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Queridos y amados hijos de México, Centroamérica, Caribe y Estados Unidos:
En el nombre de la Paz, hoy descienden Nuestros Sagrados Corazones, abriendo las puertas de los corazones que antes estaban cerrados a Nuestro puro Amor.
Es así, queridos hijos, que su Madre Celeste, la Guadalupana, se presenta nuevamente en México para recordarles su filiación espiritual con Dios y, especialmente, con toda la Obra redentora de Mi Hijo.
Hoy, deseo que sus corazones resplandezcan ante Mi Luz maternal, que en silencio los guía todos los días hacia el Propósito de Dios.
Es por eso que, finalmente, hijos Míos, estoy entre ustedes para traerle a esta nación la luz de Mi Gracia y de Mi Amor.
Queridos hijos, hoy su Madre Celeste descendió desde el Tepeyac para traer a la humanidad el recuerdo de que debe reencarnar la pureza de corazón, para que las “poderosas” naciones del mundo no provoquen la Ira de Dios.
Queriendo traer la Paz al mundo, Yo los invito, Mis amados hijos, a ser perseverantes en Cristo; así colaborarán para que nada se pierda, ni siquiera las naciones enteras que se comprometen día a día con las fuerzas del mal y del caos.
Pero antes de que se cumpla el tiempo de la gran purificación, venimos a abrir las puertas de sus corazones, con el fin de que muchas más almas puedan penetrar el misterio del Amor de Dios a través de la pureza, del servicio y de la caridad para con el planeta dolorido.
Queridos hijos, su Madre Celeste se aproxima a su realidad humana, para que ustedes en la fe reencuentren la pureza que en otros tiempos vivieron e irradiaron a los Reinos de la Naturaleza y a todo el universo.
Es así, hijos Míos, que a través de la vivencia de su pureza original, el Padre Eterno y todos Sus ángeles tendrán el permiso de que muchas cosas, que ya están perdidas en los abismos de la humanidad y de la consciencia, puedan ser rescatadas.
Vengo nuevamente a México para consagrarlo una vez más a Mi materno e Inmaculado Corazón; pues así, Yo podré, a través de sus corazones, llegar a las situaciones más caóticas que vive este amado planeta.
Hoy, le traigo un impulso a la consciencia para que acepten el Llamado de Dios, que resuena por última vez en toda la humanidad.
Difundan, más allá de ustedes, la Palabra santa de la Jerarquía, para que los más dormidos y distraídos sean tocados por Mi Amor maternal.
Les agradezco por ser difusores del Mensaje del Cielo.
Les agradezco, hijos de México, porque abrieron los brazos para recibirnos en la simplicidad y en el amor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama eternamente,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo soy la Madre de los océanos y a través de ellos espejo la luz interior sobre el mundo.
Yo soy la Señora de los océanos y a través de ellos irradio los códigos de la renovación.
En los grandes océanos existen puntos de luz que forman una gran red que se comunica con las fuentes de la Gracia. Los océanos captan los principios de estas fuentes, y las oraciones de todos los que se unen a Mí se depositan en esos lugares para generar estados de paz, de armonía y de misericordia.
Yo soy la Madre de los océanos y a través de ellos unifico las consciencias con los Propósitos de Dios.
Soy la Madre de los océanos y protejo durante los viajes a quienes los atraviesan.
No dejo de cuidar la luz que existe en los océanos, pues ella ayuda ampliamente a la humanidad.
A través de los grandes océanos se establece la Voluntad de Dios, y todos los que se unen a la consciencia de los océanos pueden sentir la paz interior.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los une al principio del Todo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando estábamos orando la última decena del Misterio del Rosario, vimos a Nuestra Señora ayudando y trabajando en una región de Medio Oriente. Momentos más tarde, cuando Ella apareció, nos dijo que estábamos viendo un lugar en Turquía. Señaló con Su mano izquierda a un número infinito de ángeles alados reunidos trabajando y sobrevolando el área.
La Madre Divina nos dijo que había encomendado a un cierto número de ejércitos angélicos que se unieran a un determinado grupo de almas presentes en el planeta, para colaborar con ellas y ayudarlas a que se pudiera establecer uno de los más importantes Propósitos de Dios: la Paz. Ella nos dijo que esas almas, encarnadas en la Tierra para estos tiempos, eran almas servidoras del Plan de Dios que ayudarían en los tiempos de mayor emergencia mundial.
