- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Redes Sociales
- Contacto
He aquí que vengo del Cielo con el Corazón pleno de Dios, porque esta es y será siempre Mi Casa.
He aquí que vengo del Cielo con el Corazón pleno de Dios, porque ustedes siempre serán Mis compañeros.
Si con todo lo que vive la humanidad la esperanza no desaparece del Corazón de Dios, la esperanza de Mi Casto Corazón jamás desaparecerá.
Vengo en nombre del Universo, del Infinito, de la Creación de Dios, representando a la renuncia que vive cada criatura, respondiendo a la Voluntad Divina para que Su Plan triunfe en este pequeño planeta, casi perdido en esta infinita galaxia.
Vengo por los que dicen sí y que, a pesar de sus imperfecciones, aspiran sinceramente a ser mejores.
Vengo a buscar la sinceridad de sus corazones para que ya no oculten sus miserias y dificultades, sino que las confiesen a Dios tanto en el silencio del corazón como en la exteriorización de su verbo, para que Él os escuche y de esa forma las capas de la ilusión y de la vanidad puedan caer en el suelo, y sus rostros, que muchas veces desconocen, vengan a la luz demostrando al mundo lo que verdaderamente son: seres imperfectos, tan llenos de dificultades; sin embargo, hijos Míos, verdaderos ante de Dios, conocedores de algo que hay en el propio interior y que trasciende la condición humana, que es la propia Presencia Divina dentro de ustedes.
Eso es lo que vengo a buscar hoy, es lo que vendré a buscar todos los días, hasta que verdaderamente despierten a esa realidad interior.
No me comparo con el Creador, pero si Él no desiste de este mundo, Yo tampoco desistiré, porque Yo soy Su siervo y, donde estuviera el Señor, allí Yo estaré. Por eso estoy aquí.
Quiero invitarlos a ser siervos de un Dios Único, el mismo desde el principio hasta el fin que, a pesar de ser inalterable, promueve todos los cambios y transformaciones del universo.
Digo que Dios es inalterable porque Su Amor no cambia, solo crece, se renueva y se multiplica en el corazón de Sus hijos.
Quiero que conozcan ese Dios del Amor, de la infinita Misericordia, de la piedad tanto para con la humanidad como para con todas Sus criaturas, de todos los Reinos.
Vengo, hijos, a hacerles una propuesta, una propuesta de renovación, de transformación permanente, porque nada quedará como está, ni dentro ni fuera de ustedes. Este planeta será otro, sus vidas serán otras. Así como idealizan proyectos humanos, sé que idealizaron proyectos espirituales y que hoy les cuesta mucho deshacerse de sus propias ideas, del camino ideal para sus vidas, del fin de los tiempos ideal para sus almas, que son capaces de soportar, invisibles, sustentando solo con la oración y con el silencio.
Hoy, vengo para decirles que sí sustentarán al planeta con la oración y el silencio, pero será en este mundo, entre aquellos que más necesitan, que no comprenden el caos, que no comprenden la propia purificación y la purificación de esta Tierra; será entre aquellos que estaban ciegos y que despertarán bruscamente a la realidad de este mundo. Allí estarán Mis compañeros, sustentando a las almas, ayudándolas en su despertar.
No permanecerán aislados del caos del mundo, porque si están aquí, en este tiempo, es porque deben vivirlo.
Sí, les digo que podrán ser invisibles para todo el mal si sus corazones son puros y están en Dios, como cantaron hoy.
Y, a pesar de que la Tierra se abra y que los corazones sufran, Dios siempre estará en ustedes y los sustentará. Pero para eso, hijos, es necesario que se esfuercen y que den a Dios el lugar que le corresponde dentro de ustedes. Porque, de esa forma, ya no serán María, Juan, Flavia viviendo en este mucho, sino partes de Dios, superándose a sí mismos en el Amor, en la Compasión y en la Misericordia, aunque este mundo esté en los tiempos de la Justicia.
Sé que para muchos todo lo que digo les parece una utopía que jamás se manifestará, porque no pueden retirar los ojos de la propia mentira, de la propia ilusión. No aprendieron a ser verdaderos y, por eso, no reconocen la verdad.
Pero Yo les digo, hijos, que pueden conocerla si rinden sus corazones, confesando sus mentiras, dejando de lado las ilusiones de este mundo para rendir mente y corazón en el Altar Celestial, en donde el Creador los aguarda como esperó que el hijo pródigo retornara a Su Casa.
No importa cuántas faltas cometieron o siguen cometiendo, aun con tantas Gracias y tantas Instrucciones que les entregamos, porque la humanidad está ciega y Dios lo sabe, Él lo ve.
Él solo espera, hijos Míos, así como todos Sus Mensajeros, compañeros y servidores, que la humanidad se rinda, se rinda a Sus Pies, se rinda a Su Amor. Dejen quebrar las capas duras de sus corazones y de sus consciencias, esa capa milenaria construida con ahínco, con esmero, pero que en este tiempo ya no sirve para ustedes, para la humanidad ni para el Proyecto de Dios.
Todo lo que les digo, se los digo con amor para que aprendan a amar.
Esta vida, que les fue concedida, debe manifestar el amor, la alegría verdadera, la plenitud en Dios. Y si les digo esto, hijos, es porque está diseñado en el proyecto de sus vidas como en el de toda la humanidad. No borren ese diseño celestial, no dejen que el Proyecto de Dios se desvanezca. Hoy le hablo a cada corazón humano, no solo a los que están aquí, sino a todos los que se abren para escuchar la Voz de Dios, independientemente de sus caminos, de sus razas, de sus culturas. Dios los llama a todos para que vengan a Su Corazón y retornen.
Para aprender a amar, basta que digan sí y sean sinceros. Dentro de ese amor aprenderán a vivir la unidad, unos con otros, y construirán las bases de una nueva vida.
Ningún ser humano solo, construirá la Nueva Humanidad; ni aun Dios, solo, renovó Su Corazón. Él emanó a Su Hijo, al Espíritu Santo y a cada uno de ustedes para renovarse.
Ya no sean egoístas pensando que esta vida les pertenece. Contemplen un Propósito Mayor que trasciende inclusive la existencia humana y que se plenifica en la renovación del propio Dios.
Dejen que el Padre les hable al corazón, escuchen Su Voz. En un momento de soledad, díganle:
“Señor,
estoy aquí para que despiertes en mi interior,
para que seas Tú quien vivas en este mundo;
que, a pesar de mis miserias,
de mi ignorancia y de mi ilusión,
que Tú vengas.
Despierta en mi interior y vive en mí,
superándote a Ti mismo en el infinito Amor,
que todo lo puede, que todo lo transforma”.
Hablen con Dios, así como Yo hoy les enseñé, confiésense ante Él, para que Él los torne verdaderos, como la humanidad no sabe ser, pero puede serlo.
Hablen alto, dejen que Él los escuche y, si necesitan, griten al Universo y pidan auxilio, para que el Padre pueda romper las barreras de sus corazones; que todo aquello en ustedes que no se quiere mostrar al mundo, todos sus personajes, máscaras, ilusiones, pueda caer por el suelo, delante de una confesión verdadera y sincera entre Dios y cada uno de ustedes.
Si ustedes aprenden a ser verdaderos con Dios, poco a poco perderán el miedo y la vergüenza de ser verdaderos unos con otros y construirán la unidad basados en la transparencia. Eso es lo que el Creador espera de la humanidad en estos tiempos. No importa que sean pocos, sino que sean verdaderos.
Hoy Yo les hablo todas estas cosas porque aprendí a vivir esa transparencia. Viví el dolor que es romper las capas de la ilusión humana y de su condición milenaria. Yo lloré, coloqué Mi cabeza en el piso y, como si Mi Corazón se partiese por la mitad, le pedí a Dios que se cumpliera Su Voluntad en Mí, y Él lo hizo. Por eso estoy aquí y los amo tanto como Su Santísimo Corazón los ama. Yo dejé que Él despertara dentro de Mí, creciera y se expresara. Por eso, Mi Voz hace eco en el mundo y Mi Verbo no me pertenece. Yo soy un Mensajero de Aquel que está en lo más Alto, más allá de la existencia humana y de toda la vida material, más allá de los ángeles y arcángeles y, a pesar de eso, está en todo.
Cuántas veces les hablé al corazón sobre la transformación de sus vidas y sintieron la verdad en lo que Yo les decía, aspiraron a impulsar a sus corazones a lo nuevo y, sin embargo, aún son los mismos.
Sean verdaderos y abracen la Verdad que proviene del Corazón de Dios para que, poco a poco, Él les dé la fuerza y el coraje para dar aquellos pasos internos, espirituales y a veces materiales que ya saben que deben dar.
El Poder y la Voluntad de Dios romperán las capas de la ilusión humana y transformarán este mundo por completo, y sus vidas no estarán fuera de eso. Serán llamados a ser otros, a ser lo que verdaderamente son. No es que Dios está equivocado y quiere construir en el mundo lo que él no es. La humanidad, hijos Míos, se desvió de su camino y construyó una vida distante de Su Corazón. Pero ahora es el momento de retornar, porque ni el universo ni los Reinos de la Naturaleza ni el Corazón de Dios pueden soportar por más tiempo la ilusión de este mundo.
Sé que lo que les digo, a veces, es difícil de escuchar, pero Yo se los digo con tanto amor y con tanta verdad que, si abren sus corazones, esa verdad puede ingresar en lo profundo de sus seres sin dolor, pero con plenitud impulsarlos a la transformación. Sean inteligentes y abran las puertas de sus vidas para que Dios los transforme; dejen que Él entre y vacíe su casa, inclusive de ustedes mismos, y Él sea el dueño de sus vidas.
Eso es todo lo que quisiera decirles hoy, pero que no pase desapercibido como una Aparición más, porque, mientras el tiempo pasa, las Palabras de Dios se tornan más urgentes de ser escuchadas, asimiladas y vividas por el corazón humano.
En lo que les dije hoy, encontrarán todo para dar nuevos pasos; ahí están el Don de Dios y Su Gracia, no los pierdan.
En estas Palabras estarán eternamente ese Don y esa Gracia. Cuando sientan que perdieron sus fuerzas, vuelvan a escucharlas y renuévense.
Y como Gracia Mayor, que se manifiesta en la materia, aunque muchos no lo comprendieron, Yo les entregaré, por la potestad que Dios Me concedió, el mayor misterio de esta Creación, cuando Dios mismo se hace vivo no solo en Su Hijo, sino también en los elementos de la naturaleza, en el pan y en el vino que se purifican y se transforman para recibirlo.
Así como hoy estos elementos se transfiguran, déjense transfigurar y convertir en instrumentos vivos de Dios, en donde Él puede estar constantemente.
Hermana Lucía de Jesús: ¿Los hermanos sacerdotes del Centro Mariano de Figueira podrían venir hasta aquí?
Y como está es Mi Casa, porque Dios así la concedió, vengo para renovarlos, sobre todo a aquellos de Mis hijos que deben imitar no solo los Pasos de Cristo, sino también los Míos.
Sean firmes en Dios y, antes que nada, déjense quebrar para que Yo los torne pastores de una nueva vida y de muchas almas. A través de sus ejemplos de transformación, aquellos que vienen detrás de ustedes también se transformarán.
Elevemos estos elementos al Padre, así como lo hizo Su Hijo y, en Su memoria, en una imitación eterna de Su Sagrado Corazón para que, poco a poco, Él les enseñe a ser Cristos del Nuevo Tiempo. Eleven el pan como Él lo elevó, y el vino, para que sean transfigurados por Su Presencia, transformándose en Su Cuerpo y en Su Sangre, eternamente entregados para la redención de la humanidad.
Hagan esto en memoria de Aquel que fue, que es y que será, y que retornará al mundo para que esta Comunión finalmente sea consumada, y que ya no sea del pan y del vino que comulguen, pero sí de Su Presencia, de Su Retorno, de Su Mirar, de Su Voz, que hará eco en la Tierra, llamándolos por el nombre, para que verdaderamente sean Sus compañeros.
