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Mi Corazón es como un sol que, irradiando los Rayos de la Misericordia, ilumina la noche de los mundos internos, y también es como un lucero que guía los pasos espirituales de los discípulos.
A este Corazón Misericordioso ustedes pueden ingresar a través de sus consciencias para que en el amor y en la paz estén en comunión Conmigo, todos los días, hasta que Yo retorne en el fin de los tiempos.
Sientan este Corazón como su refugio, su confesionario, su motivo, y encuentren allí el sentido de vivir sobre la superficie de la Tierra para que, en confianza, Me representen como Mis apóstoles de los últimos días.
Entren en Mi Corazón porque él se ofrece como instrumento de reparación y de consuelo, comprendiendo y sintiendo a cada ser, más allá de los errores y del pasado.
Este es el Corazón que se ofrece, día a día, por la salvación espiritual de las almas; un Corazón pobre que espera ser amado y reconocido por todos, hasta que se cumpla el advenimiento de la Nueva Humanidad.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Les prometí, así como escribió el Apóstol Mateo, que estaría con ustedes todos los días hasta el fin de los tiempos. Ahora, y en este momento, esa promesa se cumple.
Estoy aquí, con ustedes, todos los días de la vida y lo estaré hasta el fin de los tiempos. Por eso, vean y crean lo que está sucediendo.
Muchos esperan que Yo aparezca dentro de la Iglesia, pero en verdad, no Me comprendieron.
Yo voy al encuentro de la Iglesia espiritual que existe dentro de cada ser; esa es la Iglesia que Yo busco de las almas buenas que Me veneran y que Me escuchan a través de estos mensajes diarios.
Sigan, entonces, haciendo realidad todos los días la promesa de su Maestro y Señor, para que Yo pueda seguir estando con ustedes hasta el fin de los tiempos y, así, más corazones tengan la dicha de conocerme y de participar de la comunión Conmigo.
Sean testigos de este importante acontecimiento de estar participando del reaparecimiento de Cristo.
Que este sagrado encuentro reverbere en los tiempos que vendrán para que no solo las almas, sino también el planeta, sean merecedores de Mis Misericordias.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Deja fluir dentro de ti el Amor Crístico del Señor para que, por medio de tu donación y entrega al Plan de Dios, cada espacio sea permeado por esa poderosa energía transfiguradora.
Deja que pueda fluir a través de ti el Amor Crístico de Dios, para que cada consciencia reciba lo que necesita y pueda sentir la paz de un apóstol de Cristo.
Deja fluir a través de ti el Amor Crístico del Señor, para que el sufrimiento de la humanidad sea aliviado y la cura interior sea alcanzada por la mayoría de las almas.
Deja fluir a través de ti el Amor Crístico del Señor, para que cada Reino de la Naturaleza pueda sentir el amor de los seres humanos.
Deja fluir a través de ti la Presencia de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Este es el tiempo de encontrar a Jesús dentro de ustedes para que, así, Él gobierne y resida en sus más profundas moradas.
Este es el tiempo en el que Jesús puede obrar y hacer prodigios en más almas del mundo.
Este es el tiempo en el que Jesús debe estar presente, por mayor tiempo, en sus consciencias, siendo el impulso que todo promueve y la alegría que todo renueva.
Este es el tiempo en el que Jesús debe reinar en sus corazones para que se cumpla la promesa de Su retorno al corazón de los hombres.
Este es el tiempo en el que Jesús puede renovarlo todo y puede traer a la consciencia humana la oportunidad de la redención.
Este es el tiempo en el que Jesús deberá despertar a los últimos apóstoles para que en este ciclo definitivo se cumpla la misión del rescate.
Este es el tiempo en el que Jesús se mostrará actuante y trabajador a través de Sus discípulos.
Este es el tiempo de la revelación de la Verdad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
No dejen de remar en esta barca de salvación y de rescate del fin de los tiempos, aún hay almas preciosas que rescatar y tenderles la mano para que puedan subir a la Barca del Señor.
No dejen de navegar porque aún hay lugares que redimir y convertir para la Gloria de Dios.
No dejen de navegar, hay puertos internos que todavía esperan la reaparición de Cristo y quieren escuchar las palabras de amor de Sus apóstoles.
No dejen de navegar mar adentro para ir al encuentro de los náufragos, de los que se perdieron en el mar de la desesperación y de la culpa. A todos ellos Dios desea darles Su infinita Misericordia.
Sigan remando, hijos, aún hay dolor que aliviar y cura que dar a los corazones solitarios y enfermos.
Lleven en sus almas y en sus labios el poder de la Palabra de Cristo para que, siendo anunciada al mundo, las almas despierten al llamado del Universo Mayor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando Mis apóstoles no se comprendían o, por alguna razón, no se unían, Yo les pedía que no se olvidaran de la paz, porque la paz es un medio que lleva a las almas hacia el amor.
Hacer todo en paz es aproximarse al amor y el amor nos lleva al entendimiento y a la sabiduría.
Jamás ninguno de Mis apóstoles tuvo la razón de su lado, porque, siendo imperfectos, unos y otros, nadie era portador de mayor sabiduría, porque la sabiduría nos la da Dios.
En este tiempo, esa separación, inducida por el adversario, ha sucedido entre Mis servidores porque algunos no creyeron en los otros o no se adhirieron a alguna causa, lo que ha debilitado el campo de acción de Mi Obra de Redención.
Si la Jerarquía no interviniera todos los días en las diferentes situaciones que viven Mis apóstoles del fin de los tiempos, no existiría la posibilidad de concretar el Plan.
El crecimiento de la consciencia universalmente se mide en los grados de amor; pero si ese amor aún no está maduro en los corazones o en la vida grupal comunitaria, hay que buscar alcanzar la paz entre los seres para que ese amor tan esencial e importante se manifieste.
Se deberá tener mucho discernimiento al momento de actuar o de hablar para no provocar brechas y, así, cerrar las puertas a posibles embates.
El amor también es decir “no”, así como decir “sí”, porque el amor solo debe expandir la consciencia a través de las experiencias que harán que el ser se redima.
Busquen primero esa paz para encontrar enseguida el amor que les concederá el entendimiento.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Nunca te olvides de Mi Misericordia, porque siempre la necesitarás.
Cada vez que ejercitas y practicas Mi Misericordia, un milagro de amor se produce en tu alma y en el alma del planeta.
Porque a través de la Coronilla invocas la Misericordia por los méritos alcanzados durante Mi dolorosa Pasión, y el Padre, que es infinitamente misericordioso, recibe ese pedido y en vez de aplicar Su Santa Justicia, sobre ti o el mundo, concede Su misericordiosa Compasión por todos los pecadores del mundo.
Recuerda que cada vez que evoques los méritos de Mi Pasión, mediante el poder del Rosario de la Misericordia, estarás abriendo la Llaga de Mi Costado y de Mí se derramará la Luz de la Sangre y el Agua de Cristo sobre todo lo que se ha corrompido y destruido espiritualmente.
Felices serán los que siempre invoquen Mi Divina e Insondable Misericordia, porque todas las veces que sea necesario Yo los sumergiré y los bautizaré en el Océano de Mi Misericordia y les concederé a todos el Amor más inmenso de Mi Corazón.
Les doy las gracias a los que se postulen como apóstoles de Mi Divina Misericordia, porque sus sufrimientos serán Mis sufrimientos, sus penas y angustias serán Mis penas y angustias y, por la fuerza de Mi Amor, los libraré.
Dichosos serán los que confíen siempre en Mi Misericordia, porque no los abandonaré en la hora de su muerte, sino que estaré a su lado como el Ángel de la Resurrección.
¡Les agradezco por invocar la Misericordia de Mi Corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Vengo a purificar tu templo para que Mi Consciencia pueda habitar en ti.
Deseo que todo en tu interior sea removido y, de la misma forma, contemplado por la inmensidad de Mi Luz.
No espero la perfección inmediata ni tampoco la transformación temprana.
Conozco tus virtudes, pero también sé de tus errores.
Vengo para despertar en ti el don de Mi Humildad, el que te hará libre de ti y del mundo. Así podrás participar de Mi Presencia inmutable y eterna, podrás ser parte de Mi Espíritu estando en comunión Conmigo.
Sé que todo tiene un tiempo para poder suceder y concretarse.
Aquiétate en Mi Presencia y no perturbes tu corazón por las posibles crisis de la vida.
Acepta la realidad que vives, carga con la cruz que Mi Padre te ha confiado y vivifica Mi Consciencia, una y otra vez, por medio de Mi Cuerpo y de Mi Sangre.
No dejes de sonreírle a la vida, el mundo necesita de la verdadera felicidad de los apóstoles de Cristo para que, así, sea colmado de un alivio que hasta ahora no ha conocido.
Sigue aspirando a la transformación. Las pruebas son los grandes puentes y abismos que por el resto de tu vida deberás cruzar.
Anímate a decirme “sí” y todo estará resuelto.
Sabes que para tu Señor no existe nada imposible.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
A pesar de que Mi adversario, como un lobo, agite a Mis ovejas, manténganse unidos al gran Corazón de su Pastor.
