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Queridos hijos:
Entren en esta nación norteamericana con sus corazones humildes, para que estén libres de todo y las almas que aquí viven puedan encontrar en su interior la unión con Dios.
Mi deseo es derramar toda la Misericordia posible, a fin de ayudar y amparar a las consciencias que precisarán mucho de la Gracia de Dios.
Por eso los invito a arder profundamente en oración con el objetivo de atraer hacia este pueblo la esencia de la paz.
De esa forma, queridos hijos, Yo les daré la fuerza interior para que la humildad despierte en ustedes.
Será importante sembrar la paz en todos los planos de consciencia así, queridos hijos, Mi Inmaculado Corazón triunfará.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los ama y los protege,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Soy el Cáliz Virginal
Yo soy el Sagrado Cáliz Virginal que guarda dentro de sí los códigos redentores y divinos del Preciosísimo Hijo.
Soy el Cáliz que derrama todas las Gracias en las almas que se abren para recibir en su interior los Misterios de Dios.
Soy el Cáliz que guarda dentro de sí la esencia de la Divina Vida de Cristo.
Soy ese Sagrado Cáliz que atrae con su Inmaculado Espíritu todas las Leyes de la Misericordia de Dios, para que las almas encuentren su liberación y su paz en estos tiempos.
Soy el Sagrado Cáliz que transporta en el Universo los principios de la nueva vida y de la redención.
Soy quien trae en su Cáliz Virginal el Amor Purísimo de Dios para que las almas lo reconozcan por medio de Mi presencia en el mundo.
Soy el Sagrado Cáliz de la humildad que viaja por las naciones llevando a todos los espíritus la preciosísima experiencia de Cristo en la Tierra.
Les doy de beber a cuantos claman por piedad, y vierto en las almas los dones de la rehabilitación.
Desde el principio de todo soy ese Sagrado Cáliz que gesta la vida espiritual e inmaterial.
A través de Mi vientre puro creo el espíritu redentor en cada corazón que se abre todos los días para conocer Mi amor maternal.
Soy el Sagrado Cáliz del Arca de la Santa Alianza.
Soy el instrumento que reviste al Precioso Hijo con toda gloria, amor y divinidad.
Soy el Cáliz que protege y guarda los preciosos códigos alcanzados por Cristo, y soy el Cáliz que los derrama sobre la consciencia planetaria.
En ese Sagrado Cáliz se guardan las más importantes memorias de la redención vivida por la humanidad.
Soy el Cáliz Divino que por medio de la Sangre Divina de Cristo refracta el Espejo sutil de la Redención para el mundo, con el fin de que las almas despierten a su momento de redención.
Soy el Sagrado Cáliz que gesta en la consciencia la rehabilitación, abriendo las puertas a la Compasión del Padre.
Soy ese sagrado instrumento de Dios que día a día vierte las Gracias del Universo en todos los corazones de la Tierra.
Soy ese Sagrado Cáliz que guarda la esencia del perdón para las criaturas que necesitan vivir la paz interior.
Hoy su Madre Celeste se presenta como el Sagrado Cáliz Virginal, para que las almas beban de la Fuente de Mis Gracias con el fin de aliviar los corazones y de hacer resucitar la vida espiritual de las consciencias.
Es así, queridos hijos, que la Madre del Todopoderoso hoy los acompañará desde el Centro Mariano de Figueira, para que las almas sientan que soy Omnipresente y Omnisciente en todo el planeta, que solo busco la unidad entre los pueblos y las naciones para que triunfe el amor, y el mal sea vencido por la paz.
Queridos hijos, en este día de la Virgen de Guadalupe, su Madre bendice a todo México y a todo su pueblo, con la misión de que los corazones sinceros abracen la Gracia que hoy recibirán.
El Santuario de Guadalupe hoy se reviste por la presencia del Cielo, y deja en la esencia de cada alma la vivencia de la comunión divina con Cristo, su Señor.
Que hoy se refleje en los rostros la sonrisa humilde de la Madre de Dios y de la siempre Virgen María, Madre de Guadalupe y Señora de los pueblos.
Que hoy todas las naciones de América se sientan unidas bajo la luz de la sierva y esclava de Dios.
Que la paz se establezca en cada corazón humano ahora y siempre. Amén
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los unifica y los consagra,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
A todos los corales presentes en el Encuentro de Música para la Cura y Elevación de la Humanidad
Mis queridos hijos presentes en el Centro Mariano de Figueira:
Hoy con toda la luz y el amor que brota de sus corazones por el canto quiero pedirles que, bajo el espíritu de la humildad y de la simplicidad, ofrezcan este encuentro por la divina causa de hacer triunfar el Amor de Dios en la humanidad.
Para eso, hijos Míos, su Madre Celeste hoy los acompañará desde México en la sagrada faz de la Virgen de Guadalupe, y con todos Mis ángeles, desde este lado del planeta, esperaré ese momento en donde sus voces comenzarán a cantar y a proclamar la paz para el mundo y la cura de los corazones.
En ese ofrecimiento de hoy, queridos cantores de Mi Corazón, quisiera que dedicaran amorosamente este encuentro por la grave situación que enfrenta su planeta, especialmente por lo que enfrentan Mis hijos de Centroamérica, quienes sufren los efectos climáticos y el intenso movimiento de los elementos de la naturaleza.
Por esta sagrada misión que viene llevando adelante su Madre Celeste les pido, queridos cantores de Dios, que se mantengan unidos a los grandes ángeles de las diferentes regiones del planeta, especialmente a los ángeles de Centroamérica, para que ellos a través de las súplicas de sus voces puedan calmar el furor de la naturaleza.
Es así, queridos hijos, que la humanidad entera y su parte más dormida enfrentan los primeros y agudos pasos de la purificación del planeta.
Por medio de su ofrenda artística a Dios podremos, hijos amados, abrir las puertas a la Gracia, para que ella nuevamente sea derramada a través de Mi Inmaculado Corazón en todos los espacios y en las consciencias del planeta que aún no están preparadas para vivir el último ciclo de transición.
Desde el Santuario de Guadalupe en México, en lo alto del monte Tepeyac, su Madre Celeste esperará las piezas musicales e instrumentales que hoy serán ofrecidas de corazón por cada uno de ustedes, para que así se establezca un poco más de paz en la consciencia de la humanidad que nunca vivió una transición final.
Desde ahora, agradezco a todos los orantes por estar acompañando a su Madre Divina en esta misión por Centroamérica y México.
Es así que todavía los invito a seguir colaborando en la obra que los Mensajeros Divinos seguirán expandiendo por otros lugares del mundo.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Canta con la voz del Corazón,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Vengo vestida de Gracia para derramarles Mi Luz, para que en este día santo descansen en Mis brazos y solo puedan estar en Dios.
Vengo vestida de Gracia para derramarles Mi Paz, y para que sus corazones y los corazones del mundo encuentren la Misericordia de Dios.
Vengo vestida de Gracia para derramar, sobre ustedes y el mundo, los Rayos de Mi Gracia, que son tan necesarios para estos tiempos, especialmente para las almas que deben comenzar de nuevo sus caminos, los caminos que le ha propuesto Mi Hijo a cada uno de sus corazones.
Vengo vestida de Gracia para que puedan conocer la Compasión de Dios, aquella compasión que el mundo ha olvidado completamente debido a los errores de los hombres, al producir dolor y cometer ultrajes e indiferencias al Corazón del Padre Celestial.
También vengo vestida de Gracia para irradiar Mi Espejo de Luz sobre ustedes; para reencender las esencias que están caídas y que aún no han encontrado el camino de la salvación.
Que el hombre de superficie reconozca la Gracia de la Madre de Dios. Es esa Gracia suprema e infinita, queridos hijos, que siempre los mantendrá en el camino de Mi Hijo, el camino de la paz y del bien.
Y así, como Yo les he dicho esta mañana: la Unidad a todos los salvará. Si sus corazones están unidos en Cristo, no deberán temer por nada, queridos hijos. Cristo es esa Llama de Unidad incandescente que brilla en todo el Universo Celestial.
Nuestros Corazones, llenos de Gracia, se aproximan nuevamente al mundo para decretar la paz y el fin de la guerra, la guerra que viven interiormente muchos corazones, la guerra que se expresa sobre la superficie del planeta como consecuencia del caos y de la adversidad. Pero si sus corazones están unidos a Mi Gracia, ¿creen que ustedes se transformarán?
Mi Gracia todo lo permite, porque de la Gracia nace la Misericordia de Dios, la Misericordia que todo transforma y redime a través de los tiempos.