Nuestra Madre del Cielo mostró que los ángeles y las almas servidoras estaban trabajando intensamente en la contraparte física del camino que hoy recorren los refugiados, dentro de Turquía en el exilio hacia Europa. Ella nos dijo que los ángeles y las almas servidoras intentaban contener esa situación de forma armoniosa y pacífica, trabajando para generar alivio espiritual e interno en cada uno de los hermanos exiliados de Medio Oriente.
Queridos hijos:
La convocatoria de colaboración y cooperación para la misión de Medio Oriente, ya fue realizada por la Federación Humanitaria Internacional y todos están espiritualmente en los últimos preparativos para embarcar hacia esa importante tarea. Y así como fue en África Vuestra Madre Celeste, junto a las instrucciones de San José, guiará desde cerca esta arriesgada misión humanitaria.
Mis misioneros de la paz ya se encuentran trabajando junto a algunos ángeles en todo el territorio turco. Esta nación hermana se encuentra en medio de dos realidades que son opuestas, del lado de la guerra árabe y del lado de la puerta de entrada hacia los países de Europa Oriental.
Turquía es la principal ruta para todos los refugiados. Pero no solo Mis misioneros de la paz encontrarán necesidades en esa nación, sino también ellos verán la realidad de los pueblos de Siria en busca de una nueva forma de vida.
El principal efecto de la guerra recae en los niños, en los más pequeños, los que deben trascender las consecuencias del hambre y de la falta de agua. Es por eso que los tres Sagrados Corazones ya se encuentran en la región espiritual del conflicto, preparando el camino para que la ayuda humanitaria y orante llegue al mayor número de personas posible.
Mis misioneros de la paz se encontrarán con otros misioneros y, en el nombre de la paz y del servicio voluntario, unirán fuerzas internas de amor y de trabajo por todos los refugiados.
Las principales carencias que están presentes en los rostros de Mis hijos de Medio Oriente son el miedo, el exilio, el hambre y la falta de amor humano. Es por eso, queridos hijos, que esta próxima misión humanitaria colocará no solo a los misioneros sino a todo el trabajo en la realidad del verdadero Armagedón, al que espiritualmente se intenta detener para que no se expanda por todo el mundo.
La guerra no es solo la causa de la precariedad de la humanidad, el planeta como totalidad está inmerso en varios conflictos, que primero se gestan en las familias y después en toda la humanidad, llegando a grandes naciones.
La Justicia Divina está actuando, pero también el tiempo de la Misericordia está vigente. Es por eso que esta próxima misión humanitaria a Turquía es considerada, por el Plan de Dios, como una misión de Misericordia. Será a través del servicio, y de cualquier necesidad que se deberá cubrir, que la energía de la Divina Misericordia será la fuente principal para la transmutación de las corrientes negativas contrarias, las que se alimentan de las guerras.
Mis catorce misioneros, en nombre de Dios, conscientemente estarán ingresando con el amparo del Arcángel Miguel en un área mundial de gran conflicto mental y espiritual. Será como ingresar en una gran tempestad, que está ocurriendo de forma precipitada y desmedida.
El lema para los misioneros de esta nueva misión será: “La Gracia de Dios es nuestra fortaleza”. La Misericordia secreta que deberá ser difundida a través de cada acto y servicio revertirá la desesperación humana y podrá traer un poco de paz a los corazones.
La misión humanitaria a Medio Oriente abrirá otras puertas, para que el Proyecto de la Jerarquía sea solicitado en otras regiones del planeta, en donde existen necesidades de ayuda también muy complejas.
La unión de cada misionero y de cada orante con los tres Sagrados Corazones, de forma verdadera, fiel y amorosa permitirá que no se corran ciertos peligros.
Que en tiempos de Armagedón, la fe y la confianza en Cristo sean el escudo y la fuerza mayor que genere la entrega absoluta al Plan del Padre para que Su preciosa Voluntad se cumpla.
Mi Hijo los reunió a todos en estos tiempos, por eso cada alma es llamada para formar parte de esta obra de redención, sin apegos ni formas.
