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Mientras Mi Luz Maternal y Divina penetra la Tierra junto a San José para redimir a los corazones caídos y perdidos, Mi Corazón recibe con júbilo sus oraciones y cantos. Cuando la ofrenda es sincera y espontánea agrada mucho al Corazón de Dios.
Así, queridos hijos, todos los días les enseño a amar un poco más y a perder el miedo de hacerlo, porque si amaran a sus hermanos así como Yo amo a cada uno de ustedes, muchos sufrimientos terminarían.
Los invito, hijos Míos, a reforzar el compromiso con el Padre Eterno de formar una sagrada familia espiritual, depositaria de los mismos códigos del antiguo pueblo de Israel; pueblo que en aquel tiempo vivificó la Palabra de Dios y la hizo carne dentro de sí.
Los invito a amar el conocimiento pero también a vivirlo, para que él sea en ustedes fuente de conversión y ejemplo de redención.
En este momento, queridos hijos, los Sagrados Corazones se aproximan a esta parte del planeta por la gran necesidad de despertar y de redención.
Necesito, Mis hijos, que puedan acompañar cada paso que dan los Mensajeros del Cielo, así ustedes podrán contribuir con el desarrollo de un Plan que no es físico, sino interno y espiritual.
Todos sin excepción son llamados en esta hora para aportar sus virtudes y sus dones, para que Mi Hijo pueda realizar Su Obra redentora en estos tiempos.
Para eso comiencen a amar de forma diferente a como han amado hasta ahora, que su amor humano se transforme por la oración y se transfigure en cada nueva consagración.
Yo los ayudaré a seguir ese camino infinito hacia el verdadero Amor. Yo los motivaré y los impulsaré a concretar en ustedes lo que el Padre tanto espera; para que eso sea posible entréguenme lo que son y así Yo seré en ustedes a imagen y semejanza de Dios.
Anímense todos los días a decirme sí.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice siempre,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En este día, en el que desde Aurora se vive la renovación y el comienzo de un nuevo ciclo, quisiera invitarlos a acompañar este nuevo camino que muchos de ustedes se animaron a recorrer, el camino al despertar de la consciencia y a la acción de vivir el Plan de Dios.
Después de muchos años de instrucción, en este encuentro, aquí en Aurora; Mis ojos maternales observan, por primera vez, los pasos que algunas consciencias se están animando a dar en pro de esta humanidad y por la evolución de este planeta.
Mis ojos ven emerger de sus seres internos a los Nuevos Cristos, que no serán conocidos, pero sí contemplados por la Creación que los rige desde el principio.
Hoy, Me retiro de Aurora y de esta casa para elevarme al Cielo y anunciarle a Mi Hijo que una parte de este proyecto interior ya está cumplido.
Seguiré, como en todos los tiempos, orando para que Mis hijos, decididos a amar el Plan de Dios, tengan la fuerza interior de todos los ángeles y arcángeles del Cielo.
Que, en este tiempo de definición interior y de batalla, Mis hijos predilectos cuenten con la intercesión de todos los ángeles del universo, que vendrán por amor a socorrerlos, siempre que lo necesiten.
Ver la concreción y la realización de esta Obra de Redención en los corazones es una infinita alegría; porque desde ahora el Padre Celestial observa desde Su Reino que Sus criaturas más pequeñas e imperfectas abren sus corazones para vivir finalmente Su Propuesta Divina, Su Santa Voluntad.
Así aprenderán, queridos hijos, a ser aquello a lo que tanto aspiraron, ser servidores de Mi Hijo, ser testigos fieles de que es posible sentir y vivir en el Amor de Dios y de todo el universo.
La Gracia de Dios los ha colmado en estos días, ya que ocurrieron sanaciones espirituales en consciencias necesitadas.
Hoy, una nueva hermandad espiritual se forma entre los espíritus congregados por Cristo para esta importante misión de ser soles que alumbren el fin de los tiempos, ser estrellas que revelen al mundo el mensaje de paz y de redención.
Hoy, su Madre los acompaña desde el Cielo sagrado de Aurora y les anuncia que las puertas hacia la Paz permanecerán abiertas aquí para que, cuando retornen a esta Casa de Dios, puedan reencontrar la esencia que los ha salvado y los ha formado como soldados del Plan.