Busquen en ustedes, queridos hijos, la esencia de la Gracia de Dios, la llama de la Gracia de Mi Hijo, que viene descendiendo desde el universo en estos tiempos, para poder formar a los nuevos rebaños del Creador.
A lo largo de los tiempos vengo acompañándolos a través de la llama de Mi Gracia, para que siempre puedan estar en el camino correcto, para que nunca olviden lo importante que es amarse los unos a los otros, para siempre poder gestar la unidad del corazón.
La Unidad de Dios es invencible, así como Yo les he dicho. Todos los ángeles del Cielo se sirven de esa Sagrada Unidad para poder vivificar al Padre Eterno.
Yo los invito queridos hijos, de esa forma, a buscar su Gracia interior, la esencia del amor y de la unidad entre los corazones. Si ustedes buscan todos los días la unidad entre sus semejantes, el mundo no sufrirá tanto. Pero mientras las almas se aparten de la Gracia de Dios, sufrirán y no habrá remedio que pueda sosegar a esos corazones.
Por eso, les pido, queridos hijos, mantengan firme en ustedes la Gracia de Dios, para que puedan estar con sus semejantes en unidad. Así, sabrán siempre qué deben hacer. Aun en los tiempos del caos la llama de Mi Gracia los conducirá, iluminará sus caminos para que puedan ver el propósito que viene emergiendo en el horizonte.
Yo soy esa Estrella de Gracia para todo el universo y quisiera, queridos hijos, que en cada momento de oración pudieran contemplar la Gracia de Mi Corazón. En Mi Gracia no hay error, no hay dolor, no hay sufrimiento. En Mi Gracia hay Amor, Piedad y Misericordia para las almas del mundo.
Coloquen en Mi Corazón lleno de Gracia a toda esta creación del planeta que tanto sufre las consecuencias de la humanidad.
Coloquen en Mi Corazón de Gracia a los Reinos de la Naturaleza, para que ellos puedan ser reparados por Mi Luz, por la gran consciencia Madre de la Naturaleza.
Coloquen a sus semejantes en Mi Corazón de Gracia, para que sus desiertos y las pruebas que hoy viven puedan pasar pronto y todos puedan vivir, en Mi Hijo, el Sagrado Propósito que con tanto Amor materno vine a depositar en sus vidas.
No vengo a ver su imperfección, queridos hijos. Vengo a buscar, en ustedes, que pueda despertar la llama de la Gracia de Dios, para que nunca olviden que la unidad es algo imprescindible en este tiempo.
Hoy vengo vestida de Gracia. Vengo como la Señora de la Gracia para derramar sobre el mundo lo que él necesita; para que la humanidad pueda soportar su purificación a través de la corriente poderosa de la oración.
Queridos hijos, les pido con Mi Corazón materno que no se cansen de escuchar Mi voz. En Mis Palabras está Dios presente y todos Sus códigos de Luz, así como los códigos de Luz de Mi Hijo y los del Espíritu Santo.
Así, Yo Soy la Madre de la Santísima Trinidad, que quiere verlos en paz para poder soportar el fin de los tiempos.
Únanse los unos a los otros para que la Gracia de Dios esté presente en sus vidas. Esta Obra, que Yo vivo con ustedes en estos años, es una Obra generada por la Gracia de Mi Corazón. Si Mi Gracia no hubiera tocado sus esencias, esto no sería posible.
Mediten en lo que les pido.
Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Porque Mi Gracia es infinita.
Así como el Creador que creó todos los universos, era en Sí una Fuente de Vida, Yo, hijos Míos, Soy una Fuente de Gracia para todo el cosmos, para todas las criaturas. Es de Mi Inmaculado Corazón que provienen todas las oportunidades de redención y de cura para aquellos que no las merecen.
Con Mi Maternidad, Amor y Misericordia, derramo sobre cada esencia de este mundo y de muchos otros, la Gracia que necesitan para retornar a Dios.
Cada una de Mis Palabras, hijos Míos, trae en sí una Gracia Especial, una Gracia Única. Aquellos que Me escuchan con atención y que dejan que ellas penetren en lo profundo de sus seres transforman esa Gracia en vida, transforman la propia consciencia, la propia esencia, en una esencia redimida por Mi Gracia.
Cada vez que vengo a su encuentro, les traigo nuevas oportunidades de crecer, de seguir Mis pasos. Cuando les hablo, hijos, no estoy solo corrigiendo sus caminos, les estoy trayendo una Gracia para que puedan despertar, mientras todavía hay tiempo, y cumplir con aquel compromiso que hicieron con Dios en el principio de todo, antes aun de que llegaran a este mundo.
Aquellos que se reúnen bajo Mi Manto y que vienen a Mi encuentro para escuchar Mi Voz fueron llamados y atraídos por la Luz de Mi Gracia.
Por eso, en esta noche, delante de esta Fuente que Yo represento frente a sus ojos, a sus corazones, déjense permear por esta Gracia que se expresa en Mi Divina Luz, que los cura, redime y transforma, para que finalmente expresen lo que es perfecto, que hace tanto tiempo está escondido en sus corazones.
Hijos, para que la Gracia que Yo les traigo se exprese en sus vidas, no bastará que Mis manos sean impuestas sobre sus seres. Necesitan esforzarse para que esta Gracia crezca, dé sus frutos y puedan ir más allá de sus seres; que puedan llegar a aquellos que más lo necesitan, porque para eso les entrego estas Gracias, para que representen a esta Fuente en el mundo, multipliquen las Gracias que Yo les entregué a través del ejemplo, de la vivencia de la unidad, de la fraternidad, del amor, del perdón.
Cuando perdonan los errores de sus semejantes, así como Yo los perdoné cuando los llamé a Mi encuentro, están multiplicando la Gracia que Yo les entregué y están anunciando, no solo a la humanidad, sino a todo el universo, que existe una esperanza de que el corazón humano exprese aquel Pensamiento Divino que surgió del Creador al manifestar la humanidad.
Quiero que contemplen hoy, hijos, la inmensidad de Mi Gracia y las infinitas posibilidades de que ella se multiplique en sus vidas.
Una Gracia, hijos Míos, cuando la reciben del Corazón Divino, de esta Fuente Sublime de la Creación, es algo único y aún incomprensible para sus pequeñas mentes humanas.
Por eso, solo sientan el poder de Mi Gracia y no duden en dejar que ella se multiplique y los transforme completamente.
Hoy, deseo que sientan Mi Paz, que estén entre Mis brazos y que, amparados por Mi Gracia, reciban un poco de aliento, porque no solo de batallas deben vivir Mis soldados. Recuerden, hijos, que este ejército existe para proclamar la paz, primero dentro de cada uno de ustedes, en sus familias, en sus hogares y después en el mundo entero.
Hoy, entren en el manantial de Mi Gracia y dejen que Yo los abrace, los cure y con el poder celestial de Mi Amor Materno pueda transformar todo aquello que hasta hoy les impide conocer Mi Infinita Paz.
Hoy, vengo a curarlos, redimirlos y ampararlos en Mi Inmaculado Corazón, porque el mundo necesita de la paz que ustedes le deberán llevar.
No solo, hijos Míos, sobrevivan en este mundo; no solo luchen por la vida, en su día a día, en sus hogares. Contemplen un Propósito Superior y, bajo el amparo de Mi Gracia, atraigan hacia el planeta este Propósito Divino, que les trae una nueva esperanza, un nuevo sentido a sus vidas.
Hoy, hijos Míos, quiero llamar hasta aquí a dos Hijos de María que comprendieron, con su limitación humana, el propósito de Mi Gracia, que poco a poco están permitiendo que Yo los transforme, para que se tornen dignos soldados de Mi Inmaculado Corazón.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:
Quien está en este camino de Luz, alcanzará la sanación, la cura y la redención; porque la Gracia Divina siempre está disponible al alma que abre su corazón para poder reconocerla.
En esta consagración, queridos hijos, a través de estos Hijos, les muestro el poder de la Gracia y de la Unidad; dos vertientes de Luz que siempre podrán contemplar en sus espíritus, uniéndose a la Fuente de Adonai.
Que esta Gracia Divina, que hoy está presente en Aurora, también se pueda expandir al mundo, especialmente a Mis hijos de Venezuela, que necesitan mucho de sus oraciones.
Les digo, a todos Mis hijos de Venezuela, que la Gracia de Dios está con cada uno para que puedan trascender los abismos, las pruebas y las decisiones caóticas que son tomadas. Pero no dejen de perseverar. Mi Inmaculado Corazón triunfará en cada uno de ellos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a escuchar, a pedido de María para esta consagración, “Ave María de Aurora”.