Y, como Él les enseñó, oren Conmigo el Padre Nuestro en arameo, dejando que los Portales del Reino de Dios se abran y, aunque sea por un instante, el Creador coloque Sus Ojos sobre Sus criaturas y tenga piedad. Dejen que Él traspase sus corazones por completo.
Padre Nuestro en arameo (3 veces)
Abbun debashmaia
Netkadesh eshmoj
Teite malkutaj
Nejuei sevianaj aikana
Debashmaia af ba-arja
Jav-lan lajma teesunkanan iagmana
Washpocklan jaubein wajtagein
Aikana daf jenan shoaken oljaiaben
Wela tajlan letnesiuna
Ela patsan men bisha
Metul delaje malkuta
Wajela wateshpurjta
Laj-lam almin
Aamein
En esta comunión viva con la Presencia de Dios, Yo los dejo y Me elevo a los Cielos, en donde Mi Padre Me aguarda, así como a todos ustedes, para que eternamente Me rinda a Sus Pies y a Su Gracia y que, cada vez que Yo retorne al mundo para ser un eco de Su Voz, Él pueda estar más presente no solo en Mí, sino en cada uno de ustedes.
Les agradezco por escuchar Mis Palabras con alegría, con paz; y les pido que dejen que ellas fructifiquen y den nuevas semillas para que aquellos que no estuvieron aquí, que no escucharon y no escucharán estas Palabras, puedan recibir la Gracia que Yo les concedí.
Nuevamente, les agradezco y les digo que vayan en paz y que clamen por la paz para este mundo.
Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Querido hijo:
Que tu corazón siempre refleje la energía del Amor, porque así ayudarás a reconstruir este planeta y su humanidad.
Que, en la energía del Amor, todo sea reparado, cicatrizado y curado.
Que el Amor que debe vivir tu corazón sea la premisa en estos tiempos.
Que todo sea renovado para que la propia esencia de la vida sea elevada como ofrenda espiritual hasta los Pies del Creador.
Camina siempre en el sendero del Amor, en el que encontrarás la fuerza interior necesaria para trascender los tiempos y superar las pruebas que llegarán para confirmar tu espíritu en la vida divina.
Que cada etapa de la vida sea una sagrada oportunidad de redención.
Cada experiencia vivida hará de tu alma un espíritu triunfante, que luego estará cerca de Cristo para celebrar la eternidad.
Que la energía del Amor reconstruya todas las cosas y que tu corazón valiente reciba la sagrada energía del Amor para revivir todos los días el Amor eterno del Creador.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
A los que se consagran
A los que se consagran, que nunca pierdan la fe y la confianza en todo lo que viven, porque por más que algún día sea difícil, Dios no los abandonará.
A los que se consagran, que vivan bajo un espíritu de mansedumbre y de pacificación, porque así estarán protegidos de toda adversidad.
A los que se consagran, que crean que es posible vivir la infinita transformación, porque en la hora más culminante del planeta, recordarán los tesoros de la Gracia que un día recibieron.
A los que se consagran, que nunca pierdan de vista los principios de la comunidad religiosa, ecuménica y fraterna; que sus vidas sean las bases definitivas para el nacimiento de una nueva humanidad.
A los que se consagran, que escuchen con atención y llenos de humildad, de gratitud y de entrega, las palabras de los que los guían, porque así estarán dentro del espíritu de la inquebrantable unidad entre hermanos.
A los que se consagran, que recuerden, día a día, las herramientas que les fueron entregadas y el júbilo de sus semejantes, de los ángeles y de los santos por haber dado un paso hacia el Señor.
A los que se consagran, que protejan de sí mismos las reglas que constituyen el espíritu de cada congregación y que, como vigilantes de las puertas de los monasterios, siempre prevalezca la transparencia y la verdad.
A los que se consagran, que trabajen el resto de sus vidas para erguir sobre la superficie de este planeta, la morada en donde Cristo encontrará reposo cuando retorne.
¡Les agradezco por dedicar sus vidas al Propósito mayor y desconocido, el que un día se cumplirá en la humanidad!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Yo soy la Emperatriz de la Paz y, donde Yo estoy presente, instituyo el Reino de Dios para Mis hijos y la humanidad.
Yo soy la Emperatriz de la Paz y, donde estoy presente, todo lo que está a Mi alrededor pertenece a Dios y a Su Propósito.
Yo soy la Emperatriz de la Paz y no dejo a nadie atrás. Cuido, protejo y acojo a todos Mis hijos en Mi Corazón maternal.
Yo soy la Emperatriz de la Paz y busco para Mis hijos el bien común, la unidad, la hermandad con todo el universo, con lo que es desconocido, con lo que está lejos de su conocimiento y de su entendimiento.
Yo soy la Emperatriz de la Paz que hoy viene por las naciones del mundo, por aquellas naciones que se pierden y que se sumergen en su propio y profundo caos.
Vengo con el Gobierno del Universo Celestial y con todo lo que a Él le pertenece, con todo lo que vibra dentro de ese Universo y con todas las consciencias que participan de ese Gobierno Celestial en todo lo que es creado.
Es así, que vengo a traerles lo que es más infinito, lo que está muy lejos de los ojos de los hombres, lo que nadie aún ha comprendido, lo que es verdadero, lo que se perpetúa a través de los tiempos, lo que hace posible la redención.
Yo soy la Emperatriz de la Paz y la Nueva Aurora, soy el Espíritu Divino que puede amanecer en el alma de cada ser, que puede transformar lo que no es transformable, que puede elevar lo que aún no se ha elevado a Dios, que puede transfigurar con Su Energía Divina lo que aún no se ha transfigurado.
Vengo hacia Mis hijos para que sean portadores de la paz y caminen junto a su Emperatriz Universal, que en este tiempo llega a este mundo y a esta humanidad para poder renovarlos, redimirlos y salvarlos de su decadencia planetaria.
En cada encuentro con la Emperatriz de la Paz, Yo les traigo una nueva oportunidad, a la que ustedes llaman bendición y Gracia, que nace de lo profundo de Mi Ser y de Mi Consciencia para todas las criaturas.
De esa forma, hoy vengo con el Cetro de Dios en Mi mano para seguir estableciendo aquí, en este lugar, lo que le pertenece al Padre y a Su Divina Voluntad.
Vengo a liberar a todo lo que está oprimido. Vengo a entregar Luz a todo lo que está oscuro y en tinieblas. Vengo a reencender en los corazones lo que siempre han creído desde el principio, cuando fueron tocados por la mano de Dios y por Su Divina Energía, cuando despertaron a la Verdad.
Yo vengo a ayudarlos, queridos hijos, como la Emperatriz de la Paz, para que atraviesen los tiempos finales con valentía, coraje y fortaleza.
Vengo a entregar a sus corazones lo que necesitan para poder madurar espiritualmente y para dar, así, los pasos seguros hacia Mi Hijo, el Redentor.
Vengo con el Gobierno Celestial que siempre ha regido a todos los mundos y a todos los universos. Vengo por encima de todos los gobiernos que existen en esta humanidad y en otras.
Vengo así, a establecer las Leyes que dieron principio a la Creación y a la vida, a la gestación de la esencia del Amor, de lo puro y de lo inmaculado que existe en cada interno de cada criatura.
Con Mi Gobierno Celestial y con todos Mis ángeles, vengo a purificar las esencias del mundo para que ya no se oscurezcan más.
Vengo a colocar en ellas y a sembrar lo que formará parte de esta Nueva Humanidad que se avecina, después de su purificación.
Yo soy esa Luz de Aurora que todo lo acepta, que todo lo acoge y lo comprende.
Soy la Emperatriz de la Paz, que siempre los escucha, que siempre los alienta, que siempre los motiva y los impulsa a seguir adelante, para superarse a sí mismos y para demostrarle al mundo que es posible vivir la redención y la conversión, como lo vivió San José.
Vengo a traerles desde el universo todo lo que es verdadero, lo que debe descender desde los mundos sublimes y superiores en estos tiempos de caos, lo que debe llegar a las almas, de inmediato, para que ellas se fortalezcan y sigan firmes los Pasos que Cristo está marcando en los desiertos de este mundo.
Vengo a enseñarles, como Emperatriz de la Paz, a atravesar la aridez de estos tiempos; la noche más oscura de todos los tiempos, de todos los siglos y de todas las décadas que han pasado.
Solo deben vislumbrar su esencia interior, su llama divina, su pureza original que nunca se perderá, que nunca podrá ser interferida ni tocada por nada que no venga de la Luz.
Vengo a encender así, en ustedes, la Nueva Aurora, a través de Mi Consciencia maternal y universal.
Vengo a hacer florecer lo que estaba seco. Vengo a dar vida a lo que estaba muerto. Vengo a traer una Gracia especial a los que más la necesitan, para que se sientan salvos y rescatados por su Madre Universal.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Vengo, hijos Míos, a un mundo en oscuridad, donde la mayoría de Mis hijos aún no descubrió la grandeza que es estar en Mi Corazón y servir Conmigo al Plan de Dios.
Vengo a demostrarle al mundo que, en medio de las tinieblas, es posible construir una fortaleza inquebrantable; que cuando las almas teman, en los cuatro puntos de este mundo existirán lugares en donde el Amor reina y equilibra el miedo y la desesperanza de los corazones.
Vengo a erguir nuevamente la fortaleza espiritual de Mis hijos, para que comprendan que no los abandoné, sino que quiero que sean ejemplos de una fortaleza inextinguible en un mundo donde las tinieblas buscan apoderarse de las almas y de los corazones, día tras día.
Vengo a decirles que, donde Dios colocó Su Corazón, el mal no podrá llegar. En un suelo sagrado y consagrado a la vida del espíritu triunfará el Plan del Creador, y allí instituiré las Islas de Salvación. Y, cuando las almas se ahoguen en la ignorancia y en la ilusión de este mundo, serán esos lugares humildes, que crecieron desapercibidos en el planeta, en donde ellas encontrarán refugio, amparo; en donde encontrarán el aire que respirarán y las volverá a la vida, porque estaban muertas en vida y no lo percibían.
Yo vengo, hijos, a construir los milagros del fin de los tiempos, que serán la fe inquebrantable en el corazón de Mis pequeñitos. Mis fortalezas estarán en el mundo, como un brazo firme que eleva a las almas que cayeron en los abismos del desaliento y de la desesperanza.
Esas fortalezas que Yo construyo en cada uno de ustedes que escucha Mi llamado y que, a pesar de sí mismos, busca responder a los Designios Celestiales que Yo les traigo, como un patrón de vida nuevo, para construir la Nueva Humanidad.
Yo vengo portando la Paz para un mundo en guerras para que, a través de Mis hijos, Mis soldados y Mis compañeros, esta Paz se instituya en el mundo.
Yo vengo a invitarlos a trascender, en sí mismos, los impulsos humanos que emergen de su interior, para vivir un Propósito Superior y una consagración mayor.
No solo vengo a anunciar que el mundo está en tinieblas y que los corazones se están perdiendo en los abismos del enemigo de Deus. Vengo, hijos, a erguir dentro de ustedes la Iglesia Celestial para restaurar las religiones de este mundo y unirlos en la verdadera Iglesia de Mi Hijo; en donde no reina la competición y la separatividad, sino el amor, la fraternidad y la unidad entre las criaturas.
No vengo a decirles algo que es utópico, que es un sueño en el corazón de los que aman a Dios. Vengo a construir una realidad en los que perseverarán, en los que vencerán a sus miserias y a su condición humana retrógrada y degenerada, con el esfuerzo diario por amar a Dios, a sus hermanos y a los Reinos de la Naturaleza.
Vengo, hijos, a mostrarles un Plan que se debe diseñarse a través de sus vidas. Vengo a hacerles una oferta y no solo a aceptar las ofertas de sus corazones.
