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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cuando la superficialidad del mundo sea tan grande que los corazones ya no sepan quiénes son, será entonces, hijos, que las almas más perdidas se volverán hacia Dios.
Es cuando la naturaleza se agita y le muestra al mundo su dolor, que las almas son capaces de comprender la existencia de todos los Reinos.
Es cuando parezca que los hombres y mujeres del mundo no saben amar, y las guerras estén creciendo cada vez más, dentro y fuera de los seres, que la esencia humana gritará y las almas se volverán hacia Dios.
En este universo de dualidades y de extremos, es de esa forma cómo la consciencia humana escoge aprender: con el sufrimiento extremo. Eso no es así para castigarlos, hijos, sino para que despierten. La esencia divina que habita en su interior jamás permanecerá en silencio, viendo cómo se apaga la Luz que un día Dios depositó en Sus Criaturas.
Tan grande es el Poder Divino que habita dentro de los seres, que no existe nada ni nadie capaz de apagar ese Propósito que el Creador depositó en Sus Criaturas en el principio. Pero, hasta que puedan manifestar este pensamiento, largo será el camino que recorrerán.
Les digo esto no para que teman, sino para que comprendan el sufrimiento, para que comprendan las pruebas. Todo lo que los lleva a los extremos hace que sus almas griten dentro de su interior, y muchas veces, hijos, es solo en el silencio de sus abismos internos, cuando las distracciones del mundo ya no los colmen, cuando estén en el profundo vacío y soledad, es solo entonces que se dispondrán a escuchar a sus almas.
Cuando vean la agonía de la naturaleza, cuando vean que se destruyen sus bienes materiales, sus almas se volverán a preguntar cuál es el propósito de la vida. Las distracciones de los seres terminan ante la grandeza del sufrimiento. El sufrimiento se torna un instrumento del despertar, el vacío se torna un instrumento de escucha, porque en él aprenden a dirigir sus ojos y sus oídos hacia Dios.
Es cuando ya no encuentran respuestas afuera de ustedes, que se vuelven hacia adentro y que descubren que en el propio interior habitan todas las respuestas que necesitan.
Cuando se vuelvan hacia adentro e ingresen por la puerta del propio corazón, descubrirán en sí mismos un misterio infinito, una sabiduría infinita que no proviene de la condición o de la mente humana. No es un conocimiento que sus mentes puedan elaborar ni siquiera explicar; es la sabiduría que proviene del silencio, de lo profundo del Corazón de Dios, de la unión perfecta entre el Creador y Sus Criaturas.
Es en este punto, en el centro de sus seres, que pueden mirar hacia la destrucción y comprender que en ella habita el poder de la renovación. Es en este punto, en el centro de sus seres, que pueden vivenciar el sufrimiento, sabiendo que los lleva a una unión más profunda con Dios, que les revela no solo la fragilidad humana, sino también la grandeza de este Proyecto que está mucho más allá de todo lo que pueden ver, tocar o sentir.
Busquen, hijos, a través de Mi Presencia, este punto en su interior, este espacio interno donde sus almas pueden ser escuchadas. Solo estén allí, en el centro del propio corazón, donde pueden encontrar al Todo, al Corazón del Creador.
Cada día que vengo a su encuentro, vengo a enseñarles a trascender la superficialidad y la apariencia; vengo a enseñarles a trascender los sentidos y todas las prisiones internas, mentales, emocionales, humanas. Porque sus ojos verán muchas cosas que no comprenderán, que les parecerán no poder soportar; sus sentidos estarán ante situaciones que les demostrarán la profunda fragilidad de la materia humana, pero no deben permanecer allí.
Deben ingresar en este punto que hoy Yo les muestro, en el centro del propio corazón, para que en silencio, en el vacío, aprendan a escuchar a sus almas y, a través de ellas, al Corazón de Dios.
Sé que buscan respuestas y referencias, sé que buscan ejemplos para seguir e imitar. Pero en estos tiempos, hijos, no encontrarán referencias ni encontrarán ejemplos; porque, en este tiempo de purificación, todo lo que un día fue ejemplo y referencia demostrará su más profunda imperfección; porque ya no es tiempo de imitar lo que es viejo, no es tiempo de imitar lo que ya existe, sino de encontrar referencias en lo que se debe manifestar, que habita en lo invisible de sus consciencias.
La referencia se encuentra en el centro del propio corazón, porque de allí vendrán las respuestas. No miren al prójimo buscando ejemplos ni se asusten con las miserias que verán.
Ya no busquen afirmarse a través de las imperfecciones ajenas, buscando las miserias del otro para sentirse menos miserables. Ya no lo hagan.
Cuando sus almas sientan la necesidad de ejemplos, sean ejemplo.
Cuando sus almas sientan la necesidad de referencias, busquen la referencia dentro de ustedes mismos, en el centro de sus seres, allí donde el nuevo hombre comienza a nacer, allí donde las Gracias que recibieron en los últimos 30 años están siendo fecundas.
Cuando no encuentren ejemplos o referencias afuera de ustedes, comprendan que es tiempo de mirar hacia dentro, porque de allí surge la vida nueva. Y ella no se expresará con palabras, con sentimientos o con pensamientos, ella se manifestará con acciones, ella se manifestará con Rayos Cósmicos, con un patrón de vida superior que se expresará en ejemplos fraternos, en acciones fraternas que cada uno de ustedes es llamado a vivir en este tiempo.
Ya no miren al mundo buscando beber de una fuente que está seca, sino vayan hacia el centro de sus seres, en donde habita una fuente insondable e inagotable que es la unión de cada ser con su Creador. ¿Comprenden lo que les digo?
En este tiempo, muchas almas agonizarán porque su referencia y su sustento están en el mundo, en un mundo de apariencias y de superficialidades. Y esos seres se cansarán, hijos, y necesitarán aprender, como un niño pequeño, cómo ingresar dentro de sí mismos para encontrar la respuesta. Y todos ustedes, que son hijos de la Gracia y de toda la sabiduría que el Creador depositó en la humanidad a través de Sus Mensajeros, deben vivir lo que recibieron.
Mediten en las Palabras Divinas. Mediten en las Sagradas Instrucciones.
Busquen el centro de sus seres, para que sus vidas ya no estén sustentadas en los sentidos, sino en el centro de la consciencia. Esto es lo que vengo a decirles hoy, porque esta es la base de la espiritualidad del final de los tiempos.
Sin ese aprendizaje y esa experiencia, todo cuanto leyeron, escucharon o pareció que aprendieron no tendrá sentido alguno, porque perderá su sentido ante los acontecimientos del mundo. Perderá el sentido si su referencia interna fuera el mundo. Por eso, vuélvanse hacia el centro de sus seres y encuentren allí la Fuente de la Paz.
Que vengan hasta el altar los que se consagrarán como Hijos y Amigos de San José.
Traigan aquí incienso y agua bendita.
Que sus almas encuentren paz, aun cuando no haya paz en el mundo.
Que sus consciencias sean respuesta para un mundo perdido.
Que sus miradas sean esperanza para las almas vacías.
Que sus oraciones sean agua pura para las almas que tienen sed.
Que su clamor sea Misericordia para las almas que viven en la Justicia.
Que su servicio sea alivio para los Reinos ultrajados.
Que su transformación sea alegría para el Corazón de Dios.
Que su redención sea una esperanza para toda la vida universal.
Que el perdón del pasado sea también fuente de perdón para las almas más pecadoras.
Que sus vidas den testimonio de que nada es imposible para el Corazón de Dios.
Que las Gracias depositadas en su interior sean fecundas, manifestando fortaleza en medio de la debilidad humana, manifestando humildad ante las miserias, manifestando comprensión ante las limitaciones, manifestando paciencia ante las dificultades.
No tengan prisa, porque la transformación humana es un proceso. No quieran ser perfectos de la noche a la mañana y no le exijan esta perfección a los demás, sino que cada día, hijos, busquen superar un poco más la condición humana, busquen liberarse un poco más de las superficialidades, de lo que es mundano, de lo que es aparente.
Dense el tiempo y el espacio para mirar hacia adentro, para encontrar el centro de su propio ser y, allí, un momento de unión con Dios. Crean en las respuestas que Él les da, no duden cuando Su Voz les hable en su interior, pero no permanezcan allí, en esa experiencia única con Dios. Dejen que esa experiencia genere frutos; que la Voz de Dios en su interior genere transformación, perdón, redención y paz.
Muchas almas que escuchan la Voz de Dios solo permanecen allí, guardando esa experiencia en los estantes de su interior como un trofeo: “El día que escuché a Dios”. ¿Cuáles son los frutos de esa Voz?
Más vale, hijos, un corazón que fructifica y florece en el desierto y en el vacío que aquel que escucha la Voz de Dios, pero no la sigue. Por eso, cuando estén en el centro de sus seres, con sus almas en silencio, con sus seres en el vacío, y escuchen la Voz de Dios, aunque sea una palabra, un soplo, un susurro, que esa Voz sea fecunda, que los mueva a la transformación, que los lleve a encontrar la paz y a multiplicar la paz para los que la necesitan.
Por eso, hoy los bendigo. Con este incienso, los libero, los purifico y los consagro. Y con esta agua los lavo, los renuevo y los bendigo como Hijos y Amigos de San José, como Mis compañeros en este camino, que se disponen a ser formados y a formar a través del ejemplo de la propia vida.
Yo estaré con ustedes y ustedes Conmigo. Cuenten con Mi intercesión, porque siempre estoy atento a sus súplicas.