Abrimos nuestras manos para recibir la Gracia de Dios.
Vamos a repetir la oración que María Santísima nos está enseñando, frase por frase, hasta que consigamos hacerla todos juntos:
Bendita Gracia de Dios,
que colmas los universos,
hazme digno de vivir Tu Divina Voluntad.
Amén.
Lleven las manos hacia sus corazones.
Vivan la Gracia de Dios todo el tiempo, en una aspiración ardiente de poder encontrarla en cada espacio de este mundo y en cada uno de sus hermanos en perfecta unidad.
¡Les agradezco, por responder a Mi llamado!
Les agradezco a los presentes, a Mis queridos hijos, por haberme acompañado aquí, en Aurora, en esta Sagrada Fuente de Cura.
Y ahora, abro los caminos, como un Águila de Luz, para peregrinar hacia el Brasil. Y allá, esperaré a todos Mis hijos de esa nación, en devoción y amor por el Plan de Dios.
¡Aleluya! Que Dios sea en ustedes.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy no vengo del desierto, pero sí de un lugar del Universo, para contemplar a Mis guerreros, a aquellos que dicen vivir en Mi Divina Misericordia.
Finalmente llegué aquí y a esta parte del planeta, para extirpar del seno de esta Humanidad y de algunas almas lo que hace corroer la vida espiritual.
Ante la potestad del infierno, sus corazones no deben temer. Si Mi Gobierno está presente y vivo en sus corazones, el Plan de Mi Padre triunfará.
Podrá temblar la tierra, abrirse los abismos, emerger las bestias, pero los ángeles del Señor, aquellos que sirven a todas las almas, vendrán a su auxilio para desterrar todo lo que genera la impureza en la humanidad. Traerán del Universo y de los Universos Celestiales, los Dones y las Gracias de Dios para que las almas se conviertan y participen de este Plan definitivo que comienza a pulsar en Mis nuevos apóstoles.
Cuando Yo estoy presente, compañeros, no hay mal que se pueda resistir.
Recuerden que Yo sufrí por ustedes, padecí por ustedes, entregué Mi Vida por ustedes, derramé Mi Sangre por ustedes, para generar a través de los tiempos la Liberación.
A través de los Méritos de Mi Divina Misericordia crean que es posible trascender los abismos de la Tierra, y a través de Mi Presencia Sagrada, por medio de Mi Insondable Corazón de Luz; cerrar las puertas al mal para que las almas resuciten espiritualmente, se liberen de sus ataduras, de las cadenas de la involución, para que pueda emerger la verdadera alma, aquella esencia divina creada por Dios que vino a cumplir una parte del gran Propósito Universal.
Hoy vine aquí con Mi gran Consciencia de Luz.
Después de mucho tiempo, aproximo todo Mi Ser hacia ustedes, para que sus cuerpos no tiemblen, pero sí, sus corazones se puedan calentar en Mi Divino Espíritu.
Todos los ángeles que forman parte Mis legiones de Luz, se congregan cuando estoy presente para transmitirles el mensaje de salvación y redención.
Cuando el Rey del Universo está presente, las puertas al Reino de Dios están abiertas y todas las Jerarquías Celestes se reúnen como una única Hermandad, para impulsar a los autoconvocados a vivir el fin de los tiempos con un espíritu de valentía y de coraje, con el espíritu del verdadero guerrero que no batalla con la espada para lastimar, sino trabaja con su corazón para irradiar Mi Amor al mundo.
El Amor de Dios que puede vivir en ustedes todo el tiempo los hará invencibles, soportarán las corrientes contrarias que vendrán hacia Mis apóstoles para prepararlos para el gran momento final, donde el gran ángel caído vivirá su juicio ante la Presencia del Hijo de Dios, del Supremo Padre, del Espíritu Santo, del Arcángel Gabriel y de la Santísima Madre del Mundo.
Cada vez que el tiempo pasa, que el final de los tiempos se aproxima y la hora del juicio se acerca, los demonios más impuros se estremecen, al ver resplandecer la Luz de Cristo en todos los hijos de Dios que se definen a dar los pasos en Mi Santo Nombre glorioso, para derrotar las corrientes del mal y hacer concretar el Plan de Dios en la superficie del planeta.
En cada mes, cuando Yo me aproximo a ustedes, sus corazones deben estar más conscientes, sus mentes deben estar unidas a la Mía, para que nada, ni nadie, los pueda separar de Mí.
Yo les ofrezco Mi Corazón poderoso que es el emblema de la verdadera espada de Luz que flamea en el Universo para instituir en toda la Creación, el Amor y la Unidad que nunca separará a las criaturas de Dios, a pesar de cualquier corriente contraria que venga a lastimarlos o a incomodarlos. Sepan, queridos compañeros, que las puertas del Armagedón ya están abiertas.
Trabajen todos los días, no solo para elevar sus consciencias sino también para redimir cada aspecto de sus seres y ayudar a sus semejantes para que abandonen las cadenas del mal, se rediman, se trasciendan, alcancen el amor y hagan triunfar Mi Corazón en cada ser de este mundo.
Sean Mis apóstoles del fin de los tiempos, sean ese único espíritu que trabaja por el Plan de Dios en nombre del Hijo Primogénito y de la Santísima Madre Celestial.
No se cansen de trabajar por esta Obra de Dios que desciende sobre la Aurora, y sobre cada corazón humano para que sea participe del venidero Reino de Dios, después de la transición de la tierra.
Crucen el umbral de esta transición sin miedo, a pesar de que los embates sean fuertes, y las batallas cansadoras.
Crean, queridos compañeros, que Mi Corazón Misericordioso y Luminoso los encandilará, será el farol para el mundo, será la llama encendida que alumbrará los caminos de cada uno de ustedes durante los tiempos de la gran tiniebla.
Y a pesar de que en la superficie del planeta las fuerzas del mal tengan posesión de muchos corazones, Yo tengo muchos, muchas criaturas, que son servidoras Mías, incansables, que están a Mi lado, siguiendo Mis Pasos en nombre del sacrificio y de la humildad, en nombre de la reparación por todos los ultrajes cometidos.
En todos ellos está Mi Templanza, esta Mi Fuego, está Mi Luz, está Mi incansable Amor que puede irradiarse al mundo a través de los espíritus que dicen " sí" a la Voz del Gran Maestro.
Mientras les hablo, compañeros, Mi Voz exorciza todas las cosas, cierra todas las puertas inciertas, y trae el Reino de Dios a la superficie de un planeta enfermo, para que los corazones se puedan coligar todos los días con el Propósito de Dios, que está escrito en sus almas desde el principio de la creación hasta el fin de los tiempos.
Ustedes, junto a Mi, forman parte de una nueva historia que se escribe en el Corazón del Padre, una historia redentora, una historia de paz y de amor que vuelve a conocerse por cada uno de Mis apóstoles.
No intenten modificar los tiempos; todo pasará, mas Mis Palabras permanecerán.
Cuando Yo ya no esté aquí, entregándoles el impulso de Mi Corazón, deberán vivir en sus vidas todos los impulsos que Yo he derramado, a través de los últimos tiempos, en cada maratón de oración, en cada encuentro mensual Conmigo.
El alma que ha sido provechosa de todas las Gracias derramadas desde Mi purísimo Corazón, desde Mi manso Espíritu, estará al resguardo durante el tiempo final y tendrá el escudo, la espada y el casco para prepararse para la batalla.
Así Yo formo a los ejércitos, ejércitos de la humildad, libres de la soberbia, de toda arrogancia; espíritus en libertad que saben encontrar la paz cuando el caos está presente en el mundo.
No se olviden, compañeros, de las Leyes Universales, las cuales encomiendo que estudien para que nada los sorprenda ante de tiempo, y así sepan preparar a sus semejantes, cuando todo se desate en el mundo.
El gran y último nudo de la consciencia resistente de la humanidad será desatado por vuestro Rey. Y cuando eso suceda, todo se desarrollará, así como fue escrito, por Mi amado apóstol Juan.
Vivan el Apocalipsis en consciencia, develen los misterios a través de las señales que vienen por medio de los Mensajeros Divinos.
Vean a su alrededor cada movimiento del planeta y no sean indiferentes, porque si son indiferentes, estarán aislados de la Verdad y no tendrán conocimiento para poder discernir en las cosas.
Vivan la Sabiduría que es derramada por medio de los instructores que Mi Padre les ha encomendado. Sepan reconocer en humildad, el Amor qué existe en ellos.