Ahora, vayan con alegría y lleven la misma experiencia de amor y de hermandad que vivieron aquí, desde los primeros días de agosto. Transmitan la esencia del Amor y de la Verdad a la inmensa mayoría de Mis hijos que están dormidos en este mundo.
No se cansen de ser Mis brazos y Mis manos en este planeta, para que Yo pueda trabajar a través de sus pequeños corazones. No se cansen de ser Mis pies, para que Yo pueda seguir sembrando la Luz en esta necesitada humanidad.
Por último, Mis amados hijos, les dejo Mi gratitud por abrir sus consciencias a la transformación y a la transfiguración de sus vidas, porque en ese paso podrán mantener la llama de sus corazones encendida para que estén todo el tiempo en la plenitud de Dios.
He colmado sus consciencias con nuevas Gracias, así como Mi Hijo Me lo ha pedido. He dejado en sus esencias un compromiso mayor, que los impulsará a vivir algo divino en sus vidas.
Derramé sobre Aurora la última parte del Propósito que Dios Me pidió que depositara en este lugar; y ahora, todos los presentes son partícipes de esa parte viva del Plan que poco a poco comienza a materializarse.
Quedará como misión, en este trabajo espiritual, la pronta manifestación del Auditorio de la Misericordia que, para la realidad de estos tiempos, será igual al que aquí se encuentra. Ese auditorio les recordará a todos que será la casa de la Sagrada Familia.
Espero ver erguirse las paredes del mismo, en este año. Las bases de este simple auditorio serán fundadas por Mí y espero que Me acompañen.
Desde este Cielo de Aurora, hago brillar la luz de sus corazones para que el Padre vea que la humanidad no está perdida.
Les dejo a todos Mi Paz y Mi Amor de Madre.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijos Míos:
Cada vez que desciendo del Cielo, traigo al mundo una sagrada oportunidad para que pueda replantear su actitud ante el Universo de Dios, para que pueda tomar consciencia verdaderamente del lugar en el que se ha colocado y que no le corresponde.
Por eso, hijos Míos, vengo del Cielo para hacerles saber que debemos buscar siempre el santo espíritu de la humildad, de la mansedumbre y de la unidad con el prójimo; para que se establezcan los pilares de la hermandad, del respeto mutuo y de la fraternidad.
Deben construir esas bases en esta humanidad a través de la actitud, del respeto y de la sagrada reverencia que los Sagrados Corazones también vivieron; superando las diferencias por encima de todo.
Queridos hijos, entre los Sagrados Corazones estaba presente el Amor de Dios, que es la esencia que une a todas las cosas más allá de las dificultades y de los errores.
Queridos hijos, la reverencia y el respeto entre todos los seres los ayudarán a recuperar los valores de hermandad y de armonía que hoy no vive el mundo.
Esfuércense todos los días para generar verdaderas condiciones de común unidad entre todos, porque así le estarán cerrando las puertas a Mi adversario de las corrientes de la mala educación, de los hábitos superfluos y de las separaciones, como también de las críticas que vive la mayoría de la humanidad.
Queridos hijos, Yo les doy esta consciencia porque los necesito bien formados y libres de toda superstición y desarmonía; digo esto porque llegó la hora de construir la Nueva Humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama y los educa,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Hoy, les expreso Mi gratitud infinita a todos los hijos de Aurora por estar apoyando y sustentando, en la fe, la expresión interna de Aurora en la superficie.
Este mes de mayo, que se aproxima, será especial porque su Madre Celeste los llevará al origen y a las raíces de la divina historia del nacimiento de Aurora en la superficie, historia construida por los planes de su Madre Celeste y que será compartida con todos los que estén presentes.
En este momento, Aurora necesita ser reconocida como el Centro Sagrado que es y también por su importante tarea espiritual en todo el Uruguay. Es por eso, que su Madre los hace retornar a Aurora después de una larga peregrinación por el Brasil, para que sus vidas y corazones sean depositarios de los códigos de Luz de Aurora.
Hoy, Aurora muestra su belleza de invierno, de recogimiento y silencio tan importantes para toda la vida planetaria, pero también muestra su armonía y alegría de mantener siempre sus puertas abiertas para acoger el sufrimiento espiritual de la humanidad.
