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Comenzó el trabajo rezando la oración a la Madre Universal.
Luego de una hora de oración, Madre Shimani entonó el “Ave María”, anunciando la aproximación de Nuestra Señora.
Mientras todos seguían en oración, Fray Elías se colocó de pie y se aproximó al árbol donde apareció la Madre Celestial. Permaneció allí por un tiempo y luego regresó al lugar donde estaba sentado.
En determinado momento se hizo un profundo silencio y Fray Elías relató lo que sucedió.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Mientras orábamos, la Señora apareció vestida de blanco y en el centro de Su Pecho resplandecía un Corazón rojo. Ella continuó orando con nosotros por un largo tiempo, hasta que pidió que me aproximara.
Dijo que hoy quería vernos orar nuevamente las 150 cuentas del Ave Luminosa. En el momento que decía esas Palabras, detrás de Ella aparecían almas que se iban elevando a través de canales de Luz que se proyectaban hacia el cielo.
Después preguntó por qué no habíamos plantado las rosas y las flores, ya que las flores y las rosas no eran un símbolo para que Ella se venerara a Sí misma, sino que las flores tienen como símbolo hacer florecer a las almas.
Entonces, pidió que un grupo de seres femeninos planten, esta tarde, las flores mientras oran. Ella dijo que lo acompañará en esa tarea.
Después, dijo que ve a muchos corazones que aún están cerrados y que eso a Ella no le importaba porque conseguirá reinar en esos corazones. Para eso, nos pidió que nos preparáramos mediante la oración del Ave Luminosa, de las 150 cuentas, durante esta tarde, porque Su manifestación durante la noche será más fuerte. Ella nos pidió que nos preparemos para ese encuentro.
Mientras hablaba, continuaba orando con nosotros. Al final, le preguntamos qué más quería en ese momento, Ella nos dijo:
“No quiero nada más, solo que sigamos orando”.
Al final, le preguntamos por el “Acolhimento da Esperança”(1) de la Casa Luz de la Colina, si Ella tenía algo que decirnos al respecto de esa tarea. Entonces, nos respondió:
"Ustedes no se están dando cuenta, están cerrando las puertas. Deben abrirlas para que también el enemigo pueda entrar y pueda ser amado. Abrirles las puertas a todos, todos".
Eso fue lo que Ella nos dijo, y después desapareció.
Para finalizar el encuentro se rezaron algunas cuentas de la oración “Ave Luminosa”.
(1) "Acolhimento da Esperança": Es un área de Figueira destinada al cuidado de enfermos de diferente tipo y gravedad.
Algunas horas después, el grupo se reunió nuevamente en la Colina de las Apariciones para esperar en oración a la Reina del Cielo. Como en los días anteriores, se rezó la oración “Madre Universal”.
Después de una hora de oración, el coral entonó “Oferta a la Madre” y durante el cántico Ella apareció sobre el árbol.
Fray Elías se aproximó y, cuando se instaló el silencio, comenzó a transmitir Sus Palabras.
El mundo encontrará la paz cuando los corazones quieran vivir la paz.
Hoy, vine a proclamar Mi Fe.
Queridos Míos, les traigo, desde los Cielos, la Bendita Misericordia para que sus corazones se nutran de ella.
Yo Soy la Reina de la Piedad en el fin de este tiempo.
Ahora, cuenta lo que has visto y lo que te he dicho.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Mientras orábamos, aparecieron en el cielo tres aros de estrellas, aros concéntricos que parecían un portal. Desde el centro de esos aros, emergieron algunos seres angélicos. Uno de ellos llevaba una gran caja de Luz y anunció que era el Arca de la Santa Alianza.
Ese ángel se acercó, descendió hasta nosotros y nos dijo lo que el Arca significaba, después se elevó.
En otro momento, más tarde, apareció a la izquierda del árbol el Padre Pío, que en sus manos llevaba guantes, como los que en vida cubrían sus estigmas. Él nos bendijo. A la derecha del árbol apareció San José, el esposo de María. Padre Pío y San José se reunieron frente al árbol y observaron lo que sucedía en las alturas, en lo alto del cielo.
Entonces, la Madre apareció vestida con una túnica rosada y un manto blanco, Su Rostro era luminoso y claro, como también lo eran Sus Pies, que llevaban una rosa celeste sobre cada uno.
Tenía en Su Cintura una cinta color plata, y Su Aura blanca irradiaba mucha Luz. Sobre Su Cabeza vi la corona de estrellas y un canal de Luz que venía desde lo Alto, un canal de energía celeste.
A los pies del árbol había siete ángeles y cada uno llevaba una antorcha encendida en sus manos.
Estos son los siete Aspectos de Dios, los siete Principios para la Nueva Tierra.
Queridos Míos, hoy les traigo la Paz de Mi Corazón Maternal para que renazcan en sus vidas, para que no pierdan la alianza Conmigo y para que se unan a Mi Inmaculada Faz de oración.
Gracias por haber respondido al llamado durante este día.
Hoy, les traigo Mi Luz Mayor a sus corazones, a aquellos que quieran escuchar nuevamente estas simples Palabras.
Gracias por haber plantado este jardín. La Luz de Mi Corazón desciende sobre estas flores porque Yo Soy Pura e Inmaculada. Quiero que ustedes imiten esta pureza, que llevan en sus corazones dormidos.
Para alcanzar la pureza se debe vivir en humildad; es un gran paso para la vida terrestre. Pero lo importante, hijos Míos, es que están a tiempo de poder ir a ese encuentro, hacia ese camino donde Yo estoy.
Hoy, Me colocaré como Ave Protectora sobre un grupo de consciencias como lo he hecho durante todos estos días, hasta el día 25 de este mes. Esto preparará a los grupos que vendrán después, en noviembre, para encontrarme otra vez.
Si han visto pasar sobre ustedes el Arca de la Alianza, es señal de que el Señor está cerca y los está llamando.
Pero para descubrir los misterios, estos deben ser amados y así ellos se abren al conocimiento. Lo importante es crear fuentes permanentes de oración en este mundo dolorido, para que Mi Corazón triunfe en todas las naciones de América, Europa y Oriente.
Oceanía será la última región donde triunfará Mi Corazón, continente que se unirá en oración al fin de los tiempos, en fidelidad; pero América debe renovar el compromiso Conmigo, como lo hizo en Guadalupe.
Ahora, Yo estoy aquí para los que crean en Mí, pues este es Mi último llamado para renovar la vida de los corazones y para que Yo pueda cicatrizar las heridas con Mi Misericordia, Misericordia que brota de la Fuente y que se une al Corazón de Cristo, Mi Hijo. Antes de que Él llegue, Yo ya estoy aquí anunciándolo.
Quiero despertar las células de sus corazones para que promuevan Mi oración, que es necesaria para salvar a las almas que no encuentran descanso ni refugio y que sufren más que ustedes. Como ya lo he dicho, Yo estoy aquí nuevamente mientras haya almas que aguardan Mi rescate.
Hoy, abro Mis Brazos para bendecirlos y extiendo Mis Manos para que las tomen y se unan a Mi Inmaculada Concepción, que es la Fuente principal del bautismo espiritual de los que deben volver a nacer en unión con Dios, en reconciliación con el Señor, con el universo, con la vida, con sus hermanos.
Como estamos en un tiempo de cierre, Yo vendré aquí hasta el día 25, a anunciarles que confío en ustedes, para que puedan responderle a Mi Voz, que es mayor que sus corazones. Aquel corazón que se nutra con Mi oración, estará en Mí y Yo en él para que pueda vivir la paz y llevar Mi Paz a los que necesitan ser irradiados por este principio universal.
Si hoy les hablo de la Paz, es porque es necesaria, es la fortaleza que se une a la Luz que le da brillo especial a la vida.
El alma encuentra al Señor cuando se dispone a unirse a Él sin juicios.
Saben que el Juicio Divino está llegando a toda la humanidad y aquellos, que se animen y se lancen a Mi Corazón, podrán encontrar equilibrio en el fin de este tiempo. Sepan, hijos Míos, que esta es Mi tarea como Madre Inmaculada, como Corazón Resplandeciente que una vez estuvo aquí en la Tierra aprendiendo a llevar la experiencia de la vida hacia otros universos, donde el Señor Me aguardaba, Quien Me preparó para retornar Glorificada.
Todos saben que Mi Asunción a los Cielos fue verdad, en Cuerpo y en Alma. Ninguna parte de Mí quedó sobre esta Tierra, porque Mi Esencia debía ir unida para responder al Gran Llamado de socorrer a los corazones en estos últimos siglos que han pasado.
Por eso, hoy estoy aquí y en Medjugorje, llevando el mismo Mensaje de Paz a diferentes consciencias, llevando Mi Luz a los diferentes corazones y abriéndoles las puertas, las últimas puertas, a aquellos que quieran entrar a Mi Reino de Paz.
Después del día 25 pase, vivirán un ciclo de meditación y reflexión, porque no solo Me estarán respondiendo, sino también al Señor, que los observa desde antes de su existencia como carne y como alma.
¿Qué harán con todo lo que están recibiendo?
Por más que no Me hayan visto, saben que Yo estoy en sus corazones, observando cada intención; pues una Sabia Madre socorre a los niños que pueden caer a los barrancos y a los abismos. Allí, Yo les extiendo Mi Manto para que se sostengan fuertemente y puedan traspasar las barreras de esta materia.
Mi Esencia ama a toda la Creación y manifestación del Señor.
Sabemos, hijos Míos, que estamos en tiempos de redención y estoy abriendo la puerta de los Cielos para que todos puedan entrar, aquellos que creen y aquellos que no creen, aquellos que sienten y aquellos que no sienten, aquellos que comprenden y aquellos que no comprenden Mi Mensaje de Paz.
Ahora, Me elevaré a las alturas para bendecir a más corazones. Y tengan presente, queridos Míos, que sus oraciones resuenan en los Cielos del universo. Ese mismo universo responderá en sus vidas para aquellos que busquen la Verdad que brota desde el corazón, que nace de cada esencia en donde no existe el mal.
Las batallas prosiguen, y deben afianzarse en la oración porque están en un ciclo de oración Conmigo, como ustedes ya han vivido en otros ciclos.
¿Y ahora, qué harán con lo que les estoy diciendo? ¿Qué harán con todo lo que les he entregado durante estos días y los días que restan hasta el 25?
Solo les puedo decir que Mi Voz ha descendido a sus corazones, abiertos o no a Mi Luz Maternal. Sepan, hijos Míos, que Mi Voz está pasando como la Voz del Señor, para los que la quieran escuchar y nutrirse con una nueva Luz curadora.
Encuentren en Mi Corazón todo el descanso que necesitan y acepten los sacrificios por el mundo, por sus hermanos, por la paz y la redención.
Ustedes están siendo rehabilitados en sus corazones, y ahora deben darle una oportunidad a sus hermanos que viven sumergidos en la ilusión y en la oscuridad del alma. Ha llegado la hora de expandir la luz de la oración, para que Yo pueda alzar a los que están caídos, como alguna vez lo han estado ustedes.
Sepan que el alma que toca con sus rodillas el suelo y coloca su cabeza sobre Mi Manto, estará protegida por su humildad y compasión. Es hora de que brote desde sus corazones todo lo que han aprendido a lo largo de estos 30 años.
La preparación ya ha pasado; es hora de la acción, de la verdadera misión crística en el fin de este tiempo.
Los rebaños se están volviendo a agrupar en oración y por sintonía, pero deben dejar entrar a los rebaños que están perdidos, porque Yo los conduciré hacia ustedes. Sepan que Yo los estoy enviando, en este último ciclo, para que los acojan, los resguarden y los amparen.
Hoy en especial, llevo Mi Paz a todos los niños que representan a Mi Pureza Original, una vez concebida como María, la Madre del Mesías. Deben proteger y enseñar a orar a los niños, porque ellos tienen una tarea Conmigo, la de difundir Mi Luz en este mundo.
En la simplicidad se encuentra el gran camino hacia los Cielos, imiten al que Yo he recorrido desde hace siglos.
Ahora, Yo estoy aquí entre ustedes, acompañándolos con Mi Paz y dándoles Mi Paz para que puedan caminar en estos cambios que Yo, desde los Cielos, les traigo en este Centro de Amor.
Sepan, queridos Míos, que el universo es único y que Yo Soy Única entre todas las criaturas.
Yo Soy la Inmaculada Madre de las consciencias, la Guardiana de los corazones, el Ave del Sol. Por eso, los invito a que oren siempre Conmigo, en cada momento, y cuando parezca que la oración decae por la pereza o el aburrimiento, recuerden todo lo que han recibido y coloquen la visión interna, del corazón, en aquellos que no tienen nada, en lo que está aconteciendo en este último tiempo.
Fue anunciado por Mí en Fátima una tercera guerra. ¿Será que recuerdan lo que Yo les he dicho?
Meditemos, el Señor nos pide que reflexionemos.
Abracemos la Luz que está llegando.
Oremos:
Bendita Tú eres, entre todas las criaturas,
porque fuiste concebida por una Gracia Mayor.
(tres veces)
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a repetir con Ella esta oración:
Salve, Madre del Mundo,
Guardiana del Amor.
(siete veces)
También la siguiente oración:
Salve, Madre del Mundo,
Guardiana del Amor,
Tu Luz en cada corazón.
Amén.
(cuatro veces)
Y la que sigue:
Salve, salve, salve, Señor.
(tres veces)
Y continúa:
Salve, salve, Salve, Señor,
Tu Mente Divina en cada corazón.
Amén.
(cinco veces)
Ella dice sonriendo:
¿Ustedes ven que simple es encender los corazones?
Es así como debemos orar: con amor y devoción, busquen esa llama.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ella va a bendecir a todos los presentes, pero en especial a un grupo de hermanos.
Mientras Fray Elías, Madre Shimani y Trigueirinho se desplazan hacia el lugar indicado por la Madre Divina, en donde dará la bendición, se ora la invocación a la Madre Universal. Luego se entona el “Ave María”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a sentir a Nuestra Señora sobre este grupo.
Ella se encendió como un Ser de Fuego y después se volvió hacia Su interior y nos mostró un gran orandio. Sobre Su Cabeza apareció una estrella y una media luna, y después con un pequeño lienzo, un pañuelo blanco, iba limpiando, iba borrando algunas cosas que había en las cabezas de los miembros de este grupo, como cuando una madre limpia a un niño pequeño.
Gracias por responder a Mi Voz.
Estoy contigo, con cada corazón, con cada ser.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Nuestra Señora dice que ahora responderá siete preguntas.
Se realizan las siente preguntas y transcribimos aquí lo que Ella respondió en la última.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Madre Divina responde que debemos sentirla en nuestras vidas y en nuestros corazones, más que en nuestros pensamientos. Esa es la meta que cada alma debe alcanzar. La propia alma que ora encuentra la respuesta cuando el Señor así lo quiere.
Para cerrar y en agradecimiento, se ora la oración a la Madre Universal por tres veces y se entona “Ave Luminosa”.
El grupo se reunió para subir, en procesión con velas, a la Colina de las Apariciones.
Después de un intenso trabajo de oración, Fray Elías se colocó de pie, y después del cántico “Ave Luminosa”, que encendió la devoción y la alegría en el interior de todos los presentes, se instaló una profunda quietud y un profundo silencio. Comenzó entonces la transmisión del Mensaje.
Por la señal de la Sagrada Cruz del universo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Antes de que el coral cantara, se percibió nítidamente que el cielo se abrió y apareció otro Cielo dentro de este.
Desde ese nuevo Cielo, descendió un grupo de ángeles, formando la imagen de un corazón. Ellos llevaban en sus manos llamas de fuego. En el centro de ese grupo de ángeles se manifestó una paloma blanca, que voló hacia la copa del árbol.
Más tarde, en lo más alto del árbol, comenzó a aparecer la Madre Divina. Nos irradió todo Su Amor y Su Compasión. Colocó Sus Manos en señal de oración y, luego las abrió, ofreciéndonos Su orandio.
Después, durante el cántico, descendió con el sonido de la melodía.
Yo amo la música cuando es una música que brota desde la esencia, desde el corazón, una música para el universo, una música para Dios.
Ahora, Ella está sobre el grupo que está en el primer nivel (1) y bajo Sus Pies hay una pequeña nube blanca. Viste un manto celeste y un vestido blanco con un cinturón azul y está pisando una media luna blanca.
Ha cambiado la imagen y ahora, debajo de Sus Pies, está la imagen del planeta. Sobre Su Cabeza lleva una sola estrella dorada que brilla, Su Rostro es rosado, casi transparente, y Sus Ojos claros están iluminados.
Lleva una llama de fuego entre Sus Manos, que sostiene a la altura de Su Corazón.
Vengan a Mí, Yo los busco.
Yo Soy la Reina del Mundo, la Madre de la Compasión y de la Verdad.
Yo los escucho, están en Mí y Yo en ustedes.
Lleven Mi Paz, lleven Mi Paz, lleven Mi Paz.
Yo los llamo a este encuentro para orar juntos por la luz del mundo. Esta es Mi última hora entre ustedes, corazones que hoy se abren para el reencuentro Conmigo.
Hoy, estoy sobre este grupo porque lo quiero bendecir, quiero bendecirlo una vez más con la Luz de Mi Corazón y ustedes, a su vez, bendecirán a sus hermanos que buscan descanso en el Amor y en la Paz.
Así de simple y verdadero, es encontrar el camino de la paz a través de Mí, para que esos hermanos que quieren encenderse como llamas Conmigo en esta última hora, vengan aquí.
En este momento se ora la “Oración a la Madre Universal” por algunas veces.
Yo Soy la Señora que cura las heridas, que da Luz a los corazones.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Madre Divina está ofreciendo una Corona de Rosas.
María pide que coloquemos una de las manos con la palma hacia arriba, Ella nos irradiará.
Quiere que entonemos por tres veces el cántico “Ave María”.
El grupo canta lo que se ha pedido y luego continúa la transmisión del Mensaje.
Escuchen el resonar de Mi Voz, Yo Soy la misma Madre de ayer y de hoy. Quiero que todos comprendan que están Conmigo, recorriendo cada uno su camino y aprendiendo cada uno en su escuela. Esperen recibir de Mí la Gran Luz que alumbrará en la oscuridad de este tiempo final.
Yo, la Madre de la Misericordia, pongo énfasis en el tiempo final, porque es la hora anterior al Retorno de Mi Hijo Glorificado. Quédense hoy con Mis ángeles una vez más y vean que en ustedes está naciendo la Gran Flor, que es Mi Esencia manifestada.
Hoy, el Señor nos pide que seamos humildes, que el mundo sea humilde para que pueda encontrar la Paz que Yo le estoy trayendo desde los Cielos. Por eso, les entrego Mi Corona de Rosas para que recuerden que Yo estuve aquí, asistiéndolos y acompañándolos.
Sé que todos tienen muchas cosas que decirme, pero primero debemos orar para aliviar sus corazones, porque como Madre sé que están cansados.
