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Oración interna de Padre Pío
para cada momento de tomar una decisión
Amado Señor,
que mi mirada, mis oídos y mi alma
estén atentos a las señales que Tú me envías,
porque sabiendo cuán imperfecto
y pequeño soy ante Ti,
sé que, si Te imploro de corazón y de espíritu,
Tu Amor Inagotable me guiará.
Hazme, Señor, en este mundo,
un espejo fiel de Tu Presencia;
destierra de mi ser toda arrogancia, soberbia y orgullo;
convierte mi corazón según Tu Voluntad.
Que mi alma pueda ser
como un cántaro de agua fresca,
entre Tus Santas Manos,
para que Tú, Señor, derrames mi espíritu y mi ser
en donde Tú más lo necesites
y a fin de que, en perpetua donación y servicio,
yo pueda cumplir en cada paso Tu Obra de Amor.
Te pido, Señor,
que al igual que Tu Hijo con los santos apóstoles,
laves mi cabeza y la purifiques
de todo pensamiento contrario a Ti.
Te pido, Señor,
que laves mis manos, me liberes de todo el pasado
y especialmente me despojes del mal uso
del poder y de toda autoridad.
Te pido, Señor,
que laves mis pies del polvo del pasado,
de los traumas adquiridos, de todo sufrimiento o marca
que yo haya provocado en algún corazón.
Te pido que me purifiques,
así como Tu Amado Hijo
fue purificado en el Templo.
Hazme libre de mí mismo
para que, con otra consciencia
y bajo una segura condición,
yo pueda decidir conforme a Tu Voluntad
y a Tu Santa Aspiración.
Por último, Señor,
vacíame, humíllame, hazme nada
para que Tú, Padre Amado, lo seas todo,
porque al fin de esta peregrinación en la Tierra,
se cumplirá Tu sabia y amorosa decisión.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María Rosa de la Paz
Queridos hijos:
El amor está en una ardua batalla contra la indiferencia. Mientras que solo algunos corazones se sensibilizan, la mayoría se vuelve indiferente y la ignorancia los abraza.
El amor intenta rescatar a la consciencia de los que omiten la verdad, para así, llevarlos al despertar de la consciencia. Por otro lado, la indiferencia es como un veneno imperceptible que permea la mente humana y la aparta de la realidad.
Es una lucha sin fin, pero todo dependerá del estado de consciencia en el que el ser humano decidirá permanecer.
En esta batalla sutil todo está permitido, y aún más los corazones tendrán que hacer un esfuerzo interior para sensibilizarse y no quedar atrapados por la indiferencia que ciega a la consciencia humana.
Esta lucha definirá el próximo ciclo, si la humanidad evolucionará o se estancará. Ya todas las herramientas y advertencias fueron dadas.
Muchos pensaron que la Gracia Divina seguiría alimentando a las personas sin que ellas hicieran el más mínimo esfuerzo. Pero el tiempo y la respuesta es ahora. Así se volverá a cumplir lo que dijo Mi Hijo una vez: “por sus frutos los conocerán”.
Permitan que la arrogancia, la soberbia y la falta de humildad sean disueltas en sus consciencias para que, cuando llegue el gran día, nada los sorprenda.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Yo Soy la Madre de la Nueva Humanidad, la Madre del Nuevo Ser, del Nuevo Hombre que, gestado en el Vientre de la Sierva de Dios, así como lo fue Su Hijo Primogénito, expresa la perfección y la semejanza con el Padre.
Vengo, hijos Míos, a colocar cada una de sus esencias en Mi Corazón y en Mi Vientre espiritual y divino, para que puedan renacer y que de su victoriosa redención pueda surgir el Nuevo Ser, la Nueva vida sobre la Tierra.
Fruto de la redención y de la rehabilitación de los seres, fruto de la reconciliación entre los hombres y Dios, fruto del despertar de los corazones para que recuerden su Origen y su propósito: esa es la Nueva Vida sobre la Tierra, esa es la Vida que por Voluntad y designio divino vengo a establecer a través de ustedes.
