- Inicio
- Blog
- Mensajes
- Oración por la Paz en las Naciones
- Calendario
- Oraciones
- Impulsos Diarios
- Libros publicados
- Pinturas e Imágenes
- Objetos Sagrados
- Música
- Galeria de fotos
- ¿Quiénes somos?
- Centros Marianos
- Campaña por la Paz
- Redes Sociales
- Contacto
Mis queridos hijos:
Que, en estos días de oración especial, sus pedidos y plegarias por Brasil lleguen a Mí con el más cálido amor de Mis hijos, como rosas a los Pies de la Madre Celestial.
Queridos hijos, unámonos, en este momento, al Corazón de Mi Hijo para que el Sublime Gobierno Espiritual colme a las almas de esta nación de Brasil y así, el Propósito de este país esté protegido y amparado bajo las luminosas alas del Ángel Guardián de Brasil.
De esa forma, queridos hijos, que a través de la poderosa oración del corazón también el Espíritu Santo guíe e inspire al corazón de Mis hijos para que siempre prevalezca el discernimiento y la paz que este querido pueblo de Brasil necesita.
Como su Madre, como la Señora Aparecida, estoy rezando todos los días, junto con ustedes, y uno Mi Voz de Sierva y de Esclava de Dios para que en Brasil y en el mundo entero se cumpla la Voluntad del Padre Eterno.
El sentido de Mi deseo de Madre es que Brasil no se convierta en un escenario de incongruencias y falta de sentido espiritual.
Ustedes, Mis hijos, deberán seguir permitiendo que la Señora Aparecida continúe siendo la Gobernanta de esta nación, destinada a ser la cuna de una Nueva Humanidad.
Sigan rezando con fervor, dejando que la Llama Sagrada de la Sabiduría dé entendimiento y razón a los corazones humildes.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Me alegra reencontrarme con Mis fieles y amados hijos, en este Sagrado Cielo azul, en donde muchas experiencias fueron vividas por ustedes, Mis hijos. Noches oscuras fueron atravesadas, momentos de alegría fueron vividos y compartidos y, hoy, están aquí Conmigo, en fidelidad y en amor.
Quisiera que sepan que los tiempos que llegarán no serán buenos, pero si las almas se arrepienten de corazón y se entregan con fe al Inmaculado Corazón, todo se podría evitar.
Ahora, que sus pies están cansados de esta trayectoria y de este camino, renuévense.
Yo estoy aquí y Soy su Madre, la Madre que nunca los abandonará, la Madre que siempre los recibirá y les entregará la Paz que tanto necesita el mundo entero.
Alégrense, porque estoy aquí para concederles una vez más Mis Gracias, para otorgarles el Perdón de Dios y la renovación de sus vidas en este ciclo definitivo, en el que el esfuerzo será la gran llave maestra entre todas las llaves; la llave que abrirá la puerta para el descenso de la Misericordia de Dios.
Por eso, hijos Míos, que sus mentes se expandan, que sus corazones se abran mucho más de lo que están abiertos, para que las consciencias que se han autoconvocado puedan llegar aquí, como está previsto en la Aspiración del Padre Eterno.
Todo lo que aprendieron, a través de los tiempos, ha sido para este momento, hijos Míos, para esta hora definitiva, en la que deben aprender a caminar en el sacrificio por amor a Dios y por amor a Mi Hijo; porque Él nunca les entregará una cruz tan pesada que no la puedan llevar por sí mismos.
Él les entregará la cruz de la liberación y de la redención, así como la cargó de forma valiente hace mucho tiempo, por cada uno de ustedes. Por eso, sigan participando en esa fidelidad a Dios y a Mi Corazón Inmaculado.
Agradezco desde siempre, el canal ofrecido en este lugar, para la Vigilia y la Adoración.
Hijos Míos, es hora de reconstruir las bases espirituales de esta humanidad, a través de ese importante ejercicio de Adoración al Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, porque mientras eso no sucede ustedes saben que las almas se pierden y se pierden; y Mi deseo es llevar a todos hacia Dios, no solo a los que ustedes desconocen, sino también a sus familias, a sus seres queridos, a todos los que están próximos a sus vidas.
