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Como un símbolo de paz coloquen sus cabezas debajo de Mis Manos para que Yo los pueda bendecir.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Hoy estoy aquí como Jesús Misericordioso para que recuerden la importancia de esta misión que el Padre le encomendó para el fin de los tiempos.
Ahora sientan Mi rayo blanco y Mi rayo rojo.
Yo soy la justificación y la sanación para las almas y, de la misma forma, Yo soy la Sangre que todo renueva y purifica.
En este segundo día, el segundo Trono de Dios se ha aproximado a través de Mi Sagrado Corazón y del Arcángel Rafael, que ha venido en Mi compañía para glorificar este momento y por la redención de la humanidad.
Mientras el Arcángel Rafael los contempla en nombre de todos los Padres Creadores, busquen unir vuestros espíritus a la esencia de la Cura cósmica que proviene de los Universos mayores, aquellos que tienen fe y fidelidad a los planos mayores, a los planos superiores de consciencia desde donde todo surge en la Creación.
Recemos para nuestro Padre, que está atento a la voz de todas las súplicas. Repitamos:
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Escuchamos trece campanadas a pedido de nuestro Señor.
Observen y sientan con amor todos los prodigios que Yo les traigo desde el Cielo, porque si en verdad las almas se sumergieran en Mi Misericordia, la maldad del mundo ya no existiría y no sería necesario sufrir.
Yo vine a ustedes a través de Mi encarnación en Tierra Santa. Nací como Luz de Dios para el mundo y derramé esa Luz de Dios para todos sin excepción.
Quiero que aprendan a beber de esa Fuente de Luz, que reúnen todos los Padres Creadores en el Universo y, que glorifican el Santo Nombre de Adonai eternamente.
Abracen esta oportunidad de redención y sientan, compañeros, cómo vuestras amarras se liberan, el pecado es purificado y la paz despierta en los corazones que escuchan Mi Voz.
Hoy vengo con la potestad de todo el Universo para el mundo entero y para las almas presentes y no presentes, visibles e invisibles, que necesitan encontrar la luz para poder abrir su corazón y reconocer la presencia del Rey que se hace visible entre las dimensiones, en cada esencia interior, que acoge con amor cada una de las palabras.
Hoy estoy como Jesús Misericordioso Solar. Traigo la sabiduría para todos, la consecuencia de poder cumplir con el Plan y de manifestar las obras de Mi Padre, así como están escritas en vuestros corazones y almas para esta tarea de fin de tiempo.
Ustedes, compañeros, tienen esta parte que cumplir. Otras almas deben hacer otra parte del Proyecto, que está intentando ser concretado a través del servicio de las almas que se donan a Mi Corazón por medio del despertar de los corazones, a la Sagrada Liberación Divina que los congrega.
Hoy vengo en la expresión infinita de Mi Misericordia y por la Misericordia de todos los Padres Creadores, los arcángeles, que intentan elevar este momento como una bendita ceremonia de purificación y de luz, de redención y de paz para todos los espíritus de la Tierra.
Así como Yo entré en Jerusalén y muchas cosas sucedieron, hoy Mi Padre concede a través del Corazón de Su Hijo Amado, un tiempo de paz en los corazones frustrados, en las almas que hacen las guerras y que desvían el Proyecto de Dios por sus acciones.
Hoy estoy aquí por todos, por cada uno de los hijos de Mi Padre, por los que Me responden y por los que no Me responden, por los que abrazan Mi llamado y por los que niegan Mi llamado, porque así Mi victoria se dará y Mi adversario será derrotado, cuando los corazones acepten Mi convocatoria. Está en ustedes el cambio del destino de todo el planeta, así como también está la responsabilidad en toda la humanidad.
Si doce consciencias que en el pasado estuvieron Conmigo consiguieron cambiar los acontecimientos de todo el planeta, ¿qué podrían hacer miles de ustedes, aferrados a Mi Fe, unidos a Mi Corazón, para que todo mal se extirpe en los corazones ignorantes que no ven la Luz?
Si cada uno cumple con su parte, a pesar de lo que suceda, no habrá por qué temer.
Den con amor todo lo que puedan dar y no se restrinjan, no cierren vuestros corazones ante las ofensas sino acojan vuestras lecciones como un acto de humildad y de pacificación, para que al fin, compañeros, la humanidad cumpla el nuevo patrón, la nueva vida sobre la Tierra en los corazones obedientes a Dios y a Su cambio.
Como fue en una Sagrada Semana anterior, conquistaré a siete intenciones, no para revelar la curiosidad y la propia voluntad sino para guiar a los espíritus hacia el Proyecto que Mi Padre tiene previsto para estos tiempos, a través de todas Sus jerarquías y criaturas, que se reúnen en el nombre de la Luz y de la Verdad.
Por eso prepararán, como una vez se los pedí, una cesta dorada para el día de mañana, escribirán vuestras intenciones. Y si pudieran dar un paso mayor, escriban la intención de vuestros hermanos, de vuestros familiares o conocidos y no las propias, así podrían estar en el escalón de la fraternidad y de la hermandad entre todos los seres, poniendo la atención en el que más necesita de una palabra de salvación.
Hasta el final de los días de este encuentro Yo rezaré por cada una de esas intenciones, porque es lo que se Me ha permitido. Y si confían en Mi Misericordia, esas intenciones se cumplirán y no habrá ningún nudo que se oponga a que todo se pueda concretar en el nombre de la Paz.
El Padre Eterno está presente a través de Mi Espíritu para que el mundo despierte a su gran llamado de redención y de conversión, de comunión con el Hijo Primogénito y con la Santísima Trinidad.
Hoy bendeciré los elementos, pero especialmente a los niños que han venido a Mi encuentro en nombre de todos los niños del mundo, especialmente de aquellos que son enterrados en los desiertos en esta hora aguda del planeta.
¿Será que ustedes, compañeros, por un instante sentirían Misericordia por esas cosas y no por ustedes mismos?
Yo necesito que caminen a Mi lado de otra forma y con otra perspectiva, haciendo madurar la consciencia y el corazón en la verdadera necesidad planetaria que Yo los invito a vivir Conmigo, como Mis apóstoles.
Tráiganme aquí el incienso para santificar la Mesa de Dios.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
A pedido de Cristo escucharemos Pater Noster, uniéndonos al Espíritu del Creador de todas las cosas.
Pater Noster...
A través de los elementos sagrados se encuentra la liberación de los caminos, se disuelven todas las amarras, se abren las puertas internas para que los corazones caminen en confianza hacia Dios y eleven su aspiración hacia lo Alto.
Esta Comunión de hoy, compañeros la ofreceremos por aquellos que deben ser consecuentes con el plan de evolución, y especialmente por los que más necesitan de una intercesión divina.
Mañana quisiera verlos a todos con velas en sus manos, pues Mi Luz debe materializarse frente a ustedes, para que así crean que Yo estoy presente en el nombre del Amor y de la Paz por los siglos de los siglos.
Hoy Mi Corazón glorifica vuestros corazones. Hoy Mi Amor colma a los que más necesitan del Amor de Dios y ese Amor hace reafirmar los votos en aquellos que dicen “sí” a la Voz del Maestro y a Su Sagrada Palabra.
Hoy necesito, compañeros, que sientan la Alegría de Mi Presencia, porque donde está Mi Alegría no está el mal.
En los más pequeños verán el ejemplo de la inocencia que Yo necesito de ustedes, para que pronto en conciencia y en el próximo mundo puedan entrar al Reino de los Cielos.
Mi Corazón se complacía ampliamente en los más pequeños, cuando Yo vivía aquí en el mundo entre ustedes. Mi Corazón se calmaba en los niños ante tanta adversidad; ellos son el regocijo de la nueva humanidad, es el espíritu de la pureza que nunca puede perderse en los hombres y en las mujeres de la Tierra.
Sean como niños y estarán en Mi Corazón, no con infantilidad sino con inocencia, con verdadera pureza y compasión por todos vuestros hermanos, así como ellos aman a todos los que ven en sus caminos.
Por eso hoy, también vengo al mundo desde el Universo de Mi Padre, trayendo esta buena nueva de que los más pequeños, en estos tiempos, son los que se ofertan de corazón para apoyar a la humanidad en esta transición. Busquen la unión con vuestro niño interior y curen el pasado para que él se pueda borrar de vuestra historia.
Mis Rayos de Misericordia permiten multiplicar todos los dones y todas las obras. En los niños, Yo también Me encuentro, dos veces, cuando juegan y cuando sonríen para los adultos.
Yo estoy en todas las cosas, así como Mi Padre está en todas las cosas, porque si así lo creen vivirán la verdad.
Mientras Me elevo en este día de bendición, cantaremos al Hijo Supremo, para que Su Gloria se expanda por los cuatro puntos de la tierra.
