APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE LA VIGILIA DE ORACIÓN

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Con la ternura de una Madre, que reina en los Cielos, vengo a su encuentro para que sepan y recuerden que la Luz Infinita de Cristo siempre triunfará en ustedes cuando confíen en ella, más allá de los errores, más allá de las pruebas, más allá de toda incertidumbre.

La Luz de Cristo es inextinguible y eterna, y es esta Luz que ustedes deben buscar incesantemente en estos tiempos en los que la humanidad, sumergida en la oscuridad, se olvida de que en su esencia profunda y eterna está Dios.

Como una tierna Madre, que viene a encender la Luz interna de todos Sus hijos para que el Amor de Cristo triunfe en las criaturas, así Yo vengo a encender, en diferentes regiones del planeta, la Luz de Cristo, especialmente en las almas que han vivido la tragedia de la guerra y de la persecución.

Nuestros Sagrados y Benditos Corazones, que están en el Cielo y que están presentes en la Tierra a través de la vida de todos los seres de buena voluntad, no se cansarán de repetirles, hijos Míos, que Nuestras Consciencias Divinas vienen a cumplir el Sagrado Plan de Rescate, aquel que fue visto por Juan, el apóstol, en sus últimos días, en las revelaciones del Apocalipsis y del Armagedón.

Pero hoy, quisiera, hijos Míos, que después de todo lo que aprendieron y escucharon de Mí, después de haber convertido sus vidas en una bendición, si así ustedes lo creen, quisiera que colocaran su mirada interior en los Cielos por todos aquellos que están perdidos en las tinieblas, que no saben lo que es el verdadero Amor, el Amor de una Madre que los ama profundamente y los consuela.

Este es el Mensaje que hoy quiero dejar aquí, en Figueira, para todos. Porque no sé en este momento, hijos Míos, cuándo podré retornar aquí, a Mi sagrada y bendita Figueira, Árbol Sagrado de los frutos de la redención; porque nos espera, hijos Míos, a Nuestros Sagrados Corazones y también a sus vidas, tiempos muy decisivos y definitivos, en los que todo lo que aprendieron a través de estos últimos dieciséis años deberán colocarlo finalmente en práctica; pues Nuestras Palabras, Nuestros Mensajes, Nuestras Gracias y bendiciones, Nuestra lluvia de Amor, deberán florecer en ustedes como virtudes y dones, como gestos cada vez más amplios de caridad y de amor, de aceptación sin condiciones del error del semejante o aun de los problemas que creen que él tiene.

Hoy, Mi Inmaculado Corazón les deja aquí la puerta abierta hacia la cristificación. No le teman a algo que no les hará mal, no le teman a algo que le hará bien al espíritu, al alma y a la esencia. Atraviesen la puerta hacia lo desconocido y no se conocerán.

Y aunque en estos tiempos descubran en sí mismos muchas más miserias, ya no se amedrenten, porque el mundo ya está muy amedrentado y castigado por las guerras. Coloquen sus miserias lejos de sus vidas, entréguenselas a Mi Hijo, que tanto las espera para transformarlas en Misericordia.

Y cuando piensen que su purificación es mayor o aun insoportable, recuerden a los que sufren verdaderamente en el mundo, de hambre y por las guerras y las enfermedades, recuerden cuántos hijos Míos están muy perdidos en el mundo, pero también recuerden cuántas Gracias recibieron, aunque la mayoría no fuera merecedora de ellas.

Les traigo la prueba de Nuestro inconmensurable Amor, de un Amor que no condiciona ni castiga; de un Amor que acepta, que entiende y que renueva, de un Amor que es capaz de darle una oportunidad a quien no la merece, porque todos, hijos Míos, aún están en el tiempo de la redención.

Abran sus corazones a las familias, que son la célula principal de este amado Proyecto de Dios en la Tierra. No las cuestionen, sino acéptenlas, porque es el amor y la cercanía que transforma todo. La condena y el juicio de las familias es un acto insensato de perdición y de desamor.

Muden la frecuencia de sus consciencias, contemplen a las familias y a la realidad planetaria, así como Nosotros las contemplamos. Imiten Nuestra mirada de Amor y de cercanía hacia las familias y hacia todos los que sufren; porque en verdad les digo, hijos Míos, que ninguno de ustedes sabe quién es en su esencia profunda y en su espíritu.

Pero desde los primeros pasos de la Cruz, desde las primeras Estaciones de la Vía Sacra, en cuanto Mi Hijo cargaba la Cruz de todo este mundo, Dios Me dio la Gracia de poder conocer en profundidad lo mismo que Él veía en cada uno de Sus Hijos, aunque muchos en ese tiempo ya estuvieran rebelados y repudiando a Mi propio Hijo, que dio la vida por ustedes y siempre la dará.

Esta es la esencia de quien quiere ser un apóstol, vivir estos principios y estos códigos tan simples, porque en verdad esto es lo que el mundo necesita.

Ya basta de guerras y de juicios, basta de divisiones y de separaciones; que sus vidas sean parte de la Fuente del Amor de Cristo, que cada hermano y hermana que se acerque a ustedes sienta el Amor de Mi Hijo; porque, si así lo fuera, se cumplirá.

Yo les traigo por última vez estas bases espirituales porque, en los tiempos que llegarán, no las pueden olvidar.

Mi Hijo vendrá al mundo para que rindan cuenta de todo lo que les entregó. Pero no se olviden de que Él vendrá como un Ser de Misericordia y no como un juez, Él vendrá a buscar los talentos que les otorgó. Y vivir Sus talentos es colocarlos en práctica en el día a día, en una vida profunda de oración y de súplica, en una vida de eterno e incansable servicio como de momentos de adoración.

Como una tierna Madre, vengo a enseñarles sobre el bien, porque el bien es lo que quiero para ustedes y para sus hermanos. Si las almas se sumergieran en la esencia del bien, la vida de las personas ya sería otra. Por eso, en esta superficie y en esta escuela, tendrán que aprender a amar todos los días, una y otra vez, porque el Padre Eterno es tan perfecto y bondadoso que nunca les permitirá que se salteen las reglas de la evolución. Porque Nuestros propios Sagrados Corazones también atravesaron esas reglas y las vivieron, aunque, en el mayor silencio y anonimato, Nuestras Consciencias ya fueran Divinas.

Nuestro Espíritu y Nuestra Consciencia, el Espíritu y la Consciencia de cada Sagrado Corazón, de Cristo, de María y de San José, reflejaban en la vida material la simplicidad del espíritu y la confianza plena en el Proyecto de Dios, a pesar del aparente fracaso que muchos creían que Mi Hijo estaba viviendo en el Calvario.

Por eso, Su triunfo se dio a través del silencio, Su triunfo se dio a través de la aceptación de todo lo que vivió. Aunque Su Sagrado Corazón no lo mereciera, el Dios Vivo, a través de Su Hijo Encarnado, aceptó y asumió todos los errores y pecados del mundo; así como Nosotros, los Mensajeros Divinos, lo seguimos haciendo.

Porque les confieso, hijos Míos, que no hay otra salida; tarde o temprano sus vidas deberán rendirse al Creador, más allá de las experiencias, de las idas y vueltas. Por eso, no se demoren porque ya no hay tiempo; acepten, a través de la vida más simple y profunda, vivir el voto honesto de la consagración, para que el mundo también sea consagrado.

Y, una vez más, les traigo el Reino de la Paz, para que la Paz no solo se establezca en ustedes, en sus familias y naciones, sino para que aspiren ardientemente a esta Paz, a través de la Luz Crística que hoy los bendice y congrega.

Yo nunca los condenaré. Mi Mano siempre se aproximará a ustedes, así como Mi Corazón Inmaculado se aproxima a ustedes, tornando la vida espiritual de cada ser en una caricia de Dios.

Si no pueden estar arrodillados, mientras estoy presente, no se preocupen; porque es el alma que debe estar postrada ante Dios, así como Su Sierva y Esclava está postrada en este momento ante el Trono.

Mis amados, ¿será que algún día, podrán ver a sus almas postradas junto a Mí ante el Trono de Dios, así como todos los coros del Cielo se postran ante el Padre?, para cantar perpetuamente Sus Nombres Sagrados y Benditos, para sentir en lo más profundo la felicidad de pertenecer a Su Reino Celestial, Reino Infinito y Universal al que todas las almas deberían ansiar y buscar incesantemente.

En este último día, de esta primera parte de la peregrinación, en Brasil, vengo a despedirme de Mis hijos de Figueira.

Por eso, les vuelvo a decir, hijos Míos, no le teman a lo desconocido, vuelen alto como las aves, alcancen la Fuente ardiente de Dios, que emana impulsos constantes de Luz y de Misericordia. Ya no se sientan amarrados a este mundo, crean en el Poder liberador de Cristo, Mi Amado Hijo.

Hoy, vengo a otorgarles, a todos ustedes y a los que escuchan en este momento, un paso más en la confianza de la consagración.

Tengan fe, Mi Hijo cumplirá Su promesa. Su hora ya se acerca. El tiempo del reencuentro, de tener al Maestro frente a ustedes, se aproxima; tienen que estar prontos para eso, porque será en la hora que menos piensen.

Es el tiempo de Su reaparecimiento, tiempo que se cumple a través de los Libros de los Maestros de Oriente, así como les fue anunciado a muchos instrumentos de Dios, que llegaría el tiempo del reaparecimiento de Cristo.

Hoy, quiero que Me puedan sentir como la Madre tierna de la Paz, que confíen sus almas a Mi Corazón, que confíen sus vidas en Mis Brazos, que se sientan seguros en cada caminar y en cada paso, que se puedan desprender del pasado, porque el pasado ya pasó, hijos, que puedan caminar confiados en el eterno presente y que puedan mirar al futuro con esperanza renovadora en el cumplimiento del tiempo de cura y de redención, del Advenimiento de Cristo, Mi Hijo.

