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Mis queridos hijos:
En este día, su Madre Celeste viene al mundo para que, a través de la majestad del Gran Cañón del Colorado, la humanidad sienta, por un instante, florecer los Atributos de Dios; a fin de que desde ahora comience a vislumbrarse en el horizonte la llegada de la Nueva Tierra, libre de los errores humanos y del sufrimiento que hace apartar a Mis hijos del Creador.
Por esa razón espiritual, hoy, su Madre Celeste y Madre de Norteamérica está aquí, extendiendo Sus Brazos y ofreciéndoles Sus Manos para que se tomen fuerte, confíen y se animen a seguir este camino infinito hacia lo desconocido. Porque en eso, que es desconocido, encontrarán a Dios y a Nuestros Sagrados Corazones que, una y otra vez, se presentan ante mundo para recordarle que aún no cumplió la Voluntad de Dios.
Para que la Nueva Tierra comience a emerger ante el horizonte de la consciencia humana, Yo les pido, Mis hijos, que esa Nueva Tierra, esa Nueva Humanidad, viva primero en ustedes, protegiendo de ustedes mismos los principios que los unen al Creador y a toda la Hermandad Divina.
Sean portadores del Sagrado Amor de Mi Hijo.
Sean un ejemplo de transformación constante, pero también sean un ejemplo de perseverancia, de esperanza y, sobre todo, de Amor, del Amor de Cristo que les permita aceptar y comprender al otro, de un amor compasivo que ya no permita que el ser humano sea egoísta y autónomo.
Vivan la promesa de esa Nueva Tierra en el día a día y creen la condición correcta para que ese momento de la Nueva Humanidad pueda llegar, conforme lo pensado y sentido por el Padre Eterno.
Mi Corazón de Madre siempre será ese puente para que ustedes se animen a cruzarlo, rumbo al vacío de ustedes mismos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Con el Niño Jesús en Mis brazos, vengo a pedirles que no se olviden de encender una vela por las causas imposibles, por los pecados más arraigados, por las miserias abrazadas por el corazón de los hombres, por la impunidad, por la indiferencia, por la ignorancia; para que todo eso, hijos, dé lugar a la Llama Sagrada del Propósito de Dios.
Ya no vengo a enseñarles a orar, porque ya saben cómo hacerlo. A lo largo de los últimos quince años fueron instruidos sobre esto, instruidos por Aquella que ora constantemente y que no se cansa de interceder por la humanidad, por este planeta y por toda la Creación. Porque Aquella que un día fue la Madre de Jesús, no es solo la Madre del Salvador, sino la Madre de toda la vida, de todo lo que vive y respira.
Así como Cristo, Dios Vivo, se manifestó en la Tierra a través de Jesús, así también, hijos, el Vientre de la Creación, el Principio que da vida a todas las cosas, el Amor Materno de Dios, se manifestó en la Tierra a través del Inmaculado Corazón de María. Por eso, ya es el tiempo y la hora de que reconozcan este Corazón y de que lo honren como Él verdaderamente merece.
No encierren los Misterios de la Creación en la comprensión humana, tampoco en lo que está escrito en los libros sagrados.
Hoy, Yo les pregunto: ¿ustedes creen que, en aquel tiempo, hace dos mil años, algún hombre en la Tierra comprendió verdaderamente la Presencia de Cristo?
¿Alguno de ustedes cree que, hace dos mil años, algún hombre de la Tierra fue capaz de relatar con perfección todo aquello que sucedía en el mundo a través de la Presencia de Cristo?
Sí, el Espíritu de Dios habla a través de las criaturas, y fue a través de este Santo Espíritu que los apóstoles y discípulos de Cristo pudieron relatar el Evangelio, el Nuevo Testamento, dejado para testimoniar la Presencia del Salvador en la Tierra.
Mas el Espíritu de Dios también respeta el libre albedrío de los hombres, sus limitaciones, la ampliación de su consciencia, la apertura de sus corazones. Por eso, la Palabra de Dios llega hasta donde el hombre puede aceptar. Por eso, una vez más les digo y, esta vez, les pido que no encierren la Grandeza del Creador en la comprensión humana.
Ha llegado el tiempo y la hora de la expansión de la consciencia de los seres, de que los velos sean rasgados, no solo en el templo, sino en el interior de los seres, en la consciencia de cada ser de esta Tierra. Que el velo que separa a este mundo de la vida universal, del Tiempo Eterno, también pueda ser rasgado.
Y eso no sucederá según la voluntad humana. La Voluntad de Dios, hijos, no se basará en el consentimiento de los hombres, porque ha llegado el tiempo de la Justicia, y la Justicia es perfecta; ella les entregará y les ofrecerá a los seres lo que merecen en este tiempo.
Cada agricultor cosechará según lo que plantó, cada jardinero verá surgir las flores que regó; y aquellos que no se preocuparon por el jardín, contemplarán la tierra seca, a la espera de una pequeña hoja verde para sentir el respiro de la vida.
¿En qué papel de esta historia ustedes quieren estar?
El tiempo de la definición aún está en curso; la definición de las almas sucede a cada instante. A cada instante, el ser humano tiene la posibilidad de descubrir su potencial y ya no vivir como el viejo hombre, sino según el Propósito Divino. De la misma forma, a cada instante, el adversario les da la posibilidad de abandonar este Propósito y sumergirse en la condición humana.
Por eso, es tiempo de vigilar.
Por eso, es tiempo de orar como ya aprendieron.
Por eso, es tiempo de fortalecer las virtudes.
Por eso, es tiempo de sumergirse en el Conocimiento y de que la Instrucción ya no sea condicionada por la comprensión humana, sino que los seres se abran para sumergirse en ese infinito que es la Creación de Dios.
Ya les presentamos muchas cosas, conocimientos e informaciones que la humanidad ni siquiera imagina que existen. Y aun les digo, hijos, que esto es un grano de arena en el desierto, es una gota de agua en el océano, es una pequeña estrella en el infinito cosmos.
Mucho más hay para ser revelado, y las revelaciones vendrán una a una, sin pedir permiso a los hombres; los velos comenzarán a rasgarse y, dentro de los seres, las estructuras se quebrarán, sus creencias más consolidadas también se quebrarán; las bases de las religiones construidas bajo los conceptos humanos también se quebrarán.
¿Dónde sustentarse?
En la esencia que mueve todo el conocimiento, toda la sabiduría, toda la vida.