Ahora, sus corazones representan a los corazones del mundo entero, corazones sin luz o corazones con poca luz, corazones que están sin paz y sin alivio. Yo Soy el Recipiente que debe llenarse con las oraciones para saciar la sed de Cristo, que clama por las almas de este mundo.
Recuerden hoy las Palabras que Cristo, cuando joven, manifestó en el Templo. La Buena Nueva del Señor que se ha renovado de época en época para los que la quieren escuchar. Esta Buena Nueva, para la humanidad cansada, es vivir en comunión y en oración con Nosotros, desde el Reino Celestial hasta la Tierra.
Hago brotar sobre ustedes Mi Corazón, el mismo que ha despertado hace 30 años en Medjugorje.
Todos somos Uno, no hay dos. No es tiempo de separación, sino de unificación de las consciencias. Quien quiera aceptar este camino, Mi camino de la Paz, deberá transformarse como el árbol que pierde sus hojas y después florece y da nuevos frutos.
En el desierto, el descanso se encuentra en el Señor, que los espera desde hace tiempo para reencontrarlos en oración. El camino es simple. Si quieren, pueden imitarme como la Reina del Amor, la Protectora de las Almas, la Guardiana de los Corazones, la Concepción Divina, que le trae al mundo una nueva llama.
Esta llama no se deberá apagar, deberá mantenerse viva por las oraciones y por todos aquellos que se unan a Mí y que confíen en Mi camino como Inmaculada Madre. Les repito desde hace siglos las mismas Palabras para que sus corazones comprendan y reconozcan a Quién les habla.
Yo Soy Divina, pero también Soy igual a ustedes: simple de corazón y humilde en su profesión. Pues es así que se alcanzan los Cielos, que se está disponible para todos aquellos que quieran vivir en él cuando trasciendan este plano.
En este Reino de Amor existe la Paz, una Paz prometida a las almas, en él no hay sufrimiento. Por eso, con Cristo volvemos a este mundo para que las almas vean que la Luz existe para los que la quieren encontrar dentro de este caos.
La gran puerta de la Paz se está abriendo por un corto ciclo; pues Yo, como Madre de la Luz, he asumido ese principio de la Paz para que todos puedan avanzar en sus pasos de consagración hacia Mi Inmaculado Corazón.
Se entona el cántico “Ave María”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Al lado de la Madre, apareció un ángel que llevaba un gran cristal de Luz.
Este es Mi Reino, vengan a Mí, Yo los acompañaré.
Eso es todo lo que hoy les puedo decir.
Responderé siete preguntas, las respuestas brotarán de Mi Corazón.
Los escucho.
En ese momento se leen siete preguntas y la Madre Divina las responde, una a una.
Al final, Ella dice que responderá una octava pregunta por ser la Madre de las Gracias.
Ahora, volveré a Mi Reino para encontrarlos mañana.
Ya les he dicho lo que el Señor Me ha pedido.
Gracias por responder a Mi llamado.
En agradecimiento, se entona el “Ave María”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Cuando se elevó, manifestó un Gran Corazón que Ella abrazaba.
Finalmente, escribió en el cielo con letras de fuego la palabra “Paz”.
Se cierra el trabajo con el cántico “La Mujer que nos guía”.
(1) La Colina de las Apariciones tiene varios niveles donde las personas se pueden colocar para asistir a la Aparición.
Hoy, en el quinto día de apariciones, el grupo se reunió a las 11.00 para comenzar el trabajo de oración en la Colina de las Apariciones.
Madre Shimani hizo una pequeña introducción a la sintonía de oración.
Madre Shimani: Vamos a comenzar a organizar nuestras energías, buscando una integración perfecta, como lo hemos hecho todos estos días.
Les queremos avisar que probablemente desde esta noche vamos a tener sillas para sentarnos. Fue un pedido de la Madre Divina, para que todos estemos bien para recibirla. Nos estamos organizando para poder responder a este pedido, y les pedimos que todos hagan un esfuerzo, en este medio día, para recibirla.
Vamos a atraer hacia nuestro interior el amor infinito que nos está mostrando estos días, como nos lo ha demostrado siempre, y vamos a poner en nuestro corazón esas Gracias que estamos recibiendo, esas revelaciones que están siendo hechas, para que podamos estar más preparados para pasar por esta transición y comenzar este nuevo mundo que todos queremos.
Comienza el trabajo de oración mediante la oración a la Madre Universal.
Cerca de una hora después, Fray Elías se pone de pie anunciando la llegada de la Madre Celestial. Se pide silencio y entonces comienza la transmisión de lo que ha percibido.
Fray Elías: En el cielo se abrió una puerta de luz, donde hay un ángel tocando una campana. En el borde de la campana están escritas las palabras: “Ave Misericordiosa”. El ángel toca la campana, la que suena cada vez más fuerte, generando un eco en cada punto cardinal del planeta.
El cielo se está abriendo cada vez más, y se han delineado dos filas de ángeles que están encontradas. Estos seres de luz tocan trompetas doradas, las cuales se cruzan sobre ellos, abriendo un camino hacia lo Alto.
En este camino hacia lo Alto, se ha manifestando el Arcángel Rafael, un ser de luz con cabellos dorados y lacios hasta sus hombros, con ojos celestes y brillantes. Lleva un cetro en Su mano izquierda y abraza un libro con Su mano derecha. Proyecta una estrella de luz sobre Su pecho y en Sus pies hay nubes brillantes y blancas. Él dice:
¡Silencio, que la Gloria está descendiendo!
Silencio es oración, oración es Paz.
Recibamos a la Altísima y Venerable Madre, que viene desde los Reinos Superiores a vuestro encuentro.
En ese momento se tocan 33 campanadas.
Fray Elías: El Arcángel Rafael manifestó una balanza dorada de dos platos. A medida que se tocaban las campanas, Él iba colocando cuentas de oración en uno de los platos, intentando que esa balanza se mantuviera equilibrada.
Después se aproximó la presencia de la Madre Divina, que estaba rodeada de muchos ángeles que la alaban. Ella abrió Su Reino, el lugar donde Ella está y de donde viene. Lo está manifestando en este momento sobre el valle. Extendió también sobre el valle una gran corona de estrellas que proyectó desde Su cabeza.
Ella dijo que aunque ya ha aparecido, todavía no ha descendido desde los Cielos, porque está esperando que la alaben.
En este momento se entona el cántico “Ave María”.
Fray Elías: La Madre Divina dice:
Por el Poder que desciende desde los Cielos, en el Nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy vengo a pedirles que oren Conmigo la oración del Ave Luminosa por ciento cincuenta veces durante esta tarde, para preparar Mi llegada durante este día, Mi segunda llegada.
Quiero decirles algo: recuerden la Concepción que me fue entregada en la Sagrada Familia de Nazareth. Así deberán ser sus nuevos hijos, llenos del amor de Dios para esta etapa final que comienza.
Quiero decirles que nuestro Señor Cristo los lleva en Su Corazón por estar respondiendo a Mi llamado de la Paz.
En este día, quiero que oren por los que están perdidos, así estarán abriendo puertas hacia los Cielos para que todos sean salvos. Quiero pedirles que lleven Mi Corazón en sus corazones y que no teman por lo que está aconteciendo; persistan, háganlo por lo que vendrá.
Yo soy la Reina del Sol, el Ave Luminosa para sus vidas. Los invito a entrar dentro de Mi Reino donde vive la Eterna Paz, la Paz del Señor.
¿Como podrán entrar a Mi Reino, luminoso y perfecto, donde se vive la oración perpetua?
A través de la oración, esa será la escalera que nos unirá cuenta a cuenta.
Fray Elías: Ahora pasa entre Sus manos el orandio, cuenta por cuenta y nos dice:
Yo soy la Señora de la Misericordia, la que debe corresponder al Gran Llamado de Dios. Y ustedes, deben responder a Mis pequeños llamados, llamados que prepararán, a través de las oraciones, el camino nuevo que llegará.
Entréguenme sus pertenencias y renuncien a ideas mejores, así vivirán una Voluntad Mayor mediante la entrega que Yo aprendí como la Madre del Oriente.
Fray Elías: La Madre Divina ha aparecido con un manto verde y todo el manto tiene una franja de estrellas doradas que la rodean.
Ahora está tomando una estrella desde Su manto y nos la está ofreciendo, la colocó en la palma de Su mano izquierda.
La Madre Divina dice:
Lleven con ustedes Mi emblema de la Luz para que resuciten a los que están muertos a la vida del espíritu. El Señor me ha encomendado que correspondan a Mis oraciones para que se vierta la Paz en los que están caídos.
Dejen que los penetre Mi Fuego glorificado, para que todo se trascienda en la Paz y no existan fronteras entre ustedes y Yo.
Saben que Yo soy el Ave que abre los caminos de la luz para quienes los quieren recorrer en confianza y en plenitud a Mí. Déjense penetrar por ese fuego que hoy está llegando, para que la vida se renueve en el espíritu y alcancen la luz que están esperando.
Retomen el camino día a día, persistan en la oración y déjense curar a través de Mi Luz maternal y victoriosa, luz que desprende el mal de los corazones. Cuando los corazones caigan, Yo los levantaré, uno a uno, para que encuentren Mi Paz y me busquen.
Yo soy la Señora de la Eterna Oración y hoy los invito a estar en Mí, siempre orando. Si oran por el pedido que les encomendé para este día, las almas seguirán ascendiendo hacia Mi Reino. Algunas permanecen en otros reinos menores aguardando saldar las deudas que fueron asumidas en la vida material. Sus oraciones estarán correspondiendo a ésta, Mi tarea de salvación de mónadas y de almas, del llamado espíritu interior.
Se ora “Ave Luminosa” por algunas cuentas.
Fray Elías: La Madre Divina dice:
Yo los hago venir a esta hora porque Mi Fuego está en Su ápice y quema las partículas oscuras que deben trascender y transfigurarse en la Luz de Cristo. Esta es la hora de unión predilecta con el Creador dentro de este mundo y se hace más fuerte cuando oramos.
Madre Shimani: La Madre llama a todos los coralistas de Aurora y de Figueira para que se acerquen al círculo.
Fray Elías: La Madre dice:
Gracias, porque a través del canto se salva a las almas.
La Voluntad del Señor que está en los Cielos (Ella eleva Su mano derecha hacia arriba), es que ustedes hoy sean un solo coral, no un coral de la Tierra, un coral de los Cielos. Que responda a Mi Reino de la Paz y que lleve alivio a los corazones.
Lo importante no es componer, sino abrir los corazones. Esta es la hora de Mi Rescate y ustedes son invitados a responder a Mi Llamado, donde sea y como fuere, en este país o en otra nación, en el oriente o en el occidente, en un encuentro de almas o en el servicio a los más pobres.
Esa debe ser la llave para este tiempo: no sólo sostener la Luz de los Centros Planetarios, sino llevar la luz que ustedes están recibiendo de Mí y de los demás Seres Divinos (Jerarquías). Los Cielos son uno solo y ellos quieren poder penetrar en sus voces, para que en la humildad representen a Dios.
Recuerden Mi simplicidad como la Madre del Mesías, y sabrán qué hacer en cada momento. Yo los acojo a todos en Mi Corazón para esta tarea, una tarea más de este Plan Divino, de este Plan del Señor Dios.
Más que lograr una voz perfecta, es hora de que broten sus flores internas, porque así Mi Esencia llegará a ustedes para que la luz pueda obrar en este tiempo de rescate.
No teman por lo que encontrarán en sus caminos, cuando, como seres de la luz que son, se les presenten los llamados a los cuales sentirán responder o no. Sepan que Mi aparición aquí es para crear seres de luz en donación. Deben ir más allá de su unidad y encontrar la unidad Conmigo.
Yo soy la Gran Ave Cantora de estos tiempos, cuya Voz resuena para atraer la Paz al mundo, mundo que duerme, mundo que sufre. Por eso hoy les pido como voces de Dios, que como tarea lleven Mi Voz de la Paz por el mundo, antes que el tiempo final llegue.
No todos deberán ir, cada uno a su tiempo, en pequeños grupos, en donde se pueda unir Mi Amor a cada uno de sus corazones.
Mi primer llamado es África. Irán junto a la comunidad consagrada de esta Orden a la cual Yo también pertenezco como Madre de la criaturas. No les indico un tiempo, solo les indico que ahora es momento de actuar a través de Mi Corazón, desde donde siempre podrán tomar Mi Luz para llevarla a las almas.
Su tarea no será llevar el alimento del que carecen los seres, será aliviar el sufrimiento para que todos Mis hijos de este gran continente me encuentren en su última hora.
No coloquen sus pensamientos en lo que sucederá, solo respondan a la Patrona que los guiará, porque así Yo guío a muchos de Mis hijos en las diferentes fases del servicio, los que deben volver a nacer desde su punto original, desde el tiempo en que Yo estuve sobre el suelo de esta Tierra.
Canten y colmen sus corazones con la Gloria que está descendiendo, como único camino para el fin de este ciclo. No piensen en lo que vendrá sino en lo que debe suceder ahora, pues mientras ustedes están aquí de pie escuchándome, hay almas que sufren y Yo estoy aquí con ustedes, salvando almas con Mis predilectas oraciones, oraciones que vienen del Señor, cuando Yo abro los Cielos para llegar aquí.
Gracias por responder a Mi Llamado.
Todos agradecen cantando “La Mujer que nos guía”.
En el atardecer de este cuarto día de apariciones, el grupo se reunió una hora antes de la hora marcada para el encuentro con la Madre Divina.
Como todas las noches, subieron a la Colina de las Apariciones en procesión con velas.
Se comenzó orando la “Oración a la Madre Universal”. En cierto momento, simultáneamente con la oración, se escuchó el “Ave María” anunciado la próxima llegada de la Madre Divina.
Poco después, Fray Elías se colocó de pie y se aproximó al árbol de las apariciones, donde la Madre Divina apareció. Se pidió guardar silencio y comenzó la transmisión del mensaje.
Fray Elías: La Madre Celestial, María, está presente desde hace un tiempo y quiere que relate lo que he visto.
Antes de Ella aparecer, se manifestó el Ángel de la Reverberación de la Paz.
Después, por una escalera blanca la Madre Divina descendió y recorrió las diferentes partes del árbol.
En este momento se hace un silencio, y comienza a soplar una suave y refrescante brisa.
Fray Elías: La Madre Divina dijo:
Sientan la brisa de Mi Corazón.
Fray Elías: Ella está plenamente manifestada, junto a quien fue Su madre cuando estuvo en la Tierra, Ana.
También aparecieron al rededor del árbol doce ángeles, seres de luz que tenían una forma casi humana.
Ella hoy aparece con un vestido color rosado brillante y un manto celeste. Su rostro brilla y Sus ojos también; apoya Sus pies en una de las ramas del árbol. Las flores de Sus pies son de color celestes.
Ella dijo que Dios se comunica con los corazones abiertos y que Él está alegre con nuestras oraciones. Dijo que continuemos orando, que Ella aparecerá hasta el día 15 en este horario y todos los mediodía.
Dijo que a partir del día 15 al 25 de septiembre, también aparecerá, porque el Señor se lo ha encomendado. Que a partir del día 15 hasta el último día, el 25 de septiembre, aparecerá a mediodía, día por medio.
También dijo que el día 15 se cumple un ciclo, y por eso aparecerá al mediodía también.
La Madre Divina dice:
Hoy estoy aquí sosteniendo al mundo entre ustedes y sus corazones. Hoy vengo a pedirles que vigilen durante esta noche en el silencio de la oración, en unión interna Conmigo, para que los ángeles puedan descender y obrar en los lugares oscuros.
Este es un Centro de Amor y de Luz construido por los esfuerzos de los pioneros; así fue la gran obra que ocurrió desde Nazareth hasta Jerusalén, junto a Mi Hijo, a José, a Ana y Joaquín. Recuerden el pasaje de Mi alabanza al Señor en la visitación a Mi prima Isabel, hoy Santa entre Santas.
Todo lo aprendido sobre ese suelo, fue colocado en los Centros de Amor, los cuales guardan las llaves para el fin de este tiempo.
Hoy vengo a pedirles que coloquen sus corazones sobre todos los Centros de Luz Interna.
Medjugorje también es un Centro de Luz, aún no descubierto, que está redimiendo a Europa al igual que Fátima y Lourdes. Pero a Medjugorje, que llegará en consciencia a sus vidas, lo podrán convocar a través de la presencia de Mi Paz, de la Reina de la Paz. Allí estarán dentro de ese Centro de Amor.
Las profecías de Juan se están revelando, por eso les he pedido que lean con paciencia y sin interpretación el Apocalipsis. Lo escrito allí ha sido modificado, pero deben ver la esencia, el sentido del mensaje que fue transmitido.
El Antiguo Testamento es el legado de la humanidad desde sus orígenes, antes de Mi llegada a esta Tierra como María, la Madre de Jesús. Un legado anterior a los hermanos orientales, que conocían los designios antes que medio oriente.
La Nueva Jerusalén vendrá sobre los corazones que despierten a Mi Voz y a Mi Llamado, Mi último Llamado. Por eso he venido aquí durante esta noche, para decirles cuánto han recibido a partir de Mi Luz Maternal como la Madre de la Misericordia.
La noche es la Misericordia, el contacto profundo con esta Ley; el día es la Gracia, es la Providencia, es el reencuentro con el Padre, Nuestro Señor Omnipotente.
Muchos han recibido Gracias especiales durante este mediodía; pero recuerden que no son para sus mentes sino para sus corazones, corazones que me esperan.
Fray Elías: Ahora, vamos a hacer una oración que Ella transmitió y que pidió que oremos individualmente y en grupo diariamente por 72 veces. La oración es así:
Madre Divina,
Fuente Espiritual de Vida,
gracias por cuanto nos das.
El grupo ora algunas veces.
Fray Elías: La Señora pide que los miembros del Monasterio, con mucha armonía y lentitud, se coloquen detrás de este árbol.
El grupo se mantiene en oración, mientras los hermanos y hermanas de los diferentes monasterios se ubican en el lugar solicitado.
Fray Elías: Ahora, Ella giró y observando con mucha bondad a los hermanos y hermanas miembros del Monasterio, abrió Sus manos hacia ellos.
La Madre Divina dice:
Hoy los consagro a Mi Inmaculado Corazón, a la resplandecencia Inmaculada que surgió de Mí, desde el Origen, desde la Fuente.
Hoy les pido que lleven Mi Paz a las diferentes partes del mundo y que se unan Conmigo en esta misión de fin de tiempo.
Fray Elías: Ahora, Ella abrió Sus brazos y desde las palmas de Sus manos está irradiando luz. Desde los Cielos está descendiendo una paloma blanca.
Ella continúa diciendo:
Sólo les pido que lleven Mi Paz en sus corazones y que escuchen Mi Voz, pues quien me imita, encontrará la luz dentro de las tinieblas que el mundo está manifestando. Sólo únanse en oración a los que no son comprendidos y a aquellos que practican otras doctrinas, algunos que se distancian de Mí, de Mi Corazón de Amor, de Mi Corazón de Madre.
