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Mis amados y pequeños hijos, que la paz de Jesucristo viva y reine en vuestros pequeños corazones.
Como Madre y reina de todos los seres de este mundo y del reino Celestial, llego en este momento para instruirlos y conducirlos por el camino de Paz y de Redención. Camino que los llevará al encuentro con Mi Hijo, el Rey de reyes y que los hará retornar en Gloria a la Morada Celestial de la cual provienen.
Mis amados, Mis palabras llevan al mundo la Paz que necesita, mas para que ellas se expandan y cumplan con la Misión para la cual llegan, necesito corazones que se dispongan a ser eco de Mi Voz; dispuestos a llevar a todos los rincones del mundo este Verbo que ya no puede esconderse más entre unos pocos que se abrieron para responder a Mi Llamado.
Necesito en este momento, que Mi Voz maternal alcance a las almas más perdidas y envueltas por la oscuridad. Necesito que Mi Luz llegue a los lugares más olvidados del mundo, para que todos los seres de esta Tierra reciban en sus corazones el despertar de la Esperanza y de la Fe.
Mis amados, quiero nutrir a quienes tienen hambre y sed de Espíritu. Quiero levantar a los que están caídos. Quiero encontrar a los que están perdidos y fortalecer a los que sufren, a lo largo de los siglos, las consecuencias de las acciones imperdonables de la humanidad.
Traigo al mundo el Perdón, que tocará todas las esencias que se abran a esta Poderosa Gracia. Aun el pecador más comprometido con el mal recibirá de Dios la Luz para liberarse de la situación en la que se encuentra.
Solo necesito que voces sinceras y plenas de Fe, sean eco puro de Mi Voz y que brazos fuertes, plenos del Espíritu de Dios, sean Mis brazos en el mundo, acogiendo a todos aquellos que no tienen amor y que no conocen la esperanza.
Hoy vengo a enseñarles la virtud de la maternidad, porque quiero construir en todos aquellos que Me escuchan, los espejos de Mi presencia, que reflejen en la vida el encuentro Conmigo. A su vez por medio de las acciones, de los sentimientos y de los pensamientos, expresen el Amor que recibieron de la Madre del Mundo, de la Madre Universal.
Hijos Míos, a aquellos que están llenos de valentía, los llamo a recorrer el mundo de norte a sur y de este a oeste, llevando la Buena Nueva del retorno de Mi Hijo y de la presencia de los Mensajeros de Dios en el mundo.
No teman los juicios, las críticas, las persecuciones y las maldiciones que podrán sufrir en este camino, porque así sucedió con Mi Hijo, que venció el mal a través del Amor puro por sus enemigos. De esa manera les enseñó a llevar la Buena Nueva de esperanza para el mundo.
Háganse escuchar en todos los rincones, ya sea en los buenos o en los malos corazones. Dejen que el Amor despierte a los que duermen, convierta a los que niegan y abrace a todos, en un abrazo Divino, en el cual Dios colocará Sus Brazos.
Sepan que los méritos de esta vida, podrán encontrarlos solo en el Paraíso, más les digo, que vengo al mundo desde Mi Reino. Leyendo en las historias de sus vidas sabrán que todo dolor y todo sufrimiento, toda angustia y tristeza y toda la lucha que vivieron, fue poco ante semejante Luz que ingresará no sólo en este mundo, sino también en todo el Universo.
Yo les agradezco profundamente por la persistencia en estar unidos a Mi Corazón y los convido a seguir siempre incansables.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Encuéntrame en el silencio de este mundo.
Hállame en el corazón de todos Mis hijos orantes.
Yo Soy la Voz Suprema que proviene del Universo.
Yo Soy el Ave que sobrevuela en la Paz Celestial. Yo Soy la Mensajera del Camino.
De Mi renacen los corazones que han caído.
Yo llevo a todos hacia el Reino Mayor.
Soy la Madre de la Eterna Gracia.
Aquel que busca Me encontrará. Aquel que Me llama Me escuchará.
Yo Soy la dulce voz que proviene del Verbo de Dios.
Soy la Madre de todas las criaturas.
Yo Soy el Sendero directo a Mi Hijo.