No quiero traerlos hacia Mí, sino solo llevarlos a Dios. Y, como un ser que conoció y conoce profundamente la condición humana, Yo vengo a su encuentro para llevarlos de la mano al Corazón de Dios y al encuentro profundo con el Señor.
Hoy, les dejo un camino abierto hacia el centro de su propio ser. Recuerden esta llave que les entrego para vencer lo que es superficial y mundano e ingresar en el espacio de su propio ser, en el centro de sus corazones, donde pueden estar en Dios.
Tienen Mi bendición para esto.
Su padre y amigo,
San José Castísimo
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hermana Lucía de Jesús:
Ahora, vamos a cantar el himno de los Hijos y Amigos de San José, “Padre de las almas”, y nos vamos a preparar para la Comunión.
En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Concentra tu corazón en Mi Casto Corazón, une tu mente a Mi Mente, tu consciencia a Mi Consciencia para que Yo pueda mostrarte lo que aún no consigues ver.
Concentra tu corazón en el Relicario de Mi Corazón, en donde se guarda una historia que no es solamente Mía, sino de toda la humanidad.
Concentra tu corazón en Mi Casto Corazón para que los misterios divinos, que también habitan dentro de ti, puedan ser revelados.
Cuando Yo te pido, hijo, que contemples el Relicario de Mi Corazón, no te estoy pidiendo adoración; te estoy pidiendo que solamente entres en quietud y que, contemplando Mi Consciencia, Yo pueda colocarlos ante un espejo para que comprendan lo que es la consciencia humana, cuál es su propósito y hacia donde deben caminar.
Cuando Yo les pido que contemplen el Relicario de Mi Corazón, es para que se den a sí mismos un tiempo de silencio, para que dejen de lado las distracciones del mundo y puedan observarse a sí mismos, puedan sentir el propio interior y no estén constantemente huyendo de lo que deben transformar.
Cuando les pido que contemplen el Relicario de Mi Corazón, es para que comprendan la belleza de la transformación de la consciencia humana, para que no teman esa transformación, para que no la dejen de lado, creyendo que la trascendencia de la condición humana es algo inalcanzable.
Aún están en un tiempo de dualidad, aún están en un tiempo en el que vivirán experiencias de unión con Dios y, al mismo tiempo, experimentarán sus miserias más profundas. Aún están en un tiempo en el que experimentarán un amor profundo por el prójimo y, al mismo tiempo, un profundo rechazo por sus miserias. Están en un tiempo en el que aspirarán a vivir en unidad con todo su corazón y, aun así, muchas veces se percibirán desuniendo.
Eso es así, hijos, no para que permanezcan en la dualidad, sino para que, experimentando la unidad con el Divino y también la condición humana, siempre puedan estar ante la elección que deben hacer, del camino que elegirán seguir.
En este tiempo de definiciones, todo estará disponible, y estará disponible con gran intensidad. Las superficialidades desbordarán el mundo y gritarán delante de las consciencias para que permanezcan en ellas, prisioneras de la apariencia, de la ignorancia, prisioneras del orgullo y de la vanidad, prisioneras de la materia, creyendo que la vida comienza y termina en lo que pueden tocar, sentir y ver.
Al mismo tiempo, hijos, un misterio desconocido también estará disponible, como la intensidad de la Presencia de los Sagrados Corazones y como las Jerarquías Espirituales y Cósmicas, que vienen a su encuentro para expandir la consciencia humana y así enseñarles el camino de retorno al Corazón de Dios.
Pero no deben solamente retornar; deben retornar con algo en su interior: los dones y los talentos que el Creador les entregó para que fueran multiplicados en su experiencia en las diferentes dimensiones de la vida.
Cuando Dios los envió a la vida, depositó dentro de ustedes, latente en sus esencias, un potencial de amar, de servir, de trascender las leyes del sufrimiento, del sacrifício y de trascenderse a sí mismos para renovar y multiplicar ese Amor. Esos son los talentos que habitan dentro de ustedes, talentos que se expresan a través de los Linajes, pero sobre todo a través de la propia vida.
Podrán tener todo el conocimiento del universo, pero si ese conocimiento no está vivo dentro de ustedes, de nada les servirá.
Podrán ser conocedores de todos los misterios, pero si esos misterios estuvieran encerrados en su mente humana y no expandieran sus consciencias, de nada les servirán, porque no los utilizarán como una herramienta para ampliar su consciencia y retornar a Dios, los utilizarán, hijos, como algo que los vuelve aun menores, que los prende aún más a la condición humana.
El conocimiento sin expansión se vuelve una prisión limitada. Por eso, deben utilizar las herramientas correctas de la forma correcta. Todo lo que sale de sus bocas, todo lo que ingresa en sus consciencias, primero debe transformar a sus seres, para que entonces pueda llegar al prójimo no solo como palabras, sino como ejemplos.
Yo ya les dije eso muchas veces y se los vuelvo a decir hoy, para que no se olviden de que en este tiempo todo está disponible, tanto las miserias como las virtudes, tanto las superficialidades como los misterios celestiales y universales, y todo debe ser utilizado para transformar su consciencia.
Que las miserias les sirvan para mantenerlos siempre en el don de la humildad.
Que la superficialidad les sirva para que comprendan en donde no deben estar o lo que no les pertenece y lo que debe ser trascendido dentro de ustedes para que entonces sea trascendido en la consciencia humana.
La superficialidad de la humanidad no existe, hijos, para que la miren y la señalen con sus dedos, para que la juzguen y permanezcan dentro de esa misma superficialidad sin percibir. Todo lo que sus ojos ven y que no corresponde a su camino debe ser transformado dentro de ustedes como un servicio a la consciencia humana.
La humanidad permanece en el mismo punto, a pesar de todo lo que les es entregado. ¿Cuántos secretos fueron revelados? ¿Cuánto conocimiento les fue transmitido? ¿Cuántos Rayos descendieron del universo sobre la consciencia humana? ¿Cuántos instructores pasaron por la Tierra?
El propio Hijo de Dios tocó con Sus Pies este sagrado planeta para demostrarle a toda la Creación que es sagrado. Entonces, ¿por qué la humanidad permanece aún en el mismo punto? ¿Ya se lo preguntaron, hijos?
¿Ya se preguntaron dónde queda guardado el conocimiento que reciben? ¿Ya se preguntaron lo que sucede con sus consciencias cuando reciben un nuevo misterio, una nueva revelación? ¿Cuál es su aspiración ante el conocimiento?
Pregúntense, hijos, adónde quieren llegar. Y no les hablo de transformaciones físicas o materiales, no les hablo sobre cambiar de lugar; Yo les hablo sobre cambiar de punto dentro de ustedes, en un espacio de sus seres que solo el Creador conoce, allí donde nadie ve. Y, cuando nadie los ve, ¿cuál es su propósito?
La vida no es y nunca fue una sola, pero esta encarnación suya, esta experiencia en este tiempo sobre la Tierra es definitiva. Por eso, deben caminar en ella y a través de ella, como si fuera la última, la última oportunidad de multiplicar los talentos y ofrecerlos a su Señor.
Basta de repeticiones, de caer en las mismas miserias y justificarse, de buscar las miserias del prójimo como forma de sentirse mejor. Basta de señalar los defectos del mundo como una forma de sentirse más espirituales.
Es el tiempo, hijos, de la ampliación de la consciencia, de la expansión de sus seres, de dar el ejemplo con la propia vida y no más con palabras, de dar ejemplo a través del silencio, del firme propósito de ser lo que ya conocen para que, en esa aspiración constante, puedan sumergirse en misterios cada vez más amplios, puedan llegar a dimensiones cada vez más profundas, para que Dios también se expanda cada vez más dentro de ustedes.
Por eso, les pido que contemplen el Relicario de Mi Corazón, para que se sienten en silencio y se observen a sí mismos, para que se pregunten:
¿Adónde quiero llegar?
¿Cuál es el propósito de mi vida?
¿Qué tipo de ser humano quiero ser?
¿Qué tipo de vida quiero experimentar?
¿Qué es lo que quiero ser para el prójimo?
¿Qué es lo que quiero ser para Dios?
¿Qué es lo que quiero ser para Cristo?
Anoten estas preguntas y respóndanse a sí mismos, haciendo un análisis profundo de su propia consciencia, porque su definición no depende de nadie, sino solo de ustedes mismos; no depende del planeta, no depende de la transición planetaria, no depende de la agitación de la naturaleza ni tampoco del Retorno de Cristo.
¿Esperarán que el Señor retorne para pensar entonces en entregarle lo que Él se merece?
¿Serán solamente uno más en medio de la multitud humana, buscando Redención y Misericordia, o serán compañeros de Cristo, dispuestos a caminar con Él sobre este mundo y a transformar y reconstruir la Tierra, lado a lado de Su Sagrado Corazón?
Deben de meditar sobre estas cosas, deben reflexionar sobre el conocimiento que les fue entregado, deben buscar en cada frase lo que ya pueden vivir y lo que pueden dejar de vivir porque ya no les corresponde.
Cuando reciban algún conocimiento o la revelación de algún misterio, no dejen que pase, sino procuren la expansión, lo que pueden comenzar a vivir y a experimentar después de lo que les fue revelado.
Cuando esta Comunidad-Luz fue fundada, aquí había una consciencia que no dejaba que una sola palabra del conocimiento pasara sin que él buscara lo que debería vivir de todo aquello. Por eso, él pudo fundar y mantener, con su propio ejemplo, toda la vida que aquí se llevó adelante. Y ahora, hijos, cuando el Señor les pide que retomen los principios y las bases de esta Comunidad-Luz, no busquen solo las transformaciones materiales, no busquen limpiar la casa como la limpiaban antiguamente.
