MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Miseria mayor que la miseria de la materia es la de la falta de compasión y de unidad entre los hombres.

Carecer de lo necesario es consecuencia de una carencia aún mayor, una carencia que no es individual, sino que es humana: la carencia de amor en los corazones.

Ser pobre y miserable materialmente, hijos, no es el mayor de los males. Ser pobre de virtudes y miserable en el espíritu es lo que le impide al hombre repartir el pan para el cuerpo.

En donde no hay compasión, no hay igualdad. En donde hay indiferencia, no puede haber fraternidad ni equilibrio.

No se indignen con la miseria inhumana en la que viven sus hermanos, si aún les falta compasión y fraternidad y, con eso, colaboran con el crecimiento de la indiferencia y de la desigualdad social que viven hoy como civilización.

Hijos, que haya más acción y menos emoción en sus vidas. Que estén más listos para actuar y que no se dejen envolver por sentimientos que no hacen crecer el espíritu.

Si estuvieran delante de la miseria de sus hermanos, no les den solo un pan; además del pan, denles también la propia vida, ofreciendo su transformación en reparación de la carencia que hay en la consciencia humana y que resulta en esa miseria que ven plasmada en la materia.

Amen, sientan al prójimo por medio de la compasión, sean fraternos, venzan la indiferencia, venzan el egoísmo, ríndanse
a la fraternidad y borren de su consciencia el miedo de carecer de algo en el futuro; ese miedo que hace que guarden todo para sí mismos.

Son esos códigos, hijos, los que, cuando son depositados en la consciencia humana, hacen la diferencia.

¿Por qué reclaman tanto de los sistemas de gobierno y se indignan con la miseria social, si nada hacen para que la consciencia humana sea otra, e incluso, alimentan los viejos patrones que la mantienen en ese punto de involución?

Es hora de crecer y de forma muy neutra dar los pasos, comprendiendo el punto en el que ustedes se encuentran y esforzándose todos los días para que la humanidad reciba nuevos principios divinos.

No busquen virtudes para sí, para afirmar la miseria ajena y resaltarse a sí mismos; intenten ser virtuosos para que la humanidad entera lo sea. De esa forma, hijos, es como alcanzarán virtudes verdaderas.

Sirvan y sientan en el corazón el pesar por la miseria material e interior de sus hermanos, pero ¡no permanezcan allí! Cambien, crezcan, alcen vuelo y lleven consigo cada corazón humano.

La meta no es solo la propia santificación, la meta es la conversión de toda la humanidad y la cristificación de una raza entera, que sea capaz de amar al prójimo como a sí misma y a Dios sobre todas las cosas.

Que la paz y la unidad estén en sus corazones.

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

Cuando las almas no consiguen cumplir con el propósito que vinieron a realizar en este plano, esa situación se reparte entre aquellos que sí cumplen con esfuerzo la otra parte del Propósito espiritual de Dios. Es así que la balanza está en desequilibrio, porque en verdad cada alma debe cumplir con lo que ha venido a hacer.

Pero, queridos hijos, las consciencias no pueden asumir por mucho tiempo la parte que otra consciencia dejó de cumplir, ya que cada ser tiene una capacidad para sobrellevar su compromiso ante el Plan. Esta realidad es una cadena en constante desequilibrio y hay consciencias que en este tiempo sobrellevan tareas ajenas solo por amor al Proyecto de Dios.

Imaginen, hijos Míos, cuántas consciencias en el mundo distraídas por la innovación y por la astucia de Mi enemigo dejan de cumplir el servicio que en verdad vinieron a prestar. Así la consciencia planetaria cuenta con muy pocos y verdaderos servidores que alivien la crisis actual de la humanidad. Las almas se sorprenderán cuando vean todo lo que dejaron de hacer, a veces por libre albedrío, llevando el proyecto de la raza a una constante decadencia.

El Universo Celestial trabaja en este tiempo con las consciencias que en verdad tienen un buen corazón y que ya no anhelan nada para sí. Es de esa forma, hijos Míos, que la concreción del proyecto humano está enmarcado dentro de un cuadro de pocas posibilidades, dada la gran indiferencia de la raza humana.

Por eso, todos son llamados a la oración permanente y diaria para que en esta recta final la mayoría alcance la meta de cruzar el portal hacia la salvación, antes de que todas las Puertas del Cielo se cierren y comience a suceder la purificación total de la humanidad, porque entonces ya no habrá más tiempo.

Arriésguense a salir del punto en el cual se colocaron y asuman la purificación y el servicio al Plan mientras sirven a Dios con todo amor y sacrificio. Recuerden que la vida de comodidad y de confort en el mundo será lo primero que se purificará por la presencia de la crisis de hambre que viven muchas, muchas almas.

Como la Madre de la Divina Justicia los intento llevar a otro estado de consciencia en donde se puedan dar los cambios que hasta ahora no se han visto.

¡Les agradezco por comprenderme y por adherirse!

Ora por todos,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE CRISTO JESÚS,  EN LA CIUDAD DE ÁVILA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Mi Dios, yo creo en Tí...(x3)

Te has animado a estar cerca de Mí a pesar de lo que ha sucedido y eso es parte de la victoria de Mi Corazón, del triunfo del Plan de Dios en la Tierra por encima de toda adversidad, perturbación o engaño.

Te has animado hoy a estar hoy aquí, Conmigo, delante de Mi Presencia, a pesar de los pecados o de las imperfecciones, pues Yo no te deseo puro, sino libre de ti, para que camines a Mi lado, en la perfección de Mi Plan que Yo revelo a Mis semejantes, a Mis amigos y apóstoles.

Has confiado en Mí y has venido a encontrarme, a pesar de que todo haya cambiado y que el lugar sea diferente. Eso hace la obediencia de un alma buena que sigue los caminos del Señor en total confianza y entrega para que, por  encima de todo, triunfe Mi Luz, que es la luz que proviene del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Hoy he venido como un Sacerdote, para sacramentarte y renovarte.

He venido a depositar nuevamente Mis Dones, que siempre estuvieron presentes, mas Yo todo renuevo en tu vida para que puedas seguir adelante y como te he dicho, caminar a Mi lado hasta alcanzar la meta que Yo propongo para tu vida y tu consciencia.

Anímate a seguirme y no perderás Mis Pasos, pues yo conduzco a Mis ovejas a ese establo de Mi Corazón, en donde las consuelo, las guardo y las contemplo por medio de Mi amor redentor.

Hoy Soy ese Sacerdote que te renueva la vida, la consciencia y el espíritu. Soy el Sacerdote que da fuerza a tu alma para no desistir ni perder de vista Mi precioso Proyecto, que es convertir tu vida en un instrumento de paz y de bien para el mundo.

Mira tu estrella, viejo peregrino, amado discípulo y siervo de Mi Padre. Mira tu origen y vislumbra tu hermandad, nunca te has apartado de ella a pesar de lo que ha sucedido.

Reencuentra tu existencia, el sentido de tu vida y unifícate con tus hermanos, para poder sobrevivir en estos tiempos difíciles. 

Así estará Mi Corazón entre ustedes, como estuvo con los apóstoles para guiarlos hacia la meta final de evangelizar el mundo y de traer la Consciencia Suprema de Dios para los que estaban caídos y perdidos en las tinieblas.

Ve en todo Mi Universo la potencia de Mi Amor, que es esplendoroso y magnífico.

Ve en cada paso que Yo te pido realizar, cómo Yo conduzco tu vida y nutro tu interior con nuevos patrones.

No dejes atrás Mis pasos pero siempre búscame, para que puedas ver en Mis caminos Mi Voluntad, que no es la tuya, sino la Voluntad de Mi Padre a través de Mí, a través de todo lo que Yo expreso para las consciencias.

He venido para agradecerte y para alentarte, para instituir un nuevo ser que deberá seguir siendo moldeado como el barro, hasta que el alfarero alcance la perfección del mismo y le ofrezca a Dios como testimonio de que este Plan se puede cumplir en este mundo.

Ve a mi alrededor a los doce ángeles que me acompañan; potestades supremas, adoradores de Mi Cuerpo Eucarístico y Santísimo.

Ve en ellos cómo emana el amor por adorarme y honrarme, pues Yo Soy el Hijo, el que está en los cielos y descendí entre ustedes una vez para traerles la paz y la redención, para mostrarles el camino verdadero, el camino simple que recorrió Mi Corazón por medio de la instrucción y de la palabra para todas las almas.

Y así te invito a que asciendas e ingreses a Mi Reino, en donde existe la paz y la unidad, así como existe la paz y la unidad en tus hermanos, tus compañeros.

Porque entre hermanos solo puede existir el amor y la unidad. Dichosos de aquellos que lo viven y que en Mi Nombre lo multiplican sin olvidar que todo dolor se cura a través del amor y de la compasión.

Yo Soy esa Consciencia que les traje la Misericordia, un misterio que aún no es muy conocido y que en este tiempo revelo para ustedes. Porque si Yo Soy la Misericordia misma, es ese misterio que se está revelando a ustedes y a todo el mundo, a la humanidad entera, para que pueda conocer que aún existe la gran compasión de Dios y su infinita Piedad para con sus criaturas, semejantes a Él.

Si esta Misericordia no estuviera entre ustedes, compañeros, ¿cómo sobreviviría el mundo en este tiempo, en donde las acciones comprometen a muchas almas y sumergen a los corazones en los abismos?

Es en eso que necesito que trabajen, en liberar a los corazones, a las almas y a los Reinos de la Naturaleza, porque cada uno tiene una misión Conmigo que no puede dejar de vivir, ni de cumplir.

Si Yo los llamo en este tiempo es porque ya los llamé en otro tiempo y ese compromiso ardiente se mantiene vivo en Mi Corazón. Así Yo vengo a cumplir ante Mi Padre la promesa que le realicé de autoconvocar a Mis compañeros en este tiempo final, en que todo está en  juego, hasta la vida espiritual.

Pero si su oración fuera fuerte, perseverante y amorosa, no tendrán qué temer, porque si oran Conmigo y oran con Mi Madre, u oran con San José, Nuestra Luz siempre estará, a pesar de las tinieblas.

Por eso, te digo, compañero: no temas purificarte, porque si el Hijo de Dios se purificó cuando fue entregado en el Templo a los brazos de Dios, toda alma de esta Tierra, por sus deudas y cometidos debe purificarse; pero existe una tabla de salvación que los ayudará a que todo se pueda trascender, y esa es Mi Misericordia.

Por Mi Misericordia hoy están aquí y Yo estoy con ustedes y con el mundo.

Por Mi Misericordia aún caminan a Mi lado y siguen Mis pasos.

Mi Misericordia es más fuerte que todo pecado, que cualquier indiferencia u omisión.

Mi Misericordia todo lo renueva y todo lo restaura.

Fue el Poder de Mi Divina Misericordia que me ayudó a cargar la cruz del mundo y los horrores de la humanidad, para poder liberar a las almas de todos los infiernos.

Por eso establezco este puente de luz con sus corazones y el Mío, para que puedan beber de Mi Fuente y nutrir sus espíritus en el poder de Mi renovación.

Así Yo los estoy sacramentando en esta hora, en donde la mayoría de las almas necesita de Mis Sacramentos, de Mis Dones y de Mis Gracias.

Cuánto dolor Me ocasiona la indiferencia del mundo o la indiferencia de los unos para con los otros, ante la necesidad que es visible delante de sus ojos y corazones.

Si son indiferentes entre ustedes, serán indiferentes Conmigo, y a ustedes no podré llegar. Por eso, hasta ahora y en este tiempo los espero, y aún mantengo Mis Brazos extendidos hacia ustedes, para que tomen Mis Manos y se puedan levantar de este suelo, de todas las piedras que los hacen caer.

Yo los restauro en espíritu y en vida cuando se lastiman a sí mismos o cuando hieren a los otros.

Mi Misericordia los ayuda a ver la verdad en cada corazón y en cada hermano que está a su lado.

En esta simple verdad es que Yo quiero que puedan vivir todos los días. Es la verdad que Yo les enseñé a Mis apóstoles y a Mis seguidores, incluso a aquellos que Me entregaron a la cruz y a la muerte.

Si Yo sufrí por ustedes, compañeros,  era para que ustedes no sufrieran, ni hicieran sufrir a los demás, con ninguna acción, o modos que pudieran alterar la paz del corazón que Me busca incesantemente.

Yo hago recordar a todos Mi legado y el compromiso de vivirme todos los días hasta los últimos días de sus vidas, porque se han ofrecido para eso ante Mi Padre y hoy se los vengo a recordar, para  que Me puedan vivir a través de sus semejantes, trascendiendo la imperfección y los errores, porque lo perfecto, compañeros, es el amor.

El corazón imperfecto que ama, es un corazón perfecto, porque trae para si el amor, lo comparte y distribuye como panes a los más pobres de espíritu.

Muchas veces, entre ustedes. quise mostrar ese amor, y mandé a distribuir panes como dones y gracias para sus corazones. Y algunas de esas veces no lo pudieron ver, pero Mi Amor los justifica y los salva, los redime y los restaura, hasta que puedan dar el gran paso, según el compromiso de cada ser.

Yo les ofrezco Mi Sacerdocio como un principio de renovación para aquellos que buscan la unión con Dios todo el tiempo, y especialmente, para que no olviden que Dios es misericordioso y piadoso con toda la Creación.

Les doy Mis Gracias para que se purifiquen y testimonien Mi Amor en el mundo, especialmente para los que más lo necesitan en esta hora aguda del planeta.

Llora, recostándote sobre Mi pecho y busca la esencia de Mi perdón que te unificará y te hará libre del pasado.

Llora, y deja que Yo te pueda limpiar profundamente.

Como el agua de los océanos es Mi Misericordia, que todo pacifica y sana en las consciencias.

Llora, y libérate del dolor para que Mi amor ingrese en tu espíritu y Yo haga una nueva morada en gloria a Dios.

Sientan Mi Corazón misericordioso y lleven la paz al mundo que urgentemente la necesita en esta hora crucial de la humanidad.

Las pruebas fortalecen a Mis seguidores. La transformación los une a Mí y la purificación los consagra a Mi Divinidad, para que Yo pueda ser en ellos y ellos en Mí para siempre.

Ante los doce ángeles que Me acompañan celebraremos este viernes de reparación del Sagrado Corazón de vuestro Señor, que se digna en mostrarse a los corazones simples para que puedan ver Mi verdad.

Mientras estoy aquí contemplo el mundo y a todas las almas que abren su corazón para recibirme.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Vamos a... Ante la Presencia de Cristo vamos a cantar : "Ven Oh Gran Espíritu" para la bendición de los sacramentos. Y vamos a permitir  que ese Espíritu de Cristo ingrese a nosotros. Colocamos nuestras manos en señal de recepción.

Una vez más.

Santísimo Corazón de Cristo,
convierte nuestros corazones
en llamas sagradas de Tu Divina Misericordia,
para que Tu faz se funda sobre el gran corazón humano.

Que el venidero descenso de Tu Gloria Celestial
redima a todas las consciencias.
En honor y en gloria al Padre Celestial.

Amén. (x3)

 

¡Oh Señor amado!, ¡oh Cristo amado!,
acepta nuestra reparación a través de nuestro amor,
nuestra entrega y nuestra oración,
para que Tu corazón flagelado, Señor, sea aliviado
por nuestra devoción a Ti. 

Amén. (x3)
 

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo...


De esta forma compañeros, Yo los he sacramentado en este día para que sus espíritus y almas renazcan en Mi corazón y siempre encuentren la paz bajo la bendición de Dios y de todos sus ángeles.
 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Si pudieran venir aquí las hermanas que vinieron de Menorca para recibir la bendición del aceite consagrado.
 

