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Cuando le pides perdón a Dios de verdad y tu corazón se arrepiente, Él que es poderosamente amoroso te concederá Su Misericordia y volverás a estar en el lugar donde Él siempre espera que estés. El Perdón de Dios es concedido cuando el alma abre su corazón al Universo y suplica misericordia.
Este mundo es una escuela para todos, es un camino que los conduce siempre a la definición y a la entrega mayor.
El Padre espera que todas Sus criaturas vivan actos de verdadero arrepentimiento para que la arrogancia y la soberbia espiritual se desvanezcan de la consciencia humana. Por eso, queridos hijos, todos los días los intento llevar lo más cerca posible de Mi Hijo para que sus vidas nunca pierdan la sed de beber de la sagrada fuente de Su Amor.
Si todas las almas supieran cuánto amor y misericordia tenemos por el mundo, la rendición de los corazones sería una realidad en todo el planeta. Es por eso que Yo vengo, como la Madre de los pecadores, para liberarlos del error y del engaño que los habitantes de este planeta han creado.
Hoy los invito a realizar un acto de perdón y de reconciliación para que la mayoría de Mis hijos, algún día al menos, sean tocados por la luz del Universo Celestial, despierten del sueño y acepten la sagrada convocatoria de vivir la redención; así formaré nuevos apóstoles, siervos de Cristo Redentor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Entre Mis brazos, como la Madre de la Misericordia sostengo a los que se perdieron del camino de Cristo, y así como una vez tuve a Jesús entre Mis brazos que murió por ustedes, hoy suplico al Padre Celestial por Su Divina Piedad.
El Padre nuevamente Me concede la Gracia de liberar y de perdonar a los que cayeron en el error, en la soberbia y en la profunda ingratitud.
Como la Madre de la Misericordia intercedo por esas almas porque ellas son Mis hijas, las que Yo quiero llevar hacia la verdadera paz, hacia la redención de la vida y del corazón.
Como la Madre de la Misericordia recojo del calvario de cada ser las miserias que cayeron al caminar con la propia cruz, y con Mi Luz maternal transformo la oscuridad en luz, la incomprensión en sabiduría y la tristeza en plena alegría.
Como la Madre de la Misericordia convierto lo que es imposible para el mundo y curo las heridas que nadie consigue curar espiritualmente, porque el Padre Me ha dado la Gracia de que, como la Madre de la Bondad, ayude a Mis hijos, a todos los que abren su corazón para encontrar Mi Amor.
Queridos hijos, la derrota de la soberbia en un corazón es el mayor presente que un alma puede recibir en este tiempo en donde la mezquindad, la ceguera y la corrupción hipnotizan el camino de las almas.
Cuando esa soberbia es quebrada por el báculo de Dios, se establece la Justicia Divina y el alma no recibe lo que en verdad merecería, porque al quebrarse la máscara de la soberbia nace la pureza del corazón.
Tengan corazones puros y amen, amen mucho porque en el amor Mi adversario no tiene su reinado, sino solo en los corazones y en las mentes endurecidas.
Den permiso para que el amor del corazón brote como una llama a través de la oración y dejen que las viejas estructuras caigan al suelo para que así pueda abrirse la flor del corazón.
Reciten todos los días la gratitud infinita al Creador y estarán en el camino correcto. Como la Madre de la Misericordia estoy aquí para ayudarlos y conducirlos al Padre Celestial.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Por la misericordia de todo el planeta,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Sagrada Letanía a la Madre de Dios y Madre del Universo
Para implorar Su intercesión durante los momentos de prueba y de purificación.
Virgen Santísima,
Virgen Poderosa,
Virgen Castísima,
Virgen Abogada nuestra,
Virgen Prodigiosa,
ten misericordia de nosotros,
ayúdanos.
Madre de la Esperanza,
Madre de la Misericordia,
Madre Bienaventurada,
Madre Corredentora,
Madre de la Divina Fe,
Madre Protectora,
Madre de la Santa Justicia,
Madre Mediadora,
Madre del Perpetuo Socorro,
Madre Salvadora,
Madre de la Victoria,
Madre Purísima,
Madre Plenísima,
Madre Milagrosa,
ten misericordia de nosotros,
socórrenos.