Todos necesitan conocer la Misericordia de Dios. Y ese Misterio se reveló y fue entregado en la Cruz a través de la Sangre derramada de Mi Hijo, en cada gota que Él derramó por el mundo.
Hoy, para esta renovación, Mis Gracias les traen los Códigos de la Sangre de Cristo para que, después de lo vivido en estos últimos años, sus consciencias se puedan sentir curadas y renovadas, puedan asumir con madurez y entusiasmo la cruz que Mi Hijo les entrega, por amor a la humanidad y al planeta.
Y desde ahora, hijos Míos, su Madre Celeste ya sabe, todo los que ustedes harán para poder recibirme el próximo 13 de octubre, porque ustedes ya aprendieron a servir y a donarse.
Quiero que, a los pies de Mi Altar que elevarán en ofrenda a Mi Inmaculado Corazón, no solo estén las flores que siempre Me colocan a los pies, sino que sus vidas, en estos próximos días y en los tiempos que vendrán, sean esas bellas flores de la conversión, del perdón, del amor y de la redención, que Yo podré recoger con Mis propias Manos para entregárselas a Dios y confirmar que el Plan de Mi Hijo en este mundo es posible.
Hoy, abrazo con Mi Manto a todos los que lo necesitan. Hoy, coloco sobre Mi Pecho a todos los que necesitan sentir el latir de Mi Corazón, para que recuerden que la Madre Consoladora y Corredentora está siempre aquí presente, en Espíritu y en Divinidad.
Alégrense, porque el fin del cautiverio llegará no solo para ustedes, sino también para el mundo entero; porque cuando Mi Hijo retorne, Él todo lo renovará y lo transformará por los méritos alcanzados en Su Pasión, Muerte y Resurrección.
Que este día, sus almas resuciten en espíritu bajo el Amor de Dios, bajo la Presencia de la Madre del Espíritu Santo y ofrézcanle a Dios lo mejor que puedan darle, por más pequeño que parezca que sea verdadero y sincero; porque es en lo pequeño y no en lo grande, en donde Dios obra, a través de las almas y de los corazones abiertos a Su Amor Consolador.
Y así, como he hecho en estos últimos días, en estas últimas semanas, en esta especial Peregrinación de reencuentro con Mis queridos hijos, volveré a ofrecerles el Sacramento de la Unción, para que la señal de la Cruz de Emmanuel los santifique, los proteja, los sane y los acompañe en esta nueva etapa de renovación y de refundación de las bases del Propósito de este Núcleo y de este punto de Luz Espiritual en esta parte del planeta.
Hijos, no le tengan miedo a la cruz, Yo estoy aquí y Soy su Madre, la Madre de toda la humanidad y del planeta. Recuerden que aquí Yo encuentro la fuerza interior en los que adoran, oran, vigilan y sirven a Dios.
No solo Mi Hijo busca un lugar donde reposar y repararse, su Madre Celeste también busca ese lugar en los corazones que sirven a la Obra de Dios en este planeta.
Coloquen a Mis Pies sus intenciones en el silencio del corazón, que Yo se las llevaré a Dios.
Oren y no dejen de hacerlo, por su protección y por la protección de sus familias. Únanse a Dios a través de la oración.
Hagamos la oferta a Dios, desde lo más profundo de Mi Corazón, en este momento.
Padre Celestial,
que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti.
Guíanos, por el Camino del Amor,
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén.
Yo les agradezco por haber respondido a Mi llamado, de forma tan inmediata, porque cuando eso sucede, hijos Míos, la humanidad deja de sufrir.
Y ahora, vayamos a los pies del Altar de Cristo, ustedes como Sus compañeros y apóstoles, y ofrezcamos no solo el pan y el vino para que se conviertan en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo, sino también ofrezcan sus corazones, para que esta renovación llegue a sus vidas y a sus familias, a través de la bendición del Espíritu Santo.