En la esencia de cada religión habita el Amor Divino; pero él está como en una prisión de conceptos humanos, de ideas, de poderes, de voluntades, de aspiraciones, que provienen solo del hombre, de su mente concreta, inmadura, que necesita en este tiempo crecer.
Aquellos que pueden permanecer en esta esencia, que pueden ir más allá de los conceptos, de las estructuras creadas por los hombres, se mantendrán de pie y sentirán la libertad de sus corazones cuando esas estructuras se rompan. En ellos no habrá sufrimiento, sino júbilo, porque conocerán la verdadera libertad, que no es la independencia que el hombre busca, sino la verdad espiritual de sumergirse en la Verdad Divina y, finalmente, ver al Padre, cara a cara, como Él les prometió.
Por eso, hoy, vengo a advertirles que es tiempo de despertar, que es tiempo de abrazar el Infinito, de sumergirse en un conocimiento que hasta hoy estuvo oculto y que, por Voluntad Divina, les vinimos revelar.
Este último año, que es la preparación para el recogimiento de los Mensajeros Divinos, será la última oportunidad del despertar de la consciencia humana, para que los velos se rasguen sin sufrimiento. Por eso, les pedimos tantas veces que se abran a la Instrucción Espiritual, que dejen que ella transforme sus consciencias y su condición humana. Permítanse experimentar el Amor Divino, que desborda de los seres que no le colocan barreras.
Ya no digan: “yo no puedo”, “no soy capaz”, “no comprendo”. Hagan otra oración, otra afirmación. Pidan al Padre:
Señor, en aquello que no puedo,
que Tú puedas en mí.
Señor, en aquello que no soy capaz,
que Tú seas capaz en mí.
Señor, en aquello que no comprendo,
que Tus Manos rasguen los velos de mi consciencia,
para que yo pueda verte, sentirte y experimentarte
en la inmensidad de la Creación Divina.
Señor, ante mis límites,
que Tu ilimitación se presente.
Ante mis barreras,
que Tu Tiempo Eterno me muestre la Verdad.
Que en mi sueño Tu Voz me despierte,
porque ya no quiero dormir,
necesito despertarme, levantarme
y vivir Tu plena Voluntad.
Amén.
Que esta sea su oración.
Cuando estén ante el misterio, no digan que él no existe, solo reconozcan la propia ignorancia y dejen que ella dé lugar a la Sabiduría Divina. No solo este mundo guarda grandes misterios, también sus propios seres los guardan.
Cuando el Señor les dijo, a través de Sus profetas, que fueron creados a imagen y semejanza de su Infinito Corazón, ¿qué pensaron? ¿Que Dios fue creado a semejanza de los hombres? ¿Que Él tiene un Rostro parecido al de ustedes?
¿Qué es Dios para ustedes?
Respiren, sientan la vida, allí está Dios. Escuchen los sonidos de la naturaleza, allí está Dios. Cierren sus ojos, contemplen el infinito, allí está Dios.
¿Qué es, entonces, ser creado a imagen y semejanza del Creador?
¿Será que existe un infinito que habita en su interior?
¿Será que son capaces de crear y recrear como Él lo hace?
¿Será que son capaces de amar como Él ama?
¿Un Creador tan infinito, será que Él verdaderamente dio vida solo a esta Tierra? ¿Tan pequeña es la Voluntad Divina?
Así como ven el cielo, la profundidad de las estrellas y su infinito, incontables estrellas; así es el Amor de Dios; y el Amor del Padre se manifiesta a través de la vida. La vida, hijos, es la mayor expresión del Amor Divino, por eso ella no se encierra aquí.
¿Y por qué sus ojos no pueden ver? Porque su consciencia no abarca el Tiempo Eterno.
¿Cómo hacer para ver con los Ojos de Dios, para sentir Su Amor, contemplar Su Creación?
¿Cómo hacer para no creerse pequeño, sino descubrirse infinito?
Cuando aman y se abren para amar de verdad, su consciencia se expande, sus sentidos se expanden, su corazón disuelve las dimensiones que separan este mundo del Tiempo Eterno, que aún separan a los hombres del Corazón de su Creador. No existe ninguna otra razón para la ignorancia humana, sino la voluntad de los propios hombres de permanecer en ella.
Por eso, permítanse amar, no solo amarse unos a otros con un amor humano; que no sea esa la meta de su amor. Permítanse ir más allá, permítanse ser infinitos y abran sus corazones para experimentar el Amor Divino, ilimitado, infinito. Y así, hijos, cuando la verdad emerja ante sus ojos, no temerán.
Cuando los tesoros de este planeta sagrado ya no estén ocultos para sus ojos, se regocijarán; cuando la vida que habita en las estrellas finalmente pueda compartir y aprender de la vida humana, les podrán enseñar no sobre la ignorancia, sino sobre el Amor Divino, porque para eso fue hecha esta escuela de la Tierra.
Esta es una pequeña escuela, una pequeña flor en el Jardín de la Creación, una flor cultivada con cuidado, con cariño y predilección, una pequeñísima flor más en el Jardín de Dios; una flor que, en su pequeñez, debe revelar la grandeza del Padre para toda la vida, su perfume debe transformar todo el jardín, sus semillas deben renovar la tierra, la tierra cultivada por Dios.
Después de escuchar Mis Palabras, les pido que vuelvan a estudiar todo lo que ya les dijimos a lo largo de los últimos 15 años. Tomen las Instrucciones que no comprendieron, quédense ante ellas y pidan la Gracia de una comprensión mayor, pidan la Gracia de la expansión de la consciencia y percibirán, hijos, que no les dijimos solo algunas palabras difíciles, que no les hablamos solo con algunos símbolos y parábolas, sino que una verdad profundamente espiritual se guardaba allí; y ella fue transmitida con un motivo, con el propósito de que la consciencia de los hombres pueda estar pronta para vivir la Voluntad de Dios, para reencontrar su origen y para ser un ejemplo de la transformación de la consciencia, de la redención y de la Misericordia Divina para toda la Creación.
Esto es todo lo que les quería decir hoy. El Creador Me envió para transmitirles estas Palabras y, con Su Hijo en Mis brazos, vine a bendecirlos y a decirles que la transformación de cada uno de ustedes transforma toda la consciencia humana. No piensen que sus pasos son insignificantes, ninguno de ustedes es insignificante ante Dios.