Reina de la Paz,
Reina Universal,
Reina de las Estrellas,
Reina del Amor,
Reina de todos los Ángeles,
Reina Celestial,
Reina Libertadora,
Reina Amadísima,
Reina Dulcísima,
Reina Venerable,
Reina Adorable,
Reina de las Puertas del Cielo,
ten misericordia de nosotros,
intercede ahora y siempre.
Señora del Rosario,
Señora de la humanidad,
Señora de los pobres,
Señora de los inocentes,
Señora de la Santa Cruz,
Señora de los enfermos,
Señora de los puros de corazón,
Señora de la Piedad,
Señora de la Hermandad,
Señora de la Confraternidad,
Señora de la Luz,
Señora de la Majestad,
ten misericordia de nosotros,
rescátanos.
Espejo de todos los Universos,
Espejo de la Cura,
Espejo de la Sabiduría,
Espejo del Discernimiento,
Espejo de la Alegría,
Espejo del Cosmos,
Espejo de la Liberación,
Espejo de la Asunción,
Espejo de la Misericordia,
Espejo de la Redención,
Espejo de la Unión,
Espejo de la Salvación,
Espejo de la Rehabilitación,
ten misericordia de nosotros,
cúranos ahora y siempre.
Que en Tus sagradas faces yo encuentre el camino de salida.
Que en Tu caminar yo vea los pasos dados.
Que en Tu mirar mi alma se fortalezca.
Santa Madre de Dios,
destierra de mi ser toda soberbia,
propiedad, orgullo e indiferencia,
porque toda mi vida a Ti pertenece
para que Tu Amado Hijo
realice Su Obra de Redención y de Fraternidad.
Me entrego en Tus brazos,
humillado y despojado,
porque Tu Gracia plena
me ha concedido la redención.
Amén.
Los desconsagrados de Mi Inmaculado Corazón
Hijos Míos:
En estos tiempos en los que el adversario golpea fuerte con sus energías capitales, las almas del mundo se debilitan si no oran de corazón implorando por Misericordia y protección.
Los que se desconsagran a Mi Inmaculado Corazón Me causan un dolor eterno insoportable de explicar, es mas fuerte que todos los dolores que sufrí junto a Mi Hijo en Su Pasión.
Los desconsagrados se despojan de Mi divina Presencia, por decidirse a no cambiar y escogen las cosas del mundo como verdaderas e ilusorias. Los que se desconsagran pierden la calidad espiritual de hijos predilectos y pasan a ser, por sí mismos, hijos del mundo.
En eso, vuestra Madre nada puede hacer ante tanta soberbia, indiferencia y orgullo humano. Los que se desconsagran a Mi Inmaculado Corazón Me hacen sufrir espiritualmente y traen como resultado que, en verdad, nunca entendieron en qué Corazón ellos estaban.
Rezo por ellos, como rezo por ustedes, con la esperanza de que la indiferencia, la soberbia y el orgullo de las almas sean transformados en amor y compasión.
Los que se desconsagran a Mi Inmaculado Corazón no tienen nada más que hacer en su vida espiritual, se vuelven autónomos y en apariencia se sienten libres por haberse despojado del sacrificio que habían prometido cumplir, una vez más, ante Dios.
Vuestra Madre implora por sus Ángeles de la Guarda, para que se sientan aliviados al cargar con ese peso de la condición humana de estos tiempos.
Los que se desconsagran a Mi Inmaculado Corazón nunca amaron al plan. Por eso, hoy les confieso que este es uno de Mis tantos dolores por el mundo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En unión a los que persisten,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hoy cuando estábamos finalizando el Misterio del Rosario, vimos otra vez a Nuestra Señora ayudando silenciosamente, en Turquía, en el camino del éxodo de los refugiados de Medio Oriente. Ella estaba vestida como una madre árabe, llevaba una túnica color rosa claro hasta los pies, estaba envuelta por una larga prenda blanca la cual llegaba a cubrir toda Su cabeza formando como un velo, y estaba descalza.
La Madre Divina estaba caminando en la ruta desde la frontera entre Siria y Turquía, rumbo a los países de Europa Oriental, en el éxodo entre los refugiados. Y nos preguntamos: ¿Por qué la Madre de Dios camina silenciosa entre las multitudes de refugiados que están en exilio?
