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Aprende a contemplar y a adorar la Sangre de Cristo, sabiendo que cada gota derramada por el Señor representa Su ilimitado Amor por cada ser y por la propia vida.
Pon tus ojos sobre el Cristo del Calvario y sabe que Su Amor, aun sin la Cruz, ya superó y renovó toda la Creación, pero Su oferta fue más allá y, derramando Sangre y Agua, perpetuó la Gracia de la salvación y de la redención para todos los seres de la Tierra y más allá de ella.
Que tus ojos puestos sobre la Sangre derramada de Cristo te concedan la comprensión y la experiencia de lo que es la rendición y la entrega, de lo que es dar todo por amor.
El Agua que fue derramada por Cristo representó la ilimitada Misericordia que, además de verter toda Su Sangre, vertió también Agua para dar todo de Sí, en la materia y en el espíritu.
Juntos, Sangre y Agua representan el misterio de un Amor aún incomprendido por los hombres; Amor al que son llamados a renovar y a superar para que todo se recree y la evolución encuentre un nuevo comienzo, una vida mayor de unión con el Padre Creador.
Comienza, entonces, contemplando en tu corazón la Sangre de Cristo y el Agua que fue vertida de Su Cuerpo, para que así penetres en Sus Misterios y ellos te inspiren y conduzcan a una imitación más verdadera del Amor de Cristo.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
El Sagrario de Mi Corazón desea estar presente en todos los Centros Marianos y Monasterios de esta Orden.
En el Sagrario Me podrán encontrar, así como en la Adoración al Santísimo.
Mi Presencia en el Sagrario es eterna, y es allí en donde las almas deben buscarme y reconocerme para poder sentirme en su interior.
La Luz de Mi Sagrario no es reconocida por muchas almas en el mundo.
En el Tabernáculo de Mi Corazón, tengo un espacio preparado para cada alma: un propósito.
Antes de partir y dejar el mundo, deseo que cumplan este pedido, porque no es solo por su religiosidad, sino también por las almas del mundo que, en este momento, necesitan descubrir el misterio que guarda el Sagrario de Mi Corazón.
En esta Ermita, que ha sido erguida en Mi Nombre, también deseo ver un Sagrario; así como en todas las casas religiosas de su Orden y en los Centros Marianos, porque el Sagrario de Mi Corazón es la señal visible del ecumenismo y de la paz entre las religiones.
Ante el Sagrario de Mi Corazón, podrán recogerse en los momentos más difíciles, así como en el Santísimo Sacramento.
El Santísimo y el Sagrario de Mi Corazón son el mayor legado que he dejado para la humanidad a lo largo de los tiempos.
Muchas almas buenas se han convertido ante el Sagrario de Mi Corazón, y Yo Me he comunicado con ellas a lo largo de los tiempos, en presencia del Sagrario de Mi Espíritu y de Mi Divinidad.
En el Sagrario de Mi Corazón, las almas se podrán consagrar, aunque no vivan una vida religiosa, porque quien se consagra es el alma de ustedes. Esa debe ser la aspiración de sus vidas dentro del universo de la consagración.
Muchas situaciones difíciles, que vive el mundo, podrían estar resueltas si las almas veneraran el Sagrario de Mi Corazón, en donde Yo también los podré sacramentar con Mi Espíritu y con Mi Paz.
Hoy les revelo, a través de Mi Pecho, el Sagrario de Mi Corazón, la Luz de la Gracia que desciende al mundo por los méritos de la Pasión de Su Señor y Redentor.
En el Sagrario de Mi Corazón está la síntesis de Mi experiencia y de Mi vida en la Tierra, desde que nací hasta que ascendí a los Cielos.
Sé que las almas, a veces, no colocan su atención en el significado del Sagrario de Mi Corazón; pues hoy se los revelo y se los comparto, porque en los Centros Marianos y en sus casas religiosas será en donde podrán encontrarme.
El Sagrario de Mi Corazón es un puente hacia los Cielos, hacia el Universo, hacia la Vida Mayor.
En el Sagrario de Mi Corazón no vivirán la adversidad ni tampoco la perturbación.
Ante el Sagrario de Mi Corazón sus ideas quedarán claras y tendrán discernimiento por el impulso de Mi Gracia y de Mi Sabiduría.
Yo necesito que el mundo comprenda el significado del Sagrario de Mi Corazón, porque aún las almas no saben lo que guardo dentro de él. Allí no solo está Mi Cuerpo y Mi Sangre, sino también está la vida espiritual de Su Señor, que es una vida omnipresente y eterna.
Juan, el Apóstol, conoció el Sagrario de Mi Corazón en la Cruz. Mi Madre permitió que él lo supiera en el momento más culminante de Mi agonía, cuando en las entrañas más profundas de Mi Ser estaba la soledad y el abandono de los hombres.
En la mayor oscuridad y sufrimiento en la Cruz, emergió el Sagrario de Mi Corazón como una forma espiritual y divina. Y eso irguió de los abismos a las almas caídas y muchas almas alcanzaron la victoria de la redención por el precio de Mi Sangre. Aunque eso sucedió hace más de dos mil años, aún está vivo.