Que aquellos que cayeron, se levanten humildemente, comiencen de cero y reconstruyan su interior.
Que aquellos que están cansados, respiren, dejen que el Creador renueve su ser para que puedan proseguir.
Que aquellos que dudan, oren y pidan que la consciencia se expanda.
Que aquellos que dudan de sí mismos, confíen en Dios, porque si son semejantes a Él, Él no va permitir que permanezcan en sus miserias, ¿o creen que el Creador los hizo a imagen y a semejanza de Él para que permanezcan en la superficialidad humana? No, hijos, el Creador aspira a mucho más que eso, y ya es el tiempo y la hora de vivir su Divina Voluntad.
Que los Sacramentos, la oración, el silencio y el servicio sean siempre las bases de la transformación de sus seres. Cuando no puedan salir de sí mismos, sirvan, hagan algo por los demás, aunque sea dentro de sus propias casas. Cuando se olviden de lo que les dije, vuelvan a escuchar Mis Palabras.
En Presencia del Niño Jesús, los bendigo, les devuelvo la paz y les dejo el Sacramento de la Eucaristía para que con la Presencia del Dios Vivo, físicamente dentro de ustedes, el Misterio Divino se expanda, alcance sus células, sus átomos, libere la luz que en ellos habita, y permita que su consciencia de un paso más, en este despertar y en esta transformación.
Los bendigo y les agradezco.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos:
Hoy, vengo al mundo como el Gran Espejo Mayor de Dios.
Vengo como Instrumento simple del Padre Eterno para que en Brasil y en el mundo, a través del Espejo Interior de Mi Corazón, se reflejen y se depositen, una vez más, los méritos victoriosos alcanzados por Mi Hijo Jesús, méritos guardados preciosamente en el Arca de la Santa Alianza.
Será de esta forma, hijos Míos, que Brasil y el mundo serán aliviados de las invasivas informaciones y estímulos que el ser humano recibe en estos tiempos, volviendo su vida insensible, autónoma de Dios e indiferente ante las graves situaciones dolorosas que atraviesa la actual humanidad.
Como ese Gran Espejo Mayor de Dios, hoy, llega su Madre Celeste para que el mayor número de almas tome contacto, en los planos internos, con los Atributos de la Fuente Suprema. Esto es urgente, porque a medida que el tiempo corre, en esta caótica superficie, muchas almas son desconectadas de lo que es verdadero y de lo que es esencial.
Por ese motivo, una vez más, el Padre Celestial Me envía al mundo, al mundo sufrido; para recordarles, a los creyentes y a los no creyentes, que muchos se están dejando arrastrar hacia el abismo de la bestia; y ella, por medio de su astucia, de su soberbia y de su arrogancia, engaña y retiene con sus garras a muchos sacerdotes de la Iglesia, a muchos pueblos y naciones que ya se están convirtiendo en el territorio de la extensa oscuridad espiritual.
Con ruegos y más consciencia, vengo una vez más para pedirles que sigan orando por Brasil y por Sudamérica, porque está en sus manos el destino del Brasil y del mundo entero.
Mientras tanto, la Madre de los Espejos de Dios reúne, en este tiempo, a todo Su ejército sobre la superficie de la Tierra, para despertarlos y para llamarlos a la realidad, de la cual muchos se quieren esconder, por temer enfrentar esa realidad.
Pero Mi Hijo les dio Su Palabra, les entregó Su Mensaje a través de los últimos años y les otorgó el camino de su conversión y de su perdón a través de la ciencia espiritual de los Sacramentos.
Recuerden, entonces, todas las Gracias recibidas y actúen conforme a la Voluntad de Dios, porque llegarán momentos de mayor vigilancia y de discernimiento.
Confíen en el Espíritu Santo y no dejen de dar los pasos hacia el Corazón de Dios.
No se olviden de los actos de Misericordia. No se cristalicen en el camino espiritual y orante.
Sean guerreros disponibles en el amor, en la tolerancia y en la paz.
Cultiven el diálogo, manifiesten coherencia en sus elecciones, pero sigan fielmente los Atributos de Dios. Así, harán un planeta más libre de la oscuridad, de la violencia y de la impunidad.
Amen la vida y respétenla. No permitan que la Creación siga siendo ultrajada.
Rezo por Brasil, por su destino, por todo su querido pueblo de Dios.
Sean pacificadores de Mi Hijo. Les pedimos, una vez más, que no se involucren con las mentiras y con los comentarios, que amen el Silencio de Dios.
Les agradezco por responder, en consciencia, a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Que, en estos días de oración especial, sus pedidos y plegarias por Brasil lleguen a Mí con el más cálido amor de Mis hijos, como rosas a los Pies de la Madre Celestial.
Queridos hijos, unámonos, en este momento, al Corazón de Mi Hijo para que el Sublime Gobierno Espiritual colme a las almas de esta nación de Brasil y así, el Propósito de este país esté protegido y amparado bajo las luminosas alas del Ángel Guardián de Brasil.
De esa forma, queridos hijos, que a través de la poderosa oración del corazón también el Espíritu Santo guíe e inspire al corazón de Mis hijos para que siempre prevalezca el discernimiento y la paz que este querido pueblo de Brasil necesita.
Como su Madre, como la Señora Aparecida, estoy rezando todos los días, junto con ustedes, y uno Mi Voz de Sierva y de Esclava de Dios para que en Brasil y en el mundo entero se cumpla la Voluntad del Padre Eterno.
El sentido de Mi deseo de Madre es que Brasil no se convierta en un escenario de incongruencias y falta de sentido espiritual.
Ustedes, Mis hijos, deberán seguir permitiendo que la Señora Aparecida continúe siendo la Gobernanta de esta nación, destinada a ser la cuna de una Nueva Humanidad.
Sigan rezando con fervor, dejando que la Llama Sagrada de la Sabiduría dé entendimiento y razón a los corazones humildes.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos y amados hijos:
Hoy, con el Manto dorado y la Túnica celeste de su Madre Santísima, vengo como la Madre y Señora de Ucrania.
Vengo a pedirles que, en estos próximos días de oración y de invocación a la Divina e Insondable Misericordia de Mi Hijo, coloquen en sus oraciones a toda la religión cristiana de Ucrania a fin de que, ante la tragedia de la guerra y de la destrucción de los pueblos y de las familias, Mis hijos de la iglesia ucraniana actúen conforme a la Voluntad de Dios, para que no se sustituya la Caridad y el Amor de Mi Hijo por los ideales y por las alianzas de la guerra.