Estén en paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos:
Que la Paz de Jesús esté en ustedes.
Queridos hijos, Me entristece saber que algunos de Mis hijos interpretan Mis Mensajes y no consiguen llegar a la esencia de lo que les digo.
Me entristece saber cómo Hijos de María consagrados se involucran y subestiman la Palabra de la Jerarquía, en vez de agradecer y considerarla como una estrella guía.
Queridos hijos, no hagan eso. No permitan que el adversario los domine por completo y los coloque en juicios mentales, divididos los unos de los otros.
Hijos, ¿se olvidaron de que todos son hermanos, hijos de un mismo Padre, del Padre Celestial?
Por eso, los llamo a recordar su compromiso Conmigo. Los invito a ser pacificadores de Mi Hijo, no lo olviden.
Este es el tiempo de que, por ustedes mismos, tomen consciencia de la situación planetaria; de que puedan comprender y aceptar que es necesario un cambio en la actitud y en la forma de pensar.
Si este cambio no sucede, se arrepentirán de no haberlo hecho, porque el planeta es la casa de todos. Es el único lugar donde podrá desarrollarse el Proyecto de Dios.
Les pido que no se opongan a lo que les decimos.
Les pido que sean agradecidos por la Gracia que reciben, porque en el mundo hay muchos hijos que viven prisioneros del mal y no tienen lo que ustedes reciben.
No se acostumbren a Nosotros. Sean consecuentes y tendrán la respuesta que necesitan para seguir adelante.
Les agradezco la unión de los que sinceramente siguen Nuestros Pasos.
Los amo y los bendigo a todos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que, en este día de Misericordia, sus oraciones más profundas sigan elevándose al Cielo, para que el mundo y sobre todo las naciones que son más oprimidas y castigadas por la guerra y por los conflictos, recuperen la paz; porque ningún ser humano es capaz de vivir sin paz, ya que la paz es estar en contacto con Dios y el universo.
Hijos Míos, en este día de oración misericordiosa, Yo los llamo a orar por aquellos lugares en el mundo en donde falta la paz y en donde reina el caos. Porque, como Reina de la Paz, necesito llegar a través de sus oraciones a los espacios de este mundo en donde cientos de hijos Míos sufren la desesperanza y la falta de amor.
Así, como en este mes de agosto podrán sentir el Corazón de Mi Hijo, quisiera que muchos más hijos sintieran Mi Corazón, y sus oraciones verdaderas son el puente que permitirá que Yo encuentre a Mis hijos más sufridos y desesperados.
Por eso, Mis amados, reconozcan los Rayos de Mi Gracia; de esa Gracia que, siendo inagotable y justificable ante Dios, los colma hace más de quince años.
Quisiera que Mis Gracias, las Gracias concedidas a Mi Materno Corazón, llegaran a todos, especialmente a los que se condenaron al infierno.
Desde ahora, les estoy agradecida por el valor y el esfuerzo que puedan brindarme a través de la oración del corazón; porque la oración debe permear al mundo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Tengan fe y nunca duden, porque los Sagrados Planes de Mi Hijo nunca podrán ser interrumpidos; pero cuando sucede algo semejante es señal de que el Plan está cerca, pero muy cerca de concretarse.
Aprendan de Mi Hijo que, junto a Sus apóstoles, ante la tempestad, la barca parecía que iba a naufragar y Mi Hijo, a través de la mansedumbre y de la paz de Su Sacratísimo Corazón, dio la orden de que los vientos y el mar se detuvieran.
No pierdan el ánimo y que cada aprendizaje sea un nuevo impulso de crecimiento.
Si Mi Hijo los envía en Su Sagrado Nombre, ¡alabado sea el Señor!, porque las puertas y los corazones se abrirán en la hora cierta y todos ustedes podrán ser testigos de esto.
Queridos hijos, este es el camino del apostolado.
Este es el camino del servidor que nunca duda ante las dificultades ni tampoco se aflige ante las adversidades porque, antes de todo, cree en Cristo y en Su Voluntad.
