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Mis queridos hijos:
En el Amor de Dios, encontrarán la respuesta para cada etapa de la vida.
En el Amor de Dios, renacerán como en cada nuevo amanecer y le encontrarán sentido a toda la experiencia vivida.
En el Amor de Dios, se curarán, pero también se liberarán de ustedes mismos.
En el Amor de Dios, ya no habrá motivo para actuar, pensar o proceder lejos de ese Amor Divino.
Como Madre, como una Madre que estuvo en la Tierra y conoció la condición humana de cerca, Yo les pido que no se dejen abrazar por la imperfección propia; más aún, permitan que el Amor los cure y los redima, permitan que la puerta del corazón siempre se mantenga abierta de par en par. Nunca cierren la puerta del corazón.
Aférrense al Amor del Padre Eterno y renacerán, se liberarán de las amarras y se disolverán todos los males del mundo.
En verdad, les digo, hijos Míos, que sin el Amor nunca podrán conocer a fondo la realidad. Por eso, no se olviden de que fueron creados, en la Fuente, por un profundo sentimiento de Amor de Dios.
Así, despójense de lo que creen, de lo que afirman como una única verdad. Despójense de lo que sostienen como propio.
Es hora de que Mis hijos practiquen, en carne propia, las Palabras de todos los Mensajeros; porque un día llegará el fin y deberán estar viviendo en el Amor de Dios, en el Amor que es capaz de ir más allá de ustedes mismos por la concreción de un bien mayor y universal.
Esta es la llave que les vuelvo a entregar una vez más, la llave del amor vacío, de un amor libre de convicciones y de ideas, de un amor que es capaz de sacrificarse por amor a Mi Hijo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Madre del Amor Mayor
Queridos hijos:
Estos son los tiempos en los que las verdaderas definiciones se presentan, son los tiempos en los que lo intermedio o lo indeciso ya no tienen espacio en la consciencia humana.
Estos son los tiempos de ver y de reconocer la propia realidad interior. Es tiempo de corregir, es tiempo de enmendar, es tiempo de madurar rápido. Nada de lo que les pueda suceder está fuera de un sentido o causa.
Por eso, hijos Míos, cada segundo que pasa, sus consciencias deben buscar y buscar vivir la Voluntad de Dios; porque cuando esa Voluntad y ese Designio no se viven plenamente, las almas sufren hasta el punto de creer, por sí mismas, que Dios las abandonó.
Por eso, hijos amados, aprendan a medir las consecuencias de lo que deciden y de lo que hacen. No pierdan la sagrada oportunidad de estar en el camino del apostolado de Mi Hijo, pero el cambio o el pasaje de estado interior depende solo de ustedes.
Perseveren y estén firmes a través del Amor de Mi Hijo. Eso les permitirá percibir, cada día más, cuán importante es la redención de la humanidad para que, finalmente, este planeta ultrajado sea liberado de todo lo que sufre por parte de los hombres y mujeres de la Tierra.
Les agradezco por buscar la verdadera consciencia interior.
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Desde el principio de la manifestación de la vida, hijos Míos, en el Pensamiento más puro y profundo de Dios, cuando Él gestaba el Proyecto de esta humanidad, allí estaba contemplada la existencia de los pueblos originarios. Pueblos así llamados no solo porque dieron origen a las civilizaciones de este mundo, sino porque desde el Origen de la vida fueron pensados por Dios para mantener la unión entre el Cielo y la Tierra, la unión entre todos los Reinos de la Naturaleza, la unión entre la superficie del planeta y los mundos sutiles.
Los pueblos originarios son aquellos, hijos amados, pensados por Dios para ser los Porteros de los mundos sublimes, de las realidades superiores, en donde lo sagrado habita, en donde los seres son invitados a retornar a su Origen en las Fuentes Celestiales.
Es de esa forma que, desde el inicio de la humanidad y hasta los días actuales, la Jerarquía Divina impulsa a los pueblos originarios para que reencuentren su pureza y retornen al Propósito que Dios manifestó para sus vidas en el principio.
Al crear este planeta y cada ser de esta Tierra, portador de una partícula de la esencia divina, su Padre Celestial creó no solo a los Reinos, a los elementos y al hombre, fruto del barro consagrado por Su Divino Soplo. Dios también creó realidades sutiles, invisibles a los ojos humanos que no buscan con sinceridad lo sagrado en sus vidas.
