Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN PRZEMYSL, POLONIA (FRONTERA CON UCRANIA), AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 118.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Como los últimos rayos del atardecer, Yo vendré en el final de estos tiempos.

Como el viento que hoy acaricia sus rostros, Yo vendré en el final de estos tiempos.

Como el día que se recoge para mañana comenzar uno nuevo, Yo vendré en el final de estos tiempos.

Y les aseguro que a muchos les costará poder reconocerme, porque Yo vendré con la misma Faz que una vez les revelé a Mis apóstoles en el Monte Tabor, y todo aquello que guardaba su Maestro como secreto en Su Corazón será revelado.

Por eso, hoy Yo les digo: “Estén atentos y vigilantes, porque Mi hora se acerca”, y Mi Presencia Sacerdotal no podrá pasar desapercibida para ninguno de ustedes; porque, así como hoy Yo vengo en Divinidad a encontrarme con ustedes, así Yo vendré en Gloria a reencontrarme con Mis compañeros.

Pero antes de que los cielos se abran y las nubes se aparten, Mi reaparecimiento se dará en el mundo, y esto será gradual en todo el planeta. Porque no habrá lugar en donde Yo no pueda estar, al contrario, el Hijo de Dios podrá estar en todas partes al mismo tiempo y, así, se cumplirá una vez más la Ley de la Omnipresencia en la humanidad y en la Tierra, así como lo fue para el antiguo pueblo de Israel que escuchó de cerca la Palabra de Dios, así como lo fue para los profetas que escucharon el Llamado de Dios.

Mi Retorno dejará de ser un misterio para pasar a ser una revelación.

Y hoy, Yo vengo aquí, a las cercanías de Ucrania, a dar este Mensaje; porque, después de ver tanta sangre inocente siendo derramada en ese país, el Señor de Israel se presenta a esa nación y al mundo entero para anunciarles que, en estos grandes tiempos de tribulación, se acerca la hora del Retorno del Hijo de Dios y, así, se cumplirá la promesa que una vez fue hecha en lo alto del Monte de los Olivos.

Porque, en esa hora, todos los sellos del Libro del Apocalipsis ya estarán abiertos, y el séptimo ángel de los Coros de Dios ya habrá hecho sonar la última trompeta, para que el último sello del Libro del Apocalipsis esté abierto.

La gran puerta de Mi Divina e Insondable Misericordia se convertirá en la gran puerta de Mi Gloria y de Mi Gracia para el mundo entero. Porque, Yo reapareceré a pequeños grupos de almas en el mundo entero, así como lo fue en el camino de Emaús, en donde volví a consagrar y a partir el pan para compartir Mi Glorioso Cuerpo con los Míos. De la misma forma lo haré, como en el tiempo anterior, así podrán reconocerme cara a cara y sabrán que Soy Jesús, el Cristo Glorificado, el Sagrado e Insondable Corazón de Jesús.

Yo vengo a dar este Mensaje de esperanza especialmente a Ucrania; para que su pueblo, al que le fue arrebatada su fe y su confianza en Dios, recupere esa esperanza y esa fe en el Padre, recupere la confianza de ser dignos Hijos de Dios, en el Cielo como en la Tierra.

Yo no Me opondré a las armas, Yo Me opondré a Mis enemigos para convertirlos y redimirlos; así como su Maestro y Señor, durante los tres días en el Sepulcro, mientras Su Divino Cuerpo era restaurado y reparado, la Divina Alma de Jesús redimía, en los infiernos más profundos del planeta, a los que estaban condenados y perdidos, a los que ya no veían la Luz con sus propios ojos. De la misma forma, así lo haré, de una forma tal vez desconocida por la mayoría, pero eso se cumplirá, es Mi Palabra.

Será el gran momento de la redención del mundo, cuando por el precio de la Preciosísima Sangre derramada de Jesús, respondiendo a los Comandos de Cristo, los ángeles de Dios volverán a descender a la Tierra, así como lo hicieron en lo alto del Monte Calvario para recoger, con la Divina y Santa Madre, la Sangre de Jesús.

Así, volverán al mundo para derramar la Preciosa Sangre de Jesús en todos los Sagrarios que fueron profanados y ultrajados en el mundo.

Y así, se restablecerá la Luz en la humanidad y todo comenzará a convertirse, no por obra de un milagro, sino por obra del Espíritu Santo que congregará a los 144 000 de los cuatro puntos del planeta, los llamados Hijos de Dios, los que se han sacrificado por Mí a través de los tiempos y de las generaciones para dar testimonio de Mi Palabra y de Mi Sacerdocio, para todos los que estuvieron Conmigo a los pies del Santísimo Sacramento del Altar para adorarme y reconocerme como el Camino, la Verdad y la Vida.

Así, Yo los reuniré a todos como en el principio, así como en el Edén, Dios reunió a Adán, a Eva y a todas las pequeñas criaturas de los Reinos de la Naturaleza para decirles que deberían amar a Dios por sobre todas las cosas para estar bajo Su Ley, Su Amor y Su Luz. Y así, dentro de Sus Leyes, todos fueran felices como los ángeles son felices en el Reino de los Cielos.

Por eso, prepárense y no duerman. No quiero ver a Mis apóstoles dormidos mientras el Señor llega como un Vigía, como el Guardián de los Portales de la Luz, para decirles que la hora ha llegado en la profunda noche del invierno de este mundo, en la que la indiferencia sustituye al amor, en la que el mal intenta sustituir a la paz.

El Señor del Universo bajará del Cielo, así como los ángeles bajan del Cielo para ayudar a las naciones y hoy, en especial, para ayudar al ángel de Ucrania, para que sea ayudado por las oraciones misericordiosas de todos ustedes; a fin de que el martirio, la esclavitud y la guerra sean disipados de este mundo, a fin de que ninguna arma más sea activada para lastimar al semejante. Esta es la gran causa de Mi Presencia en las cercanías de Ucrania.

Así como los ángeles del Cielo están presentes Conmigo en esta tarde que se recoge, así quiero y deseo que estén también sus corazones y no sus emociones; porque Yo quiero a los corazones imperfectos, pero los quiero verdaderos, a los que se arriesgan a buscar la pureza aun estando en este mundo, a los que no le temen a la superación de sí mismos, a los que no retroceden, a los que no dudan, a los que no son tibios.

Yo busco a los corazones definidos, aunque imperfectos. Busco a los que decidan seguirme hasta el final; porque Mi hora ya está contada, compañeros, y el mundo y la humanidad no pueden continuar como están.

¿Quién seguirá, junto a Mí, cargando el madero de la cruz planetaria?

¿Quién dejará de ser negligente, para ser responsable en Cristo y por Cristo?

Cada vez que Yo vengo al mundo, como en este día, debo recordarles estos principios para que no los olviden; porque el voto de su amor por Mí no podrá disolverse por ninguna circunstancia ni por ninguna situación.

Si no reflexionan sobre todas estas cosas, ¿por qué están aquí?

La Luz de Mi Misericordia aún sigue descendiendo al mundo, aunque no se perciba. Pero en algún momento, esa Luz se recogerá para que la humanidad viva por sí misma su propia definición, así como su Maestro, Cristo Jesús, la vivió en el Huerto Getsemaní.

Que esto no se interprete con un abandono. Dios hace de los corazones imperfectos corazones maduros, corazones consecuentes y disponibles, para que algún día sean corazones incondicionales, que tienen claro, en el centro de su ser, el Propósito que vinieron a cumplir.

Mientras las guerras se desarrollan en el mundo, mientras la sangre inocente sigue siendo derramada bajo la impunidad y el falso poder, mientras millones de niños mueren de hambre y de enfermedad en África, ¿quién será capaz de estar en Mí para siempre?, para que Yo pueda estar en él para siempre, y obrar y trabajar sin nada a cambio, así como Yo lo hice muchas veces en muchos santos, mientras Yo lo necesitara.

¿Comprenden así, en lo más profundo, la vida crística, el espejo que Cristo necesita en la Tierra, a través del corazón humano, para poder reflejar Sus aspiraciones y voluntades?

No vengo aquí a perder el tiempo, vengo aquí como un Mensajero de Dios por una emergencia; porque Mi hora se está terminando, Mis Apariciones se estarán recogiendo, porque es la hora de cada uno de ustedes, compañeros.

Yo los acompañaré en espíritu si Me lo permiten, así como acompañé a Mis apóstoles en el gran tiempo de la evangelización.

¡Oh, herida Ucrania! A pesar de estar siendo cercada, no pierdas la luz de tu fe, pilar sagrado de la confianza; porque vendrá el tiempo de la liberación de tu esclavitud, así como el pueblo de Israel fue liberado. El desierto acabará, la oscuridad desaparecerá y llegará el tiempo de la reconstrucción espiritual y física.

Amadas almas de Ucrania, elévense hacia Mí. Ingresen en las entrañas más profundas de Mi Misericordia, que Yo las aliviaré y las fortaleceré en esta difícil hora. Mis Rayos de Luz y Misericordia están sobre ustedes.

¡Levántate Ucrania y no retrocedas!

Yo estoy aquí para curarte. Yo estoy aquí, Ucrania, como tu Paz.


Nunca se olviden de los que sufren la guerra, porque si algún día ustedes lo vivieran, van a querer que alguien se acuerde de ustedes. Cuando el miedo los abrace y la disociación los perturbe, van a clamar por alguien que ore por ustedes.

¿Ahora, comprenden el motivo de Mi Retorno al mundo?

Que esta próxima Maratón de la Divina e Insondable Misericordia sea una Maratón de oración, que les haga sentir en el corazón la necesidad de orar por este mundo y especialmente por los que sufren las guerras y los conflictos.

Una vez más, estaré atento a la voz de sus súplicas, porque lo necesito. Mis Oídos estarán atentos. Mi Corazón estará atento. El Sagrario de Mi Corazón estará expuesto a todos los que oren Conmigo en esta Maratón de oración.

Quiero saciar la sed de los afligidos.

Quiero calmar el llanto de los niños desprotegidos.

Quiero tener en Mis Brazos a los no nacidos.

Quiero levantar del suelo a los ancianos.

Quiero fortalecer la vida de las madres de la guerra y, en especial, a las madres que viven la guerra en sus familias.

Quiero restablecer la unidad en todos los seres.

Soy el Manantial que quita la sed.

Que vengan a Mí los que están desesperanzados.

Que vengan a Mí los que se sienten solos.

Que vengan a Mí los que han pecado, porque Mi Amor es capaz de transformarlo todo. Yo no los juzgaré con una vara, Yo les enseñaré sobre la rectitud de la Ley, Yo les abriré la puerta de Mi Misericordia, así como Yo les abro la puerta de Mi Insondable Misericordia a Ucrania y a las sometidas naciones de África.

Les estaré agradecido si responden a Mi Llamado, en esta especial e inusual Maratón de la Divina Misericordia.

Recuerden que Mi tiempo está terminando y aún la demanda de este mundo es muy grande.