El Sagrario de Mi Corazón hoy está aquí para que sea venerado y adorado por las almas buenas y humildes.
En el Sagrario de Mi Corazón podrán encontrar la humildad y la entrega que necesitan para vivir y atravesar estos tiempos tan desconocidos e impredecibles.
Alrededor del Sagrario de Mi Corazón, que podrá estar presente en los Centros Marianos y en sus casas religiosas, así como está presente en las iglesias del mundo, es en donde los ángeles contemplan a Dios en Su segunda persona, el Hijo, el que dona a las almas y a los corazones la filiación con el Padre Eterno, la reconciliación y el perdón.
Quien tenga fe y Me adore en el Sagrario de Mi Corazón se curará espiritualmente y las enfermedades del cuerpo desaparecerán de forma inexplicable.
Hay almas en el mundo que vinieron a servirme a través de su sufrimiento. El alma de las personas tiene miedo de vivir esa experiencia porque es algo semejante a lo que Yo viví, desde el Huerto Getsemaní hasta la muerte en la Cruz.
No descansaré hasta que aprendan a superarme en el amor y en el servicio.
Antes de cerrar Mi ciclo con ustedes, les dejo el mayor legado del universo espiritual, que es el Sagrario de Mi Corazón, para que la Santa Eucaristía no solo sea adorada, sino también reconocida y amada por los hombres.
El Sagrario de Mi Corazón es el refugio para sus penas, el alivio de sus agonías, la cura de sus heridas, el amor para sus consciencias, la sabiduría en sus confusiones, la claridad en sus caminos, la entrega eterna de sus almas.
En el Sagrario de Mi Corazón está toda Mi vida y Mi existencia.
El Sagrario de Mi Corazón está lleno de Misericordia para las almas.
Mi Ser está lleno de Luz para los corazones, pero muchos no la aceptan.
Que esta última Maratón que vivirán Conmigo no solo sea una síntesis, sino una oportunidad de recordar lo que vivieron Conmigo durante estos años, desde los sagrados pinos de Aurora, pasando por todas las ciudades que visitó la Peregrinación por la Paz.
En cada momento, este misterio del Sagrario de Mi Corazón estuvo presente, acompañándolos y sirviendo a las almas más necesitadas, especialmente aquellas que, aparentemente, no lo necesitaban.
Ante el Sagrario de Mi Corazón, ustedes son cristalinos. Todo lo puedo ver y reconocer, no existen límites ni apariencias.
Ante el Sagrario de Mi Corazón, sus almas los pueden gobernar y aprender a hacerlo en estos tiempos críticos.
Ante el Sagrario de Mi Corazón, ustedes no olvidarán el compromiso en los momentos de mayor prueba, porque Yo mismo Les haré recordar que vinieron a servirme y lo que vinieron a ofrecerme.
Es a través del Sagrario de Mi Corazón que dejaré a Mis representantes en la Tierra, todos los adoradores y los que veneran Mi Sagrado Cuerpo en la Eucaristía.
A través del Sagrario de Mi Corazón, encontrarán el Reino Celestial y se fortalecerán en la paz, para los momentos de mayor tribulación.
Ahora, deseo tener dentro del Sagrario de Mi Corazón sus experiencias de amor y de perdón, porque eso hará recrear a la Creación en esta escuela del Amor Divino y a la expansión de la consciencia por medio del impulso que trae el Amor de Dios al mundo.
Lo último que quiero decirles, compañeros, es que den valor a todo lo que han recibido de Mi Persona y de Mi Divinidad, durante estos últimos tiempos.
Que este momento de despedida de Su Maestro y Señor sea una oportunidad de asumir definitivamente su compromiso Conmigo, en el trabajo del servicio y de la oración, porque el ejercicio espiritual de la oración de la Misericordia continuará.
Ahora, ha llegado el momento de asumir y de responsabilizarse como adultos en el camino espiritual. Hasta ahora, todo fue una preparación.
No solo Me retiraré porque Mi Padre Me ha llamado para prepararme para Mi Retorno, sino porque ustedes ya aprendieron a cómo sostener Mi Plan de Amor en la humanidad.
Definitivamente, sean el Amor que Yo les he entregado en los Sacramentos y a través de cada palabra, de cada mensaje e instrucción. Así, desde los Cielos, tendré un lugar y un espacio en sus almas en donde poder espejarme y refractar la Luz de Mi Misericordia.
Les agradezco a los que se comprometieron Conmigo durante estos años de oración misericordiosa, y a los que lo seguirán haciendo, comprendiendo más allá de sí mismos, lo que esto significa para este momento del planeta y de la humanidad.
Yo solo puedo estar en lo que es simple, austero y humilde. Es a donde puedo retornar, para que las almas Me encuentren y Me vivan.
La donación de Su Maestro es eterna e incondicional, así deben ser sus vidas y consciencias, porque hoy no comprenderán lo que esto significa, pero mañana lo sabrán. Es una promesa.
Que sus vidas, experiencias y oraciones sigan siendo escritas en los Libros de la Sabiduría de Dios, para que la humanidad aún tenga la chance de redimirse. Que así sea.