Busquen, dentro de ustedes, lo que les falta para que el conocimiento sea vivo, lo que les falta para vivir la expansión. Busquen ejemplos de lo que deben vivir para que no sea vacío; porque una casa limpia, una naturaleza armoniosa y consciencias viviendo juntas, pueden encontrar en cualquier lugar de este planeta. Pero seres humanos que buscan su propósito y se esfuerzan todos los días para vivirlo, eso sí, hijos, aún no existe en la humanidad de la forma como debería existir.
Es tiempo de sentarse delante del espejo del propio corazón y definirse, cada uno de ustedes ante Dios y el Pensamiento perfecto que Él tiene para sus vidas.
Es tiempo de sentarse delante del espejo del propio corazón, contemplar el Pensamiento Divino y elegir si vivirán ese Pensamiento o si permanecerán en la superficialidad humana. Y no se engañen, porque esto no debe ser hecho solamente una vez, sino todos los días. En cada instante de la vida serán colocados ante la posibilidad de elegir y deben elegir de forma correcta, la palabra correcta, la acción correcta, el pensamiento correcto, la intención correcta, la mirada correcta, la emanación correcta.
¿Están dispuestos a vivir esto? Entonces, caminen hacia ese propósito, hijos, porque todo ya les fue dicho.
Vean la agonía del mundo, la agonía de las almas, la locura humana, y no permanezcan allí. Sea, cada uno de ustedes, lo que espera encontrar en la humanidad, lo que le exige al prójimo y que queda esperando que suceda en el otro, sin preguntarse qué es lo que está aconteciendo dentro de sí mismo.
La forma de servir a un planeta que agoniza es viviendo una unión cada vez más profunda con Dios y con Sus Leyes.
La forma de servir a una humanidad que agoniza es expandiendo la propia consciencia y siendo aquello que ya saben, para que cada vez más retiren sus pies del mundo y de lo que en él sucede, para que ayuden a la humanidad en la elevación de sí misma, en la transcendencia de la condición humana.
Tienen Mi bendición para esto.
Que vengan hasta este altar los que aspiran a consagrarse como Hijos y Amigos de San José.
Permanezcan concentrados en Mi Corazón.
Traigan incienso y agua para bendecir.
Hijos, Dios nunca les pide algo que no puedan cumplir o vivir. Por eso, para que vivan todo lo que Yo les dije, les traigo la bendición de los Cielos, el Soplo del Espíritu de Dios, para que renueven su consagración, sus votos de transformación y la fortaleza de sus almas, para que trasciendan las limitaciones humanas y, así como puedan, cada uno en su tiempo, cada uno en su paso, puedan vivir el Propósito Divino, el Pensamiento que Dios tiene para cada uno de ustedes.
No busquen lo que Dios tiene para otros; busquen lo que Dios tiene para ustedes, que es único, es perfecto y que, como una pieza de un rompecabezas universal, el Creador necesita de sus consciencias para que Su Plan esté completo.
Por eso, en este día de Pentecostés, en el que el Espíritu de Dios acompaña el pensamiento de los hombres para renovar Su Presencia en los corazones que se abren y que le dicen sí, con esta Santa Presencia, con este Soplo Divino, Yo los bendigo y los consagro, Yo los coloco en Mis brazos, cerca de Mi Corazón, para interceder siempre por sus almas.
Cuando Me pidan auxilio, seré su padre y amigo, con el que podrán contar, que siempre estará atento a sus súplicas y que, junto al Inmaculado Corazón de María, los llevará de la mano al encuentro con Cristo.
Que esta agua los lave y los purifique.
Que este incienso los libere y los transforme.
Que la Gracia Divina los impregne y perpetúe en sus almas el compromiso con el Propósito de Dios.
Hermana Lucía de Jesús:
Vamos a cantar “Padre de las Almas”, recibiendo esta bendición de San José, renovando nuestra consagración.
Yo los bendigo y los consagro en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por estar aquí y por decir sí al Llamado Divino y al grito de sus almas.
Queridos hijos:
Que la Paz de Cristo sea en ustedes y, en este momento, en todo Brasil.
Con especial predilección, estoy al lado de cada hijo orante que, en estos días, se ofrece a dar continuidad a la Oración por la Paz en Brasil.
Para Dios, los últimos acontecimientos en Brasil, demuestran la falta de unidad y de paz entre hermanos de un mismo pueblo. Por eso, continúen elevando sus oraciones a Mi Corazón de Madre para que la Señora Aparecida pise con Sus Pies la cabeza de la astuta serpiente que quiere colocarlos los unos contra los otros.
Mis queridos hijos de Brasil, no se olviden de sus raíces originales y de su cultura. Su pueblo, que siempre fue bendecido por Dios, proviene de tradiciones y de enseñanzas sagradas.
Vuelvan, ahora, hacia sus orígenes. Permitan que, entre ustedes, se puedan reconocer como una única familia brasilera, cálida, alegre, servicial, amorosa y disponible para ayudar.
Ya no se pierdan en lo que es superficial y mentiroso. Crean en la fe que siempre los caracterizó, y entreguen su pueblo y nación a los Pies de la Señora Aparecida.
No dejen de orar por Brasil. Deseo que sea Mi Corazón el que triunfe en este pueblo amado; así, Mis hijos alcanzarán la paz.
Con Mis Manos unidas en oración por este momento; les pido, Mis hijos, que sean pacificadores del Señor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Solo se vence a sí mismo a través del amor.
Solo se vencen las tentaciones ayunando de lo que les recuerda a los deseos y a las superficialidades de este mundo, para que en oración equilibren el mundo interior.
Solo se vence la ambición por el poder con la paz.
Solo se vence la ignorancia del orgullo y de la vanidad con la sabiduría del silencio.
Solo se transforma el mundo comenzando por dentro de sí mismo.
Solo verán emerger en la Tierra un Nuevo Hombre y una Nueva Vida cuando den espacio para que ellos nazcan en ustedes mismos.
Solo se alcanza la paz verdadera a través de la unión con Dios.
Solo se conoce el amor verdadero a través de la entrega y de la donación.
La evolución solo se completa cuando se es capaz de amar a toda la Vida, con todos sus Reinos, y así colaborar en su evolución, en sus pasos hacia el Infinito.
Ayunen de distracciones y alcanzarán la paz. Ayunen de superficialidades y encontrarán el silencio. Ayunen de sí mismos sirviendo al prójimo y descubrirán el sentido de la entrega y el principio del amor.
Busquen en su interior la unidad con Dios.
Todo ya les fue dicho. Ahora ya no es necesario el conocimiento, sino su vivencia en la sabiduría, su interiorización en el silencio.
Solo cuando vivan lo que ya saben serán dignos de la revelación de mayores misterios.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Entra en diálogo con Dios todos los días, colocándote delante del Padre en confesión y pidiendo permanecer en Su Gracia.
Hijo, los seres humanos están en el camino de expresar lo que verdaderamente son, en una purificación intensa de siglos de existencia, casi siempre impregnados por la ilusión y por el engaño.
No permitas que tu ser permanezca inmerso en las superficialidades y en las miserias, cuando tienes la posibilidad de transmutar y sublimar estas energías, si tan solo te dispones a ser humilde delante de Dios.
Conversa con tu Creador. Busca el pensamiento perfecto que Él emanó al idealizar a tu ser. Siente el sublime Amor del Padre y el propósito perfecto que Él aún espera que puedas expresar.
Anímate a encontrar en tu interior la Voluntad Divina. Que la presencia de Dios, Su Universo, Su Infinito, ya no te sean meros conocimientos y teorías.
Deja que tu ser experimente aquello que no se explica y que no está en ningún libro sagrado, porque los que lo vivieron, solo supieron callar.
Es momento de profundizar y no de retroceder. Es momento de decidir dar los pasos en el camino correcto y no de seguir por los caminos conocidos, que te dan la falsa sensación de estar seguro.
En este tiempo, todo debe ser nuevo. Lo desconocido te aguarda para revelarte sus misterios. Y aquello que siempre estuvo silencioso en tu corazón podrá al fin expresar su verdad.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Las Palabras de Dios son como impulsos que nacen de Su Corazón y se manifiestan en el verbo de Sus Mensajeros. Este impulso se transforma en verbo porque el lenguaje es sagrado, crea y manifiesta la vida y las formas. Pero el Verbo de Dios, manifestado a través de Sus Mensajeros, debe escucharse con el corazón y comprenderse con la consciencia.
De nada sirve que quieras alcanzar con la mente lo que viene de Dios porque jamás llegarás a la esencia de Su Verdad y permanecerás en las superficialidades de la vida.
Coloca en tu corazón las palabras de los Mensajeros Divinos, siempre como un diálogo de Dios contigo. Recibe lo que viene de los Cielos como si el Cielo se abriera delante de tus ojos y fueras tú mismo quien recibe y escucha Sus Palabras Divinas.
Hijo, Dios le habla a tu corazón no solo para que crezcas, sino para que despiertes una y otra vez y comprendas dónde estás y cuál es el propósito de la vida sobre la Tierra.
La humanidad está dormida para la realidad planetaria y aún más para la realidad universal, y tu consciencia también está incluida en ese adormecimiento, todos los seres lo están en diferentes grados y proporciones.