A pesar de que grandes tempestades vengan a su encuentro, manténganse unidos al gran Corazón de su Pastor.
No busquen huir de las dificultades o de los embates, porque los encontrarán.
Asuman que en este ciclo ya llegó el tiempo, así como le llegó a los apóstoles, de testimoniar que Mi Presencia es verdadera.
Por eso, estén atentos y vigilantes para que nada más allá de sus posibilidades los sorprenda.
Permitan que Mi Luz brille en su interior durante este tiempo de tinieblas.
Déjenme transformar y quebrar en su interior lo que Yo necesito romper, para que sus espíritus aprendan a ser tan valientes como Yo lo fui hasta en lo alto de la Cruz.
No quiero ni necesito que se parezcan a Mí. Aspiro a que sean igual a lo que Soy en verdad, en amor y en compasión.
Dejo por escrito todo esto para que no piensen diferente, para que no crean que estoy esperando algo distinto de ustedes.
Como ovejas entre lobos, llegará el momento de defender la Obra de su Pastor de todos los que querrán destruirla.
¿Están dispuestos a seguirme?
Todo será por tan solo unos segundos y después conocerán la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
No tengan miedo de morir por Mí, porque Yo siempre estaré con ustedes hasta el fin de los tiempos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado y por guardar Mis Palabras en el corazón de cada discípulo!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Primera Serie de Poemas
Cuarto poema de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús
Ante todo, amado Jesús,
libérame de las cadenas y de las amarras de los deseos,
para que mi condición humana sea completamente purificada.
Que por medio de Tu Cuerpo y de Tu Sangre,
yo alcance la sublimación de las células y de toda la materia.
Que me vuelva tan cristalino entre Tus Manos
para que Tú, Señor mío,
puedas usar mi consciencia
como un sagrado espejo,
y todos los atributos de Tu Corazón
sean derramados en las almas de esta humanidad.
Que el Amor de Tu Corazón se dé a conocer al mundo
por intermedio del sacrificio de mi vida y de toda mi consciencia.
Para eso, Señor, fielmente hazme partícipe
de Tus Sagrados Sacramentos
para que en cada uno de ellos
encuentre el motivo de tornar mi vida
cada día más sagrada y elevada.
Retira de mi consciencia, querido Jesús,
esos aspectos inferiores que me dominan y que rigen mi vida,
porque solo espero y aguardo que Tu Divina Luz
se haga presente en los espacios y rincones más profundos de mi ser,
a fin de que me reveles la verdadera realidad de la consciencia
y, en constante ofrenda, yo pueda transformarlo todo.
Hazme semejante a los apóstoles,
en consagración y en entrega.
Déjame, Señor, que te pueda demostrar
hasta en los pequeños detalles,
cómo es que te amo y cuánto te amo
a través de mis hermanos.
Que todo esto no sea el medio ni la forma
para vanagloriar mi consciencia
y menos aún para hacerla lucir ante los demás.
Vacíame de mí completamente, Divino Jesús,
que en todo pueda servirte.
Pero concédeme la Gracia de un servicio anónimo y silencioso
para que los demás corazones Te puedan encontrar antes que yo
y que yo solo sea el modelo según Tus Principios y Designios.
Bendecido Jesús,
convierte todo aquello que no consigo transformar
y guíame hasta que pueda caminar a Tu lado
con total confianza y entrega.
Amén.
¡Les agradezco por guardar las palabras de esta alma en sus corazones!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Hijos Míos:
En el día de San Pedro y de San Pablo, festividad de los primeros misioneros de Cristo, he venido a Ginebra en nombre de la paz y de la unidad para confirmar la alianza ecuménica entre todos los cristianos.
Esa es la razón por la cual la siempre Virgen María y Madre de la Iglesia ha pedido en este día, 29 de junio, un encuentro especial en Ginebra, sede de muchos órganos estatales, para poder unir en los planos internos a todos los creyentes de Cristo, por medio del ecumenismo hermanado entre Sus servidores.
La misión de cada cristiano es amar el Propósito de Dios y llevarlo adelante mediante la igualdad de condiciones y bajo el espíritu sagrado de la comprensión de las diferentes manifestaciones cristianas de la fe.
En este siglo XXI, en el que el mundo enfrenta desafíos grandes y también desigualdades sociales y globales, que la Llama del Amor de Cristo sea el punto de unión entre todos los cristianos, basados en el principio de la fe y en el Sagrado Evangelio de Cristo.
Como Madre de la Iglesia y de la humanidad, Mi Hijo Me envía para conceder la Gracia profunda del entendimiento, del conocimiento y de la sabiduría para que todos los que abran su corazón al llamado del ecumenismo puedan, juntos y en unidad, solventar y responder a las urgentes necesidades de la humanidad, de todo el Pueblo de Dios.
Este ecumenismo interreligioso permitirá que todos los cristianos, bajo un mismo fin y amparados por la Gracia Divina, puedan alcanzar la visión total de las diferentes carencias y necesidades de la humanidad, sabiendo que es urgente e inmediato disolver juntos la maldad, las guerras y los conflictos que abrazan a muchos pueblos en el mundo y rescatar de esos durísimos abismos a los que más sufren: a los inocentes.
Mediante la unidad ecuménica y cristiana, Cristo obrará más ampliamente, porque en todo lugar Sus discípulos de estos tiempos deberán ser testigos del Evangelio, para poder sembrar las semillas de la fe, del amor y de la unidad en los suelos más áridos de este mundo.
Y Cristo, el Agua Viva, será el que regará y cultivará lo que Sus allegados realizarán en el mundo.
La unión ecuménica y cristiana generará el espíritu del respeto y, sobre todo, una verdadera solidaridad entre los cristianos que acompañan, con su sentimiento y a través de su fe y de su confianza en las enseñanzas del Evangelio, al mismo Dios, Único y Omnipresente.
En el día de los Apóstoles Pedro y Pablo, que vuelva a surgir en todas las Iglesias cristianas el espíritu misionero, el que impulsará la revelación de la vida del apostolado en Cristo, tan necesario para aliviar el sufrimiento y llevar la cura y el amor a los corazones marginados.
Cristo es para todos.
Él vino por todos y para todos.
El esfuerzo de los testigos de Cristo será, mediante la unión ecuménica, llevar adelante la preparación de Su gloriosa segunda venida, preparando en las almas las bases de su unión con Dios y con todos los atributos que despierta la fe.
Al fin despuntará el ardiente deseo del Señor de que Sus seguidores y compañeros de camino misionero y apostólico se unan para atender la actual crisis mundial.
Por eso vengo a Ginebra para darles la bendición a todos y para estimularlos a llevar adelante la anunciación de la Palabra y del Amor de Cristo, por medio de las obras y de la unidad ecuménica.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Virgen de La Salette
El Retorno de la Madre de Dios
Silenciosa como la brisa y más brillante que el Sol, también retornará la Madre del Sol, la Estrella de la Mañana.
Primero, hijos, será Mi silencio el que preparará a sus corazones y el que permitirá que maduren y que vivan aquellas experiencias que confirmarán a sus espíritus en la adhesión al Plan de Dios.
Antes de que todo suceda y que el Triunfo de Dios se manifieste, verán dentro de sí mismos, los frutos de los últimos años de Gracias y de enseñanzas. Y será la propia expresión de sus vidas el testimonio de esta Obra y de la Presencia Divina que los guió, los condujo y los instruyó por tantos años.
Llegará el día en el que Nuestros Sagrados Corazones se silenciarán para que se manifiesten los profetas, los apóstoles, los santos y los Cristos de los últimos días y del Nuevo Tiempo.
Nuestros Corazones se silenciarán porque es parte del Plan de Dios que ustedes puedan crecer por sí mismos y hacer fructificar las semillas crecidas de la Gracia y del Amor.
Así como Dios se silenció en el Corazón de Cristo para que Él manifestara el Amor y la Cristificación en Su Corazón humano, así también Dios se silenciará en el corazón de los hombres que hoy escuchan y responden a Su llamado.
Pero esto no es para castigarlos, hijos Míos; eso es para que nazca de su interior un amor único, que surge del potencial humano cuando este se ve ante una gran necesidad de amar.
Antes de que Nuestros Corazones se silencien, ya le habremos entregado todo a la humanidad, y nada les faltará para cumplir el Plan de Dios.
El Silencio de Dios tendrá un tiempo y durante ese tiempo parecerá eterno y doloroso. Buscarán al Padre dentro y fuera de sí mismos y parecerá que no lo encuentran, a pesar de que Él siempre estará allí.
Su Silencio es el símbolo de la noche oscura que todo el planeta vivirá, porque es necesario.
Es necesario que exista la noche para que el sol vuelva a nacer.
Es necesario que exista la oscuridad para que la luz tenga sentido, para que el día pueda existir.
Entonces, hijos, no teman, pero tengan fe en las nuevas promesas de Cristo y en las revelaciones de su Madre Celeste.
Cuando llegue la noche sobre el mundo, y el silencio y la soledad se apoderen de los corazones de los hombres, recuerden lo que ahora les diré: más brillante que el Sol, nacerá en el firmamento una Estrella que será el anuncio del retorno del día, del día físico y espiritual que volverá a iluminar dentro y fuera de los seres.