Uniendo Mi Amor al amor de sus corazones, vengo a destituir el poder de la ilusión, de la indiferencia, de la voluntad humana y de la maldad que permea a los corazones de los hombres. Y, dejándolos libres de todo mal y limpios de toda mancha, vengo para entregarles la Gracia de ser dignos hijos de Dios, dignos representantes de Su Padre Creador en la Tierra.
Vengo a despertar embajadores de la paz y del bien, precursores de un Nuevo Tiempo en el que la dualidad será vencida por el poder del Amor y de la Unidad, que llegarán a la Tierra a través de las oraciones sinceras de los hijos de Dios.
Vengo a desmitificar los misterios celestiales para que la ilusión deje de ser la verdad en sus vidas y que, despiertos al verdadero sentido de la existencia humana, ustedes puedan conocer los misterios divinos, la vida universal y las dimensiones celestiales que siempre estuvieron ocultas delante de sus corazones y que ahora deben expresarse.
Oren, hijos Míos, por una América redimida, para que sus naciones coloquen sus rostros en el suelo y, en humildad, clamen por paz y por perdón.
Oren para que el planeta despierte a la unidad entre los seres y para que el amor sea una necesidad en el interior de cada corazón; una necesidad que los lleve a vencer la arrogancia, el orgullo y las vanidades que hasta hoy los condujeron a la perdición y al engaño.
Oren por América y también por el planeta. Oren para que hasta el final todas las naciones tengan una oportunidad de conocer la paz y la Verdad y que, sabiendo la Verdad, puedan escoger entre el viejo y el Nuevo Hombre.
Oren para que se disipe la ignorancia de los corazones de los seres y para que la Verdad les revele que el amor debe prevalecer más allá de todo entendimiento y ciencia humana, más allá de las religiones y de las culturas, más allá de las diferencias y de las fronteras, más allá, incluso, de las dimensiones para que nada más los separe unos de otros y nada los separe de Dios.
Hoy oro con ustedes delante de Dios y le clamo al Padre por una Nueva Vida. Clamo para que el Ser que se gesta en Mi interior nazca en sus esencias y que así, tan misteriosamente como el nacimiento de Mi Hijo Jesús, ustedes puedan expresar la Nueva Vida y el Nuevo Hombre.
Yo los amo, los bendigo y con Mi Corazón pleno de amor les agradezco por hacer realidad Mis palabras y Mis divinas aspiraciones.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de la Nueva Humanidad
Hijo e hija:
No busques la perfección de la vida tan rápidamente. Permite que el servicio y la donación constante de sí sean los que te lleven, algún día, a encontrar esa perfección.
Deja que la humildad gobierne toda arrogancia y que la estricta obediencia rija cualquier tipo de control humano; así conseguirás aproximarte un poco más a la esencia de la perfección.
Confía que con el despojamiento de ti mismo permitirás que otros principios sagrados actúen en tu vida, como la renuncia, el anonimato, el silencio y el sacrificio, virtudes que te ayudarán a construir lentamente ese camino a la perfección.
Mientras tanto, agradécele a Dios por cada prueba o dificultad vivida.
Agradécele a Él por enseñarte a superarlo en el amor, hasta en los detalles más simples.
Comienza trabajando en tu camino a la perfección con tu ardiente necesidad de servir a los demás y de donarte plenamente, para que el propio Espíritu Divino de la Gracia de Dios sea el que un día conciba en ti la consagración total de tu consciencia a la Voluntad Sagrada de Dios.
En ese día, y bajo esa circunstancia, estarás superando la dualidad para comenzar a vivir en la unidad definitiva.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
No querer la voluntad propia y amar la Voluntad Divina
Esta raza en el principio fue diseñada por Dios para obedecer y seguir un único Propósito. Pero desde que Mi adversario, en la antigüedad, despertó la tentación y el libre albedrío en el hombre de superficie, el Proyecto original se desvirtuó, saliéndose del camino de la Voluntad Divina.