Sólo les pido que se amen y que se respeten, cuando estén juntos y cuando estén separados, porque cuando los tres días oscuros lleguen, deberán tomar firme de la mano a sus hermanos y cruzar el abismo para encontrarme. Allí no existirán separaciones ni conflictos, porque quien no esté en armonía Conmigo no estará en unión con Dios.
Amen la Obra que les estoy confiando, esta Orden, que debe surgir a través de la humildad y la simplicidad. Recuerden Mi pasaje como María, una sierva del Señor que escuchó una Voz Superior y que confió en lo invisible, en el Sagrado Espíritu.
Cuando se lancen a la transformación de sus corazones, me tendrán a su lado, aun cuando caigan y sientan que todo está perdido. No dejen que sus corazones se engañen con todo lo que verán; sólo lleven la Paz del Reino hacia las naciones, y compartan Mi Paz, Su Paz, con los demás hermanos.
Es hora de unificar lo que está separado desde hace siglos, ésta ha sido la concepción de esta Orden, que debe ser Inmaculada como Yo en el corazón y en la consciencia.
Gracias por responder a Mi Llamado.
Todos oran la “Oración de consagración a la Madre de la Divina Misericordia”.
Fray Elías: Ahora vamos a seguir orando junto con Ella. Pide que dentro de esta área del árbol, dentro de este círculo, se aproximen los pioneros de Figueira, los miembros de la Junta y del Consejo.
Todos continúan en oración.
Fray Elías: Dice que en estos días han sido tocadas un millón ochocientas mil almas a través de las oraciones.
Mientras todos oran los integrantes del consejo se ubican frente al árbol.
Fray Elías: La Madre Divina dice:
Quiero decirles hijos Míos, que los bendigo y los amo, y que sigan haciendo florecer la semilla que han cultivado a través de Mi Corazón. Por eso estoy con ustedes en este tiempo final, para que sigan Mis pasos a través del camino profundo que lleva a Mi Reino.
Ahora los bendeciré, y escuchen el instrumento de la voz que les estoy ofreciendo.
Mientras se ora la “Oración de consagración a la Madre de la Divina Misericordia”, se entona el cántico “Ave María”.
Fray Elías: La Madre Divina dice:
El Reino me está llamando, por lo que contestaré las tres preguntas.
En este momento, Madre Shimani y Fray Artur leen, una a una las tres preguntas que han sido escogidas al azar. Preguntas que la Madre Divina responde a través de Fray Elías.
Luego de las tres preguntas la Madre Divina se despidió diciendo:
Fray Elías: La Madre Divina dice:
Ahora regreso. Hasta mañana.
Continúen en oración Conmigo por los que llegarán.
Gracias por responder a Mi Llamado.
Fray Elías: ¡Todos, miren hacia arriba! Tal vez no vean nada, pero Ella nos saluda de entre medio de esas nubes.
En gratitud y despedida se entona el cántico “La Mujer que nos guía”.
El grupo se reunió en la Colina de las Apariciones a las 11:00 h para comenzar la oración de sintonía. Se comenzó orando la “Oración a la Madre Universal”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a prepararnos, la Señora está llegando.
En ese momento, el coral entona el cántico “Encuentro con María”. Luego, suenan 33 campanadas, anunciando la Aparición de la Madre Celestial.
Salve a todos, Yo Soy la Divina Concepción de la Trinidad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ella está tocando con Sus Pies este suelo. A Su derecha está la presencia del Arcángel Gabriel y a Su izquierda la presencia del Arcángel Miguel.
Ella pidió que los que puedan, se arrodillen.
Vengo a anunciarles el Tercer Secreto de Fátima, que es más profético aún.
En ese momento, Fray Elías les relata, de forma privada, a Madre Shimani y a José Trigueirinho lo que la Madre Divina está revelando como secreto. Mientras esto sucede, todo el grupo ora la “Oración a la Madre Universal”.
Un tiempo después se vuelve a escuchar la voz de Fray Elías.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Los que sientan, ya pueden ponerse de pie.
Nuestra Señora, María, hoy ha aparecido como la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad y se ve más nítida que en los otros días.
He venido aquí a anunciarles la Luz de los arcángeles, para que sepan que pueden contar con ellos cuando Yo no esté presente en este plano, y solo esté en sus corazones.
El Arcángel Gabriel trae la redención, el Arcángel Miguel trae la liberación. Estos son los dos Padres Creadores que asistirán al mundo antes del Retorno de Cristo. Esta es Mi Buena Nueva.
Oremos por la Paz y por la Luz. Encendamos los corazones que están quebrados desde hace siglos, corazones que nuevamente están aquí, en este mundo, buscando la Luz dentro de las tinieblas. Ha llegado la hora de la revelación; por eso, estoy aquí entre ustedes, sobre sus consciencias y las del mundo.
En Medjugorje, he anunciado una parte importante de Mis Mensajes; en Uruguay, he revelado otra parte; y aquí, en Brasil, Mi predilecto corazón de almas, revelaré otra parte más.
Yo Soy la Mensajera de la Paz para las vidas, para aquellos que se animen a vivir cada calvario dentro de Mí. Es hora de descender del monte y encontrar el nuevo camino que los lleva hacia Mí, en esta última hora, la hora del fin de ciclo.
Yo Soy la Inmaculada Concepción, la Mensajera de la redención para los que Me quieran escuchar por última vez. Lleven la Paz en sus corazones y no se detengan por nada que acontezca; saben que Yo estoy ahí, protegiéndolos en oración y en amor.
Estoy aquí para anunciarles que deben realizar una cadena de oración; y esta, Mi Casa, al igual que la de Fátima, deben progresar en el verbo orante. Para aquellos que quieran escuchar la Voz de los Cielos, este es el momento de la protección a través de las Palabras.
Yo Soy una emanación de esos Cielos, y les traigo Mi Espíritu de la Paz para que lo sientan y se abran a Él.
Les digo las mismas Palabras que he repetido en las diferentes Apariciones a lo largo y ancho del mundo: solo la oración es Paz. La Eterna Paz es la viva y ardiente oración que trasciende las fronteras y abre las barreras para que todos, a tiempo, puedan llegar a Mí.
Yo estoy aquí, en Mi Reino, aguardándolos.
Oremos por la paz en Medio Oriente y por el amor y el rescate de Mi amada comunidad africana.
Yo Soy la Reina de todos los lugares, que lleva el mismo Mensaje en Su Voz para que, al fin de este tiempo, todos lleguen a Mí. Yo llego a todos cuando se abren sin restricciones; pues el Amor, que no es de este mundo, todo lo puede, un Amor que nutre el corazón y que da vida.
Quien quiera peregrinar por Mi camino será salvo y victorioso.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a repetir junto con Ella la oración “Ave Luminosa”.
Todos oran algunas cuentas.
Por el Poder de Mi Inmaculado Corazón, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Madre Divina está anunciando que dará una bendición a los que están enfermos. Es importante que todos los enfermos se acerquen al árbol y si no es posible, que permanezcan en sus lugares.
Mientras esperamos, oremos la “Oración a la Madre Universal” junto con Ella.
En ese momento, muchas personas que estaban con alguna enfermedad se aproximaron al árbol.
Yo Soy la Señora de las Gracias y de las reconversiones del espíritu, el alivio de todo dolor y el amparo de todo mal. Yo Soy la Virgen Original, el respaldo de los corazones, la llama que arde en el dolor, que abre la purificación de las faltas.
Hoy, acepten a Mi Corazón Misericordioso y sientan descanso en Mí. No teman, Yo estoy con ustedes. Soy la Madre de la Sagrada Providencia, estuve aquí en la Tierra y sé cómo es.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ahora, Ella abre Sus Brazos y los extiende hacia abajo, está irradiando una energía celeste.
Desde el centro de Su Corazón salen dos rayos blancos que se proyectan hacia abajo, y también se están iluminando Sus Estrellas.
El árbol está quedando cada vez más invisible y, a cada lado de Ella, aparecen tres ángeles que están abriendo un Cielo profundo y celeste.
Ahora, Ella abraza una cruz cristiana y transmite las siguientes Palabras.
Soy la Patrona que lleva la cruz de la redención. Toquen Mis Pies y sientan Mi Fuego.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Está iluminando Sus Pies y las rosas.
Sé que creen en Mí. Estén Conmigo, nada les faltará en este Reino en el cual Me encontrarán después de esta oferta que han hecho.
El Amor sana y si tienen Amor estarán curados.
Mi hora de partir ha llegado. Los volveré a encontrar pronto.
Ahora, otros hijos Me necesitan en otra parte de este mundo. Mi Ave de la Paz debe viajar hacia allá para que otros también encuentren reposo en este mundo en purificación.
Recuérdenme como María si quieren sentirme más cerca de sus corazones. Soy María, la Madre Universal, Yo Soy el Ave que desciende ahora desde los Cielos hacia sus corazones.
Recuerden, recuerden, recuerden, recuerden, solo Paz, plena Paz.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ella ya se fue y nos saludó con Su Paz.
Todo el grupo entona primero el “Ave María” y luego el cántico “La Mujer que nos guía”.
En este tercer día de apariciones, el grupo se reunió nuevamente a la hora 19.00 para comenzar el trabajo de oración.
El cielo amenazaba tormenta, y caían chubascos intermitentes. Ante la incertidumbre de cómo se llevaría adelante el trabajo, Madre Shimani dirigió unas palabras a todos los presentes:
Madre Shimani: Recuerden qué preciosa experiencia vivimos ayer por estar unidos. Ésta agua que desciende desde los cielos, va a probar nuestra fe y nos va a purificar. Asique si comenzara a caer agua bendita del cielo, todos nos vamos a mantener firmes, orando para colaborar con María en ésta tarea de activar mónadas y rescatar almas.
Vamos a dar gracias por que hace calor, y nos vamos a refrescar y a mantenernos con alegría orando y acompañando este momento único para todos nosotros.
Luego, comenzó el trabajo de oración. Después de un largo tiempo y cerca del horario marcado para la aparición, Madre Shimani entonó el cántico “Ave María”, anunciando la llegada de la aproximación de la Madre Divina.
Fray Elías se colocó de pie y contempló, en el árbol de las apariciones, a la Madre Divina. Todos los demás se mantuvieron en oración.
En determinado momento se pidió silencio, y Fray Elías dijo:
Fray Elías: Hoy la Madre Divina está vestida de blanco y está más nítida que en la Aparición del día de ayer. Mientras oramos mostró varios símbolos que pidió que les transmitiéramos.
Lo primero que dijo cuando llegó es que está feliz, porque todos los presentes han contestado al eco de Su Voz.
Anunció también, que mañana aparecerá a la 12.00, como también lo hará en este mismo horario, a las 20.00. Dijo que esto se debe a que tiene que transmitir muchos mensajes en pocos días. Al mediodía será una procesión de cánticos y de gloria, y la procesión de velas será solamente de noche.
La Madre Divina dice:
¡Cuenta, cuenta que Mi Corazón está resplandeciente en estos corazones que buscan la humildad!
Yo soy la Divina Concepción de la Trinidad, hoy la Reina de la Paz.
¡Bienvenidos a Mi Reino!
Fray Elías: En el comienzo, aparecieron dos Jerarquías Angélicas que provenían del Arcángel Gabriel. Descendieron hasta la copa del árbol y abrieron un gran libro antiguo donde aparecía el número ocho. Ellos decían: “Ocho de Juan, Ocho de Juan”.
Después apareció otro ser, al costado del árbol, un ser de mucha luz que dijo: “Yo Soy Moisés”, estuvo un tiempo con nosotros y luego desapareció.
Entonces, a cada lado del árbol aparecieron Abraham y Salomón, y nos decían: “¡Estas son las tribus, estas son las tribus!”.
En otro momento, se abrió el cielo en las alturas y apareció Cristo Jesús saludándonos. Estuvo unos minutos con nosotros y luego Su imagen desapareció.
Cuando la Madre apareció, tenía en Su mano una espada y con Su pie pisaba una pequeña serpiente que estaba viva y se movía. Ella colocó la punta de Su espada sobre la cabeza de la serpiente y dijo:
¡La hora está llegando, la hora de la Redención!
Cuando Ella terminó de decir estas palabras, apareció la escena de una batalla entre los ángeles de la luz y los ángeles del mal.
Luego desapareció la serpiente y aparecieron las rosas en Sus pies.
Ella comenzó a orar y pidió que Fray Artur y yo la acompañáramos. La oración decía así:
Espíritu Santo,
Misericordia para las mónadas que están dormidas.
Íbamos en la cuentas número 77 cuando dijo: “Última vez”. A cada oración Ella se encendía más en luz y resplandecía.
La Madre Divina dice:
Ahora soy Yo quien hablará, hijo.
Hoy, les traigo aquí la historia de las tribus de Israel, la cual deben recordar porque Yo pertenecí a una de ellas, como la Madre del Redentor.
Deben recuperar la pureza original, la cual nació una vez y hoy está perdida. Por eso vengo como el Ave de la Paz, para que encuentren la luz en sus corazones y se animen a llegar a Mí.
Hoy vengo a pedirles que aquí, dentro de este círculo, planten flores serranas de esta región, para que Mis ángeles las cuiden y ustedes las protejan. Ellas brotarán a su debido tiempo y serán el símbolo de Mi presencia eterna junto a sus oraciones.
Gracias por responder a Mi llamado, al llamado de orar Conmigo.
Hoy les entrego Mi orandio de la Paz.
Fray Elías: Ella está ofreciendo un orandio que está entre Sus manos. La Madre Divina está emanando un intenso aroma a rosas.
Nos está pidiendo que oremos una oración que transmitió durante Sus apariciones en Uruguay, para que aprendamos a glorificar Su Presencia aunque no la veamos. Ella dice:
Pero ahora vamos a orar para que me sientan.
Fray Elías: La oración es la siguiente:
Bendita Tú eres,
entre todas las criaturas
porque fuiste concebida
por una Gracia Mayor.
Todos oran por siete veces la oración.
Fray Elías: La Madre Divina dice:
Por la Luz Divina que desciende desde el Padre, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Fray Elías: Ella fue colocando sobre cada uno, una corona de rosas y caminó por encima de nuestras cabezas bendiciéndonos.
La Madre Divina dice:
Yo Soy la misma de ayer y de hoy. Vengo a pedirles que oren por Oriente y por Occidente, por todos los seres que viven en el frío interior y que no se dejan encender por Mi Corazón. Por eso ahora estamos orando juntos, para que Mi Padre escuche esta plegaria.
Fray Elías: Ella está pidiendo, a todas las personas que están aquí, a la izquierda del árbol, que se aproximen con mucha armonía, que se acerquen más.
Ella quiere hacer un pedido a todos los que están presentes. Ella quiere que se funde aquí, unido a Ella, una oración perpetua hasta el día 22 de diciembre de 2012.
Dice que el día 8 de agosto de 2012, Ella dirá por qué ha hecho este pedido. Ella dijo:
Quien confía en lo inmaterial, descubre lo desconocido; descubre Mi Luz y está en Mí.
Fray Elías: Giró hacia el costado para observarnos y nuevamente nos está ofreciendo Su orandio de la Paz, para que encontremos la luz en el camino.
La Madre Divina dice:
No se inquieten por lo que sucederá y oren. Es urgente Mi llamado por la Paz y por la protección.
Si sienten alguna vez los corazones tristes, elévense hacia Mí y encontrarán sublime descanso, el cual es desconocido para ustedes porque no es de este mundo, viene desde los Cielos.
Yo Soy la misma Madre de Fátima y de Medjugorje, la misma Señora Aparecida, soy la Gran Señora de los Cielos, la Madre de los ángeles y de todos Mis hijos, los que Dios me ha encomendado para el fin de este tiempo.
Por eso he aparecido en Lourdes, Fátima, Medjugorje y Guadalupe, y ahora estoy aquí en dos lugares a la vez. Esa es la verdadera omnipresencia que deben vivir dentro de un mundo de caos y de dolor. Sepan todos los que se aferran a Mi manto de protección, que Yo estoy con ustedes aliviando sus caminos.
Cuando las luces internas se apaguen y cuando los Centros de Luz se recojan, será hora de que lo aprendido se manifieste, será hora de que se unan a Mí con confianza para saber qué hacer a cada momento.
Estoy aquí sobre este árbol, posando Mis pies, que son los Pies de Dios, los que han caminado por el mundo, desde hace siglos, trayendo la Paz. El Señor me ha encomendado aparecer a ustedes por una gran confianza, una confianza que desconocen.
Otra es la Ley que está sobre Mí y hoy sobre ustedes, la cual nunca deben olvidar y siempre recordar en los momentos de oscuridad. Recuérdenme como la Paloma de la Paz, la Guardiana del Gran Espíritu, la que llama a las almas sin descanso.
Fray Elías: Ahora, Ella manifiesta en Su mano izquierda, desde Su Corazón, una pequeña rosa de un color rosado transparente. Esa rosa emana una esencia de aroma y de energía.
La Madre Divina dice:
¿Por qué aparezco sobre los árboles?
Porque ellos representan la sabiduría de Dios, y a pesar de lo que acontezca aquí abajo, ellos se elevan porque confían en lo Alto.
Este, es un árbol sin fruto, no es lo mismo que el naranjal, el cual quita la sed; este irradia sabiduría, paz, quietud; irradia otra ley diferente a la del árbol en Fátima, diferente a la ley que se irradia en Lourdes o en Medjugorje.
¿Nunca se han preguntado por qué desciendo sobre las altas cumbres?
Para retornar a Dios, recuerden a los patriarcas.
No justifiquen sus pensamientos, entréguenlos a Mí para que Yo los purifique y para que encuentren en lo invisible el nuevo sendero, el camino del corazón.
Muchas almas están caídas porque la oración es débil y no se fortalecen. Por eso les pido que oren junto Conmigo, como a los pastores en Fátima, los cuales con su pureza original, detuvieron las grandes guerras por confiar en Mi llamado que también era inmaterial.
Solamente les estoy pidiendo que cumplan, la libertad de hacerlo está en cada corazón. Yo soy la Madre que aguarda en el silencio, que escucha y resguarda a todos.
Esta Nación debe redimir el gran mal sobre los Reinos (Reino Mineral, Reino Vegetal y Reino Animal), por eso Dios me ha encomendado a que oren antes del tiempo final.
Saben que la Justicia Divina, no es rígida, es Ley; es la Ley de los antiguos pueblos de Israel. Todos han pasado por el mismo yugo. La Ley es Amor, y el Amor es Ley. Todo duele en la materia, en el corazón, en la consciencia. Sólo sigan a la Ley y seguirán el amor, y verán nacer la Luz entre las tinieblas.
