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Queridos hijos:
Durante estos días y debido a la gravedad de las guerras y al derramamiento de sangre inocente, Nuestros Tres Sagrados Corazones se encuentran intentando detener el mal que invadió la mente y el corazón de Mis hijos de algunas naciones.
Por eso, hoy Yo vengo especialmente a pedirles que, ahora más que nunca, Me acompañen en oración para que los Tres Sagrados Corazones intervengan por todas las familias y especialmente por los niños que sufren la guerra, la aniquilación, la invasión y el maltrato.
En el nombre de Nuestro Creador y Señor del Universo, vengo a pedirles que las armas sean detenidas para que no se siga abriendo la puerta incierta de la maldad en el mundo.
Vengo a pedirles, en el nombre de Dios, que ya no predominen los intereses de las naciones, para que los más desfavorecidos no se vean en la urgencia de escapar del terror y de la muerte.
Queridos hijos, este es el esperado tiempo de la tribulación y del Apocalipsis. Por eso, más que nunca, Yo vengo a pedirles que todos los días reconozcan la Presencia de Dios en ustedes y que, a través de la Presencia Divina, recuerden que todos son hermanos y hermanas de un mismo Padre que está en los Cielos. Así, Mis hijos, el mundo como un todo no se seguirá apartando del Amor y de la Luz.
Rezo, día y noche, para que el mundo alcance la paz. Recen Conmigo todos los días, a fin de que los ángeles, atormentados por las guerras, se puedan sostener.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Después de transmitir el Mensaje semanal, Nuestra Señora acompañó la consagración de la Santa Eucaristía, según el relato siguiente:
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a celebrar junto con nuestra Madre este momento de consagración.
Nos disponemos, en este momento, para participar de este misterio de Amor que Cristo nos dejó en la Presencia de María, Nuestra Señora.
Y, en el silencio de nuestro corazón, ante el Corazón de María, de la Reina de la Paz, purificamos nuestro corazón, nuestra consciencia; para que, bañados por Su Amor Maternal, preparemos nuestro mundo interior para volver a recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que serán transustanciados en esta celebración que María acompañará con atención y detenimiento.
Nuestra Madre nos dice, en este momento, que en la noche cuando Jesús estaba reunido con Sus apóstoles, Ella en otra parte de Jerusalén estaba reunida con las santas mujeres y, a través de sus espíritus, de sus consciencias, se unieron al sacrificio del Hijo de Dios, sacrificio que en el éter de la Tierra dejaría plasmada la presencia eterna de Su Amor y de Su Misericordia por las almas.
Y, en esa hora, todos los pecados desde Adán y Eva hasta el presente, hasta el final de los tiempos, estaban siendo contemplados por Nuestro Señor y por Nuestra Señora que, en reparación y en amnistía, ofrecían a Dios por medio de los ángeles.
Así, esa Comunión, que Cristo ofició y celebró con Sus apóstoles en la Última Cena, llegó a María, nuestra Madre, y a las santas mujeres, a través de las manos de los ángeles, por medio de una forma luminosa de Luz, forma que ingresó en el alma de María y de las santas mujeres para establecer definitivamente esa alianza con la Voluntad de Dios por intermedio del Hijo Primogénito.
En esa noche, en la que Jesús se encontraba con Sus apóstoles y María estaba reunida con Sus discípulas, las santas mujeres, cuando Jesús tomó el pan y lo elevó a Dios en acción de gracias, en ofrecimiento y en sacrificio, María le pidió a Dios que Ella pudiera morir espiritualmente junto a Su Hijo, por la remisión de todos los pecados que habían sido cometidos desde el principio, desde Adán y Eva hasta el final de los tiempos, para que las almas pudieran recibir la abundancia del Amor de Dios, ese Amor que los renovaría y que los ayudaría a seguir adelante en cada paso.
Así, Jesús partió el pan y ofreciéndolo a Sus compañeros con una mirada paterna, amorosa y atenta, les dijo, así como le dijo a Su Madre y a las santas mujeres, en espíritu: “Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Reverenciamos.
Y, así, la forma de Luz ingresó en los apóstoles, en María y en las santas mujeres, preparándolos para la Dolorosa Pasión de Jesús.
Y, antes de consumar esa alianza con el Eterno, Jesús tomó con Sus Manos el Santo Grial, que elevó a los Cielos, también en ofrecimiento y en sacrificio por las almas.
En ese momento, María Santísima y las santas mujeres, en Comunión Espiritual, se ofrecieron para ser las primeras celadoras de la Preciosa Sangre de Cristo, que sería derramada desde el momento de la flagelación hasta lo alto del Monte Calvario y, así, se pudiera establecer, en honor al Hijo de Dios, la ciencia espiritual de la Vía Sacra, de los impulsos crísticos que el Maestro dejó impregnados y grabados en cada paso de la Cruz.
Así, Jesús después de haber transustanciado el vino en Su Preciosa Sangre, pasó el Cáliz a Sus apóstoles y, en espíritu, a las santas mujeres, por medio de los ángeles, diciéndoles: “Tomen y beban todos de Él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la nueva y eterna alianza entre las almas y Dios, la Sangre del Cordero que será derramada por la remisión de todas las faltas, hagan esto en memoria de Mí hasta que Yo retorne al mundo”.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Reverenciamos.
Y, en ese momento, los ángeles que estaban presentes en la transustanciación del pan y del vino, en la Última Cena, pusieron a disposición, a partir de ese tiempo y hasta el final de los tiempos, todos los cálices que recibirían el ofrecimiento de las almas que se consagrarían y vivirían por Cristo y en Cristo.
Así, colocamos nuestra alma y nuestro espíritu ante ese ofrecimiento; colocamos nuestra vida y nuestra esencia dentro de esos cálices para que, como esta celebración, esos cálices sean ofrecidos a Dios en reparación y en Misericordia.
Así, Jesús elevó Su Cuerpo y Su Sangre para testimoniar la Presencia Infinita y Misericordiosa del Amor de Dios.
Los apóstoles, María Santísima y las santas mujeres contemplaban, en ese instante, la institución del Legado Crístico de Amor y de Redención.
Oración: “Padre Nuestro”.
Y, así como Cristo representa la Paz universal y la Paz para el mundo, invocamos, junto al Corazón Inmaculado de María, el descenso de la Paz.
Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.
Y, así como compartimos la Paz de Cristo, vamos a irradiar la Paz de María a cada Cristo Interno.
Y, vamos a anunciar, en este momento, la Comunión Espiritual a todos los mundos internos y las almas que están en el mundo y que necesitan de esa Presencia Crística interior.
A pedido de María, en este momento de Comunión, vamos a cantar “Haz de mí nada”, para que en ese vacío interior que tenemos que buscar en cada paso, podamos ser colmados del Todo, de la Presencia de Dios.
Queridos hijos:
Mientras el mundo enfrenta su gran momento de purificación, les pido que en sus vidas y consciencias siga resonando la voz de la oración del corazón; porque será la forma de que, ustedes y sus hermanos de la humanidad, sean ayudados a través de las Leyes Espirituales.
A medida que se aproxima el tiempo prometido del Apocalipsis, los corazones verán situaciones inesperadas que nunca acontecieron en la Tierra. Esto es así para que el planeta se limpie a sí mismo, porque la Madre Tierra grita de dolor y nadie la escucha.
Por eso, hijos Míos, que la oración sea esa llama ardiente que nunca se apaga, que sea la llama que se vivifica, que transmuta, que ilumina y que redime; porque, en el fin de estos inesperados tiempos, la oración será ese escudo espiritual capaz de aislarlos de todas las interferencias de estos tiempos.
Yo necesito que Mis queridos hijos no omitan este pedido, porque cuando estén delante de los acontecimientos del final de los tiempos, recordarán Mi Mensaje.
Si realmente aspiran a corresponder a Dios no solo en los Mandamientos, sino también cumpliendo Su Santa Voluntad, la oración ardiente será esa estrella que a través de Mi Corazón los guiará hacia Dios, hacia un lugar seguro.
Estos tiempos demuestran que la humanidad perdió los valores de la vida y de la familia, porque la sociedad se volvió indiferente al sufrimiento y a la necesidad de los más desprotegidos.
Por eso, les pido que coloquen todo esto en el corazón y que oren Conmigo, a fin de que su Madre Celeste junto con todos los ángeles intervengan en la actual y cruda realidad de estos tiempos.
Es inmediato que la oración de Mis amados hijos resguarde y proteja toda la misión espiritual que llevará adelante la Madre Celeste.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mientras el mundo y las naciones se envuelven con el caos, hijos Míos, Yo los llamo a ingresar a Mi Corazón y encontrar la paz. Yo los llamo a cruzar los umbrales de la indiferencia humana que existen dentro de sí mismos, como en todo el planeta. Los llamo a perder el miedo de lo que es verdadero y desconocido para que, así, puedan mirar hacia el propio interior y encontrar lo que verdaderamente son.
Que puedan contemplar el infinito y saber que ese mismo infinito habita en su interior. Y así, como las estrellas guardan en su brillo un gran misterio que parece estar distante de sus vidas, así también, en su interior hay una esencia divina, cuyo brillo, hijos Míos, guarda no solo los misterios sobre ustedes mismos, sino sobre toda la vida, sobre el Plan y el Pensamiento perfecto de Dios para la humanidad y para todas las criaturas.
A pesar de todos los conflictos y sufrimientos, a pesar de todos los estímulos que día a día ustedes reciben para padecer, para perder la esperanza, para vivir la indignación y sentir el dolor de la injusticia, Yo hoy los llamo a estar más allá de todas las apariencias y encontrar lo que es verdadero, a pesar de que casi siempre estuvo oculto a los ojos humanos.
En estos tiempos, hijos Míos, nada más les será oculto, y en sus corazones pueden develar los misterios y dones divinos, pueden descubrir sus verdaderas potencialidades, pueden saber para qué fueron creados, cuál es el propósito de sus vidas; propósito que está más allá de la vivencia del perdón y de la redención, y que se guarda en la expresión y en la manifestación del amor, en aquello que el Amor Crístico despierta en ustedes y en todo.