Coloco en Mis manos todos sus pedidos y los transformo en rosas para llevarlas a los Pies de Dios; pero también les pido algo; les pido que sean firmes, verdaderos y transparentes; les pido que sean humildes para vencer la arrogancia de este mundo; y les pido que sean simples y libres de sí mismos, para establecer la verdadera libertad, que en nada se asemeja a lo que el hombre busca para liberarse.
Vengo a pedirles que se unan como un único ejército, como Yo los veo cuando los contemplo desde el Cielo.
Vengo a pedir que se fortalezcan y así fortalezcan las Islas de Salvación que Yo estoy construyendo para que, en un futuro próximo, también ustedes encuentren allí el amparo y el rescate de sus almas y esencias.
Vengo a pedirles, hijos Míos, que escuchen y sigan a la Voz del Universo que resuena a través del Verbo de su Madre Celestial, porque los últimos tiempos de ilusión en la Tierra ya están llegando; y todos, todos los que se comprometieron con Dios desde el principio, deben tomar con sus manos el Sello que Dios les entregó y colocarlo en su frente, como un símbolo de su adhesión total a este Plan de Salvación.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Mi deseo más ardiente y urgente, como Emperatriz de la Paz, respondiendo en esta tarde a la Voluntad de Emmanuel, es que aquí, en este Centro Mariano, se construya la Cruz Azul.
Es un pedido que emito a todo Uruguay y al Cono Sur, a fin de que se establezca aquí un mayor tiempo de paz y de oportunidades para las almas más perdidas.
Si esto se llegara a cumplir, así como lo pido, regresaré aquí con un impulso mayor, aún más fuerte que el que di hace diez años atrás.
Recuerden, queridos hijos, que el ciclo ya cambió y que estamos en la última etapa de las grandes definiciones planetarias.
Que se cumpla, entonces, el advenimiento de la Cruz Azul de Emmanuel y que todo lo que no pertenezca a la Luz alrededor de este Reino de Aurora se disipe, a fin de que su pueblo y esta nación despierten de lo que se han equivocado.
Que nadie pierda la esperanza de revertir los casos más imposibles, porque si Yo estoy aquí, que soy su Madre, es posible cambiarlo todo a tiempo.
Que así sea.
Bendigo estos elementos en nombre de Mi Hijo, para que se sirvan de ellos, en renovación y en cura.
Bendigo a sus almas para que ellas reciban paz, para que siempre recuerden que aquí encontrarán un refugio en el Corazón de Dios.
Que se levanten los estandartes de la Nueva Aurora.
Que los soles despierten al llamado del universo y que los autoconvocados se congreguen para formar las primeras filas en el Retorno de Cristo.
Que la profecía de su Madre Universal se cumpla y que todos participen de la comunión eterna con el Creador.
Les agradezco y hoy Me voy en Paz porque aquí encuentro un lugar en donde siempre puedo posar Mis pies como fue en el principio, en el origen.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
De Mi Vientre purísimo nace la vida cósmica y esa vida se proyecta en las diferentes dimensiones de la Creación.
Mi Vientre de Luz gesta lo nuevo y todo ser o consciencia que él recibe es transformado por Mi Luz maternal.
De Mi Vientre nacen los Rayos inmateriales que circulan por los universos para ordenar y gobernar bajo la armonía universal.
De Mi Vientre luminoso pueden nacer las nuevas vidas espirituales en los corazones que se entregan a Mí, incondicionalmente.
Del Vientre purísimo de su Madre del Mundo parte el Principio de la Creación y así, de tiempo en tiempo, la Creación se renueva y todo evoluciona dentro del universo de la Luz de Dios.
En Mi Vientre castísimo doy vida espiritual y esencial a lo que aparentemente estaba muerto.
Mi Vientre resucita al espíritu perdido y recupera por medio del Principio de la Cura a las almas que se apartaron de Dios.
Mi Vientre es un universo nuevo que gesta el amor para la Nueva Humanidad.
Quien se coloca dentro de Mi Vientre será iniciado en una nueva etapa y estará en Mí y Yo, como Madre, estaré espejándome humildemente en las criaturas de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Muestro, en los planos internos, Mi experiencia de la Pasión, porque necesito que las fuerzas más contrarias de este planeta aprendan a redimirse y a convertirse en Luz. Y aunque esto parezca imposible para el mundo, cuando el Cetro de Dios sea tomado por Mi Mano y su Maestro descienda al mundo, terminará la oscuridad.
Ya no verán más rostros con lágrimas, ni personas en sufrimiento, porque el planeta ya se habrá purificado, ya habrá pasado por la última fase, la más aguda para la humanidad. Y así verán en el Cielo las señales que otras veces les he revelado; señales que indicarán un nuevo tiempo para el despertar de una nueva consciencia.
El Nuevo Testamento se cumplirá, porque en estos tiempos Yo he reescrito la historia en las almas que Me escuchan, en los corazones que están en Mí en solemnidad, en los espíritus que Me adoran perpetuamente.
El Arcángel Gabriel vendrá, trayendo las Tablas de la Ley; y así, lo que nunca ha conocido la humanidad, será revelado al mundo: son las Tablas de Dios, las Leyes eternas que se viven en Su Universo Celestial.
Ese será el momento en el que el mundo entrará en juicio y su Maestro y Pastor presenciará este acontecimiento.
Pero de un lugar muy desconocido vendrá la Mujer vestida de Sol, trayendo debajo de Su manto millones de estrellas caídas, las cuales, como esencias, depositará a los Pies del Creador.
Y ante los Santos Arcángeles, en un cierto momento, verán una señal muy fuerte, como cientos de tormentas juntas, que explotan en los Cielos para emanar la Luz.
Este será San Miguel Arcángel, quien enterrará Su Espada de Luz en el planeta, quemando las últimas entrañas de la perdición; y todo lo que fue su rival será vencido por el testimonio de Su Infinito Amor a la Fuente Suprema.
En ese tiempo, las almas ya no se sentirán perdidas, ni tampoco con falta de guía, porque su Rey estará aquí para encomendarles nuevos desafíos, para cumplir nuevas metas, para manifestar la Nueva Humanidad, que estará llena de gratitudes, que será vivificada por el Amor, el Amor que siempre ha vencido a través de todos los tiempos.
Y la Mujer vestida de Sol intercederá por última vez, después de haber escapado, al desierto, de la gran bestia que busca a Sus hijos.
Pero el tenebroso se confundirá, porque sus estrellas caídas, las últimas estrellas rescatadas, se volverán parte de Su Corona de Luz, de la Corona de Luz de la Gran Señora de todos los tiempos.
Esa Corona iluminará al planeta, iluminará a las naciones, colmará de Gracia a los espíritus que nunca recibieron una oportunidad.
Su Maestro también será testigo de esto. Él escribirá con Su propia Mano en el Libro de Dios este gran acontecimiento, en donde la Dama de la Luz habrá triunfado sobre el mal.
Los que han sido marcados por el Sello de Dios serán reconocidos en este próximo tiempo y muchos no creerán que esto es posible. Por eso, el Hijo del Hombre viene de nuevo a su encuentro, para gestar en las esencias este momento, momento que es inmaterial y que se volverá material en todo este mundo.
Cuando el Arcángel Gabriel llegue con las Tablas de la Ley, muchas cosas terminarán y los que han vivido el martirio de los tiempos, serán liberados de su cautiverio.
Ya no habrá hombre o mujer en este mundo que pueda gobernar el planeta, porque el Todopoderoso se mostrará a través de la Resplandecencia de Su Divino Hijo.
Todas las culturas y los pueblos lo reconocerán, porque sabrán que Él proviene de la Fuente del Amor, de donde todo ha surgido y comenzado.
Por eso, están siendo sacramentados en este tiempo. No piensen que un Sacramento es un sacramento más, porque si sus hermanos lo viven, también ustedes lo estarán viviendo.
Los invito a entrar en Comunión eterna, para poder comprender el Conocimiento Divino.
Éstas ya son Mis últimas Palabras para el mundo, Mi tarea está finalizando, y cuando ella finalice, deberán entrar en vigilia, porque a partir de allí, todo sucederá.
Hoy les estoy diciendo esto, de verdad, no para que teman, sino para que crezcan en consciencia y siempre, siempre salgan de sí. Y así podrán ver cuál es la verdadera realidad.
Muchos vendrán a golpear a sus puertas de diversas formas, para preguntar ¿qué es lo que han vivido aquí? Algunos buscarán auxilio y otros buscarán hacerles perder la fe que viven en Mí.
Ese será el momento en donde el mundo estará en prueba, y si Juan, el que Me bautizó en el río Jordán, dio su cabeza por Mí, ¿quién la dará ahora por Mí?
Mi Proyecto en este tiempo es osado, pero Mi Victoria es desconocida por Mi eterno rival.
Vengo a hacer de sus vidas una nueva morada, para que puedan estar fortalecidos. Y aunque a veces sientan que muchas veces he dicho estas palabras, pregúntense a sí mismos si en verdad las han escuchado con atención. Yo vengo a repetir lo que la humanidad aún no ha aprendido, porque es necesario crecer interiormente, para ser un soldado de la Luz en el fin de los tiempos.
No piensen ahora quién dará la cabeza por Mí, porque no dejaré que eso suceda. Ya mucha sangre corre en este mundo a través de las guerras y muchos inocentes padecen todas las cosas inimaginables de los que quieren gobernar.
Yo les traigo el verdadero Gobierno del Universo, el que está lejos de la mentira y del engaño, de la ilusión o de la apariencia, del materialismo y de la impunidad.
Yo quisiera que pudieran entrar en este Gobierno Universal, el que está formado por muchas Consciencias de la Luz.
Ha llegado el momento para que en este mes de agosto, ingresen en el ámbito de la Hermandad y que sus vidas, en la superficie de esta Tierra, sean espejos de los Centros de Amor, de todas las islas de salvación que iré activando en el fin de estos tiempos.
Por eso, todo lo que vivan ofrézcanlo a Mí, como un sacrificio, como una oportunidad de madurar en el amor y de expandir la consciencia, más allá de las estrellas.
No quisiera que salgan de aquí distraídos, sintiendo y pensando lo mismo, sino creciendo en la Verdad que los hará libres, así como la humanidad necesita estar libre de su propia enfermedad espiritual.
Vengo a darles la cura que necesitan, pero también vengo a ofrecerles la entrega que necesitan, porque eso los hará más misericordiosos, plenos en la Unidad y en la Gracia.
No todos estarán cuando el Juicio Universal acontezca. Eso no significa que demore, porque los primeros pasos de ese Juicio ya comenzaron. Pero, sí, todos serán llamados, independientemente del lugar en donde se encuentren, o el plano de consciencia en que habiten.
Todos, absolutamente todos, serán llamados por Mí; los creyentes y los no creyentes, los ateos, los humildes, los pacificadores y también los que han engañado, a través de los tiempos, a esta humanidad.
Gabriel Arcángel los llamará a todos y Miguel Arcángel ordenará las filas de este Juicio Universal. A través de Su espada y de la emanación de Su Luz, indicará a los diferentes contingentes en donde deberán estar, para declarar ante el Universo.
En ese momento, será la amorosa Justicia Divina la que actuará y nadie1, nadie escapará de esa Justicia.
Dichosos serán los que hayan seguido a la Dama de la Luz, porque estarán en los caminos correctos, en los senderos que los llevarán al Reino de Dios.
El último que será llamado es el padre que ha caído, uno de los doce arcángeles, pero la Tierra en ese momento estará un poco más elevada; cosas inimaginables se verán, porque es su propio infierno, el que se verá en la superficie.
El planeta estará en un fuego oro rubí, mil veces más que un atardecer. Eso llamará la atención de la humanidad, porque todos ya sabrán que estarán siendo juzgados, no como un castigo, sino como una oportunidad de cambiar, y de vivir nuevas instrucciones, en otros puntos del Universo.
Sé que no todos comprenden lo que hoy estoy diciendo.
Para que puedan comprender lo que les digo, a través de tantos símbolos, repasen Mis Palabras cuantas veces sea necesario, porque recuerden que Mis Palabras no se desperdician y si ellas se pierden de ustedes, es porque no están atentos, para poder crecer en consciencia.