Y así Yo enseñé a todos Mis siervos a amarse los unos a los otros, por medio de la ofrenda de Mi Corazón que fue traspasado por ustedes para que pudieran alcanzar, por encima por todo error y maldad, el Amor de Dios, que es un Amor que triunfa y sustenta a las almas que lo viven.

Agradezcamos al Padre que está en los Cielos, que nos congrega y que nos da la vida, por la presencia de sus ángeles que acompañan la gloria de su Señor en la Sagrada Celebración de la Eucaristía redentora de todos los corazones.

Alabemos, como los ángeles, a Dios, para que Yo pueda elevar a los cielos sus súplicas y las súplicas de todos los que Me escuchan.

Así Yo constituyo a los consagrados, de diferentes formas, como apóstoles en redención.
 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Cantemos Kodoish melódico junto a los ángeles.
Mantenemos nuestras manos en señal de recepción.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

Bueno, ahora vamos a compartir un pequeño relato de la Aparición y después, a pedido de Nuestro Señor, vamos a hacer alguna reflexión.
 

Relato de Fray Elías del Sagrado Corazón:

A veces es difícil memorizar todo lo que sucede, ¿no?, porque son muchos impulsos los que la Jerarquía da para nosotros.

Voy a intentar hacer una síntesis de todo lo que pasó, porque fueron varias cosas, era lo que yo sentía y lo que cada uno de nosotros estaba viviendo, era como si fuéramos pasando por diferentes etapas, por diferentes planos. Y cada vez que pasamos por esas etapas, la experiencia y el encuentro con Él se iba profundizando, no sé si todos pudieron percibirlo, pero fue lo que sucedió.

Pero cuando estábamos en uno de los cánticos, que fue "Cristo, Tú el Amor", no, perdón, me equivoqué, no fue "Cristo, Tú el Amor", fue “Apóstoles del amor”, Él ya estaba aproximándose. Esto fue antes de las últimas cincuenta cuentas que faltaban.

Cuando comenzó a descender, lo que me llamó mucho la atención era lo que mostraba. Por lo general, cuando la Jerarquía desciende, Cristo, María o San José descienden, vienen en una esfera de luz, y es como si Ellos localizaran el lugar donde nosotros nos encontramos.

Entonces Ellos vienen desde el Universo, localizan el sistema solar, localizan el planeta y ahí, localizan el continente en donde estamos, el país donde estamos. Es así como sucede la Aparición, como comienza a acontecer.

Y ahí, Él localizó este lugar en Ávila, en donde estábamos, pero en vez de dirigir la energía hacia nosotros específicamente, Él la expandió por la región y de repente, mostraba las murallas de Ávila, como si fueran canales de liberación, túneles blancos, algo así.

Y por las calles de Ávila comenzaron a levantarse los muertos, o los que estaban muertos en este plano; mucha gente comenzó a salir y Él las llevaba para un lugar, como si fuera un espacio donde las reciclaba, digamos así, las liberaba. Era mucha gente de esa época, ¿no?

Y los ángeles que acompañaron al Maestro lo ayudaron.

Bueno, después que Él concretó esa tarea, que finalizó esa tarea, comenzó a dirigirse a nosotros. Como ustedes percibieron, Él hablaba en primera persona, porque hablaba para cada uno de nosotros; después, en otro momento, percibía que Él hablaba para muchos mundos internos, para muchos seres internos, no solo para los que estamos aquí, sino en otras partes, los hermanos que están coligados con nosotros y los que no lo están también. Él hablaba para todos y depositaba algo dentro de nosotros.

Y como Él dijo, se manifestó como un Sacerdote, todo vestido de blanco, como se viste un sacerdote y tenía en las mangas, en la parte extrema, así, de las mangas, un bordado; y tenía también una estola que era toda como si fuera toda bordada, era como si fuera un formato muy parecido a un bordado griego, como si fuera algo más ortodoxo, no sé bien distinguirlo, porque nunca vi eso. Él lo mostraba así.

Estaba todo de blanco y alrededor de Él, en su Aparición, estaban los doce ángeles, que Él decía que eran ángeles regentes. Y bueno, ahí comenzó a desarrollar esa tarea. Había momentos que Él citaba cuando hablaba y también por lo que mostraba, en los que refería momentos de su vida en Tierra Santa, con todos los que participaron de esos acontecimientos en su pasaje como Jesús.

Y percibía que también algunos de nosotros nos encontrábamos en aquel tiempo con Él. 

Él mostraba cómo éramos nosotros en aquel tiempo y qué condición espiritual y humana teníamos; y cómo Él de una forma tan sorprendente, maravillosa, trabajaba con cada una de las almas, según  la necesidad que cada uno de nosotros tenía espiritualmente de ayuda.

Él hacia ese puente con ese momento para este presente y a través de ese ejercicio, cuando  transmitía el mensaje, daba Su Palabra, Él nos renovaba.

Y entonces en un instante, citó el momento de la Pasión, cuando Él cae, y si ustedes lo recuerdan, Él dice: ”Yo renuevo todas las cosas"; se lo dice a Su Madre, en la cuarta estación del Vía Crucis, cuando se encuentra con María.

Él muestra ese acontecimiento; cita ese hecho cuando Él cae y se golpea muy fuerte, ¿no? Él muestra una situación que era peor a la que conocemos, y cómo, a pesar de estar exhausto, el Maestro se da un golpe muy fuerte en Su Cabeza, cuando cae en esa cuarta estación. Y cuando María va a ayudarlo a levantarse, en ese golpe que Él vive, a pesar de que es un golpe de dolor y de sufrimiento, libera como si fueran muchos Rayos de Misericordia, ¿no?, de Luz, de Amor.

Y a través de la expansión de esos Rayos de Amor y de Misericordia, consigue elevar a muchas almas, a muchos seres caídos, que estaban caídos en ese tiempo, y que en este tiempo también lo están de alguna forma. Según Él lo decía, según lo explicaba, estaba intentando que esos seres reencontraran el camino de la luz. Y ahí nosotros, en todo ese proceso, hasta el final.

Aunque Él pidió hacer la bendición de las hermanas de Menorca, hizo una iniciación, como un Sacramento, una renovación, como un voto de unión de nosotros con Él, en esta tarea a la que nos está convocado para vivir del Plan. Eso fue, más o menos, lo que sucedió.
 

Madre María Shimani de Montserrat:

Creo que todos hemos podido percibir que la Jerarquía cada día está más cerca, cada día da un paso más hacia nosotros.

La Aparición de hoy fue muy sentida, porque cada uno pudo percibir cómo Cristo le hablaba a su propio corazón, como si estuviéramos solos, Él y nosotros, y no hubiera más nadie en la sala.

Ese acercamiento que Él está haciendo con cada uno, tiene que ver con ese vínculo que quiere construir con el corazón de cada uno, y nos cabrá a nosotros poder darnos cuenta y  abrirnos para que Él construya ese vínculo. Porque en ese vínculo es que nosotros vamos a poder pasar por todo lo que hay que pasar, que podemos transformarnos, purificarnos con armonía, estando unidos a Él, bien personalmente.

Entonces no podemos perder de vista ese acercamiento que Él está queriendo realizar con cada uno de nosotros.

Y cada vez que Él está más cerca, más códigos de renovación nosotros recibimos.

¿Qué es un código de renovación?, es aquel impulso espiritual que cambia algo viejo que está dentro de nosotros por algo nuevo, y que como es un código, se puede multiplicar infinitamente dentro de nosotros, quitando lo viejo y colocando dentro de nosotros algo nuevo, espiritualmente.

Y cada vez que nosotros nos vinculemos con Él, amorosamente, esos códigos se multiplican con mucha más velocidad, digamos así. 

Nosotros tenemos que hacer que eso que Él deposita en cada uno pueda seguir multiplicándose más y más, cada día.

Entonces una Aparición de Cristo, en este tiempo, no es solo para venir a escuchar palabras bonitas. Es algo que es mucho más profundo y que nosotros tenemos que abrir nuestra consciencia, nuestro corazón, para no desaprovechar ni un solo segundo, ni un solo momento con Él.

Así que coloquemos esto en nuestro corazón, atesoremos esto que recibimos.

No muchas personas tienen la posibilidad de recibir, guardemos esto como el gran tesoro de este tiempo, para nuestras vidas, para nuestros espíritus, para nuestro futuro, para todo lo que vendrá.


Fray Elías del Sagrado Corazón:

¡Gracias Señor por cuanto nos das!

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO EN LA CIUDAD DE BARCELONA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Sagrado Corazón de Jesús
Fuente de todos los prodigios
Derrama Tu Misericordia
Sobre los conflictos del mundo
Amén.
(tres veces)

 

Como el Soplo del Espíritu de Dios, vengo a este lugar para bendecirlo y bendecirlos a todos, en el nombre de la Verdad y del Amor de Dios que se derrama en este momento sobre ustedes y sobre sus hermanos.

Esperé mucho tiempo para poder encontrarnos aquí, nuevamente, en la Alianza con Mi Divino Espíritu; esperé volverlos a encontrar en la Paz que traigo del Universo para cada uno de sus corazones en esta perfecta Comunión Conmigo, con Mi Cuerpo y con Mi Sangre.

Vengo a Europa para erguirla ante los  tronos de Dios, por la aceptación profunda que emiten sus corazones de que el Plan se cumpla en esta parte de la humanidad; para esto, las puertas del Universo se abren para poder recibirlos en el Corazón de Dios, Padre Celestial.

Las legiones de los ángeles han llegado aquí, con mucha levedad para poder encontrarlos en la oración que proclama Mi Divina Misericordia.

Abran sus corazones, sientan sus almas, y queden en Mí. Esto es ahora lo que necesitan para poder proseguir, sobre todo Mis apóstoles, a los que Yo he llamado con tanto amor.

Sigan Mis Pasos, sigan Mis Caminos y nunca perderán la paz, porque si sus corazones confían en Mí, estarán confiando en Dios, porque Dios ES a través de Mi Corazón, y Yo Soy a través de ustedes, en la esencia profunda del espíritu y de la hermandad.

Hoy no vengo a ver  las conductas malas del mundo, los horrores, las malas acciones y la indignación. Hoy vengo a ver de sus corazones la llama del Espíritu de Dios que encarnó en ustedes, desde sus nacimientos en esta humanidad y a través de los tiempos, una llama que nunca puede apagar Mi adversario porque si  el corazón ora y persiste, triunfará.

Hoy están nuevamente ante Mi Misión Celestial, que es la Iglesia a la que muchos esperan ingresar  pero que no la conocen.

Hoy están ante Mi Patriarcado, Mi Legado y todo Mi Universo; que es el Universo de Mi Padre, que se congrega en lo invisible de Su Espíritu.

Hoy vengo a traer para ustedes esa presencia que siempre deben aspirar encontrar en estos tiempos de caos y de persecución en el mundo.

Alimenten la llama de sus espíritus y por más que vean la oscuridad a su alrededor, les digo, en verdad,  que no perderán la paz.

Pero hoy los invito a ser verdaderos Conmigo, en cada paso de la vida, en cada ejemplo, y en cada pequeña acción. No necesito sus corazones perfectos, sino honestos y simples, abiertos a recibir Mi Instrucción, a través de Mi Santa Palabra, o a través de cada hermano que se encuentre en sus caminos, porque Yo me hago presente de forma inesperada en la vida de ustedes y de todos sus hermanos, compañeros Míos.

La oportunidad que Yo les traigo, es la oportunidad que necesita el planeta y toda la humanidad, como también los Reinos de la Naturaleza que tanto sufren la consecuencia del hombre de superficie.

En cada aspecto de la vida, Mi  Corazón y Mi Luz está presente, cuando el alma invoca Mi Presencia universal. Junto a Mis ángeles constituyo entre sus corazones, en esta hora, la presencia de Mi Iglesia Celestial y abro los altares del Cielo para que puedan comulgar, de lo único y verdadero que es el Amor de Dios.

Es el amor de Dios que nunca los decepcionará, que nunca los engañará, como muchos los engañan y se engañan a sí mismos todo el tiempo porque tienen sus corazones endurecidos a Mi Presencia y Energía; pero Mi Misericordia permite traerles el perdón y la expiación que tanto necesitan en esta vida y en este tiempo final.

Si están ante Mi Iglesia Celestial, están ante el Único, el Adonai. Emmanuel, Abba, el Elohim, están ante el Universo, ante toda la Hermandad que se congrega para recibirlos en la Fraternidad del Espíritu y de la Unidad.

Vean en este momento, corazones Míos, cómo emergen desde ustedes las estrellas de la luz, los soles internos, que deben  resplandecer en esta hora, para alumbrar a la humanidad que está en las tinieblas; y muchos no creen estar en ellas, pero lo están.

Si piensan estar Conmigo, compañeros, háganlo, y no pierdan tiempo. Busquen la esencia de Mi Corazón que los llevará a la paz y les permitirá  realizar el camino que han venido a cumplir en nombre de Mi Padre y de Su Plan.

Los corazones no se animan a amar Mi Corazón profundamente, por temor a lo que Yo les pueda pedir. Pero desde el principio, compañeros, Yo sé lo que cada uno de ustedes Me puede dar y no les pediré aquello que no Me puedan dar, eso sería una gran pérdida de energía para estos tiempos finales.

Necesito que Mi Obra se realice en sus corazones, de la mejor forma posible. Pero en verdad les digo, compañeros,  que algunos de ustedes tienen un compromiso marcado Conmigo y que es definitivo y eso no lo pueden omitir, con su propia indiferencia.

Sientan que Mis Palabras forman sus espíritus y moradas internas.

Sientan como sus almas se elevan a Mi Iglesia Celestial, para ingresar al templo y vivificar la unión Conmigo, a través de la Eucaristía.

Adoren Mi Corazón, como los ángeles lo hacen, y confirmen que en esta humanidad es posible alcanzar la Redención y la Paz.

Quisiera que otros soldados Míos estuvieran aquí para escucharme, pero sé que por sus propios medios, espirituales e internos, no lo pueden hacer; pero les pido que no se justifiquen. Mi Sangre y Mi Agua se derramó para justificar sus vidas, sus errores, sus pruebas, omisiones e indiferencias, como todos los ultrajes hasta los tiempos de hoy.

Ahora es momento de no hacerlo más y de abrir los ojos y de mirar hacia el infinito, hacia el Universo, para verme llegar entre las nubes con toda la Gloria del Padre Celestial.

Necesito que estén preparados por los que aún no se han preparado.

Necesito que despierten a Mi Vida Crística por los que aún no despertaron a Mi Vida Crística.

Necesito que sean testigos, incluso en las imperfecciones, porque si sus corazones son verdaderos y sus mentes son puras, siempre estarán en Mi Corazón.

No vengo a pedirles lo imposible porque sé que la humanidad ahora no lo puede dar.

Necesito que sus vidas se transformen, así como Yo transformo el barro con Mis Manos y moldeo un nuevo odre para la Gloria de Dios; odre que recibe los Códigos de Mi Gracia y de Mi Misericordia que provienen del Padre Universal.

Entonces, compañeros,  reciban en esta hora Mi Gracia, y Mi Misericordia, por aquellos que no la quieren recibir y que se omiten para no querer conocerme.

Hay tanto amor en Mi Corazón que muchos no creen que Yo pueda transformar sus vidas completamente.

Mi Corazón explota de tanto amor para entregar al mundo y a todas las almas, aún a las que omiten Mi Presencia. Es este el Amor que Yo viví por ustedes, que Yo trabajé por ustedes,  que Yo entregué para salvarlos, una vez cuando estuve en la Cruz.