A través de Mi Corazón, que aún dejaré abierto por un momento al Trono de Dios, Su Conciencia Cósmica e Infinita, Inmaterial y Eterna, los contempla y contempla al universo.

¿Cuántos, en este momento, se ven beneficiados de esto?


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a cantar la canción que ha pedido nuestra Madre para despedirla, en amor, gratitud y reverencia. Ella escuchará atentamente esta canción como una oferta de Sus queridos hijos: "Mirarte a ti".


Les agradezco por responder a Mi llamado.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Canten, dice nuestra Madre, desde lo profundo del alma y del corazón, como si le cantáramos a María por primera vez y tuviéramos la Gracia de expresarle todo lo que sentimos por Ella, así como Ella en Su inconmensurable Amor expresa todo lo que siente por Sus hijos.

Los que quieran consagrarse como Hijos de María pueden venir. Aunque aún no tengan el Manto de María, pueden venir, porque Ella les colocará su Manto Espiritual para consagrarlos como Sus hijos.

Cantemos.

Cantemos para María de verdad, entregando nuestra vida a Ella.

Que todos se acerquen al palco.

Nos consagramos a los pies de Su Altar.

 

La Señora de Luján tocará con Sus Pies a la Argentina y peregrinará en fe con Sus hijos para renovar el Propósito de esa amada nación.

Que así sea.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Para terminar, vamos a orar, ante nuestra Madre Divina, el “Ave María”, en portugués, en español y en inglés, para que ofrezcamos este momento por la consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María.

Oremos.

Y vamos a agradecerle, todos juntos y como una sola voz, a nuestra Madre:

¡Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, CON MOTIVO DEL ANIVERSARIO DE MADRE MARÍA SHIMANI DE MONTSERRAT

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

La familia es un bien precioso para Dios, es un tesoro irrefutable e inextinguible que forma parte de Su Proyecto Creador desde el principio.

Después que Mi Hijo descendió de los Cielos y encarnó en este mundo, Él llamó a los apóstoles para que lo siguieran y lo imitaran, para que siguieran Sus pasos de Voluntad y de Amor. Ese pedido estaba impregnado de la Voluntad Mayor de Dios.

Pero, tanto para Sus apóstoles como para Sus seguidores, dejar la familia para vivir el Plan era algo muy doloroso. La llave que Mi Hijo les entregaba era la plena confianza en Su Corazón y en Su Presencia. Lo que Él les podía legar a Sus compañeros era que, a través de la confianza de cada uno de los Suyos en Él, se estableciera una comunión y unidad perpetua entre los apóstoles y las familias que ellos dejarían.

Hoy, vengo con este Mensaje muy peculiar y al mismo tiempo profundo, porque su Madre Celeste ha traído una familia que estuvo aquí encarnada en la Tierra y que hoy no lo está; que está presente en los planos internos, acompañando silenciosamente la expresión y la emanación de los Centros de Luz.

Estas almas, que hoy tengo a Mi lado, son los padres de la Madre María Shimani; y, a través de estas presencias que hoy Me acompañan aquí, de forma especial, vengo a testimoniar como la Esclava del Señor que todo esfuerzo verdadero en la vida de esta materia, sobre todo el esfuerzo de dar la vida por Dios y por su Plan, tiene un mérito especial para el Padre Eterno que Él les otorga a todos los seguidores de Cristo que le entregan su mayor y mejor bien de la vida: sus familias.

Por eso, vengo aquí a testimoniar, en nombre de Mi Hijo, que cuando el alma sirve a Cristo verdaderamente, y deja a su familia para servir a un Plan Mayor y desconocido, esa alma y las almas que forman su familia nunca estarán desamparadas, a pesar de la distancia o aun a pesar de la separación espiritual; porque Mi Hijo sabe lo que significa para un alma encarnada apartarse de su familia para responder a un llamado que ni siquiera sabe si resultará.

Pero es ese don de la confianza en Cristo que anima a las almas que sirven a Dios a seguir los caminos de la transformación con valentía y coraje, porque todo esto posteriormente dará frutos de conversión y de redención, en los que la familia está contemplada.

Es así que todas las almas que entregan sus familias, en el nombre de Mi Hijo, abren la puerta para la conversión de sus seres queridos, aunque en esta vida no quieran escuchar el llamado; porque el verdadero llamado comienza, hijos Míos, en su mundo interior. Es allí donde Mi Hijo siembra Sus dones, es allí donde Mi Hijo deposita Sus tesoros, por lo que debemos orar incansablemente; porque cada ser de este planeta tiene su hora para poder escuchar el llamado y despertar, aunque haya negado a Dios toda su vida.

Por eso hoy, les traigo como testimonio a los padres de la Madre, como un ejemplo de conversión y también como un ejemplo de despertar espiritual después de esta vida; porque ustedes saben, hijos amados, que la vida no termina aquí y que del otro lado está la verdadera vida espiritual, en la que todos se encontrarán algún día, no solo como una familia que estuvo encarnada en este planeta para aprender del amor y del perdón, sino también como una familia que puede evolucionar espiritualmente y reunirse con los bienaventurados y santos en la Iglesia Celestial.

Esta debe ser la finalidad de la entrega de cada uno de ustedes, no solo su propia transformación y conversión, sino también que cada paso que den en el camino espiritual beneficia ampliamente a sus seres queridos, aun a aquellos que tienen la puerta cerrada a la Misericordia.

Un acto sincero y verdadero de entrega por Mi Hijo le abre la puerta a la oportunidad de toda la familia.

Como Madre de todas las familias del mundo, vengo a agradecerles a las almas que han sido perseverantes en orar por las familias del mundo entero.

Vengo a renovar esta oración que ofrecen semanalmente y a decirles a todos Mis hijos, niños, jóvenes, adultos y ancianos, que deberían tener muy presente esa oración; porque ustedes saben, Mis amados hijos, que la familia que es el Proyecto principal de Dios para este planeta está siendo muy atacada, dividida y separada de lo que es verdadero y esencial.

Porque, si no sabían, Mis amados hijos, cada familia debe expresar en esta Tierra un Atributo de Dios; experiencia que está siendo boicoteada por Mi enemigo, por la falta de oración en las familias y por no saber comprender profundamente la razón por la que están reunidos y unidos en esta encarnación.

Así, Yo los invito a renovar esta oración por las familias a través del arquetipo y del principio de la Sagrada Familia de Nazaret; para que las familias se consagren a la Sagrada Familia de Nazaret y, en estos tiempos de tribulación y de persecución por medio de las modernidades, las almas no pierdan de vista su Propósito interior, porque cada alma de la familia tiene un Propósito para Dios.

Hoy, Me tomo este tiempo para darles este Mensaje; porque Mis Ojos lloran, de noche y de día, al ver a las familias tan separadas y divididas por perder su sagrada comunión con Dios.

Por eso, el Padre Eterno todo lo ha pensado desde su origen, desde antes del surgimiento de las primeras familias en este planeta, a través de Adán y Eva. El Padre pensó que la forma de renovar Su Proyecto era a través de las familias que se animen a vivir la experiencia de su propia consagración a través de las Islas de Salvación.

Por eso, vengo a ampliar el Mensaje que Mi Hijo les entregó en estos últimos tiempos y en esta última Maratón, porque para recibir a las familias deben tener la mente muy abierta y, sobre todo, el corazón. Las familias no cambiarán de la noche a la mañana, es el amor de ustedes que les hará cambiar a las familias de actitud.

El Sagrado Proyecto de la familia de Israel precisa ser renovado y su Santísima Madre es responsable, ante el Creador, de que ese Proyecto se cumpla. Cuando una familia no es sostenida dentro de una Isla de Salvación, eso tiene una repercusión que desconocen.

Yo los llamo a colocar al diálogo en primer lugar, para comprender el lenguaje de cada familia, para apoyar sus pasos y decisiones; pero sin amor, esto no es posible.

Así, espiritualmente, las diferentes familias que encontrarán su lugar dentro de las Islas de Salvación y que deben tener su lugar dentro de las Islas de Salvación para expresar su proyecto familiar de amor, ayudarán a las demás familias del mundo, porque muchas familias se están perdiendo velozmente.

¿Cuántas familias se han perdido mientras Yo estoy aquí, hablándoles? 

Las influencias de estos tiempos dejan a las familias en caminos sin salida, hipnotizadas e interferidas por las cosas del mundo; y así, se alejan del amor y de la verdad, del verdadero Propósito de cada familia en este planeta.

Por eso, Mi Hijo también retornará. Vendrá a buscar a las familias del mundo para que el sagrado pueblo de Israel se pueda renovar y, finalmente, pueda vivir en la Tierra Prometida, en aquel espacio que Mi Hijo les Ha prometido desde el principio a todos.

En cada día que pasa, en este tiempo final, su Obra y sobre todo sus corazones encontrarán en sus caminos el llamado y el pedido de ayuda de muchas familias, de familias numerosas y de familias separadas, de madres solteras o de madres casadas.

Todas las familias de la Tierra gritan pidiendo ayuda, y los Sagrados Corazones, conociendo la importancia del Proyecto principal de Dios que es la familia, siempre intercederán e intervendrán para que la mayoría de las familias del mundo, que están siendo modificadas genéticamente, despierten a tiempo, se vuelvan a Dios. Pidan de corazón, en la oración interior, para que reciban la ayuda y la Gracia que necesitan, para que las puertas que Mi enemigo abre hacia lo incierto se cierren, y las familias puedan estar protegidas, bajo el amparo de la Sagrada Familia de Nazaret.  

Por eso, los invito a mirar con mayor profundidad lo que sucede a su alrededor, especialmente en las familias que están cerca de ustedes o en las familias que los llaman pidiéndoles ayuda. Vayan, así como siempre fue Mi Hijo Jesús, al encuentro de las familias, sin conceptos, sin ideas propias, sin prejuicios, sin nada que pueda condicionar el dolor y el sufrimiento de las familias.