Yo estoy aquí como Vuestra Madre, para que sepan que les abro el camino sin dolor, porque Dios los ama y les confía Mi Voz. Este es el gran milagro de los tiempos: que Yo me aparezca en dos lugares a la vez.
Es el tiempo del cierre de un ciclo.
No coloquen sus corazones en lo que sucederá, sino coloquenlo en las oraciones. Las oraciones son mantras y los mantras son oraciones. Ahora, deben expresar el Verbo Divino, el cual desciende de Mí, desde el principio, Yo como María, la Madre de Jesús. Así nació Mi devoción, en la confianza a la Plenitud de Dios, al responder a Su Llamado cuando los Arcángeles me visitaban.
Vengan aquí Mis hijos, los que vinieron del Centro de Redención de Aurora.
Fray Elías: Los residentes de Casa Redención que están aquí, ¿pueden acercarse, por favor?
En ese momento, todos los residentes de Casa Redención que estaba en Figueira se acercaron al árbol, excepto una hermana.
Fray Elías: La Madre dijo que falta una de sus hijas, que sabe que a ella le cuesta creer porque no la ve, pero que Ella está trabajando en su corazón y que está a tiempo de escuchar Su Voz. La Madre Divina le dice:
No soy Yo quien te llama, sino que es algo que está sobre Mí. Confía.
Después de este llamado, esta hija se aproxima del árbol. Entonces Fray Elías se dirigió a este grupo diciendo:
Fray Elías: Vamos a repetir junto con Ella la siguiente oración:
Espíritu Santo,
Misericordia para las mónadas que están dormidas.
Se reitera diez veces la oración.
Fray Elías: Agregó otra parte a la oración:
Espíritu Santo,
Misericordia para las mónadas que están dormidas
y Luz para las almas que caminan.
Amén.
Todo el grupo repite siete veces la oración completa.
Fray Elías: Ella pregunta si sintieron la oración que estaban haciendo. (Silencio, nadie responde). Ella pregunta “¿sí o no?”.
El grupo dice “Sí” de forma audible.
Fray Elías: La Madre Divina está sonriendo, y dice que esta oración nos va ayudar a trabajar con la energía de la Divina Trinidad para el fin de este tiempo. Dice que no es una oración religiosa, sino que, como fue dicho: es una re-ligación con Dios. Dice que, cuando oramos, se dice mucho en pocas palabras; que los Cielos escuchan y que Ella también.
A los residentes de Casa Redención la Madre Divina les dice:
He venido para decirles, Mis queridos, que deben estar de nuevo en noviembre en Mi segunda casa para recibirme y para llevar Mi Voz a través de los cánticos que serán ofrecidos al Padre durante ese período.
Cada uno recibió lo que tenía que recibir, y ahora es hora de caminar en confianza a Mí por esta nueva senda que es desconocida. Yo estoy aquí, extendiéndoles Mi mano a cada uno de ustedes.
Yo Soy la Madre de la Paz y quiero brotar en sus corazones. Antes del fin del tiempo deben retornar a Él, que está en lo Alto, a través de Mi oferta.
Fray Elías: Ahora, la Madre Divina se dirige a todos los presentes:
A todos les pido que no se olviden de la simplicidad de las músicas que se manifiestan aquí en la Tierra, que resuenan en los Cielos; y que en la antigüedad, el único instrumento era la voz.
Fray Elías: Vamos a orar todos juntos y por una vez, la “Oración a la Madre Universal”, activando la fe del corazón, así dijo, ¡la fe del corazón!.
Todo el grupo ora.
Fray Elías: La Madre Divina dice:
Dentro de los lugares oscuros, Yo estoy presente, porque los amo.
Fray Elías: Dijo que mañana al mediodía estará más glorificada, para todos aquellos que se abran aún más para sentirla. Dice:
Mi hora ha llegado para retornar al Reino.
Sigamos en oración.
Estoy contigo, no temas.
Yo Soy la Divina Concepción de la Trinidad, la concebida por una Gracia Mayor.
Vean en sus corazones Mi espíritu.
Gloria en las alturas y amor para las criaturas.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías: Ahora se está elevando y desapareciendo lentamente. Podemos apagar las velas.
Madre Shimani: Ella nos pidió que volviéramos a cantar lo que cantamos siempre, para despedirla.
Todo el grupo entona el cántico “La Mujer que nos guía”.
El grupo, en este segundo día de Apariciones, se reunió a la 19.00 para comenzar el trabajo de oración.
Anochecía, y en este día tampoco había sillas. La subida a la Colina de las Apariciones fue muy armoniosa. Todos los presentes llevaron velas encendidas, lo que despertó, de forma muy simple, la devoción y la alegría.
Madre Shimani, José Trigueirinho, Fray Artur y Fray Elías se ubicaron delante del árbol en que la Madre Divina apareció el día anterior. Desde allí, Madre Shimani invitó a comenzar el trabajo de oración.
Pasadas varias cuentas se percibió un cambio en el ambiente. Fray Elías y Madre Shimani se pusieron de pie, indicando que la Madre Divina había llegado.
Luego, Madre Shimani transmitió un pedido de la Madre Divina, que invitaba a todos los niños presentes en la Colina a aproximarse del árbol.
Muchos niños se acercaron y se sentaron al pie del árbol, en el suelo. Todos ellos permanecieron en profundo silencio durante toda la aparición, sin que ninguno llorara, ni aún los más pequeños. Muchos de ellos se durmieron mientras se cantaba el “Ave María”.
Se pidió luego, que las hermanas de la Red Fraternidad de Oración, se aproximarán al árbol, donde se unieron en oración a Fray Elías, mientras Madre Shimani entonó el cántico “La Mujer que nos guía”.
Finalizado el cántico, comenzó la transmisión del mensaje.
Fray Elías: La Madre Divina está pidiendo que nadie se mueva, que todos se aquieten.
Ahora vamos a relatar lo que ha sucedido, pues mientras orábamos, se manifestaron algunas imágenes en el cielo:
Primero, aparecieron tres ángeles en oración, con orandios en sus manos. Después de un tiempo, apareció en el cielo un triángulo de luz dorada, el que permaneció por mucho tiempo, y parecía que con su luz, su intensidad y su brillo rasgaba el plano material.
En otro momento, aparecieron dos ángeles con una cruz cristiana. Estaban uno de cada lado de la cruz, sosteniéndola con sus manos. Era una cruz dorada, que presentaban a nosotros.
Más tarde, Ella indicó que mirara al cielo, donde apareció el planeta Tierra en tamaño pequeño. El planeta estaba dentro de este Universo Local, dentro del Sistema Solar. Entonces vi que nuestro planeta era invadido, desde afuera, por fuerzas oscuras. En ese momento aparecieron los ejércitos Arcangélicos que venían hacia el planeta para asistirlo.
Después, el planeta apareció rodeado por un gran orandio, y María nos dijo:
Si no oran, no llegarán a Mí; no llegarán a los Cielos.
En ese momento fue que Ella pidió que se aproximarán todos los niños y que se entonara el cántico “Ave María”. Mientras se cantaba, Ella bendijo a cada uno de ellos.
María, se colocó sobre el árbol, viste de blanco, está rodeada de una energía muy blanca y se ve, en el centro de Su pecho, Su Corazón del color de la sangre, un Corazón que palpita constantemente.
Ahora, en el silencio, nos está observando, nos contempla.
La Madre Divina dice:
Gracias por responder a Mi Voz, Yo Soy la Madre de la Paz.
Espero que hayan comprendido Mi mensaje, por eso he venido aquí.
Los corazones abiertos perciben Mi Corazón Sagrado.
He anunciado Mi Voz en muchas partes del mundo y muchos hijos, al igual que ustedes, me están respondiendo en la Fe.
Hoy he venido para que oremos juntos el “Ave Luminosa” y para que sus corazones se abran más a Mi Corazón que resplandece dentro de los suyos, que busca refugio dentro de ustedes, para que se unan a Mí en esta tarea.
Hoy he venido para decirles que muchas palabras se han dicho a lo largo de este día sobre Mi Divina Concepción, y que estoy aquí para que encuentren la Paz tan sólo por unos momentos, por unos segundos, para que sus corazones se abran y Me sientan, y sus pensamientos se calmen y encuentren refugio en Mí, como Yo busco refugio en ustedes.
Hoy les muestro Mis estrellas.
Fray Elías: Ella está mostrando Su Corona de estrellas, donde aparece la palabra MIRNA-HE. Continúa:
Este es el Espíritu Santo Inmaculado, el cual nació en Mí.
Yo broté desde la Fuente, para todas las criaturas.
Yo Soy la Mensajera de los Planos, la que anuncia la Voz en el universo, al igual que Mi Hijo, el Redentor.
¿Quieren saber para qué he venido y por qué estoy aquí?
Para que oremos, porque es necesario. Para que se abran las Puertas del Cielo, en este lugar, en esta región, en este Mi amado país.
El ángel de Brasil les anuncia Su llegada, pues Yo le he encomendado que esté presente en este momento para protegerlos y ampararlos, para que encuentren el escudo en lo inmaterial, en la luz de los ángeles.
¿Por qué llevan esta llama(1)? ¿Por qué se las he pedido?
Para que vean que Mi Luz está en sus corazones, brotando como el manantial que brota desde la tierra para saciar la sed de los corazones que están cansados y que aún no se han redimido.
Coloco, en este momento, al Espíritu Santo sobre sus consciencias, para que sepan a dónde retornar o en dónde refugiarse en este tiempo final.
Mi Voz está terminando en Medjugorje, y también terminará aquí el próximo año.
Quiero que las dos naciones(2) se consagren a Mi Inmaculado Corazón. Yo sé que muchos me siguen desde hace tiempo, pero es necesario más para alcanzar Mi Paz, la que quiero entregarles antes de que la Bestia
llegue, para que ella no encuentre refugio en los corazones cansados.
Por eso enciendo Mi Célula de Luz en sus corazones, para que encuentren descanso y alivio. Porque Yo soy la Madre de la Paz, la Protectora de sus almas, la que anuncia la Nueva Profecía para los que la quieran escuchar. Esta profecía no viene de Mí, viene del Creador.
Pues Yo me anuncio a ustedes antes de que el Maestro regrese en carne viva, en alma, en espíritu y en divinidad sobre este planeta, dentro de la humanidad. Muchos lo reconocerán, otros se distanciarán, porque no será más el Jesús vivo, será la Nueva Consciencia Universal que traerá un amor que irradiará a los corazones que se acerquen a Él, aunque no lo vean. Pues primero viene Mi Mensaje, antes de que Él llegue. Saben que Él es el camino, ya se los ha dicho; pero hoy Me ha pedido que lo repita a sus consciencias.
Estaré aquí, como he dicho hasta el día 15, para todos aquellos que se animen a encontrarme en lo invisible, aunque no vean todo lo que están recibiendo. Mas lo verán al fin de este tiempo, cuando Yo aquí no esté, sino que esté aguardándolos en oración, para que se acerquen a Mi Corazón Inmaculado, en el Reino en el cual Me encuentro para recibirlos y protegerlos.
Fray Elías: Ahora, Ella tomó una jarra con agua que vierte sobre Sus Pies. Dice:
Esta es la bendición que quiero entregarles. Quiero que la misma Fuente que me ha bañado y lavado desde el principio, desde el origen, brote en ustedes, no sólo como un manantial, sino como un atributo de vida para los que viven en la oscuridad.
Ustedes hoy tienen encendidos sus corazones, no porque Yo este aquí, sino porque han confiado en Mí.
Oremos.
Fray Elías: Vamos a repetir, frase por frase, la oración “Ave Luminosa” para que aquellos que no la saben la puedan aprender.
Se realiza la oración. Después se entona por algunas veces la frase “Ave María”.
Pasados algunos minutos, Fray Elías pide silencio y continúa diciendo:
Fray Elías: La Madre María, dijo que han sido rescatadas un millón quinientas mil almas. Almas que comenzaron a ser rescatadas, por Ella, en Aurora mediante la oración. Nos pide que continuemos con ese espíritu de colaboración. Son almas, que en este momento, están siendo encendidas, y que ha venido desde el corazón de la galaxia, para elevar a estas almas. Ella nos dijo:
¡Algún día comprenderán lo que les digo!
Fray Elías: Cuando se cantó “Ave María”, la Madre encendió una pequeña llama luminosa sobre nuestras cabezas. Mostró que algunas llamas eran más luminosas y otras más opacas, estas últimas comenzaron a encenderse lentamente.
Ella dijo que el Espíritu Santo llega a la humanidad de diferentes formas, que Él tiene muchas faces y que no todas son conocidas; es un Espíritu que, en este mundo, se hace sentir para los que creen en Él.
La Madre Divina dice:
Porque es el mismo Espíritu el que me permea a Mí y los permea a ustedes. Primero entra en la esencia y hace brotar la luz, después se expande sobre todo el corazón hasta elevarse hacia la consciencia, la cual encuentra una nueva sabiduría que nunca había sentido ni escuchado, que nunca había despertado en su interior. Ese es el Espíritu transformador, el cual llega, en este tiempo, a través de Mí, para prepararlos para el nuevo ciclo.
Como en Aurora, quiero que construyan, al costado de este árbol, un gran campanario, el cual anunciará el prenuncio de la Paz para el fin de este tiempo cercano al año 2012; donde más profecías se revelarán para el mundo, para muchos seres que escuchan Mi llamado. Este campanario será tocado todos los días, por un ser orante a cada semana, con el mismo ritmo que fue pautado en Aurora: a las 6.00, a las 9.00, a las 12.00, a las 15.00 y a las 18.00 horas.
Fray Elías: Esos son, dice la Madre Divina, los diferentes momentos del día donde desciende Su Consciencia al planeta. Continúa:
Quiero ver un camino firme para los peregrinos, para todos los que viven Mi hermandad, al igual que la de todas las Jerarquías, para que puedan subir hasta aquí y ascender hacia Mí, porque Yo aquí los encontraré.
Fray Elías: Dice que estará aquí hasta el día 15 de septiembre y que volverá a partir del mes de noviembre, los días 25 y 26 de cada mes hasta el mes de mayo. El día 8 de junio de 2012 será su última aparición en esta región. En Aurora, su último anuncio será el día 8 de agosto de 2012.
Dijo que quiere que estas dos naciones, Brasil y Uruguay, sean Su epicentro de oración, que sustenten el Cono Sur, que sustenten a Argentina, Chile y Paraguay.
Ella aún está presente, y nos observa. Detrás de Ella se ve el triángulo de luz dorada que se presentó al comienzo. A cada lado de ese triangulo, han aparecido dos triángulos más, formando una línea de tres triángulos. Luego, aparecieron otros dos triángulos, que se ubicaron junto a los otros tres, formando una cruz de brazos iguales.
La Madre Divina dice:
Yo Soy la Madre de las Gracias, para aquellos que se abren a Ella, Gracia Superior, que es una Gracia Divina. Gracia con la que muchos de los que están aquí han sido tocados antes, en otro tiempo.
Estar aquí, sobre este Centro, es una Gracia y que Yo esté aquí es una Gracia Mayor, la cual sé que no comprenden, pero que sí la sienten, porque una vez fueron tocados por Mí.
Bendigo hoy a todos Mis niños, los pequeños, porque serán la columna fuerte de Mi Corazón para los tiempos de caos; y sus ángeles, que resplandecen, serán conocidos por todos ellos, porque esos ángeles han sido enviados junto a ellos para que cumplan una parte de Mi Paz, por más que Mis niños, estos pequeños, sigan otros caminos que no sean igual a este.
Hoy estoy aquí más manifestada para que me sientan por más tiempo, pues he intercedido por ello, por los que no creen. Dejo sobre éste árbol, Mis rosas.
Fray Elías: La Madre, tomó las rosas que tenía sobre Sus Pies y las dejó en el árbol; son rosas doradas. Y dice:
Hago esto para que este fiel compañero, el árbol, guarde Mi energía maternal y la irradie a todos los rincones de esta nación que necesita de Paz por más que crea en Mí desde hace tiempo.
Yo Soy la mensajera para sus corazones y, como en Medjugorje, quiero ser el eco de una Gran Voz en cada interior.
Fray Elías: Ahora, la Madre María está encendiendo las Estrellas que están en Su Corona en un color celeste brillante.
Aparece una letra más en MIRNA-HE: la letra N en celeste, dice MIRNA-HEN. Explica que significa que el Espíritu Santo está cumpliendo una última fase en este ciclo. Dice:
Yo los llamo, porque están a tiempo de recibir el Espíritu Santo en sus corazones, a través de Mí.
No crean, simplemente, que Yo estoy aquí, sino crean en sus corazones y en la luz que una vez alcanzaron por el ejercicio de la oración y del esfuerzo.
Sepan que Yo estuve aquí como María, la Madre del Mesías. Soy el Ave de la Paz, Universal e Inmaculada para todos ustedes y para Mis hijos de todas las razas de este mundo y de otros mundos.
Mi Ave de Luz desciende hoy sobre ustedes, para que encuentren descanso después de haber caminado tanto buscando la Luz. Yo me encuentro en cada corazón que no se resiste a una Madre Prodigiosa. Soy el Ave de la Misericordia y les entrego Mi energía maternal y protectora para que caminen en la noche oscura.
Fray Elías: Ahora, está irradiando desde el centro de Su Corazón dos rayos, uno rosa y otro azul, y los proyecta hacia el suelo.
Pide que repitamos la siguiente oración:
Misericordia para los que aún no se han redimido.
Misericordia para los que no viven en paz.
Misericordia para los que aún duermen.
Misericordia para todos los Reinos,
que también son Mis Hijos.
Misericordia para los que aún no se han abierto.
Misericordia para el mundo entero.
Madre Sagrada, establece Tu Puerta de Paz.
Amén.
Fray Elías: La Madre nos dice que está siendo muy compasiva, así como instructora. Que nos está enseñando a hablar y a orar a través de Su Rayo de Amor y de Paz.
Dijo que sabe que muchas almas que están aquí, tienen muchas preguntas para hacerle y que Ella está dispuesta a escucharlas, primero en el silencio.
Ahora, colocó Sus manos en señal de oración y dijo que la hora le está indicando el momento de Su retorno al Cielo, que mañana volverá aquí para encontrarnos renovados en la fe y en la confianza a Lo Mayor, al Universo.
A media voz vamos orar junto a Ella la “Oración a la Madre Universal” por algunas veces.
Se realiza la oración algunas veces.
Fray Elías: Antes de partir, la Madre Divina dijo que contestará una pregunta a tres personas, personas que Ella señaló. Dice que debemos estar tranquilos y en paz. Deberá ser una pregunta realmente necesaria, porque, según dijo, es una oportunidad celestial.
Saldré a buscar a esas tres personas y nos vamos a mantener orando la “Oración a la Madre Universal” a media voz.
Fray Elías sale a buscar a esas tres personas. Luego, ellas se aproximan y se colocan al rededor del árbol en silencio.
Cada una de ellas, en voz baja hace una pregunta y Fray Elías transmite la respuesta de la Madre Divina, mientras todos los demás se mantienen en oración.