Y sepárense de las apariencias, vivan una sola hermandad, porque esa hermandad, compañeros, construirá el verdadero castillo que soportará toda la batalla.
Mas si están firmes en el Amor y en la Unidad, no habrá nada que lo derrote, que lo tire abajo, porque sus corazones estarán en la Luz, en la Unidad, en la Misericordia de Dios, códigos que el mal no conoce en estos tiempos y que nunca ha conocido.
Vivan la dualidad, no como un conflicto, sean inteligentes y sepan soportar las corrientes que vienen del Universo.
Nuestras manos están extendidas, no solo para retirarlos del desierto, sino para apartarlos del abismo que se abre sobre la superficie de este mundo, tragándose a muchas almas inocentes.
Sean misericordiosos. En los pequeños detalles de la vida imiten Nuestros Corazones, que ya son sagrados para ustedes, y que vienen a su encuentro para traerles la Luz de Dios, la Esperanza.
Ahora vean, compañeros, con sus consciencias de luz.
Sientan, con sus corazones, como todo se ha pacificado. Porque donde está el Amor de Dios, no existe nada opuesto, solo existe la Verdad, que compenetra los corazones para que vivifiquen, en espíritu, la Presencia del Padre Sublime.
Sientan cómo los ángeles ayudan a restaurar todas las cosas trayendo la Gracia de Dios para los corazones que se abren a recibirla profundamente en sus esencias.
Por último, les pido, carguen con su cruz, no como un castigo, ni tampoco como un martirio. Carguen su cruz por todas las almas del mundo, por los horrores que viven los Reinos de la Naturaleza y nadie, ni siquiera la mayoría, se acuerda de ellos.
Amen como nunca han amado, y sus corazones se redimirán.
Confíen. Porque si aman, Dios estará presente en sus vidas.
Mis Palabras traen el poder de lo nuevo, la renovación, porque Yo renuevo todas las cosas.
Vengo a anunciar para todos que los necesito para llevar Mi Obra adelante. Y mientras se purifican, Yo los ayudaré a poder ver la meta en su universo interior.
Hoy celebro una cena reparadora con todos. Derramo Mi Gracia sobre el mundo para traer la Paz.
Me han preparado un pan especial, el cual Yo gusto mucho, porque es el pan que simbolizó hace dos mil años la presencia de Mi Cuerpo, en materia divina, para todas las almas del mundo. Siempre que hagan un pan así, sepan que recordarán la presencia del Hijo en la Última Cena y su transfiguración en Luz y en Amor.
Ofreceremos estos dones por todas las almas caídas, por los que han abandonado Mi camino, en estos últimos tiempos, porque volveré a encontrarlos y les diré: “¿Qué has hecho con los talentos que te di?”
Las perlas preciosas que Yo entrego no pueden desecharse. Por eso Yo los transformo rápidamente y los ingreso al circuito de la purificación para que no pierdan los tesoros que Yo he depositado, en confianza, en ustedes.
Por eso, los que hoy están alrededor de esta Obra, no son los mismos que estuvieron ayer, les enseño a trabajar en la humildad, pero no en la indiferencia de estar descansados, sin hacer nada por el Plan.
Yo los invito a reconocer una vida anónima, un vacío profundo, para que emerja el silencio que siempre les revelará lo sagrado.
No existen primeros, ni segundos, para Mí. Todos están en las filas del ejército del Redentor.
Los invito a aprovechar las oportunidades que les doy en las últimas filas, pues en ellos está la mayor responsabilidad de animar a los que llegan para que trasciendan sus vidas y cumplan con el Propósito que Dios pensó.
Celebremos esta Cena por los apóstoles que están llegando a Mi mesa y por los que llegarán para demostrarles a los que son mas viejos en este apostolado del amor, que la humildad siempre los mantendrá unidos a Dios.
Y harán como Yo hice con Mis apóstoles: lavarán los pies de los que son más jóvenes, para que ellos tengan la mayor oportunidad de amar.
Sean humildes como Yo les enseñé, no quieran nada para sí, sino todo para los otros. Esa es un alma que vive en la felicidad celestial.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
A pedido de Cristo vamos a cantar "Guerreros de la Misericordia".
Misericordia, Océano de Piedad...
Queridos compañeros, les dejo Mi Cuerpo y Mi Sangre como testimonio de Mi Fe por ustedes, para que el Propósito de Dios se cumpla en cada corazón que es congregado por Mi Espíritu para vivir la Sagrada Palabra y el divino ejemplo de la cristificación.
Les agradezco por soportar Conmigo las corrientes poderosas que vienen a liberar a la humanidad.
Sepan que Mi Corazón se ofrece como refugio para cada alma que aspire a estar en él.
Nos veremos, compañeros, en la próxima Maratón de la Misericordia, en donde iré a visitar a Mis más queridos apóstoles, aquellos que apoyan incondicionalmente Mi Obra.
Vean en ese sentido, que los planes que Yo tengo para todos son fuente de Gracias para las almas, una oportunidad que no se puede perder.
Sean conscientes de eso y apoyen Mis santas decisiones, porque así no se engañarán.
Los bendigo, en el nombre de la Luz de Dios, bajo el poder del Padre,del Hijo y del Espíritu Santo.
Sean paz para este planeta y nunca se cansen de serlo.
Mientras me elevo, que canten mis guerreros de la Misericordia, pues la fuerza del guerrero está en el Amor.
Guerreros de la Misericordia...
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Hermanos vamos a agradecer a Cristo la oportunidad de que Él descristalice nuestras consciencias en representación de todas las consciencias del Planeta que viven esa ilusión de estos tiempos, que no conocen el Amor de Dios y que no están despiertos a su verdadera tarea.
Vamos agradecer porque Cristo, como un Gobernante mayor, venga a traernos esas corrientes para que las podamos conocer y distinguir y no tenerles miedo, sino abrir nuestro corazón y nuestro espíritu para poder acompañar esta Obra del fin de los tiempos a la cual todos estamos siendo convocados, como lo dijo hoy.
Hoy, Él vino con todo su Gobierno Celestial, por decirlo de alguna forma.
Cuando apareció, tenía un báculo en su mano izquierda, que lo hizo golpear en el suelo y una expansión de Luz solar abrazó, en cuestión de segundos, a todo el planeta, lo que se llevó, liberó, expulsó, muchas maldades.
Él mostró ese acto, ese ejercicio, no para que nosotros conozcamos Su Poder, porque mientras hacía ese ejercicio, al mismo tiempo revelaba Su Corazón manso y humilde.
Sentimos que Cristo vino a enseñarnos a vivir la determinación, a poner fin a una etapa y comenzar un nuevo ciclo, acompañados por Su Presencia.
Así somos invitados, como Él nos dijo hoy, a seguir sus santas decisiones.
Queridos hijos:
En este día, en el que desde Aurora se vive la renovación y el comienzo de un nuevo ciclo, quisiera invitarlos a acompañar este nuevo camino que muchos de ustedes se animaron a recorrer, el camino al despertar de la consciencia y a la acción de vivir el Plan de Dios.
Después de muchos años de instrucción, en este encuentro, aquí en Aurora; Mis ojos maternales observan, por primera vez, los pasos que algunas consciencias se están animando a dar en pro de esta humanidad y por la evolución de este planeta.
Mis ojos ven emerger de sus seres internos a los Nuevos Cristos, que no serán conocidos, pero sí contemplados por la Creación que los rige desde el principio.
Hoy, Me retiro de Aurora y de esta casa para elevarme al Cielo y anunciarle a Mi Hijo que una parte de este proyecto interior ya está cumplido.
Seguiré, como en todos los tiempos, orando para que Mis hijos, decididos a amar el Plan de Dios, tengan la fuerza interior de todos los ángeles y arcángeles del Cielo.
Que, en este tiempo de definición interior y de batalla, Mis hijos predilectos cuenten con la intercesión de todos los ángeles del universo, que vendrán por amor a socorrerlos, siempre que lo necesiten.
Ver la concreción y la realización de esta Obra de Redención en los corazones es una infinita alegría; porque desde ahora el Padre Celestial observa desde Su Reino que Sus criaturas más pequeñas e imperfectas abren sus corazones para vivir finalmente Su Propuesta Divina, Su Santa Voluntad.
Así aprenderán, queridos hijos, a ser aquello a lo que tanto aspiraron, ser servidores de Mi Hijo, ser testigos fieles de que es posible sentir y vivir en el Amor de Dios y de todo el universo.