Lo que más sufre Mi Corazón es la modificación genética que hoy viven las familias y las formas más horrorosas con las que crean al ser humano. Eso es ir en contra de la Ley de la Vida, de la Ley del Amor y del sagrado arquetipo de la familia.

¿Ahora comprenden la necesidad de prestar atención a la Oración por las Familias?

En un mundo con más de ocho mil millones de personas, no puede ser que solamente oren cuarenta personas por las familias.

¿Será que están comprendiendo lo que Yo les digo por amor?

¿Qué está sucediendo, hijos Míos? ¿Se lo preguntaron?

Me tomo este tiempo porque Mi Hijo Me lo pidió, porque Él Me lo permitió.

Nuestros Corazones revelan las cosas más profundas para los corazones que están verdaderamente abiertos. ¡A no justificarse más!

Hoy, las oraciones que llevo en Mi Corazón ayudarán a muchas familias de África y de Asia, golpeadas por los conflictos en las naciones y en los pueblos, por la impunidad que acorrala a las familias en un lugar sin salida.

Quiero que en la Oración por las Familias incluyan una intención especial para Mí, que oren por las familias inmigrantes, olvidadas en las calles de este mundo, no escuchadas por la indiferencia, por la falta de la fraternidad y del amor; también por las familias que mueren en los océanos del mundo.

Quisiera preguntarle a la humanidad:

¿Alguna vez se preguntaron qué es lo que siente la Madre de Dios, la Madre de la humanidad, cuando las familias desaparecen en los mares del mundo, cuando los niños no son ayudados en su naufragio?

¿Cómo el mundo puede dormir con su consciencia tranquila, cuando los cuerpos flotan en los océanos?

¿Qué le está pasando a la humanidad de hoy, que es capaz de abortar y de ultrajar la Ley de la Vida, sin ningún sentimiento?

¿Ahora comprenden por qué el mundo está como está?

Mis Palabras no darían para describir todo lo que verdaderamente sucede en este mundo. Por eso, Mi Hijo los Ha llamado a una definición inmediata. El tiempo es ahora, no habrá otro.

Yo les agradezco por estar abiertos a escuchar la verdad y por hacer algo, verdaderamente, para que esto cambie. Esto comenzará en ustedes mismos y no en los demás, observando todos los días lo que tienen que mejorar.

En este lugar ni en ningún otro lugar de esta Obra, concebida por Nuestros Sagrados Corazones, ya no puede haber espacio para reclamar. Si así lo hicieran, no estarán comprendiendo la Misericordia. El primer esfuerzo es el de ustedes, para que después el esfuerzo se viva en el mundo entero.

No se olviden de seguir rezando por los no nacidos. Necesito que se hagan corresponsables de esas almas, por el perdón de los pecadores, de los que promueven ese ultraje al Corazón de Dios.

Para que este llamado resuene en lo más profundo de la consciencia, en los cuatro puntos de este mundo, vengo a pedirles una canción para que mediten mientras escuchan esa melodía y que revivan este Mensaje cuantas veces sea necesario, cuantas más veces, mejor será su respuesta.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a escuchar, en Presencia de la Virgen María: "Encuentro con María en el corazón".


Los bendigo y los animo a seguir adelante por Cristo, renovando cada paso de sus vidas, en gratitud y amor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Canción: "Encuentro con María en el corazón".

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, CON MOTIVO DEL 8.° ENCUENTRO ANUAL DE LOS HIJOS DE MARÍA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oremos:

 

Adonai,
Misericordia, Misericordia, Misericordia,
Redención, Redención, Redención,
para este planeta.

Amén.
(seis veces)

 

Aunque la oscuridad parezca aprisionar a la consciencia del planeta y a todas las almas posibles, Yo les digo: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.

Aunque todas las guerras se desaten en el mundo y las almas emigren a diferentes naciones, Yo les digo: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.

Aunque se avecinen los tres días de oscuridad y la confusión mental esté presente en la mayoría de Mis hijos, Yo les digo: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.

Aunque, en las ciudades de diferentes lugares del mundo, muchas consciencias vean caminar a entidades, Yo les digo: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.

Aunque la desesperación, la angustia y la ceguera espiritual estén presentes en la mayoría de Mis hijos, especialmente en aquellos que dirigen las naciones y someten a toda la sociedad; Yo les digo: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.

Aunque el sufrimiento parezca más grande que el amor, aunque el dolor sea más grande que la cura, aunque la mentira parezca más grande que la verdad y aunque la impunidad sea más fuerte que la fraternidad; Yo les digo, hijos Míos: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.

Y aunque las almas de este mundo, es decir todas las personas, vean que suceden cosas horribles, que se abren muchas puertas inciertas y que se sigue sometiendo a las almas por la injusticia y la mentira de este mundo; Yo les digo, hijos Míos: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.

Mi promesa sigue vigente y latente.

Yo vendré, después de Mi Hijo, para restablecer el Reino Espiritual y Celestial en el planeta. Por eso, hijos Míos: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.

Esta es la hora de todos los Hijos de María. Esta es la hora de la confirmación de todos los apóstoles de Cristo.

¿Quién sostendrá, junto a la Madre Celeste, el estandarte de la Paz?

¿Quién no permitirá que su corazón se enfríe delante de esta indiferencia planetaria?

Este es el tiempo de la confirmación final de todos los Hijos de María, porque el tiempo de la preparación ya pasó. Ahora ya no son Mis niños, ahora son los servidores adultos en evolución.

Ahora, deben ser embajadores de la paz y ciudadanos de este universo, para que los Atributos Divinos desciendan a la Tierra y los millones de almas en el mundo, debido a las guerras y los conflictos, no se olviden de que Dios es Amor, Verdad y Justicia, y que nadie, ni ningún acontecimiento borrará de los corazones la esencia del Amor de Dios, aunque parezca que el sufrimiento, los conflictos y las migraciones borren en los corazones la Verdad, que es el propio Dios Vivo.

Por eso, Yo les digo, hijos Míos: “No teman, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará”.

Este es el tiempo de que los Hijos de María sean verdaderas consciencias decididas a servir al Plan, que permitan que el espíritu superior de cada hijo Mío descienda y que, a través de su propio origen universal, se establezcan en la Tierra los Espíritus Guerreros de la oración, los Espejos de la oración, los Contemplativos de la oración, los Guardianes de la oración, los Vigilantes del Plan, los Curadores del Amor de Dios y los Gobernantes del Rey Universal.

Coloquen sus consciencias en la dirección correcta, no permitan que lo superficial y lo horizontal los envuelva. No permitan que las fuerzas contrarias a la Luz sigan sometiendo a todas las consciencias a través de la desinformación y de la mentira.

Coloquen sus consciencias en dirección vertical y vean, en lo alto de los montes de este mundo, la victoriosa y luminosa Cruz del Redentor, que ya no será la Cruz del sufrimiento, sino la Cruz de la Misericordia, de la Justicia y del Amor que se ofrece a ustedes, de tiempo en tiempo, para que a través de la victoria de la Cruz en sus vidas, sus consciencias se eleven  a Dios y, en nombre de todos los que niegan al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, establezcan en este mundo la Justicia Espiritual y la Compasión, lo que permitirá que los que se han condenado al fuego del infierno, hablo de los que dirigen las naciones y todos sus súbditos, tengan la oportunidad de que, a través de Mi Hijo, el Cristo Redentor y Resucitado, todos se puedan redimir, porque ese es el verdadero Amor, amar al enemigo y no destruirlo. 

Aunque el enemigo destruya en lo material, mental o espiritual, los invito, Mis amados ejércitos orantes, los invito, Mis amados Hijos de María, a que en este tiempo sean verdaderos estrategas del Plan de Dios, que no luchen con armas, que no ofendan con palabras, que no atraigan a través del pensamiento lo que es negativo, sino que sean como Mi Hijo, el Cristo, que en lo alto del Monte Calvario redimió al mundo entero, hasta el último momento de Su expiración.

Por eso, Mis amados hijos, es hora de cambiar la frecuencia de este mundo y permitir que, a través de las columnas de la oración, del servicio, del diálogo, de la compasión y del entendimiento, se abran las Puertas de los Cielos para que las Gracias de la reparación, de la cura y de la redención desciendan sobre las almas más necesitadas en este tiempo y, así, se cierren los infiernos de la superficie de la Tierra, en donde grandes consciencias negativas trabajan en la involución de las consciencias y de las almas.

Pero en esta estrategia espiritual que Yo los invito a practicar por medio de la oración, de la adoración, de la Comunión y del servicio, no deben desafiar ni tampoco tentar al enemigo. La estrategia del silencio será su escudo. La estrategia de la oración será su espada que cortará los grilletes del mal y disolverá los infiernos, en donde muchas almas radican sin poder encontrar la Luz y el Amor.

¿Ahora, comprenden la estrategia de estos tiempos? 

Porque el mal se disolverá por su propio mal. Recuerden que Mi Hijo es el Amor, Él es la Verdad y Él es su Vida, y que Su Amor es lo que le cierra las puertas al mal.

Decídanse, Hijos de María, no solo a ser los apóstoles del fin de los tiempos, no solo a ser consciencias disponibles, decididas y definidas, sino también ofrézcanse a Mi Hijo y a Mi Materno e Inmaculado Corazón como chispas de la Luz de Cristo, códigos de Su Amor Redentor, espejos de la Madre Celeste, que pueden brillar en la superficie de este planeta para que el caos sea vencido, extirpado y retirado de la consciencia humana.

Así como les dije ayer, no quiero venir con un Mensaje de advertencia o de miedo. A través del Universo Celestial, Yo les traigo la verdad y la realidad para que sus ojos ya no se confundan, para que su atención no sea desviada por el caos de este mundo y por la ilusión.

A través de las almas bondadosas y generosas, a través de las almas de sacrificio y de las víctimas del Amor de Cristo, es en donde, una vez más, triunfará el Amor, la Justicia y el Bien de Dios. Y esa será la gran y victoriosa justificación ante todos los pecados y errores del mundo, y mismo delante de todas las guerras, condenaciones, sacrilegios e indiferencias, porque las almas serán esa justificación ante Dios, las almas, los Hijos de María, que a partir de hoy decidan que sus vidas ya no les pertenecen, sino que sus vidas pertenecen a Dios, el Creador.

