitaliza y crece en el interior de quien lo acoge de verdad y sin preconceptos.
El amor es el que impulsa a las almas a vivir el servicio y, en seguida, la entrega a Dios sin condiciones.
El amor suplanta a la ira.
El amor sustituye al orgullo.
El amor se coloca por encima de toda arrogancia.
El amor unifica y multiplica espiritualmente el caudal de la Gracia.
El amor nutre el espíritu y sensibiliza a la consciencia con todo lo que es semejante.
El amor construye un espíritu de servicio por el planeta y por su humanidad.
Es el amor el que brinda la oportunidad, en estos tiempos, para que las almas se amen así como Dios ama a todas Sus criaturas.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Eleva tu consciencia como las montañas y siéntete parte de un gran misterio.
Ante tus ojos se develan todos los secretos del universo.
Las llaves más seguras son entregadas en las manos de los humildes.
Los portales al infinito se abren para que los más simples puedan pasar hacia recónditos espacios de la vida universal.
De forma cíclica y armoniosa, los tesoros más sagrados se muestran a los que los quieren ver, para que puedan reconocer en su interior el mayor tesoro de la Creación, el Amor.
Los caminantes de la fe encienden sus antorchas en el gran Fuego de toda la existencia e iluminan los caminos sombríos de los que aún no pueden reconocer su propia luz interior. Nunca se separan porque, en lo profundo, saben que un Propósito deberá cumplirse.
Por eso, poco a poco, caen los velos de la consciencia para que cada espíritu, como cada corazón, se torne consciente del efecto de sus hechos y de sus experiencias de otrora.
Pero, ante la señal de la Verdad, los viajeros se postran, porque saben que en su camino siempre estuvo la mano infinita del Amor que a todo guiaba y amparaba.
Los ojos de los no rendidos se llenan de intensas lágrimas; al fin pueden sentir que solo el amor es lo que todo transforma, eleva y cura.
Llegó el tiempo de que los buscadores del camino depositen, a los pies del Templo, todas las espadas, para que así se cumpla la rendición de todos los errores.
Mientras los espejos se encienden ante la mirada de los puros, en el escenario de la vida se reflejan los primeros momentos de una inolvidable paz.
Cada paso que da el peregrino es un paso que da la dormida humanidad.
Cada entrega incondicional es la Cruz de la victoria redentora que se plasma en alguna parte de la superficie.
Así, lo que está lejos de los corazones comienza a aproximarse, y la Fuente del Amor retorna con un ímpetu desconocido.
La Obra se realiza en nombre de la indiferencia de la mayoría, y los arcos de luz se abren, más allá de todo, a los que no los merecerían ver.
Los apóstoles sienten en su interior la acción de la Misericordia y nadie queda sin saber que la hora de la redención se aproxima.
Se preparan los jardines de las almas, lugar en donde el Maestro, entre los maestros y sabios, posará Sus humildes Pies.
Mientras tanto, todo se purifica dentro y fuera de las consciencias con el fin de que la mayoría esté libre de los errores antiguos.
Una luz de renovada esperanza surge en el horizonte y todos la pueden ver.
Así, son llamados nuevamente a la vivencia del verdadero amor.
Los caídos en las tinieblas son sacados de esos espacios.
El amor se vuelve Misericordia para salvar a quien se quiera salvar.
El tiempo del reloj está marcando la hora prometida.
Que los seguidores de la Luz y de las tormentas laven sus pies en la Fuente para que, limpios, puedan estar sentados a la mesa y a la espera del Gran Maestro.
Una sabiduría inexplicable desciende hasta en las mentes más obtusas. El fin es que los más duros de corazón se abran a la llegada de la Verdad universal.
Los caminos de antiguas y pesadas historias son modificados.
La Justicia y su severidad son cambiadas por la acción del Amor y de su eterno poder.
Todos son reunidos, a pesar de sus diferencias e historias. Todos, sin excepción, son colocados por un momento en los Brazos del Divino Padre.
Todos perciben que nunca hubo ganadores ni perdedores, sino almas que experimentaron diversos caminos de redención.
Así, el nuevo sol nace en el universo de los que estaban en penumbras, y la Luz comienza a florecer como las rosas en un jardín de invierno.
Todo se transforma. La Gracia, como principio mayor, todo lo hace posible.
Los soldados, tomados de las manos, se unen para concretar la última fase del Plan de Redención.
Se escriben, en los Libros del Universo, estos momentos.
Que los oídos internos estén atentos para que escuchen la sagrada palabra de la Luz que todo transfigura.