La Gracia de Dios los ha colmado en estos días, ya que ocurrieron sanaciones espirituales en consciencias necesitadas.
Hoy, una nueva hermandad espiritual se forma entre los espíritus congregados por Cristo para esta importante misión de ser soles que alumbren el fin de los tiempos, ser estrellas que revelen al mundo el mensaje de paz y de redención.
Hoy, su Madre los acompaña desde el Cielo sagrado de Aurora y les anuncia que las puertas hacia la Paz permanecerán abiertas aquí para que, cuando retornen a esta Casa de Dios, puedan reencontrar la esencia que los ha salvado y los ha formado como soldados del Plan.
Ahora, vayan con alegría y lleven la misma experiencia de amor y de hermandad que vivieron aquí, desde los primeros días de agosto. Transmitan la esencia del Amor y de la Verdad a la inmensa mayoría de Mis hijos que están dormidos en este mundo.
No se cansen de ser Mis brazos y Mis manos en este planeta, para que Yo pueda trabajar a través de sus pequeños corazones. No se cansen de ser Mis pies, para que Yo pueda seguir sembrando la Luz en esta necesitada humanidad.
Por último, Mis amados hijos, les dejo Mi gratitud por abrir sus consciencias a la transformación y a la transfiguración de sus vidas, porque en ese paso podrán mantener la llama de sus corazones encendida para que estén todo el tiempo en la plenitud de Dios.
He colmado sus consciencias con nuevas Gracias, así como Mi Hijo Me lo ha pedido. He dejado en sus esencias un compromiso mayor, que los impulsará a vivir algo divino en sus vidas.
Derramé sobre Aurora la última parte del Propósito que Dios Me pidió que depositara en este lugar; y ahora, todos los presentes son partícipes de esa parte viva del Plan que poco a poco comienza a materializarse.
Quedará como misión, en este trabajo espiritual, la pronta manifestación del Auditorio de la Misericordia que, para la realidad de estos tiempos, será igual al que aquí se encuentra. Ese auditorio les recordará a todos que será la casa de la Sagrada Familia.
Espero ver erguirse las paredes del mismo, en este año. Las bases de este simple auditorio serán fundadas por Mí y espero que Me acompañen.
Desde este Cielo de Aurora, hago brillar la luz de sus corazones para que el Padre vea que la humanidad no está perdida.
Les dejo a todos Mi Paz y Mi Amor de Madre.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Yo soy su Madre, la que los cura y los redime en el Amor de Dios para que ustedes, estando libres del pasado y de la cadena de todos los errores cometidos, puedan sentirse más libres que todas las aves del Cielo.
Es así, queridos hijos, que Yo intento conducirlos todos los días por el camino de la rehabilitación de sus consciencias a través del sagrado camino de la oración.
El alma que persevera y trabaja para construir ese camino orante atraerá hacia sí los Dones y las Gracias del Cielo al generar, con tanta oración, un campo lumínico de paz a su alrededor.
Desearía, en esta etapa, que cada hijo Mío asumiera esa tarea como la más importante en este tiempo planetario, que necesita de muchísima oración de parte de la propia humanidad.
Por eso, hijos Míos, Yo los ayudo a desprenderse de los errores del pasado y a curarlos dentro de sí, para que finalmente los Nuevos Cristos se presenten a la misión del final de los tiempos, en donde Mis soldados orantes deberán ser esos espejos de oración que atraigan la Paz Celestial para el mundo.
Así, Mis amados, les enseño a obrar en simplicidad a través de la oportunidad de aprender a conquistar el universo del Amor de Dios por medio del servicio al planeta.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los motiva siempre al servicio,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
La Gracia de Dios es lo que permite todas las cosas, es lo que permite la manifestación de los milagros en la vida de todas las almas.
Es la Gracia de Dios la que concibe la vida espiritual y al mismo tiempo la renovación de los corazones.
La Gracia de Dios trae la sana alegría y el júbilo por estar viviendo en Su Plan Divino. Es esa Gracia que les permite conocer Su Voluntad, pero antes debe ser amada con todo el corazón.
En la Gracia de Dios se construyen los nuevos caminos y se abren las puertas para que las consciencias vivan su redención.
Es la Gracia de Dios que trae la Divina Misericordia para el mundo enfermo, la que genera en las consciencias la oportunidad de vivir su rehabilitación. En la Gracia de Dios se guarda la esencia de la compasión divina, la posibilidad de experimentar misericordia y piedad por los errores propios o por los errores del semejante.
La Gracia de Dios deposita en el alma un recuerdo de plenitud y al mismo tiempo anima a las consciencias a dar un paso con confianza dentro del Plan del Redentor.
Es esa Gracia la que puede abrazar espiritualmente a quien más lo necesite, porque ella representa el motor indispensable para que las almas se puedan liberar de sus deudas y así alcanzar un estado de profundo perdón.
Es esta Gracia que Yo traigo para Mis hijos en este tiempo, una tabla de salvación antes de que el mundo se purifique; será esta Gracia infinita la que sustentará a los Nuevos Cristos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los eleva a la Gracia de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Invocación del Alma
Señor Mío, purifica mi alma y toda parte de mi consciencia para que trascendido por Ti, encuentre la fortaleza y la cura para la vida.
Derrama Señor, Tu Santo Espíritu e ilumina cada átomo y partícula de esta consciencia, para que en Tu Gracia, yo vivifique Tu Amor y Tu Paz.
Ayúdame, Señor, a corresponder a Tu Santa Voluntad y luego, vacíame completamente al punto de más nada querer para mí.
Muéstrame, Señor, Tu santa Humildad y enséñame a resignarme ante Tu Majestad universal, presente en cada uno de mis semejantes y compañeros de camino.
Que Tu mirada paternal no deje de observarme, mas cuando esté por caer al abismo de mi pobre ignorancia, envíame, Señor, a Tus Santos Ángeles para que acudan y me auxilien en toda adversidad.
Enséñame a vivir en la pobreza de Tu Espíritu, en el Amor de Tus palabras, en la Misericordia de Tu Corazón.
Descúbrete Señor, y muéstrame Tu Rostro misericordioso en cada alma de la Tierra y revélate en compasión para cada hermano de camino.
Permíteme Señor, conocer Tu Amor profundo y arranca con Tus manos la soberbia de mi persona. Desnudo ante Ti de toda propiedad, orgullo y engaño, hazme Señor, Tu instrumento de paz en la Tierra.
Muéstrame los valores de Tu Sagrada Soberanía de la humildad y déjame vacío para que nada propio habite en mí, sino solo Tú, Señor, que das fuerza a los débiles, que entregas Tu Paz a los perturbados y que derramas Tu Misericordia a los que están ciegos y perdidos.
Enséñame Señor, la ciencia de Tu Divino Amor y establece en esta consciencia los Dones de Tu Gracia.
Retira uno a uno los aspectos humanos que me condenan y hazme libre y puro como las aves del cielo.
Deseo de todo corazón no perder Tu bendito Camino, mantenme en Tus Brazos hasta que Tu santa Voluntad me envíe como uno de Tus discípulos.
Ya no dejes Señor, que mi ceguera me encandile, sino que me resuciten para siempre la luz y el amor de Tu Santo Espíritu.
Hazme el más pequeño entre mis hermanos, hazme el más donado y sacrificado en el absoluto silencio.
No permitas Señor, que nada que venga de mí se muestre, escóndeme en Tu Corazón, para que en la nada, yo sea el depositario de Tu obra silenciosa y de Tu Gracia reparadora.
Perdóname Señor, por lo que no he hecho bien, entrégame Tu Divina Piedad porque la necesito.
Derrama Tu Amor para que me fortalezca hasta el fin de los días, cuando después de esta vida, seremos uno solo en Tu Divina Eternidad.
Que así sea.
Amén
Queridos hijos, dejo esta invocación para todas las almas que se animen a vivir su sagrada transformación.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los cura y los redime,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos:
Para que las Gracias que reciben día a día puedan manifestarse en sus vidas como una transformación verdadera, no pueden permitir que se pierdan y pasen por ustedes como el viento.
Al recibir una Gracia divina, mediten sobre ella, siéntala dentro de sus esencias y, en oración, pidan que ella se expanda y transforme sus seres por completo.
La acción de la Gracia divina es infinita; sin embargo, si la reciben y ni siquiera sienten lo que ella está produciendo dentro de ustedes, ella permanecerá latente e invisible a sus ojos incluso después de esta vida.
Imaginen, hijos, que un día podrán cruzar los portales de este mundo sin haber cumplido con la propia misión y allí percibirán que les fueron entregadas infinitas Gracias, pero que ustedes nunca las buscaron y ni siquiera pensaron en ellas.