¿Quiénes serán los apóstoles que se perfilarán para acompañar al Señor sin nada a cambio?

Imparto Mi bendición a Ucrania y al mundo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN NERJA, MÁLAGA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 112.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Les hablo a todos al corazón, en esta noche que se recoge, pero que se ilumina por la Presencia del Amor Vivo de Dios.

Los He llamado aquí y han respondido a Mi llamado, y por eso, les agradezco; aunque no comprendan en profundidad lo que esto significa, pero Yo sí sé lo que significa y lo que representará en las próximas etapas del Plan de Rescate de la humanidad, en las próximas tareas que su Maestro y Señor llevará adelante en Israel y, a través de Israel, con todo el Medio Oriente. 

Porque en verdad, Yo les digo, que en esta noche, estando Conmigo y  pudiendo ingresar en Mi Corazón Misericordioso, están volviendo a vivir lo que una vez vivieron Conmigo en el pasado, cuando su Maestro pisó con Sus Pies la superficie de este planeta para predicar, para curar y sanar, para anunciar la Buena Nueva, la que en este tiempo, Yo espero que haga eco más allá de la vida  material del planeta, más allá de toda ignorancia e indiferencia, porque Mi Voz y Mi Palabra hacen eco cuando las almas Me viven y Me sienten, cuando los corazones confían en Mí.

Por eso, en esta noche, Yo estoy aquí con ustedes y con el mundo. Estoy aquí por todos los refugiados y exiliados, por todos los que desaparecieron trágicamente en Turquía y en Siria.

Pero hoy, sí, les aseguro que todas esas almas están siendo contempladas por el Padre Eterno, para que alcancen su camino de liberación; pero también su camino de reconciliación con los Cielos, porque el Padre Eterno escuchó las oraciones de Sus Hijos, de todos aquellos que en este tiempo se disponen a responder a Su Llamado, ante la trágica realidad planetaria.

Una vez más, a través de este océano, que se encuentra ante ustedes, Yo les traigo el reflejo del Gran Espejo del Amor de Dios, del Amor Eterno de la Fuente, de la cual todos ustedes provienen y también todos sus hermanos; la Fuente Suprema e Inmaterial que está siendo olvidada por el mundo, por la indiferencia, por las guerras, por la falta de religiosidad o de toda conexión espiritual.

Por eso, a través de Mi Presencia servicial y de Mi Presencia paternal, Yo vengo a congregar a todas Mis ovejas, a llamarlas por su nombre en los planos internos, porque ya llegó el momento del tiempo final, en el que todos Mis compañeros deberán estar firmes y disponibles, enteros, para sostener Conmigo este momento de gran Armagedón.

Pero no se desesperen ni tampoco se amedrenten, porque si confían en la Misericordia de Mi Corazón, nada les sucederá. Si siguen fielmente Mis preceptos, estarán protegidos de ustedes mismos, y así como lo hice con Mis apóstoles en el Sagrado Cenáculo, en este tiempo Yo les enviaré el Santo Espíritu de Dios para que los guíe y para que los conduzca hacia la concreción y la experiencia de vivir la Divina Voluntad; una Voluntad Suprema que también está siendo olvidada y, en algunos casos, está siendo despreciada por los hombres y mujeres de la Tierra.

Pero cuando Yo retorne, mostraré al mundo entero todo lo que ha dejado de vivir con el Padre Eterno. Porque las señales, que Yo daré, serán concretas y todo lo que se guarda como un tesoro en los planos internos se revelará, para que esas señales rediman al planeta y a la consciencia humana; porque este es el tiempo de que esas señales comiencen a descender al mundo entero, para los que están dormidos y aún no despertaron, para todos los que deben reencontrar el camino de la redención.

Por eso, este es el tiempo de la preparación inmediata. Esta es la hora de darlo todo por el Plan, a fin de que este Plan se concrete en la superficie del planeta, aunque esto comience a suceder en las cosas más pequeñas, o en la transformación y la rehabilitación de sus vidas.

Esto es lo que necesita el Padre Eterno en este tiempo final: que las almas se decidan a ser Su Gran Espejo, que las vidas de Sus Criaturas reflejen Sus Atributos Divinos, ante un mundo que se aleja cada día más de la verdad y pierde el camino hacia el Reino de la Paz, por vivir todo lo que es mezquino e indiferente.    
   
Este es el tiempo de que sus ojos y los ojos de sus hermanos se abran, para que comprendan que, a través de la actual situación planetaria, es necesario un cambio en la consciencia, pero también en la vida material.

Por esa razón, una vez más, Yo estoy aquí, no solo para llevar Conmigo hacia los Cielos a los que han muerto en este Mar Mediterráneo, sino para advertirle al mundo y, sobre todo, a Europa que deberán enmendar todos sus errores y corregir todas sus indiferencias con los que sufren y son sometidos en la esclavitud; porque este planeta, que el Padre Eterno les ha dado, tiene un Propósito Espiritual y Mayor que aún no se ha cumplido.

Por eso, compañeros, es tiempo de enmendar los errores y de vivir el cambio. Es tiempo de que, de una vez y para siempre, entre los pueblos y las razas, entre las naciones y las culturas, se consideren como una única familia espiritual porque, aunque esto parezca lejano para la mayoría, para su Maestro y Señor no lo es.

Por eso, dediquen su vida a una vida de servicio y de oración, no permitan que en este planeta se sigan abriendo puertas inciertas. Que, por medio de sus oraciones y de su acto de entrega y de donación sincera, puedan mantener las puertas de la Misericordia abiertas a la humanidad, porque de lo contrario el mundo se seguirá purificando fuertemente.

Yo solo busco que puedan crecer en sabiduría y entendimiento, porque ya no quiero ver a nadie más sufrir y padecer lo que este mundo hace todos los días, ultrajando las Leyes del universo, apartándose del Amor y de la Verdad, dejando de cumplir la Divina Voluntad.

Por eso, Yo volveré a erguir sobre el éter de este planeta todos los méritos que alcancé a través de Mi Vida Pública, de Mi Dolorosa Pasión, de Mi Muerte y de Mi Resurrección, a través de Mi Presencia en Tierra Santa. Porque no solo el Medio Oriente lo necesita imperiosamente, sino también la humanidad entera lo necesita; ya que, de no hacer esta gran tarea en Israel, la humanidad se encaminaría a un punto sin salida y nadie conseguiría retirarla de ese lugar, ni siquiera los ángeles.

Por eso, deberán seguir orando por esta gran misión a Israel. Los invito a estar Conmigo, de corazón y en esencia, para que puedan acompañar cada paso de su Maestro y Señor durante los días de la Semana Santa.

También les pido que esta Cuaresma preparatoria que están viviendo, la vivan de verdad, con introspección, con profunda reflexión y penitencia, por esta gran indiferencia que vive el mundo y que no consigue ver la Luz de Dios.

Así, terminarán de estar preparados para los tiempos culminantes que llegarán y nada, absolutamente nada, los tomará de sorpresa, porque lo que deban vivir en este tiempo final solo los impulsará a que puedan ser los Nuevos Cristos. Esos Cristos que Mi Padre Eterno espera ver presentes en este planeta, dentro de esta humanidad, convirtiendo a todos a través de la fe y de la oración, del servicio abnegado y simple que borre de una vez y para siempre los estigmas de este planeta, que cierre las heridas aún no cicatrizadas de esta humanidad golpeada por las guerras y por los conflictos, por la desigualdad y también por la locura de lo que ofrecen las modernidades de estos tiempos, llevando a la mayoría a vivir un dios artificial.

Pero no se olviden, compañeros, de que la Sangre que Yo derramé sobre la superficie de esta Tierra tiene un precio, tiene un valor incalculable e inextinguible. Y es a esa Poderosa Sangre a la que deben invocar, aspirar a recibirla espiritualmente para que sus vidas sean sanadas, redimidas y liberadas del error y del pecado y, a través de la poderosa comunión Conmigo, puedan renacer y renovarse.

Por eso, que esta Cuaresma sea una Cuaresma consciente, que los prepare espiritualmente para ingresar en la Semana Santa. Así, Me podrán acompañar, como Yo lo necesito y lo espero, en todo lo que hará su Maestro y Señor en Israel y, a través de Israel, para el mundo entero. Así, sus corazones estarán prontos y en el lugar en donde Yo los quiero tener.

Que en esta noche reciban Mi bendición, así como muchas veces la recibieron Mis apóstoles y en cada lugar que Yo visité, en cada espacio en donde Yo prediqué, en cada corazón en donde hice un milagro en el nombre del Padre Eterno.

Quiero que sus vidas sean un milagro de amor para que este milagro en sus vidas transforme al mundo, muchas más almas alcancen la Gracia de ser merecedoras de ese milagro de amor, así como ustedes lo están viviendo.

Yo los unjo con Mi Luz Espiritual y, en este mes de marzo, los preparo para la Semana Santa. Sepan que marzo será el mes de la gran preparación, como nunca antes sucedió en la historia de la humanidad y en ninguna otra Semana Santa. Así, comprenderán la importancia de todo lo que les estoy diciendo en este momento. Por esa razón, también estoy aquí, para que ese Propósito se cumpla como está escrito y ustedes sean, una vez más, partícipes de la Misericordia de Dios, que tanto necesita la humanidad y el planeta.

Les agradezco, a los que están presentes, por haber trabajado con las almas y las esencias de los refugiados.

En esta próxima Maratón de la Divina Misericordia, deseo que le recen de todo corazón al Sagrado e Insondable Corazón de Jesús por todos los que son descartados y oprimidos, por los desaparecidos en la tierra y en los océanos, por los que no tienen la oportunidad de vivir la esperanza en ellos y en sus familias.

Recen por todo esto y, así, aliviarán Mi Corazón del malvado espíritu de la indiferencia.
Que la Misericordia convierta las miserias.

Que los corazones reciban la paz y que todo pueda ser renovado; así como es renovado en los Cielos, pueda ser renovado en la Tierra; y así como puede ser renovado en la Tierra, todo pueda ser renovado en su mundo interior; porque lo que más deseo en estos tiempos es que sean parte del Reino de los Cielos, así como lo son los ángeles y los bienaventurados.

Me recojo en los corazones que adoran.

Me fortalezco en las almas que oran.

Me renuevo en los corazones que sirven.

Me hago presente en los que comulgan de Mi Cuerpo y de Mi Sangre; y así, establezco la Luz y el Amor de Dios.

Les agradezco por estar Conmigo en esta noche y, a pesar de que sea tarde en este momento, sepan que, en las noches más profundas, era cuando su Maestro y Señor tomaba Sus grandes decisiones, elevando Su Mirada a los Cielos o buscando en el infinito, en el horizonte, la Presencia del Padre Eterno para sentir Su abrazo y Su consuelo; porque Él es Quien nos conforta y nos renueva a través de Su Amor y de Su Verdad.