Después de la última respuesta, Fray Elías pide silencio y dice:
Fray Elías: La Madre Divina dijo que hasta el día 15 se deben realizar grupos de oración de hora en hora, para orar dentro de la Casa de Oración. Esos grupos serán formados por siete personas en los que deberán estar incluidos los pioneros de Figueira, los que están aquí desde el comienzo. Se orará desde el amanecer hasta el anochecer, hasta la hora de Su aparición aquí, a la hora 20.00.
Dijo que llamó a esas tres hermanas para que comprendamos cómo es Su Gracia, y que Dios le ha permitido que cada uno de nosotros escriba en un papel una pregunta. De todas esas preguntas se extraerán tres, las que serán leídas por Madre Shimani y que Ella contestará. María nos pide que sean preguntas esenciales para la vida.
La Madre Divina dice:
Estoy intercediendo ante algo Mayor, lo que nunca ha sido permitido por el Universo. Día a día, hasta el día 15, contestaré tres preguntas por día. Es importante que todos los que tengan alguna pregunta, lo hagan en sus oraciones, para que le demos oportunidad a los que tienen verdaderas urgencias.
Me elevo y dejo hoy Mi Corazón para que duerman con Él, un Corazón Inmaculado que viene desde los Cielos para que encuentren la Paz en el camino que están recorriendo.
Yo estoy fundando aquí una nueva Consciencia Universal, no una Iglesia. Los campanarios son para los devotos de los cielos cósmicos, para los que quieren recibir la luz de las estrellas, las cuales irradian los rayos que vienen desde la Fuente a través de Mi presencia aquí y la del Redentor.
Gracias por responder a Mi Llamado.
Fray Elías: Ahora vamos a cerrar con el cántico “La Mujer que nos guía”.
Podemos apagar las velas.
Vamos a permanecer en sintonía porque todavía Su Energía está presente, irradiándonos mucha Luz.
1. La Madre Divina se refiere a la llama de las velas.
2. La Madre Divina se refiere a las naciones de Brasil y Uruguay.
Como nos fue pedido el 5 de septiembre, y respondiendo al llamado de la Madre Divina, un grupo de aproximadamente mil quinientas personas se dirigió al “Morro do Cristal”(1) a las 9:00 h.
La Colina de las Apariciones se localiza en un lugar silvestre, por donde casi no circulan personas. Para llegar a lo alto de la Colina es necesario subir por un camino de tierra, con una pendiente pronunciada y rodeado de abundante vegetación nativa. Ese día, el firmamento se presentó despejado, sin una sola nube, y el sol radiante elevaba la temperatura a cada minuto.
Como el llamado de la Madre Divina fue imprevisto, el lugar no pudo ser acondicionado para recibir a un grupo tan grande. La vegetación hizo que la mayoría de las personas se mantuviera de pie, mientras algunas pocas buscaron un espacio entre los arbustos y el pasto crecido para sentarse. Todos, superando el calor y la falta de comodidad, se dispusieron a recibir a la Madre Celestial.
Por otro lado, un pequeño grupo se ubicó en la parte más alta de la Colina. Ese grupo estaba integrado por Madre Shimani, José Trigueirinho, Fray Elías y algunos otros hermanos.
Madre Shimani hizo una breve introducción, explicando qué sucedería y cuál debía ser la actitud adecuada para recibir a la Madre Divina.
Entonces, comenzó el trabajo de oración, que se extendió por un largo tiempo. Cuando se percibió la aproximación de la Madre Divina, las voces femeninas entonaron el “Ave María”, mientras las masculinas continuaron en oración.
Pasados algunos minutos, Fray Elías se colocó de pie, señal que indica que la Madre ha aparecido, y dirigió su mirada hacia un punto en el cielo. Se lo veía profundamente concentrado y compenetrado contemplando a la Madre Divina.
Un tiempo después comunicó al pequeño grupo que estaba con él, lo que la Virgen le transmitía, y en ese momento todos descendieron desde lo más alto de la Colina hacia donde se encontraba todo el grupo de personas.
Fray Elías se dirigió, apresuradamente, pero en profundo silencio y concentración, hasta un árbol que se encontraba en medio de un gran grupo de personas en oración.
Cuando todo el grupo se reorganizó nuevamente, alrededor del árbol, se interrumpió la oración y se hizo un profundo silencio y, así, todos esperaron en estática y reverente quietud.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Cuando la Madre Divina apareció en lo alto de la Colina, acompañada de dos ángeles, nos dijo: "La Voluntad del Señor es que Yo esté entre todos Mis hijos, por eso descenderé".
Y, en ese momento, descendió de la Colina y se colocó sobre este árbol.
Apareció como la Reina de la Paz y envolvió el árbol con un gran orandio.
¡Mi Paz a todo el Brasil!
He venido a pedirles que estén aquí, desde el día 9 hasta el 15, pues vendré todos los días a las 20:00 h.
También, nos pidió que, durante todos los días de ese período, vengamos en procesión con velas para encender a las almas que están afligidas.
Ahora, Yo hablaré.
Queridos Míos, ¡cuántas almas preciosas se reúnen en torno a Mi Manto! Yo las estoy protegiendo.
Soy la Reina del Amor, la Redentora de las almas, después de Cristo.
Hoy, Me anuncio a ustedes como la Reina de la Paz, la Protectora y Guardiana de los corazones, la que escucha el llamado de las almas y de todos aquellos que quieran retornar a Mí.
Estoy aquí para pedirles que vengan en procesión hasta aquí; no por ustedes, sino por los que están dormidos y no reciben la Gracia, como hoy la reciben ustedes en sus corazones.
Hoy, abro Mis Brazos para sembrar en ustedes Mi Corazón.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ella está abriendo Sus Brazos e irradiando mucha Luz hacia nosotros. En el centro de Su Pecho está pulsando un Corazón de Luz rosada, que señala con Su Mano derecha.
Vean Mi Corazón, cargado con espinas, Él debe ser curado por las oraciones.
He venido aquí a fundar un Centro de Oración permanente, diurno y nocturno, por la paz y por la elevación del mundo. Este es Mi último aviso, ya lo comprenderán.
Vean que Yo Soy la Madre de todos ustedes, que los levanta cuando caen; especialmente levanto a aquellos que se olvidan de Mí y que no responden a Mi llamado porque no Me ven.
Ahora, Yo estoy aquí, entre ustedes, para acogerlos y acompañarlos, para que tengan confianza en Mí, para que sigan Mi camino de Paz y de Salvación. Estoy llamando a los que se han comprometido Conmigo, desde la antigua Nazaret hasta la Nueva Jerusalén.
Somos una sola voz que debe ascender a los Cielos, para que el Padre responda con Sus Gracias a todos sus corazones. Yo estoy aquí como la Intercesora de las almas.
Les pido que vengan aquí, durante la noche, porque Mi Presencia será más nítida y en sus corazones se reflejará más.
¿Será que ustedes se animarán a responder a un llamado inmaterial, a Mi Voz Divina, durante estos días?
El Señor Me entregó a ustedes y Yo los entrego al Padre, porque ya es la hora. Estamos en el último tiempo, en el tiempo de cruzar el portal hacia la Luz y la Redención.
Elevo Mi Corona de Estrellas hacia ustedes y la coloco sobre sus seres, que simboliza las doce puertas que serán abiertas en este cercano futuro de la Nueva Humanidad. Cada Estrella representa un designio que descenderá desde los Cielos sobre este mundo dolorido.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ahora, está mostrando un orandio pequeño, que tiene una medalla de plata con una pequeña imagen del Padre Pío.
El Padre Pío es quien regirá sus almas, un fiel compañero. Como Yo estuve en él, así estoy en ustedes, aunque no Me sientan y poco comprendan Mi llamado.
Abran sus corazones, los estoy llamando a que respondan a la Voluntad Mayor, que ahora está descendiendo sobre este lugar. Quiero poder penetrar los corazones quebrados, los que no Me sienten desde hace tiempo y no confían en la Madre de Dios. Yo los estoy llamando una vez más, para que retomen el camino hacia Cristo, el Redentor.
Ya lo he dicho: la Misericordia está en el último tiempo, antes de que los ángeles abran la puerta de la Justicia Divina sobre este mundo y otros.
Todas las razas, que están separadas, serán un solo pueblo en el fin de este tiempo; porque Me verán caminar sobre varios continentes, en los que Mi Paz se encenderá, dentro del caos.
Ahora, Yo los invito a que comulguen Conmigo, a que confíen en Mi Inmaculado Corazón, que nació en Oriente.
Ahora, ya estoy aquí, resguardándolos y protegiéndolos con Mi Amor desde los Cielos, por más que no Me vean. Yo Soy la Madre que todo lo observa en cada interior; aún más en aquellos que se esconden de Mí, porque temen confiar en Mí.
He venido aquí para consagrar este lugar como un Centro de Peregrinación, como un Centro de Rescate de almas y de apertura de corazones caídos. Ustedes deben ser las columnas de esos corazones, para que ellos revivan y renazcan en Cristo, que los aguarda porque aún Él tiene sed.
Ustedes deben ser el manantial para sus hermanos, para aquellos que se niegan a abrir sus corazones y que los cierran, para aquellos que sufren en sus incomprensiones. Por todos ellos, deben abrirse a la Divina Paciencia, que Yo vivo desde hace siglos.
Yo Soy la Madre de la Misericordia y quiero traerles la Paz en este tiempo final.
Se ha escrito mucho en los Libros Sagrados, que están en los Cielos, sobre el Mensaje del Señor a lo largo de los tiempos, tiempos que se unirán en uno solo, para aquellos que se unan a Mí en oración y en paz.
Les dejo Mi Corazón Maternal, para que lo sostengan con sus manos en los tiempos de tribulación y de pruebas, pues quien confía en Él será salvo y no saldrá de la senda ni de Mi rebaño.
La Voz de Dios desciende a través de Mí, porque Yo Soy Su Sierva al igual que ustedes, aunque ustedes no lo crean.
Todos tienen un compromiso a cumplir Conmigo y con el Señor. Elevo Mi Voz hacia el Cielo como una gran plegaria, para que encuentren la Luz y la Paz en este tiempo.
El último día, diré qué es lo que más quiero para este lugar y para esta nación, a la cual amo con predilección porque sé que responde a Mi Voz desde hace tiempo.
No teman a los juicios ni a las persecuciones, porque los 144 000 deben despertar, antes que los 72 que Yo enviaré a este mundo.
Hoy, abro Mis Brazos para acogerlos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ella está abriendo Sus Brazos y extendiéndolos hacia abajo. Está proyectando una Luz blanca desde las palmas de Sus Manos y el árbol está siendo envuelto por una energía blanca brillante.
Hoy, Me enciendo dentro de sus corazones para que Me escuchen, pues no es Mi Voluntad, sino la que está más allá de Mí.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ahora, está señalando hacia arriba, donde hay Cielos abiertos de color celeste.
Este es Mi Emblema de Paz, Mi Corazón Sagrado, el que siempre deben anhelar a pesar de todo y deben buscar cuando todo esté a oscuras; pues saben que Yo estaré allí cuando oren Conmigo, cuando no se cansen de orar y de hablar Conmigo. Así, pasará la tiniebla y no los tocará, pues estarán en oración Conmigo, perpetuamente.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ahora, Ella está elevando Su Mirada hacia el cielo y colocando Sus Manos en señal de oración, y nos pide que todos hagamos lo mismo.
Vamos a orar por las almas que están en los suburbios oscuros y que no reciben la Gracia que ustedes están recibiendo.
Hoy, ustedes tienen consciencia de Mi Presencia, pero Yo debo ir a todos esos lugares donde la paz no se encuentra y donde las cadenas aún no se han quebrado porque Mi Luz no ha entrado y solo entrará por medio de sus oraciones.
Todo el grupo ora una oración que la Madre Divina transmitió en Sus Apariciones en Uruguay:
Bendita Tú eres,
entre todas las criaturas,
porque fuiste concebida
por una Gracia Mayor.
Amén.
Mientras se realiza la oración, algunas personas del público se retiran, descendiendo de la Colina.
Recuerden, todos los que se alejaron de Mí, que Yo estuve aquí para llamarlos.
¡Gracias por responder a Mi llamado!
Yo Soy la Divina Concepción de la Trinidad.
Por el Poder Divino del Espíritu Santo y de la Gracia Sublime de Dios para todos los corazones, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cantemos, para que los corazones se alegren, una canción que nació en Aurora.
Todos los presentes entonan el cántico “La mujer que nos guía”, en gratitud.
(1) El nombre dado posteriormente por la Madre Divina al “Morro do Cristal” fue “Colina de las Apariciones”.
Posterior a las veintidós apariciones ocurridas en Casa Redención, en el norte del departamento de Paysandú, Uruguay, y en víspera del Encuentro General de Colaboradores de la Comunidad Figueira, María, la Madre de Jesús, apareció y dirigió un mensaje a todos los presentes en dicho evento.
En esta carta Ella transmitió que aparecería el día 9 de septiembre, en la Comunidad-Luz Figueira, para entregar un mensaje a todos Sus hijos.
Queridos Míos:
Hoy me anuncio a sus corazones como la Madre de la Eterna Paz.
Pido, a cada una de sus almas, que se una a Mí y al Misericordioso Redentor el día(1) de revelación de Mi mensaje de amor y de Paz.
Hoy me manifiesto a ustedes como la bondadosa y servidora Madre de la Paz y de la Divina Misericordia.
Les pido que guarden en sus corazones el pasaje del nacimiento del Mesías, en el antiguo pueblo de Belén, para que la radiante Estrella que iluminó y elevó Nuestros Espíritus, sea la misma que brille en sus corazones que buscan el constante aliento y refugio en Mi Corazón.
Estoy junto a ustedes en estos días de Encuentro de Instrucción y de Revelaciones(2), guiándolos con Mi emblema de la Paz y del Amor.
He venido a anunciarles que en el día 9 de septiembre a la hora 10, estaré apareciendo para todos Mis hijos seguidores de la oración, creyentes o no creyentes, fieles o no fieles, abiertos o no abiertos de corazón, para que Mi Voz de Paz sea sembrada en sus almas y corazones, que me esperan desde hace tiempo.
El punto de encuentro para Mi aparición, será en lo alto del monte llamado Cristal(3), donde Mi energía maternal se irradia a todo Brasil.
Espero a todos Mis hijos que llegarán peregrinando a este Encuentro General de almas y de consciencias comprometidas con el Plan Divino de Dios, para que, unidos en oración, sus voces penetren los Cielos, para que Yo, con Mi Gracia Inmaculada, descienda. Estaré consagrando esta Sagrada Área de oración y de silencio a Mi Eterna Paz y a Mi Espíritu de Madre y Sierva del Señor.
Ese será el momento en el cual toda la Comunidad Figueira, que sigue hace años la oración silenciosa con las Consciencias Divinas (Jerarquías), active el verbo orante para toda la región. Quiero poder llegar a todos Mis hijos que estarán presentes, sin que ninguna alma quede sin poder recibir Mi Gracia Celestial.
Les pido que en ese día sea consagrada la actual Casa de Oración en Figueira con la presencia de Mi imagen de la Divina Concepción de la Trinidad, pues quiero poder llegar a todos los hijos que llegan a esa sagrada casa.
Puedo decirles, queridos Míos, que esa Casa de Oración, me recuerda al Monte Tabor, lugar en donde Nuestro Señor Cristo encendió la Luz de Su Corazón para todo el mundo.
Desde ese día, 9 de septiembre, me presentare para irradiar a todos Mis hijos, antes de Mi retorno al naranjal de Mi Casa en Uruguay.
La Voluntad del Señor, Dios Padre Todo Poderoso, es que formen grupos eficientes que acompañen Mi oración, para bendecir y rescatar a toda la nación brasilera.
Las almas sufren y necesitan que la humanidad responda, para que Yo, la Madre Vestida del Sol, pueda interceder. Estos son Mis últimos avisos, para que cada alma se sumerja en el océano de Mi oración protectora y redentora para todo el mundo.
A ustedes, les corresponderá abrir las puertas del Cielo, donde Yo siempre me encontraré para salvaguardarlos en Mi Corazón de Paz. Están todos en Mi Corazón.
En ese día, espero que todos Mis hijos estén con sus corazones ardientes, y que anhelen verme reflejada en su interior. Estoy con ustedes acompañándolos para que revelen Mis anuncios de Paz durante los días de Encuentro.
En el día 8 de septiembre, momento en que se celebra el surgimiento de Mi Consciencia Universal(4), los invito a que oren Conmigo las 72 Cuentas de la Contemplación (Orandio), para irradiar Paz a las almas que sufren y que mueren sin ver la Luz de Dios.
Transmitan este, Mi mensaje de llegada al centro del Monte de Cristal, a todas las almas, y anuncien este mensaje el día de revelación de Mis mensajes de Paz durante el Encuentro General en Figueira. Así, estarán respondiendo a lo Mayor y lo Mayor responderá el día de Mi Presencia entre ustedes, con Gracias especiales para los corazones.
Yo Soy la Reina de la Paz.
Soy la Divina Concepción de la Trinidad.
Gracias por responder a Mi llamado.
Prosigamos en constante oración.
1. La Madre se refiere al día viernes 9 de septiembre, día en que se realizó, por pedido de Ella, un estudio dedicado a la Madre Divina y a Sus apariciones ocurridas pocos días antes en Casa Redención, Uruguay.
2. 48° Encuentro General de Colaboradores, realizado desde día 8 al 11 de septiembre de 2011.
3. Monte de Cristal o “Morro de Cristal”, pequeño cerro existente en una de las áreas de la Comunidad-Luz Figueira. Nombrado posteriormente por la Madre Divina como: “Colina de las Apariciones”.
4. El día 8 de septiembre se celebra el nacimiento de la Santísima Virgen María.
Todos llegaron con mucha disposición para orar y acompañar este último día de Apariciones de la Madre Divina.
Después de varias cuentas, cuando los rayos del sol comenzaron a iluminar el campo, Fray Elías se colocó de pie y se aproximó adonde la Madre Divina había aparecido.
Entonces, un monje del monasterio de Aurora fue llamado por la Madre Divina para decirle algunas Palabras.
Pasado un tiempo, Fray Elías nos relató lo sucedido.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Cuando la Madre Divina apareció en lo alto del Cielo, había grupos de ángeles que oraban silenciosamente. Caminaban de una forma pausada y contemplativa, formando el símbolo del infinito. Era un movimiento constante y armonioso.
Ella traía en Su Mano derecha un Cetro dorado y en Su Mano izquierda una pequeña cruz cristiana y una rosa.
Cuando se posó sobre el Naranjo, brotó de Su Corazón una rosa de color naranja claro.
Momentos más tarde, aparecieron algunos santos orando junto al grupo, y hacia un costado del Árbol apareció Padre Pío, también en oración.