Este es el camino de los apóstoles, de aquellos que no retroceden, sino que avanzan; de los apóstoles que están prontos para responderle y servirle al Señor del Universo; porque en el corazón de los apóstoles de Cristo está primero la confianza que erradica la duda y la mediocridad.
Hijos Míos, Mi Hijo les entregó el Espíritu Santo y con Su Espíritu los bendijo a todos, porque Él sabía que Sus compañeros estarían yendo al encuentro de las inocentes ovejas entre los lobos feroces.
Véanse debajo de los Rayos del Corazón de Jesús. Allí nunca sucederá algo contrario a Su Divina Voluntad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Cada vez que desciendo del Cielo y vengo a su encuentro es para renovarlos.
Cada vez que están ante la Esclava del Señor, ustedes se pueden volver mejores apóstoles de Mi Hijo. Es a través de los apóstoles de Mi Hijo que su Madre Celeste consigue interceder y aliviar a la humanidad, porque los apóstoles de Mi Hijo están en misión y en servicio.
Que esta paz, que hoy reflejan los Espejos de Mi Corazón sobre este lago de Luz, les permita crecer en el amor y en el servicio incondicional.
Hoy, también, de forma especial, su Madre Celeste les ofrece un acto de reconciliación, en especial un acto de reparación de todo el pueblo francés que, a través de los tiempos, tuvo la Gracia de recibirme por medio de distintas Apariciones y Revelaciones.
Deseo que Francia nunca se olvide de que solo a través de Mi sacrificio podrá obtener la paz y el perdón de todas las deudas ocasionadas desde la colonización francesa en diferentes pueblos y culturas del mundo.
Que esta aspiración de la Madre de Dios, por el pueblo francés, se pueda cumplir algún día para que la consciencia de esta nación y la de su Ángel Guardián consigan establecer el Gobierno Espiritual de Dios, del cual todos los franceses necesitan para aprender a gobernarse en la verdad, en la transparencia y en el Amor de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Mis pies vuelven a tocar la bendita tierra de Fátima para disipar la oscuridad que reina en la lejana Europa.
Vengo, una vez más, a estar con ustedes, para que escuchen la voz de la Dolorosa Madre que clama por la paz y por el fin de la guerra.
Traigo, en Mi Corazón, la sagrada llama del Propósito Divino, para que las almas que duermen puedan despertar a la realidad de hacer algo por el que sufre y por el que está desprotegido.
Soy la Luz de la Aurora. Soy Quien puede amanecer en el corazón que se abre para reconocerme como su Madre Celestial.
Queridos hijos, ahora ya comenzará la etapa del gran servicio y del mayor esfuerzo en Europa, África y Medio Oriente, a fin de que la balanza de la desigualdad sea equilibrada y los más pobres entre los pobres reciban la Gracia de la dignidad que merecen.
Por eso, la Divinidad ingresará en los espacios más necesitados; pero también la Divinidad, a través del Espíritu Santo, dialogará con aquellos corazones que deberán despertar a la verdad y a la bondad.
Yo, como Madre de los refugiados y de los abandonados, estaré rezando al lado de cada corazón misionero que se ofrecerá en nombre de Mi Hijo para atraer hacia el mundo la justicia y la dignidad humana.
Por eso, pido la conscientización de todos los que estarán acompañando a distancia las obras de caridad y de diálogo pacífico que sucederán en el hemisferio norte, porque llegó la hora de que cada ser orante se sienta responsable de que el Plan del Retorno de Cristo se cumpla, sí o sí, en esta humanidad.
Recemos, todos los días, colocando estas intenciones en el corazón.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis muy queridos hijos:
Como hace 100 años atrás, hoy los vuelvo a reunir cerca de Mi Corazón para pedirles que, más que nunca, recen por la paz.
Por esa razón, su Madre Celeste viene del Cielo, al ver que la invasión, el odio, la destrucción y la guerra entre hermanos se volvieron a establecer en Europa del Este.
Con urgencia y en súplica, vengo a pedirles que se unan en una sola voz y en un solo corazón, ofreciendo a Mi Inmaculado Corazón una Novena extraordinaria a partir del día 28 de febrero por la Paz y el Fin de la Guerra en Europa Oriental.