Así, queridos hijos, Aurora prepara su Centro Sagrado para volver a recibir, en mayo, a la Reina del Cielo y al Redentor que ya está regresando.
La hermandad entre los servidores y Dios se vuelve a establecer, y las bases de toda la obra de Aurora se renuevan para que después vaya por el mundo dando impulsos de liberación y de redención a corazones y almas.
Aurora se reviste con la naturaleza del invierno para recibir a los Mensajeros de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice desde Aurora,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos Míos:
Vengo en este día para que crean en la existencia de la vida universal, principio de hermandad y amor que se vive en todo el Universo y que lleva a las consciencias a estar dentro del Plan de Dios.
Vivir la vida universal es practicar diariamente los atributos y los patrones de vida que llevan a la consciencia a que esté unida a Dios. Esos patrones los vemos reflejados, por ejemplo, en las acciones fraternas de hermanad y de servicio al prójimo.
En este tiempo, queridos hijos, la vida universal debe ser apreciada para que más consciencias sientan el magnetismo de estar unidas al Plan del Universo.
El mundo de ustedes forma parte de un sistema de vida particular, de un aspecto de la Creación que experimenta cierto grado de Leyes y de Principios llamados fuentes de energía.
La Omnipresencia es uno de los Principios o de esos patrones de vida espiritual en donde la consciencia está presente internamente en varios lugares a la vez. Eso es posible cuando emana el amor por Dios y por toda Su Obra. Es de esa forma que entre las consciencias humanas se puede establecer una comunicación fluida, siempre que predomine la unidad entre las partes.
En el Universo no existen las casualidades, sino que existe la relación interna con ciertas Leyes del Padre que colaboran en la comunicación entre las consciencias y los mundos.
La Jerarquía espiritual es la principal portavoz de todos los impulsos universales, es la encargada de que toda la humanidad ingrese en lo posible al mismo estado de consciencia. La oración es la primera escuela para contactar el Plan del Padre en el universo interior y estar sintonizado con el Propósito por encima de todo.
La vida universal es un camino de permanente esfuerzo, es estar en los Brazos del Padre Eterno todo el tiempo que sea posible. Por eso, en este momento planetario, la humanidad debería estar con su mirada en el Universo para que el auxilio mayor pudiese llegar a todos sin distinción.
Todos los que se consideran orantes tendrán la misión de mantener vivo el Propósito dentro de sí y en el aura planetaria; eso hará que la humanidad entera cuente con la asistencia fundamental que necesita.
En la vida universal se manifiesta la igualdad, Ley de equilibrio, porque todos son considerados miembros del universo material guiados por los Universos Mayores. Es de esa forma, que la perfecta armonía colma al Universo y a toda la galaxia, a la que ustedes pertenecen, la cual vive bajo el Principio de la Paz, aunque en la humanidad sucedan otras cosas. Esto es posible cuando existen consciencias abiertas a recibir los impulsos de la vida universal.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Quien proviene del Universo Celestial,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Con regocijo y gratitud en el corazón, hoy recordemos la Resurrección del Señor y la victoria grandiosa que Él alcanzó, en Su santa Humildad, por cada uno de ustedes.
Es hora de que guarden la paz en sus corazones y que vivan los principios de la hermandad que Él enseñó a todos en el inicio.
Celebremos con cantos de aleluya la Resurrección del Redentor en los corazones que, en esta Sagrada Semana, se abrieron para recibir el bálsamo de la paz y de la misericordia.
Hijos Míos, veamos el Sepulcro del Señor resplandecer en luz despertando el amor y la verdad en los corazones que nunca los vivieron. Veamos la esencia de este gran misterio de trascender y vencer a la muerte por amor y por la salvación de la humanidad.
Estén como las santas mujeres a la espera del gran momento en que Vuestro Señor reaparece para mostrar el infinito Amor de Dios y traer la Buena Nueva de la redención para todos.
Estén abiertos de corazón para recibir el misterio de amor que entregó todo por ustedes hasta los días de hoy y que vendrá de nuevo entre las nubes para retirar al mundo del cautiverio y liberarlo de todo mal.
Sean apóstoles de Cristo, sean seguidores y ejemplos de Su santa palabra.