Esa Estrella traerá consigo un sentimiento profundo de paz, de amparo y de esperanza; traerá el alivio que los corazones necesitan para cruzar los últimos momentos, y los más intensos, de esta noche oscura.
Permanecerá silenciosa en el Cielo, hasta que el Sol pueda volver a nacer, hasta que el Hijo del Hombre tenga el permiso de Su Padre para retornar al mundo y, como el Gran Agricultor, buscar los frutos que nacieron en los corazones de los seres, y multiplicarlos.
La Estrella de la Mañana, que anuncia la llegada del Sol para este momento, permanecerá silenciosa. Pero, después de que todo se cumpla, Mis Pies también tocarán la Tierra y, con Mi Hijo, vendré para concretar el Plan de Dios y revelarles Mi verdadera Faz.
El misterio de Mi Retorno, hijos Míos, es para terminar de unir pueblos, razas y religiones y para traer hacia Mi Inmaculado Corazón a aquellos que por ignorancia negaron Mi Maternidad universal.
Yo retornaré para recibir de Mi Hijo las almas más perdidas; las lavaré en las Fuentes de la Gracia y las encaminaré para que tengan un nuevo destino y reciban una nueva oportunidad.
El Retorno de la Madre del Mundo ocurrirá para sellar la unión entre el Cielo y la Tierra, entre las diferentes Faces de Dios y Sus criaturas.
Y allí, hijos Míos, se les revelarán todas las verdades que hoy están ocultas, porque haré reflejar en los espejos de sus corazones la verdadera historia de la Creación y, solo allí, cuando todo se haya cumplido, es que comprenderán el verdadero sentido de esta experiencia en la Tierra.
A partir de ese momento, el Cetro de Dios será colocado en la Tierra y se establecerán un nuevo mundo y un nuevo ser.
Sientan la Gracia de Mis Palabras y despierten la fe en las nuevas y eternas Profecías de Dios, pues, se cumplirán, como se cumplió desde el principio todo lo que el Creador habló a través de los profetas.
Yo los bendigo y les agradezco por escuchar Mis Palabras y por responder a Mi llamado.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Frutos de la Cristificación - Parte 1
Después de muchos esfuerzos, renuncias y sacrificios, verán surgir en Occidente a los Nuevos Cristos, llenos de un gozo peculiar y bendecidos por un gran poder espiritual. Ellos serán frutos vivos de la cristificación concedida por el propio Cristo.
En ese momento, los Nuevos Cristos moverán multitudes y reunirán consciencias para preparar el Retorno del Señor.
En todo esto no habrá fanatismo ni extrema devoción y, a pesar de que también aparecerán los falsos cristos, los que estén atentos y dispuestos a trascenderse a sí mismos sabrán qué hacer y con quién estar.
Los falsos cristos harán promesas, supuestos milagros e invocarán el nombre de Mi Hijo; pero aunque las leyes se muevan y algunos hechos se concreten, esos falsos cristos no podrán aprisionar el corazón de las personas por más que llamen la atención de las almas.
Los Nuevos Cristos llegarán silenciosos y anónimos para desmitificar, dentro y fuera de la Iglesia, todas las causas que llevaron a los hombres a la perdición, como también al debilitamiento de la fe de los creyentes.
La propia Energía Divina en los Nuevos Cristos revelará y moverá de lugar lo que durante siglos se mantuvo oculto a los ojos de millones de personas. Será el momento de que cada uno sostenga la fe interior y la confianza en el único Cristo, nuestro Maestro y Señor.
El Universo Espiritual permitirá que todo se manifieste para que finalmente la Iglesia de estos tiempos sea transparente y pura, así como el Padre lo desea.
Esa es la razón por la cual el Maestro despertará a los Nuevos Cristos, dentro y fuera de Su Iglesia, a fin de corregir y de solventar los graves desencuentros y hechos vividos por muchos sacerdotes.
Por intermedio del Espíritu Santo, Cristo les concederá a los nuevos y últimos apóstoles Suyos, el impulso interior que necesitarán para llevar adelante la transición de la vieja Iglesia hacia una verdadera y transparente Iglesia, que estará unida a la única y resplandeciente Iglesia Celestial.
Todo este movimiento provendrá de los impulsos universales de las poderosas corrientes del Cosmos que estarán descendiendo a la Tierra para corregir varios aspectos negativos de la actual humanidad.
Por eso, antes de que lleguen los Nuevos Cristos, que serán enviados por Mi Hijo, que sus corazones se limpien y se purifiquen de todo sentimiento maligno, que sus acciones correspondan a los Designios del Padre y que, sobre todo, sus pasos sean dados en dirección a Cristo.
Esto los ayudará a no envolverse con todo lo que se desencadenará en el mundo y especialmente en el universo interno de cada ser.
Los próximos tiempos que llegarán aún no fueron vividos ni experimentados por ninguna otra civilización sobre la superficie de la Tierra. Ustedes son la primera y la última raza que está en transición hacia el nacimiento de una nueva raza.
Los Nuevos Cristos llegarán finalmente, a pedido de Cristo, para poner fin a muchos acontecimientos y, sobre todo, para sembrar la Tierra antes de Su segunda Venida.
Nadie podrá cambiar lo que está escrito o modificar el acontecimiento que llegará, porque es Voluntad de Dios que la Iglesia de Su Hijo sea purificada y exorcizada antes de que el Maestro y Señor vuelva a poner Sus Pies en ella para disipar las tinieblas.
Recen por los Nuevos Cristos, porque tendrán una misión muy exigente.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que el Soplo Divino del Espíritu Santo ilumine hoy los mundos internos de los seres, para que se establezca, ante tanta adversidad, el principio inmaculado de la Paz.
Que el Soplo Divino del Espíritu Santo derrame sus dones, para que las almas servidoras de Cristo tengan herramientas para poder llevar adelante los Sagrados Designios de Dios.
Que el Soplo Divino del Espíritu Santo renueve los tiempos y atraiga hacia la consciencia del planeta todos los atributos sublimes de la Creación.
Que el Soplo Divino del Espíritu Santo transforme las consciencias por completo, para que en el mundo haya un tiempo más de paz.
Que el Soplo Divino del Espíritu Santo reúna a los apóstoles de Cristo, a los que en los últimos días deberán sostener, en la humanidad, la existencia de Su Iglesia Celestial.
Que el Soplo Divino del Espíritu Santo eleve el planeta y su humanidad, de plano y de realidad, para que todo sea sublimado y trasformado por el Fuego inextinguible del Espíritu de Dios.
Que así sea.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Deja que Mi Amor entre en tu corazón para que Yo todo pueda transformar, pues Mi ardiente deseo es que se concrete el Propósito de Dios en tu vida y no se cumplan los caminos del mal.
A veces las almas no comprenden lo que Yo pido y lo que necesito. Pero en verdad les digo, podrían amar lo que Yo deseo desde Mi Universo inmaterial.
Deja que Mi Amor entre en tu casa y en tu vida. ¿Qué esperas? Aún tengo mucho por hacer en este mundo y tu vida es un camino para eso.
Yo no necesito de tus destrezas ni tus oportunidades. Solo necesito que Me dejes entrar para que Yo pueda remover todo y construir en tu corazón el templo de Mi Iglesia, que vibra en las dimensiones superiores y que está llena de ángeles de Dios, alabando y adorando al Único.
No esperes más para dar el paso. Entrégate. Y si ya te has entregado, entrégate aún más porque lo necesito.
Lo que Yo realizo no es comprendido ni muy valorado por el mundo. Lo que tú Me das sí es valorado por Mí y todo lo que tú Me entregas es escrito en el Libro Sagrado de Dios, porque será parte del testimonio que te salvará cuando el Juicio Universal se aproxime al planeta y a su humanidad.
El mundo no sabe que Yo todavía estoy sufriendo por lo que veo en los hombres y por todo lo que sucede en el mundo.. Así como consagro almas, adoradores y devotos, también necesito que tu corazón se consagre a Mí, a fin de que una chispa de Mi designio, que es el designio del Padre, sea depositada en ti y se cumpla lo que has venido a cumplir como está previsto. No necesito que te justifiques ante Mi Presencia porque Yo lo sé todo.
Es hora de hacer algo por los demás y sobre todo por el planeta, que agoniza a medida que pasa el tiempo en las agujas de tu reloj. A medida que los segundos pasan hay almas que necesitan de Mi ayuda y Yo Me sirvo de los apóstoles para llevar adelante Mi Obra, que está llena del Amor de Dios y de la Misericordia de Su Corazón.
¡Mírame y siente Mi Corazón, Mi Corazón vivo! Mira las arterias de Mi Corazón y la Sangre de Amor que brota de Él constantemente, a fin de justificar ante el Universo los errores de los hombres y de conceder la Divina Misericordia a las almas que más lo necesitan.
Pero tú, después de tantas veces de haber estado a Mi lado y de haber recibido todo, es hora de que des el paso en la confianza de Dios y de que digas desde tu interior: ¡Señor, aquí estoy!
