Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SANTIAGO DE COMPOSTELA, LA CORUÑA, ESPAÑA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Habrá un día en el que las almas despertarán a la necesidad de Misericordia en el mundo y no solo los corazones sensibles sentirán la presión del caos y la batalla entre el viejo hombre y el nuevo tiempo.

Llegará el día, hijos, en el que los ojos que estaban solo puestos sobre sí mismos, y que creían que la voluntad propia era libertad, verán emerger sus ilusiones ante la Verdad Universal.

Llegará el día en el que la fuerza de una religión, por sí sola, no será suficiente para mantener la fe en los corazones de los hombres. Los puros reconocerán la necesidad de la unidad y de ella surgirá la religión del Amor, a la cual se unirán todos los credos. Surgirá la verdadera congregación de la Fe, almas congregadas por Dios para mantener viva la fe en el corazón humano, más allá de creencias, de culturas, de naciones…

Llegará el día en el que los Reinos de la Naturaleza serán reconocidos como parte de la Consciencia Divina. Ese día llegará tarde y el mal causado a los reinos ya será irreversible, pues la vida humana se sustenta con la degradación de la naturaleza.

El hombre reconocerá la necesidad de rendirse a un nuevo tiempo, a una nueva Ley, a un nuevo mundo. Los congregados para mantener viva la Fe, enseñarán que la esencia pura es la única cosa importante que no debe perderse; todo lo demás podrá ser reciclado en los estanques del Universo, porque no solo el hombre, sino todo este mundo, necesitará nacer de nuevo.

El aprendizaje del Amor quedará guardado en la esencia de los que sepan perdonar y que, a pesar de sus errores y de su materia corrupta, comprenderán la esencia del Plan de Dios y lo aceptarán.

Los que se mantengan puros de corazón, cuerpo, mente y espíritu, reconstruirán el mundo y, con su sacrificio, multiplicarán el Amor y prepararán para los que partan, una nueva oportunidad de aprender a Amar bajo otras Leyes y en otro tiempo.

El sacrificio será siempre la puerta para el despertar y para el crecimiento del Amor verdadero, pero él no podrá ser un peso en los corazones de los que comprenden y viven la Voluntad de Dios. El sacrificio no tendrá el mismo sentido para la mente humana como lo que tiene hoy. El Amor será la Ley y no la excepción, y el sacrificio será el vehículo para el cumplimiento de esa Ley.

Para muchos, Mis Palabras parecerán utopía y, para otros, una gran esperanza. No teman las pruebas que el mundo vive y que vivirá. Afirmen sus espíritus en la Voluntad de Dios y conserven puros sus corazones. No dejen jamás de esforzarse por amar y perdonar al prójimo.

Habrá un día en el que ese amor se volverá Ley y, con una sonrisa en el rostro, ustedes contarán a los que vendrán la historia de la transformación y de la redención de la humanidad.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE ENTRE LAS CIUDADES DE SAN ESTEVE, MONTSERRAT, Y BURGOS, CASTILLA Y LEÓN, ESPAÑA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando tu corazón y tu alma estén buscando una salida para los abismos de tu propia consciencia, únete al Espíritu de Dios y clama por Misericordia.

Cuando tu corazón se aflija no solo por el mundo, sino también por lo que encuentras dentro de ti, únete al Espíritu de Dios y clama por Misericordia.

El Creador no espera de Sus hijos más que espíritus rendidos, conocedores de su propia ignorancia y de su necesidad de Misericordia.

El Creador no espera de Sus hijos más que corazones humildes, que claman y que se unen a Él para convertir sus materias corruptas y sus cuerpos enfermos.

Estar en este mundo, hijo, es al mismo tiempo una Gracia y un gran desafío. Depende de cada criatura saber abrazar esta Gracia y superar los desafíos, para encontrar en su propio interior, el potencial de Amor que le permite permanecer vivo, que sustenta este mundo, como también a cada corazón humano.

Únete verdaderamente al Espíritu de Dios como un hijo Suyo, necesitado de Su Misericordia, para retornar a lo Sagrado, que un día reinó en tu esencia.

Dios no espera de ti más que un corazón rendido, que reconoce la grandeza y el misterio de Su Proyecto y que lo ama, aun sin conocerlo, para que él pueda un día expresarse en tu propio interior.

Ama, entonces, la Voluntad del Creador para ti y clama todos los días por el establecimiento de esa Voluntad. Deja que el Rayo de Dios atraviese tu espíritu y te devuelva la paz que un día perdiste, por estar distraído del Propósito Divino. Deja que el Creador rehabilite y cure a tu pequeña consciencia y la haga grande, por estar unida a Él.

Reconoce tu pequeñez, uniéndote al Espíritu de Dios y clamando, sinceramente, por Misericordia. Yo me uniré a tu corazón y siempre clamaré contigo cuando seas sincero y puro en tus intenciones. 

Tu Padre y Amigo, 

San José Castísimo

MENSAJE EXTRAORDINARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SAN ESTEVE, MONTSERRAT, BARCELONA, ESPAÑA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Me encontraba en oración, meditando sobre el Relicario de San José, que guarda Su Divino Corazón, cuando Él llegó para seguir transmitiendo Su historia. Le pregunté si podría ayudarnos a llegar hasta ese Relicario para comprenderlo y contemplarlo. En ese momento, San José trajo hasta allí el Relicario con Su Corazón y nos transmitió un mensaje extraordinario, diciendo lo siguiente:

Desde el principio hasta el fin de Mi evolución, compartí el Don Divino de la Renuncia, vivido por Dios al manifestar Su Creación.

Envuelto por el Santo Amor del Padre, una y otra vez, Yo meditaba en todo lo que Él vivía y padecía para que Sus hijos continuaran creciendo y desarrollándose en este mundo. El Relicario de Mi corazón guarda ese Amor que siento por Dios y la constante renuncia que viví y que vivo por Él y con Él.

Si el Creador, Dios Único del Universo, padece y sufre, renuncia y se sacrifica por la humanidad, ¿En dónde encontraría Mi alegría, sino imitándolo, aunque imperfectamente? ¿Cómo podría?

El Relicario de Mi corazón representa la perfecta Misericordia de Dios para con un corazón que lo ama con humildad y hasta dónde el Creador conduce ese corazón que así lo ama.

En el misterio de este simple Relicario se encuentra una esperanza. Que, al contemplarlo, las almas no busquen adorar al imperfecto corazón del Obrero de Dios, sino a la Divina, Insondable e Inmaculada Gracia del Padre, Su infinita Misericordia y Su Perfección, que convirtieron a este pobre corazón en una Unidad con Su Corazón.

Este es el misterio del Relicario de Mi corazón que, en verdad, debe manifestarse en todos los corazones del mundo: el milagro de la transformación y de la unidad con el Único, que revela la Verdad de la Esencia humana, cuando su imperfección da lugar a lo que estaba escondido en su interior, que es Dios mismo.

Contemplen el misterio del Relicario de Mi corazón y se verán a sí mismos, como potencial, escondidos en este Santo Relicario.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SAN ESTEVE, MONTSERRAT, BARCELONA, ESPAÑA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

He aquí que comienza a surgir en el mundo y en los corazones de los hombres aquello que vino a ser curado y redimido desde el principio.

El “fin” no es sino la concreción del inicio, del verdadero sentido por el cual sus espíritus vinieron al planeta. Pero las almas se distrajeron, se apegaron a la ilusión y la tomaron para sí, como una gran y única verdad, y ahora temen a lo que es verdadero e inventan tantos miedos como ilusiones, para no aceptar lo que se presenta frente a sus ojos y que ya no se oculta a sus corazones.

He aquí que lo que fue creado por los hombres, también con ellos se desvanecerá. Las fronteras, dentro y fuera de los corazones, entre razas, religiones, culturas y pensamientos, se desvanecerán, ante la unidad que el Universo les demostrará que existe.

El Corazón de Dios se espejará en los corazones de los puros y de los que, a pesar de sus impurezas, aspiran a vivir el bien. Todos sentirán la imperiosa necesidad de descubrir y de vivir el Amor. Las fronteras serán derrumbadas por los propios hombres, los que recibirán en sí, la Gracia del Corazón de Dios y que serán impulsados a construir el nuevo mundo.

Existirán los pioneros, que activarán e inspirarán a los otros. Estos perderán su miedo primero, porque serán resguardados por la Gracia de la Verdad.

Los más jóvenes conducirán la nueva barca, porque sus corazones se abrirán más fácilmente para encontrar el Universo. No verán, en la Tierra fútil, sentido para su existencia y buscarán, sedientos, una Verdad que calme sus ansias de encontrar algo que no conocen, pero que saben que existe.

