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Contemplen con el corazón los ciclos de la vida y renuévense en cada nuevo ciclo, como en cada nuevo día.
No tengan miedo, hijos, por los tiempos que vendrán. Antes, estén con el corazón siempre pronto para defender de ustedes mismos la Voluntad y el Plan Divino. Si sus corazones están abiertos y sus espíritus despiertos, serán capaces de ir más allá de todas las pruebas que el planeta será llevado a vivir.
Por eso, a lo largo de los años, les enseñamos sobre el poder de la oración, de la intercesión y del servicio; porque estas son las llaves que mantienen a sus consciencias en la vibración del correcto despertar, en unidad con las Leyes Universales y sus Rayos Divinos.
Mientras mantengan sus corazones despiertos y vigilantes, sus espíritus en oración y su consciencia en servicio, siempre recibirán del Cielo las Gracias que necesitan para dar sus pasos, porque estarán alineados con la Ley y los Rayos Divinos.
Vigilen siempre para no estar distraídos con el mundo y sus tendencias, para no dejarse llevar por los ideales que hoy confunden a tantos corazones.
Mientras oren y sean humildes ante Dios, manteniendo encendido y vivo el diálogo con el Creador, siempre sabrán qué hacer, dónde estar y cuáles son los pasos que deben dar para cumplir Su Voluntad y mantenerse en Su Camino. La oración y la entrega, la humildad y el servicio serán sus escudos en este tiempo de ilusiones. A través de ellos, siempre sabrán regresar al Propósito que Dios tiene para sus vidas.
Todo ya les fue dicho, todas las Gracias ya les fueron entregadas, todos los dones que necesitan ya están latentes en lo profundo de sus corazones. Ahora, hijos, es tiempo de hacerlos emerger.
En el recogimiento de los Mensajeros Divinos, serán probados en el fuego de sus corazones, porque el mundo buscará llevarlos hacia la inercia, el vacío y la inestabilidad; pero dentro de ustedes estará la llave para ir más allá, ser y vivir la instrucción que recibieron durante tantos años. Por eso, siempre vuelvan a Nuestras Palabras y diariamente recuerden lo que ya les dijimos, allí encontrarán respuestas y fortaleza, allí encontrarán la paz.
Sean perseverantes y valientes, sean verdaderos y simples. Busquen siempre el espíritu de la paz y de la transparencia para estar en Dios.
Tienen Mi bendición para esto.
Su padre y amigo,
San José Castísimo
Después de transmitir Su Mensaje Semanal, San José consagró a nuevos Hijos y Amigos de San José:
Hoy, bendigo esta agua para que bendiga sus pequeñas vidas, limpie el pasado y sus heridas más profundas. Acojo en Mi Casto Corazón las intenciones que traen para elevarlas a Dios, sus familias, sus naciones, sus historias, para que reencuentren la paz.
Mientras la Gracia de Mi Casto Corazón toca sus vidas, oren también por las familias del mundo, para que sean siempre una red de intercesión y de cura, porque la cura que llega hasta ustedes debe permear también al mundo.
Recibirán esta unción en nombre de la humanidad, para que la cura que proviene del corazón de Aurora toque sus corazones, recorra sus células, sus espíritus, sus almas y llegue al alma de la humanidad, a la consciencia humana. Reciban el toque de esta unción como el toque de Aurora, como la respuesta a sus oraciones y el reencuentro con la paz.
Que este incienso les traiga liberación, libere las amarras más profundas que les impiden retornar a Dios, dar sus pasos en dirección al Padre Celestial. Permitan que estas amarras sean liberadas por el aroma suave de la entrega de sus vidas.
El incienso representa al alma que se rinde y se eleva al Padre. Por eso, hoy son bendecidos a través de este santo elemento que, desde los patriarcas y hasta los días de hoy, inspira a los corazones a retornar al Origen.
Hoy, Yo los bendigo y los consagro como Hijos y Amigos de Mi Casto Corazón, como almas servidoras e intercesoras ante la humanidad, el planeta y sus Reinos.
Caminen a Mi lado, así como también al lado de la Sagrada Familia. Que sus corazones ya no conozcan la soledad, el desaliento, el desamparo, porque cuando se sientan así, hijos, oren y sentirán Nuestra Presencia. Estaremos siempre a su lado.
Reciban Mi bendición, Mi Gracia y Mi paz.
Reciban de Aurora su cura y, de su verde corazón, el principio de la redención para que retomen el propósito de sus vidas y de su existencia.
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mantén tu corazón en ascensión y no te dejes vencer por el mundo, por el caos, por el dolor, por la incomprensión o por la purificación de estos tiempos.
Mantén tu corazón en ascensión, dando prioridad a tu diálogo con Dios, a los momentos de oración, de servicio, de entrega y de humildad.
Mantén tu corazón en ascensión, recordando cada día las Palabras de la Jerarquía, Palabras que son vivas y que te traerán llaves, las llaves que necesitas, siempre que las busques.
Mantén, hijo, tu corazón en ascensión. No te dejes vencer por la inercia, por el miedo, por la desesperanza o por la falta de paz y de amor en la Tierra, dentro y fuera de los seres.
Mantén tu corazón en ascensión. Susténtate cada día en lo que eleva tu consciencia y no en lo que la hace caer en los abismos profundos de la ignorancia humana.
Haz, cada día, la elección correcta. Toma, en cada instante, la decisión correcta. Decide mantener tu consciencia en ascensión y en servicio, para que transites el fin del fin de los tiempos como un instrumento en las Manos de Dios, como un auxilio para las almas.
Tienes Mi bendición para esto.
Tu padre y amigo,
San José Castísimo
En este tiempo es necesario, hijos Míos, crecer espiritual y humanamente, madurar en la consciencia todos los impulsos recibidos y colocarlos al servicio del planeta y de toda su humanidad.
Crecer espiritualmente es comprender los tiempos en los que viven, la urgencia de que haya una transformación en la consciencia humana y la certeza de que esa transformación comienza y termina dentro de cada ser.
Madurar es asumir con responsabilidad la propia parte dentro del Plan de Dios, sabiendo dar todo de sí en cada instante.
Cuando oran, que lo hagan de todo corazón, con la mente y el espíritu presentes, con los sentimientos enteros y las palabras colmadas de su sentido más profundo.
Cuando sirven, que lo hagan por completo, donando todo de sí para que la Voluntad de Dios se cumpla, sin dar lugar a las actitudes infantiles que siempre los conducen a las comodidades humanas, a un lugar de inercia y no de sacrificio.
Cuando se relacionan con el prójimo, sepan amarlo como es, observar sus miserias en el espejo del propio interior y antes de juzgar, callar y mirar hacia dentro. El otro se transforma con el ejemplo y no con el juicio.
