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Mis legiones de Luz están formadas por los ángeles del Cielo y por los servidores de la Tierra. Cuento con cada uno de ellos para derramar la Fuente Reparadora de Mi Divina e Insondable Misericordia.
De tiempo en tiempo, elevo hasta el Reino de los Cielos a todas las esencias y a las almas que incondicionalmente Me sirven, para que estén por un momento en Mis Brazos; pero, sobre todo, para que las almas que Me sirven y que también viven su purificación interior en este tiempo, se sientan aliviadas no solo por el Amor Misericordioso de Mi Corazón, sino también por el afluente de Mi Divina Misericordia.
Todos los ejércitos orantes de la Tierra se fortalecen de manera especial durante los días de Maratón de Oración; como sucedió esta vez que su Maestro y Señor, después de la última Sagrada Semana, se recogió en el Cielo y entregó, con total confianza, la dirección de Su Obra a Sus más preciados seguidores.
De esa forma las almas se van afianzando espiritualmente mediante el contacto interior con el sublime Océano de Mi Misericordia, para que en el futuro, cuando haya que atender a gran parte de la humanidad, las almas reciban los mismos impulsos de amor que hoy ustedes reciben.
La confianza y el fortalecimiento de la misma en estos tiempos, les permitirá a las almas hacer más reales sus santas virtudes y, de esa forma, colocarse por encima de toda ambigüedad u oposición, venciendo con el amor y la unidad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
No temas enfrentarte a tu realidad interior. Agradece todos los días ser consciente de tus imperfecciones, pero no las retengas en ti con culpa, sino entrégaselas al Dios del Amor, para que por medio de las Manos de Su Amado Hijo, Él la transforme.
La realidad interior podría ser dolorosa, pero la determinación de transmutarla será el camino del alivio de la consciencia.
No temas enfrentarte a esa realidad interior. Decreta en ti el triunfo del Amor Redentor de Cristo, porque así no lucharás contra tus miserias cuando ellas emerjan y sabrás a cada instante entregárselas al Señor. Así tu cruz pesará menos y tus pies caminarán más decididos hacia el Propósito.
No te quedes en el pasado, en lo cometido o en la causa. Anímate, con humildad, a transformarlo todo con alegría, esperanza, motivación y valentía, sabiendo que en cada nueva prueba o en cada nuevo desafío se encuentra el motivo para tornar cada vez más libre a esta humanidad.
Así vencerás, porque reinará el Amor de Cristo por encima de toda imperfección.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Sigo camino hacia el encuentro de las necesidades planetarias, hacia el encuentro de las almas que más necesitan de Mi Corazón en este tiempo.
Compañeros, acompañen a su Maestro por esta nueva senda de Luz que los ayudará, como hermanos, a disolver las apariencias, las diferencias y los conflictos.
Caminen a Mi lado con la linda sonrisa del espíritu, para que todo en su interior sea curado y redimido.
Anímense a trascenderse a sí mismos y a ingresar en esta escuela del amor curador para que sus corazones sean aliviados.
Los animo al cambio de la consciencia para que sus corazones sirvan al Creador de todo lo que existe.
Les dejo Mi Paz y Mi Amor renovador.
Sigan adelante y en estos días esperen la llegada del Rey Universal.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Queridos hijos:
Mi Corazón Inmaculado es el gran cristal rosa y magenta del Universo Celestial, que desciende al mundo para derramar los rayos de la conversión sobre los hombres y sobre los reinos de la naturaleza, reinos que son tan ultrajados por las almas ingratas.
Mi Corazón Inmaculado es el gran cristal del Universo Celestial, que se aproxima al planeta para aliviarlo y principalmente para entregarle la paz que está perdiendo.
Cada uno de vuestros corazones puede ser un cristal de luz al igual que el Mío; la oración del corazón no solo enciende las fuentes de todos los espejos orantes sino que también ilumina al corazón como un cristal de amor y de paz.
Por eso les pido, hijos Míos, que vuestros corazones trabajen con la oración para convertirse en preciosos cristales dentro de Mi Reino, en cristales que irradien pureza, misericordia y compasión.