El caos del mundo inspirará a muchos a la santidad, porque la Ley dicta que los opuestos se equilibren. Despertarán el amor a Dios como en el pasado y, con locura y verdad, proclamarán Su Nombre.

Aunque parecerán ser escuchados por muy pocos, su clamor resonará más allá de la Tierra y el Cosmos escuchará su llamado, que será suficiente para que un auxilio superior llegue a la Tierra.

A los puros, les digo: no desistan nunca. Su verbo debe ir más allá de las estrellas, como una llave que nace de la esencia y del corazón para abrir las puertas de este mundo a la verdad interior.

Se estremecerán los cielos y la tierra; rugirán las fieras, que tienen su falso poder construido en apariencias; pero nada de eso debe hacer sucumbir la fe de los que encontraron a Dios y a Sus Mensajeros.

Construyan hoy, pues, la fortaleza que los sustentará mañana y que será como un farol en la noche oscura del mundo, inspirando a otros a decir “sí”.

Solo oren y háganlo de corazón.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN LA CIUDAD DE ÁVILA, ESPAÑA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

He aquí que estoy con Mi sierva e hija Teresa de Jesús para que, junto Conmigo y con cada uno de ustedes, ella pueda clamar por la humanidad, porque su camino de santidad no terminó en este mundo.

Estoy aquí con aquella que un día, inspirada por Dios, deseó vivir el Evangelio con todo su corazón y que, después de su muerte, descubrió un evangelio vivo, un evangelio universal que nunca estuvo escrito en los libros de este mundo, un evangelio que no se limita a las religiones, a las culturas o a las fronteras que existen entre las naciones. Un evangelio que fue escrito por el Corazón de Dios, con palabras de Luz en el firmamento del universo, un evangelio que en verdad es la esencia de la existencia humana.

Hoy Santa Teresa viene Conmigo para ayudarme a redimir a un pueblo del cual un día formó parte. Que con su ejemplo de evolución las almas puedan trascender sus límites, curar los dolores del pasado y retomar su unión con Dios, más allá de las formas. 

Estoy aquí no solo como un siervo, compañero e hijo de Dios; estoy aquí a pedido del Señor que creó todas las cosas para darles un ejemplo de unidad con el Único.

En la esencia del Evangelio de este mundo, que fue escrito por la memoria de los hombres, de lo que vieron sobre Jesús, se encuentra un Principio Divino que los une al Evangelio universal.

El Evangelio, que está escrito en los Libros Sagrados de esta Tierra, es una base para que encuentren la Vida Divina, la Vida Universal, y ya no estén presos de este mundo.

Pero para esto, hijos, para que encuentren este conocimiento, que trasciende la mente y el corazón humano, deben estar más allá de las religiones, más allá de una doctrina; deben estar en la esencia de lo que les enseñó Cristo; y es allí, en ese Amor único, que aún se esconde en Sus Palabras, donde aprenderán a superar y curar los dolores, el pasado, y aquello que aún hiere el Corazón de Dios, porque sus consecuencias se espejan hoy en la actitud humana.

Los Mensajeros Divinos llegan, en este tiempo, para fortalecer la fe de los corazones, para fortalecerlos en el amor. No importa sus orígenes, sus religiones, sus culturas, porque todo aquel que vive en el amor encontrará a Dios, aun sin saberlo.

Vinimos hasta aquí para renovar su fe, para curar el pasado y elevar, de las entrañas de este lugar, como de este país, un dolor milenario que no permite que los corazones se abran para encontrar a Dios.

Ha llegado la hora de vencer las resistencias, de encontrar en el propio corazón una realdad oculta, un microcosmos que los hace semejantes a Dios.

Ha llegado la hora de poder mirar a los Ojos del Creador sin vergüenza de lo que son; de arrepentirse por tanta ignorancia, por tanta guerra entre hermanos, entre culturas, entre religiones; por tanta necesidad de poseer algo que no les pertenece; porque vinieron a este mundo, hijos míos, para aprender a ser nada.

No vinimos hasta aquí para crear una nueva religión y traer un nuevo conflicto a la mente y al corazón humano. Estamos aquí para llevarlos a la esencia de la verdad, aquella que inspiró a los corazones cuando formaron las primeras religiones en la Tierra, como una forma de que la mente humana pudiera encontrar un camino para vivir las Leyes que se viven en el universo, aquellas que los aproximan al Corazón del Padre.

Por eso, hijos, encuentren hoy dentro de ustedes la esencia de la Creación, algo puro, simple, que los une a Dios tan simplemente como el acto de orar, de ser fraternos, de ser humildes ante el prójimo.

Estamos aquí para que Europa tenga una nueva oportunidad de aprender a amar, de amar al prójimo y a los Reinos de la Naturaleza y, a través de ellos, de amar a Dios.

Hoy les traigo el Reino de Dios como una Luz sublime que los retira de la ceguera y de la oscuridad en la que viven, del materialismo y de la gran importancia que dan a las cosas de este mundo, a los placeres y a las comodidades, olvidando que nada de esto tiene sentido si no aprenden a amar.

Porque muchas vidas pasaron, muchos pies pisaron la Tierra, caminaron y evolucionaron como pudieron, y cuántos, hijos, no aprendieron a amar y cometieron los mismos errores, una y otra vez, por miedo de ser amados, de perderse a sí mismos y de descubrir que, en verdad, cuando se rinden y abandonan lo poco que son, pueden encontrar al Todo que es el Creador de todas las cosas.

Quisiera que las Palabras de los Mensajeros Divinos resuenen más allá de las religiones, de las fronteras de las naciones, para que todas las almas que creen en el amor, que creen en la posibilidad de vivir una Nueva Humanidad en este mundo, aunque aparentemente les sea imposible, puedan recibir un impulso, fortalecer la propia fe, sin importar cuál sea, si ella los lleva a la verdad y al encuentro con Dios.

Vinimos, en este último tiempo, a decirles a los hombres que se arrepientan, que ya no ignoren a los Ojos del Creador que están puestos sobre ellos, que ya no se engañen a sí mismos, intentando esconderse de una verdad que se precipita sobre el mundo.

Porque la Justicia llegará a todas las razas, a todas las religiones y a los lugares más escondidos de este mundo. Hasta aquel corazón que se siente solo, perdido, también sentirá la verdad, porque ella emergerá del cielo, en donde no existen fronteras, en donde podrán verla de norte a sur.

Esta verdad circundará la Tierra y demostrará a los hombres que no existe norte o sur, oriente u occidente; existe un Propósito Divino que debe ser cumplido desde el principio y que se resume, simplemente, en vivir la fraternidad y el amor, perdonar el pasado y recomenzar todos los días, intentando transformar el viejo hombre que habita dentro de ustedes.

¡Vénzanse! Ríndanse ante Dios, aquel Dios que conocen, no importa en qué religión estén. Ríndanse al Dios del Amor, al Dios de la Verdad que une todos los caminos en Su Corazón, que une a todas las almas en una única alma, que une a todos los espíritus en un único espíritu, que es el Espíritu de Dios que divinizó la materia y, como un Soplo Divino, creó toda la vida. Hacia Él, esa vida debe retornar.

Hoy, con Mis brazos abiertos, les entrego la Gracia de Dios y les pido que no la desperdicien. Los elevo a un propósito superior para que sus vidas recobren el sentido en la Voluntad de Dios y no en la propia.

Los coloco delante de un gran Plan que se revela de una forma simple, no por ser pequeño, sino por demostrar la humildad de Dios y la arrogancia del corazón humano, así como él se expresa hoy.

Porque los corazones humanos que emanaron de la Fuente, que fueron entregados por las Manos de la Divina Señora para que vivieran en esta humanidad, no son estos que conocen, porque ustedes, hijos Míos, se desconocen.

Mis Palabras son como impulsos que ingresan en sus consciencias como algo que no deben comprender, sino solo sentir y dejar que los transformen y los conduzcan a una realidad interna que los hará saber todas las cosas, aunque no las entiendan.

Con el espejo vivo que es Teresa de Jesús, encendemos los espejos de sus corazones una vez más, para que ellos reflejen en su interior la pureza que deben alcanzar. Y a través de esta luz, que Santa Teresa recibe de un Espejo Mayor, que se cure el pasado y se diseñe para el futuro una nueva esperanza, en la cual emergerá, a pesar de todas las purificaciones y pruebas, de la nada que se tornarán, una nueva humanidad.

Confíen en lo que les digo y trabajen todos los días, no solo para tener una vida mejor, sino para ser mejores ante de Dios.

Hoy los coloco delante de una verdad que es el espejo del corazón humano. Este pedacito de pan y este jugo de uva parecen fruto del trabajo y de las manos humanas, así como lo que ustedes son, como humanidad y como personas, parecen fruto del desarrollo humano, del propio esfuerzo, del propio trabajo.