Estos son tiempos de ser conscientes de la urgencia del planeta, de saber y percibir que el caos anuncia el Apocalipsis, y las Leyes que se cumplen y manifiestan lo que estaba escrito. Pero también es tiempo de saber cuál es la forma correcta de lidiar con la situación planetaria, y esto, hijos amados, no está escrito en ningún Libro Sagrado, porque es parte de la Revelación de estos tiempos; es parte de lo que deben vivir y experimentar en esta etapa evolutiva de la humanidad, y que no estuvieron prontos para vivirlo y conocerlo en otros tiempos.
Las llaves para cruzar los umbrales que los separan de la Verdad y que dividen los ciclos del viejo y del nuevo hombre se encuentran en Nuestras palabras; se encuentran en el estado en el que el Verbo Divino los coloca.
Por eso, no solo escuchen lo que les decimos, sino déjense elevar. Profundicen y busquen en el interior aquello que solo el silencio es capaz de mostrarles y, con esta fortaleza, estarán prontos para profundizar en el propio interior.
Es orando y uniendo el propio corazón a Dios y a los Mensajeros Divinos que podrán ser dignos de conocer lo que los hace semejantes a su Creador. Y de esa forma, hijos Míos, escribirán con sus vidas el Evangelio de estos tiempos; el Evangelio que es la concreción del fin, pero también, el principio de lo nuevo.
Les dejo Mis bendiciones para que estén más allá de todo conflicto interno o externo; para que estén guardados en Mi Corazón y, elevando el propio espíritu, puedan auxiliar a la humanidad a liberarse también de las amarras de la esclavitud de la ignorancia y de la ilusión.
Yo los amo, los amparo y con Mi Amor los guío para que estén en Dios.
Su Madre María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Con el silencio superior que permea la Tierra, en este momento contemplamos como Jerarquía Espiritual, las decisiones internas que ya fueron tomadas y esperamos al igual que todos ustedes, los resultados de esas decisiones.
Pero lo más importante en este momento, hijos Míos, es que no se olviden de lo que se guarda dentro del mundo interno de cada uno de ustedes. Como ya se los he dicho, es la esencia de Dios la que los protegerá y los amparará en este tiempo, a pesar de lo que suceda o de lo que se presente.
Aférrense en este tiempo a la unión predilecta con la Jerarquía Espiritual y así, sus pasos, consciencias y vidas serán guiados a través del Propósito Mayor.
Estamos reunidos próximos a la Tierra, dentro de este Sistema Solar. En este día no estoy sola, sino acompañada de muchas Jerarquías que contemplan con amor, dedicación y oración este momento planetario, especialmente este momento en Sudamérica.
Llegó el tiempo de la transición planetaria, pero de una transición más aguda y más compleja; por eso la importancia de estar en unión a la Jerarquía, para que no solo ustedes lo puedan soportar, sino que ayuden a sus hermanos a soportar estos tiempos difíciles.
El Armagedón es parte de una prueba difícil para la humanidad al igual que el Apocalipsis. Pero Yo les dije, hijos Míos, que ese Armagedón y ese Apocalipsis podrá ser más leve y pasajero para todos, dependiendo de cómo cada consciencia actúe y proceda en este tiempo. Cuanto más unidos estén a Dios y a Sus Jerarquías espirituales y universales, más pasajero y leve será ese Armagedón y ese Apocalipsis.
Ustedes y nosotros sabemos que la mayoría de la humanidad está completamente hipnotizada e ilusionada por muchas cosas y que esa situación la aleja y la aparta de Dios, día a día.
Pero como en otros tiempos remotos, el Padre se servirá de los pequeños grupos de consciencias para llevar adelante Su Plan de Amor y de Redención, hasta que pueda regresar Su amado Hijo a la Tierra.
Yo necesito que comprendan, hijos Míos, que estos tiempos no son normales, son tiempos diferentes a otros tiempos y a otros ciclos que vivieron las diferentes civilizaciones y las diferentes razas en la humanidad.
Este es el tiempo de cruzar el umbral hacia la redención y de poder vivir en sí mismo ese proceso de redención, para que la humanidad y la Tierra tengan una oportunidad.
Hoy Yo estoy aquí, hijos Míos, acompañando a cada uno de ustedes en el silencio y en la quietud de Mi Corazón. Yo los irradio y les doy Mis Gracias para que puedan tener mas fortaleza y para que puedan seguir adelante. No podrán sorprenderse por todo lo que verán, aunque sucedan situaciones inexplicables e inesperadas.
La Jerarquía sabe que la humanidad no es consciente de lo que ha generado y de lo que ha producido a través de los tiempos, para llegar hoy a este momento de inflexión planetaria. Por eso les vuelvo a decir de la importancia de estar unidos a Dios y de colocar la consciencia en lo Alto, suceda lo que suceda, para que ninguno de Mis Hijos, o al menos la mayoría no sea empujada y arrastrada por la transición planetaria, por los acontecimientos que llegarán y que se desdoblarán sobre la superficie de la Tierra.
Su única fe debe estar en lo Alto, en lo inmaterial y en lo cósmico, así las corrientes del Universo llegarán en su auxilio y los llevarán a comprender todos los acontecimientos, mas allá de las situaciones que se presenten. Podrán acompañar con más madurez y determinación los tiempos difíciles y sabrán ayudar a sus semejantes.
Hay una parte que le corresponde a la humanidad; esa parte no la podemos cumplir Nosotros y tampoco podemos intervenir. Este es el ciclo en el que cada ser humano se hace responsable de sus acciones y de sus actitudes delante del momento planetario, delante de la transición de la humanidad.
Pero ahora, hijos Míos, es importante mantener fortalecida la fe y la confianza en el Padre, porque nunca les faltará la ayuda del Universo. Por alguna razón y motivo, hoy estamos aquí para acompañarlos, para sostenerlos y guiarlos.
Si sus consciencias y principalmente sus mentes se colocan en lo Alto, permitirán que los Espejos del Universo puedan refractar en la Tierra sus atributos, sus corrientes poderosas y sus códigos, para que la humanidad esté más contenida y equilibrada aunque sucedan situaciones muy complejas en este momento.
Sabemos que las grandes poblaciones de las naciones se movilizarán buscando una esperanza y una oportunidad, en otras regiones de la Tierra como ya viene sucediendo. Por eso, es también importante mantener abierto el corazón para poder percibir todas las necesidades y todas las realidades, para poder acoger y recibir a aquellos que más lo necesitan, que no tienen nada y que son el resultado de aquellos que los comandan, de aquellos que los gobiernan y que los llevan a vivir grandes y desesperados sufrimientos.
Con todos estos acontecimientos, y más acontecimientos en el planeta que ustedes, al día de hoy, desconocen y no son conscientes, es el tiempo en el que la humanidad asuma sus responsabilidades y tome una verdadera y clara decisión. De esa decisión y de esa actitud dependerá que la ayuda universal pueda seguir descendiendo hacia ustedes y hacia el mundo y que regiones del mundo, a pesar de la purificación y de la transición del planeta se mantengan protegidas para que pueda renacer y pueda resurgir una nueva humanidad.
El Plan de la Jerarquía dependerá de la actitud de los hombres y mujeres de la Tierra. El Plan se cumplirá y ese será el objetivo de las Jerarquías Universales, aunque sea en pequeños grupos.
La célula principal que es la familia, se debe mantener protegida, porque en los tiempos de hoy es muy interferida y muy influenciada. Así como en otros tiempos y en otras civilizaciones, la familia fue protegida y amparada, a pesar de sus pruebas y de sus sufrimientos, en este momento tan crucial, es cuando la familia se debe mantener unida a Dios y a Su Consciencia Divina, así nada externo ni nada interno la agitará.
Hijos Míos, el Proyecto Genético humano quiere ser derrotado y ya es tiempo de que ustedes lo perciban y se den cuenta de esto. Pero sus consciencias y principalmente sus corazones no deben estar colocados en ese acontecimiento, sino en el esfuerzo, en el esmero, en la dedicación, en la entrega para la realización de ese proyecto, en el día a día, por medio de sus actos y de sus obras de caridad, de servicio y de oración al Universo.
Recuerden que en este planeta, en sus mundos más internos se guardan Recintos Sagrados que podrían regenerar y reacondicionar la superficie de la Tierra; solo que el momento aún no llegó. Es importante que la humanidad atraviese esta transición y dependiendo de sus actitudes y de sus acciones, esa transición será más leve o más fuerte.
Los hechos, los acontecimientos y las consecuencias que suceden solo son responsabilidad del ser humano, de esta raza que está en la superficie de la Tierra.
Todo fue entregado, todo fue donado con amor y dedicación para que una civilización pudiera despuntar en los grados de amor y en la evolución de la consciencia.
Pero aún la dualidad no fue vencida, aún la dualidad deberá ser transmutada, liberada y redimida para que el equilibrio y la armonía estén dentro de los seres y todos puedan estar en contacto con Dios y así cumplir Su Plan, Sus aspiraciones y Sus promesas.
Llegará el momento en que Mi Hijo retornará; retornará de una forma sorprendente e inesperada. Será visto en muchos lugares del mundo, será reconocido, aunque muchos también lo rechazarán, porque Él vendrá con un aspecto desconocido y nunca antes revelado a la humanidad.
Pero llegará el momento después de Sus apariciones, después de que Su Presencia se reaproxime a la consciencia humana, que Él se mostrará verdaderamente como es, así como Él ascendió a los cielos y alcanzó Su mayor grado de evolución de consciencia y de amor.
Será el momento en el que las fuerzas del caos y el adversario serán vencidos, y el gobierno de este planeta nuevamente será concedido al Rey universal, como le fue concedido cuando Él nació en esta Tierra, entre ustedes, para traerles la buena nueva de la redención y la oportunidad de reencontrar el camino de la Luz.
Todas las Jerarquías estamos contemplando los buenos acontecimientos, hechos y pasajes que vivió la humanidad por medio de consciencias, de almas, que se ofrecieron para vivir y expresar el Amor Crístico.