Una y otra vez volveré a decirte: profundiza en tu vida espiritual, en tu contacto individual con Dios. En el silencio de tu corazón entra en diálogo con el Padre y solo así podrás despertar del sueño en el que vives como parte de la humanidad.
Fuiste llamado a hacer un poco más por el Plan de Dios.
Fuiste llamado a entregar todo por amor y renovar el amor en el Corazón del Padre.
Tienes Mi bendición para ello.
Tu Padre y Amigo,
San José Castísimo
Novena al Sagrado Corazón Espinado de Jesús
Noveno día
Ya hay espinas en Mi Corazón que se convirtieron en flores de amor para el Señor.
Esto es señal de que, más allá de cualquier circunstancia, el amor fiel de los Míos está llegando a lo profundo del Corazón del Pastor y los dolores están siendo aliviados por la oración de los que claman por Misericordia, no solo para sí mismos, sino también para el mundo entero.
Eso no significa que la humanidad dejará de colocar espinas dolorosas en el Corazón del Señor, sin embargo, la fe de los que creen en Mí permitirá convertir lo que parecería imposible.
Hoy vengo para pedirte que, a través de tu oración, retires la novena espina del Corazón de tu Pastor que es la espina de la vida materialista y lujosa.
Esa espina Me provoca un inmenso dolor, ya que las almas, a través de todo lo que es material y concreto, se vuelcan a una vida de vicios y de placeres, olvidándose de lo esencial, de lo que el Universo creador depositó en el mundo interior de cada ser.
Por esa causa, pídele al Padre Celestial por las almas que están completamente sumergidas y abducidas por las tentaciones de la vida material y del lujo.
Tú, detente por un instante y reflexiona para que dentro de ti se manifieste el desprendimiento de todo lo que es mezquino, superfluo y que no construye la hermandad entre los seres.
Vacíate completamente y deja que el Fuego de Mi Amor te invada, aun cuando creas que no sucede nada.
Rézale de corazón a Dios para que Su inmensa e infinita Misericordia se derrame sobre los que están hipnotizados por la ilusión mundial, para que ellos reciban el impulso del despertar y de la redención.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Gracia insondable para el corazón humano es la Presencia de Dios en su vida.
Gracia insondable para el corazón humano es llevar, en su interior, al Creador de todas las cosas.
Gracia insondable para el corazón humano es tener siempre, a pesar de sus miserias, la posibilidad de la Misericordia Divina.
Gracia insondable para el corazón humano es ser quien es, creado por Dios, y llevar en sí el Propósito del Padre para su vida, aunque le sea desconocido.
La vida humana es una gracia insondable para sus almas y para sus espíritus, una oportunidad única para la redención de toda la Creación, una oportunidad para la renovación de la propia Consciencia Divina.
Pero el corazón humano, desconocido para sí mismo, se enreda todos los días en las distracciones, en las ilusiones y en todo lo que no es y cree ser.
Si el corazón humano elevara sus ojos algunas veces hacia lo alto, no para clamar para sí mismo, sino para encontrar a Dios, la vida en la Tierra sería diferente, porque la propia presencia consciente de Dios la haría diferente.
Si el corazón humano se elevara al Padre en gratitud por Su Creación y, por un instante, reconociera la Gracia insondable que Él le concede con la vida, aquello que los seres humanos manifiestan en la vida sería diferente.
Si el corazón humano, por un instante, meditara en la Verdad y buscara la Verdad sobre el Plan de Dios, sobre la vida, sobre este planeta y todos los otros, su expresión como ser sería diferente.
Las cosas de Dios son simples y están al alcance de todos los seres, pues todos, en Su Creación, nacieron de la misma Fuente; son partes multiplicadas de un mismo Dios, con las mismas posibilidades de vivir el Amor, pero con diferentes posibilidades de concluir este camino para que su evolución fuera diversa y rica.
La diferencia entre los seres humanos solo es aparente y superficial, por eso les hablo del corazón humano, que es eso que los une y los hace partes de un único Plan y de una única Vida. Para todos el Propósito es el mismo y Su Origen primero es único.
Por eso, como corazón humano, hoy reconozcan la gracia insondable que es la propia existencia y, elevándose más allá de las superficialidades, agradézcanle a Dios por la vida y por lo que son, para que la Verdad se exprese dentro y fuera de cada uno de ustedes.
Tienen Mi Bendición para eso.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Ábreme la puerta, hijo Mío, hija Mía, porque ingresaré dentro de tu cárcel espiritual para poder quitarte de allí y librarte del constante cautiverio.
Deja que Mi Corazón disuelva las cadenas que te mantienen preso.
Hoy vengo para darte la libertad interior que tanto buscas.
No creas ni pienses que te quedarás allí para siempre. Anímate a desvincularte de tus apariencias, de todos los aspectos de la vida superficial que te llevan al error.
Cree en el poder de la reconciliación y en el poder de la cura. Acepta con gratitud esa libertad interna que Mi Corazón Inmaculado te puede ofrecer.
Deja que tu Madre Celeste derrumbe la existencia de esa vieja prisión de la consciencia y, a partir de allí, comienza a volar alto hasta que alcances el último Cielo, en donde encontrarás a Jesús, sentado a la mesa de la Celebración Eucarística; para que, así, recibas Su Cuerpo y Su Sangre como símbolo de reparación interior y de fortalecimiento de la alianza con Su Divino Espíritu.
Recibe, entonces, Su más amorosa bendición e imítalo, para que en este próximo tiempo todo sea renovado.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que despierten los jóvenes de la Tierra, trascendiendo los viejos patrones humanos y reconociendo su identidad universal. Que despierten al amor y a la unidad con Dios, encontrando un sentido para su existencia.
Que despierten los jóvenes de la Tierra, renunciando a los placeres y a las superficialidades del mundo para que experimenten el verdadero júbilo, que es celestial. Que despierten a la misión que hace eones, en el cosmos, se comprometieron a cumplir.
Que despierten los precursores del nuevo mundo, aquellos que no medirán esfuerzos para hacer triunfar el bien y que, con sus ejemplos, convertirán y despertarán a los nuevos espíritus.
Que despierten aquellos que, con el ímpetu de su juventud, romperán barreras y borrarán fronteras, reconociendo la unidad que existe entre todas las criaturas de Dios.
Que despierten los jóvenes de la Tierra a la vida superior, al amor al cosmos y al Plan del Creador. Que reconozcan que este tiempo es definitivo y caminen sin miedo hacia el establecimiento de la paz.
Que despierten aquellos que imitarán el ejemplo de Cristo y unirán culturas, credos, razas, naciones, idiomas y religiones con un único propósito: establecer la paz y manifestar un nuevo mundo.
Que despierten aquellos que unirán los tiempos, que abrirán las puertas de la Tierra a las nuevas leyes y rayos universales; que retirarán los velos de la consciencia humana y que disolverán su ceguera, haciendo que reconozca la verdadera luz.
Que despierten los hijos del Nuevo Hombre, aquellos que en la historia universal serán conocidos como los que trascendieron los viejos patrones por medio del amor, vencieron la oscuridad con la luz de su esencia y manifestaron el Propósito divino, llevando hacia el universo, hacia la Tierra redimida, una civilización de Nuevos Cristos.
Que despierten aquellos que no temerán dar los pasos que el Creador espera y vivir lo que hoy parece imposible para la humanidad; aquellos que, viviendo el amor y la unidad, permitirán que el Cristo, que fue su ejemplo, siga Su evolución y trascienda la vida material, mental y espiritual, para llegar a ser la Vida que todo lo habita, en los universos sublimes, en la Consciencia del Padre.
Que despierten los jóvenes de la Tierra: los jóvenes de cuerpo, mente, corazón y espíritu.
Que despierten todos aquellos que esperan representar lo nuevo.
Su padre y compañero,
San José Castísimo
A la Juventud del Planeta
Hijos:
Este es el inicio de un nuevo ciclo para la consciencia planetaria. El próximo agosto marcará el tiempo de definiciones aún más profundas para las almas, y el Festival de la Juventud por la Paz abrirá las puertas de ese ciclo a todos los jóvenes de la Tierra.
Ustedes deben tener consciencia de que su misión no comienza ni termina en este Festival, porque él es el principio de un camino que será infinito, profundo y doloroso para muchos, un camino de transformación, de definición, un camino para descubrir la verdad sobre sí mismo y perder el miedo de expresarla.
Les digo que será un camino doloroso porque la juventud de hoy está muy involucrada en superficialidades, en una vida poco profunda desde el punto de vista espiritual. Es una juventud educada para pensar solo en sí misma, en provecho propio, en placer propio. Una juventud construida en una era de estímulos involutivos permanentes, una juventud que representa los últimos ciclos del viejo hombre y que está completamente impregnada de los patrones dejados por todas las genera ciones anteriores.
A esta juventud le corresponderá vivir la transición del planeta y soportar las corrientes que descenderán para reformar la Tierra y atraer una nueva vida. A esta juventud le corresponderá decir no a todos los patrones que carga en la consciencia, como un compilado de experiencias humanas de todas las eras de la humanidad, para ser nada y renacer en vida como hijos de Dios.
Así, hijos, vean que el Festival de la Juventud por la Paz es solo una puerta que se abre en la consciencia de la juventud y que muy tímidamente les muestra en el horizonte el despuntar de un nuevo Sol.
Al ser el principio de un nuevo ciclo espiritual, aunque no parezca, el Festival de la Juventud por la Paz colocará sus consciencias ante una síntesis interior, a veces, antes de que él ocurra.