Una vez más, el veneno de la impunidad se expande rápidamente sobre Europa, y los más desfavorecidos son forzados a emigrar.
El mundo cree saber sobre el control y el poder de las armas.
Después de 100 años, desde Fátima, la Reina de la Paz llora por el flagelo que está siendo causado al Creador y a las familias más oprimidas.
Les pido que se unan en oración Conmigo, porque el tirano azul está queriendo imponer la impiedad y el castigo sobre aquellos que no se rindan a sus tenebrosos planes.
Hijos, infelizmente, estamos llegando al esperado fin, momento en el cual el dolor más grande y desconocido llegará al mundo.
Recen con fervor y, en un compromiso verdadero, estén junto a Mí en esta cruda batalla espiritual, en donde su Madre Celeste aplastará la insensata y maligna cabeza de la serpiente.
Desde ahora, les estoy agradecida.
Los bendice, en este momento crucial,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En este día especial, en el que se conmemora el ciclo de los 100 Encuentros de Oración de Misericordia, deseo que cada uno de Mis hijos coloque su mirada en el Sagrado Corazón de Jesús; y así, vean cómo, en este día de la victoria de la Divina Misericordia, Sus Rayos de Amor, de Cura y de Luz tocan y bendicen a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Misericordia.
Como soldados orantes de Cristo, eleven sus estandartes y caminen como un gran ejército de Luz hacia el centro del Altar del Señor para que, una vez más, la ofrenda de cada corazón sea depositada a los Pies del Redentor; a fin de que los votos internos sean renovados y, como en los últimos 100 Encuentros de Misericordia, ustedes contemplen el descenso de la Misericordia de Dios.
Hoy también, los invito a recordar el momento cuando cada hijo Mío, por primera vez, tomó contacto con la Misericordia y esa Misericordia hizo de su vida un testimonio de conversión.
Recuerden todos los hermosos momentos de alabanzas y las oraciones sostenidas en estos últimos años.
Vean, hijos Míos, por un momento, cumplirse dentro de ustedes la Voluntad de Dios.
Que hoy, el Espíritu Sagrado de la renovación y de la insondable Misericordia de Mi Hijo siga curando a la Tierra herida para que triunfe el Bien y la Paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis amados hijos:
Hoy, llego para preparar la víspera del aniversario de Mis Apariciones, llego a un mundo confundido y dividido por la injusticia y por los errores.
Como su Madre que los ama, les pido que continúen fieles a Mi Corazón para que sus vidas sean el ejemplo que Yo necesito ante el Padre Celestial, para poder concederle al mundo un tiempo mayor de paz.
Queridos hijos, hoy estoy aquí al igual que ustedes están aquí, respondiendo a Mi predilecto llamado. Esa respuesta incondicional de Mis hijos es lo que Me permite llegar al mundo, una y otra vez, es lo que Me permite poder estar cerca de ustedes, acompañando sus pasos en dirección al Corazón de Mi Hijo.
Por eso, Mis amados, en este día de víspera, los invito a prepararse con amor y gratitud para el día de mañana, en el que su Madre Celeste realizará una intervención espiritual importante ante todas las crisis de estos tiempos.
Yo los animo a permanecer siempre en Mi Paz, y que esa Paz les dé la confianza necesaria para poder llevar adelante la expresión constante del Amor de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hijo, cobíjate en Mis brazos y siente Mi Paz.
Hijo, duerme en Mis brazos y todo se curará.
Hijo, siente Mi Corazón, porque él siempre te iluminará.
Hijo, recibe Mi calor materno, que siempre te abrigará.
Hijo, recibe Mis caricias de Madre, la Madre que siempre te ayudará a crecer y a madurar.
Hijo, camina seguro sostenido por Mis manos, como un niño aprende a dar sus primeros pasos en el camino de la entrega total a Dios.
Hijo, recibe Mis besos de Madre, mientras estés dormido en Mis brazos de Paz.