Luego, vimos a la Madre María con un niño pequeño en brazos y de repente comenzaron a verse más niños en Sus brazos; Ella los cargaba a todos y, junto a las multitudes, atravesaba un largo desierto entre Siria y Turquía para ayudar a las almas de todos esos hermanos. Ella mostraba que las almas estaban en un proceso de gran desesperación, de miedo y de incertidumbre y, así, María colocaba la cabeza de cada uno de ellos cerca de Su Corazón para que sintieran paz.
Vuestra Madre camina por el desierto, atravesando de un extremo al otro toda Turquía, rumbo a los países de Europa Oriental, para buscar asilo interior en los corazones que se abran para reconocer al Maestro en los refugiados.
Así como fue en Belén, queridos hijos, la Sagrada Familia, que es este proyecto de la humanidad, está huyendo de la guerra que se precipita sobre los inocentes.
Hijos Míos, hasta ahora no saben qué significa no tener hogar o un lugar donde reposar. Como la Madre que trajo la salvación para el mundo, Yo sufrí pacientemente lo que se llama de exilio, no solo en Belén, cuando buscábamos un lugar en donde el Rey pudiera nacer, sino también cuando buscamos refugio en alguna parte de Egipto.
Queridos hijos, hoy quiero traerles la consciencia de este pasaje de la Sagrada Familia, porque en los días de hoy la humanidad cada vez es más llevada al exilio y a la desesperación.
Vuestra Madre, la Madre de todos los refugiados, camina junto a ellos atravesando mitad del continente, buscando un lugar en donde nos puedan recibir. El Universo Celestial sabe que la humanidad no tiene consciencia de lo que esto significa para la Creación.
Hermanos se han enfrentado a hermanos por la lucha y la conquista de un reinado que no existe más que en la ilusión de algunas mentes. Esta causa de los refugiados está llevando a la acción de la Ley de la Justicia Divina, porque en la mayoría existe la indiferencia de todo lo que sucede.
Queridos hijos, es por eso que pedimos esta próxima misión a Medio Oriente, porque expondrá a todos a una verdad que ya no puede seguir siendo ocultada. El sentirse abandonado, exiliado y sin nada para sí, sin saber qué será de la vida de millones de familias, es algo que aún no mueve al corazón humano y que provoca el principio de un nueva guerra mundial. Si esto sucede, la humanidad se autodestruiría completamente, y como fue con la bomba atómica, no quedarían rastros de ninguna vida en la superficie del mundo.
La humanidad usa el propio poder para realizar sus obras y cada vez más se aleja de Dios. Esto llama la atención de todo el universo, porque no existe consciencia de lo que en verdad está sucediendo.
Como la Madre de los pobres y de los desamparados, Me propuse estar entre Mis hijos más necesitados para poder cuidar de sus almas y para ayudarlos misericordiosamente a que encuentren una salida.
Me encuentro en oración perpetua al igual que los Sagrados Corazones de Jesús y San José, para impedir un castigo severo en el mundo. Necesito que sus corazones se sensibilicen, que sus espíritus salgan de sí para atender la verdadera necesidad planetaria y la urgencia de unir fuerza interior para cumplir el Plan que está siendo forzado a no cumplirse.
Apoyen al menos a aquellos hermanos que deciden ofrecerse para que el Plan se cumpla también en Medio Oriente.
Queridos hijos, la mayor crisis de la humanidad está en la indiferencia, por eso vengo para alertar a todos que están a tiempo de abandonar su soberbia y poder personal para que el mundo no se pierda en un abismo oscuro.
Amorosamente les entrego las llaves de la redención de esta raza y deposito Mi confianza en todos los servidores, esperando que no tomen Nuestras palabras en vano.
Hijos: ¡Es hora de despertar!, ya son los tiempos del Apocalipsis.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los concientiza a través de la Única Verdad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Al fin la guerra y la persecución de la humanidad terminará cuando la mayoría de los hombres y mujeres del mundo se arrepientan de corazón y confiesen a Dios todos sus pecados. Hasta que eso no suceda, Mi Inmaculado Corazón no triunfará.
Por eso pido amorosamente que todos Mis hijos que Me escuchan y que responden a Mis designios, sigan orando para que la paz no solo se alcance sino para que la paz no desaparezca del corazón humano.