Fue allí que ingresó en la consciencia primitiva de la humanidad la dualidad, la libre elección y la desobediencia a todas las Leyes superiores que regirían tiempo después a la humanidad, hasta que ella fuera una humanidad sagrada.
Desde el momento en que Adán y Eva fueron tentados en el Edén a decidir sobre su propia vida y así apartarse de la Mano del Creador, ingresó en la esencia del ser humano lo que llamamos voluntad propia.
Esa voluntad, carente de principios espirituales e impregnada de códigos de corruptibilidad, fue la acción que desvió del camino a la nueva humanidad; en el principio de todo, la primera raza era el sabio Proyecto de una nueva humanidad para la superficie.
Desde el momento en que el primer Adán decidió sobrevivir en el planeta transgrediendo las Leyes naturales, por otro lado Eva despertó los primeros indicios de los pecados capitales.
Mi adversario consiguió lo que tanto aspiraba: hacer de esta humanidad una humanidad inerte y sin consciencia de sí.
Después de tantas eras pasadas, llegó el momento culminante en donde en una primera etapa se daría fin a la decadencia de la humanidad, y sería a través de la aparición de Cristo en el mundo, como el Hijo Primogénito de Dios, encarnado para rescatar la esencia de este pensado proyecto humano.
Más tarde, cuando Cristo estaba presente, toda la raza, que ya se encontraba en el abismo de su perdición, fue desviada de su propio infierno a través de la Pasión de Jesús.
La venida del Mesías de Israel fue delicadamente preparada por los Padres Creadores, por los Santos Arcángeles. Cada uno aportó y gestó en el vientre purísimo de la Virgen Madre las células lumínicas de la transustanciación y de la redención, Leyes superiores que posteriormente permitirían liberar a la humanidad del mal.
A partir de que Adán y Eva activaron en sí la voluntad propia, espontáneamente la genética espiritual humana quedó afectada hasta los días de hoy por esa energía de poder terrestre, de apropiación y de dominio de todas las cosas.
Solo aquellas consciencias que a través de los tiempos consiguieron abrirse para descubrir el Cristo dentro de sí, se vieron enfrentadas a renunciar y desterrar ese viejo código humano que desvía del Propósito a millones de almas hasta los días de hoy.
La voluntad propia es la consecuencia de no aceptar de forma verdadera el Amor de Dios, al estar la consciencia impregnada por sus propias ideas y conceptos, los que son opuestos al Divino Pensamiento.
Aunque Cristo dio la vida y murió por todos también con el propósito de desactivar el viejo código corrupto de la voluntad propia, después de todos los acontecimientos y hechos que el Maestro Jesús gestó en la consciencia de quienes lo escucharon, mientras tanto la otra parte de la humanidad fortaleció el vínculo precario con la voluntad propia; fue como una bestia de diez cuernos recreada por todas las acciones involutivas de la raza humana.
La voluntad humana siempre fue honrada y apreciada por la mayoría, esa es una de las razones por la que en estos tiempos definitivos, consciencias comprometidas con el Plan no pueden dar sus pasos al estar afirmando su voluntad propia: una cadena que las ata a un infierno sin fin.
Aquellas santas consciencias que consiguieron vencer su voluntad propia, lo hicieron a través de tres factores: primero, trabajando todos los días con la renuncia a sí mismo, segundo, buscando el vacío de sí y tercero, sirviendo incondicionalmente, teniendo en cuenta que aun viviendo todas esas experiencias, existe voluntad propia basada en la arrogancia y en la soberbia.
Cuando el discípulo de Cristo se dispone a trascender los estados que corrompen el amor en la humanidad, él debe tener presente que enfrentará dentro de sí a sus propias bestias, las que intentarán hacerlo desistir de todos los esfuerzos.
Algunas consciencias sobre la superficie del planeta, como es el caso de los que optaron por la vida consagrada, tienen la misión espiritual de hacer desvanecer de sus consciencias todas esas energías, las que condenan la vida evolutiva de un alma, y también tienen la misión de hacerlo por la humanidad, imitando a Cristo.
En estos tiempos, la humanidad deberá definirse por cuál camino seguirá, eso será antes del esperado Juicio que sucederá en este amado planeta.