Hijo, confía en lo que vives, agradece sin demora y renuévate en cada momento, así como lo hizo Cristo en el Calvario.
Hijo, siente en tu pecho la caricia maternal de la Madre de Dios, entrégate sin resistencias, descansa en Mis brazos y despertarás con la consciencia expandida por el impulso de Mi Luz espiritual.
Hijo, estoy aquí y soy tu Madre, la Madre guardiana de la Maternidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Yo soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, reflejo los principios de la Creación Universal a todo el planeta.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, traigo a la humanidad los Atributos de Dios.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, espejo al mundo la cura y la regeneración.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, sostengo el equilibrio universal del planeta.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, establezco la belleza de la paz.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, permito que Mis hijos retornen a su origen interior.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, enciendo Mis Espejos del cosmos y así, libero al planeta de la constante opresión.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, gesto espiritualmente la reconstrucción moral e interna de la humanidad.
Soy la Señora de los Lagos, porque a través de ellos, purifico y curo a las almas sufridas.
Soy la Señora de los Lagos, porque llevo a Mis hijos hacia la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos de Brasil:
Como su Madre Celeste, espero que las humildes pero profundas palabras enviadas por el Santo Padre a cada uno de ustedes, conforte a sus almas y alivie a sus corazones de este durísimo y difícil momento que todos están atravesando.
En Sudamérica, Brasil es el Corazón de la Madre Celeste. Un Corazón cansado de sufrir y de padecer junto con Sus hijos, pero un Corazón que trabaja y que lucha silenciosamente por la salvación y la conversión de las almas.
Queridos hijos de Brasil, estoy aquí y soy su Madre, la Madre que nunca los abandonará. Les pido que todos vuelvan sus miradas hacia Dios y que confíen en el poder de Su Misericordia.
Mi Hijo murió por ustedes, por todos ustedes. Él llegó exhausto hasta la Cruz y cumplió Su promesa. Que cada vida, que cada hijo de Brasil coloque su rostro en el suelo por todos los que salieron de la Ley y por los que fueron castigados injustamente por la pandemia.
Hijos Míos, no se olviden de Mi Corazón. Que, en este próximo mes de mayo, sus corazones entren en Mi Corazón para que Dios, el Padre Eterno, los pueda consolar.
Hijos amados, los necesito más orantes que nunca. Brasil enfrenta los primeros pasos de su desconocido Armagedón; pero Brasil nunca perderá su semilla interna que un día germinará en los corazones redimidos y rendidos ante Cristo, Nuestro Señor.
Oro por ustedes. Acompaño sus acontecimientos diarios. Tómense de Mi mano y Yo les daré Mi abrazo de Paz.
Que todas las almas inocentes y no inocentes sean elevadas al Cielo.
Este es el tiempo en el que la vida de cada hijo Mío sea el mismo Rosario.
Los bendigo y les agradezco por escuchar de corazón,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Que la profunda e inmutable Paz de Jesús esté en sus corazones.
Sé que este tiempo es el más difícil para todos Mis hijos, es el tiempo del dolor y del sufrimiento.
Yo los llamo a penetrar en el misterio del Amor de Mi Hijo en esta Semana Santa.
Les pido que, en esta próxima semana, ofrezcan todo como algo sagrado, sus actos, sus pensamientos y sus sentimientos, así como pequeñas obras de Misericordia, para que Mi Hijo tenga la autoridad de interceder por todos, ante el caos mundial.
Cada gesto que se vuelve sagrado, por más concreto que parezca, santifica la vida y la hace más próxima del Reino de Dios.
Imploro por Mis hijos para que, en esta Semana Santa, por el poder de la Sangre de Cristo, muchas más situaciones que parecen irreversibles sean aliviadas y contempladas por la Gracia Divina.
Mis hijos, deseo ardientemente que cada uno de ustedes recoja los códigos de la victoria de Jesús, esos códigos de fortaleza y de fe que harán de sus vidas espejos que reflejarán la Voluntad del Padre.