Sus vidas, por sí solas, ya son una gran gracia: gracia inestimable es estar en este mundo, en este tiempo, junto a los Mensajeros Divinos, siendo guiados en los mínimos detalles.
Y Gracia mayor e insondable reciben para que esa instrucción se torne vida dentro de cada uno de ustedes y, de esa forma, sean testimonio del poder transformador de la Gracia divina y demuestren al mundo, con su ejemplo personal, el verdadero potencial de los seres humanos, como hijos de Dios.
Busquen, hijos Míos, dentro de ustedes, las Gracias que les entregamos, siéntanlas y háganlas crecer y multiplicarse, sabiendo siempre que el resultado de la expresión perfecta de la obra de la Gracia no es para sí mismos, sino para el Plan divino, para el planeta, para la humanidad. En oración, observen el propio mundo interior y, en silencio, déjense impregnar y transformar por la Gracia.
Al menos envíen al universo una señal de que no son indiferentes a todo lo que reciben y de que aspiran a que el Creador se exprese, con toda Su Grandeza, dentro de cada uno de ustedes.
Yo los amo y les digo todo esto para que no desperdicien las Gracias que recibieron, porque llegará el tiempo en que ni la Gracia ni la Misericordia podrán descender sobre el corazón humano, pues será con los tesoros que ya recibieron que ustedes construirán su fortaleza en los tiempos que vendrán.
Su padre y amigo,
San José Castísimo
Queridos hijos:
Cuando la Gracia de Dios, que es Mi Gracia, toca el corazón de los hombres, todo puede revertirse y todo puede acontecer. Solo basta que dicha Gracia, que todo redime y salva, sea aceptada con la mayor humildad y gratitud del corazón.
La oración sincera siempre los aproximará a ese estado perfecto de gratitud y de amor por todo lo recibido. Los corazones orantes no pueden acostumbrarse a recibir Gracias como si ellas fueran panes que son entregados en sus manos.
La Gracia de Dios es algo mayor, que va más allá de la comprensión y de la razón humanas.
La Gracia de Dios es un potentísimo bálsamo de reparación y de cura de las causas imposibles.
Por eso el Padre Me consagró como la Señora y Dispensadora de todas las Gracias, para que Mis hijos en todos los tiempos de la Tierra y en todas las etapas de la humanidad, no olviden que existe una Gracia mayor por encima de toda adversidad, una Gracia que Mi enemigo no conoce y le teme.
Hijos Míos, que sus corazones sean buscadores de la Gracia de Dios, no solo para ustedes, sino también para el mundo, que mucho lo necesita en este momento.
Como la Madre de la Gracia les doy a conocer el poder de este caudal de la Gracia de Dios, que no es bien comprendido por todos los hombres; pero si ella fuera amada como se debe, los milagros seguirían sucediendo, como una lluvia que cae del cielo.
Queridos hijos, la Gracia de Dios, al igual que la Gracia que proviene del Santísimo Hijo, puede justificar a las almas y salvarlas de sus constantes errores.
La Gracia es un manantial que sintetiza los poderes de la misericordia, de la piedad y de la compasión, expresados en este caso a través del Sagrado Corazón de Jesús.
Que la Gracia de Dios siempre los ampare y los colme.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Dispensando sobre el mundo todas las Gracias posibles,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Como Señora de los Treinta y Tres y Madre del Uruguay, Me preparo en este día, junto con Mis hijos de este país, para llevar adelante una importante tarea de oración y de paz por todo el Uruguay, el próximo domingo.
Sera a través del encuentro que se realizará en los diecinueve departamentos de Uruguay, que su Madre Celeste podrá hacer descender las Leyes de la Misericordia del universo. Estaré bajo el Rayo de la Omnipresencia acompañando la tarea de oración y de paz que se realizará en los diecinueve departamentos al mismo tiempo.
Junto a los ángeles, Mi Aurora resplandecerá nuevamente en la consciencia, y el alivio y la cura estarán surgiendo para todos.
Uruguay como nación espiritual, y a través de este trabajo de oración, recibirá una importante oportunidad. De esa forma, queridos hijos, la Señora de los Treinta y Tres establecerá en la consciencia del país el emblema de la Confederación entre las almas y de la Hermandad entre los corazones.
Hijos Míos, todos son invitados a participar, desde sus grupos de oración y desde sus países, en este importante y único encuentro de paz por el Uruguay.
Queridos hijos, les pido que dirijan al Cielo todas las oraciones del día 29 de mayo por todo el Uruguay y sus pobladores, así podré interceder nuevamente por una nación muy dormida e indiferente. De esa forma, la Gracia de Dios estará con aquellos que se autoconvocarán para la misión de oración por el Uruguay ese día.
Desde el universo, su Madre del Cielo descenderá para impartir sobre el pueblo uruguayo una bendición especial.
Todos los orantes del planeta son invitados a estar en oración, vigilia y unión al mediodía de Uruguay del día 29 de mayo de 2016, así también sua Madre establecerá una oportunidad para los no redimidos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En misión de paz por el Uruguay y el mundo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Como Madre de Jesús, perdí a Mi Hijo, amado y glorificado por Dios, durante Su Pasión y Muerte.
Mi pesar era el pesar de Dios por ver tanta indiferencia humana. Esa indiferencia humana que Mi Hijo y Yo, como Su Madre, tuvimos que transmutar desde el momento en que Él fue entregado a los fariseos.
Así, en un profundo y pesado dolor de Madre, tuve que entregar a Dios lo que más amaba y había gestado en Mi vientre de Luz.
En ese momento, su Madre del Cielo, como mujer y sierva de Dios, confió en lo que estaba sucediendo y en ningún momento Dios nos abandonó, aunque la Pasión de Cristo haya sido extremadamente dura y difícil de soportar.
Cuando una madre pierde a un hijo, es como perder una parte de sí, algo que la propia madre humana engendró en su interior, en su corazón.
Cuando un lazo materno se quiebra por la pérdida de un hijo amado, sea físicamente o espiritualmente, existe un momento que vive la consciencia de una profunda soledad y vacío, más aún cuando ese hijo es indiferente a todo.
Por eso, Cristo aún sufriendo la Cruz del mundo, Me entregó a la humanidad como hijo, para que nuevas consciencias tuvieran la Gracia de ser redimidas por Dios.
Dios envía nuevas consciencias a los brazos de una madre, para que puedan ser atendidas y a partir de allí un nuevo ciclo se presenta a la vida de las almas, y los hijos que no dieron el paso o se mantuvieron indiferentes pasan a otra escuela de amor y de perdón hasta que consigan alcanzar la verdadera unidad.
Hay muchos hijos que se sienten olvidados y que esperan amar y ser amados; por eso, el Padre los envía para renovar el tiempo y la vida de todos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En oración y fe,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Quien vive para Dios y trabaja amorosamente para Él, se olvida de todo tipo de resultados y ama profundamente lo desconocido, sin saber si algún día recibirá una respuesta.
Por eso, los verdaderos misioneros son muy pocos en este tiempo. Pero el alma que se anima a cruzar el umbral hacia el cumplimiento de la Voluntad del Padre recibirá todo lo que necesite para cumplir con su tarea.
Cuando la consciencia tarda en responder o demora en hacerlo por los asuntos comunes de la vida, la Gracia de Dios recibe el llamado interior de esa alma que no puede actuar libremente. En ese momento, hijos, se genera entre el alma y el universo una respuesta tardía, y el propio universo deberá esperar un nuevo ciclo para poder enviar de alguna forma el mensaje o la instrucción a esa consciencia.
Por el contrario, cuando el alma, ciegamente y sin preconceptos ni ideas, se adhiere espiritualmente a la Voluntad de Dios sin que nada la detenga, todo el universo que rodea a esa alma se vuelve dinámico e invencible porque existe una perfecta relación entre esa alma y el fluir continuo del universo.
En este tiempo, responder a la Voluntad de Dios significa para la humanidad no tener límites ni imponer nada, porque este es el momento de la prueba de fe y de absoluta confianza en que todo lo que se debe cumplir está dentro de la vida y del corazón de cada ser humano.
En esta hora definitiva, por sus acciones las almas definirán todas las cosas, aun su propio destino espiritual.
Al estar presente el universo infinito de la dualidad, las almas pueden escoger qué camino seguir y qué experiencia realizar sin sentirse atadas a nada. Todo lo que suceda después será el resultado de una verdadera elección. Por eso, el llamado del universo desciende para que los ojos del alma estén abiertos y no pierdan la consciencia y la oportunidad de servir y transformarse.
