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Misión Mariana Uruguay será denominada la tarea de los grupos actuales de oración que colaborarán en el surgimiento de los 19 nuevos grupos marianos que representarán a los departamentos de Uruguay.
Bajo este emblema: “Caminando a través de María”, también los peregrinos de otras naciones podrán colaborar con amor, para que esta obra del fin del tiempo se lleve adelante.
Queridos hijos, cuando Mi Corazón materno les pide esta misión es porque Dios observa que sus corazones podrán ayudar a que todo Uruguay alcance un tiempo más de paz.
Hijos Míos, ustedes serán los apóstoles precursores de Mi Inmaculado Corazón para que esta sagrada e inmaculada misión, que les entrega la Reina del Cielo, pueda rápidamente expandirse por Brasil, Argentina, Paraguay y después por todas las Américas.
Queridos hijos, será a través de ustedes que Dios conseguirá que muchos de Sus hijos vuelvan a orar, para que así todo el mundo se reconcilie con Él y retorne al Reino del Cielo.
Hijos Míos, Mi Corazón de Madre acompañará los caminos que sus pies vayan andando. Por eso, no teman por dónde comenzar, es hora de que sus corazones puros puedan reflejar el verdadero amor que guardan por Dios y por Su Hijo Jesús, así ustedes aprenderán a amar la Voluntad de Dios para ustedes.
Los invito, queridos hijos, a unirse en espíritu a este Proyecto Mariano. A la nueva Red-Luz de Uruguay le ha llegado el momento de despertar, como ha despertado en otras naciones hermanas. La finalidad espiritual es que, al fin de todo, cuando los grupos oren mucho por sus propios países, Dios los mire, los contemple y les dé el perdón que necesitan para ingresar al Paraíso.
Queridos hijos, estoy con ustedes, porque pronto verán los frutos de la conversión en sus corazones y en los corazones de todos sus hermanos. Entren en confianza en el Reino de Mi Corazón, porque así Yo los guiaré y les marcaré los pasos para que encuentren a Mi Hijo Jesús.
Ahora, necesito en estos tiempos de misioneros que no solo vivan la oración, sino también que vivan el servicio para alcanzar la redención del corazón.
Queridos hijos, los necesito día a día y cuento con ustedes para que, a través de esta misión, que se iniciará a partir del mes de junio de este año, puedan aproximarme a muchos hijos Míos que se han separado de Mi maternidad.
Si responden a este llamado, Uruguay estará en otros planes del Creador. Intenten estar en Mi Paz y en Mi Amor, porque así los consolaré.
¡Les agradezco por despertar a este llamado!
Los bendice y los ama,
María, Madre y Reina de la Paz
Mis amados hijos del mundo:
En este tiempo, en el que la humanidad se ha olvidado de Dios, el Creador envía, nuevamente, a Sus Mensajeros para que Sus hijos encuentren el camino que perdieron.
Pocos en este mundo creen que la Bienaventurada Virgen María les habla a Sus hijos. Pocos creen en la segunda Venida del Redentor. Pocos viven una verdadera vida del espíritu.
Así́, la humanidad perdió́ su conexión con lo divino y eterno, con lo verdadero y lo sabio. Esta humanidad, dormida e ignorante de los misterios de esa vida del espíritu, se aferra más a sus conquistas materiales que al grito que pronuncia su alma, presa dentro de la cárcel de la personalidad.
Hijos Míos, Mi anuncio en este tiempo es para todos, para que nuevamente coloquen sus ojos en lo Alto y busquen a Dios Todopoderoso en sus corazones.
La segunda Venida de Cristo ya es una realidad en los Cielos y será́ una realidad pronto en la Tierra. Aquellos que en nada de esto creen verán las señales que anunciarán Su Retorno en los cielos y así́ las almas despertarán. Todos lo verán, especialmente aquellos que no creen.
Esperemos juntos el nuevo tiempo, porque todo lo que les digo se hará́ realidad en este mundo.
Los amo y los protejo.
¡Gracias por responder a Mi llamado!
María, Reina de la Paz
Queridos hijos:
Recordando el milagro de las Bodas de Caná, hoy les pido que, a través de la oración, vuestros corazones sean convertidos como Jesús convirtió el agua en vino. El misterio de este milagro se encuentra en el amor que ustedes pueden tener delante del Padre.
Por eso, hijos, en este día, acompañen a Jesús en la conversión de la humanidad, la cual necesita de Misericordia y de Perdón.
Queridos hijos, que vuestras vidas reflejen la enseñanza de Jesús en espíritu y en esencia. Que vuestros brazos estén abiertos, libres y preparados para recibir a los que más necesitan de Misericordia.