En unidad se eleva el estandarte de la redención.
En amor se cumple el Retorno de Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Obra de Dios se manifiesta en la Tierra a través de instrumentos despiertos por la Voluntad de Dios.
Cada instrumento que trabaja para la Voluntad Divina recibe el aprendizaje que precisa cursar, para que, finalmente aprenda algo dentro de la escuela que le tocó vivir.
En este sentido, trabajar para el Plan de Dios requiere de donación absoluta, de la entrega de la vida de forma absoluta y del sacrificio absoluto por los demás.
Cuando el instrumento de Dios está protegido bajo ciertas condiciones espirituales y monásticas, es muy evidente que otros serán los resultados de la Voluntad Divina para con esa consciencia.
Cuando el instrumento de Dios está envuelto bajo condiciones más inestables y no cuenta con la protección espiritual necesaria a su alrededor, pocas serán las repercusiones de la Voluntad Divina en esa consciencia.
Con esto quiero decirles, queridos hijos, que todas las almas guardan un potencial de consagración.
Por eso, a través de los tiempos y en Mis diversas Apariciones, la mayoría de los videntes tuvieron que escoger cuál camino de aprendizaje iban a recorrer: el de la consagración o el del mundo. Ninguno es mejor que el otro, solo que le corresponde a las almas de la Tierra dar ciertos pasos, para que la Divinidad pueda mantener Su Obra en la superficie.
Cuando en un lugar en donde María Santísima ha aparecido durante muchos años no se mantiene esta visión clara, es necesario proteger la Obra de la propia humanidad, pues, las manos de los hombres, por tentación, son llevadas a manipular y a sacar provecho de los acontecimientos divinos que el Universo Celestial lleva adelante en algunos lugares del planeta.
Ese provecho que muchos extraen de la esencia y de la energía de la espiritualidad, por ejemplo, de los Centros Marianos en el mundo, tarde o temprano se vuelve un débito impagable, porque el ser humano está usando una Energía y un Principio divino para su beneficio mental y espiritual. Es con esto con lo que lucha su Madre Celeste porque, al final de todo, los que se aprovecharon de esa Energía espiritual tendrán un final infeliz.
Oremos entonces por todos los corazones que se ensucian, todos los días, con esas manipulaciones y que hacen de los Centros Marianos del mundo un comercio de dinero y de negocios, porque la Justicia caerá sobre ellos, conscientemente.
Como Madre, oro al Padre para que tenga la máxima Piedad y los invito a hacer lo mismo Conmigo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Con el amor de Mis hijos, Yo podré llevar siempre adelante las Obras del Creador.
Con el amor de Mis hijos, Yo podré finalmente traer la paz al mundo.
Con el amor de Mis hijos, aunque imperfecto e inmaduro, Yo podré llevar adelante todo lo que Me pide Dios.
Con el amor de Mis hijos, Yo puedo gestar en Mí la Nueva Humanidad y así, verla nacer en un tiempo cercano.
Con el amor de Mis hijos, Yo puedo redimir al mundo y derramar Mis Gracias sobre aquellos corazones y vidas que más lo necesitan.
Con el amor de Mis hijos, Yo puedo ayudar a la esencia divina de los Reinos de la Naturaleza, a fin de que se lleve adelante la restauración y la cura de todas las secuelas ocasionadas a ellos desde el principio de la Creación.
Con el amor de Mis hijos, Yo tengo el permiso de ingresar en los infiernos de este mundo herido y sometido por la guerra, la indiferencia y la omisión.
Con el amor de Mis hijos, Yo puedo acoger en Mi Corazón materno el alma de las naciones y todo lo que en ellas habita.De esa forma, su Madre Celeste puede llevar adelante la Operación Rescate.
Con el amor de Mis hijos, Yo puedo vivenciar en los corazones simples la existencia del Proyecto de Dios y en los corazones humildes, puedo revivir todos los días la Presencia misericordiosa de Mi Hijo.
Ya no importa cuántas veces caigan o se equivoquen, lo que importa, hijos Míos, es que aprendan todos los días a ser perseverantes y buenos. Eso ayudará a que Yo pueda seguir sirviéndome del amor de Mis hijos, porque lo que debe redimirse, en ustedes, el amor que Me tienen lo transformará.
En el amor de Mis hijos, veo la Tierra Prometida.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los consagra,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
A los servidores del Plan de Amor de Oporto y de todo Portugal
Como ha dicho Mi Amado Hijo, hemos venido aquí por una Europa separada por la indiferencia, por la resistencia y por la vida material.