Todos los que vivieron esa experiencia a lo largo de los tiempos, de las generaciones, están siendo contemplados y en este momento están ayudando en los planos internos a la consciencia humana para que sepa tomar una buena decisión y para que esa decisión repercuta en beneficio del resto del planeta.
Ahora llegó el momento de recogerse en el Corazón de Dios y de buscar, por encima de todos los acontecimientos, la esencia de la Paz.
Hoy envío este mensaje especial al mundo para que sea escuchado y recordado por todos, sabiendo que también el Universo vive una transición y que, cada día más, estamos llegando al momento más culminante, en el que todo se definirá, en el que todo quedará más claro, en el que las realidades ambiguas terminarán, y al fin podrá establecerse el Reino de Dios.
Pero para eso, muchas situaciones deberán terminar, hijos Míos. El planeta deberá expurgar lo que le pesa y todo aquello que le duele, todo aquello que ha recibido de parte del hombre de superficie a través de los tiempos.
Todo será reconfigurado, restablecido y reordenado para que pueda existir una nueva oportunidad y el Plan pueda volver a su origen, a su principio, a su esencia. Por eso, los movimientos serán fuertes, serán determinantes e inesperados.
Para eso, a través de los años y de los últimos tiempos los hemos preparado, la Instrucción ha sido su llave para vivir estos tiempos de Armagedón y para estar, por medio de la palabra de la Jerarquía, unidos al Plan de Dios y a Su Consciencia Divina.
De una forma extraordinaria, envío estas palabras al mundo y especialmente a aquellos que sostienen las Islas de Salvación a fin de que los códigos, atributos, dones y virtudes permanezcan presentes en la superficie de la Tierra; y para que aquellos que sufren, que padecen y que no tienen nada, puedan saber algún día que el Amor, el Amor de Dios no se disolvió del corazón de los hombres y de algunos lugares de al Tierra. Que el Amor puede reconstruirlo todo, el Amor puede renovarlo todo, que el Amor de Dios los puede liberar y salvar.
Les dejo la Luz de Mi espíritu y de Mi alma para que sean conducidos y por encima de todo se establezca la paz y la unidad.
En nombre de la Fuente inmaterial del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; en nombre de los Gobiernos y Consejos que guían y conducen a este y a otros Universos; en nombre de la Confraternidad y de la Hermandad Celestial que acompaña a esta raza hace mucho tiempo; en nombre de la Voz del Padre que reverbera y repercute como un eco a través de Sus Mensajeros; Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Y juntos oremos para que se cumpla el Plan de Dios, para que se establezca Su divino Propósito. Oren Conmigo, hijos Míos:
Señor,
que se cumpla el advenimiento de la nueva raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.
Que la palabra sea viva y construya Tu templo.
Que se expanda en nosotros Tu misterio
y que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu nombre y
glorificar la perfecta unidad.
Amén.
(se repite tres veces)
Y elevo, hijos Míos, estas oraciones al Cielo para que el Padre las escuche y en respuesta haga descender Su infinita e inconmensurable Misericordia.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy desciendo a la Tierra, y a través de Mi consciencia enciendo los Espejos del Cosmos, para que los Espejos y las Puertas del Universo traigan la ayuda que la humanidad necesita urgentemente en este ciclo.
Encendiendo los Espejos y abriendo las Puertas del Universo, traigo los Atributos de Dios para todos, aunque la mayoría de la humanidad en este momento sea inconsciente de lo que eso significa para este tiempo.
Encendiendo los Espejos, traigo la corriente poderosa de la Paz, para que los planos espirituales de este planeta y de la consciencia humana sean transmutados y liberados, para que desde los planos más invisibles hacia los planos más materiales no sigan descendiendo las interferencias que impone Mi enemigo en las naciones y entre las almas.
Este es el tiempo de comprender el movimiento del Universo y de la Jerarquía para que, siendo más conscientes y estando más disponibles, acompañen a la Divinidad en todo lo que hay que hacer en este ciclo.
Toda la ayuda necesaria será entregada por el Universo a la humanidad, pero sí o sí corresponderá a la consciencia humana dar una respuesta consciente y verdadera para recibir toda la ayuda que necesita y así no solo se puedan liberar las almas, sino también las cadenas de la opresión, de la explotación y de la conquista que llevan adelante muchos seres humanos en este momento, acciones graves que ante la Justicia Universal tienen un precio, una consecuencia y una respuesta que en algún momento se dará.
Pero por medio de los Espejos del Universo que hacen descender la Luz sobre el planeta y la humanidad, vengo a interceder como Madre del Mundo y Madre de todo el género humano para que pueda existir una posibilidad de Misericordia y de redención.
Es así, que reúno a todos los Comandos del Universo, a todas las consciencias que sirven incondicionalmente a Dios, en el Universo y en la Tierra, para que en esa unidad y en esa hermandad se establezca interiormente la oportunidad que muchas, pero muchas, consciencias necesitan para poder seguir evolucionando en el próximo ciclo de la Tierra o en otras partes del Universo.
Todo será readecuado. Todo se transformará. Nada quedará igual a como es ahora. El Universo intervendrá y traerá lo nuevo para toda la consciencia humana y, especialmente, para este planeta que soporta las agresiones del hombre de superficie todo el tiempo.
La cura espiritual concedida por el Universo no solo será para los seres de superficie, sino también para toda la Creación manifestada en este planeta azul, que es su casa, que es su hogar, es su morada para poder vivir las experiencias del perdón y de la redención.
Los seres humanos se olvidaron que están de paso por este planeta y que después partirán hacia otras regiones del Universo para aprender lo que no pudieron aprender aquí.
Pero aquellos que se abran y se dispongan a escuchar a la Jerarquía y a cumplir lo que Ella pide serán mediadores, serán intercesores, serán colaboradores con aquellos que viven en la ignorancia, en la ceguera de estos tiempos y que han perdido el sentido de la realidad y de la verdad.
Por eso, todos los elementos del planeta, todas las fuerzas cósmicas del Universo que trabajan para establecer el Plan de Dios, se reúnen y se congregan porque este tiempo lo amerita. Y la necesidad es más urgente de lo que los ojos pueden ver y de lo que el corazón puede sentir.
Hoy vengo como una Madre que gobierna el macrocosmos, que gobierna el planeta, que a lo largo de los tiempos y de infinitas Apariciones en todos los momentos culminantes de la humanidad, ha intentado ayudar a los hijos de Dios y lo seguirá haciendo hasta que la última alma, más perdida y sumergida en la oscuridad, reciba la oportunidad de redimirse y de encontrar el camino de la Luz, el camino que perdió hacia el Padre Celestial.
Por eso, todas las huestes angelicales también se congregan y se movilizan para que los planos espirituales estén dentro del orden y de la armonía universal, aunque sabemos que la propia consciencia humana genera muchas situaciones que desarmonizan y que generan caos en la propia raza humana.
Todos los seres humanos, creyentes o no creyentes, ateos o devotos, o incluso de otras religiones, deben tener presente y deben ser conscientes de lo que están generando, de lo que están produciendo no solo para el planeta, sino para su propia civilización.
Mientras tanto, hacemos todos los esfuerzos, realizamos todas las operaciones posibles y llevamos adelante todos los pedidos del Universo para mantener las Puertas abiertas del cosmos, porque son las Puertas que no solo liberarán el caos hacia otras regiones del Universo, donde será transmutado y liberado, sino que también esas Puertas que son profundamente internas, espirituales y cósmicas, traerán para todos la Gracia de Dios.
Cuando el ser humano reconozca que no tiene poder por encima de todas las cosas y más allá de Dios; cuando recline su cabeza sobre el suelo, pida perdón y haga penitencia, la ayuda del Universo será más fuerte, el cambio de la consciencia será más rápido y ya nadie más perderá el camino hacia el Amor de Dios.
El cambio de las grandes situaciones humanas, de los grandes problemas de las naciones y en los pueblos, deberá comenzar primero dentro de cada ser, porque si cada ser no está en contacto con Dios, con el Único o como lo quieran llamar o nombrar, nada se resolverá.
Abran las puertas de sus corazones, extiendan sus brazos hacia los que sufren, acojan a todos los que no son aceptados, los que no son comprendidos, los que no quieren cambiar.
Sean misericordiosos, sean bienaventurados, sean pacificadores de Mi amado Hijo, y el mundo cambiará en las pequeñas cosas de la vida para después poder cambiar en lo más grande y en lo más extenso. Cada ser debe ser responsable por su redención y por su entrega.
Les dije una vez, amados hijos, como le dije al mundo, que no colocaran la responsabilidad en Dios ni en nadie más. Cada ser en este tiempo debe percibir las consecuencias y la responsabilidad en todo lo que hace y en todo lo que practica.
El Universo está allí para escucharlos, para recibirlos, para atenderlos y para auxiliarlos, solo depende de una actitud correcta y pacífica, de un arrepentimiento y de un cambio verdadero, porque si eso no está, la ayuda no llegará.
Son muchos los males, las adversidades y el caos que la propia raza ha generado en sus vínculos con Mi adversario. Pero ahora un tiempo de tregua llegará y durante ese tiempo las almas, las consciencias y Mis hijos tendrán la oportunidad única e irrepetible de cambiar y de revertir algo de todo lo que sucede.
Yo vengo como una Mensajera del Universo en nombre de muchos mensajeros más que circundan y que habitan este macrocosmos y más allá de esta galaxia para decirle al mundo que estamos atentos, que estamos acompañando la gravedad de estos tiempos. Pero necesitamos y suplicamos que se detengan, que reflexionen, que mediten y que ya no hagan más el mal. El sufrimiento no puede ser el camino de la pérdida de cientos de consciencias inocentes que son maltratadas, explotadas y vendidas como animales en los establos.
Es hora de detener las raíces de la adversidad generadas por Mi adversario en los ideales del aborto, de la explotación de la naturaleza, de la matanza desmedida de los animales del mar y de la tierra, de la transgresión y de la contaminación que producen todas las grandes industrias del planeta por la ambición del poder y del dinero, que solo existe en la consciencia del hombre.
