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Queridos hijos presentes:
Con el Arcángel Miguel ante la presencia de ustedes, Me dirijo hoy especialmente a aquellos que nunca tuvieron la Gracia de conocerme porque, en este día, Vuestra Madre del Universo viene a su encuentro para abrir el camino a la conversión, a la misericordia y al perdón.
Cada uno de ustedes, hijos presentes, hasta ahora ha vivido una trayectoria en esta vida; ahora, el Padre de todo el Universo, los llama al despertar interior y al reencuentro de la verdadera vida espiritual a través de los impulsos sublimes de la oración, del servicio y de la fraternidad.
En este día, Mi Gracia de Madre los reúne para enseñarles el camino de su verdadera libertad y así, ustedes, ante el Sagrado Hijo del Universo, aprenderán a amar y a sonreír nuevamente a la vida, lejos del sufrimiento interior.
Es por eso, Mis hijos, que Vuestra Madre los ha escogido a cada uno de ustedes para que se consagren a Mi Inmaculado Corazón; Corazón puro y bondadoso que se dona a ustedes para sacarlos de la prisión de la vida material, del engaño y del error.
Hijos amados, en este día en donde el Universo abrió una puerta de liberación y de paz en este lugar, los llamo a dar ese sagrado paso en nombre de todos los jóvenes del mundo que son llevados al camino de la perdición y de la falsa realidad.
Yo los adoro a todos como almas, Mis amados jóvenes; permitan en esta hora aguda de la Tierra que despierte en ustedes definitivamente la semilla crística del amor y de la redención.
Ustedes, dando este primer paso que Yo les pido, conocerán la verdadera luz del Cielo que hoy amorosamente ha tocado este lugar por bendita y plena Misericordia.
No quiero convertirlos, hijos Míos, Yo deseo llevarlos a la verdad, al servicio y a la entrega por la humanidad.
Mi consuelo esté sobre ustedes para que, animados por Mí, alcancen la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz.
Al final del mensaje, la Madre Divina en la presencia de San José, pidió que en este lugar llamado “Pedra Branca” se levante dentro de la floresta una pequeña gruta con la imagen de la Reina de la Paz. También la Madre Divina pidió que se construya el piso de este lugar de oración con la ayuda de la Red-Luz y que la propia Red- Luz continúe apoyando la tarea de oración con los grupos de jóvenes.
Nuestra Señora les dijo a los jóvenes presentes:
“Queridos hijos, aquí Yo seré la Madre de todos los perdidos. Deseo tener aquí mediadores de la oración entre el Cielo y la Tierra”.
La piedad es la esencia que amorosamente soporta todo. El corazón es la morada que acoge todas las incomprensiones y las disuelve en la fuente del amor. El alma es el refugio que sostiene y apoya todas las verdaderas estructuras espirituales y es el templo que más sufre las consecuencias de la mente concreta.
El espíritu es el fuego que impulsa todas las cosas, él vive y gobierna por la Voluntad de Dios, la que se cumple de ciclo en ciclo. Las miserias son el resultado del desamor y de la falta de franqueza con sí mismos y ante los otros, y todo se libera por la acción de la transparencia y por el amor superior, el que desata los nudos de la consciencia.
Amar a los otros es un trabajo doble pero victorioso, porque en la trascendencia se dibujan los nuevos caminos para todos.
Alcen vuelo hacia lo Alto y permitan que el Universo les señale el próximo paso que deben dar, porque en la obediencia todo se resolverá.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los ama y los perdona,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El servicio dignifica al alma y le da al mundo el espíritu de la caridad, tan escaso en todos. Cuando un corazón descubre el amor al servicio, se torna pleno y encuentra un camino seguro para su consagración.
El segundo paso después del servicio abnegado, bajo el espíritu de la caridad, es el sacrificio consciente en nombre de los padecimientos de Cristo. Por más simple que les parezca lo que realizan, siempre que ofrezcan sus acciones en reparación del Corazón de Cristo, sus ofrendas son aceptadas y el Sagrado Corazón es aliviado.
Consagré esta casa a Mi Casto Corazón para que aquí vivan la simplicidad, la caridad y el amor entre todos. Quiero hacer de cada corazón servidor una fuente de paz para este planeta.
Muchos piensan que es necesario realizar grandes obras e ir muy lejos para que el servicio sea válido y verdadero, pero Yo les digo que fue dentro de una simple carpintería que presté el mayor servicio de Mi pequeño Espíritu y ahí encontré la santidad y la puerta a la Divinidad, que alcancé al lado de Mi Hijo.
La santidad en la vida de cada ser no depende de las circunstancias externas en que vive; depende solo de cada corazón, de la disposición de cada uno para tornar sagrada la propia existencia.
Si en el servicio que prestan ofrecen a Dios sus actos, descubrirán muchos misterios que les serán revelados como comprensiones, a veces inexplicables, que provienen del corazón y solo para él serán claras.
Me comprometo, como padre de todos los servidores, a estar presente entre ustedes siempre que invoquen Mi presencia a través de la oración, la caridad y los actos de compasión y de fraternidad.
Me comprometo a interceder por las almas y por los Reinos de la Naturaleza en este oratorio de caridad.
Solo les pediré que se acuerden de Mí y que hagan de este espacio un lugar de alegría, de caridad y de unidad entre los hombres y Dios.
Quisiera que en la entrada de esta casa estuviera la imagen de Mi Casto Corazón, consagrando y bendiciendo este lugar, que irradiará la inspiración al servicio para las almas que deben aproximarse en estos tiempos.
Yo los bendigo y los protejo.
Su padre y amigo,
San José Castísimo
Por el amor que tú Me irradias, toda tu vida se eleva y así compartes Conmigo las Gracias y los dolores del mundo, de todos los que niegan a Dios y de los que han fallado injustamente.
La ingratitud causa el dolor más duro de superar, porque está lleno de miedo y de soberbia.
Hoy te digo que cuando Yo estaba a los pies de la Cruz fue el momento culminante para perdonar al mundo y para dar el último paso hacia el absoluto amor, aun viendo a Mi Hijo desfigurado por los pecados del mundo.
Sé que pocos se animan a acompañar a la Madre del Mundo en esa tarea espiritual, la que no tiene ningún reconocimiento ni mérito, solo hacerla por amor y por la salvación de todos los que son indiferentes.
En verdad, la mayoría de las almas no ponen su atención en el sentir ni en el dolor de la Jerarquía. Como es algo invisible a los ojos y mentes humanas, solo un corazón noble y simple podría percibir por encima de sí mismo que la Jerarquía comparte un misterio espiritual que muchos no comprenden, misterio que transmuta al mundo silenciosamente.
Por eso invito a Mis hijos a que crucen el umbral hacia la colaboración interna con la Jerarquía, en este ciclo en donde la indiferencia humana cegará el camino de los que creen estar en Cristo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En oración,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Establece el Reino de Dios en tu interior, ese espacio de paz donde las Leyes Universales encuentran su manifestación.
Establece en ti la unión con el Padre y permítete asemejarte a Él, dándole la potestad de transformarte según Su Voluntad.