Cristo fue y es un extraordinario ejemplo de vida y de verdad para todos los que acepten retornar al momento del Plan anterior a que Adán cometiera el llamado pecado original; pecado a partir del cual todas las criaturas nacen con el código de la voluntad propia y del libre albedrío.
Para poder cambiar esa frecuencia, la determinación y el esfuerzo que son estimulados por la oración, permitirán ir desarmando los impulsos contrarios que trae la voluntad propia.
Vivir en la Voluntad Divina significa no querer nada para sí y todo para los otros. Vivir en la Voluntad Divina significa seguir paso a paso lo que se pide evitando así fallar muchas veces.
Pero sabemos que la humanidad de hoy no quiere seguir en obediencia y adhesión lo que los Universos superiores están emitiendo; eso lleva a aumentar la perdición espiritual de las consciencias, lleva a sumergirse en todos los engaños posibles, lleva a perder el camino que uno vino a recorrer.
Por eso Dios envía nuevamente a Su Mensajera para advertirles a todos y al mundo entero que aún está viviendo su voluntad propia y eso no detendrá el sufrimiento planetario, sino que lo aumenta gradualmente.
Los invito, hijos, a hacer el ejercicio de cortar la cadena de la propia voluntad, así ustedes tendrán fuerza interior para poder cristificar sus vidas y preparar la gloriosa venida de Cristo al mundo.
Sean inteligentes y no permitan que la voluntad propia los aparte para siempre del camino de su redención.
Los tiempos anuncian grandes cambios para todos.
¡Les agradezco por perder su propia voluntad y por nacer a la Voluntad Eterna de Dios!
Los impulsa a la purificación interior,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Rezar por los que son indiferentes
Queridos hijos:
La indiferencia humana que consciente o inconscientemente viven muchos corazones, es el resultado de la falta del verdadero amor.
Ese amor que todo lo puede no es del interés personal de las consciencias indiferentes, las que a lo largo de los tiempos afirmaron sus proyectos dentro del plano mental.
Es la ausencia del amor que los hace indiferentes y los aleja del Corazón de Dios; es así que en el camino de esas almas, los destinos se desdibujan y se pierden porque en ellas tampoco existe la paz.
En este tiempo, queridos hijos, la indiferencia es una enfermedad espiritual y propia que muchos están viviendo, hasta que llegue el momento en la vida de esas consciencias, en donde todo se quebrará de dentro hacia fuera. La indiferencia, como energía, los dejará en el mismo punto y a partir de allí nada se moverá.
Pero cuando otras almas promueven oración por los que son indiferentes, una Gracia no merecida puede descender y actuar al punto de convertir esas consciencias en otras personas.
Sin embargo, cuando los que son indiferentes no viven el amor ni tampoco lo profesan, será más complejo descristalizar una consciencia inferior.
Solo el amor arriesgado y pacífico consigue, en una consciencia abierta, conquistar la vida y así transformarla en un modelo de Dios.
En este ciclo la indiferencia es una de las importantes secuelas generadas por la falta de amor y de servicio al prójimo, es una gran herida generada por la propiedad y la arrogancia espiritual.
Llaves preciosas, como la oración sincera y espontánea, fueron entregadas para hacer desaparecer esa enfermedad espiritual que trae consecuencias irreversibles.
A través del trabajo que en este tiempo Yo realizo con ustedes, intento apartar a Mis hijos del peligro inminente de esa enfermedad espiritual, la cual algunos de los Míos ya viven.
Solo con amor y por amor se podrá atravesar esa barrera, esa ceguera que impone Mi adversario en los corazones que todo el tiempo solo se miran a sí mismos y que olvidaron la necesidad del otro.
Que esa indiferencia sea eliminada por todos los corazones que aman a Cristo, para así ayudar a liberar del camino del error permanente a cuantos ya ingresaron y no saben cómo salir de él.
A todos ellos les ofrezco Mi Corazón como fuente de transformación, de renuncia y de sacrificio, porque la indiferencia le teme al esfuerzo permanente y a todo ser que ama con la propiedad interior que le da Cristo.