Repitamos:
Aleluya, aleluya, aleluya
Misericordia, Misericordia, Misericordia
Jesús yo confío en Ti.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En Mi Gloria hoy está el mundo sufriente y mezquino, porque a través de Mi Poder, todo se hace posible cuando los corazones se congregan a través de Mi Luz para adorarme.
Ciento cuarenta y cinco ángeles están hoy aquí Conmigo, en representación de todas las huestes de Luz del Padre Celestial y de los Padres Creadores, para dar comienzo a esta ceremonia sagrada durante siete días consecutivos.
Caminen a Mi lado, viviendo Mi Pasión, cada paso y cada hecho, cada momento y cada historia que fue escrita por Mí en este planeta y en su registro sagrado, en los libros del Cielo y de todo el Universo[1].
Este es el Libro de la Sabiduría de Dios, de las claves sagradas del Padre, que decretan desde el principio del Génesis el surgimiento de la Nueva Humanidad. Recuerden: Yo Soy el Alfa y el Omega, el que dio el primer impulso al mundo, y también soy el que dará el último, cuando retorne en Gloria a Su casa.
En este Libro está escrito la idea principal de Dios, lo que los corazones deben conocer para cumplir la Voluntad del Padre. Aquí está escrita su historia y Mi historia, Mi historia con ustedes en Tierra Santa.
Recuerden, compañeros, quiénes fueron en ese momento; no para vanagloriarse, sino para despertar al compromiso que olvidaron y que hoy vengo a renovar para todos en este lugar, porque en Aurora ya fue renovado. Y ahora ustedes tienen esta gracia de complacer Mi Corazón y de vivificarme a través de este encuentro sagrado durante siete días.
En este Libro está escrito lo que ustedes deben hacer, lo que Mi Padre espera de ustedes.
En este Libro está registrado el momento de su paso, así como está registrado en Mi Corazón Misericordioso, que se abre como una Fuente de Luz para todas las almas que aspiran verdaderamente curar su pasado y renovar sus espíritus en Mi Nombre Santo.
Y cada uno de los ángeles presentes, de los ciento cuarenta y cinco ángeles, guardan la voluntad en sus corazones para cada uno de ustedes, que es la Voluntad de Adonai, del Eterno, del Infinito.
Y este primer paso deben darlo los consagrados, porque como consecuencia, las almas se animarán a dar el paso en confianza a Mi Corazón y a Mis designios celestiales.
Quiero que honren al Dios Todopoderoso, que es el Rey verdadero de todas las cosas desde el principio.
Yo Soy parte de su Dios y de Su Magnificencia.
Yo Soy parte Su Omnipresencia y de Su Omnipotencia.
Honren junto a los ángeles la Presencia del Padre Eterno y de Su Gracia infinita manifestada a través de Su Hijo Amado.
Que canten los coros del Cielo y también canten los coros de la Tierra a través de los corazones abiertos a escuchar este llamado.
¡Aleluya, aleluya! Su hora de dar el paso está próxima.
Así como lo hizo Su Hijo Amado, lo deberán hacer ustedes en esta hora aguda del planeta, cada uno en su grado de amor y de evolución.
Abramos las puertas de los Cielos en este encuentro sagrado a través de Mi Corazón Glorificado.
Que se encienda el incienso y que se escuchen la voces, porque bendeciremos este altar para que él sea digno de recibir las Gracias del Hijo Primogénito, de su amado Pastor y Señor.
Cantaremos a pedido de Cristo, en Su Presencia, el Kodoish melódico, para honrar junto a los ángeles del Cielo al Padre Celestial.
Kodoish, Kodoish, Kodoish...
Ahora, compañeros, que sus corazones están limpios y sus almas están bendecidas por Mi Espíritu, ingresarán Conmigo por el Gran Portal de la Paz, para que Dios en Su Gloria, pueda derramar Sus Gracias sobre Sus hijos y todas las criaturas de este Universo, que también se congregan para este momento en alabanza y adoración y en acción de gracias por todo lo recibido; en donde Mi Misericordia pudo aplacar la Justicia para que ustedes pudieran estar aquí, en nombre de toda la humanidad y recibir también de Mi Corazón todo el Amor del Universo; amor que recibe el Universo también de ustedes en cada oración pronunciada, en cada Comunión realizada, en cada servicio entregado para aliviar el sufrimiento del mundo.
Hoy haremos una acción de Gracias especial y escogeré a catorce consciencias, a catorce almas entre todas las presentes, para que en acción de Gracias realicen una penitencia para el Maestro del Amor, por todo lo que lo ofenden y lo han ofendido y para que una vez más triunfe Su Misericordia en el mundo entero.
Esta acción de Gracias y esta penitencia significará, hijos Míos, siervos de Mi Padre, que los catorce a los que Yo escogeré, en nombre de todos, serán ungidos en su pie izquierdo, que representa la resignación ante el Padre Universal y ante Su Ley, para que en nombre de ustedes, de sus familias y de la humanidad entera, Yo pueda impartir en esta tarde una expiación que liberará a los corazones amarrados por las fuerzas del mal y perdidos por las tinieblas de Mi adversario.
Porque hoy establezco aquí Mi Luz, presente hasta el fin de los tiempos, para quien la pueda reconocer más allá de las apariencias y de las formas.
Aquel que pueda ver Mi Luz hasta el fin de los días será dichoso y bendito y Yo lo coronaré con Mi Gloria, para que esté sentado a Mis Pies en el Paraíso, junto a los ángeles y arcángeles, alabando al Creador por toda la eternidad.
Invoquen internamente la presencia de sus ángeles, porque ellos esperan por su respuesta y convocatoria, para que las obras del Señor sean realizadas por sus principios ultraterrestres, cumpliendo así la Voluntad de Adonai en las criaturas que se abren para reconocer esa Sagrada Presencia Divina.
Oración al Ángel de la Guarda...
No Me iré hasta que haya nombrado a las catorce consciencias que un sacerdote bendecirá para la liberación del mundo y para la paz en toda la Tierra.
Mientras los ángeles adoran la Presencia del Hijo de Dios, tráiganme aquí la Santa Custodia, para que ella simbolice el principio y el fin de un ciclo en el planeta para esta Sagrada Semana de amor y redención para los corazones del mundo.
El Santísimo representa para ustedes, compañeros, la sagrada expiación que irradia Mi Glorificado Corazón cada vez que lo miran con devoción y humildad, buscando la Caridad de Mi Espíritu, el Amor de Mi Alma, que está presente en la Eucaristía expuesta en el Santísimo Sacramento del altar.
No tengan expectativas por ser escogidos.
Busquen renunciar por Mí, al menos por una vez.
Sean misericordiosos de corazón y dejen que los que más necesitan reciban la Gracia, la misma que hoy derramo sobre todos ustedes.
Todos son importantes para Mí, todos pueden ser perlas preciosas en el Reino de Mi Corazón.
No se alejen de Mi Gloria.
Mientras espero el Santísimo contemplen Mi Corazón, que es poderosamente invisible para todos.
Contemplen en adoración a Mi Espíritu, que los abraza para renovarlos y que los absuelve para perdonarlos por toda acción errada, para que así conozcan Mi Amor soberano.
Dios se expresa a través de este santo Misterio para que las almas reconozcan Su Voluntad y la presencia de Su Amor.
Padre Nuestro en arameo...
[1] Jesús está mostrando un libro abierto.
Yo soy el Árbol Sagrado
Yo soy la Madre y Señora dispensadora de todas las Gracias.
Yo soy el Árbol sagrado del Universo, soy la que da frutos y de los frutos nacen todas las semillas que se siembran y germinan en todos Sus hijos.
Soy el Árbol sagrado de la Figueira, soy el tronco que soporta y transmuta a Sus hijos.
Soy la copa florecida de época en época, que refleja la gran belleza de Dios.
Soy la gran raíz que sustenta toda la vida y da fuerza regeneradora a todos los espíritus.
Yo soy la gran Figueira, ustedes son Mis frutos predilectos que hago madurar con los rayos del Corazón solar de Mi Hijo, para que den nuevas semillas que serán sembradas en la nueva humanidad.
Yo soy el Árbol sagrado de Figueira, ustedes también son parte de Mis hojas, que expresan la vida, la cura y la renovación.
¡Oh sagradas semillas de Mi amada Figueira!, que en otros campos rebroten los nuevos frutos que serán ofrendados al Padre Celestial.
Ustedes son también Mis ramas, y Yo soy el gran Árbol sagrado que los unifica y los hace partícipes de la unión perfecta con el Creador.
Ustedes son parte de todo Mi Árbol sagrado, son el resultado del trabajo continuo del Árbol sagrado. Sean ramas, sean hojas, sean frutos y semillas de Mi amada Figueira, expresen el amor por el conocimiento y practíquenlo, ya llegó la hora, ya llegó el tiempo.
El sagrado Árbol de Figueira ya sembró sus bases de instrucción en todos los corazones, es hora de vivenciarlo, de adorarlo y de amarlo.