Venimos para reforzar la fe en los corazones y para demostrar que toda la Obra de Dios debe seguir gestándose en sus vidas, de lo contrario, ella no podría manifestarse.
Hoy, su Madre Celeste dedica este mensaje a los grupos y a los responsables de los grupos que acogen, de cuando en cuando, el llamado de los Mensajeros Celestiales y que, en estos últimos tiempos, quisieron desistir del camino por diferentes razones y situaciones.
En el momento de mayor crisis planetaria, las antiguas resistencias de las consciencias están resurgiendo. Desde ya les digo, hijos Míos, que no existe otra causa ni otro motivo en dónde encontrar la raíz de los problemas grupales.
Solo deben tener consciencia de lo que están formando parte, porque su compromiso es con el Universo y Sus Jerarquías Divinas, más que con la propia humanidad.
Pido a los grupos de Oporto y a los hermanos responsables de esos grupos de almas, que no se engañen, que abran sus ojos a la necesidad que está planteando la Jerarquía y que necesita ser atendida, sí o sí.
Para que ustedes, hijos de la ciudad de Oporto, que ya caminan al lado de la Madre Divina, puedan corresponder a todo lo que el Universo les pide amorosamente, deben dar el gran paso hacia la unidad entre las consciencias, para que, al fin dejen sus resistencias, las que solo los llevaron hasta el punto de detenerse y de no poder dar sus pasos.
Mi Hijo vino aquí para renovarlos y para que lo acompañen en la misión de difundir Su Mensaje ampliamente en esta parte del mundo.
Si todo el tiempo sus acciones son pequeñas, los resultados de la Obra serán pequeños y no podrán abrir, de manera correcta, la puerta a las almas que esperan por ayuda.
Deben arriesgarse, por fin, a dar un poco más, hasta que puedan percibir, por sus propios medios internos, que no estarán perdiendo nada en absoluto.
Su Madre Celeste los llama, como grupo de Oporto, al servicio a Dios, a colocar su mano en el corazón y preguntarse a sí mismos, con voz clara:
¿Qué es lo que hoy estoy haciendo?
Planteando con sabiduría esta pregunta, podrán tener la clara respuesta de que es necesario corregir actitudes y ampliar, aún más, el campo de servicio junto a la Jerarquía.
El Universo observa el esfuerzo de cada uno, pero no es suficiente. Es urgente que como grupo de almas reunido por la Voluntad de Dios, respondan a la necesidad de ayudar a liberar a su Europa del peso de sus faltas y de todas sus consecuencias, con su servicio, oración y entrega.
En uno de los peores momentos planetarios, Cristo los llama para que no lo abandonen y que tampoco dejen a un lado la misión y la responsabilidad que Dios les confió.
Para eso les pido que se sacrifiquen un poco más por su Madre Celeste, a fin de que puedan comprender, a través del corazón, que la obra que a ustedes les cabe cumplir debe ser protegida y no abandonada por sus dificultades.
Tienen todas las herramientas y todos los medios para vivir la fraternidad y para expresarla. El Universo aguarda que ahora den un paso mayor en la consciencia. La Hermandad Celestial estará atenta a la respuesta positiva de sus mundos internos.
Un Plan de redención espera ser realizado y ustedes están dentro de esa convocatoria.
¡Adelante!, ¡sigan adelante en la fe!
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los unifica,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Para que una Obra Divina tenga su realización y continuidad en el planeta, ustedes deben acompañar de corazón los cambios que se aproximan y no temer vivirlos o que sean asumidos por nuevas consciencias.
El Plan Divino no es arcaico ni tampoco pasajero, sino que perdura a lo largo de los ciclos de renovación que él vive, de tiempo en tiempo.
Solo bastará vivir esa unión interna con el Plan de Dios para que él comience a materializarse en la superficie de la Tierra y para eso es fundamental la adhesión.
Es importante que los corazones sientan que el ciclo verdaderamente cambió y que otras son las necesidades que se avecinan en este tiempo final.
Por eso, con su consciencia elevada y sus ojos fijos en el Propósito, podrán acompañar este ciclo que toda la humanidad está transitando y que solo necesita ser vivido a partir de su comprensión profunda.
Este nuevo ciclo viene para remover los espacios del subconsciente y más allá de él, llega para retirarlo de la inercia humana.
Vivir el Plan de Dios también significa alzar los brazos para recibir los dones que prepararán a cada servidor para vivir los cambios, desde el momento en que dé el sí al universo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Cuando sus consciencias consiguen con esfuerzo abrir el corazón, las puertas de la Gracia se abren y no hay nada que impida que eso suceda.
