APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DEL ESPÍRITU SANTO, CÓRDOBA, ARGENTINA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS, PARA EL ENCUENTRO DE ORACIÓN DEL DÍA 19

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

El Campanario Celestial ya resuena. Su sonido despierta a las almas y le señala al corazón de la Tierra que ha llegado el tiempo de la renovación.

El Campanario Celestial resuena, y su sonido anuncia que ha llegado el tiempo del cumplimiento de las profecías. Escuchen, hijos, con los oídos del corazón este sonido divino.

El Campanario Celestial ya resuena y, a través de su vibración, activa los Espejos del Cosmos, que se vuelven hacia la Tierra para irradiar los principios divinos que provienen del Corazón de Dios.

El Campanario Celestial resuena, y su vibración hace eco en los universos, a través de las dimensiones. Todo lo que es vida siente la vibración de su sonido. Los ángeles tocan el Campanario Celestial y, a través de su sonido, despiertan a las fuentes de los Rayos Inmateriales para que, de lo profundo del universo, desciendan sobre la consciencia material para transformar la vida manifestada según los principios divinos, y así comenzar la reconstrucción de la Tierra en todas sus expresiones.

El Campanario Celestial resuena en el universo, y su sonido toca lo profundo de las consciencias que no comprendieron la existencia humana y que no se abrieron a la renovación del Amor de Dios. A través del Campanario Celestial, las criaturas del universo comienzan a comprender la esencia de la vida y se disponen a colaborar con la Tierra en el despertar de la Nueva Humanidad.

Cuando el Campanario Celestial resuena, el Amor de Dios, latente en el corazón de Sus hijos, comienza a despertar y les trae una comprensión mayor. Ese Amor, hijos, que emerge de las criaturas de la Tierra, se enciende y puede ser visto a través de las dimensiones y de los universos. Es de esa forma que una esperanza surge en el interior de todas las criaturas más allá de la Tierra, más allá de este universo.

El Campanario Celestial marca el tiempo de la reconstrucción, cuando la dualidad ya promovió la transformación de la consciencia humana, cuando el sufrimiento se transforma en sacrificio, y la humanidad ya no vive el dolor, sino la entrega de sí misma, así como Cristo lo hizo, transformando cada Llaga en una ofrenda que transustanciaba la vida, que transfiguraba a los seres y les concedía una nueva oportunidad.

Así también acontecerá en el corazón de todos los que vivan el poder de la entrega y que, en el Tiempo de Dios, sean Sus instrumentos para transformar la vida en todas las dimensiones, en todas las expresiones del cosmos.

El Campanario Celestial resuena en el Tiempo del Universo, llamado Tiempo Real, porque en él todo ya se concretó; la vida humana ya fue transformada, y el Propósito Divino ya fue alcanzado. Escuchen el resonar del Campanario Celestial, porque su sonido despierta al Templo de la Esfera, y este Templo, que guarda la historia de la consciencia humana, irradia como un Espejo la vibración de una nueva vida, para que todas las consciencias despierten en sí el potencial de un nuevo ser.

Cuando el Campanario Celestial resuena, su sonido también resuena en lo profundo de la Tierra y la vida inmaterial, que se oculta en su interior, comienza a emerger espiritualmente para tornarse una con la vida terrestre en la superficie del planeta. Es así que los seres humanos sentirán una voluntad desconocida de conocer aquello que no se ve; sentirán un deseo imperioso de profundizar en su vida espiritual, porque la vida material no les traerá respuestas.

Cuando la vida inmaterial del interior de la Tierra comienza a emerger hacia la superficie, despierta en las consciencias una imperiosa voluntad de recordar y de retornar a su Origen Divino. Lo desconocido ya no causará temor, pero será por el firme propósito de las consciencias que no encontrarán satisfacción en la Tierra, pero sí en lo profundo del propio corazón.

El Campanario Celestial resonará y podrá ser escuchado en el interior de los seres. Todos los que se silencien para buscar la vida superior, escucharán su sonido y despertarán con su vibración.

El Campanario Celestial, hijos, es una herramienta divina, manifestada en el principio de la vida, antes que las criaturas encarnaran en las dimensiones materiales; porque, antes que el Creador enviara a Sus hijos a la materia, Él manifestó el Campanario Celestial para llamar a Sus Criaturas a retornar a Su Corazón cuando fuera el tiempo.

Este es el tiempo.

En el Tiempo Real del Universo, en el que no existe pasado ni futuro, sino solo el Eterno Presente, el Campanario Celestial ya resuena. Su sonido fortalece a los corazones para que, a pesar de todo lo que aún deberán experimentar en el planeta, sepan que el Propósito ya se cumplió. Que su fortaleza sea el sonido del Campanario Celestial porque, a pesar de todas las pruebas que aún vivirán, el camino de retorno ya comenzó a ser recorrido.

Cuando no puedan soportar el caos del mundo, la transición de los días, silénciense y escuchen el Campanario Celestial; porque, a partir del momento en el que él comienza a tocar, no se detiene hasta que la última criatura retorne al Corazón del Padre.

Encuentren fortaleza en el espíritu, encuentren fortaleza en el silencio, porque es a través del silencio que la verdad les será revelada.

Hoy, hijos, experimenten la presencia del Real Tiempo del Universo, experimenten el Propósito Divino concretado, sus misiones realizadas, sus espíritus transformados.

Hoy, experimenten ingresar en el Templo de la Esfera, ese Templo Espiritual que habita en el interior del planeta como una parte del Corazón de Dios. Y que esa experiencia sea para ustedes como una promesa de que todo pasará y que el Plan se cumplirá.

Enséñenles a los corazones a encontrar el silencio, para que así reencuentren el equilibrio de sus mentes y de sus emociones, para que así permitan que los impulsos retrógrados que el planeta les envía, todo el tiempo, sean transmutados y liberados de la consciencia humana.

Enséñenles a los seres a silenciarse, a contemplar la naturaleza y reencontrar a Dios a través de ese simple ejercicio. Esta será una llave para cuando todo parezca perdido. Guarden en sus corazones lo que les digo, para que no se olviden de que a través del silencio pueden encontrar el Tiempo de Dios, y saber que, en este Tiempo Real, todo ya está cumplido.

La Argentina deberá reerguirse de adentro hacia afuera. Por eso, sus corazones están aquí, congregados en este Centro Sagrado, experimentando el Templo de la Esfera en el que códigos divinos son depositados en sus esencias, en sus células y en sus consciencias, para que puedan reconstruirse y, así, impulsar a esta nación que debe tornarse una cuna de una nueva vida, que debe estar pronta para prepararle el camino al Redentor y que, con sus corazones reconstruidos, ayuden a reconstruir la vida en la Tierra.

Que todos los Centros Sagrados, que habitan en el interior de esta nación, puedan reencenderse para que las almas vuelvan a sentir la esperanza y la fortaleza interior.

