- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
Mis queridos hijos:
Hoy nos volvemos a reunir y a unir, de corazón a corazón, para atender y orar por la grave situación mundial, efecto del desequilibrio en todos los Reinos, principalmente en el Reino Humano por el uso desmedido del poder.
Todos estos acontecimientos, hijos Míos, llevan a que la humanidad viva y sufra un desorden que también se refleja en la vida del espíritu.
Por eso, hijos amados, este es el tiempo de la oración por las naciones, porque orando por cada uno de los pueblos y de las culturas estarán orando por su planeta, el que también padece, silenciosamente, las agresiones del ser humano.
Pero tengan fe en el despertar de la consciencia, en la posibilidad de que, a través de la oración y del servicio altruista, ustedes podrán aliviar la consciencia mental de la humanidad.
Mientras tanto, hijos Míos, necesito un ejército de almas orantes que acompañen a su Madre Celestial en el propósito de traer la paz al mundo, cada vez más, y alcanzar el fin del sufrimiento.
Este es el tiempo de ver despertar y florecer en su interior las virtudes que Mi Hijo les entregó, para que sus talentos estén al servicio del Plan de Amor y de Redención.
Orar por las naciones también significa orar por los ángeles de las naciones, los que en este tiempo padecen las consecuencias de las decisiones que los pueblos adoptan como modelo de vida social y espiritual.
Hoy, por medio de la unión de nuestras voces, abramos los Cielos, confiando y sintiendo el descenso de la Gracia como un afluente que purifica las naciones y cura los corazones ante toda adversidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos Míos:
Me alegra saber, desde lo profundo de Mi Corazón, que Yo volveré a estar con ustedes en el próximo mes de marzo para que, de Madre a hijos, compartamos nuevamente las Gracias de Dios.
Me alegra saber que hoy se reunirán, una vez más, para orar y clamar por la paz, la Misericordia y la Justicia para el mundo.
Me alegra saber y ver los esfuerzos que realizaron todos los días y, en especial, en estos últimos meses por su humanidad y por el planeta a través de la Oración por la Paz en las Naciones.
Me alegra saber que existen almas decididas, dispuestas y adheridas a la Jerarquía Celestial para poder llevar adelante la manifestación del Plan Divino en la Tierra.
Por eso, queridos hijos, hoy les doy las gracias desde lo profundo de Mi Corazón, y Mi Rostro hoy no llora por el mundo indiferente, sino que llora de alegría por la recepción y por la respuesta de Mis hijos al llamado de la Madre de Dios.
Los impulso a seguir construyendo el Plan para estos próximos meses, porque desafíos y compromisos más grandes y determinantes llegarán para todos, a fin de que sigan madurando en la fe, en la oración y en la comunión interna con el Corazón Sagrado del Padre Celestial.
Sepan, Mis queridos hijos, que estoy con ustedes en las alegrías como en las dificultades, en los triunfos como en las derrotas.
Que siempre reine en ustedes el Amor de Dios, que el Amor del Padre Eterno los impulse a vivir los desafíos y a trascender las pruebas cruciales de estos tiempos.
Yo estoy con los orantes, con cada corazón y alma que día a día se abre para descubrir el misterio de orar con el corazón.
Sigamos caminando firmes hacia la meta, porque el planeta y toda la humanidad necesitan de seres de amor, de almas que vivan el amor y lo difundan para poder disolver el dolor y el sufrimiento generado por el caos y por las guerras en las naciones.
Recuerden, hijos Míos, que al final de todo Mi Inmaculado y Materno Corazón triunfará.
¡Les agradezco por responder y por vivir Mi llamado!
Los bendice bajo el Amor de Dios,
Vuestra Madre, María Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Hoy les dejo a las almas y al mundo entero las promesas de la Rosa de la Paz para quienes tengan consigo esa santa imagen.
Estas promesas servirán de auxilio y de amparo para los corazones que tengan fe y esperanza, como también serán un puente de salvación para aquellos que más necesiten de luz y de redención.