Por eso, en este tiempo, si abren el corazón, la consciencia será guiada por una sublime energía que proviene de la Fuente y que ustedes, aquí en la Tierra, conocen como sabiduría.
Hijos Míos, la sabiduría de Dios siempre los colocará en el camino de Su Divina Voluntad y sus vidas evitarán ingresar en el camino de los errores y de los constantes impulsos humanos.
El Señor necesita que puedan crecer interiormente, porque ha llegado la hora de que sus consciencias y almas le demuestren al universo que comprendieron el llamado y que ahora lo vivirán con mayor determinación.
Quisiera que Mis discípulos, los discípulos de Cristo, atravesaran el fin de los tiempos con las herramientas internas que les ha dado la oración y la instrucción.
Con esa base de aprendizaje, ustedes, queridos hijos, harán de cada etapa del Plan algo victorioso y sublime. Así, serán partícipes de la materialización del Plan en la Tierra.
Por eso, Mis amados hijos, es necesario que estén disponibles para las necesidades que el universo presente en cada sector de la Obra Divina.
De esa forma, guiados por una inteligencia mayor, podrán estar a la altura de los acontecimientos con más madurez y, sobre todo, con mucho amor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice, bajo el Amor de Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Cuando los jardines internos que estaban a punto de secarse son regados por el agua del Amor de Mi Corazón, todo vuelve a florecer.
Ahora que aprendieron, mediante el ejemplo, a cuidar y proteger la Obra de Dios necesito, queridos hijos, que asuman sus puestos para que las corrientes del Universo que llegarán sean conducidas, correctamente, por medio de los impulsos que les traigo.
Por eso, queridos hijos, en este tiempo cada paso que se da, en la madurez y en la consciencia de todos, ayuda a que el Plan del Creador se manifieste en una mayor cantidad de corazones que antes no tenían consciencia de su verdadera misión.
Es hora de que, en este tiempo, sean sus corazones los que reabran las puertas a todos los impulsos universales que llegarán.
Por eso, la Obra de Dios se diseña en los más simples, en aquellos corazones que abren sus seres internos para reconocer la instrucción en la palabra de vida.
Es así, queridos hijos, que Mi Corazón, por medio de la sagrada palabra, viene a conducirlos para que cada paso que den esté permeado por el más puro amor del corazón.
Vengo, en este día, para despertar su interés interior por el Plan del Padre y, para que decididos, formen parte del ejército que son invitados a integrar.
En sus corazones está la consciencia y el camino; en sus almas existe la unión con Dios, los invito simplemente a buscarla.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Con el amor de Mis hijos, Yo puedo llevar adelante la Obra de Dios en la Tierra.
Es el amor de Mis hijos lo que impulsa a los santos ángeles a que realicen su servicio incondicional a la humanidad.
El amor de Mis hijos ayuda a revertir las causas imposibles, porque ese amor está unido a la Fuente.
El amor de Mis hijos construye los grandes puentes de luz entre los abismos y, su Madre, caminando sobre ellos, puede ir al rescate de las almas sumergidas en esas realidades.
El amor de Mis hijos puede elevar la consciencia planetaria; así, todo lo que pesa en la humanidad también es elevado y transmutado.
Con el amor de Mi hijos, los universos inmateriales se pueden aproximar a la humanidad y así se establece una comunión con ellos.
En el amor de Mis hijos se encuentra el potencial de los Nuevos Cristos, de aquellas almas que, en otros tiempos y en otros universos, fueron preparadas para este ciclo y para cumplir esa misión.
En el amor de Mis hijos, Yo puedo obrar y hacer de esta raza una raza redimida.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama en el Amor de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En cada nuevo paso que dan, la Jerarquía Divina y universal puede llevar adelante Su Obra de salvación de la humanidad y de rescate del planeta. Por eso, cuando se abren los ojos a los Planes que Dios le muestra al mundo, se pueden realizar en las almas las diferentes fases de la obra, y así atraer hacia el planeta, especialmente hacia la humanidad, la oportunidad de la ascensión espiritual.
La elevación de cada molécula, de cada célula, como de cada consciencia de este planeta, ayuda ampliamente a que la Obra de la Divina Jerarquía pueda llegar a otros campos de la consciencia, que aún necesitan de cierto tipo de impulsos para poder evolucionar y crecer.
