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Apreciados hijos:
Hoy agradezco en especial a todos los servidores donados a Mi Inmaculado Corazón. Mi tarea por la paz se difunde por la espontánea y abnegada colaboración de muchos de Mis servidores marianos en el mundo.
El mensaje de hoy lo dedico, con amor y agradecimiento, al grupo de almas donadas a la misión de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad. Sin la dedicación total de vuestras vidas, muchas almas no hubieran podido salvarse. Sepan, Mis queridos hijos, que Mi Corazón no elogia, pero sí irradia amor y agradecimiento celestial por la tarea que vosotros, como hijos, hacéis posible en esta parte del mundo, en esta parte de América del Sur.
Queridos hijos, por tal motivo, a todo este dedicado grupo de almas les extiendo Mis brazos para que a todos, tomados de Mis Manos Maternales, Yo pueda elevarlos hasta el Reino de Dios.
Hijos Míos, recuerden que vuestra morada debe reposar todos los días porque Dios necesita que vuestro templo esté firme y fuerte para que puedan continuar con la tarea que Yo les he confiado.
Como soy Madre de todas las almas, hoy pido a todos Mis hijos que oren, que oren por todo este grupo mariano de almas para que la Luz del Espíritu Santo los colme, los guíe y les entregue sabiduría espiritual para cada uno de los pasos que realizarán Conmigo, en esta tarea de paz, en esta Mi Misión Maternal.
Agradecida por entero a todo este grupo dedicado a llevar el Mensaje de Mi Inmaculado Corazón les pido, hijitos Míos, que colaboren sinceramente para que esta tarea pueda continuar por mucho tiempo más. Dios Me encomendó venir a vosotros, y Jesús Me ha pedido que Yo sea una Gran Protectora de vuestros corazones.
Queridos hijos, continúen por este camino, Dios hoy está alegre por la donación de todos.
¡Bienvenidos a Mi Reino, misioneros de María!
Les agradezco desde el Corazón de Dios.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Que la confianza sea la próxima meta espiritual que vuestros corazones puedan irradiar como dignos hijos de Dios. Pequeños Míos, que esta confianza entre las criaturas y el Dios Supremo sea la nueva alianza redentora para toda la necesitada humanidad.
Hijos Míos, hoy los llamo a fortalecer, mediante la oración, esta misma alianza que Mi Hijo estableció entre Su Sagrado Corazón y Dios. Queridos hijos, que este propósito para vuestras vidas sea el motivo de vuestra presencia en la Tierra; de modo que, si mantienen encendida esta llama espiritual de Dios, muchas necesitadas criaturas podrán ser auxiliadas en el tiempo final por los Grandes Ángeles del Señor.
Queridos hijos, es importante que consideren en vuestras vidas lo siguiente: construir en vuestra morada la unión perfecta entre el alma y Dios. Y esta insondable confianza comenzará a través de la acción del amor, un amor que Mi Hijo les enseña a vivir en vuestra vida, un amor reparador y redentor. Por este motivo, hoy los invito a abrir vuestros corazones ante la Luz del Creador, Luz que está siendo vertida sobre todos Mis hijos de la humanidad a través de Mi Presencia Maternal entre ustedes.
Hijos Míos, que vuestros corazones se enciendan nuevamente con alegría, en gratitud para que vuestras vidas puedan estar eternamente en el Señor.
Hoy los llamo a vivir en esta confianza, ya que ella los llevará hacia la fe, y la fe los mantendrá en la devoción a Mi Inmaculado Corazón y al Sagrado Corazón de Jesús. Que Nuestros humildes Corazones sean, para vuestra vida, esencia de perdón y esperanza en los momentos que vivirá la humanidad.
Si la oración fuera la Luz en todas las familias de la humanidad, ellas se tornarían familias sagradas, miembros de la Fraternidad en estos tiempos.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hijos Míos:
Con inmenso gozo y alegría hoy les digo que los Planes del Padre se están cumpliendo a través de cada uno de ustedes. Por esto, pequeños Míos, el motivo de Mis palabras en el día de hoy es para que sus corazones celebren Conmigo porque los Planes Celestiales se están manifestando en el corazón de todos los que escuchan Mi llamado.
Como la humanidad necesita aún de mucha Misericordia, Yo les pido que continúen con fidelidad por el camino de la consagración, un camino eterno hacia Dios. Hoy, a todos los soldados unidos a Mi Inmaculado Corazón quiero agradecerles por contestar y responder, a lo largo de estos últimos ocho meses y también en estos últimos años, a todos Mis pedidos de oración por las almas en el mundo y, en especial, por este amado planeta de Dios.
