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Compañeros:
Estar Conmigo, en este tiempo, significa una entrega incondicional que los haga capaces de estar Conmigo en cualquier situación o por cualquier motivo. Por eso, Yo los invito día a día a llevar esa reflexión a la práctica para que vean por ustedes mismos en qué punto está ese importante compromiso.
Yo los hago Mis apóstoles y también Mis servidores, todo el tiempo, porque la necesidad y la emergencia están a las puertas de sus casas, están cada día ante sus vidas.
Puedo ver cuándo de verdad quieren estar o no Conmigo, pero como adultos no los obligaré sino que los responsabilizaré de la concreción de Mi Plan, un Plan que va más allá de sus consciencias y de su realidad. Por esa razón, cuando me lo permiten, les entrego responsabilidades espirituales, las que he retirado de algunos por falta de madurez y de empeño.
Recuerden que no busco seres perfectos, busco seres imperfectos para que, por su amor incondicional, sirvan a Dios sin excepciones ni tiempo, porque un verdadero discípulo sabe que el compromiso Conmigo no es pasajero.
Por eso, sean conscientes para poder ser maduros en el compromiso y en la responsabilidad de servirme, conforme lo deseo de cada uno de ustedes.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Compañeros Míos:
Reconozco en esta hora, su verdadero esfuerzo y sacrificio por querer cumplir con Mi Divina Voluntad, que es la Voluntad Suprema del Padre, la Voluntad que los congrega y les permite cumplir las diferentes etapas del Plan bajo una protección divina.
Por eso compañeros, hoy puedo considerar, contemplar y apreciar el esfuerzo interior y físico de Mis apóstoles; lo que colma Mi Corazón de una dulce esperanza y atrae para el mundo, aún más, la acción sublime de la Divina Misericordia, una oportunidad que abraza espiritualmente a muchas almas y las lleva ante la Presencia de Dios para poder estar así ante Su Amor compasivo.
Es en esta hora, en la que se vive el sacrificio, que Mi Corazón les entrega la fuerza interior para poder superar los obstáculos y las barreras y así, ustedes compañeros, hagan triunfar Mi Sagrado Corazón en las esencias del mundo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Tengo la autoridad y el permiso de Mi Padre para restablecer, en las esencias, todas las experiencias que hayan podido perder por alguna razón espiritual.
Por eso hoy, a través de Mis Manos, les entrego a las esencias de Mis apóstoles todo lo que alguna vez hayan podido perder.
Es así que, espiritualmente, deposito en los Míos las virtudes y las fortalezas que alcanzaron durante el transcurso de esta vida para que, volviendo a recuperar lo que perdieron, se sientan bendecidos por el Amor y por la Luz de Dios.
Vengo a su encuentro, en este día, para restaurarlos con Mi Presencia de Amor y de Misericordia, para que vuelvan a sentir Mi Paz y se tomen de Mi Mano para seguir el camino hacia el triunfo del Amor Crístico dentro de ustedes y, en consecuencia, en el mundo.
Siéntanse con la capacidad de atravesar estos tiempos difíciles a través de la confianza que ustedes tienen en Mi Corazón.
Sea Mi Luz una lluvia de bendiciones para ustedes.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Queridos hijos:
Por obra de una Gracia mayor de Mi Hijo, la Peregrinación por la Paz en Europa vivirá sus grandes y últimos impulsos en las ciudades que los Sagrados Corazones todavía no visitaron.
Es por esa razón que hoy Mi Corazón Inmaculado puede declararles y anunciarles a todos, que está en un profundo gozo porque Mi Hijo llamó a Sus apóstoles para que lo siguieran en una importante misión que, para Europa y más allá de ella, representará la posibilidad de que un Rayo de luz y de esperanza pueda tocar lugares de este continente que hasta ahora no fueron contemplados por la Misericordia de Dios.
Eso también significa la oportunidad espiritual de que una alianza, oculta y silenciosa a los ojos de los hombres, se establezca a fin de que Mi materno Corazón triunfe en una región de este herido continente que, hasta ahora, la luz de Mi Corazón Inmaculado no pudo tocar.
Tuvieron que pasar más de cinco años de Vigilias de Oración continuas para que esta Gracia extraordinaria fuera concedida a Europa y más allá de ella, después de todo lo que vivió y sufrió en las últimas décadas.
Es así, queridos hijos, que su Madre Celeste en los próximos días y antes de que la Peregrinación por la Paz finalice, tocará con Su Luz y Amor espiritual una región del planeta que en los últimos dos mil años nunca recibió nada espiritual ni celestial.
Ese es el motivo y la razón de Mi gozo maternal porque para toda la humanidad significará la Gracia de poder seguir escuchando a Dios y también, a través de la intervención angélica, hacer triunfar Mi Inmaculado Corazón así como lo anuncié, urgentemente, en Fátima.
De esa forma, después de cien años de Mis Apariciones en Portugal, se concretará parte del tercer secreto de Fátima en esas fechas culminantes de los próximos días. Como todo el tercer secreto de Fátima no fue revelado, conforme lo solicité en 1960, ahora el Plan vivirá un giro importantísimo para que, en este tiempo actual, el resto del tercer secreto se cumpla según lo pensado, lo contemplado y lo meditado por el Altísimo.
Es en este día, en esta Vigilia de Oración del 12 de junio de 2019, que la Madre Celeste comenzará a llevar adelante esa especial Voluntad de Dios para que el mundo no pierda la paz y se ponga fin a todo tipo de guerra y hambre.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
A todos los que, anteriormente y durante la guerra, fueron soldados del mal, Yo los transmutaré y los libraré de esa prisión de errores.
Por eso, en los planos internos, Mi Divina Madre prepara las bases de Luz para que el Hijo de Dios pueda obrar e interceder, por medio de Su Misericordia, por todos los que cayeron en la adversidad y fueron abducidos por las prácticas del mal.
A todos ellos les llegó la hora de ser evacuados del planeta, para que la humanidad se pueda liberar de esos hechos para siempre y la luz de la esperanza pueda renacer y rebrotar en la humanidad actual.
Por esa razón soy enviado por el Padre Eterno, junto a Mis Apóstoles, para tratar y trabajar espiritualmente en esa situación que aún está presente en la ciudad de Berlín, en Alemania.
Ya es el tiempo, ya es el momento de que la acción de la Misericordia cure todos los espacios de la consciencia, para que las almas reciban una nueva oportunidad.
Nos estamos preparando para ese momento.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Yo vengo como el sol del atardecer para traerles la Luz de Dios, porque no existe nada que no pueda ser resuelto a través del amor. El amor es salvífico, el amor es vivo, el amor es resplandeciente.
Cuando los hijos de Dios están en torno del amor nada sucede, todo se transforma y se eleva. Por eso no tengan miedo, sientan el Amor de Dios que los vivifica, que los transforma y que los hace cambiar, de tiempo en tiempo.
Mi Corazón es una fuente de ese Amor, de la que ustedes pueden participar día a día. Por eso necesito que sean como Mi Amor, como el Amor que los salvó, como el Amor que los rescató y que los redimió en la Cruz.
Ese Amor de Dios es el que se entregó y dio todo lo que tenía por cada uno de ustedes. Ese Amor es el que se dejó flagelar, se dejó humillar, se dejó sacrificar por los hombres para que aprendieran la verdad sobre el Amor.
En ese Amor Yo los quiero ver todo el tiempo. Un Amor que regenera, que trae vida, que pacifica, que neutraliza las formas y todos los embates.
Espero ver al mundo en ese Amor, una y otra vez, porque sé que no lo está y muchos no lo están porque no conocen los milagros que puede hacer el Amor cuando uno se entrega a él, verdaderamente y sin miedos. Porque el Amor de Dios es algo que penetra en la consciencia, es un Amor que trae confianza y que fortalece ante las situaciones de la vida y de los acontecimientos.
Hoy quiero entregar este amor para todos los que están aquí. Eso espero, porque sé que necesitan de este Amor que Yo les traigo para este tiempo final, en el que la consciencia humana debe enfrentarse a sí misma para aprender a trascenderse y a liberarse de sí.
Pero todo es posible en el Amor, en el Amor que Yo les enseñé, en el Amor que Yo profesé por Mis apóstoles y por todos Mis seguidores.
Es ese mismo Amor que hoy les traigo y del cual los hago partícipes, una y otra vez, para que sepan que el mundo necesita de seres de amor que puedan espejar, como instrumentos, la Fuente del Amor de Dios transformando su amor propio en un Amor mayor, un Amor que viene en auxilio del mundo y de los acontecimientos críticos de la Tierra.
Es ese Amor que Yo les ofrezco, el que les permitirá vivir la transición. Sin amor nada será posible, todo será un vacío, un desierto y una soledad.
Mi corazón es una puerta hacia ese Amor que puede transformarlos y permitirles trascenderse cuando no lo consiguen por sí mismos, cuando no saben por dónde ir ni a quién recurrir.
No solo les hablo del amor inmaterial, sino también del amor que Yo viví como ser humano, como hombre y como consciencia.
Ese Amor, que también es de Dios, actuó en todo, participó en todo y se entregó por ustedes como hoy ustedes se entregan por Mí.
El Amor los hará vivir la fraternidad que el mundo necesita aplicar urgentemente, una fraternidad que vea la necesidad del prójimo, una fraternidad que vea la necesidad que hay en el semejante.
Yo los invito a encontrar, dentro de ustedes, ese Amor que les hace ver a Dios en cada momento, en cada circunstancia. Será necesario atravesar estos tiempos bajo esa Ley para aprender a superarse y ayudar a superarse a los demás, a sus hermanos, a sus compañeros.
Pero sin Amor nada se puede hacer, es como no tener dirección, es como no tener camino. Por eso, les traigo esa Fuente del Amor para este tiempo final porque la humanidad lo necesita, urgentemente, para dejar de cometer errores y fallas, para no apartarse más de Dios y perder el rumbo de su camino.
Hoy me ofrezco como ese Amor que los renueva, que los cura, que los sana, como ese Amor que pone fin a muchas cosas y que abre puertas a nuevas experiencias, a nuevos aprendizajes, a nuevas escuelas.
No dejo de pensar cuánto aún deben vivir en ese Amor, un amor que no es palpable, un amor que mueve la energía Divina y que la hace fluir en todo el Universo y en todos los espacios de la Creación.