No necesito grandes cosas de tu vida, solo que Me adores, que Me aceptes y que Me vivas como el complemento de tu vida, como la llama viva del amor, que nunca se apagará y que traerá al mundo la cura que tanto busca y que tanto necesita.
Hoy expongo ante el mundo el Corazón humano del Cristo vivo, aquel Terafín de Dios, aquel Corazón que entregó todo por ustedes, hasta Su última gota. ¡Cuánta Sangre de Amor tengo para derramar sobre Mis hijos y cuán pocos la aceptan!
Siempre les diré la verdad, porque recuerden que la verdad los hará libres y así alcanzarán la paz.
Que la humildad sea el timón de sus vidas en estos tiempos críticos, en los que muchas, pero muchas almas se confundirán con otros maestros.
Busquen la esencia de Mi Corazón y sus vidas estarán plenas.
Busca, hijo Mío, la llama de Mi Espíritu y nunca te faltará la Paz, porque lo que Yo prometo verbalmente, lo cumplo.
Si una vez le dije a Mis Apóstoles que volvería por segunda vez, aquí estoy, aunque no Me vean, preparando Mi retorno.
Necesito que el campo que he sembrado aquí dé sus frutos y no demore. Aún el mundo necesita alimentarse espiritualmente por medio de sus ofertas y de sus vidas, para que el Plan se realice. Y eso comenzará recordando el amor, el amor que los libertará, el amor que los sanará, el amor que los transfigurará para que finalmente sean otros, como Yo lo espero.
Pero no perderás tus defectos, sino trabajarás Conmigo para transformarlos uno a uno y a su tiempo. Sé que es doloroso desprenderse de sí. Les dí el ejemplo en el huerto Getsemaní, cuando en la mayor agonía y en el mayor padecimiento tuve que soportar todo por ustedes, para que tuvieran en este tiempo final una oportunidad.
Quiero que comprendan lo que les digo. Estas palabras y las que vendrán ya son las últimas, y cuando la última palabra sea pronunciada por su Maestro y Señor, todo pasará y el mundo no podrá decir que no fue avisado.
Rezo en el huerto de Dios por eso, todos los días, así como recé en el huerto Getsemaní por Mis enemigos, por los que Me traicionaron, por los que Me darían las espadas hasta los días de hoy.
Necesito, hijos Míos, que Mi Iglesia actual, expandida sobre la Tierra, sea renovada y reconstruida desde su esencia.
Necesito que en el amor, sean una sola hermandad, para que eso pueda suceder y que no existan divisiones, dudas, ni confrontaciones, porque cuando eso suceda, Mi Amor allí no estará.
Recojan con sus manos los frutos que Yo les he dado a través de cada aparición, por medio de cada encuentro, así como a través de cada Sacramento.
Aprendan a vivir la Voluntad de Dios tal cual es y no la modifiquen.
El mundo ya modifica muchas Leyes y por eso sufre y agoniza. Pero ustedes, que han sido agraciados desde el principio al fin, deben dar el ejemplo, salir de sí y dar todo por sus amigos, como por sus enemigos. Esta es la llave más importante que hoy les doy, a través de este mensaje.
Por eso expongo Mi Corazón vivo y humano, que ha sido glorificado y transubstanciado por medio de la lanza en la Cruz, para que sea considerado y adorado por los hombres como la justificación delante de Dios, a pesar de sus errores y de sus pruebas.
Los gobernantes no transformarán el mundo sino la fe de sus corazones transformará la Tierra.
Así como en el mar de Galilea llamé a los doce, hoy los llamo a ustedes nuevamente y a todos los que escuchan en el mundo, para que la Palabra de Dios sea considerada y apreciada como la última fuente de expiación antes de que los cielos se cierren hacia el mundo y sus Mensajeros se recojan.
Yo rezo por ese momento, también rezo por ese tiempo que llegará. El mundo no sabe lo que Dios está pensando, por eso cae en su propia voluntad una y otra vez. Pero Yo les enseño por medio de Mi Amor a hacerlos libres algún día, sabiendo que no miro sus imperfecciones sino sus virtudes, sus sinceras virtudes, que harán transformar al mundo como el mundo lo necesita en este tiempo.
Entren en Comunión con Mi Corazón vivo, humano y palpitante, y todo, todo se recuperará.
El proyecto de la humanidad en el Génesis fue alterado, y lo que hoy se vive es la consecuencia de los primeros errores de Adán y Eva. Pero Yo vine al mundo incondicionalmente y como un pobre hombre a enseñarles sobre el amor y la verdad. Me dejé clavar en la Cruz, ser flagelado, humillado y martirizado. Dios dejó que salivaran Su Rostro completamente y que Su Sangre fuera derramada, gota a gota.
¿Quién tendrá conciencia de ese misterio?¿Quién amará ese misterio para que el misterio se devele?
Todo comienza y termina en el amor, porque será el amor que los resucitará en espíritu y en vida. ¡Ay de aquellos que no se suplen de este amor! ¡Ay de aquellos que Me dieron la espalda por otros amores!
Si Yo estoy aquí es porque persevero en sus vidas y ustedes perseveran en Mí, a pesar de lo que sucede. Algún día todo se comprenderá, todo lo que ha sucedido aquí se comprenderá. La Puerta del Cielo se cerrará para que las almas de la Tierra vivan su último tiempo.
No estoy siendo dramático. Estoy siendo sincero, porque Cielo y Tierra pasarán, pero Mis Palabras quedarán en los corazones humildes y resignados ante el Padre Celestial.
Pero antes de que Yo Me eleve al Cielo por última vez y haya terminado Mi tarea con ustedes, después de las próximas peregrinaciones, enviaré a Mis Ángeles con las flechas del Amor de Dios para que sean enterradas en los corazones abiertos. Y así las esencias, en esta última hora y en este último tiempo, se unan al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Hoy está presente el Espíritu Santo a través de Mi Boca, hablando a través de la Palabra y de Mis Labios el fuego de Dios, que transforma lo corrupto en incorrupto; lo que es bajo, en sublime; el error y la miseria, en misericordia.
Benditos sean los que guarden Mis Palabras, porque la necesitarán en el próximo tiempo.
Benditos sean los que escuchan Mi Verbo, porque recordarán Mis palabras en los momentos más difíciles de la humanidad y en estos tiempos críticos, en donde todo está en juego.
Cuando vean que el mundo esté por venirse abajo, será el momento en que estaré retornando físicamente. Y las escrituras del Apocalipsis se cumplirán. La Biblia será renovada, porque el Maestro y Señor del Universo reescribirá un Nuevo Testamento para la humanidad y el Universo. Y los Ángeles serán testigos del legado de Amor y de Gracia que fue depositado en el corazón de los que escucharon la Palabra del Señor.
Mientras la última trompeta suena en el Centro del Universo local, las leyes angélicas se movilizan con sus legiones de Luz y sus huestes, para preparar silenciosamente la derrota del ángel caído y de sus allegados.
El Cetro de Dios será colocado en la Tierra y será reconocido y visto como si fueran cientos de soles. Y la Justicia Divina se cumplirá.
Ha llegado la hora de dar ese paso para que todo eso se cumpla. Depende de la humanidad que todo eso suceda.
Reciban estas Gracias como las últimas. La hora de los testigos se está aproximando. Los desiertos están llenos de prisioneros y mueren por creer en el nombre del Señor. Más testigos aparecerán ante las naciones del mundo y serán reconocidos por el gran amor en sus corazones. Ellos le señalarán a la Tierra el próximo camino y en su ofrenda silenciosa prepararán el retorno de su Maestro y Redentor.
En este domingo glorioso del Espíritu Santo, ante la presencia de la llama de Amor el Espíritu Santo del Padre, del Todopoderoso y Sublime Creador del Universo, ante Sus Potestades celestiales y universales, angelicales y bienaventuradas, ante los santos y los servidores, recreo en este momento el legado de Amor del Sacrificio del Cordero de Dios, por medio de la Eucaristía.
Tomé el pan y les dije a Mis Apóstoles y a todos los que estaban presentes, en la bendición del Altísimo y de la Fuente de Su Divina Misericordia, y les vuelvo a recordar, que este es Mi Cuerpo, que fue entregado por los hombres para el perdón de los pecados y que les concede la vida eterna.
En esta Comunión y de la misma forma, bajo la efusión del Espíritu Santo, tomé el Cáliz, di gracias a Dios, el Todopoderoso, por el Cáliz que Me había ofrecido, por la salvación y la redención de la humanidad hasta el fin de los tiempos.
Y hoy les vuelvo a decir que tomen y beban todos de Él, porque esta es Mi Sangre, que fue derramada y hoy es derramada por los mártires y los santos de los últimos días, para el perdón de los pecados.
Que la memoria del Cordero de Dios quede impregnada en las células de los que comulgan del Cuerpo y de la Sangre de Cristo.
Yo Soy Aquel que se ha dado por todos los hombres y mujeres de la Tierra, a fin de que se cumpla la Sagrada y Divina Voluntad.
Y como les enseñé, repitan ahora el Padrenuestro en arameo.
Abbun debashmaia...