Soy quien acoge todas tus súplicas.
Soy la que entiende tus problemas; también Yo Soy quien los resuelve.
Soy una parte de la Luz Infinita.
Yo Soy Hija y Madre de la Trinidad.
Soy el Espejo Mayor que irradia Justicia.
Soy el Espíritu de la Paz.
Mis palabras provienen del Verbo Divino y el Verbo Divino nace de Dios.
Yo Soy la Hija del Altísimo. Soy Su Mensajera Fiel y Su Señora Universal.
Soy la Madre de los que están perdidos; también Yo Soy la Madre de los que están en el Camino.
Yo Soy el Escudo contra todo mal, porque Mi protección radica en el Absoluto Amor.
Estoy al auxilio de los que Me llaman, Yo escucho con atención las necesidades de Mis hijos.
Soy la Mujer Vestida de Sol, Aquella anunciada en el Libro Sagrado.
Soy la Palabra de Vida junto a Mi Hijo.
Yo Soy la Madre Universal.
Soy la que revela los misterios, para los que están distantes de Dios.
Yo vengo en búsqueda de los valientes, también Yo vengo en búsqueda de los que se han dormido.
Entre Mis brazos reposa el Nuevo Niño, aquel que nacerá como la Nueva Humanidad.
Yo Soy la que gesta el Nuevo Tiempo.
Soy la Obrera que prepara la venida del Salvador.
Yo Soy la que ordena los mundos internos.
Yo Soy la Madre de la Luz Mayor.
Quien recurre a Mi Corazón siempre será acogido, quien busca consuelo lo encontrará.
Yo Soy la Señora del Gran Pensamiento Divino.
Soy la Maestra de la Oración. Soy la que reúno en Mi Escuela a los discípulos, para que aprendan a amar la unión con Dios.
Yo Soy el Lucero incandescente.
Yo Soy la Reina de la Santa Paz. Mi Gracia brota del Corazón de Dios y Yo manifiesto para todos el gran milagro de amor.
Soy la Madre que cura las heridas. Yo Soy la Inmaculada y Poderosa Compañera de Cristo.
Yo Soy la que les enseña el Evangelio. Soy la que les pide que amen la instrucción.
Yo Soy la Estrella Guía de los navegantes del camino espiritual.
Soy la Querida Madre María. Yo Soy la que les enseña la humildad.
Quien vive en Mí, vivirá el amor al sacrificio y se volverá como una fuente de constante donación.
Yo Soy el Portal al Infinito.
Soy el Inmaculado y Sagrado Corazón, Soy la que irradia los nuevos principios para los que se unen a la simple oración.
Soy la Gobernanta del Universo.
Yo Soy el Espíritu Omnipresente del Amor Materno de Dios.
En este día especial, Yo Soy para todos. Soy la Madre de la Verdad y del Amor.
Quiero que en el mundo celebren el día anual de la Divina Concepción; aquellos que lo hagan se unirán perfectamente al poder de la manifestación de Mi Faz de la Trinidad.
Agradezco que este día sea de alegría y de gratitud para todos.
Los uno a todos en Mi Inmaculado Corazón, porque Yo Soy para ustedes la Reina de la Luz y de la Redención.
Los amo y los protejo. Los amparo y los guío.
¡Gracias por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos en Cristo:
¡Alabado sea Jesús, ahora y siempre!
Hoy, Mi Inmaculado Corazón regresa con la esperanza de que sus corazones despierten a Mi llamado y vuelvan a sus hogares con el impulso espiritual de formar nuevos grupos de oración consagrados a Mi Corazón materno.
En la escuela de oración de la cual ustedes pueden formar parte, la Maestra de la oración, su Santísima Madre María, podrá enseñarles a sentir la oración del corazón.
Queridos Míos, orar con el corazón es sentir, en sus almas, cada una de las sagradas palabras que son rezadas por ustedes. Orar con el corazón es tener un gesto de amor y de reverencia por lo que se repite.
A lo largo de la historia, la humanidad reconoció y aprendió sobre el poder del Mensaje que fue anunciado por el Arcángel Gabriel a Mi Corazón interior, el que después se volvió un ícono de oración para todo el mundo. Hoy, Yo Me refiero a la oración del Ave María.