Así como los ángeles viven de la fuente de ese amor y se nutren de ella, ustedes también deben nutrirse de ese Amor de Dios que se ofrece de tiempo en tiempo, incondicionalmente, para que las almas cumplan su propósito y, sobre todo, la Voluntad de Dios. Cuando eso no sucede y el amor no está presente, todo se vuelve oscuro, frágil y débil.
El amor los hace elevar todo el tiempo, los hace ver la realidad y encontrar un camino de paz que los lleva a un entendimiento maduro y sabio. Solo deseo que encuentren ese amor algún día, porque es un Amor vivo y Divino que los consagrará, que los hará buenos servidores y colaboradores de Mi Obra.
Y aquellos que viven hoy ese amor y lo practican verdaderamente, que lo sigan haciendo porque el planeta lo necesita como consciencia, la humanidad lo necesita como raza así como todos los Reinos de Naturaleza necesitan el amor de los hombres para poder evolucionar y despertar, para poder crecer como ustedes crecen y viven, a pesar de cómo se encuentra el mundo y la humanidad.
La Fuente del Amor de Dios está abierta para descender, espiritualmente, a la Tierra. Debe encontrar instrumentos para poder descender y expresarse. Debe hallar corazones abiertos para poder depositarse y así, multiplicar las Gracias de Dios en todos los sentidos y en toda la vida.
Este es el tiempo de que vivan el milagro del Amor, pero primero deben creer en él para que lo puedan sentir y vivir. Eso los unificará, los hará más hermanos y más compañeros los unos con los otros.
Sientan a Mi Corazón que emana ese Amor de Dios y pacifíquense. Todo es una transición y una experiencia.
El Amor es eterno. El Amor de Dios nunca acabará, las miserias sí terminarán y la Luz vencerá cuando entren en la corriente del Amor de Dios y lo hagan parte de sí, porque el Amor de Dios les concederá el perdón y la reconciliación.
Esto es todo lo que espero para este tiempo, ver reflejada Mi Obra como una corriente viva de Amor en los corazones y en las almas que dicen “sí” al Creador y confían plenamente en Él, en Su Voluntad.
Yo los hago partícipes de la Verdad que proviene del Amor de Dios para que lo encuentren algún día, sabiendo que todo es pasajero, pero que la experiencia del Amor en sus consciencias es imborrable e intransferible.
Dios necesita que el amor pueda reinar en el mundo y en los corazones para que la paz se establezca y se viva la unidad entre hermanos, más allá de todo.
Les dejo Mi Amor como un camino de salida, como una Luz en el horizonte, como el sol que los alumbra en esta tarde de Gracia.
Hoy no vengo a juzgar sus actos ni sus hechos cometidos. Vengo a invitarlos para que entren en el Universo de Mi Amor en donde encontrarán la Verdad y la podrán vivir de una forma simple.
Así los haré representantes de Mi Obra en la Tierra y habrá seres sobre la superficie de este planeta que serán puentes de comunicación entre la Tierra y el Cielo, que es lo que necesita Dios no solo de la vida sacerdotal, sino también de todos los que oran y proclaman su fe al Creador. Así el mundo se mantendrá estabilizado y en equilibrio y todo sucederá de una forma más armoniosa.
Cuando las almas no viven el amor, los corazones sufren y no entienden por qué. El amor humano debe ser transformado en Amor Divino y solo una Gracia puede conceder esto, en este tiempo, para que la humanidad entienda que se equivocó y que deberá recapacitar para que la Misericordia la colme y la pueda salvar.
Es el Amor de Mi Corazón el que hoy les trae paz. La Paz de Dios los bendice y los colma para que sigan adelante por Mí, para que se cumpla el Proyecto y venza el Amor como él venció en la Cruz.
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Quiero que en este día contemplen Mi Universo más allá de todo y que a través de Mi Universo puedan encontrar la Verdad, esa Verdad que viene de Dios y que los elevará, la Verdad de la transparencia y de la sabiduría, una Verdad Divina que los unirá, que los fortalecerá como consciencias y como grupo.
Vengo desde un lugar muy lejano del Universo para traerles y depositarles Mi Paz, no solo como almas, sino también como consciencia planetaria, como raza y como civilización. Porque es un momento culminante que enfrentan en este tiempo y en este ciclo, en el que deben colocar, por encima de todo, Mi Amor consolador y misericordioso. Así como Yo se los enseñé a los apóstoles en el pasado, hoy se los enseño a ustedes, compañeros Míos.
Deben seguir siendo Mis pacificadores, Mis portadores de la paz, Mis servidores del bien y de la luz que escuchan la Palabra de lo Alto y la hacen resonar dentro de sí para que Mis impulsos divinos los transformen, los eleven y los conduzcan hacia el Propósito de Dios.
Sé que es un momento para todos de superación y de pruebas, de extrema confianza y de una infinita fortaleza que es alcanzada a través de la oración del corazón, oración que siempre los conducirá hacia Mi Portal para que, a través de Mi Universo, encuentren Mi Sabiduría, Mi Entendimiento y Mi Paz; atributos que vengo a depositar en un mundo que está enfermo y herido, que ha perdido el sentido de la vida espiritual completamente.
Por eso, en esta era, en este ciclo, en este tiempo, Yo vengo a su encuentro y al encuentro de sus hermanos para recordarles el compromiso Conmigo, para hacerles ver la realidad, una realidad que surge del Corazón de Dios como una Fuente infinita y que permea todos los espacios, todos los universos, todas las galaxias y todas las estrellas.
Ustedes son parte de un macrocosmos, no pueden quedarse solamente en lo que es superficial y material o en lo que es mental o intelectual. Deben traspasar los umbrales de la consciencia para poder alcanzar la Luz Crística que impulsa a todos los espíritus al momento del gran despertar, no solo bajo el Don del amor y de la sabiduría, sino también a través del Don de la humildad y de la resignación.
Eso permitirá equilibrar el mundo y todos los errores cometidos por todos los pueblos y por todas las naciones que, una y otra vez, se apartan del Propósito de Dios, estableciendo principios y modos de vida que no son evolutivos ni tampoco transparentes, que no traen salud espiritual ni mental.
Por eso Dios encontrará en espacios como este, en donde Su propia Vida se manifiesta a través de los Reinos y de las criaturas, a través de los elementos, de todo lo que Él creó y pensó con detenimiento por amor a ustedes para que pudieran vivir y reconocer la felicidad de Dios de tener criaturas en este planeta y en otros que lo amen, que lo reconozcan, que lo veneren y que lo acepten como Su Padre Celestial.
Por eso hoy vengo desde un horizonte infinito llamado "Universo de la Consciencia de Dios", en donde todas Sus Fuentes de Luz y Sus Fuentes Cósmicas están presentes para interrelacionarse con este universo material y también con el universo mental en el que los ángeles están presentes y también participan de este Propósito Divino desde eones de tiempo, desde un tiempo aún no conocido ni identificado por el ser humano de superficie.
Lo que Yo les traigo desde el Universo es algo más que abstracto, es algo más que inmaterial, es algo más que espiritual. Por medio de Mi Corazón les traigo aquel principio que originó la vida y la existencia, que trajo para todos el sentido y el por qué estar viviendo aquí y estar aprendiendo aquí, junto a sus hermanos de camino y a la humanidad.
Para encontrar ese sentido y ese camino, Dios se espeja y se refleja una y otra vez en la Creación por medio de la naturaleza, de los océanos, de las montañas, de cada Reino menor que aporta a la Tierra un principio espiritual y un principio de elevación que hasta ahora la humanidad no ha conocido y que recién en este tiempo está despertando para conocer esa sabiduría que se expresa y se guarda en los Reinos de la Naturaleza.
Por eso Dios envía a sus Mensajeros, a los Sagrados Corazones, a peregrinar por el mundo para que todas las razas y todos los pueblos puedan despertar y reconocer a Dios en todo lo creado y puedan estar en comunión con Él sin agredirlo ni lastimarlo, sin ofenderlo ni maltratarlo, a través de los Reinos de la Naturaleza.
Dios manifiesta Sus Atributos también en los Reinos menores. Dios espeja Su Voluntad también a través de los Reinos menores que traen en su esencia grupal el Universo de Dios, que es el Universo del Amor y de la Sabiduría que permite mantener un contacto interior con la Fuente y con todos Sus Dones.
Con esto quiero decirles, compañeros, que su misión intelectual y espiritual debe ir más allá de las apariencias, de los aspectos humanos o de las resistencias. Deben aplicar en sus vidas la Ley del Amor que Yo les enseñé por medio de Mi sacrificio, no solo en la vida pública, sino también en la Cruz y en cada gota de Sangre derramada por la liberación y redención del mundo y de sus criaturas.
Ahora es el tiempo de que todo el mal se revierta y sea transmutado en Luz, en la poderosa Luz que viene del Universo espiritual y cósmico, para que las consciencias de la Tierra, los seres humanos, tengan una piadosa oportunidad de despertar y de volver encontrar el sentido de estar aquí, más allá de lo material o de lo intelectual.
Hoy los coloco ante una de las Voluntades de Dios, aún no revelada al mundo, pero que se hace presente a través del Hijo, el Hijo Amado por el Padre, por el Padre que ama a todos Sus hijos.
Coloquen en su corazón este mensaje e intenten descubrir su sentido y su esencia para que, más allá de todo, puedan percibir la realidad de todo lo que les quiero decir en este momento.
Después de todas las oraciones que hoy son ofrecidas amorosamente por ustedes, haciendo expandir el Amor Crístico de Mi Corazón por las almas y el planeta, Me aproximo a ustedes para hacerlos portadores de Mi Paz y de Mi Amor, para que Me sientan cerca y para que escuchen Mi Corazón.
Hoy les dejo Mi bendición y Mi paz, Mi renovación y Mi confianza, a fin de que todo esto pueda tocar a las almas del mundo y sus esencias.
Les doy Mi Paz y bajo Mi Luz los bendigo universalmente.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Por la Misericordia infinita de Mi Corazón desciendo a los lugares más inferiores de la Tierra para traer al mundo la Luz de Dios, aquella Luz Divina que redimirá a todas las consciencias y a todos los espacios, la Luz poderosa de Dios que redimirá todos los tiempos y todas las épocas, todos los hechos y todos los acontecimientos para que el hombre de superficie tenga una nueva oportunidad y la sepa aprovechar.
