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Benditos sean los que reúnen sus fuerzas para estar Conmigo en estos tiempos, los que se esfuerzan por superar, día a día, los límites que el mundo y el propio cuerpo les imponen.
Hijos Míos: estoy con ustedes para enseñarles a vivir los últimos tiempos y para que traspasen este umbral con valentía y paz en el corazón.
Por eso cada día les pido un esfuerzo más, y al mismo tiempo que los conduzco por un camino de sacrificios, los acompaño paso a paso, irradiando la Paz que nace en Mi Corazón y que se expande por el mundo.
De esta forma, abren un espacio para que Yo esté presente en vuestras vidas; aún cuando estén colocando lo mejor de ustedes, nunca les faltará paz y fortaleza para ofrecer siempre más.
Hoy les digo que cuando les pido algo aparentemente inalcanzable, es para mostrarles a ustedes mismos, que son capaces de hacer mucho más de lo que hacen hoy.
Cada día que pasa les pediré un poco más y les haré donar de sí mismos aquello que no sabían que tenían. Poco a poco percibirán que lo imposible se volvió simple y lo inalcanzable despunta en el horizonte.
Cuando llegue la hora de cruzar el umbral de una nueva raza, muchos estarán en la plenitud de la raza humana, como Dios la idealizó en el Universo.
Solo quiero que sean simples y maleables como el agua, que sean verdaderos y puros en sus acciones, así las Manos Creadoras podrán actuar en sus vidas y en sus consciencias.
Aquellos que Me dijeron sí, que se renueven cada día en este sí y que cuiden de no poner condiciones en su entrega. Si estuvieran atentos a lo que les digo hoy, verán que todavía Me dicen no, muchas veces, creyendo que están profundizando en esta entrega.
Al despertarse y al dormirse, renueven su adhesión al Plan Divino. Si hoy están cansados, prepárense, Mis queridos, porque no conocen nada de lo que tengo para cada uno de ustedes. Mas no teman, porque los preparo a medida que les ofrezco nuevos sacrificios y no colocaré piedras en sus caminos que no sean capaces de pisar.
Quiero agradecerles en este día el Amor con que Me recibieron en esta ciudad al decirles, hace mucho, que esperaba llegar a este lugar y despertar a aquellos que se comprometieron Conmigo hace tanto tiempo.
Vengan queridos, vengan a Mi encuentro, porque Mis brazos los esperan y el Señor los espera para el retorno en redención a la Morada Celestial.
Yo los amo y los acojo en Mi manto.
Les agradezco la respuesta a Mi Llamado,
María, Su Madre y Reina de la Paz
Recuerden que Yo vengo todos los días a este mundo para traerles, a través de la santa oración del corazón, un poco más de Mi Paz y de la Paz del Universo.
Necesito almas fuertes que, día a día, se animen a vivir un sacrificio semejante al que Yo viví una vez en la Cruz. Desde ahora deberán saber que Yo siempre seré aquel Galileo que los ayudará a cargar la propia cruz.
Ahora, en un ciclo de intensas definiciones para las almas, Mi Corazón intenta prepararlos desde la consciencia para lo que vendrá. Aquello que llegará al mundo lo purificará. Al mismo tiempo la Naturaleza, creada por las Sabias Manos del Creador, se verá liberada de todo el sufrimiento que le fue causado por esta humanidad.
Ustedes, con el rosario en mano, tienen la gran llave que abrirá la puerta para la liberación de la materia y, en consecuencia, de la vida del espíritu. Yo les abro Mi Corazón Misericordioso para que se puedan refugiar en él, porque no hay nada más importante que poder vivir todos los días la unión con Dios Padre.
Bajo la Gloria que proviene de Dios, sean bienaventurados.
Gracias por tener esperanza en Mi Corazón.
Cristo Jesús
Que no se aflija más tu pequeño corazón por todo aquello que aún está por ser construido en tu interior.
El Señor del Universo, el Gran Arquitecto del Infinito, ya diseñó para la Tierra la construcción perfecta que debe ser edificada en el interior de cada ser y, si ustedes dicen sí, los constructores universales, que son los ángeles y los arcángeles, llegaran a sus vidas para transformar lo viejo y reconstruir aquello que debe ser renovado.
Hoy, con alegría, llegó a esta, Mi casa, la Nueva Tierra, para que en ella pueda crecer el arquetipo de la nueva vida.
Hijos Míos, hoy quiero decirles que la nueva vida no se construye con base en el desarrollo de la mente ni tampoco de las riquezas materiales. La nueva vida no se encuentra en la cantidad de conocimiento que presentan las consciencias, porque eso no tiene nada de nuevo.
No busquen develar los misterios celestiales antes de construir, en el interior, la base primordial y única que los llevará al infinito; porque los misterios de Dios no se asientan en la mente, sino en el corazón.