Estos mundos sutiles mantienen el Propósito Divino dentro del planeta. En ellos se vive en comunión con todos los tipos de vida. En ellos, las dimensiones se unen y no hay peligro, porque los que ingresan allí viven puros de corazón y de espíritu y solo aspiran a cumplir la Voluntad y el Propósito Divino.
Los que ingresan en esos mundos sutiles, hijos Míos, ya fueron despojados de sus voluntades personales y de su condición humana de impurezas y de degeneración. De esta forma, sus corazones encuentran el camino para expresar la pureza y la unidad con lo Divino.
Esos mundos sutiles son resguardados por la naturaleza, por su fortaleza, belleza y armonía. Y, en lo invisible de los lagos, de los mares, de los desiertos y montañas se ocultan no solo para sustentar al planeta, sino para que, a través de la grandeza de la expresión de la naturaleza, los que allí lleguen puedan sentir que allí habita algo más; que un sagrado misterio allí se oculta, es como si el Cielo estuviera más próximo de los hombres, y Dios pudiera expresarse.
A lo largo de los tiempos y de la historia de la humanidad, muchos fueron los pueblos que pudieron ingresar, con todo lo que son, en estos mundos sutiles porque, mientras la humanidad en otras partes de la Tierra perdía su propósito, estos pueblos lo encontraban y profundizaban en él, no solo a través de la ciencia y de la sabiduría, sino sobre todo, a través del amor a lo sagrado, a lo divino y al respeto por la vida y por la naturaleza.
Estas fueron las llaves que hicieron que dichos pueblos vivieran la ciencia de la Transfiguración. Y tal como Mi Hijo les reveló una vez, un día, en el Monte Tabor, también ellos pudieron reconocer su verdadera faz, iluminar sus células y átomos, y hacer que no solo el corazón y la consciencia vibrarán en otro nivel más elevado, sino también su parte más material; esa que hoy parece tan densa, y que en tiempos remotos se elevó y se transfiguró.
A través de la simplicidad del corazón, los pueblos originarios descubrieron que la misma esencia solar que contemplaban y adoraban en el cielo infinito, habitaba en su interior. Y, de esa forma, vivieron una unión profunda con Dios, así como pudieron comprenderlo.
Al iluminar sus células y átomos, y al dejarse permear por la luz de sus almas, estos pueblos alcanzaron la misma vibración de los mundos sutiles y así pudieron no solo verlos, sino ingresar y participar de ellos, como representantes de la humanidad. Así se tornaron Guardianes y Porteros de esas dimensiones sutiles que hasta hoy se ocultan en el planeta.
Algunos de estos pueblos dejaron en la superficie rastros de su historia y de su vida y entonces desaparecieron. Pero otros, hijos Míos, jamás fueron conocidos por la humanidad.
Hoy su Madre Divina llega a este lugar, sagrado para el Cielo y para la Tierra, a revelarles una historia y, más que esto, para impulsar a sus almas a la búsqueda de la pureza y de lo sagrado.
Llegó el tiempo de develar los misterios ocultos en la historia de la humanidad, no solo para abandonar la ignorancia, sino sobre todo, hijos Míos, para abrazar la pureza y para que en el tiempo que llegará, cuando la Tierra sea elevada en su vibración y conducida a un nuevo tiempo, a una nueva realidad, sus corazones y sus espíritus estén prontos no solo para ver, sino para participar de esa vida sublime.
Busquen la pureza de sus corazones, busquen la unión con la vida y con la naturaleza. Y así, como hoy les revelo muchos misterios, otras verdades también les serán reveladas en sus corazones.
Yo los bendigo y les agradezco por llegar hasta aquí y por abrirse de corazón a las revelaciones que Dios les trae en este tiempo.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Querido hijo:
Llegó la hora de que veas, dentro de ti, la realidad de tu verdadero ser y no temas purificarla, porque librándote de las cadenas del ayer podrás dar pasos firmes y seguros hacia la concreción del Plan de Dios en la superficie.
Con neutralidad, amor y armonía, deja que emerja de dentro de ti y se muestre tu historia escrita en el Universo, para que tu consciencia y tu vida hagan una síntesis y todo, absolutamente todo, sea perdonado.
Vierte tu esperanza y tu fe en Mi Corazón, porque así Yo, como tu Madre, te enseñaré a ser diferente, desde el momento en que confirmes dentro de tu ser que ya no aceptas más cargar con tantos errores cometidos.