Que se activen los Discos de Amor para despertar a las almas y elevar a las consciencias. Esta debe ser su misión en este tiempo: elevar la vibración de esta nación como la de este planeta, para sustentar y sustentar, hasta que todo esté cumplido en todas las dimensiones y en todos los tiempos.

Nosotros los acompañaremos y caminaremos lado a lado de cada uno de los servidores. Solo les pido que perciban Nuestra Presencia y que cuenten con Nosotros, en oración y en silencio, para establecer la paz.

Que se coloquen de pie los que se postularon para consagrarse como Hijos y Amigos de San José.

Hoy, reciban, hijos, un impulso espiritual y una Gracia Celestial que provienen no solo de Mi Casto Corazón, sino también del Corazón del Padre Creador, para que sus almas siempre encuentren fortaleza para perseverar.

Hoy, reciban el don de la sabiduría para saber siempre dónde estar y cómo proseguir; para saber conducir a las almas cuando estén confusas, para traerles una palabra de aliento o un silencio intercesor a aquellos que más necesitan; para que así, como la Sagrada Familia, sus corazones sean corazones servidores en el silencio y también en sus acciones, para que puedan reflejar en la vida los dones que hoy se guardan en su interior.

Expresen lo que son, para que las virtudes no solo permanezcan latentes en el corazón, sino que puedan expresarlas con la simplicidad de la vida que se consagra a Dios.

Tienen Mi bendición para esto.

Traigan aquí incienso y agua bendita.

Que esta agua los lave y los purifique, que simbolice para ustedes la pureza del corazón para que siempre puedan encontrarla, aun en tiempos de caos y de tantas impurezas en la consciencia humana. A través de este don, les concedo la purificación para que sus corazones estén prontos.

Que este incienso sea bendecido para simbolizar la consagración y su eterna aspiración de tornar la vida sagrada. A través de él los bendigo y consolido en su interior las Gracias que hoy les entrego, para que nada sea capaz de retirarles lo que recibieron de Dios. Sean dignos de ser llamados Hijos de Dios, representantes de Cristo, precursores de una nueva vida, para que así el Propósito Divino se establezca.

Que la Luz del Templo de la Esfera permanezca encendida en sus corazones. Recuerden retornar allí siempre que necesiten auxilio, siempre que precisen una respuesta. El silencio será la llave que les abrirá esas puertas y a través de los cristales de sus corazones se les señalará que pueden ingresar.

Hoy, los bendigo, los consagro y les concedo una oportunidad más de recomenzar.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Vayan en paz, bajo la Gracia Divina.

Les agradezco.


Hermana Lucía de Jesús:

A pedido de San José, vamos a entonar una vez más la canción de la unidad y a prepararnos para la Comunión.

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN BRASILIA, DISTRITO FEDERAL, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

La paz esté en este lugar, en esta nación y en el corazón de todos los seres.

Mientras la ignorancia impregna el corazón de los hombres, vengo al mundo para continuar llamándolos al despertar.

Mientras el caos se establece, dentro y fuera de los seres, vengo a llamarlos a vivir estados de paz.

Mientras la humanidad cierra los ojos para no ver la realidad del planeta, para no percibir los tiempos que vive y los pasos que debe dar; vengo a llamarlos, hijos, a que sean diferentes, a que comiencen a transformarse de adentro hacia afuera.

Vengo a llamarlos a que abran sus ojos, sus ojos físicos, los ojos de la consciencia, los ojos del corazón, para que puedan ver la realidad del mundo, más allá de las apariencias y de la superficialidad.

Recuerden que están en tiempos de Armagedón, un tiempo de purificación, de transición entre el viejo y el nuevo hombre.

Nada quedará como está. Cada aspecto de la consciencia humana será purificado y transformado para que una nueva realidad se establezca en el mundo, para que sean dignos de formar parte de una Confederación que camina rumbo al cumplimiento de la Voluntad Divina, que vive lo sagrado, el Amor, el Amor Crístico desconocido por la mayoría de seres, a pesar de ser aparentemente tan antiguo en este mundo.

Por eso, no se aferren al viejo hombre, no se aferren a lo que son, a lo que aparentan ser. No se apeguen tampoco a este mundo, porque él también pasará; cada uno, cada espacio de este planeta se transformará.

Por un momento, parecerá que el caos tomará posesión de todos los lugares, de todos los corazones, pero no será así, hijos, para aquellos que se dispongan a vivir la paz dentro de sí mismos. El Reino está en sus corazones; allí gobierna el Rey del Universo, allí se manifiesta Su Voluntad y nada sucederá en sus vidas que no sea Su Divina Voluntad.

A pesar del caos, de la confusión, del mal que impregna al mundo, Yo los llamo a vivir la paz; Yo los llamo a no entrar en conflictos los unos con los otros; Yo los llamo a respetarse, para que comprendan las Leyes que rigen los universos, para que permitan que esas mismas Leyes se manifiesten en la vida sobre la Tierra.

Cada vez más, la ignorancia domina a los corazones de los hombres y si no aprenden a mirar hacia dentro para encontrar Dios en el propio interior, también se perderán, hijos, en esta confusión que el adversario intenta instaurar en la humanidad, para que los padres se peleen con sus hijos, para que nación se levante contra nación, para que no haya paz en el interior de ningún ser.

Esta batalla espiritual se vence a través de la oración, de la transformación de la vida y de los patrones retrógrados de la humanidad. Esta batalla se vence a través del silencio ante la arrogancia, la humillación, la falta de amor y de fraternidad. Esta batalla se vence con ejemplos.

Donde haya desamor, que sus corazones puedan ir más allá y manifestar amor.

Donde haya ignorancia, arrogancia, indiferencia, que sus corazones manifiesten fraternidad, sabiduría y silencio.

El planeta no escapará de su purificación. Mientras caminan en el calvario de estos tiempos, no piensen que el Plan de Dios fracasó, porque él no se manifestó como ustedes esperaban. Así como Cristo fue capaz de ver más allá, aun en la Cruz, sean capaces de ver más allá en el calvario de estos tiempos y, en cada oportunidad de sacrificio, renueven el Amor de Dios en sus corazones. En cada aparente derrota de la vida, decreten dentro de ustedes el establecimiento de la Voluntad de Dios y hagan de cada aprendizaje la oportunidad de renovar el amor, para fortalecer la consciencia, para transformar la condición humana y ser nuevo.

No tengan voluntades mayores que la Voluntad Divina. No tengan ideas mejores que el Pensamiento de Dios. Mediten, reflexionen, sientan en sus corazones cada paso que deben dar y confíen que, en la trayectoria con la cruz de estos tiempos, el triunfo se vive de adentro hacia afuera.