La nueva vida que nace en la Nueva Tierra no es nada más que la posibilidad de amar al prójimo tal cual es. La nueva vida es el poder de convivir, unos con otros, cada uno en su grado de evolución, sin que eso sea motivo de separatividad, sino de unión y de crecimiento del alma y del espíritu.
El Amor que vinieron a aprender en la Tierra, no lo encontrarán en los libros, sino en la vida, en el día a día, en la maduración de la convivencia.
Es por eso, hijos queridos, que Dios les pide a las Comunidades que todos aquellos que aspiran a crecer tengan la posibilidad de hacerlo y cuenten con el apoyo de unos a otros para alcanzar ese crecimiento, ese develar del Amor.
Quiero que aprendan de la Nueva Tierra como aprendieron de Mi Hijo Jesús; por eso, retorno a este lugar.
Cristo estuvo entre aquellos que más lo necesitaron. Sus apóstoles fueron los simples y pobres de corazón, de conocimiento, de vida y de espíritu. En aquellas almas simples, el Señor hizo crecer la fidelidad y el amor absoluto en aquellos que lo seguirían hasta el final, viviendo el sacrificio y la entrega bajo cualquier circunstancia.
Con esto, les digo que el camino de los que se aman entre sí, independientemente de las diferencias, y juntos viven el constante servicio es la fidelidad absoluta a Dios. En ellos, Dios deposita Su Espíritu para que sean ejemplos de Misericordia y fuentes del despertar. En ellos, el Señor deposita Su confianza.
Crean en lo que hoy Les digo; porque cuando oyeron las primeras Palabras de Cristo, los apóstoles eran hombres repletos de impurezas e imperfecciones, pero respondieron al Llamado del Señor y hoy son los guardianes de las puertas del Cielo.
Sigan este camino con valentía, pues, así como acompañé a los que Mi Hijo escogió en aquel tiempo, estoy aquí para guiar a aquellos que Mi Hijo escogió en el último tiempo, que son todos ustedes.
Los doce de ayer deben ser los 144.000 de hoy.
Les agradezco por responder a Mi llamado y por seguir este camino de eterna transformación.
María, Madre y Reina de la Paz
En la hora de mayores pruebas es cuando Mi Presencia en sus corazones confirmará la adhesión a Mis Leyes Mayores de Misericordia.
En el sacrificio se encuentra la liberación del propio ser y esto permite que otros principios universales y celestiales guíen el espíritu de cada ser. En el camino del sacrificio se construye la verdadera consciencia de la caridad, y de ella nace la verdad, la que siempre será impregnada por la Luz Mayor.
En esos momentos de mayor esfuerzo y sacrificio es cuando el Señor les envía Su Gracia para curar sus corazones. Aquellos que se decidan a caminar por esta senda y por amor a la humanidad tendrán la fuerza suficiente para realizar las obras que el Gran Espíritu de Dios les encomendará.
Por el sacrificio, la situación planetaria podrá equilibrarse y más almas encontrarán el alivio que tanto buscan. En el sacrificio, se halla la verdadera paz y conversión.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por recibir Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús
Quien se aferra a Mi Sagrada Cruz, no se caerá de ella porque Mi Cruz lo elevará al Infinito.
Solo por amor Yo entregué Mi Vida por ustedes, porque los rebaños que se habían desviado del camino debían regresar a la Presencia de Dios. Por eso quien está en Mi Cruz Redentora recibirá la Gracia, porque en la Cruz se encuentra la transformación de la vida y del corazón.
Todos los días a las tres de la tarde, Yo los bendigo a pesar de sus faltas, porque Mi Cruz ya es victoriosa en los Cielos.
Quien sigue el camino de la Cruz, a través del silencio y de la oración, podrá descubrir los abismos que aún deberá cruzar para librarse del pasado. Pero Mi Santa Cruz, en verdad, es el puente que siempre los unirá al Cielo y los desterrará del pasado para que surja una vida mejor.
Mis compañeros, quien en estos tiempos no acepte su propia cruz, no la ame y no agradezca por lo que Dios le ha confiado, le costará subir la empinada colina del sacrificio, la que lo llevará a la liberación. Por eso, con tiempo, mediten en la experiencia de Mi Cruz y permitan que sus corazones maduren en el sacrificio y en la fe.
La Cruz es la victoria de la redención.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por vivir en la Cruz todos los días, en la Cruz de la redención.
Cristo Jesús
Quien persevera y no se cansa de ser probado por Mí, por su sacrificio y entrega alcanzará el Reino de los Cielos.
Hoy, Yo los invito a que caminen con confianza y con fe, que consagren sus vidas a Mí y dejen de una vez para siempre las ilusiones del pasado. De esta manera siempre tendrán un corazón firme y decidido para vivir la Voluntad de Dios.