Toda guerra material es consecuencia de un conflicto espiritual e involutivo, toda guerra entre los hombres y entre las naciones está fomentada por la soberbia y por el poder que una y otra vez intentan derrotar a la civilización humana.
Por eso, hijos Míos, elevando Mis manos al Cielo en señal de oración y de piedad, les imploro a cada uno de ustedes, criaturas de la Tierra, que transformen su soberbia en amor, que cambien su ira por la paz. Así, en poco tiempo, el Padre tendrá a Su vista los ejemplos y los testimonios suficientes para que el mundo reciba una gran amnistía y no se autodestruya.
Sean uno con sus Ángeles de la guarda. Sean una sola consciencia, una sola mente y un solo corazón en los tiempos que llegan. Los Sagrados Corazones, de forma extraordinaria, en el Universo Celestial están reunidos en oración por todos ustedes y por todo el proyecto de la Tierra.
Necesito, queridos hijos, que ustedes tomen consciencia de lo que eso significa para este tiempo de Armagedón espiritual. Que sus corazones estén muy unidos al Mío para que ninguna fuerza contraria a la Luz de Dios prosiga dominando la consciencia planetaria.
Pido a todos los seres orantes del mundo una respuesta por toda la humanidad, lo suficientemente inmediata ante el Universo Celestial de Vuestro Padre.
El gran abismo que una vez fue visto por Juan el Apóstol, ya se está abriendo. En verdad, queridos hijos, nunca nadie pudo interpretar bien el libro del Apocalipsis. Aún no ha habido ningún erudito o religioso que lo haya conseguido, y esto es así porque los símbolos se revelan como mensaje a través del corazón.
Ante la falta de comprender verdaderamente que ya no son tiempos normales sino momentos Apocalípticos, queridos hijos, bajo la autoridad divina que Me fue concedida a través del estado pleno de Mi Gracia, es que Yo los estaré ayudando a interpretar cada una de las señales del Apocalipsis.
Ante esto muchos se opondrán, pero cuando Vuestra Madre Celeste, que viene del Universo Mayor, comience a hablar, todo sucederá así como fue visto por Juan.
Ya no crean que todo esto que está siendo profetizado sucederá en otro momento de la humanidad, la raza está gravemente condenada a un Juicio Final severo y los ángeles se preparan desde hace tiempo para ese momento.
Pero finalmente el Corazón Inmaculado triunfará en la vida de todos aquellos que se hayan transformado y redimido, dando así espacio a la poderosa intervención divina que es entregada en este momento.
Queridos hijos, mientras las agujas del reloj indican el paso del tiempo, todo se precipita rápidamente, esta es la causa de tantas pautas y pedidos de oración. Sus ofrecimientos serán amorosamente bien recibidos.
América deberá enfrentar el mayor yugo para después concretar el proyecto de la Tierra prometida, para eso sus espíritus son convocados por Mí.
¡Les agradezco por abrazar con fe Mi llamado!
Ante los tiempos de batalla espiritual, los ampara,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
A medida que el planeta como un todo vive los primeros pasos de una violenta purificación, necesito que destierren de sus corazones no solo la soberbia, sino también el orgullo; esto es lo que ha condenado la evolución de la humanidad.
Los tiempos se están acelerando; por más que las mentes piensen que el ritmo del día a día es el mismo, la propia consciencia planetaria demuestra las primeras señales de su tan esperado parto de purificación y de limpieza.
Es por este gran parto planetario que se aproxima, que algunas de las costumbres y de las energías que han reinado fuertemente en la consciencia comenzarán a ser removidas de la humanidad.
La oración no es solo un complemento que ayuda a atravesar esta transición, sino que la oración potenciará todo aquello que no está bien dentro de la consciencia de los seres humanos y que se llama resistencia al cambio.
Muchas de las Leyes del Universo Material se abstendrán de actuar ampliamente, ya que en el próximo mes la consciencia del planeta vivirá un gran cambio espiritual y la humanidad ingresará dentro del gran vórtice de transformación y de trascendencia.
Es por eso que, con anticipación, Vuestra Madre quiere pedir a todos Sus hijos y a todos los que sirven ofrendándose que no pierdan tiempo ni energía en cada una de sus resistencias.