En este sentido, queridos hijos, en cada nuevo paso que dan, las almas del mundo pueden recibir ciertas oportunidades que antes no estaban previstas. Esto es posible por algo que es fundamental, lo que llamamos adhesión a la Obra Divina, adhesión a los Principios Celestiales que descienden en estos tiempos para concretar la Obra redentora de Cristo en la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Traigo la Luz de Mi Corazón para que las almas iluminen sus caminos.
Traigo la Luz de Mi Corazón para que Mis hijos encuentren el sendero hacia el amor.
Traigo la Luz de Mi Corazón para derramarla sobre el planeta y toda su consciencia.
Traigo la Luz de Mi Corazón para que las almas abandonen sus abismos.
Traigo la Luz de Mi Corazón para que la humanidad reciba la Gracia de redimirse.
Traigo la Luz de Mi Corazón para hacer de este planeta un lugar sagrado, como lo fue en el principio.
Con esa Luz que Yo traigo, Mi Corazón puede disipar el mal.
Con la Luz que Yo traigo en Mi Corazón, puedo tocar a cada alma que lo necesite y liberarla de sus errores.
Con la Luz que Yo traigo en Mi Corazón, concedo la libertad interior y la oportunidad de unirse cada día más al Padre Creador.
Con la Luz que Yo traigo en Mi Corazón, elevo a las consciencias hacia nuevas esferas.
Que esta Luz que emana como un manantial de Mi Corazón, realice la Obra de Dios en las almas y en todas las criaturas que deben despertar a su redención.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Llego como un sol al mundo para poder hacer brillar la luz de Mi Corazón en las esencias. Mi único propósito es que Mis hijos de la Tierra reconozcan a Dios en su interior para que, despertando a ese conocimiento, la humanidad abrace la Voluntad de Dios.
Es así que las consciencias encontrarán el sentido espiritual de vivir en este tiempo y, sobre todo, de estar sirviendo internamente a la Creación.
En consciencias despiertas su Madre forma a los nuevos soldados que, sumergidos en la oración, toman contacto con lo que verdaderamente son y con lo que han venido a cumplir. Por eso, amar la Voluntad de Dios requiere que los discípulos den un gran paso, que siempre los colocará del otro lado de la experiencia para que finalmente el aprendizaje sea completado.
Es así que el camino de la entrega posibilita que la consciencia en su más amplia disposición realice en todos los sentidos los Designios de Dios. Y, atrayendo hacia la vida y hacia la materia cada fase del Plan, la humanidad será altamente beneficiada hasta con los pequeños sacrificios.
Quisiera que Mis hijos penetraran en el misterio de la Divina Voluntad ingresando por medio de la oración y del servicio en ese amplio campo de la consciencia. Porque de esa forma el Plan estará más encaminado al contar con las manos de todos sus servidores, de aquellos corazones que en este tiempo se disponen a concretar la Obra Divina.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los contempla con amor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Llego en este día, queridos hijos, para recordarles que todavía su Madre Celeste se encuentra orando por la justa causa de la peregrinación a Centroamérica y México.
Es así, que su Padre Eterno envía a Su Sierva Fiel para declararle a la humanidad que llegó el momento de dar el gran paso hacia la vida grupal y hacia la fraternidad.
Será con esas dos grandes virtudes que las consciencias percibirán que deben salir de sí para poder estar en todo con sus semejantes.
Necesito, Mis queridos hijos, que adopten en este tiempo esa actitud interior y exterior para que, de esa forma, el Plan de Dios alcance mayores planos de consciencia y sea una realidad para todos.
Los invito a fraternizar, a cooperar, a donarse a la Obra del Padre Celestial para que se puedan crear las bases necesarias para la nueva humanidad, porque viviendo en ese camino de igualdad y de equilibrio aprenderán a saldar sus faltas y, al mismo tiempo, serán llevados por los ángeles a encontrar la necesidad verdadera para poder suplirla.
Abracen esta convocatoria de su Madre Celeste, porque así ustedes, seres orantes, verán que el Plan de Dios debe cumplirse en toda la esfera planetaria para que la perdida humanidad reciba una Gracia y una oportunidad.
Piensen en lo que les digo.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo soy la Puerta de Paz.
Soy la corriente divina y poderosa que atrae hacia el mundo los principios de la Creación.
Soy ese rayo purísimo que proviene de Dios y que despierta en los corazones la redención.
Vengo en este tiempo a anunciar la Venida de Mi Hijo.
Vengo a preparar los caminos por donde las almas encontrarán a Cristo.
Por eso, este ciclo es determinante para todos, es el momento de encontrarse con el Padre Eterno para cumplir Su Sagrada Voluntad.
Es tiempo de sentir el porvenir y la esperanza plasmados en el interior de todos los seres.