Cuando vuestros corazones se endurecen como una piedra, el cristal mayor de Mi Corazón debe trabajar para derramar nuevas llamas de luz que purifiquen el corazón y toda la vida. A pesar del tiempo de la purificación, vuestros corazones pueden ser esos esperados cristales de luz que ayuden a elevar espiritualmente al planeta hacia el Reino de Dios.
Allí hijos Míos, como un solo cristal de paz, seremos uno en Dios y en Cristo, el Sacerdote Mayor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los convierte en cristales de luz y de oración,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En esta noche, de una forma especial, quisiera verlos con las velas encendidas para que de esa forma, hijos Míos, Yo pueda encender la esencia y el corazón de los que no están aquí.
Quiero que cada día de sus vidas, profundicen el significado de sus simples acciones, porque de esa forma, Mis amados, podrán ir viviendo lo sagrado en sus días, y esta vida dejará de ser común para ser semejante a la Vida Celestial.
Quiero que a partir de hoy y para siempre, cada vez que enciendan una vela en sus vidas, se acuerden de Mí. Recuerden que Yo estaré encendiendo una esencia, sobre todo cuando Me entreguen una oración sincera delante de esa llama sagrada.
Y si, más allá de eso, cantan para Mí con alegría, las puertas del Cielo podrán abrirse a los que viven en la oscuridad, a través de la luz que nace de las velas encendidas con la intención correcta y así, con esa simple acción, deberán prestar atención a todas las acciones de sus vidas. Cada palabra pronunciada debe ser impregnada de amor, de humildad, porque así aprenderán con los Mensajeros Divinos y con todos los mensajeros enviados por Dios, que no pronuncian una sola palabra en vano.
Aunque en algún momento podamos decir cosas difíciles para la humanidad, en Nuestro Verbo nunca falta el amor, la comprensión, la humildad y la unidad con todos los seres de este mundo. Es así, Mis queridos, que deberán seguir el ejemplo de Aquellos que Dios envía hacia sus vidas.
¿Por qué piensan que, mientras hablo, necesito que exista una canción? Porque es así, Mis queridos, que ingreso profundamente en sus almas. Mi Voz se une al sonido de todo instrumento tocado con el corazón. También, a través de ellos, Mi Amor se expande por el mundo y Mi Paz impregna las vidas.
Mas hoy, quisiera hablarles de algo importante, importante para Dios y para la humanidad. Y, antes de hablar, silencio, porque necesito que Me sientan para que comprendan así lo que les quiero decir.
A través de su simple oración, muchas de las malas acciones causadas por esta nación pudieron ser liberadas, pero aún hay mucho, Mis queridos, para ser convertido en el corazón de esta nación tan amada por Dios. Muchos piensan que vinieron a Mi encuentro para visitarme, pero fui Yo Quien los convocó internamente para que pudieran estar aquí. Soy Yo quien convoca a los soldados de Mi ejército y del Cielo los llamo por el nombre, porque sé del potencial que guarda cada uno de ellos. Sé lo que pueden ofrecerme y lo que no pueden, pero mucho de lo que sé, ustedes lo desconocen.
Yo sé, hijos Míos, que la humanidad puede entregarle a Dios mucho más de lo que le entrega; que la oración y la vida del espíritu, si fueran una prioridad de todas las almas, convertirían este mundo para siempre y lo tornarían sagrado. Pero muchos desconocen la grandeza de las cosas simples y otros temen ingresar en el Corazón de Dios porque piensan que allí perderán todo lo que tienen, lo que son; pero desconocen, Mis queridos, que nunca conocieron lo que verdaderamente son.
Este mundo, que pueden tocar, ver y sentir, es solo una pequeña parte de la Creación de Dios, que es infinita, sublime, a veces inalcanzable para el corazón humano, que está encerrado en su pequeña vida material. No les digo que abandonen todo, sus familias, sus empleos, sus estudios. Lo que les pido, hijos Míos, es que se abandonen a sí mismos, que reconsideren los valores de su vida, que puedan vivir cada instante de ella sabiendo que la prioridad y la verdad se encuentran en el espíritu.