Hoy proclaman la resurrección del Señor en los corazones redimidos, bajo la intervención del Espíritu Santo.
En Mi Paz los dejo y Mi Paz les doy, para que esta Paz, que es inextinguible e inalterable, se multiplique en los cuatro puntos de la Tierra y sobre todo en los corazones que necesitan del Amor de Dios.
Que la paz comparta el amor y la hermandad; que la paz comparta el bien y la fraternidad; que la paz cure a los corazones y todas sus heridas; que la paz establezca el Reino de Dios en este planeta.
Ahora se darán, en Mi Nombre, un saludo de paz y de perdón, en nombre de la humanidad.
Les agradezco.
Por donde vayas lleva, contigo y en tu corazón, el océano insondable de Mi Misericordia; derrámalo por donde camines; impártelo por donde el Padre te haga caminar y orar.
Tengo sed de las almas más distraídas, porque a ellas aún no llega el poder de Mi Amor transformador.
Debes llevar Mi Insondable Misericordia hacia donde vayas, porque, así, por algún medio interior encontraré un lugar en donde poder sembrar Mi Luz Redentora, a fin de que las almas más separadas de Mi Corazón algún día reconozcan Mi Voluntad y Mi Misericordioso Amor.
Lleva en tu ser Mi Insondable Misericordia y hazla conocer en el mundo infiel, porque miles de almas no podrían llegar hacia Mí, si en verdad no existieran apóstoles Míos, siervos de Mi Corazón y de Mi Alma, para poder llevar el refugio de Mi Misericordia por donde sea necesario y cuando sea necesario.
Que ningún lugar te cause desprecio o temor. Acepta, a partir de ahora, la condición humana que tiene la humanidad, la misma que tú tienes.
Así, siendo misericordioso y orante, estarás junto a Mí para transformar este planeta que día a día agoniza.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice para esta próxima misión.
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Hoy Me despido de una tierra y de un pueblo marginado y explotado, pero profundamente bendecido por Dios y por todo Su Reino.
Hoy Me despido de corazones simples, pero fuertes, de almas que quieren proteger sus raíces y enseñanzas para que estas sirvan de apoyo espiritual para la Nueva Humanidad.
Hoy Me despido de un pueblo devoto, pero pobre, caritativo, pero rechazado en el mundo por su condición.
Hoy Me voy feliz, porque nuevos Soles despertaron al conocimiento sagrado de su misión y de la oración.
Llevo en Mi Corazón la expresión cálida de Mis hijos por medio de los cantos y de las oraciones; eso Me hará retornar algún día para dar continuidad a la Obra de Amor y de Redención de Mi Amado Hijo.
Hoy Me despido de un pueblo que fue bendecido por la Gracia y reparado por la Misericordia de Dios.
Hoy Me despido de las esencias que despertaron y de los corazones que, en profunda humildad, respondieron al llamado de la Madre Celeste.
Los bendigo a todos y los animo al apostolado de la oración y al camino del servicio reparador.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos del mundo:
Entreguen su corazón a Dios y arrepiéntanse pronto, porque queda poco tiempo.
Entréguense al amor de Dios y estarán a salvo.
No dejen que las tinieblas los sumerjan. Abran sus corazones y encontrarán la Luz que proviene del Infinito.
Queridos hijos, queridos hijos del mundo, ofrezcan penitencia, reparación y mucha oración, para que más almas sean ayudadas, sean retiradas del error y despierten al Amor de Mi Hijo, al camino del apostolado y de la redención.
Queridos hijos, lo que Yo les ofrezco, a través de los Centros Marianos, es lo máximo que Yo les puedo entregar, todo lo que el Padre me ha permitido. Llenen estos Centros Marianos de personas necesitadas de amor; de almas sedientas de oración y gran parte del mundo podrá cambiar.
Difundan en el mundo a Mis Centros Marianos; aún es poca la concurrencia y es muy grande la necesidad de oración en el mundo.
Cuento con Mis fieles colaboradores, con Mis ejércitos celestes, que se han comprometido Conmigo desde su consagración, para que las almas lleguen a los Centros Marianos y reciban, como ustedes, todas las Gracias.
Queridos hijos, Dios tiene escrito un destino para esta humanidad, un destino lejos del sufrimiento y del dolor; por eso es importante, Mis hijos amados, que en los Centros Marianos exista la vida, la alegría y la devoción de servir a Dios.
Necesito, queridos hijos, que puedan ser más creativos, que convoquen a los rebaños de Dios, a las almas dispersas por el mundo que no conocen el Amor de Mi Corazón Inmaculado, ni tampoco el gran Amor de Dios.
Sean peregrinos de Mis Centros Marianos, para que muchos más lo puedan ser. Traigan a las almas hacia los Centros Marianos, a través de todos los medios posibles.
Mis Centros Marianos son consagrados para el mundo herido, para la humanidad enferma, que a través de ellos debe alcanzar la cura, el perdón y la redención.
En Mis Centros Marianos he dejado los tesoros del Cielo, las más grandes dádivas del Universo, que aún son desconocidas por las almas, porque ellas son intangibles y provienen del Espíritu de Dios, del Propósito de Su Fuente Inmaterial.
Queridos hijos, Mis Centros Marianos son para todas las naciones del mundo, así como los Santuarios Marianos en el mundo.
Quiero que sean voz y eco de Mi Mensaje. Quiero que sean voz y eco de los Centros Marianos de Amor, que ellos estén llenos de almas necesitadas del Amor del Padre y de la Misericordia del Redentor.
Para que eso sea posible, hijos Míos, ustedes deben pensar en grande y no en pequeño; deben asumir grandes desafíos en este tiempo final, porque mientras no los asumen o no los lleven adelante, muchas más almas se pierden en el mundo de los abismos y son llevadas a la gran ilusión de esta humanidad.
Queridos hijos, en los Centros Marianos están las dádivas que las almas necesitan para este tiempo, las llaves que necesitan encontrar para abrir las nuevas puertas hacia la redención y el perdón.
Por ejemplo, hijos Míos, este Centro Mariano de Aurora tiene un propósito con la cura de la humanidad. Necesito que los hermanos que aquí llegan todo el tiempo, que todos Mis hijos de esta nación y de esta región correspondan a este Centro Mariano; que puedan abrir más sus mentes y corazones para acoger a los más necesitados.
Ustedes, queridos hijos, son los difusores de los Centros Marianos de Amor; mientras esa difusión no se lleve adelante, muchas Gracias que vienen del Cielo, se detienen, no pueden descender y están restringidas a muchas almas.
Necesito, queridos hijos, que asuman ese compromiso Conmigo ayudando a manifestar en los Centros Marianos su verdadera tarea. En cada uno de ellos he dejado un Don especial de Dios, Don que deben descubrir por su trabajo, por su dedicación, por su sintonía con cada uno de ellos. Cuando eso llegue a suceder, las almas vivirán los grandes cambios que necesitan y ya no se sentirán solas, ni tampoco perdidas, porque estarán con Dios y en Dios.
Yo vengo a entregarles esta dádiva y este tesoro de los Centros Marianos, porque es la misión de los hijos de María, de todos los grupos de oración, hacer vivos a los Centros Marianos para que ellos no mueran rápidamente. Es su compromiso y también su obligación como hijos Míos, venir a los Centros Marianos al menos quincenalmente. Porque mientras las Gracias siguen descendiendo, sus corazones deben ser receptáculos para ellas, sus vidas deben ser mediadoras para que esas Gracias que vienen del Universo se retransmitan a las almas.
Si en los Centros Marianos no hay almas físicamente andando y orando, las Gracias no pueden llegar a la humanidad dolorida y menos aun a aquellos corazones que sufren por el horror, por la enfermedad y por la perdición.
Que sus corazones, que sus labios y que sus manos sean difusores de los Centros Marianos de Amor; así ayudarán a su Madre Celeste a que la Obra de Redención y de Misericordia llevada adelante por Mi Amado Hijo, no solo permanezca en los Centro Marianos, sino también en todo el mundo que debe saber y conocer, a través de Mi Mensaje, que Yo estoy aquí presente entre ustedes y convocando a la humanidad para que ella viva su preparación en el fin de este tiempo.
Mis ejércitos de Luz deben crecer, eso comenzará a partir de los Centros Marianos y del verdadero compromiso de todos los hijos de María.
La consagración no termina en ustedes. La consagración, los lleva a vivir un compromiso con el Plan de Dios y así ustedes, estarán cumpliendo Su Voluntad, así como la cumplen todos los Ángeles del Universo.
Queridos hijos, desde este nacimiento de Aurora, desde el renacer de su Fuego superior, de su Llama curadora, estamos ingresando en el último tiempo del despertar de la humanidad y ese ciclo en algún momento se cerrará. Dependerá de ustedes, hijos amados, que ese despertar que debe surgir desde los Centros Marianos de Amor pueda llegar a todas las almas posibles, a todos los corazones necesitados, en todas las lenguas posibles.
Primero, queridos hijos, deben expandir su consciencia, su corazón, para poder abrazar la Obra de forma planetaria; para que más puertas a la conversión y a la redención se puedan abrir en otras naciones del mundo.