No es la realidad del planeta la que dicta el triunfo de Dios en sus vidas; no es lo que aparentan vivir; no es lo que el mundo ve, sino lo que Dios ve; solo Él ve, dentro de ustedes.

Muchas veces, hijos, ni siquiera ustedes mismos percibirán que Dios está triunfando en su interior, y Su Voluntad, poco a poco, se manifiesta en los que perseveran; Su Amor, poco a poco, crece en los que son persistentes, en los que miran al mundo y que, a pesar de lo que ven, no desisten, así como Cristo no desistió ante la condición humana.

No había nada más retrógrado, grosero, que la humanidad de dos mil años atrás. Aun así, el Redentor colocó Sus Ojos sobre el mundo, sobre los imperfectos e hizo de ellos Sus compañeros; así como hoy, Él espera renovar todas las cosas. Sus Ojos continúan puestos sobre la Tierra, traspasando la imperfección humana y encontrando la esencia de los seres, oculta en su interior, la esencia de cada uno de ustedes, llamada a imitar a Cristo, a vivir el Amor Crístico.

Levanten su voz para orar. Solo levántense a sí mismos si estuvieran en la cruz, en la cruz de estos tiempos, que no significa sufrimiento, sino superación, superación de las superficialidades, superación de las apariencias para vivir un amor nuevo, que trasciende todas las cosas. 

Eso es estar en la cruz: ser capaz de mirar al prójimo y no fijarse en su apariencia, sino reconocer su corazón, su alma, la perfección divina escondida en su interior; alimentar en el otro lo mejor que hay en él, sus virtudes, sus dones, para que ellos crezcan. Que puedan mirar el sufrimiento del prójimo y no colocarlo en la balanza de su propio sufrimiento, sino ser capaces de vencer la indiferencia para extender las manos y servir. De eso se trata el nuevo hombre. 

Que sean capaces de escuchar. Que sean capaces de acoger. Que sean capaces de vencerse a sí mismos y no intentar prevalecer por encima de todos. De eso se trata el nuevo hombre.

Estoy aquí, hijos, para establecer en este lugar un Gobierno Espiritual, a través del descenso de la Voluntad Divina. Y que, por la apertura del corazón de cada uno de ustedes, este Gobierno y esta Voluntad puedan impregnar cada espacio de esta nación para que, más allá de las apariencias, la Voluntad de Dios triunfe de adentro hacia afuera en el corazón de los consecuentes. 

La manifestación del Plan de Dios no se trata de números, sino de la verdad. La transformación de la humanidad, hace dos mil años, aconteció con el sí de doce imperfectos hombres que aceptaron seguir los Pasos de Cristo, que aceptaron vivir Su Voluntad y, aunque no lo percibieran, aceptaron transformar su condición humana, multiplicar los discípulos, llevar la Buena Nueva, establecer la paz, vivir el sacrificio, la renuncia, la humillación, el vacío.

Hoy, ustedes son llamados a ser apóstoles, discípulos, compañeros, haciendo de sus propias vidas el prenuncio de una Nueva Humanidad. Para eso, vine hasta aquí, para llamarlos por el nombre y llevarlos hacia Cristo, para abrir el camino hacia el Señor, así como lo hice hace dos mil años.

Solo les advierto que sepan ver más allá de las apariencias, que sepan comprender que el triunfo sucede dentro de los seres y que no pierdan la esperanza, independientemente de lo que acontezca en los cuatro puntos de este mundo. 

Para que el Gobierno Celestial descienda hasta aquí, Yo los llamo a la oración, Yo los llamo a orar por la paz, a fortalecer el canal de Luz que abrimos en esta ciudad, en este estado, en este país, a través de sus oraciones.

Aquí establecimos un lugar sagrado, dedicado a los Reinos de la Naturaleza, un punto de Luz en el medio de la oscuridad. Yo los llamo, hijos, a fortalecer este lugar, para que sea la representación de toda consciencia brasilera, de sus Reinos, de su pueblo; para que, a través de la oración, permitan que las Leyes Superiores sean siempre las que conduzcan la manifestación de los acontecimientos. 

Brasil tiene un lugar especial en el Corazón de Dios, así como lo tiene cada nación. A partir del Rayo Amor-Sabiduría, el Creador espera renovar Su Amor en este lugar sagrado para todo el planeta. Cada nación guarda, en su interior, una Voluntad Divina; y la Voluntad del Padre es que una Nueva Humanidad pueda nacer del corazón de Brasil y de América del Sur, y se expanda por todo el planeta. 

¿Cómo acontecerá eso? A través de ustedes.

El nuevo hombre no se manifestará en otros que nacerán en el mundo, el nuevo hombre nace de la transformación de cada ser que hoy vive en el planeta. Esa transformación en Cristo debe suceder a través de ustedes. 

¿Quién se postulará para vivirla, para creer que Dios triunfa más allá de sus imperfecciones?

¿Quién ofertará su pequeñez para que Dios manifieste Su Grandeza?

¿Quién entregará la propia fuerza para que Dios manifieste Su Poder? 

¿Quién será capaz de creer en el Padre más que en sí mismo, así como lo hizo Cristo cuando cargó la Cruz? 

Él no creyó en Sí, sino en Aquel que lo enviaba. Esto es lo que son llamados a vivir hoy. No piensen en sus propias capacidades, no pretendan realizar el Plan de Dios con sus propias fuerzas, sino por el Don de la Fe. Confíen en la Voluntad Divina. 

Mediten en Mis Palabras, guárdenlas en el corazón, sientan y perciban a qué Dios los llama hoy.

Esto es todo lo que tengo para decirles. Les entrego Mi Paz, les entrego el Don de la Cura, de la Rehabilitación, de la Restauración, para que aquellos que vinieron a buscar, puedan recibir lo que le están pidiendo a Dios.

Que, a través de la oración y a través de la paz, sus células enfermas sean curadas, su consciencia sea curada de todo miedo, de todo dolor, de toda superficialidad, porque Dios los llama a algo mayor.

¿Para qué buscan la cura?

¿Por qué aspiran a continuar viviendo?

¿Qué harán de sus vidas si fueran curados?

Hagan valer la pena cada segundo en este mundo, dejen que Dios triunfe en ustedes. Tienen Mi bendición para esto.

Comulguen de Mi Paz y del Sacramento que les dejo para que Aquel que Me envía pueda ingresar en ustedes y manifestar Su Gracia en sus cuerpos.

Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les agradezco.

APARICIÓN RESERVADA DE SAN JOSÉ, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS, PARA EL ENCUENTRO CON EL CASTÍSIMO CORAZÓN DE SAN JOSÉ, EN EL DÍA 19 DE JULIO DE 2019

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Que las bendiciones y las gracias del Reino de Dios permeen sus vidas. En el nombre de Cristo, Yo los bendigo para que, como su Padre e Instructor, pueda conducirlos a un nuevo ciclo. Muchos se preguntan qué ciclos son esos, en los que la Jerarquía los coloca repetidamente.

