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Relato del mensaje:
Antes de llegar María, surgieron delante de nosotros imágenes de la Pasión de Cristo, de María acompañando a Jesús y, finalmente, surgió una imagen del momento en el que bajaron a Jesús de la Cruz y lo colocaron en los brazos de María. María se levantó con Jesús en los brazos y vino en dirección a nosotros; así se presentó en la sala donde orábamos. Estuvo un tiempo en silencio, después desapareció y apareció nuevamente como la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, y transmitió Su Mensaje.
Como Madre de la Divina Piedad, hoy les traigo a sus pequeños corazones esta señal, para que puedan vivir el Don de la Piedad en sus corazones.
Hijos Míos, la Piedad volvió al mundo en el momento en el que Mi Hijo Jesús fue bajado de la Cruz y Mis brazos sintieron el peso de Su Cuerpo, que era, todo él, una Sacratísima Llaga. Sentí en Mi pecho no el dolor, sino el Amor que fue derramado en la Sangre de Mi Hijo, el Hijo que Me fue entregado por Dios y que en aquel momento retornaba al Reino de Su Padre.
La Piedad nació como la puerta hacia la Misericordia. La comprensión de Mi Corazón y la Piedad que sentí por todas las almas del mundo permitieron que la Sagrada Misericordia siguiera siendo derramada sobre el mundo.
Con Jesús entre Mis brazos, tan cansados por todo el sufrimiento que cargué junto con Cristo, comprendí al fin y de forma definitiva, el Amor de Dios por Sus criaturas y sentí, en el Cuerpo flagelado y muerto de Jesús, la grandeza de ese Amor.
La Piedad, hijos amados, nace de la Misericordia y permite que ella se expanda por el mundo. Para que esta Tierra viva un tiempo más de Misericordia, es necesario que los corazones sepan vivir la Piedad.
Hoy les digo, con el más puro Amor de Mi Corazón, que la Piedad brota de la comprensión del Plan de infinito Amor que Nuestro Señor Dios tiene para toda esta humanidad.
Hijos queridos, solo ámense unos a otros, comprendan las pruebas de la vida sin ningún juzgamiento, sean piadosos para acompañar la transición dolorosa de cada uno de sus hermanos.
En este tiempo de purificación, solo el amor los sustentará en este camino que los conduce al Reino de Dios, y la búsqueda de ese amor les mostrará las debilidades de sus hermanos para que sean vistas con ojos de Piedad.
Aspiro a que Mis pequeños soldados sean, en las pequeñas cosas de la vida, fieles a este Dios tan bueno que los guía siempre. Esa fidelidad, hijos Míos, está en ser lo que Dios espera que sean: amorosos, misericordiosos, piadosos, comprensivos, acogedores, serviciales.
Un soldado de Mi ejército batalla a través del amor; su arma es la oración y su campo de batalla es la convivencia diaria con sus hermanos, porque el mundo ya no sabe amar.
Mi mirada recorre la Tierra desde los Cielos; y veo que la Piedad muere, día a día, en los corazones de Mis hijos. Por eso, a los que Me escuchan, Yo les pido que, por amor a Mi Corazón, rescaten a la Piedad en el mundo, viviéndola entre ustedes. Hagan renacer el amor, viviéndolo. Permitan que el tiempo de la Misericordia sea eterno, aun durante el tiempo de la Justicia, y eso se alcanza siendo misericordiosos.
Sigan siendo el dulce aliento de Mi Corazón, para que Yo encuentre refugio en los pequeños corazones de Mis hijos que, junto a Mí, son incansables.
No desistan, hijos Míos, de vivir el amor. No busquen ser perfectos para después vivirlo; vívanlo antes en la imperfección, pues Yo desciendo de los Cielos para decirles que eso es posible y que será con los que hoy escuchan Mi Voz, en todas las partes del mundo, que Dios cumplirá Su Plan y manifestará Su eterna Gloria en la Tierra.
Yo los amo con todo Mi Corazón de Madre y les agradezco por persistir, respondiendo a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Cuando una puerta del mal se cierra por la presencia del Sublime y Sabio Amor de Dios entre los hermanos de la humanidad, el Espíritu Santo en Cristo vuelve a ordenar ampliamente a las consciencias llevándolas una vez más al encuentro de la verdadera misión espiritual que Mi Padre les ha confiado.
Por eso, no teman que sus vestiduras se caigan de sus seres o ellas sean retiradas como lo fueron de Mi Glorificado Cuerpo, porque de ustedes se retirará lo viejo para que sean revestidos por el Espíritu Santo.
Cuando Mi Corazón les comunica la hora de los cambios, es para que los corazones se preparen para el camino de la trascendencia y de la purificación.
Quien bebe del cáliz amargo del vacío de sí, después se encontrará Conmigo para beber y cenar del cáliz de la reparación y de la redención.
Pero es urgente que el pasado sea transmutado por Mis Rayos Misericordiosos para que sus seres reciban la absolución y el perdón.
Sé que a veces Mis discípulos se sienten solos ante tanta sequedad del desierto, y por instinto buscan saciar su sed en otras fuentes que podrían estar secas.
Yo les digo que el verdadero amor crístico y casto entre los seres nace cuando se revela la verdad entre ellos, porque allí está presente la Sabiduría de Dios, y el amor que pueda existir entre las almas podrá ser purificado para que se amen en espíritu y en fraternidad.
Por eso Yo les pedí que se amaran los unos a los otros. Les he pedido que se amen tal cual son para que aprendan a amar el alma de cada consciencia, porque esa es la meta interna.