Luego, a través de un intenso movimiento de Luz, apareció el Arcángel Rafael, un ser resplandeciente de Luz en toda su silueta, que se presentó con una espada en su mano y dijo:
“Mi hora ha llegado. Yo soy el Ángel Curador, el Arcángel Rafael”.
Diciendo esto, de forma poderosa y magnánima, voló hacia lo alto de los Cielos, en donde apareció una puerta de Luz de forma circular y de energía celeste, rodeada por varios anillos concéntricos de color dorado.
La Madre Divina me indicó que mirara hacia el centro de esa puerta, y allí vi un gran Libro abierto. Las hojas pasaban de un lado hacia otro, como si un viento las moviera. En ese Libro, aparecieron varios Evangelios escritos en la época del Mesías.
Las hojas continuaban pasando a mucha velocidad, hasta que en un momento se detuvieron y apareció el número 12. Entonces, la Madre Divina dijo:
“Capítulo 12 del Apocalipsis de Juan. Quiero que lean ese capítulo”.
En ese momento, le pregunté a Nuestra Señora si era correcto lo que estaba escuchando y contestó que sí.
Después, comenzó a orar el Ave María y pidió que de hora en hora se realizara una oración y se tocaran 33 campanadas.
Nos dijo también que la forma de poder establecer los Mil Años de Paz será a través de la oración, y que debe comenzar a construirse a partir de estos momentos. Ese fue Su pedido de hoy.
Ella apareció como la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, con Su Manto verde claro y rodeada de una Corona de Estrellas doradas.
Yo Soy la Señora de la Infinita y Melodiosa Vibración, que parte del Corazón del Universo, de la Fuente Infinita de Dios. Por eso, la música, que es divina y que debe ser el sonido de los corazones, abre Mi canal de Paz y expande Mi Luz. Así, Mi Plan de Luz se establece sobre la superficie de la Tierra.
Vean cómo los ángeles cantan y los coros Me alaban, así como fue en Mi Asunción a los Cielos como la Patrona de las almas, la Señora de los Ángeles y de los Arcángeles.
Hoy, quédense con este símbolo: la Señora de los Ángeles y de los Arcángeles, para que comprendan la Voluntad de Dios y para que sus almas reconozcan Mi Paz, que fluye con Amor.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ahora, desde Su Pecho emergió una flor de tres pétalos, incolora y brillante, como de energía plata transparente.
Esta es la Flor de la Concepción.
Después de que la Madre Divina comunicó algunas Palabras al hermano que había llamado, pidió que todos oráramos la oración “Bendita, Tú eres”.
Finalmente, la Madre Celestial nos pidió que cantáramos el Ave María.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Madre se está elevando, pero todavía está presente. Con delicadeza vamos a colocarnos de pie, para despedirla.
Yo los amo.
Gracias por responder a Mi llamado.
Hoy, a la noche, les hablaré a todos.
Hoy, he venido para que oren Conmigo como lo han hecho ayer. Que a cada hora un grupo se reúna a orar en este lugar y se anuncie con 33 campanadas, para que las esencias puedan brillar, aquellas que deberán ser rescatadas.
Hoy, en especial, las oraciones serán dedicadas a África y a Medio Oriente, lugares en los que necesitaré misioneros que puedan llevar Mi Paz a través de la oración y de compartir las tareas de Cristo con otros hermanos que también se unen a Mi Espíritu.
Hoy, mediten en la Presencia de la Reina de la Paz y comprenderán Mi Presencia en Medjugorje. Nada está separado, todo es un hilo de Luz que lleva a Dios para que ustedes se reencuentren Conmigo una vez más.
Hoy, busquen la fe dentro de sus corazones para que Yo pueda obrar como la Madre de la Paz en todos Mis hijos, hijos que necesito llevar a Mi Reino, hijos que ustedes no conocen pero que están distantes de la Luz, sobre todo aquellos que se distancian de Mí por no creer en una Madre Maternal y que se alejan del camino cuando no están rodeados por Mi Luz. A ellos, Yo vengo a buscar en esta parte del mundo, en América, en Uruguay.
Lleven Mi Mensaje de Paz más allá de los fenómenos que serán relatados, los que ustedes aún no ven, pero que Yo escribo con Mis Manos sobre el éter de Aurora.
Que sus vidas sean una eterna comunión Conmigo y que retornen al Padre a través de Mí. Están a tiempo, no se dejen vencer. Antes de que el puente se quiebre, crúcenlo hacia Mí.
Yo Soy para ustedes, en este lugar, la Divina Concepción de la Trinidad, el Espíritu de la Paz, la Llama Trina del Espíritu, la Emanación Original de la Fuente, el Ave Misericordiosa que llega a ustedes para darles Amor y para curar el espíritu doliente.
Paz, Paz, Paz para la Tierra, que está dormida.
En este último día de apariciones un pequeño grupo se aproximó al árbol de las apariciones a orar las 150 cuentas del “Ave María”.
En determinado momento, se percibió la aproximación de la Madre Divina.
Fray Elías se colocó de pie cerca de donde la Madre ha aparecido y todos continúan orando hasta recibir alguna indicación.
Momentos más tarde Fray Elías relata lo que ha sucedido.
Fray Elías: La Madre ha aparecido como Reina de la Paz, está sonriendo y dijo:
Un millón, un millón y una, un millón y dos, un millón y tres... de almas han sido rescatadas en todos estos días. Aún falta rescatar seis millones más.
Sobre Ella hay un canal de luz celeste. Es un tubo de luz que desciende y dentro de ese tubo existen varios grados de Cielos. La Madre está muy manifestada y sobre Su manto aparecen dos estrellas doradas de seis puntas, una en el lado derecho y la otra el lado izquierdo. Y nos dice:
He venido a orar con todos Mis hijos la oración “Ave Luminosa”, para poder rescatar más almas.
Mientras unos corazones se abren, otros se cierran, pero aún así, Mi célula de luz entra en todos.
Hoy nuevamente quiero derramar Gracia aquí.
Fray Elías: Ella nos pidió que construyamos un gran orandio de 150 cuentas. Cada cuenta debe ser grande y gruesa, en la cuenta mayor debe tener la imagen de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, y nos dice:
Esto es para que Mi Luz esté presente, por medio de la oración, dentro de esta Casa de Oración. Les doy este símbolo de las cuentas que unirá a todos, a religiones y creencias, a movimientos espirituales y a dogmas. Porque Yo soy la Madre de todos, aunque muchos no lo crean.
Que Mi mensaje resuene en sus corazones. Reflexionen sobre todo lo que les he dicho, pues encontrarán en Mis palabras llave para muchos.
Fray Elías: Ahora vamos a continuar orando hasta que lleguen todos.
En este momento, uno de los hermanos se retira a buscar a todos los demás que están en diferentes partes del campo. Cuando todos se reúnen Fray Elías hace un relato de lo que ha sucedido.
Fray Elías: Estos últimos días hemos trabajado aquí con la Madre Divina a través de la oración “Ave María”. En especial este horario del medio día ha sido muy especial, pues energéticamente es más intenso espiritualmente y físicamente.
Hoy, Nuestra Madre apareció como la Reina de la Paz. Estábamos orando cuando apareció y luego seguimos orando, apoyando el proceso de liberación de las almas que la Madre Divina estaba realizando.
Ella estaba contando el número de almas que eran rescatadas. Y Ella decía un millón y una, un millón y dos, un millón y tres, y Ella seguía contando. Nos decía que era el número de almas que habían sido rescatadas.
Más tarde colocó Sus brazos abiertos hacia abajo y decía:
Yo Soy la Señora vestida del Sol.
Luego, sobre Ella apareció un canal celeste de luz, donde habían ángeles querubines, esos pequeñitos, andaban de un lado hacia otro.
Cuando el grupo llego y comenzamos a orar todos juntos, apareció en Su mano derecha una antorcha encendida y repetía: “Yo Soy la Señora vestida del Sol”.
En ese momento comenzó a irradiar más luz y los Cielos comenzaron a abrirse. Poco después, en un lugar elevado del Cielo, apareció Cristo con una túnica blanca y una parte de Su tronco desnudo. Se veía en la parte derecha de Su tórax, una llaga que estaba cicatrizando. En Su mano derecha tenía una cruz cristiana de madera, y sobre Él una tela blanca abierta que tenía escrito:
"Yo Soy el Misericordioso Redentor, aún tengo Sed."
En ese momento la Madre Celestial hizo aparecer muchos ramos de rosas en varias partes del cielo, eran infinitos, y ellos descendían con mucha delicadeza.
En un momento cambió la imagen, y pidió que me acercara al árbol. Al llegar, la veo desde abajo, estaba posando Sus pies sobre el árbol, vestía como la Reina de la Paz y sostenía con Sus manos abiertas un orandio. Entonces, dentro del orandio apareció una Sábana blanca que tenia la imagen del rostro de Jesús con la corona de espinas y Ella dijo:
Este es el símbolo de quien nos ha dado la vida y de quien ha dado la vida por el mundo. Esta es la Sábana que tuvo Verónica en sus manos, Verónica cuando le secó el rostro a Jesús.
Al final, la Madre Celestial quedó inmóvil contemplando la Sábana por un tiempo y desapareció.
Por pedido de la Madre Divina, a las 19.30 se inició la procesión de velas desde el Auditorio de Casa Redención hasta el naranjo de las apariciones.
Desde las primeras horas de la tarde, el viento comenzó a soplar intensamente y se mantuvo así hasta la aparición.
El grupo se sentó al rededor del naranjo y comenzó a orar de forma muy intensa esperando la última aparición de la Madre Divina. Se percibía en el aire el cierre de un ciclo, y el comienzo de uno nuevo, desconocido.
Cerca de las las 20.00 se comenzó a percibir la aproximación de la Madre Divina y Fray Elías se coloca de pie, contemplando el naranjo.
Mientras todos continuaban orando la Madre Universal, Fray Elías y otro hermano de monasterio, se acercaron al árbol y oraron el “Ave María” por algunas veces.
Luego, Fray Elías anuncia que la Madre ha solicitado que una de las colaboradoras de Casa Redención se aproxime y se presentara ante Ella. Fray Elías transmite algunas palabras de Nuestra Señora a esta hermana.
Terminado ese diálogo Fray Elías transmite al grupo lo que ha sucedido.
Fray Elías: Cuando la Madre Divina apareció proyectó un Corazón de Luz, que emergió de Ella y se proyectó hacia todos nosotros. La imagen del Inmaculado Corazón, era de color magenta, resplandeciente, y tenía una corona de rosas a Su alrededor. Había escrito sobre y debajo de él: “Yo Soy el Ave María”. Después con Sus manos abrió una tela blanca que tenia dentro de ese corazón.
La Madre Divina nos dice:
Hoy vengo a anunciarles que estaré retornando.
Como les dije hoy, al mediodía, esta noche todos realizarán la ceremonia de comunión Conmigo. Todos ahora recibirán un fruto de este árbol, para llevarlo consigo, para comerlo en gracia y en reverencia por Mi presencia aquí. Hoy les entrego Mi Corazón Inmaculado, Mi Corazón Misericordioso para que encuentren en Mí la Paz. No hay nada que temer, Yo estoy con ustedes.
Fray Elías: La Madre Divina pidió que todos se colocaran de pie y que sintieran confianza cuando escucharan Su mensaje.
Hace unos momentos, del lado derecho de la Madre Celestial, apareció Jesús como el Sagrado Corazón. Elevó Su mano derecha hacia el Cielo y los Cielos se abrieron. En lo alto apareció un corazón de fuego, rodeado por un aro de fuego. A los costados de ese corazón aparecieron los apóstoles y los 24 Ancianos.
Nos está hablando Cristo:
Queridos Míos, hoy vengo a anunciarles Mi retorno.
Les doy Mi Paz y Mi Paz les dejo en el Nombre del Señor.
Yo Soy Cristo, el Mesías, el Redentor.
Fray Elías: Ahora comenzó a hablar la Madre Divina:
Queridos hijos, hoy les anuncio que Mi Luz está retornando a los Cielos, pero quien esté en oración no perecerá, el alma prevalecerá delante de Mi Corazón, que es Misericordioso e Inmaculado.
Agradezco a todos por haber acogido Mi Voz de Fe en sus corazones. Esperen Mi llegada para el mes de noviembre, donde convocaré a más almas para que escuchen Mi llamado.
Hoy los estoy reuniendo aquí como el primer grupo de oración, que deberá asumir esta Casa, a la cual Yo he consagrado desde los Cielos para este mundo, para este país, para Mi querida Argentina y Mi amado Brasil.
Esas tres naciones deberán transitar por grandes pruebas, pero los corazones que se unan a Mí no serán tocados, ni siquiera por la llama del mal, porque todos se irán purificando sin percibirlo. Aquellos que se unan a Mi Corazón y se nutran en Mi Oración, verán lo que les digo, tendrán consciencia de lo que estoy anunciando como Madre de la Fe, como el Ave Misericordiosa.
He venido aquí a pedido de Dios, aunque sus consciencias no alcancen esta comprensión, pero sus corazones sí me responden.
Escuchen Mi Voz Interior, ustedes deben ser la columna de luz para estos tiempos y deben difundir Mi mensaje de redención y de paz, que estoy entregando a esta Nación y a todos Mis hijos que están confusos en este mundo.
Una parte del hemisferio norte está contestando a Mi llamado, mes a mes. Ahora Yo los convoco a que hagan lo mismo, para reencontrarme aquí, desde noviembre hasta el próximo año (2012), para que juntos nos preparemos para cruzar el portal hacia Mi Corazón. Así, no habrá tiniebla que los toque y no habrá corazón que se ciegue, porque habrán escuchado Mi llamado antes de que las trompetas suenen y antes de que los libros se abran anunciando la palabra de Dios, que será Ley y Justicia Divina para el fin de este tiempo.
El mundo debe nacer de nuevo y el parto está llegando. Mis estrellas están resistiendo y sosteniendo la luz de este mundo. Cada vez que oran Conmigo y creen en Mi Voz, que es invisible y Divina, estarán respondiendo a Dios, al Padre de todos, desde el Alfa hasta el Omega, desde el principio hasta el fin.
Cada mes Mi presencia será más fuerte, y atraerá a más corazones que buscan una respuesta, una cura interior, que buscan aliviar sus dolencias y cicatrizar sus heridas que están abiertas desde hace tiempo.
Yo Soy el bálsamo que todo lo cura, Soy la Fuente que lava las heridas, Soy la Divina Concepción de la Trinidad, Soy el Ave Mensajera de la Paz, Soy la Madre Misericordiosa, Soy el Fuego Ardiente para los corazones que están sin luz.
Ahora, ustedes han visto nacer sus almas que estaban dormidas y espero que sus vidas retornen a Mí en la oración. Espero que juntos ayudemos a nuestros hermanos, a todos Mis hijos, que no reciben esta oportunidad de los Cielos, oportunidad de ser bendecidos como lo han sido ustedes a lo largo de estos trece días.
¿Será que han comprendido Mi mensaje?
Por eso todo lo tendrán; abajo estará Mi firma, en la Tierra y en el Cielo, como lo es la palabra del Señor. Pues Yo fui glorificada por los ángeles y arcángeles para descender a este mundo, el cual me pertenece como tarea y como Misionera de la Paz.
Hoy les entrego Mi Corazón resplandeciente, el llamado Corazón Inmaculado, para que lo siembren en sus corazones como el sello que libera el mal y como la luz que corta las asechanzas, las confusiones en el corazón y la distorsión en las mentes. Pero para fortalecerse en Mi Corazón, deberán orar más para penetrar en los Cielos y encontrar la luz en el camino, esa luz que hoy están recibiendo.
Hoy les pido a todos ustedes, hijos Míos, que no vuelvan a la normalidad de este tiempo y que se abran a comprender lo que está sucediendo.
Una vez estuve en Fátima, estoy pasando por Medjugorje y ahora estoy aquí, en esta parte del mundo, difundiendo Mi mensaje de Paz, el llamado al rescate de las almas a través de la oración, de una simple oración. Abran sus consciencias para lo desconocido y permitan que el corazón les hable, que Mi Voz llegue allí en oración y en paz.
Dichosos los que creen sin haberme visto, pues como dicen los discípulos y lo que ellos han escrito: “Es la hora de la Señora del Sol, la que está vestida de Paz, la que irradia Su Amor de Madre y de Protectora”.
Aquí estoy, al lado de Mi Hijo, El Redentor, que hoy ha venido Conmigo para traerles Su Misericordia y para que, a partir de mañana, sus vidas sean otras. Porque Yo estaré allí, en sus corazones, comenzando a obrar como la Madre Celestial de la Luz, como la Guardiana del Amor, la llamada Inmaculada Concepción, la Madre de las Gracias, la Señora de los Ángeles, la Divina Concepción.
Guarden Mis palabras en sus corazones, sientan Mi Paz.
Fray Elías: Ahora desde Su mano está manifestándose una paloma de luz, que es blanca y brillante, nos la está ofreciendo.
La Madre Divina dice:
Este es Mi Espíritu, el que nació desde el Origen, el que trae para ustedes el renacer de la vida, el sello para el pasado, el cual se debe trascender para alcanzar la paz.
Dejen hoy en Mi Corazón sus miserias, en nombre de Cristo, para que todo sea curado y aquello que sólo Yo conozco, pueda revertirse y redimirse.
Fray Elías: Ahora está abriendo Su corona de estrellas y colocándola sobre el árbol, de izquierda a derecha. Nuevamente nos muestra Su Corazón que tiene espinas, pero que también está lleno de fuego. Está iluminando Su manto celeste, Su rostro está brillando de paz y de amor. Coloca Sus manos en posición de oración.
La Madre Divina dice:
Yo Soy la misma que nací como María y hoy Soy la Madre Universal, la Consciencia Sublime de la Paz, el Amor de Dios manifestado a través de Mi Esencia. Sepan queridos Míos, que ustedes tienen lo mismo que Yo, sólo que está dormido.
¿Por qué he venido durante estos trece días?
He venido para decirles hoy, que deben abrir sus Fuentes. Ellas se unen a Dios a través de la oración y del amor, de la caridad y de la compasión, porque el Señor nos está pidiendo salvar almas desconocidas para ustedes y que sufren. Si quieren comprender, abran las puertas de sus casas para que los últimos entren.
Pero recuerden, como Yo le dije a Lucía en Fátima: llegarán los tiempos en que la oración será la barrera invisible contra el mal, será el escudo protector, será la alianza con Dios, la religación con Su Presencia, la esperanza para cada alma y cada ser que no haya escuchado Mi llamado como la Madre de la Paz, la Señora de la Divina Misericordia.
Todos se reunirán en sus casas para orar junto Conmigo y para crear la Luz de Mi Corazón sobre sus hogares. Verán pasar por sus puertas el sufrimiento que deberá ser curado por la oración; una oración verdadera que se una a Mí para que las almas encuentren descanso, el mismo que ustedes han recibido hoy por la presencia de Mi Gracia Inmaculada.