¡Oh sagradas semillas de la redención!, broten en aquellos campos donde hay soledad en las consciencias, broten en servicio y caridad como todos los Reinos de la Naturaleza. Sean semillas portadoras de Mi Luz y de Mi Misericordia, sean espejos vivos del mensaje divino.
Yo soy la sagrada Figueira, que nadie lo olvide. Yo soy el sagrado Árbol de la renovación y de la paz. Quisiera, hijos amados, que ustedes algún día dejaran de ser semillas para ser árboles crecidos en el amor y el conocimiento sagrado.
Reverencien todos los frutos que les ha dado Mi sagrada Figueira, ella es la cuna de los nuevos frutos, ella es el semillero de la nueva humanidad.
¡Oh pequeñas figueiras!, que el crecimiento de ustedes sea tan elevado como la oración, que sus frutos sean tan hermosos como las flores de Mi inmaculado jardín.
En el próximo tiempo verán en el bosque sagrado a todas las pequeñas figueiras, vivas por la Luz de Dios y expresivas como la devoción eterna.
Abracen con amor a Mi sagrado Árbol de la Figueira, para que en esa unión interna sus pies caminen descalzos y libres de todo hacia el eterno jardín del Corazón de Dios.
Hijos, hagan brotar en ustedes lo más puro y santo que Dios derramó por amor.
Estemos unidos en espíritu, como uno solo, alrededor de la amada Figueira de luz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los congrega en oración,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras el mundo comienza a tomar consciencia de la necesidad del servicio, y Argentina da los primeros pasos en el equilibrio activo de sus deudas con Dios, Yo los llamo para que no detengan sus pasos. Que cada misión sea una puerta que se abre hacia una mayor posibilidad de redención en el mundo.
Mis misioneros en Chaco están comenzando a tomar consciencia de la tarea espiritual que realizan, y sus corazones ya pueden sentir un poco más el Propósito de Dios.
El sufrimiento de la consciencia indígena está siendo aliviado, pero, como les dije, esta es una puerta que se abrió para que ustedes continúen en un largo trayecto de reparación y de redención.
Para que Argentina se convierta en una nación apta para ser la cuna de la Nueva Humanidad, así como Brasil, Uruguay y otros países de América del Sur, debe existir un mayor espíritu de amor y de fraternidad.
Con pequeños actos de servicio, la consciencia se amplía para conocer la Verdad, que es la Presencia de Dios dentro de todas las criaturas vivientes.
El servicio, hijos, dignifica el espíritu y activa el amor latente en el corazón humano. Es por eso que, ahora que dieron los primeros pasos con mayor consciencia, Yo les pediré que no se detengan.
Los misioneros sentirán en sus corazones la necesidad de que este servicio tenga una continuidad, y Yo les digo que ese sentir es verdadero. Quisiera que otros miembros de esta Obra tuvieran la oportunidad de contribuir con su amor en actos de caridad fraterna, pero, para eso, necesito la disposición interna y material de todos.
A medida que el desajuste espiritual se vaya equilibrando y siendo transmutado en Chaco, por las simples y sinceras acciones de los servidores en la materia, los caminos se abrirán y ustedes encontrarán a los intercesores enviados por Dios, que los ayudarán a proporcionar una vida materialmente más digna a los pueblos de Chaco.
Pero, antes de eso, aún deberán esforzarse mucho para que el amor pueda disolver el dolor que impregna la consciencia indígena hace tantos siglos.
Hijos Míos, el mundo está en sus últimos suspiros de sufrimiento, y enseguida la Justicia de Dios descenderá sobre la Tierra. Esto no es una amenaza, es una realidad. Por eso, lo más importante ahora es aprender a amar verdaderamente, romper las propias estructuras del orgullo, del egoísmo y dela indiferencia, para que, aún en tiempo de Su Misericordia, el Señor les conceda la Gracia de habitar su mundo interior y fortalecerlos para la reconstrucción de la vida material y espiritual en la Tierra.
Yo los amo y, por eso, los impulso a que no detengan sus pasos ahora. Profundicen en el espíritu del servicio y, al final de esta misión, Yo les diré lo que más quiero para Argentina y para América del Sur. Yo los espero atentos y abiertos de corazón para escucharme.
Su padre e instructor,
San José Castísimo
Contempla el mundo en el cual vives y, por un instante, silencia los pensamientos de tu mente y las emociones de tu ser.
Observa cómo tu mundo interior reconoce que la vida expresada en la Tierra en nada se asemeja al Pensamiento de Dios.
Ve cómo dentro de ti habita el arquetipo para la humanidad y para la expresión de todo el planeta.
Siente cómo tu corazón tiene ansias de vivir la fraternidad y de conocer el verdadero amor, aquel que te lleva a dar la vida por tus amigos y a perdonar a los enemigos, amándolos tal como si fueran parte de ti.
¿Qué harás con eso que habita en tu interior? ¿Callarás tu corazón, como lo hace la mayoría de los seres humanos, o renunciarás a los pareceres mundanos para instituir en el planeta una nueva vida, aunque parezcas loco a los ojos del mundo?
La era del Armagedón, hijo, ya llegó al planeta, pero la mayoría de tus hermanos está buscando conceptos científicos, filosóficos y espiritualistas que coloquen en un patrón de normalidad lo que hoy sucede en el mundo. Son las mentes humanas intentando acallar el corazón.
Aquellos que escuchan la Voz de Dios en su interior saben que un tiempo final se inició en el mundo y que, sin el establecimiento de la paz en el corazón humano, el caos establecerá su reinado y gobernará las mentes y los espíritus de los que no se abrieron a la Verdad.
Los que se unen a Dios y silencian la mente para dejar que la sabiduría de la esencia surja no temen conocer la Verdad y no quieren acallar la Voluntad de Dios. Ellos saben que, al final de toda esta batalla, triunfará el Bien. Por eso, reconocen la urgencia de la necesidad de transformación, reconocen la imperiosa voluntad interior de renunciar al viejo hombre y a sus tendencias y de abrirse para que lo Nuevo destituya el reinado de los antiguos vicios humanos, por más que para la mente humana esas energías retrógradas y degradadas, cuando se manifiestan en la materia, a veces, sean denominadas “tecnologías”.
El camino del retroceso, hijo, es conocido por la mente humana como avance. Aquellos que siguen las tendencias de esos llamados “avances” no percibieron que el camino de la evolución quedó atrás cuando la consciencia humana rechazó la simplicidad, la fraternidad y el amor y cuando, en la era industrial, que marcó el retroceso espiritual del hombre, ella se abrió a la competencia, a la esclavitud, al usufructo obsesivo y a la negación casi absoluta de la vida espiritual.
En otras eras de decadencia, como al final de la Atlántida y de la Lemuria, el ansia de manipulación del poder espiritual hique el hombre perdiera el camino de la pureza y de la unidad. Ahora, nuevamente, el falso poder se apropia de la mente y de la aspiración de los hombres que creen que pueden colocarse por encima del Creador con el libre albedrío.
El hombre degradado cree que tiene poder sobre la vida y sobre los Reinos de la Naturaleza. Al enviar a Su Hijo, que venció la muerte y perpetuó Su Resurrección, el Creador quiso demostrarle a la humanidad que solo Suyo es el Poder y que todo lo que existe, debajo de Su Poder, pertenece a la fuerza que se pierde y se desvanece como polvo ante el fuego de la Gloria de Dios.
Pero te digo, hijo amado, que muchos de tus hermanos no aprendieron con el ejemplo de Cristo y eligieron un sufrimiento aun mayor: un aprendizaje que trascendiera la experiencia de un único hombre y que incluyera en sí a toda la humanidad y a todos los Reinos de la Naturaleza. El Armagedón es la Pasión de la consciencia planetaria.
Podrás estar en esa Pasión de tres formas, como Cristo o como los ladrones crucificados a Su lado: ambos ladrones pensaban solo en sí mismos, aunque, al final de todo, uno de ellos aceptó la Voluntad de Dios y se convirtió a tiempo; el otro decidió permanecer en su orgullo y ni siquiera con todo el sufrimiento se rindió al Perdón de Dios. O, entonces, podrás estar como Cristo, siendo tú quien vivirá los mismos pasos de la Pasión de todos los seres de la Tierra, pero no con espíritu de castigo, de culpa, de furia, de frustración ni de dolor, solo ofreciendo al Padre cada paso con la cruz del mundo, para que una Nueva Raza redimida pueda surgir de tu ofrenda de amor y de perdón.
Hijo, deberás elegir desde ahora el camino que seguirás: si tus pisadas estarán sobre las pisadas de Cristo, confirmando la victoria de Dios; si escogerás sufrir en la ignorancia y permanecer en tu propio parecer para rendirte en la última hora; o si permanecerás en tu orgullo sin límites y, aun en Presencia de Dios, elegirás el camino del abismo.
La cruz te será entregada de todas formas. Sujétala firme y da tus pasos.