Reviertan su actitud y el Apocalipsis cambiará. No ostenten ni deseen lo que no les corresponde. Sean agradecidos por todo lo que los rodea y no perderán la paz.
Les agradezco en nombre de muchas consciencias del Universo por haberme escuchado con valentía y coraje, con apertura y principalmente con gratitud.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Que hoy reine la paz en sus corazones, hijos Míos, para que se aproximen a Dios y así se disuelvan sus inquietudes y miedos, sus abismos y angustias.
Que hoy reine la fe en sus almas y el amor en sus espíritus, para que sepan que cuando responden al llamado celestial, a pesar de todas las batallas, de todas las miserias, dudas y miedos, el Amor de Dios siempre triunfará.
Hoy vengo con el rosario entre Mis manos a pedirles que sigan orando por este mundo. Mis ojos ven cosas que ustedes no pueden alcanzar, no podrían aceptar o creer y que suceden en la humanidad. Pero sus corazones y sus oraciones sí, hijos Míos, pueden llegar no solo a las almas perdidas, sino a situaciones profundas y desconocidas que tienen sus raíces en lo más interno de las consciencias de las naciones.
Ahora que ya aprendieron a estar en Mi Corazón, a amarme y a reconocerme como su Madre y Protectora, como Aquella que acompaña no solo la cruz de Cristo, sino la cruz de cada hijo de Dios, ahora, Mis amados, sean más conscientes de su misión Conmigo.
Que cada día los lleve a profundizar no sólo en la transformación y en la rendición de sus vidas, sino en su servicio a este planeta herido y a su humanidad enferma y carente de amor. Esto se logra a través de la oración cada vez más profunda, del canto cada vez más sincero, del servicio cada día más abnegado, de la entrega cada día más completa de sí mismos.
Tomen sus rosarios todos los días y oren Conmigo. Oren suplicando al Padre por este mundo, por aquello que sus ojos no pueden ver.
El Tiempo de Dios ya se aproxima a la Tierra y las promesas de un nuevo mundo, en donde el Reino de su Padre se expresa, ya se aproximan a su manifestación. Las promesas que unen en sí a todas las religiones verdaderas y que hacen que ellas se plenifiquen en una verdad única, ya se aproximan a su expresión, ya se tornarán vida.
Más antes de esto, hijos amados, el Libro del Apocalipsis y todo lo que fue retirado de él por las manos de los hombres, también se cumplirá.
Muchas pruebas duras y profundas tocarán la consciencia de las naciones como la de los hombres, y para hacer de cada uno de esos momentos verdaderos triunfos de Dios y no del caos, ustedes deben estar en permanente oración.
Es posible, hijos, vivir la cruz y hacer triunfar en ella a un Amor nuevo y a la Misericordia Divina; así como es posible vivir el Apocalipsis y el Armagedón y hacer de esto una confirmación de sus almas ante Dios, del potencial que hay en sus corazones, como Sus hijos.
Fueron creados para amar y para renovar el Amor, y esto sucede más allá de todas las circunstancias del mundo. Solo es necesario, hijos, orar de corazón, servir con amor, entregarse, estar en Dios, buscar al Padre cada día, en cada instante.
Mi Corazón en silencio los inspira, los conduce a este propósito y acompaña sus pasos. Mi Amor sustenta su cruz, Mi Gracia los auxilia en sus caídas, Mi Paz los renueva y los hace descubrir quiénes verdaderamente son.
Por esto, en este camino, oren, hijos Míos. Oren por el mundo, oren por la paz.
Yo los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Finalmente llegó el tiempo de que el Libro del Apocalipsis se cumpla y se viva, momento en el que la Mujer Vestida de Sol corre al desierto para proteger a Sus hijos de toda adversidad y peligro, dentro de la batalla espiritual de estos tiempos.
Créanlo, hijos Míos. No hay otra humanidad futura que viva este acontecimiento final.
Son ustedes, Mis hijos de hoy, los que atravesarán junto a su Madre Celeste este ciclo de desafíos y de obstáculos. Pero, si su fe es fuerte como su oración, nada impedirá que Mi Inmaculado Corazón continúe triunfando en sus vidas y en la vida de sus hermanos.
Este es el tiempo en el que los siete sellos se abrirán y, de una forma inesperada, sin tiempo ni hora marcada, los acontecimientos del Apocalipsis golpearán a las puertas de sus casas y ustedes, Mis queridos hijos, enseguida y sin demora, deberán entrar en oración, cerrar puertas y ventanas, encender las velas del altar y confiar en Dios.
Muchos de Mis soldados piensan que eso no llegará a sus vidas. Vean a través de este momento y de este horario, cómo el cielo les envía las señales del tiempo del Armagedón.
Estén más despiertos, hijos Míos, para que en vigilia y en oración, nada, absolutamente nada, se precipite en ustedes ni en la humanidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando se abren las Puertas del Cielo para que su Madre Celestial llegue hasta aquí, el Tiempo de Dios se une al tiempo del mundo y una realidad superior se hace visible, transformando con su presencia las capas de la ilusión de la vida sobre la Tierra.
Traigo Conmigo la realidad sublime del Paraíso para que puedan sentir la Gracia de estar en Dios. Cada vez que Me aproximo al planeta, la presencia de este Reino Celestial transforma un poco más la vida sobre la Tierra y auxilia a la humanidad para que encuentre la Verdad de la vida superior y la viva.
Vengo en este tiempo a concretar la Misión espiritual que Dios Me concedió y a manifestar las profecías que fueron anunciadas a lo largo de la evolución humana y que hoy deben ser vividas.
Estoy despertando a los corazones de los que deben preparar el Retorno de Cristo a este mundo a través de la oración y de la entrega incondicional de sus vidas, porque para eso vinieron a este planeta. Sus almas, hijos Míos, se están preparando para ese momento desde el principio de su creación. Llegó la hora de manifestar y de vivir el Propósito de Dios para sus vidas y eso sucede cuando despiertan definitivamente y comprenden el tiempo que están viviendo como humanidad.
Vengo a conceder estas mismas Gracias insondables a las consciencias de las naciones y a la esencia del planeta; de forma que, por la intercesión de unos pocos, muchos tengan la oportunidad de retornar a Dios.
Ustedes ya saben que cada vez que llego a una nación es para arrancar con Mis santas manos las raíces del mal, del sufrimiento y de la ilusión que, desde hace siglos, se fueron adentrando en las consciencias de los hombres para estimularlos al mal, a la indiferencia y al desamor.
Estamos en el tiempo de una gran batalla espiritual, hijos Míos, la que, a diferencia de los conflictos de este mundo, se vence con el amor, con la unidad, con la oración y con la persistencia en la fidelidad a Dios y a Su Propósito.
Esta batalla es más profunda que lo que fue descripto en el Apocalipsis de Juan y más amplia que las dimensiones de la vida sobre la Tierra. Ella comienza en lo más profundo de los corazones de los hombres, en donde la consciencia debe luchar consigo misma para permanecer en el amor y en el Propósito Divino, y después más allá de las dimensiones de la vida material, esta batalla adquiere proporciones mayores y más profundas y para vencerla los corazones deben alcanzar grados mayores de amor, de consciencia y de despertar.
Por eso estoy aquí. Yo soy su Madre Celestial, Aquella que sostuvo al Redentor hasta los pies de la Cruz y que, lavada por Su Sangre, se comprometió a sostener la cruz de cada uno de Sus compañeros hasta el final del fin de los tiempos. Estoy aquí, guiando sus pasos y sustentando sus corazones y sus consciencias a través de Mi permanencia en el mundo.
Confíen en Mi presencia, hijos Míos, porque lo que vengo a hacer en sus vidas es manifestar la Voluntad de Dios y auxiliarlos para que ayuden a este mundo y más allá de él, para que sean los precursores de un Amor nuevo para toda la Creación.
Hoy quisiera conducirlos a un despertar profundo para que sientan la Verdad y el Reino de Dios. Por eso, oren con el corazón para que el Reino de su Padre descienda hasta aquí y les dé a conocer no solo Su Paz, sino sobre todo Su Gracia, Su Verdad, Su Sabiduría y Su despertar.
¡Yo los bendigo y les agradezco por responder con amor a Mi llamado!
Los aguardo en oración.
Su Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Los Tres Sagrados Corazones, como nunca antes, estamos trabajando dentro de la humanidad y de su consciencia profunda, a fin de que algunos principios espirituales se mantengan intactos y protegidos.
For this reason, more than ever, the Spiritual Hierarchy makes all the necessary efforts to prevent human ignorance itself and the inordinate use of power on Earth from spiritually creating those degenerative conditions that will open the door to decadence and the risks that humanity, with no consciousness, will choose as its destiny.
Paulo Roberto Migray, [24 de fev de 2023 11:15:38]:
Ok, gracias
Es así que, silenciosamente, como hace más de dos mil años, cuando esta raza se encontraba a las puertas de su gran autodestrucción, fue allí que los Sagrados Corazones se reunieron para llevar adelante esa misión compleja de volver a colocar a la consciencia de la humanidad en el lugar que le corresponde.
En este tiempo se vuelve a llevar adelante una misión espiritual semejante a la anterior, solo que esta vez no es solo compleja, sino también difícil, ya que la consciencia humana aprendió a destruirse a sí misma, así como también aprendió cómo deshacerse de su propia vida y trasgredir su sociedad, su cultura y su fe.
A las puertas del Apocalipsis los Sagrados Corazones articulan estrategias amplias, a fin de que la mayoría pueda despertar del sueño y de la ilusión en la cual se colocó.
Estamos ante el desafío de los últimos tiempos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Yo Soy el Sol que ilumina este mundo en su último tiempo, antes de la noche.
Soy la Trompeta que toca en los Cielos advirtiéndoles a las almas que el ciclo de la definición para sus vidas, así como para todo el Universo, ya llegó.