Pero en verdad, hijos, este pedacito de pan guarda un don único, un amor único en toda la Creación. La memoria de una entrega que se perpetúa, a lo largo de los siglos, en este planeta y más allá de él. 

De la misma forma, cada uno de ustedes guarda en sí un milagro único, un amor latente que es tan desconocido para ustedes como para toda la vida. Comulguen con este misterio, despertando no solo el Cristo vivo, que convierte estos elementos y los consagra, sino también el Cristo vivo dentro de ustedes que despierta al sentir el pan, convertido en cuerpo y el jugo convertido en sangre, para curar el pasado, liberarlos y colocarlos en el camino de la verdadera redención. 

Hoy quiero que sientan que todo lo que son aún lo deben descubrir. Y esto, hijos, no es y no será obra de su propio trabajo, pero así como este pan se deja transformar y transubstanciar en el Cuerpo Místico de Cristo, de la misma forma, cuando ustedes se dejan transformar pueden ver despertar en el propio interior este mismo Cristo, esta misma memoria viva de Amor que un día murió en la Cruz, para que cada uno de ustedes aprendiera a morir a sí mismo.  

Por la potestad que Dios Me concedió, por el sacrificio y la humildad que un día viví como ejemplo para todo corazón humano, como Sacerdote consagrado por Cristo desde Su nacimiento, pido a los ángeles que transubstancien estos elementos y los conviertan a imagen y semejanza interior y espiritual, del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, para que todas las almas que hoy Me escuchan, por la Gracia Divina, alcancen la redención.

Oración: Padre Nuestro.

Este es Tu Cuerpo, Señor, y Tu Sangre. Felices los que comulguen de Él, libres de sí, para que vivan el mismo milagro de transformación que hoy, delante de Tu altar, vivieron estos elementos.

Yo los libero, los consagro y los animo a seguir adelante, retirando cada día, del propio interior, el viejo morador, el viejo hombre, para que el Hombre Nuevo encuentre dentro de ustedes el mismo pesebre humilde que encontró en Belén.

Les agradezco y, con la bendición de Santa Teresa, les dejo Mi Paz y la Paz de Aquel que Me envío.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE MADRID, ESPAÑA, A LA VIDENTE HERMANA LUCIA DE JESÚS

Un corazón encuentra la Paz, cuando a pesar de ser imperfecto, se esfuerza y hace todo lo que está a su alcance para cumplir la Voluntad de Dios y no la propia.

Un corazón encuentra la Paz, cuando se rinde en la batalla que vive por cumplir sus propias aspiraciones y se deja transformar en un instrumento, para que el Plan de Dios se cumpla.

Un corazón encuentra la Paz, cuando ya no lucha por la transformación ajena, y se esfuerza en ser, él mismo, un Espejo de lo que Dios pensó para la humanidad, buscando en el Padre la Gracia de ser un ejemplo para los demás.

Un corazón encuentra la Paz, cuando descubre, en sí, las raíces de los conflictos del mundo y sabe que, en verdad, sí, puede transformar todas las cosas cuando comienza por sí mismo.

Un corazón encuentra la Paz, cuando ora por un Propósito Superior cuando se une al Corazón de Dios y, aunque llegue a sentir el dolor del Corazón del Padre, no pierde la paz, porque por detrás de ese dolor se encuentra una inextinguible certeza y la esperanza del triunfo de Su Plan y el establecimiento de Su Voluntad.

Un corazón encuentra la Paz, cuando abandona las dudas y las desconfianzas, y despierta, en sí, el verdadero sentido de la fe en aquello que no siente, que no toca y que no ve.

Un corazón encuentra la Paz, cuando ya no se resiste a dejarse guiar por el Dios que habita en sus hermanos y encuentra en ellos una oportunidad constante de transformarse y de caminar.

Un corazón encuentra la Paz, cuando deja que la paz ingrese en su vida de las formas menos buscadas y más temidas. Porque, para encontrar la paz, hijos, ustedes deberán perderse a sí mismos en muchos sentidos y renunciar a aquellas cosas por las cuales la humanidad siempre luchó para vivir y para ser.

Si les falta la Paz en el corazón y están afligidos y abatidos, abran las puertas para que la Paz ingrese en sus vidas y, rindiéndose en su propia batalla y en la lucha por imponer sus propias ideas, tórnense obedientes soldados de un ejército que solo sigue y vive los Designios del Creador. Pues es en lo poco, en lo pequeño, en lo simple y en lo invisible, que ustedes harán triunfar el Plan de Dios.

Sepan: es en la humildad, en el silencio, y en la unidad con Dios, que se encuentra la Paz.

Su Padre y Compañero,

San José Castísimo

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE SAN GIOVANNI ROTONDO, FOGGIA, ITALIA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando un corazón es sincero delante de la Gracia y de la Grandeza de Dios, el Corazón del Padre le responde.

Solo es necesario, hijos, que ustedes sean sinceros y simples de corazón, para que los Misterios de Dios se revelen. Solo es necesario ser agradecido, para encontrar dentro de sí los recursos para retornar al Origen y encontrar en el propio interior lo que los une al Universo y al Creador.

Hay muchas verdades por revelarse. Hay muchos misterios que están ocultos para el corazón humano, porque le falta la simplicidad y la gratitud, cuando están delante de las oportunidades que Dios les entrega.

El Creador aguarda que Sus hijos despierten, porque Él no creó a la humanidad para que viva eternamente en la ilusión y en la ignorancia, creyendo que la realidad comienza y termina en su vida material y humana.

Este es el tiempo de despertar a la verdad, una verdad que comenzó a desarrollarse en la Tierra desde que los pueblos originarios se abrieron para comulgar con la Vida y vivir en gratitud y simplicidad, unidos al Todo.

Esta verdad se reveló a los hombres de una forma, por intermedio de Buda; se anunció en los símbolos de los Profetas; se materializó con el Ejemplo de Cristo; pero, sin embargo, muchos oídos permanecieron sordos, muchos ojos ciegos y muchos corazones cerrados, para conocerla y comprenderla.

Todas las líneas de conocimiento, filosofía y verdadera religiosidad, son puertas para algo que es mucho más amplio, un Universo que no cabe en la mente ni tampoco en el corazón humano; pero es por medio de ese corazón que ustedes pueden comenzar a conocerlo.

Es tiempo, hijos, de descubrir el potencial de la simplicidad y de la gratitud, el potencial de la fraternidad y del amor al prójimo, porque a través de estos simples atributos – que están en la esencia de todo camino espiritual verdadero- un gran misterio les será desmitificado.

Es tiempo de descubrir la verdad y comenzar a retornar, de leer en el Espejo del corazón la Voluntad de Dios; de ver reflejada en los Espejos de la naturaleza la unidad que existe entre toda la Vida; y descubrir, al fin, que la naturaleza siempre reflejó el camino, que en ella está oculta la Grandeza de Dios, recordando todos los días, a la humanidad, el camino del retorno al Origen. Matar a la naturaleza es como matar la posibilidad de retornar a Dios y destruir, poco a poco, el hilo que les permite salir de la ilusión.

Es tiempo, hijos, de vivir la unidad en la vida, de sintetizar en el corazón la esencia de todos los impulsos que generaron la inspiración para el nacimiento de las diferentes religiones y filosofías. Porque hoy, todo adquiere sentido solo cuando se encuentra la unidad, y las religiones ya no se completarán en sí mismas, sino todas unidas por el amor; en Dios encontrarán la verdad que les da sentido y que señala el camino que deben seguir.

Con esto les digo que el planeta necesita encontrar la verdad, con cada ser en el lugar que le corresponde. Mas, para eso, basta ser simple y agradecido, basta saber ser fraterno, y sobre todo, basta abrirse para aprender a amar.

Su Padre y Amigo, Compañero de siempre,

San José Castísimo

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE ASÍS, PERUGIA, ITALIA, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando el corazón encuentra la paz y se une a Dios, disuelve en el silencio de su espíritu el caos que permea al mundo.

Por lo tanto, hijo, busca en este lugar sagrado el Silencio de Dios que, un día, en la soledad, tocó y convirtió el corazón de Francisco, transformando su condición de hombre mundano y superficial, en un espíritu unido a Dios, capaz de expresar, como podía, el Arquetipo de Amor que el Creador pensó para la humanidad.

Estás en este tiempo, como parte de esta Obra y de la humanidad, delante de una oportunidad única de conversión para tu espíritu y para tu corazón. Solo encuentra, en el silencio de tu mente, el silencio del Corazón de Dios. Encuentra en el canto de los pájaros el Verbo del Creador, que te llama constantemente a reencontrar el sentido de tu vida.