Los primeros pasos en la Pasión planetaria dictarán el destino de la humanidad. Por eso, desde ahora, en tu Getsemaní interior, renuncia a las tentaciones y acepta la redención; así, Dios estará contigo, los ángeles te ampararán y cargarás tu cruz, solo contemplando la victoria de tu Padre Altísimo.
Después de todo, reinará la paz.
San José Castísimo, que viene a abrir los ojos de la humanidad.
Que cada día que pase en sus vidas les traiga nuevas oportunidades de vivir la paz.
Que cada prueba traiga en sí el don de la superación y la dádivade la trascendencia.
Como humanidad van caminando en dirección a Belén, teniendo que hacer esfuerzos, sacrificios, superar límites y confiar en el amparo de Dios. Están delante del misterio del Nuevo Hombre, y saben que es una realidad, porque Él ya está en gestación y a punto de nacer en el vientre de la Creación Divina, que se expresa en el interior de todas las criaturas. Sin embargo, ustedes no saben lo que ese Nuevo Hombre traerá al mundo, cómo crecerá, cómo se desarrollará ni cómo cumplirá su misión.
Ustedes están en el camino hacia Belén buscando la cuna de la humildad para que Dios pueda retornar en vida a Su Creación. Como consciencias humanas, siempre quieren lo mejor para Dios y para Su Plan, pero el Creador los sorprenderá, trayendo a Su Hijo al interior de los simples, de los pequeños, de los pobres de sí, de los humildes. Cristo renacerá en los corazones de los que no temen entregar el reino de su propio interior para que el Soberano Rey Universal establezca Su Reinado. Él vendrá para vivir en el corazón de aquellos que no temen ser vencidos y que, por amor, se convertirán en siervos eternos de ese amado Rey de las Estrellas.
Ustedes están en el camino a Belén: ya no son lo que eran como raza ni como consciencia humana, porque Dios ya comenzó a descender a las esferas terrestres. Sin embargo, aún están delante del misterio que es el renacimiento de Cristo, la multiplicación de Su existencia, que se renovará en el corazón y en la carne de muchos.
Vengo al mundo como guardián de este principio divino, que es el Cristo en su interior, porque Yo ya caminé hasta Belén, ya viví la angustia de no saber en qué se convertiría el mundo después del nacimiento de Cristo y el miedo de no ser digno de proteger tal Rey, escondido en tan pequeña criatura; el miedo de no ser un buen guardián para el Dios Niño y de no ser capaz de dejarlo crecer ni manifestarse como el Señor lo esperaba.
Pero ese miedo fue vencido por la Fe y por el Amor emanado por Cristo, que aun siendo tan pequeño y frágil jamás escondió Su Gloria y Su Filiación a Dios. El miedo se desvaneció cuando percibí que Dios es el verdadero operario de Su Voluntad y que basta fluir dentro de ella para que Su Plan se cumpla.
Les digo todo esto porque están en camino a Belén, delante de un gran acontecimiento, marcado por duras pruebas y severos aprendizajes, que pierden su severidad frente a la magnitud del retorno de Cristo.
Dentro de algún tiempo, aquellos corazones que se abran comenzarán a comprender que la Voluntad de Dios Es, por sí sola; que Él no solamente “manda”, sino que también envía los medios y promueve el cumplimiento de Sus Obras. Solo es necesario confiar y dejar que el Señor haga de sus vidas simples instrumentos para la concreción de Su Plan, que ya es una verdad y una realidad que necesita manifestarse.
No dejen de caminar en dirección a Belén y, ahora que ya saben dónde quiere nacer Dios, no busquen la comodidad, el lujo ni el rebuscamiento de buenas moradas, según los conceptos humanos; sigan el camino que los conduce a la simplicidad, a la paz y a la humildad verdadera, pues es ahí donde Dios manifestará Su Gloria.
Alabado sea el Señor que retorna a los corazones de los hombres, para un día retornar, no solo en Espíritu y en Divinidad, sino también en perfecta semejanza con Sus criaturas, en carne y humanidad santificada y resplandeciente, mostrando a los hombres el camino de su evolución.
San José Castísimo, que prepara el nacimiento, el renacimiento y el retorno de Cristo, Nuestro Salvador.
Para transformar el espíritu y la consciencia de una nación, se necesita que sus representantes generen en ella tanta luz que primero equilibre la oscuridad y luego la disipe.
La oración es la herramienta para transformar el propio espíritu y, en consecuencia, transformar todo lo que en el nivel del espíritu actúa y se mueve, todo lo que allí tiene vida. La acción existe para transformar la consciencia y, así, llegar a la consciencia de la nación.
Cuando oran, están atrayendo de los mundos superiores las Leyes divinas, que trascienden las leyes de la Tierra y, así, generan méritos para la salvación y el despertar espiritual. Cuando actúan según los pasos dictados por Dios y viven en la materia los principios que sus almas ya conocen y comprenden, están irradiando ejemplos, que son la mejor fuente de conversión y de salvación para las almas; porque un alma perdida, sin fe ni perspectiva de vida, al encontrar delante de sí un ejemplo, que es más que una doctrina, siente en el corazón la esperanza de que una vida superior puede existir en este mundo y encuentra sentido para la propia existencia.
Uruguay, como nación, tiene una misión primordial en el final de los tiempos, pero, como consciencia, se acomodó en lo que es y no anhela esforzarse para vivir un cambio brusco. Esto llevará a la mayor parte de la población a despertar por el dolor, porque las personas sufrirán al ver que nada de lo que vivieron tenía un sentido verdadero. Sufrirán, también por no poder comprender la Voluntad de Dios y, por ser tan diferente de todo lo que sienten y viven, muchos preferirán negarla. Por eso, los Mensajeros Divinos llegan a esta ciudad que corresponde al corazón material de la nación, de donde debe partir una mayortransformación y un mayor esfuerzo.
Trabajen todos los aspectos que los llevan a la comodidad y dejen que sus consciencias se incorporen en el servicio permanente, a la vida fraterna y al constante acto de vencerse a sí mismos para amar al prójimo.
Todos aquellos que están en esta nación, y aún más los que nacieron en ella, deben buscar la trascendencia de sus propios gustos y comodidades, por amor al prójimo. Esto los llevará a despertar a lo que Dios espera verdaderamente de ustedes.
Es tiempo de que cada nación cumpla su parte para preparar en sí el surgimiento de una Nueva Humanidad. Y ese impulso no surgirá de sus gobernantes ni de los que ustedes tienen al lado, sino que partirá de cada uno que, con su propio ejemplo, irradiará a todos.
Espero que, después de este impulso de Dios, más que distribuir informaciones distribuyan amor, fraternidad, servicio y oración, comenzando por los que tienen al lado y, luego, expandiéndolos hacia aquellos que quieren mantener bien lejos.
Yo los amo y por eso les digo todas estas cosas.
Que cada nación busque su punto de transformación y se encamine al despertar.
San José Castísimo, por la consagración de América al Corazón del Dios Creador.
La manifestación del Plan de Dios tiene como vehículo la energía de los rayos celestiales. Esos rayos descienden al mundo por intermedio de la Ley de la Atracción o de la Ley de la Correspondencia y, de esa forma, impregnan las consciencias que tanto interna como externamente se disponen a vivir en síla Voluntad del Dios Supremo. Poco a poco, esa Voluntad va ganando espacio en la vida del planeta y, uno a uno, impregna a los seres que se inspiran en el ejemplo de otros para transformar su vida.
Así como sucede con los individuos, también ocurre con los arquetipos de la vida; tanto en la sociedad como en la vida de las diferentes naciones. Muchos se preguntan de dónde vendrá la manifestación de la Nueva Humanidad y a partir de cuál principio surgirá.
Cuando seres humanos se congregan para unir su disposición de manifestar el Plan de Dios y así atraer los arquetipos creadores de los rayos celestiales hacia la vida, esos rayos no solo descienden en los individuos, sino también por intermedio de ellos impregnan la consciencia grupal y encaminan naturalmente la vida grupal hacia la manifestación de lo que Dios pensó para la sociedad humana.
La vida humana sagrada y orientada siempre hacia la obediencia al Divino comenzará a surgir en pequeños puntos de luz en el mundo. Así como algunos individuos inspiran a otros que den nuevos pasos por medio de su transformación, las pequeñas comunidades que dan ejemplo de una vida fraterna y crística, en un arquetipo de sociedad humana, inspirarán a masas de personas e incluso a naciones para que sigan el mismo ejemplo.
Es así como nace la Nueva Humanidad. La Nueva Humanidad es fruto del esfuerzo de cada uno. Después, tendrá su cuna en la unión de los esfuerzos de dos o más que comiencen a constituir una vida grupal y, así, poco a poco expandan esta vida sagrada por el mundo, consagrándolo al Plan de Dios.