El ciclo más duro que vivirá la humanidad será la purificación de la energía del poder propio, que fue la raíz de la degeneración de la civilización de este planeta. Les pido amorosamente a todos los que se consideran orantes y afines a la Madre Universal, que no se olviden de que el planeta está colapsando por tanta maldad, y toda esa maldad, que fue generada durante siglos, será purificada. Así, cada etapa de purificación que ustedes y que el mundo vivirá corresponderá a la cantidad de infracciones materiales, mentales y espirituales que hayan sido generadas en sus vidas.
Queridos hijos, como Vuestra Instructora Superior y Celeste, estoy comunicándoles que ciertas formas de pensar, de ver la vida e incluso ciertos modos de resistirse o de juzgar, serán desterrados y si esto no fuera acompañado por la aprobación interior de ustedes para que suceda, muchos sufrirán de la misma manera que millones de almas que viven en la ignorancia y en la ilusión.
Y esto no sucederá por falta de intervención divina; llegó la hora, queridos hijos, de que cada alma que sirve al Reino de los Cielos, cada consciencia, cada personalidad y cada temperamento que vive sobre la superficie de la Tierra entienda, que no podrá ingresar en una nueva humanidad si todos esos modos degenerados de vida no fueran profundamente purificados y transmutados.
Vuestra Madre Celeste desea que este ciclo, que comenzará a partir del próximo mes de diciembre para la humanidad y para todo el planeta, sea vivido y trabajado de una manera bien consciente y madura. No cabrá dentro de la Obra de la Jerarquía Celestial la influencia de ciertos modos de pensar, de juzgar o de actuar como a cada uno le parece.
Les quiero confesar, Mis hijos, que los tiempos apremian y que no bastará que ustedes hagan de cuenta que no escucharon estas palabras, porque en verdad todo ser viviente de este planeta deberá enfrentar su propia transición. Cien años atrás tal vez las actitudes y las corrientes de la vida humana no eran de importancia; la humanidad siempre quiso hacer su propia voluntad y dejó de escuchar verdaderamente a los Mensajeros Celestes.
Ahora, hijos Míos, como la gravedad de los tiempos aumenta, así como corren las agujas de un reloj, vengo desde el Universo como Instructora Divina para despertar la poca consciencia que queda en el mundo. Rezo para que nada se precipite sobre el mundo de la noche a la mañana. El Padre no podrá escuchar lamentaciones cuando Su Divina Justicia actúe, pues desde ahora todos están siendo avisados.
La balanza está en un gran desequilibrio y es hora de despertar. Amparen la transformación de ustedes a través de los Ángeles del Cielo y recuerden que si en verdad no cambian, tampoco bastará que canten, porque la purificación acontecerá, el mundo y la raza deberán tornarse seres rescatables.
¡Les agradezco por escuchar Mi clamor!
Con respeto y consciencia, quien los ama y los instruye,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos:
El enojo es la semilla de la frustración y ese sentimiento impuro nace de no sentirse amado. La frustración es la raíz de la mentira y de la soberbia; de la soberbia nace la necedad y de allí el abandono de la vida espiritual.
El principio que contrarresta esos estados es la Misericordia, que tiene como base la Piedad y la Compasión, que posibilitan entenderlo todo.
La frustración es un veneno que disuelve la paz, porque ese sentimiento tiene origen en la crítica y en el juicio de valor. La paz permite superar esas dificultades; la frustración se disipa con la verdad y, especialmente con la tolerancia y la paciencia, estados que pueden generar armonía y equilibrio interior a pesar de las pruebas recurrentes.
La esencia de la frustración es la vergüenza de reconocerse incapaz, sobre todo mantiene su ímpetu en el falso poder y en la propia creencia, lo que genera más inseguridad y falta de fe.
Aquella alma que se rinde a Mis brazos dejará de vivir esas cosas porque le enseñaré a perdonar de corazón, a amar a través de la vida y a establecer la fe como un emblema interior. Es desde allí, mediante la oración y la humillación, que se disolverán todas esos malos sentimientos. Así, Dios retornará al corazón que confía en Su Plan y vivirá en comunión interna con todos Sus hijos.