Así abrirán la puerta correcta para vivir Su Divina Voluntad. Crean que esto es así. Crean y sientan, en este momento, la misma situación interior y espiritual que su Madre Celeste, la Virgen María, vivió con el Arcángel Gabriel.

¿Acaso ustedes creen que Yo dudé del Llamado de Dios cuando recibí ese Llamado del Cielo?

Ustedes están ante el mismo momento interior. Están ante la gran oportunidad, en nombre de muchos hijos perdidos, de abrazar el Llamado de Dios, de amar la cruz, para que ella se vuelva más victoriosa y redentora.

Hoy, vengo de un lugar del universo, de un lugar de este sistema solar, en donde los Espejos Celestes vuelven a trabajar por la paz en el mundo, de una forma silenciosa e imperceptible. 

Por eso, invito a todas las almas orantes, a todos los corazones espejo, a que, en este día, muy especial para Mí, en donde muchos Hijos de María tienen la oportunidad de renovar sus votos internos y de dar un paso definitivo y verdadero, a que los corazones orantes estén muy unidos a los Espejos Celestes de la Madre de Dios; porque ustedes saben que la humanidad lo necesita, necesita de esa paz que fue boicoteada, de esa esperanza que fue condicionada, de ese amor que fue oprimido y sepultado, de esa fraternidad que fue disuelta a través del mal, de la impiedad y de las guerras.

Son los Espejos Celestes de la Madre de Dios que hoy se reflejan en los corazones orantes, que elevan su verbo hasta los Tronos de Dios para suplicar por Misericordia y Redención.

Que se alegren los que han persistido hasta este momento del camino.

Que mediten los que no consiguieron seguir los Pasos de Cristo.

Que oren todos Mis hijos por aquellos que fueron desviados del propósito del Amor, por diversas situaciones y circunstancias.

Quiero que cada Hijo de María, hoy, delante de la cruda realidad del mundo, del dolor y del sufrimiento de las almas más inocentes e inofensivas, que Mis hijos, los Hijos de María, no solo se sientan envueltos por Mi Manto Celeste para que en sus corazones brille la Estrella de la Hermandad, sino que en nombre de aquellos que no pueden llegar hasta Mí, por el conflicto y las guerras, por la desesperación y la angustia, por la oscuridad y el absoluto vacío de los desiertos de la vida, quiero que Mis Hijos de María, en nombre de cada uno de ellos, coloque su cabeza sobre Mi pecho para que Yo los pueda abrazar con Mi Luz y con Mi Amor.

En este momento, sientan en el silencio del corazón el latir del Corazón de la Madre Divina, de un Corazón que los ama, de un Corazón que los acepta, de un Corazón que los abraza, de un Corazón que los baña con el Amor de Dios, de un Corazón que los ilumina en cada uno de sus pasos.

Sientan, por un momento, el Corazón de la Madre de Dios, un Corazón que sufre por el mundo cuando las almas se distancian de Dios, cuando las almas se alejan del Padre de la Divina Misericordia.

Ahora, abrácenme, colocando sus manos en Mi cintura, sobre el cinturón dorado de la Madre de Dios, y coloquen sus oídos sobre Mi pecho, el Centro de Luz Femenino de la Creación, que guarda y protege a todo el universo y la vida.

En esta alianza Conmigo, internamente, renueven sus votos con el Padre Creador.

Yo les agradezco por escucharme y también les agradezco por tener la valentía de persistir, para que el Retorno de Cristo sea una victoria en el mundo entero.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús: 

Oremos. Aún con nuestra cabeza sobre el pecho de la Madre de Dios, oremos junto a Ella en unidad y confianza, en fraternidad y amor.

 

Señor,
 que se cumpla el advenimiento de la Nueva Raza,
que la humanidad pueda expresar su arquetipo,
que la palabra sea viva y construya Tu Templo,
que se expanda en nosotros Tu misterio
y que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu Nombre
y glorificar la perfecta unidad.

Amén.
(tres veces)

 

¡Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das!

En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Queridos hijos del mundo:

Entreguen su corazón a Dios y arrepiéntanse pronto, porque queda poco tiempo.

Entréguense al amor de Dios y estarán a salvo.

No dejen que las tinieblas los sumerjan.  Abran sus corazones y encontrarán la Luz que proviene del Infinito.

Queridos hijos, queridos hijos del mundo, ofrezcan penitencia, reparación y mucha oración, para que más almas sean ayudadas, sean retiradas del error y despierten al Amor de Mi Hijo, al camino del apostolado y de la redención.

Queridos hijos,  lo que Yo les ofrezco, a través de los Centros Marianos, es lo máximo que Yo les puedo entregar, todo lo que el Padre me ha permitido. Llenen estos Centros Marianos de personas necesitadas de amor; de almas sedientas de oración y gran parte del mundo podrá cambiar.

Difundan en el mundo a Mis Centros Marianos; aún es poca la concurrencia y es muy grande la  necesidad de oración en el mundo.

Cuento con Mis fieles colaboradores, con Mis ejércitos celestes, que se han comprometido Conmigo desde su consagración, para que las almas lleguen a los Centros Marianos  y reciban, como ustedes, todas las Gracias.

Queridos hijos,  Dios tiene escrito un destino para esta humanidad, un destino lejos del sufrimiento y del dolor; por eso es importante, Mis hijos amados, que en los  Centros Marianos exista la vida, la alegría y la devoción de servir a Dios.

Necesito, queridos hijos, que puedan ser más creativos, que convoquen a los rebaños de Dios, a las almas dispersas por el mundo que no conocen el Amor de Mi Corazón Inmaculado, ni tampoco el gran Amor de Dios.

Sean peregrinos de Mis Centros Marianos, para que muchos más lo puedan ser. Traigan a las almas hacia los Centros Marianos, a través de todos los medios posibles.

Mis Centros Marianos son consagrados para el mundo herido, para la humanidad enferma, que a través de ellos debe alcanzar la cura, el perdón y la redención.

En Mis Centros Marianos he dejado los tesoros del Cielo, las más grandes dádivas del Universo, que aún son desconocidas por las almas, porque ellas son intangibles y provienen del Espíritu de Dios, del Propósito de Su Fuente Inmaterial.

Queridos hijos, Mis Centros Marianos son para todas las naciones del mundo, así como los Santuarios Marianos en el mundo. 

Quiero que sean voz y eco de Mi Mensaje. Quiero que sean voz y eco de los Centros Marianos de Amor, que ellos estén llenos de almas necesitadas del Amor del Padre y de la Misericordia del Redentor.

Para que eso sea posible, hijos Míos, ustedes deben pensar en grande y no en pequeño; deben asumir grandes desafíos en este tiempo final, porque mientras no los asumen o no los lleven adelante, muchas más almas se pierden en el mundo de  los abismos y son llevadas a la gran ilusión de esta humanidad.

Queridos hijos, en los Centros Marianos están las dádivas que las almas necesitan para este tiempo, las llaves que necesitan encontrar para abrir las nuevas puertas hacia la redención y el perdón.

Por ejemplo, hijos Míos, este Centro Mariano de Aurora tiene un propósito con la cura de la humanidad. Necesito que los hermanos que aquí llegan todo el tiempo, que todos Mis hijos de esta nación y de esta región correspondan a este Centro Mariano; que puedan abrir más sus mentes y corazones para acoger a los más necesitados.

Ustedes, queridos hijos, son los difusores de los Centros Marianos de Amor; mientras esa difusión no se lleve adelante, muchas Gracias que vienen del Cielo, se detienen, no pueden descender y están restringidas a muchas almas.

Necesito, queridos hijos, que asuman ese compromiso Conmigo ayudando a manifestar en los Centros Marianos su verdadera tarea. En cada uno de ellos he dejado un Don especial de Dios, Don que deben descubrir por su trabajo, por su dedicación, por su sintonía con cada uno de ellos. Cuando eso llegue a suceder, las almas vivirán los grandes cambios que necesitan y ya no se sentirán solas, ni tampoco perdidas, porque estarán con Dios y en Dios.

Yo vengo a entregarles esta dádiva y este tesoro de los Centros Marianos, porque es la misión de los hijos de María, de todos los grupos de oración, hacer vivos a los Centros Marianos para que ellos no mueran rápidamente. Es su compromiso y también su obligación como hijos Míos, venir a los Centros Marianos al menos quincenalmente. Porque mientras las Gracias siguen descendiendo, sus corazones deben ser receptáculos para ellas, sus vidas deben ser mediadoras para que esas Gracias que vienen del Universo se retransmitan a las almas.

Si en los Centros Marianos no hay almas físicamente andando y orando, las Gracias no pueden llegar a la humanidad dolorida y menos aun a aquellos corazones que sufren por el horror, por la enfermedad y por la perdición.

Que sus corazones, que sus labios y que sus manos sean difusores de los Centros Marianos de Amor; así ayudarán a su Madre Celeste a que la Obra de Redención y de Misericordia llevada adelante por Mi Amado Hijo, no solo permanezca en los Centro Marianos, sino también en todo el mundo que debe saber y conocer, a través de Mi Mensaje, que Yo estoy aquí presente entre ustedes y convocando a la humanidad para que ella viva su preparación en el fin de este tiempo.

Mis ejércitos de Luz deben crecer,  eso comenzará a partir de los Centros Marianos y del verdadero compromiso de todos los hijos de María.

La consagración no termina en ustedes. La consagración, los lleva a vivir un compromiso con el Plan de Dios y así ustedes, estarán cumpliendo Su Voluntad, así como la cumplen todos los Ángeles del Universo.