¿Qué son los ciclos espirituales?

En estos tiempos, hijos, los impulsos que descienden de los Cielos son infinitos y, cada vez que estos impulsos llegan a la Tierra representan para sus vidas un nuevo ciclo, una nueva oportunidad para que puedan recomenzar.

Esto significa que mucho más allá de sus faltas y de sus pecados, mucho más allá del pasado y de las experiencias que ya vivieron en la Tierra y más allá de ella, en estos tiempos, en este mundo, el Creador les ofrece nuevas oportunidades para que estén limpios, con el corazón puro y dispuesto a renovarse ante Dios y a participar en esta evolución como Sus dignos hijos.

Este ciclo, en el que ingresan como humanidad, representa una oportunidad única de despertar.

Muchos creen que ya conocen todo lo que les hablamos, que ya saben de la vida superior, de los Centros de Amor, de Luz.

Pero Yo vengo a decirles que lo que la mayoría de los hombres tiene es información, una información en la mente que carece de experiencia, de vivencia, de sabiduría.

Si los seres humanos conocieran realmente los Centros de Amor, si fueran permeados por los Centros de Luz, el planeta no estaría en el punto en el que se encuentra, la humanidad ya no viviría en la ilusión y participaría Conmigo de las dimensiones celestiales.

Por eso ingresan en un nuevo ciclo, un ciclo que ya no es de informaciones, sino de experiencias.

Un ciclo que forjará en ustedes a los verdaderos compañeros de Cristo, para que ya no vivan la vida espiritual de una forma pasajera, cuando estén cansados de distraerse con las cosas del mundo.

Cada día más, hijos, esta vida superior se debe tornar en su realidad y sé lo difícil que es caminar en la Tierra con la consciencia en el Infinito, en el Universo de Dios, pero esto es lo necesario en estos tiempos.

No es para que dejen de hacer las cosas en el mundo y que dejen de participar en la experiencia humana tal como hoy se presenta en los niveles materiales, sino para que sean conscientes de la verdadera realidad que aún no les fue revelada.

Cada día que pasa, el Tiempo de Dios se aproxima al tiempo de este mundo.

Lo que era invisible se hará visible, lo que era incomprensible se tornará en un saber. Lo que parecía ser parte de la imaginación de unos pocos, se revelará como la realidad a todos.

Su historia y su origen ya no estarán en los libros sagrados como medias verdades.

Hasta hoy, la mayoría de los seres humanos camina como niños en evolución, pero este período de la infancia espiritual ya terminó.

Ahora, hijos, el planeta ya no espera, las almas se definen por sí solas porque los mismos impulsos que descienden del Universo las llevan a la definición.

Aquellas que plantaron luz, florecerán en luz, y las que plantaron oscuridad, crecerán en oscuridad.

Por eso el mundo se desequilibrará de una forma inaceptable para muchos y, al mismo tiempo, verdades nunca dichas se revelarán.

Los seres despertarán a su verdadera misión y muchos de los que estaban distraídos con el mundo sentirán, en su interior, la angustia de la necesidad de la vida superior, de la vida interna, de la vida espiritual.

Deben estar atentos a ellos, porque tienen sed y necesitan conocer la Fuente que se encuentra en el Corazón del Padre.

Nunca dejen a alguien con sed de vida espiritual. Den de beber a las almas que despiertan, den a conocer al mundo este camino, porque muchos perdieron la esperanza y deben reencontrarla. 

Muchos piensan que no les digo nada nuevo, que Mis impulsos se repiten, pero Yo los toco en sus corazones como el agua incansable que golpea la piedra para moldearla.

Golpeo las puertas de sus corazones para abrirlas, porque ni siquiera ustedes conocen el propio mundo interior, la verdadera composición de la consciencia humana, la ciencia que se oculta, la verdad, la esencia.

Por eso Yo aún estoy aquí y seguiré aquí hasta que Dios Me lo permita.

No me canso de hablarles, de venir a su encuentro y de hacer esto todos los días si así fuera  necesario, cruzando las capas de las dimensiones inferiores hasta llegar a la Tierra, abriendo el camino en el Cielo para que las almas lleguen a Dios, porque conocí la maravilla de la unidad con el Creador y quiero llevarlos a vivir esa experiencia de estar plenos en Dios, en Su Verdad, en Su Corazón.

Pero para esto, hijos, primero deben vivir el sacrificio, el esfuerzo, el olvido de sí y de sus propias voluntades. Deben servir en lo que es necesario, cuando sea necesario y donde sea necesario, porque su evolución ya no puede amoldarse a la propia voluntad sino a la necesidad de este planeta.

Ya no están aquí solo para vivir una experiencia, porque en este ciclo se define la evolución de la Tierra y ya no habrá más experiencias para hacer, solo un Plan que cumplir, que es el Plan del Creador.

Siglos y siglos pasaron hasta ahora, ya experimentaron mucho en este mundo. Ahora llegó el momento que tanto esperaban como consciencias y como almas, como seres provenientes del Universo de Dios.

Llegó el momento de ver manifestado el Pensamiento Divino y lo que era incomprensible para toda la Creación se hará visible.

El Universo no comprendía el Amor de Dios por la Tierra; cómo criaturas tan imperfectas portaban en lo oculto de su interior la Perfección Divina y no la descubrían, no la sentían, no la vivían.

Llegó el momento de descubrir esto y de vivir las consecuencias de Su manifestación en sus vidas.

La consecuencia de la presencia divina en ustedes es la renovación del Amor de Dios. Este es el ciclo que comienza y será en las pequeñas cosas, en los pequeños esfuerzos por amar, por servir, por trascenderse por el prójimo y por la necesidad del planeta, por ser un ejemplo, para la humanidad, del amor al Plan de Dios.

Esto, hijos, es lo que despertará en ustedes la vida superior, esto es lo que hará que la Luz de los Centros Sagrados se irradie al mundo, porque la humanidad ya no tiene referencias de la vida evolutiva y, aunque piensen que nadie ve la experiencia que viven aquí, que viven en las Comunidades-Luz y en todos los hogares consagrados a Dios, se irradiará al mundo, brillará como una Luz en la oscuridad, encandilará a los ojos de los que están en las tinieblas y, aunque estén en silencio, su ejemplo gritará alto a la ignorancia del mundo.

La vida superior no se manifiesta solo cuando oran, cuando meditan y cuando ingresan en el universo interior; se manifiesta también cuando se trascienden, se vencen a sí mismos y expresan el amor. 

Se manifiesta cuando vencen la voluntad propia y afirman el amor a la Voluntad Divina. Se manifiesta cuando arrancan las raíces de la vida retrógrada y escogen los nuevos patrones de la vida humana, aquellos que se manifestarán en la Nueva Humanidad y que ya existen dentro de ustedes.