Eso será así porque los que primero dicen sí son la punta de lanza que rompe las viejas barreras y abre la consciencia a lo nuevo. Ellos deben ser el ejemplo para los que vendrán después y, para eso, serán forjados en lo invisible del espíritu.
Que despierten los jóvenes a un nuevo tiempo y a una nueva vida. Que preparen sus espíritus para sustentar el planeta con paz y armonía interior y que sean sembradores del futuro, preparando la vida de los que serán la juventud de la nueva Tierra.
Les dejo este impulso, que les amplía la consciencia y los eleva, para que comiencen a ser conscientes de la vida del espíritu y no se queden tan presos de las apariencias ni de la materia. La juventud de hoy ya está prisionera de las apariencias, y muchos jóvenes no saben lo que son, porque solo conocen lo que quieren aparentar ser. Como un impulso para toda la consciencia humana, sean verdaderos y transparentes y no tengan miedo de amar ni de ser como son.
Reconozcan que hay un gran misterio espiritual por detrás de cada pedido de la Divinidad, porque cuando se trabaja para Dios todo tiene un propósito superior. Les dejo Mis votos de un buen despertar para todos.
Su padre y compañero,
San José Castísimo
El arte de aprender a ser prudente
En este tiempo final y en esta vida, la prudencia deberá volverse un arte permanente en la vida espiritual. Actuando con prudencia, impedirán que se lleven adelante muchas situaciones generadas por Mi adversario, a través de los estímulos que reciben las consciencias.
Ser prudente en este tiempo ayudará a prevenir el destino de los acontecimientos, para que así sean evitadas ciertas experiencias surgidas de la imprudencia.
La imprudencia es lo opuesto a la precisión y al ritmo. En este tiempo, en el que la humanidad se coloca en dimensiones paralelas a través de sus acciones, las imprudencias de los discípulos de Cristo no se podrán pasar más por alto.
Las consecuencias de la imprudencia llevan a la inestabilidad emocional y mental de la consciencia humana, porque es así que la humanidad se enfrenta a situaciones imprevistas sin preparación para superarlas.
Por ejemplo, las guerras como también el hambre que se viven en algunas naciones en este momento, no solo son por falta de prudencia, sino también por el resultado de una elección que va más allá del plano material del planeta.
La imprudencia genera en la consciencia diferentes grados de desconfianza e, inevitablemente, fortalece la desobediencia a la Ley de la Jerarquía, lo que genera un aprendizaje que también es imprevisto en su destino evolutivo.
Hijos, es muy importante que aprendan, en este ciclo, a ser prudentes con cierto grado de consciencia, porque la actitud de prudencia los llevará a estar siempre en paz.
La imprudencia ha despertado, en la humanidad, el dominio de las acciones de la vida, como del destino de las naciones. La imprudencia podría ser fatal, porque una acción insignificante impregnada por un impulso personal o grupal, como sucede en estos tiempos, podría cambiar el rumbo del Proyecto que el Padre ha pensado, tenga que ver con un grupo de consciencias o con el planeta entero.
La humanidad en esta era se basa no solo en la indiferencia, sino también en los complejos estados de imprudencia que llevan al desarrollo de acontecimientos inusitados e innecesarios.
En esta hora, tan aguda y crucial de la humanidad y del planeta, los actos conscientes de prudencia corregirán los excesivos impulsos de concretar, espontáneamente, acciones personales, grupales y heroicas.
Desde ahora, deben actuar como lo hace la Jerarquía, midiendo los plazos de los acontecimientos y de las decisiones con observación, neutralidad y paciencia. La cadena de imprudencias debe ser cortada por los actos prudentes de verdaderos seres espirituales al servicio del Plan de Dios.
Mientras aún hay tiempo material, aprovechen, hijos Míos, para percibir y aprender sobre la verdadera prudencia espiritual, basada en la Ley de la Obediencia y en la Ley de la Jerarquía. Para que sus consciencias puedan alcanzar ese propósito de la prudencia espiritual, deberán esforzarse todos los días para estar más atentos a sus propias motivaciones, ideas y expectativas, porque el Plan de la Jerarquía en este tiempo se trata con precaución y con mucho discernimiento.
La tarea que es desarrollada por la Jerarquía Celestial no puede ser tratada de forma imprudente y superficial. Es en ese punto que sus consciencias y corazones deben colocar la atención.
Tampoco es muy recomendable, hijos, que sus vidas y consciencias en este serio ciclo de la humanidad sean imprudentes, con expresiones impulsivas y egoicas.
Ser prudente en el Plan previsto y con la Jerarquía determinará, en este tiempo final, poder quitar de sus mentes toda idea personal, grupal, regional o mundial.
La imprudencia es la segunda enfermedad espiritual de la humanidad. Por eso, hijos, es hora y es momento de que puedan crecer, no solamente por los impulsos que trae la oración del corazón, sino también por una mayor atención que a partir de ahora deberán tener. Eso los liberará de ser deudores del Plan por los actos de imprudencia o de negligencia.
Es un esfuerzo mayor para toda la Jerarquía Espiritual de la Luz acompañar la realidad de este planeta. En este momento, Ella premedita antes de tomar decisiones. Esto es así, queridos hijos, porque estamos en tiempos de batalla y de profundas definiciones; por eso los alerto con todo el Amor de Mi Corazón de Madre para que cada día estén menos distraídos, más silenciosos y atentos a los acontecimientos finales que se avecinan.
Esa actitud, de un verdadero ser pensante y consciente de todo lo que debe cumplir ante el Plan, ayudará también a disolver el hipnotismo global de indiferencia humana, situación que no le permite a las almas percibir el sufrimiento planetario que existe en cada pueblo, en cada nación.
Pidan con fe para que, todos los días, el Santo y Divino Espíritu los ayude a construir las bases de una verdadera y consciente prudencia espiritual; así estarán reformando la consciencia mental del planeta, que está bastante alterada y cargada.
Me uno a cada corazón orante que se abra para crecer interiormente y sin distracción.
¡Les agradezco por ser prudentes y atentos de corazón!
Los ayuda extraordinariamente,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Prudencia: cualidad o virtud que consiste en actuar con reflexión y discernimiento para distinguir entre lo bueno y lo malo, y así evitar peligros y daños innecesarios.
¿Por qué temen, si están esperando la llegada del Reino de los Cielos?
¿Qué más esperan, sino a Mi Luz brillando en sus corazones?
¿Por qué razón vendrían a Mi encuentro, sino es para formar parte de este ejército de paz que Yo estoy construyendo en el mundo, ejército que tendrá su verdadera misión más allá de esta Tierra, entre los universos?
Lo que vivirán en este planeta, hijos Míos, es un aprendizaje único que los preparará y los formará para servir mejor a Dios cuando ya no estén en este mundo.
La verdadera repercusión de la vida sobre la Tierra se debe reflejar en el universo. La redención de sus almas y de sus espíritus debe ser anunciada al cosmos como un triunfo del Plan de Dios en el corazón humano.
Es la certeza de la perfección de Su Creación que tendrá como ejemplo a cada una de sus vidas.
Este mundo agoniza, y hasta los más ciegos e ignorantes pueden percibirlo. No hay criatura sobre esta Tierra que no sienta, en lo profundo de su interior, que un tiempo agudo de tribulación se aproxima. Porque el caos ya no batalla solo contra la Luz, también batalla contra el mal. Y la oscuridad, que reina en el interior de muchos seres, lucha entre sí por la conquista de las almas.
Es por eso, hijos Míos, que incluso aquellos que ignoran la Luz no dejan de percibir la opresión de las tinieblas. Les digo estas cosas, porque deben ser conscientes de lo que acontece en este planeta donde viven; porque al menos algunos seres humanos deben vencer la indiferencia conscientemente para establecer la paz en el propio interior y, a partir de sí mismos, reflejar esa paz sobre el mundo.
Si no escuchan ahora Mis Palabras y si no buscan practicarlas en su día a día, poco adelantará que estén delante de Mí durante todas Mis Apariciones; porque si no Me escuchan y si no viven lo que les digo, no podré construir la fortaleza en su interior para que transiten por los tiempos de transición con seguridad, con certeza, con valentía, no solo por ustedes mismos, sino también por los que buscarán auxilio en aquellos que creen que tienen cierta fortaleza en su interior.
Muchos observarán su vida espiritual, muchos observarán los pasos que están dando en estos tiempos y, aunque teman seguir sus ejemplos, en el momento en el que este mundo tiemble y que el piso bajo sus pies ya no estuviera estable, recordarán aquel ejemplo, aquel ser orante, y buscarán en ustedes el auxilio y la paz que no encontrarán en otro lugar.
Hijos, las superficialidades en sus vidas aún son mayores que la vida del espíritu. Cuando están ante un día de Aparición, sus consciencias aún están envueltas mucho más con las cosas materiales que en Mi Presencia. Pocos son los que despiertan y recuerdan que Yo estaré aquí. La mayoría piensa en el evento, en lo que cantará, cómo lo organizará.
Deben recordar, todos los días, que forman parte de una Misión Mariana. Deben sentir cada Aparición como si fuera a última, porque un día ya no estaré aquí entre ustedes. Querrán escuchar Mis Palabras y ellas resonarán solo en su interior.
Por eso, únanse a Mí, únanse a Mi Propósito de Paz. Consoliden una unión verdadera con Mi Inmaculado Espíritu. ¡Den valor, hijos Míos, den valor a lo que viven hoy! Busquen meditar y reflexionar todos los días en la inconmensurable Gracia que reciben de sentir la Paz de Dios en sus corazones, mientras muchos padecen en las guerras, persecuciones; mientras muchos no pueden proclamar su fe y ya no conocen la paz.