Cada Llaga de Mi Cuerpo, cada señal marcada en Mi Santo Cuerpo Glorificado, fue para testimoniar la Salvación, el  Perdón y el Amor por cada uno de ustedes.

No quiero que en Mi Corazón se multipliquen las espinas de la ingratitud de los apóstoles Míos que no han comprendido lo que les he pedido en esta hora.

Sean parte de Mis Rayos, de los Rayos de Mi Corazón Glorificado, Sagrado y Bendito. Sean esos Rayos que se transforman de la noche a la mañana, que viajan como el viento; que viajan como el viento por todos los lugares del mundo, para llevar la Paz y la Misericordia de Dios.

Sean ese sol que nace todos los días en el horizonte y ya no vivan más a oscuras. Confíen plenamente en ustedes, en que pueden dar los pasos, al menos por Mí, por Mi Santa Madre y por Mi Padre Celestial.

Vivan todo el tiempo en Nuestra Santísima Trinidad y serán premiados con los Dones de Mi Espíritu: tendrán fuerzas para caminar, aliento para seguir adelante y esperanza por donde ver en cada parte de la Tierra.

Y a pesar de que el mundo está a oscuras y los corazones están cerrados,Yo vengo a dar, en esta tarde, el Testimonio de Mi Amor en ustedes y por cada uno de sus hermanos en  este mundo.

Reciban la Unión con Mi Sagrado Corazón y vivan Mi Camino como la puerta de salida a su liberación y perdón.

Agradezco que hayan preparado este Altar para Mí, así como preparan sus vidas, en este tiempo y en este ciclo, para recibirme en la plenitud de Mi Espíritu, de Mi Gracia.

No teman por lo que no han conseguido.

No quiero que sufran más, porque Mi Corazón ya sufre por los que son indiferentes, por los que caen, por los que hacen el mal, por los que niegan Mi Amor todo el tiempo.

Necesito de sus corazones un templo de alegría, de regocijo, de verdadero amor y de paz, para que sus pecados se limpien,  y las manchas en sus almas se puedan borrar por la Fuente y el Océano de Mi Divina Misericordia.

Así, compañeros, amigos, discípulos y siervos alegrarán Mi Corazón por los horrores que vive el mundo de los que caminan todo el tiempo al abismo.

Si sus corazones no aman, ¿cómo amarán al prójimo? Si no Me aman a Mí, ¿cómo amarán a sus semejantes? Porque si Yo estoy en sus semejantes, escondido en el tabernáculo del corazón, ¿por qué son indiferentes y no Me ven?

Yo estoy en el que está desposeído, triste, perdido, ciego y sordo. Yo golpeo la puerta de esos corazones para que puedan despertar a su verdad y a su misión.

Cada cosa tiene su tiempo, porque está marcado por el Universo de Dios.

Ofrezcan en esta tarde, esta Comunión por toda Europa, por los que están perdidos, por los que están ciegos, por los que están solos, por los que están enfermos, por los que sufren en la ignorancia de sus vidas y de sus caminos, por no encontrar,  por los que no encuentran a Mi Sagrado Corazón que hoy está aquí, entre ustedes, para que lo vivan y lo sientan en esta Comunión perfecta, con espíritu de paz y de fraternidad.

Yo los constituyo a todos como una nueva familia, así como fue la familia de Nazaret, junto a María y San  José. No está lejos de ustedes formar esa sagrada familia espiritual que debe reinar entre las almas y los corazones que siguen a los Mensajeros Divinos.

En esta hora, compañeros, la Divinidad trabaja en todos los continentes de la Tierra para sembrar Su Luz en el mundo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Vamos a cantar "Estoy contigo, Señor", a pedido de Jesús, para bendecir los elementos que Él hoy consagrará, para todos nosotros.

 

A través de los tiempos, compañeros, elevo a las almas hacia el Reino de Dios, cuando cada una de ellas comulga, el mayor testimonio de amor en la presencia de Mi Cuerpo Vivo y Mi Preciosa Sangre, en Honor al Padre Celestial y a Su Divino Plan que emana del Universo para todas las criaturas de la Tierra.

En Mi Iglesia Celestial, les vuelvo a enseñar lo que una vez prediqué para todos ustedes: sentados a Mi mesa de Luz y de Amor, los invité en aquel tiempo, a agradecer a Dios por todo, por cuanto Él nos da en el Misterio Infinito de Su Amor. Y para eso, compañeros, en el nombre de la Paz, Yo elevé el pan, di gracias al Padre por el Sacrificio; lo bendije, lo repartí a ustedes y les dije que "siempre comieran de él  porque él es el Cuerpo Vivo de Cristo, vuestro Señor".

Una vez terminada la Comunión con el pan, di gracias a Dios por el Cáliz que las almas recibirían en sus esencias, para ser depositarias de Mi Espíritu de Misericordia y Redención. Elevando el Cáliz hacia lo alto, di gracias al Padre, lo pasé a ustedes y les dije una vez: “tomen y beban  todos de él, porque esta es Mi Sangre que será derramada por ustedes y por todos los hombres para el perdón  de todas las faltas”.

Y hoy, en Mi Presencia, compañeros, ante Mi Iglesia Celestial,  reafirmo la Presencia y el Poder del Amor de Dios. Amén.

Gracias Señor, gracias Señor por tantas bendiciones que siempre nos das, que siempre nos das

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hermanos, queremos que todos los que están aquí presentes y a través de la transmisión en vivo para el planeta, por MMTV, nuestros hermanos del monasterio de la Orden, de las comunidades, de los grupos de oración, que están unidos a nosotros, queremos compartir, realmente, cómo  fue esta Aparición con Cristo, que en realidad, tal vez, no diga muchas cosas, pero lo que Él hizo hoy con nosotros, así como en los días de la Maratón anterior, en Buenos Aires, en Argentina.

Él nos introdujo en ese misterio que la humanidad todavía no conoce muy bien, que es la Iglesia Celestial de Cristo, y el propio Cristo nos dijo que es algo que intentó instituir para que pudiéramos aprender desde que el tiempo que estuvo aquí, con nosotros, hace dos mil y tantos años atrás.

Hoy, Él realmente vino muy espléndido, maravilloso en su Amor y en Su Misericordia.

Él nos fue introduciendo poco a poco , en ese espacio de la consciencia que llama la Iglesia Celestial, en donde los ángeles y los bienaventurados, de forma verídica, verdadera, celebran continuamente esa adoración, al Cuerpo y a la Sangre de Cristo; y Él nos llevó hacia ese lugar, poco a poco.

A través de Sus Palabras, de Su Mensaje, nos fue introduciendo a todos nosotros, los que estamos aquí y a los que están en sus hogares acompañándonos, quienes también fueron siendo llevados, a través de sus almas hacia ese espacio de la consciencia.

Fue algo bien intenso, muy difícil de poder soportar, porque a pesar de que es una Energía Divina, Celestial, el voltaje vibratorio energético de la Presencia de Cristo, de ese estado de consciencia, de la Iglesia Celestial. es bien alto para nuestras células, para nuestros cuerpos para nuestros átomos; pero como Él sabe que nosotros somos seres terrestres, somos seres humanos, Él cuenta con nuestras almas.

De alguna forma, Él se sirvió de nuestras almas, de nuestra apertura del corazón para quien tuvo el corazón abierto, para ingresar hacia ese estado de consciencia y vivimos, como quien dice, varias iniciaciones, varias purificaciones; pasamos por varios procesos durante toda la Aparición y no solo nosotros fuimos beneficiados espiritualmente, sino también aquí, esta región del continente europeo, que tanto lo necesita.

Y cuando el Maestro repetía que ofreciéramos la Comunión por todo lo que Él dijo, los enfermos, los que son ignorantes, que están  ciegos, están sordos, etc.,  Él fue detrás de cada uno de ellos porque el canal de oración que nosotros abrimos durante la coronilla  lo utilizó para esa tarea; de alguna forma encontró los corazones abiertos y consiguió realizar esa tarea.

Entonces entre tan pocos que somos, Él hizo que cosas grandiosas, como una vez lo prometió, que íbamos a hacer cosas más grandes a las que Él hizo, aunque en ese momento Él las comandaba, las llevaba adelante, esa tarea, esa misión, que vino a cumplir aquí, en Barcelona, la hizo a través de nuestro corazón.

Lo que vino a realizar, lo pudo cumplir y eso se expandió para todo el planeta , para toda la consciencia planetaria con la ayuda, gracias a Dios, de los ángeles que estaban bien cerca de nosotros; ángeles muy alados estaban bien cerca de nosotros, y eso también me llamó mucho la atención, el acercamiento de los ángeles, con una sutileza, una bondad, una misericordia inexplicable.

Queríamos dejar este relato con ustedes para que podamos proseguir unidos en esa tarea que los Mensajeros Divinos vienen realizando no solo en América, sino ahora aquí, en Europa, de una forma bien amplia.

¡Gracias Señor por cuanto nos das!

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ Y MADRE UNIVERSAL, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SAN ESTEVE, MONTSERRAT, BARCELONA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

El tiempo de mudanza y la mudanza de los tiempos

Así como el sol nace en el horizonte, así será la señal de la mudanza del tiempo, y el cambio vendrá apresuradamente de la noche a la mañana.

Situaciones inexplicables sucederán con el planeta, con los Reinos de la Naturaleza y con la humanidad.

La consciencia planetaria vivirá un último ápice de iluminación y de sabiduría, lo que ayudará antes de que comience el último y gran ciclo de la purificación.

La mudanza de los tiempos será vista no solo en el planeta, sino también en este Universo local, formado por esta parte del sistema solar al cual pertenecen.

Será una mudanza de toda la raza, la cual por las Leyes universales será llevada a un gran cambio en la consciencia. Esta mudanza traerá efectos inesperados, y solo los que hayan vivido la oración los podrán comprender y nada los atormentará.

La mudanza de los tiempos es algo previsto por el Padre desde el principio, desde el momento en que Adán y Eva vivieron el pecado original. Desde allí la humanidad fue llevada a tener libre albedrío, lo que la ha colocado siempre en intensas experiencias y en situaciones límites.

Esta mudanza de los tiempos también es generada a partir del punto en que se encuentra la actual humanidad y, sobre todo, por la indiferencia que ella emite a través de cada sentimiento, pensamiento y acción.

El hipnotismo del cual Yo les he hablado, queridos hijos, es la raíz fundamental de ese estado de indiferencia que coloca al mundo en un plano de profunda precariedad espiritual.

Todas las advertencias ya fueron hechas, pero la sordera incesante de las consciencias presiona al tiempo del Universo para que se lleve adelante una gran mudanza planetaria.

El Universo tiene un principio de Jerarquía y las Leyes también lo tienen. Cuando en algún plano ese principio es interferido por alguna causa, las Leyes se organizan para corregir y hacer fluir lo que en el Universo se encuentra desordenado.

La mudanza de los tiempos exigirá de todos una definición interior, pero veo cómo las criaturas de la Tierra reaccionan cuando piensan que deben abandonar su vida para vivir una mudanza; aunque algunas consciencias necesitan dar ese paso, la mayoría se aleja del Propósito para así no enfrentar su propia definición ante el Plan.

Esta mudanza de los tiempos no es personal ni humana, ella abraza el ámbito del cosmos y el propósito de las humanidades.

La mudanza de los tiempos llega al planeta para corregir los desvíos y las maldades de la humanidad, pero los orantes, devotos y fieles al Plan podrán ayudar en este ciclo en la sustentación de lo que está a punto de precipitarse sobre la humanidad: un cambio determinante.

Todos los seres orantes del planeta deberán aprender a convivir con la mudanza de los tiempos, porque a medida que todo se purifique dentro o fuera de las consciencias, mayor será la necesidad de permanecer en oración y en vigilia.

No habrá continente, nación, estructura ni religión que esté libre de la mudanza de los tiempos. Se verán cosas increíbles en diferentes sectores de la humanidad, como también en las consciencias que hasta ahora mantenían en secreto sus propias acciones.

Nadie podrá escapar de la mudanza de los tiempos porque esa mudanza es universal y forma parte del Apocalipsis.

La mudanza que llegará dejará en evidencia lo bueno y también lo que no es bueno. Todo será purificado, corregido y recolocado en el lugar que le corresponde dentro del Universo material.

Todo el planeta y la raza aún están a tiempo, antes de esa gran y profunda mudanza de los tiempos, de corregir su vida material, su mundo interior y su consciencia a través del gran fluir de la oración.

Esta mudanza de los tiempos llevará a la humanidad a que ingrese en una nueva etapa y vibración después de que todo se haya purificado.

Quien trate de resistirse a la mudanza de los tiempos en su propia vida, entorno o existencia sufrirá, porque estará en contra de la corriente de las Leyes universales.

Quien se disponga, se esfuerce por cambiar y se pacifique, conseguirá acompañar la mudanza de los tiempos.

Recuerden, hijos Míos, que esta mudanza se originó desde el momento en que la humanidad se creyó autorrealizada ante el Universo.

Todo esto forma parte de una lección de humildad.

¡Bendiciones para todos Mis hijos de Argentina!

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre del Universo

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA, HACIA LA CIUDAD DE SAN PABLO, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

La ceguera de la humanidad comienza con la indiferencia y la omisión de las almas respecto del sagrado Reino de Dios. Así las almas desinteresadas en conocer su verdadero propósito pierden la total visión de su horizonte y de su universo interior.

En este tiempo la Jerarquía Celestial intenta sembrar nuevos códigos como semillas de luz en áridos desiertos, y es la oración de todos los que corresponden al Plan que permite que todo sea equilibrado.

Así, Vuestra Madre Celeste teje sobre la consciencia planetaria una red de luz capaz de soportar las corrientes que vendrán en auxilio de la humanidad entera.

Esta acción universal generada desde los grupos de oración que toman contacto con esa frecuencia cósmica, permite que las Leyes cambien y los acontecimientos previstos no se precipiten antes de tiempo sobre la Tierra, a pesar de la gran indiferencia mental y espiritual que pueda existir.

Queridos hijos, el Padre Celestial se alegra cuando la mayor parte de las consciencias responde al Llamado celestial y lo hace en sinceridad y verdad. Esto genera también una fusión inexplicable entre los planos espiritual y humano. Así, códigos de luz del séptimo Universo celestial descienden y hacen que todo el planeta reciba una Gracia no merecida.

El corazón abierto y disponible permite traspasar con su oración las gruesas capas de la indiferencia global y hace que toda la Creación cuente, a partir de ahora, con espíritus decididos a cumplir el Plan.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

En unión con todos los servidores de Dios,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD RINCÓN DEL BONETE, TACUAREMBÓ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Espejos de Luz se encienden mientras las almas oran y piden misericordia.

Puertas inciertas abiertas a la decadencia de la humanidad se cierran, y un comando celestial se establece en este día.

Todos los orantes son convocados al despertar y ellos participan de una coyuntura especial, el Universo desciende a la Tierra y los soles internos brillan en la humanidad.

¡Despierten los que aún duermen!¡Trabajen por Dios los que nunca lo hicieron!

Que se eleven las torres de las consciencias como una ofrenda al Todopoderoso.

Que los redimidos estén unidos por el Propósito mayor para que finalmente se cumplan los mil años de paz.

Todo en este momento es reorganizado, todo es trascendido de plano y de vibración, así los mundos sutiles descienden y traen con su presencia a la Gran Hermandad.

Que las corrientes de la inercia y de la indiferencia se rompan, que todo se renueve por el gran despertar.

Los soldados del Plan se posicionan en las filas del Propósito, así todos reciben del Universo su propia señal, la señal de su origen.

Las puertas del Cielo se abren, las consciencias apoyan la transición de la humanidad preparando la última batalla donde el adversario será vencido por el amor y la unidad; eso lo dejará ciego, sordo y mudo y nunca más podrá emitir su maldad.