Esto es lo que abrirá sus ojos a la vida superior. Esto es lo que les hará ver la Luz del Infinito manifestándose en la Tierra, la realidad de la Jerarquía, lo que estuvo oculto.

Esta será la alfombra que se extenderá sobre la Tierra para la llegada de Cristo: su sacrificio, su esfuerzo, su amor, su entrega. 

No se olviden de lo que les digo. Déjense elevar hacia la consagración de la vida para que aprendan a tornar sagrada la vida sobre la Tierra.

Esta es la experiencia que Yo les traigo, este es el legado que Yo les entrego, porque eso fue lo que aprendí en este mundo y eso fue lo que Me hizo retornar a Dios y venir hoy a su encuentro para enseñarles estas cosas.

Sientan Mi amor paternal, sientan como Yo vivo este sacrificio junto con ustedes, porque no dejaré de venir al mundo mientras la humanidad lo necesite, mientras Dios Me permita estar aquí.

Eleven un pensamiento de gratitud al Universo para mantener siempre abiertas las puertas a las Gracias de Dios, al auxilio superior. Mientras sean esforzados y agradecidos, el Padre siempre vendrá a su encuentro.

Hoy quisiera decirles muchas cosas, pero esto es lo que necesitan en este momento. Hagan de sus vidas oportunidades para estar en Dios, Dios es Amor.

Cuando expresan amor, están en Él y encuentran la verdad sobre sí mismos.

Tienen Mi bendición para esto.

Reciban Mi Paz y Mi Gracia.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

He aquí que vengo del Cielo con el Corazón pleno de Dios, porque esta es y será siempre Mi Casa.

He aquí que vengo del Cielo con el Corazón pleno de Dios, porque ustedes siempre serán Mis compañeros. 

Si con todo lo que vive la humanidad la esperanza no desaparece del Corazón de Dios, la esperanza de Mi Casto Corazón jamás desaparecerá. 

Vengo en nombre del Universo, del Infinito, de la Creación de Dios, representando a la renuncia que vive cada criatura, respondiendo a la Voluntad Divina para que Su Plan triunfe en este pequeño planeta, casi perdido en esta infinita galaxia. 

Vengo por los que dicen sí y que, a pesar de sus imperfecciones, aspiran sinceramente a ser mejores. 

Vengo a buscar la sinceridad de sus corazones para que ya no oculten sus miserias y dificultades, sino que las confiesen a Dios tanto en el silencio del corazón como en la exteriorización de su verbo, para que Él os escuche y de esa forma las capas de la ilusión y de la vanidad puedan caer en el suelo, y sus rostros, que muchas veces desconocen, vengan a la luz demostrando al mundo lo que verdaderamente son: seres imperfectos, tan llenos de dificultades; sin embargo, hijos Míos, verdaderos ante de Dios, conocedores de algo que hay en el propio interior y que trasciende la condición humana, que es la propia Presencia Divina dentro de ustedes.

Eso es lo que vengo a buscar hoy, es lo que vendré a buscar todos los días, hasta que verdaderamente despierten a esa realidad interior. 

No me comparo con el Creador, pero si Él no desiste de este mundo, Yo tampoco desistiré, porque Yo soy Su siervo y, donde estuviera el Señor, allí Yo estaré. Por eso estoy aquí. 

Quiero invitarlos a ser siervos de un Dios Único, el mismo desde el principio hasta el fin que, a pesar de ser inalterable, promueve todos los cambios y transformaciones del universo. 

Digo que Dios es inalterable porque Su Amor no cambia, solo crece, se renueva y se multiplica en el corazón de Sus hijos.

Quiero que conozcan ese Dios del Amor, de la infinita Misericordia, de la piedad tanto para con la humanidad como para con todas Sus criaturas, de todos los Reinos.

Vengo, hijos, a hacerles una propuesta, una propuesta de renovación, de transformación permanente, porque nada quedará como está, ni dentro ni fuera de ustedes. Este planeta será otro, sus vidas serán otras. Así como idealizan proyectos humanos, sé que idealizaron proyectos espirituales y que hoy les cuesta mucho deshacerse de sus propias ideas, del camino ideal para sus vidas, del fin de los tiempos ideal para sus almas, que son capaces de soportar, invisibles, sustentando solo con la oración y con el silencio.  

Hoy, vengo para decirles que sí sustentarán al planeta con la oración y el silencio, pero será en este mundo, entre aquellos que más necesitan, que no comprenden el caos, que no comprenden la propia purificación y la purificación de esta Tierra; será entre aquellos que estaban ciegos y que despertarán bruscamente a la realidad de este mundo. Allí estarán Mis compañeros, sustentando a las almas, ayudándolas en su despertar. 

No permanecerán aislados del caos del mundo, porque si están aquí, en este tiempo, es porque deben vivirlo.

Sí, les digo que podrán ser invisibles para todo el mal si sus corazones son puros y están en Dios, como cantaron hoy. 

Y, a pesar de que la Tierra se abra y que los corazones sufran, Dios siempre estará en ustedes y los sustentará. Pero para eso, hijos, es necesario que se esfuercen y que den a Dios el lugar que le corresponde dentro de ustedes. Porque, de esa forma, ya no serán María, Juan, Flavia viviendo en este mucho, sino partes de Dios, superándose a sí mismos en el Amor, en la Compasión y en la Misericordia, aunque este mundo esté en los tiempos de la Justicia.

Sé que para muchos todo lo que digo les parece una utopía que jamás se manifestará, porque no pueden retirar los ojos de la propia mentira, de la propia ilusión. No aprendieron a ser verdaderos y, por eso, no reconocen la verdad. 

Pero Yo les digo, hijos, que pueden conocerla si rinden sus corazones, confesando sus mentiras, dejando de lado las ilusiones de este mundo para rendir mente y corazón en el Altar Celestial, en donde el Creador los aguarda como esperó que el hijo pródigo retornara a Su Casa.

No importa cuántas faltas cometieron o siguen cometiendo, aun con tantas Gracias y tantas Instrucciones que les entregamos, porque la humanidad está ciega y Dios lo sabe, Él lo ve.

Él solo espera, hijos Míos, así como todos Sus Mensajeros, compañeros y servidores, que la humanidad se rinda, se rinda a Sus Pies, se rinda a Su Amor. Dejen quebrar las capas duras de sus corazones y de sus consciencias, esa capa milenaria construida con ahínco, con esmero, pero que en este tiempo ya no sirve para ustedes, para la humanidad ni para el Proyecto de Dios. 

Todo lo que les digo, se los digo con amor para que aprendan a amar. 