Les agradezco y una vez más los invito a orar, durante esta Maratón de la Divina Misericordia, por todo lo que les He pedido con la honestidad de Mi Corazón.

Que África, Europa y Medio Oriente sean bendecidos, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL QUINTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Fray Zeferías, el Señor está pidiendo que toques el piano para preparar Su trabajo.

Él, de alguna forma, nos pide que todos nos preparemos en este momento para lo que va a suceder, bien despiertos y concentrados, sosteniendo este canal con Cristo.

 

Que alegría es estar hoy aquí, entre ustedes, para recordar lo que una vez les entregué por la redención de toda la humanidad: la gran llave de Mi Amor, basada en el espíritu de la redención, que Yo vine a vivir en carne propia, para salvar a todo el género humano.

Este será el Don que hoy le pediremos al Espíritu Santo para que, a través de Su Inteligencia Divina, le siga concediendo al mundo la oportunidad de la redención, especialmente para aquellas consciencias que ya están condenadas y que solo el amor de Mis Apóstoles sería capaz de poder salvarlas.

Por eso, hoy encenderemos la Menorah, pidiendo al Espíritu Santo que haga descender en este momento el Don de la Redención, atributo primordial en estos tiempos críticos, porque sin redención no hay rehabilitación y sin rehabilitación las almas no pueden encontrar el Amor de Dios.

La redención es la puerta que se abre para la liberación de las almas, para que se liberen las amarras y las cadenas de los que están oprimidos. Por eso, encenderemos una vez más la Menorah, invocando la intervención divina del Espíritu Santo.   

En el Cenáculo, les enseñé a Mis apóstoles sobre la Ley del Amor, basada en la inconmensurable Piedad del Padre por todas las almas, por todos los espíritus que surgieron de Su Fuente, para recrear esta Creación y bendecirla a través de las experiencias del Amor y del Perdón.

Si el padre caído no hubiera desobedecido, todo este universo local sería parte del Reino Celestial, porque en el Corazón de Dios aún está prevista esa fusión divina entre las dimensiones y los planos de consciencia.

Y en el Cenáculo, en los secretos que reveló Mi Corazón a los apóstoles, no solo les entregué el legado de Mi Amor y les revelé los valores del Sacramento y de la Confesión, y principalmente la importancia de comulgar Conmigo hasta el fin de los días, pero también les fue revelado el importante momento que su Señor viviría después de Su Resurrección. Ese momento, que compartí con Mis apóstoles y hoy comparto con ustedes, fue lo que después sucedería en Mi Ascensión.

¿Qué habría de acontecer entre el Universo Material y el Universo Mental, entre la consciencia humana y la consciencia angélica?

Cuando ascendí a los Cielos, al Universo, Dios, físicamente, Me abrió las puertas de Andrómeda, porque allí, en ese lugar del universo, Él colocó lo que había pensado para este Universo Material. Y eso fue posible a través de la intervención arcangélica, y a través de los Arcángeles por medio de las Jerarquías.

Entonces, piensen por un momento qué significó para los apóstoles recibir esa revelación de lo que verdaderamente sucedería con su Maestro y Señor, por la que deberían celar y velar a través de sus oraciones y oficios, en lo más profundo del silencio del corazón, porque en aquel tiempo no podía ser revelada ni tampoco en los tiempos posteriores. La revelación sobre Mi Ascensión debería ser revelada por Mí mismo, momentos antes de Mi Retorno al mundo.

¿Ahora, comprenden?, como hace más de dos mil años y hasta el presente, todas las almas que Yo congrego forman parte de una historia importantísima para Mí y que, con Mis propias Manos, vengo a retirar los velos de sus consciencias para que puedan ver la realidad, que el propio enemigo se ha encargado de confundir con sus espejismos y dudas.

En sus corazones se guarda una molécula importantísima para Dios, que a través del despertar de las consciencias se revela, y especialmente se muestra cuando los corazones se entregan a vivir la Voluntad de Dios.

A las puertas de este misterio que hoy se devela y que no puede ser comprendido con la mente, sino ser acogido con el corazón, cuando llegué a Andrómeda, Me encontré con Consciencias Sublimes, que en los planos internos Me habían acompañado durante Mi trayectoria en la Tierra, desde Mi Nacimiento hasta Mi Muerte y durante el importante momento de Mi Resurrección.

En esas etapas, esas Consciencias Sublimes estuvieron presentes, porque en Sus Corazones conocen sobre el Plan de Dios. Son nueve Jerarquías del Universo, Mentores de los Gobiernos Celestes, encargados de la evolución espiritual y material de millones de consciencias en esta Creación, así como de otras galaxias o constelaciones.

Con esta revelación, podrán comprender que la vida es infinita y que el fin que le colocan a la vida es a través de la propia mente, porque a las puertas de Andrómeda, esas Consciencias Me estaban esperando para entregarme el próximo paso que Yo daría por ustedes: no solo de ser el Redentor del Mundo, sino de ser el Gobernante del Universo, uniendo a través de Mi Corazón y de Mi Divinidad a todas las consciencias que Me sirven en el Universo Mayor desde sus experiencias y escuelas evolutivas.

Para que el Proyecto Humano no se perdiera, aun con lo que sucede en estos tiempos, lo primero que Dios Me entregó fue la esencia del Propósito de este planeta, así como de otros mundos que, a través de los aprendizajes y de los esfuerzos deberían alcanzarme, a través del Amor Crístico Redentor. Porque no olviden que cada uno guarda, dentro de sí, esa molécula crística que el Padre les entregó, molécula crística que intenta despertar, desde hace mucho tiempo, a través de ustedes.

Pero, ahora que están despiertos y conscientes, ahora que están aprendiendo a escuchar con el corazón; esa molécula se potencializa en cada uno de Mis compañeros para que, a través de las esencias, Yo vuelva a depositar, a través de Mi Retorno, esa esencia del Propósito de este planeta que Dios concibió desde el principio, desde lo que ustedes conocen como el Génesis.

De esa forma, a través del Retorno Glorioso de Cristo y de Su Faz Divina y Ultraterrestre, ese Propósito será reintegrado en todos aquellos que hayan sido consecuentes Conmigo, a través de los tiempos y de las generaciones. 

De esa forma, el código del mal se desvanecerá de la consciencia humana, las fuerzas del caos serán retiradas del planeta para reservatorios que están siendo preparados por los propios Arcángeles. Porque todo merece redención, desde la consciencia más evolucionada hasta la más pequeña partícula que tenga vida en esta Creación, todo forma parte del Proyecto Creador desde los principios. Por eso, deben estar atentos a ese momento, porque no serán avisados.

A través de este encuentro Conmigo, en este día, en el que hacen memoria sobre la Última Cena, es momento de que sus consciencias se amplíen y se expandan. Es momento de que sus sentidos internos despierten y sustituyan a los sentidos externos; porque, de esa forma podrán ver más allá de lo que ven, de esa forma podrán escuchar más de lo que escuchan, de esa forma podrán sentir más de lo que sienten. 

Porque cuando sus moléculas crísticas se unan a Mi Corazón en este trabajo que estoy gestando durante esta Sagrada Semana, les aseguro que no tendrán ninguna duda de dónde estar y qué hacer, porque lo que Yo necesito es algo muy importante que ahora no comprenden.

Cuando el corazón o el alma confía en lo desconocido y se lanza hacia ese océano del conocimiento cósmico, se prepara gradualmente para el gran momento del Retorno de Cristo, como también tiene la oportunidad de ser consciente de sus virtudes y talentos.   

Volviendo a Andrómeda, coloquen sus consciencias en ese lugar y en ese espacio del universo. No piensen que no lo podrán hacer porque, a través de Mí, la Puerta hacia Andrómeda ya está abierta y une los planos superiores con los planos inferiores. 

Quiero que ingresen en el mismo estado de revelación que ingresaron las santas mujeres y Mi Santa Madre, porque eso fue posible a través de la Comunión Espiritual que Ellas vivieron durante el ejercicio de la Última Cena.

Cada vez que reciben la Gracia del Cuerpo de Cristo, cada vez que reciben la Misericordia de la Sangre de Cristo, tengan presente y sean conscientes de su importante molécula crística interior. Es allí en donde ahora deben concentrarse y trabajar, aunque se sigan purificando y redimiendo.

No los quiero tornar gloriosos ni tampoco supervivientes. Los quiero tornar humildes, capaces, abiertos, adheridos y serviciales a todo lo que debe ser construido en el importante preámbulo del Retorno de Cristo, porque Mis Palabras algún día terminarán aquí y no falta mucho tiempo. Cada uno es responsable y consciente en este momento de lo que ha recibido, porque todo lo que Yo les doy y les di no se puede desperdiciar.

Al ingresar en Andrómeda, las Consciencias Sublimes revelaron Sus rayos, porque fueron los primeros que legaron de parte de los Padres Creadores, de los Arcángeles, el Plan que debería gestarse y manifestarse a través de los tiempos. Y cuando existió la gran interferencia y alteración a través del ángel caído, ese Plan tuvo que ser recalculado como está siendo recalculado, segundo a segundo, en estos tiempos definitivos.

Por eso, nunca deben pensar que la Jerarquía cambia de idea. Ahora ya es tiempo de que se den cuenta a través de la madurez espiritual, de que todo lo que plantea y hace la Jerarquía es con el fin de cumplir el Plan de Rescate. Y cuando alguna pieza, es decir alguna consciencia, se mueve de lugar, es desviada o abducida por las consciencias del caos, allí el Plan debe ser recalculado, porque la Divinidad y las Jerarquías Sublimes no solo trabajan por ustedes, sino por el mundo entero.

No pueden olvidar, compañeros, que ya está todo previsto, como estuvo previsto que hoy, los que están aquí, estén aquí. ¿Acaso ya comprendieron lo que eso significa y por qué en este momento escuchan estas cosas que salen de Mi propia Boca, afirmando la Voluntad de Dios para el mundo?

En esta aparente exigencia, existe una preciosa tensión ardiente que forja, en las consciencias terrestres, la elevación para que aprendan, de una vez y para siempre, a no pensar más en sí mismas y que tengan claro y muy presente, en el centro de su ser, el Divino Propósito que está latente, ante ustedes, en los planos internos y que corresponde que lo cumplan y que lo concreten.

Cuando solo se abren para servir, les aseguro que se están abriendo a lo desconocido.

Cuando se abren para amar cada vez más, les aseguro que están ingresando en los grados de Amor.

Cuando se olvidan de ustedes mismos, les aseguro que están bien cerca de Dios; así como muchas consciencias de este planeta lo estuvieron, a través de los santos del Oriente y de los santos de Occidente.

Todo es posible solo cuando la consciencia quiere dar el paso. Y cuando da ese paso, ingresa en una experiencia semejante a la experiencia que Yo viví en Andrómeda y que Me llevó tres ciclos del tiempo material el poder finalizarla; porque no solo Me glorifiqué y Me divinicé a través de la persona humana de Cristo, sino también asumí de una manera más profunda y eterna el compromiso de su salvación.