Cuando esté presente el Amor de Mi Corazón entre los seres, se vivirá el Amor Puro de Dios como lo vivieron en la Tierra Mi Madre y José Castísimo. Crean en ese Amor y nútranse de él, así desaparecerá la sensación de vacío. Yo estoy retornando como la renovada Fuente del Amor que está ausente de toda la humanidad.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir en la Fuente de Mi crístico Amor.
Cristo Jesús
Día a día veo con amor, en Mi Fuente de Misericordia, las rosas de la oración que sus esencias Me donan en humildad y fe.
Ese es el verdadero milagro de amor para estos tiempos: que Mi Insondable Misericordia se vea reflejada en los corazones de todos los seres que, con ardiente deseo, buscan una oportunidad. Por eso les digo, Mis compañeros, que no teman ver reflejado sus rostros del pasado en Mi Fuente, porque Yo estoy aquí para derramar la Gracia de la liberación y de la consagración sobre sus corazones.
Mi Corazón los conduce en estos tiempos por un camino desconocido para su intelecto.
Mi Camino se dirige hacia la Eternidad de Mi Padre. Por eso cultiven un corazón paciente, lleno de amor, esperanza y misericordia, porque en este tiempo de grandes definiciones las almas del mundo entero se podrán sostener por la pureza de la fe que siembren en la consciencia.
Mis Rayos, que penetran la corteza de la Tierra, llegan desde el Universo para despertar a los que duermen el sueño de la constante ilusión y están atrapados en ese juego. Por eso Me sirvo de pastores simples y de discípulos humildes, dispuestos a ser apóstoles de Mi Mensaje Salvador viviendo la caridad y Mi Ejemplo de vida.
En estos tiempos de falta de paz en el mundo, Mi Consciencia llega directamente desde el Reino de Dios para, una vez más, formar y ordenar la vida de todos los rebaños; Mi Luz remueve las impurezas y las imperfecciones para que, transfigurados por Mi Amor, ellos estén al servicio de la Voluntad Suprema del Plan de Mi Padre.
Por eso les pido que no teman; ustedes ya sabían que el tiempo de la purificación llegaría en el final de un ciclo para así dar comienzo a un ciclo venidero de paz para el mundo.
Por sobre todas las cosas, Yo los sostengo en Mis Brazos, principalmente a aquellos que Me lo permiten y que confían en Mi Llamado Redentor.
Al final, todo será comprendido.
Bajo la Luz Victoriosa del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por reflejar Mis Palabras en la esencia de sus corazones.
Cristo Jesús
Ante las circunstancias y pruebas de la vida, ruego e imploro a Mis seguidores que no pierdan por nada Mi Paz, Mi Luz, Mi Misericordia, porque están cercanos tiempos de cambios y de purificación para las consciencias. Por eso deberán estar Conmigo presente todo el tiempo. Ahora no solo basta orar a Mi Corazón en algún horario de sus vidas, sino que deben permanecer todo el tiempo en Mi Corazón de Luz.
Las corrientes vendrán al encuentro de la humanidad y Mis discípulos más dispuestos y menos temerosos serán los que darán testimonio de Mi Presencia y de Mi próximo Retorno. Así Yo entreno, mediante la oración misericordiosa, a los soldados apóstoles de Cristo Redentor para que entregados a Mi Fuego Divino y donados a Mi Ley de Amor alcancen los rincones más sufridos de la Tierra, en donde se necesita una verdadera palabra y la acción de amor y de paz.
Así erguiré a Mi Iglesia prometida para que, a través de Mi Espíritu, todos Mis seguidores y seguidoras de la paz se unan en la Misión de la Gran Fraternidad.
Queridos, alcen las banderas para que los que naufragan constantemente en el océano de la soledad y de la desesperanza puedan ingresar en Mi Océano de insondable misericordia y piedad.
Retorno para derrumbar con Mi Luz a los ídolos que han creado caminos sinuosos para las almas. Vengo en Gloria y Justicia para liberar las puertas del Infierno, para que los que aún no ven Mi Preciosa Luz se alimenten del Amor de Mi Padre Creador.
Los uno y no quiero que se separen, los amo y les pido que se amen de verdad, porque llegará la hora de confirmar el fruto de los talentos que Yo he dejado a la humanidad.
Crean en el poder de Mi Infinita Misericordia en estos tiempos. Crean en la fuerza de Mi Amor Redentor. Los amo y los bendigo siempre.
Bajo el Amor de Padre, sean bienaventurados.
Gracias por meditar sobre Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
Queridos Míos:
Ni el servidor más débil de los Míos caerá porque Mi Espíritu le dará la fuerza que necesita para cumplir con los Mandamientos del Señor. Por eso les vuelvo a decir: no teman, pero sí asuman la parte importantísima que Mi Padre les ha confiado, la conversión de los corazones al Sublime Corazón del Pastor.
Queridos Míos, cuando retorne no cargaré con la cruz del mundo, sino que vendré en Gloria para aliviar el peso que hoy el mundo lleva. Vendré para recordarles a quién pertenecen y hacia dónde deberán ir el próximo ciclo.
No vendré para anunciar el fin de los tiempos, sino que vendré para anunciar un nuevo tiempo de Gracias para la humanidad. Vendré para resucitar a los que están muertos en espíritu y en vida; vendré para elevar a los que, en la esperanza, sostuvieron la antorcha de la luz y de la redención.