Por eso, su Señor y Redentor visita a las naciones más complejas de la Tierra, a las que aparentemente nada les sucede, pero que en los planos internos sufren demasiado la consecuencia de sus actos y errores. Errores que aún no fueron perdonados, actos que aún no fueron redimidos y que recién en este tiempo actual y dentro de este tiempo final comenzarán a ser liberados por la oración de los que claman a Dios, por los que construyen hacia el Cielo las Iglesias inmateriales a través de su profesión de fe y de su oración diaria, de su mantralización con lo Alto, con el infinito, con el Universo.
Solo Mi Corazón misericordioso puede depositar aquí, en Hungría, una nueva oportunidad, como también en sus naciones hermanas que son testigos de errores pasados aún no convertidos ni perdonados.
Pero Mi intención no es volver hacia atrás, no es recordar el pasado ni tampoco la historia. Mi intención es liberarlos de las cadenas, de las opresiones, de todo lo que los hace involucionar, de todo lo que les hace perder la paz y la esperanza en Dios.
Solo el Hijo de Dios y ninguna otra consciencia, ni siquiera angélica, puede hacerse cargo de esta situación, por más que los ángeles del Universo participen de esto en los planos internos y estén removiendo los infiernos de la Tierra para que finalmente sean cerrados antes de la Segunda Venida de su Maestro y Redentor. Será el Hijo del Supremo, el Hijo del Creador, el que está a la derecha del Padre quién vendrá a unir a las religiones en un solo credo, el credo del amor y de la compasión.
Por eso, compañeros, todo lo que sucederá aquí en Hungría, todo lo que sucede en Rumania con el Santo Padre en este momento, todo tiene un sentido y un motivo espiritual que impulsa a la Fuente Divina de la Creación para intentar recuperar el planeta al menos a través de la fe, la fe en lo celestial, la fe en lo divino, en lo inmaterial.
Dios envía a Su Hijo como un medio de salvación para la humanidad, y el Hijo anuncia la Palabra del Padre, que es Santa y Sagrada, para que todos los oídos internos escuchen la buena nueva del tiempo de la liberación y el tiempo de la paz.
Pero será necesario rendirse y humillarse, entregarse y confiar, para que lo que está en el Universo pueda descender a la Tierra y hacer de las nuevas naciones un nuevo Edén con criaturas redimidas, perdonadas y reconciliadas por el Espíritu de Amor de Dios.
Por medio de esta próxima Maratón de la Divina Misericordia ofrecerán al Padre sus oraciones por las naciones del mundo, especialmente, por aquellas naciones que aún guardan heridas internas y profundas que nadie ha conseguido curar, ni siquiera por la caridad ni por el amor.
Por eso este mensaje debe volverse consciente en cada uno de ustedes, sabiendo que no solo cuidan de sus hogares, de sus grupos o de sus trabajos, sino que ahora deben cuidar de aquellos que no se cuidan, que no se aman y que no se reconcilian con Dios, y en millones de casos mueren sin ver la Luz, la Luz de Dios y quedan en penumbras.
Quiero poner fin a las tinieblas del mundo que la propia humanidad genera con sus acciones y actos, con sus sentimientos y pensamientos. El plano psíquico y mental de la Tierra deberá ser transmutado por todos, por la colaboración de todos, aunque las situaciones se precipiten cada día más.
No pueden perder la paz ni tampoco la convicción de estar construyendo el Plan del Retorno de Cristo a la Tierra. Deben estar siempre dentro de Mi Corazón para estar en la Protección Divina y en la fortaleza de Mi Templo espiritual, de Mi Iglesia Celestial, la que congrega una y otra vez a todos para que beban del Agua de Vida, de la Fuente del Amor y de la renovación que Yo les traigo de tiempo en tiempo.
Mi Corazón contempla todas las necesidades de la Tierra y Mi Espíritu eleva todas las intenciones de los hijos de Dios, incluso aquellas intenciones que no son puras y que tienen por conveniencia, pero todas las intenciones Yo las purifico porque sé que los mundos internos necesitan de una oportunidad para poder recapacitar y amar verdaderamente.
Por eso acojo todas las necesidades, recibo todos los pedidos, escucho todas las súplicas. Este es el tiempo en el que el Corazón de Dios está atento y abierto a sentir la voz de sus súplicas, porque nadie en la superficie de esta tierra podrá perder la oportunidad de despertar y de unirse a Dios verdaderamente.
Por eso, todo lo que hagan será por algo que deberá suceder después y antes de que Yo retorne al mundo bajo la Gloria de Dios y el esplendor de todo el Universo. Aún hay sobre la superficie de la Tierra muchas estrellas caídas que deben reencontrar el camino de la redención, y esas estrellas caídas están dentro de las naciones y también dentro de las religiones.
La fraternidad será esa base que construirá el Templo de la Redención para todas aquellas estrellas caídas que deben retomar su compromiso con Dios y recuperar su fe en la Luz del Cristo. Por eso, Me ofrezco directamente a ustedes y al mundo como una Puerta hacia la Casa de Dios, nuestro Padre, para que Sus Divinos Atributos estén entre ustedes y los colmen.
Yo los hago apóstoles de los tiempos de tribulación para que aprendan a vencer como Yo vencí en el silencio de la Cruz y en el Amor verdadero y profundo que exorcizó todos los infiernos de la Tierra en aquel tiempo.
El mundo necesita de un Amor elevado e incalculable y ustedes pueden ser instrumentos para que ese Amor llegue aquí y construya en el mundo nuevas cosas a fin de que la paz reine en todos los espacios.
Europa Oriental deberá ser un pueblo renovado en la fe y en la confianza de Dios. Y ese trabajo recién está comenzando a través de los autoconvocados, de los que son llamados interiormente por Cristo, su Maestro y Señor, para servirle en Su Plan de Redención y de Amor.
Celebren esta Maratón como una oportunidad de estar viviendo el apostolado de estos tiempos, no importando el lugar o la necesidad, la intención o la causa, porque Yo los colocaré donde los necesito, no importando cómo sea o cuánto cueste. Los colocaré en el lugar en donde más se necesita de amor, de cura y de perdón. Los colocaré en los lugares en los que la Luz nunca descendió.
El trabajo del apostolado preparará el Retorno de Cristo. Por eso la unión entre las religiones será importante; la unión en el amor, en la fraternidad humana, en la fe y en la caridad impulsará al mundo a tomar consciencia de que deberá hacer un gran cambio antes de que llegue el último día de la transición final, cuando su propio Rey, el Cristo, y el Arcángel Gabriel juzgarán a aquel ángel caído que todo ha causado a lo largo de los tiempos y de los siglos.
Todo lo que se hace ahora es para esos tiempos que vendrán. Aún la Fuente de Mi Misericordia está abierta para el mundo entero, basta colocarse debajo de Mi Luz con la intención del corazón y la consciencia para poder ser purificado y transmutado, para poder ser consagrado como Mi Apóstol de la Paz.
¡Les agradezco por su recepción y respuesta a Mi llamado!
Aún la Misericordia brota como una Fuente infinita de Mi Corazón para las almas más perdidas y sufridas del mundo entero.
Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El mundo no conoce los misterios de Dios porque no los ama.
Si amara profundamente lo desconocido, los misterios se revelarían completamente y esa palabra "misterio" ya no tendría sentido en la humanidad. Porque, si los hombres y mujeres de la Tierra amaran profundamente lo que es desconocido y lo que no está al alcance de todos, todos serían conscientes y estarían despiertos a lo Mayor. Tomarían consciencia de lo que significa el Reino de Dios y lo que representa para la vida de los seres de la Tierra.
Yo Soy el Señor de los Siete Cálices, de los siete importantes terafines del Universo Espiritual guardados en el Legado del Arca de la Santa Alianza.
Estos Siete Cálices, contemplados por su Maestro y Señor, son los próximos pasos que deberá dar la humanidad por medio de su sacrificio y de su entrega al Creador.
Serán siete pasos de evolución de la consciencia, siete pasos de despertar, siete compromisos aún por vivir y practicar.
Por eso, hoy les traigo los Siete Cálices Sagrados del Señor que, amorosamente, fueron retirados del Arca de la Santa Alianza para que sus mundos internos pudieran contemplarlos y adorarlos.
En esos siete símbolos está guardada la Sangre preciosa del Cordero de Dios. Los siete principales estados que su Maestro vivió en la Tierra durante la Pasión, que aún ninguna religión conoce pero que hoy les revelo por medio de la sabiduría de Mi amor que proviene de Mi Corazón Eterno.
Tomen consciencia de este Legado y así como se colocaron muchas veces delante del Templo de la Adoración de Dios, hoy colóquense ante este Legado de Cristo que fue preciosamente guardado por Su Madre Celeste y los apóstoles, y adorado profundamente por las santas mujeres de Jerusalén.
He aquí lo que la humanidad necesita en este tiempo de emergencia. La Sangre del Cordero de Dios se vuelve a donar al mundo para que sus preciosos Códigos de Luz ingresen en las esencias, y las almas alcancen su estado de cristificación y de redención por medio de la vivencia de los pasos en el amor y en el perdón.
Es así, queridos Míos, que hoy los coloco delante de una posibilidad única que está al alcance de cualquier ser de la Tierra, independientemente de su escuela o de sus errores.
He aquí, a través de los Siete Cálices, la posibilidad de despertar de los Nuevos Cristos que podrán recibir los Códigos del Universo Celestial para transformar completamente sus vidas, conforme Dios lo necesita. Así como Él lo pensó desde el principio, desde antes de sus existencias, de sus orígenes.
En estos Cálices Sagrados se guarda la experiencia de amor del Redentor en cada paso de Su agonía, en cada paso de Su calvario hasta el momento definitivo de Su expiración en la Cruz.
Cuando la Tierra tembló, los infiernos fueron derrotados, los muertos resucitaron y proclamaron el Nombre de Dios, la victoria del Mesías, la redención de los oprimidos, la salvación de los perdidos, la cura de los enfermos de la vida espiritual.
Este es el tiempo de que la humanidad tome consciencia de lo que aún no ha tomado consciencia, por colocar su atención en la superficialidad de la vida, por alejarse de lo divino, de lo que verdaderamente vivifica al espíritu y al alma de cada ser.