Para conseguir el triunfo del Amor los espejos se encenderán y esparcirán por los espacios los códigos de la cristiandad; mientras las almas oran, los corazones serán bañados por la poderosa Gracia de la Luz, y la Misericordia se establecerá para que, los que nunca la merecieron, se rehabiliten antes del tiempo final.

¡Les agradezco a todos por acompañarme hoy!

En comando celestial,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos:

Como Madre de Jesús, perdí a Mi Hijo, amado y glorificado por Dios, durante Su Pasión y Muerte.

Mi pesar era el pesar de Dios por ver tanta indiferencia humana. Esa indiferencia humana que Mi Hijo y Yo, como Su Madre, tuvimos que transmutar desde el momento en que Él fue entregado a los fariseos.

Así, en un profundo y pesado dolor de Madre, tuve que entregar a Dios lo que más amaba y había gestado en Mi vientre de Luz.

En ese momento, su Madre del Cielo, como mujer y sierva de Dios, confió en lo que estaba sucediendo y en ningún momento Dios nos abandonó, aunque la Pasión de Cristo haya sido extremadamente dura y difícil de soportar.

Cuando una madre pierde a un hijo, es como perder una parte de sí, algo que la propia madre humana engendró en su interior, en su corazón.

Cuando un lazo materno se quiebra por la pérdida de un hijo amado, sea físicamente o espiritualmente, existe un momento que vive la consciencia de una profunda soledad y vacío, más aún cuando ese hijo es indiferente a todo.

Por eso, Cristo aún sufriendo la Cruz del mundo, Me entregó a la humanidad como hijo, para que nuevas consciencias tuvieran la Gracia de ser redimidas por Dios.

Dios envía nuevas consciencias a los brazos de una madre, para que puedan ser atendidas y a partir de allí un nuevo ciclo se presenta a la vida de las almas, y los hijos que no dieron el paso o se mantuvieron  indiferentes pasan a otra escuela de amor y de perdón hasta que consigan alcanzar la verdadera unidad.

Hay muchos hijos que se sienten olvidados y que esperan amar y ser amados; por eso, el Padre los envía para renovar el tiempo y la vida de todos.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

En oración y fe,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN LA CIUDAD DE FLORIANÓPOLIS, SANTA CATARINA, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Si Yo vengo del Cielo, es por una causa mayor. Es por algo que aún ustedes desconocen, queridos hijos, y que se llama Propósito Infinito, en el cual todas las almas se congregan para vivir el Plan de Dios, por ejemplo, a través de este encuentro.

Quisiera que sus corazones recepcionaran Mi Llamado maternal, porque también es el llamado de Mi Hijo, que en este tiempo los invita a la redención de sus vidas. 

Yo Soy su Santa Madre del Cielo y deseo lo mejor para cada uno de ustedes.

Por eso en esta noche los invito, queridos hijos, a que puedan seguir Mis pasos de Madre Peregrina por el Camino de Luz que Yo vengo trazando, a través de este encuentro de oración, especialmente por los más jóvenes, que son la próxima misión para estos tiempos.

Yo desciendo del Cielo para traerles Mis Gracias, pero también para traerles la Palabra de Dios, que es la Palabra de Mi Hijo Amado, que resuena en todo el Universo y que espera resonar en sus corazones para siempre.

Queridos hijos, si sus corazones despiertan, muchos más corazones despertarán y así se irá cumpliendo, poco a poco, el Plan de Dios en este mundo, que es un Plan precioso e inmaculado que espera dibujarse en sus corazones, para que él también pueda cumplirse en sus vidas, ante Mi Presencia Maternal.

Quiero que hoy sus corazones se sientan consolados por Mi Espíritu; porque no solo estoy aquí, queridos hijos, con ustedes, sino también con todos los que Me escuchan en este momento, que corresponden a Mi Llamado Mayor de propagar la paz por toda la Tierra.

Si ustedes viven en paz, queridos hijos, y buscan la Paz de Dios en estos tiempos, la paz se establecerá en el mundo y los corazones no sufrirán.

Pero si ustedes, queridos hijos, no cumplen con Mi llamado, muchos más corazones sufrirán y no podrán despertar a través de su oración mediadora, la que Yo invito a construir en este tiempo en sus vidas, en sus hogares y familias, en ese sagrado oratorio de amor que Yo los invito a vivir todos los días de la vida.

Mientras estoy aquí presente, queridos hijos, contemplando cada uno de sus corazones, contemplando cada una de sus intenciones, cerrando sus heridas, también estoy cerrando la gran herida del mundo, la herida de la indiferencia y de la persecución, de la maldad y del egoísmo de los hombres.

Por eso, queridos hijos, que el poder de su oración diaria los retire del egoísmo, que abra sus ojos, los ojos de sus almas, para que puedan ver la venida gloriosa de Cristo, que está próxima, muy cerca, en este tiempo final.

Mientras estoy con ustedes, queridos hijos, también estoy con los más perdidos en el mundo, con aquellos que no reciben ayuda, con los más necesitados que precisan de sus brazos y manos para poder reconstruir una nueva humanidad, mediante el servicio, la oración y la paz.

Porque en esas cosas simples que Yo les pido, la humanidad se podrá purificar, las almas se aliviarán, recibirán el Amor de Dios en sus corazones, y podrán formar parte de la Nueva Tierra prometida.

Mientras eso está por suceder, queridos hijos, abran sus corazones y guarden estas palabras en lo profundo de sus seres, porque ellas les servirán para los momentos difíciles que llegarán y que toda la humanidad deberá vivir en este último ciclo del Apocalipsis.

Hoy estoy también aquí por las naciones; por Venezuela, por Ecuador, también por Uruguay, por todos Mis hijos de esos lugares que siguen clamando a Mi Corazón Inmaculado.

Por eso también hoy les digo: Mis amados hijos de Venezuela, de Ecuador y de Uruguay, no bajen sus brazos. Alcen sus brazos hacia el Cielo por aquellos que están derrotados por la persecución y el mal de los hombres.

Sigan orando en confianza a Mi Inmaculado Corazón, porque tengan la certeza, queridos hijos, que Yo estoy en sus hogares y familias ayudando a los más necesitados, a los que sufren la restricción, a los que sufren todos los terremotos de este mundo y que no tienen calma, ni siquiera serenidad.

Por eso Yo los invito, queridos hijos, a orar por cada uno de ellos, para que Mi Plan también se establezca en esas vidas, para que Mi Paz los pueda invadir y curar, y que por aquellos que se perdieron, Yo los pueda elevar al Cielo, al Universo.

Quisiera que aquí se estableciera una paz verdadera y eso se gestará, queridos hijos, por su decisión y colaboración. Eso también ayudará a los Reinos de la Naturaleza, que son los Reinos más perseguidos por el hombre a través de la destrucción.

Yo necesito, queridos hijos, que contemplen todas las necesidades del mundo, que puedan ver más allá de sus vidas. Así podrán responder verdaderamente al Llamado de Dios y todos sus corazones serán verdaderos colaboradores del Plan, antorchas de Luz para estos tiempos de caos.

Así como hoy estoy con ustedes aquí, queridos hijos, trayendo la presencia del Reino Celestial por medio de Mi Gracia Maternal, también estoy con todos Mis hijos en el mundo, con aquellos que abren las puertas de sus corazones para que Yo pueda entrar y morar en sus vidas.

Hoy les traigo un mensaje de esperanza, pero también un mensaje de advertencia, que es hora de colaborar con el Plan de Dios, que los servidores se multipliquen en cada parte de este mundo, que los siervos de Mi oración perpetua puedan multiplicar sus voces, para que Dios pueda acoger en Su Corazón sus llamados.

Yo los necesito, queridos hijos, para poder gestar la Nueva Humanidad, para que, toda la humanidad entera pueda traspasar este umbral de la transición. Transición que desconoce y de la que no sabe que sucederá. Los corazones se sorprenderán por lo que verán cada día que pase.

Por eso, queridos hijos, abran sus corazones y reciban Mi llamado, porque es el último para el mundo antes de que se purifique completamente.

Quisiera verlos encendidos en la oración y en la fe, porque Yo vengo a dejar en sus corazones Llamas de Luz Divina, Atributos de Dios, Códigos preciosos de la Redención y de la Misericordia, que reformarán el planeta y principalmente a todas las almas que escuchen Mi Voz.

Mientras Yo hablo, queridos hijos, sus heridas internas son cerradas. Tengan fe de que eso es así, porque su Madre todo lo puede, a través de su Sagrada Intercesión por el mundo.

Pero hoy también quería decirles, queridos hijos, que su compromiso con el Brasil, de orar por su pueblo, por cada uno de Mis hijos de esta nación que deben despertar a Mi llamado, es importante. Que deben aprender a orar y saber unirse a Dios en estos tiempos, así como lo han vivido hoy, de una forma simple y verdadera.

Yo necesito, queridos hijos, que Me lleven en sus corazones, que Me adopten en sus vidas como su Madre del Cielo y del Universo. Así también podré llegar a todo el Brasil, que tanto lo necesita.

Su nación se consagró a Mi Inmaculado Corazón y esa consagración no puede debilitarse. Será a través de los fieles seguidores de Cristo que el Brasil se protegerá y se salvará.

Por eso hoy les traigo un testimonio verdadero de la presencia de Mi Amor maternal por ustedes y por el mundo, a través de todas las Faces que Yo he revelado a lo largo de los tiempos y en esta nación, como la Señora Aparecida.

Hoy han traído a Mi Altar esta Sagrada Imagen, respondiendo a Mi pedido maternal de que hoy Yo la consagre, queridos hijos, como su Madre Peregrina para todo el Brasil.

Después de haber recibido la Señora de Fátima, de haber trabajado su simplicidad y pureza, Yo vuelvo a aparecer en sus hogares, hospitales y casas, para llegar a los más necesitados.

A través de sus manos, Me cargarán y Me llevarán a donde Me necesiten, para que Yo pueda derramar Mis Gracias maternales en todos los corazones brasileros que creen en Mi Presencia, en Mi Divinidad y en Mi Amor.

Porque así, a todos les doy; les dono Mis Gracias, les dono Mi Corazón, les dono Mi Espíritu de Paz para que siempre puedan estar en Dios y en Mi Hijo Amado.

Mi Hijo Me entregó a ustedes, para que Yo fuera su Madre, Yo quiero que ustedes sean Mis hijos y que Me lleven en sus corazones, como una experiencia viva para el resto de sus vidas; que oren Conmigo todos los días, en la simplicidad del Santo Rosario; que recuerden a Dios cada vez que despierten, porque Él está muy olvidado y ofendido; que oren por sus hermanos, por sus enemigos, por todos los que persiguen a otras almas en el mundo, por los que gobiernan, por aquellos que destruyen toda la vida y la Naturaleza, por las madres que abortan, por los hijos que se pierden y no reciben la oportunidad de vivir esta vida.

Que oren por toda América Latina junto a Nuestra Señora Aparecida, que es su Madre Peregrina del Brasil, la Llama Incandescente que vuelve a rebrotar en los corazones que invocan su Sagrada Presencia Universal y trae la salvación para todo el mundo.

Quiero que dejen a Mis pies todo el Brasil y que en cada momento en que se encuentren Conmigo, a través de su Madre Peregrina, abran sus casas y corazones para que Mi Presencia pueda entrar en sus vidas, y así como hice en Fátima, Yo pueda convertir a los corazones más duros. Porque quien está Conmigo no perecerá.

Pero hoy también vengo a consagrar a los Hijos de María que son parte de Mi gran testimonio de amor en el mundo, que revisten en sus cuerpos Mi manto de Luz para llevar la paz y el amor por cada lugar donde vayan.

Que vengan aquí los que hoy se consagrarán, para que Yo pueda consagrarlos y consagrar la santa imagen que visitará sus hogares.

Escuché desde el Cielo, queridos hijos, el Himno de la Señora Aparecida. Quiero que hoy lo proclamen a viva voz, para que Mi Espíritu de Amor pueda llegar a todos y las Américas se consagren a Mi Inmaculado Corazón en estos tiempos de transición.

 

Himno de la Señora Aparecida …

 

Queridos hijos, cuando Yo aparecí en el Brasil a través de esta sagrada imagen para pescadores  tan simples, Yo quería dejar el mensaje que el Brasil siempre debe ser el corazón de América del Sur, que pulsará en devoción y fe e irradiará Su Luz para todos los corazones del mundo.

Cada vez, queridos hijos, que se coloquen delante de Mi Presencia Aparecida, estarán confirmando a Mi Corazón Inmaculado que Yo no solo soy su Madre, sino la Madre del Brasil que nunca será expulsada y que reinará con su potestad celestial por los siglos de los siglos y en todos los corazones que Me reciban.

Yo bendigo esta imagen como el socorro para los corazones, para el alivio de los que están enfermos espiritualmente y para aquellos que padecen los dolores en sus cuerpos.

Bendigo esta imagen como el testimonio de Mi Amor por todos, porque Yo Soy parte de esta raza y a esta raza volveré, después de Mi Hijo.

Mientras eso está por suceder, contemplen a su Madre del Cielo, a Nuestra Señora Aparecida para que Yo los pueda llevar a Jesús y todos puedan estar en Su Sagrado Corazón, lastimado por el mundo y por los pecados de la humanidad.

Delante del Padre, del Hijo Amado, del Espíritu Santo y de todos los ángeles del Universo, por la potestad santísima concedida por la Pasión de Jesús y el silencio perpetuo de Mi Corazón Inmaculado, cerrando las puertas a los infiernos, Yo vuelvo a consagrar al Brasil a Nuestra Señora Aparecida con todos los Poderes Celestiales y las Gracias inexplicables que rebrotarán en los corazones como rosas y pétalos de Luz, en alabanza al Creador.

Yo los bendigo, Yo los consagro, hijos Míos, consagro esta imagen.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Que nuestra Señora Aparecida restablezca los mil años de paz.

Y ahora, Mis hijos, los que hoy se consagraron, besarán esta santa imagen en nombre del perdón por toda la humanidad, para que los más impíos y crueles se salven.

Les agradezco por responder a Mi llamado y que la juventud sea Mi gran motor por la Paz.

Agradecida a ustedes para siempre.

¡Canten!

 

Himno de Nuestra Señora Aparecida...

 

Mientras Me elevo al Cielo canten con fervor, para que las almas despierten a la Misericordia de Dios.

Y ahora que he podido entrar en sus corazones por Mi divina intercesión, que también es la Intercesión de Mi Hijo Amado, vayan y prediquen la oración en sus grupos y familias, en sus seres queridos y conocidos, que deben curar sus corazones y vidas para que pueda resurgir la paz.

Que su Madre, la Peregrina del Brasil, recorra los lugares por donde la quieran recibir. Así, Yo estableceré el cumplimiento del Propósito para el Brasil, que no está en las manos de los hombres y tampoco de los gobernantes; está en el Corazón de su Padre Eterno, el cual siempre deberán buscar en los Cielos, en la belleza de Su Creación. Así estarán en Su Voluntad.

Amados Hijos de María, chispas de Mi Corazón Inmaculado. vivan una vida de oración todos los días para que Mi Inmaculado Corazón triunfe en el mundo, y así Yo pueda llamar a las ovejas antes de que llegue el Pastor en la Gloria del Reino de Dios.

Rezaré por ustedes y ustedes recen a Mi Corazón para que Yo pueda siempre interceder por medio de Mi Gracia Eterna y de Mi divina Pureza.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Me elevo a los Cielos. Que canten los Hijos de María el himno de su consagración.

¡Paz y Bien para todos!