Les confieso que cuento con una sola Mano los que leen todos Mis Mensajes.
No estoy reclamando su falta de amor a Mi eterno Plan, a la Instrucción Divina y al Sagrado Conocimiento. Lo más importante para Mí es que sus corazones crezcan y se expandan en el Amor, así como hoy lo han demostrado, trayendo al mundo la esperanza.
No se sientan juzgados. Soy el Señor de la Divina Misericordia y en Mis Palabras está la Misericordia, por más directas que parezcan.
Abro Mi Corazón de Luz en esta tarde de este mes de agosto, para revelarles los Misterios que están muy distantes de las almas, muy lejos de la verdadera consciencia. Pero sus oraciones han permitido esto.
Después de cuarenta y nueve encuentros, hoy les puedo decir todas estas cosas, porque sus corazones están más blandos, más flexibles, para escuchar la Palabra de su Señor. Si Yo les hubiera dicho esto en la primera Maratón de la Divina Misericordia, ya me hubieran dejado atrás, o habrían pensado que todo esto era una gran mentira.
Vean, a través de Mi Presencia, la Presencia de Dios, la Paciencia del Padre, el Amor del Hijo y la Sabiduría del Espíritu Santo.
Ustedes tienen la llave, a través de la oración, para cambiar el mundo. Por eso Mi Santa Madre, a través de los tiempos, les ha repetido: oren con el corazón y no se cansen de hacerlo, porque si oran, no se equivocarán ni tampoco saldrán de la Ley, así como sale el mundo todos los días, abandonando el Amor del Universo y la Misericordia del Padre.
Sus corazones misioneros ya están listos para saber la Verdad y saber, con consciencia, difundirla, sin alterar Mis Palabras, sin modificar Mi Mensaje, porque podría ser letal.
Escojo cada palabra con amor, para poder pronunciarla a Mis compañeros. Porque cada palabra que sale de Mis Labios es Agua Viva.
Si Yo vengo de la Fuente, ustedes deben saciarse a través de Mí, no porque Yo sea mejor que ustedes.
Yo Soy el Gran Esclavo de Dios, aquel que se ha entregado para redimir al mundo.
Yo Soy Jesús, el Nazareno, pero también Soy el Cristo Universal.
Mi Consciencia se ha elevado al Padre para que en el fin de estos tiempos, Yo pueda elevar a la humanidad de su desvío permanente.
Sientan gozo con todo lo que les digo, porque están despertando a una realidad que es desconocida por la mayoría del mundo.
Vengo así, a entregarles a través de estas palabras, las revelaciones del Cristo Glorificado para el fin de estos tiempos.
Recuerden que ustedes firmaron el compromiso de estar aquí, en este tiempo, y en esta humanidad, viviendo esta transición de todo el planeta.
De ustedes podrá surgir la posibilidad de cambiarlo todo.
De ustedes podrá surgir la Gracia de poder amar más allá de lo que ama este mundo, así como ama el Padre.
A través de Mis Llagas, vengo a dejar las señales para los últimos tiempos.
A través de Mi Corazón, vengo a entregarles el símbolo para su despertar.
Nunca dejen de ser corazones sinceros, porque así estarán protegidos de ustedes mismos.
Sean como Mi Corazón sincero que viene, en este tiempo, para transformarlo todo, para hacer de esta humanidad una civilización rescatable de las más profundas miserias, de los más extensos abismos, en donde Mi Amor triunfará.
Quiero escuchar sus corazones sinceros a través de esta Gloria que está descendiendo, para que muchos más corazones despierten a la definición de estos tiempos, de estar en el amor, o en la indiferencia.
Quiero escuchar sus corazones sinceros, como si le cantaran a un niño que debe aprender a sobrevivir en estos tiempos.
Canten esta canción suavemente, mientras sus corazones se sinceran con el Mío; porque la gran definición está llegando para este mundo en llamas, en donde los pacificadores deberán alcanzar la meta para que se establezca el Reino de Dios.
Los escucho.
Nos ponemos de pie.
Ora por el mundo...
https://mensajerosdivinos.org/sites/default/files/eps_canticos_cj_mayo_2... canto No. 93
Desde lo más íntimo de Mi Corazón dejo la Paz para ustedes, para todo el mundo. Amén.
Que el Señor siempre los bendiga, los guarde y los haga felices en Su Reino Celestial.
Que sus pies estén libres para caminar hacia el futuro cercano, en donde los nuevos cristos repoblarán el Planeta. Que así sea.
Colocamos nuestras manos en señal de recepción.
Reciban de lo más sublime de Mi Consciencia los dones de la Luz, los que harán de los siervos de Cristo almas comprometidas con Mi Plan de Amor y de Redención.
Que esta Luz que hoy deposito sobre sus manos sea preciosamente cuidada.
Llamen por esta Luz cuando estén en prueba, o en algún conflicto, porque sepan que Mi Luz, es la Luz de Mi Padre, es el Amor de la Fuente para toda esta Creación.
Ahora, guárdenla.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por hoy estar Conmigo y por haber tenido coraje para escuchar Mis Revelaciones del fin de estos tiempos.
Recuerden ser celadores de Mis Palabras y de Mis Mensajes, porque las almas que más necesitan vendrán a su encuentro para buscar lo que ustedes encontraron. Vendrán con la esperanza de recuperar la paz, y esto es tarea de todos.
Les agradezco.
¡Gracias Señor, por cuánto nos das!
En este encuentro, te honramos Señor.
Vamos por última vez cantar Corazón Sincero ofreciendo en gratitud este cántico como una oración.
* Jesús ha bajado Sus Ojos, mira al suelo.
Quinto día de la novena:
“Por la Presencia de Cristo en nuestro mundo interior y por formar parte de Su Obra de Misericordia”.
Queridos hijos:
Ya es Misericordia formar parte de la Obra de los Mensajeros Divinos, porque a través de ella se gesta el surgimiento de la nueva humanidad. Por eso, pertenecer en estos tiempos a la Obra de Dios, también es una Gracia suprema, que desciende a esta humanidad para colmarla de nuevos dones, los dones que generarán en esta raza el nacimiento y el despertar de los Nuevos Cristos.
Estar presente en Cristo, y Cristo estar presente en su mundo interior significa, hijos, la posibilidad de que el amado Rey del Universo concrete en la humanidad Su Plan de Redención y de Misericordia.
Aquella alma que pueda estar en Cristo podrá formarse, de tiempo en tiempo, como Su apóstol del amor, y esto comenzará con el aprendizaje de amar a sus semejantes todos los días, a fin de que en esta civilización se plasmen los nuevos patrones de conducta.
Al encarnar y vivir esos patrones, la humanidad se aproximará a la Divinidad de Cristo y esto ayudará a que en los mundos internos las almas se preparen para vivir el esperado Retorno de Cristo.
Preciado e inmaculado es el mundo interno de cada ser, que guarda en esencia la vida divina, un misterio que se irá revelando en estos tiempos a las almas que comulguen con el Señor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo soy la Señora de la Luz y con esta Luz, que proviene de Dios, ilumino los caminos de Mis hijos.
Soy la Señora de la Luz y con esta Luz guío los caminos de los servidores de Cristo.
Soy la Señora de la Luz y con esta Luz deposito y derramo los Dones de Dios en las almas más necesitadas del mundo.
Soy la Señora de la Luz y con esta Luz establezco el Reino de los Cielos, primero en el mundo interno de cada ser y luego en la consciencia del mundo.
Soy la Señora de la Luz y con esta Luz les indico a Mis hijos el camino de ascensión y de redención, porque así las consciencias se liberarán del pasado.
Soy la Señora de la Luz y con esta Luz cumplo la promesa del surgimiento de la Nueva Humanidad.
Soy la Señora de la Luz y con esta Luz atraigo desde el Universo Celeste lo que más necesita la humanidad, con el fin de que surjan los nuevos patrones que harán cambiar la consciencia del mundo.
Soy la Señora de la Luz y elevo a Mis hijos hacia la Fuente del Amor. Esa Fuente puede estar más próxima del mundo cuando los corazones se rinden a Mí.
Soy la Señora de la Luz y con esta Luz decreto el comienzo de un nuevo ciclo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Lleven en sus corazones la insignia de la Hermandad.
Que se levanten los que han caído.
Que la maldad se sumerja en sus infiernos y que finalmente se cierren las puertas a la perdición de la condenación de las almas, porque el Todopoderoso ha venido a su encuentro para poder colmarlos con Su Luz y Su Misericordia y hacer de Sus criaturas un nuevo rebaño de Luz, lleno del Amor de Dios, e impregnado por Sus Dones de Compasión, de Unidad y de Fe.
Hoy vengo como el Sacerdote del Universo; vengo a darles Mi Paz para que estén en Mi Paz y les doy Mi Paz para que la multipliquen y la hagan viva en sus corazones y en los corazones de sus hermanos.
He venido de un lugar muy especial para Mí y también para Mi Padre, uno de los lugares más bellos de la Creación de este planeta.
Vengo de las altas cumbres de los Himalayas, en donde el espíritu de lo sagrado, de lo puro y de lo reverente se gesta para la humanidad.
Quiero que los Míos caminen junto a Mí por esa montaña. Quiero que sientan sus pies libres para poder hacerlo.
Quiero que puedan alcanzar las metas que Yo les propongo para estos tiempos y que, a pesar de todo, sigan confiando en Mí, porque a pesar de que la purificación sea grande, el misterio de la Fe es infinito y es lo que permite a las almas estar en Dios y a Dios estar en ellas.
Quisiera que contemplen estas montañas de los Himalayas como una gran revelación de su Maestro y Señor, que cuando estuvo entre ustedes hace más de dos mil años, ya conocía lo que allí existía.
Que las montañas sean el ejemplo y el principio de la elevación de la humanidad y sobre todo, de la elevación de la mente humana que es precaria y destructiva.
Vengo a dar fuerza a los que se consideran Mis soldados.
Vengo a traer la Luz que surge en lo infinito del horizonte.
Por eso, caminen junto Conmigo por esa senda de la montaña, hasta poder alcanzar el punto más elevado de ella; y así, sus espíritus se regocijarán porque ya no verán obstáculos ni tampoco tendrán límites para poder elevarse a Dios. Mientras la materia se purifica, que el espíritu sea firme en su propósito y en su misión.
Joyas preciosas de hermandad están siendo entregadas para todos y ellas deben ser reconocidas primero en su interior, para después poder expresarlas en la vida material.
Para poder subir a lo alto de esa montaña deberán cumplir una regla que es necesaria para Mí: que sean lo que Yo necesito que sean; que den el ejemplo de su verdadera espiritualidad y que, a pesar de lo que suceda, se mantengan en la fe y saber que nada está perdido.
La humanidad nunca ha enfrentado tiempos tan difíciles como estos. Es la primera vez que cruza un portal hacia la definición de sus consciencias y de su propósito.
Yo vengo desde lo alto de los Himalayas para poder mostrar al mundo que es posible alcanzar la meta y llegar al final del propósito cueste lo que cueste.
Pero si sus manos se mantienen unidas como hermanos y crean una gran cadena de Luz hasta lo más alto de los Himalayas, aquel que es último y está en la prueba más difícil, podrá ser elevado a través de ustedes y alcanzará la Luz, sentirá la Paz y podrá encontrar en este ejemplo el Espíritu de la Hermandad.
Muchos lugares del planeta guardan sagrados misterios.
Llaves desconocidas serán activadas en el fin de los tiempos para que la Humanidad dormida pueda despertar.
Y para que eso pueda suceder, primero partirá de ustedes esa iniciativa, porque en verdad ya saben que es lo que existe en los mundos internos de este Planeta y que permite el verdadero despertar de la humanidad.
Hoy les muestro a los Himalayas para que puedan ver en ellos el espíritu de lo sagrado, de todo lo bueno que se puede fecundar en la consciencia que busca la trascendencia y la elevación de su ser.