Infelizmente, ciertas presiones políticas y religiosas dejan vulnerables a los apóstoles de la Iglesia Universal de Mi Hijo, porque se les impide actuar con sensatez y Misericordia.
En este momento, como Madre y Señora de Ucrania, vengo a implorarles a todos los cristianos por la unidad fraterna, a fin de que las religiones y los credos no sean adaptados al formato de las ideologías de la guerra y de la venganza. Esto no es lo que Mi Hijo les enseñó a todos.
Que, por la Pasión y la Muerte de Cristo, los dirigentes ya no usen la religión como un arma de guerra y de presión psíquica sobre los pueblos de esta humanidad.
Por eso, debemos orar con más convicción y con más consciencia, porque la Señora de Ucrania ve cómo la cristiandad y el ecumenismo son usados para alcanzar beneficios propios.
Que la oración de estos días desarme esos planes de Mi enemigo.
Como siempre, estoy y estaré cerca de todos los que se unan a Mi Corazón.
Les estoy agradecida,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora de Ucrania
Queridos hijos:
En este día especial, en el que se conmemora el ciclo de los 100 Encuentros de Oración de Misericordia, deseo que cada uno de Mis hijos coloque su mirada en el Sagrado Corazón de Jesús; y así, vean cómo, en este día de la victoria de la Divina Misericordia, Sus Rayos de Amor, de Cura y de Luz tocan y bendicen a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de Misericordia.
Como soldados orantes de Cristo, eleven sus estandartes y caminen como un gran ejército de Luz hacia el centro del Altar del Señor para que, una vez más, la ofrenda de cada corazón sea depositada a los Pies del Redentor; a fin de que los votos internos sean renovados y, como en los últimos 100 Encuentros de Misericordia, ustedes contemplen el descenso de la Misericordia de Dios.
Hoy también, los invito a recordar el momento cuando cada hijo Mío, por primera vez, tomó contacto con la Misericordia y esa Misericordia hizo de su vida un testimonio de conversión.
Recuerden todos los hermosos momentos de alabanzas y las oraciones sostenidas en estos últimos años.
Vean, hijos Míos, por un momento, cumplirse dentro de ustedes la Voluntad de Dios.
Que hoy, el Espíritu Sagrado de la renovación y de la insondable Misericordia de Mi Hijo siga curando a la Tierra herida para que triunfe el Bien y la Paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hijo:
Cree en absoluto en la fuerza y en el poder de la superación que te brinda el Amor de Dios.
Cree que, a pesar de tus más profundas miserias, el Amor de Mi Hijo y Su Misericordia son capaces de colocarte en otra realidad.
Cree que en la superación de ti mismo, aprendes a vivir la redención de todo tu ser y sabes dar los pasos que deben llevarte a cumplir la Voluntad de Dios.
Cree que superándote todos los días, un poco más, disuelves las pesadas cadenas que atan a la humanidad.
Cree que superándote, generarás la condición para que el sufrimiento desaparezca de la faz de la Tierra.
Por eso, cree en absoluto en la fuerza y en el poder de la superación que te brinda el Amor de Dios; porque, de esa forma, estarás recreando a la Creación y las situaciones internas serán otras.
Ten fe y supérate a ti mismo, todos los días. Supera los límites que te imponen los miedos de la consciencia.
Haz nuevas todas las cosas y vive este tiempo de purificación no como un castigo, sino como el gran momento de superarte, para que la humanidad se supere y abandone, de una vez y para siempre, la indiferencia y la frialdad.
Cree en la fuerza de la superación y coloca tu consciencia en otro estado, en lo positivo, en la corriente universal del Amor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Con gozo en Mi Corazón, retorno a Fátima después de tantos momentos vividos junto con ustedes en Sudamérica.
Una vez más, Europa volverá a ser ayudada, para que la mirada y el corazón de Mis hijos estén en el Propósito y en la Voluntad que Dios tiene para esta parte del planeta.
Quisiera, desde ahora, expresarles a Mis hijos los mejores votos de realización de todo lo que desde Europa viviremos, con el fin de aliviar y de exaltar el Corazón de Dios.
Queridos hijos, este ciclo en Europa traerá a todos la oportunidad de poder cumplir y llevar adelante lo que el Padre tanto espera.
Que, desde ahora, Mis hijos europeos estén bien abiertos de corazón, para que el sagrado Santuario de Fátima les indique la próxima etapa, el próximo camino a recorrer en esta escuela de perdón y de redención.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
El guardián y celador del Plan Divino
1. Es aquel que obedece con prontitud, antes de pensar en obedecer.
2. Es quien se adhiere a la Voluntad Divina y desde su plano trabaja para vivirla y manifestarla.
3. Es quien protege, de sí mismo, el Sagrado Misterio.
4. Es quien ama lo desconocido espontáneamente, aunque no lo conozca.
5. Es quien profesa y vive la humildad a través de la donación permanente.
6. Es quien trabaja todos los días para poder vivir la transparencia dentro de su grado de consagración para, algún día, vivir la Verdad.
7. Es quien aspira, ardientemente, a los mejores resultados espirituales en el semejante.
8. Es quien aprende a amar a través de los errores, para algún día poder amar sin condiciones.
9. Es quien no saltea las reglas y los códigos internos que se colocó a sí mismo.
10. Es quien asume vivir el dolor de la humanidad, pero trabaja todos los días para trascender la condición humana.
11. Es quien no teme equivocarse, pero teme no poder reparar el error, mas confía en la infinita Misericordia.
12. Es quien aspira a perder el control de sus decisiones, para algún día vivir las decisiones divinas.
13. Es quien reverencia la Instrucción y la hace parte de sí, aunque crea que no la necesita.
14. Es quien reconoce el Poder y la Gloria en un solo Dios, presente en tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
15. Es quien no se olvida del otro.
16. Es quien aprende a ser compasivo consigo mismo, para aprender a ser compasivo con los demás.
17. Es quien ya no se justifica, sino que se coloca siempre disponible.
18. Es quien entiende, más allá de sí mismo, el Plan de Dios.
19. Es quien vive la Justicia, pero primero vive el Amor.
20. Es quien se solidariza con todos.
21. Es quien, más allá de todo, cumple su deber sin reclamos.
22. Es quien no retrocede, sino que siempre avanza.
23. Es quien promueve y gesta la hermandad.
24. Es quien erradica, dentro de sí, la indiferencia y la falta de colaboración.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que, en la sagrada solemnidad del mes del Sagrado Corazón de Jesús, la vida de cada hijo Mío se convierta en ese esperado tabernáculo, para que el Sacratísimo Corazón de Cristo pueda estar guardado como una divina reliquia espiritual, que pulsa dentro de cada corazón humano.