Queridos hijos, los invito de esta manera, a profundizar en los misterios de la contemplación del Santo Rosario para que cada una de sus almas encuentre las llaves que los unirá con Mi Hijo, con cada uno de Sus pasajes, los que dejó como enseñanza para ustedes.
Hoy los invito a guardar sus corazones dentro de Mi Inmaculado Corazón. Como Madre Corredentora, después de Cristo, quiero sostenerlos por mucho tiempo entre Mis brazos para que cada una de las vidas de Mis hijos viva en la Gracia Eterna de Dios.
Quiero acompañarlos desde esta vida hasta el Paraíso. Conozco bien a cada alma y sé qué es lo que cada uno de Mis amados hijos necesita en estos tiempos.
Infinitamente en la presencia de Jesús, alabado Rey del Universo, hoy les digo: ¡les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mi Inmaculado Corazón Celestial los guía e ilumina vuestro largo y extenso camino en este mundo.
Queridos hijos:
Con suma reverencia permanezcan durante todo este bendito día del Señor en la esencia infinita de la gratitud. Si sus corazones sienten hoy una sincera gratitud, Mi Materno Corazón podrá ayudarlos por más tiempo, como humanidad.
Vuestro mundo necesita de inmensa e inagotable Misericordia. Por eso, hijos Míos, abran vuestros ojos y vean a Mi Hijo Jesús frente a vosotros. Cristo aguarda, sin espera y sin demora, que vuestros pequeños corazones se aproximen a Él para que vuestras vidas puedan reconocer la grandeza de Su Amor Redentor.
Hijitos Míos, esto es motivo para que vosotros entréis, en confianza, hacia el verdadero universo de la oración, el cual deberán construir día a día en vuestros corazones y en el corazón de todos Mis hijos.
Como el mundo espera por Misericordia, la Misericordia de Dios a través de Cristo, Mi Hijo, Yo los invito a tomar consciencia de vuestra vida aquí en la Tierra y cuánto ella está, en entrega y en amor, colaborando con los Planes de Dios.
Hijos Míos, Mi misión mariana es advertirles que ya no son tiempos normales; es hora de orar con todo el fervor del corazón para así poder ser digno de la venida del Sumo Sacerdote del Amor, de Jesús, vuestro Salvador.
Hijitos, si sus corazones oran y vuestros pensamientos se calman en Mi Presencia Maternal, Yo, como Madre de todos, podré acercarlos cordialmente hasta la eterna presencia del Corazón Divino de Jesús. Vuestras vidas deben ser como la expresión de las rosas en un jardín celestial, porque así, ustedes se volverán dignos de recibir la belleza del Amor de Dios en cada una de vuestras vidas.
Como Mediadora delante de Dios, hoy les traigo, queridos hijos, el urgente llamado a la oración y a la reflexión para que de manera consciente ustedes puedan servir a todos en el nombre de Mi Eterna Paz.
Mi voz se anuncia a cada uno de vuestros corazones; Yo estoy aquí porque los amo y los guío.
Sean como Jesús, imiten el camino de la mansedumbre y de la humildad.
Oremos, solo oremos.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mi Corazón Inmaculado irradia Amor al mundo. Mis manos de sierva fiel lo sostienen con mucho amor. Envío, desde la Eternidad, Luz sobre todos para que el Espíritu Santo actúe como fuego celestial en los corazones, los cure, los eleve y los perdone para estar en unidad delante del Creador.
Queridísimos hijos de Mi Corazón Maternal, con la Llama de Amor del Espíritu Santo sobre el mundo, celebremos hoy el inmenso gozo que Dios les dona a través de Mi presencia diaria en vuestras vidas. Hoy, emanen el rayo de la gratitud para que todas las almas reciban también la Gracia de la conversión del corazón, el alivio interno para la vida.
Alegren vuestros corazones, pues en estos últimos siete meses de mensajes diarios Mi voz está teniendo eco. Cuando vuestras almas suban a los Cielos, los Ojos de la Bondad les revelarán todo este ejercicio diario de amor que Mi Corazón está realizando por esta humanidad.