Ahora, ¿quién estará pronto, así como Yo lo estuve en Andrómeda, para recibir el Propósito sobre la continuación del Plan de Redención de la humanidad y del planeta, en la parte que a cada uno le corresponde vivir y cumplir? 

¿Quién será capaz de ser celador de ese Propósito? 

¿Quién será capaz de amarlo más allá de sí mismo, aunque no lo comprenda o no lo entienda? 

¿Quién será capaz de iluminar su consciencia y sus células a través de los impulsos que Yo les traigo en esta Sagrada Semana?

Porque lo que Yo necesito es muy grande, pero es muy simple. Necesito que se decidan a ser bienaventurados, aunque estén en esta superficie dolorosa y herida; que se animen a dar la vida por Mí, como los apóstoles se animaron durante su apostolado en Tierra Santa y más allá de Tierra Santa; que se animen a ser capaces, como fue la Santa Madre y las santas mujeres, de cruzar toda Europa y llegar a Inglaterra, para fundar la Orden de los Templarios y fortalecer las bases de la energía crística en el planeta a través de los Centros Internos.

¿Quién será capaz de dar continuidad a estos tesoros espirituales, mientras millones de almas en el mundo están absolutamente distraídas y desconectadas?

Les pido que recen por los que aún deben despertar. Y que ustedes puedan seguir despertando y no crean que ya están despiertos, porque si verdaderamente estuvieran despiertos, algunas cosas ya no les sucederían.

Pero los invito nuevamente a confiar en Mi Amor Redentor, para que aprendan a confiar en Mi Amor Cósmico, que está latente en el Corazón de Andrómeda entre todas las Jerarquías. Porque, así como hoy jueves, celebro este momento con ustedes, y celebraré con ustedes este momento de consagración por un motivo mayor e inexplicable; de la misma forma, cientos de Jerarquías en este momento están reunidas en torno al Hijo de Dios, delante de la Faz del Señor del Mundo, de la Divinidad de Cristo y de Su aspecto ultraterrestre que hoy se presenta a todos como el Ángel Solar.

Yo les pido ahora que piensen: ¿cómo es posible que un ser humano, que encarnó entre ustedes, enseñó, predicó, redimió y dio la vida por un motivo mayor, cómo fue capaz de convertirse, después de Su Ascensión, en un Ángel Solar?

Deben contemplar esto en lo más profundo del corazón, sin buscar una respuesta inmediata. Los pasos de la evolución y de la expansión de la consciencia son regidos por la Ley del Amor. Es allí en donde comienza su expansión y elevación.

Cuanto más amen, más crecerán, y su soberbia se disolverá. Ya no querrán vivir el poder personal, porque el Amor Mayor los llevará a vivir la Voluntad Suprema a través del compromiso y de la responsabilidad por medio de los linajes, llamados virtudes y talentos, que Yo les entregué a cada uno de ustedes.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

A través del portal que está abierto detrás de Cristo, en este momento, el Señor nos hace contemplar Andrómeda y todas las estrellas en torno a ese lugar, así como todos los soles y todas las Consciencias Sublimes que, en este momento, están en comunión con todos los corazones abiertos.

Él nos pide que contemplemos Andrómeda en nuestro mundo interior y que veamos dentro de nosotros nuestro universo interior. Contemplemos, por un momento, escuchando la melodía que está siendo ofrecida. Y vaciémonos en el Todo.

Bajo esta poderosa energía que nos abraza y, a través de esta actitud reverente y devocional, vamos a proceder, en la Presencia de Cristo, a la consagración de los nuevos sacerdotes.

Les pedimos que nos mantengamos concentrados y unidos a este importante momento que Cristo está realizando.

Pedimos a las Madres que se aproximen al palco, a los pies de este escenario, y que cada una lleve consigo una vela.

Por favor, tráiganme una vela, aquí.

No nos desconectemos.

Contemplemos Andrómeda en nuestro mundo interior, bebamos de esta Fuente que Cristo nos está ofreciendo conscientemente y así, acompañemos esta ceremonia en reverencia y devoción.

  

Hijos Míos, que hoy se consagrarán, ante la autoridad que les entregaré a partir de este momento, a pedido de la Santísima Madre y respondiendo a Sus súplicas amorosas y eternas; en primer lugar, Dios les conceda la protección maternal, no solo divina, sino también terrestre a través de estas Madres consagradas al Esposo Celestial y que están enteramente disponibles para sostenerlos, escucharlos y consolarlos.

Este paso que hoy darán no será algo personal, sino será algo planetario para que, a través de estos apóstoles que Yo estoy consagrando en estos tiempos de oscuridad, reconstruyan Mi ultrajada Iglesia y, en especial, reparen las ofensas que Me han cometido millones de sacerdotes en el mundo.

Por esta razón, las nueve Consciencias Sublimes del universo, los Mayores Sacerdotes del universo, hoy acompañan este momento solemne, divino y reverente, a fin de que se reconstruya y se restituya el linaje espiritual del sacerdocio, que Yo establecí hace dos mil años en este mundo.

Y que, a través de la Piadosa Madre, del Espíritu Santo, la Madre de las almas consagradas, que ha suplicado incansablemente para que la vida sacerdotal no se pierda, hoy delante de todos y en especial de todos los sacerdotes del planeta, les confío por medio de la Luz del Espíritu Santo, que sean guardianes y celadores del Sagrado Oficio que enseñé a los apóstoles y que Mis apóstoles enseñaron a través de los tiempos, para que se uniera el Cielo y la Tierra en perfecta armonía y redención.

 

Cristo le dice a cada uno de los que se consagran:

Que el Santo Espíritu de Dios ilumine tus pasos en este día.

 

Cristo se dirige a uno de los nuevos sacerdotes:

El Señor te consagra hoy como fray Juan Evangelista, en honor al apóstol que amó la Cruz hasta el último momento, el apóstol que consoló al Señor en Sus horas más difíciles y que junto a la Madre Celeste y a María Magdalena, como también a José de Arimatea, no dejaron solo al Señor, porque padecieron con Él hasta el último minuto de Su expiración. Bienvenido, fray Juan Evangelista, que el Espíritu Santo ilumine este día.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Pueden hacer su oferta delante de Cristo.

Incienso.

 

“Señor, Padre Amado, 
Tú que purificas, a través de Tu Amor,
 todo lo que tocas y contemplas,
hoy purifica la consciencia humana de su condición inferior,
para que se eleve ante Ti,
como en este momento Tu Hijo está ante Tu Trono,
a fin de que estas consciencias Te alaben y Te glorifiquen,
así como lo hacen los ángeles del Cielo.

Adonai, 
a través de este incienso ofertado
en el Templo de Tu Corazón,
bendice a todos”.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Agua bendita.

 

“Señor, Emmanuel, 
antes de crear a Tus hijos,
pensaste en cuidarlos y amarlos
como un amoroso Padre y les concediste el agua
para que, a través de ella,
aprendieran a saciar su sed. 

Que Tus Gracias y Misericordias
fluyan como un manantial, en este momento,
sobre todos los espacios oscuros del planeta,
y que en la unión predilecta
de las almas que están aquí presentes,
esta bendición restablezca la paz en la humanidad.

Amén”.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

La Virgen María está presente en este momento, como la Madre de todas las madres y de todos los sacerdotes.

Podemos traer aquí las estolas para que el Señor las bendiga con el agua bendita.

 

Que, a través de este símbolo sacerdotal, el alma de los sacerdotes sea un puente de Luz entre el Infinito y el planeta para que, en su sacrificada entrega, las almas más necesitadas del Amor de Dios lleguen a Su Corazón. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

El aceite para bendecir.

Pueden destapar el aceite. Pueden elevarlo.

 

Con amor, Mis esposas de Jerusalén ungieron Mi Cabeza y Mis Pies antes de la Pasión.

Con amor, Mis esposas de Jerusalén ungieron el Cuerpo herido del Cristo crucificado.

Con amor, Mis esposas de Jerusalén ungieron la Resurrección de Cristo a través de su confianza en Mí.

Que hoy los que serán ungidos, siempre unjan a los que lo necesiten, porque en la poderosa Unción de la Cruz está su liberación. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ahora, en este momento, vamos a llamar a las siguientes Madres para que se coloquen detrás de los hermanos que se están consagrando:

Madre María Fidelia detrás de fray Paulo Mateus, Madre María Shimani detrás del fray Juan Evangelista, Madre María Getsemaní detrás de fray Shemaya, Madre María del Salvador detrás de fray Nazareno.

Ahora, las Madres que están detrás de los hijos espirituales, van a entregarles la vela a los hermanos, delante de ellos, y pueden hacer, antes de entregar la vela, un ofrecimiento interno a Cristo.

 

Fray Elías pronuncia la Oración para pedir Sabiduría Divina para los consagrados.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Ahora, delante del Señor, los hermanos harán su acto de consagración sacerdotal.
 

Los nuevos sacerdotes pronuncian la oración indicada.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

De esta forma, aún delante del Corazón de Jesús, que contemplen la inmensidad de Su Obra de Amor y Misericordia.

Invitamos a todos los presentes a revivir juntos la Última Cena.

 

“Padre Celestial, 
que estas alianzas representen
la unión perpetua de las almas
con Tu Divino y Glorioso Corazón,
a fin de que siempre se establezca
 la unidad perfecta entre el Cielo y la Tierra”.

 

Así como a los apóstoles les ofrecí el compromiso eterno Conmigo en el Sagrado Cenáculo, hoy les ofrezco a ustedes, Mis nuevos apóstoles, ese mismo compromiso con Mi Corazón.

 

Los sacerdotes pronuncian la Oración de purificación del sacerdote antes de celebrar la Eucaristía.

 

Como en aquella noche cuando Me reuní con Mis apóstoles, hoy, en solemnidad, Me reúno con ustedes para restablecer la unión entre el Cielo y la Tierra, entre las almas y Dios.

Por eso, con un Amor desconocido por cada uno de los Míos, Yo vuelvo a tomar el pan y a ofrecérselo al Padre para que sea convertido en Mi Glorioso Cuerpo. De la misma forma lo vuelvo a partir, y ofreciéndolo a todos, les digo: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que fue entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Reverenciamos el Cuerpo Vivo de Cristo.

 

Enseguida, tomé el Cáliz entre Mis Manos y, ofreciéndome aún más al Padre en sacrificio y amor por cada uno de Mis compañeros, le solicité que el vino fuera transubstanciado en Mi Preciosa Sangre. Enseguida, lo pasé a Mis compañeros como hoy se lo paso a ustedes, diciéndoles: “Toman y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la Nueva y Eterna Alianza, que fue derramada por su Redentor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en Mi memoria, porque Yo ya estoy retornando”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.

 

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Reverenciamos la Preciosa Sangre del Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo y nos da la paz.