Les entrego las Doce Promesas de María, Rosa de la Paz, a fin de que ellas sean el medio por el cual la Divinidad pueda obrar e interceder por el mundo
Las Doce Promesas de María, Rosa de la Paz
1. Proteger las casas y las familias de cualquier atentado o guerra.
2. Despertar la solidaridad, la fraternidad mutua y el bien entre los pueblos.
3. Sembrar los valores de la fe y de la comunión con Cristo con base en los principios del Evangelio y la Palabra de la Jerarquía Espiritual.
4. Reunir a las almas para estar en oración y en unión con las naciones, los necesitados y todos los que padecen adversidades.
5. Unificar a los corazones con el principio de una hermandad elevada y de una paz sin fronteras.
6. Depositar en el seno de las familias los atributos del amor y de la paz con base en todo lo enseñado por Cristo.
7. Disipar cualquier tipo de peligro, tentación, opresión o castigo de la consciencia humana.
8. Aprender a convivir en armonía con la Naturaleza y motivar e impulsar el cuidado y la protección de los Reinos Menores.
9. Reflejar en la consciencia humana la Sabiduría y el Discernimiento de Dios para tomar decisiones correctas y no decisiones precipitadas ni impulsivas.
10. Solidarizarse con el pobre, el moribundo, el huérfano, el enfermo y todo ser en sufrimiento moral, psíquico o material, a fin de aliviarlo y de aproximarlo a la Misericordia de Dios.
11. Confirmar, dentro de sí, la victoria del Amor de Cristo y la expresión del Amor en sus diferentes fases de la vida a través del servicio, la familia, la oración, la cura y la Instrucción.
12. Asumir el compromiso y la misión que se vino a cumplir a la Tierra, fortaleciendo la fe en la Madre de Dios, como Guía y Abogada de todas las almas.
Yo los ayudaré a que estas promesas se cumplan en ustedes.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, María Rosa de la Paz
Mientras, por un lado, la mayor parte de la humanidad está sumergida en el sufrimiento y en el dolor, por otro lado, existen almas que claman a los Cielos y ese pedido, que proviene del corazón, es el que permite mantener el equilibrio espiritual y mental de la humanidad.
Aunque existan acontecimientos dolorosos, el pedido de las almas orantes permite atraer hacia la Tierra la intervención divina, angélica y cósmica y, de esa forma, las almas son beneficiadas.
Vengo en este día para agradecer el trabajo maravilloso que cada alma orante, que cada grupo de oración y que cada país le está ofreciendo a Mi Corazón a través de la Oración por la Paz en las Naciones.
En estos últimos tiempos los corazones que sostienen este trabajo de oración consiguieron establecer en sí mismos esa filiación espiritual Conmigo; eso también permite derrotar muchos planes malignos y, a su vez, fortalece a las almas en el cumplimiento del Propósito de Dios.
Por esa razón, hijos Míos, envío y derramo Mis bendiciones sobre cada hijo Mío que cada día se esfuerza por aliviar Mi Corazón de todo lo que ve del mundo, como también por abrir la puerta para que Yo pueda interceder por todos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Hoy Mi humilde Hijo Jesús cedió Su lugar en Mis Brazos para que Yo pudiera tener en ellos a las almas más sufridas de Venezuela.
En Mi Corazón les traigo a todos el espíritu de la templanza y de la fe, atributos que en estos tiempos difíciles los ayudarán a adquirir el estado de consciencia necesario que, día y noche, los dispondrá a vivir grandes tareas.
Hijos Míos, hoy también puedo sentir la alianza de amor de parte de todos los que se dispusieron y se esforzaron en responder a Mi llamado por la paz para Mi querida Venezuela.
Como una lluvia, Mi Gracia desciende sobre el pueblo de Venezuela, el que necesita con urgencia reencontrarse con Dios para poder salir del caos, del conflicto y de la guerra social.
La Señora de Coromoto coloca debajo de Su Manto a todos los que necesitan de amparo y de protección ante las fuerzas del caos, las que nuevamente están perdiendo espacio y acción debido a la unión interior entre los corazones orantes de diversas naciones del mundo.
Yo los invito, hijos Míos, a redoblar los esfuerzos, aún hay tiempo para poder evitar sufrimientos y caos en las naciones de Sudamérica.
Que su oración sea esa columna de luz que los une a Dios.