Elevo hoy Mis brazos hacia el Creador, para que encuentren de nuevo refugio en Mí y descansen. Sepan que Yo los protejo cuando cumplen con Mi llamado y comprenden lo que es incomprensible. Porque así es la Voluntad, una Voluntad que no es de los hombres, que no es de este mundo, al igual que el amor, el cual debe verterse en sus corazones a través de esta Madre de la Paz.
El Espíritu de la Trinidad ha descendido sobre los que lo han escuchado en su ser interno, y se han abierto para que éste siembre la semilla del amor, la que no será extirpada por el mal. Queridos hijos, Mi Amor es tan bondadoso y compasivo, que penetra el corazón y disipa el dolor, este mismo Amor que Yo he repartido en los lugares en los que he aparecido para rescatar a las almas en multitud.
Verán llegar nuevos cambios sobre este lugar y sobre esta nación (Uruguay), porque Mi Corazón deberá triunfar antes de que la puerta se abra y que la batalla comience. Allí estaremos en oración, sin miedo, con fe y fervor, unidos a Mi sublime devoción, una devoción que despertó como la Madre del Mesías a los pies de la Cruz.
Les entrego hoy el Espíritu Inmaculado de la Paz, que nace desde la Fuente, el cual está descendiendo hoy sobre este lugar. Beban de ella ya que están a tiempo.
Dichosos los que comprenden las Voluntades Superiores.
Dichosos los que responden a Mi llamado sin comprender.
Dichosos los humildes que viven en la fe y en la devoción.
Dichosos los simples, como lo fui Yo, una Madre de Nazareth, una Pastora de almas que conduce el rebaño hacia Mi Hijo para estos tiempos.
Gracias por responder a Mi llamado.
Al igual que en los últimos días, un importante grupo de personas se reunió a orar y a cantar para esperar el Mensaje de la Madre Divina.
Poco antes de la hora marcada por Ella, la naturaleza comenzó a manifestar un movimiento diferente, y cuando los primeros rayos del sol tocaron la copa del Árbol, Fray Elías se puso de pie y se aproximó a donde Nuestra Madre había aparecido.
Después de unos minutos, se pidió silencio y todos escucharon con atención el relato de lo que había sucedido.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Cuando comenzamos a orar, apareció un manto de Luz rodeando al Árbol, desde abajo hacia arriba, que se encendió con mucha intensidad.
La Madre Divina apareció con una Túnica blanca y un Manto celeste, y tenía una rosa dorada entre Sus Manos. Oraba y oraba, sonreía y oraba. Detrás de Ella, desde los Cielos, descendió una cruz egipcia.
Pidió que nos acercáramos y, cuando lo hicimos, comenzó a irradiar desde el centro de Su Corazón dos rayos de Luz.
Hoy, nos invitó a orar más por las almas y por la tarea que Ella está realizando en varias partes del mundo.
Hoy, pidió especialmente, que fuera un día totalmente dedicado a la oración; que se formarán grupos que orarán de hora en hora, comenzando en el momento que terminemos este encuentro con Ella y hasta las 17:00 h. Dijo que quería que los colaboradores de Casa Redención oraran en grupo, en los diferentes horarios, la oración de la Madre Universal.
También, quiere que hoy se planten rosales en Su jardín, dijo que lo está esperando. Dijo que, de hora en hora, mientras una parte de los grupos reza, otra parte se dedica a la construcción del jardín; pues antes del anochecer, Ella lo quiere ver terminado.
Pidió que hoy colocáramos en la oración, la intención de orar por las almas que están en el caos y que están envueltas por la energía material, la energía del materialismo; almas que, por esa energía, están muy perdidas.
Después, la Madre se desplazó desde la copa del Árbol y se acercó al grupo. Entonces, pude verla de espaldas y vi que tenía una estrella dorada de seis puntas, toda rellena. La estrella abarcaba todo el Manto, que era muy bonito y la cubría de la cabeza a los pies.
Cuando ya estaba junto a ustedes, comenzó a bendecirlos. Se aproximó a cada uno de ustedes y les tocó la cabeza. De Sus Manos salía mucha Luz, y esa Luz renovaba sus seres.
Después de la bendición, se elevó y volvió a la copa del Árbol. Mientras estaba suspendida en el aire, nos invitó a leer el Capítulo 5 del Apocalipsis de San Juan, y nos dijo que teníamos que estudiarlo.
En ese momento, mostró algo que comprendí como una profecía sobre el final de los tiempos, referido a lo que trata el Capítulo 5 del Apocalipsis de San Juan.
En la visión, los ángeles batallaban contra el mal. El planeta aparecía en total oscuridad, una oscuridad generada por un eclipse. Cuando el planeta estaba pasando por ese eclipse, no logré identificar en qué hemisferio se producía, había fuerzas involutivas que sofocaban a las almas. Entonces, con el sonido de algunas trompetas, descendían desde el universo muchos ejércitos angélicos que eran guiados por muchos arcángeles.
En lo que sería el centro del planeta, el meridiano de Greenwich que lo divide en sentido vertical, se enfrentaba el mal con la Luz, y comenzaba una batalla. En ese momento, la Madre Divina apareció en otro lado del planeta, intentando resolver y ayudar en esa situación. Observaba desde afuera, no participaba. En ese momento, terminó la visión.
Cuando Ella apareció, dijo que se nombraba como el “Ave de la Paz” y escribió en el cielo un Mensaje. Yo le pregunté cuál era el significado porque no lo comprendí muy bien. El Mensaje era:
“Si vienen a Mí y si oran por la paz, alcanzarán la vida eterna”.
En esa frase, nos quiso decir que si oramos por la paz vamos a alcanzar la vida eterna, promesa que nos hizo el Maestro y que hoy Ella nos está haciendo nuevamente a todos nosotros.
Al final, cuando se elevó, permaneció muy resplandeciente, y detrás de Ella apareció Cristo, en Su Faz de Cristo Misericordioso, y Santa Faustina a Su lado. Nos saludaron y después los Tres desaparecieron.
Mientras un grupo construía el jardín de rosas pedido por la Madre Divina en Su Aparición matinal, otro grupo oraba debajo de un naranjo cercano, a algunos metros del Naranjo de las Apariciones. Durante la oración, la Madre Divina apareció. Fray Elías se puso de pie y le transmitió algunas palabras al grupo reunido.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Madre Divina apareció con Su Faz de Madre de la Divina Concepción de la Trinidad. Tenía una estola con una cruz de brazos iguales en cada extremo.
Nos dijo que hoy nos entregaba una parte de Su Manso Corazón para que lo sembremos en nuestros corazones.
Nos dijo también que el mal genera confusión en los corazones, pero que cuando Ella llega, todo eso se disipa en Sus hijos. Esa es una lucha constante que se vive entre dos reinos.
Pidió que esta oración, el Ave Luminosa, se cante durante el Encuentro General en la Comunidad-Luz Figueira. Que lo único que se va a extraer de esa oración es la palabra “amén”, que no se cantará.
Nos dijo que ha abierto Su Reino aquí, para que lleguen todos los corazones, para que lleguen todos Sus hijos, y que cada uno sabrá qué parte deberá llevar de Su Mensaje.
Les estoy abriendo las puertas de los Cielos a los corazones dormidos y a los que no confían en Mi Voz. A través de Mis Palabras, emito Mi Voz a todos.
Gracias por responder a Mi Llamado y por concretar estas Obras de Dios. Gracias por transmitir Mis predilectos Mensajes, inclusive a aquellos que no los comprenden y que no sienten lo que aquí está sucediendo.
Lo importante para todos ustedes será mantenerse siempre unidos en la Paz, en la Comunión de Cristo, en la Luz de Mi Corazón, para fortalecerse ante los enfrentamientos del mal. Sepan que, si están unidos a Mi oración, Mi espada de Luz, Mi espada de Paz y la espada de plata del Arcángel Gabriel estarán frente a ustedes para resguardarlos.
Que ninguna nube interior los rodee, la llamada tiniebla que es el caos que sofoca al mundo. Oren Conmigo, dejen todo lo que están haciendo, para que sus corazones se iluminen y así se detenga el mal, porque donde Yo reino, prevalece la Luz del Padre.
Acepten Mi Amor, por más que no lo hayan sentido, y si aún no Me han visto, aquí Me tienen.
Yo Soy la Divina Concepción de la Trinidad, que les trae la Paz de los Cielos y el Amor incondicional de los ángeles, querubines y serafines, los que Me recibieron en la Asunción de Mi Cuerpo y de Mi Alma, cuando llegué al centro de esta Galaxia, para aprender a vivir el Amor Universal.
Como Mi Esencia es parte de una Fuente de donde brota el manantial de vida para las almas que están en este y en otros mundos, hoy les doy Mi Paz y Mi Amor para que nutran sus corazones y para que sepan que cuando están Conmigo, están con Dios, están en contacto con Mi Fuente, Mi Fuente de Luz, Mi Fuente de Redención.
Yo Soy la Señora que trae a esta Tierra y a este pueblo de Uruguay, así como a todas las naciones hermanas, el lema de la redención a través de la Trinidad y de la Luz del Padre en este tiempo.
El Arcángel Gabriel Me acompaña en esta tarea y enciende los núcleos de los corazones, para que reverberen en el Amor que les estoy irradiando desde hace siglos. Me han conocido como María, la Madre del Mesías; hoy Me conocen como la Reina de la Paz, la Divina Concepción de la Trinidad, la Madre Universal de las criaturas, el Manto de la Paz, y también como la Llama del Amor Inmaculado.
Hoy, les dije que estudien el capítulo 5 del Apocalipsis de Juan. Ese mensaje es simbólico para sus mentes. No desistan, necesito que abran sus sentidos, los sentidos internos, que se unan a Mi Amor y a Mi Luz, para que comprendan lo que todo eso quiere decir. Esa parte de la historia está llegando de una forma que los corazones no perciben, pero sí lo sienten cuando oran Conmigo.
Vayan en paz y reúnan a los corazones para que escuchen Mi Mensaje. Reúnan a los corazones que residen en este lugar y a los que el Cielo les está confiando una promesa que no es de la Tierra, que es una promesa divina que hace fluir Luz a los corazones para que estos reconozcan la Voluntad Mayor.
Quiero pedirles a todos que hoy escuchen Mis Palabras, para que comprendan lo que estoy haciendo aquí como Madre y Señora de la Divina Concepción de la Trinidad.
Ha llegado la hora de que Mi Corazón triunfe en este lugar por segunda vez, y que el Propósito, que no es Mío, sino que viene desde lo más Alto, pueda descender a sus consciencias, a sus comprensiones, por intermedio de Mi Consciencia Universal.
Aurora en estos días se ha vuelto refugio de Mi Corazón, y todos aquellos que acompañan esta Obra, que es Celestial y Divina, que están aquí desde hace tiempo, cumplen este Propósito y responden a Mi Voz como Madre de todos.
Que los santos y ángeles, consciencias resplandecientes, seres que han aprendido en el amor y en la humildad, lleguen a sus corazones, para que en ellos reconozcan el camino que es único y que los lleva a Mí, que los lleva a Cristo, que los lleva al Omnipresente Señor que está en los Cielos.
Muchos vendrán aquí en busca de milagros y curas, pero Mi tarea aquí es la redención, la apertura del corazón, rasgar los velos que están ocultos, abrirlos a la Luz y colocar Luz en donde todo está oscuro.
Esta es Mi tarea sobre esta Nueva Aurora; que es, en este lugar, el amanecer a través de Mí.
Gracias por responder a Mi llamado.
Hoy, en el undécimo día de apariciones, como en los días anteriores un numeroso grupo se reunió a orar y escuchar el mensaje de hoy de la Madre Divina.
Mientras el grupo oraba, Fray Elías y Madre Shimani se aproximaron al árbol y estuvieron un largo tiempo conversando con la Madre Divina.
Luego, pidieron para que se aproximara una monja del Monasterio de la Eterna Fe y también estuvo un largo tiempo cerca del árbol. Fray Elías le transmitía a la hermana lo que la Madre Divina decía. En ese momento la Madre Celestial consagraba a esta hermana como una nueva Madre(1) dentro de la congregación.
En cierto momento, Fray Elías se dirige al público para transmitir lo que la Madre Divina había dicho.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Señora dijo: "Yo Soy la Señora y la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad".
Ella nos dijo que está muy contenta con estas oraciones y nos pidió que sigamos orando, porque está salvando muchas almas, por más que no lo veamos ni lo sintamos.
Cuando apareció, lo hizo como la Reina de la Paz, muy resplandeciente, con una gran corona de estrellas con forma de arcada que abarcaba de un lado al otro del árbol. En Su cintura tenía una faja grande y bien firme, y nos miraba con mucha bondad, con mucha compasión.
Nos hizo recordar el pasaje de Su encuentro con Isabel, Su prima, y también Su encuentro con algunas de Sus hijas espirituales, que en estos tiempos están presentes aquí para cumplir con una parte de Su llamado.
Nos pidió que sigamos orando, que sigamos ayudándola con la oración, que en algún otro momento del día nos llamará, pero no sabemos cuándo.
También dijo que hoy tenemos que trabajar con la pauta de las 150 Ave Marías en los tres horarios, y dijo que al mediodía va a retornar, que después nos dirá si será para todos.
Gracias a todos.
(1) En la Orden Gracia Misericordia, por pedido de la Madre Divina, a las consagradas femeninas se las llama de “Hermanas”, a los consagrados masculinos de “Frays”, que viene de la palabra fratello, y quiere decir fraterno, por lo tanto son aquellos que buscan vivir en fraternidad, y algunas hermanas que han dado algunos pasos, mostrando una gran entrega y dedicación a los demás, así como una gran capacidad para amar y orientar espiritualmente a sus hermanas y hermanos, se las denomina de “Madres”.
Hoy, un grupo pequeño se reunió al mediodía, en el Árbol de las Apariciones para orar 150 cuentas del Ave María. Pasadas algunas decenas, la Madre Divina apareció y pidió que todos se pusieran de pie. Enseguida, Fray Elías comenzó a transmitir Sus Palabras.
Mi Corazón está creciendo dentro de sus corazones. ¿Se animan a acogerlo?
Yo Soy la Divina Concepción de la Trinidad, la Reina de la Paz y la Señora del Rosario. ¿Acaso Me han comprendido?
Vengo aquí para pedirles que coloquen, en el lugar donde ustedes se encuentran, Mi Inmaculada Faz y una placa donde se lea: “Yo Soy la Señora y Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, nacida por el Espíritu Santo Sagrado”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Cuando Nuestra Señora apareció, mostró un símbolo: una cruz cristiana de plata que en la parte superior tenía una pequeña figura del Cristo Redentor, también de plata.
Después, en otra visión, apareció el Cristo Misericordioso, colocando Su Mano izquierda en el Corazón y Su Mano derecha en alto; luego de unos instantes desapareció.
En otro momento, Ella bajó Su velo y mostró Su cabello, que era de color marrón claro, brillante; se sacó la Corona de Estrellas y la colocó sobre nosotros.
Después, mostró una medalla que tenía la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Desde que apareció, estuvo rodeada de muchos ángeles pequeños.
La Madre Divina nos dijo: “Llamad a los otros, que también están dentro de Mi Corazón”.
En ese momento, un hermano se retiró a buscar a todos los presentes en el campo y, mientras todos llegaban, el grupo que permaneció entonó el cántico Ave María, en forma de alabanza.
Cuando todos llegaron al Árbol, se comenzó a orar la oración de la Madre Universal. Después de un tiempo, Fray Elías pidió silencio y nos dijo que repitiéramos, frase por frase, una oración que la Madre Divina nos pasó ayer, pidiéndonos que la hagamos todos juntos.
Porque Tú eres el Corazón Sagrado para nuestras vidas.
Porque Tú eres la Trinidad para nuestras almas.
Todos repitieron. Todos oraron algunas veces frase por frase y luego todos juntos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Estamos orando junto con Ella.
Se sigue orando.
En determinado momento el grupo comenzó a orar cada vez más rápido, hasta que Fray Elías interrumpió y nos transmitió lo siguiente.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Madre Divina dice que tenemos que orar más despacio, entre oración y oración tenemos que hacer un pequeño silencio para contemplar lo que acabamos de decir. Dice que está intentando enseñarnos un ejercicio de oración y nos dijo que comenzáramos de nuevo.
Todos comenzaron a orar nuevamente la oración, marcando una pausa entre cada frase.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Al final vamos a agregar:
Tú nos das Tu Inmaculada Paz, Señor.
Todos continuaron orando, marcando la pausa después de cada una de las tres frases.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ahora, diremos la siguiente oración:
En reverencia a Ti, Señor.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Todos repetiremos varias veces, junto con Ella. Esta parece ser una oración de cierre.
Luego, la Madre Divina continuó transmitiendo Sus Palabras.
Por el Poder del Espíritu Santo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vengo a pedirles que escriban esta oración sobre una plaqueta, para que todos la lean y que esté debajo de este Árbol.
Esta forma de orar, la aprendí con el Maestro, cuando era Jesús, cuando solo tenía siete años.
Esta es una oración para llamar a la Trinidad. Esta oración representa a la Divina Concepción de la Trinidad, la oración a Mi Presencia aquí. Es una oración que rescata los núcleos profundos de las almas, el espíritu en cada ser, mediante el contacto con la energía de la Trinidad.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Por eso, nos dice que ha aparecido aquí, para enseñarnos a orar de una forma pausada y amorosa, como Ella aprendió cuando estuvo en Nazaret viviendo una parte del tiempo con Jesús y preparando el camino del Cáliz.
Se hizo un pequeño silencio, luego Fray Elías prosiguió.
Está diciendo otra oración que nos quiere enseñar ahora. Dice así:
Ave Luminosa,
nuestras vidas resplandecen
bajo Tu Presencia Universal.
Todos repitieron varias veces.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Agregó otra parte a esta oración, que dice así:
Que el Corazón de Tu Divina Misericordia,
nos alivie de todo dolor.
Todos repitieron varias veces.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ahora, agregó otra parte que falta:
Que el corazón de Tu Divina Misericordia,
nos alivie de todo dolor
y nos resguarde de todo mal.
Madre Divina,
siempre Tu Luz reinará.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Dice que tenemos que ir un poco más despacio, ir al ritmo de Ella. Entre cada frase un silencio, para meditar lo que estamos diciendo y después continuar.
Vamos a seguir con la oración “Ave Luminosa”.
Todos continuaron orando.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Dice “amén” tres veces al final:
Amén. Amén. Amén.
La Madre Divina se despidió diciéndonos:
“Gracias por responder a Mi llamado”.
Como fue pedido, el grupo realizó una procesión de velas desde el auditorio de Casa Redención hasta el Árbol de las Apariciones.
Al llegar al lugar, todos se sentaron y comenzaron el trabajo de oración.