Recemos por los que sufren esa decadencia, sean justos y misericordiosos los unos para con los otros, así no serán presa de esa dolencia espiritual de la humanidad.
No dejo de implorar para que los indiferentes tomen consciencia y cambien, cambien pronto.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Rezo por todos los que son indiferentes,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Escuela de María, escuela de corazones humildes
El primer paso para encontrar la humildad es no perder la fe. Ella abre caminos para que las almas concreten sus pasos.
La escuela de humildad que Yo les ofrezco es de constante vacío, y para estar vacíos no pueden existir aspiraciones propias, solo el camino de la renuncia.
La renuncia es la llave principal para encontrar la humildad que en muchos corazones está escondida por la existencia de otros intereses.
La humildad no puede ser dominada ni conquistada. El espíritu de la humildad verdadera nace del destierro del propio yo, para que otras Leyes puedan actuar.
El Señor, en Su concepción original, es humilde. Si Él no lo hubiera sido, ¿cómo podría haber creado todos los mundos?
La humildad es el escudo contra la arrogancia y el orgullo, aspectos que nublan el propósito de las almas sin dejar ver la esencia de la misión de cada una.
Quien busca la humildad debe saber que tendrá que ir despojándose de sus creencias, de sus apariencias y de sus aspiraciones.
Cristo vivió la humildad como prueba final cuando, en el Huerto Getsemaní, Él aceptó beber del amargo cáliz de la redención. Si Cristo no hubiera sido humilde, no podría haber realizado semejante obra de liberación.
La humildad tiene como bases el vacío de sí y la fe, que son atributos que ofrecen los mejores cimientos para que las almas se vayan purificando.
Un ser humilde siempre es el último, aunque el universo lo coloque primero. Por eso, el trabajo de la humildad debe ser amado para después poder conocerlo. Si no existe amor para buscar el espíritu de la humildad, la tarea quedará indefinida.
El Cielo sabe que la humildad no es una escuela tan buscada por todos, como lo es el poder o la soberbia que tienen como resultado un gran engaño espiritual.
El servicio a los Reinos de la Naturaleza, por su propia expresión, tiene una puerta directa hacia la humildad; porque los Reinos menores deben ser tratados con mucho amor para que expresen en la consciencia la belleza de su humildad.
A través de estos Reinos, las almas no solo evitan el cincuenta por ciento de sus errores, sino que también pueden dar pasos más seguros para encontrar, a través de la humildad, la escuela del servicio a los demás y a la Creación.
Los Reinos menores son reflejo de la humildad creadora que no tiene el ser humano. Ellos enseñan al hombre de superficie sobre el espíritu de la constante donación, que también es un atributo fiel para vivir en la humildad o al menos aproximarse a ella.
Por eso, los invito, en estos tiempos, a que Mis hijos se replanteen dónde ha quedado la aspiración de seguir buscando la humildad.
La humildad puede salvar a muchas almas.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los invita a ingresar en la escuela de la humildad y del bien,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Nunca olvides que Yo soy el Gran Espejo de la Misericordia de Dios, que ofrece amorosamente la redención al mundo. Nunca olvides que Yo soy Tu Madre y que encarné en este mundo para recordarte la Pureza de Dios; que estoy a tu lado todo el tiempo, tanto en la alegría como en las pruebas.
Yo soy aquella Mujer que sufrió junto a Jesús y soy la misma que carga contigo la Cruz que Dios te entregó. Yo he venido al Reino de Aurora para dar a conocer la cura del alma y del espíritu. He venido a este suelo sagrado para revelar el sagrado recinto y el divino refugio a todos los corazones.
Si esta es tu casa, ¿por qué no vienes? Si tu corazón despertó en Aurora, ¿por qué no llamas por Ella? Necesito que aprendas a redimirte en este sagrado lugar. Tal vez tu ser no encuentre aquí la belleza o la perfección, pero tu consciencia se alegrará porque verá en este horizonte la Luz de la redención.