Pues hoy te digo que la conversión debe ser vivida a cada instante. Estás en un tiempo de batalla, en el cual tu alma oscila entre el mar del caos del mundo y la Gracia de estar suspendido en Dios. Por eso, el enemigo, que no quita sus ojos de las Criaturas de Dios, muchas veces consigue confundirte y retirarte del propósito, sin que lo percibas.

Vigílate entonces, y busca observar en donde está tu consciencia y siempre que te acuerdes, piensa en el silencio, en el espíritu de la humildad, en la necesidad de unirse al prójimo, a los Reinos de la Naturaleza, y así unirte a Dios.

Encuentra en los éteres de este lugar, por el cual caminas, la posibilidad de prestar un gran servicio a la humanidad: experimentar una santidad silenciosa y una unión única con Dios. Así, hijo, aunque no sepas ni comprendas, estarás ayudando al Creador a cerrar muchos infiernos y a rescatar a muchas almas de la ilusión; con el simple hecho de que tu corazón, que es humano, ceda un lugar al Corazón de Dios.

Que la Paz y la Bendición de tu Maestro San Francisco estén sobre ti. Y hoy, extiendo1 esta Bendición hacia ti, que lees estas palabras y que te dejas permear por una Asís espiritual, que guarda en sí, una parte del Reino de Dios.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

 

1- Cuando dijo eso, San José nos mostró que uniría los tiempos y los espacios, y que siempre que alguien lea este mensaje de corazón, reciba los códigos todavía puros que, espiritualmente, están guardados en Asís. Códigos referentes a todo lo que San Francisco dejó como legado para la humanidad a lo largo de su vida, como la humildad, la unión con los Reinos de la Naturaleza, la pobreza de sí y el silencio. Sin importar donde esté ni cuando lea estas palabras, todo aquel que abra su corazón, accederá interiormente a esta experiencia espiritual. Esta es una Gracia que San José nos concede a través de Sus palabras.

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MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE LISBOA, PORTUGAL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mantén tu pequeño corazón en Dios y solo agradece al Padre por tantas dádivas entregadas a ti y por intermedio de ti, a toda la humanidad.

Por medio de la oración, perpetúa los estados de paz en tu interior y tórnate un Instrumento de Dios en el mundo, que transforma el caos y la confusión humana, sublimando la atmósfera con el Espíritu del Amor.

El simple hecho de ser agradecido, hijo, te elevará a nuevos horizontes, sin que te des cuenta. Deja que tu corazón se amanse y se silencie, para sentir la paz que se expande en ti, a través de la Presencia de Dios*.

Si algo te perturba o aflige, respira hondo, concentra tu mente y tu corazón en el momento en el que tuviste a Dios delante de tu espíritu y deja que esta Divina Consciencia, omnipresente y omniabarcante, envuelva de nuevo tu ser, para devolverte la paz. Hazlo por el bien de la humanidad.

Los estados de paz elevan la consciencia humana hacia espacios y dimensiones desconocidas. Mediante estos estados internos, podrás comprender misterios inexplicables, ingresar en recintos espirituales y divinos, y recibir de Dios aquello que Él espera poder entregarle a la humanidad: Su Legado de Amor y de Unidad.

El simple hecho de abrir tu corazón al Espíritu de la Paz y confiar en Dios ya es un gran servicio para toda la consciencia humana; un servicio verdadero, pero invisible; un servicio amplio, sin límites, sin fronteras, sin direcciones.

Cuando un corazón es capaz de abrirse para sentir la Paz de Dios, toda la humanidad recibe esta oportunidad. Por eso, hijo, solo deja que la paz se expanda dentro de ti y que la Molécula de Dios que tocó tu corazón, encuentre espacio en tu interior para transformar, curar y sublimar tu pequeña consciencia.

Este grandioso misterio de encontrar a Dios es uno de los misterios que se guarda en el acto de orar. Este es uno de los caminos que se abre cuando el corazón humano ora. Permite, entonces, que tu espíritu descubra muchas otras posibilidades existen para vivir, por medio del verbo orante. Sumérgete en este misterio que se abre con una puerta tan simple y que, a veces silenciosamente, te lleva al Triunfo del Corazón de Dios.

Por ser tan simple, el enemigo de Dios desconoce el poder de la oración; sin embargo, también hay muchos seres humanos que lo desconocen. Da entonces, el testimonio de tu vida, de la Gracia que desciende sobre ti cuando oras. Haz esto solo orando y dejándote transformar. Tórnate un servidor en silencio, que habla con el ejemplo y con su presencia, que está plena de Dios, porque Él habita en el corazón que ora.

Aquel que ora contigo, cuando oras de corazón.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo


[*] San José se refiere a la experiencia que María nos hizo vivir el 25 de mayo de 2017, en la que Ella nos condujo hacia las dimensiones celestiales para que estuviéramos ante la Consciencia de Adonai, por un instante, y recibiéramos de Él, una pequeña partícula de Luz, que provenía de Su Consciencia.

Mensajes semanales
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE LISBOA, PORTUGAL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Dime: ¿temes alguna cosa?

Llegó el momento de confirmar tu entrega, como le llega a todos los servidores y verdaderos consagrados al Plan de Dios.

Entonces, dime: ¿temes alguna cosa?

Es hora de colocar tu imperfección en las Manos de Dios y de no intentar ser tú mismo el alfarero del barro que eres. Es hora, hijo, de que las más lindas canciones sobre la entrega de la vida se tornen verdad ahora, que tú seas una canción viva, y que todos los que te vean puedan escucharla y se dejen inspirar por ella.

Para todos llega la hora de confirmar la propia entrega; generalmente es cuando se sienten menos preparados para eso, porque la entrega no se confirma antes de ser consumada. Es en el propio acto de entregar el corazón que el espíritu ancla sus bases en la materia y el alma madura y expresa su consagración a Dios. Todo lo que viene antes de esto es una preparación.

Dime: ¿temes alguna cosa?

Vengo para hacerte sentir Mi Amor y para que él, junto al Amor de Mi Hijo, disipe el temor de tu corazón de no corresponder al Plan de Dios.

Vengo con el Amor del Padre impreso en Mi humilde espíritu, el mismo Amor que Me hizo entregarlo todo para cumplir la Voluntad de Dios desde el principio; ese Amor que, como un imán, me llamó, vida tras vida, para retornar a Dios.

Que ese Amor hoy impregne tu ser, te fortalezca y te coloque ante la grandeza del Plan de Dios, que va mucho más allá de esta vida y que tiene en ella su principio y en la eternidad y en la unidad su fin.

Que esa grandeza te inspire a perder el temor y a tener el valor para caminar con pasos decididos de un espíritu que es guiado por Dios, porque si hoy tú lees estas palabras, así es.

Entonces, dime ahora que ya no hay temor en tu corazón, no hay recelo y no hay dolor, pues el dolor que hay en ti no te pertenece y debe ser transmutado por el poder de la Gracia.

Dime, entonces, con simplicidad, que seguirás la Voluntad Divina y que te colocarás en las Manos del verdadero y único Alfarero capaz de moldearte. 

Hijo, es con tu imperfección que Él cumplirá Su Plan, así como lo hizo con la Mía, y hará de ti un recipiente nuevo para colmarlo de la nueva vida que permeará la Tierra.

Antes de esto, durante la grandiosa Obra que el Señor realiza en los Suyos, sé simple y humilde, y todo será como Dios pensó, aunque descubras, un día, que Su Pensamiento en nada se parecía al tuyo.

Dime, entonces, que ya no hay temor y, con Mi bendición sobre tu corazón, descansa en paz, descansa en el sacrificio y en la donación, pues ha llegado el tiempo de tu entrega. 

Tu Padre y Amigo, 

San José Castísimo

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN LA CIUDAD DE LISBOA, PORTUGAL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Hoy el Reino de Lys se expande más allá de los bosques, se expande más allá de los lagos, llegando a los mares, a los océanos, a los ríos. Hoy el Reino de Lys demuestra su pureza a través del Reino de las Aguas, para que de esa forma les pueda ayudar a los Reinos que allí habitan, para que encuentren la paz y la redención con el auxilio de la humanidad. Hoy el Reino de Lys se extiende hasta aquí para clamar por auxilio, para que su paz toque a los corazones de los hombres y ellos reconozcan la vida superior, la verdad que habita en sus corazones y que los llama a la comunión con todos los Reinos de la Naturaleza.

Como Sagrada familia, hoy les revelamos que los Sagrados Corazones también habitan en Lys y encuentran allí la fortaleza para recorrer este mundo, para ayudar a los que más necesitan, sin perder nunca la esperanza de que el Plan de Dios se cumpla. 

Hoy el Reino de Lys se extiende a los mares y a los océanos para que los espejos de luz, que se reflejan con el Poder de Dios, con la luz del sol que proviene del universo, puedan transmutar y liberar a este planeta, sobre todo a esta parte del mundo, para que reciba un poco más de paz y tenga un tiempo para despertar, antes de que la Justicia de Dios descienda. 