Aquí, con todo Mi Amor maternal, en Aurora como en otros Centros Marianos, he gestado las bases para esa nueva etapa. Es hora de que Mis soldados de la oración y de la paz acompañen a su Madre Celeste en este nuevo desafío.
Hoy les vengo a dejar este mensaje, hijos amados, porque aún hay mucho por hacer, aún hay mucho por qué corresponder, hay mucha responsabilidad aún por vivir por cada uno de ustedes.
Con este mensaje de preparación, hijos amados, hoy vengo a consagrar a nuevos hijos de María, que representarán a muchos más, a muchos más que se deberán consagrar en el futuro al Amor de Mi Inmaculado Corazón y a la sagrada tarea de vivir y de asumir los Centros Marianos; para que estos algún día se conviertan en el verdadero Espejo de Dios, que debe reflejar al mundo el último tiempo de la Misericordia, de la Reconciliación y de la Cura de las Almas.
Los Centros Marianos deben ser la morada de los simples, de los buscadores del Amor de Dios y de todos los perdidos que no encuentran sentido en sus vidas, ni en sus caminos.
Deseo ardientemente, queridos hijos, que el mismo impulso espiritual que sus almas recibieron desde el día de su consagración como hijos de María, pueda repercutir y expandirse en más almas del mundo que claman por Mi Corazón y Mi Intercesión.
De esa forma, respondiendo a las súplicas de Mis hijos de todas las naciones y de las diferentes razas del planeta, Yo vengo a entregarles esta Misión en respuesta a la súplica de Mis hijos del mundo, para que Mis ejércitos de Luz, para que los hijos de María, hagan florecer la misión especial de los Centros Marianos y vayan al encuentro de las almas del mundo llevando Mi Mensaje de Amor, Mi Mensaje de esperanza y de paz para todas las criaturas.
Para que eso sea posible, hijos amados, deben ofrecerse al Redentor, como Sus apóstoles dispuestos a ir al encuentro de las almas del mundo; no sólo en la vía del servicio, de la oración o de la comunión, sino también, hijos Míos, al encuentro de las naciones del mundo que deben recibir la ayuda espiritual que tanto esperan y que tanto necesitan para tener una nueva oportunidad en este camino de amor y de redención que Yo les ofrezco.
Será de esa forma, hijos amados, que los Centros Marianos se podrán expandir en el mundo y no se restringirán a la región en donde se encuentran, sino que tendrán sus puertas abiertas para recibir a todos los peregrinos del mundo. Eso espero que suceda algún día; no les pido que los convenzan o los conviertan, sino que los reciban con amor, que les enseñen a vivir la oración y que sepan que existe un camino de salida de todo el caos de este mundo, un camino que los lleva a Mi Inmaculado Corazón y de Mi Inmaculado Corazón al Reino de Dios.
Únanse como grupos y servidores para asumir esta Misión por los Centros Marianos, y ayuden a que los Centros Marianos puedan manifestar los pedidos de los Mensajeros Divinos y que estos se concreten para que más energías espirituales y principios universales desciendan a través de ellos.
Para eso, hijos Míos, también será necesario, ayudar en la concreción de todas las manifestaciones necesarias que los Centros Marianos deben tener, para ayudar a enfrentar el fin de este tiempo y el ciclo final que la humanidad vivirá en poco tiempo.
Los Centros Marianos deben ser islas espirituales de salvación, para que los corazones más solitarios y perdidos, encuentren alivio, paz y esperanza.
Si hoy les pido esto, Yo, que Soy su Madre, es porque es posible concretarlo; existe el potencial en sus corazones, solo deben dar el primer paso, para que el Universo del Padre lo pueda concretar todo.
Los Centros Marianos serán la referencia para cuando Nosotros ya no estemos aquí. Ustedes saben, hijos amados, que existe un tiempo para estar entre ustedes, y para ese tiempo no falta mucho. Después de diez años de Gracias, sus corazones están listos para asumir la tarea de los Centros Marianos, que los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de San José, hoy les encomiendan a todos.
Aquí nos encontrarán espiritualmente porque Nuestros Corazones siempre estarán en los Centros Marianos para traer alivio a las almas, cura y redención a los corazones.
Hoy estoy realizando esta consagración de nuevos hijos de María de forma especial, como si fuera la primera vez que aquí, en Aurora, consagré a los primeros hijos de María, que hoy forman parte de Mi Obra, que se han fortalecido en la fe y en la oración y que peregrinan junto Conmigo de forma incondicional y entregados a vivir la Voluntad de Dios.
Renovando ese Principio de Consagración que fue vivido aquí, hace muchos años, hoy vengo a renovar ese voto de consagración, para que los que llegarán a consagrarse en el futuro puedan vivir el mismo impulso de despertar y de compromiso con Dios, a fin de establecer en la Tierra los mil años de Paz.
Que vengan aquí los que hoy se consagrarán.
Prepararemos hoy el himno de su consagración como si fuera la primera vez que las almas reciben un gran impulso para poder dar un gran paso, como lo dieron muchos hijos de María, en estos últimos años en donde dijeron “si” al Plan de Dios.
Quisiera escuchar la música instrumental introductoria de ese himno para poder bendecir a los que hoy se consagrarán ante su Madre Celeste.
Oraré por estos hijos que hoy se consagran en nombre de todos los que ya se consagraron, para que puedan revivir su compromiso, confirmar sus votos y llevar adelante esta misión especial que hoy les encomiendo en la manifestación de los Centros Marianos y en la difusión de los mismos, como islas espirituales de salvación.
Coloquemos nuestra mano izquierda sobre el corazón y únanse a Mi Inmaculado Corazón. En esta sagrada oferta que hoy realizaremos juntos para nuestro Padre Celestial.
¡Altísimo Señor del Universo, que escuchas las plegarias de Tu Sierva!
¡Altísimo Padre Creador, Fuente de Amor y de Unidad para todo lo que existe!
¡Altísimo Adonai, Venerable Emanuel, Santísimo Abba!
Escucha la oración de Tu Sierva en este momento, para que los corazones del mundo que algún día se consagrarán a Mí puedan florecer Tus Virtudes y puedan descender todas Tus Gracias, a fin de que se establezca el alivio para el sufrimiento, la cura para las enfermedades, la sanación para las almas y la redención para los corazones.
Que todo el Amor que proviene de Ti hoy sea derramado sobre estos hijos que se consagran, para que como muchos otros, se renueven en Tu Propósito Divino y en Tu Infinito Llamado.
Que los Ejércitos de la Luz hoy se multipliquen para que más almas en este mundo sostengan el estandarte de la paz, el que indicará el retorno de Cristo.
Amado Señor concede la Gracia para estos espíritus que hoy se postran ante Tu Sierva para recibir Tu Amor reparador, Tu eterna Misericordia.
Hoy renuevo, en nombre de ellos, la consagración de todos los hijos de María, para que en estos tiempos que llegan Mi Manto Celeste de Luz y de Paz se expanda en todas las naciones del mundo, porque Mi más ardiente deseo, Padre Amado, es que hayan hijos de María en todas las naciones del mundo.
Y hasta que eso no se cumpla, Yo te pido Señor, poder estar aquí, cerca de Mis niños, para poder acompañarlos en esa gran aspiración. Amén.
Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Y ahora, que el Padre escucha la voz de Sus hijos más simples y perseverantes, entonemos este himno de consagración para que más núcleos internos, más almas en esta humanidad, despierten a su consagración en preparación del retorno de Cristo.
Yo les agradezco, a pesar de todo, por responder a Mi llamado y agradezco a todos los que hoy están aquí y a los que estarán algún día. Amén.
Hoy, sus corazones serán perdonados y sus vidas serán renovadas, porque el Todopoderoso está llegando después de Su Hijo, para liberar al mundo de las tinieblas y la perdición.
Él viene a congregar a los espíritus que lo han amado y lo han honrado, que le han dado alabanzas a Su Nombre y a toda Su Creación.
Hoy estoy ante sus miserias más profundas, pero vengo a buscar su más grande amor, aquel amor que hoy Me entregaron y Me donaron, incondicionalmente, para que Yo pudiera estar aquí, entre los Míos y darles a comulgar de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, de Mi Espíritu y de Mi Divinidad.
Hoy, el Padre llega con Su Reino, Sus ángeles y arcángeles, con Sus coros celestiales, a bendecir la primera Cruz Azul. Y el soplo del Espíritu llegará a las almas y encenderá los corazones de un desconocido gozo que nunca vivieron.
Así como los Dones de Dios descendieron en el Cenáculo sobre los apóstoles y María, hoy los siete Dones del Espíritu Santo se congregan aquí para descender en sus corazones y esencias.
Entonces, compañeros, es un gran momento de renovación y de júbilo, en donde el pasado deberá borrarse de su consciencias y mentes, porque ahora sí podré caminar con los que están firmes, con los que han aprendido a salir de la tibieza y del desamor .
Ahora sí, podré caminar con los que han de ser justos, con los que aprenden a llevar adelante Mi Obra, con los que han dicho sí, a Mi Sagrado Corazón. En ellos no recostaré la cruz de las amarguras y del sufrimiento, sino la Cruz de Emmanuel, que es la Cruz de la victoria y de la elevación de la consciencia humana hacia el Reino de Dios.