Oremos en esta Maratón como si fuera la primera vez, sabiendo que Yo estaré atento a cada uno de ustedes y esperando que Me respondan de la misma forma que cuando los llamé por primera vez para este ejercicio espiritual, sabiendo que Me serviré de este momento de oración para ayudar al planeta y a las almas, a fin de que se cumpla la salvación de los corazones.
Que Mi Paz se refleje en ustedes. Que sean portadores de Mi Paz. Que Mi Paz se multiplique y se expanda por el mundo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Queridos hijos:
Que en este tiempo de definición sus corazones estén dirigidos todo el tiempo hacia el Corazón de Dios; así estarán diciéndole a los Cielos que aspiran a seguir recibiendo las Gracias que necesitan para que sus vidas se rediman y se santifiquen.
En la unión imprescindible que ustedes pueden tener con Mi Hijo, Su Divina Misericordia, la Sangre y el Agua de Su Corazón, justificará muchos de los errores y de las adversidades que sigue viviendo el mundo por alejarse cada vez más de Dios para satisfacer sus placeres humanos.
Este es el último tiempo en el que el Padre Celestial estará atento a las oraciones y a las súplicas de Sus hijos. Será el tiempo en el que la humanidad, antes de lo que llegará, podrá colocar la cabeza en el suelo para pedir perdón y vivir un verdadero arrepentimiento.
Yo los invito, Mis hijos, a tener eso presente. Ahora, las oportunidades son únicas y no se repetirán, porque ya son las últimas.
Estará siendo concedida una última Gracia al mundo para que muchas almas abandonen el caos en el cual viven e ingresen en el universo de la paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hijo:
Haz de las humillaciones una oportunidad para que tu consciencia comprenda lo que verdaderamente tiene sentido y valor en la vida.
No estás en la Tierra para ser honrado, elevado o glorificado por los ojos de los hombres; sino estás en la Tierra para vivir un amor que transciende el entendimiento y los sentidos, que trasciende las lógicas y los límites, que trasciende todo amor alcanzado en el mundo y más allá de él.
Por eso, cuando seas humillado, deja que se quiebre en ti toda necesidad de reconocimiento, de gloria, de retribuciones humanas por tus esfuerzos, por tu amor. Permite que tu corazón se coloque en lo que es real, en lo que es eterno, en el Amor de Dios que no se basa en los merecimientos humanos, y permanece allí, en la experiencia de la humildad que cada situación de la vida te conduce a vivir.
Con tu ejemplo, da a conocer al mundo el Amor de Dios. Sigue los pasos de tu Señor que, como respuesta a la flagelación y a la Cruz, vertió Sangre y Agua, perdón, redención y Misericordia para todos los seres, sin distinción. Ese es tu eterno ejemplo, no quieras otro.
No quieras estar elevado como los santos a los ojos de los hombres, porque lo que hace a la santidad de los seres no es la opinión de los hombres, pero sí el sacrificio, el amor y la unidad con Dios, muchas veces vivida en el anonimato, en la ignorancia del mundo.
Por eso, toma tu cruz, abraza esa cruz con amor, ora y pide la Gracia de saber imitar a tu Señor cada día. Y, cuando seas humillado, no mires hacia los tronos del mundo, alcanzados con las glorias humanas. Mira hacia el Trono del Cielo, en el cual está sentado Aquel que fue ultrajado, incomprendido, humillado, flagelado y muerto en la Cruz, pero que Se elevó, no por lo que recibió de los seres, sino por el Amor insondable que emergió de Su propio Corazón.
Cristo retornó al Padre, no por lo que recibió del mundo, sino por lo que supo dar, porque dio todo, todo de Sí, por amor. Este es tu Camino, tu Verdad y tu Vida.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Poemas al Inmaculado Corazón de María
Vigesimosegundo poema
Poderosa e invencible Señora,
pisa con Tus pies
lo que causa dolor y oscuridad.
A través de los poderosos Rayos
que emana Tu purísimo Corazón,
libéranos de la perdición.
Rompe las cadenas de la ilusión
de nuestras consciencias.
Corta con Tu Espada de Luz los lazos con el mal,
para que, por el poder de la Sangre de Cristo,
que fue derramada sobre la superficie de la Tierra,
las almas consigan volver a levantarse
y así, encuentren las Huellas de Cristo.
Poderosa Madre del Mundo,
Espejo Celestial de Luz y de Sabiduría,
condúcenos hacia el gran portal de nuestra libertad,
para que podamos redimirnos
conforme lo indica la Palabra Sagrada.
Queremos y aspiramos
a ser apóstoles de Cristo,
parte fundamental de Su Cuerpo Místico;
así sabremos y conseguiremos representar, en este mundo,
la Obra de la Redención y de la Divina Misericordia;
sabremos sostener, con responsabilidad y adhesión,
el gran Proyecto de Cristo en el planeta.
Madre de la Luz,
haznos conscientes de cada paso
que demos hacia Tu amado Hijo.