Es por este motivo que les pido que jamás piensen que sus esfuerzos no serán suficientes, porque a veces les parecerá que reman contra la corriente de otros miles de millones de seres humanos que hacen cosas contrarias a la Voluntad Divina. Cristo también era uno solo, pero Su Amor por Dios y por Su Plan cambió el destino de la humanidad. Hoy, ustedes son mucho más que uno; son millones de seguidores de Cristo, que deben comenzar a unirse para cumplir con la meta de cambiar el destino, no solamente de la humanidad, sino también de toda la Creación.
Yo los bendigo y los guiaré siempre.
San José Castísimo
Queridos hijos,
Mientras el impulso de la nueva humanidad se gesta en Mi Corazón de Amor, los preparo todos los días para que sus almas sean partícipes de la Nueva Tierra.
Por ese motivo, queridos hijos, los esfuerzos serán mayores para que todo suceda, y es por esa causa que ustedes deberán testimoniar la Presencia de Cristo como el camino al portal de luz del nuevo mundo.
Los invito a trabajar todos los días por esa aspiración, así sus vidas serán el gran testimonio de redención y de amor para otros.
Queridos hijos, no pierdan de vista Mis palabras, Mi Corazón establece en este día ese sagrado propósito.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une al Divino Corazón,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hoy solo les pido que jamás pierdan la alegría de sus corazones; que sean capaces de estar delante de la situación planetaria con madurez, pero nunca con tristeza.
Si pierden la alegría del corazón, podrán perder la fe y la esperanza de ver un día cumplirse el Plan de Dios; de ver un día que se manifiesta delante de sus ojos la Tierra redimida.
Cuando Mi Casto Corazón inició este ciclo de mensajes diarios, Yo les dije a todos que los conduciría hacia una Nueva Humanidad, y así será; porque a pesar de todo lo que sucede en el mundo, existen unos pocos que responderán al llamado celestial hasta el fin de sus vidas y dejarán plantadas en el suelo de esta Tierra las semillas de una vida redimida.
Hoy les pediré que sean conscientes de la gran necesidad del mundo y también que sean como una luz que ilumina y calienta los fríos corazones de los hombres.
Mis queridos compañeros, después de haber estado en este mundo en días de mucha oscuridad y en épocas en que la Tierra también se aproximaba a un gran colapso, vengo a animarlos e instruirlos, así como hice con Jesús, para que encuentren a Dios y, en Él, la fuente inagotable de sabiduría, la fortaleza inquebrantable para transitar en días de oscuridad y el amor que todo redime y que todo perdona.
Vengo a pedirles que no desistan nunca, aun cuando los Mensajeros Divinos no estén aquí. Existirán días en los cuales no sabrán qué hacer ni para dónde ir y, en esos momentos, deberán entrar en el recinto del corazón y ahí buscar todo lo que un día les entregamos.
Nuestras palabras podrían quedar solo plasmadas en sus corazones, pero también están en el papel para que sean una guía imborrable para toda la consciencia humana.
Quiero que sepan que los días de mayor oscuridad indicarán el momento de mayor entrega, el momento de vivir el mayor grado de amor, porque de ese amor que puede emerger de sus corazones dependerá la luz que volverá a brillar en el mundo.
Dios jamás los abandonará. Si Él se apartara y ustedes no lo encontraran fuera de ustedes, será porque les llegó la hora de vivir la unión perfecta con Él en su interior, la hora de descubrir la semejanza entre el Creador y la criatura, la hora de que ustedes sean parte de Dios en este mundo.
Mis amados compañeros en Cristo, sigan Nuestras instrucciones sin miedo y con precisión, porque así nunca perderán el camino y podrán guiar a otros con quienes jamás se encontraron en la vida.
Hoy no podré pedirles nada más que la oración permanente y la reconciliación de los unos con los otros. Si así lo hacen, sus propios corazones les dirán los próximos pasos.
Yo los amo y los bendigo siempre.
Su amado amigo y compañero,
San José Castísimo
Queridos compañeros:
Quiero decirles, en este día, en relación con las palabras que vengo pronunciando en estos últimos tiempos, que si les instruyo sobre tales cosas es porque confío en el potencial de todos los corazones que Me escuchan, independientemente de la vida que llevan y del grado de consagración en el que se encuentran.
Mi Casto Corazón fue enviado al mundo para acompañar a María Santísima en el despertar de los 144 000 que deben preparar el retorno de Cristo y reconocerlo entre los hombres. Es por eso que Nuestra presencia es puramente espiritual y toca los espíritus de aquellos que se comprometieron con Dios en el principio de todo este proyecto humano.
Mis amados, los 144 000 son los espíritus que fueron enviados a la Tierra para vivir la redención y para ayudar en el proyecto humano y que se comprometieron a vivir en sí los códigos dejados por Cristo.
No piensen que Jesús vino a la Tierra para ser el único Cristo existente en la Creación de Dios. Él vino para ser el Camino que toda la humanidad debería recorrer, la Verdad que cada ser de este mundo debería amar y seguir, la Vida Crística que se manifestó en Jesús, pero que debe manifestarse también en todos aquellos que se disponen a hacer de sí la expresión del proyecto de Dios y volver vida, en la propia carne, los principios universales y crísticos dejados por el Hijo del Hombre.
Mis amados, llegó el momento de asumir su verdadero papel en el Plan de Dios, y eso se alcanza cuando pueden salir de las mezquindades de la vida material y, así, salir de sí mismos, para tener como prioridad en sus vidas lo que realmente importa, que es el amor y el perdón, la redención y la unidad con Dios y, en consecuencia, con toda Su Creación.
Los 144 000 deben ser la punta de lanza que abre el camino para la Nueva Humanidad, el ejemplo que deben seguir los que están ciegos, palpando el aire delante de sí. Los 144 000 deben ser la mano tendida a los hombres y a los Reinos de la Naturaleza; deben ser la representación de la propia humanidad, elevando al planeta hacia la manifestación de la Verdad.
Piensen en eso y sientan Mis palabras en el corazón, pues ellas deben impulsarlos cada día, para que al menos anhelen no ser más los mismos y, así, vivan lo que les enseño.
Su amado padre y consejero,
San José Castísimo
Bienaventurados los que guarden en sí el Reino de Dios y hagan de la propia consciencia el tabernáculo para las nuevas semillas de la sagrada humanidad.
Mis queridos:
Una vez más les pido que, en la unidad de la consciencia humana, ofrezcan sus esfuerzos y sacrificios, sus conquistas y transformaciones a todo el planeta.
Hoy su Madre, María, toca el suelo de una nación muy lastimada y herida por el ansia del poder humano. En los planos espirituales, Colombia aún padece los errores cometidos en el pasado y muchas almas viven sin paz por las consecuencias de todo el mal que causaron los primeros colonizadores a los pueblos originarios.
Esta, Mis amados, es la realidad de la gran mayoría de las naciones del mundo que, por falta de luz y de perdón, siguen padeciendo las acciones maléficas que someten a las almas durante siglos, sin que puedan comprender lo que viven. Por eso es tan importante que los Mensajeros Divinos puedan llegar al mayor número posible de naciones, principalmente de América, que necesita ser liberada del pasado para que viva el nuevo futuro.
Hoy les digo esto porque, como compañeros y siervos de Dios en este mundo, ustedes deben conocer esas realidades y saber que no sólo Medio Oriente padece por la astucia del adversario, sino que muchas otras naciones viven situaciones de una oscuridad deplorable, sin que los ojos humanos perciban la gravedad de la situación en que se encuentran las almas.
Sepan que el mundo sufre mucho más que crisis sociales. Ustedes están transitando por una crisis espiritual definitiva, en la cual tienen toda la ayuda de Dios para que la Luz se establezca en el mundo y sea vencido el terror del caos. Solo deben ser más conscientes y saber que lo más importante, hoy, es orar y trabajar para que el Plan de Dios se manifieste. Trabajar para eso, Mis queridos, es transformarse constantemente, dejando al viejo hombre para descubrir el verdadero arquetipo humano y, así, ser lo que Dios espera de Su Creación en este mundo.
Yo los amo y los concientizo de la realidad planetaria para que sirvan más y mejor todos los días de sus vidas.
Su padre y compañero,
San José Castísimo
Queridísimos hijos Míos:
En este mes del Santo Rosario, quiero renovarlos en la fe y en la sagrada devoción a Mi Corazón Inmaculado. Quisiera que todos los días, por tan solo quince minutos de vuestro día, veneren Mi Inmaculado Corazón, Su Luz, Su Gloria y Su Gracia para con todos los hijos de la Tierra.
Prometo a quien venere Mi casto y puro Corazón Virginal durante todo el mes de octubre, derramar una Gracia especial que tendrá fruto y gloria en la próxima vida. Prometo a quien venere Mi Sagrado Corazón, darle fervor y espíritu de consuelo y de Gracia durante los últimos tiempos de la Tierra.