 

He aquí el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Felices y bienaventurados los que se vuelven a servir de este poderoso Sacramento, porque siempre les prometo Mi Amor, Mi consuelo y Mi Paz.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Unidos al Sagrado Corazón de Jesús, presente e insondable en este momento, terminemos de ofrecer estos elementos transubstanciados, en honor y gloria a nuestro Redentor, para que Su Amor y Su Misericordia se establezcan en el planeta.

Terminaremos esta consagración cantando el Padre Nuestro en arameo, junto a los ángeles de Nuestro Señor.

 

Canción: “Padre Nuestro” en arameo.

 

Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra.

En unión a nuestro Maestro y a través de un gesto de reverencia, saludamos a nuestros hermanos, dándoles la paz.

 

Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.

 

Y anunciamos, en este momento, a pedido de Nuestro Señor Jesucristo, la Comunión Espiritual, en esta importante celebración de la memoria de la Última Cena, para que estos ejercicios se perpetúen a través de los tiempos y congreguen a muchas, pero muchas más almas, a través del Amor de Nuestro Señor.

Hoy, Nuestro Señor nos pide comulgar por los no redimidos.

Todos recibiendo la molécula crística del Señor. 

Todos contemplando, en esta Comunión, el Sagrado Corazón de Jesús y expandiendo la Luz de ese Corazón al mundo entero y a las almas, a través de esta alianza con la Comunión de Cristo; irradiando esta Luz a todos nuestros seres queridos, hermanos y conocidos; a nuestras familias, amigos y compañeros; todos recibiendo la Luz del Sagrado Corazón de Jesús que Él emana en estos momentos para todos.

Coloquemos en el Corazón de Jesús a todos nuestros seres queridos y al planeta, afirmando esa unión con Cristo; todos siendo aliviados y consolados por el Sagrado Corazón de Jesús presente en este momento.

Sintamos ese mismo abrazo que Él les dio a Sus apóstoles en la Última Cena. Y adoremos al Rey del Universo a través de esta Eucaristía.

 

Santísima Trinidad, 
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente y os ofrezco
el preciosísimo Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido.
Y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.

 

Ahora, Yo Me puedo ir en paz, porque este momento está consumado, entregándoles internamente los primeros impulsos de Mi Retorno físico al mundo.

Los bendigo y le otorgo la paz al mundo, y especialmente a los que sufren.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN LA ASOCIACIÓN MARÍA, CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy, vengo aquí, a este Mi cenáculo predilecto, al gran oratorio de la Madre de Dios.

Hoy, vengo extraordinariamente porque quiero estar cerca de ustedes y con cada una de sus almas, preparándolos para ingresar al desierto que hoy Mi Mano les indica; a este desierto espiritual de la humanidad, que muchos no quieren atravesar porque se olvidan de que Yo estoy en el desierto, cuando tan solo Me buscan y Me llaman.

En este preámbulo de la próxima Sagrada Semana, vendré inesperadamente, durante esta semana, sin avisarles, para que sus corazones estén prontos, tal como estuvieron los apóstoles junto a Mi Madre en el Cenáculo, después de la Resurrección de su Señor.

Yo quisiera poder encontrarlos, Yo quisiera poder sentirlos y contemplarlos, así como a los apóstoles cuando estuvieron junto a Mi Madre Celeste en la Reaparición de Cristo, días antes de Mi Ascensión a los Cielos.

También vengo a aliviar sus corazones y sus espíritus, a quitarles el peso de la cruz que les han colocado en sus espaldas; pero Yo los animo y los invito a seguir cargando esa cruz, no solo por ustedes, sino por la gran necesidad de Amor en esta humanidad y en este planeta.

Vengo con este Mensaje para que todos se preparen internamente para la próxima Sagrada Semana; y Mi Corazón, con gozo y predilección, ha escogido este lugar bendecido por Mi Madre Celeste, para anunciar, una vez más, la Palabra de Dios, para que los corazones, al ingresar a este desierto que Yo los invito a cruzar en esta semana, puedan volver a encontrar a Dios y, delante de Él, estar en silencio, en sintonía y en amor por todo lo que es necesario y urgente reparar en esta humanidad y en este planeta; porque la guerra sigue aconteciendo, las almas siguen sufriendo; el temor, la impunidad y el miedo siguen siendo establecidos en los pueblos y en las naciones.

Yo los preparo en este desierto, así como su Maestro y Señor se preparó durante cuarenta días para aceptar el Cáliz que el Padre le ofreció y que hoy Yo les ofrezco, en Mi Nombre, para que lo beban sin temor alguno; porque Mi Sangre Preciosa viene a purificarlos, viene a bendecirlos y a reconsagrarlos para las próximas etapas del Plan del Redentor.

Que no pese más en ustedes la agonía de no poder alcanzarme ni sentirme. Yo estoy aquí, como el Sagrado Corazón de Jesús, para recordarles que tienen parte Conmigo en este momento, porque Mi aspiración es que sean Mis apóstoles del fin de los tiempos.

Que este desierto, que hoy los invito a cruzar con coraje y valentía, los fortalezca. Que este desierto que los invito a atravesar, con amor y con fe, los haga crecer interiormente para todo lo que llegará; porque ante el Padre Celestial necesito de almas que justifiquen los errores del mundo y los graves pecados que ultrajan el Corazón de Dios en estos tiempos.

Adórenme en el Divino Sacramento del Altar durante estos días. Que su vigilia en la Adoración se amplíe y se fortalezca, para que el Reino de los Cielos descienda a la Tierra no solo durante la próxima Sagrada Semana, sino también en esta semana preparatoria que con gozo y júbilo vengo a compartir con ustedes de forma extraordinaria, y Nuestro Señor, el Padre Celestial, ha decidido que esta casa bendita y consagrada al Corazón de Mi Madre sea el lugar, el cenáculo y el oratorio para que estos encuentros sucedan, estos encuentros inesperados.

Recuerden a sus Ángeles de la Guarda, ellos están sedientos de sus ofertas al Corazón de Dios, de sus ofertas por la humanidad y por el planeta, para que el Amor, la Paz y la Luz no desaparezcan de la superficie de la Tierra.

Yo los entiendo y también los comprendo, son tiempos desconocidos y difíciles, y a veces sienten que no pueden soportarlos. Pero tengan fe, Yo morí por ustedes para que ustedes pudieran tener vida en Mí.

Los bendigo y les agradezco por acogerme en este lugar, por la simplicidad en cada detalle, por la oferta sincera de los corazones que confían en Mí.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL SAGRADO LLAMADO 

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

De Mi Corazón, emito el Silencio de Dios para el mundo, el Silencio que habla sobre muchas cosas, el Silencio de Dios que les trae muchas reflexiones a Sus hijos.

He aquí el Silencio de Dios que viene a llamar a la humanidad hacia su quietud interior para abandonar los ruidos de este mundo, para escuchar en el silencio del corazón la Palabra de Dios que emite el poder de Su energía superior que todo lo transforma.

He aquí el Silencio de Dios, a través del Hijo Primogénito que hoy llega a este mundo, una vez más, a rescatar a las almas perdidas, a retirar las cadenas de la opresión de muchos compañeros Míos que espiritualmente son prisioneros del mal. Pero, Yo les abro la puerta al Silencio de Dios, porque es allí en donde se liberarán.

El mal no conoce el silencio, porque el silencio los llevará a la unidad interna, y en la unidad interna se fortalecerán para enfrentar la batalla de estos tiempos, para que tengan el coraje suficiente y la valentía suficiente a fin de hacer frente a esta realidad planetaria.

El Silencio de Dios es inmutable. A través del Corazón de Su amadísimo Hijo, Él le trae al mundo un Mensaje de Paz, pero también un Mensaje de reflexión para que la mayoría de Sus criaturas no pierda el sentido del Divino Propósito y perciba que este planeta está agonizando por la humanidad, por todo lo que le hace la humanidad día a día.

El Silencio de Dios, a través de Mi Corazón Misericordioso, viene a anunciarles, por última vez, que se arrepientan de corazón, que hagan penitencia, que ya no transgredan las leyes de la naturaleza porque ningún ser sobre la superficie de este planeta las conoce.

El Silencio de Dios, a través de Mi Corazón Glorificado, viene a decirles que no desafíen las Leyes y tampoco desafíen los tiempos, porque nadie sabe lo que llegará mañana.

A través de Mi Corazón, el Silencio de Dios le habla a cada mundo interno, porque el tiempo más culminante está llegando. La pandemia y la situación climática de este planeta son el preámbulo del fin de los tiempos, la última parte del Armagedón.

La puerta del Apocalipsis ya está muy abierta y, como ustedes no saben lo que es el Apocalipsis, Yo los invito a no desafiar al Apocalipsis, a no degenerar el Apocalipsis con las malas acciones de los hombres y mujeres de la Tierra; porque el sufrimiento, en este mundo, se ha multiplicado a través de los tiempos y aún existen consciencias sobre la superficie de este planeta que disfrutan del sufrimiento del otro.

Yo les pregunto, a través del Silencio de Dios: 

¿Dónde está la sensibilidad y la dignidad humana? No les hablo de nada espiritual, sino de algo profundamente cercano a ustedes.

¿Dónde está la fraternidad humana?

¿Dónde está el amor humano que, a pesar de ser imperfecto, nunca sería capaz de hacer el mal?

Todo lo que hoy enfrenta el mundo, el universo también lo enfrenta con ustedes; el Sol Central de la galaxia, cada vez más, emite rayos poderosos y transformadores en los tres planos de consciencias.

Como no conocen las corrientes poderosas del universo, el Silencio de Dios también les habla y les dice que no desafíen esas corrientes, que no se opongan a esas corrientes, pero infelizmente sé que aún muchos las desafiarán.

Yo vengo, en este momento, como la gran amnistía espiritual para sus vidas, y amplío aún más Mi oferta en este universo y en esta Creación para que no solo los méritos de Mi Pasión los ayuden, sino que los méritos de Mi Ascensión y de Mi Gobierno Espiritual justifiquen, ante el universo y la Ley, todos sus errores. Porque el ser humano no solo es un ser de errores, eso es una ilusión, el ser humano no conoce su universo interior porque lo desmiente completamente. 

El universo interior es algo que Dios les entregó con mucho Amor. Ese universo interior es el Templo de Dios, es Su sagrado Tabernáculo, en donde la Santísima Trinidad puede estar presente en sus vidas. Pero parece que todo lo que les damos no es suficiente, y sé que esto no le corresponde a la mayoría, pero sí le corresponde a toda la humanidad. Por esa razón, a través de los tiempos y de todas las generaciones, hubo grandes santos y consciencias entregadas a Mí, que no solo justificaron sus propios pecados, sino los pecados del mundo.

¿Quién más se ofrecerá a Mi Corazón y al Corazón de Dios para ser víctima del Amor del universo? Esto no es nada poético ni místico. Esto es un paso de la consciencia de quien se arriesga a vivir en Cristo y por Cristo; de quien, a pesar de sus miserias, errores o pecados, se vuelve a levantar todos los días para comenzar de nuevo, como si nada hubiera pasado.