Que su oración sea la forma de hablar amorosamente con Dios, para que el Padre Celestial les responda de inmediato.
Al final todo pasará y las almas solo deberán permanecer con el recuerdo del amor en sus corazones, deberán tener en su memoria los momentos de alegría que vivieron durante los tiempos de gran opresión.
Su Madre y Señora de Coromoto extiende Su Manto desde la Sagrada Gran Sabana, guardando debajo de él los sagrados tepuyes hasta el Mar Caribe.
Todo, absolutamente todo, será transfigurado y si esa unión y fuerza interna de los orantes siguiera siendo ofrecida por Venezuela, muchas más situaciones injustas se evitarán y familias enteras de ese pueblo, que quedaron espiritualmente destruidas, recuperarán el sentido y la alegría de haber venido a la Tierra.
Apliquen, hijos Míos, el don del perdón para que el sentimiento de ira sea transmutado. Que el perdón, más allá de los acontecimientos, los lleve al Amor de Dios, porque en el Amor de Dios alcanzarán la paz tan esperada por todos.
Hijos Míos, estoy con ustedes en cada etapa y en todo momento. Manténganse unidos a Mi Corazón.
Los amo y les doy Mi Consuelo maternal.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Señora de Coromoto
Hoy Mis Manos están heridas por haber ido al encuentro de los que estaban en peligro y sufriendo persecución.
Eso es señal, hijos Míos, de que el tiempo cambió para todos y que los acontecimientos se precipitaron antes de lo esperado y de forma violenta.
La Señora de Coromoto está en vigilia y en oración a la espera de que la injusticia acabe, a la espera de que el poder que creen tener los hombres sea derrotado.
Pero la Luz Divina luchará y triunfará por los más pobres, por los simples de corazón, por los que no quieren conflictos ni guerras.
Venezuela hoy es el escenario de todo lo que el hombre de superficie puede generar al apartarse de Dios y creer que puede más que la mayoría de sus hermanos.
Este es el tiempo en que velozmente se desata el Armagedón y las naciones más buscadas por el mal son el foco de los grandes y creados conflictos.
Es tiempo, hijos orantes, de que la oración se fortalezca en ustedes cada vez más.
Es hora de que todos los seres de buena voluntad no se excluyan y asuman la oración por la paz en Venezuela y Siria.
Cuando Yo les pedí orar por Venezuela y Siria tres veces a la semana era para que, a pesar de las circunstancias, del sacrificio o de la vida de cada uno, asumieran con fervor ese compromiso, ya que sería en este tiempo en que momentos más difíciles llegarían, principalmente a Venezuela.
Hoy, hijos Míos, su prioridad de vida es orar por sus hermanos de Venezuela y de Centroamérica, los que ya fueron señalados por las manos de la persecución y de los desórdenes sociales creados que afectan a familias y a pueblos enteros.
Mi adversario desata su furia sobre Sudamérica y, a través de la indignación, del rencor y del sufrimiento, él está ganando más territorio y más reino. Sus más inimaginables bestias ya caminan sobre algunas naciones y millones de hijos Míos son sometidos por el sistema y por el poder.
Esta es la guerra de todos contra todos. Pero, ustedes, hijos amados, que son más conscientes, deben hacer el esfuerzo mayor y traer la paz celestial a la Tierra, porque así el mal se derrotará a sí mismo cuando ya no encuentre instrumentos para poder obrar.
Sé que para Mis hijos de Venezuela el cautiverio está siendo insoportable y doloroso.
Todo lo que hoy sucede en Mi querida Venezuela es la muestra real de los sistemas que practica el mundo y los que se creen poderosos. Pero, así como fue en Fátima, la fe, la devoción y el amor de los que buscan la paz derrotará al reino de Mi adversario.
Como nunca, su Madre y Señora pisa con Sus Pies la cabeza de la serpiente y presiona sobre ella con el Poder de Dios para disolver, lo antes posible, todo el dolor causado.
No es tiempo de luchar con armas. Es tiempo de triunfar inteligentemente con el instrumento de la oración, porque aún nada está definido.
Los invito a reforzar el compromiso de la oración por Venezuela, pero que sea de verdad.
Ya no quisiera ver más desgracias desatándose en otras naciones.