Hoy, al lado del Mayor Espejo de Amor de los universos, su Madre Santísima los llama a despertar el espejo de sus corazones, unidos al Reino de Lys, para irradiar al mundo el amor que él tanto necesita. 

Contemplen, en las aguas de los mares, la pureza de su interior que muchos perdieron. Dejen que el Espejo Mayor del Corazón de María despierte a los espejos de sus corazones, para que el Reino de Lys se pueda extender también a través de sus almas, pueda encontrar en cada uno de ustedes un instrumento para llevar la paz al mundo. 

Hoy estoy delante de los mares que tanto necesitan de auxilio y que, al mismo tiempo, sustentan el planeta. Así debe ser el corazón humano que, a pesar de todo el auxilio que necesita, pueda superarse a través del amor a Dios para sustentar este planeta, en comunión con los Reinos de la Naturaleza.

El Reino de Lys se extiende hasta aquí para demostrarles cuán grandiosa es la piedad del Corazón de Dios para con el corazón humano. Y que de esa forma puedan inspirarse para transformar sus vidas en una imitación de la donación de los Reinos de la Naturaleza, en una imitación de la donación del Reino de Lys y de todos los seres de luz que allí habitan y que incansablemente sirven a la humanidad. 

Con palabras simples, busco despertarlos a una realidad superior, porque los corazones están adormecidos y, aunque expresen devoción, aún no expresaron su compromiso verdadero con Dios.

Los Mensajeros Divinos recorren Europa en este tiempo para despertar a aquellos corazones que se comprometieron con el Plan de Dios en el principio, que se comprometieron con el Reino de Lys para este momento, para cuando la Tierra más lo necesitara. Llegó la hora, hijos, de vivir ese compromiso verdadero, dejando un poco de lado las necesidades prácticas de sus vidas, aquellos pequeños problemas internos que les impiden vivir el amor; porque cosas urgentes los aguardan, situaciones planetarias que dependen del sí de la humanidad, que dependen de la adhesión del corazón humano para que la Ley de la Misericordia pueda actuar. 

Por eso, hoy vengo a su encuentro, junto al Reino de Lys, para que de esa forma reconozcan un servicio espiritual que deben despertar y cumplir en este tiempo. No les pediré nada extraordinario porque el Reino de Lys es la expresión de la simplicidad, de la humildad y de la pureza. 

Solo les pediré que ingresen por la puerta que hoy Yo les abro, dejando todos los conceptos mentales, todas las ideas humanas que cultivaron hasta hoy para que, ingresando en este Reino, reconozcan la verdad de la cual se alejaron hace tanto tiempo. 

¿Por qué será tan difícil vivir la fraternidad y la unidad unos con otros? ¿Por qué será tan difícil, hijos, para los corazones suplir la necesidad del prójimo antes que la propia? ¿Será inalcanzable para sus corazones amar y servir? ¿Será inalcanzable sentarse delante de un océano y agradecer por su existencia, contemplando su sacrificio y uniéndose a él para que sienta alivio, aliento, amparo? ¿Será imposible, inalcanzable, llegar delante de un hermano al cual le faltaron y pedirle perdón?

¿Será extraordinario, imposible, escuchar a aquellos que necesitan ser escuchados? ¿Orar con los que necesitan de la Presencia de Dios? ¿Expresar al mundo la propia fe, sin miedo a los juicios humanos? Esas son cosas simples que marcan la diferencia en la historia de la humanidad. 

Expandan el Reino de Lys difundiendo la paz, la humildad y la unidad con todos los Reinos. Expandan el Reino de Lys siendo un poco más fraternos, un poco más humanos, aquel ser humano que Dios pensó, aquel en el cual Él pone Su esperanza y del cual no desiste nunca, porque Él conoce esa verdad, aunque ella se oculte ante sus ojos. 

Dejen que el Reino de Lys toque sus corazones y sus espíritus, liberándolos del mal, liberándolos de la ilusión, para que puedan cumplir con aquel propósito que Dios tiene para ustedes desde el principio.

Imaginen un pequeño espejo de luz que se enciende delante de sus seres, delante de sus corazones. Algunos de ellos necesitan ser limpiados, purificados y liberados para que puedan tornarse instrumentos de Dios. Sientan la luz que proviene del Reino Celestial y también del Reino de Lys, y dejen que esa luz purifique sus seres, los renueve y los impulse a ser verdaderos servidores de Dios y no de sí mismos. 

Por un instante, entréguense a lo desconocido para que actúe en sus vidas, y oren Conmigo por el Reino de las Aguas, para que Lys encuentre un espacio en la esencia de esos Reinos y pueda expresarse. 

Pureza del Reino de Lys, extiéndete sobre los mares. Pureza del Reino de Lys enciende el espejo de nuestros corazones. Pureza del Reino de Lys vuélvenos puros y simples para la redención del planeta. Pureza del Reino de Lys extiéndete sobre el Reino de los mares. Pureza del Reino de Lys despierta a los espejos de nuestros corazones. Pureza del Reino de Lys vuélvenos puros para la redención de este planeta. 

Sientan la Presencia de Adonai que hoy contempla el mundo y, con Su Santo Espíritu, espera descender sobre los hombres y sobre los Reinos. Contemplen la Misericordia de Adonai. Contemplen Su infinita Luz, más brillante que un sol o que mil soles. Dejen que este intenso brillo, que proviene del Reino de Dios, limpie y purifique los espejos de sus corazones y que, a través de ellos, se irradie al mundo y a los Reinos de la Naturaleza. 

Con el corazón unido al Corazón de la Sagrada Familia, oremos a Dios:

Adonai, 
Misericordia, Misericordia, Misericordia,
Redención, Redención, Redención 
para este planeta. 
(cuatro veces)
Amén.

Ahora orarán por todos los Reinos y pedirán redención para los Reinos de la Naturaleza:

Adonai, 
Misericordia, Misericordia, Misericordia,
Redención, Redención, Redención
para los Reinos de la Naturaleza. 
(siete veces)
Amén.

Purifiquen sus vidas y pacifíquenlas a través de la oración. Es de esa forma simple que entrarán en el Reino de Lys y curarán aquello que les parece imposible. Hoy, hijos, solo quiero hacer de sus vidas espejos simples del Corazón de Dios, prolongamientos del Reino de Lys hacia el mundo, porque así deben ser sus servidores. 

¿Será que preferirán lo que viven en sus vidas a vivir en el Reino de Lys? ¿Preferirán la ignorancia de los hombres a vivir en la Sabiduría en el Amor de Dios? Deben preguntarse estas cosas todos los días para que avancen en la vida espiritual y para que la vida espiritual no sea para ustedes una teoría, un libro en el armario de sus casas, sino una experiencia, una vivencia que eleva a la humanidad y le permite retornar al Reino de Dios.

En la Presencia de la Santa Virgen, que los ama y los bendice incansablemente; en la Presencia del pequeño Niño Jesús que hoy les transmite Su pureza, Su bondad; consagraremos los elementos que son el símbolo de la mayor Gracia y de la infinita Misericordia que brota del Corazón de Dios; que la Humildad Divina del Creador, que se multiplica en el pan y en el vino, ingrese en sus corazones y los invite a vivir esa virtud que les abre las puertas del Cielo.

Que toda la humanidad y también los Reinos de la Naturaleza comulguen espiritualmente de este grandioso milagro de la multiplicación de Dios y que, unidos a Él en Su interior, puedan ser inspirados y guiados para volver a vivir un día la unidad con el Padre. Oremos, entonces, unidos a Dios por la conversión de los elementos, por la redención del planeta. 

Padre Nuestro (en arameo y en portugués).

Comulguen de la Presencia viva del Corazón de Dios y sigan en paz, dispuestos a unirse al sagrado Reino de Lys, por la misericordiosa Presencia de Dios entre los hombres y entre los Reinos de la Naturaleza.

Nosotros los bendecimos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sigan en Paz. 

Les agradezco.

 

En este momento, Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús compartió el Mensaje diario transmitido por la Virgen María en este mismo día, 19 de mayo de 2017.

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Solo queríamos completar que es muy especial ver en los días 19 a la Sagrada Familia reunida, cuando es posible, porque de alguna forma los códigos divinos que Ellos nos traen ingresan en nuestras consciencias y también nos renuevan a todos nosotros en este espíritu de fraternidad y de hermandad, volviendo posible, a través de nuestros esfuerzos, como dice San José, que algún día alcancemos la meta de ser una verdadera familia espiritual. 

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA VILLA DE DORNES, FERREIRA DO ZÊZERE, SANTARÉM, PORTUGAL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hoy contemplen la Presencia de Dios y reciban Su Santa Paz.