Sean testigos de Su Misericordia para que los que aún duermen tengan la dicha de conocer la gloria de Mi Hijo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los eleva al Reino de Dios en celebración y paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de la Gloria
Queridos hijos:
Que en estos tiempos de caos y de guerra en el mundo, sus corazones puedan vivir en el Espíritu de Mi Paz, así Yo tendré donde depositar Mis divinos dones, aquellos que reorganizarán a toda la Tierra.
Que para estos tiempos difíciles que todos están enfrentando, su esmero de elevarse al Cielo y de quedarse allí sea permanente, para que de esa forma Mi Hijo encuentre refugios internos seguros donde poder obrar y estar presente en esta era de intensa transición.
Queridos hijos, que sus ojos estén mirando a los Míos, para que a través de la mirada celestial de Vuestra Madre sientan la paz y la serenidad para seguir adelante hasta que se cumpla el Proyecto del Creador en esta raza.
Queridos hijos, que en el tiempo de su purificación, la oración junto a la unión interna con Cristo sean la llave maestra, con las que se podrá establecer un nuevo principio de hermandad y de luz para el mundo.
Hijos Míos, al abrir sus ojos para mirarme, reciban de Mi Espíritu, el gozo y la santa plenitud de servir a Dios a pesar de los tiempos cruciales.
Animados a vivir una sagrada transformación, queridos hijos, les dejo el impulso divino para que día a día persistan a través de la fe, y sus almas finalmente alcancen a realizar la tarea que en este tiempo vinieron a cumplir.
Hoy estoy con los más necesitados de apoyo espiritual, estoy con todos Mis hijos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Paz y Luz para todos,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
A Mi amado pueblo de Venezuela
Queridos hijos:
Con alegría los reencuentro en el bendito oratorio de Mi Corazón Inmaculado. Hoy vengo desde el Cielo para entregarles Mi Paz, aquella poderosa energía que nadie puede quitarles porque cuando la paz vive y mora en ustedes, todo es diferente y eso se refleja en la vida de sus seres.
Sé, como Vuestra Madre, que a muchos de ustedes les falta la verdadera paz por no haber perdonado, por no haberse confesado con aquel hermano al que una vez le hicieron mal, por no haber encontrado el sentido de vuestra existencia. Pero hoy desde el corazón sagrado de Roraima, he venido para darles esa misma paz que el Arcángel Gabriel Me entregó en la primera anunciación.
Hijos Míos, si sus vidas están en paz, vuestro pueblo rápidamente abandonará este naufragio en el cual se colocó. La falta de amor, de caridad y de fraternidad convirtió a vuestra santa tierra en un escenario de errores y de deudas. Pero Yo que los amo y rezo por ustedes, vengo hoy para ofrecerles esta paz verdadera y espiritual que liberará a sus seres de los constantes errores que los llevan a nunca encontrar el Amor de Dios.
Mi amado pueblo de Venezuela: El Padre los ama, el Padre les dio uno de los lugares más perfectos de toda la Tierra, el Padre les dio las sagradas montañas y los hermosos valles para que pudieran expresar la profunda devoción del corazón. Yo los invito a caminar entre las tinieblas de estos tiempos con fe verdadera y con determinación de cambiar este destino de todo un país, por la ofrenda amorosa de unos pocos. Será de esa forma, queridos hijos, que ustedes también en este lugar bendito creado por Dios, harán triunfar Mi Inmaculado Corazón. Pero mientras se perturben y perturben a los demás e instiguen con el pensamiento la vida de sus semejantes, no podrán encontrar la paz que los transformará y transformará a todo vuestro pueblo.
Queridos hijos, así como en guerras humanas del pasado y del presente, los seres humanos se olvidan que todos son hermanos. Quien es hermano no castiga. Quien es hermano ayuda. Quien es hermano ama y al mismo tiempo perdona y es compasivo. Yo los llamo, amado pueblo, a vivir algo que nunca conocieron. Yo les abro la puerta perfecta para esa experiencia de amor y de redención en donde siempre el bienestar del hermano será vuestra fructífera meta. Eso hará a la humanidad merecedora del sagrado Reino de Dios.
¡Les agradezco por rezar junto a Mi!
Los une en hermandad,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que el Poder de Dios descienda a la Tierra para que las almas sean liberadas de las presiones de la vida material.
Que el supremo Don del Amor de Dios encarne, como verbo y energía, en todas las esencias que se rehabilitan mediante el perdón y la oración.