Que nadie decaiga antes de Mi Venida, sino que soporte el Fuego Universal que viene a purificar las impurezas de toda la humanidad; y ese Fuego Universal será más leve si oran, si oran con la potencia espiritual del humilde corazón.
Queridos amigos de camino, que no se pierda ni la última de Mis ovejas, y si ustedes vigilan Conmigo, vigilarán con amor todos Mis rebaños, aunque Mi Mano no detendrá a aquellos que quieran hacer su propia voluntad. Estamos en el ciclo de la suprema obediencia y, obedeciendo, estarán firmes en los próximos pasos.
Mi Luz los acompaña. Mis guerreros de la Misericordia no bajen los brazos, sino elévenlos para que las redes del Gran Pescador puedan ser lanzadas a la Tierra para la salvación de los que están solos y olvidados.
Mis amigos, la hora está marcando un nuevo encuentro y para eso sus corazones deberán estar preparados por la oración. Oremos por el mundo. La Gracia de Mi Padre deberá descender, tomen consciencia de lo que les digo.
Bajo el poder de la Luz de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús
Si Me llaman por Mi Nombre, Mi Corazón Misericordioso estará presente entre ustedes.
Si Me adoran como Consciencia Sacerdotal en la Eucaristía, Mi Corazón Redentor los redimirá y los librará del pecado.
Si Me llaman para que ingrese en su casa, así lo haré, porque estarán abriendo la puerta para que Mi Corazón habite perpetuamente entre ustedes.
Queridos, si están en Mi Fuego Celestial y Universal, Mis Llamas Sacratísimas quemarán todo aquello que no forma parte del Bien y de la Luz. Cuando ustedes purifican el cuerpo, el sentimiento y el pensamiento, Mis Prodigios los acompañan para aliviar la transición hasta la total trascendencia de sí.
No retorno para darles sufrimiento, eso Yo ya lo viví por ustedes y sé qué es el dolor aún no liberado del corazón de los hombres. Mi Fuego que los purifica, al mismo tiempo los consagra como almas dignas de vivir en el Reino de Mi Padre.
Mi Fuente es otro de los Dones Glorificados que Mi Padre Me concedió para bautizar, con Mi Amor, a todos aquellos que se han comprometido Conmigo para este tiempo final.
Soy el Vigía, Soy el Guardián Primordial de todas las esencias crísticas; no teman en este tiempo por lo que puedan estar viendo de sí mismos. Eso es lo que hoy les entrego, Mis amigos, la verdadera faz de lo que Mis ovejas son.
Por eso vuelvo, vuelvo entre nubes, rayos, estrellas, luces y soles para demostrar al mundo que el Hijo del Hombre es quien cumple con los Supremos Pedidos del Creador. Llevo entre Mis Brazos sus corazones y los contemplo como Mi única aspiración, la de que ustedes, en la simplicidad, alcancen la Eternidad.
Mi Reino, el que fue anunciado, está próximo, más de lo que todos Mis rebaños podrían imaginar. Primero vendrá el Espíritu Santo, que preparará en la sabiduría a los soldados para que enfrenten la batalla entre el Cielo y la Tierra.
Todo se curará, hasta la mínima partícula creada por Mi Padre; al final todo se redimirá y se consagrará por los siglos de los siglos a Mi Santo Señor. Anímense por la presencia de Mi Corazón, vivan todos los días en Mi Ley Redentora.
Bajo la Gracia de Mi Padre, sean misericordiosos.
Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Al final del mensaje diario, el Maestro abrió Sus Brazos e irradió hacia los presentes una intensa luz de amor y dijo:
Sé que aún no todos entienden los Mandamientos, por eso les digo que Mis Bienaventuranzas también son Mandamientos.
En ese momento el Maestro Jesús transmitió la siguiente oración:
Oración Para Vivir los Mandamientos del Señor
Que las Leyes sean la vida manifestada entre el Cielo y la Tierra.
Que la Ley del Propósito Divino
se impregne como Luz en nuestras células.
Que las Leyes Celestiales
sean expresadas por las leyes de la Tierra.
Que me consagre todos los días a la Ley Mayor de Dios.
Que el Espíritu Santo
sea el camino para vivir los Sagrados Mandamientos.
Que a través del Sacratísimo Corazón de Jesús
nuestras almas encuentren la vivencia de las Leyes Divinas.
Que la humanidad sea redimida y perdonada
por la Misericordiosa Ley.
Que en el Padre Celestial
vivamos por siempre la Ley Eterna de Su Gracia.
Amén.
Cristo Jesús, vuestro Eterno Señor
Como el latir de Mi Corazón es el pulsar de Mi Amor por ustedes: infinito, constante, ininterrumpido, compasivo, prodigioso y redentor. Así quiero enseñarles a vivir Mi Amor en ustedes, un Amor que cure, un Amor que redima, un Amor que acepte Mi Misericordia para alcanzar la redención.
Quien ama a sus amigos estará dando el todo por el Todo, estará dando la vida por el Propósito de Mi Padre. Espero que como rebaño, crezcan y maduren en el amor y en la verdad, porque Mi Corazón Sagrado a lo largo de los siglos ya ha visto sufrir mucho al mundo y lo sigue viendo sufrir intensamente. Si no viven en Mi Amor y Mi Amor no vive entre ustedes, será como construir templos de arena, que pronto caerán al primer embate de los tiempos.