Esperen con alegría Mi silenciosa llegada, pues ahora el tiempo los está llamando rápidamente a la purificación y a la redención de sus seres.
Cuando sus corazones estén limpios y puros de toda mancha, Yo los llevaré hasta el Paraíso para que glorifiquen a Mi Padre eternamente como lo hacen los santos y los bienaventurados que honran la Gloria de Dios y Su Perpetuo Amor Transformador.
Pero aún encontrarán piedras en sus caminos; Yo los invito a caminar por encima de cada una de ellas, para que despierte en ustedes la esperanza de la liberación y de la paz.
Las pruebas existen para ser vividas y para definir el advenimiento del nuevo ser redimido y perdonado por Mi Eterna Luz.
Yo los perdono y los renuevo todos los días por medio de la oración misericordiosa.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por recibir Mis mensajes en el corazón.
Cristo Jesús, vuestro Fiel Pastor
Yo contemplo a los corazones cansados y a los corazones que descansan en los demás corazones.
En Mi Obra existen los sacrificados y los que intentan vivir el sacrificio.
En Mi Obra existe el servidor y el que es servido por una razón mayor.
Todos pasan por la escuela de la entrega y del sacrificio, así Me relaciono con Mis amigos: a algunos Yo les doy Mi Voluntad y a otros Yo les entrego Mis Aspiraciones de algo bueno y mejor. Todos tienen el mismo lugar en Mi Corazón, porque no existen dos caminos para llegar a Mí, sino solo uno: un camino de renuncia y sacrificio que les permitirá alcanzar el estado de humildad.
Por eso, los que están Conmigo son los que más trabajan por los que están cómodos y por los que están ciegos sin poder encontrar la vida del espíritu. Me sirvo siempre de los mismos; Mi Corazón se ennoblece y se alegra cuando algún discípulo presta un servicio extraordinario, amoroso y abnegado; así Yo estoy viendo los frutos maduros de las semillas misericordiosas que he sembrado en cada ser.
Aquel que lo da todo por Mí y por el cumplimiento de Mi Plan recibirá los dones de Mi Amor. También le entregaré Mi Sacrificio, aquel que Yo viví en la Cruz por todos; le daré una cruz semejante para que la sepa llevar en sus espaldas por aquellos que abruptamente se pierden sin dejar huellas de la presencia de sus pequeñísimos espíritus.
Todo lo que reciban en Mi Nombre les dará la fuerza para amar el poder de la entrega y del sacrificio ofrecido por amor y por la redención de la humanidad; así ustedes verán los frutos y os méritos de su obra en la salvación de los que estaban muertos en vida, apartados de Mi Luz y que por Gracia alcanzarán eternidad y misericordia.
Guarden en sus corazones la esperanza de encontrar, en el Reino de los Cielos, el verdadero tesoro para sus espíritus, porque allá descansarán en Mis Brazos como buenas ovejas redimidas.
Bajo la Luz del Padre, sean bienaventurados de alma y de corazón.
Gracias por meditar sobre Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
Queridos hermanos y siervos de Mi Sagrado Corazón:
Hoy estoy presente ante almas preciosas que en su caminar buscan encontrarse Conmigo todos los días de sus vidas. Por eso, hoy les pido a todas ellas que abran sus corazones para encontrarme dentro de sus seres, porque allí siempre Yo estoy presente para escuchar sus inquietudes y para saciar la sed por Mi Eterna Presencia.
Pero un buen discípulo nunca se puede permitir derrumbarse por las consecuencias de la arrogancia de la propia vida, él debe caminar entre las espinas como si ellas no existieran; porque si así lo hiciera trascendería la barrera de la vida material y se aproximaría al encuentro con el Espíritu Divino de Mi Sagrado Corazón.
Que el cansancio no sea la separación de sus seres de la grandeza de Mi Ser. Que la vivencia del sacrificio en estos tiempos represente la pronta liberación del mundo.
Como Yo lo hice, algunos de los Míos, los que se consagraron a la eternidad de Mi Alma y de Mi Divinidad, deberán con valentía cargar con la cruz de la purificación y de la entrega. A muchos santos del pasado Yo les pedí lo mismo que hoy les pido a sus corazones.
El tiempo amerita la realización de grandes obras de redención, liberación y transmutación de la humanidad. Por eso, Yo retorno al mundo para confirmar quién Me ayudará a levantar la pesada cruz de los agravios y de los sufrimientos injustos que ha causado la actual humanidad.
Por la Gracia del Padre, Mis Manos ya soportaron los clavos en la Cruz, los clavos de la liberación de la humanidad y ahora serán necesarios buenos discípulos para sustentar la corriente liberadora de la purificación que la humanidad deberá pasar.
Cuentan con el poder infinito de la oración misericordiosa, oración que todos los días a las tres de la tarde los aproximará cada día más a Mi Reino Celestial y a Mi Voluntad Suprema, para que ella se cumpla según los Designios de Mi Padre que está en los Cielos.