Yo no soy el único Maestro en ese lugar, también hay otros, que en los planos internos, trabajan por el propósito de la salvación de esta Humanidad, sobre todo de la Humanidad más inconsciente.
Ingresen a lo alto de estas montañas y sientan sus espíritus en profunda libertad.
Vean cómo sus almas vuelan como las aves, sientan cómo sus corazones se abren al palpitar de la Hermandad y de todo lo sagrado.
Descubran en ustedes el verdadero Sol que son. Déjenlo que brille y que encandile para poder cumplir con su propósito en esta humanidad.
Vengo a liberarlos de las raíces de la indiferencia.
Vengo a elevarlos hacia el espíritu de la Verdad, para que puedan ingresar hacia esas montañas, libres del pasado, redimidos en sus acciones y curados en sus heridas.
Así recibirán la luz interior que necesitan y abrazarán, con gratitud, los Códigos de Amor que les enviará Dios a través de Su Presencia en esos sagrados lugares del planeta.
Desde lo alto de los Himalayas, vengo a proclamar Mi llegada al mundo, para que todos los oídos escuchen en los mundos internos y este Verbo haga eco y resuene en donde debe resonar, mas allá de este Universo.
Mientras tanto, las puertas hacia una oportunidad incalculable se abren, para que las almas puedan reconocer su origen y dejar de ser ignorantes y dormidas, ante los Misterios del Universo que se develan en estos tiempos, en donde todo está en juego.
Hoy, los dejo a todos en lo más alto de los Himalayas, en uno de los lugares más sagrados para Mi Padre, el que Él ha escogido para posar Sus Pies y traer de nuevo Su Espíritu de Reconciliación y de Paz, para entregarlo a todas Sus criaturas.
Su Fuente se hará visible en los tiempos que llegarán, y las almas despertarán y dejarán su ignorancia; abrirán sus ojos a lo que verdaderamente son y abandonarán la soberbia y todo lo que es mezquino en el hombre de superficie.
Las cadenas de los errores de otrora se disolverán porque San Miguel Arcángel pasará Su espada sobre ellas. San Rafael Arcángel derramará Su cura en los espíritus que sean incondicionales a Dios.
Las llaves de las puertas del Cielo serán entregadas en las manos de los simples, en aquellos que han seguido el Camino del Señor, a pesar de su purificación y de sus pruebas.
Benditos sean los que ingresen a Mi Himalaya interior.
Benditos sean los que comulgan de este Misterio y lo revelen al mundo.
Benditos sean los que, con gratitud, agradecen todas estas cosas, sin profundamente conocerlas.
Benditos sean los que buscan el Espíritu de la Hermandad, más allá de si mismos y de sus imperfecciones.
Benditos sean los que cuidan el Proyecto de Dios y lo hacen parte de sus vidas, defendiéndolo de sí mismos.
Benditos sean los que se descalzan para entrar al Templo, en un acto de reverencia y devoción a la Divina Compasión.
Benditos sean los que se postran en lo alto de las montañas, para suplicar al Padre, al Adonai.
Benditos sean los que construyen lo nuevo y lo preservan a través de los tiempos.
Benditos sean los que no tienen nada que ganar y tampoco qué perder, porque el Reino de los Cielos estará en ellos y se cumplirán todas las escrituras; serán liberados del pecado de Adán y Eva. Y finalmente nacerá una Nueva Humanidad, colmada de nuevos cristos, espíritus servidores, de almas en constante adoración.
Benditos sean los que cuidan su trabajo de oración, verdaderamente y sin engañarse.
Benditos sean los que construyen las bases de la espiritualidad y las guardan en sus corazones, como el último legado.
Hoy, su Sacerdote Mayor les habla; el Todopoderoso pronuncia Sus Palabras a través de Su Amado Hijo, para que los rebaños extendidos por toda la Tierra se congreguen, a los pies de esta montaña de los Himalayas, a la espera del gran momento del Retorno de su Amado Señor.
"Te pido, Padre, que abras los Cielos sobre un mundo que está a oscuras y que a través de la Compasión de tu Corazón veas en el mundo las luces que se encienden para reconocer Tu Llamada.
Mira ahora, Padre, cómo brillan Tus estrellas caídas y cómo ellas se elevan hacia lo más alto del Firmamento para formar parte de Tu Reino Universal y de Tu gran Bóveda Celeste.
Ahora, Padre, no dejes a nadie para atrás. Prometo refugiar en Mis Brazos a los que están perdidos. Prometo cumplir Mis Obras a través de los que se donan a Mí y que, incondicionalmente, son consecuentes con Mi Convocatoria.
Hoy dejo en lo más alto de los Himalayas, Padre, a los que más necesitan de Ti, para que los que son más conscientes y despiertos, a los pies de estas montañas sagradas, cuiden de Tus demás rebaños.
Coloco Mi Cetro sobre lo alto de estas montañas y lo golpeo sobre la Tierra, para encenderla en Luz.
Los falsos templos caerán a Mi derecha y a Mi izquierda y las ruinas de la perdición y de los infiernos serán tragados por la tierra, a fin de que se abra Tu Gran Portal de Compasión entre Oriente y Occidente, y finalmente, Padre, se cumplan Tus Palabras en la Humanidad. Amén".
Hoy envío Mis agradecimientos a los que cuidan de la Sagrada Instrucción, de la Jerarquía Espiritual y Divina. A través de ellos Mi Palabra es conocida en el mundo y todas las lenguas pueden recibir Mi Mensaje, para que él se pueda cumplir en la Humanidad.
Quisiera dedicar Mi Amor a los que hacen los esfuerzos para que esto se cumpla según Mis designios.
Sepan que a través de Mis Palabras y de todos lo que revisan y corrigen, para que Mi Mensaje de Luz se expanda en el mundo, sus corazones son trabajados profundamente, de época en época, y sin percibirlo, sus consciencias se unifican a la Mía y así se manifiesta el Plan.
Después de estos últimos años de trabajo, los que cuidan de las Instrucciones de los Mensajeros Divinos sepan que tienen un tesoro espiritual entre sus manos y que a través de su oferta, este tesoro espiritual e interno puede llegar a muchas almas que también lo necesitan.
Porque así despertarán los ciento cuarenta y cuatro mil que esperarán a su Señor durante una noche de vigilia.
Y antes que despunte el amanecer, antes de que surja la nueva Aurora, escucharán en su silencio, los Pasos del Señor que se aproxima para volver a encontrarlos y así sellar la Alianza entre los corazones y Dios.
Que así sea.
Que se construyan los puentes de unión y de amor entre el Cielo y la Tierra para que las almas ingresen al Reino de Dios.
Que, ingresando en el Reino Sublime, los corazones comulguen de la Presencia de Dios y de Su Divina Fuente.
Que las almas, siendo santificadas, perciban la necesidad de amar más en estos tiempos y de atraer al planeta la restauración espiritual e interna que él necesita.
Que, siendo colmados por la Fuente Creadora, los corazones respondan a la gran convocatoria y que todos participen, en este tiempo, de la Gran Hermandad Celestial.
Que nadie pierda la oportunidad de alcanzar nuevos universos, para que la consciencia interior se pueda ampliar y así pueda construirse un nuevo mundo y una nueva humanidad consecuentes con su propósito y lejos de la constante indiferencia.
De esa forma, cuando todos tomen consciencia sobre la verdadera necesidad de estos tiempos, las almas se colocarán al servicio de los semejantes y el Plan de Dios finalmente se podrá ir cumpliendo, así como fue escrito.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Aquí está el Arca Sagrada de Dios, que guarda los mayores tesoros del Universo.
Ella retornará Conmigo a la Tierra para instituir el nuevo Plan de Dios al momento que surja la nueva humanidad.
Retornaré más brillante que un sol y más luminoso que cientos de estrellas.
Mi Espíritu será tan fugaz como el viento, semejante a la fuerza de los océanos y de todos los mares.
Un Portal del Universo se abrirá sobre la Tierra, y los 144 mil lo sentirán porque escucharán Mi Voz en sus corazones y sabrán que la hora se aproxima.
Será el momento en que Dios habrá declarado Su Justicia sobre el mundo; y los impíos, los injustos, lo sabrán.
Por eso, vengo a ofrecer esta Arca Sagrada como última salvación de la humanidad.
He colocado dentro de ella Mi Sagrado Corazón lleno de espinas para que sea venerado, adorado y reparado por los hombres.
Los ángeles participarán de ese acontecimiento, de la Venida del Hijo del Hombre, y no habrá consciencia que quede sin saberlo, porque Dios ya está poniendo fin a las injusticias humanas, a todo lo que es pecado y a todo lo que está perdido.
Como hice hace más de dos mil años en Tierra Santa, vengo a ofrecer Mi Corazón como símbolo de expiación universal para que las almas encuentren un refugio seguro, para que sepan conducirse en los tiempos que vendrán y no pierdan la posibilidad de ser guiadas.
Con todo esto, vengo a revelarles los misterios de Mi Sagrado Corazón, los cuales no son verdaderamente contemplados ni buscados por todos, en estos tiempos.
Escogí este lugar para hacerlo porque aquí ha venido uno de los Míos; ha venido en Mi Nombre a dejar algo que la humanidad no ha comprendido y que ha convertido esa oportunidad en perdición para muchas almas.
Pero Mi Misericordia es infinita, más grande que todos los océanos y que todo el Universo.
Mi Fuente de Gracia nunca dejará de brotar, pero debo ser obediente a Mi Padre, así como ustedes deben ser obedientes a la Ley y a la Justicia.
Mi Gracia no terminará, pero deberé cerrarla en algún momento. Por eso, en estos tiempos, vengo a fortalecerlos para intentar hacer de sus vidas nuevos instrumentos que puedan corresponder a la necesidad de Mi Plan y de Mi urgente retorno al mundo.
Mientras el mundo sea injusto a todo lo que Yo le he dado a través de Mi Sacrificio y de la Cruz, por la profanación de la Palabra, del Divino Verbo, y de la Eucaristía, aún sufrirá más de lo que espera.
Por eso vengo, con tan pocos, a cambiar los acontecimientos y a hacer de sus encarnaciones un momento de renovación y de esperanza para el mundo.
Quisiera que todos los días Me oraran como Me oraron hoy.
Quisiera que todos los días caminaran hacia el Portal de la Paz así como caminaron hoy, con simplicidad, en amor y en sintonía.
Eso ha permitido que Yo viniera aquí, a recoger los purgatorios que existen en toda Europa.
Cuando sus pies caminan con determinación y firmeza hacia Mi Portal de la Paz, muchas cosas Yo puedo hacer a través de ustedes; y todas las que Yo puedo hacer, son muy desconocidas para la humanidad.
Hoy han permitido que Mi Padre concediera traer hasta aquí el Arca de la Santa Alianza, bajo la veneración profunda de Mi Sagrado Corazón, que está dentro de la misma, como esencia y energía.
Quiero que sus ojos observen el horizonte de Mi Corazón, el Universo de Mi Amor y la Divinidad de Mi Consciencia, y que puedan creer que más allá de todo esto existe algo mayor y verdadero, que el mundo aún desconoce.
Hoy pude dejar en sus corazones las Moradas de Mi Padre, aquellas moradas de las cuales Yo he hablado en el Evangelio, en el Nuevo Testamento.
Quiero que no solo oren por ustedes, sino también por el mundo infiel y egoísta; por aquellos que usan Mi Nombre y el Nombre de Mi Madre para promoverse y hacer creer a muchas consciencias que todo es verdad.
No saben cuánto siente Mi Corazón cuando desvirtúan las cosas, como propósito y como designio celestial.
No tengo nada más para entregarles que Mi Corazón y Mi Vida, Mi Alma y Mi Divinidad.
Aspiro a poder ser en los Míos mucho más de lo que Soy.
Aspiro a poder convertir lo que aún no Me permiten.
Aspiro a poder liberar lo que aún se resiste en ustedes, por miedo o por vergüenza.
Mis Ojos de Misericordia no vienen a ver lo que está mal; sino vienen a ver lo que Mi Padre ha creado en lo profundo de sus consciencias, desde el Principio.