Madre,
haznos merecedores
del Amor de Dios por el mundo.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mientras caminaba con la Cruz, en el Corazón de Cristo, además de sufrimiento y dolor, había paz y compasión.
Ese era un ejercicio constante de Su Espíritu Divino en un cuerpo humano, trascender a cada segundo las dimensiones del caos, de la ignorancia, de la maldad, en las que los seres que lo rodeaban estaban absorbidos por la oscuridad, e ingresar en las dimensiones de paz, de compasión, de sabiduría, de Verdad, en donde Sus Ojos podían ver cada acontecimiento como era y no como parecía ser.
Los Ojos del Cristo del Calvario contemplaban el mundo y veían una realidad más compleja, más profunda; miraban la maldad de los seres y veían esencias presas del yugo de esa maldad; conocían al espíritu del mal que conducía cada acción de los que lo maltrataban y sabían que la forma de liberar esas esencias era el Amor, el Amor no solo de la Cruz, sino el Amor de toda la eternidad; el Amor que comenzaría a nacer con Su ejemplo, como una naciente que surgiría de la última gota de Sangre que se derramaría de Su Cuerpo, pero que se tornaría afluente a través de las almas que, a lo largo de los siglos, responderían a Su Llamado e imitarían Su ejemplo, renovando y multiplicando ese Amor.
En cada obstáculo de la vida, hijo, que tus ojos sean los Ojos del Cristo del Calvario, contemplando la Verdad y no la ilusión, colocados en las dimensiones de paz y no de odio, sabiendo que la cura proviene del Amor vivo, en el ejemplo de cada segundo de la vida.
Así es como cumplirás el Plan de tu Padre Celestial y serás uno con Él en todos los tiempos.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Quédate a los pies de la Cruz del Redentor, para que comprendas en dónde comenzó a ser sellada la Alianza entre tu corazón y el Corazón de Cristo.
Quédate a los pies de la Cruz del Redentor, para que allí recuerdes Su llamado y sepas porqué hoy Él te vuelve a llamar en lo profundo de tu corazón.
Quédate a los pies de la Cruz del Redentor, en donde no hay honra, sino aquella escondida en Su Sangre; en donde no hay gloria, sino aquella que se guarda en el misterio de Su Sacrificio.
Y es así, hijo Mío, que a los pies de la Cruz comenzarás a comprender la Voluntad de Dios para ti. Él te quiere allí, siempre en adoración a Su Corazón, siempre unido a Su Sacrificio e imitando Sus pasos.
Él te quiere allí, en donde tú desapareces y Él resplandece, en donde la gloria del mundo se desvanece y da espacio a la Gloria de Dios; en donde las ansias por la honra se disuelven en la única necesidad de justificar Su Sangre con la renovación del amor en tu propia vida.
Quédate a los pies de la Cruz del Redentor, y todas tus preguntas serán respondidas. Sabrás que el miedo de la cruz es en verdad el miedo de entregarte con locura, de perder este mundo para ganar el Infinito, de dejar de ser uno para ser Todo.
Quédate a los pies de la Cruz del Redentor, porque ya llegó el tiempo de retomar, con plenitud, lo que Él comenzó en el Calvario.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Dios bajó del Cielo y se hizo hombre entre los hombres para ser crucificado, humillado y agredido por aquellos que recibieron Sus milagros y bendiciones.
Dios derramó cada gota de Su Sangre, a través de Su Hijo, y esa misma Sangre redimió y redime, hasta los días de hoy, a todos los que la invocan para ser purificados.
Dios derramó Su Agua, a través de Su Hijo, para que la humanidad fuese nuevamente bendecida por el Santo Espíritu Consolador, y luego Su Espíritu descendió en Pentecostés.
Solo un Amor tan grande, paciente, humilde y misericordioso podría haber hecho lo que hizo y, en este tiempo, lo vuelve a hacer porque Dios ama a Sus hijos a través de Cristo.
Por eso, en estos días, el Crucificado vuelve a padecer y a sufrir, esta vez a través del sacrificio de Su Espíritu por la humanidad, para que las almas reencuentren el camino de retorno al Padre Celestial.
Y mediante ese camino que Cristo ofrece, por medio de los Sacramentos, que los corazones recapaciten y vean que sin fraternidad y sin solidaridad será imposible seguir adelante con este amado Proyecto de la Creación que es la raza humana.
La consciencia y la fe de los que creen en Cristo los harán vivir ese cambio, y las puertas de la Gracia se mantendrán abiertas para que se cumpla lo que está escrito y previsto.
Por eso, hijos, permitan que la Pasión de Cristo los haga comprender la pasión que hoy vive el planeta y así, la mayoría consiga traer el alivio por el que clama toda la Tierra.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Estoy junto a los ángeles y arcángeles, a los pies de la Cruz de Cristo, recogiendo toda la Sangre y el Agua derramadas para la redención de la humanidad y de toda la Creación.
El manantial de la Misericordia fluye hacia todas las almas, inagotable e insondable, misterio que no tiene fin, guardado en la Sangre y en el Agua de Cristo.
Esta Sangre ya se derrama sobre el mundo, sobre la sangre y la vida de todas las criaturas, convirtiendo su genética y su corazón a semejanza de Cristo.