Dios necesita que el mundo reciba este Legado, no importa si es la mayoría o la minoría, lo que verdaderamente importa para su Padre Celestial es que este Legado sea verdadero dentro de ustedes en cada momento de la vida, en cada acto de amor, de servicio y de perdón. Que valoren estos Códigos Crísticos en sus vidas, especialmente en su vida espiritual y de oración. Así estarán expandiendo Mi Amor al mundo que tanto lo necesita y que tanto lo clama.
Así podré llegar a los que más sufren y a los que no tienen nada, a los que son ignorados por las grandes potencias del mundo, por los grandes dirigentes de las naciones que solo hacen promesas vacías, vacías de amor y de verdad.
Pero Yo les traigo, compañeros, a través de los Siete Cálices, aquello que les hará recordar sus orígenes antes de que vinieran a la Tierra, antes de que nacieran, de que aprendieran y de que experimentaran sobre la superficie de este planeta.
Este Legado lo conocieron los patriarcas por las revelaciones que el propio Dios les hizo. Este Legado lo conocieron los apóstoles, en el momento más importante de la Última Cena, cuando uno de esos Siete Cálices fue elevado, en gracia y en gloria, por las Manos de su Maestro y Redentor para aceptar el sacrificio de la redención de la humanidad y de la conversión del planeta por medio del Amor Crístico.
Es el tiempo de que la verdadera Iglesia despierte dentro de ustedes, de que perdonen a todos los sacerdotes que han ofendido el Nombre de su Señor y a todos los fieles de la Tierra que pusieron en juego su propia fe.
Yo les traigo la donación de Mi Vida y de Mi Espíritu, la entrega de estos Siete Cálices como el verdadero conocimiento para sus consciencias, para que sus espíritus se ennoblezcan en Cristo bajo la llama y el principio de Su Sabiduría.
Esto los colocará por encima de todas las cosas y podrán perdonar y amar no solo a ustedes mismos, sino a sus semejantes, porque Mi Iglesia Celestial aún palpita en el Universo Mayor. Ese es el principal Legado que Yo les entregué a los apóstoles y que le revelé a Pedro en aquel tiempo.
Sus vidas pueden ser la propia Iglesia de Dios en la Tierra, sus cuerpos pueden ser los Templos sagrados de Dios para que Él los habite. Es tiempo de asumir este paso por la humanidad.
Con todo esto no les digo, compañeros, que superarán todas las cosas y las dificultades.
Por medio de los Códigos Crísticos de Mi Amor aprenderán a superarse a sí mismos todos los días y a dar pequeños pasos. Por más que sean pocos, que esos pasos sean verdaderos, justos y misericordiosos para su transformación.
Porque el Legado que está en los Cielos, guardado en el Arca de la Santa Alianza, necesita de almas espejos en la superficie de la Tierra que puedan reconstruir la Iglesia Espiritual que Cristo sembró en la Tierra por medio de la iglesia física, presente en todo el mundo. Eso precisa ser restaurado, amparado y protegido.
La fe de los creyentes reconstruirá la Iglesia en la Tierra y la bóveda mayor del Universo descenderá para colmar a las consciencias con los Atributos Divinos, con todas las gracias y todas las misericordias.
En los Cálices Sagrados del Redentor están las próximas siete etapas de sus vidas, las que aún deberán vivir y atravesar por Mi Causa.
Aún no comprenderán el significado de todo esto. El Universo Espiritual se revela, de a poco, para que las almas aprendan a reconocerlo dentro de sí y a aceptar la Voluntad del Padre, así como el Hijo la aceptó en la institución de la Eucaristía, por medio del Santo Grial.
Beban, entonces, de este compromiso mayor y participen de las Voluntades del Padre Eterno, así como los ángeles del Cielo participan y, en obediencia, cumplen con Sus comandos y con Sus designios para que la fuerza del amor y de la fe puedan triunfar en todo el Universo y en este planeta.
Que se cumpla entonces el advenimiento de sus próximos pasos. Cada uno recibirá en sus vidas, si así lo acepta, los siete próximos pasos que deberá dar. El Universo se mostrará, los aprendizajes llegarán y la oportunidad de cruzar el umbral de la consciencia será consciente para cada uno de ustedes.
Pero estén atentos, no hagan responsables de no poder dar sus pasos a ninguno de sus semejantes. Este paso, que deberán dar, es entre ustedes y Dios, entre sus almas y Su Divina Voluntad.
Tal vez se preguntarán que pasos deberán dar. Sean pacientes, sigan orando y vigilando porque los pasos que deberán dar se presentarán de una forma u otra. Pero, serán conscientes porque sus almas les harán sentir que llegó el momento de cruzar el Portal y de expandir la consciencia en el Amor Universal y en la Sagrada Unidad.
Como ejemplo y testimonio de sus pasos, hoy he escogido algunas almas, entre los presentes, que se han postulado para dar pasos en la vida interior y en el servicio a Mi sagrado e insondable Corazón, que se han ofrecido para adornar Mis altares, para reverenciar Mi Presencia, para ser testigos de Mi amor así como lo fueron las santas mujeres de Jerusalén.
He aquí el Amor Vivo que estuvo con los apóstoles, con las santas mujeres y con todos los seguidores de Cristo, y que hoy retorna a la Tierra para ser compartido con ustedes por medio de la Sabiduría y del amor de los Siete Cálices del Señor.
No teman porque Yo no los abandonaré. Pero cada alma tiene su tiempo y su momento de dar su paso en una profunda e inextinguible soledad, así como lo dio su Maestro en el Huerto Getsemaní.
Recojan en sus corazones la luz preciosa de los Siete Cálices y, en honra al sacrificio del Redentor, abran las puertas de la Iglesia Celestial para el mundo entero y, especialmente, para toda Europa.
Les pediré que canten "Sagrado Cáliz del Señor" para que los ángeles transubstancien este momento y estos elementos que se ofrecerán a Dios como símbolo de reparación y de perdón, de todas las almas presentes para todas las almas del mundo.
Los escucho.
Ponemos nuestras manos en señal de recepción.
Canción: "Sagrado Cáliz del Señor".
Instrumental.
Y ahora, compañeros, delante del poder de los Siete Cálices del Señor, irradiado para Europa y el mundo, y para todas las esencias de la Tierra que tendrán la oportunidad y la gracia de la redención, procederemos en ceremonia con el Padre Eterno, a dar el testimonio de estos pasos a través del camino de la Luz y del Amor que Mi Corazón Misericordioso les ofrece todo el tiempo, a fin de que el amor se establezca y que la fe prevalezca en estos tiempos, por el triunfo del Plan de Dios en la humanidad. Amén.
Nos ponemos de pie.
No lloren, alegren sus corazones, porque este es el tiempo de la Misericordia de Dios, el tiempo de Su Gracia, el tiempo de la luz y de la cura de los corazones.
Hoy lloran como las mujeres de Jerusalén y traen hacia sus almas el recuerdo de esa vivencia y de esa experiencia por medio de la unión Conmigo, por medio del amor que Yo les ofrezco en esta consagración.
Invito a los que puedan, en nombre de estas hijas que he llamado, a que se arrodillen por su consagración.
Como en aquel tiempo, hoy volveré a dar la comunión espiritual para aquellas mujeres que siempre estuvieron Conmigo hasta el momento más culminante en la Cruz, en el que Mi Alma agonizaba por el mundo y, a pesar del dolor, Mi Alma sentía un gran amor de parte de los que fueron fieles Conmigo y se mantuvieron en oración por la entrega de su Maestro y Señor en la Cruz.
Todo este Legado vuelve al mundo, en este día, directamente del Corazón de su Maestro y Señor, y es irradiado por Sus manos de Luz para las almas que se consagran y para las almas que algún día se consagrarán, manteniendo la aspiración de ver a Dios dentro de sí.
Renovamos este Sacrificio del Cordero de Dios. Vivificamos Su Legado y traemos hacia la Tierra, por medio de esta ofrenda del altar junto a todos los ángeles del Universo, las promesas del Redentor que se cumplirán en la humanidad. Que así sea.
En adoración, nos postramos ante Dios Todopoderoso y agradecemos por Su Presencia a través de Su Altísimo Hijo y, como en aquel tiempo, lavo las manos de Mis apóstoles para purificarlos y consagrarlos a Mí, así como deseo consagrar a las almas del mundo a Mi Sagrado e insondable Corazón.
En aquel tiempo, tomé el pan entre Mis manos, dando gracias a Dios por este sacrificio, les dije a Mis apóstoles y a muchos de ustedes: "Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para la remisión de los pecados".
Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces).
Del mismo modo tomé el Cáliz entre Mis Manos para poder renovar todos los tiempos hasta Mi segundo retorno a la Tierra. Elevándolo a Dios, dando gracias por el sacrificio de Su Hijo, les dije a Mis apóstoles: "Tomen y beban todos de Él, porque ese es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por su Maestro y Señor, y por los mártires a través de los tiempos para el perdón de los pecados. Hagan esto en memoria Mía".
Te alabamos Señor y te bendecimos (se repite tres veces).
Este es el Cordero de Dios que quita las faltas del mundo. Bienaventurados los que son llamados a servirse de este Divino Sacramento.
Oración: Padre Nuestro (en portugués).
El Cuerpo y la Sangre Divina de Cristo.
Les dejo Mi Paz para que la vivan y para que hagan partícipes a todos sus hermanos de Mi Paz, a fin de que se establezca en la Tierra como un atributo imprescindible para esta humanidad, para la cura de las almas y la redención de los corazones.
Yo les doy las gracias por haberme acompañado en este momento tan importante para su Maestro y Señor, por la humanidad y el planeta, por el Plan de Dios en este Universo material.
Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Como en los primeros tiempos del cristianismo en los que Cristo estaba vivo en los corazones, para que ese tiempo vuelva a rememorarse se darán el saludo de la Paz.
Les agradezco.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Escucha en tu interior la Voz de Dios que te habla, Voz que te llama a servirlo y a pronunciar Su Palabra de Vida en el mundo entero.
Esta es la Voz que resuena en el Cosmos. Esta es la Voz que llega desde el Cielo para despertar a las almas en el Amor de Dios, en la compasión, en la cura y en la redención.
Escucha la Voz de Dios en tu interior y resurgirá, dentro de ti, la pureza esencial.
Únete al Dios vivo que está en los Cielos. Cumple con Sus Promesas.