Quisiera, queridos hijos, que difundieran la devoción a Mi Inmaculado Corazón. Y si esta veneración se realizara antes de orar el Santo Rosario, prometo confortar al alma que Me lo pida, pues tengo el permiso y la autoridad para hacerlo como la Madre de Dios. Esta promesa se cumplirá porque fue preciosamente concedida cuando Cristo Me entregó a todos como la Madre de la nueva humanidad.
A aquellos corazones que difundan el poder silencioso de Mi Corazón Inmaculado, Yo les prometo el total y absoluto amparo de las insidias de Mi adversario. Si esa santa imagen de Mi Inmaculado Corazón se colocara en la puerta de cada hogar, prometo la existencia de una fe inquebrantable, capaz de apartar todo deseo de maldad y de odio.
Pero si la santa imagen de Mi Corazón Inmaculado fuese venerada por las familias del mundo antes de orar el Santo Rosario, prometo la potentísima protección divina durante los tres días de oscuridad.
Quien en nombre de Jesucristo todo Me lo pida, por los méritos de Su Pasión, prometo durante este mes, conceder Gracias imposibles y transformaciones inconcebibles a todos los que Me veneren y Me entreguen su amor.
Deseo, que en este mes del rosario, la paz sea la tónica para las almas del mundo, porque especialmente cumpliré Mis obras pedidas por Cristo a través de los que piadosamente Me imploren de corazón una Gracia especial.
En este mes, la Misericordia purísima de Mi Corazón Inmaculado estará derramándose como océano de renovación y de esperanza para todos. No abandonaré a ningún hijo, pues Mi mirada estará en todo aquel que verdaderamente Me busque con sinceridad.
Quien durante su vida prosiga venerando Mi Inmaculado Corazón, ultrajado por las acciones impuras del mundo, prometo liberarlo de toda mancha en la hora de su muerte y especialmente elevarlo al Reino de Dios así como los ángeles Me elevaron en Mi Asunción.
Prometo, a quien se consagre de por vida a Mi Corazón Inmaculado, la Gracia de la alegría y de la paz eterna por todos los tiempos que vendrán. Prometo en la hora de su juicio ser la abogada e intercesora, pues Mis Gracias borrarán de su consciencia todos los agravios cometidos por ignorancia. En ese momento Mi Inmaculado Corazón triunfará en su existencia.
Les agradezco por venerar Mi Inmaculado Corazón.
Los consagra a Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Para que sean los que abren las puertas del mundo a la existencia de una Nueva Humanidad por medio de la difusión de los principios divinos expresados en las Palabras de los Mensajeros de Dios, primero deberán ser difusores de la transformación, por medio de la conversión de las viejas costumbres humanas en principios celestiales y universales.
¿Cómo hacerlo?
Siendo aquello que aspiran a encontrar en el prójimo, porque la verdadera aspiración de la manifestación de una Nueva Humanidad ya existe en el corazón de todos los que en estos tiempos están despiertos, despiertos para cumplir la Voluntad de Dios.
Es de esa forma como podrán buscar en su interior las aspiraciones más puras sobre cómo debería ser el mundo y cómo deberían ser los seres, y transformar esa aspiración en vida, por medio de la vivencia de todo eso.
No se apeguen a lo que fueron ni a lo que son. Permítanse desconocerse, y por más que a veces sientan que no son ustedes los que actúan, piensan y sienten, que lo que son no es algo verdadero, no importa. Al principio parecerá difícil. Encontrarán muchos personajes y perderán otros; pero en la búsqueda permanente de la transformación, el alma se encargará de conducirlos a lo que en verdad son y que, a veces, está tan distante de aquello que la mente pueda imaginar.
Mi Corazón viene hasta aquí para ayudarlos, para guiarlos en este camino, que es largo, aunque simple, y podrá ser más largo o menos, dependiendo del coraje y de la determinación de cada uno.
Quiero que sepan que todo lo que hagan, no importa lo que sea, debe hacerse en pro de la humanidad. Ni siquiera las transformaciones personales deben ser buscadas solo para sí mismos, porque correrán el riesgo de pensar que se pierden de sí, cuando en verdad estarán perdiéndose de Dios, en la ilusión de que están atentos a su propio proceso evolutivo.
Sepan, compañeros, que la esencia de la humanidad está en poder ser fraterna y simple en todo y, así, encontrar el verdadero amor. Por eso, nunca caminen para sí mismos, nunca tengan proyectos propios, nunca tengan una aspiración personal que no sea la de no aspirar a nada, para que se haga como Dios deseó para todas Sus criaturas.
Yo los amo y los bendigo en la misión que el Señor les encomendó.
Confíen en el Poder de Dios en sus vidas, porque Él triunfará delante de todas las imposibilidades de los seres humanos, siempre y cuando se permitan amar y transformarse por Él.
Paz y compasión a todos los que aspiran a llegar a la meta.
San José Castísimo
Como grandísima Gracia traída del Reino de los Cielos, Mi Casto Corazón viene a anunciar al mundo el último año de Mensajes que entregaré a la humanidad. Y como bendición principal para todos los corazones, durante el período comprendido entre el 20 de agosto de 2015 y el 20 de agosto de 2016, haré llegar el primer ciclo de Mensajes Diarios de San José, para el género humano.
Es de esta forma que, en la urgencia de los días, Mi Casto Corazón comenzará a entregarles a todos el paso a paso del surgimiento de la Nueva Humanidad.
Cuando este ciclo de mensajes finalice, ya no vendré al mundo como antes, y esa señal marcará el inicio del tiempo de pruebas definitivas.
Debido a sus oraciones y pedidos, los Mensajeros Divinos alcanzaron la Gracia de entregar este último impulso para la humanidad, con el fin de que todo lo que necesiten para transitar en los tiempos que vendrán, esté disponible para sus almas y consciencias.
Jamás olviden que este impulso llegará como una última oportunidad para seguir los pasos de Dios y de esta forma, impulsados por Mi Sencillo y Humilde Corazón, puedan seguir los pasos que los conduzcan a la materialización de este Plano Superior de Existencia.
Por medio de Mis palabras, llevaré a la humanidad al descubrimiento de lo Sagrado y con ejemplos y revelaciones de Mi vida santa, intentaré conducirlos por última vez a la santidad del espíritu y del corazón.
Sepan que son espíritus agraciados, en medio de una humanidad que padece y que se degenera día a día, como consecuencia de sus acciones. Deben reflexionar y meditar sobre lo que es el espíritu de la eterna gratitud -porque están siendo merecedores de esta Gracia- y lo que Dios espera de las almas que Lo Escuchan por medio de Sus Mensajeros.
A medida que el sufrimiento y la ilusión se expanden por el mundo, Dios les concede la Gracia de despertar, y con Sus Mensajeros, aprender la verdadera esencia de la existencia de la humanidad que aún no se manifestó plenamente en este mundo, con excepción de Su Hijo y de la Sagrada Familia que lo acompañó y que con Él aprendió.
Que el espíritu de pacificación se vuelva vida en sus seres. Así descubrirán que es en las transformaciones más simples, que alcanzarán la manifestación de la Nueva Humanidad. Muchos buscan realizar grandes obras y se olvidan que, es en el espíritu de la humildad, que se encuentra la verdadera llave para abrir las puertas del Cielo y volver a unirse con la Consciencia de Dios.
Yo los amo y los espero despiertos y atentos a este nuevo y último ciclo de instrucciones de Mi Casto Corazón.
San José Castísimo, Siervo y Aprendiz de Dios
Queridos hijos Míos:
En el silencio de Mi Corazón puro se guardan los más íntimos secretos sobre el destino de esta actual humanidad.
Hoy deseo revelarles uno de ellos, que considero más urgente en estos tiempos: el efecto espiritual que tienen las modernidades en un buen cristiano y en un buen consagrado.
En Fátima le anuncié a Jacinta sobre este tiempo que llegaría y le pedí que antes de su muerte se lo revelara solo a su confesor.
Desde Fátima, quise despertar la verdadera paz en el mundo. Por eso, Mi llamado de aquel tiempo se repite en este ciclo, avisándoles a todos que busquen el camino de la oración que los eleva, y que se aparten de las modernidades que abrazan a todos, mucho más que el Espíritu de la Paz.
A Jacinta, le dije en Fátima que en los tiempos que se aproximarían al planeta, la humanidad idolatraría a las modernidades como a un dios propio, y todas ellas serían el fruto de una infiltración cósmica negativa en el inconsciente de todos los seres de la Tierra.
Más tarde, esto generaría una adicción como tantas otras tendencias que serían activadas por las propias garras de Mi adversario.
En ese tiempo, la Mujer Vestida de Sol debería llegar nuevamente al mundo para desarmar los planes del enemigo de querer hipnotizar y conquistar el inconsciente de las almas y por consiguiente, la vida del espíritu de las criaturas.
Esa forma de hipnotismo moderno despertaría la idea de un “avance de los tiempos” y traería consecuencias muy determinantes en el sueño de los seres humanos, generando efectos futuros de insomnio, pérdida del alineamiento interior y, principalmente, falta de paz.