Ese tabernáculo, que cada uno debe preparar para que Cristo viva en cada alma, tiene que ser construido a través de algunos importantes pero simples principios que harán, de ese espacio interior, un lugar predilecto para Mi Hijo.
Estos principios, que deben practicar en la vida diaria, son:
En simples palabras, queridos hijos, representan vivir en la Ley de la Jerarquía para aprender a vivir en la Voluntad de Dios.
Con estos tres atributos o principios, aplicados con esfuerzo en la vida diaria, ustedes construirán un tabernáculo seguro para que Mi Hijo deposite Sus más infinitos tesoros espirituales, los tesoros que reconstruirán a toda la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Si estás desesperado o angustiado, ven hacia Mí y sígueme.
Si no tienes claridad sobre lo que tienes que decidir y estás confundido, ven hacia Mí y sígueme.
Ahora, no importa cómo te encuentres o cómo estés, ven hacia Mí y sígueme.
Conozco lo más profundo de tu ser y sé la Voluntad de Mi Padre para ti. Por eso, ven hacia Mí y sígueme.
Tu cruz no es igual a la cruz de tus hermanos. Por eso, ven hacia Mí y sígueme.
Yo tengo para ofrecerte Mi Corona de espinas, ven hacia Mí y sígueme.
Yo tengo para darte todo Mi Ser. ¿Qué esperas? Ven hacia Mí y sígueme.
Si tus pies tropezaron con muchas piedras en estos últimos tiempos, no te preocupes, levántate, ven hacia Mí y sígueme.
Porque lo que está escrito para tu vida no es lo mismo que lo que está escrito para tu prójimo. Si en verdad quieres conocerlo y saberlo, ven hacia Mí y sígueme.
Si decides venir hacia Mí, podrás entrar en Mi Corazón y tener una nueva vida. Sabrás atravesar tus desiertos, tus pruebas y tus incertidumbres; pero ten presente que Mi Amor está por encima de todo. Por eso, ven hacia Mí y sígueme, porque necesito soldados decididos, templados por la humildad y bañados por Mi Gracia para que sirvan al Plan de Mi Padre y lo cumplan.
Mis promesas celestiales se cumplirán en la próxima vida. Por eso, ven hacia Mí y sígueme.
Contemplo un mundo herido y lastimado, sumergido en el sufrimiento y en el caos. Ven hacia Mí y sígueme, para que los nuevos Cristos puedan despertar. Mientras eso no suceda, Yo seguiré viniendo al mundo porque Mi Corazón puede estar en ustedes y ustedes pueden estar en Mi Corazón. Vengan hacia Mí y síganme, que aún hay mucho por hacer y por obrar.
Las llagas más profundas del planeta deben ser curadas y tu vida debe ser el bálsamo para esas heridas. Ven hacia Mí y transfórmate en lo que Yo tanto espero. En el silencio de Mi Corazón, los dejaré prontos para vivir estos tiempos y estos desafíos.
Me ofrezco en comunión eterna por los que sufren y padecen; por los que, día a día, pierden la luz interior y dejan apagar la llama de su fe.
Yo Soy esa Fuerza Superior que les permite cargar la cruz de estos tiempos y no decirle “no” a Mis Voluntades, porque lo que está escrito es muy importante.
Yo les traigo la nueva vida. Por eso, vengan hacia Mí y síganme. Mientras eso no suceda, esperaré para poder dar los próximos pasos en la redención de esta humanidad y de este planeta.
Abran sus sentidos internos y dejen que Mi Luz les traiga la Verdad; porque la purificación es eterna, es un impulso de ascensión y de trascendencia hasta que lo más íntimo de sus espíritus alcance, algún día, la unión con el Padre, así como el Hijo alcanzó la unión con el Padre hasta la Cruz.
¿Realmente era necesario que el propio Dios viviera toda esa agonía, toda esa Pasión y Muerte, a través de Su Hijo en esta humanidad? Es un misterio aún no develado, pero ustedes tienen la Gracia de ya no estar tan lejos de la develación de ese misterio.
La llave maestra de todo esto es la entrega del Amor de Dios por Sus criaturas, por su salvación. Eso es lo que debe mover su universo interior para que vengan hacia Mí y Me sigan; porque Yo necesito, en estos tiempos, fundar los pilares de la Nueva Humanidad y de la Nueva Tierra, a través de la conversión de sus corazones y consciencias.
Mis pilares no son energías, Mis pilares son ustedes.
Así como el barro debe ser transformado en algo bello; sus vidas, como un cristal precioso, deben ser pulidas, de tiempo en tiempo. Cuando sus vidas son pulidas, son transformadas y sienten la fricción positiva de Mi energía crística.
Pero no teman si sus células temen a la transformación o a la incertidumbre de no poder dar los pasos. En verdad, les digo: “Quien venga hacia Mí y Me siga estará en Mi Corazón, y Yo estaré en él hasta el fin de los tiempos; porque el Espíritu de la Sabiduría, el Espíritu Santo, los guiará, así como guio a Mis apóstoles y a muchos más a través de los tiempos”.
Su fuerza interior debe estar en la convicción de cumplir Mi Plan, Mi Plan de rescate y de salvación.
Ustedes ya saben cómo el mundo se encuentra y cómo la célula principal de la familia está destruida, no solo por la pandemia, sino también por la falta de amor.
Hoy Mi Corazón sostiene y contempla a los que han muerto solos, por esta actual enfermedad.
Las súplicas de los buenos y de los consecuentes con Mi oración misericordiosa, cueste lo que cueste, ha permitido esta Gracia de salvación y de alivio.
Por eso, les digo que su visión no solo puede estar en lo material, su visión debe estar más allá de lo espiritual, de lo que es verdaderamente profundo y eterno; donde triunfa el amor por encima del mal y de la adversidad.
Hay muchas almas en el mundo que en este tiempo claman por ayuda. Son muchas almas pecadoras, almas ignorantes y hasta frías porque el corazón se les ha endurecido.