La humanidad es una consciencia viva, única, que tarde o temprano se mueve en cadena. Cuando un ser da un paso verdadero, su entorno se transforma. Por eso, usen el verbo para abrir las puertas del Reino de Dios y el ejemplo para transformar lo que impide a ese Reino manifestarse.
Madurar humanamente, hijos, es salir de la postura adolescente de ser eternamente servido, cuidado y amparado; y comenzar a moverse para servir, cuidar y amparar, no solo al prójimo, sino al Plan de Dios en sí, al planeta, a la vida.
Así como un adulto es responsable por su casa, ustedes son responsables de este mundo. Llegó el momento de transformar esa postura y de asumir la propia casa, porque las leyes se están moviendo y los ciclos avanzando en ascensión.
Para acompañar el movimiento del universo es necesario crecer humana y espiritualmente.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
La luz interior de los sacerdotes redimidos permitirá atraer, hacia la Tierra, el Espíritu Consolador y Renovador, porque en la entrega y en el servicio de los verdaderos y humildes sacerdotes reinará la fortaleza de la paz y de la confianza que las almas devotas necesitan para poder renovarse en Mí.
La luz interior de los sacerdotes solo podrá ser apagada si el propio sacerdote lo permite.
A cada uno, Yo le he dado la autoridad para bendecir, sacramentar y servir a los que necesitan del amor y del consuelo por los sufrimientos de la vida.
En los verdaderos sacerdotes de Cristo no existe la inercia ni la impotencia de espíritu. Ellos, por su propia entrega, renuevan todas las cosas porque Yo se los he concedido.
La luz interior de los sacerdotes expulsa la oscuridad, la adversidad y el asedio de ellos mismos y de los que padecen ese cautiverio, porque la Gracia espiritual que Yo les entregué les permite representarme y reconocerme como su único Sacerdote Mayor.
El espíritu de los sacerdotes humildes es la persistencia, y por esa persistencia pueden atravesar su propia purificación y redención, entregando a su Maestro todas las cosas del mundo para vivir en las realidades sublimes.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Siete son los sellos que se abrirán y los pergaminos que se mostrarán; el tiempo está indicando ese momento, queridos hijos.
Y para testimoniar este acontecimiento que va más allá de toda consciencia humana, de toda comprensión o intelectualidad, hoy he traído a Mi pequeño Hijo en brazos, porque Él es quien encomendó, en nombre del Padre Celestial, la revelación de esos misterios que intentarán volver a corregir la consciencia humana y que le traerán a todos la oportunidad de recibir nuevos principios y formas de vida que, a través de los tiempos, han estado muy lejos de la humanidad y del planeta.
La Divina Consciencia Superior se aproxima a la Tierra para hacer su revelación y no solo Mi Corazón Inmaculado, sino también los corazones de todas las Jerarquías de la luz están testimoniando este momento tan importante para la humanidad.
Hoy no podré revelarles con detalles lo que eso significa, pero acojan con amor cada una de Mis palabras, porque, así como hoy se los dije, Mis palabras son la actuación de la Gracia de Dios en toda la consciencia humana y en todo el planeta.
Esta revelación superior y divina que está escrita en lo más profundo del Corazón de Dios, les traerá a todos los seres de la superficie el despertar y la consciencia de haberse alejado demasiado del Plan de Dios, así como de haber trasgredido las Leyes universales y todas las leyes naturales de la Tierra.
Pero, por medio de la Misericordia y de la Gracia, el Padre Celestial ha encomendado a Sus arcángeles y a Sus ángeles esta intervención divina en la humanidad, para que, al menos, una colonia en toda esta raza pueda prevalecer en el fin de estos tiempos, cumpliendo y viviendo de forma simple los mismos atributos de vida que vivió la Sagrada Familia.
Este es el motivo de haber pedido la novena por las sagradas familias de este planeta, que deberá volver a recuperar los valores que perdió al haberse sumergido dentro del caos de estos tiempos y de la ilusión mundial.
Digo “sagradas familias”, porque en la Esencia de Dios todos son sagrados hijos de Dios. Sus esencias no perdieron la filiación con el Padre Celestial, es solo que sus cuerpos más inferiores se distrajeron del Propósito.
Por esa razón, las Revelaciones de Dios que llegarán en estos tiempos, traerán para la consciencia humana la elevación de su espíritu, de su condición humana y la transformación de los aspectos humanos que han condicionado la evolución de la raza y la posibilidad del despertar de nuevos cristos.
Hoy el Creador decidió, dentro de Su vasto Universo Espiritual, Mental y Material, la revelación de Sus Misterios, expandiendo aún más los términos que se encuentran en la Biblia, las simbologías y los mensajes; expandiendo aún más los términos del Apocalipsis y profundizando aún más las visiones que tuvo Juan el Apóstol, para que todas esas informaciones que vienen de la Jerarquía Espiritual ya no sean misterios, sino verdades, revelaciones claras y precisas sobre cómo saber actuar y cómo conducir a esta humanidad en el fin de los tiempos.
Con Mi brazo sostengo al Niño Jesús que hoy está presente aquí, con ustedes.
Con Mi otra mano sostengo los pergaminos de la Revelación de Dios para que comience a aproximarse a sus consciencias la información divina de lo que Dios ha visto y ha participado a través de los tiempos, desde antes, durante y después de la Creación.
Sé que este acontecimiento removerá muchas estructuras, porque el impulso que vendrá de la Fuente será fuertísimo y dará la oportunidad para que cada criatura sobre la superficie de la Tierra pueda reevaluar su vida y su consciencia, a fin de que defina su vida espiritual y su camino para estar dentro del Paraíso de Dios o para condenarse.
Antes del tiempo de la segunda venida de Cristo, estas revelaciones traerán un impulso para cada ser humano.
Será por un estado de gracia y de Misericordia que las almas tendrán la oportunidad de sumergirse en su despertar y de abrirse al conocimiento sagrado que vibra y que palpita en el Universo Mayor, como pequeñas esferas de luz que viajan entre el tiempo y el espacio, desde el Universo Espiritual hacia el Universo Material, con la intención de que los espíritus de todos los seres humanos despierten a la gran Consciencia Divina y al conocimiento mayor que siempre ha estado vivo en el Universo.
Solo que ahora, hijos Míos, después de treinta años de caminata, llegó la hora de que sus consciencias se definan, se definan de verdad, interiormente, para que permitan que las puertas al conocimiento universal se abran sobre la humanidad y no exista ninguna resistencia u obstáculo para la Jerarquía.
Porque si aún estamos aquí es por un motivo universal, es un propósito que sus consciencias aún no pueden alcanzar. Es un motivo infinito que fue pensado y meditado desde antes de su existencia para que esta revelación divina, que proviene de la Fuente Inmaterial de Dios, llegara en este tiempo y delante de este acontecimiento planetario.
En los tiempos pasados esta revelación no hubiera sido posible, no hubiera sido eficaz ni eficiente, porque la consciencia humana no estaba preparada.