Vive Sus Mandamientos y aplica en tu vida los deberes de Dios para que seas partícipe de Su Reino Celestial, para que recibas en tu corazón Sus impulsos de Luz, los que algún día te harán libre partícipe de la Cena de la Redención y, así, serás sacramentado por el Espíritu.
Tu alma recibirá lo que necesita y así dará un nuevo paso.
Vengo a este Reino, el Reino de Fátima, para reencenderlo como una vez él se encendió por la presencia de la Madre Divina y de todos Sus ángeles.
Ha llegado la hora de celebrar este encuentro y de hacerlos partícipes, de forma consciente, de la Misericordia de Dios. Así, las puertas de la luz se mantendrán abiertas y el sacrificio del Hijo de Dios seguirá siendo reconocido por los hombres y las mujeres de la Tierra.
Todos serán parte de esta nueva Cena que el Rey celebrará cuando retorne al mundo por segunda vez.
Pero ahora, Yo vengo en Divinidad. Vengo bajo el impulso del Soplo del Espíritu para que, en ustedes, puedan ser derramados los Dones de Dios, los que en algún momento se convertirán en talentos. Talentos que Yo necesitaré, en esta hora y en este tiempo, para poder ayudar a las almas, para poder salvarlas y rescatarlas de los abismos oscuros de la Tierra.
Es desde aquí, desde la Fuente del Reino de Fátima, que el mundo podrá recuperar su inocencia, la inocencia que perdió por la manifestación de las guerras, por la desigualdad entre los pueblos, por la enfermedad, por la locura, por el hambre y el error.
Mi Misericordia los llevará a la Pureza esencial y en la Pureza esencial reencontrarán a Dios, tomarán consciencia del sentido de su existencia y no retrocederán porque Yo estaré a su lado fortaleciendo y templando sus espíritus, transformando sus miserias, redimiendo sus aspectos humanos, transfigurándolos en Mi eterna Luz.
La Gloria de Dios desciende sobre el Reino de Fátima porque Su Iglesia Celestial se aproxima y desciende a este lugar para unirse al Santuario consagrado a Dios.
Los mundos internos se equilibran. Un período de paz toca a las almas y las hace conscientes de la verdad. La perdición se detiene. Los apóstoles dan los pasos hacia el Señor y cumplen Sus mandamientos, Sus designios y Sus deberes.
Aunque la apariencia confunda, nadie será olvidado y los corazones se reencenderán en el fuego de Mi Amor, sentirán los impulsos de Mi Alma, recibirán la bendición de Mi Espíritu y Yo los liberaré de las cadenas, de las prisiones y de los errores. Y así, las naciones se liberarán, los pueblos se reconciliarán y ya no existirá el conflicto.
El hambre no será la causa de tantos males. La corrupción no será el origen de muchos defectos. La omisión no será el camino hacia la indiferencia de los hombres porque el mundo entero, la humanidad, el planeta tomará consciencia de la verdad, un tiempo antes de que Yo retorne al mundo como un haz de luz entre las nubes, como un Sol dentro de un sol, como una Estrella mayor entre tantas estrellas.
El Universo se movilizará, los astros superiores responderán y el sistema solar, del cual forman parte, recibirá su último y gran impulso que brotará directamente del Corazón del Rey para todas las almas, para todos los autoconvocados y, principalmente, para los que no fueron llamados.
Renacerá el sentido de estar aquí, en la Tierra, porque desde el Reino de Fátima surgirá el impulso que llevará a esta parte de la humanidad a su despertar y a alejarse definitivamente de la ignorancia, de la ceguera espiritual, de la indiferencia.
Reciban entonces, Mi Mensaje con alegría. Que el mundo entero escuche la Palabra de Dios, por intermedio de Su Hijo, para que la humanidad vuelva a renacer bajo la Sabiduría de Dios y su entendimiento.
Que esta Maratón sea celebrada como una unión perfecta con el Padre Celestial, como la confirmación de todos los apóstoles ante todos los Principios y Voluntades del Padre para que Sus Designios desciendan a la Tierra y encarnen en los hombres que deberán asumir el Plan.
Que los mundos internos escuchen esta buena nueva. El Cielo vuelve a descender sobre el Reino de Fátima para que la pureza despierte en los corazones dormidos, en las almas que se equivocaron por ignorancia y por error.
Traigan a todos hacia Mí. Coloquen el mundo entero en Mi Corazón misericordioso y no les faltará la paz.
Yo Soy su Sacerdote Mayor, su Gobernante y su Maestro. Soy el Pastor de todas las ovejas y, en este tiempo, uno a todos los rebaños bajo la Ley Primera, la Ley del Amor.
Y así, los infiernos se cierran y las puertas de la Luz se abren para que todo sea iluminado y nadie pierda la esperanza de persistir, así como Yo persistí por ustedes hasta el final y aún más, hasta este tiempo, y persistiré hasta que Yo retorne para encontrarlos físicamente, para darles Mi Paz, Mi abrazo y entregarles el Amor glorioso de Dios que los vivifica, los transforma y los eleva en unidad.
Que Europa escuche este llamado, así como Nosotros escuchamos sus oraciones. El Señor del Universo retorna a su encuentro para hacer partícipes a las almas de la Comunión Redentora y del gran tiempo de la Misericordia.
Que esta Maratón sea un ofrecimiento de amor, de parte de cada corazón orante, para que Dios siga derramando Su Gracia en el mundo, a pesar de los errores y de todos los males. Porque el triunfo del Plan del Padre está en el corazón que lo ama profundamente y sin condiciones. Ahí está la libertad de la humanidad para siempre.
En júbilo y esperanza por este reencuentro, bajo el manto del Reino de Fátima, bendigo a Europa y al mundo entero, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que la Paz esté en todos. Amén.
Si tienes ojos para poderme ver en tus hermanos, si tienes oídos para poderme escuchar en tus hermanos, si sientes Mi Amor irradiarse a través de tus hermanos, ¿por qué dudas si Yo estoy?
Mi Omnipresencia es desconocida por el mundo. Mi Omnipotencia aún no fue revelada completamente a la humanidad.
Yo estoy presente y silencioso en todos los lugares en donde dos o más se reúnan en Mi Nombre, para reconocerme y llamarme Pastor de almas.
Contemplo, acompaño y oro por cada una de las situaciones internas de Mis apóstoles, de la misma forma que Yo oré por los apóstoles en el Huerto Getsemaní.
Veo y observo todas las necesidades. Acojo en Mi Corazón todas las situaciones de la vida.
Recibe, entonces, Mi absolución en este bendito día para que, de Mi Amor y de Mi Compasión, aprendas a vivir. Así tendrás el coraje para enfrentar, sin desafiar, tus propias miserias y sin rechazarlas o repudiarlas. Deberás transformarlas con la paciencia que te brinda la fe y con la sabiduría que te brinda el amor.
Continúa viviendo, todos los días, el camino de la redención por Mí, tu fiel Amigo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Uno a todos los cristianos en un solo camino, el camino del amor, porque en el amor no existen diferencias, razones ni conceptos.
Es en el amor que se podrá reconstruir Mi Iglesia, extendida por toda la Tierra, porque en el amor se podrá liberar y perdonar, y todo comenzará de cero.
Por esa razón Mi Padre les concede la posibilidad de que se reúnan y se unan entre los seguidores de un mismo Cristo para fortalecer el amor que a cada uno lo trajo y lo aproximó a Mí.
Este es el tiempo de vivir en ese amor irrefutable, en un amor que es capaz de acoger y no de rechazar, en un amor que se dona por entero más allá de los resultados, en un amor que vive sin expectativas.
Yo uno a todos los cristianos por medio del mismo amor que Yo les entregué a Mis apóstoles, un amor capaz de trascender las fronteras de la consciencia, un amor que es capaz de compartirse para que muchos más conozcan la inmensidad de Mi Misericordia.
En el amor estarán libres de sí mismos, de las prisiones de la vida y protegidos de todo mal.
En Mi Amor Yo los trasformo y los reúno, una vez más, para que glorifiquen al Padre.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Cuando Cristo dijo a Sus compañeros: "Ven y sígueme", ellos escucharon Su llamado como un trueno en su interior; algo que, con una frase, despertó a sus espíritus y los impulsó a seguir una nueva vida. Sin embargo todo esto acontecía en los niveles espirituales, mientras que sus mentes seguían pensando y cuestionando, y sus emociones seguían inestables y susceptibles a las influencias del mundo y de la mente humana.
Los apóstoles siguieron a Jesús por la potencia de Su Presencia, sin saber quién era Él. Sus instrucciones los transformaban, Su Presencia les daba seguridad y paz. Todo lo que Él hacía era extraordinario, como un verdadero sueño, algo diferente a todo lo que ocurrió en todos los tiempos.
La vida espiritual era el eje de la sociedad y todos los hombres se sentían honrados de estar al lado de un verdadero profeta, unido al Amor y al Poder de Dios. Pero, cuando la Pasión de Cristo comenzó, cuando en Su agonía, los apóstoles vieron a la humanidad de Cristo temer, sudar sangre y sufrir, sus creencias se quebraron, sus estructuras se rompieron y toda la gloria que de alguna forma alimentaba su parte más humana, de un instante a otro se retiró, derribando por el suelo su vanidad y su condición humana.
Conocer el sacrificio los colocó dentro de una batalla interior entre la mente, el alma y el corazón, en la que sus seguridades dejaron de existir y sus conocimientos parecieron desaparecer. El Plan de Dios se reveló diferente a todo lo que ellos pensaban y la renovación de su amor se dio primero en la Cruz y después en la Gloria.
Hoy, hijos, comenzó para ustedes el camino del Calvario. Después de años de experiencias espirituales extraordinarias que los elevaron y los transformaron, ahora el sacrificio llega para confrontar su condición humana y vencer las barreras que les impiden vivir la entrega absoluta para la renovación del amor.
La cruz de estos tiempos les viene a revelar el desenlace del Plan de Dios, el que se mostrará diferente a todo lo que imaginaron. Se verán delante de contradicciones y de desafíos que forjarán en ustedes el despertar de la fe y la renovación del Amor.
Comprenderán finalmente que la unión con Dios comienza en la Cruz y después en la Gloria. Es viviendo Su Amor incondicionalmente que llegarán a la unidad con Él.
Su Padre y Amigo,
San José Castísimo
Inspiramos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén (en latín).