Sabemos, como sus Mensajeros, que cada alma está en una escuela diferente. El universo espera que todos, algún día alcancen el despertar y cumplan la misión que Mi Hijo les encomendó en el fin de los tiempos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!,
En oración por todos,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En la víspera del cumplimiento de los noventa y nueve años de Mis Apariciones en Fátima, quisiera llevarlos a través de Lis para que encuentren la Misericordia de Dios.
Quisiera que sus almas buscaran la unión perfecta con cada uno de los jardines internos de Lis-Fátima y que, al mismo tiempo, encontraran la fuente de la pureza original no solo para ustedes, sino también para el mundo.
Vengo, hijos, en este día de vigilia de oración para que sigamos orando por la paz, sin cansarnos de pronunciar la bendita oración del Avemaría.
En este mes de mayo quiero verlos plenos en la oración como en la unión interna con el Inmaculado Corazón de María. Por eso, queridos hijos, nuevamente las puertas del Reino de Lis-Fátima, del Santuario Interior, se abren por las manos de los santos ángeles que acogen y reciben a los que, día a día, caminan sin demora por el sendero de la transformación.
Unidos al Santuario Interior de Lis-Fátima, queridos hijos, crean en esa pureza original que Dios depositó desde el principio de sus existencias y sean uno con los otros, sean esas llamas flameantes de amor por la humanidad.
Hoy repitan con alegría “Dios te salve, María”, porque la Gracia del Padre será la que los hará dignos de poder ingresar en consciencia y devoción en los jardines internos de Lis. En ese Cielo de Fátima en donde los jardines internos se revelan, ustedes queridos hijos, encontrarán la historia escrita en Sus espejos sobre el Amor de Vuestra Madre Celeste por la humanidad.
Cuando se abren las puertas al tiempo de purificación, hijos Míos, permitan que la llama sagrada de Lis traspase sus corazones y que sus consciencias sean tocadas por el Amor de Dios. Así, hijos, permitirán que Lis resurja en ustedes como si fuera la primera vez, permitan que ese Centro Sagrado y Angelical se muestre a las esencias aún no redimidas.
Caminen libres de sí mismos por esos jardines internos y dejen que sus esencias sean bañadas por la Luz del Reino de Lis. Unidos en este día de oración, oren, hijos Míos, sintiendo la presencia del Reino de Lis en sus vidas y en cada una de sus oraciones. De esa forma encontrarán Sus espejos internos y reflejarán, desde ese Centro, la pureza que hoy necesita la humanidad.
Como discípulos de Dios y siervos de la Reina, apelen profundamente y en devoción a que la corona dorada de Vuestra Madre y Sus doce estrellas de atributos de amor, irradien a todo el mundo y desde el Centro de Lis emanen los rayos que sublimarán a los que despiertan.
Que hoy el amor de Lis-Fátima sea compartido entre todos, ya que Vuestra Reina Solar está comandando el gran momento del rescate. Sonrían a la vida que Dios les dio y miren con misericordia a los miserables de espíritu, para que ellos algún día sean tocados por el Amor de Vuestra Madre.
Preparen el altar para el encuentro con Lis-Fátima, porque una sagrada oportunidad será presentada a todos Mis hijos de Europa, un sagrado conocimiento los definirá para siempre como siervos de Vuestra Reina.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Desde la pureza de Lis, Santuario Interior,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos Míos:
Vengo como la nueva y esperada Aurora, para encender nuevamente los corazones de aquellos que se olvidaron de Dios.
Vengo a traer la cura y la redención para aquellos que se dejaron influenciar por Mi adversario y se perdieron del camino que el Creador trazó para sus vidas.
Yo vengo, Mis pequeños, para restablecer Mi Reinado en los corazones de los que se comprometieron Conmigo y para renovarlos a través de Mi presencia.
Traigo en Mis brazos todas las Gracias del Reino de Dios. Traigo en Mi Verbo la Voluntad Celestial. Para recibir estas Gracias, apenas es necesario que abran sus corazones. Para reconocer esa Voluntad Divina, solo es necesario escucharme y seguirme con atención.
Vengo para recordarles lo sagrado que existe en el suelo que pisan y decirles, hijos, que de la Nueva Aurora surgirá la Luz para disipar la oscuridad del mundo y la oscuridad de los corazones de los hombres.
Vengo para despertarlos, porque no solo los llamo a acudir a Mi Centro Mariano para que sientan paz en sus corazones, los llamo para que, en nombre de la humanidad, digan “sí” al Poder de Liberación que Dios quiere enviar a este mundo tan repleto de atavismos.
Los llamo para que, en nombre de sus hermanos, acepten recibir la cura que el Creador les ofrece a través del Reino de Aurora y no permitan que ese manantial, que no proviene de este mundo, se cierre por la ingratitud y por la indiferencia de los seres.
Hijos amados, los llamo a despertar a la realidad espiritual, porque muchos aún tienen sus prioridades en la propia vida material y no descubrieron que la mayor necesidad de estos tiempos no se encuentra en la propia vida, sino en la consciencia planetaria.
Yo los convoqué desde el principio para ser Mis soldados, aquellos que se trascienden a sí mismos y a sus propios planes, para servir a un Plan Mayor y para que sean instrumentos de Dios.
El Reino de Aurora, hijos, así como todos los lugares sagrados que aún habitan los niveles sublimes de consciencia, surgirá para ser la base de una nueva vida en el planeta; y necesita del esfuerzo, del empeño y del sacrificio de todos, para que pueda vencer todos los obstáculos que impone el enemigo y así cumplir con este Propósito divino.
Hoy, hijos, Yo los llamaré a dejar de lado el sentimiento de patriotismo y apego a sus propias naciones o a sus propios grupos, para que vivan en el espíritu de la unidad y sientan que Dios no crea divisiones en Su Plan, mas contempla una Obra única, de la cual todos forman parte.
Yo les demuestro y les demostraré todos los días que no existen preferencias para el Creador; lo que existen son prioridades y urgencias, que no son solo físicas, sino sobre todo espirituales.
Si responden con consciencia, con amor y en espíritu de unidad a los Llamados de Dios, comprenderán la esencia de Su Amor y de Su Plan sagrado.
Los tiempos actuales, Mis amados, exigirán un esfuerzo redoblado por parte de todos. Tan solo les pediré que se unan a Mi Corazón y a los corazones de aquellos que representan esta Obra en el mundo y que vivan en el espíritu de la unidad, de la fraternidad y de la confianza, sin dejar espacio en sus mentes y en sus corazones para las dudas y juicios del enemigo.
Les pido, Mis amados, que en este día se unan de corazón a la instructora que les envié a la Tierra. Pido que confíen en su guía, como confían en Mi Corazón, porque esa confianza la tornará cada vez más fiel a Dios, así como Yo lo soy.
La unidad y el amor entre ustedes son lo que construirá la fortaleza de esta Obra divina
Los amo y les dejo Mi Paz.
Vuestra Madre, María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Para preparar sus espíritus para el Armagedón que se precipita en la consciencia planetaria, deben comenzar a asumir más seriamente su propio compromiso con el Plan de Dios, demostrando esa adhesión en las pequeñas cosas del día a día.
Mi adversario ya no los buscará más en las grandes dificultades, pues reconoce que el poder de la oración les permite estar en un estado interior de vigilancia, en el cual los grandes ataques se pueden percibir. Sin embargo, las brechas más insignificantes serán para todos las que romperán las estructuras que parecían que estaban tan consolidadas en la consciencia.
Hijo, muchos tienen la absoluta certeza de que se mantendrán firmes y fieles hasta el final de esta batalla y creen que están preparados para soportar los embates que vendrán. Lo que ellos desconocen, en su inmadurez espiritual, es que lidiarán con situaciones y confrontaciones inusitadas incluso para la vida universal.
El Armagedón planetario ahora involucra a toda la Creación de Dios, incluso más allá de este universo, porque todos esperan asistir al triunfo del amor y de la unidad en este planeta, que se transformó en un punto oscuro de la Creación Divina.
Quiero decirles con esto que, para que Dios triunfe en sus consciencias, Él debe triunfar de a poco en cada pequeño espacio de sus seres. El triunfo de Dios en el corazón humano es algo que cada criatura debe ofrecer al Creador por mérito propio, pues no podrá el Señor triunfar en un corazón que no se abre para vivir la transformación absoluta y la unidad con Él.