Quiero y espero que ustedes puedan aprender a construir en sus corazones una unión perfecta con Dios, por medio de la oferta amorosa que proclama Mi Inmaculado Corazón.
En este tiempo, Yo vengo a invitar a todos Mis hijos, de diferentes caminos espirituales, doctrinas y creencias, a unirse a través de la oración del corazón. Si esto no sucediera así, en poco tiempo, el mundo como un todo deberá enfrentar pruebas difíciles.
Mi Luz maternal, aquella Luz que proviene de la Esencia Purísima de Dios, intentará en todo momento impedir que sufran. Por eso, Mi llamado, para que tengan consciencia sobre la oración, es para todos sin distinciones.
Deseo que el mundo, en este tiempo crítico, Me conozca como la Madre Universal, como la Madre de toda la humanidad que vive hoy sobre la Tierra. Eso será posible a través del ecumenismo que sus vidas puedan reflejar.
Amados hijos, esta escuela de oración abrirá las puertas para que, en verdad, ustedes reciban Gracias, curas, liberaciones y, principalmente, puedan ser bendecidos por el Perdón y la Misericordia de Dios.
Queridos hijos, les agradezco a todos los presentes, que hicieron posible la vigilia de oración durante esta madrugada. Pues ayudó ampliamente en la salvación espiritual de los pueblos originarios a través de Mi santa intercesión como Madre y Señora de Guadalupe.
Hijos, les agradezco por su permanente unión Conmigo.
¡Gracias por responder a Mi llamado por la paz!
María, Reina de la Paz y Señora de todos los pueblos
Escúchame hijo, escúchame hija:
Retira de Mi Corazón la Luz que te pertenece, así fortalecerás en la noche oscura a tu pequeño espíritu.
Reúne en tu interior los sabios poderes de la oración y participa de los comandos del Cielo.
Deja de llorar frente a Mí, sabes que soy Tu poderosa Madre del Universo, sabes que soy Tu Estrella incandescente que brilla perpetuamente por el bien y la paz del mundo entero.
Escúchame con atención, sabes que Mis poderes son emanaciones del infinito Amor, sabes que Mi Luz proviene de una célula de la Luz de Dios.
Yo soy la Madre de todas las almas, Yo soy el Lucero que alumbra a los náufragos durante la noche, Yo soy la Patrona de todaslas naciones del mundo.
Ingresa ahora en el universo de Mi Paz, quédate allí sin esperar nada a cambio, porque el Señor te revelará Su preciosa Voluntad Mayor. Que en este día, tus brazos estén abiertos para que Yo, tu Madre, pueda abrazarte y aproximarte a Mi Inmaculado Corazón, en donde solo existe la Paz, la Pureza y la Misericordia.
Quédate cerca de Mi Espíritu, y siente el soplo y la brisa del Ave Luminosa que, a través de Sus Rayos Divinos, trae los signos vivos de la Misericordia, del perdón y de la conversión.
Puedes dirigirte a Mí con plena confianza, siempre seré Tu Escudo contra los asechos innumerables de la vida. Sumérgete ahora en Mi Fuente reparadora, deja que Tu inmaculada Madre lave tu rostro y tus pies, para que pronto pueda renacer el nuevo ser ante los Tronos del Altísimo.
Camina a Mi lado, porque así Yo caminaré a tu lado, así podré indicarte los pasos seguros cuando tan solo recuerdes unirte a Mi Corazón en la oración.
Hoy, quisiera transmitirles este Mensaje a todos Mis hijos, pero muchos han perdido la fe absoluta en la Madre Universal.
Por lo que he dicho, que ningún corazón se entristezca, sino que se alegre por poder estar consciente de Mi gran Tarea maternal.
Sigue los pasos que Mis pies descalzos están dando, entra ahora en el Templo Sagrado del Corazón de Dios y recibe en este tiempo el Amor que curará tu pasado y tu corazón.
Recuerda, Yo soy Tu preciosa Madre. Mi belleza proviene del Amor Divino de Dios. Mi pureza proviene de la esencia sublime de las rosas celestiales. Mi virginidad proviene del primer Proyecto de Dios.