Muchas veces les pedí que no se acostumbraran a estar delante de Mí, sino que, en humildad, reconocieran que nada saben sobre este misterio de Mi Presencia y que, aunque hayan estado delante de Mí tantas veces, desconocen el verdadero origen de Mi Consciencia. Desconocen la grandeza de este momento, porque ni sus mentes ni sus corazones son capaces de comprenderme.
Yo también reconozco la limitación de los seres humanos. Es por eso que siempre retorno al mundo. Reconozco el esfuerzo de cada uno, pero también sé de su potencial. Por eso, no permito que se acomoden en lo que ya alcanzaron, porque es muy poco ante todo lo que recibieron. Ustedes son las almas más agraciadas de este planeta en este momento. ¿Cuánto les pido frente a todo lo que reciben?
¿Será mucho, hijos Míos, pedirles que sean más obedientes y humildes, más caritativos y fraternos, más verdaderos, transparentes, simples de corazón?
¿Será mucho pedirles que, cuando se sienten para orar, no oren solo con la palabra, oren con el corazón?
¿Será mucho, hijos Míos, pedirles que no dejen morir este Centro Mariano por el cansancio y por la inercia de sus corazones?
¿Será mucho si les pido que no dejen apagar las liturgias que aquí acontecen, sino que se esfuercen día a día para mantener viva la presencia de los Mensajeros Divinos en cada una de las oraciones que aquí realizan?
Este Centro Mariano, así como todos los Centros Marianos que fundé en nombre de Dios, deben ser usinas de liberación para el planeta, una puerta de transformación para las almas que encuentran aquí la plena unión con Dios.
¿Quién entregará su vida para que este canal permanezca abierto y para que Mi Corazón no contemple el mundo y encuentre las puertas cerradas para derramar Mis Gracias?
¿Quién sentirá a Nuestro Señor, hijos Míos, cuando tenga en Su Corazón y en Sus Manos un manantial de Misericordia para derramar sobre las almas de este planeta y los encuentre durmiendo?
¿Él sentirá que están haciendo valer cada gota derramada de Su Sangre?
Quiero que estén prontos para recibir con amor a todas las almas que lleguen aquí, así como a todos los Centros Marianos, porque si no fuera así, hijos Míos, ¿cómo podré enviar a Mis hijos que necesitan redención, a que lleguen a este lugar?
Hoy les hablo de esta forma porque necesito que despierten. Les hablo a ustedes como a todos Mis hijos de este mundo. Necesito soldados preparados, dispuestos a entregar la propia vida, a no tener descanso, a no dormir, a pasar hambre para entregar a otro aquel alimento que reciben.
¿Quién estará dispuesto a construir la plena unión con Cristo y a beber de la Fuente de Su Divina Misericordia cuando sea necesario padecer alguna carencia para entregar todo lo que tiene al prójimo? Pues eso les pediré. Les pediré, hijos Míos, que oren sin cesar, porque el mundo lo necesita.
Ustedes solo ven lo que sucede en la Tierra cuando leen algunas noticias tan imperfectas, en los medios de comunicación de este mundo. Pero mi Inmaculado Corazón contempla todos los abismos de la Tierra y conoce a aquella alma más olvidada, aquella alma que ninguna cámara fotográfica puede encontrar, pero que padece tanto terror y tanto abandono como aquellas que están en las guerras.
Es por eso que les digo que ya no se duerman espiritualmente, que ya no sean indiferentes ante la situación planetaria, porque si creen que es grave lo que conocen, imaginen cuánto hay que desconocen en este mundo.
El planeta está agonizando mucho más de lo que imaginan. Solo el poder de la oración, hijos Míos, del sacrificio, de la entrega, del amor, son capaces de equilibrar lo que sucede en la Tierra. Y es en los pequeños esfuerzos de su día a día que podrán encontrar ese camino de equilibrio y de paz.
No piensen que es poco lo que pueden hacer, porque la humanidad no está haciendo nada ante el gran caos del mundo.
Los que se consideran más conscientes deben vivir mayores sacrificios, mayores grados de amor, deben corresponder a lo que reciben mientras oran, deben orar de corazón, deben orar Conmigo como Yo les pedí, como Yo les enseñé. ¿O acaso no creen que Mi atención jamás sale de este planeta, que Mis ojos están fijos sobre el mundo y que Mi Corazón recibe un aliento cuando oran verdaderamente?, porque así es, hijos Míos.
Mi mayor alegría es encontrar un corazón orante, simple, puro, que, a pesar de ser tan pequeño, genera grandes méritos para la salvación de la Tierra.
Mi mayor alegría es encontrar un corazón que se dispone a consagrarse a Mí y que, aun sin saber porqué, responde a Mis pedidos y lo hace sinceramente.
Mi mayor alegría es cuando, a pesar del cansancio, colocan las rodillas en el piso y claman al Padre por Su Divina Misericordia.
Mi mayor alegría es cuando antes de dormir se acuerdan de Mí, recuerdan a Dios y piden al Padre un poco de paz para este mundo,
Mi mayor alegría es cuando un hijo Mío percibe la necesidad del prójimo y deja de pensar en sí mismo para ayudar a aquel que más lo necesita.
Mi mayor alegría es cuando un hijo Mío puede detener un pensamiento que busca juzgar a otro, porque recordó que Yo les pedí que comprendieran al prójimo.
Mi mayor alegría, hijos Míos, es cuando intentan todos los días vivir alguna cosa que les pedí, alguna Bienaventuranza de Mi Hijo, así como Él una vez les dijo.
No es mucho lo que espero. Espero solo lo mínimo que pueden ofrecer en nombre de Dios, venciendo la propia indiferencia para generar méritos para la salvación de esta humanidad.
En esta noche, hijos Míos, delante de todo lo que sucede en el mundo, de tantos hijos que no tienen en donde dormir, tantos que mueren de hambre, tantos que padecen de miedo, tantos que en este momento están emigrando de sus casas, de sus naciones; Mi Corazón recibe un aliento, un simple aliento que, por ser verdadero, podrá transformar muchas cosas tanto en la humanidad como en la consciencia planetaria.
Si estos cinco hijos Míos que hoy se consagran multiplicaran sus oraciones, la consagración de sus almas podrá valer por muchas, podrá generar méritos para la redención y para la salvación de seres que desconocen. Por eso, vengan a Mi encuentro con sinceridad en sus corazones. Vengan como niños buscando vivir la pureza. Vengan al encuentro de Dios.
Pero esa no es la única alegría de Mi Corazón; también Me alegro, hijos Míos, cuando Mis hijos Me proponen que consagre una imagen para expandir así Mi Paz por otras naciones.
Sé que fue con el silencio de sus corazones que colocaron esta imagen aquí, en Mi altar. No necesitan decir nada para que Yo reconozca su voluntad y haga de ella la Voluntad de Dios, porque cuando son sinceros y cuando tienen como propósito el establecimiento de la paz, Dios siempre vive en sus intenciones. Por eso consagraré esta imagen.
Consagraré esta imagen para Mis hijos de Ecuador, para que así, Mi Inmaculado Corazón triunfe una vez más en esta nación. Que se multipliquen los fieles y los simples de corazón que orarán ante Mí, que buscarán Mi auxilio no solo para sí mismos, sino para toda la humanidad.
Deposito aquí, hijos Míos, Mi Paz, Mi Corazón Inmaculado, para que lo lleven a todos los hogares que se dispongan a recibirme. Que Mis Gracias y Bendiciones sean derramadas sobre los puros de intención que estén delante de esta imagen. Que la redención y la salvación sean realidades para los espíritus que estén ante esta imagen puros de intención. Que la Paz y el Triunfo de Dios sean una realidad para aquellos corazones que estén delante de esta imagen puros de intención.
Así como consagré esta imagen, consagro todas las imágenes que colocaron en Mi altar. Deposito, en cada una de ellas, aquellas Gracias que necesitarán recibir para que puedan caminar con más fe, para que multipliquen la paz y la esperanza en sus corazones.
Que sean multiplicadoras de Mi Amor y de Mi Paz en esta nación que Yo ya consagré hace mucho tiempo, pero que renovaré Mi compromiso con ella a través de la consagración de sus vidas.
Ahora, hijos Míos, les pediré que canten con alegría y que no se olviden de Mis Palabras.
Yo los consagro, los bendigo y, sobre todo, les agradezco por haber respondido a Mi llamado; por estar, a pesar de la indiferencia humana, delante de Mí como representantes de la humanidad que, con mucha dificultad, aspiran a vencerse a sí mismos.
Yo los ayudaré siempre y cuando sean verdaderos. Busquen Mi auxilio. Yo soy su Santa Madre y estoy aquí para ayudarlos. Por eso, vengo al mundo todos los días, pero después de pedir Mi ayuda, escuchen Mis Palabras y vivan cada una de ellas.
Yo los amo y los bendigo por el Poder de Dios Padre, por el Poder del Hijo, por el Poder del Espíritu Santo, que vive y reina en Mi Inmaculado Corazón. Que este Santo Espíritu de Dios pueda vivir en el interior de todas las criaturas que dicen sí a la gran transformación.
Les agradezco
Queridos compañeros en Cristo:
Sé que muchos creen que repetimos las mismas palabras muchas veces y se preguntan por qué hacemos esto. ¿No será porque aún no se abrieron para la esencia de la Enseñanza y siguen en la superficialidad de entenderla, pero no en la profundidad de vivirla? ¿Será porque siguen con la información dentro de la mente, creyendo que saber es lo mismo que ser?