Por eso, Mis pilares, los pilares de Cristo, los apóstoles del fin de los tiempos deben tener claro este momento y esta coyuntura que no es igual a la de otros tiempos.
Yo necesito que comprendan que ser Mi compañero no es solo estar a Mi lado o solo seguirme. Ser Mi compañero es arriesgarse, día a día, a ser más parte de Mí, de Mi Cuerpo Místico, de Mi Gobierno espiritual y divino.
Así como hace más de dos mil años, la humanidad se encuentra en una coyuntura semejante, pero más delicada, más grave. Esta es la hora más importante, en la que la oración del corazón obrará misteriosamente en los mundos internos. Es así que sus seres, sus familias y sus hogares deben ser cuartos y espacios de oración en el actual campo de batalla planetaria.
De esa forma, encenderán la luz en este mar de oscuridad mundial y la oración sincera será una pequeña chispa de luz del Amor de Dios que, en confianza y fe, se depositará donde es más necesario, donde nadie lo puede ver.
Necesito que sus vidas sean el propio testimonio de una oración realizada y concretada para que aspiren, algún día, a ser un propio sacramento vivo, redimido y convertido por Mis Códigos de Luz y de Misericordia. Así, el mundo no sufrirá más, porque con muy pocos se luchará ante estos infiernos del mundo, de persecución, de guerra y de hambre.
La hora de Mi Retorno ya está marcada. Es una hora que se aproxima al transcurrir el tiempo. Cuando Yo retorne, ustedes, ¿dónde estarán? Ustedes, ¿cómo estarán?
Las señales de Mi llegada son internas, porque es allí en donde Yo estoy presente, al igual que aquel que vive con fe la Eucaristía o la Adoración; así, estará pronto para recibirme, a pesar de cómo se encuentre o dónde esté.
Yo quiero, hoy, ungir al mundo con la Señal luminosa de la Cruz para que, ante este actual calvario planetario, ustedes vean iluminada la Cruz de la Redención de su Señor Jesucristo, la Cruz de Emmanuel, que los viene a liberar de las cadenas del mal para siempre.
Que sus corazones no se enfríen. Que su caridad no se desvanezca. Que su fe de estar en Mí se fortalezca, para que algún día los santos de los últimos tiempos, los santos de los últimos días, estén presentes en esta humanidad, y en la víspera de Mi llegada que esta unción espiritual se plasme en la frente de cada uno de Mis Hijos, de Mis compañeros, de Mis orantes, de Mis servidores.
Permitan que todo aquello que ya no debe estar más dentro de ustedes, no lo esté, y Yo tenga espacio para poder vivir en mayor profundidad dentro de cada uno.
No tengan miedo de perder el poder que creen tener o el control que creen vivir. Yo vengo a hacer de sus vidas algo nuevo, para que la raza humana se pueda salvar y así se cumplan los mil años de paz.
Que esta Maratón tenga la tónica y la absoluta confianza de que pueden seguirme y estar en Mí, a fin de que se justifiquen todos los errores y todos los pecados, y las almas fervorosas enmienden los ultrajes vividos por Mi Sagrado Corazón; porque Yo he traído, a este tiempo, a algunos de Mis apóstoles. Ellos no podrían estar en otro lugar, sino aquí, para volver a esperarme como Me esperaron en el Cenáculo durante los días de Mi Resurrección.
El reaparecimiento de Cristo se está cumpliendo.
Dichosos los que creen sin haber visto. Dichosos los que creen y son humildes. Dichosos los que son parte de Mi Palabra y beben de Mi Agua de Vida; porque Yo le entrego, a cada uno de ustedes, una parte del madero de Mi Cruz espiritual para que podamos compartir este momento y ofrecernos como víctimas del Amor de Dios.
Yo los vuelvo a ungir, a perdonar y a sanar bajo la unión poderosa de la Santísima Trinidad y de lo que está más allá de Dios, lo que aún el mundo no conoce y es parte de la Revelación del fin de los tiempos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
Nunca olviden que dentro de ustedes existe un universo interior, y que ese universo es real y vivo porque es allí en donde se encuentra Dios.
En ese universo interior ustedes tendrán la puerta interna para estar en comunión con el Padre y la Creación. Allí no hay ilusión.
El universo interior es la base de su fe y de su confianza en la Fuente Divina.
Dejen que ese universo interior, que es la faz de su verdadero ser, sea quien gobierne sus vidas, así los valores espirituales y evolutivos colmarán sus consciencias, porque en donde está Dios, está la vida espiritual e interna.
Recuerden que en su universo interior está también la paz, la mansedumbre y la calma.
En el universo interior no hay agitación, no hay conflicto, no hay desarmonía.
Que sintiendo y viviendo en el universo interior, sus almas encuentren el puente a través del cual ellas puedan gobernar y llevar adelante la misión que la Divina Voluntad les encomendó.
En ese universo está la Verdad que disuelve las apariencias.
En ese universo está el conocimiento que ennoblece el espíritu.
En ese universo está la pureza que los consagrará como hijos de Dios.
Ese universo interior está allí, para ser reconocido y para entrar en contacto con el Creador.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hijo:
No midas tus posibilidades según tus propias fuerzas. No busques concretar el Plan de Dios solo con tus propias manos. No pienses que no eres capaz de hacer y de vivir esta o aquella cosa porque no encuentras dentro de ti las posibilidades.
Mira la historia de los que cumplieron la Voluntad de Dios y la expresaron, manifestando la parte que les cabía de la Obra Divina del Creador. ¿Fueron ellos, por sí solos, constructores de esa Obra?
Tus posibilidades humanas y lo que conoces de ti mismo poco importan en el momento de concretar una Obra Divina. Lo que sí importa es tu capacidad de ir más allá de ti mismo, de colocar tus ojos, tu pensamiento y tu corazón en Dios y decir:
Señor,
Haz en mí y a través de mí Tu Obra,
cumple Tus promesas, manifiesta Tu Espíritu
y toma mi corazón vacío como Tu morada.
Yo soy Tuyo.
Esa, hijo, debe ser tu oración en los tiempos que vendrán.
No mires tus imperfecciones, sino la Perfección de Dios. No mires ni siquiera tus destrezas y virtudes, para que no limites la Obra Divina a tus posibilidades; solo sé un instrumento vacío, morada del Espíritu Santo, dispuesto siempre a seguir caminos que no están en tu mente, que no fueron trazados por ti, sino por Dios.