Como su Madre, los conduzco y los guío hacia Mi Obra de Paz, que no solo abraza naciones y continentes, sino que también a través de los tiempos, le enseño a la humanidad a vivir el Plan del Creador.
Les dejo a todos el Espíritu de Mi Paz y la absoluta confianza en los Designios del Único.
Los abrazo, a cada uno de ustedes, para que sientan Mi calor materno y así se vivifiquen en el Señor.
Que en esta hora, todo se pacifique y que los caminantes abracen su cruz y la carguen, porque ella no será pesada, será la cruz de la liberación del mundo e imitarán a Mi Hijo para Gloria de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y del Amor Mayor
La unión entre los credos
Llegará un momento en el planeta en el que todas las religiones se deberán unir en el espíritu de la paz y del amor crístico.
Esa unión, profetizada, permitirá que las almas, que caminaron por diferentes senderos espirituales, encuentren la Fuente Mayor, el gran Manantial del Corazón de Cristo.
En ese momento, Jesús será reconocido por todos como el Redentor no solo de los cristianos, sino también como el Liberador del mundo entero, a través de los impulsos de Amor que Él está entregando en estos tiempos.
Esa hora se aproxima a la consciencia planetaria.
Cuando esa profecía de unión entre los credos se pueda realizar entre todos los pueblos y no solamente entre los cristianos; las naciones se opondrán, unas a otras, y las diferentes filosofías humanas intentarán derrumbar lo que otros, con amor, intentan construir por el bien común de todas las almas.
Ese tipo de juicios y de calumnias emergerán como una fuente de impulsos humanos que solo llevarán a debilitar la unión entre las consciencias y los pueblos.
En el momento más crítico y agudo del planeta, la fe de las consciencias será puesta a prueba; no porque Dios lo determinará, sino por la acción destructiva que las voces de los filósofos del mundo realizarán contra todo lo que se considera Obra de Paz y de Luz.
Pero, finalmente, Mi Inmaculado Corazón triunfará en el mundo y fuera de la Iglesia.
Ante los ojos de los que gobiernan las religiones, Yo les abriré la gran puerta de la redención y todos podrán reconocer que, por detrás de toda Obra de la Luz, estaba presente Cristo.
En este tiempo, intentarán hacer callar la Voz de los Mensajeros Celestiales, así como lo intentaron en otros tiempos; pero, al final de todo, muchos se darán cuenta tardíamente de la justa y verdadera causa.
En este ciclo todo estará permitido, tanto los grandes errores como las mayores victorias. Eso será así para que las almas, en su libertad, puedan escoger antes del Juicio Final qué camino recorrerán, si el camino del error de los injustos o el camino de la paz y de la fraternidad.
Es en esta hora definitiva, su Madre Celeste impulsa Su Obra corredentora fuera de la Iglesia, para que así los pastores de Mi Hijo puedan contemplar la necesidad planetaria con Misericordia y no con profunda y mezquina indiferencia.
La Madre de Dios viene para reunir lo que la Iglesia no pudo concretar, la misión de contemplar con amor la necesidad espiritual y moral de las almas, independientemente del credo que ellas vivan en este tiempo.
Es así que su Madre Celeste viene, en este ciclo, a enseñarles lo que Ella les enseñó a los apóstoles en el pasado, a unir nación con nación, cultura con cultura y lengua con lengua, con el fin de establecer el principio del sagrado pueblo de Dios, por el que Moisés trabajó durante mucho tiempo.
Por eso, les pido a todos, más allá de su creencia o de su doctrina espiritual, que escuchen a la Madre de Dios, a la Embajadora de la Paz, que les dice que ya no pierdan tiempo ni tampoco lo utilicen en discutir y difamar si es verdad o no que Yo estoy trabajando por fuera de la Iglesia o si sus hermanos visten o no ciertos atuendos o mienten. Eso no es verdad, no están viendo la verdad ni tampoco están sintiendo con el corazón.
No se olviden de que todos son hijos de Dios y que lo más importante es conducir a las almas hacia el amor y la oración, y no hacia la difamación y los juicios de valor.
Todos los que dicen vivir la verdad están ciegos. Arrepiéntanse y pidan perdón. Abran el corazón y no la mente, porque en verdad les digo, Mis hijos, que ustedes están pretendiendo disolver Mi Obra de Paz con sus malas acciones.
Vivan la paz y no se sentirán perturbados. Abracen el Llamado de Dios, así como Él lo determina, y no intenten desmentirlo solo porque ese llamado esté vivo y luminoso fuera de la Iglesia.