Pequeños hijos, hoy los estoy llamando a vivir este milagro de las Bodas de Caná en vuestros corazones para que vuestras consciencias vivan el gran ejemplo de conversión que Mi Hijo realizó en nombre del Amor de Dios.
Cuando Jesús convirtió el agua en vino estaba instruyéndonos sobre cómo el Amor de Dios convierte lo impuro en Puro, lo irreparable en Reparable, las faltas en Misericordia, la oscuridad en Luz. Por este motivo, queridos hijos, que hoy vuestra oración sea una nueva conversión de Caná, una demostración del amor que cada uno de ustedes guarda por Dios.
Pero ese amor que guardan debe irradiarse en hermandad para todos, porque así, todos estarán uniéndose a la gran red del amor y de la fraternidad.
Vuestra redención comenzará cuando reconozcáis que sois parte de Dios y que Dios es parte de vosotros, porque en este simple ejercicio estaréis colaborando en la elevación espiritual de la humanidad.
Por eso, es importante orar todos los días, aún más en este tiempo de exigentes cambios en cada uno de Mis hijos. Pero si están bajo la Luz del Espíritu Santo, vuestros corazones recibirán nuevamente la Gracia del Perdón.
Estén en Mi Paz y busquen estar en Mi Paz Maternal.
¡Les agradezco!
Gracias por responder en este día a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
A los ojos de Dios, el alma siempre ama.
A los ojos de Dios, el alma vive su fe.
A los ojos de Dios, el alma camina y asciende.
A los ojos de Dios, el alma está en Dios.
A los ojos de Dios, el alma reconoce el camino hacia Cristo.
A los ojos de Dios, el alma bebe de la Fuente del Amor de Dios.
A los ojos de Dios, el alma crece y encuentra fortaleza en el Corazón de Dios.
A los ojos de Dios, todas las almas son iguales y todas están unidas al Principio Creador de Dios, porque a los ojos de Dios se viven los grandes misterios del Corazón de Dios.
Queridos hijos, hoy los invito a todos a permanecer bajo la mirada misericordiosa de Dios, porque a los ojos de Dios, vuestros corazones se tornarán inseparables de la vida de oración, y el Gran y Divino Espíritu de Dios les dará a conocer la humildad que necesitan para cumplir con Su Única Voluntad.
Hijos Míos, cuando los invito a estar en la mirada de Dios, es para que reconozcan que no están solos en vuestro caminar y que, unidos a Su Corazón, estarán siendo guiados por el Amor y el Espíritu Santo.
Pequeños hijos, muchos corazones aún no están bajo la mirada bondadosa de Dios. El Padre está cerca de cada uno de Sus amados hijos y ustedes, en el nombre del Amor, pueden ayudar a que el mundo entero esté bajo Su mirada.
Cada hijo de esta humanidad debe abrir el cofre del corazón para llegar hasta la mirada de Dios.
Mi Padre, el Altísimo, está en vuestros corazones y, por eso, los invito a buscarlo dentro de vuestros seres porque muchos hijos se olvidan fácilmente de Dios en el corazón. Vuestra atención de estar en Dios aliviará el martirio que Él recibe por las ofensas constantes de la humanidad.
Si la humanidad estuviera en la Misericordia de Dios, ella sería una humanidad misericordiosa. Aún están a tiempo de encontrar la Fuente del Amor de Dios en vuestros corazones porque Mi Aspiración Maternal es que ustedes aprendan a amar como amó Jesús.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hijos Míos:
En este tiempo importante recuerden la única Estrella Guía que los ilumina, que los rige, que los ama, que los conduce hacia el Universo Infinito de Dios. Recuerden al Maestro de los maestros. Recuerden en vuestras vidas al Instructor, al Pastor, a la Esencia del Amor de Dios.
¡Hijos Míos, amen a Jesús Cristo, vivan en Jesús Cristo y por Jesús Cristo!
Queridos hijos, hoy los llamo a orar por la paz, paz que es urgente en las esencias y en las almas de todos Mis hijos. Hoy los invito a servir al Creador con el corazón, a donarse a Dios con el corazón y a permanecer en los brazos de Dios, vuestro Omnipresente y Eterno Padre.
Queridos hijos, pequeños hijos, ¡no teman!, ¡por nada teman! Abracen a Jesús. Sientan Su Insondable y Magnificente Corazón de Misericordia. Sostengan vuestra vida bajo Sus Rayos y vigilen en oración por la existencia cada hermano.