Ese es el Cristo que se consagra a Mí. Esa es la consciencia que se cristifica por Mí, no solo donándose por el otro, sino también viviendo por el otro, sirviendo por el otro, como entregándose por los Reinos de la Naturaleza; porque no solo el ser humano necesita de amor, los Reinos de la Naturaleza también necesitan de amor y de redención.

Con este panorama mundial que hoy se le presenta al Silencio de Dios, Yo los invito a reflexionar sobre todas estas enseñanzas. Del principio al fin, los invito a meditar sobre este Mensaje, porque Mis Palabras se están acabando y el universo se prepara para Mi Retorno, un Retorno desconocido para el hombre de superficie porque solo Dios sabe cómo Yo retornaré y Mi Madre Celestial, que es su Madre desde el momento de la Cruz, es la Guardiana de Mi Retorno a la humanidad. Ella es la celadora de los secretos de Mi Corazón.

Por eso, Mi Madre, que es su Madre, siempre les pide que oren para que Mis secretos, que son Mis Profecías, no se cumplan, sino que se cumplan solamente las grandes promesas de Mi Corazón para cada uno de ustedes, para cada uno de sus hermanos.

Como la luz del sol que hoy los alumbra, así vengo del universo. Así, traigo Mi Gobierno Espiritual, desde el corazón de este universo llamado Andrómeda, morada predilecta de la Divinidad Suprema, para guiar, acompañar y regir a todo Su universo material.

Yo vengo desde Andrómeda, ese es el lugar que Dios Me ha dado después de Mi Ascensión, porque estar a la derecha de Dios sentado en Su Trono, cerca de Su Corazón, es estar cumpliendo Su Voluntad, como Su Hijo la cumplió desde el principio de su Nacimiento en la Tierra.

Por eso, vengo a decirles a todos Mis compañeros y compañeras, a todas las almas que se postulan para ser víctimas de Mi Amor en algún momento de la vida, que sigan adelante, que sean valientes, perseverantes y determinadas, que sus corazones nunca se enfríen, pero tampoco que sus corazones se entibien, que sus corazones sientan el fuego de Mi Amor para poder renovar a esta Tierra herida y ultrajada, para poder curar a esta humanidad enferma y perdida por falta de dirección espiritual.

Pero Yo reaparezco en este tiempo para traerle al mundo el Mensaje de preparación de Mi Retorno; pero también vengo a traerle, a través del Silencio de Dios, el Mensaje de advertencia a la humanidad, porque aún están abiertas las puertas de Mi Misericordia y las almas aún se siguen sumergiendo a través de las puertas de los abismos.

Hijos, no se dejen arrastrar ni empujar por el mal, pero no lo desafíen. Que cada golpe que reciben sea un acto de resignación y de una profunda renuncia por aquellos que aún flagelan Mi Corazón; especialmente por los sacerdotes de la Iglesia Católica que son la vergüenza del mundo entero, porque les he confiado Mis rebaños, los más inocentes y pequeños rebaños que, por los acontecimientos vividos en este tiempo dentro de la Iglesia, les han hecho perder la posibilidad de la cristificación de los más pequeños, a través de los tiempos.

¿Quién hará algo para que esto se revierta? ¿Quién será capaz de superar la indignación y la injusticia para comprender a los pecadores, así como Yo los comprendo y los amo? Deben saber, compañeros, que están en el tiempo de vivir grandes osadías, para que Mi Amor triunfe en este planeta.

Pero Yo no los invito a ser inconscientes ni tampoco a que les falte el discernimiento, porque Mi vara mide cada pecado, pero Mi Corazón y, sobre todo, Mi Misericordia todo lo transforma y lo cura en el corazón que se arrepiente ante Mí. Así, podrán comprender cómo el pecado se disuelve delante del Amor y cómo el Amor lleva a la consciencia a recapacitar y a rehacer su vida a pesar de lo que haya sucedido.

Quisiera hablarles mucho más tiempo, pero sé que sus mundos internos y consciencias necesitan de tiempo para poder comprender Mis Palabras y, sobre todo, poder captar la vibración de Mi Mensaje; porque Yo no vengo para ser un juez, Yo vengo aquí para ser su Salvador y Redentor, porque recuerden que di Mi Vida por ustedes hasta la Cruz, hasta el último momento de Mi expiración.

Cada segundo de Mi Pasión fue ofrecido por ustedes, por la humanidad; por eso, a los fieles devotos de Mi Sagrado Corazón los invito a invocar el poder de Mi Sangre.

Los invito a rezar todas las oraciones que atraigan al mundo la poderosa Sangre de Jesús, para que los códigos crísticos de Mi Consciencia universal ingresen en las células enfermas de la humanidad y todo pueda ser revertido. Coloquen su esperanza y su fe en el poder de Mi Sangre, pero no esperen resultados. 

Ofrezcan de forma resignada cada momento de oración y permitan que Yo coloque los frutos de la oración del corazón donde sea más necesario y para quienes más los necesiten.

Pero como sé que ustedes reconocen la situación planetaria y todas las agresiones que está viviendo el mundo, Yo los invito a renovar la fe y sobre todo su confianza en Mí.

Les pido que no hagan lo mismo que hicieron los apóstoles, que por falta de fe y de confianza Mi enemigo los cercó, el miedo los abrazó y dudaron de Cristo, dejándolo solo y colgado en la Cruz.

Sean como las santas mujeres que trascendieron todas las situaciones y dificultades, sean como las primeras auxiliadoras de Cristo en la Tierra que no dudaron nunca, que no tuvieron miedo de enfrentar cualquier adversidad para poder estar cerca del Señor y curarlo con sus besos de amor; porque fueron sus besos de amor, el amor de las santas mujeres que, al segundo día de haber estado en el sepulcro, cerraron las Llagas del Señor. Este es un misterio que hoy les revelo, el simple pero verdadero misterio del amor que se entrega en fe a los Pies del Señor.

Hoy vuelvo a recibir en Mi Corazón todas las plegarias e intenciones.

Sé que cada uno de ustedes, pero también sus familias, seres queridos, amigos, compañeros y naciones enfrentan el fin de estos tiempos; un tiempo muy desconocido para todos, un tiempo que muchos no saben ni cómo atravesarlo. Pero no teman, porque la victoria de Mi Reino se aproxima y la Nueva Tierra nacerá en los corazones que creyeron en Mí.

A todos los que Me escuchan, que sepan que conozco sus intenciones, sus pedidos y hasta sus ruegos; sean pacientes y perseveren. Mi sacerdocio espiritual los bendice e ilumina sus pasos para que puedan atravesar las tinieblas de estos tiempos con la confianza absoluta de que Yo estoy retornando.

Por eso, necesito vivir en sus corazones, necesito estar presente en muchos corazones más, así como estuve en el corazón de Mis apóstoles y de las santas mujeres.

Hoy les vuelvo a dar el Mandamiento que les di a Mis apóstoles y a las santas mujeres: “Perdónense y reconcíliense, ámense los unos a los otros como Yo los he amado y hoy los amo; porque en el Amor del Todopoderoso todo lo superarán, pero cuando salgan de ese Amor demorarán mucho para poder resolverlo, sean pacientes en el Amor y todo se curara”.

A continuación, les dejaré la mayor experiencia de Mi Amor por ustedes, por medio de la Comunión Espiritual, y recuerden que en el Sacramento del Altar está su redención y su renovación para toda la vida.

El Hijo del Padre ahora se recoge en el Silencio de Dios, para que muchos más puedan entrar en el Silencio del Padre.

Los absuelvo, pero también los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 83.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Los que en el pasado anunciaron la llegada del Mesías, son los que hoy anuncian Mi Retorno al mundo.

Las últimas Escrituras se están cumpliendo y esto va más allá del entendimiento humano.

Mi Iglesia Celestial se prepara para descender, con toda su gloria, en el mes de agosto; un último momento culminante para la humanidad.

Hoy, las bóvedas de Mi Iglesia y las altas torres de la Sagrada Catedral de Dios se comienzan a construir en este lugar para poder ayudar a todo el mundo, desde este Centro de Amor.

A través de sus oraciones, sus almas se preparan conscientemente para participar del descenso de la Iglesia Celestial, que vendrá como la Nueva Jerusalén, con el poder de todos los Cielos, con la gloria de todo el universo.

La sagrada Iglesia Celestial, en su aspecto inmaterial, tocará por algunos días la Tierra y, en los mundos internos, ella resonará y llamará a los últimos, que se autoconvocarán para estar presentes en Mi Retorno.

Israel volverá a tener una oportunidad, y aquel antiguo pueblo que caminó en el desierto ya no buscará la Tierra Prometida, porque ella está dentro de cada uno de ustedes, en lo que verdaderamente son y no en lo que aparentan.

Hoy, las primeras bóvedas de Mi Iglesia Celestial son construidas por los ángeles del universo y, por orden de los arcángeles, ellos también llaman a las almas que se servirán de este precioso y último impulso que emergerá de Mi Sagrado Corazón.

Sientan la llegada de Mi Iglesia Celestial y la revelación de sus tesoros sagrados, los que están guardados en el Arca de la Santa Alianza. Ellos ya no estarán lejos de las almas, sino que serán parte de las almas que, a través de los últimos tiempos, confiaron en Mi Palabra y en Mi Presencia.

El Cuerpo Místico de Cristo se fortalecerá después de esta última escuela que fue vivida a través de estos últimos años, en los que sus consciencias fueron partícipes de Mis Gracias y de Mis Misericordias.

La Iglesia Celestial, que descenderá en el mes de agosto, sacramentará a los últimos autoconvocados. Serán los que, junto a ustedes, construirán la unidad y la hermandad tan esperada por el mundo. Y será tan fuerte este impulso que las otras religiones lo sentirán, aun los ateos y los no creyentes.

En el descenso de Mi Iglesia Celestial, las últimas puertas de la salvación se abrirán y las almas serán llamadas para reunirse y congregarse en el centro de Mi Altar, en donde la Santísima Trinidad está presente, en unión con todos los seres de buena voluntad.

Es allí en donde las almas comprenderán lo que es Mi Iglesia, la Iglesia que Yo construí hace dos mil años atrás en el corazón de los que creyeron en el Mesías.

Colocaré Mi Piedra Fundamental sobre ustedes y de las tinieblas liberaré al mal, y Mi Iglesia se erguirá a través de los corazones valientes, de los pacificadores, de todos los que se unen a Mí en la verdad y en la transparencia. Y de sus almas, cuando estén dentro de Mi Iglesia Celestial, emergerán sus dones, conocerán sus talentos y Me los ofrecerán ante la Gloria del Padre y del Espíritu Santo.