La Sangre de Cristo ya se derrama sobre el mundo y sobre todos los seres, no solo para redimir, sino también para transformar y restaurar la vida.
Finalmente, la humanidad conocerá el Pensamiento de Dios y vivirá, en su interior, lo que es sentir y experimentar a Cristo Vivo.
La Sangre de Cristo desciende sobre la Tierra, transformando toda sangre y toda vida. Su Pasión se tornó Eucaristía viva para todo el planeta, y Su entrega ya no redime solo a las Tribus de Israel, sino también a todas las criaturas, a toda vida, a toda esencia.
El sacrificio de Cristo se hace comunión espiritual y celular y, como un milagro divino y una Gracia espiritual, las almas son tocadas y transubstanciadas por la Sangre de Cristo, así como el trigo y la uva en el altar.
La humanidad será el Altar de Cristo en este tiempo del planeta, y todo aquel que ore en nombre de Su dolorosa Pasión será Eucaristía viva en unidad con Cristo.
Este es el don del sacerdocio extendido sobre la Tierra.
Este es el milagro de la Gracia y de la Misericordia Divina que toca a toda criatura.
Mediten en Su Pasión y rediman sus corazones. Vivan la unidad con Cristo.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Permite que tu alma sea arrebatada por el Amor de Cristo. No temas, no te resistas. Entrégale a Él tu vergüenza, tus miedos, tus aspiraciones más profundas, tus metas y todo lo que eres, entre miserias, destrezas y virtudes.
Está llegando la hora de ser lavado por la Sangre de Cristo, de ser permeado por Su Amor y renovado por Su entrega y, más que estar delante de la memoria de Su Pasión, estar delante de Su propia entrega, de Su Amor y de Su Cruz.
Por esto, hijo, ha llegado el tiempo de la definición, de la madurez en Cristo, para profundizar en tu consagración y no tener miedo de crecer en Él y por Él.
Deja que seas barro nuevo en las Manos del Alfarero, porque Él conoce el Propósito de Dios para tu vida y puede moldear tu consciencia según la Voluntad Divina.
Ora y pronuncia con amor los Poemas* que el Señor te entregó, porque a través de ellos, Él te enseña el sentido espiritual de la rendición y de la humildad. Así, un alma rendida se comunica con Cristo.
No temas vivir la experiencia de la entrega. Y en lo que resta de esta Cuaresma y de este desierto profundo, comienza a caminar, en tu corazón, con pasos decididos hacia Jerusalén, confirmando y reconfirmando, cada día, tu entrega a Cristo.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
*San José hace referencia a los Poemas de un alma al Sagrado y Bendito Corazón de Jesús, transmitidos por Cristo Jesús en los meses de julio y agosto de 2018.
Cristo los hará puros de corazón, porque Él entregó Su Vida por ustedes, para que los errores de la humanidad fueran perdonados.
Su Sangre justificó los pecados de todos, y trajo liberación para las prisiones de la vida planetaria.
Por medio del Espíritu Santo, Su Agua los purificó y los bautizó como portadores de Su Paz.
Cada una de Sus Llagas fue ofrecida como salvación de todos los condenados del mundo, y Su dolor y agonía siguen siendo el camino de ofrecimiento por los no redimidos.
Su Cruz triunfó y sigue triunfando hasta los días de hoy.
Así, todos son señalados por el poder de esa Cruz, que vence al mal y trae la liberación de las cadenas que los aprisionan.
Su Palabra vino para renovarlos, y lo sigue haciendo, porque el fin del Divino Verbo es seguir liberando a todos del cautiverio de estos tiempos.
Sírvanse entonces, de los méritos de Mi Hijo, para que sus vidas se puedan convertir en Cristo y así, conviertan la crueldad del mundo en un recinto de redención.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que las Palabras de Mi Hijo lleguen a lo profundo de tu corazón.
Que Sus dolorosos hechos de la Pasión, te concedan la transformación necesaria.
Que cada agonía vivida por Él, te impulse a soportar las pruebas de estos tiempos.
Que la soledad experimentada por Él, te prepare para atravesar el desierto en soledad.
Que la Sangre preciosa, derramada por Él, justifique todos los errores que hayas cometido.
Que el Agua que brotó de Su Costado, en la Cruz, te traiga la certeza de que puedes cumplir el Plan de Dios.
Que el silencio y la humildad, expresados por Mi Hijo, te ayuden a escuchar y a reconocer las llaves para la redención de tu consciencia.
Que el Cuerpo flagelado de Cristo cure las llagas internas de tus sufrimientos, para que siempre seas renovado por la Gloria y la Victoria que Cristo sigue alcanzando, a través de los tiempos, en la vida de los que se entregan al Señor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Señor, báñame completamente
con la Sangre Divina de Tu Misericordia.
Señor, lávame absolutamente
con el Agua preciosa de Tu Misericordia,
para que mi vida
sea justificable y necesaria ante Dios,
a fin de que esta pequeña parte que soy
y que representa a la más pequeña
en todo el grandioso Universo,
sea capaz de corresponder
a Tus Designios Divinos.