Que la Misericordia los libere siempre que oren con fe y devoción a Mi Divino e Insondable Corazón.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por meditar sobre Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
Aquel que Me dona y Me entrega todas sus fuerzas dispuesto a darse cada día más para servir a Mi Señor, ese será llamado Discípulo y Bienaventurado, porque en él podré construir una morada interior firme.
Después Yo le enseñaré poco a poco a amar la entrega y, cuando esa entrega madure en su consciencia, le daré de beber del sacrificio y le daré de beber de Mi Cáliz, el mismo que Yo bebí en honra a Dios y a todos Mis compañeros en el pasado.
Así podré formar a los nuevos apóstoles del Nuevo Tiempo, los que darán ejemplo de Mi Palabra de Vida mediante el amor y la caridad; no sean falsos ni mentirosos, imiten Mi Camino crístico desde la devoción a Mi Corazón Sagrado. En ellos depositaré el poder de Mi Gloria para que preparen Mi Camino silencioso de retorno al mundo.
Ahora necesito que todos los que proclaman Mi Nombre se perdonen por los errores del ayer y que no se juzguen más; el Nuevo Reino de Mi Padre descenderá a través de Mí como uno solo, como una unidad entre las almas y Dios.
Por eso cuídense de los lobos que intentarán esquilar la lana de Mis ovejas, cuídense de todos aquellos que usarán Mi precioso Nombre en vano. Que nadie se enfrente a nadie, que emane el espíritu de pacificación; Yo confirmaré verdaderamente silos talentos que he dejado a Mis discípulos han brotado en el corazón de los que trabajan Conmigo.
La nueva Iglesia celestial está descendiendo para renovar a los que han dejado de creer en Mi Presencia por la mezquina acción de los hombres. La Iglesia que Yo fundé es la Iglesia del corazón, del templo interior, de la Verdad Absoluta que Dios irradia a través de Su Hijo Primogénito.
Muchos han perdido la conexión Conmigo, por eso Me sirvo en estos tiempos de simples servidores, no de los que se vanaglorian, sino de los redimidos por Mi Amor.
Que cada uno cumpla con su parte y que permita que se vea cómo Mi Consciencia está presente en todos los hijos de Mi Padre, porque Yo Soy Hermano de todos.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por meditar sobre Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
Cuando Yo retorne, espero ver los rostros despiertos para confirmar en ellos el camino que han recorrido Conmigo.
En este tiempo de Misericordia y de Piedad, Mi Corazón observa el esfuerzo de todos los servidores, porque es a través de ellos que Yo colocaré Mis Códigos de Misericordia.
En este camino de entrega a Mi Corazón Misericordioso será necesaria una verdadera devoción e interés por buscarme, porque si no fuera así estaría depositando Mis Luces Celestiales sobre odres viejos.
El sacrificio es el sendero que muy pocos escogen caminar, porque para transitarlo es necesaria la Voluntad Divina para así disolver la voluntad propia.
Aún aguardo a los que despertarán al camino de retorno a Mi Corazón. Cuando vuelva, espero ver a los nuevos discípulos despiertos para que Me reconozcan. Quien ama el sacrificio trasciende el cansancio, porque después de un gran esfuerzo es colocado en Mis Brazos de Compasión.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por guardar Mis Palabras en el corazón.
Cristo Jesús
Como un obrero en el camino de las almas, Mi Corazón conduce y endereza la senda de aquellos que se separan de Mi Padre.
Por medio de la Divina Misericordia, Mis Pasos guían a cada una de las almas hacia el Propósito del Padre.
Queridos Míos, amo a aquellos que en el sacrifico se entregan a los Planes de Mi Corazón porque así Yo podré depositar Mis Dones para que la Misericordia se irradie al mundo. Hoy descansen en Mis Brazos, porque así los reconfortaré y los aliviaré. Sigan Mi Camino en el amor, la paz y la unidad.
Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por escuchar Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
Queridos:
Alabados sean sus corazones porque podrán estar en Mi Gloria cuando tan solo sigan Mi Camino Salvador.
Por Mi Santa Cruz redimí al mundo y liberé del Infierno a muchas esencias que se habían condenado al eterno sufrimiento. Hoy ya no cargo más con la pesada cruz del mundo, pero retornaré para dar Vida Eterna a lo que esté muerto en vida, vendré para entregar Mi Espíritu a lo que esté vacío.
Conmigo, en Mí y junto a Mí, nunca perderán la Luz que Yo les proveo desde el Reino de Mi Padre. A quien vive en Mí,
Yo le prometo que no padecerá ni siquiera en la hora de su muerte, ya que su humilde corazón encontrará la Luz Eterna que tanto ha buscado.