 

Madre Shimani:

Bueno, hermanos, a todos los que nos acompañaron hoy les agradecemos profundamente que se hayan adherido a este llamado de Nuestra Señora. Que la peregrinación de nuestra Señora Aparecida por el Brasil, con esta imagen bendecida por nuestra Señora, recorra cada rincón y recupere cada alma de esta nación.

A todos los invitamos a que nos acompañen en la próxima Maratón de la Divina Misericordia en nuestra amada Aurora en Uruguay, en el Centro Mariano de Aurora, el 5 y 6 del próximo mayo.

En este mes de mayo vamos a permanecer en el Centro Mariano de Aurora y todos los encuentros con los Sagrados Corazones van a ser allí. Así que están todos invitados a participar.

Muchas gracias a todos. Hoy Florianópolis tiene una belleza particular.

Vamos agradecer todos a nuestra Señora.

¡Gracias Madre por cuanto nos das!

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Los desconsagrados de Mi Inmaculado Corazón

Hijos Míos:

En estos tiempos en los que el adversario golpea fuerte con sus energías capitales, las almas del mundo se debilitan si no oran de corazón implorando por Misericordia y protección.

Los que se desconsagran a Mi Inmaculado Corazón Me causan un dolor eterno insoportable de explicar, es mas fuerte que todos los dolores que sufrí junto a Mi Hijo en Su Pasión.

Los desconsagrados se despojan de Mi divina Presencia, por decidirse a no cambiar y escogen las cosas del mundo como verdaderas e ilusorias. Los que se desconsagran pierden la calidad espiritual de hijos predilectos y pasan a ser, por sí mismos, hijos del mundo.

En eso, vuestra Madre nada puede hacer ante tanta soberbia, indiferencia y orgullo humano. Los que se desconsagran a Mi Inmaculado Corazón Me hacen sufrir espiritualmente y traen como resultado que, en verdad, nunca entendieron en qué Corazón ellos estaban.

Rezo por ellos, como rezo por ustedes, con la esperanza de que la indiferencia, la soberbia y el orgullo de las almas sean transformados en amor y compasión.

Los que se desconsagran a Mi Inmaculado Corazón no tienen nada más que hacer en su vida espiritual, se vuelven autónomos y en apariencia se sienten libres por haberse despojado del sacrificio que habían prometido cumplir, una vez más, ante Dios.

Vuestra Madre implora por sus Ángeles de la Guarda, para que se sientan aliviados al cargar con ese peso de la condición humana de estos tiempos.

Los que se desconsagran a Mi Inmaculado Corazón nunca amaron al plan. Por eso, hoy les confieso que este es uno de Mis tantos dolores por el mundo.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

En unión a los que persisten,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

Mensajes mensuales
MENSAJE ESPECIAL DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO PARA LA 32.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Ríndanse a Mí, pues este ya es Mi último tiempo.

Las horas pasan para este mundo y las almas se pierden. Dichosos de ustedes por recibirme y por ser dignos en el Señor, aunque no lo merezcan. Pues si no se rinden, ¿cómo Yo podré estar en ustedes y ustedes en Mí?

Mi Sagrado Corazón derrama Su Sangre sobre los horrores del mundo, sobre todos los pecados. ¿Quién será digno de recoger Mi Sangre así como lo hicieron Mi Madre y María Magdalena? ¿Quién será como Juan y estará hasta la última hora en la Cruz sin temor alguno?

Lo que Yo les he dado en su vida es lo mejor que les pude dar; no hay otra cosa mejor que les pueda entregar. Cada uno tiene lo que es justo y lo que merece ante la Ley de Mi Padre. Pero, ¿por qué no se rinden? ¿Qué mal Yo les puedo hacer si, aun en medio de la tribulación, vengo a ustedes en esta noche bendita para derramar los códigos de Mi Sangre y renovarlos en el Espíritu de Dios?

Hay muchos que dicen estar Conmigo, pero no lo están. Necesito de apóstoles verdaderos, no apóstoles de barro que se puedan romper con un solo golpe. Así como les dije a Mis apóstoles en el pasado, ustedes no conocen Mi Justicia. No vengo a castigarlos, vengo a traerles la verdad, aquella verdad que puede estar en ustedes si ustedes están en Mí y no Me rechazan en sus hermanos.

Si no viven las pruebas, ¿cómo aprenderán? Sin las pruebas, ¿creen que van a alcanzar el Cielo y la Divinidad? No estoy hablando de cosas imposibles compañeros, pues hoy vengo a dedicar este mensaje a ustedes, aunque la necesidad del mundo es más grande que la de ustedes mismos.

Hoy les muestro Mi dolor, que es el dolor del mundo, e invito a que cada uno de ustedes lo conozca, lo acepte y lo viva en la oración. Pero sé que algunos de ustedes no aceptan ese dolor porque temen conocerlo. Entregué ese dolor a todos los santos y a las personas simples de corazón a través de los tiempos. El dolor es más grande que Mi Misericordia, y eso Yo no lo puedo ocultar. ¿Quién cargará con esta pesada Cruz y no solo vivirá de Mis Prodigios? Los que son llamados por el Pastor deben vivir todas las cosas que Yo les entrego de tiempo en tiempo.

Pero aún Mi Sagrado Corazón espera de cada uno de ustedes que, en esta ofrenda misericordiosa de oración, ya no sean los mismos porque ya no hay tiempo que perder. El mundo se oscurece poco a poco y el fervor no puede apagarse en los corazones. ¿Cómo podrán ser depositarios de Mis Gracias si a veces sus corazones se cierran ante Mí y ante sus hermanos?

Yo no vengo a prometerles una vida magnífica en este mundo, pero sí vengo a prometerles la vida eterna en el próximo mundo. Si se separan entre ustedes, ustedes se separan de Mí y Mi Mano no puede acercarse a ustedes porque ustedes se alejan. Se alejan de Mi Luz, de Mi Amor insondable, de Mi Paz, de Mi Esperanza.

Hoy no quiero dejarles un mensaje de dolor, sino una realidad. Todas las almas están en su Juicio y esto recién ha comenzado. El Juicio de ustedes podrá ser leve si su amor es más grande. El amor por lo que aún no sienten, el amor por lo que no aceptan, el amor por lo que rechazan, el amor por lo que niegan delante de todo lo que han recibido a Mi derecha y a Mi izquierda.

Hoy no puedo abrir Mis Brazos y extender Mis Manos hacia ustedes porque no veo el amor del mundo. Son muy pocas las llamas que se encienden para glorificarme, pero aún están a tiempo, compañeros, de dar un paso más en la confianza a Mi Sagrado Corazón.

Deseo verlos en plenitud y no con amargura. Mi Corazón derrama Su Sangre para renovarlos, para vivificarlos en el Espíritu de Mi Padre que está en los Cielos y que los contempla día y noche. Si ustedes no aceptan lo que Yo les doy no podrán vivificar a Mi Padre Eterno; pues Mi Padre está lleno de Dones para todas las almas, pero las almas no permiten que se derramen los Dones en sus corazones.

Desearía hablarles de lo que en verdad necesita el mundo pero primero debo cuidar de los que Yo he escogido con Mi Mano a través de los tiempos y he señalado con Mi Luz en este último ciclo.

Los apóstoles estuvieron separados para predicar, pero nunca dejaron de unirse, así como Yo les enseñé en la oración, en la Adoración a Dios. Ustedes creen adorar Mi Corazón pero no saben. Es una conquista para sus espíritus adorar a Mi Corazón cuando tengan confianza en Mí por todo lo que viven. Nada es casualidad. Ustedes viven lo que han sembrado y están cosechando lo que han plantado. No hay ningún error en todo esto. El Cielo sabe que las almas se equivocan, pero deben comenzar de nuevo todos los días, en la absoluta certeza de que servirán al Pastor a pesar de las consecuencias.

¿Qué más quieren de Mí? Esto es todo lo que Yo les puedo dar y ya es una Gracia máxima que lo puedan vivir en estos tiempos difíciles. Eleven al Padre sus errores porque son los errores del mundo, la indiferencia de los corazones que sufren por no poder reconocer el Propósito que ha pasado muchas veces frente a ellos de diferentes formas y con distintas señales.

Acojan Mi dolor por la indiferencia humana y transfórmenlo en amor y en compasión; acojan la indiferencia de sus hermanos, que sufren por rechazarme inconscientemente; acojan el dolor ajeno y así Me ayudarán a cumplir el Plan. Que esta Maratón sea asumir el dolor del mundo, que la mayoría no quiere vivir. Pues si el dolor no se asume, el mundo sufrirá por no haber escuchado el Mensaje.

Hoy Mis ángeles custodios adoran sus esencias que es lo verdadero y sublime ante los Ojos de Dios. Ellos no ven sus defectos y sus imperfecciones, ellos ven lo que en verdad son y no se cansan de hacerlo. Es algo que ustedes deben aprender en sí mismos y en sus hermanos; así se liberarán de las influencias de Mi adversario que tritura las mentes, así como el trigo se hace polvo.

Sean misericordiosos aunque no lo sean. Renueven sus votos ante Mi Corazón todos los días y no teman vivir su cruz, porque si Yo llevé la Cruz por ustedes y por el mundo, ¿por qué ustedes no compartirán la Cruz que hoy cargo por esta humanidad? Aunque sea un ser ascendido, que Mi humildad los humille, que Mi verdad los purifique, que Mi Corazón los limpie de toda mancha, de toda adversidad.

Si ustedes creen que Yo Soy la Luz entre las tinieblas, ¿por qué no Me siguen en lo que Yo he colocado en sus caminos?

Mi Rostro se dibuja en los corazones que son verdaderos y en los que son honestos en su transformación, a pesar de las caídas. Yo no dejo de ayudar a los que claman por Mí, pero no puedo ayudar a los que se enorgullecen por sus propias virtudes. Destierren aquello que ya no sirve más para Mi Padre, así Yo podré entrar en ustedes como Yo entré en el Padre Pío dejando la señal visible de Mi Presencia por cincuenta años. Tengo algo especial para cada uno, pero aún no lo he podido entregar. En el sacrificio se encuentra la confianza en Dios, en la humildad y en la humillación se encuentran el despojamiento de sí y se trascienden todas las barreras de la materia.

Quiero que en esta Maratón sean verdaderos Conmigo y que no solo lo sean en las palabras. Que sus verbos pronuncien lo que verdaderamente sienten ante Mi Corazón Misericordioso, porque mientras gran parte del mundo sufre la persecución y la guerra y no pueden recibirme, ustedes, ¿qué harán con todo lo que Yo les he dado con tanto Amor y Misericordia? Sean honestos ante los Cielos y renuncien no con soberbia, sino con humildad, con paz, con esfuerzo y sacrificio. Renuncien verdaderamente a lo que creen que es mejor o a lo que podrían mejorar. Mis apóstoles pasaron por esa prueba hasta el final de sus días.

No dejen dormir sus consciencias cuando Yo estoy hablando. Yo Soy su Rey y su salvación.

Necesito que crezcan en consciencia y no en vanidad. Mis perlas preciosas no pueden perderse en este mundo. Adoren a Mi Corazón para que nada malo suceda, pues el tiempo de Mi Justicia se aproxima para toda la humanidad.

Salgan de sí mismos y vean a los que mueren, a los que la televisión muestra como si fueran una victoria. ¡Oh compañeros Míos! aún no saben lo que siente Dios cuando un corazón es indiferente a lo que se le ha dado por Misericordia.

A todos los estoy llevando a una evaluación interior, porque cuando Yo retorne no podré ver en sus túnicas ninguna mancha, y si hubiera algunas manchas no podré reconocerlos porque hasta ahora Yo les enseñé a lavar sus vestiduras con el agua de Mi Misericordia y de Mi Gloria.

Intenten amar un poco más, aunque no puedan. Mi Corazón se ofrece para eso y sus hermanos también se ofrecen para ser amados de verdad. Recemos a Dios por los que no pueden amar a Mi Padre ni a Mí. Recemos con fervor y con Misericordia, así como Yo les enseñé en el principio.

Oración: Padre Nuestro.

No quisiera verlos con caras largas en esta Maratón, porque el mundo precisa alegría, verdadera alegría para poder trascender todos los males y las indiferencias que las almas cometen diariamente ante el Reino Celestial.

Hoy podré bendecir, por compasión, estos elementos que han puesto ante Mi altar, que está en el Cielo y está en la Tierra, para que sus corazones sean lavados por Mi Sangre y sus espíritus sean purificados por Mi Cuerpo, dos señales visibles de la redención y de la entrega a Mi Corazón que siempre los espera.

Hace dos mil años Yo les dejé un tesoro universal, una insignia perpetua para sus corazones y almas. Les dejé el tesoro vivo del universo, el Terafín de Dios manifestado en cuerpo y sangre para toda la humanidad. ¿Cuántas veces ya comulgaron Conmigo?, ¿lo hicieron de verdad o solo con apuros? ¿Cuántas veces Me ofrecí a la mesa de todas las almas para que Me vivieran en la Pasión y en la Cruz?

Mi Corazón Sagrado hoy derrama Su Sangre por las almas indiferentes, por los que no se animan a confesarse Conmigo, ante Mi divina Humildad y ante Mi Paz.

Hoy preparo con esta comunión a toda esta parte de la Tierra que debe consagrarse a Mi Divinidad antes de que Yo vuelva al mundo por segunda vez. Para llegar a Mi Divinidad deberán limpiarse y purificarse todos los días. Por eso les pido que se rindan a Mí para que sus corazones superen todas las pruebas, en el nombre de Dios y de Su infinito Proyecto.

Ante los Ángeles Custodios del universo, ante los Arcángeles que glorifican a Mi Padre perpetuamente, ante el santísimo Espíritu de Dios, ante Su Hijo amado, ante el Padre Celestial que unifica todo lo creado y que vivifica a los espíritus que le responden con sinceridad y ante la majestad de la Madre del Mundo, Yo los absuelvo y los perdono en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Cuando cometan una indiferencia laven sus pies, así como Yo se los lavé a los apóstoles para que reconocieran que Dios se hace tan pequeño ante las almas más orgullosas. No ofendan más a Dios, el mundo lo ha ofendido mucho.

Vivan Mis Tesoros celestiales y alcanzarán la vida eterna. Amén.

Cristo Jesús Glorificado

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Yo Soy la Rosa de la Paz, Aquella que en este final de los tiempos les ofrece lo más puro que hay en la Creación de Dios.

Esta rosa que emerge de Mi Inmaculado Corazón representa Mi Pureza Divina, la que les ofrecí durante todo este último año, para que aprendieran, hijos Míos, a estar en Mi Divina Pureza y a vivir la paz, a pesar de todos los conflictos que acontecen en este mundo.

En este último año, muchos hijos Míos despertaron, otros maduraron, y espero, Mis amados, que sigan creciendo en espíritu, en consciencia, para representar al Plan de Dios cuando Sus Mensajeros ya no puedan estar aquí como están hoy.

Su Padre Celestial envió al mundo a Su Sierva, a Su Servidor Castísimo y a Su Hijo para que depositaran sobre la consciencia humana lo que debería manifestar en estos tiempos, que es la unión perfecta con Dios, la paz absoluta, la fortaleza inquebrantable que permanece en el amor, en la unidad y en la fraternidad, independientemente de las grandes corrupciones de la consciencia de este mundo.

Vengo al mundo, Mis amados, para hacer de cada uno de ustedes un precursor de Mi Paz, para que multipliquen la Paz que Yo les traje y de esta forma, los que no Me conocen y no estuvieron ante Mí puedan sentir Mi Presencia a través de la irradiación de sus corazones.

Hoy, vengo a sintetizar en sus espíritus todos los impulsos e instrucciones que les entregué en este último año, para que reflexionen y mediten profundamente en esta Gracia que como humanidad recibieron.