Saludamos al Rey del Universo.
Ardientemente deseaba que llegara este día porque el triunfo y la victoria de Mi Corazón están próximos y nada lo impedirá.
Felices los que confían en Mi Palabra. Dichosos los que la siguen. Bienaventurados los que la cumplen, porque Cielo y Tierra pasarán pero Mi Palabra quedará en la memoria de Mis elegidos.
Este es el tiempo de darlo todo por Mí. Es como dije en el pasado: los quiero fríos o calientes. Lejos de Mí los tibios de corazón porque en los tibios no se construye Mi Obra.
En los tibios Mi Obra no evoluciona. Es en los guerreros que construyo Mi Verdad y es en ellos en los que dejo Mi Mensaje, en quienes Mi Llama se expresa, en los que Mi Amor penetra y transforma todo lo corrupto. Por eso, deseé que este día llegara y que estuvieran exhaustos y cansados para poder representar y vivir lo que Yo viví por ustedes en el momento culminante de Mi Agonía, en la que la soledad abundaba y la fortaleza, a pesar de la oscuridad, estaba en Dios.
Sé que no es fácil vivir lo que Yo les pido, por eso respeto cada uno de sus tiempos. Pero me corresponde, como su Maestro y Señor observarlos y contemplarlos para que aprendan a seguir Mi Camino, para que no pierdan de vista Mi Propósito, que va más allá de lo material y de lo espiritual. Propósito del cual todos ustedes forman parte. Propósito en el que todos fueron congregados para cumplirlo y para vivirlo en estos tiempos por una meta mayor y ampliamente desconocida.
Lo que Yo necesito de ustedes es algo más que material y podría decir, algo más que espiritual. Necesito que profundicen en esta existencia que está dentro de ustedes para que el mundo, día a día, siga aprendiendo a salir de la mediocridad, de la indiferencia, y de todo lo que omite la Verdad de Mi Corazón. Esa omisión que viene de los hombres por estar ciegos en la ilusión y por no haber escuchado, ni siquiera una vez, todo lo que Yo dije en los últimos tiempos.
Aún espero la redención de estos hombres y la colaboración de las almas que más allá de sus posibilidades, de su sacrificio o de su entrega estén dispuestos a sufrir por Mí.
Pero Yo no les traigo el sufrimiento de la Cruz, ni la más pequeña de las células de su cuerpo lo soportaría. Porque lo que Yo viví por ustedes fue muy grande y aún no fue relatado en ningún libro sagrado. Llegará ese tiempo en el que diré toda la verdad.
Deseaba que, en esta noche, los abiertos de corazón fueran preparados para el próximo encuentro Conmigo, que será una Sagrada Semana determinante, en la que muchas definiciones se darán, pasos se concretarán y muchos determinarán lo que harán de sus vidas a partir de esos impulsos de luz que vendrán de Mi Corazón.
Todo lo que hoy les digo, compañeros, es para animarlos a seguir adelante, es para animarlos a arder en el amor por Mí, en un amor que es capaz de hacer cualquier cosa, bajo cualquier circunstancia o situación, en un amor que vive en el silencio la aspiración de encontrarme día a día, y de algún día ver Mi Sagrada Faz.
Si hoy ese amor no los compenetra por lo que viven o por aquello que están aprendiendo o sufriendo, ¿qué están haciendo aquí?
Necesito de una verdad real y sincera, necesito que sus corazones se rasguen por Mí y que sus almas se entreguen por Mí, día a día.
Mi Cruz tuvo un peso incalculable, un valor aún no valorado, una entrega aún no conocida. Que sea Mi Cruz su aliento, su fortaleza y su aspiración. Y cuando sientan el peso de su cruz, sientan que estarán en Mi Verdad, y Mi Espíritu soplará en ustedes y los inspiraré en la Sagrada Palabra, les daré la respuesta y alcanzarán la meta.
No todos están preparados para vivir lo que Yo necesito. Pero si lo pido, compañeros, es porque es posible y solo algo dentro de ustedes lo podría impedir. Pero quien se entrega a Mis Pies se entrega a Dios, a Su Voluntad y a Su Propósito. Y esa entrega no tiene precio, no tiene medida ni tampoco condición porque es una entrega que dona el corazón de cada ser que se aferra a Cristo.
Hoy es un día especial, pero también decisivo porque todas las almas que escuchan Mi llamado, después de estos últimos tiempos, es la primera vez que están ante dos caminos para poder escoger y esa respuesta surgirá desde adentro de ustedes.
Por eso los contemplo. Por eso rezo. Por eso adoro a Mi Padre celestial para que Su profunda e infinita Sabiduría esté en ustedes, en su interior y en sus esencias al momento de decidir, de confirmarse o de definir otro camino.
En este momento, ante su decisión espiritual y universal, Yo no puedo intervenir. Mi Padre y Mi Madre los hizo libres de espíritu, de acción y de palabra.
Como antes de entregarme a la Cruz, de ser martirizado y humillado por los que fueron curados y sanados por Mí antes de que Mi Sangre fuera derramada, y aunque hasta los tiempos de hoy no es reconocida, fue en ese tiempo y en esa hora en los que también los apóstoles vivieron su gran definición para su próxima etapa.
Mis discípulos deben cruzar ese umbral y aprender a atravesarlo, así como Yo lo atravesé por ustedes cuando el Padre me presentó el Cáliz y Yo le dije: “Hágase Tu Voluntad”.
Este es el Cáliz que hoy Yo les estoy ofreciendo. Más allá de sus posibilidades, de sus limitaciones o de sus pruebas.
Este es el Cáliz que testimonió por ustedes el Amor derramado en cada gota de Sangre, como en el Agua preciosa que brotó de Mi Costado.
Este es el Cáliz que testimonió el descenso de la Misericordia, de la piedad, de la compasión y de la redención en la humanidad.
Este es el Cáliz que Yo les ofrezco para que el mundo no se destruya, para que los continentes no sufran, para que las guerras acaben, y para que los enemigos y los anticristos sean derrotados por Mi Luz, la Luz que proviene del Amor de Mi Corazón.
Les advierto y los llamo a la conscientización. Todo lo que Me ofrecen de verdad Yo lo reconozco, por más simple y pequeño que parezca, por más silencioso que sea, aunque sea entre ustedes y Yo y nadie más; todo es reconocido, contemplado y aceptado por Mi Corazón.
Es allí, en esta pequeña oferta, en la que encontrarán fuerza, ímpetu y determinación. Es allí, en lo pequeño y en lo simple, pero verdadero que encontrarán la llave del amor que transformará su ser y toda su consciencia en lo que aún tanto espero, según Mis Proyectos.
Guarden estas Palabras como algo que no se repetirá jamás. El Señor del Universo también tiene su tiempo para decir las cosas porque eso los prepara y los desvía del peligro, de la perdición, del engaño que pueda propagar Mi adversario.
Pero, Yo pisaré su cabeza y colocaré Mi Espada. Transfiguraré su esencia y todas las esencias del mal. Y Mi Reino Celestial descenderá en los cuatro puntos de la Tierra, la gran Estrella Madre llegará y los Maestros descenderán para regenerar y curar a la Tierra, y así surgirá la Nueva Humanidad.
Ofrezcan este momento de decisión a los Altares de Dios. Él está atento a la voz de sus súplicas, así como Él estuvo atento en Fátima por medio del corazón de Mi Madre Celestial. Estamos en un momento semejante a ese, más allá de su materia o de sus cuerpos, de su mente o de su intelecto, más allá del espíritu, del alma o de la esencia.
Ofrezcan a Dios este momento de decisión. Esto permitirá que Mi Obra se expanda en el mundo y siga triunfando Mi Amor por encima de la adversidad en los corazones que se congregan para vivir Mi Hermandad.
Nos ponemos de pie.
"Señor del Universo, Padre-Madre Creador participa de la Comunión con Tus hijos en este sagrado momento de definición en donde Tus Puertas se abren y las almas claman por Tu Amor. Enciende en ellas Tu Confianza, el don de Tu Sabiduría, la infinita Compasión de Tu Corazón, para que todos los Cristos del Nuevo Tiempo despierten y participen de la victoria de Mi Reino en la humanidad. Amén".
Incienso.
Invocaremos ahora al Padre Celestial, a Su Nombre Sagrado Adonai, para que Su Sabiduría descienda al planeta y a todos los que participan de la Comunión con Su Espíritu.
Canción: Adonai.
Inspiramos.
Padre, convierte este elemento en Mi Cuerpo para que las almas se alimenten de la esencia de Tu Espíritu y del Universo, de Tu Verdad.
En aquel tiempo elevé el pan para que el Padre lo bendijera y Él entregándome Su Gracia, Yo se lo entregué a los apóstoles diciéndoles: “Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados”.
Padre, convierte este elemento en Mi Divina Sangre, para que las almas beban de la esencia de la redención por medio del Poder infinito del Amor.
En aquel tiempo también elevé el Cáliz; el Padre lo bendijo y Me entregó Su Misericordia para que fuera derramada en toda la Tierra por medio de Mi Sangre hasta lo más alto de la Cruz.
En aquel tiempo se lo entregué a los apóstoles diciéndoles: “Tomen y beban todos de él, porque esta es Mi Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por todos los hombres para el perdón de los pecados”.
Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Bienaventurados los misericordiosos porque vivirán en la Misericordia de Dios. Amén.
Oración: Padre Nuestro (en portugués).
Quien viva en Mi Palabra, vive en Mi Amor. Yo les enseñé a amarse, los unos a los otros, más allá de los defectos o de las diferencias. Que este Amor se difunda en el mundo, el Amor Crístico de Mi Corazón, en todos los pacificadores, en todos los misioneros y colaboradores de la Obra de Dios.
Que la Paz de Dios esté en sus corazones y que Él siempre los haga partícipes de Su Paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En fraternidad y amor, agradecimiento y júbilo, se darán el saludo de la paz.
¡Les agradezco!
Tengo el poder de liberarte, interiormente, de todo mal como de toda prueba.
Si te entregas con confianza a Mí, podré, de tiempo en tiempo, mostrarte lo que aún te falta transformar y redimir.
Solo con el permiso de tu confianza, y ningún otro, es que Yo podré señalarte e indicarte el camino hacia Mi Corazón roto; roto por las ofensas de los hombres, roto por los ultrajes al Nombre de Dios y roto por todo lo que es ocasionado a los Reinos de la Naturaleza.