Que los reinos de oscuridad se disipen de la faz del planeta para que las corrientes del Amor Divino, que vienen en auxilio de la humanidad, hagan restablecer la misión espiritual de cada criatura.
Que hoy los Portales del Cielo se abran para que descienda el poder de la cura y la nueva Aurora encienda nuevamente los corazones heridos a través de la reconciliación mayor.
Que la inocencia original de las almas pueda volver a despertar, para que el espíritu de la hermandad guíe el propósito de los autoconvocados.
Hoy se escucha la Voz de la Mensajera de Dios en el universo, porque el Plan y el Infinito aspiran a vivir en lo profundo de los corazones que fueron llamados.
Se elevan al Cielo todas las torres espirituales que han caído y el sol del universo alumbra los caminos de los que dieron el gran sí a Dios.
Los reyes del Cielo se congregan y celebran la eterna comunión redentora con Jesucristo, el Señor y Maestro del Amor.
Nadie en este mundo dejará de escuchar el llamado, porque la fuerza del Amor de Dios promueve la unión inquebrantable de las almas con el Reino Superior.
Alégrense los que reencontraron el camino que una vez perdieron, porque la Portavoz del Cielo los convoca a la rehabilitación. Así, suelten de sus seres las riendas y las amarras del pasado para que surja, entre los corazones, el espíritu de la paz.
Recojo en Mi Corazón todas su necesidades. Dios contempla la pureza de los justos y la misericordia de los buenos. Ya es hora de abrazar la oportunidad y de no retroceder.
El Corazón del Gran Maestro los llama a la unidad mayor, porque la vida suprema debe gestarse en los seres redimidos.
Sostengan en sus manos la llama divina que los alumbra y no dejen de mirar el firmamento que los acompaña.
Sean portadores del mensaje reparador y liberador. Sean estrellas que forman parte del nuevo Universo de Dios. Alaben al Padre como lo hacen los ángeles en el Cielo y serán dignos de recibir las Gracias universales.
Reconstruyan con la oración a la humanidad y ya no se separen por las apariencias. Reconozcan la Voz que viene del Universo, la mano que acaricia vuestros rostros, el Manto que los protege de todo mal, los ojos que los contemplan con bondad y amor, la sonrisa divina que los alienta a seguir adelante y el abrazo maternal que los acoge.
Sientan en sus vidas el Reino de Mi Paz, la calma que los penetra, la serenidad que los tranquiliza, el destello luminoso de Mi Corazón. Sean Mis soldados y ayuden a redimir este amado planeta que sufre. Acepten Mi convocatoria y profesen, por medio de la oración, el amor a Dios.
No dejen de mirarme ni de escucharme. Yo soy la misma madre y mujer que gestó a Jesús, el Salvador y ahora soy su Madre de la esperanza.
Es hora de cerrar el infierno de este mundo para que Cristo pueda retornar pronto. En sus manos está el poder para su transformación, en sus manos y corazones puede nacer el manantial de la oración del corazón.
Reciban Mi llamado con alegría y regocijo. Canten a Dios todos los días, así aliviarán Su flagelado Corazón de Amor.
Estoy con ustedes en el silencio como en la alegría, estoy con ustedes en la cura como en la enfermedad. Purifíquense a tiempo y reciban Mi Amor maternal.
Deseo que de Buenos Aires, Mar del Plata, Bahía Blanca y Viedma surjan renovados grupos carismáticos de oración, que representen la Ley de la Cura para la humanidad. Eso lo conseguirán a través de su unión interna.
¡Les agradezco a todos Mis hijos de Argentina y del mundo por haber respondido a Mi maternal llamado!
Los bendice y los cura vuestra Madre María, Madre de Dios de la Misericordia
Paz en la Tierra
Hoy, Mi manto se expande por el mundo, acogiendo a todos los desamparados de espíritu y de corazón. El rayo de la hermandad que nace en Mi pecho se irradia a los que les falta amor y madura, en el corazón de los que caminan, la llama de la fraternidad y de la unidad con los seres entre sí, con los reinos de la naturaleza y con Dios.
Hijos Míos, como Reina de la hermandad, les traigo la Paz de Mi Reino y deposito en vuestros corazones la hermandad de la que tanto carece el mundo.