En este duro desierto que atraviesa la humanidad, Yo los llamo a buscar la paz dentro de sí mismos y a no esperar resultados externos.
Sepan que, día y noche, estoy en oración con ustedes y por ustedes.
Cristo me confío sus vidas a los pies de la Cruz y hoy nuevamente estoy aquí.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Este es el tiempo en el que sus vidas deben ser el ejemplo de una transformación concretada. Es el tiempo de ser el mismo Mensaje de Mi Hijo. Es el tiempo de expresar lo que Mi Hijo tanto espera.
Mientras eso no suceda, Él no podrá retornar. Él necesita que los pilares de Sus divinos Dones estén afirmados en su interior.
En simples palabras, queridos hijos, Mi Hijo necesita que ya sean otras personas y que sus almas, y no sus personalidades, puedan gobernar.
Como Madre, rezo por cada uno de ustedes para que, cada día que pasa, consigan salir de ustedes mismos y se coloquen en el lugar que Mi Hijo les indicó desde el comienzo de su caminata de fe.
Mis hijos, es hora de que abracen con amor la dolorosa situación planetaria, que puedan ser fieles trabajadores de la paz y que protejan, de sí mismos y de los demás, la Palabra de la Jerarquía.
De esa forma, Mis queridos hijos, serán apóstoles del fin de los tiempos, reflejarán todo lo que Mi Hijo espera desde el comienzo de sus caminos de transformación.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
En este día de Misericordia, sus oraciones resuenan en Mi Corazón Inmaculado y el Sagrado Corazón de Jesús está atento a la voz de sus súplicas, porque en este crucial momento planetario las almas necesitan de liberación y de perdón.
Que la Divina e Insondable Misericordia del Redentor los ayude, en este momento, a permanecer en paz, paz tan necesaria y urgente para los mundos internos.
Queridos hijos, Yo les traigo en este día la Buena Nueva, la alegría que deben sentir por estar al lado de Mi Hijo, ayudándolo a aliviar la pesada cruz de la humanidad.
Que el propósito de orar para que la Misericordia descienda, continúe sucediendo, porque mientras haya uno o más de uno en súplica, y de corazón, Mi Hijo podrá socorrerlos y les cerrará las puertas del infierno y de la perdición para todas las almas que caminan en dirección a los abismos del planeta.
Que ustedes, como apóstoles de la Misericordia, sean conscientes y agradecidos por participar en los Comandos internos de Cristo, ya que la necesidad de estos tiempos llevará a la humanidad a vivir una definición, antes de que Mi Hijo retorne al mundo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridas familias del mundo entero:
Que la sagrada y bendita Presencia de Mi Hijo esté entre ustedes.
Que, a las puertas del próximo Nacimiento de Cristo en sus corazones, la familia, como célula primordial del Proyecto de Dios en la superficie de la Tierra, se vuelva a encontrar en el espíritu del Nacimiento de Jesús.
Queridas familias, que en este año doloroso que termina para el mundo, las familias renueven sus votos internos entre sus seres queridos. Que se puedan servir de estos tiempos de aislamiento para orar juntos, para amarse y reconocerse más entre ustedes, para reverenciar al Cristo interno que cada miembro familiar lleva en su interior, a fin de que puedan recuperar la paz, para que la paz esté presente en el mundo.
Queridas familias, durante la oración del Rosario en la Navidad, recen por las familias divididas, recen por las familias empobrecidas, recen por las familias refugiadas para que en toda la humanidad despierte la consciencia de que la familia es un Proyecto sagrado de Dios y no un objeto de conflictos ni de desarmonías.
Queridas familias, Yo los invito a sentir en el corazón este llamado, porque la unidad de la familia necesita ser recuperada para que el gran manipulador, Mi adversario, sea destituido y expulsado del seno de la familia que se convirtió en el centro del sufrimiento de la humanidad.
Les pido, queridas familias, que su mirada y su corazón estén en esta obra interior de reconciliar y de reconstruir la familia para que la Luz del Espíritu Santo pueda estar presente entre ustedes.