Hijos Míos, si ustedes aceptan dar la vida, el alma y la existencia a Cristo, ¿qué perderán?, ¿qué encontrarán en vuestros corazones? Hoy Yo les diré. Queridos hijos, vuestras vidas en Cristo, en Mi Hijo, hallarán el consuelo, el alivio, el amor, la confianza en Dios, la eternidad.
Queridos hijos, como Madre de la Divina Eternidad les pido: ¡confíen!, ¡confíen en Mi Llamado Maternal y Universal! Porque Dios solo Me pide que vuestros corazones estén resplandecientes y consagrados a los pies del Creador.
Mi alma materna busca almas que aspiren a encontrar la paz, el perdón y la redención. Hijos Míos, Mi voz reverbera silenciosamente en vuestros corazones por un solo motivo: vivir en Cristo aguardando Su llegada celestial.
En unión a todos Mis hijos les agradezco por vuestra respuesta a lo largo de este último año.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Los brazos de Dios, el Altísimo, están abiertos para que todos ustedes entren en el puro Corazón de Amor. Con esto quiero decirles que el universo aguarda diariamente la venida de más almas hacia el Reino del Creador.
Hijos Míos, un camino para ese encuentro con el Universo de Dios es la Estrella Luz de Mi Hijo. En Jesús perderán los miedos por consagrar vuestra vida a la Voluntad del Creador.
Muchas almas carecen de la Presencia del Amor de Dios porque colocan en primer lugar la voluntad personal. Mi Hijo les enseña cómo ser partícipes de esa Voluntad Mayor que podrán hallar mediante la oración del corazón. Es a través de la oración que encontrarán la verdadera esencia de la Voluntad de Dios, porque sus corazones están donados al universo durante la oración.
Queridos hijos, hoy les pido que oren por todos aquellos que viven su propia voluntad y que están lejos del verdadero Propósito de Dios, que es la vida eterna a través de Su Amor Misericordioso. El mundo podrá estar mejor cuando acepte que Dios es el Único sendero para la vida de toda alma, porque es en Dios que toda la vida puede ser conducida hacia la Luz.
Hijos Míos, sepan que al mundo le llegó el momento de reconocer la existencia del Creador. Por eso, uno de los motivos de tanta oración es la gran necesidad de salvación en muchos de Mis hijos.
Como Corredentora, les pido que contemplen todos los días el amoroso Corazón de Dios. Cada vez que sus corazones estén en Dios, el mundo estará más salvo.
¡Les agradezco!
Gracias por considerar en vuestra vida Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
El mundo ofende a Cristo y aún son pocos los hijos que reparan Su Divino Corazón en la oración. Es la hora de la conversión de todas las vidas que todavía en estos tiempos no han vivido la reconciliación.
Queridos hijos, que nunca falte en sus rostros la alegría de estar Conmigo. Yo los amo y los acompaño en todos los cambios que vuestros corazones deben vivir. Pidan el auxilio de Mi Hijo porque Él en Su Misericordioso Poder los salvará y los perdonará.
Quiero dejarles hoy la fuente del perdón porque es el único camino que los llevará hacia el encuentro con Dios. Permitan que cada una de vuestras vidas se reconcilie día a día con Dios, con lo Alto y lo Supremo.
Queridos hijos, actúen como almas del Padre que en el ejercicio de la oración encuentran fortaleza y fe para los cambios. Aún la humanidad debe orar mucho más para que reciba la Gracia del Perdón Misericordioso.
Si ustedes están en Mi Hijo y adoran Su Corazón podrán dar los pasos hacia los tiempos que llegarán para el mundo. Por eso, vivan de la alegría del corazón para que sus corazones reciban el gozo del perdón y de la reconciliación con el Padre Supremo.
La gratitud por cada paso que sus vidas están dando les revelará con sabiduría el próximo camino que Mi Hijo les alumbrará con el poder de la Luz de Su Sagrado Corazón.
Para que sus corazones se fortalezcan, repitan con amor y humildad:
ORACIÓN A LA MISERICORDIA DE CRISTO
Señor, dame ojos misericordiosos
para que mi mirada
pueda ver la necesidad en cada lugar.
Señor, dame una boca silenciosa para que solo pronuncie
palabras de Amor y de Luz.
Señor, dame un camino humilde
para que mis pies caminen por el sendero de la simplicidad.
Señor, dame oídos cristalinos
para que solo oiga
Tus palabras en todo lugar.
Señor, dame un corazón puro
para que guarde la esperanza
y, en Tu Divina Misericordia,
alcance la Redención.
Señor, dame manos prodigiosas
para que solo done y sirva
a los necesitados de Ti.