Sigue Mi ejemplo, imítame. Trasciende las barreras que te has impuesto en la vida, Yo te ayudaré a liberarte de las amarras que aprisionan tu caminar.
Yo cortaré las cadenas con la espada de la Misericordia y te entregaré la antorcha de la Luz Universal; y así te consagrarás a Mí como un nuevo soldado que por amor dará la vida por sus amigos. Quien da la vida y el tiempo por sus hermanos será un buen apóstol de Cristo, un apóstol de la redención.
Mira hacia el infinito y vislumbra la grandeza de las estrellas en el firmamento, confirma tu fe todos los días, quien está en Dios todo lo puede a pesar de las caídas y de los errores.
Levántate y camina hacia Mi Hijo. Él aguarda tu oración, para que así surjan los nuevos apóstoles.
Alegra tu día, el Reino de Dios se aproxima y te bendecirá ahora y siempre. Las Puertas del Cielo están abiertas para los que solo digan sí.
¡Les agradezco por hoy ingresar en Mi Materno Corazón!
María, Reina de la Paz y del Amor Supremo de Dios
Queridos hijos:
Mientras el mundo entero sufre por la falta de mirar a nuestro Dios Supremo con amor, hoy en este bienaventurado y glorificado día de aniversario, Mi Corazón materno está entre ustedes para entregarles de nuevo la paz y el bien, el amor y el perdón del universo.
Como Madre de las Gracias, los invito a colocar sus seres debajo de los Rayos azules que emanan el poderoso manantial de Mi Gracia suprema. Esto lo conseguirán, Mis queridos, a través de la oración.
En estos tiempos de grandes cambios, Dios observa la respuesta amorosa de todas Sus criaturas; por eso Él, en Su eterna Gloria, Me envía al mundo para advertirle y guiarlo por el camino espiritual de cada alma.
Queridos, como Madre Universal, en el fin de estos tiempos de crisis, estoy uniendo almas y corazones bajo un mismo propósito de paz y de conversión.
El Señor me ha pedido que persista por la humanidad y, como Mi Amor inmaculado por ustedes es infinito y predilecto, Mi Hijo también llega a su encuentro para indicarles y para recordarles el único camino que los lleva a Dios, que es el camino de la oración del corazón.
En este aniversario especial de Mi Presencia en Aurora, Yo aspiro a que sus espíritus recojan los frutos que con tanto amor les estaré entregando a través de Mis Apariciones. Por eso, reconozcan ahora, Mis queridos hijos, que ustedes no están solos en este camino que cada uno vive día a día.
Quiero ahora agradecerles la respuesta de todos a Mi llamado para construir el Puente de la Misericordia. Hoy también les pido que me ayuden voluntariamente a terminar de construir los senderos en el Centro Mariano de Aurora. Así, Mis pedidos serán cumplidos por el amor de todos Mis hijos.
Mi Rayo del Orden y del Ceremonial deberá establecerse en el Centro Mariano de Aurora, para eso todo deberá estar terminado según Mis benditas intenciones. De esta manera, esta parte de América del Sur podrá recibir Mis Gracias por medio de la irradiación armoniosa del Centro Mariano de Aurora.
Queridos hijos, hoy es un día de celebración celestial; por eso, únanse a los ángeles del Cielo para que la Misericordia y la Gracia de Dios desciendan sobre la Tierra.
¡Les agradezco a los peregrinos por haber respondido a Mi llamado durante este último tiempo!
Los bendice en el Amor de Jesús,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Desde el Corazón del Universo vengo hoy a vuestro encuentro. En el nombre de Jesús, Mi Alma Maternal viene a curar y restaurar corazones.
Queridos hijos:
Hoy los invito nuevamente a que ingresen dentro de Mi Inmaculado Corazón para que vuestras moradas, a pesar de todo, puedan encontrar, ver y sentir la Presencia Omnipotente de Dios. Si ustedes tan solo ingresaran a Mi Inmaculado y Materno Corazón, vuestras pequeñas vidas estarían saciando la gran sed que Mi Hijo tiene por todas las almas.