Y aunque todavía la consciencia humana es muy inmadura e infantil, los tiempos que llegarán, que preparan el advenimiento de Cristo a la Tierra por segunda vez, elevarán la consciencia de aquellos que se abran de corazón y de alma para recibir la revelación divina, tan semejante como el afluente de un río, que sacia la sed de los seres y que nutre toda la consciencia humana para que pueda vivir, respirar y así continuar con su evolución. De esa misma forma es que llegará la información del Universo.
Eso los hará madurar conscientemente y colocará sus consciencias en el Propósito universal, delante del gran desajuste planetario de estos tiempos; de las guerras, de los conflictos, de la división en las familias, de la ilusión a través de las modernidades, de la ceguera espiritual que genera muchos movimientos espirituales, creyendo que el ser humano es invencible.
Solo el amor los hará invencibles, hijos Míos, pero deben vivir esa escuela, deben animarse a entrar en ese conocimiento universal.
Los primeros pasos para vivir en esa escuela de amor y de sabiduría están registrados en la experiencia de Cristo en la Tierra y en todas las enseñanzas que Él le entregó a la humanidad.
No existe otro Maestro para la humanidad actual que no sea el Cristo.
Él lo anunció y lo advirtió: “Muchos vendrán en Mi Nombre y serán reconocidos. Muchos creerán en sus palabras, pero después se lamentarán por haber confiado plenamente en algo que no venía del amor y que no era verdadero”.
Con esto, hijos Míos, delante del Hijo de Dios que está hoy en Mis brazos, en la Presencia de la Santísima Trinidad, sus caminos deberán definirse por un solo camino para que den lugar y una oportunidad para la revelación divina.
Quiero que puedan ser conscientes, hijos Míos, de verdad. La escuela de Mis hijos pequeños ya terminó. Es hora de prepararse y de enfrentar el fin de los tiempos, porque la batalla entre el amor y la indiferencia no terminó.
Deben conquistar el amor viviendo el amor y siendo el amor en cada momento. Renunciando, sacrificándose y amando. Silenciosamente entregando cada experiencia de vida por los demás, sin angustias y sin desesperaciones.
Porque si en verdad vivieran una verdadera crisis espiritual o estuvieran en riesgo de perderse, no estarían aquí, hijos Míos, como muchos, muchos no lo están y muchos dejaron de estarlo, por haberse cegado por la ignorancia.
Solo en el Padre está la Verdad para sus vidas. El hombre solo debe aprender a ser verdadero en los pequeños detalles para que después pueda serlo en lo grande, asumiendo grandes responsabilidades delante de la Jerarquía Espiritual, conduciendo y guiando a los rebaños de Cristo, a todas las razas de la Tierra que necesitarán de este impulso espiritual que desciende sobre este Centro Mariano para poder reubicar sus vidas y encontrarle un sentido al camino espiritual.
Por eso, los que hoy consagraré como Hijos de María tendrán un gran compromiso Conmigo. Será un compromiso personal y grupal entre sus corazones y el Mío, por lo que deberán rezar, todos los días, para que estas Revelaciones que Dios ha decidido entregarle a la humanidad, que superan toda la existencia de la Iglesia de Cristo en la Tierra y todos los Libros Sagrados, puedan descender correctamente y de forma protegida por la Jerarquía Celeste.
Pero será necesario, hijos Míos, como en otros tiempos y en otras Apariciones, que existan intermediarios para que estas revelaciones que ampliarán la consciencia humana puedan llegar.
Disculpen que sea tan rápida, el Tiempo de Dios aquí, en la Tierra, es limitado, porque debemos atender muchos acontecimientos más que se agravan en la raza de este planeta, en diferentes regiones de la humanidad, que necesitan ser atendidos y auxiliados por las Jerarquías.
Así podrán entender, hijos Míos, que cada Aparición de María, de Cristo o de San José no es algo más, sobre todo en estos tiempos definitivos, en donde la transición y su mayor auge los sorprenderá a todos de la noche a la mañana.
Por eso deberán estar preparados por medio de este conocimiento para que la inercia mundial no los paralice y los retire del camino de la luz.
Espero que comprendan lo que les digo. Estoy siendo franca con cada uno de ustedes, porque ya no hay tiempo.
Pueden venir aquí los que hoy se consagrarán. Y tocando la melodía de su consagración, sus almas se están preparando para esta bendición que impartirá Mi Corazón Inmaculado.
Porque será necesario, hijos Míos, que asuman con responsabilidad y madurez este compromiso de la consagración, ya que Mi Corazón ha quedado muy ofendido por los que han abandonado su consagración, no solo a Mi Corazón Inmaculado, a Mi Maternidad y a Mi gran Amor, sino también la consagración a Dios, que no puede ser derrotada ni interferida por ninguno de sus aspectos humanos, ni siquiera por su propia voluntad.
La consagración que Yo le entrego a cada Hijo de María es intransferible e irrefutable. Depende de cada hijo Mío que esa consagración sea parte de sí, de una forma verdadera, sincera y honesta, porque así evitarán, hijos Míos, ingresar en el caos de la humanidad y en los grandes conflictos espirituales que muchas almas hoy viven en el mundo por creer que no necesitan de Dios, ni siquiera de arrodillarse para suplicarle.
Solo les pido que en este día de consagración muchos Hijos de María más se vuelvan a reconsagrar interiormente, renovando este voto con la Madre de Dios, para que este voto interno y divino se renueve con el Padre Celestial.
Las Gracias que Yo derramo no pueden desperdiciarse.
Quiero decirles esto, hijos Míos, con todo el Amor de Mi Corazón por cada uno de ustedes.
Grandes partes del mundo, pueblos enteros, razas diferentes y culturas tan semejantes a las de ustedes están sufriendo por la falta de Dios y por aquellos que los gobiernan, sometiéndolos y castigándolos de una forma injusta.
Ustedes, hijos Míos, que tienen la Gracia y la oportunidad de estar ante Mi Inmaculado Corazón y el Sagrado Corazón de Mi Hijo en esta noche, deben intentar equilibrar los desencuentros y los desajustes que vive la otra parte de la humanidad por haberse apartado del amor, y porque los más inocentes son los más sometidos y los más castigados por la mano del hombre.
Yo necesito que Me representen sobre la superficie de la Tierra como esas estrellas de luz que una vez cayeron del Universo, pero que hoy se vuelven a elevar por la oferta sincera y por la súplica amorosa de su Madre Celeste ante el Padre Celestial.
Como una esfera de luz, hoy Yo les entrego a sus almas este compromiso de orar por las próximas Revelaciones de Dios, a fin de que se cumpla Su Divina y Sagrada Voluntad.
He aquí la Esclava del Señor.
He aquí los siervos de Cristo.