Esta arma de las modernidades ocuparía la vida diaria de las personas, volviéndolas dependientes de un sistema falso y de una red de relaciones satánicas. Así esa dependencia de las modernidades desnutriría la vida espiritual y les haría perder el sentido de la búsqueda de los Universos Celestiales.
Este plan, contrario a la evolución del universo, que fue anunciado en Fátima, generaría en el futuro una ausencia y una separación de la vida y del amor familiar. Los niños dejarían de ser amados, para ser ocupados todo el tiempo por las insignias del mismo plan. Los más pequeños perderían, desde el vientre de sus madres, el interés de sentirse reconocidos y así, pasarían a ser una dificultad en la vida tan ocupada de las madres y de los padres.
Estas modernidades ocuparían aun las horas de sueño, creando una dependencia negativa y un alto desinterés por la vida del espíritu y la búsqueda de Dios.
En aquel tiempo, le dije a Jacinta, en Fátima, que en el próximo tiempo existirían todo tipo de formas y de aparatos modernos que serían capaces de absorber por completo la atención de las personas y harían perder los sentidos internos, como el de poder escuchar a Dios, y así rápidamente alejarse de Él.
También le revelé en Fátima que, a partir del año 2000, despertaría en la humanidad una convicción contraria a Dios, basada en querer avanzar a través de las modernidades y desarrollar esa idea maléfica dentro de la vida de las almas y de todas sus familias.
Más tarde, le dije a Jacinta que esas modernidades serían la cúspide de un falso modelo, que sería el soberano engañador que ingresaría hasta dentro de la vida religiosa y que quien no orase muchos Rosarios, no podría percibir con el corazón hacia dónde estaría desviándose.
También, le revelé a Jacinta, cuando ella pasaba sus últimos días en el hospital de Lisboa, en Portugal, que en la humanidad despertaría una competencia basada en modernos falsos bienes que generarían un afán por la comodidad, por el placer y por saber quien tendría la mejor modernidad. Todo eso haría perder el espíritu de lo sagrado y el espíritu de la sabiduría.
Le dije en Fátima que no podría revelar la última parte de esta historia de perdición, que Mi adversario está llevando adelante en la actualidad. También, le dije a Jacinta que retornaría por última vez al mundo en un pobre y perdido lugar del sur de las Américas para que, fuera de la tradicional Iglesia de Cristo, el mundo Me pudiera reconocer y Me pudiera escuchar por última vez.
Para eso, le prometí a Jacinta que por pedido de Jesús, Yo consagraría legiones de almas celestes para que en la Tierra fueran Mis brazos armados, a través de la oración, del ayuno, de la comunión y de la confesión; lo que impediría la total destrucción inconsciente y espiritual de la vida humana. Por eso, Yo vendría a pedir la consagración de las Américas a Mi Inmaculado Corazón, con el fin de que al menos la mitad del cien por ciento Me escuchara y respondiera a Mi llamado.
Le dije a Jacinta, tres días antes de morir, que si Rusia se consagrara a Mi Corazón Inmaculado, gran parte del mundo sería amparado un tiempo más y que el día del gran Juicio Universal llegaría más tarde.
También, Yo le confesé y le revelé a Jacinta que, si el mundo seguía adoptando las modernidades y sus acciones como dioses mundanos propios, gran parte de la humanidad sufriría las consecuencias de haber cambiado a Dios por esas modernidades.
También, le revelé que Mi enemigo gobernaría principalmente sobre una gran parte de la vida religiosa hasta secar completamente la fuente de la sed por Mi Hijo.
Si eso llegara a suceder, le dije a Jacinta que Mi amado Hijo aparecería por segunda vez en cierto lugar del mundo para intentar atraer, hacia él, las últimas Gracias de Dios sobre los corazones que no las merecerían por indiferencia y por error.
Si tan solo una parte, la que debería sumar más de la mitad del cien por ciento, respondiera al Llamado vivo de Cristo, Mi Hijo concedería que la Madre de Dios apoyara a la humanidad durante un ciclo de tres solsticios, con la esperanza de que despertara a tiempo.
La historia no terminó y el Juicio todo lo definirá. Por eso, el arrepentimiento de corazón y la búsqueda sincera del Reino de Dios será lo que salvaría al surgimiento de la Nueva Humanidad, de la Nueva Jerusalén.
Mediten sobre Mis palabras y recen Conmigo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los despierta a la consciencia superior,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mis amados compañeros de camino:
Hoy llego a este sagrado lugar, Reino del Hijo Primogénito y de la Madre Universal, a traer para todos aquella simplicidad y aquella humildad que aprendí durante el tiempo que estuve aquí, en esta Tierra, como San José, humildad y simplicidad que Me han acompañado desde entonces.
Es esa humildad y esa simplicidad las que Me permitieron vivir la santidad, pero por sobre todas las cosas Me permitieron dejarme guiar por Dios, por Mi Hijo Jesús y por Mi amada esposa María.
Ella, con Su amoroso silencio, guiaba Mis pasos internos; silencio que Yo amé y veneré en ese tiempo como servicio a Dios.
Hoy vengo a decirles que para superar esta purificación que ustedes, Mis amados discípulos, están comenzando a vivir, solo el camino de la humildad, de la simplicidad y del amor al silencio, los llevará a superar todas las pruebas que enfrentarán para dejar atrás al viejo hombre y a la vieja mujer, aquellos que ya no deberán existir para que el odre que Mi Hijo debe llenar con Sus Códigos nuevos de Luz pueda estar preparado y vacío para Él.
Les hablo a todos por igual, pero hoy quiero hacer un especial llamado a aquellos que están confusos. A estos hijos les pido que ese silencio interior sea el que les permita escuchar la voz del corazón y que la humildad les permita aceptar la guía de la Instrucción dejada por Nosotros, los Mensajeros Divinos de Dios.
También hoy les hablo especialmente a aquellos que siempre han estado tan seguros de sí mismos, porque son fuertes y sienten claridad en su interior. Quiero que sepan que todos vivirán el derrumbe de aquellas estructuras que no los dejan dar pasos en dirección a la plena fraternidad y humildad que esta humanidad debe vivir.
Llegará el día en el que la energía de este final de ciclo toque por Ley esas estructuras, y ellas comiencen a temblar. Será en ese momento que la arrogancia y la soberbia, que han cultivado junto a lo que construyeron de ustedes mismos, comenzarán a caer para dar paso a la verdad de vuestras esencias, aquello que el Padre Altísimo diseñó para vuestros destinos.
Abran sus corazones y, así dispuestos, estudien Mis instrucciones, aquellas que les he dado desde que los visito. En ellas se guardan muchas llaves que deben ser las que los ayuden en estos tiempos tan sublimes y tan esperados por vuestras almas.
Sean fuertes y perseverantes y no se dejen amedrentar por el adversario de este Plan de Dios, que siempre querrá utilizar vuestras destrezas en su favor sin que lo puedan percibir.
Colóquense siempre por debajo de los demás, vivan para servir a sus hermanos, sin protagonismos, y así la virtud que hay guardada en vuestras esencias, aquella que el Creador colocó en sus seres, se derramará dentro y fuera de ustedes para conducir este camino de esfuerzo que deben recorrer hacia la santidad.
Yo estaré allí para guiarlos, para ampararlos y para cuidarlos de ustedes mismos. Solo Me deben aceptar como vuestro Compañero de camino.
Hoy bendigo esta casa, cuna de la Nueva Humanidad y a todos ustedes, hijos del Altísimo. Dios esté siempre en sus vidas.
Mi Casto Corazón los guarda.
San José, Obrero humilde de Dios
Que hoy entre en gozo tu alma porque has nacido a la vida y tu espíritu ha encontrado, en el camino, la Luz de Cristo.
Que hoy se llene de vida tu alma porque has visto en el Cielo la señal de la Madre de Dios. Mira dentro de ti y vivifica los frutos luminosos que Cristo ha sembrado con tanto esfuerzo y misericordia.
Que hoy se glorifique tu alma porque has encontrado el camino que tanto buscabas en tiempos pasados. El Cielo hoy se abre delante de ti para mostrar el camino de retorno al Padre Celestial.
Que hoy veas feliz a tu ángel de la guarda porque junto a los tronos celestiales, él depositó la ofrenda de tu íntima conversión.
Entra en diálogo con Cristo para que sepas lo que siente el Corazón de un verdadero Rey. Él te ha conquistado. Él te ha guiado por los caminos del Señor y nunca te ha dejado solo. Su Amor renueva todo lo que toca y transforma todo lo que está endurecido. Él te ha dado un corazón pleno, lleno de Su Esperanza y Misericordia.