Esta vida, que les fue concedida, debe manifestar el amor, la alegría verdadera, la plenitud en Dios. Y si les digo esto, hijos, es porque está diseñado en el proyecto de sus vidas como en el de toda la humanidad. No borren ese diseño celestial, no dejen que el Proyecto de Dios se desvanezca. Hoy le hablo a cada corazón humano, no solo a los que están aquí, sino a todos los que se abren para escuchar la Voz de Dios, independientemente de sus caminos, de sus razas, de sus culturas. Dios los llama a todos para que vengan a Su Corazón y retornen.

Para aprender a amar, basta que digan sí y sean sinceros. Dentro de ese amor aprenderán a vivir la unidad, unos con otros, y construirán las bases de una nueva vida. 

Ningún ser humano solo, construirá la Nueva Humanidad; ni aun Dios, solo, renovó Su Corazón. Él emanó a Su Hijo, al Espíritu Santo y a cada uno de ustedes para renovarse.

Ya no sean egoístas pensando que esta vida les pertenece. Contemplen un Propósito Mayor que trasciende inclusive la existencia humana y que se plenifica en la renovación del propio Dios.

Dejen que el Padre les hable al corazón, escuchen Su Voz. En un momento de soledad, díganle:

“Señor, 
estoy aquí para que despiertes en mi interior,
para que seas Tú quien vivas en este mundo;
que, a pesar de mis miserias,
de mi ignorancia y de mi ilusión,
que Tú vengas.
Despierta en mi interior y vive en mí,
superándote a Ti mismo en el infinito Amor,
que todo lo puede, que todo lo transforma”.

Hablen con Dios, así como Yo hoy les enseñé, confiésense ante Él, para que Él los torne verdaderos, como la humanidad no sabe ser, pero puede serlo.

Hablen alto, dejen que Él los escuche y, si necesitan, griten al Universo y pidan auxilio, para que el Padre pueda romper las barreras de sus corazones; que todo aquello en ustedes que no se quiere mostrar al mundo, todos sus personajes, máscaras, ilusiones, pueda caer por el suelo, delante de una confesión verdadera y sincera entre Dios y cada uno de ustedes. 

Si ustedes aprenden a ser verdaderos con Dios, poco a poco perderán el miedo y la vergüenza de ser verdaderos unos con otros y construirán la unidad basados en la transparencia. Eso es lo que el Creador espera de la humanidad en estos tiempos. No importa que sean pocos, sino que sean verdaderos. 

Hoy Yo les hablo todas estas cosas porque aprendí a vivir esa transparencia. Viví el dolor que es romper las capas de la ilusión humana y de su condición milenaria. Yo lloré, coloqué Mi cabeza en el piso y, como si Mi Corazón se partiese por la mitad, le pedí a Dios que se cumpliera Su Voluntad en Mí, y Él lo hizo. Por eso estoy aquí y los amo tanto como Su Santísimo Corazón los ama. Yo dejé que Él despertara dentro de Mí, creciera y se expresara. Por eso, Mi Voz hace eco en el mundo y Mi Verbo no me pertenece. Yo soy un Mensajero de Aquel que está en lo más Alto, más allá de la existencia humana y de toda la vida material, más allá de los ángeles y arcángeles y, a pesar de eso, está en todo. 

Cuántas veces les hablé al corazón sobre la transformación de sus vidas y sintieron la verdad en lo que Yo les decía, aspiraron a impulsar a sus corazones a lo nuevo y, sin embargo, aún son los mismos.

Sean verdaderos y abracen la Verdad que proviene del Corazón de Dios para que, poco a poco, Él les dé la fuerza y el coraje para dar aquellos pasos internos, espirituales y a veces materiales que ya saben que deben dar. 

El Poder y la Voluntad de Dios romperán las capas de la ilusión humana y transformarán este mundo por completo, y sus vidas no estarán fuera de eso. Serán llamados a ser otros, a ser lo que verdaderamente son. No es que Dios está equivocado y quiere construir en el mundo lo que él no es. La humanidad, hijos Míos, se desvió de su camino y construyó una vida distante de Su Corazón. Pero ahora es el momento de retornar, porque ni el universo ni los Reinos de la Naturaleza ni el Corazón de Dios pueden soportar por más tiempo la ilusión de este mundo. 

Sé que lo que les digo, a veces, es difícil de escuchar, pero Yo se los digo con tanto amor y con tanta verdad que, si abren sus corazones, esa verdad puede ingresar en lo profundo de sus seres sin dolor, pero con plenitud impulsarlos a la transformación. Sean inteligentes y abran las puertas de sus vidas para que Dios los transforme; dejen que Él entre y vacíe su casa, inclusive de ustedes mismos, y Él sea el dueño de sus vidas. 

Eso es todo lo que quisiera decirles hoy, pero que no pase desapercibido como una Aparición más, porque, mientras el tiempo pasa, las Palabras de Dios se tornan más urgentes de ser escuchadas, asimiladas y vividas por el corazón humano.

En lo que les dije hoy, encontrarán todo para dar nuevos pasos; ahí están el Don de Dios y Su Gracia, no los pierdan. 

En estas Palabras estarán eternamente ese Don y esa Gracia. Cuando sientan que perdieron sus fuerzas, vuelvan a escucharlas y renuévense. 

Y como Gracia Mayor, que se manifiesta en la materia, aunque muchos no lo comprendieron, Yo les entregaré, por la potestad que Dios Me concedió, el mayor misterio de esta Creación, cuando Dios mismo se hace vivo no solo en Su Hijo, sino también en los elementos de la naturaleza, en el pan y en el vino que se purifican y se transforman para recibirlo.

Así como hoy estos elementos se transfiguran, déjense transfigurar y convertir en instrumentos vivos de Dios, en donde Él puede estar constantemente. 

Hermana Lucía de Jesús¿Los hermanos sacerdotes del Centro Mariano de Figueira podrían venir hasta aquí?

Y como está es Mi Casa, porque Dios así la concedió, vengo para renovarlos, sobre todo a aquellos de Mis hijos que deben imitar no solo los Pasos de Cristo, sino también los Míos. 

Sean firmes en Dios y, antes que nada, déjense quebrar para que Yo los torne pastores de una nueva vida y de muchas almas. A través de sus ejemplos de transformación, aquellos que vienen detrás de ustedes también se transformarán.

Elevemos estos elementos al Padre, así como lo hizo Su Hijo y, en Su memoria, en una imitación eterna de Su Sagrado Corazón para que, poco a poco, Él les enseñe a ser Cristos del Nuevo Tiempo. Eleven el pan como Él lo elevó, y el vino, para que sean transfigurados por Su Presencia, transformándose en Su Cuerpo y en Su Sangre, eternamente entregados para la redención de la humanidad. 