El Reino de Dios no es como los reinos de este mundo, donde algunos disfrutan de las riquezas y la mayoría sufre y trabaja para servir a los primeros.
En el Reino de Dios todo está impregnado por la Consciencia Divina. El Creador está en todos Sus siervos. Él mismo es la esencia de la humildad, viviendo en el más pequeño como en ningún otro.
En el Reino de Dios solo triunfan la paz, el bien, el amor y la unidad, principios que se convierten en leyes manifestadas en la vida de todas las criaturas que comparten ese estado de consciencia, que es el Reino del Creador.
Vive estos principios en ti y vuélvete digno de ser portador del Reino de Dios, que emerge primero en el interior de los seres, a partir de la unión con el Padre, y después se establece fuera, en la vida material de este mundo.
Todo principio, ley o manifestación de la Consciencia Divina, antes de plasmarse externamente en la vida planetaria, primero encuentra su morada en el corazón de cada ser. El corazón es el puente con Dios, es la puerta hacia el Cielo, es el gran manifestador de la Voluntad Divina. Todo aquel que tiene una misión, primero la conoce en el corazón, la siente, la comprende y la acepta, para después vivirla.
Cristo, primero vendrá a los corazones en Espíritu y Divinidad; después, se manifestará en Cuerpo y Alma, cuando Su morada ya esté establecida en los corazones de aquellos que, habiendo reconocido Su Presencia en los propios corazones, lo reconocerán cuando retorne y cumplirán con Él el final de esta Obra Redentora. Por eso, lleva el Reino de Dios hacia dentro de ti; hazlo siendo consecuente con él, viviendo la paz, el amor, la unidad y la humildad como premisas.
Deja, hijo, que las Leyes Superiores actúen en tu corazón y que, desde ti, lleguen al mundo entero. Déjate ser moldeado, transformado, corregido. Prepárate y consolida en ti el Reino de Dios, morada segura para el Redentor.
San José Castísimo, aquel que prepara el retorno de Cristo en el interior de los seres.
Queridos hijos:
Con regocijo y gratitud en el corazón, hoy recordemos la Resurrección del Señor y la victoria grandiosa que Él alcanzó, en Su santa Humildad, por cada uno de ustedes.
Es hora de que guarden la paz en sus corazones y que vivan los principios de la hermandad que Él enseñó a todos en el inicio.
Celebremos con cantos de aleluya la Resurrección del Redentor en los corazones que, en esta Sagrada Semana, se abrieron para recibir el bálsamo de la paz y de la misericordia.
Hijos Míos, veamos el Sepulcro del Señor resplandecer en luz despertando el amor y la verdad en los corazones que nunca los vivieron. Veamos la esencia de este gran misterio de trascender y vencer a la muerte por amor y por la salvación de la humanidad.
Estén como las santas mujeres a la espera del gran momento en que Vuestro Señor reaparece para mostrar el infinito Amor de Dios y traer la Buena Nueva de la redención para todos.
Estén abiertos de corazón para recibir el misterio de amor que entregó todo por ustedes hasta los días de hoy y que vendrá de nuevo entre las nubes para retirar al mundo del cautiverio y liberarlo de todo mal.
Sean apóstoles de Cristo, sean seguidores y ejemplos de Su santa palabra.
Sean testigos de Su Misericordia para que los que aún duermen tengan la dicha de conocer la gloria de Mi Hijo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los eleva al Reino de Dios en celebración y paz,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de la Gloria
Por la lanza que traspasó el Corazón de Jesús
y derramó Misericordia para el mundo,
perdónanos Señor.
(x 6)
Estoy en silencio, así como lo estuve en el Sepulcro, contemplando al mundo.
Quisiera ver el fruto de la trayectoria de estos días, y Mi Corazón se ennoblece por encontrarlo en los más simples y en los abiertos de corazón, porque aún Mis Llagas están abiertas y se muestran a ustedes en este día: Mis Llagas de Luz y de Misericordia.
Beban de la Fuente correcta que Yo les ofrezco y no beban de lo que ustedes más gustan, sino de lo que Dios ha preparado para ustedes.
Hoy estoy en el silencio de Mi Espíritu, hablándole a sus mundos internos, porque es en donde las verdaderas cosas se construyen.
Por eso, hoy estoy aquí, en el silencio de Mi Sepulcro, preparándome para resucitar, en el día de mañana, en aquellos que supieron ofrecerme lo mejor desde su interior.
Ya no tiraré de las cuerdas de los ingratos para que se salven. Si caen de Mi barca deberán aprender a nadar porque todo les fue dado, y eso es irrefutable. Mis tesoros no pueden caer en manos impuras, ni injustas.
Yo vengo a entregarles algo, compañeros, que servirá para la próxima vida. Pero algunos de ustedes aún no Me entienden, no viven Mi deseo y menos Mi Voluntad.
Creen seguir Mis pasos, pero no lo hacen. Ya no se engañen, abran sus ojos a la Luz que Yo les traigo, la Luz de la Verdad y de la transformación.
Si Yo Me ofrecí por ustedes, quisiera que ustedes se ofrecieran por Mí, verdaderamente y sin mentiras. Porque podrán mentir a sus semejantes, pero a Mi Padre no, y menos a Mi Corazón que se dona a ustedes por completo.
Quisiera en verdad, compañeros, que abandonaran sus abismos mezquinos, en donde solo pierden el tiempo por sus propias ideas. Yo no vengo a activar el poder de su pensamiento ni de su decisión. Yo vengo a despertar Cristos del Nuevo Tiempo en corazones que acepten Mis designios, así como Yo los escribo en sus espíritus.
Ya no podré esperar, compañeros, para que puedan cambiar. No serán sus hermanos que los quitarán del camino, sino sus propias decisiones y sus propios caminos que, a veces, no son los Míos.
Hoy vengo nuevamente a mostrarles la Llaga de Mi Costado, el último y gran sacrificio que Yo viví por ustedes, aun cuando estaba muerto en la Cruz. Si Yo Me dejé martirizar y flagelar por los injustos, ¿será compañeros, que habrán aprendido la lección de Mi Amor por todo el mundo?
No quisiera, compañeros, que después de esta Sagrada Semana vivieran en los mismos caminos de sus voluntades. Todo lo que Yo les he entregado en estos últimos días ha sido una preparación para este momento, más aun para aquellos que se consagraron a Mí e hicieron votos ante Mi Corazón, que a veces no los cumplen.
Pero hoy no vengo a darles Mi Justicia, porque no la soportarían. El mundo siempre busca su propia derrota y el hombre de superficie así lo hace.
Ustedes son igual que los Apóstoles del pasado, los que tuvieron que enfrentar su propio destierro, su propia ignorancia y falta de fe. Pero Dios mora en todos los corazones que lo siguen, pero no en los corazones que son soberbios y creen vivir en Dios. Dios no se restringe a almas injustas. ¿Cómo el Corazón de Dios puede estar en un corazón cerrado, cuando está ciego y no quiere ver lo que el Universo le muestra?