Quiero que sigan estudiando en las escuelas, en las universidades. Saben que si su presencia en aquellos lugares fuera verdadera portadora de un testimonio vivo de la Presencia de Dios en este mundo, podrá convertir a muchas almas y darles a muchos de Mis hijos la oportunidad para que no se pierdan. Quiero que continúen trabajando, yendo todos los días a su empleo, si saben que al llegar ahí pueden convertirse en una puerta a Mi Corazón Inmaculado para que Mi Presencia transforme la forma de vivir de este mundo.
Quiero que cuiden y amen a sus familias, que descubran en ellas la verdadera oportunidad de amar al prójimo así como es, de aceptar a cada miembro de sus familias con sus limitaciones y dificultades y, aún así, descubrir lo bello, lo sagrado que existe en cada corazón.
Pero también habrá aquellos a quienes les pediré todo, inclusive la vida en este mundo, porque pueden entregármela para servir incondicionalmente a Mi Plan; y que esta entrega absoluta pueda servir de ejemplo a los que aún están prisioneros de la vida material y no consiguen tornarla sagrada, sino que, al contrario, cada día se sumergen en las ilusiones y se olvidan de que Yo los llamo a la transformación.
Mis queridos, les digo todo esto porque a cada uno lo llamo a una definición mayor. Que aquellos que deben tornar la vida sagrada donde están, se esfuercen para hacerlo todos los días; venciendo las propias limitaciones y tendencias humanas, venciendo el asedio que Mi adversario les impone por medio de las modernidades y de los deseos materiales para afirmarse todos los días en la vida del espíritu. Y aquellos que saben que deben entregarme su vida, que encomienden a Mi Espíritu Inmaculado todo lo que son y se lancen sin miedo en Mis Brazos Maternales, porque Yo siempre los cuidaré. Y, si bien les daré duras pruebas para que se fortalezcan, siempre estaré a su lado.
El tiempo de ignorancia de la humanidad ya está acabando. El mundo superior se aproxima a los ojos humanos. Todos podrán ver, tocar, sentir lo que siempre temieron. Los que desde ahora hagan nacer la fe en sus corazones cantarán gloria y aleluya cuando el Reino de los Cielos descienda a la Tierra. Pero los que decidan permanecer en la ignorancia, teniendo como única verdad el reino de este mundo, encandilarán sus ojos en la grandeza de la Luz Divina y se quemarán en el fuego del Retorno de Mi Hijo.
Sé que muchos confían en Mí, pero no creen que ese día llegará. No importa que no crean. Mi Inmaculado Corazón los comprende, porque su corazón es muy humano y penetró poco en los misterios del espíritu. Lo que les pido es que perseveren, porque un día llegará el alivio a sus mentes, a sus almas, porque comprobarán que todo lo que les dije siempre fue verdad.
Bienaventurados los que seguirán Mis pasos sin comprender, sin ver, sin creer; que persistirán en la esperanza, aun sintiendo que no tienen fe, porque Yo les digo, hijos Míos, que su fe es inquebrantable.
Bienaventurados los que confiarán en la guía de los que Yo envié al mundo porque, por más imperfectos que sean sus instructores, en sus corazones vive la Voluntad de Dios.
Bienaventurados los que serán testigos de Mi Presencia en este mundo, que vencerán la vergüenza y el miedo de proclamar y anunciar el Retorno de Mi Hijo, de difundir cada una de Mis Palabras en los cuatro extremos de este mundo, porque a través de ellos les abriré las puertas del Cielo a los incrédulos de espíritu y de corazón.
Bienaventurados los que no se cansan de escucharme y permiten que cada una de Mis Palabras ingrese en lo profundo de sus seres, rompa las barreras y las estructuras que los separan de Dios y los transforme para siempre.
Bienaventurados los que no temieron consagrarse a Mi Inmaculado Corazón y los que un día se consagrarán, porque con ellos construiré Mi ejército de paz y, en un tiempo de caos, expandiré Mi Paz por el mundo.