Amén.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Amados niños de Dios: muchos aún no creen en el verdadero llamado de la Reina de la Paz.
Por eso, hoy les pido y les digo, hijitos: vengan a Mí porque si vienen, estarán en Mi Hijo, estarán en Mi Divina Paz.
Ya no teman por lo que aún no cambia en el corazón. Es importante, queridos hijos, que vuestros corazones estén en inmensa alegría cuando Mi Inmaculado Corazón viene al encuentro con todos ustedes. Ustedes son Mis amados hijos.
Y el mundo, ¿qué es para Mi Corazón? ¿Lo saben?
Yo les digo, queridos hijos, que la humanidad ha sido bendecida a lo largo del tiempo por los rayos misericordiosos de Dios. Dios no tiene ira por el mundo. Dios es Amor. Dios es Verdad. Dios es Esperanza y Perdón. Dios es la Fuente Primordial de la Paz para los corazones. Si ustedes, hijos Míos, dan los pasos en la consagración a Mi Inmaculado Corazón, les digo que lo estarán haciendo por todos Mis otros hijos que niegan el Amor Celestial de Dios.
Hoy Yo vengo a sus corazoncitos con un pedacito de Mi Cielo para que puedan venerarlo y honrarlo por amor al Creador del Todo.
Queridos hijos, ese pedacito del Gran Cielo es Mi Inmaculado Corazón, que debe ser reparado de tantas ofensas que recibe de los hijos de esta humanidad. Pero la Divina e Insondable Misericordia está presente todavía para aquellos que clamen por este aspecto divino de la Redención que Mi Hijo irradia al mundo.
En este ejercicio con la Divina Misericordia prepararán el camino para la hora de la Justicia, para el segundo retorno salvador de Cristo, Mi Hijo Universal.
Vivan en la fuente de la mansedumbre porque así hallarán el camino de la humildad.
¡Oremos hijitos; oren más!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
En las grandes batallas la oración vence a través del amor que cada alma vierte desde su interior por las otras almas.
Pequeños Míos, hoy los invito a orar con sinceridad por la restauración de todas las almas que, por los impulsos de la vida terrena, se sumergieron en el camino de las festividades. Yo los llamo hoy a la oración reparadora por todos los corazones que sin saberlo perdieron el brillo de la llama que los unía a Dios Creador.
Por eso, Mis pequeños, para aliviar el dolor de las almas que se distanciaron de su verdadero Padre del Amor, Yo los llamo a colaborar en humildad con todas ellas a través de la unión de ustedes con los Cielos en el ejercicio diario de la oración.
Muchos corazones en este día se sentirán distanciados de todo y no podrán comprender el porqué. Por eso, Mis pequeños niños, a ustedes, que por Gracia han conocido el poder de la oración, los llamo a ejercitar el amor en el corazón por todos los hermanos que en estas festividades mundiales son engañados por el falso amor.
Para conocer el Amor Divino debemos orar y, así, las almas tibias podrán fortalecerse en esta última hora en el mundo. Mi Bendita Misericordia está siendo derramada sobre todos los corazones pero, ahora, Mi Inmaculado Corazón necesita de verdaderos misioneros de la oración.
Con los orantes en el mundo, el planeta se consagrará a Mi Inmaculado Corazón después que todo acontezca entre los hombres y los pueblos. Pero si no hay verdaderos corazones donados a la oración, al mundo le costará mucho rendirse a los pies del Supremo Dios. La humanidad, en cada pequeño corazón, está siendo llamada por Mi Inmaculado Corazón a consagrarse a Dios en la oración redentora.
Aún queda mucho por aprender en este mundo, pero Mi Corazón prepara a los corazones para el tiempo final. Estoy en cada uno de ustedes contemplándolos y amándolos como la Madre de la Paz. Es necesario, Mis pequeños, que todos conozcan el Reino de la Paz para así reconocer que la Luz de Dios está cerca de cada alma que la busque.
Dios los ama. Dios los quiere redimir. Dios espera que cada corazón se rinda delante de Su Amor Misericordioso. Aún es tiempo de que todos los corazones se conviertan . El Cielo está abriendo las puertas para los que, incluso sin comprenderlo, aspiran a su propia rehabilitación. El Divino Señor los aguarda para la cena de comunión con Su Santísimo Corazón.
Los contempla desde el Corazón,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Yo vengo desde el Cielo hacia ti como las aves en el amanecer. Yo soy la Señora Vestida de Sol, la que anuncia la Hora de la Paz Eterna para los hijos en la Tierra. Soy el Lucero de Amor para tu corazón. Yo soy la Sierva del Señor, la que trae para tu alma la Misericordia de las Alturas.