Mis queridos, hoy no solo mediten sobre lo que di por ustedes, les pido que vean Mi Sacrificio por el mundo como la victoria de la Redención sobre el mal. Mediten sobre Mi Pasión como una Gloria del Espíritu y de la Voluntad de Mi Padre para que, unidos como un solo rebaño, encuentren abiertas las puertas del Paraíso.
Solo les pido servirme, amarme y amar al prójimo como Yo los amé hasta en los últimos momentos. Ahora Mi Amor es fuerte, poderoso e insondable para aquellos que renuncian a sí mismos para que Mi Espíritu Divino pueda entrar.
Queridos, que este Viernes Santo sea honrado y confirmado por todos ustedes como el retorno definitivo de sus vidas a Mi Vida Celestial, de sus corazones a Mi Sagrado Corazón, de sus misiones a Mi Sagrada Misión planetaria.
Que nadie pierda la devoción por tenerme a su lado diariamente porque en verdad les digo que, antes de venir en Espíritu durante este día al encuentro de ustedes, Yo ya conocía a cada una de sus consciencias. Con esto sean partícipes de Mi Omnipresencia en el Cielo y en la Tierra.
Queridos, los hago caminar a Mi lado recordando Mi Pasión porque hoy aliviarán la carga que el mundo coloca en Mi Pobre Corazón. Mírenme, vean el resplandor de Mis Ojos, Ojos sabios de bondad que en el amor los quieren llevar hacia la Luz y el Amor Eterno de Mi Padre.
Que hoy surja de ustedes la consagración y la confirmación de sus almas a Mi Corazón.
Bajo la Misericordia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por responder a Mis Preceptos con el corazón.
Les agradezco por escucharme, amadas ovejas Mías.
Cristo Jesús, el Salvador y Redentor
Hijos Míos:
La llave para la conversión es el sacrificio verdadero que pueden vivir en sus corazones; sacrificio realizado con amor, con el esfuerzo impulsado por el alma y manifestado en la vida.
Hijos queridos, en el Cielo, medimos el grado de fidelidad por el grado de amor y de sinceridad. Cada acción debe ser verdadera. Aunque sus corazones no sientan la alegría del sacrificio, si es realizado con sinceridad y con amor, es aceptado en los Cielos como una fuente de conversión para las almas.
Veo un alma que Me acompaña cuando veo un corazón dispuesto a abandonarse a sí mismo ante Cristo.
En la alegría de los corazones valientes, hijos Míos, encuentro un refugio de paz. En los pasos dados a partir del corazón, encuentro el impulso para estar día a día ante Dios, para intervenir por el mundo. Solo busco encontrar en sus corazones un aliento para entregarle a las almas que sufren permanentemente. Cada vez que son capaces de superar las dificultades de la vida, una pequeña luz es generada y conducida a Mi Corazón.
No vengo a buscar la perfección, pero sí el esfuerzo constante, la voluntad sincera alimentada por el amor a los Planes de Dios.
Queridos hijos, ya les hablé mucho sobre el tiempo en el que viven. Ahora, Mis Palabras deben tornarse vida, acción y paz en cada uno de sus seres. Deberán ser verdaderos obreros de la Misericordia, y eso se alcanza con la voluntad del corazón.
Veo a muchos de Mis hijos que ya bajaron los brazos, aun antes de que se inicie la batalla. Veo a muchos de Mis soldados soltar el escudo de la persistencia para dejarse alcanzar por el enemigo.
Resistan, hijos Míos, resistan. Alimenten el corazón y el espíritu con la paz de Mi Presencia y reenciendan la alegría de vivir en donación al Santísimo Dios.
Mi Corazón llega para tomar de las manos a cada uno de Mis hijos y decirles, como Madre y Compañera, que aquí estoy, siempre y cuando Me quieran ver.
Soy su Madre. Soy la que trae el Espíritu de Dios grabado en el pecho para entregarlo a la humanidad. Soy la que ora constantemente por su despertar y su conversión definitiva. Soy la que sustenta a los que ya dijeron sí, para que se levanten en cada caída. Soy la que siempre está aquí, junto a sus corazones, para ayudarlos a crecer y a madurar bajo la guía de Dios Padre y en dirección a Su Hijo.
No teman escucharme ni tampoco responder a Mi llamado. Solo les pido que no pierdan el amor y la alegría que una vez deposité en sus corazones. No se alejen de Dios.
Vengo siempre a guiarlos y a conducirlos.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hijos Míos:
Recen, recen mucho para que en cada momento de vuestro día Dios los escuche y, así, Su magnífico Espíritu de Amor pueda obrar a través de todas las criaturas.
Queridos hijos, recen, recen mucho para que vuestras almas y las almas en todo el mundo reciban el consuelo y la Misericordia que ellas aguardan.
Recen y no se cansen de rezar porque en la oración se encuentra la fortaleza y el diálogo amoroso de vuestros corazones con Dios.