Hijos Míos, que hoy vuestros corazones sean manantiales que emanen amor y devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Queridos hijos, que vuestras esencias sean como aguas inagotables que, convertidas en ríos de Misericordia, sacien la sed de amor y de paz de todas las almas del mundo mediante el servicio.
Como Madre del Universo y de la Tierra, hoy llego para manifestarles Mi Amor en un tiempo de fuertes cambios en la consciencia y en la vida de todos Mis hijos.
Pequeños hijos, ante las faltas graves que comete la humanidad día a día, hoy los invito a considerar vuestra vida de oración un ejercicio que repare el Reino de los Cielos. Por eso, que vuestras vidas nunca olviden encontrar al niño interior porque así Mi Hijo derramará sobre ustedes los Dones y las Gracias de Redención y de Misericordia.
Si el mundo solo orara un poco más, la Luz del Altísimo sería otro manantial que calmaría la sed de todos Sus hijos. Pero mientras existan corazones cerrados a Mi Llamado Maternal, a Mis hijos solo les bastará crecer como crece una semilla desde el interior de la tierra. Pero a esa semilla no le podrá faltar el Agua de Vida, el manantial inagotable que hace emerger los verdaderos corazones en las criaturas.
Venerables hijos Míos, estoy aquí para enseñarles a caminar bajo el Amor de Dios y para que vuestros ojos no pierdan de vista la Misericordia en el horizonte.
Queridos hijos, hoy los invito a amar la Creación como Dios la ha manifestado para todos, y eso comenzará a través de vuestro amor a la magnificencia de los Reinos del Señor.
Orando con fervor por este mundo, Yo los llamo para que, durante este día, permanezcan en Mi Reino Maternal de Amor porque ustedes lo necesitan y también la humanidad. Por eso hoy, inundemos de amor a los corazones vacíos y sin Dios.
¡Están a tiempo de cambiar desde el corazón! Para eso ¡Yo estoy con ustedes!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Por la conmemoración de Mis apariciones mensuales en los días 25 en Medjugorje, hoy los invito y los reúno en nombre de Jesús para que vuestros corazones contemplen la existencia del Centro Mariano de Figueira.
Al cabo de veinticinco años de instrucción, necesaria para vuestras vidas y amorosa para vuestras almas, hoy les anuncio que la Bienaventurada Madre Universal, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, caminó silenciosamente junto a ustedes por esta senda de enseñanzas y aprendizajes.
Queridísimos hijos, quiero que hoy comprendan en vuestros corazones que Dios Padre se manifiesta no solo a través de Mi Inmaculada Voz, sino también a través de todos los que de corazón se donan para concretar el Plan Divino en la Tierra.
Por eso, hijos Míos, Dios Padre es el Gran Árbol de la Sabiduría, sus raíces y sus ramas son la expresión del Infinito Universo y sus hojas son la emanación de las almas sobre este amado planeta.
Queridos hijos, para que eso exista en toda la vida creadora, existe en vuestras vidas la presencia de la Madre Universal, de la Reina de la Paz, de la Estrella de la Mañana que anuncia el nuevo tiempo antes de la llegada de Su Hijo.
Queridos hijos, por eso, vuestras vidas y vuestras esencias siempre están unidas a la esencia del Corazón de Dios. Como Madre del Mundo, como Señora de los Cielos vengo a vuestro encuentro para revelarles el verdadero misterio de vuestra fe y de vuestras vidas; ese misterio se llama Amor al Todo, Amor al Único, Amor a la Voluntad de Dios.
Por eso hoy, con el Rosario de la Paz entre Mis benditas manos, de nuevo los invito a la oración porque, día a día, muchas almas se pierden y no encuentran el camino hacia la Luz.
A ustedes, Mis queridos hijos, que están despiertos a la vida del espíritu, solo les bastará en este tiempo servir: servir al donarse, servir al amar, servir para reparar el Corazón de Mi Hijo.
Mediante vuestra madurez interior y con la oración como ejercicio primordial, ustedes estarán dando pasos seguros hacia la consagración de vuestros pequeños corazones.