Señor, que se cumpla en nosotros Tu Palabra
para que nazca y para que surja la Nueva Humanidad.
Amén.
Reciban, entonces, la energía de Mi Gracia y sean bañados por la Luz de Mi Espíritu, de Mi Espíritu incondicional y servicial que está unido en Alma, en Divinidad y en Esencia al Padre Celestial, así como al Castísimo Corazón de San José y al Sagrado Corazón de Jesús.
Yo los bendigo para que en esta próxima Natividad del Señor las familias se reconsagren a la vivencia de los Atributos de Dios en estos tiempos críticos para que pueda vencer el amor, para que triunfe la luz y sea derrotado todo mal por la divina intercesión de San Miguel Arcángel. Amén.
Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y les agradezco, hijos Míos, por abrirse para escucharme, porque lo único que deseo es su bien y su bienestar.
Les agradezco y escucho el canto de sus voces.
Para los que persisten, Mi sonrisa es eterna.
Para los que pueden hacer mucho más y no lo hacen, Mi sonrisa es seria y recogida.
Para los que no se donan y pierden el tiempo, Mi sonrisa es triste.
Para los que tienen potencial y lo colocan al servicio del Plan, Mi sonrisa es de alegría.
Porque todo lo que puedan ofrecer, y un poco más, será bien recibido por el Padre Eterno y ya no importarán las imperfecciones, sino lo que deben entregar en cada nueva etapa de la realización del Plan en la Tierra.
Por eso, todo lo que hagan ayudará mucho. Pero si todo lo que hacen no es de corazón, sino de forma forzada, no tendrá el impulso que tendría que tener.
Para vivir el Plan no podrán ser arrastrados ni ayudados a salir de la inercia; porque ya tienen las herramientas, sobre todo la experiencia de que el Plan de Amor se construye diariamente con determinación, esfuerzo y sintonía.
No existen en los servidores del Plan la comodidad ni el estancamiento. El Plan es dinamismo permanente, es el fluir de corrientes superiores dentro de la vida universal. El Plan no es estático ni fijo.
El Plan es movimiento en ascensión y quien está dentro del Plan no puede quedar estancado porque la propia corriente del Plan, por su impulso superior, lo desplazaría hacia algún lugar.
La inercia es una de las raíces de la comodidad y de los placeres. Para ser vencida siempre deben buscar qué hacer, porque de lo contrario estarán contribuyendo con la somnolencia y con la inercia mundial.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El vacío de sí les permitirá atravesar cualquier desierto de la vida; y en ese vacío de nada querer o de nada esperar, permitirán que el Universo fluya a través de ustedes.
El vacío de sí es más que despojamiento, renuncia o penitencia.
El vacío es más que una actitud de introspección o de un profundo silencio.
El vacío de sí es estar en confianza y con fe en los Brazos de Dios para poder sentir Su Voluntad y Su querer a cada nuevo paso de la vida.
El vacío los mantiene en la Ley de la Impermanencia.
El vacío no permite lo estático o lo que lleva a la inercia terrestre.
El vacío de sí es un impulso que puede darles el espíritu, de tiempo en tiempo, para que caminos internos sean desbloqueados y para que, una vez abiertos, los pasos hacia la luz sean dados en humildad.
El vacío de sí no es arrogante, orgulloso ni ostentador de lo que no le pertenece.
Vacío es vacío, es estar en la nada para ingresar en el universo del Todo.
El vacío de sí es una escuela nueva para los discípulos, es un camino que los lleva a encontrar la neutralidad y el sentido de la vida interna.
El vacío de sí es premeditación y, al mismo tiempo, sabiduría.
En el vacío de sí se aprende a callar.
En el vacío se encuentra una puerta a la liberación interior.
El vacío de sí nunca oscila, siempre está preparado para los nuevos desafíos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Sé valiente ante las pruebas y aprenderás, todos los días, a superarte a ti mismo.
Que esa valentía la impulse tu corazón a fin de que puedas proyectar en tu camino pasos mayores, los que nunca imaginaste dar.
Abraza la propuesta de la valentía como el medio de poder trascender los posibles obstáculos y haz de cada experiencia una victoria para el Reino Celestial.
Que tu transformación permanente muestre al mundo la constancia de querer estar cerca del Señor para vivir de Su Gozo y estar en Su Divina Presencia.
Asume entonces, el camino de la valentía para que aprendas a avanzar, sin retroceder ni un solo paso.
Deja hijo, que esa valentía promueva la llegada del Sagrado Espíritu de Dios para que más almas sean transformadas por el Fuego de Dios.
Que en la valentía encuentres el impulso para dar grandes saltos, decidido a trascender las barreras de la inercia planetaria.
Anímate a decir “sí” a cada nuevo desafío y no te sientas derrotado.
Mi Hijo aún espera por los apóstoles de la transformación, los que a través de los buenos ejemplos testimoniarán Su Santa Palabra.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando el viento del Espíritu de Dios sopla sobre el mundo, remueve las capas que ocultan los abismos, las miserias, las mentiras y los egoísmos de los hombres. Todo parece estar en caos y en desasosiego, pero la Presencia Divina viene para renovar y limpiar a la Tierra.
Cuando el Espíritu de Dios sopla dentro de los seres, expulsa de su interior lo que no corresponde a la Voluntad Divina. Todo se mueve, todo parece estar en inquietud y desasosiego, pero Yo les digo, hijos, que es el Espíritu de Dios removiendo de sus mundos internos las impurezas y las miserias que estaban ocultas, incluso para sus propios ojos.
Cuando el Espíritu de Dios sopla sobre el mundo y dentro de los seres, no vean solo al viento y no se lamenten por lo que él remueve de lugar. Permitan que sople, mueva y transforme; abran las puertas y las ventanas de la casa de este mundo y dejen que el Espíritu de Dios los limpie por dentro y por fuera.
Este es el tiempo de que el Espíritu de Dios llegue al mundo con fuego, con viento, con lluvias de gracias y de purificaciones. No miren el lodo, sino la perla que se revela cuando él es retirado de la consciencia humana.
Vean el Propósito, ténganlo siempre por encima de los acontecimientos de este mundo y no confundirán con un castigo lo que Dios les envía para transformarlos y retirarlos del estancamiento y de la inercia humana.
El Espíritu de Dios vendrá con el fuego, con el viento para limpiar y renovar, para incendiar y retirar de la oscuridad y de la ignorancia a los tibios que solo apuntan a los errores ajenos y a los errores del mundo, pero que no perciben el propio adormecimiento.
Hijos Míos, todos ustedes son partes vivas del Corazón de Dios, principios de perfección nacidos de la Fuente más sublime del Universo. Pero, como las perlas perdidas en los pantanos de la Tierra, la perfección se escondió dentro de ustedes, y en estos tiempos, la purificación del planeta no es más que la venida del Espíritu de Dios para rescatar esas perlas perdidas del Collar Celestial.