Queridos hijos,  desde este nacimiento de Aurora, desde el renacer de su Fuego superior, de su Llama curadora, estamos ingresando en el último tiempo del despertar de la humanidad y ese ciclo en algún momento se cerrará. Dependerá de ustedes, hijos amados, que ese despertar que debe surgir desde los Centros Marianos de Amor pueda llegar a todas las almas posibles, a todos los corazones necesitados, en todas las lenguas posibles.

Primero, queridos hijos, deben expandir su consciencia, su corazón,  para poder abrazar la Obra de forma planetaria; para que más puertas a la conversión y a la redención se puedan abrir en otras naciones del mundo.

Aquí, con todo Mi Amor maternal, en Aurora como en otros Centros Marianos,  he gestado las bases para esa nueva etapa. Es hora de que Mis soldados de la oración y de la paz acompañen a su Madre Celeste en este nuevo desafío.

Hoy les vengo a dejar este mensaje, hijos amados,  porque aún hay mucho por hacer, aún hay mucho por qué corresponder, hay mucha responsabilidad aún por vivir por cada uno de ustedes.

Con este mensaje de preparación, hijos amados,  hoy vengo a consagrar a nuevos hijos de María, que representarán a muchos más, a muchos más que se deberán consagrar en el futuro al Amor de Mi Inmaculado Corazón y a la sagrada tarea de vivir y de asumir los Centros Marianos; para que estos algún día se conviertan en el verdadero Espejo de Dios, que debe reflejar al mundo el último tiempo de la Misericordia, de la Reconciliación y de la Cura de las Almas.

Los Centros Marianos deben ser la morada de los simples, de los buscadores del Amor de Dios y de todos los perdidos que no encuentran sentido en sus vidas, ni en sus caminos.

Deseo ardientemente, queridos hijos, que el mismo impulso espiritual que sus almas recibieron desde el día de su consagración como hijos de María, pueda repercutir y expandirse en más almas del mundo que claman por Mi Corazón y Mi Intercesión. 

De esa forma, respondiendo a las súplicas de Mis hijos de todas las naciones y de las diferentes razas del planeta, Yo vengo a entregarles esta Misión en respuesta a la súplica de Mis hijos del mundo, para que Mis ejércitos de Luz, para que los hijos de María, hagan florecer la misión especial de los Centros Marianos y vayan al encuentro de las almas del mundo llevando Mi Mensaje de Amor, Mi Mensaje de esperanza y de paz para todas las criaturas. 

Para que eso sea posible, hijos amados, deben ofrecerse al Redentor, como Sus apóstoles dispuestos a ir al encuentro de las almas del mundo; no sólo en la vía del servicio, de la oración o de la comunión, sino también, hijos Míos, al encuentro de las naciones del mundo que deben recibir la ayuda espiritual que tanto esperan y que tanto necesitan para tener una nueva oportunidad en este camino de amor y de redención que Yo les ofrezco.

Será de esa forma, hijos amados,  que los Centros Marianos se podrán expandir en el mundo y no se restringirán a la región en donde se encuentran, sino que tendrán sus puertas abiertas para recibir a todos los peregrinos del mundo. Eso espero que suceda algún día; no les pido que los convenzan o los conviertan, sino que los reciban con amor, que les enseñen a vivir la oración y que sepan que existe un camino de salida de todo el caos de este mundo, un camino que los lleva a Mi Inmaculado Corazón y de Mi Inmaculado Corazón al Reino de Dios.

Únanse como grupos y servidores para asumir esta Misión por los Centros Marianos, y ayuden a que los Centros Marianos puedan manifestar los pedidos de los Mensajeros Divinos y que estos se concreten para que más energías espirituales y principios universales desciendan a través de ellos.

Para eso, hijos Míos, también será necesario, ayudar en la concreción de todas las manifestaciones necesarias que los Centros Marianos deben tener, para ayudar a enfrentar el fin de este tiempo y el ciclo final que la humanidad vivirá en poco tiempo.

Los Centros Marianos deben ser islas espirituales de salvación, para que los corazones más solitarios y perdidos, encuentren alivio, paz y esperanza.

Si hoy les pido esto, Yo, que Soy su Madre,  es porque es posible concretarlo; existe el potencial en sus corazones, solo deben dar el primer paso, para que el Universo del Padre lo pueda concretar todo.

Los Centros Marianos serán la referencia para cuando Nosotros ya no estemos aquí. Ustedes saben, hijos amados, que existe un tiempo para estar entre ustedes, y para ese tiempo no falta mucho. Después de diez años de Gracias, sus corazones están listos para asumir la tarea de los Centros Marianos, que los Sagrados Corazones de Jesús, de María y de San José, hoy les encomiendan a todos. 

Aquí nos encontrarán espiritualmente porque Nuestros Corazones siempre estarán en los Centros Marianos para traer alivio a las almas, cura y redención a los corazones.

Hoy estoy realizando esta consagración de nuevos hijos de María de forma especial, como si fuera la primera vez que aquí, en Aurora, consagré a los primeros hijos de María, que hoy forman parte de Mi Obra, que se han fortalecido en la fe y en la oración y que peregrinan junto Conmigo de forma incondicional y entregados a vivir la Voluntad de Dios.

Renovando ese Principio de Consagración que fue vivido aquí, hace muchos años, hoy vengo a renovar ese voto de consagración, para que los que llegarán a consagrarse en el futuro puedan vivir el mismo impulso de despertar y de compromiso con Dios, a fin de establecer en la Tierra los mil años de Paz.

Que vengan aquí los que hoy se consagrarán.

Prepararemos hoy el himno de su consagración como si fuera la primera vez que las almas reciben un gran impulso para poder dar un gran paso, como lo dieron muchos hijos de María, en estos últimos años en donde dijeron “si” al Plan de Dios.

Quisiera escuchar la música instrumental introductoria de ese himno para poder bendecir a los que hoy se consagrarán ante su Madre Celeste.

Oraré por estos hijos que hoy se consagran en nombre de todos los que ya se consagraron, para que puedan revivir su compromiso, confirmar sus votos y llevar adelante esta misión especial que hoy les encomiendo en la manifestación de los Centros Marianos y en la difusión de los mismos, como islas espirituales de salvación.

Coloquemos nuestra mano izquierda sobre el corazón y únanse a Mi Inmaculado Corazón. En esta sagrada oferta que hoy realizaremos juntos para nuestro Padre Celestial.

¡Altísimo Señor del Universo, que escuchas las plegarias de Tu Sierva!
¡Altísimo Padre Creador, Fuente de Amor y de Unidad para todo lo que existe!
¡Altísimo Adonai, Venerable Emanuel, Santísimo Abba!

Escucha la oración de Tu Sierva en este momento, para que los corazones del mundo que algún día se consagrarán a Mí puedan florecer Tus Virtudes y puedan descender todas Tus Gracias, a fin de que se establezca el alivio para el sufrimiento, la cura para las enfermedades, la sanación para las almas y la redención para los corazones.

Que todo el Amor que proviene de Ti hoy sea derramado sobre estos hijos que se consagran, para que como muchos otros, se renueven en Tu Propósito Divino y en Tu Infinito Llamado.

Que los Ejércitos de la Luz hoy se multipliquen para que más almas en este mundo sostengan el estandarte de la paz, el que indicará el retorno de Cristo.

Amado Señor concede la Gracia para estos espíritus que hoy se postran ante Tu Sierva para recibir Tu Amor reparador, Tu eterna Misericordia.

Hoy renuevo, en nombre de ellos, la consagración de todos los hijos de María, para que en estos tiempos que llegan Mi Manto Celeste de Luz y de Paz se expanda en todas las naciones del mundo, porque Mi más ardiente deseo, Padre Amado, es que hayan hijos de María en todas las naciones del mundo.

Y hasta que eso no se cumpla, Yo te pido Señor, poder estar aquí, cerca de Mis niños, para poder acompañarlos en esa gran aspiración. Amén.

Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

Y ahora, que el Padre escucha la voz de Sus hijos más simples y perseverantes, entonemos este himno de consagración para que más núcleos internos, más almas en esta humanidad, despierten a su consagración en preparación del retorno de Cristo.

Yo les agradezco, a pesar de todo, por responder a Mi llamado y agradezco a todos los que hoy están aquí y a los que estarán algún día. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN FÁTIMA, PORTUGAL, A LOS VIDENTES FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN Y HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Fray Elías del Sagrado Corazón transmite las Palabras de la Virgen María:

Hoy, vengo del Cielo como la Señora del Apocalipsis, para decretar a través de Mis Palabras que el tiempo final se está aproximando y, nuevamente, el fin de un ciclo en el que la humanidad deberá estar aún más despierta para poder percibir los cambios, que no solo llegarán a la consciencia, sino también a la vida planetaria.

Soy la Señora del Apocalipsis, soy la que antecede al final del Omega, porque a partir de allí todo sucederá y nada más estará oculto.

Por eso, deben estar preparados para ese momento, con otra actitud a partir de la consciencia, porque así, esa actitud se reflejará en la vida material, y sabrán actuar con discernimiento y cautela en el momento de tomar decisiones y de llevar adelante el Plan de Mi Hijo.

No teman si ven a su alrededor a las fuerzas del caos moviéndose, actuando o interviniendo; es señal de que el fin está llegando y de que su neutralidad será importante para que, sin indiferencia, puedan hacer lo que deben hacer.

Este momento marca un tiempo inesperado para todos. La humanidad nunca pasó por esta transición y tampoco conoce de qué se trata.

Por eso, vengo a anunciar, como Señora del Apocalipsis, que todos Mis hijos deben estar despiertos en esta hora crucial para que, junto con sus Ángeles de la Guarda, puedan atravesar estos desiertos que se aproximan a la consciencia planetaria, en donde será muy necesaria la Misericordia de Dios.

Ya no teman por lo que se mueve dentro o fuera de ustedes, por lo que es impuro, imperfecto o infiel.

Aférrense a Mi Manto Solar, Yo los levantaré del suelo para que caminen junto con su Madre del Apocalipsis hacia la finalización de una etapa que recién ha comenzado.