La Iglesia Celestial descenderá en el mes de agosto y llegará a todos los hogares del mundo. Preparen sus casas, anuncien a sus familias que la Gracia de Mi Iglesia Celestial atravesará sus corazones y colmará sus almas en Mis últimos impulsos de Amor y de Redención.

Pero ya algunas almas se encuentran ante las puertas de Mi Iglesia construyendo, junto con los ángeles, las sagradas formas geométricas de Mi Iglesia Espiritual; porque todo será ofrecido, no solo la construcción de Mi Iglesia en el corazón de los hombres, sino también el esfuerzo de los que colocarán sus manos en donación, durante el día y la noche, para construir Mi Iglesia en la humanidad.

Y los arcángeles escribirán este momento, y las ofrendas de las almas puras, aunque imperfectas, se ofrecerán en el Altar Mayor de Mi Corazón, en donde la llama de la fe es flameante y eterna.

Y así será colocada el Arca de la Santa Alianza sobre el Altar Mayor de Mi Iglesia Celestial, y las sagradas reliquias de la Pasión de Cristo podrán estar entre las manos de los que siempre aspiraron a tenerlas para amar aún más Mi sacrificio y Mi entrega, para amar cada partícula de Mi Sangre y de Mi Agua, por la redención del planeta.

“Oh, sagrada Iglesia Celestial que desciendes sobre la Nueva Jerusalén, que tus puertas se abran, que los abismos se cierren, que los ángeles llamen con sus trompetas a los que se autoconvocaron para servirte y para adorarte, a través del Padre Celestial. Que los signos de tu presencia sean escuchados en los mundos internos, que los impulsos de tu Gracia sean derramados como una inagotable fuente sobre los que claman por alivio y por cura.

Oh, sagrada Iglesia Celestial revela tus sagradas formas, tus preciosos símbolos, para que las almas reconozcan que siempre has estado allí, en el universo, a la espera de los que aspiran a ingresar en ti, para estar en adoración y en oración por el Amor de Cristo”.

Antes del último y gran momento, la humanidad tomará consciencia de lo que Yo vine a hacer en el mundo, en este tiempo final.

Que los testimonios de sus vidas sigan siendo escritos por la humilde Mano de Dios, para que Su Amor se multiplique en el mundo y las almas encuentren la paz de pertenecer al Reino de Dios.

Que sus vidas sean los primeros pilares para la construcción de Mi Iglesia Celestial en el mes de agosto.

Que su compromiso y fidelidad sean la gran bóveda que expresará la belleza del arte de la Creación y que, al fin, sus corazones sean el gran ofertorio del Altar, para que el precio de la Sangre de Cristo, que fue derramada en el mundo, sea justificado y reconocido por su transformación.

Que sus Ángeles de la Guarda acompañen silenciosamente este momento y los guíen para el gran encuentro con Mi Iglesia Celestial en el mes de agosto.

Hermana Amerisa, Nuestro Señor la llama aquí.

“Hoy quiero anunciarte, por los méritos de tu amor y de tu esfuerzo a Mi Sagrado Corazón, en agradecimiento por el descenso de Mi Iglesia Celestial en este plano material, por todos los momentos que has vivido y que he acompañado de cerca desde el momento de tu consagración, quiero decirte, dulce hija Mía, que tu madre está Conmigo en el Cielo y que, al igual que muchas madres que sufren silenciosamente en este mundo, ella reza por ellas para que también alcancen la Gracia de la Bienaventuranza.

Por los méritos del sufrimiento de tu madre, ella ha entrado a Mi Iglesia Celestial, y junto a los santos se ha coronado como bienaventurada.

Hoy dejo este testimonio para el mundo, para que sepan que Mis Palabras son verdaderas y que Mis promesas se cumplen en los corazones que se esfuerzan por Mí. 

Te bendigo y te agradezco, en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén".

Celebremos estos últimos momentos en unión con la Eucaristía y la Sangre del Cordero de Dios que hoy, nuevamente, será ofrecida en los altares de la Iglesia Celestial, para que más almas y más corazones sean redimidos.

Traedme aquí el incienso y el agua para bendecir.

En este momento y en este instante, ante la presencia del Amor de Cristo y por los méritos victoriosos de Su Pasión, en acción de gracias, en amor y en reverencia, ofrezcamos nuestras vidas en Sus Manos como testimonio de nuestra fe por Él. Hagámoslo ahora.

Mi Dios, yo creo en Ti, yo Te adoro,
yo Te espero y yo Te amo,
y Te pido perdón
por los que no creen en Ti,
no Te adoran, no Te esperan y no Te aman.
Amén.
(se repite tres veces en español)

Pueden traer el altar.

Ofrezcámonos en este momento para que, a través de la consagración de estos elementos, también nuestras vidas sean consagradas y merecedoras de la Misericordia de Nuestro Señor.

En la noche en que Jesús iba a ser entregado, Él tomó el pan, lo elevó y dio gracias al Padre por la entrega que Él viviría. Lo entregó para que fuera consagrado como Su Divino Cuerpo. Enseguida lo partió y se lo dio a Sus apóstoles, diciéndoles: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. Amén (se repite tres veces en portugués).

Enseguida, acabada la Cena, tomó el Cáliz y lo elevó para ofrecerselo al Padre como sacrificio por la humanidad, para que fuera transubstanciado en la preciosa Sangre de Cristo. Enseguida, se lo pasó a Sus compañeros diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva y Eterna Alianza, que será derramada por su Señor para la remisión de las faltas. Hagan esto en memoria Mía”.

Te alabamos, Señor, y Te bendecimos. Amén (se repite tres veces en portugués).

El Cuerpo y la Sangre de Cristo.

En unión con la Iglesia Celestial de Nuestro Señor Jesucristo, en unión con los ángeles y los arcángeles, con los santos y los bienaventurados, y con todos los seres de buena voluntad que trabajan por la paz y la fraternidad, nos unimos en oración y en súplica, realizando juntos la oración que Cristo nos enseñó.

Padre Nuestro (en portugués y en inglés).

Que Mi Paz descienda a la Tierra y colme a los corazones del Amor de Dios.

“Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra Tuya bastará para sanarme. Amén”.

Hermana Amerisa puede venir aquí.

Y Nuestro Señor se une en este momento, en comunión espiritual, con todos nuestros hermanos en el mundo. Anunciamos esta comunión espiritual con tres campanadas.

Padre Celestial, que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti,
guíanos por el camino del amor,
para que Tu Voluntad sea hecha. Amén.
(en español, portugués e inglés)

Que Mi Iglesia Celestial, que se construye y se yergue en sus corazones, se perpetúe para estos tiempos, para que siempre encuentren Mi Paz y el consuelo de Mi Corazón.

Los bendigo a ustedes y a sus hermanos bajo la Luz redentora de Mi Gracia, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Invito a todos en el mundo a cantar una simple canción que nació, en este Centro Mariano, de un alma devota para aliviar Mi Corazón y el de Mi Padre, cantarán: “Señor, yo que nada soy, me entrego a Ti, para que hagas de mí Tu morada”.

Les agradezco.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN RESERVADA DE CRISTO JESÚS EN LA CIUDAD DE BUDAPEST, HUNGRÍA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 71.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Quiero que en este día contemplen Mi Universo más allá de todo y que a través de Mi Universo puedan encontrar la Verdad, esa Verdad que viene de Dios y que los elevará, la Verdad de la transparencia y de la sabiduría, una Verdad Divina que los unirá, que los fortalecerá como consciencias y como grupo.

Vengo desde un lugar muy lejano del Universo para traerles y depositarles Mi Paz, no solo como almas, sino también como consciencia planetaria, como raza y como civilización. Porque es un momento culminante que enfrentan en este tiempo y en este ciclo, en el que deben colocar, por encima de todo, Mi Amor consolador y misericordioso. Así como Yo se los enseñé a los apóstoles en el pasado, hoy se los enseño a ustedes, compañeros Míos.

Deben seguir siendo Mis pacificadores, Mis portadores de la paz, Mis servidores del bien y de la luz que escuchan la Palabra de lo Alto y la hacen resonar dentro de sí para que Mis impulsos divinos los transformen, los eleven y los conduzcan hacia el Propósito de Dios.

Sé que es un momento para todos de superación y de pruebas, de extrema confianza y de una infinita fortaleza que es alcanzada a través de la oración del corazón, oración que siempre los conducirá hacia Mi Portal para que, a través de Mi Universo, encuentren Mi Sabiduría, Mi Entendimiento y Mi Paz; atributos que vengo a depositar en un mundo que está enfermo y herido, que ha perdido el sentido de la vida espiritual completamente. 

Por eso, en esta era, en este ciclo, en este tiempo, Yo vengo a su encuentro y al encuentro de sus hermanos para recordarles el compromiso Conmigo, para hacerles ver la realidad, una realidad que surge del Corazón de Dios como una Fuente infinita y que permea todos los espacios, todos los universos, todas las galaxias y todas las estrellas.

Ustedes son parte de un macrocosmos, no pueden quedarse solamente en lo que es superficial y material o en lo que es mental o intelectual. Deben traspasar los umbrales de la consciencia para poder alcanzar la Luz Crística que impulsa a todos los espíritus al momento del gran despertar, no solo bajo el Don del amor y de la sabiduría, sino también a través del Don de la humildad y de la resignación.

Eso permitirá equilibrar el mundo y todos los errores cometidos por todos los pueblos y por todas las naciones que, una y otra vez, se apartan del Propósito de Dios, estableciendo principios y modos de vida que no son evolutivos ni tampoco transparentes, que no traen salud espiritual ni mental.

Por eso Dios encontrará en espacios como este, en donde Su propia Vida se manifiesta a través de los Reinos y de las criaturas, a través de los elementos, de todo lo que Él creó y pensó con detenimiento por amor a ustedes para que pudieran vivir y reconocer la felicidad de Dios de tener criaturas en este planeta y en otros que lo amen, que lo reconozcan, que lo veneren y que lo acepten como Su Padre Celestial.

Por eso hoy vengo desde un horizonte infinito llamado "Universo de la Consciencia de Dios", en donde todas Sus Fuentes de Luz y Sus Fuentes Cósmicas están presentes para interrelacionarse con este universo material y también con el universo mental en el que los ángeles están presentes y también participan de este Propósito Divino desde eones de tiempo, desde un tiempo aún no conocido ni identificado por el ser humano de superficie.

Lo que Yo les traigo desde el Universo es algo más que abstracto, es algo más que inmaterial, es algo más que espiritual. Por medio de Mi Corazón les traigo aquel principio que originó la vida y la existencia, que trajo para todos el sentido y el por qué estar viviendo aquí y estar aprendiendo aquí, junto a sus hermanos de camino y a la humanidad.

Para encontrar ese sentido y ese camino, Dios se espeja y se refleja una y otra vez en la Creación por medio de la naturaleza, de los océanos, de las montañas, de cada Reino menor que aporta a la Tierra un principio espiritual y un principio de elevación que hasta ahora la humanidad no ha conocido y que recién en este tiempo está despertando para conocer esa sabiduría que se expresa y se guarda en los Reinos de la Naturaleza.