Recen, recen por el tiempo de cambios que llegará para que cada corazón en este mundo escuche con humildad los amorosos pedidos de Mi Inmaculado Corazón.
Recen para abrir las Puertas de los Cielos y para que los ángeles estén presentes con su amor y servicio sobre la Tierra y eso permita cambiar el corazón de muchas consciencias. Cuando alcancen una oración armoniosa y amorosa, ustedes estarán recorriendo el camino hacia la contemplación del Altísimo y vuestros seres serán como chispas de Luz en el universo.
Recen por los que no rezan. Recen por los que no aman. Recen por toda la humanidad porque la oración del corazón los guiará como una madre guía a su pequeño hijo.
Por eso, queridos hijos, Mi Corazón Maternal y Devocional está entre ustedes para enseñarles a andar por el camino de la oración y de la conversión.
A lo largo de estos últimos meses ustedes han conocido la Faz de la Reina de la Paz, de la Madre de Dios, pero aún hijos Míos, deben amar la oración diaria hasta que vuestros corazones reconozcan que la oración de todos los grupos cambiará al mundo.
Cuando en Lourdes hice el llamado a la penitencia, Yo estaba llamando al mundo a la reflexión, al despertar de la consciencia ante las acciones.
En Fátima, llamé al mundo a la oración diaria para que las almas tejieran, mediante el rosario, una nueva red de paz y redención que pudiera auxiliar al mundo.
En Medjugorje los llamé al ayuno y a la oración al igual que en Aurora donde, desde hace ya cinco años, Yo estoy pidiendo a la humanidad un poco más de sacrificio y de esfuerzo para que ella pueda equilibrarse delante de los acontecimientos que están fuera de la Ley de Dios.
En Salta, Argentina, los llamé a curar el corazón mediante la adoración al Corazón Eucarístico de Mi Hijo. Yo los estaba llamando a todos para que consideraran la importancia de la unión diaria con Mi Hijo, el Redentor, a través de la comunión con Su Santo Cuerpo y Su Sagrada Sangre.
Hoy, queridos hijos, los llamo al despertar del nuevo tiempo en ustedes, a la preparación de vuestros corazones a través de la oración, de la adoración, de la confesión, del ayuno y de la devoción a los Sagrados Corazones de Jesús y de María.
Hijos Míos, después de tantos llamados y advertencias a la humanidad, hoy los llamo para que vivan vuestra conversión y vuestra redención mediante la oración y la paz.
Queridísimos hijos, ustedes son parte del hermoso Proyecto de Dios, ustedes pueden ser una expresión de Mi Paz y de la Divina Paz de Mi Hijo.
Niños de Mi Padre, ahora, reconociendo el poder de Mis Pedidos Maternales, nuevamente los llamo a la oración del corazón porque la oración socorrerá al mundo entero.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
No acongojen más sus corazones; crean en el misterio del amor que Yo les estoy revelando. Eso, hijos Míos, les permitirá vivir la absoluta confianza en Mi Hijo y en Mi Materno Corazón.
Queridos hijos, siempre eleven hacia el Cielo las oraciones. Ellas son bien recibidas por el Gran Corazón de Dios porque, de esa forma, la Gracia de la Reparación puede actuar como el Fuego del Espíritu Santo y convertir el dolor de sus corazones.
Pequeños Míos, hoy los invito a continuar orando los Misterios de la Contemplación del Rosario para que en cada uno de los pasajes que Mi Hijo vivió, ustedes puedan aprender sobre el amor, el sacrificio, la entrega y la fe. Por la falta de estos principios en el corazón y en la vida de muchos de Mis hijos, la humanidad ha caminado por errores que han ofendido a Dios Creador.
Por eso, queridos hijos, la oración del corazón y la oración entre las almas unidas, abrirán la Puerta Celestial para que todos estos dones puedan despertar en sus vidas y, así, cada uno de sus corazoncitos se vuelva un instrumento fiel del Creador.
Si la humanidad solo se detuviera a pensar si está en el verdadero camino de Dios, muchas consecuencias podrían detenerse y la humanidad evitaría vivir la Ley del Universo. Pero si existieran verdaderos grupos de oración que respondieran a Mi llamado por la paz, Mi Promesa Maternal es interceder por todos, aún más por aquellos que están sin Dios en el corazón.
En este tiempo definitorio, es necesario aprender para crecer; ustedes cuentan con muchas llaves. Hoy, de nuevo Yo se las entrego: amor, oración, sacrificio y devoción. Todas ellas podrán despertar otras llaves más bellas.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Como Madre que desata los nudos en los corazones de todas las almas que Mi Hijo Me confío por amor, hoy los invito, nuevamente, queridos Míos, a la oración reparadora. Este ejercicio puede ser realizado a través de la oración del corazón permitiendo que el Don de la Paz, que viene desde los Cielos, se aproxime a sus vidas mediante la oración de cada corazón.