Yo Soy la Mano que detiene la Justicia, para que haya un tiempo mayor de Misericordia para las almas. Pero Mi Corazón no puede transformar las Leyes si sus corazones no se deciden a acompañarme incondicionalmente en este tiempo.
Yo también Soy parte del Verbo Vivo de Dios para este mundo y para toda la Creación, la Voz que resuena más allá de las dimensiones Divinas y de cuyo sonido proviene la Pureza, pero también la Verdad. Porque es hora de que conozcan la Verdad, no solo la Verdad que les trae las Gracias que descienden de los Cielos, sino también el verdadero despertar, la consciencia y la definición.
Ser parte de Mi Obra en este tiempo, hijos, es más que tener el rosario entre sus manos. Es querer ser parte de los comandos de su Madre Celeste que, con el Cetro de Dios en las manos, se abrirá camino en las tinieblas para rescatar hasta la última de las almas perdidas y, sin temor ni condiciones, enfrentará los abismos con el amparo de la Voluntad Divina para establecer Su Paz en donde hoy no existe.
Los sellos ya no existen en los libros ni en los pergaminos sagrados. Ha llegado el momento de la definición de las almas y eso se verá en sus menores acciones y elecciones.
Sé que es difícil decirle "sí" a la cruz de estos tiempos. Sé que muchos son llamados a vivir lo que nunca vivieron y a dar de sí lo que nunca dieron. Pero, ¿cómo renovar al propio Dios, sino con entregas extremas, con nuevas Leyes, una nueva Vida, un nuevo "sí"?
El despertar para este tiempo es desconocido, no solo para la humanidad sino para toda la Vida, para toda la Creación, e incluso para el mismo Dios, que se renovará a través de Sus hijos.
Por eso, les digo: No basta con poco, no basta con lo conocido, no basta con lo tibio, no basta con tener afinidad con Mis Palabras.
Los que Me escuchan en estos tiempos llegaron hasta aquí por una razón y sus vidas fueron transformadas por un motivo que trasciende a ellas mismas. No solo están aquí para que sientan la Paz y para escucharme.
La paz que habita en sus corazones es un instrumento de fortaleza para que vivan algo nuevo, para que sean la Luz del mundo, colocadas sobre las mesas en el centro de las naciones oscuras.
Quiero llevar esta Obra hacia un destino que ninguno de ustedes jamás imaginó, hijos Míos, y para acompañarme es necesario definirse.
Yo los conduciré por este mundo, aun cuando las tinieblas parezcan haberse apoderado de todas las cosas. Su fortaleza y sabiduría nacerán de Mi Corazón y colmarán sus corazones y sus mentes. En un mundo de confusiones no tendrán ninguna duda, porque estarán en otras Leyes, en otro tiempo, dentro del tiempo de este mundo.
Caminarán a su lado los perdidos y no comprenderán de dónde proviene la claridad de sus caminos. Su ejemplo hablará más alto que los truenos y que las trompetas del Apocalipsis.
No habrá comprensión fuera de Mi Manto, fuera de las Leyes de la Nueva Vida que Yo estoy gestando en los que Me dicen "sí".
Mi Voz, hijos, no les trae una nueva profecía sino una realidad.
Quiero que abran sus ojos a una verdad y a una necesidad que está más allá de sus necesidades diarias, de sus quehaceres mundanos y de todo lo que, hasta hoy, pensaron que era importante para sus vidas.
No les digo que sus vidas no sean importantes, sino que hoy coloco sus ojos en los Míos y les muestro la real necesidad de esta Creación, y no solo de este pequeño mundo.
Ya se están abriendo las grietas en el corazón de la Tierra y todo estará permitido, solo es necesario decirme "sí".
Que se terminen hoy las mezquindades, las competiciones, las medias entregas y la tibieza de los corazones. Mi Hijo vendrá para colocar en su frente el sello definitivo de Sus apóstoles y, antes de Él, Yo vengo al mundo como la Estrella de la Mañana, antes del nacimiento del Sol, para decirles, hijos Míos: defínanse y despierten.
Es hora de que sus vidas ya no sean suyas, sino que estén puestas a los pies de Dios como una ofrenda verdadera y que no haya nada más importante que cumplir con Su Plan, ni siquiera sus propias vidas.
A algunos, Dios les pedirá todo, pero éstos serán los herederos verdaderos de Su Reino, los portadores de Su Legado, los pioneros de la Nueva Vida más allá de este mundo, partes renovadas de la Consciencia Divina, como células de cura en la consciencia herida y enferma de la Creación, que se degradó por sus propias elecciones y sus caminos.
Son llamados a ser parte de una Nueva Ley, precursores de una Nueva Vida. Defínanse y déjense guiar. La obediencia irrestricta y la adhesión absoluta de sus corazones y de sus consciencias, se reflejarán en sus acciones y le hablarán al mundo.
Aquellos que tengan oídos que oigan la Voz de la Madre de Dios que, en nombre del Creador y de su Hijo, se pronuncia en el mundo.
Yo los bendigo y les agradezco por despertar y por definirse en este tiempo.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Oración: una Puerta a la Liberación
Con el Rosario divino en Mis Manos, vengo del Cielo a revelarles un simple misterio en el que se oculta el Poder de Dios: oren y serán libres.
Oren y serán libres de los dolores y de las amarras del pasado. Oren y serán libres de los conceptos de la mente, de la división, de la falta de perdón y de amor, de la incapacidad de reconciliarse con el prójimo y con Dios.
Oren y serán libres para renacer y dejar atrás lo que les causa dolor. Oren y sabrán comprender sus caminos, porque Dios les presenta las diferentes situaciones de sus vidas y cómo hacer de las aparentes dificultades un servicio para la consciencia de toda la humanidad.
Oren y serán libres para comprender los misterios celestiales. No dudarán de la Verdad y no temerán conocerla, porque no limitarán la grandeza de Dios a la pequeña comprensión humana.
Oren de verdad y vivirán su propia unión con Dios, su propio contacto interior que los elevará a los Cielos, aunque sus pies estén sobre la Tierra.
Lo que Yo vengo a pedirles, hijos Míos, es que oren y en el simple acto de orar las virtudes les serán reveladas, la Luz del Verbo Divino los liberará de las tinieblas y el Don de Dios los conducirá para que, a pesar de las tribulaciones del mundo, no pierdan jamás la fe y el amor en sus corazones.
Mientras todo está permitido, en estos tiempos de definición, coloquen sus rosarios en sus manos y hablen con Dios, clamen por Su Misericordia en esta época de miserias e imperfecciones y dejen que el Padre les responda al corazón con un simple sentir, con un aliento, con un alivio o incluso compartiendo el dolor que Él siente por este mundo tan perdido.
Lo que Yo vengo a pedirles, hijos Míos, es que oren y abran sus corazones a un nuevo tiempo, pues es el momento de la unidad, de vivir en comunión en pro de la Paz y de la Redención de este mundo.
Es el momento de que las religiones se unan para orar con el corazón a un Dios Único y que cada uno, en su idioma, clame al Padre para que el Propósito de Dios se cumpla.
Es hora de que haya respeto entre las razas y entre las creencias, que las religiones aprendan a orar unas por las otras para que el Propósito que Dios tenía, cuando inspiró a cada una de ellas, se cumpla en este tiempo.
Si todas las religiones retoman su pureza y retornan al propósito de su origen, que es la expresión del Amor y el establecimiento de la Paz, los corazones serán dignos de reconocer a Aquel que vendrá para unir todas las cosas en un camino único y poner fin a las divisiones y a las guerras humanas.
Reconocerán al Último Profeta que retornará para que los que no lo reconocieron en el pasado puedan rendirse a Su Amor en este último tiempo.
El Hijo de Dios volverá a colocar Sus Pies sobre la Tierra, y Su última promesa se cumplirá para que el Amor viva en los corazones de los hombres y el mismo Dios se renueve a través de Sus criaturas.
Mientras tanto, hijos Míos, oren para que la Luz divina ilumine sus caminos, oren para que sepan cumplir la Voluntad de Dios, oren para liberarse de lo que les impide caminar hacia el Corazón del Padre.
Oren para crecer en espíritu y, al fin, oren para que definitivamente triunfe el Amor de Dios entre las dimensiones, y que no solo el Apocalipsis sino también los mil años de paz sean una realidad.
Así como están viendo cumplirse el caos previsto en el Apocalipsis, también verán el triunfo final de Dios en el resplandor de Su Hijo.
Solo oren para que la humanidad persevere en su fe y supere las pruebas de la ilusión hasta llegar a la esencia de la Verdad.
Unan sus rosarios al Mío y nunca se perderán.
Mis Pies de Madre y Peregrina siempre marcarán el ritmo de sus pasos, hasta entregarlos al Corazón del Padre Celestial.
Yo los bendigo y les agradezco por orar conmigo por el establecimiento de la Paz y por la liberación de este mundo.
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La Unidad, una fortaleza contra el mal
La Unidad primera surge de los universos superiores de consciencia, directamente de la Fuente de la Creación, conocida espiritualmente con el nombre de Abba.
Esa poderosa energía de Unidad superior es lo que ha permitido, como don y como principio, la manifestación de los universos y, desde allí, de todos los planos, desde los espirituales hasta los materiales.
La Unidad nace de la Fuente inmaterial de Dios, porque ella se nutre de la esencia del Amor.
Si el Amor que es algo único e invencible no existiera, sería imposible gestar la unidad de propósito.
Esa corriente de Unidad que nace desde la Fuente Primordial es similar a una electricidad cósmica, un fuego positivo que ayuda a unir las moléculas o las partículas de la Creación, por medio de una única vibración que está basada en el Amor y en la Verdad.
Al descender la Unidad como principio, en los diferentes planos de consciencia, todo lo creado puede contactarla.
Pero la Unidad es parte de una ciencia espiritual y no intelectual, que impulsa el espíritu de la cooperación y de la adhesión entre quienes buscan su Fuente.
En el Universo material, específicamente en este planeta y en esta humanidad, la Unidad como energía está en un segundo plano.