Yo vengo a hablarles sobre el silencio, que es tan poco comprendido y vivido por la humanidad, sobre todo en el Occidente del planeta.
Vengo a hablarles sobre el silencio como una búsqueda del vacío y del camino a la humildad. Quiero que comprendan el silencio como algo que los saca de sí mismos y no algo que los encierra en el propio ombligo.
El silencio mal vivido los vuelve egoístas, llenos de juicios sobre los demás y con un sentimiento sutil de superioridad. Ese es un falso silencio, que calla la boca pero que descontrola la mente y los aspectos más bajos del ser. Ese es un silencio forzado, un silencio que oprime, un silencio que, partiendo de la falta de paz y al generarse por medios forzados y conflictivos, jamás dará paz al espíritu y menos aún al planeta.
El silencio del que les hablo es aquel que el alma comienza a buscar cuando ya no encuentra salida para sus imperfecciones y ya no soporta estar consigo misma. Por eso, camina ávida hacia la elevación, hacia el Dios que es el Verbo y, al mismo tiempo, es el propio Silencio, que ampara todo lo que fue creado en Su misterioso Sonido sin ruido.
En estos tiempos de purificación, el silencio será una llave maestra que, combinada con el servicio y la caridad fraterna, nunca permitirá que ustedes pierdan el camino.
En medio de tantas imperfecciones, que al mismo tiempo son tan palpables y tan ilusorias, el alma solo podrá salir de la confusión que la envuelve buscando el silencio, silenciando el tumulto de la expurgación interior, para vivir la propia evolución de una forma más armoniosa y pacífica, más consciente y efectiva.
Ustedes no deben buscar el silencio como mutismo y pensar que ya está todo resuelto. El silencio es el medio, la elevación es lo que los motiva, y el encuentro con Dios es la verdadera meta.
Si viven el silencio con la intención de elevarse para traer un poco más de paz para el mundo, ayudarán a la humanidad a dar sus pasos. Y si, además del silencio, viven la caridad fraterna, sabrán cuándo las palabras serán necesarias.
El hablar se volverá un acto de caridad. Sabrán el momento de reír, de estar sobrios, de dar un aliento o de recogerse, de emitir un parecer o de solo observar.
Yo los llamo a buscar el equilibrio por amor al planeta y no solo por ustedes mismos.
Si ya están cansados del propio abismo, intenten estar más silenciosos, en una búsqueda permanente del Dios que se esconde en Su Creación.
Si aún no comprendieron lo que Yo les dije hoy, experimenten vivir estas palabras y vuelvan a leerlas pasado algún tiempo.
Verán cómo la consciencia se encontrará en otro punto de comprensión.
Su padre e instructor, amigo del silencio que lleva a Dios y que les muestra a los corazones las necesidades más profundas del prójimo.
San José Castísimo
Cuando una consciencia despierta verdaderamente a la vida superior y a la necesidad de manifestar esa vida en el planeta, toda la humanidad recibe una oportunidad de vivir un aprendizaje basándose en un profundo amor.
Cuando la esencia de la compasión toca lo profundo de los seres, los conduce a despertar el amor que Dios espera de Sus criaturas. Por eso, Yo los llamo a encontrar en el prójimo y en los más necesitados, tanto material como espiritualmente, las llaves para que vivan ese despertar. Todas las palabras que entrego al mundo tienen la finalidad de llevar a la humanidad a desmitificar la vida sobre la Tierra y a que salga de los enredos de la superficialidad, para reconocer lo que verdaderamente importa en este tiempo.
Sé cuán antiguos son los atavismos terrestres, que a muchos les cuesta salir de ellos. Sé que viven lapsos de despertar y eones de adormecimiento, pero ahora, los propios acontecimientos del mundo, las palabras de los Mensajeros Divinos y las experiencias que sus hermanos están viviendo en un brusco despertar, en todo el mundo, deben ser suficientes para que puedan colocarse a servir de verdad en pro de los Planes de Dios.
Cuando les hablo de los Planes de Dios, muchos se preguntan de qué se trata. La esencia de los Planes del Creador es muy simple y está al alcance de los que son capaces de vencer las apariencias personales e ingresar en su interior para descubrir lo que verdaderamente son.
Mis amados, urge el tiempo para que los que sAe comprometieron con DiAos en el principio asuman sus puestos en el Ejército Celestial; sin embargo, no solo los que ya Nos escuchan tienen esta misión.Ustedes fueron llamados para ser motores que impulsen el despertar de la humanidad; ustedes fueron llamados para vivir una etapa un poco más difícil: abrir caminos y derribar estructuras internas y externas de la consciencia humana para que, cuando alcancen la meta, otros puedan valerse de sus ejemplos, para dar los propios pasos con más coraje y rapidez.
Existen muchas almas que están en el mundo esperando encontrar en los seres humanos un ejemplo concreto para seguir, pues, aunque tengan un propósito superior y una aspiración verdadera, les falta un ejemplo material de cómo actuar, para que puedan salir de la teoría y comenzar a vivir una experiencia real de vida superior, espiritual y divina.
Los que hoy escuchan Nuestra Voz son llamados a renunciar a su propia existencia y a todos sus planes materiales, para asumir un Plan Superior, en nombre de todos aquellos que seguirán sus pasos.
Recuerden que la consciencia humana es única y muchos dependen de la valentía y persistencia de ustedes para encontrar a Dios.
Yo los amo y los bendigo.
San José Castísimo
Para comprender la realidad planetaria, es necesario que el alma, el espíritu y los cuerpos materiales se dispongan a la transformación, porque la incomprensión de la verdadera realidad del mundo en el cual viven es un artificio de la mente y, a veces, del alma que no quiere abandonar las cosas superfluas y superficiales.
Queridos compañeros y siervos de Cristo:
La imposibilidad que muchos sienten de responder a la urgencia de los tiempos, con una consciencia real de la situación de la humanidad, es causada por la no adhesión de ciertos aspectos del ser al Propósito Divino.
Deben meditar de corazón en lo que les digo y buscar aquellos espacios de la consciencia que aún aspiran a vivir su propia voluntad e insisten en responder a los estímulos de la vida material, por el placer y la comodidad que ocasionan a los cuerpos.
Busquen un camino de santidad verdadera; sigan los ejemplos dejados para el mundo por aquellos que hoy los guían en los planos internos del planeta.
Les pido que reflexionen un poco más profundamente sobre sí mismos y que se encaminen hacia una definición en todos los aspectos de la consciencia.
Encuentren aquellos espacios oscuros del propio ser que aún necesitan que el espíritu los ilumine y, sin miedo, angustias ni preocupaciones con lo que encontrarán, solo encamínense con
madurez hacia la transformación.
Ya saben lo que deben dejar de hacer. Si ustedes están en duda con respecto a los pasos que deben comenzar a dar, entonces no den aquellos que saben que los llevarán por caminos que no son los de Dios.
Sepan, queridos, que el Creador cuenta con muy pocos. Con madurez, asuman la responsabilidad de formar parte de esos pocos que tienen la posibilidad de responder a Dios y entréguense sin demora a Su Divina Voluntad, que es perfecta para cada uno de ustedes.
Con pocas palabras, les digo lo que necesitan escuchar.
Que Mis instrucciones se tornen vivas por medio de sus corazones, de sus almas y de sus espíritus.
Les dejo Mi bendición paternal.
San José Castísimo
Hijos del Dios Altísimo:
La agonía del mundo no terminó, y el Corazón de Cristo sigue siendo flagelado todos los días por las acciones injustas de la humanidad. Abran los ojos y vean a su alrededor que el Apocalipsis se precipita en el mundo. Transformen sus vidas, vivan del bálsamo de la oración y den de beber de esta agua de vida, que es la unión con Dios, a las almas sedientas y desamparadas.
¡Que la humanidad escuche el llamado definitivo de los Mensajeros de Dios! Que todos aquellos que se consideran despiertos y conscientes caminen a grandes pasos en su transformación.
¡No pierdan más tiempo con las mezquindades de la vida! Reconcíliense con aquellos que no les permiten vivir en el espíritu de la paz. Amen a sus enemigos y que estos ya no existan entre hermanos de una misma raza, unidos por un único Propósito Divino.
Perciban que ustedes ya están transitando los últimos tiempos del planeta y que ya no es hora de pensar en sí mismos, ni de concretizar planes ni aspiraciones personales. ¿De qué les valdrá construir un proyecto de una vida material si aquellos que no se sustenten en la fortaleza del espíritu desaparecerán en medio de la tormenta del caos y del mal?
Queridos compañeros, les hablo con palabras claras porque naciones enteras se están perdiendo por el avance de la oscuridad. ¿En dónde están los soldados de Dios? ¿Qué están haciendo los que se comprometieron con Cristo?
Ya no es hora de emociones ni de entrega a medias. Oren con el corazón, con el espíritu y vivan como verdaderos discípulos de Cristo. Demuéstrenle al mundo que hay una única salida para la tribulación en que vive el planeta, y esa salida es el Corazón Infinito de Dios.
Ustedes fueron traídos hasta aquí, hasta este mundo, para vivir el amor y el perdón; entonces, vívanlo. Mi corazón de padre les advierte, porque, en el Cielo, el Creador aguarda la respuesta de los seres humanos para darles nuevas indicaciones sobre el desarrollo de Sus Planes.