Nuestra Luz esté presente en cada misionero. Nuestro Amor los colme para que reine la Paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En preparación y vigilia,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Escuela de la Humildad de la Virgen María
Queridos hijos:
Todos los días, Yo les ofrezco Mi simple humildad para que la encarnen en sus espíritus y puedan encontrar su propia humildad interior. Les doy este impulso para que se animen a descubrir este atributo de salvación que, en los días de hoy, está muy olvidado.
Queridos hijos, en este tiempo de crisis planetaria, Dios necesita de un mayor número de corazones humildes para que toda la Tierra sea repoblada por atributos que reviertan todos los males que ha generado la humanidad.
Queridos hijos, es así que Dios les pedirá a los valientes que tomen consciencia y enfrenten todos los aspectos de la vida humana que actúan en contra de la evolución de los atributos de la Madre Universal. Para eso, hijos amados, deberán invocar todos los días al santo espíritu de la humildad para que él los proteja de ustedes mismos y en todas las pruebas.
Hijos Míos, finalmente, será a través del poder de Mi santa humildad, Humildad de Dios, que sus corazones podrán dar los pasos tan esperados y así el mal será retirado de este soberbio planeta.
Queridos hijos, la humanidad ha desfigurado la verdadera misión y concepción de este planeta. Es por eso, que ustedes, siendo buscadores de la santa humildad, no solo se ayudarán a ustedes mismos y al mundo, sino que también esto se reflejará en todos aquellos corazones que ya se condenaron por la falta de humildad.
Los animo amorosamente a caminar en la fe y a perseverar.
En Mi escuela de humildad existen Propósitos Divinos que los conducen hacia la meta del despojamiento interior. Encamínense hacia esa labor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Desde la escuela de la humildad, los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos,
Cuanto más oran de corazón y no solo con palabras, las obras de Vuestra Madre Celeste se pueden cumplir como en este caso a través de la peregrinación por Colombia y Venezuela y en la manifestación del ómnibus peregrino.
El verdadero esfuerzo se mide espiritualmente a través de los grados de amor que cada alma expresa por toda la obra creadora y eso se hace visible cuando se unen los corazones al Propósito de Dios.
En este día, queridos hijos, desciendo desde el Universo para agradecer a todos Mis queridos hijos por sus oraciones, peticiones, donaciones y campañas, que hicieron posible la manifestación del ómnibus peregrino, que desde hoy será nombrado como el “Águila de Luz”, para que el Espíritu Santo visite y despierte los dones sagrados en todos los lugares por donde pase Mi Águila de Luz.
Queridos hijos, es por este fin que en la llegada del grupo misionero desde Venezuela al Centro Mariano de Figueira, el Águila de Luz será bendecida por Mi misma en una Aparición extraordinaria el 31 de octubre de 2015.
Todos los peregrinos serán llamados a congregarse en el estacionamiento del Núcleo Corazón Sagrado. Allí, al aire libre, será levantado un altar y se realizará la tarea habitual de oración para esperar la llegada de Vuestra Madre Celeste. Este encuentro será televisado para que Mis hijos del mundo también participen de la consagración del Águila de Luz.
Hasta esa fecha especial, los esperaré a todos. Por favor, hijos, transmitan la invitación especialmente a los hijos de María.
Por esta obra de redención que es vuestra, les agradezco por concretar Mis pedidos.
Quien los guarda en la fe,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
En tiempos determinantes como este, la guerra espiritual tendrá su tregua, pero eso será posible cuando sus corazones, dispuestos a servir al Plan de Dios, vivan el camino de la verdadera oración, la que todos los días les enseñamos por amor a la Creación.
Queridos hijos, las almas del mundo son convocadas a la redención y a la paz para que no pierdan de vista el sendero hacia el Propósito del Padre Celestial.
El tiempo difícil que viven se llama Armagedón y, como Jerarquías Celestiales, sabemos que muchos de ustedes no saben cómo enfrentar el cruce de los tiempos. No es la primera vez que el planeta vive esto, la humanidad ya atravesó varios tiempos, y uno de ellos fue cuando Jesús encarnó en Israel.