Por eso, Cristo vino al mundo hace dos mil años para que la humanidad se desconectara de la indiferencia y se conectara con la Unidad; principio que, durante la Pasión de Jesús, fue uno de los factores que derrotó al adversario.
La Unidad es capaz de concretar el Plan en la materia a través del espíritu de fraternidad que las almas pueden concebir en sí mismas.
Cuando la Unidad espiritual está ausente en algún sentido, por ejemplo, en un grupo de almas que tienen y cumplen un mismo propósito y misión, la vibración de la Unidad pasa a un segundo plano, porque en las consciencias prevalece su decisión personal y no colectiva. Entonces, se pierde el espíritu del Propósito que se torna inalcanzable.
En esta etapa aguda del planeta, en la que la realización personal, el cumplimiento de las metas individuales y la preocupación en sí mismos son altamente estimulados, el espíritu de la Unidad se debilita al ser interferido por estados de soberbia, de orgullo y de poder.
Esto repercute en las consciencias en el momento de tomar decisiones delicadas en sus vidas, dentro de una obra o de un propósito espiritual, por no estar conectadas con la Fuente, con la verdadera esencia que las creó. El sentido de Unidad comienza a alejarse de todos, al punto de tornarse casi inalcanzable.
Es así como, a partir de ese momento, otras situaciones comienzan a surgir; y lo que antes era flexible, se vuelve rígido, tenso y difícil.
El adversario se ha encargado de inculcar astutamente en esta humanidad el estado de la propiedad, del control y que a las almas solo les importe sus vidas y nada más.
Este mecanismo corrupto de indiferencia, gestado en toda la consciencia humana, será una de las grandes bestias del Apocalipsis que deberá ser vencida por la Mujer Vestida de Sol.
Estamos en el camino de que eso suceda, por eso el planeta será removido en todos los sentidos y de todas las formas posibles, con el fin de retirar a la consciencia humana de ese estado de superficialidad.
Aún hay tiempo, en el reloj planetario, de que las almas consigan abandonar la indiferencia mundial y se dejen permear por el poderoso principio de la Unidad, que las llevará a esforzarse todo el tiempo contra las trampas y los juegos que les coloque su propia consciencia.
La Unidad es una fortaleza muy importante, pues cuando verdaderamente está presente, nada malo puede suceder.
Para no salir del sagrado espíritu de la Unidad, deben vigilarse a sí mismos, así como también a sus intenciones y motivos en primer plano; eso los protegerá.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El Corazón de María: Un Portal hacia Dios
Queridos hijos:
Poco a poco les enseño a estar en contacto con Dios permanentemente. Por eso, en este tiempo, Mi Corazón se comportará como el Portal hacia Dios para cada uno de ustedes.
Necesito que den un paso hacia la madurez espiritual y que no pierdan tiempo buscando la felicidad humana lejos de Dios.
Yo les ofrezco un único camino, Yo les entrego todos los días y por un tiempo más la posibilidad de poder reencontrarse con el Padre Celestial.
Espero que sus ojos se abran, y especialmente que sus oídos internos escuchen con atención y concentración los Misterios de Dios que en este tiempo Yo les estoy revelando.
Queridos hijos, el Portal de Mi Corazón los conducirá a la Casa del Padre, y en la Casa del Padre serán uno en esencia, en espíritu y en vida.
Es hora, queridos hijos, de que ustedes penetren las revelaciones de estos tiempos y que a partir de este ciclo puedan comprender y vivir el tesoro divino que se les entrega.
Ninguna consciencia en este planeta, en este ni en ningún otro tiempo, llegó a conocer y a penetrar el misterio de los Aspectos de Dios.
En ese sentido, queridos hijos, la llegada y el descenso de los Aspectos del Padre sobre ciertas áreas del planeta se deben primero a la necesidad planetaria y, en segundo lugar, a la unión interna de las diferentes Faces de Cristo.
Después de la Ascensión de Jesús, nunca en la humanidad ni en el mundo se conocieron las Faces cósmicas de Cristo, es decir, los aspectos espiritual y divino del Redentor.
Por eso, queridos hijos, esta unión de los Aspectos divinos de Cristo es parte de la etapa previa a Su segunda y última venida.
La consciencia humana de hoy, la que está sumergida en las apariencias de la ilusión y está apartada del alma, vivirá los próximos acontecimientos como algo renovador y al mismo tiempo como un ciclo de profunda definición espiritual e interna.
Esta unión o fusión espiritual de los aspectos o de las Faces divinas de Cristo, después de las revelaciones realizadas por Mi propio Hijo, como el Sagrado Corazón, el Cristo Misericordioso y el Cristo Glorificado, marcan en esta etapa aguda de la Tierra un antes y un después en la ciencia humana, algo que no tiene explicación mental.
Después de las tres importantes revelaciones sobre las Faces de Cristo, Mi Hijo viene a unirlas en este tiempo para que un importante impulso universal sea dado y, en esa coyuntura, la unión espiritual de los Aspectos divinos de Cristo abra las puertas de los Universos espiritual, mental y material para que la Consciencia Única, llamada Dios, se manifieste esta vez a través de los Aspectos del Hijo y del Espíritu Santo.
Es así que en este acontecimiento único que preparará el apocalipsis de la humanidad, cientos de almas serán tocadas inesperadamente, y de la noche a la mañana se consagrarán al Plan de Dios de una forma nunca antes vista.
Es por eso que ese impulso espiritual, que está dando Cristo en los niveles superiores a la séptima dimensión de consciencia, trae como resultado la transfiguración del estado corrupto humano en un estado incorrupto, libre de deudas y de retrocesos.
La llegada espiritual y autónoma de los Aspectos de Dios a los Centros Marianos, promete en primer lugar ayudar a esa parte de la consciencia humana que está en un grave peligro de comprometerse con fuerzas del caos planetario.
En este ciclo, la unión y la adhesión de cada alma con los Aspectos sublimes de Dios, permitirá restablecer ciertos principios evolutivos que estaban perdidos.
Es hora de cruzar el Portal de Mi Corazón Materno para poder conocer en profundidad los Misterios divinos.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice en este día,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Afírmense en el poder de la oración…
Queridos hijos:
En los tiempos que llegarán, la humanidad se purificará violentamente y esto no será así porque el Padre Eterno lo establezca, sino que la purificación de la humanidad vendrá de la mano de todas las acciones incoherentes que llevará a cabo el hombre de superficie, lo que afectará a muchas personas.
Es así que la oración en estos tiempos será el escudo y al mismo tiempo el remedio espiritual contra toda infección mental, psíquica y emocional, consecuencia del desajuste global que la humanidad ha atraído hacia sí y hacia los Reinos de la Naturaleza.
La oración revestirá de luz y de paz a quien la practique de corazón y no por obligación.
Por otra parte la humanidad no sabrá cómo autosustentarse, ni siquiera espiritualmente, en el momento en que la purificación se desencadene en las consciencias de la noche a la mañana.
Pero la oración le ofrecerá, a quien la viva de corazón, un equilibrio inexplicable, capaz de neutralizar espacios o ciudades enteras, porque su poder es desconocido hasta los días de hoy.
Mientras el mundo se purifica, muchas consciencias se darán cuenta muy tarde de todo lo que nunca le ofrecieron a Dios y cuánto estuvieron lejos de la Fuente de Su Amor Eterno; ese será el momento más difícil para la mayoría de los hombres de la Tierra.
Pero la oración hará, de las almas orantes, esencias cristalinas desvinculadas de las deudas del pasado;, serán como espejos de luz que refractarán, por donde vayan, los códigos de la redención.
Esto será parte de la última fase del apostolado en estos tiempos.
Mientras el planeta se purifica, surgirán situaciones humanas desconocidas o causas nunca antes vistas en la salud de la humanidad, lo que los científicos considerarán sin explicación.
Pero esas causas tendrán sus raíces en la falta de amor. Las almas que no oren ni tampoco busquen la unión con Dios en estos tiempos, poco a poco se apagarán porque el amor en su interior no será suficiente, ya que ese amor está basado en las necesidades personales y no en la esencia divina, que es la que mueve el amor en el Universo.
En esa hora los verdaderos orantes tendrán una misión especial, y el amor que ellos hayan generado dentro de sí a través de las obras de bien, de caridad y de paz, hará que todas esas consciencias que serán como “seres vivos disecados” por la falta del amor, reciban esa energía divina de amor que los salvará y los redimirá.
Aquí, hijos Míos, les hablo de revelaciones internas que emergerán poco a poco, a medida que la humanidad ingrese de lleno en la transición de la Tierra.
Muchas de las consecuencias y de los hechos inexplicables que hoy se viven en la humanidad son generados a partir de un gran desequilibrio mundial: realizar abortos de almas inocentes, la matanza desmedida de animales para consumo humano y las guerras que son la consecuencia de un pecado mundial que ha crecido y aumentado en los últimos tres años.
Así la humanidad aún no redimida por el Amor Divino, la que niega la existencia de los mundos celestiales e invisibles, vivirá lo que ella ha sembrado; lo que vivirá en este último ciclo no será por falta de asistencia espiritual, sino por la indiferencia ante tanta desigualdad mundial.
Pero la oración hará, de los seres orantes, escudos impenetrables de luz, capaces de soportar la purificación del planeta y sustentar las consecuencias de la misma; en verdad esas almas orantes fueron escogidas por los ángeles para acompañar el actual y agudo proceso planetario.
No quisiera ofrecer un mensaje apocalíptico, pero eso es lo que la humanidad ya comenzó a vivir a partir del último ocho de agosto.
Esta realidad mundial debe llegar a la consciencia de todos los servidores de la luz, porque con el apoyo y la oración de todos, al menos será más leve para algunos.
Queridos hijos, la oración en estos tiempos se tornará la herramienta espiritual más eficaz y poderosa al momento de ser pronunciada de corazón.
Si las almas supieran sobre el poder de la oración, tal vez sus propias deudas y pecados no serían purificados a través del dolor, sino a través del amor que la propia oración despierta, un amor que no es humano ni tampoco de este mundo tridimensional.