Mientras todos oraban, Fray Elías y otro hermano se aproximaron al Árbol, poco después lo hicieron las hermanas de la Red Fraternidad de Oración y más tarde también se aproximaron otros dos hermanos orantes muy fieles a la Obra de la Madre Divina, quienes, junto al grupo que ya estaba, permanecieron un tiempo bajo el Árbol.
Finalmente, se pidió silencio.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Madre Divina dice que ahora nos va a bendecir, que nos va a irradiar Su Corazón de Paz.
Nos pide que todos los que puedan se pongan de rodillas para recibir Su bendición.
Por el resplandor de Mi Amor Maternal, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Mientras la Madre Divina nos bendice, vamos a repetir una oración que le enseñó al comienzo de la Aparición a este grupo que está cerca del Árbol. Nos pidió que todos la oremos, que es el verdadero Mensaje que le dio el Arcángel Gabriel cuando le anunció el Nacimiento del Mesías.
Vamos comenzar orando los hermanos que estamos aquí y cada uno irá uniéndose a medida que se sienta seguro. Mientras oramos, vamos a dejar que la energía de la Madre llegue a nosotros. Ella va a emanar esa energía desde Su Centro Cardíaco, desde Su Corazón de Paz, hacia todos. Aceptemos esta oferta.
Todos los presentes comenzaron a orar la siguiente oración:
Bendita Tú eres entre todas las criaturas,
porque fuiste concebida por una Gracia Mayor.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Madre Divina dijo que pronto volverá por más tiempo. Ahora, se está elevando, pero Su Corazón de Paz continúa irradiando. Está muy alegre por la respuesta que le hemos dado.
En lo alto del cielo, Ella nos dice:
¡Paz y resucitarán!
¡Confíen en Mi Paz y resucitarán!
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ella se proyectó hacia el infinito como una esfera de Luz. Vamos a apagar las velas y a cantarle la canción “La Patrona”, para despedirla.
Se canta la canción pedida.
Madre María Shimani de Montserrat:
Vamos a hacer un pequeño relato de la Aparición para que todos puedan comprender lo que sucedió.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Cuando llegamos aquí, ya existían condiciones creadas para la Aparición, y Ella dijo, internamente, que estaba abriendo los Cielos para aparecer.
Hoy, vino con un Manto verde y coronada de estrellas, y nos explicó: “El Manto celeste es para establecer la paz y el Manto verde es para curar el corazón”.
La Madre Divina vino desde la luna. Cuando se aproximó, una esfera de Luz dibujó en el cielo un gran símbolo del infinito a mucha velocidad. El infinito se dibujó en sentido horizontal, pero luego, esa misma esfera comenzó a realizar otro infinito en sentido vertical.
Mientras esto sucedía, los cielos comenzaron a abrirse y una energía celeste bañó todo el espacio sobre nosotros. Aparecieron varios coros de ángeles y dos esferas más que comenzaron a hacer el mismo diseño que realizó la primera. Esas tres esferas estaban cerca, una de las otras, se movían juntas en la misma dirección, al mismo tiempo cada una dibujaba, en un punto del espacio, una flor.
Luego, la Madre apareció traspasando las tres flores dibujadas en el cielo, trayendo en Sus Manos el símbolo de la Flor de Lys y nos dijo: “Yo Soy la Señora de Lys, Soy la Flor de Lys”.
Ella descendió hasta la copa del Árbol e hizo desaparecer el símbolo de la Flor de Lys. Con las Manos abiertas, nos bañó con Su Luz. Ella nos sonreía en silencio y Su Rostro se iluminaba cada vez más, hasta quedar totalmente resplandeciente. Su silueta y Su imagen eran muy reales y estaban en constante movimiento.
En otro momento, me indicó que mirara hacia un lugar, al lado del Árbol, donde aparecieron los apóstoles. Nos saludaron, hicieron una reverencia como hacen los orientales y desaparecieron.
Cuando nos llamó (a Fray Elías y al otro hermano del monasterio), no entendimos muy bien el porqué de Su sonrisa. Ella nos explicó que era para que aceptáramos Su Amor en silencio.
Entonces, Ella comenzó a hablar y transmitió la oración que ustedes acaban de conocer.
Más tarde, llamó a las hermanas de la Red de Oración, a las que también les transmitió algunas Palabras.
Luego, llamó a otros dos hermanos orantes, los bendijo y les transmitió algunas Palabras de instrucción para su trabajo.
Todos los que han pasado al frente lo han hecho por indicación de Ella. Los llama por el nombre y por la consciencia; no solo llama a nuestro ser planetario, a nuestra personalidad, sino que también llama a nuestro ser interno, a nuestra alma. Cuando la llama, lo hace por el nombre de esa alma.
Hoy, la Madre Divina llamó a algunas personas que necesitan asumir ciertos compromisos que tienen con Ella. Cuando se acercaron al Árbol y estuvieron delante de la Madre Divina, Ella descendió un poco más para que algunos tocaran Sus Pies.
A algunos les entregó una corona de rosas, a otros les entregó una rosa dorada que Ella, inclinándose, retiraba de Su Manto.
Cuando hizo esto, dijo: “Esta es la Flor de la Inmaculada Concepción”.
Mientras hablaba, decía que estaba alegre por nuestra respuesta, porque nosotros creíamos en lo que Ella nos decía.
En un determinado momento, Ella elevó Sus Brazos, colocó las palmas de las Manos hacia arriba, Su mirada se fijó en los Cielos, en el profundo universo, y realizó una poderosa oración.
En ese momento, comenzaron a abrirse los Cielos de una forma grandiosa.
Transcribimos la oración realizada por la Madre Divina:
¡Oh, Señor de todos los universos!,
que brotaste de la pureza de la existencia,
que parta de Ti la llama
hacia todas estas criaturas
que consagran sus seres a Mi Inmaculado Corazón.
Que la Divina Trinidad,
que surge de la sublime esperanza en todas las almas,
encienda las esencias
para que se cumpla el Plan de Amor y de Luz
que Tú Me has confiado, Bendito Señor.
Yo Soy la Divina Concepción de la Trinidad,
la Guardiana del Amor,
la Protectora y Madre de la Paz.
Te suplico, con Mi pura esperanza,
que des Luz a todos los corazones que están caídos
y que reconcilies a todos Tus Hijos
a través de la llama de Mi Amor.
Tú Me has concebido como Señora de los Cielos,
como el amanecer en la vida de las almas,
como el fruto de Tu Corazón.
Ahora, Te llamo, Señor,
junto con Mis hijos,
para que escuches Mi súplica,
que Te ruega desde lo profundo de Mi Consciencia.
Soy Tuya,
y elevada Soy por Tu Gracia y por Tu Amor.
Ángeles y Arcángeles entonan los coros del Amor
para que Tu Voluntad se cumpla, Señor,
y el Propósito se siembre en los corazones.
Aguardo, Señor, con sublime esperanza,
como la Madre María, Reina de la Paz,
para que Tu Luz descienda
y el mal se extirpe de todas las consciencias;
porque la espada que Tú Me has concedido,
Sagrado Arcángel Gabriel,
corta las asechanzas y las amarras
que sofocan a los corazones.
Enciendo Mi Luz ahora y siempre,
por toda la eternidad, por los siglos de los siglos,
como Tu Guardiana del Amor,
Tu Mensajera de la Paz,
la Sierva infinita de la Misericordia.
Yo Soy, Yo Soy, Yo Soy
la Madre de la Paz.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Comprendimos que esta oración surgía espontáneamente de Ella, llena de amor y de vida. Es una plegaria que hizo por la humanidad, en la que une Sus Apariciones, desde Fátima hasta Medjugorje, como la Reina de la Paz, y también como la Divina Concepción de la Trinidad.
Esa oración relaciona Sus Apariciones con María, la Madre de Nazaret. Mientras hacía esta oración, la Madre proyectó algunas imágenes muy expresivas e instructivas, donde mostraba cómo Ella se conectaba con el Padre cuando oraba y cómo el Padre respondía a Sus oraciones.
En esta oración, oraba no solo por los corazones que están caídos, sino también por aquellos que no creen en lo que está pasando y por aquellos que no escuchan Su Mensaje en este tiempo.
La Madre Divina oró en voz alta, de forma contundente y poderosa. Y se percibió que el Padre le contestó desde el Universo Espiritual, pues comenzó a descender una Luz que parecía abstracta, era una energía muy sutil y superior que venía desde lo Alto y que descendió sobre Ella, impregnándola, colmándola, una Luz que se expandió hacia el mundo entero.
Después de esa oración, Ella transmitió algunas Palabras.
Por la Gracia y la Paz que emanan de Mi Corazón, Yo Soy la Divina Concepción de la Trinidad.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les pido que sean mansos y esperen a las multitudes.
Yo Soy María, la de Nazaret, la Madre Universal, que fue concebida como la Inmaculada Concepción y que fue concebida por la Divina Trinidad.
Digan a todos sus hermanos que de Mi Corazón brota alegría porque confiaron en Mi llamado.
Acojan a todos los que llegarán, comprendiendo o no comprendiendo.
Les traigo Mi Paz desde el centro de Medjugorje. Allí, Mi Llama Trina desciende como aquí. Pero aquí y ahora, es a través de la Luz de la oración y de Mi Aparición constante.
Quiero que se cumpla un único propósito que es rescatar a las almas, a través de la colaboración de todos ustedes.
Quien ve sin ver, quien siente sin saber, y quien hace sin comprender ganará el Reino de los Cielos. Yo le abriré la puerta.
¡Gracias por responder a Mi llamado!
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Hoy, también nos preguntó que quién se animaría a aceptar Su Amor, que quién se animaría a arriesgarse por Ella.
Los hermanos, que fueron llamados por Ella, recibieron un pedido. Ella les dijo algunas cosas no solo a sus consciencias, sino también a sus seres internos, y les encomendó tareas.
Parte de este movimiento es para comprender que debemos estar preparados para ser llamados en cualquier momento, a estar atentos para escuchar Sus Palabras, que son Palabras de Amor y Palabras de Paz.
Como todos saben, al final de la Aparición, dijo que nos bendeciría. Después de la bendición, comenzó a elevarse y a desmaterializarse. Paulatinamente fue convirtiéndose en una esfera de Luz y se fueron plasmando los portales del Cielo, que Ella llama “Puertas de los Cielos”.
Mientras aparecían esas puertas, la esfera de Luz comenzó a desaparecer con mucha lentitud. Mientras desaparecía, se sentía que Ella proyectaba hacia nosotros Su Corazón de Paz. Ese Corazón, en otros planos, se ve como un corazón humano que late, que está vivo, que emana Luz; y, en ese momento, lo proyectó por medio de dos rayos de Luz blanca.
Esta noche, nos invitó a que cada uno lleve Su Corazón consigo cuando fuera a dormir y que busque sentirla.
Gracias a todos.
Como en los días anteriores, un grupo numeroso se congregó próximo al árbol de las apariciones para, en oración, recibir a la Madre Celestial.
En determinado momento, mientras todos cantan, la Madre Divina apareció y Fray Elías y Madre Shimani se colocan de pie.
Pasados algunos minutos se pide silencio y Fray Elías relata lo sucedido.
Fray Elías: La aparición de la Madre fue muy corta.
Cuando la Madre Divina apareció, estaba desatando una cuerda que tenía tres nudos. Padre Pío estaba cerca de Ella ayudándola.
Vino como Nuestra Señora desatora de nudos.
Ella dijo que si los corazones y las almas no se transforman por la oración, van a padecer dolor.
Eso fue todo lo que dijo y nos pidió que continuáramos orando.
Como en los días anteriores, un grupo pequeño se reunión en el árbol de las apariciones para orar 150 cuentas del “Ave María”.
Pasadas algunas decenas la Madre Divina apareció y llamó a los presentes en el campo pues daría un mensaje a todos.
Mientras uno de los presentes se retiró a buscar al resto del grupo, el resto continuó orando hasta que todos llegaron y la Madre Divina comenzó a dirigir Sus palabras.
Fray Elías: La Madre Divina dice:
Vengan a Mí, Yo los protejo y los amparo. Yo soy el Inmaculado Corazón de Dios, la Guardiana de las almas.
Fray Elías: Cuando Ella apareció, tenía en cada mano un escudo dorado rodeado de estrellas. Cada escudo tenía gravado una letra: el de Su mano derecha, la letra M y el de Su mano izquierda, la letra S. Estas letras significaban “Madre Sagrada”.
Luego cambió la imagen y Ella apareció con un solo escudo en Su mano derecha, el que tenía las letras M y S fundidas una sobre la otra.
En otro momento apareció con una llave dorada, Ella decía que era la “Señora de las Llaves”, la que abre la puerta del corazón y dijo:
Todo pasará, todo pasará.
Luego la llave desapareció y junto al movimiento del viento, la Madre abrió Sus brazos y colocó las palmas de Sus manos hacia arriba. Detrás de Ella había más de siete coros de ángeles en diferentes niveles y planos. En un momento, con una ráfaga de viento, Ella envió a un grupo de ángeles pasar sobre nuestros cuerpos, y ellos acariciaron nuestra alma, limpiaron y purificaron nuestros seres. María nos dijo que esto era como una caricia que Ella nos daba como Madre a cada uno de nosotros.
Dijo que nos anunciaba, a todos los presentes, que nos llevará a Su Reino, a algunos antes y a otros más tarde; porque algunos deberán quedarse para colaborar al fin de estos tiempos. Nos hizo recordar a Lucía, a Francisco y a Jacinta, que Ella les anunció esto y que ahora nos lo viene a decir a nosotros.
La Madre Divina dice:
Yo soy la Señora que desata los nudos, como lo he dicho esta mañana.
Vengo a anunciarles que construyan aquí, a algunos metros de este árbol, en el lugar donde ustedes se sientan a recibirme, una fuente. Una fuente que representará la presencia de Mi renovación como Madre Inmaculada para todos los que lleguen aquí. Una fuente que dará agua para beber desde la profundidad de este suelo, el cual deberán cavar para que vierta. Busquen el punto cierto, no se confundan. Será una fuente de tres platos que no solo refrescará los corazones a través de este elemento, sino que dará vida para las almas a través de Mi presencia en este lugar.
Vengo a pedirles que visiten a Mi hija Esmeralda (Madre Esmeralda), pues Yo la he convocado a los mundos internos. Vayan, para que se reúnan las realidades que están separadas y que pertenecen a Mi misma Ley. Ahora, una tarea en ella está terminando; el momento ha llegado para elevarse, pero la tarea debe continuar. Deben tener en sus corazones a las almas que ella ha atraído a través de Mi Voz y a los anuncios que los Cielos le han brindado. Saben que Mi Uruguay es un país de espíritus santos, de sagrados hijos de Dios, que en la simplicidad lo tienen todo, porque no son conocidos, mas son escuchados y Mi Voz ha repercutido en ellos en los tiempos pasados.
Yo soy la Madre Milagrosa del Amor, la que vierte la Luz sobre los corazones para que se enciendan.
Vengo a pedirles que lleguen aquí todos Mis hijos, sin distinción: los que creen y los que no creen, creyentes en Dios y ateos, porque este es el punto donde se anuncia Mi Voz.
Vean el Espíritu que está descendiendo...
Fray Elías: Ella está señalando aquella ave, aquella que está allá arriba.
En este momento un ave sobre vuela al grupo.
Fray Elías: La Madre Divina nos dice:
Como Jesús fue bautizado por la Fuente, todos se bautizarán a través de esta simple fuente de Paz que intentará abrir los corazones. La humanidad necesita de elementos para poder creer y seguirme.
Yo les estoy dando mucho en estos días, lo digo así para que comprendan y Me sigan. He venido aquí una vez más para irradiar sus corazones, para que encuentren aliento en sus caminos que serán duros pero gloriosos, porque Mi Corazón Inmaculado a todos protegerá para que todos estén amparados bajo Mis rayos y respondan al llamado para este tiempo.
¿Dónde están Mis hijos?
Llámenlos, Yo los acojo, estoy abriendo las puertas de los Cielos.
Fray Elías: Ahora está elevando los brazos hacia arriba.
La Gran Consciencia del Padre quiere penetrarlos, para que encuentren descanso y refugio en Su Corazón.
Espero aquí a Mis hijos.
Oren.
Gracias por responder a Mi llamado.
Se plasma un profundo silencio en todos los presentes. El viento comienza a intensificarse mientras Fray Elías mantiene su mirada hacia donde está manifestada la Madre Divina. Luego nos dice:
Fray Elías: Mientras la Madre se elevaba, en un instante, se abrió un Cielo más profundo, más elevado, en el que apareció el Arcángel Gabriel. Él descendió de forma muy rápida hasta quedar cerca de la Madre Divina, un poco más arriba y a Su derecha. Trajo un cambio en la energía, él hace sentir de forma muy intensa la energía de la redención, energía que irradia a todos los presente y a toda la humanidad.
La Madre Divina nos dice:
¡Esta es la hora, esta es la hora, acepten la oferta!
Todos oran el Padre Nuestro varias veces.
Fray Elías: La Madre Divina nos dice:
¡Acepten la oferta, la hora está llegando, la hora final!
¡Arcángel Gabriel que Tu espada y escudo corten el mal en las almas!
¡Que por el rayo todopoderoso que brota desde Mi Corazón las almas sean liberadas del fuego del infierno, que las almas resuciten delante de los ojos de Cristo!
¡Que el poder que viene de Dios a todos colme y los libere de las amarras. Este es el poder de Mi Aurora y así lo conocerán para sus vidas!
Yo soy la Madre Guerrera de la Paz, la guardiana de todos los internos, la llama sublime de la oración. Ahora están frente a Mí, Yo no los dejo, confíen en Mí. Sientan los Cielos abiertos, el poder de los ángeles que cumplen la obediencia que ustedes deben de aprender.
Es la hora de seguir el camino y no dejarse caer.
Mi Sagrado Corazón prevalecerá y todo serán inmaculados junto Conmigo.
Fray Elías: El Arcángel Gabriel se está elevando.
Yo sé que hay ojos oscuros que no Me ven porque sus vidas pesan más que los designios, pero Yo confío en ustedes. Soy la Reina del Amor, la que vierte este rayo en este momento y sobre este suelo de Uruguay.
Me verán caminar junto a ustedes si oran Conmigo. No hay tiempo que perder, hay almas que se pierden.
¿Quién llevará Mi Corazón Inmaculado?
Escuchen Mi Voz, Yo los reclamo, Soy la Divina Concepción de la Trinidad y ahora les traigo el Espíritu, siéntanlo....
Repentinamente se hace silencio y se percibe un movimiento intenso del viento.
Fray Elías: La Madre Divina continúa diciendo:
Gracias por responder a Mi llamado y no desistan cuando Yo aparezca poco. ¿Será que tienen poca fe?
Yo los acojo y los amparo en el Nombre del Señor.
Por el poder del Espíritu de la Trinidad, vallan en Paz y esperen Mi nuevo llamado.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Las hermanas del Monasterio de la Eterna Fe entonan “Ave María” en agradecimiento.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más