Llamo aquí a los Hijos de María que se consagrarán en esta noche. Que piensen bien antes de venir a Mi encuentro, porque Yo los transformaré para siempre. En esta noche los coloco ante la Consciencia de Dios, que se manifiesta y se expresa al mundo por medio de Su Sierva.
Bienaventurados los que descubrieron que Yo Soy la Madre de Jesús, pero también Soy la Madre Universal, que Dios vive dentro de Mí y Yo en Él.
Queridos hijos del Inmaculado Corazón de María, hoy los bendeciré, los despertaré, los liberaré de todo el mal. Permitiré que renazcan en espíritu para que sean plenos servidores de Mi Corazón. Sepan que, respondiendo a Mi llamado, estarán cumpliendo con la Voluntad de Dios para sus vidas, voluntad que tanto buscaron en este mundo, camino que tanto se preguntaron dónde estaba, cómo lo recorrerían. Hoy, Yo les muestro que este camino es el que sigue en dirección a Mi Corazón. Si hoy se toman de Mis Manos, que se extienden delante de ustedes, Yo los conduciré al Universo, al Corazón de Mi Hijo, y Él los llevará a Dios.
Ahora, quiero que canten con alegría, con devoción, que proclamen Mi nombre, que se consagren a Mi Corazón con la certeza absoluta de que nunca más serán los mismos, porque Yo les mostraré quiénes verdaderamente son.
Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Sonríanle al Universo que tanto aguardaba su respuesta.
Yo los amo y los encuentro en Mi Corazón todos los días. Eleven el verbo a los Cielos y anúncienle al mundo que son consagrados a Mi Corazón. Anúncienles a las almas que viven en la oscuridad que existe una Luz que las guía, una Luz que está disponible para todos, que no juzgará a ninguna de ellas, que aliviará su sufrimiento, disipará el dolor, consagrará la vida y tornará sagrado el corazón.
Yo los amo, hoy y siempre.
Canción: Himno de los Hijos de María.
Hermana Lucía de Jesús:
Nuestra Madre Divina vino hoy como la Reina de la Paz, pero Ella estaba presente aquí mucho antes de haber comenzado a pronunciar Sus Palabras. Desde el inicio de nuestra oración, nuestra Madre Divina ya estaba sobre el Centro Mariano de Aurora realizando una gran tarea de liberación por medio de la presencia de los grupos de Uruguay.
Cuando llegó, Ella pronunciaba Sus Palabras muy lentamente, primero porque observaba a cada uno de nosotros para saber hasta dónde Ella podría decir lo que quería y también para que Sus Palabras pudieran ingresar en nosotros. Cada Palabra que Ella pronunciaba era como un impulso de Luz que salía de Su Corazón e ingresaba en nuestro interior.
Ella no solo hablaba con los que están presentes aquí. Ella nos mostraba, al mismo tiempo que estaba aquí, otros lugares del mundo que recibían este impulso de Su Verbo, no solamente los hermanos que están acompañándonos por “Misericordia María TV”, sino también almas que desconocen completamente que Ella está aquí y que, por medio de nuestras oraciones, pudieron recibir esta Luz de Nuestra Señora.
Madre María Shimani de Montserrat:
Nosotros queríamos contarles que cuando comenzamos a cantar “María, toca nuestros corazones”, ustedes vieron que en un momento todo quedó un poco intenso, porque con esa apertura de nuestros corazones, de todos los que están aquí, representando a este país, le dimos permiso al universo para que María pudiera liberar a este país de algunos aprendizajes equivocados que a lo largo de nuestra historia no fueron buenos para sus habitantes ni para el Universo, para la Ley Universal.
Esto es lo que permite que lo que pesa sobre esta nación, que no está de acuerdo con la Ley del Amor, con la Ley del Universo, pueda ser aliviado un poco y tal vez algún día, cuando aquí todos comprendamos algunas cosas y les abramos el corazón a los Mensajeros Divinos, nuestro destino pueda cambiar.
Y así María, con los demás Mensajeros Divinos, camina por el mundo liberando los errores de las naciones para que, en el proceso de la purificación, las naciones tengan nuevas oportunidades y no tengan que vivir el peso de sus errores.