En este sentido, la vida de oración en el fin de los tiempos se tornará prioridad para los corazones despiertos para comprender que, sin la oración, nunca se encontrará la salida ni el recinto para estar lejos del caos que reinará en el planeta.
La oración los hará permanecer en el mundo para poder servirlo y aprender, pero sin ser de él. Todo esto será el comienzo de una preparación que definirá la batalla durante el Armagedón.
Les agradezco por acompañarme en oración.
Los ama y los guía,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Hoy Mi voz es escuchada, al igual que la voz de Mi Hijo, en los cuatro puntos de la Tierra. Son las voces que provienen del Verbo divino y que revelan ciertas verdades que traen, según los hombres, consecuencias divisorias dentro y fuera de la Santa Iglesia.
Como en Guadalupe, Lourdes, Fátima, Medjugorje y en Aurora durante Mi primera aparición, en aquel momento, nadie pudo reconocer quién era Yo.
El espíritu de sobriedad de la Iglesia ha llevado a proteger la fe de los fieles. Pero en verdad muy pocos consiguieron, a lo largo de los tiempos y sin milagros confirmatorios venidos del Cielo, creer desde la primera vez.
Ese tipo de fe está en muy pocos, porque es una fe que no rechaza pero tampoco acepta ni reclama; esa fe que está en muy pocos solo acompaña con sabiduría y sin repudio, porque en verdad ningún miembro de esta humanidad conoce el Plan de Dios.
Es así, queridos hijos, que Dios manifiesta Su Propósito de una forma que no todos aceptan, porque ese propósito lleva a la transformación y al cambio.
No estoy hablando, Mis hijos, que la Iglesia cambie o no ante la verídica presencia de la Madre de Dios. Yo he aparecido, a través de los tiempos, en donde el Padre Me ha pedido que entregue siempre un mensaje de paz y de advertencia que la mayoría no lo acoge con fervor.
Ya estaba escrito que la Mujer del Apocalipsis llegaría y estamos en ese momento; esto lleva a modificar ciertas acciones y pensamientos, porque todo tiene que estar a favor del Plan de Dios y no a favor del plan de los hombres.
Cuando llega un anuncio del Cielo, en alguna parte del mundo, y este es continuo y seguro, el primer paso de los hombres es omitir ese llamado y desmentirlo a todas las almas. Eso cierra el corazón de los fieles y hace perder la Gracia de ser directamente ayudados por el Cielo.
Ninguna de las apariciones de su Madre Celeste es aceptada antes de tiempo, es así que para preservar y proteger la confianza de los corazones, el Padre Me ha pedido en otras épocas que haga milagros, y en este ciclo el mayor milagro es que Yo esté entre ustedes, predicando y abriendo la consciencia a la verdad que muchos de Mis hijos quieren ocultar y así rechazarla.
Cada alma es libre y lo será hasta el fin de sus días, pero las gracias que Yo derramo en cada lugar son únicas y no se repiten.
Cada lugar en donde Yo aparezco recibe lo que necesita, según el Propósito que el Padre presenta para cada ciclo de la humanidad.
Mi faz se está presentando fuera de la Iglesia para que Mis hijos vean que el mensaje es que hay corazones necesitados de ayuda y la Iglesia no responde a ellos con el amor debido.
Quiero formar en las almas la verdadera unión con Dios y esa unión no tiene barreras, por eso estoy enseñando a todos a rezar, a adorar, a contemplar y a perdonar; la Gracia es para todos los que la buscan y aman a Cristo de todo corazón.
No sean ciegos y no cierren con su fuerza humana la puerta de salvación que Yo estoy abriendo para todas las almas; todas las almas merecen la salvación de Mi Hijo e iré hasta el final, hasta cumplir con lo que el Padre Me ha pedido.
Ya no me ofendan, únanse por amor y síganme. Recuerden, hijos sacerdotes, que ya una vez los llamé y no Me quisieron escuchar, nadie en este planeta tiene la responsabilidad por lo que pido, soy Yo, su Madre que viene para sacarlos del eterno sueño y de la comodidad.
Les agradezco por acompañar Mi obra de corazón.
Los reconcilia,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
A los sacerdotes de América y del mundo, hijos predilectos de la Madre Santísima
Únanse de corazón y en esencia de cristiandad, y hagan propagar Mi llamado de Paz en todo el mundo.
No ocupen su tiempo en difamar Mi Nombre o en hablar si de verdad estoy presente o no con ustedes o en sus semejantes, a los cuales algunos de Mis hijos predilectos sacerdotes los persiguen.
Los estoy llamando a ser pacificadores con todos los credos y a ocuparse de los rebaños de Mi Hijo. No permitan que la cizaña de Mi adversario ingrese en sus mentes y sea más fuerte que el amor y la fe que mueven montañas.
Algunos de Mis hijos predilectos sacerdotes no perciben que están descuidando a Mi Iglesia, aquel verdadero Templo que deben proteger y amparar en cada corazón, como pastores que fueron llamados por Mi Hijo.
La persecución entre los miembros de Mi Santa Iglesia es muy grande y más allá de esto también lo es, no hagan lamentar ni entristecer al Sagrado Corazón de Mi Hijo, abracen con amor su cruz y no hagan más pesada la cruz de sus hermanos.
Necesito que vean más allá de ustedes, de sus ideas y de sus finalidades, en algunos casos destructivas.
La Obra de salvación y de fe que su Madre Celeste desempeña en este tiempo, fuera de la antigua Iglesia, es para que aprendan más allá de todo a abrazar el propósito de la conversión de todos los corazones.
Vigilen sus acciones para no caer en tentación, como ya algunos se encuentran, generando polémica humana y división entre las almas.
No se aferren a las cosas del mundo, que su sacerdocio sea valioso y encomendado todos los días a la Obra del Redentor.
Ya estamos en el tiempo de unificar a la Iglesia con todos los que buscan de alguna forma el Amor de Mi Hijo, porque lo que importa en esta hora es que todos los ángeles conduzcan a las almas a su redención y conversión.
Mi Hijo les enseño cómo hacerlo y no es a través de las palabras torcidas, las que llevan a las almas a dudar del camino que deben recorrer.
Mi Santa Imagen finalmente es honrada fuera de Mi Iglesia, pues si una vez su Madre Celeste huyó a Egipto, por el inminente peligro del rey Herodes, fue no solo para proteger la Obra del Sagrado Hijo, sino también para hacer sentir en lo profundo de los egipcios el poder amoroso de Mi Maternidad.
Vean, en este simple ejemplo, cómo siempre a través de los tiempos Yo estoy llamando a todas las ovejas de Mi Hijo para conducirlas a través de un mismo portal, el portal del Amor.
No dejen, Mis hijos predilectos, que por sus juicios o comentarios se apague la llama de su fe, el Señor espera encontrarlos hermanados los unos con los otros, en el sumo respeto y amor, y esto también debe ser fuera de Mi Iglesia.
Vengo así a liberarlos de sus pecados, para que Mi Hijo les de la absolución y se arrepientan a tiempo; así renovarán sus votos y, con Fe y Misericordia, les darán a todos los Santos Sacramentos para despertar en las almas el amor y la salvación.
Ocupen sus vidas en el sagrado oficio y, al igual que los apóstoles reunidos en el Cenáculo, obedezcan la guía de su Madre Celeste.
Deseo lo mejor para cada hijo Mío, aspiro a que la paz no se pierda entre los sacerdotes de Cristo y el pueblo por obra de Mi adversario.
Ya estamos en el Apocalipsis y quiero guiarlos para que vivan en la bondad y en la compasión por el prójimo. Ya no persigan a las ovejas con sus juicios ni tampoco pierdan tiempo mostrándoles sus consagrados rostros a la difamación y a la revolución pública.
Los amo y quiero que Me ayuden a instituir la paz.
¡Les agradezco por acoger Mi sagrado y último llamado!
Los unifica,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
La humanidad terrorista no conoce el poder de la Justicia de Dios en este tiempo y ella misma se lanza al vacío, derrumbando todos los principios de una verdadera humanidad.
El pánico y el miedo abrazan a muchos corazones porque el tiempo del Apocalipsis ya comenzó. Cosas inimaginables ya se ven en las calles del mundo y el temor ahoga a la mayoría, que es indiferente y que no reza.
Los corazones parecen perder el sentido de su existencia y le temen a la muerte que es generada por el terrorismo que fue creado.
Parece que la llama de la fe se apaga de a poco y las almas que no Me aceptan están desprotegidas y sin Mi amparo. La hora del caos ya llegó y muchos prefieren negarlo por no querer enfrentar su propia realidad.
Las miserias parecen multiplicarse más que las rosas, y el valle se torna un escenario de constantes ultrajes.
La humanidad siente el despertar, pero luego se desvía perdiendo el sentido de su verdadero camino de redención.
Todos ofenden a Dios en algún grado y, cuando la mayoría se separa de Dios, eso compromete la vida de todos.
Este tiempo difícil y cruel se precipita sobre los que están caídos espiritualmente y las bombas y los atentados explotan frente a sus rostros.
Nadie acude a Dios y todos se pierden en las tinieblas. Mientras esta separación de los corazones sucede por no pensar ni un segundo en Dios, Yo lucho día y noche junto a Mis huestes contra los planes de Mi adversario.
Nadie conoce el poder de la Justicia de Dios; mientras haya tiempo, arrepiéntanse y pidan perdón por los que ofenden y ultrajan el Corazón de Dios.
Oren con más consciencia y determinación para que las pruebas mundiales que se avecinan no vuelvan a sorprender a la mayoría.
Mi Corazón vuelve a sentir el dolor del mundo y las causas de tanta indiferencia humana. Solo rezo por ustedes y por todos Mis hijos para que estén preparados y así puedan enfrentar el tiempo final.
¡Les agradezco por acompañarme!
Por la paz en los tiempos de atentados,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Los dos testigos finales y el amor al error
Llegará un día, no tan lejano, que el Señor por medio de Sus santos ángeles enviará a los dos últimos testigos al tribunal del mundo, para que declaren ante la humanidad toda la verdad que muy pocos conocían.