Agradezcan al universo porque existan almas que se ofrecen para sufrir por ustedes.
Cambien de actitud y háganlo por amor, no pierdan tiempo en vanas palabras. Cumplan con su oficio y así las religiones se unirán a través del amor y no a través de la fuerza.
La cristiandad es un estado interior y no formal, es la posibilidad de creer y de sentir a Cristo en el corazón.
Escuchen por última vez Mi llamado.
¡Les agradezco por responder a Mis súplicas!
Los ama y los guía,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Sean valientes, Mis queridos hijos, en estos tiempos de Armagedón.
Mi Corazón es su emblema de batalla, es el escudo impenetrable que nadie puede derribar.
Por eso, con coraje y valentía, sean Mis ejércitos orantes victoriosos que responden al llamado de la Madre Celestial, sean portadores de la Gracia que todo alcanza y redime.
Queridos hijos, sean valientes todo el tiempo y no bajen los brazos, Yo estoy aquí para interceder por Mis hijos y para llevarlos al Divino Corazón del Redentor.
Queridos hijos, sigan Mis caminos, porque en ellos está escrita la historia de su liberación y perdón; en Mis caminos está escrita la historia de toda su conversión.
Triunfantes en la oración y misericordiosos en el amor sigan adelante, Mis queridos hijos, porque aún hay mucho que hacer por toda esta humanidad.
Hijos Míos, Yo soy su Comandante y Guía, soy la Madre triunfadora de Corazón y de Alma, de Espíritu y de Divinidad a través de todos Mis hijos soldados orantes.
Queridos hijos, es la hora de hacer triunfar el Plan de Dios, y la Obra se realizará con la colaboración de todos.
Sean Mis testigos, sean finalmente Mis amados hijos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama y los protege siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El divino diálogo entre María Santísima y Jesucristo, Su Hijo Amado
María Santísima: Hijo, sabes que las almas en su naufragio necesitan de Tu ayuda. Te pido, Adorable Hijo de Dios, que Te aproximes a los más débiles, que por sus errores y faltas pierden la Gracia de conocerte.
Mira, Querido Hijo, cuántos siguen Tus caminos y se esfuerzan por vivirlos.
Jesucristo: Clementísima Madre, escucho con atención y gracia Tu dulce y amorosa voz, así como la escuchaba cuando aún era muy pequeño y estaba en Tus brazos.
¿Cuándo será el momento en que los hombres se abrirán para conocer el poder de Tu Amor?
Mi Corazón se avergüenza cuando las almas no son dignas de proclamarte y reconocerte como la Madre del Mesías y la Corredentora, porque en este misterio, Tú siempre fuiste la silenciosa mujer de Nazaret que soportó todos los martirios junto a Su Hijo, en profundo silencio.
María Santísima: Sí, Hijo Amado, en Tus palabras se trasluce la verdad y la importancia del mensaje. Mi Paz todo lo alcanza, y no Te aflijas, Santo Rey, porque aún existen corazones verdaderos y santos que Me viven y Me glorifican; en ellos están las bases de la obra que el Padre Me ha confiado, en ellos edifico la verdadera iglesia celestial, libre de bienes y de poderes humanos.
Jesucristo: Es esa iglesia interior que Yo espero proclamar en honor a Mi Padre y por cada criatura de la Tierra que día a día pierde su filiación con Dios.
Santísima Reina de los Cielos, es por esa divina causa que Te he confiado, en Tus manos y Corazón, a toda la humanidad para que Tú, Arca Sagrada del Espíritu Santo, seas el portal por donde todos Tus hijos puedan pasar.
María Santísima: Por eso te ruego, Divino Hijo, que ayudes a Tus rebaños dispersos por el mundo, para que se unifiquen y solo exista un único propósito en cada corazón humano.
Desearía, Amable Señor, que Tú pudieras erguir en cada espíritu Tu verdadera iglesia celestial para que, fundando miles de ellas en los corazones, las criaturas reconozcan que Tú eres el Rey del Universo.
Jesucristo: Amada Madre del Mundo, Tus súplicas son para Mí caricias y ternuras celestiales de una Madre bondadosa e incansable, que nunca descansará hasta ver a todas las almas en el Paraíso.
Tu divina intercesión, Querida Madre, es motivo de Gracia, de Misericordia y de Gloria. Responderé al llamado de Tu Corazón Purísimo, pues Tus santos ángeles Me han hecho saber que en la Tierra tienes ejércitos orantes que están despertando por Tu Amor.