Mientras tanto, mantengan un espíritu de esperanza y proyecten hacia el futuro todo lo bueno que podrá suceder cuando muchas más almas se rediman en Cristo y encuentren el sentido de sus vidas, para dejar de estar ciegas espiritualmente y encarceladas álmicamente.

Necesito que sustenten este Cetro que Yo les estoy entregando hoy, el Cetro de Dios, que moverá en este planeta todas las cosas antes de que retorne Mi amado Hijo, el Cristo.

Por eso, los apóstoles no pueden estar dispersos, perturbados ni tampoco alarmados por lo que sucede a su alrededor. 

En estos tiempos, deben mantener un espíritu de fe, de confianza y de amor para superar las pruebas que llegarán.

Sé que se han preguntado interiormente: ¿por qué Dios permite ciertas cosas, al punto de que las almas deban sufrir y pasar por duras pruebas?

Dios no es Quien causa el caos, sino la humanidad que es indiferente y está apartada del amor.

Ustedes, que ya han conocido cómo llegar a la Fuente, deben llegar a esa Fuente todos los días, porque si no sus espíritus se secarán y no estarán nutridos por el agua de vida que representa Mi Hijo en Su Divinidad.

Necesito que sean valientes y que aún sustenten con una mano el estandarte de Mi Paz y con la otra mano la espada redentora de Cristo; porque aún habrá que seguir luchando por un Plan que, en muchas mentes, no tiene más sentido.

Si Mi Hijo no hubiera permitido que lo derrotaran, aunque aparentemente haya sido así, Su Amor no hubiera triunfado.

Su entrega, Su incondicionalidad y Su Amor derrotaron a los enemigos; y venció el Plan, triunfando la Luz por encima de todas las tinieblas.

Abran sus ojos internos y sientan en sus corazones, profundamente, que están atravesando el momento más crucial de la pasión que vive la consciencia del planeta, que está agonizando al sentir que sus criaturas aún no viven el cambio.

Por eso, las corrientes del universo están actuando, y algunas llegan físicamente a ciertos lugares, para movilizar el estado de resistencia y del no cambio que viven algunas almas.

No piensen que están siendo castigados o que el Juicio de la Divinidad ya llegó, porque aún no se ha aproximado al mundo.

El propio caos lucha contra el propio caos; el mal se traga a sí mismo, luchando, batallando y debatiendo para saber quién tiene el primer puesto.

No permitan que los tiempos los atormenten, no dejen de mirar al sol que verdaderamente son, porque será necesario que él brille en estos tiempos de purificación y de pruebas.

Yo vengo a preparar el camino para la llegada de Mi Hijo, para el momento en el que todo estará permitido.

Realmente serán dichosos aquellos que, con suma confianza, se coloquen debajo de Mi Manto, para que su Madre Universal los pueda proteger.

Y ahora, vean a través de lo que viven en estos tiempos, que es necesario realizar un cambio interior.

No se sorprendan por lo que ven dentro de ustedes y a su alrededor. Es hora de que todo se expurgue hacia afuera a fin de que se cumpla el Proyecto de Cristo en la humanidad, y los nuevos rebaños se congreguen en la nueva Cena que celebrará el Señor.

Yo soy la Señora del Apocalipsis; y hoy vengo como Madre y Sacerdotisa de las almas que espejan, con sus oraciones, el Amor de Dios y que, tomadas de las manos junto a Mí, en un sagrado oratorio, proclaman la victoria de Cristo y Su Retorno al mundo en estos tiempos que llegarán.

Que sus labios nunca se cansen de proclamar la fe, que su camino sea pleno de Gracias y que abran sus sentidos internos para poder percibir la realidad que acongoja al mundo y lo sumerge en un profundo dolor.

No teman, ya no teman. Yo estoy aquí y soy su Madre. Es momento de que confirmen su confianza en Mi Corazón Inmaculado.

Cuando las aguas de los mares están turbulentas es señal de que todos deben estar unidos bajo el mismo propósito. Y es ese propósito y ese fin que los protegerá, porque el propósito siempre debe ser amor, servicio y entrega para que muchos más se beneficien con esto. 

Hoy tengo entre Mis manos el Libro del Apocalipsis, y su Madre Celeste lee las revelaciones que en él se encuentran y que aún la humanidad no ha conocido, que son las revelaciones escritas con las palabras de Juan.

Son las señales que él ha visto hace tanto tiempo y que se están manifestando en la humanidad, en esta era para que, finalmente, surja el cambio y todos puedan llegar a la Fuente y comulgar de Dios.

Sientan que estas escrituras se están proyectando en la humanidad y que el dragón de fuego está saliendo de su abismo. Esto indica que Cristo está retornando, aunque no lo parezca.

En seguida verán a San Gabriel Arcángel abriendo el último sello, de los siete que existen, para mostrarle al mundo que la última etapa de la redención se aproxima y que todo lo que está en el abismo será colocado en juicio ante el Creador. Mientras tanto, mantengan su neutralidad permanente e invoquen el poder del Amor para que sepan socorrer a sus semejantes.

Mientras el último sello se abre no dejen de orar ni siquiera por un momento. Llegó la hora de que su pensamiento esté elevado de forma continua y constante. Llegó la hora de que sus sentimientos, pensamientos y acciones sean pura oración, porque así estarán siempre protegidos por el Manto de su Madre Celeste.

Si algunas cosas hoy suceden a su alrededor, recuerden que por detrás de todo existe un Propósito.

Abracen el cambio y esas cosas terminarán; el sufrimiento se disolverá de la nada; florecerá la fortaleza, la sabiduría y la esperanza que muchos necesitan; y podrán caminar libres de sus amarras y cadenas. Sus pies llegarán hacia lo más alto de la montaña, donde Cristo posará Sus Pies como Luz Solar, para declarar al mundo que Él ya ha llegado a poner fin a todo lo que se ha destruido. 

Y Sus Arcángeles elevarán los Cálices a Dios, ofreciendo este nuevo sacrificio por la humanidad.

Los que han sido mártires, corderos, los que han sido desterrados de su patria o de su misión serán reconocidos.

Cristo Jesús, a través de Su Corazón, entregará Su gran Estrella al mundo para sembrar en la Tierra los nuevos principios de Luz, los cristales de la redención que sustentarán a la nueva raza en el surgimiento de una Nueva Humanidad. Para que todo eso se cumpla, deben pasar por este ciclo, queridos hijos.

Cuando el lobo esté queriendo cazar a las ovejas del Pastor será señal de que el Redentor estará llegando con pasos firmes y silentes al mundo para derrotar a su enemigo y disolverlo en la Fuente del Amor.

Que sus ojos no dejen de mirar al cielo e implorar con oraciones.

Que sus actos sean verdaderos y no mezquinos.

Que su sentimiento sea, cada vez más, amar, amar y amar hasta que sus seres se rindan en la energía crística.

Y así, los que han venido del universo, enviados por los Señores de la Ley, finalmente, se redimirán. Entregarán sus cascos, espadas y estrellas a los Pies de Cristo; y ya no será necesario batallar para conquistar la Verdad y el Amor de la Fuente; porque su Señor, el Maestro entre los maestros, los liberará del pasado y sus esencias se encenderán cuando reconozcan la Presencia de Cristo.

Esto es todo lo que está en el Libro del Apocalipsis, algo que Juan no ha escrito, por más que lo haya visto, porque no era momento de que la humanidad lo conociera.

Pero ahora, Yo que soy su Profetisa y Sacerdotisa, al servicio eterno de Mi amado Hijo, vengo a anunciar los nuevos tiempos, las nuevas metas y los nuevos principios, para que las almas se aferren a ellos y no se dejen llevar por la tribulación, porque San Miguel retornará.

San Miguel Arcángel retornará en su estado de resplandecencia para que, con su espada de Justicia y de Luz, extirpe lo que ha ocasionado el dolor y el sufrimiento en la humanidad; y las ilusiones del mundo se disolverán, las almas sentirán un amor crístico desconocido y, finalmente, los soles en la Tierra brillarán para formar parte, junto con este mundo, de la Confraternidad Universal.

 

Hermana Lucía de Jesús transmite las Palabras de la Virgen María:

Todo lo que les revelo, en este día, es parte de una Voluntad Celestial, Divina, de Aquel que Me envió al mundo.

Llego con el Libro del Apocalipsis, hijos Míos, para fortalecer la fe y la esperanza en sus corazones; porque el mundo se purifica y aún se purificará más intensamente, y todos Mis hijos habrán de vivir esa purificación.

Sin embargo, en su interior Mis palabras resonarán como una fortaleza y una esperanza que estarán en el horizonte de sus vidas, como algo que se cumplirá, una Verdad que se manifestará después de que el caos y el mal emerjan en este mundo con todo su falso poder.

Hoy, vengo a enseñarles a no observar los acontecimientos del mundo solo con ojos humanos, sino que los ojos de sus espíritus y de sus corazones estén abiertos para comprender los acontecimientos y para hacer que otros comprendan que la Justicia de Dios no es un castigo, que la purificación del planeta no es el fin de la humanidad, sino el fin de la degeneración humana.

Es el comienzo de un nuevo ciclo, de una nueva era, en donde la indiferencia y la falta de amor ya no podrán existir en las consciencias. Y aquellos que no puedan vivir la Ley, manifestarla y expresarla en sus vidas, serán conducidos a otros mundos, a otros espacios, en donde podrán aprender según su consciencia y sus elecciones en esta Tierra.

Todo será encaminado hacia donde deberá estar. Nada quedará fuera de lugar, porque la Ley de Dios vendrá a enderezar los caminos de los hombres, para que ellos encuentren la senda para retornar.

Cuando el caos y el mal emerjan delante de sus ojos, recuerden Mis palabras, recuerden su misión y su propósito en esta Tierra. Porque lo que construí dentro de ustedes se transformará en herramientas para que puedan actuar en estos tiempos. Herramientas que se expresan a través de la paz, de la neutralidad, de la compasión y de la Misericordia para los que están perdidos y distantes de Dios.