La humanidad fue colocada delante de sus errores después de la Crucifixión de Jesús, y más aún después de Su Resurrección. Esto trajo consecuencias hasta los días de hoy, y solo una pequeña parte de la raza adoptó como fiel y verdadero el llamado de Cristo. Es por eso que Mi Hijo, minutos antes de morir Me entregó a ustedes; y a partir de ese momento el Cielo, la Voluntad de Dios, y la Tierra, es decir la experiencia de redención de las almas, se fusionaron para permitir que despertaran el Perdón y la Misericordia.
Ahora, que Nuestra Purísima Divinidad desciende del universo para traer al mundo una nueva advertencia, la humanidad se encuentra en un punto de inflexión más grande de lo que parece. Esto genera inseguridad en la vida espiritual de las almas porque no saben cómo encontrar a Dios en medio del caos.
El caos es generado por la humanidad, es una corriente desviada que provoca miedo, pánico y temor. Pero los principios del Amor y de la Verdad son los dones que los Mensajeros Divinos están derramando encuentro tras encuentro, como una última tabla de salvación. Así, la Jerarquía Celeste gesta en los corazones redimidos la posibilidad de reencontrar el camino de lo sagrado y de lo puro en medio de los horrores que hoy viven muchas almas.
Dios quiere que el mundo no se autodestruya y pierda la Gracia de renacer en la Nueva Tierra Prometida. Las puertas están abiertas para aquellos que se quieran sumergir en el océano de la Misericordia de Dios. Para que eso sea posible y para que los códigos de la Santísima Divinidad se siembren en sus espíritus, no pueden mantener votos ni compromisos con las realidades de estos tiempos.
Mis amados hijos, ustedes deben ser colaboradores de una obra magnífica que está siendo realizada a través de sus esencias y no a través de sus destrezas. Esa actitud de verdadera entrega y de profunda unión con el Propósito de Dios será la diferencia entre estar cerca o lejos de la Voluntad Universal.
Todos son llamados para reconstruir la Tierra. Todos son convocados para preparar en sus seres internos y en todo el planeta la gloriosa segunda Venida de Cristo. Es por eso que Nuestras divinas palabras no se cansarán de derramarse en sus vidas y consciencias hasta que alguien consiga representar, en alma y cuerpo, al Reino de Dios. Eso evitará que el Proyecto fracase por maldad, necedad y dolor.
¡Les agradecemos desde el Cielo por estar orando junto a los Portavoces del Universo!
Los bendice, ahora y siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz, en la sagrada presencia del Casto esposo San José, Obrero de Dios y de todas las almas
El corazón que se une a Dios sabe que las Verdades Celestiales aún están guardadas, para este mundo, detrás de los velos de los misterios divinos; sabe que la humanidad estuvo, durante estos millares de años de existencia, madurando su crecimiento espiritual, para algún día manifestar el Propósito de Dios para el corazón humano.
Por más que la mayoría de los hombres aún no esté pronta para conocer la Verdad de Dios, los tiempos se aceleran, y esa Verdad se revelará y causará el despertar y la evolución brusca de aquellos que nunca quisieron abrir sus ojos a la existencia de la Luz.
Hoy, hijos Míos, les revelo la grandeza de Mi Corazón que, en el universo, reina junto a Cristo, junto a Dios, y conduce Sus ejércitos divinos para la concreción de Sus Planes en esta Tierra y mucho más allá de ella.
Vengo abriendo el camino a San Miguel Arcángel, porque soy Aquella que conduce la Voluntad de Dios para Sus Padres Creadores, los Cocreadores de todas las cosas. Y así fue desde la manifestación de Mi existencia, en el principio de toda la vida, anticipando toda la manifestación de la Creación Divina.
Antes de tornarme un espíritu divinizado, Mi Consciencia ya habitaba en la Consciencia de Dios, como vientre materno, de donde proviene la manifestación del Pensamiento Divino. Mi Espíritu fue generado en el universo, en la Fuente de la Consciencia de Dios; porque así como en consciencia Yo ya manifestaba el Pensamiento Divino para todo el cosmos, como espíritu encarnado en Su Proyecto principal debería dar vida a Aquel que representaría al Pensamiento Divino encarnado, el Verbo de Dios hecho carne y hombre.
Sé que muchos ignoran esa verdad, por eso vengo a hablarle al mundo y no a unos pocos; porque la soberbia y el orgullo hicieron desaparecer la humildad del corazón de los seres humanos y así les impidieron contemplar y creer en la grandeza de la Creación, cuando esta se manifiesta delante de sus corazones.