Por eso, no miren el lodo y no teman al viento, al fuego o a la lluvia que lava el mundo. Miren hacia la fortaleza que nace de la superación de las dificultades. Miren hacia la humildad que nace en el corazón que ve su orgullo derrotado y sus ilusiones puestas en el suelo por la Gracia del despertar.
Miren hacia la fe que nace en el corazón de los que confían sin comprender y caminan sin ver adónde van a llegar. Dirijan sus ojos hacia el Triunfo de Dios que se diseña en lo desconocido y en lo imprevisible de sus corazones.
El Espíritu de Dios viene para devolver lo sagrado de sus espíritus, para que en el Retorno de Mi Hijo, sus esencias sean la mayor oferta de amor que pueden hacer al Redentor de sus almas.
Y, derrotados, rendidos y humillados por la Presencia Divina, vean surgir en sus pechos lo que los eleva, lo que hace renacer y resucitar a sus pequeños espíritus, de la muerte a la vida.
Déjense soplar, quemar y lavar. Permitan que el Espíritu de Dios, que llega al mundo, transforme sus vidas y las renueve para una nueva y pura etapa de la evolución, de verdadero retorno al Corazón de Dios.
Cuando se desilusionen de las alegrías del mundo, conocerán el júbilo celestial de unirse al Padre.
Yo los bendigo y los renuevo bajo la Presencia del Espíritu de Dios, que viene para transformarlos.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Mientras la mayoría de los uruguayos no busque ni viva la oración del corazón, la nación sufrirá las consecuencias materiales de lo que ha escogido, lejos del Amor de Dios.
Por eso, los que están despiertos deben orar con el corazón ardiente para que, al menos, una parte de la mayoría de los uruguayos algún día reaccione y salga de la inercia en la que se ha colocado.
Será necesario que el amor y la devoción de sus oraciones hagan que este país sea merecedor de la Misericordia infinita, que es capaz de revertir muchos errores sociales y políticos que ya fueron cometidos.
Mientras las almas de este país y la Iglesia rechacen la Voz de los Mensajeros Divinos, enviados por Dios en misión, la vida humana y la vida espiritual de este pueblo será vacía y superficial.
La oración y los actos de permanente arrepentimiento tendrán un efecto desconocido en la nación y los hará tener una vez más en sus manos la tabla de la salvación, la que los liberará de todos errores cometidos.
Aún queda un tiempo más de paz en el Uruguay, pero si no hubiera cambios espirituales grandes, muchas almas quedarán comprometidas, perderán la paz y se sentirán sin salida.
Los que se arrepientan serán perdonados.
Los que se resistan serán juzgados ante los Señores de la Ley porque el destino de Uruguay fue ultrajado.
Tomen consciencia y ya no duerman más.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hijo Mío:
Busca en todo momento vivir la caridad de corazón y no permitas que nada ni nadie fuerce esa virtud interior ni tampoco que te exijan donarte, porque la caridad de corazón debe brotar y surgir así como tu respiración.
Que en cada nuevo paso que seas llamado a dar, surja de tus entrañas la caridad de corazón, para que aprendas a encontrar la piedad espiritual, un principio que te llevará a amar, algún día, el sacrificio de dar tu vida y tu servicio incondicional por los otros.
Que la caridad de corazón no sea una fórmula pensada. Que tu alma te impulse, mediante la intuición, a ser caritativo en cada momento y a centrar tu propósito en la realización del bien por los demás.
Despierta en ti la caridad de corazón y que sea algo espontáneo, algo que te lleve a comprender que la Misericordia de Dios también se encuentra en el servicio, así estarás confirmando tu voto de unión verdadera con Cristo.
Que en la caridad de corazón encuentres el sentido de evolucionar, porque en la caridad de corazón desarrollarás los grados de amor, más que en la propia sintonía o en la redundante inercia humana.
Que la caridad de corazón sea la tónica de los Nuevos Cristos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hoy he venido como la Señora de Kibeho, como la Madre del Verbo Divino, para poder curar a la raza africana de todo lo que ella ha padecido a través de los tiempos, de todos los siglos. Es por esta causa, queridos hijos, que hoy Mi Piel es morena, para demostrar al mundo que la Santa Madre de Dios, la siempre Virgen María, está con los más marginados, con todos aquellos que sufren el terror y el dolor de estos tiempos.
Vengo a extender Mi Manto sobre África y Portugal, a fin de que las puertas inciertas se cierren y se abran en los corazones las puertas del Cielo.
Deseo, queridos hijos, que en esta hora crucial del planeta, acompañen a su Señora de Kibeho para su próxima peregrinación por el continente africano. Pues Europa, a través de su aceptación y de vivir el Plan de Dios en estos tiempos y en la representación de todos los hermanos que están aquí, ha abierto las puertas para que esto pudiera suceder.
Eso significa, Mis amados hijos, que aún están a tiempo de poder vivir la Misericordia de Dios y de generar todas las condiciones espirituales e internas, para que el continente africano reciba la cura espiritual que tanto necesita. Será una visita extraordinaria y única, pues Mi Obra aún debe desarrollarse en Sudamérica. Yo cerraré esta obra en Sudamérica después de que los Sagrados Corazones también visiten a Asia.
Cuando llegue ese tiempo y ese momento, queridos hijos, ya podrá decirles y profesarles que sus corazones estarán prontos para poder vivir el fin de los tiempos, el fin de un ciclo en esta humanidad y en esta raza, en donde todo se pondrá en juego, en donde las almas definirán sus vidas y caminos entre el Paraíso y el infierno.
Es de esa forma, queridos hijos, que con anticipación, anunciando Mi llamado para África y Asia en esta Peregrinación por la Paz en Europa, vengo en este día a pedirles que Me acompañen, que sigan los pasos de su Madre Celeste, con el fin de que se cumplan todos los designios del Cielo.
Necesito, que como hoy, puedan dar nuevos pasos hacia un servicio incondicional y permanente, así Dios podrá derramar Sus Gracias a través de Mi Corazón Inmaculado y Yo podré compartirlas y entregarlas con todos Mis hijos del mundo, especialmente con aquellos que más las necesitan.
También iré a África, queridos hijos, como su Señora de Kibeho, para poder trabajar con los Reinos de la Naturaleza. Cuántos clanes animales sufren en este lugar y cuántos necesitan de esa ayuda incondicional de sus corazones.
Queridos hijos, aún están a tiempo de poder revertir lo que aún hoy hace la humanidad. De esta forma, Yo les muestro, cómo la tarea de los Mensajeros Divinos es más amplia de lo que parece. Cuando su sí y su adhesión es verdadero, Yo puedo trabajar en este mundo y más allá de él.