Si se esfuerzan todos los días en buscar Mi Amor Compasivo hallarán el camino más rápido para trascender sus vidas, porque entre el discípulo y el maestro debe reinar un fraterno amor que disuelva la astucia del enemigo. Si viven en Mi Amor Misericordioso, sus corazones recibirán la claridad y la sabiduría que necesitan todos los días; recuerden también que Mi Amor está presente tanto en las dificultades como en las alegrías.
Queridos, ¿cómo alcanzarán la cristificación si no es solo a través de las pruebas que confirmen la amplitud de su amor interior? Por eso los caminos de la transformación y de la consagración son para los valientes que se animen a seguirlos por un Amor Mayor. Mi Camino marca una nueva senda de posibilidades y de cambios profundos porque en Mi Amor Sabio y Prodigioso se borrarán las heridas, las separaciones y los disgustos. Mi Amor puede estar presente entre los corazones de dos seres que se aman, que amen la tarea que Dios les confió por amor.
Ahora Mi Fuego Purificador está removiendo las últimas partículas que dañaron los buenos odres que estaban llenos de otros elementos. Mi Fuego libera, pero al mismo tiempo sostiene y perdona todo lo que debe ser entregado al Universo para que sea convertido por Mí.
Yo estoy presente hasta en los momentos más amargos de la vida, porque a los que siguen Mi Camino les doy de beber del vinagre que Me dieron en la Cruz para que viéndose a sí mismos por completo, sepan qué es lo que ya no deberá habitar más en sus moradas.
Mi Pasión los redimió y Mi Misericordia los cura y los libera del pasado. Es la hora de lanzarse con confianza al Amor Misericordioso de Mi Océano Celestial.
Bajo el Amor de Dios, vivan Mis Mandamientos.
Gracias por escuchar Mis Palabras con el corazón.
Paz para todos,
Cristo Jesús
Ya no teman, vengo al mundo para despertar en ustedes Mi Gracia Eterna. Vengo al mundo nuevamente para cerrar las puertas del mal. Vengo primeramente a sus corazones para que ellos sean liberados de cualquier perturbación, dolor o fatiga.
Mi Amor Redentor los transfigura, después los consagra y más tarde los eleva, los perdona y los redime.
Mis queridos seguidores, mientras ustedes vislumbran el poder sublime de Mi Océano de Misericordia, muchas almas por las cuales Yo tengo sed se pierden en los deseos y las gratificaciones del mundo. La verdadera promesa para sus vidas es la redención y la santificación de sus almas, corazones y esencias.
No hay otro camino sino el de pasar ardientemente por Mi Fuego que transmuta, Fuego Divino que los purifica y los libera, que los convierte en sublimes como consciencias que obran en la Tierra por los amados Planes de Dios.
Hoy, por primera vez, Mi Voz se extiende y se difunde a través de tres de Mis hijos para que puedan sentir con el corazón cómo son el Poder Misericordioso y el Amor de Mi Padre. Abriendo una vez más las puertas de los Cielos, Mi Corazón hoy los entrega, como lo he dicho, en los Brazos del Creador.
Anímense, Mis compañeros, a seguir el rumbo y el camino que dejan Mis Huellas para su retorno. Vean en este tiempo la Gracia Especial que los espera porque, en toda circunstancia, los amo, los conozco bien y entiendo el mundo interno de todos.
Permitan que el Amor de Mi Corazón, el que se manifiesta en algunos de Mis hijos, los pueda curar y fortalecer, animándolos a seguir adelante sin temor alguno. Recuerden que el sagrado tabernáculo de adoración es el poder de Mi Sacratísimo Corazón, Corazón que los alivia, Luz que los conduce y los renueva todos los días.
Bajo la Gracia de Dios, sean misericordiosos.
Gracias por recibirme hoy en sus espíritus.
Cristo Jesús, vuestro Redentor
Serénense en Mi Corazón porque dentro de Mi Alma hallarán el alivio y el verdadero consuelo que nadie podrá entregarles. Como Yo provengo de la Fuente del Amor, derramo ese Amor sobre las almas y sobre sus errores. En este tiempo, queridos Míos, quien se debilite por no confiar en Mi Misericordia, mucho deberá aprender.
Mi Constancia es para sostenerlos en todos los momentos de la vida, incluso en aquellos momentos en los que ustedes por sí solos, como personas, no pueden superar. Cuando Yo les hablo de la Fuente de los Prodigios, les hablo sobre el momento de Gracia que podrán vivir Conmigo.
Que hoy sus corazones no se cierren por las pruebas e indiferencias que existen entre las almas; deberán recordar que mientras estén en la Tierra habrá mucho que perdonar y purificar. Para entrar en el Reino de los Cielos deberán consagrarse como el pequeño corazón de un niño, donde no haya tristeza, falta de amor ni rivalidades entre las consciencias.
Podrán ver cómo es el corazón de un niño: puro, transparente, cristalino, simple, alegre y libre; eso es lo que ustedes a veces pierden en sus corazones por la interferencia de sus ideas, comprensiones y aspiraciones. Por eso el mundo está como está; es un mundo para redimir nuevamente y liberarlo de todas las indiferencias que no permiten manifestar el Amor de Dios entre las almas.
Intenten tener en estos momentos un corazón de niño y perciban desde ahí cómo están sus sentimientos más profundos, sobre todo aquellos que están guardados en la consciencia.
Me encuentro hoy con el desierto que muchos de Mis hijos están cruzando. Yo Soy el Manantial que los saciará por completo y que les dará la Vida para que a través de Mí se puedan renovar.
Ahora deberán aprender a vivir Mi Mensaje para que Mis Palabras no se tornen una teoría, sino un camino de transformación para sus corazones.