María Santísima: Sí, Glorioso Hijo, en la Tierra están despertando nuevos ejércitos, rebaños Tuyos que estoy congregando para que finalmente sigan un único camino: el camino del amor.
Por eso, Precioso Rey, estoy pidiendo a todos los ángeles y, especialmente al Ángel de Portugal, que reúnan a todas las consciencias angélicas para que la divina obra de redención se realice en todos los corazones aún no redimidos.
Por eso, revisto con Mi manto celeste a cuantos aceptan Mi convocatoria, pues Mi más íntimo deseo es que Tu Corazón sea glorificado para que el Padre sea glorificado y los acontecimientos cambien.
Jesucristo: Comprendo, Santísima Madre, el propósito que llevas adelante, por eso reforzaré Tus ejércitos angélicos para que las almas sean retiradas de la ilusión y del engaño terrenal.
Enviaré a más consciencias ultraterrestres para que los corazones despierten y sean portadores del Proyecto de Dios, el que Nuestro Amado Padre ha pedido que sea realizado en este tiempo.
María Santísima: Por eso, Hijo Primogénito, sembraré flores en jardines internos para que las almas sientan la existencia de su pureza original.
Verteré gracias inexplicables en corazones que no las merecerían, para que ellos se reconozcan dignos hijos de Dios. No dejaré, Bendito Hijo, que nadie parta de este mundo sin tener consciencia de que el amor todo lo puede cuando el corazón se abre para experimentarlo.
Jesucristo: Es ese misericordioso amor, Divina Madre del Cielo y del Universo, que aún no es vivido ni aceptado. Es el amor de Mi Corazón manso, que derrama Su Sangre de luz sobre el planeta y que todavía espera ser apreciado por todos los hombres.
Es ese amor celestial que espera ser aceptado por cada consciencia, especialmente por aquellas almas que nunca conocieron el amor. Mi Corazón se glorifica cuando los corazones viven los sacramentos y, más aún, Mi Corazón se llena de gratitud cuando las criaturas responden al llamado del Cielo, sea cual sea.
María Santísima: En Tu divina plenitud, Amado Jesús, las almas encuentran su fortaleza y las puertas a la redención se abren tantas veces intentando que las consciencias terrestres las puedan cruzar.
Por eso te ruego, Queridísimo Hijo de Dios, que ayudes con Tu bondad y Misericordia a todos los que las necesitan, para que se animen a dar el paso y ya no pierdan tiempo ni espacio en la superficialidad de la vida.
Prometo, Santo Hijo, que Mi donación y amor abrirán los caminos para que Tus rebaños puedan pasar.
Jesucristo: Es una infinita gracia escuchar Tu casta y dulce voz, la que proclama sin cansancio el triunfo de la esperanza y del amor que tanto necesita el mundo.
Tu Corazón amoroso se entrega por entero en las manos de los imperfectos y Él no teme ser rechazado porque Tu confianza en el Padre no tiene límites ni barreras.
Haz, Santa Madre Mía, que cada hijo Tuyo se anime a cruzar el portal, para que finalmente Yo encuentre en Tu regazo a los que tienen sed de Mí. Calma cada corazón y resucita en espíritu a los que aún deben elevarse al resplandor del Reino de Dios.
María Santísima: Apreciado y honrado Hijo Mío, es una gracia cumplir con Tus designios, porque en Tu Corazón se guarda la máxima Voluntad de Dios, la que los corazones de la Tierra deben aprender a vivir para que el Propósito divino se cumpla.
Por último Te suplico, Amado Hijo, que cada criatura de este enfermo planeta pueda despertar al Propósito, que los velos caigan de la consciencia y que todos los que están ciegos espiritualmente puedan ver y así cumplir con Tus sagradas peticiones.
Jesucristo: Haz saber al mundo, Madre Querida, que ya estoy retornando y que Mi hora se aproxima. Haz saber que las almas deben arrepentirse y perdonarse las unas a las otras, para que abandonen la soberbia y la indiferencia humana.
Haz saber que Me complazco, Santa Madre, en los que se esfuerzan y cumplen en obediencia Mis pedidos, porque así Yo construyo Mi iglesia interior en los corazones.
Haz saber al mundo, que el gran y esperado Juicio de la humanidad está cerca y que todos deben rezar por las agresiones causadas en el transcurso de los tiempos a toda la raza y a los Reinos de la Naturaleza.
Haz saber, Madre Celestial, que pondré fin a muchas cosas.
Queridos hijos, este segundo diálogo fue vivido en el Reino Celestial con Mi Amado Hijo y hoy lo comparto con todos para que lo estudien.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más