Tú has sido el viejo odre, restaurado por las Manos del Pastor. Fuiste depositario de la fe, de la verdad y de la confianza. Dios te ha dado a Su Hijo para que aprendieras a amar. Tu corazón puede ser pequeño ante este gran misterio, pero has sentido el regocijo de ser digno en el Señor. Por eso hoy canta tu alma y los ángeles proclaman alabanzas. Los Cielos se abren para los simples. Los tesoros se guardan en los humildes. El perdón se refleja en el corazón humillado. Tú no eres nada ante el Universo, pero tu vida tiene un valor incalculable, valor que no es conocido espiritualmente porque esa meta aún no fue alcanzada. Pero llegará el día en el que Cristo tendrá Su Victoria y Él proclamará el Santo Nombre de Dios para que los pueblos se congreguen en la Nueva Cena.
Que hoy se alegre tu alma, un rayo ha descendido sobre tu consciencia. El día prometido está frente a ti, aguardando que des el paso hacia el vacío interior. Pierde tus pesadas valijas, deja que tu ser renazca en la Voluntad de Dios. Sé libre de ti mismo y enseña sobre el amor a través de las sanas obras.
Recupera el sentido de la vida, ya estás despierto ante lo desconocido. El Universo Inmaterial glorifica tu alma, pues ella pertenece al Proyecto Celestial. Sé digno ante todas las cosas, agradece cada nueva corrección. Deja que tu alma gobierne y sé un siervo sabio y simple. Has nacido a la vida, no has perdido el camino, la misericordia te reencontró, el día de tu libertad ya está marcado.
Abandona las prisiones del control, conviértete en un ave de las montañas. Permite que Dios dibuje Su Propósito en tu pequeño corazón. La vida tiene una finalidad, y el alma busca participar de ello. Sé valiente, pero no orgulloso. Sé fuerte, pero amoroso.
El Universo hoy se congrega delante de ti para contemplar la luz de tu estrella. Únete a Mi Hijo y deja que Él se muestre en tu interior. Eres parte de un Plan perfecto. Eres una pieza construida por las Manos Obreras de Dios.
Tienes un alma para crecer y aprender. Todo tiene un principio, todo tiene un fin. Sé parte de esa gran aspiración divina. Sé fundador de la Nueva Humanidad. Es hora de celebrar, tu alma ha visto su tarea y su misión, ámala por encima de ti mismo, cuídala como un tesoro espiritual.
Los valores provienen del Cielo y son esos valores que formarán tu vida. Eres esencia, eres energía, no eres solo materia. Todo tiene una relación superior. Busca esa constante unión y estarás en el Reino Divino. El Padre espera tu despertar.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los despierta al Principio Superior,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
A las puertas del fin de un ciclo y en el comienzo de otro, de mayor purificación y definición, les pido que no teman y que se aferren con vuestras manos a Mi manto para que, juntos en Cristo, podamos cruzar la gran tormenta de esta transición mundial y espiritual.
Que vuestros ojos Me miren todo el tiempo. Que vuestros corazones Me sientan todo el tiempo. Que vuestras mentes estén unidas a la Mente de Dios para que nadie pierda el camino hacia el Corazón Glorioso de Cristo. Que vuestras pruebas, desafíos y confirmaciones sean una oportunidad de pertenecer al Plan de Dios. Hijos, ya no hay consciencia ni alma sobre la Tierra que no esté viviendo su propia transición. Pero Mi Corazón es la llave y el antídoto para prevenir y aliviar cualquier purificación.
Ahora que ustedes están más maduros y conscientes de la palabra de la Jerarquía Divina, no se permitan quedar estacionados en la mitad del camino, como si ya no hubiera más nada por hacer. Salgan del torpor que Mi adversario les produce todo el tiempo y, como apóstoles decididos, asuman la tarea encomendada.
Hijos, ¡únanse!, ¡únanse mucho!, más allá de vuestras ideas y preferencias, no pierdan el rumbo del Propósito Divino. Ustedes son guiados por Mi Espíritu Inmaculado para que algún día vuestras vidas sean el reflejo de una pureza trabajada a través del esfuerzo y de la caridad. No se distraigan con las cosas superficiales y comunes, el espíritu de vuestra concentración y oración ya debería trascender todas las dificultades.
Si ustedes dicen ser Mis soldados, séanlo de verdad y actúen así como el Universo lo necesita. Aún veo a muchos hijos con los pies en dos barcas, esperando que el Universo decida por la vida de cada uno de ellos, ¡eso ya no sucederá! Abran vuestros ojos del sueño que los absorbe y vean la realidad de esta humanidad, la que se lastima y se daña a sí misma, la que pierde todos los valores de una verdadera y sana familia, la que somete a muchas almas a estilos y a tendencias de vida demoníaca. Corten la red del mal con vuestras espadas de luz y que la oración sea el principio para crear la gran protección divina.
Suban a los caballos de luz y domen vuestras preferencias, estén prontos a cualquier hora o momento para responder al comando de la Madre Universal. El mundo recién está cruzando la primera puerta a la transición y esta será más fuerte si aún continúa ultrajando la Ley de Dios, como si no importara nada más.
Gobiernen con serenidad y armonía, busquen la Esencia de Mi Hijo para que vuestras ideas sean guiadas por la sabiduría de Su Corazón. ¡Adórenlo! y construyan las bases para la Nueva Humanidad. ¡No se separen!, sean amorosos y no se sentirán solos durante la batalla que tendrá la Mujer Vestida de Sol contra la bestia. Eleven vuestro pensamiento hacia Dios y vivan la Misericordia como la única y última salida, así se salvarán.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En el poder soberano que los rige,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Un alma que ora con el corazón es, para Mí, predilecta, porque la llamaré intercesora entre Dios y los hombres.
Un alma que se consagra a la vida de oración es, para Mí, predilecta, porque la llamaré instrumento de Dios en el mundo, puerta de Su Misericordia para los que más la necesitan.
Un alma que busca, sedienta e incansable, la Fuente de la vida universal es, para Mí, predilecta, porque la llamaré precursora de la Nueva Raza, semilla de la Nueva Humanidad, que vivirá la paz, el perdón y la redención.
Un alma que busca la redención y camina en dirección al Infinito sin perder de vista el retorno al origen celestial es, para Mí, predilecta, porque la llamaré luz del mundo, guía de los perdidos, camino seguro, un ejemplo a seguir.
Un alma perdida que Me extiende los brazos es, para Mí, predilecta, porque representa Mi posibilidad de ayudar a muchos más; la llamaré razón de Mi venida al mundo.
Un alma pecadora que se arrepiente de corazón y busca el perdón de Dios es, para Mí, predilecta, porque le muestra al Universo que esta humanidad aún es rescatable; la llamaré esperanza divina en el corazón humano.
Un alma que no cree en Dios, que no lo busca, que no se arrepiente de sus pecados y sigue causando el mal en el mundo, también será, para Mí, predilecta, porque esa alma Me impulsará a ser incansable, y Mi Corazón no se retirará de este mundo hasta que la última de ellas sea rescatada; la llamaré Victoria de Cristo en el mundo y en el Universo, porque algún día esa victoria ocurrirá.
Mis amados, quiero con estas palabras, decirles que todas las almas de este mundo son predilectas ante Mi Corazón; cada una de ellas Me impulsará a derramar sobre la humanidad una Gracia diferente de Dios.
Con el mismo amor, perseverancia y alegría, buscaré a los que Me acompañan y a los que Me niegan todos los días, porque Mis ojos maternales saben lo que representan para Dios y solo ven, en cada alma, su origen divino.
Cuando Mis ojos contemplan al mundo, encuentran en cada ser una posibilidad de manifestación viva del Amor de Dios, así como se dio en Mi Amado Hijo Jesús, porque Dios vive dentro de cada ser, así como vive dentro de Cristo.
En este día en que desciendo al mundo para bendecir de forma especial a la humanidad, los invito a que sean Mis auxiliares en esta bendición. Mis amados, les pido que coloquen dentro de vuestros ojos Mis ojos maternales y dentro de sus corazones Mi Corazón Inmaculado y así vean a cada criatura con Mis ojos y la sientan con Mi Corazón.
Descubran la grandeza que se guarda en la esencia de cada ser y ayúdenme a despertar lo más puro de cada corazón. Ayúdenme a mostrarle a esta humanidad que un Dios Vivo desea vivir en vuestro interior y esto es para todos, incluso para los más perdidos.
En este día, Mis queridos, Dios los llama para que lo contemplen en cada ser y, de esta forma, crear una condición de unidad para que Él pueda despertar en el corazón humano y así, la Nueva Raza, plena de Dios, sea una realidad y no solo una esperanza.
Yo los amo y dejo hoy Mi bendición y Mi gratitud a Mi querido hijo, que con su esfuerzo torna posible Mi venida al mundo.
Oren hijos Míos, por todos los videntes consagrados a Mi Corazón, para que estén fortalecidos y firmes en Cristo en los tiempos que vendrán.
Que la Gracia de Dios y Su Paz estén hoy en vuestros corazones y en el mundo entero.
Yo los bendigo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más