Un corazón que vive en Hermandad, es aquel que sabe reconocer la necesidad en las situaciones de la vida y las suple con sus acciones y con su más pura intención.
Un corazón que pulsa en el ritmo de la Hermandad Universal, es aquel que supera el cansancio y descubre el amor al sacrificio cuando está delante de la necesidad del prójimo.
La Hermandad nace en el descubrimiento de lo Divino en cada ser. La Hermandad ilumina los ojos que no pueden ver la presencia de Mi Hijo en cada corazón.
La Hermandad crece y madura en los seres que aspiran amar al prójimo sobre todas las cosas y descubren, en el servicio a los hermanos, el alimento de su alma.
En la Hermandad está la llave para ingresar a una vida superior. Si buscan amar al prójimo y servirlo encontrarán la puerta que los llevará al reino de la Hermandad. Si comienzan por ser fraternos y compañeros, en este mundo, un día alcanzarán méritos para conocer la Hermandad superior y universal.
Hijos Míos, hoy les traigo el Reino de la Hermandad para que se plasme en vuestros corazones la aspiración permanente e inextinguible de servir al prójimo y amarlo, construyendo en el mundo la nueva vida y atrayendo hacia los seres la fraternidad que se vive en el Universo de Dios.
Deposito en vuestros corazones una nueva semilla que cada una de sus almas deberá cultivar a través de la búsqueda permanente y de la perseverancia en vivir la hermandad y la fraternidad entre los seres. Esto se alcanzará cuando reconozcan el Plan perfecto de Dios para cada alma hermana; cuando reconozcan la esencia cristalina que brilla en el centro de cada ser y que fue creada por manos divinas para manifestar en el universo un principio de amor y de unidad.
Hijos Míos, hoy a pedido de Dios les presento una nueva faz de Mi Reino que les muestra el arquetipo de la vida que todos los mundos deben manifestar.
Ya es tiempo de despertar a lo nuevo y dejar que lo viejo se borre de vuestros corazones. No teman descubrir nuevos seres en ustedes mismos, porque todo lo que necesitan para dar ese salto ya está disponible delante de vuestros ojos y de vuestros espíritus. Solo abran los brazos y el corazón y reciban con amor la oferta que se les entrega.
Yo Soy la reina de la Hermandad, la siempre Virgen y Bienaventurada Madre de Cristo y de todos los seres. De Mi vientre provienen todas las cosas, porque así se lo concedió el Señor a Su Sierva Universal.
Mis amados, hoy los acojo en Mis brazos maternales y los recibo con amor en Mi Reino de Hermandad, para que a través del “sí”de quienes representan a la humanidad, poco a poco una nueva vida pueda surgir sobre la Tierra, para que sea concedido al mundo un tiempo mayor de paz.
Los amo y les agradezco siempre.
María, Madre y Reina de la Hermandad
Queridos hijos:
Recordando el milagro de las Bodas de Caná, hoy les pido que, a través de la oración, vuestros corazones sean convertidos como Jesús convirtió el agua en vino. El misterio de este milagro se encuentra en el amor que ustedes pueden tener delante del Padre.
Por eso, hijos, en este día, acompañen a Jesús en la conversión de la humanidad, la cual necesita de Misericordia y de Perdón.
Queridos hijos, que vuestras vidas reflejen la enseñanza de Jesús en espíritu y en esencia. Que vuestros brazos estén abiertos, libres y preparados para recibir a los que más necesitan de Misericordia.
Pequeños hijos, hoy los estoy llamando a vivir este milagro de las Bodas de Caná en vuestros corazones para que vuestras consciencias vivan el gran ejemplo de conversión que Mi Hijo realizó en nombre del Amor de Dios.
Cuando Jesús convirtió el agua en vino estaba instruyéndonos sobre cómo el Amor de Dios convierte lo impuro en Puro, lo irreparable en Reparable, las faltas en Misericordia, la oscuridad en Luz. Por este motivo, queridos hijos, que hoy vuestra oración sea una nueva conversión de Caná, una demostración del amor que cada uno de ustedes guarda por Dios.
Pero ese amor que guardan debe irradiarse en hermandad para todos, porque así, todos estarán uniéndose a la gran red del amor y de la fraternidad.
Vuestra redención comenzará cuando reconozcáis que sois parte de Dios y que Dios es parte de vosotros, porque en este simple ejercicio estaréis colaborando en la elevación espiritual de la humanidad.