Se han preguntado, hijos Míos: ¿Por qué regresé al mundo por un año más? ¿Por qué no desisto de sus corazones? ¿Intentaron sentir, en su interior, la grandeza de este Amor que Me hace venir al mundo una y otra vez, a pesar de la indiferencia de las almas, de la ceguera de los corazones?

Yo confío, hijos Míos, en el potencial de amar del corazón humano, porque Mi Corazón ya fue de carne, ya pulsó en esta Tierra como un Corazón vivo, material. Por eso, sé y conozco la grandeza del Amor que puede salir del corazón humano, que está escondido bajo siete llaves.

Vengo para hacer emerger aquel Amor que nunca pudieron expresar, por temor, por vergüenza, por orgullo. Vengo a invitarlos al servicio, a la caridad fraterna y crística, que los retira de sus seres y trae a la luz aquel potencial que deben manifestar.

La caridad, hijos Míos, cuando es vivida plenamente, permite que el alma se exprese tal como el Creador pensó en el principio. Es por eso que los impulso una y otra vez a seguir sirviendo. Es por eso que, mientras Mis misioneros están en Turquía, no dejo de acompañarlos ni un solo instante, porque este amor que surge en el servicio es único y debe multiplicarse y crecer cada vez más.

Que la experiencia de esos hermanos suyos pueda valer para todos, para todos los que aspiran a vivir el amor, para todos lo que aspiran a manifestar el Plan de Dios en la Tierra. Que no sea necesario, hijos, que los mande a todos ustedes a Oriente, porque no sería posible, pero sí puedo enviar a sus corazones, que trascienden las fronteras, las barreras, las diferencias, que trascienden las culturas, las religiones, porque están en Dios, que es la perfecta Unidad.

Es a través del corazón que deben unirse a toda la humanidad, a todos los Reinos de la Naturaleza. Deben confiar en el potencial del amor existente dentro de cada uno de ustedes, porque él está ahí, esperando emerger en este tiempo.

Como les dije hoy, Mis amados, toda la maldad y todo el terror que hoy oprimen al mundo son permitidos por Dios para que sus consciencias puedan aprender a amar y, con mayor potencia que el mal, equilibren este terror que acontece en el mundo.

Amen de corazón, de verdad, sin juzgamientos. Pierdan el miedo de amar, láncense en ese descubrimiento de encontrar el amor en sus corazones, porque les digo que muy pocos saben amar verdaderamente.

Lo que sienten, en sus pequeños corazones, aún no es el amor que Dios espera. El Señor espera que amen con locura, que trasciendan los límites de su entrega, sus imperfecciones, sus defectos y que amen así como son. Confíen en la perfección de Dios que habita dentro de ustedes, confíen en que el amor transforma todo y que esa frase no es una teoría, sino una verdad.

Piensen en la Cruz de Cristo, en Mi Hijo flagelado, crucificado, derramando Sangre y Agua de Su Costado, transformando así el corazón de todos los hombres y el destino de esta humanidad, como también de este planeta. Ese Amor perfecto es el que les ofrezco vivir; pero para eso es necesario que acepten el Cáliz que les entrega el Señor, que abracen esa cruz, la cruz del sacrificio, de la donación de sí, de la oración perpetua, de la transmutación, del esfuerzo permanente por buscar a Dios.

Hijos, Jesús jamás reclamó por la Cruz que Dios colocó en Sus Espaldas; Él la abrazó firme porque sabía que la victoria de Su Padre le sería concedida al mundo a través de Su sacrificio.

Hoy, les digo que si viven el sacrificio con amor, si renuncian a las comodidades de este mundo, si renuncian a sus pareceres y quereres interminables, la victoria de Dios puede ser una realidad en este planeta y, más allá de él, puede ser una realidad en el universo que tanto aguarda la manifestación de este Plan, que tanto aguarda que la humanidad pueda expresarse con perfección, tal como Dios lo pensó y lo anunció en el cosmos en el principio.

Cuando Dios pensó la humanidad, todo el universo se regocijó y la alegría volvió a brillar en los corazones de las criaturas que conocieron el miedo, porque conocieron la falta de amor, que también comenzó a existir en algunas otras civilizaciones de este universo. El Proyecto Humano fue la esperanza para todo el cosmos que aguardó expectante, hasta el día de hoy, la victoria de Dios en el corazón humano.

Hoy, hijos, este planeta se convirtió en un punto oscuro en la Creación Divina, porque el mal que debería impulsarlos a la vivencia del amor, que debería ser trascendido por la valentía de sus corazones, hoy ha tomado posesión de la gran mayoría de las almas que habitan en la Tierra. Pero no es imposible revertir esta situación, porque la Ley es que el Plan de Dios se cumpla, la Ley es que triunfe el Amor, la Ley es que puedan vivir tal como el Pensamiento perfecto de Dios.

Si creen en Mi Presencia, si tienen fe en que Yo estoy ante ustedes; crean, hijos, cuando les digo que Dios habita en sus esencias, porque esas esencias son parte de Su Divina Consciencia. Hablen con Dios dentro de ustedes, descubran esta unidad perfecta que existe entre las criaturas y su Creador, develen este misterio de la unidad que la humanidad puede vivir con Dios.

No permitan, Mis amados, que esta oportunidad única en el universo de unirse a Dios y de vivir Su Amor sea desperdiciada por la distracción de los corazones, por la indiferencia, por el orgullo que el enemigo estimula día a día en la consciencia de todos los seres humanos.

Vengo al mundo para conducirlos a la verdad, a la consagración, a despertar el potencial divino dentro de sus células, dentro de sus esencias, en sus consciencias.

Por eso, al menos por algunos instantes, todos los días, sean capaces de abstraerse de las cosas materiales y de todas las preocupaciones que les trae la vida en este mundo, para contemplar a Dios escondido en sus esencias, para pensar en la Vida Superior, para escuchar a sus almas, para permitirse sentir la aspiración divina de cada una de ellas, para escuchar a sus ángeles de la guarda que todo el tiempo intentan decirles el camino a seguir.

Cuando oren, oren con ellos, escúchenlos. Si se sienten perdidos, déjense guiar por sus ángeles de la guarda, ellos son parte de la Creación Divina y traen en su corazón celestial el Propósito de Dios para cada uno de ustedes, y, todo el tiempo, intentan revelarles ese Propósito para que lo vivan plenamente.

Que, al escuchar Mis Palabras, hijos Míos, sus corazones sean impulsados a dar un paso definitivo. Por menor que sea, que sea verdadero, sincero, porque es con los pequeños pasos consolidados que pueden crecer y evolucionar, que puede construir la fortaleza que el Creador espera que esté construida para abrigar a otros que, en el final de los tiempos, no tendrán a quién recurrir.

Así como hoy Yo abro Mis Brazos en dirección a la Tierra y acojo sus imperfecciones para transformarlas en la Fuente de Mi Amor, también espero, hijos Míos, que cuando encuentren a un hermano que necesita de su auxilio, abran sus brazos y lo acojan, independientemente de las miserias e imperfecciones de esos corazones, porque todo el amor que les entregué debe ser multiplicado. Que las dádivas entregadas por la Madre del Mundo no permanezcan dentro de ustedes, sino que recorran el mundo y hasta los universos, anunciando el triunfo de Dios en el corazón humano.

Es por eso que, en esta noche, llamo a Mi encuentro a aquellos de Mis hijos que ya multiplican Mis Gracias para los que más las necesitan, pero que las deberán multiplicar aún más porque, al consagrarse a Mi Inmaculado Corazón, estarán asumiendo un compromiso Conmigo, el compromiso de vivir su fe y de proclamarla todos los días sin temor, sin condiciones.

A Mis hijos que se consagran hoy, los llamaré especialmente a servir y a vivir la consagración a Mi Inmaculado Corazón a través del servicio a los que más necesitan.

De ustedes, hijos Míos, esperaré la caridad perpetua para que Yo pueda derramar, a través de sus manos, Mi Divina Piedad, esa que derramé en la Cruz al recibir en Mis Brazos a Mi Divino Hijo.

Cuando sirvan, recuerden la Cruz de Cristo, recuerden Mi Piedad, recuerden que Yo quiero multiplicarla a través de sus pequeños corazones. También les digo esto a todos los Hijos de María, a los que se consagraron y a los que se consagrarán, que deben portar en sus manos Mi Divina Piedad. Que sean misericordiosos y que todos los días intenten ser un poco más fraternos, para que sean dignos del Manto que llevan sobre sus cuerpos.

Recuerden, hijos Míos, que al vestirse con este símbolo que les entregué, están entrando conscientemente bajo Mi Manto. Yo estoy amparando todas sus acciones, sus palabras, sus pensamientos, sus sentimientos. Recuerden que estarán viviendo bajo Mi Manto, que los estaré amparando y también observando todos los días, para que crezcan y respondan al Plan de Dios como Él espera.

Cuando estén ante alguna dificultad, solo sientan Mi Manto sobre ustedes, recuerden que son parte de una gran red, de un gran Manto Celeste que se expande por el mundo entero.

Fortalézcanse en la unión unos con otros porque, al consagrarse como Hijos de María, están entrando en una consciencia única, representada por todos Mis Hijos, ese ejército de Amor que estoy formando en la Tierra para que tenga su reflejo en el universo.

Por eso, fortalézcanse unos a otros. Compartan entre ustedes momentos de oración y de servicio, momentos de entrega, de estudio de Mis Palabras, como también de las Palabras de Mi Hijo y de San José Castísimo.

Permitan, hijos Míos, que sus consciencias siempre sigan creciendo, madurando y profundizando en la propia entrega. Difundan Mi llamado, Mis Palabras, Mi Presencia. Anúncienle al mundo que la Divina Misericordia de Cristo aún se derrama sobre la humanidad.

Espero encontrarlos en la Sagrada Semana sentados a la mesa de Mi Hijo, recibiendo de Él los dones y las dádivas únicos para la humanidad. Nuestro Señor intenta construir en ustedes aquella fortaleza para que puedan reconocerlo cuando retorne al mundo, para que puedan reunir a Sus rebaños, perdidos entre el caos y el mal, para que lo sigan y proclamen Su Retorno y Su Divina Misericordia, que volverá para establecer la paz cuando la Justicia de Dios ya haya descendido sobre este mundo.

Esta Sagrada Semana, hijos Míos, no es un simple momento con Cristo. Estarán ante el Rey del Universo, el mismo que un día colocó Sus Pies en la Tierra y anunció que era el Hijo de Dios, el mismo que perpetuó Su entrega y que hace más de dos mil años sigue convirtiendo a las almas por Su Presencia Eterna, no solo en los Libros Sagrados, sino también en la Eucaristía y en todo corazón que puede ser verdadero y que se une al prójimo para que, con dos o más, abra las puertas del Cielo para Su descenso.

Esta Sagrada Semana, deben vivirla no solo por ustedes mismos, sino también por la humanidad, por el triunfo del Plan de Dios, que debe concretarse en el corazón humano como en todos los Reinos de la Naturaleza.

Que estén aquí como soldados de Cristo, como Sus apóstoles, para dejarse formar y transformar por Él, para ser forjados por el Fuego de Su Amor y que así todas las criaturas que se aproximen a ustedes reconozcan la Presencia de Cristo, reconozcan que su testimonio es verdadero y sean tocados por la fe de sus corazones para despertar a la verdad.

Les dejo, hijos Míos, esta convocatoria para que respondan al Llamado del Señor, que está haciendo resonar Su Voz en sus pequeños corazones.

En esta noche, los bendeciré y los consagraré, sobre todo a estos, Mis pequeños, que hoy se arrodillan ante Mi altar con la esperanza de encontrar la paz y un propósito para sus vidas; con la esperanza de convertirse en verdaderos apóstoles de Cristo, y así lo harán, porque Mi Amor los impulsará y, siempre que sean verdaderos en su entrega y en su consagración, Mi Amor y Mi Presencia estarán entre ustedes.

Yo los consagro y los bendigo por el Poder del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Que sigan en paz y lleven Mi Paz al mundo entero.

Les agradezco.

Para despedirme, canten "Inmaculada Señora de la Paz" e ingresen en Mi Corazón como humanidad, para que así Yo también pueda elevar a las almas que en esta noche necesitan de Mi auxilio maternal, necesitan de Mi amparo y de Mi consuelo.

Eleven a Mis Brazos, hijos Míos, a aquellos de sus hermanos que más lo necesitan. Los escucho.

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ Y MADRE DE LOS REFUGIADOS, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

​​Como el humo del incienso sagrado que exorciza las tinieblas, las nubes del Cielo en las que posan Mis pies exorcizan las creaciones del mal y así, establezco el Reino de la Luz en donde antes no existía.

En esta guerra del fin del tiempo, queridos hijos, no hay nada que se pueda oponer a la Luz de la Madre del Sol, porque de lo contrario se quemaría por la intensidad del impulso solar que tiene el Fuego Divino.

Hijos Míos, las herramientas angelicales siempre estarán a disposición de los misioneros y de los soldados de la paz para que, en la aparente nada, surjan y se puedan defender de todo mal.

El Armagedón ya circunda al planeta, y muy pocos quieren aceptar que los tiempos cambiaron.

Las resistencias al cambio, aunque sean en una parte, repercuten en el mundo actual, y retrasan los pasos que la mayoría debe dar.

Nuevamente, les digo que en esta batalla final por la conquista espiritual del próximo reino no podrán existir interferencias de ningún tipo; porque si así fuera, las consciencias aún no estarían preparadas para sobrellevar la esperada purificación del planeta.

Que a través del servicio humanitario y de la donación de amor, sigan siendo desactivados los falsos reinos creados en las grandes regiones, reinos que existen para aterrorizar a las consciencias y apartarlas de Dios.

La verdadera victoria estará en los que perseveren de corazón. Mi Hijo nunca los dejará solos, cuando entre los corazones exista la certeza y la fe absoluta de que Jesús mora y vive en cada corazón humano, lo que no podrá ser quitado por nadie ni por ningún arma de exterminio físico ni espiritual.

El Amor de Cristo que vive en los corazones es el Amor del Padre que los abraza y los guía hasta la meta final.

Hoy les estoy hablando de los refugiados, de sus hermanos que perseveran hasta el final, en la sagrada esperanza de que algún día encontrarán la Tierra Prometida, después de este largo exilio.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los une al Corazón del Padre Celestial,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS​​​​

Hijo:

Para vencer la indiferencia del corazón humano, comienza contigo mismo. Observa todas las veces que tu corazón se cierra la realidad planetaria o cuando piensas que te comprometes con el mundo, pero tus acciones demuestran el grado de importancia que te das a ti.

La indiferencia entorpece la consciencia y no le permite evolucionar. No es necesario que te involucres emocionalmente con lo que sucede en el mundo, pero sí que tales acontecimientos te lleven a la transformación y que te impulsen a que nunca detengas tus pasos.

La indiferencia es uno de los grandes males de la humanidad, aún peor que la ignorancia, porque aquel que es indiferente ya tiene cierto grado de instrucción y, sin embargo, sigue pensando más en sí mismo y en las propias necesidades.

Hijo, la indiferencia es lo que llevará a muchos seres que se creen espirituales al abismo de la consciencia planetaria. Cuida para que no seas tomado y llevado por la indiferencia humana. Trata de seguir tu consciencia y tu corazón, y cuando sepas que debes hacer algo, hazlo de inmediato, no ignores las necesidades. Cuando veas que alguien necesita de ti, ve en su auxilio, sin miedo. Si sabes lo que sucede en el mundo y que, en este mismo instante en el que estás delante de las Palabras de Dios, existen otros que están siendo probados en su fe y, de rodillas, eligen morir con Cristo a vivir sin Él, entonces ora verdaderamente, sin cesar.