No permitan que el tesoro más precioso del universo se pierda. Ustedes aún están a tiempo de corregir los errores de sus vidas, pero sean rápidos y estén dispuestos a responder al llamado de los Mensajeros de Dios.
Oración, conversión y fe es todo lo que el mundo necesita.
San José Castísimo, en la conducción de las almas para los tiempos de definición y entrega.
Mientras el mundo duerme un sueño profundo de ilusión, Yo los llamo al verdadero despertar.
Mientras muchos ven que se abren los infiernos y arden en el fuego del eterno sufrimiento, Yo vengo a mostrarles el Reino de los Cielos y les entrego llaves simples que los conducen a la Eternidad de Dios.
Mientras el mundo demanda esfuerzos de los seres humanos para vencer en la competencia con el prójimo, Yo les pido que luchen para vencerse a sí mismos y para ser derrotados por el Poder de Mi Hijo.
Mientras el mundo les pide que sufran para adquirir bienes materiales y que entreguen hasta la última gota de sudor de vuestros rostros para construir el propio reinado material, Yo vengo del Cielo para decirles que nada de lo que acumulen en este mundo ingresará en Mi Reino y aquel que quiera seguir Mis pasos deberá despojarse de todo y dejar para la vida de ilusión lo que de ella proviene y solamente a ella pertenece.
Yo vengo al mundo para cambiar las leyes y reformar los conceptos humanos. Vengo como Reina del Cielo, como Madre y Señora de la Creación, para colocarlos otra vez en el camino que los lleva a la Consciencia de Dios.
Estoy aquí para hacer que desaprendan, que mueran para el mundo y renazcan para la vida del espíritu. Pero muchos prefieren seguir aferrados a la propia voluntad y a sus tendencias que seguir la Voz de Dios, manifestada en la Tierra por medio de Sus Mensajeros.
Muchos creen que están siguiendo el camino dictado por Dios por el simple hecho de escuchar Mi voz y Yo vengo para decirles que mientras no vivan Mis palabras, no estarán recorriendo ningún camino y se estarán engañando a sí mismos al estar ante Mi presencia, creyendo que es suficiente con venir a Mi encuentro.
Hijos, hoy les digo que, a lo largo de la historia de la humanidad, muchos estuvieron delante Mío, pero la imperiosa necesidad de seguir las propias aspiraciones fue mayor que la voluntad de seguir Mis pasos. E incluso hoy, después de tantos siglos de existencia, la humanidad sigue corriendo el riesgo de no cumplir con los Planes de Dios y la mayoría de los hombres no teme perder su evolución, porque ni siquiera reconoce la existencia de este camino evolutivo.
Con todo esto, les quiero decir que no solo espero verlos delante Mío, porque eso no es suficiente. ¿De qué sirve venir a Mi encuentro si después de algunos minutos nuevamente están sumergidos en las energías de este mundo y no son capaces de elegir la fraternidad antes que la competencia, la comprensión antes que la ira, el amor y el perdón antes que la indignación?
Vivir Mis palabras, Mis amados, no es realizar grandes obras heroicas de sacrificio y conversión.
Quiero verlos eligiendo el camino de Dios, cuando el adversario intente convencerlos para que sigan sus pasos de disociación. Quiero verlos diciendo "no" a las ilusiones de este mundo y "sí" al cumplimiento de los Planes de Dios. Quiero encontrarlos buscando con todas sus fuerzas el camino de la Luz, siendo un faro para los que habitan en la oscuridad y no cayéndose en los mismos abismos que sus semejantes.
Mi voz no resonará en el mundo por mucho tiempo. Dios Me pide que anuncie a los seres la llegada de los tiempos de transición, momento en que la humanidad deberá elegir, por si sola, seguir los Planes de Dios y no los propios. Solo será en ese momento, cuando el poder del amor por el Creador sea más grande que las fuerzas del caos en el propio interior, que Su Hijo cruzará los Cielos y descenderá de las nubes, anunciando Su victoria definitiva.
Mis amados, no jueguen más con el camino de la evolución, porque no hay más tiempo. Es tiempo de que se definan.
Yo los amo, los guio y los despierto a la manifestación de los Planes del Altísimo.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Reina del Verbo Divino
Queridos hijos:
Vengo para pedirle al mundo que se convierta en un verdadero espejo de oración que refleje la paz para él y para las almas perdidas.
¿Quién aceptará Mi oferta?
¿Quién comprenderá la emergencia de Mi mensaje?
Que vuestras vidas sean un espejo de Oración, de Misericordia, de Piedad. Permitan que, en estos tiempos y a través de la oración, las esferas celestiales de los espejos de Mi Corazón las irradien todo el tiempo.
La hora definitiva se acerca, y debo entrenar a Mis espejos orantes para que reflejen el verdadero principio de la humildad, de la pureza y de la simplicidad.
Mi Corazón los congrega a través de las sagradas vigilias de oración para que, después de casi tres años de continua oración, ustedes Mis hijos, aprendan a trabajar a nivel planetario. Por eso, todos los meses Yo les pido que se reúnan para orar con el corazón, más que con las palabras; la verdadera habilidad de la oración se encuentra en el arte de saber amarla, más allá de saber o no la lengua en la que se está orando.
Hijos, un verdadero espejo puede ser la propia alma, que es la que primero recibe el impulso del espíritu y el espíritu es colmado por las esferas celestes de la oración.
Todos los meses, como vuestra Madre y Gobernanta Universal, he intentado que aprendan correctamente sobre esta escuela de los espejos de la oración; escuela que está basada en la unidad, en la no competencia y, principalmente, está libre de arrogancia y de orgullo humano, porque son estas vertientes de la superficial vida humana las que envenenan la vida de un alma espejo orante.
Esta escuela en la cual ya muchos participan, es formada por los más simples y donados para buscar todo el tiempo el camino de la oración del corazón que es la primera escuela para el discipulado crístico. Ser un espejo no significa tener destrezas o ímpetus propios; ser espejo es estar en permanente vacío interno, porque la propia fuerza interior para reflejar buenas cosas es dada por el Amor del Padre Celestial que vive en ustedes, ya que Él es el Mayor Espejo de la Misericordia Creadora.
Queridos hijos, ¿por qué les digo estas cosas?
Porque para cumplir la misión encomendada por vuestra Madre Celeste llegó el momento de que, a través de la instrucción que recibieron, puedan reflejar buenos principios y actitudes fraternas. Mientras vuestras vidas estén bajo el propio control y la propia determinación, en verdad les digo, hijos Míos, que no podrán alcanzar el estado de un verdadero y puro espejo interior.
El planeta necesita de verdaderas emanaciones de Misericordia y eso será posible cuando ustedes suelten las riendas del poder personal y de la soberbia que los ciega.
Vengo para conducirlos hacia Mi Reino de los Espejos Mayores, donde existen fuentes de vida y de energía lumínica que irradian a todo el universo, el que es la primera escuela de vuestro gran aprendizaje.
Si algún día deciden entregarse a Mi Corazón, Yo podré contarlos como parte del ejército orante de los Espejos de la Misericordia de Dios. Yo los aguardo y les pido que reflejen buenas acciones. Abandonen el viejo ser y aprovechen la última Gracia que les traigo.
¡Paz y Redención!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los eleva al Espejo de la Cura Interior en el Reino de Dios,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Que en tiempos de batalla, solo exista la paz y que la paz del corazón consiga restablecer absolutamente el amor de Dios en los pobres corazones que lo perdieron. Por eso, hijos, en este tiempo, vuestra Madre Celeste llega del Cielo para prepararlos a vivir la gran batalla espiritual que la Mujer Vestida de Sol tendrá con el enemigo.
Vivan en esta hora la paz del corazón y que vuestras vidas, transitando el ciclo de la purificación, solo encuentren predilecto refugio en el corazón de Mi Hijo. Pero mientras el Rey que desterrará el mal no llegue todavía para llamarlos a vivir la última cena del ciclo, vuestra Madre Celeste ya está corriendo al desierto y está protegiendo a Sus hijos de las afiladas garras del mal.
Queridos Míos, el tiempo de la definición ya llegó; no den vuelta vuestros rostros al gran cambio interior que se aproxima, el que los necesita purificados antes de que Mi Hijo retorne a vuestro encuentro.
Por eso, amados, no pierdan ni un minuto en las cosas superficiales, solo busquen gestar dentro de ustedes una fortaleza mayor, que no se construye con arrogancia ni orgullo propio. Sean humildes cada vez más y estarán a salvo de las garras que asechan todo el tiempo a los más ingenuos e impuros de corazón.
Deseo, en este ciclo, que vuestra purificación pase rápido, así estarán a la altura de saber responder a la Voluntad Divina que todo el tiempo los llama.
Vuestra Madre Celeste ya se encuentra en el desierto protegiendo a Sus hijos de toda adversidad y engaño, pues el tiempo de los espejismos llegó para todos. Destruyan con el amor y el poder de la oración interna, toda realidad paralela que los quiera desviar del único propósito: de Cristo.
Reverentes y humildes manifiesten la posibilidad de que la paz realice prodigios y salvaciones en aquellos que no la merecerían por su propia crueldad para con el Reino de Dios.
Con vuestra mansedumbre sabrán reconocer lo falso de lo verdadero y nada les quitará la atención del verdadero camino crístico que vinieron a recorrer.
Por vuestra renuncia el mundo recuperará su pureza. Estén atentos a las señales que les dará vuestra Madre Celeste a través de los mensajes, pues esta es la última oportunidad para todos.
Mi Gloria y amor los ampara.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los reúne en el corazón del Maestro,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más