Por eso, es importante orar todos los días, aún más en este tiempo de exigentes cambios en cada uno de Mis hijos. Pero si están bajo la Luz del Espíritu Santo, vuestros corazones recibirán nuevamente la Gracia del Perdón.
Estén en Mi Paz y busquen estar en Mi Paz Maternal.
¡Les agradezco!
Gracias por responder en este día a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Como Madre del Consuelo, les doy la Paz y todo el Amor Celestial del Padre.
Como Reina del Cielo, los quiero acercar hacia el Divino Corazón de Mi Hijo.
Hoy, queridos hijos, el permiso de parte de cada uno de ustedes posibilitará que sus almas se unan a Cristo y Cristo se una en Amor a ustedes.
Ya es el tiempo de vivir la conversión del corazón a través del ejercicio diario del verbo en la oración.
Vuestras vidas deben ser ejemplo de hermandad y de caridad para que este mensaje de donación pueda transmitirse a los que aún no viven el servicio absoluto al Creador.
Queridos hijos, Mi Corazón Inmaculado es el gran consuelo y auxilio para todas las almas y en Mis brazos pueden encontrar el refugio y el amparo necesarios para cada uno de Mis hijos. Cuando todo parezca difícil en vuestras vidas, será el momento, hijos Míos, de comulgar a través de la oración con Mi Glorificado Hijo.
Es hora de que sus miradas se dirijan hacia la Mirada consoladora y misericordiosa de Jesús, porque en Él encontrarán el alivio del calvario interior que están viviendo.
Sepan, queridos hijos, que el gran consuelo que Mi Corazón quiere derramar es el consuelo de la paz. Porque es en la paz que muchos de Mis hijos en el mundo podrán nacer como esencias preciosas delante del trono de Dios.
El verdadero alivio consolador para los afligidos es una de Mis misiones celestiales en la Tierra. Pero ahora, a todos los grupos de oración marianos Yo les dejo la tarea de revertir, a través de la oración del corazón, todas las causas que hacen sufrir a innumerables hijos que necesitan de paz y de amor.
Ustedes ya están bajo Mi Manto, pero ahora los demás hijos, los más distantes de Mí, también deberán estar bajo la Luz Redentora de Jesús, Luz Infinita de Dios Padre.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hijos Míos:
Recuerden hoy que la gran comunión que existe para el mundo y para todas las almas es el Sagrado Corazón de Mi Hijo. De Él vierte la fuente reparadora de todos los corazones, y Él es el camino infinito hacia la conversión del corazón.
En el Sagrado Corazón de Mi Hijo ustedes encontrarán la nueva morada que muchos de Mis hijos desamparados deberían buscar pero están con sus miradas sobre otros lugares de la vida.
A ustedes, hijos Míos, que ya han caminado por medio de la sagrada oración diaria, les pido que, a través de la devoción, testimonien la existencia y la Presencia de Mi Hijo en cada corazón humano. Vuestras vidas deben transmitir el ejemplo de una verdadera conversión a través de la oración y de la consagración al Santísimo Corazón de Jesús.
Si ustedes dieran el ejemplo de una vida convertida y amparada por el Amor de Cristo, muchos de Mis hijos, distantes de esta verdad y de este sentimiento cristiano, podrían retornar a los brazos del Redentor.
Queridos hijos, la unión diaria con Cristo los fortalece como almas y como existencia en el Plan de Amor de Dios. El buen y simple ejemplo de entrega a Jesús les permitirá brillar como estrellas durante las noches que vendrán para purificar el mundo absurdo.
Los oídos compasivos de Dios están atentos a las plegarias de los corazones puros que piensan en la salvación de todos en estos tiempos.
Como nuevo rebaño de Cristo, renovado en la fe y en la consagración a Mi Inmaculado Corazón, hoy les pido y los llamo a que se conviertan en reales y verdaderos estandartes marianos de la oración para que, como legión de Mi Corazón Maternal, puedan construir el restaurado y redimido corazón único en la humanidad que vendrá: un único corazón de amor; un solo sentimiento de hermandad; una única meta para todos Mi Hijos, la fraternidad.
Gracias por responder a Mi llamado.
Desde la Luz del Infinito y Misericordioso Corazón de Jesús,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más