La falta de humildad en el corazón humano no le permite reconocer la propia pequeñez y la grandeza de Dios. Por eso, muchos comparan a Su Hijo con la humanidad común y a Su Madre Celestial con un espíritu humano común, ignorando las posibilidades de que Dios se manifieste en la Tierra para conducir la creación de esta raza que deberá alcanzar la semejanza con Él.
Para que alcancen la semejanza con Dios y así lleguen a Su Universo espiritual y divino, fue que Él Se hizo carne en el hombre como en la mujer y, de esa forma, mostró a todos cómo seguir Sus Pasos; y por medio del Corazón Castísimo de San José, el Creador demostró que si la humanidad siguiera e imitara los pasos de Su Hijo y de Su Madre Divina, podrá alcanzar Su estado de Divinidad. Fue así que San José, como hombre, se hizo semejante a Dios; y la única llave que abrió las puertas a ese grandioso paso fue la sublime humildad que expresó Su corazón.
Por eso, hoy, hijos, delante de San Miguel Arcángel, abandonen el camino de la oscuridad y del pecado, libérense de la ignorancia y ábranse para vivir según la sagrada humildad que Dios les ofrece. Así podrán estar prontos para escuchar lo que debo decirles en los próximos días.
Yo los amo y los conduzco a la Verdad Divina.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Mensaje de María para los no creyentes
Escucha la Voz de Mi Corazón y solo piensa que existo dentro de este vasto universo de vida y de amor.
Solo piensa que existo y que gobierno parte del Cielo bajo el impulso del Espíritu Santo de Dios y que Yo derramo los Dones de este Espíritu sabio en los corazones que se abren para reconocerlo en lo profundo de su interior.
Piensa solamente que Yo soy tu Madre, la Madre del Redentor, que a través de los tiempos me oferté al mundo para poder guiarlo y ampararlo en el sagrado Propósito de Dios.
Solo piensa que Yo soy esa gran Estrella y ese gran Sol que ilumina los abismos y que convierte a las almas caídas a través del Amor de Dios, Nuestro Señor.
Solo piensa en quien Yo puedo ser y no en lo que tú crees.
Mi Consciencia proviene de un principio eterno, de una Fuente purísima de la Creación, que se donó para que todo el universo aprendiera sobre el verdadero Amor. Fue esa Fuente Divina la que me dio la vida y fue a través de esa Fuente Divina que Jesús pudo llegar a encarnar en la humanidad.
Solo piensa en lo que somos Nosotros y no en lo que tú crees. Ábrete para conocer el misterio del Amor, el que todo lo puede y el que todo lo recrea, así como está escrito en el Corazón del Padre.
Las almas nacen para vivir en la fe y es esa fe la que permite establecer la creencia verdadera de que Dios existe y los ama.
Todo tiene un sentido para el universo y el universo participa de esa propuesta. Por eso, el corazón de cada criatura fue creado para que cada una sintiera la honra de sentirse amada por Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los encamina a la esencia de la verdadera fe,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Bienaventurados serán llamados, en el Reino de los Cielos, aquellos que en la Tierra hacen florecer las semillas de la vida que recibieron.
Bienaventurados serán proclamados, en el Reino de los Cielos, aquellos que en vida sufrieron las dificultades del mundo y, con alegría, supieron superar los obstáculos para cruzar el umbral de una nueva raza.
Bienaventurados serán conocidos, en el Reino de los Cielos, los que se esforzaron hasta el fin de los días, para superar los códigos materiales e instaurar los códigos divinos en su ser.
Bienaventurados serán los que hoy se autoconvocaron para servir en un ejército de paz e, incansablemente, confiar en la Mujer Vestida de Sol, que los tiene en Sus brazos y bajo Su Manto de Luz.
Bienaventurados serán, en Mi Reino, los que ya son bienaventurados en la Tierra, porque conocieron la Palabra de Vida, la amaron, la expandieron y la pronunciaron para que hiciera eco en todos los corazones del mundo.
Bienaventurados serán los que hoy están delante de Mis ojos, los que reconocen Mi Presencia y la Divina Presencia de Mi Hijo, sin temer los juicios de esta Tierra.
Bienaventurados se tornarán ante Dios Padre los que hoy maduran en el silencio los frutos de la salvación y, con valentía, crecen en la fe y en el amor al Plan de Dios.