Que tu corazón honre al Señor Dios Todopoderoso sobre toda existencia. Que tu alma alabe los prodigios que ella recibe por Gracia. Yo te ofrezco Mi Inmaculado Corazón para que tu interior se torne un reflejo en la noche oscura.
Despierta delante de Mí a la vida y aguarda en Mi esperanza el retorno del Salvador. Solo encuentra alivio y amor en Mis Palabras. Abraza con confianza Mi Manto Protector. Yo vengo desde el Cielo con la divina esperanza del reencuentro con cada uno de Mis hijos. Yo preparo los corazones para el nuevo tiempo, y el fruto inmaculado de la oración es la llave que abre las Puertas de los Cielos.
Sonríe diariamente a Mi Faz. Yo conozco el despertar de tu Verdadero Amor por Mí. Sé cuantos pasos has dado en la consagración. Sé cuánto has caminado buscando refugio y Luz para tu corazón. Vengo hacia ti desde las alturas para entregarte la Redención y la Paz de los Cielos Mayores. Vengo desde el Cielo para que reconozcan la presencia de Mi Corazón Maternal.
Queridos hijos, el Señor los bendice en este día, consagrando Sus Gracias de Amor y de Paz a sus corazones. Cuando los corazones eleven hacia Dios sus corazones en la unidad, la Divina Misericordia, que es Obra y es Vida, podrá penetrar en los corazones dormidos y doloridos. Por eso, Yo vengo hacia ustedes para anunciarles que ya estamos en la Hora de la Paz, una Paz que será gestada a través de la oración constante y amorosa de parte de todas las almas.
Hoy los llamo a elevar el corazón a través del sagrado atributo de la oración y en ese puente de elevación Mi Inmaculado Corazón los ayudará. Son muchas las almas necesitadas de sus oraciones. Cada verbo de la oración realizado con firmeza y amor repercute en la vida del mundo. Por eso, Mis pequeños, en este tiempo duro que la humanidad vive, cada oración verdadera podrá auxiliar a las almas que en la Tierra se pierden por la influencia de las acciones contrarias en el mundo.
Para eso, Mis queridos soldados de la Luz, deben afirmar sus corazones en lo profundo de Mi Corazón porque Yo, la Madre de la Paz, escucharé el eco de ellos. La hora de la salvación es la última Gracia que vendrá desde los Cielos para los corazones que aún están distantes de Dios.
Sepan, Mis pequeños: Dios ama sus corazones a pesar de las ofensas que muchos hijos cometen a diario hacia Su Corazón. Por eso, Yo los invito a orar por la restauración mundial de los corazones desprotegidos. Mi Luz Maternal está descendiendo sobre Uruguay, en especial sobre todos los corazones que mes a mes Me aguardan en el Hogar de la Adoración1.
Que el brillo de vuestros ojos imite Mi Luz Eterna en sus vidas de peregrinos. Los estaré aguardando pronto, en el final de este mes de diciembre. Nuevas flores se abrirán paralos espíritus puros que viven en el Señor. Yo los llamo a vivir en Dios.
Los guía y los ama,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
1 Localizado en el Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay.
Queridos Míos:
El Señor tiene predilección por todos los corazones, más aún, por aquellos que aceptan Su Inmenso y Glorificado Amor.
Hoy los llamo a permanecer en la gloria del Señor para alabarlo y honrarlo por Sus buenas obras. Él nos ha dado la vida y la existencia. Él ha irradiado Nuestros Corazones con Su Gracia Infinita. Él nos ama y quiere irradiar a cada alma el Reino de Su Amor.
Por eso, Mis pequeños, la primera lección del discípulo es la gratitud del corazón para así poder aprender a amar a todas las criaturas.
Hoy les dono Mi Amor Inmaculado para que sus corazones reconozcan a Dios, tanto en las obras, en el Amor, en la Luz como en la instrucción. Sus ojos permanecerán más luminosos y alegres cuando el Señor les envíe Su Gloria.
Para eso, debemos orar diariamente por amor a todas las almas que han visto a Dios, pero que no Lo han escuchado. Hoy vayamos, Mis queridos, al Rescate y a la Redención de todos los corazones que se pierden sin percibirlo. Les pido que permitan que brote la Fuente de la Misericordia para todos los corazones caídos.
El Señor mucho ya les ha dado, ahora es el momento y la hora de la eterna donación. Así conocerán el ministerio prodigioso de la caridad. Así conocerán a Dios en todas las criaturas. Así podrán ver la expansión del Amor Divino en los corazones.
Los ama sin condiciones,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más