Reconocerse como uno es, es una escuela para los valientes. Pero reconocerse en Cristo, es una aspiración de poder vivir esa escuela.
Ya no frustren vuestras vidas, reconozcan ahora todo lo que no son capaces, porque quien no está en Cristo, no será nada. Él desea entrar y gobernar; el destierro de las ambiciones sucederá cuando, tomada la determinación, ya no se quiera ser la misma consciencia de siempre.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los lleva a la Única Consciencia de la Verdad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Hoy les dono y les entrego Mi Corazón Inmaculado para que el principal motivo de vuestras vidas sea alcanzar la conversión que recién comenzaron, conversión que los llevará a la purificación de la vida y del alma.
Este mismo mensaje Yo di en Kibeho, por la misma prontitud que, al igual que hoy, la conversión requería en aquel tiempo. En Ruanda Yo llamé a todos para vivir el arrepentimiento, para no ejercitar una oración soberbia, para que desprendiéndose de todo mal, la paz pudiera reinar. Pero ese mensaje de arrepentimiento no fue suficiente y así pocos escucharon internamente lo que la Madre del Cielo quería enseñarles.
El tiempo pasó y la hora profetizada por Mí misma llegó para Ruanda y nadie estaba arrepentido y libre de faltas. La soberbia y la negación llevaron al descontrol humano y a ejercer un poder amenazante y temeroso. Familias enteras e inocentes fueron las presas principales de Mi adversario.
¿Y dónde quedó el arrepentimiento? Las brutales acciones llevaron a resultados catastróficos, y la vida espiritual de Mis hijos fue diezmada por la propia y desmedida llamada cultura.
Más tarde, el error envenenó el corazón de los que no escucharon Mi mensaje y, rápidamente, después de Yo haber descendido en Kibeho, todo quedó en la memoria de unos pocos. Después del gran error esta humanidad tomó consciencia de la importancia de las palabras de la Madre del Cielo, y todos reconocieron que sin oración ni arrepentimiento no se llega a ningún lugar y a ningún destino seguro.
La Señora del Verbo Divino trajo la advertencia de prepararse y de reconciliarse, de pedir perdón, de confesarse y de comulgar con Cristo como una fuente de absolución. Con la fe de muy pocos se volvió a erguir el espíritu de la devoción, el que llevó a tener fe y confianza en el llamado del Cielo, en los anuncios que la Señora de Kibeho realizó para todos.
Ahora, con vuestra presencia en Ruanda, descubrirán las diferentes necesidades en todos los planos de consciencia. Todo deberá ser restaurado, desde el cuerpo enfermo hasta el espíritu. Por eso, hijos, deberán profundizar en vuestro ejercicio de caridad y de entrega al punto de estar abiertos para atender cualquier emergencia. Mi Corazón los guiará y les dará la fuerza interior necesaria para poder responder a cualquier necesidad. Estén concentrados y verán muy cerca el camino que les estaré indicando.
La verdad sobre Ruanda recién es revelada, por eso, vuestra Madre Celeste retorna especialmente a Kibeho para que ustedes se unifiquen con el espíritu de la devoción, del perdón y del amor que es profesado al Sagrado Corazón de vuestro Señor y al de vuestra Señora.
En las calles de Kigali verán lo que el tiempo dejó marcado como hecho y como historia; los Ángeles de Dios esperan poder cumplir con el servicio de liberación y de redención que les fue encomendado. Si ustedes se unen a dichos ángeles eso sucederá porque Yo, con amor materno, los envío para auxiliarlos y socorrerlos.
Queridos hijos, Yo camino por las calles de Kigali para salvar a las almas presas. Pues la hora de la Redención y de la Misericordia llegó para Ruanda.
¡Les agradezco, hijos Míos, por acompañarme en esta misión!
Mi Amor Maternal con cada uno de Mis misioneros.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Las raíces de la soberbia y de la imprudencia pueden ser arrancadas del suelo de vuestro interior por la firme determinación de vivir la Ley Mayor.
Quien aspire despojarse de sí para siempre, que Me busque.
Quien quiera volverse desconocido ante los ojos del mundo como un nuevo ser, que Me llame con coraje y valentía.