Bajo el Amor de Dios, sean humildes y hermanos.
Gracias por guardar y vivir Mis Palabras desde el corazón.
Cristo Jesús
Hijos:
Que hoy puedan descansar en la Fuente de Mi Misericordia, la que les quitará la sed.
Estoy con ustedes acompañando sus pasos, porque después de cada estado y prueba interna viene la victoria de poder trascenderse. Mis queridos, en un ciclo de purificación, permitan purificarse para que en el encuentro con el Padre puedan reafirmar sus votos con el Plan de Amor.
Los contemplo todos los días desde la oración. Los conduzco al igual que el marinero que dirige la barca hacia el Paraíso. Ustedes son Mis seguidores, Yo Soy su Pastor.
Bajo la Gracia de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús, el Redentor
Queridos hijos:
Como Señora de la Divina Defensa, hoy los llamo a orar por la protección de los Centros Marianos, y en especial por Mi Centro Mariano Nacional de Luján que en estos días ha vivido situaciones límite.
Por eso, hijos Míos, con la bandera de la paz en Mis manos, Yo los invito a peregrinar, por amor, hacia los hogares más necesitados de esa región y, a través del servicio y la donación, suplir lo que Mis hijos de la región de Luján necesiten.
Queridos hijos, Mis Centros Marianos están en vuestras manos, y Dios contempla la honorable Gracia que todos Mis hijos pueden ofrecer y realizar a través del servicio de ayuda y de oración a los más necesitados. Hoy no solo los invito a la oración, también a servir en el final de estos tiempos.
Mi Hijo los llama a ser misericordiosos y ya llegó la hora de entregar todo al Señor por la salvación de las almas.
Hijos de Mi Hijo Jesús, ovejas de Su amoroso rebaño, como Madre Universal y Madre del Perpetuo Socorro los estoy llamando a orar por los Centros de Paz y también a servir, de manera abnegada y verdadera, a Mis hijos que, durante estos días, han sufrido las consecuencias de la inundación en sus hogares y familias, pero sobre todo en el interior del corazón.
Con reverencia, los llamo a tomar consciencia y a colaborar con Mi tarea universal de salvación.
Queridos hijos, Mi Manto Protector de Misericordia y Amor está sobre ustedes. Oro por ustedes perpetuamente. Oro por ustedes pidiendo a Dios por vuestra salvación, pidiendo Su Misericordia. El tiempo corre rápido y la humanidad debe orar más para impedir acontecimientos irreparables.
Por eso, hijos Míos, estoy con ustedes caminando como Madre, paso a paso, a vuestro lado y como Guardiana de la Fe para vuestros corazones.
Queridos hijos, estamos en el tiempo de la purificación de la mente y del corazón, por eso, los invito a orar sinceramente porque así estarán resguardados bajo Mi Luz Maternal.
Queridos hijos, abriendo Mis brazos para socorrer a todas las almas, en especial al Santuario de Luján, les pido, en este día, que peregrinen sirviendo a Dios y donando vuestro amor a los hermanos, fieles devotos de Mi Inmaculado Corazón.
Les pido que vayan en estos días a Luján a llevar el Amor de Mi Hijo Resucitado y también para que vuestras manos donen caridad y humildad a los que han sido afectados por el temporal que se desencadenó sobre esa región.
Queridos hijos, dos tareas tendrán para cumplir ante Dios:
- Servir a los hermanos de Luján y orar con ellos para que los corazones de Mis hijos sean reparados. Les agradeceré por contestar a este importante llamado.
- Encontrarse Conmigo en Mi Aparición mensual que se realizará, este mes, en la ciudad de Buenos Aires, el día 3 a las 19.30, cuando Mi Corazón Maternal preparará vuestros corazones y vuestras manos para que vayan a servir a Luján en nombre de Cristo. Esta tarea de servicio se extenderá hasta que vuestro corazón se los indique.
Queridos hijos, ¿Me ayudarán?
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Señora de la Divina Defensa
Mi Corazón Materno llega a vuestras vidas para aliviarlos de todo dolor, sufrimiento e incomprensión. El Sagrado Corazón de Mi Hijo llega a vuestras vidas para redimirlos y para conducirlos hacia el camino de la salvación.
Queridos hijos, llamando nuevamente a cada una de vuestras vidas, hoy, el Señor les pide que purifiquen vuestros corazones de cualquier sentimiento que no pertenezca a la Luz, porque si así lo hicieran mediante el ejercicio de oración, vuestras almas estarían ayudando a aliviar la gran ira que vive parte de la humanidad. Este es un sentimiento que distancia a los corazones del Único, del amoroso Corazón de Dios.
Por eso, mis pequeños, que sus corazones sean corazones de niños: puros, cristalinos y verdaderos, corazones que, renovados en Jesús, amen nuevamente creando así un puente de paz entre el Cielo y la Tierra, uniendo el Divino Espíritu de Dios con el pequeño espíritu de cada uno de Mis hijos.
Queridos hijos, un camino para que vuestros corazones se curen es imitar al pequeño y Divino Niño Jesús que, con Su pureza e inocencia, fue quien transmitió a la humanidad la esencia del Verdadero Amor. El pequeño Niño Jesús dejó sobre este mundo el Espíritu del Amor de Dios a través de Su entrega por cada uno de ustedes.
Ese es el amor que quiero que Mis hijos cultiven en sus corazones; ese es el amor que emana del Sagrado Corazón constantemente. Es el amor que dona Jesús sin cansarse, amor tan compasivo; Él mismo consagró a cada uno de ustedes a la esencia del Amor de Mi Inmaculado Corazón.