El Espíritu Santo de Dios los inspirará para hablar una a una las palabras y para que los incrédulos vestidos con gorros colorados no nieguen más la verdad.
Y el Universo, que es santo, sabe que la hora final de los dos testigos llegará después de que por divina inspiración hayan declarado sobre la venida cercana del Redentor. En esa hora los dos últimos testigos sabrán que estarán cumpliendo con la profecía y les tocará dar la vida para desenmascarar a los que adoctrinaron en la creencia de un dios materialista.
En este momento y antes de que los dos testigos sean puestos en la plaza principal por las manos de los de guantes rojos y ante la multitud para ser juzgados injustamente, el ángel del Señor hará un gran estruendo de oriente a occidente, y una cósmica luz, como miles de cintas doradas volando en el viento, marcará la señal definitiva de que el último Juicio de la humanidad se ha instalado en la Tierra.
El ángel, que podrá ser visto solamente por los puros de corazón, pedirá que los fuertes e impetuosos vientos del Atlántico desarmen los fuertes de arena que los de gorros rojos construyeron a través de su propia idolatría.
Nadie podrá negar que después de que hayan condenado a los dos últimos testigos de Cristo, la humanidad se purificará. Por eso, antes de que la sangre mártir de los dos testigos sea derramada como en mil cálices profanos, otra señal del Universo llegará y la verdad saldrá a la luz, porque nadie podrá ocultarse ante sus semejantes.
El Señor dará conocimiento y entendimiento a los puros de corazón para que también revelen las ocultas acciones de los de guantes rojos; en esa hora la humanidad tomará consciencia de su engaño milenario y en ese momento el Juicio final y desconocido comenzará.
Hasta la última hora los dos testigos silenciados por el Divino Espíritu estarán en profunda oración y con su entrega, que cumplirá la profecía final de Juan el Apóstol, ellos salvarán a miles de condenados espiritualmente.
Se oirá el llanto de las mismas mujeres de la antigua Jerusalén cuando los de guantes rojos hayan declarado la muerte para ellos. En esa hora, un poderoso espíritu fugaz, más brillante que el sol y que todas las estrellas, descenderá sobre los dos testigos que estarán encadenados por haber hablado la pura verdad, y muchos podrán abrir sus ojos y despertarán por la intensa y crística luz que los iluminará.
La humanidad proclamará la muerte para los dos últimos testigos de Cristo, los de Su Iglesia Celestial y no terrenal, y ese acontecimiento será televisado y comunicado.
Miles de burlas, que serán causa de ofensa contra los dos testigos, se convertirán enseguida como en una plaga de miles de langostas, y en ese momento el cielo que antes era brillante se oscurecerá.
Los que no eran sordos, lo serán. Los que blasfemaron, quedarán mudos y un silencio inexplicable, generado por el soplo de la trompeta del segundo ángel, dejará a la Tierra entera hipnotizada. Será en esa hora y en ese momento que las naciones tomarán consciencia de todo lo que le fallaron a Dios; así se constituirá el nuevo tiempo después de que todo haya pasado.
En el último minuto de vida, los dos testigos pedirán perdón a Dios por sus semejantes, así como Cristo lo enseñó. Será de esa forma que los dos testigos enseñarán con su ejemplo el amor que ama todo error. Como fue en el Monte Calvario, los de guantes rojos tomarán consciencia de su maldad y de sus corazones cerrados a la verdad del Universo.
Hijos, los dos testigos ya están en camino hacia ese momento para cumplir la sagrada escritura. Mientras haya tiempo arrepiéntanse y pidan a Dios Su Misericordia, para que los más sordos y ciegos de espíritu se puedan salvar.
Hoy les revelo el libro del Apocalipsis porque ya están preparados para comprenderlo.
¡Les agradezco por acompañarme!
Ora por los dos testigos,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El tiempo de mudanza y la mudanza de los tiempos
Así como el sol nace en el horizonte, así será la señal de la mudanza del tiempo, y el cambio vendrá apresuradamente de la noche a la mañana.
Situaciones inexplicables sucederán con el planeta, con los Reinos de la Naturaleza y con la humanidad.
La consciencia planetaria vivirá un último ápice de iluminación y de sabiduría, lo que ayudará antes de que comience el último y gran ciclo de la purificación.
La mudanza de los tiempos será vista no solo en el planeta, sino también en este Universo local, formado por esta parte del sistema solar al cual pertenecen.
Será una mudanza de toda la raza, la cual por las Leyes universales será llevada a un gran cambio en la consciencia. Esta mudanza traerá efectos inesperados, y solo los que hayan vivido la oración los podrán comprender y nada los atormentará.
La mudanza de los tiempos es algo previsto por el Padre desde el principio, desde el momento en que Adán y Eva vivieron el pecado original. Desde allí la humanidad fue llevada a tener libre albedrío, lo que la ha colocado siempre en intensas experiencias y en situaciones límites.
Esta mudanza de los tiempos también es generada a partir del punto en que se encuentra la actual humanidad y, sobre todo, por la indiferencia que ella emite a través de cada sentimiento, pensamiento y acción.
El hipnotismo del cual Yo les he hablado, queridos hijos, es la raíz fundamental de ese estado de indiferencia que coloca al mundo en un plano de profunda precariedad espiritual.
Todas las advertencias ya fueron hechas, pero la sordera incesante de las consciencias presiona al tiempo del Universo para que se lleve adelante una gran mudanza planetaria.
El Universo tiene un principio de Jerarquía y las Leyes también lo tienen. Cuando en algún plano ese principio es interferido por alguna causa, las Leyes se organizan para corregir y hacer fluir lo que en el Universo se encuentra desordenado.
La mudanza de los tiempos exigirá de todos una definición interior, pero veo cómo las criaturas de la Tierra reaccionan cuando piensan que deben abandonar su vida para vivir una mudanza; aunque algunas consciencias necesitan dar ese paso, la mayoría se aleja del Propósito para así no enfrentar su propia definición ante el Plan.
Esta mudanza de los tiempos no es personal ni humana, ella abraza el ámbito del cosmos y el propósito de las humanidades.
La mudanza de los tiempos llega al planeta para corregir los desvíos y las maldades de la humanidad, pero los orantes, devotos y fieles al Plan podrán ayudar en este ciclo en la sustentación de lo que está a punto de precipitarse sobre la humanidad: un cambio determinante.
Todos los seres orantes del planeta deberán aprender a convivir con la mudanza de los tiempos, porque a medida que todo se purifique dentro o fuera de las consciencias, mayor será la necesidad de permanecer en oración y en vigilia.
No habrá continente, nación, estructura ni religión que esté libre de la mudanza de los tiempos. Se verán cosas increíbles en diferentes sectores de la humanidad, como también en las consciencias que hasta ahora mantenían en secreto sus propias acciones.
Nadie podrá escapar de la mudanza de los tiempos porque esa mudanza es universal y forma parte del Apocalipsis.
La mudanza que llegará dejará en evidencia lo bueno y también lo que no es bueno. Todo será purificado, corregido y recolocado en el lugar que le corresponde dentro del Universo material.
Todo el planeta y la raza aún están a tiempo, antes de esa gran y profunda mudanza de los tiempos, de corregir su vida material, su mundo interior y su consciencia a través del gran fluir de la oración.
Esta mudanza de los tiempos llevará a la humanidad a que ingrese en una nueva etapa y vibración después de que todo se haya purificado.
Quien trate de resistirse a la mudanza de los tiempos en su propia vida, entorno o existencia sufrirá, porque estará en contra de la corriente de las Leyes universales.
Quien se disponga, se esfuerce por cambiar y se pacifique, conseguirá acompañar la mudanza de los tiempos.
Recuerden, hijos Míos, que esta mudanza se originó desde el momento en que la humanidad se creyó autorrealizada ante el Universo.
Todo esto forma parte de una lección de humildad.
¡Bendiciones para todos Mis hijos de Argentina!
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz y Madre del Universo
¡Alabado sea el Dios del Universo! Honrado sea Su Nombre santo, porque Su Presencia y Su Misericordia los salvarán.
Mientras el Padre Me envía todos los días para retirarlos de la ilusión y enseñarles pacientemente a aceptar la transformación y vivirla, por otro lado, Mi adversario intenta destruir los núcleos de luz que Yo he construido en las consciencias que ya definieron seguir de por vida Mi llamado y Mi camino hacia Jesús.
Es así, queridos hijos, que la perversión, la obstinación y el descontrol de los deseos humanos golpearán la puerta de todos los discípulos, pero no les abran y solo reconozcan que llegó el tiempo de la purificación intensiva.
Mientras los corazones definen su vida espiritual y su evolución, pidan al Universo los poderes de la Gracia, de la Misericordia y los dones benditos que hicieron de la Sagrada Familia un proyecto único para la humanidad.
Mientras los valores de la espiritualidad y de la familia se pierden al ser sustituidos por acciones y decisiones impulsivas, el adversario aprovecha el momento para debilitar en las consciencias la importancia de vivir la santidad y así cambiarla por una vida liberal.
En ese estado se encuentra la humanidad y la mayoría de las almas que todavía deben definir sus pasos hacia Cristo. Por eso, una primera y gran batalla se dará dentro de cada ser, para confirmarse o para perder la posibilidad de seguir el Proyecto de Dios antes del Apocalipsis.
Queridos hijos, con todas las legiones de Miguel Arcángel estamos en oración, pidiendo que las almas perciban que todo el planeta está en una dura y constante batalla.
Para salvaguardar sus caminos, y para que estén más protegidos de toda adversidad y tentación, les pido que Me invoquen y que llamen a sus ángeles de la guarda con determinación para que las corrientes contrarias sean disueltas con el ingreso de la Luz de Dios.
Rezo continuamente para que todos Mis soldados luchen Conmigo en la liberación y la redención de todo el mal planetario; esta batalla es el preámbulo del triunfo de Mi Corazón Inmaculado.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Ora con ustedes y por ustedes,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más