Hijos Míos, los imperfectos de hoy, si persisten en el Propósito Divino, serán Mis bienaventurados de mañana. Porque cumplirán, sin percibir, con el Plan de Dios y, aunque muchas veces sea en el secreto del propio mundo interior, harán florecer una nueva raza a imagen y semejanza de Dios, de Su Divino Amor y de Su Unidad.
Todos los esfuerzos de hoy culminarán con la gloriosa victoria del mañana. Por eso, no miren hacia el pasado ni detengan la atención en lo que son hoy, sino coloquen toda la fe y la confianza en las promesas de Aquel que es perfecto y que prometió que, en los que se entregan de corazón, operará milagros de transformación y de conversión eterna.
Permítanse ver a través de Mis ojos y sentir a través de Mi Corazón; así, encontrarán la perfección que duerme en el interior de cada ser y podrán ver Conmigo el nacimiento de nuevos soles que brillarán más allá de esta Tierra.
Mis pequeños, vengo al mundo para hacerlos despertar y para darles a todos la oportunidad de convertir y redimir el pasado, transformándolo en un presente de Gloria de servicio al Altísimo. Por eso, solo abran sus corazones y sus consciencias y, así, los Mensajeros que descienden de los Cielos, a pedido del Gran Señor, obrarán en todos los espacios de la materia y de la vida sobre la Tierra.
Pueden no confiar en lo que conocen de sí mismos y serles costoso creer en la transformación de una materia tan corrupta, pero su confianza no debe estar en sí mismos, sino en Dios y en Aquellos que están delante de ustedes y que descienden del Trono del Creador con un Propósito enviado por Él para Sus criaturas.
Dios los conoce con perfección a cada uno de ustedes y sabe del potencial oculto que deben desarrollar. Por eso, solo digan sí diariamente y, como buenos niños, déjense conducir por su amada Madre Celestial.
Que el Niño Rey, nacido en sus esencias, ahora crezca sin detenerse y madure la vida divina que nace sobre la Tierra.
Yo los amo y los conduzco, haciendo crecer en sus corazones el Poder del Espíritu de Dios.
¡Les agradezco!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Amadísimos hijos,
Este es un día que Mi Corazón aguarda con especial alegría, por ser el encuentro semanal con Mis grupos marianos.
Pedí que se reunieran los martes, Mis queridos, para que el fuego de la oración se mantenga encendido en sus corazones, para que todos Mis grupos marianos encuentren un espacio para renovarse Conmigo y, a través de esta oración, en la cual todos se pueden encontrar, sus corazones sean colmados y sustentados unos por otros, creando la unidad que el Señor tanto espera de los seres humanos.
Este es un mes de grandes impulsos; por eso Mi Corazón desea estar cada vez más cerca de Mis hijos.
El Señor los observa con especial atención en estos tiempos. Por eso, Mis queridos oferten sus vidas al Creador. Entreguen en Sus Manos misericordiosas toda aflicción, angustia y miseria de todos los aspectos que puedan estar viviendo en este tiempo. El universo aguarda que este sea el tiempo de los cambios definitivos en sus corazones. Este deberá ser el momento en que la oración fervorosa comience a hacerse carne en sus seres.
Fue así, a través de la oración fiel al Creador, que el Verbo se hizo carne en Jesús. Tanto Él se elevaba al Padre que, en un momento, el Padre estaba con Él permanentemente.
Este es el verdadero camino de la oración, para que puedan estar en Dios todo el tiempo y convertir así, sus corazones y sus faltas.
Si ayunan con sinceridad, en una oferta verdadera al Creador, si pueden confesarse con Mi Hijo, entregando sin miedo sus miserias en las Manos del Redentor, y si oran diariamente Conmigo, hijos Míos, enseguida encontrarán la transformación definitiva.
Por eso, es necesario oración y persistencia; persistir en el Propósito de Dios y en las aspiraciones verdaderas de sus corazones, aquellas que los conducen a los Brazos del Creador.
Estén orantes y vigilantes siempre. Así podrán percibir Mi Presencia y Mi auxilio en momentos de necesidad.
Estoy con Mis amados hijos.
Les agradezco por responder a Mi llamado a la vida de oración.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más