Pero yo te aproximaré a Mi Corazón no solo para que lo sientas, sino también para que, en cada momento y oportunidad, aprendas a repararlo y aliviarlo por todos lo que no lo reparan ni tampoco lo alivian.
Tu confianza en Mí es lo que, algún día, te permitirá que conozcas el proyecto de vida que tengo para ti. Hasta ahora pocos pudieron conocer el proyecto que yo tengo para la vida en sí, porque la mayoría, en el momento más culminante de la entrega y de la total confianza a Mi Corazón, retrocedió.
Aún espero poder decir y expresar lo que hace tanto tiempo espero decir y revelar a Mis apóstoles.
Mi camino está lleno de exigencias porque es un camino de fidelidad, pero es un camino siempre victorioso.
No te desanimes. Inténtalo hasta que algún día sentirás Mi Mano tomándote fuerte y te llevará a conocer el propósito interior que aún tengo para ti.
Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón.
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
La geometría sagrada es el símbolo más antiguo de esta humanidad. En verdad, ella surgió primero de la Fuente, para poder manifestar la creación y dar origen a los principios y a los atributos de la vida evolutiva.
La geometría espiritual, sagrada e inmaculada, siempre estuvo presente en la Tierra, a pesar de las eras y de sus diferentes épocas.
Las primeras humanidades conocieron estos sagrados símbolos, vivenciaron las sagradas geometrías, no solo para la elevación de la consciencia, sino también para la evolución de la genética humana.
Toda la configuración del ser humano como ser natural y espiritual, está formado por una geometría sagrada y perfecta, idea principal y originaria de los Padres Creadores.
Los primeros diseños de esta geometría fueron emanados por la Fuente Principal de Dios, la que hasta los días de hoy, emana el Amor, la Unidad y la Sabiduría.
La geometría sagrada no es solo parte de los mentalistas y de los filósofos, es algo que fue captado por los diferentes profetas, por el pueblo antiguo de Israel, hasta por el mismo Moisés.
Estos principios sagrados a través de la geometría, traen para el mundo el conocimiento del Propósito de Dios, y es la forma de unir puentes y dimensiones entre las consciencias.
Llegó el momento, de que la humanidad pueda curarse y regenerarse a través de la geometría sagrada, de la única y perfecta geometría que proviene de la Jerarquía Espiritual y de ninguna otra.
Lo que viene de la Fuente es incalculable, lo que ella emana es imborrable.
Desde los principios de la Tierra y desde antes de la primera humanidad, la geometría sagrada fue lo que constituyó la formación de este Universo local, para que después existiera la vida, la evolución, y por último, el despertar.
En la geometría sagrada está la raíz de sus orígenes, el conocimiento de sus constelaciones, la razón de haber venido a la Tierra para vivir una escuela de perdón y de redención.
Llegó el momento del tiempo de la síntesis, en el cual, Oriente conoció profundamente la geometría sagrada, la reverenció y aún forma parte de sí en este tiempo actual, a pesar del uso inadecuado que muchos pueblos han hecho de ella.
Pero esa geometría sagrada de la cual hoy les hablo, compañeros, se encuentra en la esencia del Santo Cáliz, dentro del Arca de la Santa Alianza, en donde todos los atributos, todos los propósitos y todos los pensamientos elevados de Dios, expresados antes del origen de la Creación, se encuentran allí guardados y protegidos por los santos ángeles.
Es este propósito del Arca de la Santa Alianza y la emanación de su geometría sagrada, la que después del fin de los tiempos y en la Nueva Tierra, con la Nueva Humanidad, deberá retornar al planeta para poder constituir una nueva raza, libre del sufrimiento, del dolor, de la agonía y del mal.
En la geometría sagrada se encuentra algo valioso e inextinguible. Es como si estuvieran delante de la manifestación más perfecta de Dios, representado a través de símbolos y de geometrías que traen una energía sublime para la consciencia humana.
En los Centros Sagrados como éste se guardan geometrías sagradas, principios fundamentales de la Fuente de la Creación, que en el silencio, acompañan a la humanidad desde el principio. Pero, es hora y es tiempo que este conocimiento sagrado pueda emerger de la consciencia humana, para todos los que se comprometieron a seguir el Propósito de Dios, y sobre todo se comprometieron a descubrir dentro de sí su universo interior.
¿Puedo continuar?
No escucho…
Todos responden: ¡Sí!
La geometría sagrada es lo que existe de más sagrado en el Universo. Fue el propio Dios, nuestro Padre Celestial, quien la creó y Él la entregó como algo inmaculado y sagrado en las manos de los arcángeles, para que ellos pudieran recrear y plasmar Su Divina Voluntad en el plano del espíritu, en el universo mental, y por último en este universo material.
Las geometrías sagradas son patrones de conducta que necesita el ser humano para este ciclo, para que pueda transitar y atravesar el fin de los tiempos, manteniendo viva dentro de sí la luz crística, la llama sagrada de la esencia, o como ustedes la quieran comprender, el despertar.
Hoy he traído entre Mis Manos uno de los Pergaminos de Dios, uno de los tesoros más antiguos de este Universo, de la Fuente Inmaterial de la Creación, del Universo de los Resplandecientes, en donde está escrito el origen del propósito de esta humanidad.
Dios pensó, en Su Silencio, la posibilidad de la existencia de criaturas tan semejantes a Él, que pudieran vivir el Amor como Él lo vive, que pudieran superarlo en el Amor, por medio de experiencias de unión, de luz y de perdón.
Por eso, Él creó una geometría sagrada, la que sintetiza la existencia de este mundo y de este universo local.
En esta geometría, de la cual hoy les hablo, está la posibilidad de que la humanidad entera reencuentre su camino, el camino que perdió hacia a la Fuente de la Creación desde el momento en que surgió la dualidad, o como ustedes la quieran comprender, como adversidad.
Pero en esa esta geometría sagrada que también está dentro del Arca de la Santa Alianza, se encuentra la réplica de este pensamiento muy elevado de Dios, que surgió de Su Corazón eterno desde el momento en el que Él sintió la voluntad y la necesidad de que Sus hijos lo pudieran conocer y reconocer, como Padre de la Sabiduría, como Padre del Amor, como el Señor de la Verdad.
Pero fue antes de Mi nacimiento en Israel, que los pueblos más antiguos del desierto conocieron la geometría sagrada de Dios.
En los cuarenta años en el desierto, el pueblo de Israel, al ser protegido y amparado por el Padre Eterno, en esa larga caminata, en la búsqueda de la Tierra Prometida, conoció y vivenció la esencia de esa geometría sagrada por medio del maná que lo sació y lo alimentó. Fue el contacto físico que tuvo con la esencia de ese Propósito de Dios que originó la vida en la Tierra y el surgimiento de la primera humanidad.
Fue de esa forma que antes del aparecimiento de Cristo en la Tierra, a través de Su encarnación en Belén, el pueblo antiguo de Israel pudo hacer parte de sí el Propósito Divino, lo que en su constitución genética y natural permitió, un tiempo después, que Mi esencia humana recibiera de ese pueblo lo más sagrado que alcanzó a nivel del Espíritu y del Mental Superior.
Cuando Yo estuve en la Tierra, fui la propia geometría sagrada de Dios manifestada como hombre y como consciencia. Fui el propio arquetipo y principio divino materializado en la Tierra, a través del vientre purísimo de Mi Madre en la intervención sagrada del Espíritu Santo.
Todo fue pensado, contemplado y meditado para que el mundo, a través de los tiempos y de las generaciones, nunca olvidara la principal geometría sagrada de Dios que es el Amor, que dentro de la consciencia humana permite la evolución, la ascensión y la expansión de la caridad.
En el Universo de Dios, existen muchos Pergaminos como éste. Revelaciones tan profundas y desconocidas por la mente humana que ayudará a todos los seres humanos a retomar el camino que perdieron hacia su verdadero propósito, hacia la verdadera razón que los trajo aquí por una meta espiritual, por un fin elevado, por un principio sagrado.
Sus almas, sí reconocen este legado porque son parte de esa manifestación, de esa experiencia, que comenzó en el origen de este Universo.
Mientras la Aurora contempla este escenario del Hijo trayendo al mundo la geometría sagrada de Dios, una gran bóveda celeste en los planos internos se manifiesta para todos sus espíritus, a fin de que ellos capten los símbolos sagrados de Dios, que el pueblo de Israel una vez conoció y que permitirá retomar en la Tierra la reverencia, para alcanzar la ascensión del cuerpo, de la mente y del espíritu.
A través de lo que Yo les enseñé a los apóstoles, por medio de los Sacramentos, también se encuentra la geometría sagrada de Dios, diversificada en diferentes principios y formas, al punto de que esas geometrías sagradas son materiales, por medio del Bautismo, de la Unción, de la Confesión, del Lavapiés y el más importante, a través de la Comunión.
Porque fue en la última cena, donde la más importante geometría sagrada de Dios descendió a través de Mí, en la materialización del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, geometría sagrada que Me permitió llegar hasta la Cruz, para poder expandir y donar todos los símbolos que redimieron en aquel tiempo a la humanidad.
Hoy los ángeles del cielo preparan las puertas del Universo, porque los impulsos de la geometría sagrada de Dios retornarán a la humanidad para que las almas puedan vivenciar una forma de vida diferente y aprendan, en la simplicidad, a superar el miedo, el error y el dolor que esta genética humana ha generado a través de los tiempos por haberse distanciado del Propósito de Dios, de la geometría sagrada del Padre.
El Arcángel Metatrón es el guardián y celador de la sagrada geometría de Dios. Él es el encargado, dentro de este Universo material y local, de enviar estos impulsos en el fin de los tiempos, a fin de que las almas alcancen una conexión profunda con el Padre Creador, por medio de la intervención de Metatrón Arcángel.
Es el fuego de ese arcángel, por medio de Su principal geometría sagrada, que permitirá la transmutación de la consciencia humana y la liberación del espíritu humano del pecado, del error, de la perversión y de la perdición.
Dios enseñó en el principio de este mundo, la primera y más importante geometría sagrada, que es el Verbo de la oración. Ella es el puente y es la base para construir una nueva vida que las almas, en poco tiempo, no reconocerán en sí mismas por el voltaje que la oración proporciona para la consciencia humana por medio de la elevación y de la transformación.