Para ser Mi discípulo no deben existir preferencias ni dudas, sino confianza, obediencia y amor. Si no viven en el amor compañeros, no podrán soportar la purificación, y en eso nadie tendrá la culpa, porque la Ley como es arriba es abajo, y Ella responde, así como ustedes responden, a la vida material.
Quisiera que sus corazones reflexionaran con el Mío, sin olvidarse de lo que Yo les digo, con tanto Amor.
No quiero que observen sus miserias con desprecio, sino que las destierren con amor y voluntad, al menos por Mí. No puedo construir Mi Obra en columnas frágiles y tibias. Les he dado todos los materiales para que su columna sea fuerte y victoriosa.
Les he dado a los Padres Creadores para que los conocieran por Su Faz oculta y profunda.
Les he dado a Mi Madre para que los consolara y los guiara en el camino de la fe y de la obediencia. Cada uno sabrá, compañeros, que es lo que no está haciendo bien aún.
Yo no vengo a desenmascararlos ni hacerlos sentir pecadores.
Yo vengo a mostrarles lo que en verdad es y la urgencia de que sus corazones sean cristalinos y menos falsos. Pero aún, Mi Corazón derrama Sus prodigios sobre los injustos, porque Mi aspiración es muy grande por cada uno de ellos, algo que nunca comprenderían en esta vida.
Yo les traje con amor durante todo este tiempo, el Reino de los Cielos para que sus vidas se levantaran del suelo, así como han caído tantas veces. Pero ya no es hora de juzgar. Les dije una vez que se quitaran la paja del ojo y no del de sus hermanos.
Nadie es perfecto en este tiempo ni en esta vieja humanidad, sino en la próxima que vivirán la resplandescencia de Mi Espíritu para aquellos que hayan dado el "sí" total a Mi llamado y no a su voluntad.
Así, como hoy Yo les enseño, compañeros, les he enseñado a Mis apóstoles la verdadera transparencia de las cosas y de los caminos. No quisiera que salieran de aquí pensando que está todo bien. Verdaderamente, compañeros, es hora de enfrentar lo que se debe enfrentar y no de ser tibios ante esos acontecimientos.
Quisiera hoy, de esta forma, que vivieran esta comunión Conmigo, porque así como los amo también los instruyo para que no se engañen nunca más. Si no aceptan lo que Yo les digo, porque sé que no lo aceptan, no podrán amar Mi Corazón. Pero Mi infinita Misericordia permite revelar estas cosas para que sus corazones maduren en consciencia y en amor.
A los doce Yo les pedí todo, y a ustedes compañeros, y todos los que Me escuchan, también les pido todo ¿Cómo pensarán que se reunirán los 144.000 si aún no aceptan Mi convocatoria? Yo los escogí para este momento y no pueden negarlo.
Pero sus pies son tan libres de caminar, así como sus corazones de sentir, meditar y reflexionar. No quisiera que hoy se afligieran, sino que sintieran todo con más neutralidad para poder crecer, verdaderamente, sin emociones.
Yo vengo a pedir algo muy exigente de cada uno, sobre todo de los que se han consagrado y que por la Misericordia de Mi Madre hoy están aquí de nuevo, para no olvidar Mi Camino y para no olvidar en el camino que Yo los coloqué en unidad con sus semejantes.
Como una muestra de Mi Amor los volveré a bendecir en el Nombre de la Santísima Trinidad, para que sus consciencias se abran a lo nuevo y al camino que Yo los invito a recorrer todos los días.
Cuántas ofrendas han dejado aquí en Mi Altar para agradarme. Que eso siempre enriquezca sus espíritus en unión a Mi Corazón.
Yo purifico todas las cosas cuando los corazones se abren para recibirme. Yo consagro lo imposible y transformo lo imperfecto. Yo enciendo en los corazones la luz que siempre estuvo a oscuras.
En el nombre del Cielo y de la Tierra, pido a Dios por su salvación y la salvación de la humanidad. Que a través de este ejemplo vivo del Cuerpo y la Sangre de Mi Corazón, las almas encuentren la Paz.
Hoy daré Mi Santo Cuerpo a los que se esfuerzan Conmigo.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Los hermanos de la TV pudieran venir aquí. Abel y Anita también.
No pierdan la conexión Conmigo, estoy presente.
(Oración del Ángel de la Paz)
(Padre Nuestro en Arameo)
Y por el poder del Amor y de la Verdad, compañeros, Yo los bendigo a ustedes y al mundo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y ahora pueden ir en Paz siguiendo Mis caminos.
Canción: "Em Teu Olhar"
Queridos hijos:
Hoy estemos a los pies del Sepulcro en el silencio interno de las santas mujeres, contemplando la restauración corporal y espiritual de Nuestro Señor y, en consecuencia, de toda la humanidad.
Estemos en vigilia y oración, esperando el gran momento de la Resurrección de Cristo en los corazones del mundo.
Hagamos memoria y honra a Mi Amado Hijo, junto a los ángeles del Cielo, para que nuevamente Su infinita Misericordia y Piedad salven a los perdidos.
Vivamos el misterio de la Redención no solo a través de la Cruz, sino también a través del Sepulcro y de la unión interna con Jesús.
Abran sus brazos en donación y reciban en sus corazones la cura restauradora de Cristo en este Sábado Santo, en que las huestes del Padre se reúnen en adoración y gloria para bendecir al Hijo Amado.
En ese acto de piedad y de misericordia, los que nada quieren saber de Cristo lo conocerán en algún momento de sus vidas y reconocerán en Él el gran universo de amor que guarda Su manso Corazón de Amor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En adoración a los pies del sepulcro,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre del Calvario
Contempla, hoy, el misterio de la muerte de Cristo y la soledad sentida por todos Sus apóstoles y discípulos, por todos Sus seguidores, ya que muy pocos fueron capaces de comprender la grandeza de Su Crucifixión.
Contempla en tu corazón el recogimiento de Cristo, Su silencio y la incertidumbre que ese silencio causaba dentro de los Suyos.
Los que lo esperaban estaban ante una prueba de fe, estaban sintetizando en su interior todo lo que habían recibido y todo lo que habían aprendido, para colocarlo en práctica al auxiliar a los demás.
Este Sábado Santo se asemejará a la prueba que vivirá la humanidad en tiempos futuros. Ahora, aún están en la presencia de Cristo, de María Santísima y de Mi Casto Corazón; ahora aún cuentan con la Instrucción y la Guía de Aquellos que fueron enviados por el Señor para que, en la materia, lo representaran y condujeran Su rebaño a Su encuentro. Pero llegará el tiempo en que a cada uno le cabrá confirmarse y afirmar su fe. A cada uno le cabrá repartir el pan y ser el puente hasta Dios para quienes están vacíos de espíritu. Le cabrá a cada apóstol y a cada discípulo de Cristo anunciar el amanecer que llegará después de los días oscuros y, así, mantener en pie y con fe en el corazón a aquellos que deben perseverar hasta el fin, porque se comprometieron con Cristo.