Para eso te pido, Jesús,
vacía mi mente y mi corazón
de todas las ideas propias.
Ayúdame a confiar en aquello
que no está bajo mi control y
que proviene de la Voluntad Divina.
Socórreme todo el tiempo
para que mi arrogancia, soberbia y desobediencia,
desaparezcan de los constantes estímulos
de mi personalidad.
Y cuando Tú, Jesús,
hayas conseguido lo que tanto esperas,
envíame adonde sea necesario,
para que yo nunca olvide que nada soy
y que solo vivo por
Tu Presencia espiritual y divina.
Transfigura todo mi ser,
que hasta la más pequeña partícula
de mi consciencia sea redimida;
porque algún día espero ser
el ejemplo de entrega y de abnegación
que Tú, Jesús, tanto anhelas.
Te suplico que no me aparte
de la humildad y de la pobreza de corazón,
porque así seré, para Ti,
el instrumento en las Manos del Rey.
Les agradezco por guardar memoria de esta intención interior.
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
La cuaresma es un momento, hijos, para volver a conocer a Cristo, para reconocerlo con una nueva mirada, una mirada sin velos y sin temores, para que sepan quién es Él y quiénes son ustedes delante de Él, lo que son llamados a vivir al estar delante del Hijo de Dios.
Muchos son los que caminan al lado de Cristo, comen de Su Cuerpo, beben de Su Sangre, participan de Sus prodigios y escuchan Sus Palabras; pero pocos son los que miran al Señor sin velos delante de sus ojos, sin muros delante de sus corazones, y saben quién es Él, y se descubren también a sí mismos, delante de Él.
La cuaresma es ese momento, porque en ella el Señor les dice: "Yo Soy el que Soy, Yo Soy Aquel que Es; Uno con Dios, el propio Dios hecho Hombre y Espíritu".
Y, al escuchar esa revelación del Hijo de Dios, sus ojos se abren para que no solo puedan reconocerlo, sino también reconocerse a sí mismos.
La cuaresma es un momento de definirse para buscar a Cristo y vivir la revelación de Su Presencia, para dejarse inundar por Sus misterios y transformarse por Su Amor; o entonces, hijos, lo verán pasar y hacer prodigios, verán como se transforman los corazones al escucharlo, pero aun así, permanecerán ciegos y sordos delante de Él.
Elijan la vida, la vida en Cristo, la vida en la Verdad, la vida en la libertad de sí mismos. Elijan el desvanecimiento del polvo.
No se aferren a sí mismos, a sus virtudes y destrezas, a sus convicciones y conocimientos, a sus mentes y creencias. Aférrense a Cristo, a Su Verdad Celestial, a Su Presencia, a Su Vida.
Este es el sentido de la cuaresma: prepararse y definirse en Cristo.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Es momento, hijo, de colocar las tentaciones en su debido lugar en tu consciencia.
Esto se hace comprendiendo quién eres, lo que viniste a hacer en este mundo y cómo tu misión espiritual es mayor que cualquier aspiración, pensamiento, sentimiento o asedio que provenga de este mundo.
Para que las tentaciones ocupen el debido lugar en tu vida, ya que son solo para hacerte crecer, superar miedos, infantilidades y condiciones retrógradas, tu consciencia debe estar también colocada en el lugar correcto.
Contempla quién eres y el poder de la unión de tu espíritu con el Espíritu de Dios, y pone fin a lo que te debilita y distrae de tu camino.
Contempla quién eres, hijo amado y semejante a Dios, cuya evolución valió la Sangre del propio Dios, derramada por completo en este mundo. ¿No será que para entregarse a Sí mismo por ti, por tu evolución, Dios sabe el misterio del potencial de tu vida y de la vida de cada ser?
Contempla quién eres, hijo: un motor de transformación y de renovación de toda la Creación Divina.
Y es así que, miserable e imperfecto, la química oculta se realiza y el milagro se manifiesta. Es así que, pleno de errores y desvíos, la redención se concreta y la renovación se consolida. El misterio se revela en tu constante superación.
Coloca las tentaciones y los deseos humanos en el lugar de inferioridad que les corresponde.
Coloca tu batalla mental y tus aparentes derrotas en el ínfimo lugar que les corresponde, ante la grandeza del Pensamiento de Dios para ti. Y, así como tu Señor en el Huerto Getsemaní, pisa también la cabeza de la serpiente que te circunda, seca la sangre que corre por tu rostro y levántate de la debilidad de las ilusiones, en la cual el adversario de Dios te coloca todo el tiempo.
Hay en ti un potencial para superar tentaciones, humillaciones, dolores, renuncias y desafíos.
Hay en ti el potencial para ser flagelado, crucificado y muerto en la cruz.
Y hay en ti el potencial para amar más que lo que el propio Dios te amó y renovar Su Creación a través de ese Amor Mayor.
Por eso, contempla quién eres. Coloca tu consciencia en el lugar correcto, rinde tus aspectos más humanos a Dios y deja que el sudor de sangre fortalezca tu espíritu para descubrir que, más allá de la debilidad humana, se oculta una esencia y un Propósito Divino.