Asuman este momento, hoy es el tiempo del Armagedón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Señora de Coromoto
Queridos hijos:
Este día, en el que nuevamente nos reunimos para orar, les pido, hijos, que coloquen en sus oraciones todas las necesidades espirituales que deberán ser suplidas a través de la columna de luz de la oración.
El planeta se precipita ingresando así en nuevas pruebas, mientras la humanidad está materialmente distraída por las novedades de estos tiempos.
Y pocos son los ejércitos de la luz que tienen consciencia de la necesidad mundial y responden de inmediato. Con esos pocos la Jerarquía Espiritual hace mucho, desdoblándose para abarcar la mayor cantidad de emergencias posibles.
No son momentos fáciles para la humanidad, hijos Míos, como ustedes ya lo saben, pero su respuesta en cada nuevo encuentro de oración favorece que muchas gracias desciendan a la Tierra, aunque no sean merecidas, y que principalmente las almas de las personas, por medio del impulso espiritual de esas gracias, no continúen tomando decisiones precipitadas y sin ningún sentido.
Toda esta situación se refleja en las naciones que son los espacios que se ven más afectados por el caos que impide la manifestación del Plan. Pero lo que sí es posible, en este tiempo, es que el Plan se cumpla dentro de cada uno de Mis hijos para que después se cumpla en este planeta.
Por eso, sigan remando y no dejen de remar porque toda adversidad interior o exterior será superada y ustedes encontrarán el verdadero refugio en el Corazón del Padre Celestial.
Les agradezco a todos los grupos de oración por la dedicación que están colocando para llevar adelante el Plan de Amor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo traigo muchísimas e infinitas Gracias para el mundo, pero solo la minoría de la humanidad las recibe con gozo y plenitud. Por esa razón, no descansaré hasta poder entregarles a Mis hijos todas las oportunidades que tengo para esta sufrida humanidad.
Mis Gracias permiten potentísimas conversiones y redenciones en los corazones del mundo, así como también posibilidades grandiosas para poder revertir la vida espiritual y material de los seres.
Este es el tiempo en que las almas de la Tierra deberán tener, aún más, su atención dirigida al Cielo, porque desde allí vendrá la ayuda tan necesaria para estos momentos críticos; desde allí vendrá lo que cada ser necesita para sus diferentes etapas de purificación y de redención hasta que alcance la consagración total de su alma a Dios.
Que la humanidad sepa que Mi Corazón está lleno de Gracias para las almas y que espero que las pidan por medio de una sincera oración.
Deseo que esa petición no sea personal, sino planetaria; que sea un pedido de Misericordia por cientos de almas que, día a día, caminan hacia los portales de la perdición.
Les agradezco el esmero en orar por las naciones del mundo; ellas, en este tiempo, necesitan de mucha intervención y de ayuda espiritual.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo Soy la Madre de la Nueva Humanidad, la Madre del Nuevo Ser, del Nuevo Hombre que, gestado en el Vientre de la Sierva de Dios, así como lo fue Su Hijo Primogénito, expresa la perfección y la semejanza con el Padre.
Vengo, hijos Míos, a colocar cada una de sus esencias en Mi Corazón y en Mi Vientre espiritual y divino, para que puedan renacer y que de su victoriosa redención pueda surgir el Nuevo Ser, la Nueva vida sobre la Tierra.
Fruto de la redención y de la rehabilitación de los seres, fruto de la reconciliación entre los hombres y Dios, fruto del despertar de los corazones para que recuerden su Origen y su propósito: esa es la Nueva Vida sobre la Tierra, esa es la Vida que por Voluntad y designio divino vengo a establecer a través de ustedes.
Uniendo Mi Amor al amor de sus corazones, vengo a destituir el poder de la ilusión, de la indiferencia, de la voluntad humana y de la maldad que permea a los corazones de los hombres. Y, dejándolos libres de todo mal y limpios de toda mancha, vengo para entregarles la Gracia de ser dignos hijos de Dios, dignos representantes de Su Padre Creador en la Tierra.
Vengo a despertar embajadores de la paz y del bien, precursores de un Nuevo Tiempo en el que la dualidad será vencida por el poder del Amor y de la Unidad, que llegarán a la Tierra a través de las oraciones sinceras de los hijos de Dios.