Contempla, entonces, la fe de las santas mujeres de Jerusalén y cómo ellas vencieron el dolor que sentían para así vivir el puro amor que el Señor les había enseñado. Contempla la devoción de esas santas devotas de Cristo, que no solo perseveraron en el Calvario, sino que también ungieron el Cuerpo de Cristo, lo vieron resucitado, viajaron por los continentes anunciando Su Victoria y, a lo largo de los siglos, retornan al mundo, aún como santas mujeres, para perpetuar la Obra del Salvador.
Obtén tu fuerza de los misterios del Calvario, de la victoria sobre la muerte, de la fe en los días de oscuridad y de la gloria de la resurrección.
Revive la historia de tu Señor y multiplica Su Gracia y Su Bondad, siendo tú mismo la Palabra Viva de Cristo y el cumplimiento de Sus promesas.
Haz cosas mayores de las que Él hizo y cumple con Sus Palabras, así como Él lo manifestó en las Escrituras.
Renueva la Iglesia de Cristo, que no está guardada en una religión, sino en el corazón de todo aquel que tiene fe y disposición para seguir los pasos del Señor.
Aquel que te guía hacia el Salvador,
San José Castísimo
A Mis hijos consagrados
Queridos hijos:
En este día de renovación y de confirmación de votos para con los planes de paz de Vuestra Madre Celeste, quisiera verlos expresar la alegría y el amor que a todos los ha congregado en este eterno oratorio de Mi Inmaculado Corazón.
Al abrir las puertas de los Universos celestes hoy vean a su Santa Madre descendiendo desde la Casa del Padre Celestial, coronada con todas las flores de Sus hijos predilectos que confirman una y otra vez su adhesión al Plan de los Sagrados Corazones.
Hijos Míos, hoy quiero que todos estén dentro de Mi plenitud y de Mi gozo espiritual reunidos en este Centro Mariano y tomados de las manos para celebrar con su Comandante Celestial el triunfo del Corazón de Su Hijo en el mundo.
Junto a los coros celestiales, serafines, querubines y arcángeles cantemos el Himno de Aleluya decretando a Yahvé como el único y poderoso Padre de la Misericordia.
Una Gracia expiatoria derramará Mi Inmaculado Corazón sobre aquellos que ya se consagraron y se consagrarán a Mí el 13 de marzo, cuando su Comandante Celestial dirigirá Su Gracia maternal sobre las causas imposibles. En ese día en el que la puerta mayor del oratorio sagrado de Mi Corazón estará abierta, quisiera verlos internamente pronunciando y afirmando por un año más su sí al Plan del Padre Universal.
Queridos hijos, como su Alteza Celestial desciendo del Cielo resplandeciente en amor, en maternidad y coronada por Sus hijos del mundo. Hoy desearía que sus almas pronunciaran a viva voz: "Gratitud, Madre por cuánto nos das." Así Yo elevaré al Cielo esta imploración para que el Padre la contemple en el océano infinito de Su Misericordia; de esa manera el Plan de todo el Universo podrá contar con la colaboración y el esfuerzo de todos.
Muchos de ustedes quisieran testimoniar resultados evidentes de toda esta Obra, Yo prometo que los verán en el próximo tiempo.
Hijos amados, ahora Yo los invito a obrar en el nombre del amor y de corazón por todos los que rechazan todos los días el llamado espiritual de Dios. Ustedes se consagraron como Mis hijos porque fueron tocados por Mi Luz, por Mi sagrada Maternidad y por Mi Misericordia.
Quisiera que aprovecharan este último ciclo, la Gracia inexplicable que Yo les derramo amorosamente para que sus corazones se abran cada día más para amar y reconocer en el semejante la Presencia de Cristo, así como Yo la reconozco en cada uno de ustedes.
Hoy sean verdaderamente una sola familia espiritual sin apariencias ni juicios, así como Nosotros, los Portavoces del Cosmos somos una familia con cada criatura de este planeta que está o no en el camino de Cristo.
Queridos hijos, renueven sus votos de consagración y de unión con Vuestra Madre Celeste. En este día Mi Inmaculado Corazón se aproxima aún más a sus vidas para que sientan Mi eterna Paz.
Les agradezco, hijos, por formar parte de los ejércitos orantes de la luz.
Los ama,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Quédate en Mis brazos, porque así Yo te ayudaré.
Quédate en Mis brazos, porque así Yo te consolaré.
Quédate en Mis brazos, para que sientas a todo el Universo.
Quédate en Mis brazos, para que veas la Gracia de Mi Corazón.
Ya no te canses, querido peregrino, sigue buscando lo más alto de la montaña para que veas, en el horizonte, la llegada del Gran Pastor.
Sigue adelante, caminando entre piedras y espinas, en esta senda tus pies se lastimarán para que puedas aprender.
Tal vez caigas al suelo para aprender a levantarte; pero recuerda, Mi querido peregrino, que una Mano de Luz siempre será tendida en tu camino para que puedas levantarte con firmeza y devoción. Por eso, quédate en Mis brazos, así como se quedó Jesús cuando nació.
Quédate en Mis brazos, para que reconozcas que no estás solo en este universo. Sabe que hay muchos hermanos del universo que te aman y desde sus Cielos más sutiles acompañan la trayectoria de tu espíritu.
Sabe que podrás escapar del error, esta escuela es para los que se animan a autoconocerse y transformarse.
Si doce hombres al lado de Jesús se convirtieron en Sus seguidores y apóstoles de la Sagrada Palabra, ¿por qué tú, querido peregrino, dejarás de convertirte en algo tan bello y esperado por Mi Hijo?
Es hora de que, día a día, aprendas a crecer y a amar la transformación.
El universo de esta humanidad está lleno de dádivas pero también está lleno de deudas, algunas impagables. Pero si tu fe te lleva a encontrar el punto más alto de la montaña, nunca dejes de aspirar a redimir completamente tu vida.
Querido y amado peregrino, viniste al mundo para purificar lo más viejo, lo que ya no puede morar en tu sagrada consciencia.
Querido peregrino, llegaste al mundo con un velo en los ojos de la consciencia para que aprendieras a caminar a través de la fe absoluta, sin conocer antes tu pasado en las estrellas y en el cosmos. Ahora y aquí, aprendes a superarte todos los días, sin dejar de participar de los verdaderos milagros que el Cielo ha hecho en tu vida y en la vida de tus hermanos.
Sé que tú, amado peregrino, has caminado y has cruzado muchos desiertos y, tal vez ahora, estás en las puertas de un nuevo desierto interior. Alégrate porque podrás estar vacío de ti mismo y libre de cualquier influencia.
Siéntete digno de recibir cualquier aprendizaje o cualquier prueba para que puedas superarla dentro o fuera de ti.
Quédate en Mis brazos de Madre, Mis ojos posan sobre ti, Mi mirada de Luz acompaña silenciosamente la cruz que estás cargando.
Sé que Dios te ama así como Él te creó en el principio. Recuerda todas las veces que Yo te contemplé y cuánto Amor Divino te expresé.
Querido peregrino, únete a tus hermanos y forma parte del ejército celeste de Luz que ayudará a vencer al adversario en la última hora.