Fortalezcan, hijos Míos, todo lo que les entregué. Descubran, dentro de ustedes, estas herramientas de Luz que se expresan a través de las virtudes para que, en el momento correcto, sepan encontrarlas en su interior.

Hoy, pensarán que su transformación es rigurosa y que los cambios son intensos para que la consciencia acompañe al ciclo del planeta. Pero pronto comprenderán que todo lo que Dios les pide tiene un principio y una finalidad superior, que verán manifestarse cuando llegue la hora de que Mi Hijo los encuentre prontos, dispuestos a unirse a Él, para que tenga compañeros con los cuales contar cuando llegue al mundo.

Su resplandecencia será absoluta y Su brillo será visible para todos los ojos humanos.

Sin embargo, muchos hijos Míos temerán mirarlo, seguirlo y recibirlo en este mundo; porque no se sentirán dignos de recibir Su perdón, porque verán emerger sus errores y las consecuencias de su indiferencia.

Por eso, hoy les pido que, comprometidos con el Plan Superior, preparen sus corazones y los fortalezcan, no solo para cruzar los tiempos de mayor tribulación, sino para que tengan el valor y la humildad de mirar a los Ojos de Cristo, cuando Sus Pies pisen la Tierra.

Que tengan la humildad de recibir Su perdón y de ser colmados por Su Misericordia, para que Él los transforme definitivamente y les muestre su verdadera faz, aquello que ustedes son como parte de una Voluntad Divina y que, de esa forma, hijos Míos, una molécula de la Consciencia de Cristo ingrese en su interior y los haga partícipes de un nuevo tiempo, de una nueva raza que se construirá con esfuerzo, con renuncia y con un profundo amor que no proviene de esta Tierra, sino de lo más íntimo del Corazón de Dios.

Quiero hoy, renovar a todos Mis hijos, a todos los Hijos de María, para que jamás teman vestir Mi Manto, para que den testimonio de Mi Presencia; que jamás nieguen que son consagrados a Mi Inmaculado Corazón, que venzan el miedo con la potencia del amor y que den testimonio de la transformación que la oración hizo en sus vidas.

Con esto, hijos, les dejo una advertencia, pero también una Gracia para que perseveren y sean dignos de ver cumplirse cada una de Mis Palabras.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón transmite las Palabras de la Virgen María:

Súplica de la Sagrada Madre y Señora del Apocalipsis al Padre Celestial

Escucha, Señor, la voz de Tu Sierva y Esclava,
que quiere amorosamente interceder por Tus hijos más perdidos.

Escucha la voz de los que claman por una oportunidad
 y que, en estos tiempos, nada reciben en su mundo interior.

Vengo a ofrecerme como un Sol para iluminar los abismos
y elevar a Tus estrellas caídas hacia el Universo Celestial.

Derramo Mis Rayos de Gracia sobre el mundo,
para que las almas capten Mis sentimientos más profundos
de amor y maternidad.

Hoy, coloco en Mis brazos, Señor, a los que más necesitan de Ti.

Hoy, contemplo a través de Mis ojos
las heridas internas de todos Mis hijos,
y con la caricia que Yo les doy a través de Mis manos,
calmo y sereno a todo lo que perturba y trae tribulación.

A través de Mi abrazo, los coloco cerca de Mi pecho
para que sientan el calor de una buena y humilde Madre,
para que sientan Su Corazón Inmaculado palpitar infinitamente,
así como vibra todo el universo, en su creación y existencia.

Hoy, disuelvo las amarguras de los corazones y establezco Mi Paz
en aquellos que la han pedido con tanto fervor y oración.

Construyo las bases de una nueva vida,
traigo a esta civilización la oportunidad de amar
 hasta que todos se sientan uno,
y Cristo los encuentre en comunión eterna.

Amén.

Vigilias de Oración
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA DURANTE LA VIGILIA DE ORACIÓN POR LA PAZ EN LAS NACIONES, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Hoy poso Mis manos sobre sus cabezas para suplicar al Divino Hijo.

Vengo en esta noche y a este Centro Mariano para entregarles un pequeño mensaje, ya que Me han abierto el corazón y así, Yo pude entrar para fortalecer sus vidas y consciencias.

Vengo del Cielo para decirles que no estaré aquí con ustedes por un tiempo, pero Mi Corazón será su fortaleza, porque iré al encuentro de Mis hijos del mundo, en España, Portugal e Italia.

Mi Palabra también llegará a Medjugorje y uniré las razas y las culturas en Mi Corazón.

Tan importante será lo que hará Mi Hijo junto Conmigo en Italia, que en poco tiempo comprenderán cuál es la verdadera necesidad de que su Madre Celeste y Su Amado Hijo peregrinen tanto tiempo por el mundo. 

Esto es solo una preparación, queridos hijos, para lo que sucederá en Asia el  próximo año.

Quisiera, queridos hijos, que acompañaran a su Madre Celeste por el sendero de peregrinación que estaremos recorriendo.

Quisiéramos, desde Nuestros Corazones, ver en sus corazones los mismos frutos que florecieron en la peregrinación por Centroamérica, México y Estados Unidos.

Ahora su Madre Celeste va al encuentro de los que más sufren las guerras. Y en Su silencio y oración, y en adoración al Santísimo Hijo, irá para disolver los males que generan el sufrimiento, el dolor y la desesperación; y esto será posible por su contribución y confianza en el paso a paso de esta peregrinación por la paz.

Quiero ahora, más que nunca, que sus corazones también hagan florecer este Centro Mariano, que se ha tornado una base espiritual para el planeta; en donde muchas fuentes de instrucción y de inspiración descienden, en donde las almas del mundo las están captando interiormente.

De esa forma, Mis queridos hijos, les dejo la tarea de encendersiempre su fuego interior, para que muchas más almas sean tocadas por la Luz que su Madre Celestial les trae en este tiempo.

De esa forma, Me sentiré tranquila, porque veré a los apóstoles de Mi Amado Hijo cuidar y proteger este Centro Mariano y de sus liturgias, como ha sido desde el principio.

Recuerden que sus oraciones y liturgias en este Centro Mariano, durante la peregrinación de los Mensajeros Divinos en Europa, estarán generando las condiciones necesarias y espirituales para lo que en el próximo tiempo, acontecerá en Asia.

Todo está unido en una gran red de Amor y de Luz.

Su participación en esta próxima peregrinación desde este Centro Mariano debe ser incondicional, como lo cumplieron, hijos Míos, en la peregrinación de Centro América, México y Estados Unidos.

Europa, en esta próxima peregrinación, será un puente para llegar a Asia; por eso también todos los europeos tendrán que gestar las bases para que esa peregrinación en Asia suceda.

Ahora les pido, Mis amados hijos, como su Madre, la Reina de la Paz, que concentren sus consciencias y corazones en todo lo que los Mensajeros de Dios realizarán en esta próxima etapa en Europa.

Saben que esta siempre será Mi casa, igual que la casa que una vez tuve en Nazaret.

Ahora Mi casa espiritual es el planeta y ustedes están dentro de Mi casa espiritual para trabajar junto a su Madre Celeste, hasta el fin de los días, por Redención y la Compasión en la humanidad.

Hoy, de forma especial y a través de este pequeño mensaje de amor, estoy uniendo Medjugorje con este Centro Mariano. Porque en Medjugorje se encuentran almas muy valiosas al igual que ustedes; se encuentran obreros del Plan que en silencio trabajan para su Madre Celestial, para que cada día más, Medjugorje sea la principal fuente de conversión y de confesión para todas las naciones del mundo.

No olviden que el trece de mayo próximo estaré en Fátima, para el gran momento de la expansión de su Madre Universal en todo este Universo, y más allá de él, por medio de la sagrada pureza de Lys. 

Es de esa forma, queridos hijos, que Yo les muestro la verdadera tarea de su Madre Celestial para con el mundo.

Mi mirada también está en Asia, porque allí muchos de Mis hijos proclaman, en su pequeñísima fe, por el descenso de la Divina Misericordia.

Recuerden que después de esta Sagrada Semana, de todo lo que Mi Hijo les donó, esta tarea se tornó planetaria y llega más allá de este Centro Mariano de Amor.

Con Mi mano en el Corazón los invito, queridos hijos, a que en  el amor, en la colaboración y en la fe, ayuden a su Madre Celestial, así como la han ayudado en los últimos tiempos, a concretar y manifestar cada uno de Sus pedidos; porque por detrás de cada pedido existe, ocultamente, un beneficio mayor para toda la humanidad.

Quisiera que a partir de este nuevo ciclo que ustedes están viviendo, queridos hijos, compartan el Amor que han recibido de los Mensajeros Divinos.

La carencia de amor en el mundo es muy grande. Esta es también la principal causa para que sus Mensajeros Divinos estén peregrinando por el mundo, para que la esencia del Amor y de la Verdad  no se pierda en la humanidad; pues también Mi deseo como Madre Co-redentora, es que nuestro amado Papa Francisco conozca esta Obra más profundamente de lo que ya la conoce.

Si esto llegara a darse en el amor, no solo uniré las creencias, sino también los corazones que escuchen la voz de su Madre Celestial.Y esto será parte, después del próximo trece de mayo en Fátima, del triunfo de Mi Inmaculado Corazón en Europa y Rusia.

Que así sea. 

Les agradezco por responder a Mi llamado.

Deseo ardientemente que las palabras de su Madre Celestial resuenen en sus corazones para que ellas sean frutos de Luz y de Amor en el mundo.

Nuevamente les agradezco por concretar Mi llamado y los bendigo, bajo la intercesión de Mi amado Hijo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Que Europa Me espere con profunda alegría, regocijo y júbilo. Su Madre Celestial está a camino del gran reencuentro con todos los corazones consecuentes de los amados servidores del Plan.

Les agradezco.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Hoy, estoy aquí con todos los ángeles del Cielo para bendecirlos y amarlos.
Y aunque las almas estén perdidas espiritualmente, Mi Corazón Inmaculado nunca desiste, porque Mi promesa delante de Dios es continua y victoriosa.