Entonces, siempre tenemos que estar atentos, porque a veces nosotros, a partir de nuestro mundo interior, cuando le decimos sí al Cielo, estamos abriendo una oportunidad no solamente para nosotros.
Por eso, hoy María nos pidió que observáramos las cosas simples, porque vean qué simple es cantar con el corazón y cuán grandioso es el resultado.
Así son las cosas de Dios. Entonces, tenemos que aprender a vivir más en Dios.
Guarden en vuestros seres el Amor Inmaculado de Mi Corazón y, en confianza, llamen, mediante la oración, la presencia interna de Dios.
Queridos hijos:
Que este día domingo sea dedicado a la reparación del Corazón del Señor a través de la oración. En el ejercicio de la oración del corazón, se revelarán los atributos que a todos ustedes los ayudarán en este tiempo, atributos como la Fe, el Amor, el Perdón, la Misericordia y la Redención.
Queridos hijos, como Madre de la humanidad, les pido oración para que Mi Hijo interceda y alivie el dolor en muchos corazones.
Cada oferta sincera que nace desde vuestros corazones día a día, permitirá que los Planes del Altísimo se cumplan en la vida de todas las almas.
Hijos Míos, en amor y devoción pido a todos Mis hijos de la ciudad de San Pablo en el Brasil, que alcen sus ojos hacia el Reino Misericordioso de Dios y que así practiquen en sus vidas las enseñanzas maternales que Mi Corazón derramó a lo largo de este último año.
Mediante el ejercicio de la adoración al Corazón Sagrado de Mi Hijo, todos Mis hijos de San Pablo estarán unidos a Mi Inmaculado Corazón.
Por eso, queridos hijos, hoy Dios les pide crecer en consciencia desde el corazón y unir vuestras almas con los diferentes estados que la oración les irradiará, estados como la unidad, el amor y la fraternidad.
En este mes del Santo Rosario, que vuestros corazones descubran en cada Misterio las llaves de la salvación.
¡Agradezco a Mis hijos de San Pablo por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mis pequeños:
Guarden en vuestros corazones todo el camino de amor y conversión que, a través de la Sierva Fiel de Dios, ustedes han vivido. Por este motivo maternal, hoy los invito a recordar que ya son once meses de encuentros y de mensajes diarios para el mundo.
Hoy los estoy llamando a ser ejemplo vivo de Mi Mensaje Maternal a través de la caridad y de la donación.
Queridos hijos, los llamo a formar parte de Mi ejército mariano de la paz y a difundir Mis palabras mediante vuestra oración. Están a tiempo de vivir en la Misericordia de Mi Hijo, están a tiempo de perdonar con el corazón.
Hijos Míos, hoy también llamo a todos los que escuchan Mi urgente llamado por la Paz y por el Bien para que difundan Mis palabras de apoyo y auxilio a todos los corazones en el mundo.
Vuestra meta, al igual que la Mía, debe ser aliviar el corazón cansado, el corazón herido y el corazón caído. Encender, mediante la oración, la Llama del Espíritu Santo y confiar, en el nombre de Mi Hijo, en toda la sabiduría que ustedes recibirán para crecer como consciencias y como corazones.
Hijos Míos, hoy es motivo para celebrar desde el corazón los once meses seguidos en los cuales Mi Amor Maternal, Mi Esperanza, Mi Gracia y Mi Misericordia, se derraman desde lo más profundo de Mi Corazón Materno para todos Mis amados hijos.
Sigan unidos a Mi Espíritu de Paz y, mediante la oración permanente del rosario, todos los días estén unidos a Jesús, el Rey del Amor.
Que vuestros corazones, durante estos últimos once meses, hayan podido ser parte de Mi Gran y Divino Hijo Jesús. Que a partir de ahora, vuestra vida esté entregada al Plan de Dios como reparación de todas las ofensas que Él recibe de parte de este mundo.
Sean misericordiosos y amen a vuestros hermanos, porque también ellos son Mis hijos.