Sonríele a la vida y siéntete en paz, no solo veas tus propios errores, ve más allá de tu alrededor, observa al mundo agonizando día y noche. Mira cuántos pierden la vida y no lo perciben. Mira cuántas almas inocentes son prisioneras del poder humano y de la guerra. Mira, contempla, aprende y reza Conmigo para que esto termine pronto.
Quédate en Mis brazos, pequeño peregrino, al igual que Jesús cuando expiró y al ser bajado de la Cruz quedó un tiempo en Mis brazos.
Querido peregrino, entrégame todo lo que acongoja a tu corazón y a tu vida, destierra el miedo creado por la mente. Instituye en tu espíritu la Divina Presencia del Sagrado Corazón de Jesús.
Aprende a amar lo que parece imposible de amar. Aprende, así como Nosotros, Tus Guías Celestiales, hemos aprendido en este mundo.
Dios tiene piedad de todos Sus hijos, desde el más pecador hasta el más santificado; todos son iguales ante los Ojos del Padre, porque son amados por el único y máximo amor del universo.
Ofrece tu vida todos los días en las Manos del Padre, ofrece al universo lo mejor que puedas hacer por los otros. Allí, en esa completa y abnegada donación, estarás libre de muchos errores y miedos.
Todo el universo espera que algún día des tu gran paso hacia la confianza en Dios, para poder ingresar en consciencia al Paraíso.
Al menos, ama todo lo que vives, y hazlo por aquellos hijos Míos que mueren en los desiertos de este mundo, enterrados vivos o decapitados.
¿Quién Me ayudará a soportar un dolor tan grande?
Solo el Amor te hará humilde, simple y verdadero. Todo lo que hagas en nombre del Amor de Dios, es como si lo hicieras mil veces, tiene un mérito incalculable.
Querido peregrino, las almas sufren porque no hacen las cosas por amor o porque no aman a sus semejantes con amor verdadero. Yo les enseño a todos Mis hijos lo que Mi Hijo Jesús le enseñó al mundo entero: “Ámense los unos a los otros”, así como Mi Hijo los amó desde el principio.
El Amor te volverá sagrado, bendito y puro. El Amor de Dios en el corazón peregrino es invencible. Necesito que Mis hijos amen de verdad y no en apariencia, para que ayuden en la reconstrucción de este mundo.
Camina, querido peregrino y quédate en Mis brazos, hoy la Misericordia infinita de Dios tocó tu corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Les enseña a amar, en la escuela del amor,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Queridos hijos:
Por medio de las luchas espirituales se alcanzará la paz, es por eso que en esta hora decisiva se define el próximo camino para seguir en esta situación planetaria.
Queridos hijos, hoy necesito que mantengan encendida su fe, la fe del corazón y del alma para que así el amor de sus corazones derrote a Mi adversario. Él no conoce el amor y le teme al amor divino y superior.
Por eso, hijos Míos, con lanzas de amor en sus manos, batallen por la paz irradiando amor y compasión ante tanta crueldad humana.
Hijos Míos, la misión humanitaria en Turquía ha movido los planos espirituales. Todo lo que produce el caos, así como el terrorismo y la aniquilación de personas inocentes, genera una forma de batalla espiritual permanente en la que las legiones de la luz y las fuerzas del caos producidas por las acciones de la humanidad batallan para definir el reinado.
El Todopoderoso sabe que todo esto está sucediendo y que día a día eso compromete a la humanidad.
La oración de todos está siendo una poderosa arma que hace desaparecer el terror y el miedo de los corazones, porque el arma de la oración está llena del amor verdadero que sus corazones pueden sentir.
Hijos Míos, sigamos trabajando por la paz, que los soldados orantes se formen en las primeras filas del Armagedón, pues el planeta debe ser rescatado.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En comando y oración,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre de los refugiados
Cada servicio prestado por los servidores y consagrados al Plan del Dios Altísimo debe ser motivo para generar el equilibrio necesario y curar los males del pasado de una humanidad tan transgresora.
Que sus manos comiencen desde ya a reconstruir el mundo con actos de servicio, a reparar el mal causado en el principio y a aplacar el caos que se precipita sobre la Tierra.
Existen muchos lugares del planeta que no están destruidos por la guerra ni tomados por los conflictos armados, pero que están espiritualmente tan heridos como los que están en guerra.
La humanidad, como consciencia, perjudicó tanto la vida planetaria que una gran parte del espíritu del planeta está deteriorado y padeciendo como un moribundo que da sus últimos suspiros de vida.
La forma de curar este mundo enfermo es solo con el amor, amor en todas sus expresiones: amor con actos de caridad fraterna, amor irradiado en la oración, amor irradiado en el silencio, amor que se manifiesta en el corazón que se transforma por amor al Plan de Dios.
Un servidor que se encamina a una misión pedida por Dios debe ser como el obrero que lleva en sus manos el ladrillo y el cemento para reconstruir la consciencia planetaria. En cada pequeña acción debe estar el amor pleno y absoluto, que trasciende las condiciones, las diferencias, los errores, el miedo y el dolor. Así, poco a poco, ustedes podrán convertirse en verdaderos instrumentos de Dios.
Que esté en la intención de cada misionero la reconstrucción activa y luminosa de la vida espiritual de la humanidad.
La consciencia humana fue creada con base en principios divinos y puros, lo que le daba la particularidad de poder unirse directamente al Creador, sin intermediarios. Esos principios fueron atacados desde el inicio de este Proyecto, y las fuerzas del adversario trataron de convertirlos en lo que ustedes conocen como energías capitales, que hoy son mucho más que siete.
Para volver a ser cristalinos como Dios pensó y para alcanzar el Propósito Divino, llegó la hora de hacer que crezcan los principios divinos en su interior y en el interior de sus semejantes y, así, ir debilitando aquellas fuerzas oscuras que tanto crecieron en la consciencia humana.
Es por eso que les pido que comiencen cada día de servicio rogando a Dios la Gracia de la humildad y de la unidad con Él. Así, dando el primer paso de sus días, con la intención de ser puros, serán ayudados por los ángeles a servir de forma cristalina y a ser verdaderos instrumentos del Creador del mundo.
Por la reconstrucción de la consciencia espiritual del planeta,
San José Castísimo
Si hay algo que debe ser inmediatamente disuelto del corazón humano es el miedo.
El miedo es la ausencia de Dios, del amor, de la fe. El miedo nace y crece en el corazón de los que se acomodaron a la condición humana y aún no reconocieron que aquello que debe cuidarse con esmero es solo la esencia más profunda del ser, los principios divinos que allí se encuentran.
Aquel que siente miedo es porque no confía en el amor.
Con sus acciones, deben fortalecer los principios de la fe, la certeza de que el amor algún día hablará más alto en la consciencia humana, porque será tanta la necesidad de paz y de unidad, que todos se unirán en busca de un Único Dios.
El miedo con el cual viven los pueblos originarios es el miedo de perder su cultura, perder su espacio en la Tierra. Por no tener lo básico que necesitan para vivir, ellos sienten miedo de desaparecer como pueblo, así como desaparecieron tantos otros pueblos.