Hijos Míos, en este 25 de octubre, y después de muchos acontecimientos ya sucedidos por la presencia de Mi Inmaculado Corazón, los llamo al despertar de vuestra consciencia para que, bajo la Voluntad de Dios, surjan nuevos y donados servidores marianos de la paz. Estos soldados de la paz tienen el espíritu de amar la oración, de estar en servicio interno por las almas y de encontrar, en la Voluntad de Dios, la aspiración de alcanzar la Eternidad.
Hijos Míos, despierten al llamado y escuchen en vuestros corazones la Voz del Único y Gran Señor.
¡Les agradezco!
Gracias por contestar a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Como Madre del Universo les traigo el Don del Espíritu Santo y la Luz de las estrellas. Como Madre del Universo les entrego Mi Paz para que despierte, en esta hora, el amor en vuestros corazones.
Hoy los invito a distanciarse de los abismos de la vida y a dar el salto mayor hacia la Luz de la fraternidad.
Queridos hijos, el mundo carga con mucho dolor, por eso ustedes, a través de las oraciones y de las buenas acciones, deben llevar el emblema de Mi Eterna Paz para que acaben los conflictos en los corazones.
No deben bajar los brazos, mas sí elevarlos en dirección al Universo del Creador y clamar, una vez más, por la Divina Misericordia, así Dios los escuchará.
Hoy los llamo a despertar la humildad del corazón a través de la Luz Divina de Jesús, porque solo a través de Jesús vuestras vidas podrán aprender los pasos de la humildad.
Queridos hijos, llamando en vuestras vidas a la esencia de la humildad podrán saber cuál es la tarea que Dios les envía a vuestros corazones. Hoy, Dios, a través de Mi Inmaculado Corazón, les revela la tarea de la oración del corazón para que pueda vivir en ustedes la Paz Celestial.
Hoy los invito a ser oración en la vida y en las acciones para que, a través de esa oración, sean disueltas todas las causas que necesitan de Perdón y de Misericordia. El momento actual amerita la colaboración de todos los servidores marianos consagrados a Mi Inmaculado Corazón.
Hijos Míos, mientras vuestras vidas puedan reflejar buenas acciones, la fe despertará como Luz en muchos de Mis hijos, y la humanidad terminará de luchar entre sí por sus ambiciones.
Cuando sientan falta de paz, observen, queridos hijos, cómo está vuestro ejercicio de oración.
¡Les agradezco!
¡Vivan en Mi Eterna Paz, solo paz!
Gracias por responder a Mi llamado a pesar de las circunstancias.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Soy la Señora vestida y rodeada por la Luz del Gran Sol.
Soy el Espíritu Inmaculado guiado por la sabiduría del Espíritu Santo.
Soy la Madre del Universo, soy la Reina de la Paz.
Soy la emanación del Amor, de la Unidad y de la Fe para todos Mis hijos.
Soy el refugio para los que están solos, soy el mañana que despierta en cada una de las vidas.
Soy la Estrella de la Mañana, soy la Aurora que reúne a los rebaños de Cristo.
Soy la Inmaculada Concepción que trae el Consuelo para el desesperado, el Amor para el desposeído, la Fe para el solitario y la Redención para quien se haya negado.
Soy el puente hacia lo Alto, soy la Madre de la Perpetua Oración de Dios.
Soy parte del Verbo Divino, soy el testimonio del Creador.
Soy Su Sierva, soy Su Servidora, soy parte de Su Luz para el mundo.
Queridos hijos, Yo soy la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, Yo soy para ustedes la Nueva Flor, soy el Aroma Sutil de la Fuente de Dios.
Yo soy la Madre del Redentor, soy la Servidora de Cristo.
Soy, para Mis hijos, el manantial que sana las heridas, Yo soy el Bienaventurado e Inmaculado Corazón.
Yo soy la Rosa Mística, soy el Espíritu de la Paz.
Pero Yo seré aún más, sobre este mundo y en el universo, a través de vuestro amor, de vuestra compasión y de vuestra humildad.
Hijos Míos, hoy los invito a ser parte del Gran Espíritu de Dios.
Yo los invito a vivir en el Corazón del Altísimo para que la humildad, la sagrada devoción y la reverencia puedan nacer desde vuestras pequeñísimas almas.
Yo seré en ustedes la Madre de las Gracias. Unidos a Mi Maternidad estarán unidos al Eterno Padre que conduce a cada alma, a cada uno de Mis pequeños hijos.