Si ya conoces el papel de la consciencia indígena en el planeta y también sabes cuánto abandono e indiferencia padecen los indígenas, entonces actúa, sirve, ora, auxilia, ofrece tu amor. Demuéstrales a estos hermanos que ellos tienen una importancia vital en la vida espiritual del planeta y que su manera de ser no debe ser vendida de forma turística, para divertir a los inconscientes.

Cuando estés delante de un hermano indígena, aprende con él y, en tu postura de aprender, deja que emerja del corazón la pureza y la sabiduría que él tiene para transmitir a la humanidad.

Si sabes que el esfuerzo y la perseverancia son las claves para superar los obstáculos en este tiempo, entonces no bajes los brazos cuando estés en dificultades.

Si la prueba fuera mayor que tu fe, recurre a la unidad con tus hermanos; unidad que, cuando es verdadera, abre las puertas hacia Dios, para que descienda Su Voluntad.

Une tu corazón al corazón de los que están contigo. Haz de esta Obra una fortaleza en la que habitará el Rey de los reyes, en Su esperado retorno. Confía en la victoria y valora el amor.

No pienses en lo que los otros harán por ti; practica lo que sabes y vence la indiferencia que se manifiesta, en diferentes circunstancias, en los corazones de todos los seres vivos.

Sé tú aquel que trasciende las leyes de este mundo; así podré revelarte misterios universales, y los acontecimientos del mundo serán para ti las señales para leer y dar los pasos siguientes sin miedo y con valentía.

Únete a Dios, únete a esta misión universal.

Vive bajo la Gracia de la Divina Misericordia.

Por el despertar del corazón humano,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Sé que las Apariciones de los Mensajeros Divinos son un misterio para muchos, misterio que en algunos motiva el crecimiento de la fe y en otros el tormento de la duda.

Este mundo, hijos, está lleno de misterios. La propia consciencia humana, en sí, es un gran misterio tanto para el cosmos como para ustedes mismos.

En este planeta, deben aprender a vivir por la fe: fe en lo invisible, en lo intangible, en lo divino, en lo pleno. Solo con la gracia de la fe, el corazón puede estar delante de las diferentes situaciones de la vida con la claridad y la comprensión necesarias.

Les digo esto porque, como grupo y como humanidad, ustedes están delante de dos desafíos que son las dos misiones que están viviendo. Ambas situaciones, que deben ser develadas, tienen raíces muy profundas y desconocidas para todos. Y, para que no estén ante ellas de manera superficial, deben abrir sus corazones a la vivencia de la fe, pues es así, confiando en lo invisible y siguiendo sus corazones en cosas tal vez inexplicables o no tan obvias para sus mentes, que ustedes podrán estar plenos frente a esos dos desafíos.

Las dos situaciones que hoy enfrentan los seres, tanto en Medio Oriente como en Chaco, Argentina, necesitaron llegar al extremo para que la humanidad colocara sus ojos sobre ellas y, aún así, aquellos hermanos padecen mucho con la indiferencia, porque el corazón humano todavía no se abrió para vencer sus propias comodidades e ir al encuentro de las necesidades del prójimo.

Sus hermanos de la consciencia indígena intentaron llevar a cierta parte del planeta, sobre todo a América, a una vida evolutiva diferente de la vida del resto de la humanidad. Ellos encontraron lo Sagrado gracias a la reverencia, porque era justamente la falta de contacto con las creaciones e invenciones materiales de la mente humana lo que les permitía encontrar un camino evolutivo diferente, basado en el amor y en la simplicidad.

Pero en un planeta al que todos vinieron para aprender a amar, la misma tendencia de los espíritus presentes en él sofocó la expresión natural de los guardianes de la pureza, los pueblos originarios. Con la ayuda y el incentivo del enemigo de Dios, ustedes no pudieron comprender las diferencias y, a lo largo de muchos siglos, intentaron imponer una forma de vida mental, material y basada en la competencia y en la lucha por el poder. Por el hecho de que los indígenas no sean así y por haber permanecido en su pureza, ustedes los hicieron sufrir y, hasta hoy, influyen como pueden en las mentes de los pequeñitos, intentando hacerlos desaparecer de la Tierra, sin percibir que, con ellos, desaparecerán el amor, la simplicidad, la pureza y la humildad del corazón.

Es la misma lucha por imponer sus propias costumbres e ideales la que genera, en Medio Oriente, las guerras y los conflictos permanentes. Y Yo les digo que no solo proviene de Medio Oriente el incentivo para esas guerras y que no es solo con la ayuda de las grandes potencias económicas de Occidente que ellas crecen y se desarrollan. Quiero que comprendan que esos males tienen raíces espirituales profundas y un único propósito: destruir los Planes de Dios. Es por eso que contamos más con la fortaleza espiritual de pocos que con los recursos materiales de muchos.

Una de las formas que el enemigo usa para hacerles perder la fe y la esperanza es colocar en las mentes el ansia de encontrar resultados materiales, pero esa búsqueda fue la que llevó a Judas al suicidio, por no comprender que la victoria del Mesías era en la Cruz.

Ustedes, que están más conscientes, deben servir sin buscar resultados; deben trafnsformarse sin recibir méritos; deben esforzarse sin encontrar recompensas ni reconocimientos. Dios tiene Sus Ojos puestos en los que son verdaderos y fieles a Su Plan. Sobre estos Él colocará Su Cruz, que para unos podrá significar muerte y fracaso, pero para los que tienen sus corazones abiertos y sus consciencias despiertas significará el triunfo de Dios en todo el universo.

Sirvan todos los días con la certeza de que la verdadera batalla se vive en el espíritu y que ahí debe ser vencida. Lo que sucede en la materia es un simple reflejo de lo que se multiplica en los Planos Superiores.

Por eso, quiero hacerles comprender los acontecimientos del mundo desde un punto de vista más amplio para que, delante del servicio, ustedes no se apeguen a lo que puedan hacer con las manos, pero sí a lo que se alcanza con el corazón.

Por el descubrimiento del servicio y de la misión espiritual,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO EXTRAORDINARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ Y MADRE DE LOS REFUGIADOS, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY,  AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Hoy cuando estábamos finalizando el Misterio del Rosario, vimos otra vez a Nuestra Señora ayudando silenciosamente, en Turquía, en el camino del éxodo de los refugiados de Medio Oriente. Ella estaba vestida como una madre árabe, llevaba una túnica color rosa claro hasta los pies, estaba envuelta por una larga prenda blanca la cual llegaba a cubrir toda Su cabeza formando como un velo, y estaba descalza.

La Madre Divina estaba caminando en la ruta desde la frontera entre Siria y Turquía, rumbo a los países de Europa Oriental, en el éxodo entre los refugiados. Y nos preguntamos: ¿Por qué la Madre de Dios camina silenciosa entre las multitudes de refugiados que están en exilio?

Luego, vimos a la Madre María con un niño pequeño en brazos y de repente comenzaron a verse más niños en Sus brazos; Ella los cargaba a todos y, junto a las multitudes, atravesaba un largo desierto entre Siria y Turquía para ayudar a las almas de todos esos hermanos. Ella mostraba que las almas estaban en un proceso de gran desesperación, de miedo y de incertidumbre y, así, María colocaba la cabeza de cada uno de ellos cerca de Su Corazón para que sintieran paz.

 

Vuestra Madre camina por el desierto, atravesando de un extremo al otro toda Turquía, rumbo a los países de Europa Oriental, para buscar asilo interior en los corazones que se abran para reconocer al Maestro en los refugiados.

Así como fue en Belén, queridos hijos, la Sagrada Familia, que es este proyecto de la humanidad, está huyendo de la guerra que se precipita sobre los inocentes.

Hijos Míos, hasta ahora no saben qué significa no tener hogar o un lugar donde reposar. Como la Madre que trajo la salvación para el mundo, Yo sufrí pacientemente lo que se llama de exilio, no solo en Belén, cuando buscábamos un lugar en donde el Rey pudiera nacer, sino también cuando buscamos refugio en alguna parte de Egipto.

Queridos hijos, hoy quiero traerles la consciencia de este pasaje de la Sagrada Familia, porque en los días de hoy la humanidad cada vez es más llevada al exilio y a la desesperación.

Vuestra Madre, la Madre de todos los refugiados, camina junto a ellos atravesando mitad del continente, buscando un lugar en donde nos puedan recibir. El Universo Celestial sabe que la humanidad no tiene consciencia de lo que esto significa para la Creación.

Hermanos se han enfrentado a hermanos por la lucha y la conquista de un reinado que no existe más que en la ilusión de algunas mentes. Esta causa de los refugiados está llevando a la acción de la Ley de la Justicia Divina, porque en la mayoría existe la indiferencia de todo lo que sucede.

Queridos hijos, es por eso que pedimos esta próxima misión a Medio Oriente, porque expondrá a todos a una verdad que ya no puede seguir siendo ocultada. El sentirse abandonado, exiliado y sin nada para sí, sin saber qué será de la vida de millones de familias, es algo que aún no mueve al corazón humano y que provoca el principio de un nueva guerra mundial. Si esto sucede, la humanidad se autodestruiría completamente, y como fue con la bomba atómica, no quedarían rastros de ninguna vida en la superficie del mundo.

La humanidad usa el propio poder para realizar sus obras y cada vez más se aleja de Dios. Esto llama la atención de todo el universo, porque no existe consciencia de lo que en verdad está sucediendo.

Como la Madre de los pobres y de los desamparados, Me propuse estar entre Mis hijos más necesitados para poder cuidar de sus almas y para ayudarlos misericordiosamente a que encuentren una salida.

Me encuentro en oración perpetua al igual que los Sagrados Corazones de Jesús y San José, para impedir un castigo severo en el mundo. Necesito que sus corazones se sensibilicen, que sus espíritus salgan de sí para atender la verdadera necesidad planetaria y la urgencia de unir fuerza interior para cumplir el Plan que está siendo forzado a no cumplirse.

Apoyen al menos a aquellos hermanos que deciden ofrecerse para que el Plan se cumpla también en Medio Oriente.

Queridos hijos, la mayor crisis de la humanidad está en la indiferencia, por eso vengo para alertar a todos que están a tiempo de abandonar su soberbia y poder personal para que el mundo no se pierda en un abismo oscuro.

Amorosamente les entrego las llaves de la redención de esta raza y deposito Mi confianza en todos los servidores, esperando que no tomen Nuestras palabras en vano.

Hijos: ¡Es hora de despertar!, ya son los tiempos del Apocalipsis.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los concientiza a través de la Única Verdad,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADODURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Cuando estábamos por la mitad del trabajo de oración de la Coronilla de la Divina Misericordia, comencé a ver un lugar desértico, un lugar que era desconocido para mí. Al final de la oración y mientras cantábamos "Cristo, Tú el Amor", vi al Maestro caminando en ese lugar. Él dijo que era Medio Oriente, específicamente Siria, en donde estaba recogiendo espiritualmente a aquellos hermanos que murieron intentando cruzar el desierto, buscando una salida, una alternativa. También lo vi dentro de las barcas de los refugiados, rescatando el alma de cada una de esas consciencias.

Durante todo el tiempo en que Él estuvo aquí transmitiendo Su mensaje mensual Él continuaba realizando esa tarea en ese lugar. Era una tarea invisible y profunda, con cada persona que estaba allí necesitando de ayuda.

Él mostró que la demanda era muy grande, y que Su Consciencia conseguía abarcar hasta cierta proporción. En ese momento, le preguntamos por qué, y Él respondió que era lo que el Padre le permitía, lo que la Ley del Universo le permitía, ya que con lo que sucede en Medio Oriente, el conflicto y los refugiados, hay un gran desequilibrio en las Leyes y Él respeta la Ley. Pero de todas formas el Maestro ayudaba a las consciencias.

En otro momento lo vimos con muchos niños en Sus Brazos. Mostró rostros de niños muy necesitados, muchos de ellos desnutridos y casi muertos.

Cuando Él apareció aquí en Aurora, se mostró vestido como un árabe, las ropas cubrían todo Su Cuerpo y se veía solo Su Rostro, llamando especialmente la atención el brillo de Sus Ojos, de color celeste profundo. Mientras transmitía el Mensaje, en la Mano izquierda sostenía Su Corazón. Era un Corazón humano que latía, que tenía vida y por el cual circulaba Sangre vital, viva y luminosa. Él nos extendía Su Mano y ofrecía Su Corazón, a nosotros y a toda la humanidad.

 

Mírame y estaré contigo.

Búscame y me encontrarás.

No te alejes de Mí y quédate a Mi lado.

Aún te ofrezco Mi Corazón como salvación y rescate.

Aún ofrezco Mi Corazón por ustedes, especialmente por aquellos que no Me quieren ni Me viven.

Hoy vine del universo no solo para entregarles Mi Paz y disolver todos los males. Hoy vine en nombre de Mi Padre, para agradarlo y aliviar Su Corazón herido.

Hoy vine de un lugar especial que muchos no conocen, porque solo han estado allí a través de la oración, por medio de sus almas y de sus sinceras ofrendas a Mi Corazón.

Hoy vengo de tierras lejanas en donde los corazones sufren y muchos se desesperan por no encontrar la paz y por vivir el temor a la muerte todo el tiempo.

Hoy vengo con las vestiduras de un gran Maestro árabe que recorre los desiertos porque escucha en todo lugar las voces que claman por auxilio y piedad.

Hoy he tenido en Mis Brazos a los que han muerto, a los que naufragan, a los que se pierden en los mares ante tanta indignidad.

Y hoy están aquí en Mi Regazo, en este pesebre caliente que se prepara para encarnar nuevamente al Hijo de Dios, delante de un gran tiempo de tribulación y de oscuridad. Pero, ¿quién ha derramado una lágrima por aquellos que no conocen y que sufren?

Hoy los vengo a retirar de sus cómodos espacios, para que vean más allá de ustedes la verdadera necesidad del Plan. Es por eso que Mi Padre, a través de Mis oraciones, escuchó las súplicas de Su Hijo, para que consciencias en ofrenda y servicio llevasen Mi Paz, la Paz que aquí les entregué durante tanto tiempo.

Hoy no vengo a reclamarles nada, sino a pedirles que finalmente se decidan a ser aquello que aún no quieren ser, a ser Mis instrumentos, Mis faroles que iluminen el mundo que está a oscuras.

Hoy he venido para demostrarles dónde está la necesidad. Mientras camino por el desierto de la lejana Siria, escucho el llanto de los inocentes. Pero para trascender el dolor que siento ante tanta crueldad e indiferencia, ante tanta falta de amor y de piedad, ofrezco Mi Corazón como refugio.

Hoy estoy plantando en el mundo Mi último rayo de luz, para que aquellos que fueron presos de sus propios hermanos encuentren la salida a la redención, que vean Mi Luz en el horizonte que brilla como la Aurora para traer el rescate a los que verdaderamente lo merecen.

Compañeros, ante lo que sucede en el mundo pueden percibir la pequeñez de sus dificultades. Si dan vuelta el rostro para no hablar con un hermano, ¿qué harían si estuvieran frente a un fusil a punto de matarlos? ¿Entregarían la vida por Mí para dar testimonio al mundo de que Yo estuve entre ustedes y resucité de entre los muertos para entregarles la vida eterna?

No hay tiempo que perder en cosas superficiales. No se deben dar el permiso para perderse en cosas tan insignificantes que no tienen valor ni esencia ante los Ojos de Dios.