Hijos Míos, la humanidad debe convertirse a través de la oración reparadora y es en esta forma de oración que ustedes podrán encontrar el Espíritu Transfigurador de Jesús.
Para que sus vidas alcancen el estado de la oración reparadora, deben considerar sagrada la Sangre que Cristo derramó sobre el mundo y meditar cómo esa oferta de entrega y sacrificio permitió su redención. La Sangre Preciosísima de Jesús los llevará a meditar sobre el acto de la humildad para así alcanzar un corazón manso y una vida donada al Dios Creador.
Queridos hijos, como Madre y Señora que desata los nudos de la humanidad, hoy los invito a liberar estos nudos a través de la oración para que Dios, en esta oferta, los escuche y Su Amor Divino auxilie sus almas.
Los nudos que carga la humanidad son nudos de sufrimiento que poco a poco pueden ser desamarrados por el poder esencial de la oración del corazón. Si en verdad supieran cuántos nudos crean las almas por el dolor y el sufrimiento, no podrían contarlos.
Pero el poder de la oración del rosario puede crear, entre la Tierra y el Cielo, la aproximación de una Gracia Mayor para el mundo. Cada cuenta del rosario que es meditada, permite que el poder de la Luz de Cristo se acerque cada vez más hacia las almas más necesitadas de Su Misericordia.
Y ustedes, con amor, podrán colaborar con el mundo a través de la oración.
Que el Espíritu Santo los lleve a vivir la conversión del corazón.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Pequeño Mío, pequeña Mía, almas donadas al Dios Vivo, os digo: el alma que ora está Conmigo. El alma que ora vive la promesa del nuevo reino. El alma que ora se libera de su propio dolor y proporciona alivio a sus hermanos a través de sus oraciones. El alma que ora trasciende los miedos porque es un alma que está en el gozo y en la Misericordia de Dios.
El alma que ora está obrando como un corazón vivo, por la paz. El alma que ora está en la promesa de los Cielos venideros, que vendrán en auxilio de la humanidad. El alma que ora conocerá al Espíritu Santo porque Dios la protegerá en Su Amor.
El alma que ora recibe de Mi Hijo la sabiduría y, en la oración del corazón, despierta la consciencia por el Plan de Dios en la Tierra para que ese plan de amor se cumpla. Por eso, el alma que ora puede, en la oración, socorrer al mundo porque es un alma pacífica que acepta la Voluntad de Dios.
El alma que ora está formando parte del ejército mariano que, a través de Cristo Resucitado y Glorificado, aspira a estar día a día en Dios Padre. El alma que ora es compañera del Amor y es esposa de la Verdad Divina porque esa alma está unida a las Leyes del Altísimo.
El alma que ora obrará más por este mundo, por todas las almas que no oran, no adoran y no esperan a Dios. Así, queridos hijos, el alma que ora estará en el sacrificio y la oración del corazón, y ese será su escudo y fortaleza para estar en el mundo.
Hoy hijos Míos, los invito a convertirse en un alma orante para que la Gracia de Dios esté en cada uno de vuestros corazones y, en el horizonte celestial, ustedes puedan ver la Verdad y la Guía de Dios.
Por eso, las almas que oran deben estar en Mi Hijo, el Redentor.
El alma que ora puede estar en los brazos de Cristo. Yo estaré con Mi Corazón Inmaculado guiando a las almas que oran a Dios, Nuestra eterna aspiración interior.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mis pequeños hijos:
Que hoy nazca de ustedes una profunda reverencia que prepare sus corazones para los días de Pascua. En la vivencia de la Pascua sus vidas retornarán a Cristo y a todos los pasajes que el Sagrado Corazón de Mi Hijo vivió.
Por eso, hijos Míos, oremos para que Dios los colme con Gracias de Paz y de Reparación espiritual para cada una de sus almas. Mediante la oración hecha con el corazón podrán aproximarse hacia los misterios de la Pasión de Jesús. Por este motivo, Mis queridos hijos, son invitados a recorrer junto a Mi Hijo el sacrificio y la entrega absoluta que Su Vida y Su Corazón donaron al mundo y a la humanidad.
Queridos hijos, que esta Pascua que llega sea un momento de unión con Cristo y con el Padre Celestial para que, por Amor Misericordioso, los caminos de muchas almas sean conducidos hacia la Eterna Luz de Dios.
Hijos Míos, la Pascua de este año es una oportunidad para redimir el corazón y de entregar sus vidas, en confianza, al Supremo Sacerdote del Amor. A través de la oración y de la confesión sigan los pasos que Mi Hijo les estará marcando para esta Pascua de Redención.
Queridos hijos, acepten los brazos que Mi Hijo les extiende a través de Su Amor y de Su Perdón para el mundo. Sean todos Mis hijos partícipes de la Sagrada Mesa de Cristo porque en esta oferta de cada uno de ustedes estarán incluyendo aquellas de las almas que viven sin Dios Padre.