Así, sus espíritus se elevarán y deberán creer, compañeros Míos, que sus penas se disolverán completamente, siempre y cuando den el permiso para ello.
Por eso, con esta dulzura que ahora brota de Mi Corazón, hoy no vengo a ver a los pecadores sino a los que se redimen y a los que caminan en el sendero de la transformación interior todos los días.
No crean, compañeros, que ganarán el Cielo mientras estén en la Tierra.
Han venido aquí, como la humanidad, para aprender a amar y perdonar, para aprender a vivir la compasión y la justicia en cada detalle.
Cuando eso se alcance, toda la humanidad estará libre de la adversidad y del pecado, y las puertas de los infiernos se cerrarán tantas veces como las ha cerrado Dios a través de Su Hijo y de Su Sierva Fiel, así como de San José.
Beban de este momento como un único momento que no se repetirá nunca más. Unir el Cielo y la Tierra, el Universo y la humanidad es algo grandioso que no sucede todos lo días.
El Padre no desciende al mundo desde que Yo ascendí a los Cielos. Imaginen, compañeros, cuánto tiempo ha pasado para que llegara este momento en donde los méritos de Mi Pasión y de Mi Cruz estarán grabados en el resplandor de la Cruz Azul.
Por eso, hoy he detenido a la tinieblas y a Mi adversario. Aquí está presente ante sus ojos la manifestación de la Voluntad de Dios y de Su divino Propósito. Y ustedes, en este momento, compañeros, están siendo llevados a ingresar en el espíritu de Emmanuel, en donde se encuentra la paz, la armonía, la cura y el perdón de todas sus faltas.
A esto se acrecienta la Luz de Aurora y su divino Rayo de Liberación, que hoy trabaja silencioso sin mover tantas leyes ni energías, sino en el interior de las consciencias y de los corazones que se abren para poder encontrarla.
Vean entonces, compañeros, como en este momento, el tiempo de la ilusión se detiene en una parte de este planeta e ingresa el Real Tiempo de Dios, para hacerles sentir en Su silencio, la unidad con todo el Cosmos y con toda la Vida universal.
Para eso los Resplandecientes, los Elohim, son los que abren las puertas entre los planos, para que el Padre descienda aquí con Su Espíritu.
El viento viene a limpiar el mal pensamiento de los ingratos, para que no los afecte, sino que prevalezca el Soplo del Espíritu de Dios sobre sus consciencias, en este momento.
En recogimiento y oración, vayamos al encuentro del Padre y de la bendición de la Cruz Azul.
Síganme.
Escucha Señor la voz de Tu pueblo. Escucha la voz de toda esta raza, que hoy se postra a Tus Pies para alabarte y glorificarte.
Escucha Emmanuel la voz de Tus hijos y llega a este mundo con todo Tu Poder y Esplendor, para que las tinieblas más impenetrables sean disipadas, para que los corazones se liberen de las cadenas de la perdición y de la ilusión y se establezcan los Cristos del Nuevo Tiempo; aquellos que vendrán de diferentes partes del mundo y se colocarán a los pies de Tu Cruz para esperar la llegada de Tu Hijo.
Escuchemos la Voz del Padre, que hoy no solo esta en los Cielos, sino también está aquí sobre Aurora, como el Sabio Creador de todo lo que existe, como el Padre de la Misericordia y de la Bondad, que en Su aspecto divino de Emmanuel llega a Sus hijos, para bendecirlos con Su Luz redentora y cósmica.
Mientras los Cielos se abren ante Ti Amado Señor, desciende con Tus Rayos el poder de la Creación y de toda la manifestación divina, para que se cumpla sobre este planeta Tu divino Pensamiento y las almas encuentren, finalmente, el camino del amor y de la reconciliación.
La Voz del Padre Eterno:
Amados hijos, escuchen a Su Padre.
Yo Soy el principio y Soy el fin.
Yo Soy el que Soy y vengo del Universo espiritual para congregarlos en Mi Amor y en Mi Justicia.
Los siete Ángeles Regentes que fueron convocados, que ahora desciendan y que se encienda la Cruz .
Hoy, el Padre del Amor bendice este símbolo, que unirá a los pueblos y a las naciones; que traerá la esperanza a los no redimidos y que dará la redención a todo el mal, para que triunfe el Amor de la Fuente; para que reine la Verdad y la Justicia.
Amados hijos, Yo los amo y los espero con Mis Brazos abiertos para que Mi Amado Hijo los lleve hacia Mí y puedan estar sentados a los pies de Mi Trono junto a los ángeles, para que cantemos Gloria y Aleluya.
Mientras sus ángeles de la guarda se postran al suelo, las penas más profundas son perdonadas y por medio de esta Cruz Azul se cumple un Propósito más de Dios sobre la superficie de este planeta.
La Voz de Cristo:
Hijos y compañeros Míos, para que la Luz de Emmanuel se haga visible entre las consciencias, entonemos Su Nombre sagrado, para que los ángeles derramen los códigos y los méritos alcanzados durante Mi Pasión y así se abran las puertas a las oportunidades y a las Gracias para todas las almas que buscan la unidad con el Padre y la Creación.
Hoy cantaré junto a ustedes el Nombre santo de Emmanuel.
Todos entonan Emmanuel.
Sientan sus corazones liberados del pasado, de las amarras y de las perversiones de la vida.
Sientan sus corazones llenos de la Luz de Emmanuel y comulguen del Padre, que hoy está aquí con Su Consciencia divina para traer la Paz a este mundo y también la Fuente de Su Compasión.
Y ahora, llamemos a los Nombres de Dios, para que los Ángeles Regentes, que fueron designados por el Universo, llenen esta Cruz con los códigos de la Divinidad de Su Amado Hijo.
Todos entonan los Nombres santos de Dios: Adonai, Emmanuel, Abba, Elí Elí, Yahvé, Shekinah, Elohim, El Shaddai, Iod He Vaud He.
Que esta renovación traiga para las consciencias la ampliación de sus caminos, en la consagración y en la fe, el ingreso por las puertas de la Misericordia al Reino de Emmanuel para que siempre aprendan a vivir y a cumplir Su Voluntad por más pequeña que sea.
Yo los bendigo, bajo la Luz Poderosa de Emmanuel abriendo en este Centro Sagrado el descenso de Su divino Espíritu para que las almas lo encuentren en su interior.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Por fin estoy aquí en Chile, junto a Mis hermanos, para recuperar a Mis rebaños que han quedado perdidos en otros tiempos.
Vengo a unirlos a la esencia de Mi Corazón para que Mi Misericordia, que proviene de la Fuente del Padre, pueda estar aquí con ustedes y con sus seres queridos.
Vengo a dejar para ustedes Mi Propósito de volver a encontrarlos en Mi camino, de seguir Mis huellas, de ser conducidos por Mi Corazón, de ser guiados por Mi Alma, porque Yo Soy su único Maestro.
Yo Soy el que Soy, desde el principio hasta el fin de los días.
Por eso los he llamado. He tocado la puerta de sus corazones para que hoy estuvieran aquí Conmigo, compartiendo esta tarea espiritual que su Maestro y Señor lleva adelante en Chile; desterrando el falso poder, desterrando el dominio y el control de la sociedad; liberando a este pueblo herido de las secuelas del pasado, de las recientes secuelas del pasado.
Vengo a disolver con Mi Luz lo que es intransformable; vengo a transformar con Mi Esencia lo que nadie aún ha tocado en el interno de cada ser. Por eso he querido estar aquí, con ustedes, en este día; aquí, en Chile, para hacerles revivir Mi Presencia, para que recuerden su compromiso Conmigo en esta trayectoria del fin de los tiempos que su humanidad y el planeta están enfrentando.
Vengo aquí a recuperar a los que se alejaron de Dios por diferentes circunstancias, por diferentes sufrimientos o pruebas, por las decepciones que han podido vivir, por la fe que se ha hecho pobre en sus corazones.
Hoy hablo para este país, que debe volver a despertar a lo que una vez era, desde el principio de los pueblos originarios; de los que realmente aman la Vida y la Creación; de los que preservan y cuidan a la Naturaleza y la hacen parte de sí, comulgando con ella, día a día.
Son los valores de los pueblos originarios, compañeros Míos, lo que los liberará de todo lo que hoy viven. Los valores originarios, son lo que está perdiendo la humanidad en estos tiempos, sustituyendo a Dios por las modernidades; colocando su atención en las cosas externas y olvidándose todos los días de mirar para dentro de si y buscar lo que ustedes son en la Creación.
No han venido a este mundo solamente para ser seres humanos, para vivir una vida material, o artificial. Ustedes tienen un espíritu que vale mucho y que desconocen profundamente. Cada vez que se aproximan a Mí lo pueden descubrir y pueden sentir que en verdad, vale la pena vivir en este tiempo, a pesar de lo que suceda.