Hoy vengo con Mi Piel morena, porque Yo también formo parte de esa raza africana, la cual, en tiempos anteriores visité con San José y el Niño Jesús, para poder contemplarla y ayudarla misericordiosamente, con el fin de que ella pudiera vivir el Amor crístico.
Es esa alegría incondicional de los africanos lo que también Me está llevando a ir a África. Es esa devoción ardiente y verdadera que hace encender Mi Corazón en Amor y Luz, cuando las almas más marginadas, las almas que más sufren en ese lugar, imploran a Mi Corazón Inmaculado por su intercesión.
Así como ayer les ha dicho Mi amado Hijo, su Madre y Señora del Cielo les abre las puertas para esta nueva tarea, para esta Sagrada Misión, que es parte de todos los que se unen a ella.
Ahora, queridos hijos, en estos tiempos en donde existen muchas necesidades planetarias y en donde esas necesidades se agudizan, Yo invito a todos Mis hijos orantes del mundo a orar de corazón, a formar parte de esta misión planetaria de rescate, como buenos apóstoles, siervos y servidores, de Nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo.
Hoy vengo a extenderles Mis Brazos, y a entregarles la donación de Mis Manos para que se tomen fuerte, queridos hijos y acompañen a su Madre Celestial por este camino, de que en tiempos críticos, expande Su Obra de una forma extraordinaria y urgente.
Hoy también vengo con Mi Piel morena, recordando a todos los pueblos originarios. A ese caluroso amor que brota del corazón de los africanos, así como también ha brotado de los corazones mejicanos, con Nuestra Señora de Guadalupe.
Como Madre y Señora de Kibeho, Reina del Verbo Divino, vengo a traer para todos la importancia de la Sagrada Palabra y a transmitir, a través de ella los códigos de Luz y de Amor, que en esta hora definitiva, prepararán sus corazones para poder responder una vez más a este llamado.
Así como han cumplido con Mis pedidos desde los Estados Unidos, y a través de todos los grupos de oración, de que Mi llegada a Europa hoy se concretara, es así como Yo los invito en esta tarde, a que concreten este llamado de su Madre Celestial. También quisiera ver a Mis hijos del Brasil presentes en África, porque así podré realizar esa sagrada tarea de cura espiritual entre los pueblos y las etnias y en todo lo que ha sucedido en las últimas décadas.
He escogido una nación de África para poder visitar que será el centro de Mi Gracia para el continente africano. A partir de allí, Yo irradiaré todos los códigos posibles en todas esas esencias, para que finalmente se concrete la redención prometida.
Hace algún tiempo vengo tejiendo un manto de perdón y de redención entre las naciones. Comprendan así, hijos Míos, que cada uno de Mis pasos de Peregrina no son solo para estar con Mis hijos y para curar aquello que aflige sus pequeños corazones.
Vengo a curar un pasado milenario que aflige no solo al corazón de los hombres, sino, sobre todo, al Corazón de Dios.
Vengo peregrinando de Occidente a Oriente, del Sur al Norte, para curar ese pasado, porque si no es liberado en este tiempo, la humanidad no podrá encontrar la paz.
Y será a través de ustedes, hijos Míos, que Mi Plan se cumplirá, porque sus corazones, en algún tiempo también formaron parte de este sufrimiento y vivieron este dolor que hasta hoy vive el Corazón de Dios. Estarán curando junto Conmigo, el espíritu herido del planeta.
Esta Tierra debe volver a ser sagrada, porque la Nueva Jerusalén deberá encontrar espacio en cada corazón de este mundo.
Las almas necesitan definirse, y para que vivan esta definición necesitan conocer no solo el camino de la oscuridad y de las ilusiones que ofrece este mundo. Necesitan conocer el camino de la Verdad y de la Vida que Dios les trae a través de Sus Mensajeros y que, a pesar de no ser el único, es una de Sus más importantes obras en este tiempo.
Comprendan esto, hijos Míos, para que me acompañen con el corazón y con la consciencia; para que, junto Conmigo, podamos liberar este mundo de toda la oscuridad que en él habita; para que, aunque sea en el último tiempo, el Espíritu de la Tierra pueda respirar aliviado por encontrar el amparo y la Gracia de Dios. Y que de esta forma, el planeta se prepare para un nuevo ciclo, en el cual la Voluntad del Padre será la Ley Primera que reine en la Tierra y Su Amor, presente en el corazón de los hombres, los restaurará y les ayudará a reconstruir el planeta.
Hijos, quiero liberar los infiernos de este mundo y aquellas almas que desde hace tanto tiempo padecen, aprisionadas por las cadenas del mal. Todos Mis hijos merecen una oportunidad y no les pido mucho, solo que Me acompañen con el corazón, que oren Conmigo, que Me ayuden a llegar a cada nación, que no juzguen Mis pedidos, aunque no sean comprensibles para sus mentes en algún momento.
Hoy comprenden lo que Yo comencé a construir hace algunos años a través de imágenes peregrinas, a través de peregrinaciones entre naciones; y en algún tiempo verán manifestado el Plan de Dios que estoy diseñando hoy. Recogerán los frutos de una nueva vida; frutos que hoy solo llevan las semillas y las depositan en el suelo de este mundo, aunque esté tantas veces seco, sin perder la esperanza de ver esas semillas germinar y crecer. Los niños que hoy habitan en la humanidad descansarán bajo el árbol de la nueva vida.
Escuchen lo que les digo y síganme, hijos, porque el Plan de Dios triunfará a través de Mi Inmaculado Corazón. Yo traigo del Universo la cura y la redención para las almas, preparando un camino para Mi Hijo, para que Él los encuentre dispuestos a establecer la nueva vida en este mundo.
Cuando su Madre Celeste ingrese en el continente africano, los Adoradores de esta Obra deberán ingresar en contemplación todos los días y todas las horas, a fin de que su Madre Universal concrete Su Sagrada Misión en ese lugar.
Ahora, queridos hijos, en representación de esa energía de cura divina, hoy llamaré a los hijos que hoy se consagrarán, como parte de esta humanidad y de esta raza, que debe alcanzar la trascendencia de la inercia, la transformación de sus corazones y vidas por muchos, muchos más, que necesitarán de esa energía de cura espiritual.
Es de esta forma que su Señora de Kibeho, Madre y Reina de África, trae a través de Su Corazón Inmaculado, la Luz de la Nueva Aurora para que ella se expanda en los lugares que más necesitan de liberación y redención. Que así sea.
Hijos amados que hoy se consagran, coloquen su mano izquierda sobre el pecho y sientan la Voz de su Madre Celeste; la caricia que reciben sus almas al tener en sí, el bálsamo de la consagración espiritual.
Vean cómo en sus corazones se abren las flores de Mi Jardín, nuevos caminos, nuevas posibilidades, infinitas Gracias, descienden sobre sus espíritus, que hoy representan, no solo a Portugal sino también a toda Europa, para que se genere en la consciencia de estas naciones, la reconciliación y la restauración entre los pueblos y las culturas por todo lo sucedido a través de los siglos.