Vengo a despertarles la consciencia, que aún está dormida en ustedes, porque ya es hora de que despierte ante el llamado del Plan. Miren a su alrededor y comprendan lo que sucede y así, firmemente, sigan caminando para consolar a aquellos que llaman y claman por Mi Misericordia aunque no Me conozcan. Por eso estoy en el desierto y también en los mares, extendiendo Mi Mano a aquellos que naufragan todo el tiempo sin tener tierra ni lugar dónde vivir.

¡Ay, compañeros!, cuán insignificantes son sus cosas que aún no han visto llorar a cientos de niños por hambre, por pan o por agua.

Los tiempos vistos por Juan se están cumpliendo y nadie podrá escapar. La hora de la maldad ya llegó y no basta, compañeros, que se escondan en sus comodidades o en sus ideales para justificar ante Mi Padre que eso no es real.

Por eso, les ofrezco Mi Corazón como una llama viva y resplandeciente, pues vuestro Maestro que está en los Cielos, y que ahora está en Siria, prepara la importante misión de llevar la paz de un corazón a otro. De llevar amor de un espíritu a otro. Será en esa hora que confirmaré si en verdad comprendieron Mi Ley de amarse los unos a los otros, a pesar de sus errores y de sus faltas.

Mientras las almas conocen los primeros pasos de su purificación que nadie tema, porque quien busca Mi Corazón no se perderá ni estará vacío de sentimiento o de palabra.

Vengo a buscar aquello que aún no Me han dado, vengo a desterrar lo que aún no quiere morir y que tiene raíces cada vez más profundas en la consciencia. No necesito de sus raíces secas y duras. Yo vengo a trasplantarlos para que sean un nuevo ser, una nueva consciencia, en donde Mi Luz pueda actuar en los momentos más difíciles.

Sé que todos Me fallan una y otra vez, pero Mi mirada está en sus talentos que son refugios para Mis Dones, los que deposito en cada corazón humano. Por eso he venido a congregarlos a todos para esta nueva misión en Medio Oriente. Ustedes traerán la realidad para muchos, eso ayudará a que muchos vivan Mi Mensaje y lo hagan parte de su ser.

Recién la humanidad está cruzando su primera parte más oscura, pero la peor no ha comenzado. Es en esa hora que Yo retornaré para revelar al mundo el tiempo de su juicio ante Mi Señor, ante los ángeles del Cielo. Allí la Tierra será colocada en un nuevo estado, en un nuevo comienzo, y los que han rechazado Mi nombre ya no estarán, porque la Tierra será repoblada por aquellos que Yo he llamado a vivir Mi camino. Necesito que esa misión se realice porque la hora más aguda se aproxima.

Que esta Navidad sea la Navidad de la renovación de la consciencia y no de la infantilidad, de la ingenuidad o de la indiferencia. Ya están preparados para dar los frutos que Mi Corazón necesita y no ser feos frutos en cestas limpias con frescas frutas. No destruyan lo que estoy construyendo.

Sé que muchos no creerán lo que digo, porque verdaderamente humilde es aquel que escucha y hace silencio para reconocer la realidad. No necesito de sus barreras, no quiero sus obstáculos, preciso compañeros de corazón puro en donde vive Dios y Su Obra a través de los tiempos. No dejen que su corazón se endurezca como una piedra, sean libres de sí mismos de una vez y para siempre. Busquen todo el tiempo la filiación Conmigo y con Mi Padre que está en los Cielos.

No quiero que se engañen, Yo vengo a traerles Mi Luz y el testimonio de Mi Verdad. Yo vengo a darles lo que no merecen, aunque sé que se han ofrecido por Mí en muchos momentos. Amigos, necesito de su unidad, en donde Mi adversario no pueda entrar. Si en la cesta hay una fruta descompuesta, las demás se perderán y eso no será por falta de Mis cuidados, sino por sus acciones, pues no les importa la gran necesidad de este planeta.

Les doy Mi Amor que es el Amor de Dios Vivo, el Amor de Dios Eterno y Omnipresente, es ese Amor que a través de los siglos cuida a las almas frágiles. Al igual que una planta que muere porque no consigue sobrevivir, Yo les doy de esa agua pero ustedes no la beben. Yo les entrego un poco de Mi Amor que los transforma y se cierran. Yo les doy Mi Palabra y no quieren escucharla. Si yo diera todas estas cosas a Mis hijos de Medio Oriente, la guerra terminaría y los tronos que se construyeron caerían a la derecha y a la izquierda de Dios, porque el Padre que está en los Cielos es Quien tiene el Poder y no ustedes ni ningún ser de la Tierra.

Yo encarné en este mundo para que aprendieran a amar y a vivir a través de Mi Corazón. Yo siempre estoy aquí, pero no Me buscan. Siempre los espero para darles Mi abrazo y Mi consuelo.

Todo lo que debe morir vivirá su sufrimiento, pero no teman, el amor supera todas las barreras.

Sean Mis testigos en este tiempo y caminen a Mi lado para siempre ver la paz. Recuerden que Mi Amor es invencible y que todo penetra.

Rindan sus potestades a Mis Pies y Yo los resucitaré. Es hora de la humildad.

MENSAJE PARA LA APARICIÓN EXTRAORDINARIA EN RÍO DE JANEIRO, BRASIL, TRANSMITIDO POR MARÍA, MADRE Y REINA DE LA PAZ, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mientras el mundo sufre las consecuencias de sus propias acciones, vengo a traer Misericordia para los que se abran de corazón.

Mientras muchos están ciegos, hijos Mios, vengo a abrir los ojos de aquellos que aún pueden recibir una nueva oportunidad y que la aceptan.

Mi Corazón viene para anunciar al mundo el último tiempo de Salvación. Todavía hay posibilidades para aquellos que no conocen a Dios, pero muy poco es, queridos hijos, lo que la humanidad genera como mérito para el rescate de este mundo.

La realidad aun no tocó vuestras vidas, solo vuestras mentes. Muchos tienen conocimiento de los tiempos que llegarán, pero casi ninguno de ustedes comprende verdaderamente lo que está ocurriendo con la humanidad, con los reinos de la naturaleza y con el planeta.

Aquel que sabe realmente y que comprende Mis palabras y Mis intenciones, no mide esfuerzos para estar Conmigo, no piensa antes de dejar todo para entrar en oración cuando el tiempo anuncia que llegó la hora de orar.

Ya no sé con qué palabras decirles, Mis amados, o cómo hacerles sentir lo que siente Mi Corazón al llegar a este mundo.

Busco almas que estén en oración verdadera y no solo verbalmente; almas que oran con el espíritu y con el corazón, para equilibrar la indiferencia de este mundo para con Dios.

Falsos dioses surgen permanentemente en este mundo. Las modernidades y los placeres mundanos se están convirtiendo en la meta de adoración de los hombres. Todo esto perecerá con el primer soplo de la Justicia Divina, no quedará nada consolidado en la consciencia de gran parte de la humanidad.

De todas las formas les anuncié, en todos los siglos les advertí, pero ¿quién escuchó Mi voz? ¿Quién cambió definitivamente la meta de su vida? ¿Quién renunció a las ilusiones de este mundo, para dar verdadera importancia a lo que encontrarán en el próximo?

Mis amados, este es el mundo al cual llegan las almas para definir su evolución. Muchos no percibieron que están delante del último Llamado y que las trompetas ya están sonando, anunciando el último tiempo. La Voz del Creador resuena por medio de Sus ángeles y arcángeles que gritan a la humanidad adormecida: ¡Despierten! ¡Despierten!

¡Qué sueño tan profundo arrebató a la humanidad! ¿En qué andan los ejércitos del Señor?

A los que Me escuchan, Yo les clamo: ¡entren en oración! Entren en perpetua oración, pues el mundo entero la necesita. Enseñen a sus hijos a orar, enseñen los verdaderos valores que deben cultivar en sus pequeñas almas. No dejen que se pierdan los niños y jóvenes, esta es su última oportunidad de redención, ya no habrá otra para el mundo. Esta escuela está en al final de su ciclo, un nuevo tiempo se anuncia.

Los que no escuchen el último llamado, perderán la barca y se perderán en el mar de las ilusiones del mundo.

Escuchen Mi voz que clama.

A los que responden a Mi llamado, les pido que no se cansen jamás, que persistan en oración, servicio, donación y amor. Sean fraternos, sean puros de corazón. Generen méritos para el equilibrio de este mundo.

Yo les agradezco por escuchar Mi llamado y por venir al encuentro de Mi Inmaculado Corazón.

Es tiempo de difundir la Paz en el mundo.

Yo los bendigo.

María, Madre y Reina de la Paz

MENSAJE PARA LA APARICIÓN MENSUAL EN LA CIUDAD DE BRASILIA, DISTRITO FEDERAL, BRASIL, TRANSMITIDO POR MARÍA SANTÍSIMA, MADRE DEL SOL Y DEL COSMOS, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Como un rayo fugaz proveniente del universo, Mi Consciencia Maternal desciende y se aproxima a este mundo para que nuevamente la humanidad dormida despierte al llamado de Dios Altísimo.

Llego hasta vuestras vidas para que Me recuerden como vuestra Madre querida, como la Bondadosa y Prodigiosa Mujer de Dios, la que ha hecho milagros y conversiones espirituales en vuestras vidas.

Pero cada vez que Yo desciendo desde el Cielo hacia vuestro mundo, Mi Corazón Victorioso no puede dejar de ver la ignorancia y la indiferencia de muchos de Mis hijos, los que han pasado por Mis caminos, Me dan la espalda y no Me escuchan. Es esta indiferencia la que el enemigo propaga como veneno en el corazón de los hombres, es esta indiferencia y crueldad de muchos hijos Míos, las que llevan a la perdición de las almas.

Por eso, para que la Sabia Justicia sea evitada, Yo vengo del cosmos para suplicarles que hagan algo por esta destruida humanidad. Sepan que no solo las almas sufren, sino también Mis benditos Reinos de la Naturaleza, los que día a día son ultrajados sin amor ni misericordia, hasta retirar de ellos la última gota de vida; eso provoca la ira de Dios y promueve consecuencias irreversibles en todos los que destruyen el Proyecto Creador.

Por eso, Mis hijos, abran los ojos a la sabiduría y sientan en el corazón la oración que Yo cada vez más les pido que realicen, eso ayudará a que se eviten desgracias en los más injustos.

Por encima de todo busquen la Misericordia de Dios, para que ustedes y el mundo sean perdonados de los constantes pecados de necedad y vanidad. A través de Mi Bendita Pureza Yo les entrego el poder cósmico de Mi Gracia, estado que los repara y los conduce por el camino de la redención.

Mientras Mi Hijo ve día a día los horrores y las acciones injustas que se cometen contra el Corazón del Padre Celestial en este mundo enfermo, Yo los coloco dentro de este tiempo apocalíptico como si ustedes no participaran de él. Pero es el poder de la oración y de la consagración diaria de vuestros corazones a Mi Inmaculado Corazón de Madre, lo que permitirá revertir vuestras faltas y las faltas de muchos.

Quiero que todos sepan que a través de Mi llamado encontrarán la salida y aunque el enemigo los golpee fuerte, él nunca conseguirá derrumbar el amor que Yo he colocado en vuestros corazones. Sean sabios y así no se confundirán evitando seguir otro camino, otro movimiento espiritual que no sea el de Mi Hijo Amado.

Glorifiquen a Dios y pidan por cura y misericordia. El mundo sigue sin comprender que debe cambiar antes de que las malas acciones sean liberadas por la Justicia de Dios.

Yo los animo en este tiempo a amar. Yo los llamo a ser humildes y transparentes, así Me ayudarán a equilibrar el eje planetario, el ecuador de este mundo, antes que él se desequilibre a causa de la densidad y de la maldad humana.

Pero aún en este mundo material existen corazones como los vuestros, determinados a seguirme hasta los días de la santa muerte; de esa forma vuestra devoción y fe harán siempre triunfar Mi Inmaculado Corazón.

¡Bendigo en este día al grupo de Brasilia por haber escuchado y respondido a Mi llamado!

Mi Hijo agradece por haber acogido a Mis Misioneros.

Los protege ante todo,

Vuestra Santísima Madre María, Madre del Sol y del Cosmos

MENSAJE PARA LA APARICIÓN EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, TRANSMITIDO POR MARÍA, VIRGEN DEL INMACULADO Y TRASPASADO CORAZÓN, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Yo Soy la Virgen del Inmaculado y Traspasado Corazón y así vengo al mundo en este día para que la humanidad pueda ser aliviada de sus sufrimientos por medio de los dolores que sentí en Mi pecho y que aún siento hasta el día de hoy.

Hijos Míos, hoy entrego al mundo Mi Inmaculado y Traspasado Corazón como una ofrenda divina para que otras almas puedan ayudarme a aliviar el dolor de este mundo.

Quiero ofrecer a Mis hijos el sacrificio, la donación de sí, el servicio permanente a la humanidad, a los reinos de la naturaleza y a todo el planeta.

Vengo a entregarles Mi Corazón traspasado por la espada de los pecados humanos y de toda la indiferencia de la humanidad, ante el sacrificio de Mi Hijo.

Los tiempos se aceleran en este mundo y las consciencias están ajenas a todas las advertencias de los Mensajeros Divinos. Las faltas más graves se convirtieron en el diario vivir de los seres humanos y el sufrimiento que padecen muchas almas no toca más a los corazones de aquellos que podrían equilibrar estos dolores y tormentos, por medio de la oración.

Mis amados, la búsqueda de la comodidad y del bienestar propio ha tomado el corazón de los seres, que ya no dan importancia a lo que sucede en este mundo.

Mi Corazón sigue traspasado como una ofrenda única que puedo realizar al Creador, padeciendo en él todos los dolores de Mis hijos y aliviándolos por medio de Mi Amor. Pero esto, Mis amados, no es suficiente. Para equilibrar el mal que se esparce por este planeta es necesario que al menos algunas almas del mundo despierten a la realidad en que viven y se entreguen a un camino de santidad por medio de la oración, del servicio y de la entrega total de sí mismo a Dios.

Ya no es suficiente que Me dediquen una pequeña oración antes de dormir o que oren unas pocas oraciones por día, si en las acciones de vuestras vidas destruyen lo que intenté construir en los pocos minutos de oración.

Mis ojos, están fijos en el mundo, atentos a las plegarias de cada uno de Mis hijos, por menores que sean. Incluso aquel de entre Mis hijos que pueda ser el más orante, si no vive la oración en sus acciones, en sus pensamientos y en sus sentimientos, de poco servirá que ore si la gota de amor que consigo depositar en sus esencias se derrama en la primera oportunidad que se pierde de manifestar el amor.

Mis amados, quiero enseñarles a cambiar los valores de esta vida, a cambiar la meta hacia la cual caminan. Vuestra meta no deberá estar en este mundo. No batallen más, simplemente, por tener una cómoda vida material, y no escatimen esfuerzos para instituir un tiempo de paz, de reconciliación, de perdón y de redención. Esto es lo que el mundo necesita y para ello están aquí en este tiempo.

No se dejen engañar, pues, en cuanto se distraen con las ilusiones y los placeres mundanos, las almas no cesan de ingresar en los infiernos y purgatorios de este mundo, que ya están tan repletos de consciencias perdidas a consecuencia de sus elecciones.

Mis amados, ¡oren! ¡oren mucho! ¡clamen! Y sean misericordiosos en vuestras vidas.

¡Despierten! Revean sus metas y sus aspiraciones.

Acepten en vuestras vidas Mi Inmaculado y Traspasado Corazón y ayúdenme a aliviar el dolor de este mundo.

Yo los amo y los aguardo día y noche en oración y en entrega.

María, Virgen del Inmaculado y Traspasado Corazón

Páginas

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

SEA VOLUNTARIO

Contacto