¡Despierta!, porque ya es tiempo, ya es hora.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Aquieta tu corazón para unirlo tanto al Universo como al Infinito. La vida superior comienza a revelarse dentro de ti.
Envía a lo más profundo de tu consciencia el Don del Perdón que proviene de la Consciencia Divina.
Medita en tu Señor en la Cruz y en todos los méritos que Él alcanzó para que vivas la redención, no solo de lo que fue cometido y vivido en este planeta, sino también, y sobre todo, mucho más allá de él, en la historia de tu evolución que desconoces.
Contempla la Sangre de Cristo y siente como esa misma Sangre, código redentor, permea tus células y átomos. Comulga con el perdón y la redención.
Que a partir de tus células, ese perdón ingrese en tu universo interior, en los registros más profundos de tu consciencia. Y allí, donde la vida universal se une a tu condición humana, deja que suceda el propósito de tu encarnación y experimenta la paz de sentirte perdonado.
Todos los días, el sacrificio de Cristo se renueva en cada Eucaristía, para que Sus códigos de perdón y de redención que Él alcanzó por ti en la Cruz, puedan llegar cada vez más profundo en tu ser.
Acompaña con tu corazón el establecimiento y la realización del perdón en todo tu ser. Llegó el tiempo de ser curado y no solo de purificar, sin fin, lo que está podrido en tu interior.
Tu perdón y redención deben ser conscientes. Es necesario saber y ver lo que debes perdonar, pero para eso, hijo, tu consciencia debe estar madura en el Amor de Cristo y en la certeza de todo lo que Él ya alcanzó por ti.
Ahora que tienes el lodo delante de tus ojos, contempla el Amor y el Perdón de Cristo y vive la química oculta de la redención y de la transfiguración de la consciencia.
Tus miserias, tocadas por la Misericordia de Dios, se transforman en la renovación de Su eterno Amor.
Tienes Mi bendición para vivir lo que te digo y alcanzar la paz.
San José Castísimo
Cuando un cáliz se eleva para la consagración, los Códigos Divinos son depositados para que su contenido se transubstancie y se convierta en la Sangre de Jesús.
Cada vez que un cáliz es ofrecido en el altar para la consagración y se recuerda la dolorosa Pasión de su Señor, las Gracias descienden y, en ese momento de profunda celebración y de íntima comunión con los aspectos de Cristo, las almas tienen la Gracia de recibir el perdón absoluto y tienen la oportunidad de renovarse a través de la revelación, en este caso, de la preciosísima Sangre de Cristo.
Cada vez que un cáliz es ofrecido y es elevado en memoria de la Pasión de Jesús, la vida sacerdotal del planeta es renovada y todo lo que es corrupto se vuelve incorrupto por la Gracia que trae la Sangre de Jesús.
Cada vez que estén ante una nueva celebración eucarística tienen que recordar que el valor, el poder y la fuerza de la Sangre de Jesús y de todos Sus méritos permiten conceder una expiación a quien la necesite y se arrepienta de corazón.
¡Les agradezco por celebrar de corazón los Misterios Sagrados de Cristo!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
La Cruz y la espada
Es en este tiempo en el que hay hijos Míos que luchan con la cruz y otros que luchan con espadas.
Hay hijos que cargan la cruz del mundo, mientras que otros hijos luchan con sus espadas, generando el caos mundial.
Aquellos hijos que luchan con espadas, recibirán el golpe de las espadas. Aquellos que con inteligencia luchan con la cruz, recibirán la Gracia de la Paz.
El mal intenta despertar en el corazón de los inocentes y llevarlos a la rebelión y a las protestas de estos tiempos.
Existe indignación por todo lo que se ve y se vive en las naciones del mundo, pero Mi Hijo ya les dijo una vez que quien luche con espada será herido con espada.
No puede haber oposición ni enfrentamientos en estos tiempos. Mi enemigo quiere generar la guerra más severa y triste en el corazón de los hombres, pero ustedes deberán tener la oración del corazón como arma de defensa para que la luz de la Gracia descienda sobre todos los acontecimientos.
Este es el tiempo en el que cada uno podrá construir su propia fortaleza basada en los valores de la fe, de la solidaridad y del bien; del propio contacto con las Leyes Divinas, más allá de las leyes que los hombres imponen y que no son leyes limpias.
Yo los llamo a luchar a través de la Cruz de Mi Hijo para que Su Sangre, la que fue derramada, tenga el valor y el poder que todos le deben dar. Una Sangre que se derramó para justificar sus errores, los errores de todas las generaciones, de todas las culturas, de todas las religiones, los errores de todos los tiempos.
Si ustedes dan valor a la poderosa Cruz de Cristo, la consciencia humana tendrá su expansión y, algún día, reconocerá que en la lucha no está la salida para encontrar la verdadera justicia, porque la justicia de la Tierra también está corrompida por la falta de transparencia y de compasión.
No hay otro camino que aquel que Mi Hijo les enseñó, aun viendo día a día los conflictos de las naciones y los acontecimientos que son creados por los de siempre a fin de desajustar el psíquico planetario y el plano emocional de las personas.