Confía en que, en un corazón vacío y dispuesto al Creador, allí operan Sus milagros, y sé tú un milagro vivo.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Siente en tu corazón la confianza de poder estar en Dios todos los días y la renovación que tú puedes vivir más allá de los momentos y de las circunstancias.
Este tiempo te permitirá poner a prueba tu fe, y esa fe estará fomentada por tu oración, por tu servicio y por tu consagración.
Por eso, hijo, mira más allá de la realidad y verás con claridad una infinita construcción de las Voluntades de Dios en esta humanidad y en este planeta.
Te invito a ver más allá de los hechos o de las apariencias.
Te invito a encontrar el sentido de cada momento, para que puedas crecer en sabiduría, en gratitud y en amor.
Coloca tu consciencia en la realización del Propósito de Dios, el que completarás y cumplirás como servicio a través de la redención de tu vida, así abrirás las puertas para que la Gracia Divina haga de tu ser un instrumento y un ejemplo de conversión.
Teniendo estos principios bien claros, tu alma podrá gobernar y sabrás, en el momento justo, qué camino seguir, para que siempre te encuentres con Mi Hijo que, en Su Silencio, te espera para que vivas una profunda comunión espiritual con la Fuente del Amor y de la Sabiduría.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Cuadragesimoseptimo poema
Querida Señora de la Luz,
Virgen protectora de las vocaciones,
despierta en nosotros la alegría inmutable de servir a Dios,
despierta en nosotros la fe inquebrantable
que Tú viviste por el Plan del Creador.
Señora de la Esperanza,
despierta en nosotros la convicción permanente
de estar cumpliendo con la Voluntad de Dios,
despierta en nosotros la renovación interior
para servir incansablemente a Tu amado Hijo.
Señora de la Luz y del Amor incondicional,
despierta en nosotros actos de Amor y de Misericordia
cada vez más profundos,
para que también seamos merecedores de la Paz.
Señora de la Luz y de la Confianza,
enséñanos la misma confianza que Tú viviste con humildad
para que, podamos sentir, más allá de todo,
que Dios está en cada momento,
participando de la vida de Sus hijos.
Señora de la Luz y de la Obediencia,
ayúdanos a despojarnos y a desprendernos
de todo lo que consideramos propio.
Que, en entrega, nos abramos
para aprender a obedecer sin reclamar,
solo siguiendo amorosamente los pasos
que indique Tu Hijo.
Madre, destierra de nuestra consciencia,
la voluntad propia para que vivamos en paz.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Cuadragesimosegundo poema
Señora de la Caridad,
que en cada lugar pueda encontrar
la oportunidad de servir
para que, conscientemente,
pueda aliviar el Corazón del Maestro.
Señora de la Caridad,
que tenga la Gracia de comprender,
más allá de las formas,
lo que significa para mi alma
la oportunidad de servir al planeta.
Que, en cada entrega y acto de servicio,
mi corazón sea completamente renovado,
para poder sentir la alegría de estar viviendo en Dios.
Señora de la Caridad,
concédeme la Gracia de poder sentir, al igual que Tú,
el amor inconmensurable de estar entregando mi vida
a la Voluntad Mayor.
Hazme capaz de aprender, en cada instante,
lo que el servicio me enseña y me muestra.
Que tenga la fuerza suficiente
para poder servir a Tu Hijo hasta el final.
Señora de la Caridad,
que en todos los días de mi vida
pueda reflejar la bondad, la compasión y la gratitud
de estar sirviendo en cada nueva convocatoria.
Que el servicio abnegado
me muestre la oportunidad de liberarme de mí mismo,
para poder alcanzar expresiones de amor
cada vez más profundas.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El mundo ha juzgado el mensaje de la Madre de Dios, y aunque no hayan sido todos Mis hijos, esto ha tenido una gran repercusión en Dios.
El mundo no ha comprendido la razón de que Yo esté aquí, en la Tierra, pero aún vengo al mundo por los que Me escuchan.
Abriendo Mi Corazón y extendiendo Mis brazos hacia ustedes, hoy vengo a darles Mi mensaje y esto va más allá de toda credibilidad humana, porque Yo vengo aquí por una única razón, porque los amo y quiero el bien para sus vidas, así como Mi Hijo quiere la Misericordia para sus vidas.
El mundo no puede juzgar la Voluntad de Dios, porque no la conoce. Hoy hago silencio para que puedan reflexionar y no solo escuchar.
En este lugar, quedará la señal visible de que Nosotros hemos estado aquí, de que Nuestros Sagrados Corazones han estado aquí durante mucho tiempo.
Hoy no puedo decirles mucho. Tienen que comprender, hijos Míos, lo que les quiero decir a través de Mi silencio, porque es Dios quien habla a través del Corazón de Su Sierva.
Gran parte del mundo no acepta el Amor de Dios. Muy pocos hijos Míos se animan a sumergirse en el Amor de Dios para ser redimidos y transformados.
Hoy vengo como la Señora de la Paz, porque Mi Paz estará en aquellos que la busquen verdaderamente.
Dios Me ha pedido comunicarles algo importante, algo imprevisto y extraordinario. Primero lo deben saber sus almas, para que después lo puedan comprender sus corazones.
Le he dado al mundo mucho más de lo que necesitaba, para que la mayoría de Mis hijos pudieran sentir y reconocer este momento que viven Conmigo.
El Cáliz del sacrificio que hoy está ante ustedes, en las manos de la Señora de la Paz, fue bebido por muy pocos. Es la Sangre de Mi Hijo que quiere ser Sangre en ustedes para que, a través del sacrificio, Él pueda seguir salvando al mundo.
Estamos a las puertas de la Iglesia Celestial, en la que Dios escucha atentamente este mensaje. Su Consciencia Divina los está observando y contemplando, así como todas Sus huestes de Luz, arcángeles y ángeles, todos están siendo testigos de este momento.
El mensaje extraordinario que vengo a traerles en esta noche, con pesar en Mi Corazón, es que llegaré por última vez al mundo y al encuentro con Mis hijos, el día 8 de agosto, en el que la tarea de los Sagrados Corazones finalizará.
Si el mundo, hasta 8 de agosto, no se arrepintiera y no dejara de perseguir, la humanidad sentirá el movimiento de la Tierra, porque somos Nosotros, los Mensajeros de Dios, que a través de estos encuentros sostenemos al mundo y a la humanidad, para que pueda continuar adelante.