Reitero, hijos Míos, que cuando les hablo de ser como pequeños niños es para que, con esa actitud, purifiquen la ira que se vive en el mundo; si ustedes se renovaran en el espíritu de amor, la humanidad podría recibir la Gracia de la Compasión.
Queridos hijos, como Mediadora, los llamo a orar, a orar por la paz en la mente y en el corazón de cada uno de Mis hijos. Yo estaré, una vez más, agradecida por vuestra correspondencia para con los Planes del Creador.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Abracen fuerte el llamado a la conversión que Mi Inmaculado Corazón pronuncia para cada una de vuestras vidas. Reconozcan, queridos hijos, que la conversión se realizará mediante el ejercicio de la oración del corazón. Vivan siempre en la aspiración a una vida dentro de las Leyes del Señor. Que vuestro espíritu y vuestra pequeña alma permanezcan en ese Reino y que nada permita hacerlos descender de él.
Queridos hijos, Mi Voz Maternal los llama mes a mes para recordarles la importancia de la conversión que debe manifestarse en vuestros pensamientos, en vuestros sentimientos y, sobre todo, en vuestra vida esencial. Y eso se iniciará a través del camino de oración.
Yo quiero llevarlos a vivir en la Presencia Divina que se llama Amor en el Corazón. Pequeños Míos, para recibir esa Gracia Celestial del Amor Divino, ustedes deben sentir y actuar en el nombre de ese Amor para que, fortalecidos por la oración, puedan ayudar a muchos de Mis hijos que pierden esa Esencia Primordial de Dios.
Asimismo, queridos hijos, ustedes verán cómo se ve el mundo desde el Universo de Dios y verán también la gran separación que existe entre las almas y Mi Hijo. Él les muestra el camino hacia lo nuevo, lo Sagrado y lo Divino. Por eso, oren y no dejen de orar para ayudar a todos aquellos que necesitan, en este tiempo definitivo, vivir en ese Amor Divino.
Hijos Míos, supliquen, aspiren a vivir en la esencia de ese Amor, entonces, vuestra vida estará en Dios, será reparada, y se borrará cualquier dolor de vuestros corazones.
En alegría, purifiquen sus sentimientos y acepten Mis brazos para que la Luz de Mi Corazón Maternal les ilumine el camino hacia la redención. El Amor de Dios debe ser la premisa de oración para todos Mis hijos porque en ese Amor ustedes hallarán la Paz Celestial.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Cuando vivan en la Voluntad del Padre reconocerán, mediante la oración, la inmensidad de obras de Amor, Piedad y Misericordia que Él realiza en todo este mundo.
Cuando vivan en la Voluntad del Señor, reconocerán vuestras preferencias y vuestras metas y sabrán cuál de ellas purificar.
Cuando vivan en la Voluntad de Dios, sentirán lo que es el Bien, para que, imitándolo, también vuestras vidas conduzcan a otras almas.
Cuando vivan en la voluntad de Mi Hijo, reconocerán a quien con tanto amor les habla día a día y podrán dar valor a todo lo que les fue entregado a vuestros corazones.
Cuando muchos de Mis hijos vivan en la Voluntad del Padre, reconocerán Mis mensajes y darán garantía por toda la instrucción maternal entregada mes a mes.
Cuando la humanidad viva en la Voluntad del Espíritu Santo, todos sabrán dónde se encuentran y que en este momento son invitados a recorrer el nuevo sendero de Cristo.
Cuando los corazones vivan en la Voluntad de Dios, ellos podrán entregar la vida en las Manos del Creador y dejarán de controlar la propia vida; esto permitirá que Dios exprese Su Universo en cada uno de Sus hijos.
Mis hijos, si la humanidad ya viviera en la Voluntad del Señor, acabaría el conflicto en el mundo y estaría presente la Paz Celestial, no habría división entre las familias y solo reinaría la unidad; se construiría todo de nuevo para que Dios se hiciera presente en el corazón de Sus hijos.
Pero aún, queridos hijos, las almas no viven en la Voluntad de Dios porque temen por lo que el Amor, el Dios Eterno, pueda aspirar a hacer en cada esencia. Si la humanidad ya estuviera en la Voluntad del Señor los planes mudarían, y la Divina Misericordia sería la Luz expandida en todos los rincones de este mundo.
Mientras las almas no viven en la Divina Voluntad de Dios, Yo les pido constante oración para que el alma reconozca el camino que está siendo llamada a recorrer, el camino del Amor Redentor.
Ustedes, Mis pequeños, pueden aspirar a vivir en esa insondable Voluntad de Dios, porque ese sentimiento agradará al Corazón de Dios y Me ayudarán en esta misión de la Reina de la Paz.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
No temas estar delante de Dios, Él te ama. Mi Hijo te contempla y Yo te protejo bajo Mi Manto protector.
Dios conoce tus destrezas y virtudes, Cristo sabe del poder de los talentos y Mi Corazón auxilia a todos aquellos que, con amor en el corazón, Me llaman.
Por eso, queridos hijos, que hoy prevalezca dentro de ustedes la alegría de vivir en Dios y de donarse a Dios. Toda falta que el mundo comete puede ser perdonada. Por eso, ya no miren hacia atrás, vean la esperanza celestial que surge en el horizonte.