Todo lo que vives es respuesta a todo lo que haces; si sufres mucho, el universo quiere enseñarte algo, no te resistas más; no demores más la llegada a tus células del conocimiento de la transformación. Todo lo que piensas tendrá una consecuencia y todo lo que sientas recibirá un poder mayor.
Descalza tus pies antes de entrar en Mi Templo, deseo construir Mi Morada en corazones impuros a la Luz Celestial. Si quieres ser diferente a lo que vives, lo puedes hacer; la voluntad, el esmero y el esfuerzo serán las puertas que abrirán espacio para el nuevo destino.
No te desanimes, entrégate a Mí y libérate pronto de lo que hace tanto tiempo cargas en tu corazón. El control te hará sufrir y la resistencia fortalecerá tu parecer; sabes que Yo Soy Divino y Omnipotente, Sabio y Amoroso, deja atrás todo lo que oprime tu interior.
Construye en base al provenir y a la esperanza, no retrases los pasos por nada relacionado a tus expectativas; busca en Mi Corazón el espíritu de la Humildad.
Levántense los que han caído; caminen los que están presos en sí mismos, porque llegó la hora de la liberación de la vida entera.
Vacíate de todo, vacíate. Entrégame todo, entrégate. Ama todo, ámalo de corazón.
El universo quiere ser parte de ti, para que tú te permitas ser parte del universo; necesito que hables Conmigo y Me digas lo que necesitas de corazón, estoy para ayudarte. Mi Misericordia todo lo proveerá.
Bajo la Gloria de Dios, sean bienaventurados.
¡Gracias por buscar la Luz de Mi Corazón!
Cristo Jesús
Aquel que vive de Mi Sagrada Palabra conocerá los Prodigios Celestiales que Yo derramo en aquellos corazones que cada día Me dicen sí.
Vuelvo al mundo para desterrar de cada esencia la semilla de la soberbia y de la vanidad que ha sembrado con sus acciones el enemigo.
Con Mi Poder derroto los planes contrarios a los de Mi Padre. A través de Mi Amor Misericordioso Yo salvo a los que han caído y por Mi Gracia redimo lo que aún está inmaduro en las consciencias.
Sostener en las manos Mi Bandera redentora y salvadora es solo para los valientes, que aman lo desconocido y que viven la fe como una llama que los ilumina cuando todo está oscuro.
Yo vengo a encender nuevamente el Fuego Divino de Mi Amor, que se ha apagado en muchos corazones, y para eso formo a los discípulos como soldados y como vidas en constante oración por el mundo. Así, mediante la constancia de los corazones devotos, Yo podré restablecer el Reino de Mi Padre, aquel Reino de Amor y Redención que hice descender a través de la sagrada Cruz.
En Mis Manos se marcaron los pecados de los que estaban perdidos y fueron liberados; en Mis Pies se marcaron las faltas de los que por ignorancia sumergieron al mundo entero, y en Mi Costado se abrió la Fuente de la Misericordia que hasta el presente continúa brotando desde el centro de Mi Ser para todo el mundo.
Espero que nunca se cansen de buscar ese inagotable Manantial que los nutre, los redime y los libera de ustedes mismos.
Yo abro Mis Brazos para que los que han caído vuelvan con confianza hacia Mí.
Yo los amo y eso deben saberlo muy bien.
Yo los espero porque hay un lugar guardado para cada discípulo Mío.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús
Hijos Míos:
Como Reina y Madre de la Paz, hoy los invito a buscar en vuestros corazones la unión interna con Jesús para que, mediante la oración, ustedes ayuden a Mi Hijo a llevar la cruz del mundo.
Como el cireneo, carguen por amor con el dolor del mundo. Que vuestra oración sea el alimento que todo lo sacie y sea el agua que quite la sed de muchos de Mis hijos.
Hoy quiero decirles que la cruz de la humanidad debe ser apoyada en la perseverancia de los grupos de oración que, unidos al Santísimo Corazón de Jesús, cumplan con el llamado de aliviar el Corazón de Cristo.
Una pequeña parte de vuestras vidas, mediante la oración, y como un servicio, puede colaborar con el prójimo. Hoy Me refiero, queridos hijos, al estado interior de donarse a los otros. Ese estado interior les permitirá reconocer la humildad que es necesario vivir en estos tiempos. Por la falta de humildad en el corazón humano muchos acontecimientos se desarrollan, eventos que condicionan el caminar armonioso de Mis hijos.