Vengo a desmitificar los misterios celestiales para que la ilusión deje de ser la verdad en sus vidas y que, despiertos al verdadero sentido de la existencia humana, ustedes puedan conocer los misterios divinos, la vida universal y las dimensiones celestiales que siempre estuvieron ocultas delante de sus corazones y que ahora deben expresarse.
Oren, hijos Míos, por una América redimida, para que sus naciones coloquen sus rostros en el suelo y, en humildad, clamen por paz y por perdón.
Oren para que el planeta despierte a la unidad entre los seres y para que el amor sea una necesidad en el interior de cada corazón; una necesidad que los lleve a vencer la arrogancia, el orgullo y las vanidades que hasta hoy los condujeron a la perdición y al engaño.
Oren por América y también por el planeta. Oren para que hasta el final todas las naciones tengan una oportunidad de conocer la paz y la Verdad y que, sabiendo la Verdad, puedan escoger entre el viejo y el Nuevo Hombre.
Oren para que se disipe la ignorancia de los corazones de los seres y para que la Verdad les revele que el amor debe prevalecer más allá de todo entendimiento y ciencia humana, más allá de las religiones y de las culturas, más allá de las diferencias y de las fronteras, más allá, incluso, de las dimensiones para que nada más los separe unos de otros y nada los separe de Dios.
Hoy oro con ustedes delante de Dios y le clamo al Padre por una Nueva Vida. Clamo para que el Ser que se gesta en Mi interior nazca en sus esencias y que así, tan misteriosamente como el nacimiento de Mi Hijo Jesús, ustedes puedan expresar la Nueva Vida y el Nuevo Hombre.
Yo los amo, los bendigo y con Mi Corazón pleno de amor les agradezco por hacer realidad Mis palabras y Mis divinas aspiraciones.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de la Nueva Humanidad
Queridos guerreros de Cristo, amantes de la oración y del servicio:
Hoy vengo desde el Cielo de manera especial para hacerles un pedido, para que el Brasil no pierda la paz ni la justicia les imploro profundamente que a partir de mañana, 25 de octubre, y durante nueve días le ofrezcan a Mi Materno Corazón una novena del Santo Rosario, la que será transmitida por medio del canal de las oraciones por la Paz en las Naciones, a fin de que el pueblo brasilero tome una decisión con discernimiento y sabiduría para que el patronato de la Señora Aparecida sea preservado a través de los tiempos.
Mi angustia por lo que sucede hoy en el Brasil es grande, porque como Madre del Brasil y de todo su pueblo, veo cómo la nación se aleja de la Gracia de Dios de una forma inesperada.
Por ese motivo, hijos, necesito que todos los brasileros que tengan amor por Nuestra Señora le dediquen en estos próximos nueve días un Misterio del Rosario, para que la Madre del Altísimo tenga la dicha de interceder por un pueblo muy amado por Mí.
Más aún, si en los Centros Marianos, en los grupos de oración, en las ciudades y en los pueblos se reunieran para orar a Mi Materno e Inmaculado Corazón durante los próximos nueve días, Yo podré abrazar a un mayor número de almas y de corazones para retirarlos del gran desvío espiritual y material que el Brasil está trazando en su destino.
Deseo que Mi llanto sea aliviado y que no sea un llanto por un Brasil que perderá sus sentidos espirituales e internos, sino que Mi llanto sea de gozo por la alegría que el Brasil Me ha generado a través de los años, con sus alabanzas y con su amor a la Señora Aparecida.
El Brasil no puede perder sus valores ni tampoco los dones que siempre les proporcionó la fe.
Rezo en estos días por un Brasil que amo, que deberá aprender a vivir la justicia, la igualdad y el bien, porque en esta tierra brasilera existen almas preciosas, vidas que son capaces de manifestar el Nuevo Edén en Sudamérica.
Quisiera, hijos Míos, que durante estos nueve días de transmisiones del Santo Rosario por el bien y por la justicia en el Brasil, Mis hijos se dediquen a este ejercicio de oración como algo prioritario y no secundario, teniendo presente que a través de la oración los ángeles de Dios podrán interceder todo lo que se les permita, a fin de que el destino de su pueblo no sea interferido por ninguna consciencia espiritual contraria a la Voluntad Divina.