Hijos, hoy no estoy solo, estoy también con todo el Universo Celestial, que contempla la magnitud con la que se prepara el Reino de Lys para expandirse hacia los corazones del mundo.

Hoy, el Universo se detiene y las Fuentes de la Gracia se abren para acompañar la presencia de la Madre del Mundo entre los hombres y para derramar sobre ellos los últimos caudales de perdón, de redención y de misericordia.

Hoy, hasta los Ojos y el Corazón de Dios se detienen a la espera de que un único corazón se abra, verdaderamente, para ingresar en el Reino de Lys y conocer sus misterios, comprendiendo que la Gracia de Dios está en la Tierra así como en el Cielo y que el Reino de Su Madre Celeste cohabita con la humanidad, en silencio y en reverencia, a la espera de corazones abiertos y dispuestos a encontrarlo.

Hoy, la Justicia es nuevamente aplacada por las manos de la Madre Universal, para que toda la Creación contemple la magnitud de Su Amor por los hombres y por el Plan de Dios.

Con una mínima correspondencia de la humanidad, el Creador operará milagros, bastará que ustedes estén correctamente colocados frente a Su Gracia.

Que cada instante de este sagrado momento del Reino de Lys sea reverenciado por los hijos de Dios, como lo es en todo el Cosmos. Oren y vigilen para que la expansión de Amor que Lys-Fátima espera vivir pueda llegar más allá de las fronteras, más allá de las necesidades personales de los corazones que claman, más allá de las naciones que le abran el corazón.

Que la Luz de Lys penetre los abismos de la Tierra, convirtiendo y reparando los corazones, conduciendo a las almas perdidas y curando un pasado milenario que aún espera el momento de ser aliviado.

Acompañen con el corazón este próximo 13 de mayo, que marcará un antes y un después para la consciencia planetaria, porque el espíritu del planeta sentirá el peso que le será aliviado y muchas almas comprenderán como en verdad es simple responder al Corazón de Dios.

Corresponderá a cada ser mantener en su espíritu los impulsos de Lys y no dejar que ellos perezcan, para que su expansión se perpetúe más allá de todos los días 13 que llegarán.

Donde quiera que estén, sientan la presencia del Reino de Lys, y que su Pureza pueda cruzar los muros de sus mundos interiores y devolverles la esperanza de retornar a Deus.

Que se enciendan las esencias por la Luz de Lys, la que encontrará en sus oraciones el vehículo para recorrer las diferentes dimensiones de este mundo.

Oren y vigilen con todo el Universo. Únanse como un ejército único de la Madre Universal, de la Madre del Mundo, y que Su Luz y Su Pureza se extiendan a todo el planeta.

Vigila en oración en el Reino de Lys, donde la pureza se prepara para expandirse sobre la Tierra,

San José Castísimo

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN LA CIUDAD DE GONDOMAR, OPORTO, PORTUGAL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Mientras el mundo agoniza y el Señor comparte las llagas del espíritu herido de la Tierra, clamen por Misericordia. Aún están a tiempo de orar y de que sus oraciones abran las puertas al manantial curador de la Divina Misericordia, para que lo que está perdido pueda encontrarse y lo que está distante de Dios pueda retornar.

Hijos, aún están a tiempo de abrir los ojos y de elevarlos hacia el Cielo buscando una salida, buscando  a Aquel que es su salvación y su vida: el Creador de todas las cosas.

Están a tiempo de pedir una oportunidad más para vivir Sus Principios y Su Paz, para que Su Proyecto no se pierda y Su Esperanza no se desvanezca con el polvo que quedará de la humanidad.

Están a tiempo de dar todo de sí por Aquel que lo dió todo a Sus criaturas y dándoles la Vida, Se hizo Él mismo carne para mostrarles el camino de la evolución. Se entregó a los más perdidos de Sus hijos, ingresando donde todo era tinieblas y ceguera espiritual para que las almas vieran Su Luz y pudiesen despertar.

Esa Luz aún brilla en las tinieblas del mundo y en el horizonte interior de todos los seres. Solo basta, hijos, que la quieran ver y que caminen en su dirección, mientras ella aún es visible. Esta Luz vino al mundo para encender a muchos más, aquellos que lleguen hasta ella, se tornarán la nueva luz del mundo y los que no fueran en su dirección permanecerán en la oscuridad.

Solo no buscan a Dios y no lo aman aquellos que no lo conocen, pues no hay en la Creación un corazón que,  conociendo verdaderamente el Amor del Padre, elija el mundo y la ilusión de la materia. Solo elige al mundo quien no conoce el Amor. Por eso, hijos, no teman rendirse para buscar el Amor de Dios. No teman decirle “sí” y caminar en Su dirección.

No hay mayor tesoro que aquel que se encuentra al recorrer la vida del espíritu, al dar los pasos en la propia evolución, al retornar un poco más hacia el propio Origen, hacia la Fuente de la Unidad y del Amor Absoluto.

Mientras el mundo agoniza y el Hijo del Hombre aún agoniza por los pecados del mundo, oren y busquen a Dios. No hay mayor servicio para toda la Vida, para Dios y para sí mismos, que buscar al Padre y encontrarlo. Toda la Creación encuentra alivio cuando un corazón se une a Dios. Ustedes aún están a tiempo de hacerlo, porque los caminos están abiertos y la Misericordia intercederá  por los que se arrepientan y clamen por ella.

Les digo que aún están a tiempo, porque llegará el momento en el que él ya no existirá y cada uno iluminará su camino con la luz que encendió en su interior. Quién esté en Dios, caminará con la Luz de Dios y, aún en tiempos de Justicia, beberá de la Fuente de la Divina Misericordia.

Su Padre y Amigo,

Aquel que los advierte y los guía,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Contempla el mundo, la situación planetaria, la situación interior de los seres humanos y solo ora, ora con el corazón. No hay otra forma de interceder por las almas a no ser con el puente de la oración.

Después de orar, sirve orando y ofrece todo en tu vida como una reparación para Dios.

Hijo, si ves que la humanidad está ciega, tú, abre tus ojos a Dios y sé vigilante.

Si ves que la humanidad está sorda a la Palabra Divina, tú escucha el Verbo del Creador y Su Silencio y obedece Sus Leyes, para que ellas sean instituidas en la vida.

Si ves que los corazones no soportan las corrientes de la purificación y las mentes se desestabilizan por sus resistencias, tú, sé manso y deja que Dios te transforme por dentro y por fuera, para que tu ejemplo sea una semilla fertilizada por el Amor Divino en el suelo árido de la Tierra.

Si ves que los corazones le dicen “no” a Dios y niegan Su Presencia, Su Existencia y la Gracia del Propósito de Su Creación, tú, dile “sí” a Dios. Esfuérzate, sin quejarte, para cumplir Su Plan. Expresa la alegría de tu alma por servir al Creador y por vivir bajo Sus Ojos.

Juzgar al mundo no es para ti; pero dar un ejemplo sí, es tu misión.

Ante un error, prefiere las acciones que equilibren, a palabras que intenten corregir. El esfuerzo por dar un ejemplo te transformará y también al mundo.

Experimenta lo que Te digo y persevera más allá de tu búsqueda por resultados.

Cuando tus acciones sean en Nombre de Dios y no en tu nombre, verás crecidos en ti, los frutos del Árbol de la Nueva Vida.

Tu Padre y Compañero,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijo, despierta también en tu corazón el Don de la Piedad, así como un día Yo lo desperté en Mi Casto Corazón.

Después de haber sido elevado a los Cielos, el Creador Me llamó para estar a Su lado, invitándome a interceder por este mundo. Para eso, Me hizo ver y conocer profundamente los cuatro puntos de la Tierra.

En aquel momento, conocí la ignorancia humana y su miseria más profunda y, sabiendo de la Perfección de Dios y que esa Perfección habita oculta en todos los seres, sentí emerger en Mi pecho la Piedad.

Yo no tenía cómo no amar al corazón humano, porque allí estaba el propio Dios escondido. Pero no solo Dios se escondió en el hombre; el hombre también oculta, todos los días, lo Divino que existe en sí mismo, con sus acciones, sus elecciones, sus pensamientos y sus sentimientos. El hombre prefiere la imperfección y la ilusión a encontrar la Verdad. El hombre muchas veces elige la ignorancia en lugar de la Sabiduría Divina. Por todos estos motivos, cerré los ojos por un instante y clamé, casi en silencio: Señor, ten Piedad.

Hoy les pido que cuando estén delante de su propia ignorancia y de la ignorancia de sus hermanos, clamen Conmigo: Señor, ten Piedad.