Hoy la dolorosa Madre clama por penitencia al mundo.
Hoy les digo lo mismo que dije en el tercer secreto de Fátima, que aún no se cumplió, porque una parte de ese secreto no ha sido conocido.
El Ángel de la Justicia de Dios dirige Su espada de fuego hacia la Tierra. Pero la Señora de la Paz, la dolorosa Madre, se coloca ante el Ángel para emanarle la Luz de Dios y soportar el castigo que le corresponde a la Tierra.
Mi deseo ardiente, hijos Míos, no es abandonarlos ni tampoco dejarlos, pero algunos no fueron justos Conmigo y así no fueron justos con Dios. Ni la Iglesia ni la humanidad conoce la Voluntad de Dios.
Reordenaré el universo y todas las potencias celestiales para que, en el tiempo que Me queda entre ustedes, Yo pueda atraer hacia Dios a las almas que aún no se arrepintieron ni tampoco se reconciliaron con lo Alto.
Desde ahora hasta el 8 de agosto, aspiro y oro incesantemente para que la humanidad mejore y, así como fue muchas veces, que las puertas de este Centro Mariano puedan volver a estar abiertas para despedir a la Mensajera de Dios, después de estos doce años.
La verdad emergerá y los corazones ya no se confundirán, porque sabrán que la Madre del Cielo siempre estuvo aquí, reuniendo a Sus hijos en Amor y en Misericordia.
Deberán seguir rezando para que, desde el Cielo, su Reina y Madre pueda seguir intercediendo por ustedes, aunque ya no pueda venir aquí.
Mientras estoy aquí con ustedes estoy rezando, porque los quiero y los amo. Quiero la verdad para sus vidas y el fin de la ignorancia en la superficie de la Tierra.
Después del 8 de agosto, será el gran momento para que todos coloquen en práctica todo lo que les he dictado, de ejercer el amor por encima de toda condición para que el Amor de Dios siga triunfando hasta que retorne Mi Hijo y cumpla Su gran promesa.
Recemos de corazón, de alma y de espíritu, para que siempre se cumpla la Suprema Voluntad.
Padre Nuestro (se repite tres veces).
Hoy llevaré esta oración al Padre, como un eterno agradecimiento de los corazones que se unieron, en estos doce años, a la Madre de Dios, y que más allá de las dificultades y de las pruebas, llevaron adelante con valentía y coraje los pedidos de la Virgen Santísima.
La Señora de la Paz, la dolorosa Madre, les agradece por haber respondido a Mi llamado.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Cerramos esta transmisión agradeciendo y reverenciando en este momento.
Nos despedimos escuchando este instrumental.
Gracias a todos.
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Trigesimoseptimo poema
Santísima Señora del Rosario,
Sostén incondicional de la humanidad,
Amor celestial y profundo,
haznos comprender el misterio de Tu servicio y entrega.
Impúlsanos a servir y a entregarnos,
para que seamos merecedores de las Gracias del Cielo.
Que, en el camino de la entrega incondicional,
podamos reconocer, en nuestros hermanos,
el Rostro vivo de Cristo,
porque necesitamos crecer en el amor
y en la transparencia de nuestras vidas.
Danos a conocer, Señora de la oración eterna,
el valor incalculable de la oración interior.
Que nuestra llama de la fe se encienda,
y se eleven nuestras súplicas
hacia el Corazón del Padre.
No nos dejes caer en la ilusión ni en la indiferencia.
Que tengamos nuestros corazones abiertos,
para reconocer la urgente necesidad
de servicio y de oración en este tiempo.
Señora del Santísimo Rosario,
que podamos ver y sentir,
así como Tú sientes y ves a Tus hijos del mundo.
Tráenos la consciencia
de lo que significa cumplir la Voluntad de Dios.
Que nuestra percepción de la realidad se amplíe,
para que no nos quedemos en lo pequeño,
sino en lo grande,
en lo maravilloso de responder a Dios.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Trigesimosexto poema
Señora de la Adoración,
que podamos ingresar en oración y en consciencia
al Divino Templo del Señor,
para que seamos purificados de todo
y liberados de cualquier opresión en nuestra consciencia.
Señora de la Adoración,
ayúdanos a que nuestros pecados sean disueltos
por el poder de Tu Amor maternal.
Que seamos lavados y purificados en el Templo,
para que nuestra alma renazca
libre de las prisiones de la vida
y entregada en confianza a la Voluntad de Dios.
Señora de la Adoración,
que nuestra purificación nos enseñe
sobre la redención de nuestras formas y modos de vida.
Que en esta oferta de purificación
que vivimos en este tiempo,
alcancemos el primer sendero de la santidad.
Madre y Señora de la Adoración,
ilumina con Tu Gracia nuestros caminos.
Que después de nuestra purificación,
encontremos la Luz del Rostro de Cristo Glorificado.
Que nuestra alma se exalte
al poder sentir y participar de la Comunión Espiritual
y de la consagración que Jesús nos ofrece.
Que, en esta purificación,
veamos el lado bueno de toda esta experiencia
porque, por medio de este aprendizaje,
esperamos poder crecer en Amor y en Verdad.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Trigesimotercer poema
Estrella de la Mañana,
que traes la Luz del Amor y de la Verdad,
condúcenos por el sendero de la redención.
Que nuestros ojos estén fijos en Cristo,
para que podamos renacer
y curarnos internamente de todo lo que sea necesario.
Señora y Madre del Consuelo,
abrázanos y colócanos bajo Tu Manto protector.
Que Tu maternidad despierte en nosotros
la unidad con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Madre Celestial,
aspiramos a ser las estrellas redimidas
de Tu Corona de Luz.
Ayúdanos a vivir los atributos de Tu Corazón.
Enséñanos a ejercitar, en el día a día,
las Instrucciones de Tu Hijo,
porque así seremos los apóstoles del Señor,
servidores y colaboradores
de Su Obra redentora.
Madre,
danos fuerza y coraje
en los momentos en que más los necesitemos,
para que vivamos la perseverancia y la fe
en cada instante.
Haznos cristianos verdaderos,
discípulos del Amor de Tu Hijo,
porque esperamos servirlo y encontrarlo
en cada paso de la vida,
para que en Cristo podamos cumplir
la Voluntad de Dios.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más