Es por la esencia de las almas del mundo que rezo todos los días, a los pies de una luminosa cruz semejante a esta que está junto a Mi altar.
En esta Cruz Yo di todo por el todo y mucho más de lo que los hombres conocen por historias o por relatos, por experiencias o por visiones.
Dios nunca revelará totalmente Su Misterio, porque sabe que el hombre es débil en la carne y en la tentación.
Pero sí, Él podrá dar todos Sus tesoros y lo que existe más allá de este Universo, a los que tienen fe en Él, a los que creen en Su Palabra, a los que viven en Su Voluntad y la respetan, a los que confían plenamente en Su Misericordioso Amor.
El mundo está muy enfermo de cuerpo, de mente y de espíritu.
¿Quién socorrerá este mundo llagado y lleno de heridas?
Un mundo que sufre como consciencia, a través de la humanidad y de los Reinos que Mi Padre ha creado para su beneficio, para beneficio de Sus criaturas.
Estoy como un árbol, esperando que Me contemplen.
Estoy como las aves, esperando que Me alaben.
Estoy como el mar, para que Me busquen en el silencio.
Estoy en el viento, para que reconozcan la caricia de Mi Amor en todo lo creado.
Mi Amor, que es el Amor de Mi Padre, está en todo, esperando por reparación y cura.
Que los valientes se animen a seguirme.
Que los perseverantes no se cansen de seguir Mis pasos.
Que los imperfectos no se amedrenten.
Que los enfermos crean en el Poder de Mi Cura, y que los pacificadores no dejen de dar la paz, a pesar de lo que suceda.
Porque, en verdad les digo, dichosos serán los que hagan cosas más grandes que las que Yo hice, porque en el Cielo serán coronados por vivir y buscar Mi Humildad; porque en el Universo serán reconocidos como Mis siervos del fin de los tiempos, y como los santos de los últimos días.
Ofrezcan sus pequeños sufrimientos por los que más sufren.
El planeta, como un todo, como consciencia, es el mayor dolor de este Universo.
Retornaré en Gloria para corregir este proyecto humano y esta gran idea, divina e inmaculada, que Mi Padre emanó de Su Corazón al Infinito.
Cuando vean que el mal hace temblar todo y que las mayores dificultades de la Obra se presentan, sepan que Mi enemigo está inquieto, porque estoy dando pasos firmes, camino a Mi Retorno.
Que se enciendan las antorchas de los Nuevos Cristos.
Que se eleven los estandartes de la rehabilitación.
Que en lo alto de los montes se vean las banderas de la paz, porque el fin está llegando, aunque muchos no lo crean.
Refúgiense en el Inmaculado Corazón de Mi Madre.
Oren, adoren y esperen en silencio, porque una señal significativa pasará y no podrán estar distraídos, sin poder verla.
Esa señal indicará el fin del último fin y la llegada del Omega a la humanidad.
Los Libros Sagrados terminarán de ser escritos porque la Mujer Vestida de Sol abrirá el nuevo cofre, en donde las perlas más preciosas de la redención serán presentadas ante los Tronos de Nuestro Señor.
El Arcángel Gabriel anunciará a Sus ángeles el momento de Mi Llegada, y la última trompeta en el Universo Celestial se escuchará. ¡Ay de aquellos que no hagan penitencia!
La Justicia será muy grande por lo que la humanidad ha hecho, pero Mi Misericordia salvará a aquel que se rinda, de verdad, por él mismo y por sus hermanos.
Ya no busquen la paja en el ojo ajeno. Ya no juzguen, ya no critiquen.
Sean misericordiosos como Yo lo Soy, hasta el final de la cruz, hasta que sean traspasados por la Lanza del Amor de Nuestro Padre.
Aun en esa hora, no desistan porque, aunque aparentemente Yo no esté presente, Mi Espíritu Divino siempre estará en aquel que crea y que viva Mi Confianza.
Que esta Arca sea el símbolo de los nuevos redimidos que veneran, pacíficamente, Mi Sagrado Corazón y que lo hacen por una raza perdida e indiferente.
Alegres serán los que así lo hagan, porque nunca les faltará la fe.
El Reino de Dios se aproxima para derramar Su Justicia, y Yo haré todo lo posible y un poco más por los caídos. Que así sea.
Rezaré en estos días, junto con ustedes, para que estas rosas que han traído a Mi Altar sean bendecidas y, al tercer día de este encuentro, se las lleven como un presente de luz de Mi Sagrado Corazón y como parte de la donación de los Reinos de la Naturaleza a la humanidad, una donación incondicional.
Que en esta Maratón oremos por los que no viven Mis Mandamientos, por los que infringen las Leyes del Universo todos los días, por los que son religiosos y espirituales y no son verdaderos, para que el Espíritu Santo abra sus ojos y rompa los candados de sus corazones; para que descienda la Gracia de Mi Misericordioso Corazón y las almas sean rescatadas de sus abismos. Amén.
Mientras Me elevo al Universo con todas las súplicas recibidas, necesito en esta hora que alivien Mi Corazón de todo lo que ve, día a día, de este mundo.
Estoy aquí por los que Me escuchan, por los que Me viven, por los que Me buscan, por los que creen en su Divino Señor.
Necesito que reparen Mi Corazón, hoy, con una canción muy profunda para Mí.
Yo estoy aquí con ustedes, y ustedes, a través de esta canción dirán: Señor, Tú estás aquí, siempre.
Los bendigo con el poder salvador de la Cruz, con la señal luminosa de la redención y de la paz, para que los espíritus impuros sean liberados y para que las almas encuentren la paz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vengo al mundo a liberarlo de sus amarras, a sacarlo de sus prisiones, a llevar a todos Mis hijos al eterno despertar.
Vengo al mundo a retornar la esperanza perdida por el corazón humano, a dar vida espiritual a todo lo que ya está muerto internamente.
Vengo al mundo a plantar las semillas de la Nueva Humanidad y a llevar a Mis hijos a sumergirse en la Fuente de la Purificación.
Vengo al mundo a dar testimonio del Amor para que este Amor se viva entre las criaturas que aún no se aman.
Vengo al mundo a ayudar a disolver el pecado y para que la alegría regrese a los corazones heridos y entristecidos.
Vengo al mundo por los que Me llaman, por los que Me esperan y por los que Me buscan en sus pequeñas vidas.
Vengo al mundo por los que Me claman, por los que piden una Gracia Mayor a Dios, Nuestro Señor.
Vengo a traer todos los días la paz y a concederles a Mis hijos el momento de su redención.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Como un Gran Espejo de Luz ilumino sus consciencias, para que se puedan trascender y de esa forma se puedan fortalecer durante el tiempo de la purificación.
Como un Gran Espejo de Luz reflejo la Vida Divina, para que sea reconocida y amada por los seres de superficie.
Como un Gran Espejo de Luz, le traigo al mundo la posibilidad de reencontrar el camino perdido hacia el Reino de Dios.
Como un Gran Espejo de Luz, elevo la consciencia mental del planeta, para que conciba en sus ideas y proyectos cosas evolutivas.
Como un Gran Espejo de Luz, reúno a sus almas para que reciban los Dones y las Gracias que harán nacer a una Nueva Humanidad.
Como un Gran Espejo de Luz, purifico, trasciendo y sublimo todo lo que es arcaico y, así, concreto el Plan de Dios, estableciendo la paz en el corazón humano.
Únanse a Mi Gran Espejo de Luz y la Tierra será transfigurada.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a reencender el compromiso de ustedes con el Padre Celestial.
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a encender los atributos que formarán parte de la Nueva Humanidad.
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a sustituir los códigos viejos por códigos nuevos.
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a intercambiar las faltas por Gracias extraordinarias.
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a retirar de los abismos a los que esperan por liberación.
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a establecer un tiempo más de paz interior.
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a derramar sobre el mundo los Dones de Dios.
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a reunir finalmente a las doce tribus de Israel.
Con Mi Corona de doce Estrellas, enciendo los Espejos Sublimes a fin de que la raza sea transmutada.
Con Mi Corona de doce estrellas, le ofrezco al Padre las oraciones de Mis hijos y, así, Él Me concede una expiación espiritual para aquellos que no la merecen.
Con Mi Corona de doce Estrellas, le traigo al mundo la Misericordia de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado con perseverancia!
Los ama,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Con el amor de Mis hijos, Yo podré llevar siempre adelante las Obras del Creador.
Con el amor de Mis hijos, Yo podré finalmente traer la paz al mundo.
Con el amor de Mis hijos, aunque imperfecto e inmaduro, Yo podré llevar adelante todo lo que Me pide Dios.
Con el amor de Mis hijos, Yo puedo gestar en Mí la Nueva Humanidad y así, verla nacer en un tiempo cercano.
Con el amor de Mis hijos, Yo puedo redimir al mundo y derramar Mis Gracias sobre aquellos corazones y vidas que más lo necesitan.
Con el amor de Mis hijos, Yo puedo ayudar a la esencia divina de los Reinos de la Naturaleza, a fin de que se lleve adelante la restauración y la cura de todas las secuelas ocasionadas a ellos desde el principio de la Creación.
Con el amor de Mis hijos, Yo tengo el permiso de ingresar en los infiernos de este mundo herido y sometido por la guerra, la indiferencia y la omisión.
Con el amor de Mis hijos, Yo puedo acoger en Mi Corazón materno el alma de las naciones y todo lo que en ellas habita.De esa forma, su Madre Celeste puede llevar adelante la Operación Rescate.
Con el amor de Mis hijos, Yo puedo vivenciar en los corazones simples la existencia del Proyecto de Dios y en los corazones humildes, puedo revivir todos los días la Presencia misericordiosa de Mi Hijo.
Ya no importa cuántas veces caigan o se equivoquen, lo que importa, hijos Míos, es que aprendan todos los días a ser perseverantes y buenos. Eso ayudará a que Yo pueda seguir sirviéndome del amor de Mis hijos, porque lo que debe redimirse, en ustedes, el amor que Me tienen lo transformará.
En el amor de Mis hijos, veo la Tierra Prometida.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y los consagra,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hoy Mi Iglesia Celestial está aquí y vine primero para sacramentarlos para que alcancen, al igual que Yo, la santidad.
Vean cuán importantes son, compañeros, los elementos sagrados en Mi Altar. Ellos son parte de Mi Iglesia Celestial extendida en los confines del universo, entre las dimensiones y en todos los planos de consciencia.
Esta es la verdadera Iglesia que Yo quiero que alcancen, porque ustedes pueden ser parte del pueblo de Dios y estar así dentro de Mi Iglesia Celestial. Cuán importantes son los elementos de Mi Iglesia Celestial, para que las almas puedan recibir las Gracias, la cura espiritual y fundamentalmente, la redención.
Hoy he sacramentado cuatro sacerdotes, en representación de muchos más que Me sirven a lo largo y ancho del mundo. Porque si el sacerdote no está unido a Mí con todo su corazón y su alma, la Iglesia Celestial no puede descender, ni aproximarse a las almas.
Estas cuatro almas, que hoy he sacramentado, representan a los pastores de Emaús, aquellos que confiaron en Mi Resurrección y que, en el último instante de sus vidas cuando sus consciencias despertaban, Me recibieron sin percibirlo y confirmaron en sí la confianza en Dios, en el Padre Eterno.
Hoy quiero extender esta Iglesia del universo para todos, porque es necesario que todos ingresen en ella para que, nuevamente, compañeros, sean bautizados, ungidos y bendecidos por el Espíritu Santo, que es el que reúne el valor de todos los sacramentos que son ofrecidos en este planeta.
Quiero que sientan dentro de Mi Iglesia a los ángeles de Dios que vienen a participar de este encuentro Conmigo. Abran sus corazones e ingresen en Mi Iglesia Celestial, para que puedan encontrarse con el Padre Celestial, en esta hora tan aguda del planeta, en la que muchas almas hacen sumergir a muchas otras en los abismos del error y del pecado.