En la misión que ocurre en Chaco, así como en todas las misiones que aún tendrán lugar con sus hermanos indígenas, deben fortalecer la fraternidad y dejarlos sentir que comprenden, o que tratan de comprender, el papel espiritual de los pueblos originarios en la Tierra; porque, más que ayudas y cuidados básicos, ustedes encontrarán en sus hermanos la necesidad de ser reconocidos con su cultura y su sabiduría, como parte de esta civilización humana.
En lo profundo de esos corazones, más que el hambre o la miseria, pesan el abandono y la indiferencia por parte de la mayoría de los seres humanos. Por eso, estamos dedicando estos mensajes no solo para instruir a los misioneros, sino también para despertar espiritualmente a la humanidad y, sobre todo, en este caso, a la Argentina, para que conozca el papel de la consciencia indígena, ya que su equilibrio depende de la pureza, de la simplicidad y de la sabiduría que los pueblos originarios mantienen en su interior.
Ustedes deben prestar un pequeño o un gran servicio, siempre teniendo en cuenta mucho más el propósito espiritual que el acto físico, porque físicamente encontrarán infinitas necesidades materiales, sociales, morales, carencias de cosas básicas para la supervivencia y, para suplir todas ellas, sería necesario un esfuerzo mucho mayor que el de algunos pocos días.
Muchos pueden preguntarse: ¿Cuál es la razón de hacer misiones tan rápidas, en las cuales no se suple ni la mínima parte de la gran necesidad de esos pueblos?
Y Yo les respondo que aquellos que alcanzan a ver con los ojos lo que sucede en el espíritu, y no solo en la materia, saben que las necesidades espirituales se mueven con base en otras leyes y, a veces, una situación que espiritualmente es mucho más grave que una gran carencia material se resuelve con un pequeño acto de amor verdadero.
Es por eso que les pediremos, sí, que lleven recursos materiales, pero lo que en verdad le da sentido a una misión es la vivencia del amor, la capacidad de abrir las puertas para que Dios descienda y actúe por intermedio de sus manos.
Traten de ser verdaderos y no quieran ser héroes. Sean solo simples de corazón, ábranse para aprender, déjense curar de la propia indiferencia humana, del orgullo y del egoísmo. Es así que podrán llamarse misioneros, misioneros del espíritu, misioneros que sirven para cumplir la Voluntad de Dios.
Yo los amo y por eso les enseño a servir.
Su padre y amigo, servidor del Dios Altísimo,
San José Castísimo
Hijos Míos:
Mientras las guerras se expanden por el mundo y en muchas mentes reina el deseo de un gran conflicto mundial, Mi Inmaculado Corazón los llama a difundir el Espíritu de la Paz, a hacer del gran caos, que se expande a diario, la razón para que maduren inmediatamente y asuman rápidamente el lugar que les corresponde en el Ejército de la Paz y del Amor, guiado por Mi Corazón.
Los llamo a hacer de la sangre derramada por los cristianos del mundo, el motivo para fortalecer su propia fe y proclamar aún más alto que Cristo reina en su interior.
La batalla ya está en curso: no hay reglas, no hay límites.
Así como no hay límites para las maldades que suceden en el mundo, ustedes tampoco deben colocar límites en su capacidad de amar. Amen sin límites, sin condiciones. Lleven esperanza hacia los corazones que perdieron la fe.
No es que serán ingenuos delante de lo que ocurre en el mundo o indiferentes a las guerras y a los sufrimientos del prójimo, pero sí serán conscientes de la batalla y participarán en ella, proclamando la paz, venciendo la astucia del enemigo con actos de amor.
Frente a las guerras religiosas, vivan la paz entre las diferentes religiones. Difundan el respeto por el camino escogido por cada uno, para llegar al Único Dios.
Cuando el enemigo los derrumbe y los lleve a la perdición, no se desanimen: confíen en la Misericordia que los congregó en este mundo y perseveren una y otra vez en la vivencia de la perfección, hasta que sus consciencias comprendan que es tiempo de crecer y dejar de lado las infantilidades, para que sean verdaderos apóstoles de Cristo en este mundo en tinieblas.
Hijos Míos, para que la humanidad reconozca los tiempos que vive, deben difundir la Misericordia y la Paz. Abran los ojos de los que están dormidos, den a conocer los tiempos de tribulación, el Armagedón espiritual y físico que ya comenzó en el mundo y que poco a poco purifica la Tierra, para que ustedes aprendan a buscar a Dios.
Para que la humanidad despierte, necesitan actuar y no callar más, aunque sí anunciar al mundo la posibilidad de actuar por la oración y por los actos de perdón y de reconciliación pedidos por San José, así como también por los actos de servicio.
El mundo necesita equilibrio y paz, pero esto les será concedido por los méritos alcanzados por el corazón humano.
Hoy, les pediré que sus corazones sean uno con los corazones de los misioneros, tanto los de Medio Oriente como los de Argentina. Deseo establecer la paz, pero para eso es necesario que generen méritos por la oración y por la acción consciente en sus vidas.
Mis amados, si supieran del mal que se precipita en el planeta, no perderían tiempo consigo mismos y con sus propias aspiraciones, sino que se encaminarían hacia el cumplimiento del Plan Superior, para suplir las mayores necesidades de este mundo.
Lo que Dios más necesita de todos en este momento es de su madurez, de su verdadera consciencia de los tiempos que viven, que sean consecuentes con todo lo que saben y que no solo estén en Mis Apariciones, creyendo que es suficiente escuchar Mis Palabras.
Cuando dicen ser apóstoles de la paz y dicen querer establecer la paz en el mundo, pero no consiguen comprender al prójimo y vencer su propio orgullo para disolver los conflictos con aquellos que tienen a su lado, su despertar jamás será verdadero y no podrán decirse soldados de Mi Ejército de la Paz, pues aquel que es un soldado en este Ejército, vive la paz en las pequeñas cosas de la vida, ama al prójimo en los pequeños detalles, comienza el servicio con aquellos que tiene a su lado, y así, poco a poco, irradia la paz hacia el mundo.
Que Mi Paz sea una realidad en las vidas de los que dicen proclamarla.
Sean verdaderos consigo mismos y con Dios, porque el enemigo se servirá de sus máscaras para vencer sus corazones con los orgullos y las vanidades que aún viven.
Hijos, busquen tener corazones humildes para vencer el orgullo que causa las guerras en el mundo entero.
Los amo y siempre los bendigo.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Fraternidad, Unidad con Dios, Fe y Esperanza son atributos que siempre deben reinar en el corazón humano.
Partiendo del principio de la Unidad de Dios, que en la diversidad de la manifestación de Su Consciencia jamás dejó de ser Único, vivan ustedes también la unidad entre sí como un único cuerpo perteneciente a la Consciencia Divina.
El Creador se multiplicó y se expandió en diferentes formas de vida, de expresión, de manifestación, para que Su Perfección se hiciera vida y materia, para que el Amor que Él expresa en Su Espíritu Divino pudiera tornarse carne, mente, sentimiento, alma, espíritu, vibración y sonido, para que no hubiera límite en la manifestación de Su Amor.