Este es el tiempo de que cada uno viva la Cruz, la Cruz de la libertad espiritual y material que alcanzó Cristo por cada uno de Sus compañeros y por cada uno de Sus enemigos.
Reciban esta Cruz en lugar de las espadas, para que la esencia de la paz y del amor construya, entre los seres, lo que hasta ahora fue destruido interiormente por la ausencia de la compasión, de la comprensión y de la consideración.
La Cruz no será más pesada para ustedes. La Cruz de Cristo les traerá la Luz de la verdad y el encuentro con la Paz universal, una Paz que les despertará confianza y, sobre todo, sabiduría para que puedan actuar conforme a los principios del Amor Crístico, de un Amor que en este tiempo los protegerá y los conducirá hacia la Tierra Prometida.
Les agradezco por responder a Mi llamado, al llamado de orar por la Paz en las naciones.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Se acerca, a partir del próximo año, el recogimiento de las Apariciones diarias de su Maestro y Señor, y con pesar en Mi Corazón por esta partida, respondo a la Voluntad Infinita de la Creación.
Cuando llegue ese momento, sus corazones ya no podrán tener dudas sobre lo que vinieron a hacer y a cumplir a este herido mundo.
A pesar de los desiertos que aún faltan atravesar, a pesar de las tribulaciones que aún faltan vivir, aunque les falte aprender algo, Mi Palabra será su sustento y su fuerza para cruzar el fin de estos tiempos.
Por eso, no pierdan Mis impulsos porque son los últimos, pero tampoco se acostumbren a escuchar Mis Palabras, porque si no Mis Palabras estarían cayendo al vacío.
Sírvanse del Amor que les proporcionan los Sacramentos y, así, asuman su camino de redención y de apostolado; porque, aunque estén dentro de Mi Barca, aún vendrán vientos fuertes y tormentas que intentarán hacerlos desistir del camino que escogieron.
En ese crucial momento, fijen su mirada en Mi Sagrado Corazón y afirmen en sus células el Poder Divino de Mi Sangre, así triunfarán y vencerán muchas veces en Mi Nombre; llevarán Mi Divina Misericordia al mundo y Mis sacerdotes perdonarán en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
No habrá mayor tiniebla u oscuridad que no puedan atravesar a través de la Luz que les da Mi Corazón. Sean valientes y sigan adelante, aún la humanidad sufre el precio de sus propias acciones.
Yo estaré, en el Universo de Mi Padre, esperando recibir, en la hora más dolorosa del planeta, la orden celestial de regresar a la Tierra y, en ese momento, los llamaré por su verdadero nombre para que Me sigan.
¡Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón!
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
De Mi Corazón brota la Sangre de redención y de vida, porque en Mi Corazón existe aún la Llaga que fue abierta una vez en la Cruz. Una Llaga que en ese momento nadie conoció. Solo Mi Madre y las Santas Mujeres, como también Juan el Apóstol conocieron el surgimiento de esa Llaga material y espiritual.
Esa Llaga fue la última y gran entrega espiritual, mental y moral de Su Señor.
En verdad, más que las Llagas de las manos y de los pies, fue la Llaga que hasta los días de hoy justifica los errores de la humanidad y es la Llaga que permite que Yo esté aún aquí, entre ustedes, para anunciar y proclamar el Reino de Dios dentro de cada ser y en toda la Creación Universal.
Esta es la Llaga que testimonió el Amor de Dios por los hombres, a pesar de que estuvieran equivocados o estuvieran en la mayor y absoluta oscuridad.
Esta es la Llaga que aún deberá ser aliviada, que es causada por la ignorancia de los que no viven a Dios y por la indiferencia de los que le dan las espaldas y se van, abandonando el Amor del Redentor.
Esta es la Llaga de Su Maestro que aún deberá ser curada por mucho tiempo más. Y lo que la cicatrizará, algún día, será el amor de los que son bienaventurados y no tienen preconceptos de la Obra Universal y Divina de Su Señor.
Esa Llaga será curada a través de los que ayuden y se entreguen a la transmutación silenciosa.
Esta Llaga será curada a través de todos los que confíen ciegamente en Mí, más allá de lo que les suceda, atraviesen o purifiquen, porque si aún llevo en Mi Corazón la Llaga del dolor y de la ignorancia del mundo, será posible a través de los Míos que esa dolorosa Llaga sea aliviada como lo es en cada momento de adoración, de oración y de comunión Conmigo.
Porque cuando todo suceda y cuando Mi Llaga sea curada, ustedes solo tendrán refugio en Mi Corazón, en Mi Vida Divina y en Mi Presencia.
Nunca dejen de ser generosos con los demás, amorosos con los que están mal y sufren.
Nunca dejen de servir y de entregarse por Mí, porque llegará el día en el que, en la Gloria del Padre, se sentarán a Mi mesa y Yo los coronaré a cada uno por sus esfuerzos y méritos internos.
Les agradezco por guardar Mis Palabras en el corazón.
Los bendice,
Su Maestro y Señor, Cristo Jesús
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más