Mi Plan se cumple en todos los que Me escuchan y no dejo de abrir las puertas de Mi Corazón para aquellos que se pierden.

Y aunque ya no esté la confianza de Dios en los perdidos, Yo la recupero a través de Mi Amor, de Mi Gracia y de Mi Luz; por eso, hijos, nunca deben bajar los brazos.

Lo que Yo les ofrezco en este tiempo es único, nunca más se ofrecerá hasta el próximo mundo.

Mi Gracia todo lo permite y la Gracia de los ángeles también.

Por eso Yo Soy esa Aurora que brilla en el corazón de los autoconvocados para seguirme en esta Obra coredentora con Mi Hijo amado.

Yo Soy esa Estrella que nunca deja de brillar en los espíritus que creen en ella y la admiran, porque Yo, queridos hijos, no hago las cosas por Mí, sino que es Dios quien las hace, a través de Su Sierva fiel y de sus peregrinos.

Yo vengo desde las esferas celestiales a encontrarlos y amarlos cada día más.

Yo vengo a construir en ustedes algo nuevo que aún desconocen. Por esa causa Yo estoy aquí, queridos hijos, por ustedes y por Mis hijos del mundo.

Vengo con toda Mi bondad, para acogerlos, para escucharlos y responderles, en la presencia de la Luz de Dios y de Su Reino.

No quisiera, queridos hijos, que nadie perdiera esta sagrada oportunidad. No puedo mostrarme más a ustedes, porque no tengo el permiso.

Mis Gracias ya fueron depositadas físicamente a través de los tiempos y ustedes lo han podido comprobar.

Ahora Mi Espíritu Divino viene a ustedes para llamar a sus espíritus, que tienen una misión especial Conmigo.

No estoy aquí, queridos hijos, para hacerles perder el tiempo. Por eso aún vengo a Aurora, porque Dios Me envía como Su Mensajera, una y otra vez, hasta que consigan escuchar en lo profundo de sus corazones.

Espero que cumplan Mis designios sin demora, porque los tiempos son urgentes para todos y especialmente para los que sufren y no reciben ninguna Gracia.

Será a través de los apóstoles de Mi Hijo, que Yo podré preparar al mundo para la segunda venida del Maestro. Si ustedes no preparan los campos hacia donde Yo los envío a trabajar queridos hijos, ¿cómo brotarán nuevas semillas en los corazones que están cerrados?

Cada uno de ustedes tiene una llave para con Mi Obra y Yo se las entregué. Ella es la oración.

Es la oración que los formará, es la oración que los unirá a Nuestro Padre que está en los cielos y que siempre los espera con Sus brazos abiertos, para recibirlos y hacerlos sentar en Su amado Trono de Luz

¡Cuántas almas no quieren ver esa oportunidad y demoran, demoran mucho, queridos hijos!

¡Cuántos corazones aún no quieren cambiar su forma de vida y no aceptan encontrar el verdadero Amor de Mi Corazón, que viene para auxiliarlos en este tiempo final!

Por eso en este siglo necesito de soldados comprometidos, decididos y fuertes, para responder a Mi llamado.

Vengo para hacerlos crecer en el amor y en la hermandad, en la unidad y en el espíritu de esta sagrada tarea que Yo les encomiendo.

Cada Centro de Luz que Yo he fundado tiene un propósito, aún cumple una misión ante el Plan del Señor.

Así como es en Fátima, lo es aquí en Aurora, como lo es en Medjugorje, o en Guadalupe. Cada nación tiene una llave que Yo le he entregado, a través de Mis diferentes faces, para que los pueblos aprendieran a aceptarme y a recibirme en el amor.

Pero Yo Soy la misma, queridos hijos. Soy la Madre de Jesús, de su Redentor.

Soy Aquella que ascendió a los cielos para implorar a Dios por este mundo y que regresará después de Su Hijo, abriendo las puertas del Reino de Dios para los que han persistido a través de los tiempos.

Soy la que con Mi Hijo ayudaré a resucitar a los muertos, a elevar a los espíritus y a convocar a los que se han perdido para vivir en el Amor de Dios.

Soy la Gobernanta de la nueva raza.

Soy la que enciende la llama en los corazones que invocan Mi Presencia, porque es la Presencia de Dios en Mi aspecto virginal.

¡Necesito que entiendan y comprendan, queridos hijos, a quién están recibiendo!

Yo Soy una portavoz del Universo, que viene a advertir al mundo, para que él no se pierda en la oscuridad.

Ustedes deben ayudarme a que el mal no triunfe en ningún corazón humano.

Cada vez que oran Conmigo una puerta incierta se cierra a la oscuridad y un alma se eleva al Reino de Mi Amor y de Mi Paz.

Así, queridos hijos, Yo peregrino por el mundo para llamar a los que están dormidos; para los que no Me han podido ver, ni sentir en sus corazones.

Aurora tiene una tarea fundamental Conmigo, que es intransferible. Y ella debe cumplirse cueste lo que cueste, porque a pesar de los tiempos de batalla, Yo les daré la fortaleza y la sustentación, por medio de la oración del corazón.

Les entregué, queridos hijos, la gran herramienta de la humildad para las almas y el escudo contra toda adversidad.

Aunque las bestias estén por caminar sobre la humanidad y entre los pueblos, no tengan miedo. Quien se une a Mí, se vuelve un gran Espejo de oración para el mundo e irradia la paz, cuando la acepta vivir de corazón y de verdad.

Yo necesito, queridos hijos, que abran sus corazones para el olvido de sí, porque el mundo está lleno de sí mismo y no quiere aceptar que eso lo hace hundir, día a día.

Necesito que se abran al Amor de Dios, para que puedan conocer la majestad de Su Plan y de Su Obra redentora en estos tiempos.

Cuenten con sus ángeles y llámenlos todo el tiempo. Ellos aún anhelan poder servirlos en este tiempo final. Es hora, queridos hijos, de que perciban que no están solos en este mundo y que cuentan con el Universo Celestial.

Cada vez que vengo aquí, como en cada Aparición, de San José o de Mi amado Hijo o de Mi Corazón, abrimos las puertas del Cosmos para que cada día se puedan elevar y abandonar esta vieja materia, que corroe el espíritu y a los corazones.

Por eso la Aurora los liberará, aunque su presencia sea silenciosa en estos tiempos.

Somos una Hermandad Celestial que los llama a servir al Plan de Dios y a manifestar sus designios en este tiempo, para que más corazones puedan participar conscientemente de su redención y rehabilitación.

Quisiera que pudieran ver el Universo, así como Yo lo veo, todo el tiempo.

Dios no los castigará por no poder responder. Pero sepan hoy, queridos hijos, que saben Mi Verdad, que es la Verdad que Yo deseo para cada hijo Mío, que es el amor que Yo necesito que vivan y que practiquen, para que la humanidad no fracase por su desamor y por su indiferencia.

Mis Ojos los observan en contemplación y en unidad al Padre. Mis manos derraman su Luz a las tinieblas de la Tierra, para poder disiparlas.

Mi Corazón brilla como un escudo protector para los corazones que lo aceptan.

Y el triunfo de Mi obra corredentora junto a Mi Hijo, se establece en los corazones que se redimen y dicen "sí".

Este es el mensaje, queridos hijos, que hoy deseo que escuchen con atención y que lo vuelvan a escuchar en estos próximos días, para poder sentir cada una de Mis Palabras, y más aún, Mi Energía, que es la Energía de Dios, su Padre que está en los cielos y los espera.

Sientan en esta hora el abrazo de los ángeles y de su Gracia y den gracias a Dios todos los días por haber despertado a Mi llamado en este tiempo final, tan crítico.

Hay almas que desesperan y que son torturadas.

Hay almas que sufren en la soledad y en silencio, sin que nadie las contemple.

Hay almas que mueren sin sentir el amor y Reinos de la Naturaleza que sufren las consecuencias de los hombres.

¿Quién aliviará el dolor de su Madre Celeste?

¿Quién aceptará vivir esta aflicción Conmigo y transformarla en amor y en luz para que triunfe el Padre Celestial?

Les pido, hijos del mundo que no cierren las puertas a Dios, porque Él Me envía para que lo escuchen y lo acepten.

No teman a la tribulación, al fracaso. Vivan la penitencia, la oración y el arrepentimiento y alcanzarán, queridos hijos, con Mi ayuda, la santa humildad, en el último día de sus vidas.

Y así, cuando todo termine aquí, en esta amada Aurora, elevaré hacia los cielos los Pergaminos de Luz, donde estará escrita su experiencia Conmigo y la oferta de este sacrificio de amor por la humanidad.

Hay almas que creen que no es necesario esforzarse por este mundo sufriente y perdido. ¿Acaso, hijos Míos, cuando Dios Me envía, Yo no les he demostrado la constancia de Mi Amor, de Mi Misericordia y de Mi bondad para con todos?

Si Yo Soy para ustedes su Gracia plena ¿por qué no hacen lo mismo que Yo hago por cada hijo del planeta?

Solo les pido, como les pidió Mi Hijo, que cada día más aprendan a amarse los unos a los otros, porque quien no pasa por esa Ley, no soportará su purificación.

Los invito a sentirse unidos todo el tiempo, a través de Mi Corazón Inmaculado, que es la casa que se abre para que ustedes puedan entrar y sentir la paz. Así ,queridos hijos, Me agradarán y como en otras Apariciones pasadas a través de los tiempos, podré elevar al Cielo el Cetro del triunfo de los corazones redimidos.

Y nuevamente les digo, que por este esfuerzo sincero, Mi Inmaculado Corazón triunfará.

Les agradezco y bendigo a su Madre, aquí en la Tierra, con el soplo de Mi Amor y de Mi Espíritu.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Fray Elías del Sagrado Corazón:

A pedido de Nuestra Señora vamos a escuchar "Encuentro con María en el corazón".

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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