Dios impregna todo lo que fue creado y a todas las criaturas les da la oportunidad de ser semejantes a Él. Conscientes de los Principios del Creador, ustedes deben imitarlo. Que el amor se multiplique en sus corazones, que se exprese de diferentes formas, con palabras, oraciones, silencio, acciones, con comunión interna, espiritual o física, a la hora de recibir la Eucaristía.
Como grupo, exprésense como la Consciencia de Dios: muchas formas de vida, muchas formas de servir, infinitas posibilidades de amar, pero todo eso sin perder nunca la unidad.
Aunque las criaturas existentes sean tan diferentes unas de las otras, eso no hace desaparecer de ninguna de ellas la esencia que las une en la semejanza divina con el Padre Creador.
Les digo todas estas cosas porque es hora de la unidad, de la reconciliación, de la fraternidad como puentes para el amor.
Las diferentes misiones que hoy se están llevando adelante indican el camino que cada uno debe recorrer en su día a día: superar las diferencias entre razas, culturas, idiomas, naciones, religiones, para vivir, como humanidad, la Unidad con Dios.
Sean conscientes de que llegará la hora de unir sus consciencias en un único propósito: ofrecer a la Tierra paz y reconciliación.
El sufrimiento del corazón humano hace que se venzan las barreras para amar, y la necesidad de encontrar la paz los une.
Tanto en Medio Oriente como en Chaco, comprenderán lo que la purificación material, mental y física, causa en la consciencia humana. Deben estar delante de estas situaciones tan extremas no solo para auxiliar, sino también para aprender. Entonces, con ese aprendizaje en la consciencia, deberán preguntarse si realmente es necesario que pasen por semejantes purificaciones para que aprendan a vivir el amor, para que busquen la unidad con el prójimo, para que trasciendan las diferencias y caminen rumbo a la concreción de los Planes de Dios como una única raza.
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El dolor los hace buscar el amor, aunque la posibilidad de amar existe dentro de sus corazones, latente como una condición natural del ser humano. Solo es necesario que salgan de sí mismos y se entreguen a la búsqueda de ese Amor Crístico, verdadero; amor que une los universos, amor que destraba la evolución, amor que los asemeja a los ángeles y les permite retornar a Dios.
Delante de las situaciones de Medio Oriente y de Chaco, reflexionen profundamente y hagan sus elecciones: esperar los tiempos de caos o aprender a amar desde ya, rindiéndose a la Gracia de la Unidad con Dios.
Su padre y compañero de siempre,
San José Castísimo
Muchos se preguntan de dónde partirá la unidad entre las diferentes culturas, religiones, razas y naciones. ¿Cómo unir tanta diversidad?
Pocos descubrieron la potencia del Amor de Dios y casi nadie vive la verdad que es saber que, si un Dios tan infinito fue capaz de crear tanta diversidad, Él se encuentra en todas las cosas y también en las diferentes religiones inspiradas por Él.
Las criaturas están dentro de la Consciencia de Dios, y Dios en ellas, pero la ignorancia que cerró sus ojos no les permite ver que el Creador está ahí, en lo profundo. Y, así, viven una ilusión, una vida separada de Él, solo por el hecho de no saber que Él Es en todo lo que fue creado. No lo ven y no lo sienten porque no se abrieron para saber que Él está en el interior de los seres.
El Creador, en Su posibilidad inconmensurable de amar, a lo largo de la existencia de la humanidad, concibió muchas religiones. Cada una conduciría una parte de Su Creación, pero al mantener viva su esencia todas llevarían a un único fin.
Cuando María dice que unirá, en Su Inmaculado Corazón a las diferentes religiones, pueblos y razas, no significa que todos reconocerán a la persona de María como Madre de Dios. María es la propia Unidad, pues Su Manto ampara en sí a toda la Creación. Como Unidad, Ella conduce a las diferentes religiones al Amor, que es el Principio que expresa Su Hijo.
Puede ser que muchos no reconozcan a la persona de Cristo como el Camino, la Verdad y la Vida, pero aquellos que creen en el Amor y viven en el Amor están en Cristo, sin saberlo.
El Amor que Cristo expresa trasciende la existencia de la persona de Jesús. La Unidad que expresa María trasciende la persona de María. Ellos ya no son parte material de una Creación. Aquellos que provinieron de un Espíritu Único se manifestaron en la Tierra para construir un camino, para expresar un arquetipo, para dar un ejemplo vivo y, ahora, en las diferentes escalas de evolución, siguen dando ejemplos y dejando Sus pisadas en todas las dimensiones, para que incluso los ángeles sigan Sus pasos.
Los principios de Amor y de Unidad son posibles de vivir para todas las religiones verdaderas e, incluso, aquellos que no tienen una religión guiada por una institución, pero que, en sus corazones, buscan religarse con Dios todo el tiempo por el Amor y por la Unidad. Es así como Cristo y María conducen a la humanidad.
Ser cristiano es más que creer en Cristo. Si quieren llegar a la religión del corazón, en la cual todos son hermanos, hijos de un único Dios, crean en el Amor y en la Unidad.
El Amor y la Unidad los llevarán al Origen. Esta es la razón de la existencia humana: vivir esos dos atributos universales, que un día se hicieron carne y que hoy retornaron al Corazón Purísimo del Creador, para que toda criatura que vive, desde la materia hasta el espíritu, pueda retornar a Dios.
Quiero que anuncien al mundo que Dios es único y que los une a Él en los principios del Amor y de la Unidad. No importa que el camino sea aparentemente diferente, porque unos tendrán más apertura para seguir los pasos de Mahoma; otros, los de Buda; otros, de Cristo; otros, de María; pero todos pueden unirse, en espíritu, en el Propósito de Dios para la humanidad, que es único: el Amor y la Unidad para llegar a Él.
Vivan con esa certeza en el corazón y no duden, ni un solo instante, de la posibilidad de que Dios, del cual provienen todas las cosas, pueda hacer retornar hacia sí, todo lo que un día Él creó.
Yo los amo, los bendigo y les pido que sigan orando por la Paz en el planeta. Todos los días recuerden que sus espíritus ya viven en Dios y que, solo de ser conscientes de la Presencia de Él dentro de ustedes, ya son portadores del mayor misterio de Amor y de Misericordia de esta Creación.
Oren por los que desconocen el Amor de Dios y por aquellos que creen que lo aman, pero que no conocen el verdadero Amor ni la verdadera Unidad que llevan al Creador.
Su padre y compañero,
San José Castísimo
Mientras el Real Tiempo del Universo se detiene cada vez que desciende a la Tierra un Mensajero Divino de Dios, así debería detenerse el discípulo de Cristo en el momento en que él está por recibir una grandiosa Gracia; porque en el Real Tiempo del Universo no existe el pasado, solo el recuerdo o la memoria de una tarea cumplida.
En el Real Tiempo no existen semejanzas, sino igualdades. Se manifiesta en ese Real Tiempo el camino del Propósito, el que es planteado para todos los ángeles de Luz.
En la obediencia el Real Tiempo es aceptado, porque él es parte de la esencia y de la experiencia de evolución.