Queridos hijos, que desde vuestras esencias brote la sabiduría para comprender con el corazón a quien, por Amor y Gracia, los visita mes a mes.
Así como Yo quiero estar con ustedes, Mi Hijo quiere ser parte de vuestros seres.
¿Qué Amor más grande existe sino aquel que nace perpetuamente de Dios?
Queridos hijos, hoy los estoy llamando a contemplar la inmensidad y la magnitud, la grandeza y la expansión universal del Amor de Dios sobre todos los universos.
Queridos hijos, hoy les digo y les recuerdo que cada uno de ustedes es parte de la divina expresión del Amor de Dios porque mediante la oración permitirán, en este tiempo definitorio, que nazca y despierte en ustedes el Amor del Creador.
Hoy solo sean Amor, Amor Divino y Amor Inmaculado.
Hoy, solo sean paz, almas en la Paz de Dios y sirvan a Dios con alegría.
Bienaventurados los humildes y los perseverantes en Mi Hijo, porque ellos encontrarán el Reino de Dios en el corazón.
Yo soy la Madre del Santísimo Corazón del Creador; como parte del Amor Yo los amo y los bendigo en la unidad del Espíritu Santo.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Les entrego hoy Mi Corazón para que lo amen, lo guarden en sus moradas y lo adoren. Este, Mi Inmaculado Corazón, les dará la vida, la guía en el camino y los llevará al trono misericordioso de Dios.
Yo soy para sus almas la Gran Madre Universal, la que aguarda que se unan a Mi Corazón de Amor para que así reciban Mi Paz. En Mi Reino de la Paz permanecerán cuando se fundan Conmigo bajo el espíritu poderoso de la oración.
Oren, oren, oren mucho; porque cada día se pierden nuevas y preciosas almas de hombres, mujeres, niños, ancianos y de los Reinos de la Naturaleza.
Por eso, queridos Míos, es urgente orar para que la Divina Compasión de Mi Hijo pueda suavizar la Ley Mayor.
Para alcanzar la misión de reconversión de las almas tibias, ustedes, Mis queridos hijos, deberán amar sobre todas las cosas a la Divina Misericordia, un misterio divino que, por sus obras, está irradiándose al mundo entero. Abracen la llama de Mi Corazón para que Mi Alma Inmaculada los pueda guiar en esta misión de oración.
Y a partir de hoy, Mis hijos, reverencien la vida que el Señor les ha dado en este tiempo final. Por eso, amen con confianza la Voluntad del Señor.
Los llevo a todos en Mi Corazón.
Los ama,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Gracias por responder a Mi llamado y abrir el corazón a Mi voz, a Mis Mensajes para el mundo y, en especial, a todos Mis hijos en América.
Hoy los llamo para celebrar, en Mi Amor Maternal, el esfuerzo y la entrega de sus corazones a la Voluntad del Señor. Hoy les recuerdo el momento de Mi preparación durante la Visitación a Mi querida Hermana Isabel1. Nuestros Corazones, el de Isabel y el Mío, respondieron en aquel tiempo a una Voluntad desconocida pero que sentíamos en lo profundo de Nuestras almas. En aquel momento nació Mi cántico Magnificat alabando al Señor de las Alturas por Su Gloria, Su Gracia y Su Inmensidad de Amor por todas las criaturas.
Hoy los invito a guardar en sus corazones ese momento del Magnificat, momento cuando el Arcángel Gabriel Me anunció la glorificación y la divinización de Mi alma como Bienaventurada, Universal y Madre de todas las criaturas después de que Mi Hijo Resucitado Se hubiera elevado hasta los pies del Padre. Por eso, Mis pequeños, vale mucho el esfuerzo que es hecho con amor y por amor a Dios.
Guarden Mis palabras maternales en sus corazones. Confíen y entren a Mi Reino de la Paz. Unámonos hoy en oración por la paz y por la cura de los que viven la aflicción en el mundo entero. Despierten la flor de sus almas para que Yo la eleve con Mis manos como ofrenda preciosa para el Creador.
Los ama y los guía como a tantas almas,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más