Como Sacerdote Mayor, quiero que hoy todos se sientan sacramentados por Mi Espíritu, recordando que el principal Sacramento para sus vidas es la Eucaristía y que todo el valor que ustedes le puedan dar a ella representa, en estos tiempos, una fe incalculable.
Ahora, haré posar Mi Iglesia Celestial sobre sus almas. Quiero que se arrodillen y vayamos al encuentro de Mi Iglesia.
Vean a los ángeles descender del Cielo y traer en sus corazones la Gloria de Dios, para que esta sea expresada desde las alturas en todos los seres de buena voluntad.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Jesús está pidiendo que cuatro Auxiliadoras de la Divina Misericordia coloquen las cuatro cestas de comunión que hay en el Altar.
Mientras Mi Iglesia se abre para todos, llegó el momento de la gran invocación, porque Aquél que está en los Cielos y nos da la vida eterna, por siempre debe ser alabado y honrado.
Poderoso es Su Amor. Grandiosa es Su Misericordia.
Dichosos todos aquellos que se unen a Su Fuente Primordial.
Mientras los ángeles se aproximan a Mi Iglesia, alabaremos a Dios y a su Santo Nombre, en las palabras sagradas del Kodoish melódico. Todos canten de corazón mientras las puertas se abren, para revelar el misterio de Mi santa Iglesia Celestial.
Canción: Kodoish melódico.
Esta Iglesia Celestial está basada en un gran tesoro del Padre, el Arca de la Santa Alianza, que guarda las mayores experiencias de amor vividas desde el principio de esta creación.
El Arca representa la síntesis de todo lo creado y en ella se expresan los Dones de Dios, entregados por el Santo Padre a las diferentes humanidades.
Este es el Arca que es contemplada por los seres celestes y por todos los ángeles del cielo que participan de esta comunión perpetua con este símbolo sagrado de Dios.
Vean también dentro de ella, el Santo Grial, instrumento fiel que estuvo entre Mis Manos, durante la última cena, cuando Yo pude instituir una alianza inquebrantable entre los hombres y Dios.
Santo es el Todopoderoso que ha permitido que, estas reliquias que provienen del universo y de la Tierra, sean guardadas en la Santa Arca.
Los fieles patriarcas de la historia de su humanidad, tuvieron contacto con este símbolo espiritual, para que supieran cómo alcanzar la unión con la esencia espiritual de Dios, algo que se guarda en Su infinito Corazón y que es altamente invisible.
Cuatro ángeles custodian la Santa Arca para que sea protegida y al mismo tiempo adorada, porque Dios guardó dentro de ella los instrumentos espirituales y también inmateriales, que Él utilizó para generar la Creación, que son sus más profundos Dones, Sus deseos puros y verdaderos de que exista en este universo una sagrada humanidad que lo pueda amar mucho más de lo que Él ama a toda la Creación. Por eso, Yo vine al mundo, para extender el misterio de esta Santa Arca, a través de Mi encarnación en la Tierra, como uno de los principales Aspectos de Dios, a través del Amor-Sabiduría.
Esta Arca también fue colmada por Mi Sacrificio en la Cruz y en cada paso de Mi Pasión.
De esta Arca brotó el nuevo conocimiento para el hombre de superficie, porque cuando Mi Sangre fue derramada, los santos ángeles, a los pies de la cruz, recogieron Mi Sangre para ser espiritualmente depositada dentro de esta Arca que guarda la historia de esta Creación y que solo Dios y los arcángeles conocen.
¿Por qué hoy les revelo esto?, amables amigos míos, es para que sus espíritus, que han sido víctimas del sufrimiento y también de muchos errores cometidos a través de los tiempos, puedan ser bañados con la esencia divina de la Santa Arca, y así pueda surgir una nueva oportunidad que será inexplicable para sus vidas, en los próximos seis meses.
Si esta aspiración de Dios, que Él derrama hoy a través de Su amado Hijo, aquí presente, entregándoles la revelación de esta Santa Arca y, si toda la aspiración y el proyecto pensado para esta Sagrada Semana, fuera verdaderamente considerado por sus corazones y valorado como nunca antes han valorado nada, podría decir, que al menos una parte del mundo no temblará.
Si su confianza fuera plena en este misterio de la Santa Arca, guardado en el centro de la Iglesia espiritual de Dios, las almas podrán recibir una Gracia máxima que nunca recibieron, para que sus consciencias y la vida planetaria sean regeneradas en este tiempo final.
Esta Sagrada Arca, contemplada y adorada por los ángeles del Cielo, es custodiada por dos Menorah. Cuando las catorce velas encendidas en los dos Menorah se consuman completamente, después de estos siete días Conmigo, del universo llegará un gran anuncio a la humanidad, para que muchos más puedan despertar y responder al Llamado de Dios, uniéndose como una única raza y reconstruyendo las bases de la consciencia planetaria para que, finalmente, surjan los primeros impulsos de una Nueva Humanidad.
La Iglesia Celestial es permeada por la Sagrada Presencia de la Santa Arca para que la alianza entre las almas y Dios se pueda vivificar en estos tiempos, y despierten nuevos patrones en la conducta de la humanidad.
Ahora sacramentaremos los elementos colocados en el altar para que sean fuente de salvación para las almas.
Pueden sentarse.
El Señor Dios Todopoderoso, se hizo pequeño e insignificante a través de Su Hijo, y Su Hijo, al mismo tiempo, se hizo más pequeño y humilde entre los humildes, para que muchos pudieran alcanzar la luz y la redención. En este misterio que hoy les revelo, el pan y el vino representan el esfuerzo de los hombres de la Tierra, para generar en sí, los méritos de poder ingresar, en la Fuente de la Vida Divina.
Valiosos son los sacrificios ofertados en el Altar de Nuestro Padre porque, por más pequeños que parezcan, lo que Dios contempla, a través de los sacrificios, es el absoluto amor que cada alma puede entregar con cada nuevo paso que da.
Por eso, el pan y el vino, convertidos en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, representan para las almas de la Tierra una gran Fuente de Sabiduría eterna y la posibilidad de encarnar en sí, con mucha fe, los Dones del Creador. Por eso, los ángeles participan en este momento y de esta transustanciación, para que la vida, toda vida humana, también reciba esta transfiguración de sus células, así como vuestro Señor, Jesús el Cristo, se transfiguró en el Monte Tabor, para revelar al mundo quién era Él en verdad, en esencia y en espíritu.
Ustedes también, compañeros, tienen una esencia verdadera que es atacada por Mi adversario. Por eso, Yo vengo del Cielo para poder apartar de sus vidas, todo lo que los separa de Mi camino, porque al final de todo, lo que Yo deseo profundamente es que se amen los unos a los otros, de la misma forma que Yo los amo a través de Dios. Que así sea.
Hoy sus Ángeles de la Guarda participan de este momento. Alegren sus corazones y sonrían a la vida que Dios les entregó, para que Mis Misericordias puedan seguir siendo derramadas en el mundo entero y de esa forma las guerras terminen, los conflictos cesen y el triunfo de Mi Corazón se concrete en la humanidad. ¡Aleluya, Aleluya!
Yo bendigo estos elementos para demostrarles el testimonio de Mi Amor por la humanidad. Bienaventurados los que participan de este encuentro, porque estarán entregando a Dios Mi dolorosa Pasión por la salvación de este planeta, de sus continentes y océanos, de todo lo que fue creado desde el principio, desde los minerales, vegetales, animales y todo ser viviente que vibra en este universo, como portador de la paz.
Los códigos que Yo derramé en la Última Cena están guardados en la Santa Arca. Dichosos sean los que la contemplan de corazón, porque sentirán en sí la nueva vida.
Mientras Mi Iglesia se muestra al mundo para que la espiritualidad en la humanidad sea restaurada, hoy quiero que ofrezcan a Dios un cántico originado en esta Comunidad, que ha dado muchos frutos. Este cántico revela un misterio, la simplicidad de estar unidos a Dios en la trascendencia de sus seres.
Hoy quisiera que todos los consagrados de las Comunidades-Luz, los Guardianes y Vigilantes, llamados Residentes-Luz, se acerquen a este altar, para cantarme este cántico que será llevado a Dios. También pueden estar aquí los Misioneros.
Enciendan las llamas de amor en sus corazones, porque este momento es único para el mundo y no podré decirles, cuántas veces más se repetirá, porque la Tierra y toda su raza, está en su gran auge de purificación, intentando ser llevada a las puertas de la redención.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Vamos a cantar, a pedido de Nuestro Señor, "Sopro do Espírito".
Quisiera decirle a los Residentes-Luz, que ellos representan para Mí, las semillas de los nuevos patrones para esta humanidad, que estando en su sufrimiento se ha apartado del amor. Hoy, a ustedes, queridos guardianes de Mis Centros de Amor, les doy la bendición, para calmar sus corazones y alegrar sus espíritus por este sagrado reencuentro.
Tengan fe, porque Yo estoy más cerca de lo que parece.
En nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Cantemos con alegría.
Canción: "Sopro do Espírito"
Si algún día pierden la esperanza, recuerden que esta canción los aproxima al Cosmos y al Infinito, a lo profundo de sus esencias, para que se pueda concretar la Sagrada Voluntad de Dios en todas Sus criaturas.
Yo los bendigo por la autoridad Celestial que el Todopoderoso Me concedió como Su Primogénito en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
Soy la Señora de la Luz y, con la Luz que traigo al mundo, disipo y purifico completamente todas las fuerzas del caos.
Soy la Señora de la Luz y, con la Luz que traigo al mundo, despierto en las esencias la Gracia de la redención.
Soy la Señora de la Luz para poder iluminar sus caminos y consciencias hasta que, por sí solos, encuentren la puerta de ingreso a la Casa Celestial del Señor.
Soy la Señora de la Luz y, con la Luz que traigo al mundo, aparto a Mis hijos del peligro inminente para que todos despierten a la verdad.
Soy la Señora de la Luz y dejo en evidencia todo lo que precisa ser liberado, hasta que se cumpla la venida de Mi amado Hijo.
Soy la Señora de la Luz y reflejo en el mundo la Luz de Mis Espejos, para que la raza reciba los códigos de Mi Asunción y de Mi Divinidad, códigos que ayudarán a las almas a sentirse dignas ante el Señor.
Soy la Señora de la Luz y concibo en Mi Vientre de Luz a una Nueva Humanidad, con el fin de que se cumpla el Proyecto pensado por el Creador.
¡Les agradezco por beber de la Fuente de Mi Luz Maternal!
Los bendice,
Vuestra Madre, María Rosa de la Paz
He llegado aquí con el Cetro de la Luz de Dios para socorrer al mundo y establecer así la paz que aún falta en la humanidad.
He recibido de sus corazones todas sus oraciones y esto le agrada mucho a Dios porque los corazones peregrinos, los más humildes entre los humildes, han decidido ser fieles a Mi Corazón, para poder ser fieles a Cristo y, en consecuencia, al Todopoderoso.
Crean, queridos hijos, que hoy les entrego muchas Gracias, después de haber peregrinado hasta aquí, buscando fortalecer su fe, la unión en sus familias y la Comunión Reparadora que son invitados a vivir todos los días a través de la Santa Eucaristía.
Hoy, sus corazones simples se confesaron con Mi Corazón. Como Madre Piadosa, Yo los coloco a todos entre Mis Brazos para ofrendar a Dios lo mejor que ustedes tienen en su interior.
Quiero, en esta noche, expandir sus consciencias más allá de esta aparente vida material, para que sus almas puedan dar nuevos pasos en representación de toda la humanidad, que en estos tiempos está muy desconectada de Dios, lejos de la Fuente de Su Amor.
Ustedes, siendo misericordiosos y fieles a Mi Corazón Inmaculado, siempre podrán encontrar las puertas abiertas al Reino de Dios, en donde todas sus súplicas serán acogidas, no solamente por Mi Corazón Materno, sino también por el Corazón Sagrado de Mi Hijo.
Es así que hoy quiero decirles, queridos hijos, que infinita es Mi alegría por encontrarlos aquí Conmigo, fortaleciendo en sus almas el camino de la perfección, el camino de la oración, que es muy necesario en estos tiempos.