Que el Nacimiento de Jesús, en cada corazón humano, lleve a cada miembro de la familia a asumir y a vivir lo que Dios tanto espera, que sea una familia de amor, en camino a la consagración interna.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que la Paz de Cristo esté en ustedes.
Busquen, en este momento, fortalecer su unión con Mi Hijo, así permitirán que las Leyes Inmateriales lleguen a sus vidas y sus consciencias sean retiradas de la corriente del caos y de los embates.
En este tiempo, hijos Míos, deben vivir la verdad y la sinceridad con Mi Hijo, para que Él haga de sus personas almas de caridad, misericordia y bien.
Continúen rezando el Santo Rosario diariamente, porque en la oración del Rosario encontrarán la escalera de Luz que los elevará y los retirará de cualquier peligro.
Desde el Cielo vengo acompañando el momento que el planeta sigue atravesando. Cuantas más obras de bien y de paz se lleven adelante, mayores serán las Gracias que la humanidad recibirá, aunque no las merezca.
Hijos, usen el discernimiento, usen correctamente la palabra, que nada sea desperdiciado.
Sean personas de amor y de bondad.
Vivan el mensaje de Mi Hijo y así el mundo estará a salvo por la presencia de la santidad de las almas.
Reconozcan a Mi Hijo en el semejante.
Despierten sus virtudes y talentos.
Sean embajadores de la paz y ya no vivan el odio, la venganza ni la discordia.
Sean más misericordiosos, y la Divina Misericordia llegará al mundo.
Yo les doy Mi bendición maternal para que no se desanimen.
Si están en Cristo, en Cristo alcanzarán su redención y conversión. ¡Adelante!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hijos:
La llave que abrirá la puerta principal de la Iglesia Celestial será un corazón sincero unido a este importante momento espiritual.
Mi Hijo necesita corazones sinceros y no perfectos para que los atributos de la Iglesia Celestial se depositen en los hijos del Padre.
Un corazón sincero, aunque humano, puede ingresar en la consciencia de la Iglesia Celestial y allí recibir, misericordiosamente, el legado de Amor de Mi Hijo.
Por eso, hoy los llamo a que tengan un corazón sincero para que sus almas pasen por la Iglesia Celestial y sean nuevamente bendecidas por los impulsos de Luz y de Redención que traerá Mi Hijo desde el universo.
Con un corazón sincero serán pacificadores de Cristo. En este momento culminante de la humanidad, las almas tendrán la Gracia de recibir las dádivas del Cielo si tan solo tienen un corazón sincero.
Hijos Míos, abiertos de corazón, reciban con gratitud y devoción la llegada de la Iglesia Celestial y, unidos a sus Ángeles de la Guarda, ofrezcan todo lo mejor de sí mismos a fin de enmendar y de reparar las ofensas que aún genera el mundo.
Que sus corazones sean puentes que hagan descender la Misericordia y la Paz al mundo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Nunca olviden que dentro de ustedes existe un universo interior, y que ese universo es real y vivo porque es allí en donde se encuentra Dios.
En ese universo interior ustedes tendrán la puerta interna para estar en comunión con el Padre y la Creación. Allí no hay ilusión.
El universo interior es la base de su fe y de su confianza en la Fuente Divina.
Dejen que ese universo interior, que es la faz de su verdadero ser, sea quien gobierne sus vidas, así los valores espirituales y evolutivos colmarán sus consciencias, porque en donde está Dios, está la vida espiritual e interna.
Recuerden que en su universo interior está también la paz, la mansedumbre y la calma.
En el universo interior no hay agitación, no hay conflicto, no hay desarmonía.
Que sintiendo y viviendo en el universo interior, sus almas encuentren el puente a través del cual ellas puedan gobernar y llevar adelante la misión que la Divina Voluntad les encomendó.
En ese universo está la Verdad que disuelve las apariencias.
En ese universo está el conocimiento que ennoblece el espíritu.
En ese universo está la pureza que los consagrará como hijos de Dios.
Ese universo interior está allí, para ser reconocido y para entrar en contacto con el Creador.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más