Quien viva la escuela de la geometría sagrada de la oración conocerá otras geometrías sagradas del Padre y el plano espiritual no estará más lejos de ustedes, lo podrán reconocer en su interior al tomar contacto con esos principios divinos que vienen de la Fuente.
Hasta hoy, es lo que Yo les puedo decir, porque la geometría sagrada tiene un elevado voltaje de energía espiritual e inmaterial que transmuta la consciencia humana, y los impulsos que vienen del cielo deben aprenderlos a vivir y a administrar, porque el conocimiento en sí ya es un impulso que quedará dentro de ustedes para llevarlos a dar un gran paso en algún momento de sus vidas.
Esta es la razón por la cual hoy Me detengo, porque las almas tienen una capacidad de soportar, pero confíen en lo que Yo estoy haciendo, así como Yo confío en lo que ustedes hacen, día a día, y en todo lo que hoy Me han ofrecido por el triunfo de Mi Sagrado Corazón en la humanidad.
Es esta fidelidad, esta constancia y esta fe que viene desde dentro de ustedes que permite la aproximación de este conocimiento para que la humanidad salga de lo superficial, de lo mezquino, de lo indiferente, para que sean instrumentos de esas geometrías sagradas en cada momento de la vida, como en cada acto de oración, para que sean espejos de Dios.
Agradezco a los que escuchan atentamente, porque esto emite una respuesta del Universo, de que al fin, el día de su despertar llegará para estar en comunión de una forma íntima y verdadera con la Fuente Principal de Dios, para que estén en contacto con Dios, aunque estén en la Tierra aprendiendo a superar el sufrimiento y aprendiendo a vivir el Amor.
La geometría sagrada siempre los elevará.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
El Maestro guardó el pergamino…
Y ahora, para sintetizar este impulso en la vida consagrada manifestada en diferentes formas, porque es algo que viven las almas, también se encuentra la sagrada geometría de Dios.
Y hoy consagraré dos nuevas auxiliadoras porque han manifestado esa constancia de buscar ese Propósito de Dios, y así, sigo reuniendo Mi rebaño para que reconozcan su filiación Conmigo y sobre todo, ese íntimo matrimonio con Mi Corazón.
Deseo tener aquí los elementos de consagración para las dos auxiliadoras.
Y en esos elementos, que se tornarán sagrados, también se espejará la geometría sagrada de Dios para que esté presente en todas Mis esposas que se han ofrecido para servirme a través de este servicio de donarse a los altares del Señor.
Todas las geometrías sagradas son vertientes del Amor de Dios, son la vivencia máspróxima de la Fuente de la Creación.
Los invito a colocarse de pie en reverencia a las sagradas geometrías de Dios, por ustedes, por sus familias, por sus conocidos, por la humanidad entera que debe recuperar los atributos de Dios por medio de estos últimos impulsos que Yo traigo del Universo para los humildes de corazón.
Celebremos ante las puertas del cielo este acontecimiento. Que la humanidad entera pueda ser merecedora de esta Gracia, porque lo verdadero solo proviene de lo inmaterial y de la vivencia del Amor en la vida material.
Escucharemos la melodía del Kodoish para que los ángeles, a Mi pedido y a Mi llamado, se reúnan aquí para traer hacia la Tierra la esencia de la geometría sagrada de Dios, fecundo tesoro que se guarda en los Centros Sagrados de la Jerarquía.
Padre, en cada elemento que Tú creaste, se encuentra la esencia de la geometría sagrada.
Hoy elevamos y ofertamos cada uno de estos elementos para que la consciencia humana sea transmutada y las almas alcancen el perdón y la redención. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Fray Melquisedec, Fray Juan de la Cruz, los dos hermanos, si pueden venir.
Del elemento agua que Dios creó, nace la geometría sagrada de la vida, del cual todo ser de la Tierra se alimenta y vive porque este elemento lo une y lo eleva hacia el Reino de Dios. Amén.
Comenzamos a entonar suavemente el Kodoish melódico para recibir los impulsos angélicos y acompañar esta ceremonia.
Canción: Kodoish melódico.
Inspiramos.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Perdón, dijo que me olvidé de un paso...
Padre, este es Mi Cuerpo que como geometría sagrada, hoy es ofrecido al mundo para la remisión de las faltas y la redención de las consciencias. Amén.
Padre, este es el Cáliz de Mi Sangre que hoy amorosamente es ofrecido para la elevación de la consciencia humana, para la purificación de la vida terrestre, para la cura de los corazones. Amén.
Y a través de la geometría sagrada de la oración, Padre Eterno, bendice todos estos elementos y especialmente a Tus hijos, para que todos tengan fuerza interior de seguir adelante, a fin de alcanzar la victoria celestial. Amén.
Oración: Padre Nuestro en arameo.
Padre bendice a estos corazones para que siempre sean partícipes de Tu Gracia y de Tu Misericordia y actúen en este mundo como luceros de Tu Corazón, llevando la paz a toda la Tierra.
Yo las bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les doy las gracias por ser valientes para escuchar y no perder el coraje de poder hacer triunfar el Amor en este planeta. Sigamos obrando y viviendo en la Divina Misericordia.
Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En fraternidad, por Mí, por Mi Padre y por el Espíritu Santo, se darán el saludo de la paz.
¡Les agradezco!
De todas las almas imperfectas, Yo hago algo nuevo y renovado.
De todas las miserias, Yo transformo lo viejo y con todo eso construyo los nuevos tiempos. Es semejante a su Maestro con los apóstoles; con los que transformé y redimí al mundo, a pesar de que fueran imperfectos.
Nada se desperdicia en este Universo, todo se recicla y se transforma para ofrecer lo mejor a la Creación y a los demás.
Entonces, si te estás transformando, redimiendo y trascendiendo es por un bien mayor, por un fin que beneficiará no solo a tu consciencia, sino también al mundo.
Todo se transforma, todo se renueva.
Confía en que, más allá de los defectos, algo bello existe dentro de ti para ser ofrecido al Creador, para ser donado al Universo Mayor.
Sigue adelante, confiando en todo lo que el Universo te enviará para que aprendas.
Vive cada momento como si fuera el último y en cada etapa encontrarás la enseñanza que necesita tu consciencia.
No te canses de decirme “sí”.
¡Les agradezco por guardar Mis palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Hoy quisiera que, al menos por una vez, salieran de ustedes mismos, de sus pequeñas miserias y vieran junto Conmigo, las grandes miserias de la humanidad.
Por eso, Yo los hago apóstoles en la palabra, en la verdad, en la fidelidad y en el servicio; y por más que muchas veces no alcancen estos atributos, Yo sé que todos los días los intentan vivir.
Es por esa razón que aproximando sus vidas a estos atributos, serán parte del afluente de Mi Misericordia como servidores en todos los rincones de la Tierra.
Hoy he venido con toda la esperanza y la Misericordia en Mi Corazón, para hacer un pedido especial a los misioneros que en pocos meses vivirán la misión humanitaria en Líbano.
Mi pedido es que como Mis servidores no solo expandan la Misericordia por ese lugar, sino que también por primera vez, esa Misericordia llegue piadosamente al continente africano, especialmente a Luanda, Angola.
Quisiera que el sufrimiento y el dolor extremo, que allí se viven y que se reflejan en los rostros de Mis pobres ovejas, puedan ser aliviados.
De verdad, vengo para pedirle al grupo de los misioneros que después de visitar Líbano, se dirijan hacia Angola para llevar todo el amor y la Misericordia posible a los corazones sufridos y muy marginados.
Este día lo considero especial para Mí, porque el Padre de la insondable Misericordia concedió esta importantísima Gracia para Mis rebaños de Angola.
Deseo que por medio del servicio, la piedad, el amor, la cura y la Misericordia lleguen a todos, porque a través de ustedes podré llevar alivio y luz a las almas olvidadas.
¡Les agradezco por considerar mi apelación!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Mientras el tiempo alcance, su Maestro y Señor intentará ayudar a toda la situación planetaria, intentará abarcar a la mayor cantidad de consciencias y de naciones posibles para liberarlas del error.
Para que esto sea posible, Mis apóstoles deberán tener claro el camino que escogieron seguir y no titubear porque, de lo contrario, darán mucho trabajo a la Jerarquía, principalmente, en el momento de llevar adelante las operaciones divinas en la Tierra.
Antes de que esta misión suceda, deben preguntarse qué es lo que harán en este tiempo ante el compromiso irrefutable Conmigo.
Intento, por todos los medios posibles, que comprendan y vivan la amplitud de esta misión de rescate en el fin de estos tiempos.
Necesito que, desde ahora, exista en ustedes la claridad suficiente para poder discernir y tomar decisiones.
No necesito que retrocedan, como en otros tiempos. Necesito que avancen junto Conmigo en esta misión, por la Misericordia y por la paz en la humanidad, porque en poco tiempo Yo deberé legar Mis Tesoros a la Tierra para que Mis apóstoles trabajen con ellos, a fin de preparar el retorno definitivo de su Señor a la humanidad.
Con Amor Mayor en el Corazón espero que comprendan lo que les digo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Siempre Me agrada retornar a la casa de Mis buenos amigos, porque ellos, a pesar de lo que suceda, nunca pierden su lugar predilecto en Mi Corazón.
Como en el pasado, hoy visito a Mis viejos amigos, amigos de camino, amigos y compañeros en el servicio, en la caridad y en la fidelidad que se debe alcanzar por medio de la fe y de la persistencia.
Cuando visitaba a las familias, en los tiempos pasados, en esos lugares era en donde Me sentía mejor, en la casa de Mis amigos, en los hogares de Mis apóstoles, porque con ellos podía compartir lo más profundo que sentía Mi Corazón.
En la casa de Mis amigos Mi Corazón desbordaba un inmenso e inconmensurable amor que era capaz de liberar y de redimir todas las cosas.
En la casa de Mis amigos Yo compartía Mi Paz y la paz siempre les dejaba para que siempre Me recordasen, porque, como les dije una vez, no podía quedarme más tiempo en la Tierra, ya que regresaría a la Casa de Mi Padre.
Por eso, hoy retorno y visito una de las casas de Mis viejos y conocidos amigos para que sientan Mi Corazón y el ardor de la devoción de Mi Alma por los que desde el principio caminaron Conmigo.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice y los colma,
Vuestro Maestro, Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más