Vengo a entregar esta Gracia a cada uno de sus corazones, como una gran flor de luz, como una esfera de paz, como un núcleo divino de vida, para que él se encienda a cada momento que ustedes ingresen en oración y adoración. Así estarán con Mi Hijo en Su camino y Él estará con ustedes en sus caminos y vidas, irradiando Su Misericordia para sus familias y sus seres más queridos.
Construyan en estos tiempos, hoy como hijos consagrados, los puentes hacia los Universos mayores, así podrán llegar a su origen, conocerán su verdadera existencia y ya no tendrán velos en sus consciencias, porque verán la Luz de Dios en el horizonte como un gran arco iris de Luz, que desciende sobre sus seres, para bendecirlos eternamente.
Como su Señora de Kibeho, les entrego la oración todos los días, por África, y ofrezcan un Misterio del Santo Rosario con todo el amor y el poder de sus corazones, para que su Madre Celeste llegue a muchas más almas y debajo de Su Manto de Luz coloque a todos los Reinos de la Naturaleza.
Yo los bendigo y Yo los consagro bajo la autoridad que Mi Hijo Me concedió, por todos los corazones de África que claman por cura, paz y redención.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Y hoy por todos los portugueses y por todos los africanos, ofrecerán a su Madre Celeste el canto de Kibeho, para que las puertas de la Misericordia se sigan abriendo, más allá de Europa, en toda África.
Que así sea. Amén.
Les agradezco.
Mis queridos hijos:
En la castísima presencia de San José Obrero, nos unimos a la divina Pureza Original presente en el corazón humano, que en estos tiempos ha perdido el sentido de la espiritualidad y de la sabiduría suprema.
Es por esa divina causa que hoy los Sagrados Corazones de María y de San José se presentan a la humanidad, con el fin de que renueve sus votos internos de servicio y de entrega al corazón del Padre Celestial.
Hoy, la Sagrada Familia, en este día 19 de mayo, llega a sus corazones y almas para sacarlos de la inercia planetaria y de la indiferencia para que, saliendo de ese punto de la consciencia, sus ojos se abran al infinito y supremo amor del corazón, capaz de transformar y de transmutar todas las cosas del planeta.
Venimos a la humanidad para darles a conocer la importancia y la urgencia de despertar interiormente a lo que son; para conseguir, finalmente, abandonar la indiferencia mundial.
Nuestra aspiración es que, a través de sus simples y orantes vidas, puedan reflejar lo que ha perdido la raza humana, ayudando así a restaurar el mental de la humanidad, permeándolo con códigos de amor, de simplicidad y de entrega.
Dios desea de toda Europa una consciencia más fraterna, que pueda corresponder por encima de la vida material a los designios celestiales que, a través del Centro de Amor de Fátima, esperan descender del universo y revelarse como un gran tesoro interno para sus corazones.
En este tiempo en donde todo está permitido, los Sagrados Corazones, los Mensajeros Celestiales, llegan nuevamente al mundo para retirarlo del hipnotismo mundial, pues la necesidad planetaria es muy grande, desde los niveles espirituales hasta la vida física.
Es por eso, que los invitamos, así como lo están haciendo algunos peregrinos aquí presentes, a vivir en Europa, sin resistencia y sin miedo, la vida del apostolado de estos tiempos. Porque dependerá de los europeos más conscientes, de su camino espiritual y de la vida universal que toda la Obra de los Sagrados Corazones pueda, en una próxima etapa, llegar no solamente a Asia, sino también a África, en donde Mi promesa maternal de visitar algunas naciones se deberá cumplir.
Su Mensajera y Sierva de Dios necesita llegar a los corazones de Mi amada África, porque deseo ardientemente que la Misericordia y la Cura universal de Dios llegue a cada uno de ellos.
Esa será una de Mis últimas misiones de paz en el planeta, porque después de Asia y de África, la humanidad ingresará en su etapa final, antes del Retorno de Mi Hijo a la humanidad.
Unidos, sigamos cumpliendo los Designios de Dios, los que están evitando la activación de guerras nucleares y de bombas.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y, nuevamente, les agradece por estar concretando esta misión.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Esposa virginal de San José Castísimo
Queridos hijos:
Para que una Obra Divina tenga su realización y continuidad en el planeta, ustedes deben acompañar de corazón los cambios que se aproximan y no temer vivirlos o que sean asumidos por nuevas consciencias.
El Plan Divino no es arcaico ni tampoco pasajero, sino que perdura a lo largo de los ciclos de renovación que él vive, de tiempo en tiempo.
Solo bastará vivir esa unión interna con el Plan de Dios para que él comience a materializarse en la superficie de la Tierra y para eso es fundamental la adhesión.
Es importante que los corazones sientan que el ciclo verdaderamente cambió y que otras son las necesidades que se avecinan en este tiempo final.
Por eso, con su consciencia elevada y sus ojos fijos en el Propósito, podrán acompañar este ciclo que toda la humanidad está transitando y que solo necesita ser vivido a partir de su comprensión profunda.
Este nuevo ciclo viene para remover los espacios del subconsciente y más allá de él, llega para retirarlo de la inercia humana.
Vivir el Plan de Dios también significa alzar los brazos para recibir los dones que prepararán a cada servidor para vivir los cambios, desde el momento en que dé el sí al universo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El mundo está sordo y no escucha las Palabras de Dios, las que llegan por medio de Sus Mensajeros Celestes. La sordera del mundo fue causada por los vicios materiales, las modernidades y el descontrol total de la vida; así las almas están presas de esas fuertes cadenas y son encarceladas en la prisión de la vida terrenal.
La fuerza interior se apaga, la llama del amor no consigue perdurar en ellos, y Yo vengo del Cielo para salvar a los que están perdidos y ciegos por apartarse del camino espiritual.
Veo cómo Mis hijos, los hijos que Jesús Me entregó en la Cruz, se dejan llevar por las cosas superficiales y desisten de seguir avanzando por el sendero de la luz.
Todo está en su Juicio y eso, hijos Míos, es inevitable. Por eso, una y otra vez, con todo el amor del Universo, vengo a llamar a Mis hijos para que despierten del sueño del cual aún no han despertado.
La mediocridad de la vida humana es muy grande y eso no deja que la Luz del Reino de Dios pueda penetrar en los grandes abismos de la Tierra. Es así, que la Jerarquía Celeste lleva adelante un plan para ir disolviendo poco a poco el hipnotismo global de la humanidad.
Vuestra Madre Celeste reúne a los soldados y los convoca a la oración por la paz, para que las vendas caigan de los rostros y los corazones puedan sentir por un momento que el Amor de Dios descendió.