Quiero decirles que Dios, silenciosamente, a través de Mi Fuego de Amor Misericordioso, los está llamando desde hace ya siete meses, todos los días, para que el mundo recuerde que la Voluntad Única, la Fuente original del Amor y de la Unidad, el Dios Eterno, Omnipresente y Bondadoso, los ama y los espera a través de un sincero acto de reconciliación con Su Amado Corazón. El Padre de las Gracias ha bajado en Espíritu Divino para despertar la Luz en vuestros corazones. Este es el eco que Mi Voz Maternal está difundiendo para que todos los corazones alcancen la paz.
Por eso, queridos hijos, sea cada momento de oración dedicado al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, una alianza perfecta con el Amor de Dios para sus vidas y para la conversión de los que aún no se han convertido.
Mi Corazón, a lo largo de estos últimos siete meses de llamados diarios, ha querido impregnarlos con la instrucción del Amor y de la Redención que Mi Hijo amado irradia al mundo con Su Divina Misericordia.
Caminen sin pausa hacia el encuentro con el Amor de Dios.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Que hoy vuestros corazones canten y alaben al Redentor porque Él ha resucitado en cada una de vuestras vidas. Vivan el gozo de la Gloria de Dios y sacien la sed de todas las almas con la oración del corazón.
Queridos hijos, abran los brazos para recibir Mi Paz Inmaculada y difundan el espíritu de colaboración entre los corazones. De esta manera, hijos Míos, vuestros corazones vivirán la caridad de Mi Hijo. Que hoy sea un encuentro de oración, de amor y de alegría porque Mi Hijo llega a cada uno de ustedes para que Lo vivan y Lo amen en fraternidad.
Queridos Míos, que hoy brote desde ustedes el manantial de la gratitud porque Dios ha enviado a Nuestros Corazones para que el mundo esté en el camino de la salvación.
Queridos hijos, liberen de vuestros corazones toda tristeza y vivan en paz este reencuentro con el Corazón Infinito de Jesús. Abran las puertas de vuestras moradas y reciban al Pastor para que sus pequeños corazones se rediman. Entonces podrán estar verdaderamente en Mi Hijo y no olvidarán que Él los espera diariamente para que lo adoren y lo contemplen con el corazón.
Hijos Míos, vuestras vidas hoy están comulgando de un Gran Corazón de Amor que debe tener reposo en cada uno de ustedes. Este gran Corazón de Amor se llama Jesús, Mi Hijo Altísimo, que les trae la Paz y el Amor.
La fuente de oración que vuestros corazones generan día a día, aliviará el dolor del mundo porque Nuestros Corazones podrán interceder por toda la humanidad delante del Padre Amadísimo.
¡Vivan el gozo de la resurrección y celebren porque Mi Hijo quiere estar en vuestras vidas!
Gracias por responder a Mi llamado.
Luz Eterna para el mundo,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Yo soy como el Sol del Universo, que día a día los quiere iluminar y amar para que puedan vivir en Mi Hijo algo único y glorioso. Vivan en el Espíritu de Cristo y, en humildad, reconcilien sus vidas con Su Sagrado Corazón.
Queridos hijos, en la reconciliación diaria de sus corazones con Mi Hijo, ustedes ayudarán a que muchas almas perdidas en la vida del mundo, y almas que no sienten a Dios, puedan todas ellas ser conducidas por la Luz de Mi Inmaculado Corazón.
Hijos pequeños, por la confianza en Cristo podrán renovar la vida y todos los errores cometidos, más aún aquellos que se repiten sin poder ser perdonados; todo esto recibirá la justa causa de la Divina Misericordia. Por eso, siendo sus corazones parte de la humanidad, revertirán situaciones mundiales que todas las almas viven como lo es la falta de fe y la carencia de amor.
Hoy los invito a renovarse delante de Mi Hijo a través de la oración para que todo pueda reconciliarse y perdonarse según los preceptos del Altísimo Dios.
Queridos hijos, en el acto de la reconciliación estarán siendo salvados. Asimismo, muchas almas que aún niegan y no viven al Dios Vivo podrán ser tocadas por la presencia de Mi Amor Maternal. Pero para que eso acontezca, los necesito en oración, afirmando en sus corazones la vida de la Misericordia para que la mayoría de las faltas cometidas por la humanidad sean perdonadas.
Hijos Míos, ya estamos en el camino hacia la reparación del corazón y de la vida. Por eso, Yo los invito a ejercitar la paciencia delante de lo que es inquebrantable y a permanecer en Mi Inmaculado Corazón para que Mi Amor todo lo pueda curar.
Reconozcan que sin Dios Padre nada se puede hacer. Que brote en ustedes la gratitud por estar delante de Su trono.
