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Y, algún día, vendrás al Cielo para estar Conmigo y Me contarás cómo fue tu experiencia de amor y de perdón en la Tierra.
Me relatarás, paso a paso, lo que has vivido por Mi causa y Yo te volveré a bendecir en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Así, tus heridas se sanarán y ya no recordarás nada sobre el sufrimiento. Entrarás por la puerta principal del Reino de los Cielos para unirte y hermanarte con los bienaventurados.
Allí encontrarás, cara a cara, a los que has amado de verdad y aquellos que amaste una vez se aproximarán a ti para darte el calor de su fraterno abrazo.
Sentirás una felicidad desconocida en tu espíritu y ya no recordarás las luchas que alguna vez viviste para poder superarte. Solo tendrás el recuerdo del verdadero cariño que algún día sentiste de parte de los que amabas de corazón y con todas tus fuerzas.
Serás colocado en la Fuente de la Purificación para que tu cabeza, manos y pies sean lavados y, así, enseguida, entrarás solo a la Casa del Padre Celestial, conocerás Sus Siete grandes Portales de Oro y se revelará ante ti la majestuosa humildad de Su Reino.
Por eso, te digo que vale la pena que sigas sacrificándote por Mí, porque después de toda esta historia de vida, que en este momento estás atravesando, hallarás el júbilo poderoso de haber vivido en Dios y por Dios.
Ayudarás a recrear la Creación con tu ejemplo de renuncia y de redención y construirás, en tu espíritu, el resultado de una larga trayectoria de amor y de servicio por la humanidad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Tercera Serie de Poemas
Octavo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Alíviame, Señor, de mis penas.
Por favor, Maestro,
que Tu divino Amor renazca en mí.
Hazme humilde y simple cada día
para que no pierda la fortaleza
de siempre sostenerme en Ti.
Permíteme, Señor,
amar más profundamente.
Que el divino Amor que Tú nos enseñas
me ayude a abandonar la indiferencia.
Que mi corazón y mi vida, querido Jesús,
sean verídicas representaciones
de la Obra de Tu Redención.
Que en la adoración
pueda sentirte y reencontrarte.
Que en cada paso
que debo dar hacia Ti, Señor,
yo tenga el suficiente coraje para poder hacerlo
y que viva la suficiente humildad
para poder llevarlo adelante.
Señor mío, Rey Celestial,
visita el templo de mi alma,
conságralo a Tu Divino Espíritu,
para que todo mi ser sea instrumento
de Tu grandiosa Obra.
Descalza mis pies del pasado,
del rencor y de los resentimientos.
Lávame, Señor,
con el Agua inmaterial
de Tu Fuente y así me renovaré
porque Tú me habrás concedido
Tu Gracia y Tu Misericordia.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice con la Señal de la Cruz,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Tercera Serie de Poemas
Segundo poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Señor de la Bondad,
aplaca la injusticia
que se muestra
ante Tus Ojos.
Alivia el dolor interno
de los que verdaderamente sufren.
Coloca Tu Amor consolador
en las almas enfermas,
y no dejes de guiarme
ni por un momento.
Amado Jesús,
sabes que somos débiles
y frágiles de espíritu,
sabes que llagamos Tu Corazón
una y otra vez con nuestros
indiferentes actos,
sabes que no hacemos lo que podemos
y sí hacemos lo que no debemos.
Paciente y amado Jesús,
ingresa profundamente
en nuestros corazones
y arranca de nosotros
toda soberbia y arrogancia,
para que libres de las prisiones de la vida
aprendamos, humildemente,
a consolarte y a adorarte.
Sostennos en nuestras caídas.
Protégenos en nuestras debilidades
y libéranos siempre de nosotros mismos
para que seamos dignos
de honrarte y de glorificarte
como Salvador y Redentor
de nuestras vidas.
Que no te abandonemos.
Que nos abandonemos en Ti, Señor,
para que se cumpla Tu Sagrada Voluntad.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
La agonía de los que sufren las guerras también es parte de Mi agonía. Por eso vengo con toda Mi Misericordia, a fin de aliviar a las almas doloridas y a todos los que escapan de la desesperación de estos tiempos.
Que sea Mi Misericordia la Fuente de cura y de reparación para todos los que deben ser curados y amparados por Mí.
Que en la Divina Misericordia encuentren el agua para saciar la sed y el fuego para calentar el frío de estos tiempos.
Llamen siempre por Mi poderosa Misericordia para que, aún más, Mis Rayos Misericordiosos puedan tocar todo lo que necesitará de perdón y de redención.
Que en Mi Misericordia comulguen con Dios para que, desde ahora, muchas más situaciones sean detenidas en las naciones del mundo por todos los que invocan la Divina Misericordia.
Que en la hora de la mayor agonía todo sea ofrecido como penitencia y oración, a fin de atraer hacia el planeta los mismos códigos que todos los apóstoles Míos son llamados a vivir, los códigos de la Ascensión.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Todo el alivio que puedan generarle al prójimo, así como al hermano de camino, es a Mí que Me lo dan.
Todo el amor que puedan expresar y compartir hasta en los más pequeños detalles, es a Mí que Me lo dan.
Toda la comprensión y consideración que puedan vivir con el semejante, es a Mí que Me las dan.