Por eso, anímate a transformarte de la noche a la mañana. Deja que Mi propia Aurora te muestre los pasos para la cura interior. No desprecies esta oportunidad, sabes que millones de almas no saben de esto ni tienen la Gracia de recibir como tú el poder del amor curador.
El planeta sufre por tantas condenaciones y por tantas pruebas y tú debes ser esa nueva célula divina en profunda redención.
Tú no debes vivir más para ti mismo, sino para lo que quiere Dios, así conocerás la verdadera y grandiosa Voluntad en tu vida. Camina en confianza hacia ese gran descubrimiento. Un nuevo despertar te espera. Un último llamado se pronuncia al mundo.
No guardes rencor para contigo mismo ni para con tus hermanos. Despójate enseguida de las ataduras que llevan al constante error. Ya no debes ser más el mismo, debes ser aquello que Mi Hijo espera. Ya no debes pensar como piensas ni obrar como has obrado hasta ahora. Debes ser lo que nunca has vivido. Debes reflejar el verdadero ser que aún no despertó dentro de ti.
Por eso, no vengo como Tu Madre para despertar tu mente, porque así nunca entenderás lo que te digo mientras dejes que tus ideas actúen. Vive así como Mi Hijo te lo enseñó a través de Su Pasión.
Ama más allá de tus preferencias y gustos. Ama maduramente para poder ver el sentido del verdadero amor. Vengo a despojarte de la arrogancia para darte el vestido del amor. Vengo a quitarte la soberbia para entregarte en manos la santa humildad. Vengo a retirarte el orgullo para así mostrarte la simplicidad.
Quiero que seas otro ser a partir de este momento. Espero que entiendas y sientas el camino que Yo te estoy mostrando, el camino hacia el absoluto vacío interior. Pero no temas quedar desnudo y mostrar tantas imperfecciones, busca la esencia de la humillación para que tus modos se transmuten.
Quédate a Mi lado y no sufrirás. Vive en el refugio de Mi Corazón y te librarás de todo. Entre tantas maldades humanas Yo debo rescatar a los más necesitados para que sean semillas redimidas en la Nueva Tierra.
No temas perder la posesión de tu propia vida porque la verdadera vida te espera en el cosmos. Déjate guiar día y noche. Entrégate a Mi Instrucción y esfuérzate para cambiar, así Dios podrá esperar que el Plan continúe.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Quien los ama profundamente y los guía,
Vuestra Madre María, Soberana Rosa de la Paz
Abre tu mente para que sea impregnada por la energía del corazón.
Abre tu consciencia y participa de los cambios del mundo.
Abre tu espíritu y percibe la hora decisiva de la consagración a Dios.
Abre tus ojos internos y observa la batalla entre los Reinos.
Abre tu intuición interior y reconoce a los ángeles y arcángeles trabajando por la redención.
Ábrete profundamente, porque nada será como era antes, quien no pueda sentir esto podría quedarse atrás.
Por eso, la Madre del Sol prepara a Sus pequeños y brillantes soles para que ingresen definitivamente en los ejércitos marianos. Serán consciencias preparadas por la oración y por la comunión para enfrentar el Armagedón.
La humanidad creía que esto demoraría en suceder, pero en verdad llegó el tiempo en el que todo el planeta definirá de qué lado se quedará.
Es por eso que la Gobernanta del universo activa los espejos del corazón para que los autoconvocados se dispongan a apoyar la transición de los tiempos.
La Madre del Sol trabaja incansablemente para que todos despierten a la realidad de servir plenamente al Plan de Dios. Así, las amarras de muchos serán desatadas para que alcancen la libertad de caminar en Cristo y de servirlo según Sus preceptos.
Es de esa forma que los redimidos están siendo llamados a cumplir tareas que no estaban previstas. Esta es la ciencia de la Creación, la de revelar a los soldados sus verdaderos principios y ayudarlos conscientemente para que ellos cumplan la gran Misión.
Desde el universo, todos los soles están siendo reunidos para que juntos enciendan la llave de la redención, llave que vibra en sus corazones, llave de Luz que abrió las puertas a todos los Maestros. Los astros conjugan sus elementos para que los depositarios del llamado despierten, así como está previsto.