¡Misericordia para Mis hijos del mundo entero!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Con alegría preparo Mi inmaculado Corazón para los días 25 y 26 de este mes, momentos en que Yo apareceré para toda la nación de Brasil. El Señor les estará concediendo, en esos días, la Gracia especial del perdón y de la conversión del corazón. Todo esto comenzará, queridos hijos, con la práctica de la oración diaria. De esta forma, pequeños niños, más Gracias serán derramadas en varias naciones que están nece-sitadas de paz. Mi llamado a la paz es para toda la humanidad. Pero este estado de paz, primeramente deberá comenzar en lo profundo de sus corazones.
Alegren sus corazones en este día, Mis queridos hijos; brillen como las estrellas en una perpetua oración para el mundo y por todas las almas. Ustedes saben que Yo he aparecido a muchos corazones y en diferentes tiempos del mundo; hoy estoy llegando de nuevo al mundo y desde los Cielos a través de distintas pero unidas apariciones. Mi Corazón quiere permear a todos los hijos, porque Mi reclamo a todos ustedes es el llamado de atención a la tarea diaria de la oración.
Queridos hijos, sus corazones están a tiempo de convertir el dolor en alegría y el sufrimiento en donación para Dios. Sus esfuerzos como almas entregadas a la Voluntad del Supremo los ayudarán en la transformación real de sus corazones. Amen la Voluntad Divina. Amen la Voluntad Infinita que viene desde nuestro Padre Celestial.
Pequeños niños, hoy los invito a preparar sus corazones para el encuentro Conmigo en este mes. La alegría y la gratitud serán las llaves que abrirán las puertas para lo nuevo.
Queridos hijos, Dios Padre bondadoso Me concedió la Gracia de que nos encontremos en Figueira los días 25 y 26 del próximo mes de febrero. Allí, Mi Inmaculado Corazón les dará la paz a través de Mi voz.
Estamos en tiempo de Redención, Mis pequeños niños. Sus corazones no podrán perder el llamado que Yo hago a cada corazón.
El mundo podrá vivir en paz cuando todas las almas busquen a diario la oración. Así Mi Inmaculada Paz será vida y esperanza para muchos.
Gracias por responder a Mi llamado.
Escucho sus oraciones.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Reciban Mi llamado con sus corazones y Sus brazos abiertos. Yo soy la Madre del Alivio y del Auxilio que viene al mundo para resguardar a los pequeños corazones. Aún hay muchos lugares por donde Mi Corazón deberá pasar para aliviar el dolor.
Solo les pido hoy, Mis queridos hijos, que delante de todo sufrimiento interior permanezcan en Mi Corazón Inmaculado. En esa hora de entrega y de renuncia Yo allí estaré para apoyar el paso de sus corazones. Aquí, en la Tierra, aún hay mucho para restaurar y perdonar, pero lo más urgente es que debemos orar para que las últimas Gracias Celestiales puedan descender.
Queridos hijos, en verdad les digo que Mi Corazón de Madre es humilde, es sencillo y está abierto a cada uno de ustedes. Mi Amor nunca se separará de los corazones que se han consagrado a Mi Inmaculado Corazón. Por eso, pequeños, deberán vivir con suma alegría el sufrimiento que el Señor envía a sus corazones, para que ese dolor, permeado por el amor, libere el mal que vive el mundo.
Yo los conduzco por el camino que Mi Hijo les prometió vivir. Él es el Camino, es la Verdad y es la Vida para todos los corazones que lo aceptan vivir. Hay un camino por donde ir. Hay una verdad sobre sus existencias como almas y como corazones, y hay una vida nueva que, a través de Mi Hijo, descubrirán en el sendero de la oración. Solo aspiren, Mis pequeños, a encontrar día a día el camino hacia Cristo; Él fortalecerá sus corazones durante las horas de prueba.
Lo esencial de todo, Mis queridos hijos, es que sus corazones no pierdan la alegría de servir y de sonreír porque así lo quiere el Señor en estos momentos: Él quiere ver sus corazones llenos de gratitud y de alegría.
La misión de todos Mis hijos en el mundo será convertir sus corazones a la Voluntad del Señor sin temor alguno. Por eso, Mis pequeños, Yo estoy entre ustedes anunciando el tiempo venidero de la paz para el mundo.
Oremos.
Gracias por responder a Mi llamado.
Que reine la alegría en sus corazones. Paz para la Tierra.
Los ama eternamente,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más