Confía en el poder infinito de la Misericordia de Mi Hijo, porque será Su Divina Misericordia la que te guiará hacia el camino de la redención y de la rehabilitación.
Comprendo que no es fácil ver la realidad interior tal cual es, pero anímate a superar las barreras del sufrimiento para que la poderosa energía de la gracia actúe en todo y, así, vuelvas a vencer en el Amor de Cristo.
Desde ahora, decídete a cambiar tu destino para que la Mano de Dios te conduzca hasta Su Casa.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Confía en que Mi Inmaculado Corazón te dará la fuerza espiritual e interior que necesitas para saber atravesar el fin de los tiempos. Pero, has de saber que no todo se destruirá, porque la Ley corrige, pero no lastima. La Ley eleva y le da claridad a la consciencia sobre la realidad.
Por eso, confía en que Mi Inmaculado Corazón te dará la fuerza espiritual e interior que necesitas para saber atravesar el fin de los tiempos. Porque, a pesar de que la mayoría de las almas despierten de manera abrupta a lo que desde siempre estuvieron dormidas, esto llevará a que la humanidad viva un proceso de cambio que en algunos casos será intenso.
Pero Mi Corazón Inmaculado, que todo lo soporta, te dará la fuerza espiritual e interior que necesitas para saber atravesar el fin de los tiempos.
Anímate a caminar a Mi lado, tomando fuerte Mi Mano y con la otra mano sosteniendo el rosario con la oración del corazón, sin esperar resultados, solo haciéndolo por amor, a la paciente espera de la Voluntad Divina.
En esa entrega, que es incondicional y sincera, vivirás ese cambio también en tu consciencia.
Confía, porque Mi Inmaculado Corazón te dará la fuerza espiritual e interior que necesitas para saber atravesar el fin de los tiempos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Ustedes saben que, en estos tiempos, la espiritualidad de la humanidad se está corrompiendo debido a las influencias de la vida material y de los placeres que viven millones de almas.
Esa es la razón por la cual la conexión espiritual con lo verdadero está interferida; esa interferencia es generada por fuerzas espirituales no elevadas que despiertan en las almas la necesidad de tener poder o prestigio, tanto en la vida espiritual como en la sociedad.
Así, las consciencias creen estar bien conectadas, cuando, en verdad, están siendo influenciadas. Eso es lo que lleva a que millones de almas tomen decisiones impulsivas y, en muchos casos, destruyan su propia espiritualidad.
La Ley de la Justicia Divina vendrá para revelar y corregir ese desvío de la mayoría de la humanidad, así como también vendrá la Ley de la Liberación, la que será aplicada para desobstruir el plano psíquico del planeta de todas las interferencias vividas a través de los tiempos.
Por eso, habrá mucho que liberar en estos tiempos y, así, cortar las raíces que el propio adversario hizo crecer en miles de consciencias que están dentro de la ilusión de ser elevadas.
La consciencia angélica será la encomendada para revelar y colocar en evidencia esas realidades paralelas que solo se alimentan de los sueños de las personas.
Todo será exorcizado.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Soy la Madre de los no redimidos y vengo en busca de las estrellas caídas, que por diferentes razones se sumergieron en los abismos y perdieron su camino de despertar.
Soy la Madre de los no redimidos y vengo al mundo en busca de las estrellas caídas, que dejaron de brillar y de cumplir con su misión espiritual.
Soy la Madre de los no redimidos y vengo al mundo en busca de las estrellas caídas, que dejaron atrás su legado de otrora y que se han sumergido en la perdición.
Soy la Madre de los no redimidos y vengo al mundo en busca de las estrellas caídas, que se olvidaron del amor, de reconocerlo, por vivir el odio y el dolor.
Soy la Madre de los no redimidos y vengo al mundo en busca de las estrellas caídas, de las esencias que perdieron su pureza original, para que la puedan recuperar y tornarse dignos Hijos de Dios.
Soy la Madre de los no redimidos y vengo al mundo en busca de las estrellas caídas, de las almas que ya no buscan a Dios y lo han dejado de lado, por escoger los caminos de Mi adversario.
Maternalmente vengo en busca de los no redimidos, para poder quitarles de una vez y para siempre la venda de los ojos, para que de esa forma conozcan la realidad y se rediman.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más