¡Por todo este tiempo de Misericordia, Yo les agradezco por contestar a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mi Corazón Materno llega a vuestras vidas para aliviarlos de todo dolor, sufrimiento e incomprensión. El Sagrado Corazón de Mi Hijo llega a vuestras vidas para redimirlos y para conducirlos hacia el camino de la salvación.
Queridos hijos, llamando nuevamente a cada una de vuestras vidas, hoy, el Señor les pide que purifiquen vuestros corazones de cualquier sentimiento que no pertenezca a la Luz, porque si así lo hicieran mediante el ejercicio de oración, vuestras almas estarían ayudando a aliviar la gran ira que vive parte de la humanidad. Este es un sentimiento que distancia a los corazones del Único, del amoroso Corazón de Dios.
Por eso, mis pequeños, que sus corazones sean corazones de niños: puros, cristalinos y verdaderos, corazones que, renovados en Jesús, amen nuevamente creando así un puente de paz entre el Cielo y la Tierra, uniendo el Divino Espíritu de Dios con el pequeño espíritu de cada uno de Mis hijos.
Queridos hijos, un camino para que vuestros corazones se curen es imitar al pequeño y Divino Niño Jesús que, con Su pureza e inocencia, fue quien transmitió a la humanidad la esencia del Verdadero Amor. El pequeño Niño Jesús dejó sobre este mundo el Espíritu del Amor de Dios a través de Su entrega por cada uno de ustedes.
Ese es el amor que quiero que Mis hijos cultiven en sus corazones; ese es el amor que emana del Sagrado Corazón constantemente. Es el amor que dona Jesús sin cansarse, amor tan compasivo; Él mismo consagró a cada uno de ustedes a la esencia del Amor de Mi Inmaculado Corazón.
Reitero, hijos Míos, que cuando les hablo de ser como pequeños niños es para que, con esa actitud, purifiquen la ira que se vive en el mundo; si ustedes se renovaran en el espíritu de amor, la humanidad podría recibir la Gracia de la Compasión.
Queridos hijos, como Mediadora, los llamo a orar, a orar por la paz en la mente y en el corazón de cada uno de Mis hijos. Yo estaré, una vez más, agradecida por vuestra correspondencia para con los Planes del Creador.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
En Mi espíritu de la paz y bajo Mi espíritu de la paz podrán construir los caminos de la fraternidad.
Queridos hijos:
La confianza absoluta en Dios los ayudará a estar en el Corazón de Mi Hijo y así el propósito de Mi Paz se cumplirá en cada alma de la humanidad.
La confianza plena en la Voluntad de Dios les permitirá crecer como flores en la primavera y madurar como frutos. Hijos Míos, vuestros corazoncitos deben estar dentro de Mi espíritu de la paz, así serán salvados y resguardados de toda tentación de este mundo.
Queridos hijos, por todo esto Yo hoy los invito a vivir la fraternidad desde el corazón; de esta forma, pequeños niños, estarán en el Corazón del Padre Celestial. Si la humanidad se reconciliara con Dios a través del sano espíritu de la fraternidad, de la caridad y del amor en el corazón, los caminos que le aguardan al mundo, por Mi intercesión, ya podrían ser otros.
Hijos Míos, Yo los llamo a prepararse en el camino de la oración para que la devoción que se guarda en vuestros corazones pueda servir y colaborar en el alivio de esta humanidad.
Hoy, nuevamente los llevo a todos en Mi Inmaculado Corazón para que vuestras vidas tengan fortaleza para responder, una vez más, a Mis pedidos. Los colmo con Mi Luz Maternal y estimulo vuestros corazones a vivir en Mi Hijo antes de que Él retorne.
Queridos hijos, lleven en sus corazones Mi Pureza Virginal y sientan que es posible mejorar todo en estos tiempos. Mi Paz Universal quiere estar sobre el mundo y, para eso, sus oraciones ayudarán a Mi fiel propósito de amor en los corazones.
Los guío. Vivan en Mi Fe.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Reciban Mi llamado con sus corazones y Sus brazos abiertos. Yo soy la Madre del Alivio y del Auxilio que viene al mundo para resguardar a los pequeños corazones. Aún hay muchos lugares por donde Mi Corazón deberá pasar para aliviar el dolor.