Hagan esto en memoria de Aquel que fue, que es y que será, y que retornará al mundo para que esta Comunión finalmente sea consumada, y que ya no sea del pan y del vino que comulguen, pero sí de Su Presencia, de Su Retorno, de Su Mirar, de Su Voz, que hará eco en la Tierra, llamándolos por el nombre, para que verdaderamente sean Sus compañeros. 

Y, como Él les enseñó, oren Conmigo el Padre Nuestro en arameo, dejando que los Portales del Reino de Dios se abran y, aunque sea por un instante, el Creador coloque Sus Ojos sobre Sus criaturas y tenga piedad. Dejen que Él traspase sus corazones por completo. 

Padre Nuestro en arameo (3 veces)

Abbun debashmaia
Netkadesh eshmoj
Teite malkutaj
Nejuei sevianaj aikana
Debashmaia af ba-arja
Jav-lan lajma teesunkanan iagmana
Washpocklan jaubein wajtagein
Aikana daf jenan shoaken oljaiaben
Wela tajlan letnesiuna
Ela patsan men bisha
Metul delaje malkuta
Wajela wateshpurjta
Laj-lam almin
Aamein

En esta comunión viva con la Presencia de Dios, Yo los dejo y Me elevo a los Cielos, en donde Mi Padre Me aguarda, así como a todos ustedes, para que eternamente Me rinda a Sus Pies y a Su Gracia y que, cada vez que Yo retorne al mundo para ser un eco de Su Voz, Él pueda estar más presente no solo en Mí, sino en cada uno de ustedes. 

Les agradezco por escuchar Mis Palabras con alegría, con paz; y les pido que dejen que ellas fructifiquen y den nuevas semillas para que aquellos que no estuvieron aquí, que no escucharon y no escucharán estas Palabras, puedan recibir la Gracia que Yo les concedí. 

Nuevamente, les agradezco y les digo que vayan en paz y que clamen por la paz para este mundo. 

Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hoy quiero presentarles un Reino, un Reino que siempre los acompañó desde el principio de esta caminata evolutiva y que, a pesar de estar sobre él hace tanto tiempo, muy pocos lo conocen.

Hoy quiero presentarles un Reino que permanece en el planeta, en los mundos espirituales, donde los ojos de la materia no ven, pero los corazones lo sienten.

Llegó la hora de conocer ese Reino sobre el cual tienen sus pies para que, en el momento en que él emerja como una semilla de la Nueva Humanidad, como una puerta hacia la Nueva Jerusalén, puedan reconocerlo y no teman ingresar en él.

Hoy quiero presentarles un Reino en donde habita Mi Divina Consciencia y también el Amor Universal de Dios; quiero que sientan ese amor en sus corazones y, de esa forma, disuelvan todo el miedo de conocer la verdad sobre la vida en la Tierra.

Este planeta, así como sus corazones y toda la Creación, guarda en sí muchos misterios, muchas verdades que la humanidad no conoció porque sus ojos estaban en la obscuridad, sus mentes en la ilusión y sus corazones cerrados a la vida del espíritu.

Después de tanto tiempo pisando con los pies en este suelo sagrado, llegó la hora de que sus espíritus, sus almas y sus consciencias finalmente puedan ingresar en él; llegó la hora de que el planeta, hijos Míos, reconozca que lo sagrado habita en su interior, reconozca la grandeza de la vida espiritual que en él se guarda y despierte a esa vida, para que ella exista no solo en los niveles del espíritu.

Que esa vida sagrada pueda existir aquí, en la superficie del planeta. Que sus pies ya no estén más sobre un suelo sagrado, sino que todo lo que tocan, cada espacio en el que viven sea sagrado, que sus seres se tornen sagrados, que lo sagrado emerja de sus esencias, convirtiendo sus espíritus en aquello que el Creador espera de cada uno de ustedes. 

Ustedes son Mis hijos, son hijos de este Reino y deben ahora tornarse verdaderamente Mis compañeros, aquellos con los cuales pueda contar para construir la Obra Divina en este lugar y, respondiendo a la Voluntad de Dios, pueda enviarlos a muchos otros lugares del mundo donde lo sagrado también existe y la humanidad lo ignora.

Quiero despertarlos para que despierten a otros y, de esa forma, creen una red en la consciencia humana para que aquellos, que tanto esperan, encuentren el despertar y el sentido de sus vidas.

Cierren los ojos e ingresen en este Reino que hoy les presento. Sus templos no son solo de cura, vienen también para liberarlos y despertar, en ustedes, el amor al Plan de Dios.

Enciendan el espejo del propio corazón y únanlo a los Espejos de este Reino; de esta forma, lo que hay de más puro dentro de cada uno de ustedes se podrá reflejar en los Espejos de este Reino hacia toda la humanidad y podrá crecer en sus consciencias como forma de tornarse, cada día, mayores servidores de este plan de Amor.

Este Reino los aguarda desde el origen, porque ustedes se comprometieron con Dios a manifestarlo en la superficie de la Tierra. Los niños que hoy viven aquí son aquellos que construirán la Nueva Jerusalén, aquella tierra que no solo es una promesa divina, es una verdad divina, un arquetipo superior que aún aguarda en el Reino Celestial para poder descender sobre el planeta.

Yo no vengo a convertir sus espíritus en espíritus sagrados solo para que conozcan un poco más de paz. Yo vengo, hijos, por un propósito superior, porque para que este Reino sagrado emerja y para que la Nueva Jerusalén descienda, sus almas deben estar cristalinas, sus corazones puros y sus espíritus despiertos a la vida superior. Esa vida no se encuentra más allá de las estrellas, se encuentra dentro de cada uno de ustedes y debe emerger del interior del planeta para convertir la vida en la superficie de la Tierra. Con todo lo que les hablo, les abro la puerta de este Reino para que, finalmente, ingresen y alcancen el despertar. 

Muchos de los que están sobre este suelo sagrado están viviendo su última oportunidad, porque es el momento de convertir los errores del pasado y despertar el corazón para la manifestación del amor y el cumplimiento del Plan de Dios, más allá de los planes personales.

Hoy coloquen sobre el suelo que tocan, que pisan, sus planes, sus metas, sus aspiraciones y sus deseos para que, con la irradiación de Mis manos, Yo pueda depositar en sus esencias el Plan Divino, la meta del Padre para cada uno de ustedes, la aspiración del Creador para sus criaturas, que está tan distante de todo lo que ustedes desean para sí mismos.

Hoy coloquen en este piso que tocan toda aspiración material, toda competencia, toda necesidad de poder, de conquista; porque en esta tarde ya no conquistarán nada, sino que será el Creador que, por la rendición de sus espíritus, conquistará sus corazones y les mostrará, hijos, la gran verdad que Él aspira a que vivan desde el principio. 

Ingresen en este Reino, sin por las puertas de la redención. Dejen que sus espíritus sean acogidos por este Reino de amor.

Aquí encontrarán a hermanos de otrora que los acompañan en lo invisible de sus vidas.