Yo les pediré que, por las consecuencias de la ignorancia humana, que se expresan en el martirio de los Reinos, en los abortos, en los suicidios de los jóvenes, en las guerras y en los conflictos de las familias, clamen Conmigo: Señor, ten Piedad.

Pues, no hay otra forma de transformar al mundo y de ayudarle a encontrar la Verdad, sino abriendo las puertas para la Piedad de Dios, atrayendo así, Su Misericordia. Por eso, hijos, antes de juzgar, criticar o padecer, afirmen: Señor, ten Piedad. Amén.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Por la potestad que Dios Me concedió como intercesor de este mundo y de algunos otros, hoy abro las puertas de este Reino para que las almas que sufren puedan recibir una Gracia tan grande, como la que ustedes recibieron en los últimos días.

Por el despertar de sus corazones y por el sí que enviaron a Dios, respondiendo al Llamado de Cristo, generaron méritos para que muchos otros, que desconocen, puedan recibir la Misericordia que emana de los Espejos de este Reino hacia todo el planeta.

Hoy, más que para hablarles, vengo a orar con ustedes por este mundo, por los niños que deben crecer y poblar la Nueva Tierra, vengo a orar por los Reinos que tanto sufren por la indiferencia humana.

Vengo a orar por los ángeles de las naciones que intentan, día y noche, sustentar el planeta y atraer hacia cada nación aquel Principio Divino que ella debe manifestar.

En este día, vengo a profundizar en el despertar de sus consciencias para que puedan, definitivamente, tornarse servidores del Plan de Dios. Que el amor a este Plan pueda ser mayor que el amor a sus propias vidas, porque de esa forma podrán ser un triunfo de Dios en el mundo.  

Hoy vengo a mostrarles a sus corazones una realidad que aún desconocen.

Yo les pediré que cierren los ojos para que Yo les pueda mostrar aquello que Yo veo como intercesor de este mundo.  

Recorran Conmigo el planeta con los ojos del corazón. Contemplen Mi Presencia, Mi túnica marrón, Mi manto rojizo representando la Sangre de Cristo que aún se derrama sobre las almas inocentes.

En Mi mano derecha, hoy llevo un cayado, representando que, además de intercesor como Mi Hijo, hoy vengo a conducir sus almas a un nuevo propósito.

Mis pies descalzos simbolizan Mi resignación ante Dios, simbolizan Mi voluntad unida a la Voluntad del Padre, y que seguiré Sus caminos por toda la eternidad.

Contemplen, detrás de Mí, un gran portal a través del cual Yo los conduzco al planeta. Quiero que conozcan el Oriente para compartir las Llagas de Dios y repararlas.

Arrodíllense Conmigo en el suelo de esta tierra que un día fue sagrada y que debe volver a ser sagrada, porque así como su Señor y Rey caminará por Occidente, también caminará por Oriente. Y aquellos que lo negaron y que no lo aceptaron desde el principio se curvarán delante de Él,  se golpearan sus pechos y se arrepentirán, pero será tarde.

Hoy vengo a compartir con ustedes una de las mayores Llagas de Dios, que es la indiferencia humana por el Sacrificio de Su Hijo.

Cuando Jesús era pequeño, Él Me enseñó a orar el Padre Nuestro, una oración que traía del Cielo, que había aprendido con Su Padre para que todas las almas puedan unirse a Él. Les pediré que oren Conmigo esta sagrada oración para interceder por las almas que hoy deben ingresar en Mi Reino, que es el Reino de Dios, que es su casa y también la Mía.

Contemplen en el cielo de Oriente una gran puerta de luz que irradia una luz dorada y brillante. A través de ese portal, la Voz del Creador resuena para todos Sus hijos. 

En nombre de la humanidad, respondan a Su Llamado y, como un clamor, hablen con Dios:

 

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

 

Ahora, con el corazón aún más unido al Corazón del Padre, oren por los niños, aquellos que sufren injustamente.

Por la Gracia que Dios Me concedió de tener al Niño Jesús en Mis brazos, hoy le ofrezco al Padre todos los niños del mundo y, junto con ustedes, ruego a Dios:

 

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

 

Por la Gracia que Dios Me concedió de tener a la Santa Virgen María como esposa y compañera, como una Luz en Mi Camino que Me llevó a comprender la Presencia de Dios en Mi Corazón, hoy ofrezco esta oración a todas las mujeres que sufren injustamente, para que no pierdan su pureza por los ultrajes de este mundo. Junto a ustedes, Yo ruego a Dios:

 

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

 

Por la Gracia que Dios me concedió de ser un hombre simple, servidor y humilde; de cumplir Sus Designios y de hoy estar a Su lado; le ofrezco al Padre todos los hombres que están ciegos en esta Tierra, que no lo comprenden, que no buscan a Dios, que no encontraron lo Sagrado dentro de sus corazones. Roguemos al Padre: 


Oración: Padre Nuestro (en portugués).

 

Por la Gracia que Dios Me concedió de comprender la presencia de los Reinos en la Tierra, de amarlos y de reverenciarlos para que ellos cumplan con su misión; hoy ruego a Dios por todos los animales, minerales, vegetales, por todos los devas, por todos los elementos que en los desiertos del mundo contemplan las atrocidades causadas por el hombre; que en las florestas, en los ríos, en las montañas, en las ciudades, en las casas y en todos los lugares sufren las atrocidades causadas por la ignorancia del corazón humano.

Padre, hoy te ruego por todos los Reinos para que, a través de esta oración, la humanidad comprenda que es Tu propio Corazón y el Corazón de la Santa Virgen María los que son ultrajados cuando los Reinos sufren y padecen en este mundo. Junto a Tus hijos, Te ruego: 

 

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

 

Con esta oración, digamos al Señor, Nuestro Dios, que deseamos iniciar un nuevo ciclo, para que ahora, hijos, ya no piensen tanto en sí mismos, sino que contemplen las necesidades del planeta, del Plan de Dios para que él se manifieste, para que esta Tierra sea sagrada.

Cuando piensen en ustedes y crean que sufren mucho, recuerden este portal que abrí en sus corazones para que contemplen la mayor Llaga del Corazón del Creador, y no sean ustedes también indiferentes al Sacrificio de Cristo.

Ahora retornen Conmigo hasta aquí, pero nunca se olviden de los niños que sufren, de las mujeres, de los hombres, de los Reinos que necesitan de sus oraciones.

Cristo les entregó una gran Gracia y no fue solo por ustedes, fue para que respondieran a Su Llamado, abandonando las mezquindades de sus vidas para contemplar la Voluntad Superior y reconocer finalmente que llegó la hora de cumplir el Plan de Dios, porque si la humanidad no despierta, la vida en el planeta podría extinguirse.

No permitan hijos, que una Llaga más se abra en el Corazón de Dios. Sean dignos de todo lo que recibieron y multipliquen estas bendiciones para todo el planeta, y para todo el universo que aguarda que respondan al Llamado de Dios y que lo vivan.

Hoy vine para orar con ustedes porque Mi Corazón ya no puede contemplar el mundo sin sentir el pesar de las almas que sufren.

Después de conocer la grandeza del Padre, de Su Reino y de todos los Reinos semejantes al Suyo que se esconden en el interior de la Tierra, no puedo contemplar el sufrimiento humano sin sentir en Mi Corazón el pesar de las almas. 

No puedo contemplar las atrocidades que viven los Reinos sin sentir en Mi Corazón el gran pesar que la ignorancia humana Me causa por no comprender la verdadera misión de la naturaleza en el planeta.

Por eso hoy vine a orar con ustedes y solamente a ofrecer al Padre los méritos generados por nuestros corazones unidos en Su Nombre, para que Sus compañeros puedan llegar un día a Asia, respondiendo a Su Plan, haciendo triunfar Su Corazón.

El pan consagrado por Cristo ya ingresó en sus esencias como una semilla de luz que está comenzando a fecundar, germinar y crecer, para tornarse el árbol de una nueva vida. Que cada Comunión que el Creador les ofrece, a través de Sus Mensajeros, nutra esta semilla, la fortalezca y la haga más poderosa que cualquier aspecto humano, para que puedan despertar la Esencia Divina en sus pequeños corazones.

Una vez más, oren Conmigo, ahora en arameo como Mi Hijo nos enseñó, para abrir las puertas del Cielo, y para que todas las almas, todos los Reinos y el propio espíritu de esta Tierra comulguen del Cuerpo y de la Sangre de Cristo.

 

Oración: Padre Nuestro (en arameo).

 

Que vengan hasta aquí los niños, que comulguen por todos los niños de este mundo y que, sobre todo, dentro de ellos se fecunde la nueva vida, que puedan ser dignos de vivir en la Nueva Jerusalén, el Reino de Dios manifestado en la Tierra. Canten mientras ellos llegan hasta aquí:

 

¡Oh!, San José,
clamamos a Ti por la salvación
de todas las almas del mundo.
Misericordia, Misericordia,
¡Oh! San José, Misericordia.