Toda la compasión que puedan expresar a los que no son comprendidos ni aceptados por sus problemas diarios, es a Mí que Me la dan.
Porque todo proviene del amor.
Es el Amor de Dios el que le concede a los hombres el entendimiento, es el Amor del Infinito el que permite la unidad entre hermanos de caminos tan distintos.
Todo lo que hagan por sus hermanos Me lo harán dos veces a Mí, y así Yo estaré agradecido sabiendo que, al menos, alguien aprendió la lección interior que una vez Yo prediqué.
Si en este tiempo de grandes definiciones y pruebas, así como de grandes acontecimientos y desafíos, no existiera el amor entre los seres, no habría ninguna posibilidad de gestar la Nueva Humanidad.
Cuando dos o más vivan el amor en Mi nombre y sin prejuicios, se cumplirá Mi Profecía, y los Nuevos Cristos de los últimos días surgirán.
Nada podrá curarse sino con el amor; porque el amor acoge al peregrino, el amor comprende y acepta al hermano.
El verdadero amor no es juicio, sino misericordia.
El amor comparte todo lo que tiene y todo lo que posee, y no guarda nada para sí.
El amor concede Gracias espontáneas y curas milagrosas en la vida del espíritu.
Cuando no encuentres salida, pregúntate: ¿estoy amando con fervor o con amor propio? Ábrete entonces al misterio infinito del Amor de Cristo guardado en cada Sacramento, así como en el templo del alma que se abre de corazón para recibir el Amor del Maestro.
Que el amor les demuestre, todos los días, que podrán hacer cosas más grandes que las que Yo hice hace tanto tiempo atrás.
El amor verdadero solo desea el bien.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Yo siempre seré ese Sol espiritual que iluminará la noche de los tiempos.
Quien se deja bañar por la luz de ese Sol alcanzará la vida eterna, borrará de su interior todo el pasado, y en el mañana será verdaderamente otro.
Soy ese Sol espiritual que todo abarca, que todo sabe y que todo comprende.
Quien vive a través de este Sol ya no tendrá huellas del pasado, sino que sabrá seguir los pasos del Maestro, rindiéndose a Su invencible Amor.
Soy ese Sol espiritual que disipa cualquier tiniebla; que da calor a los corazones fríos; que ilumina los caminos de los que aspiran a alcanzar algún día la libertad de sí.
Soy ese Sol espiritual que todo compenetra; que trae códigos nuevos y que renueva, sí o sí, todo lo que toca. Porque los rayos de Mi Sol provienen del Sagrado Corazón que se dona todo el tiempo, más que cientos de soles en el Universo.
Soy ese Sol espiritual que disuelve los infiernos, que da vida a lo que antes estaba muerto.
Soy el Sol que siempre reinará por encima de toda oscuridad. Porque quien se deja iluminar por este Sol recibe los rayos de Mi Gracia y algún día despertará a la Cura, a la elevación de la consciencia.
He aquí el gran Sol de Mi Corazón que se dona en la Eucaristía, en la comunión perpetua; que puede arder como fuego de devoción en el interior de cada ser.
He aquí el Sol que les trae la paz.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Mis legiones de Luz están formadas por los ángeles del Cielo y por los servidores de la Tierra. Cuento con cada uno de ellos para derramar la Fuente Reparadora de Mi Divina e Insondable Misericordia.
De tiempo en tiempo, elevo hasta el Reino de los Cielos a todas las esencias y a las almas que incondicionalmente Me sirven, para que estén por un momento en Mis Brazos; pero, sobre todo, para que las almas que Me sirven y que también viven su purificación interior en este tiempo, se sientan aliviadas no solo por el Amor Misericordioso de Mi Corazón, sino también por el afluente de Mi Divina Misericordia.
Todos los ejércitos orantes de la Tierra se fortalecen de manera especial durante los días de Maratón de Oración; como sucedió esta vez que su Maestro y Señor, después de la última Sagrada Semana, se recogió en el Cielo y entregó, con total confianza, la dirección de Su Obra a Sus más preciados seguidores.
De esa forma las almas se van afianzando espiritualmente mediante el contacto interior con el sublime Océano de Mi Misericordia, para que en el futuro, cuando haya que atender a gran parte de la humanidad, las almas reciban los mismos impulsos de amor que hoy ustedes reciben.
La confianza y el fortalecimiento de la misma en estos tiempos, les permitirá a las almas hacer más reales sus santas virtudes y, de esa forma, colocarse por encima de toda ambigüedad u oposición, venciendo con el amor y la unidad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Sigo camino hacia el encuentro de las necesidades planetarias, hacia el encuentro de las almas que más necesitan de Mi Corazón en este tiempo.
Compañeros, acompañen a su Maestro por esta nueva senda de Luz que los ayudará, como hermanos, a disolver las apariencias, las diferencias y los conflictos.
Caminen a Mi lado con la linda sonrisa del espíritu, para que todo en su interior sea curado y redimido.
Anímense a trascenderse a sí mismos y a ingresar en esta escuela del amor curador para que sus corazones sean aliviados.
Los animo al cambio de la consciencia para que sus corazones sirvan al Creador de todo lo que existe.
Les dejo Mi Paz y Mi Amor renovador.
Sigan adelante y en estos días esperen la llegada del Rey Universal.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más