Llegó el momento de socorrer a la humanidad que está inmersa en el caos y en los placeres. Llegó la hora de rescatar los valores de antaño, los códigos que hicieron del planeta una consciencia sagrada.
Por eso, todo lo que se ha vivido hasta ahora ha sido una pequeña preparación. En poco tiempo, surgirá la gran tarea planetaria y entonces todos los soldados de María deberán estar preparados cuando la Mujer Vestida de Sol abandone el desierto y el Arcángel Gabriel instituya la divina redención.
En ese momento, muchas puertas se cerrarán y los que hayan sido consecuentes con la Ley revivirán los impulsos de Cristo. Por eso, le pido a toda la humanidad que pronto santifique su vida, antes de que sea demasiado tarde. Les pido que lleven una vida de cooperación y de fraternidad para que la arrogancia mundial desaparezca, al igual que el odio que envenena a los corazones. Les pido a Mis hijos que nunca se olviden de la solidaridad, porque eso los hará invencibles y buenos.
Le ruego a Dios Todopoderoso para que la mayoría, que está perdida en el infierno de las modernidades y de los gustos, tenga una sagrada oportunidad.
Les pido a todos los orantes que vivan por medio del espíritu de la constancia y que no permitan que Mi adversario los engañe con mentiras; pues la Luz solo proviene de Dios y si en esa poderosa Luz ustedes creen, no tendrán espejismos. Si sus corazones son mansos y buenos, no temerán a nada.
Sigan rezando por la paz, porque día a día el mundo provoca la ira de Dios y Su justo castigo.
Aprendan a no jugar con las Leyes, sean humildes y no dejen de conquistar la propia conversión.
Mi Hijo los ama y quiere verlos felices por estar sirviendo al Creador.
Finalmente, el triunfo de Mi Inmaculado Corazón será visto en los corazones que Me hayan aceptado verdaderamente como la Madre del Mundo.
Recuerden que la promesa de los mil años de paz está vigente, trabajen para que se establezcan y para que el Reino de Dios descienda en tiempos de gran tribulación.
Mi Corazón los protege y los ama eternamente.
¡Agradezco a Mis hijos de Porto Alegre por haber respondido a Mi llamado!
Los bendice, en el nombre del Amor de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que Mi Paz sea su paz, para que pudiendo ver todas las cosas de sus vidas desde la visión del Universo de Dios, en este tiempo difícil, puedan transformar a tiempo todo aquello que se volverá batalla espiritual en la vida de muchos de Mis hijos.
Que, en este día de concientización, sus consciencias puedan ingresar dentro del espíritu del Amor Divino y desde allí restaurar todo lo dañado por sus mentes y sentimientos.
Delante de su purificación, sean buscadores del espíritu de la Sagrada Unidad, porque estos ya son Mis últimos Mensajes para el mundo, son los últimos Mensajes preparatorios que les podrán dar la madurez necesaria para poder obrar en Cristo.
Mi Padre Eterno les dio a conocer el poder de la oración y de la vida divina a través de la Presencia de Cristo en el planeta.
Vivan por siempre la aspiración de no ser nada en esta vida, así estarán llegando más rápido al espíritu de la humildad.
Abandonen su arrogancia y díganle no a la desunión, así podré decir que crecieron en espíritu y que en verdad están en el lugar correcto, haciendo las cosas correctas.
Redención es igual a purificación. No sometan sus aspectos internos a pruebas que no podrían superar. Dios tiene un lugar para cada uno de Sus hijos.
Les doy la libertad de escoger el camino de Mi Hijo, camino de la perfección, o el camino del mundo, camino del dolor y de la superación.
Nuestros Sagrados Corazones los esperan a todos en el Reino de la Paz. Unifíquense y no pierdan de vista el sagrado Propósito de Dios.
Les agradezco por aliviar Mi Corazón ultrajado por los pecados del mundo.
Los sostiene entre los brazos de la Misericordia,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más