Solo dejen sus corazones abiertos para que el Espíritu Santo los pueda colmar y purificar. Es necesario, hijos Míos, mantener el corazón puro para que el sentimiento y el pensamiento delante del Padre sean puros. No se aflijan por cuánto ustedes ven que les queda por transformar aún; la vida de consagración es eterna y todo comienza ahora.
Sean portadores de la alegría de Mi Corazón Maternal, pues el mundo necesita de alivio y ustedes pueden ayudar con la oración. Eleven la consciencia hasta la Puerta de los Cielos y pidan con compasión por Misericordia. Mi Hijo los escuchará porque aún Sus Rayos están sobre el mundo.
Construyan con sus manos el puente hacia la oración del corazón.
Si han caído, Yo los levantaré.
Si se han desanimado sus corazones, Yo los alegraré.
Dios es todo para sus vidas. Dios es Amor y es Verdad para sus corazones.
Hoy, quédense en Jesús porque Su Sagrado Corazón los aliviará y los reparará con Su compasión.
Acepten el tiempo de Misericordia que aún queda y sean valientes soldados orantes dispuestos a consagrar la vida al Dios del Amor, el Único para todos.
Yo escucho sus oraciones cuando ellas nacen desde la esencia del corazón.
Levántense, como dijo Jesús, y no desfallezcan.
Sean espíritus en transformación.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Como Madre de las Gracias Eternas quiero, en el final de estos tiempos, convertir sus corazones en corazones renovados por el Amor Glorioso de Dios porque Mi Inmaculado Corazón lo promete.
Queridos hijos, muchos sufrimientos invaden la pureza de los corazones. Para poder restaurarlos, hoy les pido que oren, que oren con el amor de vuestros corazones para que Dios Creador pueda escucharlos como humanidad. Si las almas no oran por otras almas más necesitadas, las Gracias Inagotables de Mi Corazón no podrán ser derramadas sobre aquellos hijos que, con urgencia, necesitan de ellas.
Por eso, hijos Míos, estamos en el tiempo de la purificación de los sentimientos y de los pensamientos, aquellos que no corresponden a la Ley Única del Amor Universal. Como la acumulación de sentimientos aumenta en todo el mundo, les pido que oren con el corazón, pues así podré colocar a todas las criaturas bajo el manantial reparador y redentor de la Divina Misericordia de Mi Hijo.
Los Rayos de la Piedad y de la Misericordia de Jesús están todavía entre ustedes y sobre toda la humanidad. Pero muchos olvidan cuán importantes son estas Gracias, y el enemigo consigue alejarlos de la fuente de esas Gracias.
Por eso, como Guardiana de los Corazones, hoy los invito a reverenciar el Sagrado Corazón de Jesús. Él, en Sus manos de Luz, lleva la espada de la Redención que podrá cortar y liberar todos los males.
Ustedes, queridos hijos, podrán ser los servidores e instrumentos de Dios que, en consciencia, intercedan en oración y con amor por todas las almas.
Recuerden que el ayuno, como oferta, ayuda en el descenso de una Gracia Especial para las almas del Purgatorio.
La Realidad y la Verdad se aproximan a la vida de todos Mis hijos; la Ley del Amor de Dios está disponible para aquellos que, como Jesús, quieran aprender a amar como Cristo amó en la cruz.
Enciendan en vuestros corazones Mi esperanza por la salvación de todos.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Como Señora de los Dolores, pido a Dios por todos Mis hijos para que Mi Inmaculado Corazón pueda interceder por ellos. Hoy les pido más oración con el corazón para que Dios Padre escuche Mis súplicas por el mundo.
Quien no vive la conversión de la vida, ¿cómo podrá sobrellevar los cambios que llegarán para la purificación de las almas?
Recuerden, hijos Míos, que en la contemplación y en la renuncia desde el corazón encontrarán los verdaderos misterios de la Voluntad del Padre que aún la humanidad no puede vivir.
Mi Corazón los quiere llevar cada día hasta la Presencia de Mi Hijo para que ustedes, imitando las bienaventuranzas del Pastor, puedan disolver a través del amor fraterno el gran mal que vive este mundo.
De época en época, Mi Inmaculado Corazón trae un mensaje para la conversión de todos. Por eso, en este tiempo, la conversión y el desprendimiento de todas las faltas –a través de la oración verdadera del corazón– les permitirán vivir la reconciliación con el Señor.
Queridos hijos, traigo en Mi Rostro una lágrima que muestra el dolor por esta humanidad; aguardo en la esperanza que Mis hijos distantes de Dios se puedan aproximar a Él. Oro por todos ellos y los coloco más cerca de Mi Espíritu Maternal para que alcancen la redención y la conversión.
Aún la humanidad deberá vivir actos de profunda humildad para poder aliviar las ofensas que recibe el Corazón de Dios. Por esto, Mis hijos orantes podrán aliviar el Corazón del Padre a través de la unidad entre las almas, el amor entre los corazones y la paz en todos los hogares de la Tierra; esto ayudará en la conversión de muchos hijos que la necesitan.
El tiempo del llamado es ahora, por eso, hijitos, ¡redímanse! ¡redímanse! Rediman lo que aún no han redimido para poder así desagraviar al Padre por tantas ofensas que Él recibe del mundo.
Sean alegres para que sus corazones se aproximen a la pureza.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Si la humanidad viviera los preceptos de Dios, es decir, los Mandamientos, el mundo sería otro. Por eso, queridos hijos, Mi Corazón está presente en cada uno de ustedes porque, como humanidad, necesitan de las Gracias y del Amor de Mi Corazón Maternal.