Mi adversario conoce bien las deficiencias de la humanidad y, por haber creado el mismo las fuerzas capitales que circundan a la Tierra, sabe bien cómo se infiltran en la consciencia humana y la dificultad que todos tienen de poder vencerlas, ya que por tantos eones de existencia, fueron ganando espacio hasta que hoy dominan una gran parte de la humanidad
Este mismo adversario un día estuvo al lado de Dios y, por más que ya no sienta dentro de sí la potencia del Amor Creador, él sabe bien que no hay nada más poderoso, en toda la Creación, que este Amor Divino. Es por eso que su reinado se estremece ante un corazón que se entrega a Dios y que se lanza sin temor al descubrimiento de la oración que lo une, sin intermediarios, con el potentísimo Amor del Altísimo.
Sin embargo, hijos, son pocos los que se dejan tomar por el Amor de Dios y que realmente se arriesgan a quemarse en el Fuego de Su Santo Espírtu, porque el Amor de Dios remueve del interior de los seres toda la oscuridad, derriba las estructuras del mal construidas en la consciencia y, muchas veces, deja al ser ante un vacío absoluto y de no reconocimiento de sí mismo, dado que están todos tan acostumbrados a vivir bajo el yugo de las energías capitales.
El Amor de Dios está disponible para todas las criaturas. Su Fuego Divino aspira a incendiar los corazones, pero para recibir esta Gracia, no basta pedirla con palabras; deben clamar por ella con el corazón y generar méritos para recibirla con sus acciones y con su esfuerzo diario.
En la viviencia de la fraternidad, de la caridad, de la obediencia, de la humildad, de la mansedumbre y de la paz se encuentran las claves para unirse a Dios. En el esfuerzo permanente por trascender las tendencias oscuras del propio interior es que el Fuego Divino desciende en auxilio y destituye el reinado de las fuerzas mundanas en la consciencia de los seres.
No pierdan más tiempo, hijos, porque Mi adversario no solo se estremece sino que también actúa sin cansancio, en la desesperación de su derrota inminente. Por eso, también sean incansables en la vivencia del amor y de la unidad. Sean incansables en la comprensión con el prójimo, en la donación de sí mismos, en el servicio a los Reinos de la Naturaleza, en la trascendencia del propio orgullo, de la arrogancia y de la vanidad. Pronto triunfará el Dios Supremo en su interior.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Mientras el enemigo de Dios siembra la discordia entre las naciones, entre las religiones y las diferentes culturas de este mundo, Yo los llamo a que valoren el amor y la unidad entre los seres.
Hijos:
Los planes del enemigo no se ocultan ante los Ojos del Padre y el Señor no puede hacer nada más que advertir a Sus hijos que en la consciencia humana están siendo sembrados el miedo, la discordia, la ira, la incredulidad, la desesperanza y el desamor.
Todos los días el adversario del Señor trata de destruir el espíritu de la fe en el corazón de los hombres. Él está intentando confrontar las diferentes religiones del mundo, como forma de que todas las vías de unión con Dios sean destruidas por su astucia. Así también hace con las naciones y con las culturas, incentivando las confrontaciones entre los corazones para impedir que los seres humanos puedan desarrollar el principio de la unidad.
Pero lo que el adversario de Dios ignora es que su astucia en nada se asemeja al Amor de Dios y que su fuerza jamás podrá compararse al Poder que proviene del Creador. Esa certeza debe volver a reinar en el corazón humano, la certeza de que Dios tiene el Poder para vencer cualquier mal, cualquier oscuridad, cualquier tiniebla.
Que cada criatura se una al Señor así como lo comprende; que no pierda la fe en Su Misericordia y, aun estando delante de la Justicia, que pueda tener fuerzas para generar méritos para
equilibrar las propias deudas.
Les digo esto porque quiero que comprendan que una misión que une culturas y religiones con el único propósito de fortalecer la fraternidad entre los seres, tiene un valor incalculable
en el Reino de los Cielos. Por eso, les pido a los misioneros de Mi Casto Corazón que con valentía aceptaron las misiones encomendadas por Dios, que sean capaces de trascender sus limitaciones y la propia necesidad de cura, para curar, en la consciencia humana, el mal que se apodera de su corazón.
Les pido que sirvan abnegadamente todo el tiempo, que reconozcan la oportunidad de trascendencia que Dios les propone a cada instante, porque mientras sus brazos trabajan en la materia, los Nuestros trabajan en el espíritu.
Sé que muchos sentirán cansancio, no solo físico, sino también espiritual, porque tanto en Chaco, como en Medio Oriente, Dios aspira a compartir el dolor de Su Corazón con todos los quese dispongan a estar con Él y por Él delante del sufrimiento humano.
Solo les digo que confíen en Nuestra guía, en Nuestra Gracia que los lava y los renueva en cada nuevo día, para que estén delante de esas misiones con amor y gratitud, con humildad y fe.
Cada vez que ustedes trascienden un aspecto de resistencia y que se abren para vivir la Gracia de Dios, Nosotros abrimos un poco más las puertas del Cielo para la salvación y el rescate de las almas, porque, por los méritos generados por el esfuerzo de todos, el Creador Nos concede este acto de Misericordia.
Donen todo de sí por los que se sienten incapaces de dar un paso más en dirección a Dios. Transfórmense por los que ni siquiera tienen la valentía de persistir en una digna supervivencia.
Nunca se olviden de que el mismo Dios que los creó en perfección hoy habita en el interior de los que tienen delante de sí. Será poco todo el esfuerzo y el trabajo que hagan para devolverle al Señor la posibilidad de manifestarse en gloria en los corazones de los hombres. Pues son muchos los que desconocen, y hasta niegan, el Dios que hay en sus esencias.
Valoren la unidad, valoren el amor, valoren que cada uno encuentre la unión con Dios así como lo conoce, y que todos se mantengan en la pureza de su fe, alcanzando la vivencia del amor en donde quiera que estén.
Su padre y amigo,
San José Castísimo
Con la cabeza en el suelo pidamos, queridos hijos, por el descenso de una Gracia Celestial que pueda en esta hora revertir las causas injustas de este gran exilio de las almas del mundo.
Muchos buscan a donde ir, pero muchas puertas se cierran a cada paso; eso hace entristecer el corazón de cada uno de los refugiados, y no encuentran sentido a la vida.
Quisiera saber si los europeos han comprendido las parábolas de Jesús, cuando Mi Hijo les decía que a aquel que le dieran de comer, a aquel que visitaran o le dieran un lugar de reposo, sería a Él que lo estarían recibiendo.
¿Creen en eso?
Si esta realidad de millones de refugiados sucede en sus tierras, es porque llegó la hora de que en verdad practiquen la fraternidad y la ciencia de la paz. Nada de lo que les pedimos es un misterio.
Queridos hijos, esto es parte de un Apocalipsis que muchos no quieren aceptar y se quieren evadir de todo sufrimiento o incomodidad.
A través de los refugiados, ¿no estarán reencontrando la verdadera familia espiritual?
Sean como Jesús y acepten a los desamparados, porque sus espíritus también estaban desamparados y Mi Hijo los abrigó.
Es hora de tomar consciencia del lugar que ustedes tienen y el cual muchos desolados anhelan merecer algún día: estar en el Corazón de la Jerarquía Celestial.
En consciencia y humildad les pido, hijos de Europa: hagan su parte, ¡están a tiempo!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Queridos hijos:
Mientras por obra de la Gracia de Dios, la paz se establece en sus corazones, ella es retirada de los corazones inocentes de Mis hijos de Medio Oriente, que pierden la verdadera oportunidad de vivir a Dios.
El Amor de Cristo en cada uno de los cristianos de Medio Oriente nunca desaparecerá, porque por más daño que se haga a la consciencia, el alma de cada hijo Mío de Medio Oriente, ya está confirmada a Cristo.
Queridos hijos, que sus actos de caridad y de amor ayuden a sustentar la fe de todos aquellos corazones de Medio Oriente que son ultrajados diariamente por las manos del enemigo.
El daño podrá ser mayor, pero la victoria de esos corazones sobre el martirio afirma que Cristo siempre reinará y que no deberá correr más sangre inocente, ya que la Justicia de Dios será severa con aquellos que provocan el horror en el mundo.
El camino de la fe debe ser inquebrantable para todos, porque es en esta fe que ustedes, Mis hijos, podrán recibir la Gracia de seguir abriendo las puertas del Cielo y la puerta del corazón, que los conducirán al Amor de Mi Hijo.
Sean testigos de la verdadera fe de aquellos que son mutilados. La fe en Cristo no se podrá borrar.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica en Cristo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más