Por eso deseo, por medio de los pueblos originarios de Chile, los que colmaban con su amor las altas montañas, deseo que el mundo pueda recuperar esos valores de la verdadera espiritualidad de la Creación. Por eso necesito que estén cerca de Mí, para renovar estos tiempos, estos tiempos críticos, en donde la humanidad se sumerge en su propio dolor y se aparta de Dios sin buscarlo, ni llamarlo.
Quisiera escuchar, como hoy, a sus corazones orar y cantar; porque Mi Misericordia hoy no solo llega a ustedes, sino también todo el cono sur, que era lo que Yo esperaba hacer si hubiera estado en Punta de Arenas, para que Mi Luz y Mi Misericordia llegaran a la Antártida.
No solo permanezcan en lo que los rodea diariamente, abracen al planeta con amor y coloquen atención en todo lo que él necesita. Porque el planeta como consciencia, como naturaleza y como creación, está sufriendo, y la humanidad no quiere mirar hacia eso, para no sentirse responsable de lo que ha hecho en los últimos tiempos.
He vertido Mi Sangre sobre este planeta para salvarlos. Por eso de nuevo estoy aquí, para recordarles Mi Sacrificio, porque no ha sido en vano.
Ustedes, como tantas otras almas en el mundo, podrán hacer digno Mi Sacrificio, durante la Pasión y la Cruz. Allí también se encuentran los valores espirituales que necesitan para transformarse en el modelo que Dios espera que puedan ser en este ciclo.
No puedo dejar de decirles la Verdad, compañeros, porque no tendría sentido que Yo estuviera aquí, en este lugar y en este mismo momento para congregarlos en Mi Amor, para unirlos a Mi Corazón, para que comulguen de Dios, que es ofendido.
Cada gota de amor que derraman en la oración y en los cantos, alivia el planeta; cada gota de amor que derraman en la oración y en los cantos, cura el planeta; cada gota de amor que derraman en la oración y en los cantos, cambia los acontecimientos y se evitan muchas cosas en la humanidad.
Quisiera que salieran de aquí, con el Fuego vivo de Mi Corazón en ustedes, asumiendo el compromiso en esta nueva etapa que Yo los invito a vivir, dejando para atrás todo lo que han sido; dejando para atrás todo lo que se han equivocado, porque Yo no vengo a buscar sus defectos porque sé que son seres humanos en evolución.
Vengo a buscar de ustedes corazones sinceros, corazones honestos, corazones que se deciden a vivir Mi Plan, por más que no lo comprendan, ni lo entiendan. Todo lo que Yo siempre les traeré desde el Universo de Mi Padre, no lo comprenderán, porque no está dentro de su escuela.
Amar lo que es desconocido es la primera prueba de Mis discípulos; comprometerse, es el segundo paso; y asumirlo, es la concreción de Mi Plan.
Vengo a buscar a todos los corazones del mundo, por eso hoy estoy aquí, en Chile, para formar un nuevo ejército de Mi Misericordia, apóstoles, servidores incansables que puedan salir un poco más de sí y mirar hacia su alrededor, en donde existe el gran sufrimiento del mundo y de todas las almas, como de los Reinos de la Naturaleza.
Quisiera que pudieran aprender a honrar y a glorificar lo que Dios les ha dado como país, por medio de la naturaleza, de las montañas, del océano, de todo lo que expresa la Creación, de norte a sur de esta nación y que convive, día a día, con este pueblo.
Necesito, compañeros que defiendan Conmigo a la Creación, para que el ser humano no la siga destruyendo para su provecho, para su comodidad, o para su lujo. De los que hacen todas esas cosas, Yo me encargaré.
Recuerden que está escrito el día del Juicio Final, en donde su Maestro y Señor separará la paja del trigo, liberará el planeta del eterno sufrimiento y repoblará este mundo de nuevos Cristos que vivirán la experiencia de Mi Amor de forma verdadera y consciente, y lo que diré ya no será teoría, sino una realidad en los corazones.
Chile necesita dar el paso hacia la reconciliación y el perdón para que pueda recibir las nuevas Gracias del Cielo, así como una vez se intentaron derramar sobre este pueblo, hace algunas décadas.
Vengo a corregir lo que ha quedado torcido en la consciencia de este pueblo, en lo que no ha sido bien enseñado, y lo que ha llevado a no valorar lo que hay dentro de cada ser, lo que hay dentro de su universo interior.
Por eso vengo del Universo para traerles lo nuevo, lo que ustedes ahora necesitan para dar los pasos en dirección a Mi Corazón, que está lleno de Amor y de Gracias por las criaturas; que está sediento de corazones que se puedan comprometer.
Vengo a darles lo mejor que tengo y lo que Mi Padre me ha permitido entregarles, porque eso los hará libres, créanlo, si salen de aquí con sus consciencias abiertas. Están despertando a lo que sus espíritus han esperado hace mucho tiempo, de lo cual ustedes no son muy conscientes, porque no lo saben, eso es comprensible. Están despertando a lo que existe en verdad dentro de ustedes y que tiene un gran valor para Mi Padre Celestial.
A través de ese misterio que se encuentra en cada ser humano, y que debe despertar, Mi Padre conseguirá reconstruir a la Tierra y a su humanidad.
Hoy estoy despertando los tesoros mas internos de este pueblo, para que pueda reconocer Mi llamado y siempre decirme “sí”, porque así estarán diciéndole “sí” a Mi Padre y a Su Voluntad.
Vengo a dejarles aquí, en esta tarde, la primera Gracia, la Gracia de la reconciliación. La reconciliación primero entre ustedes como familia, como sociedad, como país; eso ayudará a que las puertas inciertas se cierren y las almas encuentren el sendero de la luz, sendero que las llevará a la redención y a la paz.
Chile necesita vivir su compromiso con Dios de forma verdadera, viviéndolo con la fe que merece y con la confianza que necesita para este tiempo final.
Hoy los irradio con Mi Eucarístico Corazón, el Sol más brillante que todos los soles de este Universo, para que Mis Códigos de Vida estén en ustedes y lo que aún no se ha transformado, se pueda transfigurar.
Si aceptan el primer paso de la reconciliación, vivirán la redención. Todo este mundo está aquí para ser redimido, todos necesitan perdonar algo para poder liberarse del sufrimiento.
Yo Soy ese sol de la compasión que les trae la Misericordia del Padre, para que sus espíritus se curen y para que sus cuerpos se sanen.
Quisiera llevar sobre Mi Pecho, la estrella de la bandera de su pueblo; pero no para recordar la sangre que fue derramada, sino para transformar el dolor, en amor; el sufrimiento, en cura; la injusticia, en igualdad.
Viviendo el compromiso Conmigo abrirán las puertas para muchas almas, que en su vida cotidiana esperan recibir el mismo llamado que ustedes recibieron en este tiempo.
Bendeciremos este Altar y este espacio, para que sean dignos de recibir Mis Gracias, para que renueven su esperanza y su fe en Mi Corazón y para que en esta tarde, sus pies sean lavados de todo el pasado y nazcan a la nueva vida. Amén.
Padre Nuestro...
Una más...
En esta tarde renuevo Mi Sacrificio; por la sangre que fue derramada en este pueblo, por las heridas que fueron ocasionadas, por los pueblos originarios que desaparecieron, por la injusticia que fue generada, por la falta del amor que se disipó de muchas consciencias, a través del poder y de la manipulación.
Hoy renuevo Mi Sacrificio, ofrecido durante la Última Cena con Mis doce apóstoles. Hoy vuelvo a reintegrar a Chile al misterio de Mi Eucaristía, de Mi Pasión de Mi Muerte y de Mi Resurrección, renovando el Sacramento de la fe y de la reconciliación entre las almas de este país que tanto adoro, por medio de Mi Eucarístico Corazón.
Los invito a vivir de esa forma, compañeros, a través de esta Eucaristía, la adoración a MI Cuerpo Eucarístico, buscando transfigurar, por medio de la adoración, los códigos corruptos de la humanidad para que todo se vuelva rescatable, hasta la más pequeña célula de la consciencia humana.
Imponiendo Mis Manos sobre estos elementos, doy gracias a Dios por este sacrificio, que hace más de dos mil años viví por ustedes y por el mundo, diciéndoles: “Tomen y coman todos de él porque este es Mi Cuerpo, que los librará del pasado, que los llevará a la vida eterna”; diciéndoles: “Tomen y beban de este Cáliz, Cáliz de la nueva alianza que debe vivir su pueblo y todo su país para que se establezca el Reino de Dios.”
Bajo la autoridad divina de nuestro Creador, el Todopoderoso, bendigo estos elementos, bendigo sus consciencias y vidas: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Y ahora podrán lavar sus pies, porque el agua ya fue santificada con Mi Presencia.
Ahora quiero que llamen a sus corazones sinceros; quiero que llamen en lo más profundo de sus seres, al rincón más infinito de sus esencias, en donde existe la Verdad y el Amor de Dios. Así como lo hicieron Mis hijos de Argentina, quiero que llamen al corazón sincero a través de su voz, clamando por el despertar de este planeta y por la reconciliación de la humanidad.
Les agradezco.
Ora por el mundo que está agonizando...(canción "Corazón sincero")
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más