(Se repite cuatro veces)

 

Hoy dejaré Mi bendición sobre todos los niños y sobre todas las familias. Que cada padre y cada madre reciban de Mi Casto Corazón la inspiración para educar y criar a sus hijos. Les pido que sean fuertes para no dejar ingresar en sus casas las influencias de este mundo, que separan a las familias y las hacen infelices.

Hoy dejo en ustedes una semilla de la nueva vida para que, donde quiera que vayan, puedan sembrarla en muchos otros corazones que hoy no están aquí.

Por la Gracia que Dios Me concedió de vivir en la Familia más Sagrada que estuvo sobre este mundo, hoy Yo los bendigo y les agradezco por estar aquí y por dejar que en sus hijos florezca un niño nuevo. 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sigan en Paz y superen con Paz los desafíos de esta vida.

Les agradezco.

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijo, coloca sobre tus espaldas tus propios pecados y asume el peso de tu cruz. Ofrécete también, en oración, para equilibrar las deudas de aquellos que no reparan sus propias faltas y que no alivian el Corazón de Dios, sino que, por el contrario, lo ultrajan y lo ofenden a diario.

Coloca sobre tus espaldas la cruz de tus pecados, asumiendo tu crecimiento y esforzándote para dar tus pasos y para no ser un peso sobre las espaldas de tu Maestro.

Ya no vivas solo de los méritos generados en la Pasión, porque llegó la hora de renovar esa Pasión y de generar nuevos méritos para los que no comprendieron y no aceptaron el sacrificio de Cristo.

Bastará que asumas con consciencia tus propios pecados, que los transformes y sublimes con la potencia del Amor de Dios en tu corazón.

Bastará que renuncies a toda la gloria de este mundo, para cargar tu cruz y padecer el martirio de la consciencia, hoy tan acostumbrada a las comodidades y a los pocos esfuerzos por el Plan de Dios.

Bastará, hijo, que le digas “sí” a Dios y cargues tu propia cruz, renunciando a seguir envuelto en los pecados y estímulos de las fuerzas capitales de este mundo.

Hoy, bastará que cumplas con tu parte, comprendiendo que Cristo no vendrá al mundo para cargar una nueva cruz. Será Él, Aquel que te levantará cuando caigas más de tres veces. Será Él, Aquel que secará tu rostro cuando el sudor y el cansancio del camino nublen tus ojos y te impidan caminar. Será Él, Aquel que enfrentará a las tinieblas para darte de beber del Agua de Vida cuando el desierto parezca haber ingresado en tu cuerpo y la sequedad se extienda más allá de tu boca, a todo tu interior, a tu alma y a tu espíritu.

Cuando te dispongas a cargar tu cruz con determinación y valentía, Cristo será Aquel que vendrá para ayudarte a llegar a la meta que Dios tiene para ti y, en el momento en el que le entregues todo, Él te dará todo.

Por eso, hijo, hoy no solo pidas cosas a Dios en nombre del sacrificio de Cristo, sino que ofrécete a ti mismo para renovar la Pascua y ser un nuevo Cordero que se entrega en nombre de Aquel que se entregó primero.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Hijo, contempla hoy la entrega de tu Señor y durante cada día de la semana que llegará, ve cuán poco es todo lo que puedes ofrecer a Aquel que dio la vida por ti.

Medita sobre cada paso de Cristo, en cómo Él renunció a toda aparente gloria y reconocimiento en Su llegada a Jerusalén, porque sabía que, en verdad, cargaría sobre Sus espaldas los pecados de todos los que en aquel momento exaltaban Su Nombre. Él sabía que toda gloria que se alcanza en este mundo es vana y que muchos de los que en aquel momento lo glorificaban, por algunas monedas y por miedo, lo entregarían a la Cruz.

Aprende con Cristo a no buscar la gloria y la exaltación del mundo, mas recibe todo reconocimiento como vano y pasajero, porque lo que es eterno y cimentado en ti, no se ve y no se honra en este mundo.

Abraza el sacrificio y la humildad. Abraza la dádiva de la posibilidad de imitar a Cristo y no solo comer de Su Cuerpo y beber de Su Sangre, más bien permite que la Eucaristía te transforme y que puedas ser una imitación viva de Cristo.

Encuentra, en cada Semana Santa, un impulso para seguir Sus pasos. Que estos días sean como el agua que alimenta a la tierra y te hace crecer como un árbol de la nueva vida. Déjate nutrir por los códigos crísticos y da frutos que alimenten a otros que no pudieron beber de esta Fuente de Vida.

Encuentra, hijo, el sentido de tu vida en el ejemplo de Cristo y descubre que allí hay algo superior que te aguarda, que hay un plan perfecto y único para ti.

Cristo vino al mundo para mostrarte el Camino, abre los ojos y sigue por él. Haz valer, a través de tus pasos, la entrega del Salvador y genera méritos para que Él, un día, retorne al mundo.

Aquel que te impulsa y te conduce a Cristo.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE SEMANAL DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Levanta los ojos y mira hacia Dios. Permite que tu corazón encuentre el Corazón del Padre.

Levanta los ojos y mira hacia Dios. Pierde el miedo de estar ante Él con transparencia y humildad. Deja que tu vergüenza, por los pecados que aún son parte de ti, sea curada por el infinito Amor de Dios por Sus hijos. Amor este, que cura tus pecados y restaura tu fe.

Levanta los ojos y mira hacia Dios. No tengas miedo de conocer Su Voluntad para ti.

Levanta los ojos y mira hacia Dios. No importa si eres pequeño ante un Grandioso Creador, pues en tu pequeñez habita Su Grandeza.

Levanta los ojos y mira hacia Dios. Recobra el coraje de estar, cara a cara, con Aquel que te creó. Déjate vencer por Su Amor infinito.

Levanta los ojos y mira hacia Dios. Deja de lado todo aquello que habita en ti y que no quiere ser digno de ser llamado Hijo de Dios, porque aún le agradan las cosas del mundo.

Levanta los ojos y mira hacia Dios. Dile al Padre: Señor, aquí estoy. Cumple en mí Tu Santa Voluntad.

Levanta los ojos y mira hacia Dios. Reposa en Su Corazón de tu cansancio y del pesar de estar aún en este mundo, aunque no pertenezcas a él.

Levanta los ojos y mira hacia Dios. Siente Su Misericordia y permítete ser curado y elevado por ella. Permite que el Creador abra, frente a ti, un nuevo camino y sigue por él.

Levanta los ojos y mira hacia Dios. Sé valiente para decirle, finalmente: Señor, cumple eso que quieres de mí. ¡Yo Te digo sí!

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE EXTRAORDINARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Señor, que Tus hijos encuentren en este tiempo el camino para la superación de sí mismos, que vean el abismo de sus miserias y que contemplen en el horizonte la esperanza de Tu triunfo en sus corazones.

Sabio Padre y Creador, muestra a Tus criaturas que este es el último tiempo de la redención; tiempo en el que emergerán las heridas de todos los siglos para que sean curadas; tiempo en el que todas las deudas saldrán a la luz para ser equilibradas.

Muéstrate, Dios del Infinito y de la Misericordia, como el Señor que paga las deudas de Sus hijos, de aquellos que no encuentran en sí mismos la forma de equilibrarlas. Sé el Padre Bondadoso que contempla el esfuerzo de Sus hijos y los ayuda a caminar sin temor, hacia la meta final.

Creador y Señor Mío, que Tu Misericordia haga que Tus hijos comprendan que, más allá del abismo, existe el horizonte de la esperanza. Que Tu Misericordia se revele a los que se entregan y se rinden ante Ti, porque no encuentran en sus propias fuerzas el impulso para cruzar este largo abismo.

Fortalece, Dios del Amor, con Tu Esencia Divina, a los corazones de Tus hijos y haz que ellos comprendan que la Gracia existe, que la Misericordia es una fuente inagotable y que sus corazones son un misterio, no solo de miserias ocultas que nunca terminan de revelarse, sino que, en verdad, guardan, por detrás de toda miseria, la Verdad y el potencial del Amor y de la Unidad Contigo. 

Revélate, Padre Amado, en el interior de Tus hijos, porque llegó el momento de hacer triunfar Tu Plan para la Creación. Revélate como Dios Omnipotente y da a conocer a Tus criaturas Tu insondable Amor.

Creador y Señor de todas las cosas, como Tu siervo e intercesor de las almas, Te suplico: ayuda a Tus hijos a encontrar la Verdad, porque llegó la hora de retornar.

Por los méritos alcanzados en la redención de este Espíritu que
Te sirve, eternamente oro a Ti.

San José Castísimo

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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