El Padre desea lo mejor para cada hijo Suyo; las almas son las que deciden desviar, bien lejos de sus vidas, ese deseo íntimo de Dios.
El mundo como un todo ha decidido aprender a través del dolor, de la indiferencia y del pecado. Pero eso no es justo para el planeta ni para los Reinos menores de la Naturaleza, que cargan con el resultado y las consecuencias de las acciones humanas.
Yo vengo a retirar las vendas de los ojos de todos Mis hijos para que puedan ver y sentir que más allá de esta realidad concreta existe el Universo celestial, que es el Reino Mayor que siempre les proveerá todo lo que necesiten. Y aún muchos demoran en despertar a esa realidad celestial y sufren, solo sufren.
Es hora de traspasar las capas de la inercia humana y de animarse a descubrir el Amor de Dios mediante el Amor de Su Hijo Amado.
Les dejo esta reflexión para que trabajen.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En oración eterna,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Espejos de Luz se encienden mientras las almas oran y piden misericordia.
Puertas inciertas abiertas a la decadencia de la humanidad se cierran, y un comando celestial se establece en este día.
Todos los orantes son convocados al despertar y ellos participan de una coyuntura especial, el Universo desciende a la Tierra y los soles internos brillan en la humanidad.
¡Despierten los que aún duermen!¡Trabajen por Dios los que nunca lo hicieron!
Que se eleven las torres de las consciencias como una ofrenda al Todopoderoso.
Que los redimidos estén unidos por el Propósito mayor para que finalmente se cumplan los mil años de paz.
Todo en este momento es reorganizado, todo es trascendido de plano y de vibración, así los mundos sutiles descienden y traen con su presencia a la Gran Hermandad.
Que las corrientes de la inercia y de la indiferencia se rompan, que todo se renueve por el gran despertar.
Los soldados del Plan se posicionan en las filas del Propósito, así todos reciben del Universo su propia señal, la señal de su origen.
Las puertas del Cielo se abren, las consciencias apoyan la transición de la humanidad preparando la última batalla donde el adversario será vencido por el amor y la unidad; eso lo dejará ciego, sordo y mudo y nunca más podrá emitir su maldad.
Para conseguir el triunfo del Amor los espejos se encenderán y esparcirán por los espacios los códigos de la cristiandad; mientras las almas oran, los corazones serán bañados por la poderosa Gracia de la Luz, y la Misericordia se establecerá para que, los que nunca la merecieron, se rehabiliten antes del tiempo final.
¡Les agradezco a todos por acompañarme hoy!
En comando celestial,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Querido Mío:
No acongojes tu corazón por lo que aún no has conseguido realizar o trascender.
Quiebra las barreras de la inercia y de la ilusión a través del poderoso fuego de Mi Corazón y espera, en vigilia, porque todo se realizará.
Acompáñame en la meta de tornar tu vida un pequeño templo sagrado mediante la purificación de tus actos, sentimientos y pensamientos. Todo tiene su ciclo, es inútil que te apresures para ver los resultados.
La paciencia es la llave maestra de los perseverantes y de los inocentes. Cuando no puedas abrazar la transformación, escóndete en Mi Inmaculado Corazón y confía, bajo Mi Manto te vuelves invisible.
Camina a Mi lado tomándote fuerte de Mi mano y sintiendo, en cada paso que das, que Yo te enseñaré a superar todos los abismos de la consciencia.
El verdadero discípulo debe conocer su propia condición humana para aprender a amar más allá de las condiciones humanas de los otros.
Deja que el fluir de Mi llamado te haga sentir seguro del camino que recorres, porque el fracaso no existe para Dios, solo existe la falta de amor en los que aún no aman.
Vivir la escuela de la redención es un propósito para todos los autoconvocados. Deseo que tu corazón se purifique hasta ser tan puro como lo es cuando te acercas a Mi materno Corazón.
No dejo de atender a los que necesitan una ayuda especial, todos son hijos predilectos para Mí. Que el camino de la transformación sea el escalón para que algún día tu alma se convierta en Cristo.
¡Adelante! Sigue adelante y sin desánimos, la humanidad al fin se consagrará por el triunfo de Mi Corazón Inmaculado.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los unifica,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Llegó la hora de que se rompan las cadenas de la inercia y de la constante maldad.
Que se rasguen los velos de la ceguera y de la impunidad.
Que se cierren las puertas al mal y que se disipen los abismos de las consciencias.
Que se liberen las amarras y que las almas caminen hacia su esperado despertar.
Que se transfiguren los impíos y que se rediman todos los que transgredieron la Ley de Adonai.
Que se congreguen los inocentes y se reúnan los mansos.
Que los pacificadores se entreguen a Dios y que los amedrentados sonrían porque Mi Luz poderosa llegó para su salvación.
Que los impuros sean vencidos por la acción de Mi Misericordia y que se purifiquen todos los verdugos.
Voy a repetir:
Que se venzan los impuros por la acción de Mi Misericordia y que se purifiquen todos los verdugos.
Que los condenados sean libres de sus propias prisiones para que surja, ahora y siempre, el eterno Amor del Creador.
Que se restauren los corazones y se glorifiquen por siempre los Reinos de toda la Creación.
Que los ángeles del universo participen del gran Juicio Final.
Con Mis Manos Yo separaré la paja del trigo y haré nacer del nuevo barro, el nuevo diseño divino para cada ser.
Que se arrepientan los que no lo hicieron, y que todos escuchen el clamor de los mutilados.
Que se terminen las guerras.
Que ya no se martirice ni un cuerpo más, porque la Ley manifestada está descendiendo sobre este Reino llamado mundo.
Que los injustos se conviertan y que los pecadores se entreguen a la Misericordia infinita de Mi Corazón.
Que las causas del pasado se transformen en prodigios para el futuro.
Que la verdad salga a la luz y que los ciegos y sordos de corazón escuchen el Llamado del Rey Universal.
Todo mal es retirado de los espacios del mundo para que rebrote por siempre la Fuente de la Purificación.
Que nadie tema al fin del tiempo.
Que los misericordiosos donen Misericordia y que los buenos orantes recen mucho, recen mucho por la paz.
Ya el Rey se prepara para entregar su principado a los que fueron fieles.
El Hijo de Dios viene para terminar con toda perturbación y para restablecer los mil años de paz. Pero mucho aún deberá pasar para que todo esto suceda.
Abran los ojos del corazón y destierren de vuestras células las imperfectas insignias del mal.
Yo Soy vuestro Amor, Yo Soy vuestra Luz, Yo Soy el que Soy en cada alma y corazón que sepa, humildemente, reconocer Mi única Verdad.
Misericordia para los que Me niegan.
Piedad para los injustos.
Paz para toda la humanidad.
Bajo el Decreto Universal del Creador Supremo, sean testigos vivos de Mi Mensaje final.
Los bendice,
Cristo Jesús Glorificado, el Redentor
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más