Queridos hijos, la Redención de Mi Hijo es para la humanidad.
Todos los corazones están a tiempo de convertir sus vidas a Cristo, Rey del Perdón.
Gracias por responder a Mi llamado.
Reconciliación para todos Mis hijos.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mis hijos:
Nunca debe pasar un día en sus vidas sin orar con mi Hijo y por Mi Hijo.
Ustedes saben, queridos hijos, que la humanidad necesita de muchas vertientes de Misericordia y de Gracia. Pero si Mis hijos dejan para después el precioso momento con Mi Hijo, ¿cómo se convertirá el mundo? Por eso, hijos Míos, todos ustedes son llamados no solo al sacrificio diario, sino también son llamados, por amor, a la reflexión. Es necesario, hijos Míos, que despierten delante de lo que hoy vive el mundo.
Mi Inmaculado Corazón, ¿cuenta con sus corazones a cualquier hora?
Queridos hijos, para los Cielos, el tiempo es precioso tanto para las almas como para el mundo ya que ambos deben alcanzar la redención. Una de las razones por la que Mi Inmaculado Corazón llora, hijos Míos, es por la falta de consciencia delante de la emergencia de las almas y, sobre todo, por la falta de paz en el mundo.
Por eso, Mi Corazón permanece entre ustedes para animarlos y conducirlos por el camino de la conversión tan necesaria para este ciclo de cierre en cada una de sus vidas.
Queridos hijos, aguardo, en Mi esperanza, la respuesta de todos. De esta manera lo estarán haciendo por amor a sus semejantes, por los hermanos que están dispersos por todo el mundo.
Queridos hijos, alivien el Corazón Divino de Mi Hijo que es ofendido por las incomprensiones y los desvíos de los grandes grupos de almas. Para aliviar esta situación, queridos Míos, una aspiración verdadera de querer estar en Mi Hijo debe emanar de ustedes al despertar en cada amanecer.
Hijos Míos, la Gracia de la Conversión es para todos; es momento de despertar con el corazón y con la vida delante del llamado de Dios.
Mi Paz Inmaculada sea en sus corazones.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Mis pequeños hijos:
Nunca olviden en estos tiempos el día de ayuno. El ayuno hecho con el corazón repara los sentimientos. El ayuno hecho con amor, disuelve los conflictos. El ayuno hecho con paz, les traerá más paz.
Queridos hijos, Yo los invité hace un tiempo a ayunar por la paz; hoy los invito al ayuno los sábados. El sábado será para ustedes la preparación de la vigilia con Mi Hijo: será el preparativo para la Nueva Pascua. El sábado es un día de especial oración por los que aún no se han convertido al Amor y a la Presencia Redentora de Mi Hijo Jesús. Por lo tanto, Mis pequeños, Yo los llamo a renovar los ejercicios espirituales a través de la donación y de la entrega a Dios. Cada alma sabrá qué es lo que podrá ofrecer a Dios para que así terminen el sufrimiento, la guerra y el dolor en el mundo.
Los días martes y los días sábado, queridos hijos, serán de especial Misericordia para los corazones que aspiran a responder al llamado de ayuno por la paz en la vida del mundo, la paz en las naciones, la paz en el propósito de los hombres, la paz en la humanidad y, en especial, por la paz de las almas del purgatorio, que también deben alcanzar la Gracia de la Paz.
Mis amados niños, la oración constante y verdadera y el ejercicio del ayuno socorrerán al mundo, que está en el abismo de la perdición. Queridos hijos, este ejercicio los conducirá por el camino de la consagración que cada uno de ustedes está haciendo, hacia Mi Inmaculado Corazón. El ayuno alivia el peso de las faltas que son cometidas al Sagrado Corazón de Cristo. Por eso, el ayuno repara –ante la Justicia Divina– las consecuencias de los hechos cometidos por la ceguera de la humanidad. Antes del retorno de Mi Hijo, Yo los invito al ayuno porque muchos corazones se han olvidado de cuán importante es esto para la vida del alma.
Queridos hijos, más allá del ayuno en sí, existe el misterio de las Gracias Celestiales que Yo les estoy mostrando a sus corazones. Así, Mis hijos, estarán compartiendo Conmigo la Gracia del Alivio para la vida de muchas almas que hoy viven sin el Amor de Dios. Los convido a estar Conmigo en ayuno y en oración, pues los corazones los necesitan.
Quien ayuna con el corazón donado y sin grandes sacrificios estará haciendo lo pedido y lo justo. Yo los invito a este sacrificio del corazón para ayudar a los Planes de Dios. Están todos Conmigo en Mi Corazón.
Gracias por responder a Mi llamado.
Los guía en oración,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más