Aquí encontrarán a la Consciencia Divina que hizo de este Reino Su casa para que así se pudiera manifestar Su Plan en este planeta.

La Consciencia del Creador hizo descender una de Sus Faces en esta casa para que de esta forma, hijos, ella se torne aún más sagrada y, cada día, pueda emerger de ella el arquetipo de la nueva vida, de la Nueva Humanidad. 

Ingresen en este Reino y permítanse ser curados. Dejen que sus espíritus vivan la redención y, con ese paso simbólico, atraigan muchas más almas que están ligadas por la corriente de la vida y que necesitan que ustedes den un paso para que ellas también puedan ingresar en esa escuela de amor y de perdón.

Contemplen hoy las puertas de este Reino y reconozcan que, atrás de ustedes, existe una enorme fila de almas y espíritus que claman por redención.

Den un paso sin miedo e ingresen con toda su consciencia. Contemplen, dentro de este Reino, sus lagos de luz que se reflejan en los espejos de sus corazones.

Contemplen en este Reino sus jardines de cura, de rehabilitación, que los llevan a la paz, que los unen al Corazón de María porque están profundamente ligados a Su Reino Celestial.

Contemplen sus templos, entren en ellos, sientan la paz, la presencia de los ángeles que acompañan al Creador en su nueva misión en la Tierra.

Sientan hijos, la liberación de sus vidas, de sus corazones. Díganle sí a Dios y que aspiran cumplir con Su Plan.

Dispónganse de corazón para que, después de ser curados, puedan servir y auxiliar a la humanidad, que encontrará aquí una puerta para la liberación, para la salvación de los Reinos de la Naturaleza, para el alivio de los espíritus que padecieron en las guerras, en los conflictos en este mundo y más allá de él, porque no solamente aquí existen guerras; todo el universo vive la dualidad que enfrentan en este planeta y es para equilibrar esta dualidad universal que ustedes vienen al mundo para despertar la unidad y el amor en sus corazones.

Por eso, hoy coloco sus consciencias delante de un misterio aún mayor, que es trascender sus vidas, no solo por la conversión de la vida en el planeta, sino por la vida en todo el universo; porque, aunque no lo crean, el sí de sus corazones repercute en cada estrella que ustedes ven en el cielo cuando cae la noche. Y, dentro de cada una de esas estrellas, existen muchos ojos que los contemplan, muchos corazones que esperan que digan sí y conviertan sus vidas en una fuente de transformación para toda la existencia.

Ingresen en este Reino y soporten con paciencia la propia purificación, soporten con gratitud al viejo hombre que será arrancado de sus seres, los atavismos y los compromisos con el mal que un día pudieron hacer por ignorancia y por ilusión.

Ingresen en este Reino y no tengan resistencias, porque sus aguas lavarán sus espíritus y los renovarán para que puedan cumplir con el Plan del Creador.

Hoy los coloco delante de este misterio y les pido, hijos, que solo lo contemplen, que lo sientan y que no salgan de este lugar para vivir un día más.

Salgan de este lugar con la aspiración, con la aspiración divina en sus esencias. Salgan de este lugar con la determinación de despertar a la vida superior, de no dudar de la existencia de un Plan Mayor que trasciende la mente y la comprensión humana.

Salgan de aquí con la determinación de saber y de conocer su verdadero origen. Salgan de aquí con la determinación de ser otros, sabiendo que existe una verdad que trasciende todas las enseñanzas que ya fueron transmitidas en la Tierra, que trasciende, incluso, las verdades de los libros sagrados porque se ocultan en los símbolos de las palabras allí escritas. 

Para sellar su compromiso con Dios y unirlos definitivamente a este Reino, Yo les daré de beber y de comer de uno de los grandes misterios universales para que la conversión de estos elementos convierta también a sus consciencias y, con este misterio vivo dentro de ustedes, puedan develar el misterio de la propia existencia y saber que, de la misma forma que este pan no es solo un pan y este vino no es solo un vino; ustedes no son solo lo que ven, la materia que aparentan ser, las emociones que sienten, los pensamientos que emiten, sino que existe una verdad oculta y es allí que yace la esperanza de Dios.

En esta verdad, en este misterio que, poco a poco, así como develan la conversión del pan y del vino, ustedes irán a develar la conversión de la materia en lo que verdaderamente es, y la conversión de estas casas en lo que verdaderamente son, la conversión de estos valles en lo que son y la conversión de este mundo en lo que debe ser. 

Hoy ustedes comulgarán de los códigos de una nueva vida. Hoy coloco estos elementos en las manos de aquellos que los guían, que son tan responsables de este Reino en la materia como en el espíritu. 

Coloco estos elementos en las manos de aquellos que los sirvieron incansablemente desde el origen. Este es un Consejo que representa no solo a esta Obra, sino también a una gran parte del Plan de Dios en la Tierra.

Con sus corazones abiertos, hijos, emanen gratitud al universo para que, de esta forma, curen el pasado y preparen en estos tiempos una vida de mayor compañerismo.

Llegó el momento de que sean compañeros no solo de Mi Casto Corazón, del Corazón de María o del Sagrado Corazón de Jesús, sino también de que sean compañeros de aquellos que los guían para que, en este tiempo, esta Obra pueda ampliarse y el Plan de Dios pueda contar con ustedes para abarcar más espacios del planeta que tanto lo necesitan, porque no solo aquí existen almas que deben despertar, porque no solo aquellos que nos asisten en sus casas deben recibir esta instrucción de vida. En cada punto del planeta, por más escondido y olvidado que esté, existe un corazón que tiene un compromiso con Dios, y ese compromiso debe cumplirse.

Por la potestad que Mi Hijo Me entregó y por la paternidad que un día compartí con Dios, amparando a Aquel que descendió de los universos para ser Hijo del Hombre, bendigo y convierto estos elementos.

Junto a los sacerdotes de este Reino que consagran sus vidas en lo invisible, que sirven, que oran, que contemplan y sustentan el planeta, que los elementos se conviertan para que se conviertan sus vidas y ustedes sigan de dos en dos, expandiendo el Plan de Dios en la Tierra.

Sientan la Presencia de María Santísima para que también Su Pureza y Su Divina Consciencia, que aún no fue comprendida por la humanidad, toquen sus corazones y los auxilien en la transformación y en la consagración de sus vidas.

Por la bendición del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, convierto estos elementos y les agradezco.

Manténganse unidos a los Sagrados Corazones, porque un nuevo ciclo despunta y espera de todos una nueva consciencia, un nuevo despertar.

Les agradezco.

 

Mientras la vidente Hermana Lucía de Jesús transmitía las Palabras de San José, el vidente Fray Elías del Sagrado Corazón recibía el Mensaje Diario de la Virgen María, que, al final del encuentro de oración, compartió con todos.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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