En el Real Tiempo no existen las formas, solo existe el sentido de las mismas para que cada ángel creado pueda progresar en amor al servicio de Dios. Las bases de ese tiempo son las Leyes y los principios creadores. En el Real Tiempo existe una escala que es reconocida por todos los ángeles del universo. Esta es la escala del amor y de la unidad, es algo que hace mover al Real Tiempo como experiencia de evolución.
En esas escalas están todas las bases para la experiencia, porque en el Real Tiempo el sentido de todo está en el conocimiento que surge de la sabiduría y en el servicio que hace humilde a cualquier corazón.
En el Universo, el Real Tiempo no pasa ni tampoco es estático, es un tiempo divinizado que está marcado por la elevación y la trascendencia de todas las formas creadas.
En el Real Tiempo existe el eterno presente que es el estado de positiva permanencia, es la unificación constante con la esencia y el Propósito de la Divinidad, de la Fuente.
El Real Tiempo es una corriente única de energía, es el hilo que une el principio con el fin para que en el Alma de la Creación se viva una relación armoniosa con todo lo manifestado.
El Real Tiempo no tiene memoria de los hechos sino registros de las experiencias en una escala mayor de vibración. Es un tiempo desconocido.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los guía al profundo despertar,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que la paz y la esperanza sean siempre, en sus corazones, atributos que los mantengan resguardados por la fe. Si están permeados por la fe en los Planes de Dios, podrán pasar por las pruebas venideras con armonía y perseverancia.
Mis amados, Mi Corazón está colmado por un amor infinito por la humanidad. Por ese motivo, es que día a día, los invito a crecer y madurar en espíritu. Como cuento verdaderamente con cada uno de ustedes es que les revelo las realidades del mundo y les pido mayor consciencia delante de todo lo que recibieron.
Muchos ya saben que estos son tiempos finales para las maldades e infidelidades del corazón humano hacia Dios y Su Plan; pero la consciencia humana, como un todo, no quiere aceptar que estos tiempos llegarán, para no salir de su comodidad y de su voluntad propia.
Esas resistencias pesan en el corazón de cada uno de Mis servidores, que intentan ser verdaderos en su entrega y, sin embargo, una y otra vez caen ante las mismas pruebas de críticas, juicios y separatividad.
Es por eso hijos, que deberán hacer un esfuerzo aún mayor del que hicieron hasta hoy. Reconozco, como Madre de todos, que algunos pasos ya fueron dados, pero no son suficientes para el surgimiento de una nueva raza.
Deben estar más vigilantes y silenciosos, observándose a sí mismos más que al prójimo, porque así evitarán muchos malos entendidos y cerrarán las puertas a la desunión y a la falta de fraternidad que tanto tientan a la consciencia humana.
Mis queridos, nunca se olviden de que mientras ustedes tienen todo, porque están al lado del Rey de todas las cosas, existen muchos otros hermanos suyos en el mundo que, incentivados por falsas representaciones de Dios, están haciendo sufrir los unos a los otros otros de formas demoníacas y espiritualmente transgresoras. Por eso, sean un poco más fuertes y valientes en relación a ustedes mismos y no dejen que el enemigo obre también por intermedio de Mis soldados, retirando la paz que Yo estoy intentando instituir en el mundo.
Recuerden siempre que están aquí para cumplir con un Plan Mayor, para establecer la paz en estos tiempos de caos en la Tierra, así como en el Universo, ya que lo que ocurre en este mundo interfiere en toda la creación de Dios.
Les ruego que luchen contra ustedes mismos, cuando sea necesario, porque ya no existen muchas islas de salvación para el espíritu en esta Tierra. Cuento con muy pocos y estos deben mantenerse fieles y firmes, porque es posible que el Plan de Dios se establezca en la consciencia humana, por medio de la victoria de Cristo en Sus amados compañeros.
Mis queridos hijos, sepan que la hora crítica del planeta ya comenzó en algunas partes del mundo y en poco tiempo se expandirá por toda la humanidad. Purifíquense de inmediato de todo mal que aún habita dentro de sus consciencias, háganlo a través de la oración así como de la transformación consciente. Hagan esto amando, cada día más el Plan de Dios, para que el amor verdadero por algo superior destierre de sus corazones el falso placer de destruir la unidad entre los seres.
Les digo todo esto porque deben estar sintiendo dentro de ustedes que un cambio imperioso y definitivo necesita manifestarse. Yo solo los impulso para que den sus pasos y no pierdan tiempo; porque en la hora en que la purificación planetaria golpee a la puerta de sus casas, necesito que estén preparados y dispuestos para ayudar a otros, aquellos que no escucharon estas palabras.
Les agradezco y les dejo Mi Amor materno, para que no desistan nunca de dar los pasos en su constante e inmediata transformación.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Mientras Mi purísimo Corazón de Amor escucha sus oraciones y las oraciones de todos aquellos que responden al llamado de su Madre Celeste, Dios Padre se apiada de todos Sus hijos e intenta, con Su preciosísimo Poder, que Sus ángeles del Cielo ayuden a revertir el mal de la humanidad.
Hijos Míos, para que eso suceda y para que las Gracias imposibles se expandan, vengo a pedirles que coloquen su confianza en Mi Hijo y en cada palabra orante que es pronunciada día a día. Será el poder interior de esa confianza que impedirá muchas cosas, y esa confianza plena les despertará la fe y, sobre todo, se reconocerán como dignos hijos de Dios.
Queridos hijos, saben que el mundo entero atraviesa el ciclo de su más profunda y aguda enfermedad espiritual, enfermedad que vive en el alma y principalmente en el corazón de cada hijo Mío. A través de los años, Yo les enseñé el camino para poder disolver todos los males. Ese camino es el amor, el amor entre ustedes y con sus semejantes. Ese amor divino y poderoso permitirá curar la enfermedad espiritual que vive toda la humanidad.
Los animo a que cada acto del día sea un acto de amor y de misericordia. No permitan, hijos Míos, que el odio o la mentira prevalezcan en sus vidas. A partir de hoy busquen transformar todos los males de la humanidad a través de la importante conversión interior. No quieran convertir todo su ser en poco tiempo, abran camino para que su ser reconozca en consciencia todo lo que debe desterrar. Así, poco a poco, queridos hijos, irán cambiando todas las costumbres que llevan al mundo a separarse del Amor de Dios.
El mundo olvidó amar a Dios; por eso, sufre. Dios necesita que busquen Su Reino y que vivan en este mundo a través de Su Reino de Amor. Sean apóstoles en transformación. Sean testigos verdaderos de Aquel que vendrá, en la hora más culminante, a traer nuevamente Su Gloria y Su Paz.
Sean amorosos todo el tiempo, el mundo necesita que sus corazones derramen el Amor de Jesús sin arrogancia ni control. Entreguen amor y sus heridas más profundas serán curadas. Entreguen a Dios lo que hasta ahora tienen bajo mil llaves. Entreguen sus pequeños corazones; así, Mi Corazón también triunfará.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En el nombre del Amor que los rige,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más