Sientan que sus tristezas, problemas y obstáculos se disuelven ante Mi Presencia porque hoy, llevando este Cetro de la Luz de Dios, no estoy sola aquí, queridos hijos, sino con todos los ángeles del Cielo que asisten a su Madre Celestial para llevar adelante esta Obra corredentora.
Hoy, vengo mostrando Mi Corona de Estrellas para iluminar los cuatro puntos de la Tierra y para que más allá de esta humanidad, los espíritus superiores de sus seres despierten a este llamado, y así lo reencuentren.
Los invito a vivir la Instrucción de corazón y que sean la Instrucción viva en estos tiempos, porque así el Evangelio de Mi Hijo se estará cumpliendo.
Hoy, vengo con el Cetro de la Luz de Dios para apartar lo que Mi enemigo imparte en todas las mentes humanas que son muy débiles porque carecen de una verdadera vida de oración, de una verdadera súplica de corazón al Corazón de Dios.
Necesito, queridos hijos, que se fortalezcan. Por eso, traigo este Cetro de la Luz de Dios, y hoy les extiendo esta revelación para que sus consciencias den nuevos pasos y no pierdan el impulso divino que está llegando directamente del Cielo y del Universo, para vivir esos impulsos espirituales que harán posible a la Nueva Humanidad, que será impulsada por ustedes.
Necesito que sean humildes y, si aún no han encontrado la humildad del corazón, los invito a vivir la resignación ante Mi Hijo porque así permitirán, queridos hijos, que Cristo cumpla Sus Obras a través de sus vidas y corazones.
Nuevamente, los invito a ser fieles, para que sean contemplados por Dios en la inmensidad de Su Divina Misericordia.
Por eso, a cada uno de ustedes, queridos hijos, vengo a consagrarlos a Dios día a día, según lo que cada uno Me puede dar en la escuela que se encuentre, para así poder aprender de todo lo que el Universo traerá a la Tierra, dentro de esta escuela de redención y de perdón.
Por encima de todo, que prevalezca en ustedes el Amor de Dios, porque sin el Amor de Dios, les aseguro, hijos Míos, que no podrán hacer nada, se sentirán muy limitados para poder resolver las cosas de esta vida superficial.
Sin el Amor de Dios no podrán seguir a la Jerarquía Celestial, estarán muchos escalones abajo y no llegarán a estar en el punto en el que Dios los necesita en estos tiempos.
Cada uno de ustedes, a pesar de las imperfecciones de la vida humana, es un precioso instrumento para Dios.
Yo vengo a encender la llama que existe en ustedes para que, a través de ustedes, estén al servicio de Mi Hijo en este Plan preparatorio de Su segunda Venida al mundo.
Quiero que puedan abrir los espacios de sus corazones, para que las espinas de la incomprensión puedan ser sacadas y, en lugar de ellas, sea cultivado el amor, el amor que les trae su Madre Celeste, para hacer resucitar sus espíritus y consciencias en esta propuesta de redención y de perdón.
No pierdan la oportunidad de amar, porque estoy muy segura de que ustedes saben cuándo no están amando ni tampoco perdonando a sus semejantes, apartándose del camino de Mi Hijo, por sus incomprensiones, por su ignorancia.
La Obra de Dios aún no es conocida por ningún ser de la Tierra. Es un misterio divino que se revela de a poco, para que las almas puedan aprender a amarlo de una forma desconocida y adherida, no importando lo que cueste.
Es así, queridos hijos, que Yo los invito a seguir a Mi Hijo por el camino de la luz y de la hermandad, de la consideración y de la concientización de que en verdad, cada acto que cometan, por más pequeño que parezca, repercute en la humanidad y en el universo.
Ustedes son parte de la última fase de esta raza, antes de que surja una Nueva Humanidad, después de su purificación y entrega a lo que Dios necesita.
Mi Corazón de Amor y de Verdad les revela lo que Dios está pensando.
Los invito, queridos hijos, a corregir sus caminos porque aún están a tiempo.
Mi adversario hará temblar a la humanidad, pero Mi Cetro de Luz, de la Luz de Dios, será invencible, cuando él golpee a la Tierra con el poder de la Gracia y de la Liberación.
Este es Mi Mensaje para ustedes, hoy estas son Mis Palabras. Necesito que las mediten y que no salgan de aquí como si no supieran nada, como si aquí nada hubiera acontecido.
Les traigo así el don de la Sabiduría para que lo puedan contemplar en sus corazones.
Den los pasos hacia Mi Corazón en obediencia y sacrificio, para que puedan estar Conmigo en todo.
Quisiera, queridos hijos, que sus oídos internos no se cerraran, mas que sus corazones se expandieran al ser tocados por la Luz de Mi Instrucción, para que las tinieblas se disipen, las almas recapaciten y puedan ser colocadas en el camino del cual se perdieron.
Es Mi Amado Hijo el que, en esta noche de oración y de consagración, Me envía para decirles todas estas cosas.
Ustedes saben, queridos hijos, a quién Yo le estoy hablando, a quién le dirijo Mis palabras, para que su corazón pueda despertar.
Mi Mensaje es para el mundo y especialmente para Mis siervos que hace tanto tiempo Me siguen por este camino de esperanza y de fe.
Y ahora, les demostraré cómo es Mi Amor Maternal por medio de la consagración de nuevos Hijos, a los que llamo para que estén cerca de este altar, de este centro de humildad que es ofrecido a su Madre Celeste.
Estas almas, que hoy se congregan aquí para la consagración, representan a muchas más del mundo, almas que deben ser tocadas por el fuego del Amor de Mi Hijo, para que todas reciban la oportunidad de ingresar en el ciclo de la salvación.
Los Hijos de María son llamas que se reencienden a través del Llamado de Dios, que es emitido por Nuestros Sagrados Corazones.
Hoy, estoy ante hijos diferentes, pero en esencia iguales, porque aquí los ha congregado el Universo de Dios para que pudieran recibir esta Gracia.
Ustedes hoy, queridos hijos, se comprometen a orar Conmigo todos los días por el triunfo de Mi Inmaculado Corazón, no solo en sus consciencias, en sus familias, en sus seres queridos, sino también en el mundo y en la humanidad que necesita de una gran Gracia para poder estar a salvo antes de que retorne Mi Hijo al mundo.
A través de su silencio interior, queridos hijos, los hijos que hoy se consagrarán a Mi Corazón Inmaculado, coloquen en Mi Corazón sus intenciones para que el Padre del Amor, el Padre Celestial, las escuche.
Recibo ahora sus peticiones, a través del silencio del corazón y del alma, para que así toda la humanidad pueda dar el gran y esperado paso hacia la consciencia del amor y de la unidad.
Hoy, no solo Mi Corazón los bendice como nuevos Hijos renovados, sino que también el Cetro de la Luz de Dios es colocado sobre sus cabezas, para que la Santa y Divina Voluntad descienda sobre ustedes y así se cumpla el Proyecto Redentor.
Mis Rayos descienden sobre sus espíritus para consolarlos.
Mis Gracias tocan sus almas para convertirlas.
Mi Amor ingresa en sus corazones para que puedan revivir en Cristo, hasta que se cumplan los Mil Años de Paz.
Yo los consagro, los bendigo y también, hoy los abrazo, colocándolos debajo de Mi Manto en donde no hay peligro, no hay mal, no hay adversidad, sino Luz, Triunfo, Redención y Misericordia para todas las almas que así lo acepten.
Los bendigo en Mi infinita alegría.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Que sus fortalezas no tiemblen, sino que sus corazones se transformen para que la mente no los colonice. Que así sea.
María Santísima, Cristal precioso del mundo
Queridos hijos:
Yo soy el precioso y humilde Cristal del mundo que irradia los códigos de amor y de liberación interior.
Soy el precioso Cristal del mundo que refleja las energías sublimes del Reino Celestial.
Soy el precioso Cristal del mundo que guarda en sí la esencia del Amor Crístico.
Soy el precioso Cristal del mundo que emite la vibración celestial para todas las esencias.
Soy el precioso Cristal del mundo que irradia hacia el planeta las nuevas vibraciones que harán surgir a la Nueva Humanidad.
Soy, también, el precioso Cristal del Reino Mineral que es herido y retirado de su lugar de origen, adentro del elemento tierra.
Preciosos son los cristales que tiene el mundo y que son usados para adornar y vestir a la raza humana.
¡Oh, cuánto sufren en este tiempo los sagrados cristales del mundo!; porque son explotados, quebrados y pulidos para algo que, en verdad, no fueron creados.
¡Oh, pobres preciosos cristales del mundo, que son vendidos y exportados hacia lugares en donde nunca deberían estar!
¡Oh, qué humanidad ciega, que no puede percibir la gran tarea y propósito del Reino de los cristales y de todos los minerales!
Sagrados son los preciosos cristales del mundo. En su aparente quietud y silencio, las piedras no hablan y son consideradas inanimadas.
Santos son los ángeles y los elementales que cuidan de los preciosos cristales del mundo y que, en este tiempo, así como es con el oro, son explotados para beneficio propio de una civilización retrasada en la consciencia.
Sagrados son los preciosos cristales del mundo que, siendo retirados de la tierra y de su hábitat, no pueden equilibrar ni atraer armonía al Reino Humano ni al planeta.
¡Oh, sagrados cristales de luz!, que son conquistados por las manos de los que, en verdad, no conocen la vida ni el origen de esta Creación.
¡Pobres preciosos cristales!, que no pueden, en este tiempo, regenerar las energías del planeta.
En verdad, benditos son los cristales de este mundo porque en su interior guardan los principios que harán de la Nueva Humanidad una raza más reverente, consciente y madura.
¡Pobres los cristales de este mundo!, porque no tienen consciencia del desequilibrio cósmico que con ellos se está generando.
Cuidemos los cristales, pues ellos guardan en esencia todo lo que el hombre de superficie ha perdido por sus deudas y por sus acciones.
Sagrados son los preciosos cristales del mundo, porque ellos renuevan la vida y cualquier energía. Cada cristal comparte un alma grupo, capaz de atraer hacia este planeta lo que hasta ahora no ha podido alcanzar.
Sagrados son los cristales del mundo, porque captan las Leyes del cosmos, captan las poderosas corrientes del universo e irradian nuevos patrones a la consciencia humana desgastada.
Sagrados son los cristales del mundo, porque pertenecen a este planeta y a esta Creación, porque representan a la nueva consciencia humana y por eso, guardan los más preciados códigos de cura y de regeneración.
Ayudemos al Reino Mineral, Reino de los preciosos cristales, para que la deuda de la humanidad no siga creciendo de manera desproporcionada.
Unámonos a este propósito y que más almas se tornen celadoras de los Reinos de la Naturaleza.
Aliviemos el sufrimiento y no castiguemos a los Reinos inocentes.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los concientiza,
Vuestra Madre, María Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Hasta el fin de los días estaré con ustedes, hasta que llegue Mi Hijo en Su Gloria, cuando Él traerá el Reino de Dios con todo Su esplendor y Misericordia.
Estaré hasta el fin de los días, hasta ver nacer a la Nueva Humanidad, que tendrá una nueva consciencia y hará, finalmente, de este planeta un recinto sagrado.
Hasta el fin de los días estaré con ustedes, para que Mis hijos sean guiados y nadie los disperse ni los retire del verdadero camino de la luz.
Esta es Mi promesa espiritual para todos los que Me siguen y hacen de esta promesa su propia aspiración. Porque quien Me llame será escuchado por Mí y tendrá respuesta. Quien implore será colmado por una Gracia desconocida.
Estaré con ustedes hasta el fin de los días, hasta que Mis ojos vean nacer al Cristo interior y Él esté presente y maduro en la esencia de cada uno de Mis hijos.
Después de todo, retornaré a la Gloria del Padre para que, junto a los ángeles, exaltemos con alabanzas al Padre por haberse cumplido el nacimiento de los Nuevos Cristos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más