Por eso, buscando en ustedes a Jesús, el Amor Redentor, hallarán la esencia de la donación, y cuando esa donación sea un ejercicio diario, junto a la oración, vuestros corazones comenzarán a vislumbrar la Luz de la humildad.
Ese camino de humildad, de vacío de sí, todos Mis hijos están siendo llamados a vivirlo, por amor a Dios y por la reparación de los grandes conflictos y de la soberbia que vive la humanidad, en la que poco se aman los unos a los otros.
Queridos hijos, los estoy llamando a formarse como buenos instrumentos de Dios para que vuestro Sumo Sacerdote, Jesús, pueda verter Sus Gracias Misericordiosas sobre los corazones puros y sobre los corazones caídos.
Es hora de estar en Jesús todos los días.
Oremos.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Si cada alma aceptara estar en Mis brazos Maternales, la humanidad estaría guiada y acompañada por la Luz del Espíritu de Dios en cada pequeño corazón.
Para eso, queridos hijos, oren para que el Espíritu Santo traiga sabiduría a las consciencias. Oren para que el Espíritu del Amor nutra a los corazones que están vacíos. Oren para que la Redención de Mi Hijo vivifique cada una de las esencias.
Si oran, queridos hijos, habrá una Gracia Mayor que actuará para la salvación de la humanidad. Queridos hijos, hoy derramo sobre ustedes Mis Rayos Misericordiosos para que sean guiados por el Insondable Espíritu de la Paz.
Hijos Míos, Mi voz puede expandirse como Gracia y como llamado a través de los buenos ejemplos de caridad y de amor que vuestras vidas puedan expresar. Por eso, pequeños niños, recuerden que han venido al mundo a vivir las enseñanzas de Mi Hijo. Acepten vivir en el Amor Sacerdotal de Jesús y, en alegría, comulguen de Su Presencia Celestial.
Queridos hijos, cada acto de amor en el nombre de Jesús ayudará a curar la ignorancia y la soberbia de los corazones que están ciegos ante la Presencia de Dios.
Por este motivo, Yo los invito a orar, porque deben saber que todos pueden recibir la Gracia del Perdón y de la Reconciliación.
Queridos hijos, estamos en un tiempo de inmensas obras mediante el poder infinito de la oración. La oración que nazca de vuestros corazones será la base para construir el puente por donde la humanidad podrá elevarse hacia Dios, el Amor Eterno.
Extiendan vuestros brazos y, a través de vuestras manos, donen caridad, donen sin restricciones el Amor de Mi Hijo, el Redentor.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Abriendo Mis brazos una vez más, hoy les digo, queridos hijos, que si son como niños y vienen a Mí estarán en el nuevo paraíso de Dios. El mundo, día a día, acaba con los recursos preciosos que Dios le entregó a través de cada uno de los Reinos.
Hijos Míos, el tiempo de los ultrajes a los Reinos terminará y los hombres deberán dar cuenta de todo lo que han recibido de las Manos del Creador. Es hora de que la soberbia desaparezca del corazón de Mis hijos para que la verdadera Paz de Dios resida en la vida de todos Mis niños.
Yo les pido que sean fuertes en la oración del corazón para que la Gracia Celestial pueda convertir y reparar todo lo que la humanidad ofende a Dios.
Queridos hijos, este es un tiempo de transición que sus vidas están recorriendo; ya no son tiempos normales. Yo los llamo al despertar para que sus corazones puedan estar delante de cada acontecimiento en el mundo y, ustedes, como siervos de Mi Hijo, participen de todo, colaborando con la sincera oración que Yo les pido, una oración que sea fuente de amor para todos.
De esta manera, hijos Míos, podrán tener perpetuamente en sus almas y en sus corazones la presencia de Mi Hijo Jesús. Ustedes, que están más abiertos a la oración del corazón, deben convertirse no solo a la santidad sino también en servidores de la humanidad ciega.
Sepan, Mis niños, que la Gracia de la Reparación está en sus manos y ella llega por medio de la oración hecha con el corazón. Si lo repito, es porque aún deben ejercitar más Mis pedidos.
¡Les agradezco por vuestra respuesta!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más