Hijos Míos, hoy los llamo a renovar la devoción a Mi Inmaculado Corazón y sí así lo hicieren, pequeños hijos, Dios, la Fuente del Amor, actuará a través de Mi Hijo que ya ha resucitado y a través de Mí, la Madre Universal.
Hoy los quiero llevar a todos hacia el verdadero sentimiento de la oración, que debe ser primordial e importante en cada una de sus vidas y en este tiempo de cambios que están viviendo en el mundo.
Hoy también, como lo ha hecho Mi Hijo, Yo extiendo Mis brazos de paz para quienes acepten vivir Mi llamado como una misión grupal e individual para cada uno de sus corazones.
Sepan, queridos hijos, que Mi voz se anuncia al mundo en este tiempo de purificación. Por eso, Yo los invito a reunir las fuerzas de sus corazones en la unidad y en la paz. Así estos atributos elevarán más aún a la humanidad hacia el Reino de Dios y ustedes, como almas, estarán unidos a Mí.
Cuando Yo les digo: Gracias por responder a Mi llamado, es para que sepan que Mi Corazón Maternal e Inmaculado está abrazando a muchas almas que ustedes desconocen y que viven en este mundo. Esas almas necesitan de Mi Corazón porque si Mi Corazón no estuviera entre ustedes como humanidad, muchos Planes de Paz que Mi Corazón difunde no se podrían cumplir.
Por eso, hijos Míos, Yo los llevo diariamente en Mi Corazón y hoy les digo de nuevo: Gracias por responder a Mi llamado.
¡Paz! ¡Paz! ¡Paz para todos!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
El enemigo quiere derribar Mis Planes de Paz. Por eso, queridos hijos, cuento con cada una de sus oraciones. Eso permitirá que la Luz de Mi Inmaculado Corazón siga siendo derramada sobre el mundo. Vivan en Mi Paz, hijos Míos, y no se permitan más ofender a Dios. Abran sus corazones para que Mis Rayos de Gracia y de Misericordia los purifiquen.
Mis pequeños niños, no teman por cuanto aún no pueden resolver; si confían en el Propósito del Padre podrán ser conducidos hacia la Luz de Dios.
Queridos hijos, Mi Inmaculado Corazón debe ser el puente, para sus vidas, que los acerque más hacia Mi Hijo. Mientras el mundo aún no escucha la voz de la Sierva Fiel de Dios, Yo les pido que oren. Oren con la verdad y la transparencia de vuestros corazones, porque si así fuera, Dios se servirá de cada uno de ustedes.
Hijos Míos, solo les basta vivir dentro de Mi Inmaculado Corazón porque así sus vidas se transformarán en llamas de paz que Mi Corazón esparcirá sobre el mundo. Para que eso suceda, queridos hijos, solo es necesario que sus corazones busquen vivir en la Pureza y en el Amor absoluto que Mi Hijo irradia a sus vidas.
Sepan, hijos Míos, que ya es tiempo de la conversión de sus corazones, corazones que forman parte de esta humanidad.
Conversión es vivir en oración. Conversión es redimirse. Conversión es aceptar el llamado de Dios.
Cuando caigan en falta con Dios, solo repitan con sus corazones:
Pedido de Redención al Padre Celestial
Señor Mío,
Dios Mío,
Padre del Universo Celestial,
redime mi corazón y purifica mi vida
para que absuelto por Tu Perdón,
reconozca que Tu Amor nos protege
y Tu Misericordiosa Paz nos reconcilia
con la Luz de Tu Glorificado Hijo.
Amén.
Queridos hijos, los acompaño desde cerca en esta Pascua Redentora de Cristo.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Hoy alcen Sus brazos hacia el Reino Celestial de Mi Corazón para que sus corazones se puedan purificar. El alma que se entrega a la Voluntad del Padre, hijos Míos, es un alma que se dona y confía en el Verdadero Amor de Dios.
Queridos hijos, para que los cambios en la vida se manifiesten en estos tiempos finales, es necesario aceptar con valentía la conversión del corazón. Cuando hayan convertido el corazón sabrán que la fe se posó como una llama viva en sus vidas.
Queridos hijos, mientras una parte del mundo se apaga por no reconocer a Dios, Yo les pido oración continua para que Mi Inmaculado Corazón pueda auxiliar a todos los hijos del mundo. Para una mayor conversión del corazón, es necesario que los cambios de la vida se den a través de la consagración a Mi Inmaculado Corazón.
Por eso, queridos hijos, vivan el poder y la fuerza del corazón a través del amor para que la vida sea, cada día, un Templo Interior para Dios. El camino de la peregrinación en cada uno de ustedes debe llegar a lo profundo del alma; así la victoria del Amor de Mi Hijo tocará cada una de sus almas. Yo los aguardo en oración como caminantes y como corazones que a cada momento aspiran encontrar al Padre.
Queridos hijos, las almas olvidan con facilidad la Presencia del Padre Universal. Por este motivo, Yo estoy entre ustedes para que todos recuerden cuán importante es estar en el Señor. El Señor los guía. El Señor los conoce. El Señor los ama. Por eso, vivan el último tiempo de la Misericordia.
El mundo clama por conversión pero no sabe cómo comenzar a vivir su propia rehabilitación. Yo los invito a contemplar la oración desde el punto más elevado del corazón. Allí Me encontrarán convirtiendo al mundo y a las almas a través de Mi Inmaculado Amor.
Gracias por responder a Mi llamado.
Sabiduría para sus corazones.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más