Solo les pido hoy, Mis queridos hijos, que delante de todo sufrimiento interior permanezcan en Mi Corazón Inmaculado. En esa hora de entrega y de renuncia Yo allí estaré para apoyar el paso de sus corazones. Aquí, en la Tierra, aún hay mucho para restaurar y perdonar, pero lo más urgente es que debemos orar para que las últimas Gracias Celestiales puedan descender.
Queridos hijos, en verdad les digo que Mi Corazón de Madre es humilde, es sencillo y está abierto a cada uno de ustedes. Mi Amor nunca se separará de los corazones que se han consagrado a Mi Inmaculado Corazón. Por eso, pequeños, deberán vivir con suma alegría el sufrimiento que el Señor envía a sus corazones, para que ese dolor, permeado por el amor, libere el mal que vive el mundo.
Yo los conduzco por el camino que Mi Hijo les prometió vivir. Él es el Camino, es la Verdad y es la Vida para todos los corazones que lo aceptan vivir. Hay un camino por donde ir. Hay una verdad sobre sus existencias como almas y como corazones, y hay una vida nueva que, a través de Mi Hijo, descubrirán en el sendero de la oración. Solo aspiren, Mis pequeños, a encontrar día a día el camino hacia Cristo; Él fortalecerá sus corazones durante las horas de prueba.
Lo esencial de todo, Mis queridos hijos, es que sus corazones no pierdan la alegría de servir y de sonreír porque así lo quiere el Señor en estos momentos: Él quiere ver sus corazones llenos de gratitud y de alegría.
La misión de todos Mis hijos en el mundo será convertir sus corazones a la Voluntad del Señor sin temor alguno. Por eso, Mis pequeños, Yo estoy entre ustedes anunciando el tiempo venidero de la paz para el mundo.
Oremos.
Gracias por responder a Mi llamado.
Que reine la alegría en sus corazones. Paz para la Tierra.
Los ama eternamente,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Que el Reino de Mi Paz sea vuestro sendero, el cual dé frutos para el Señor. Caminen en Mi Confianza Maternal. Que Mi espada, que corta el mal, alivie vuestros corazones cansados.
Que la Luz que brota de Mi gloriosa fuente divina sea la lluvia que purifique sus seres y lave sus rostros. Que Mis ojos misericordiosos sean la esperanza que los impulse al valor y que los fortalezca para transformar la vida en un templo de consagración a Dios.
Que Mi Manto Universal sea el hogar donde sus corazones de peregrinos puedan reposar y encontrar el refugio que sus almas tanto buscan. Que Mi Inmaculado Corazón sea una réplica en sus pequeños corazones para que sus almas imiten Mi camino de Unión y Amor a Dios.
Como podrán ver, querido hijo, querida hija, nada en el Reino de Dios está separado. Procuren vivir en Mi humildad para que descubran el Amor Divino que es vida para sus almas y bálsamo para sus corazones. Cuando logren sentir Mi Inmaculado Corazón, rociarán con Mi agua bendita el camino que han recorrido para que, consagrados a Mi Corazón, puedan ver la Nueva Luz que viene hacia ustedes.
Quédense en Mi Corazón. Reposen sus rostros sobre Mi Ser. Cubran sus rostros con Mi Manto. Siéntanse en paz Conmigo y ningún mal podrá perturbar sus pequeños corazones. Adelanten sus pasos ejercitando la madurez del sentimiento para que, bañados por Mi pureza original, sus corazones perciban Mi Amor y Mi Confianza. No olviden entrar en Mí y llegar hacia Mí en oración para que, en sus simples plegarias, eleven el mundo dolorido hacia los pies del Señor.
Vengan a Mí, Yo los protejo. Vengan a Mí, Yo los amo y los bendeciré. Aguardo que cada uno de Mis hijos siga este recorrido hacia Mi Inmaculado Corazón.
Que la paz reine en la vida. Que Mi Luz brote en cada corazón.
Amen Mi Paz. Abracen Mi Paz. Vivan Mi Inmaculada Paz.
Los ama,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más