Con Venezuela y Chile ya es suficiente para Mí. Mi Corazón debe soportar lo que Venezuela está viviendo tan solo por la acción de los hombres y Chile, ya es más que suficiente, por la perversión escondida, y ahora conocida, que ha vivido la Iglesia de Mi Hijo, en la que cientos de vidas fueron heridas y ultrajadas por supuestos representantes de Cristo.
¡Oh, qué agonía y qué vergüenza siente Mi Corazón por la Iglesia de Chile!
¿Quién aliviará el Corazón de la Madre de Dios?
Yo los llamo, hijos, a ser responsables de su destino próximo, para que colocando sus consciencias en el camino de la oración estén protegidos de todo lo que se verá y se sabrá en estos tiempos difíciles.
Con toda la gratitud de Mi Alma, Yo esperaré a que todas sus voces se unan en esta cadena de oración durante estos nueve días para que el Brasil no pierda el bellísimo destino que tiene.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El enemigo del amor: la Apostasía
Queridos hijos Míos:
Mientras Mi Consciencia Divina hoy se aproxima de manera especial al planeta y a la humanidad, Mi Voz se dirige a cada uno de ustedes para que continúen asumiendo las oraciones por las naciones con la seriedad y la responsabilidad que ellas tienen, porque para estos últimos tiempos el gran enemigo del amor será la apostasía.
Este estado de consciencia, contrario al despertar y a la evolución, está comenzando a tomar lugar y espacio en el corazón de las personas a través de Mi adversario.
Volverse apóstata significa, para el espíritu, desvincularse conscientemente del Amor de Dios y dar permiso para que la consciencia comience a ser regida por el sufrimiento, algo que la llevará, gravemente, a no tener una oportunidad espiritual para poder recibir alguna gracia.
Esa es la razón urgente por la cual los Mensajeros Divinos irán al encuentro de esta y de otras situaciones espirituales que, en este caso, están comprometiendo a la Argentina.
Si el Cono Sur asume de manera consciente modos de vida que están en contra de la Ley de la Creación, experiencias increíbles se desarrollarán de la noche a la mañana en esta región del planeta y Sudamérica dejará de ser la Nueva Tierra prometida para convertirse en la tierra condenada por sí misma, por la humanidad.
Esto llevará a que la minoría de la humanidad, menos del cinco por ciento, sea partícipe de una nueva raza.
¿Comprenden, hijos, lo que esto significa?
Por eso, en este día vengo para pedirles a Mis hijos de Argentina y del mundo entero que unan esfuerzos y corazones para que, a partir del próximo mes de septiembre hasta los días de los primeros encuentros, la difusión de los próximos encuentros de oración en Argentina sea masiva, a fin de llegar a la mayor cantidad de esencias posible.
Deseo y aspiro poder entregar Mis Gracias a muchos corazones más, eso fortalecerá a la consciencia de Argentina, a fin de evitar que se convierta en un escenario de horrores en el fin de estos tiempos.
Para esa importante misión de difusión cuenten con la gran ayuda de los ángeles del Cielo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que la esencia de la Paz, que proviene de la Fuente Divina, penetre en los espacios con mayor necesidad planetaria.
Que esa Paz Divina y Celestial, que es inalterable, trabaje profundamente en las consciencias del mundo que más necesitan de paz.
Que la Divina Paz detenga las guerras y los conflictos.
Que los hombres sientan en su corazón la necesidad de hacer el bien y de no destruir; la necesidad de reconstruir la vida, las familias y los pueblos para que así todos ingresen en la esencia de la Divina Paz.
Que la Paz Celestial, que es una fuente renovadora, sea depositada en la consciencia de las naciones, a fin de que el equilibrio espiritual se sostenga en los países que más necesitan de amor y de paz.
Que la esencia de la Paz todo lo renueve.
Que pueda renacer la esperanza de poder sentir a Dios para que todo sea transformado.
Que la paz interior sea la columna inquebrantable de los que promueven la paz y el bien en el mundo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más