Por eso Dios envía a sus Mensajeros, a los Sagrados Corazones, a peregrinar por el mundo para que todas las razas y todos los pueblos puedan despertar y reconocer a Dios en todo lo creado y puedan estar en comunión con Él sin agredirlo ni lastimarlo, sin ofenderlo ni maltratarlo, a través de los Reinos de la Naturaleza.

Dios manifiesta Sus Atributos también en los Reinos menores. Dios espeja Su Voluntad también a través de los Reinos menores que traen en su esencia grupal el Universo de Dios, que es el Universo del Amor y de la Sabiduría que permite mantener un contacto interior con la Fuente y con todos Sus Dones.

Con esto quiero decirles, compañeros, que su misión intelectual y espiritual debe ir más allá de las apariencias, de los aspectos humanos o de las resistencias. Deben aplicar en sus vidas la Ley del Amor que Yo les enseñé por medio de Mi sacrificio, no solo en la vida pública, sino también en la Cruz y en cada gota de Sangre derramada por la liberación y redención del mundo y de sus criaturas.

Ahora es el tiempo de que todo el mal se revierta y sea transmutado en Luz, en la poderosa Luz que viene del Universo espiritual y cósmico, para que las consciencias de la Tierra, los seres humanos, tengan una piadosa oportunidad de despertar y de volver encontrar el sentido de estar aquí, más allá de lo material o de lo intelectual.

Hoy los coloco ante una de las Voluntades de Dios, aún no revelada al mundo, pero que se hace presente a través del Hijo, el Hijo Amado por el Padre, por el Padre que ama a todos Sus hijos.

Coloquen en su corazón este mensaje e intenten descubrir su sentido y su esencia para que, más allá de todo, puedan percibir la realidad de todo lo que les quiero decir en este momento.

Después de todas las oraciones que hoy son ofrecidas amorosamente por ustedes, haciendo expandir el Amor Crístico de Mi Corazón por las almas y el planeta, Me aproximo a ustedes para hacerlos portadores de Mi Paz y de Mi Amor, para que Me sientan cerca y para que escuchen Mi Corazón.

Hoy les dejo Mi bendición y Mi paz, Mi renovación y Mi confianza, a fin de que todo esto pueda tocar a las almas del mundo y sus esencias.

Les doy Mi Paz y bajo Mi Luz los bendigo universalmente.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Inspiramos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén (en latín).
Saludamos al Rey del Universo.

Ardientemente deseaba que llegara este día porque el triunfo y la victoria de Mi Corazón están próximos y nada lo impedirá.

Felices los que confían en Mi Palabra. Dichosos los que la siguen. Bienaventurados los que la cumplen, porque Cielo y Tierra pasarán pero Mi Palabra quedará en la memoria de Mis elegidos.

Este es el tiempo de darlo todo por Mí. Es como dije en el pasado: los quiero fríos o calientes. Lejos de Mí los tibios de corazón porque en los tibios no se construye Mi Obra.

En los tibios Mi Obra no evoluciona. Es en los guerreros que construyo Mi Verdad y es en ellos en los que dejo Mi Mensaje, en quienes Mi Llama se expresa, en los que Mi Amor penetra y transforma todo lo corrupto. Por eso, deseé que este día llegara y que estuvieran exhaustos y cansados para poder representar y vivir lo que Yo viví por ustedes en el momento culminante de Mi Agonía, en la que la soledad abundaba y la fortaleza, a pesar de la oscuridad, estaba en Dios.

Sé que no es fácil vivir lo que Yo les pido, por eso respeto cada uno de sus tiempos. Pero me corresponde, como su Maestro y Señor observarlos y contemplarlos para que aprendan a seguir Mi Camino, para que no pierdan de vista Mi Propósito, que va más allá de lo material y de lo espiritual. Propósito del cual todos ustedes forman parte. Propósito en el que todos fueron congregados para cumplirlo y para vivirlo en estos tiempos por una meta mayor y ampliamente desconocida.

Lo que Yo necesito de ustedes es algo más que material y podría decir, algo más que espiritual. Necesito que profundicen en esta existencia que está dentro de ustedes para que el mundo, día a día, siga aprendiendo a salir de la mediocridad, de la indiferencia, y de todo lo que omite la Verdad de Mi Corazón. Esa omisión que viene de los hombres por estar ciegos en la ilusión y por no haber escuchado, ni siquiera una vez, todo lo que Yo dije en los últimos tiempos.

Aún espero la redención de estos hombres y la colaboración de las almas que más allá de sus posibilidades, de su sacrificio o de su entrega estén dispuestos a sufrir por Mí.

Pero Yo no les traigo el sufrimiento de la Cruz, ni la más pequeña de las células de su cuerpo lo soportaría. Porque lo que Yo viví por ustedes fue muy grande y aún no fue relatado en ningún libro sagrado. Llegará ese tiempo en el que diré toda la verdad.

Deseaba que, en esta noche, los abiertos de corazón fueran preparados para el próximo encuentro Conmigo, que será una Sagrada Semana determinante, en la que muchas definiciones se darán, pasos se concretarán y muchos determinarán lo que harán de sus vidas a partir de esos impulsos de luz que vendrán de Mi Corazón.

Todo lo que hoy les digo, compañeros, es para animarlos a seguir adelante, es para animarlos a arder en el amor por Mí, en un amor que es capaz de hacer cualquier cosa, bajo cualquier circunstancia o situación, en un amor que vive en el silencio la aspiración de encontrarme día a día, y de algún día ver Mi Sagrada Faz.

Si hoy ese amor no los compenetra por lo que viven o por aquello que están aprendiendo o sufriendo, ¿qué están haciendo aquí?

Necesito de una verdad real y sincera, necesito que sus corazones se rasguen por Mí y que sus almas se entreguen por Mí, día a día.

Mi Cruz tuvo un peso incalculable, un valor aún no valorado, una entrega aún no conocida. Que sea Mi Cruz su aliento, su fortaleza y su aspiración. Y cuando sientan el peso de su cruz, sientan que estarán en Mi Verdad, y Mi Espíritu soplará en ustedes y los inspiraré en la Sagrada Palabra, les daré la respuesta y alcanzarán la meta.

No todos están preparados para vivir lo que Yo necesito. Pero si lo pido, compañeros, es porque es posible y solo algo dentro de ustedes lo podría impedir. Pero quien se entrega a Mis Pies se entrega a Dios, a Su Voluntad y a Su Propósito. Y esa entrega no tiene precio, no tiene medida ni tampoco condición porque es una entrega que dona el corazón de cada ser que se aferra a Cristo.

Hoy es un día especial, pero también decisivo porque todas las almas que escuchan Mi llamado, después de estos últimos tiempos, es la primera vez que están ante dos caminos para poder escoger y esa respuesta surgirá desde adentro de ustedes.

Por eso los contemplo. Por eso rezo. Por eso adoro a Mi Padre celestial para que Su profunda e infinita Sabiduría esté en ustedes, en su interior y en sus esencias al momento de decidir, de confirmarse o de definir otro camino.

En este momento, ante su decisión espiritual y universal, Yo no puedo intervenir. Mi Padre y Mi Madre los hizo libres de espíritu, de acción y de palabra.

Como antes de entregarme a la Cruz, de ser martirizado y humillado por los que fueron curados y sanados por Mí antes de que Mi Sangre fuera derramada, y aunque hasta los tiempos de hoy no es reconocida, fue en ese tiempo y en esa hora en los que también los apóstoles vivieron su gran definición para su próxima etapa.

Mis discípulos deben cruzar ese umbral y aprender a atravesarlo, así como Yo lo atravesé por ustedes cuando el Padre me presentó el Cáliz y Yo le dije: “Hágase Tu Voluntad”.

Este es el Cáliz que hoy Yo les estoy ofreciendo. Más allá de sus posibilidades, de sus limitaciones o de sus pruebas.

Este es el Cáliz que testimonió por ustedes el Amor derramado en cada gota de Sangre, como en el Agua preciosa que brotó de Mi Costado.

Este es el Cáliz que testimonió el descenso de la Misericordia, de la piedad, de la compasión y de la redención en la humanidad.

Este es el Cáliz que Yo les ofrezco para que el mundo no se destruya, para que los continentes no sufran, para que las guerras acaben, y para que los enemigos y los anticristos sean derrotados por Mi Luz, la Luz que proviene del Amor de Mi Corazón.

Les advierto y los llamo a la conscientización. Todo lo que Me ofrecen de verdad Yo lo reconozco, por más simple y pequeño que parezca, por más silencioso que sea, aunque sea entre ustedes y Yo y nadie más; todo es reconocido, contemplado y aceptado por Mi Corazón.

Es allí, en esta pequeña oferta, en la que encontrarán fuerza, ímpetu y determinación. Es allí, en lo pequeño y en lo simple, pero verdadero que encontrarán la llave del amor que transformará su ser y toda su consciencia en lo que aún tanto espero, según Mis Proyectos.

Guarden estas Palabras como algo que no se repetirá jamás. El Señor del Universo también tiene su tiempo para decir las cosas porque eso los prepara y los desvía del peligro, de la perdición, del engaño que pueda propagar Mi adversario.

Pero, Yo pisaré su cabeza y colocaré Mi Espada. Transfiguraré su esencia y todas las esencias del mal. Y Mi Reino Celestial descenderá en los cuatro puntos de la Tierra, la gran Estrella Madre llegará y los Maestros descenderán para regenerar y curar a la Tierra, y así surgirá la Nueva Humanidad.

Ofrezcan este momento de decisión a los Altares de Dios. Él está atento a la voz de sus súplicas, así como Él estuvo atento en Fátima por medio del corazón de Mi Madre Celestial. Estamos en un momento semejante a ese, más allá de su materia o de sus cuerpos, de su mente o de su intelecto, más allá del espíritu, del alma o de la esencia.

Ofrezcan a Dios este momento de decisión. Esto permitirá que Mi Obra se expanda en el mundo y siga triunfando Mi Amor por encima de la adversidad en los corazones que se congregan para vivir Mi Hermandad.

Nos ponemos de pie.

"Señor del Universo, Padre-Madre Creador participa de la Comunión con Tus hijos en este sagrado momento de definición en donde Tus Puertas se abren y las almas claman por Tu Amor. Enciende en ellas Tu Confianza, el don de Tu Sabiduría, la infinita Compasión de Tu Corazón, para que todos los Cristos del Nuevo Tiempo despierten y participen de la victoria de Mi Reino en la humanidad. Amén".

Incienso.

Invocaremos ahora al Padre Celestial, a Su Nombre Sagrado Adonai, para que Su Sabiduría descienda al planeta y a todos los que participan de la Comunión con Su Espíritu.

Canción: Adonai.

Inspiramos.

Padre, convierte este elemento en Mi Cuerpo para que las almas se alimenten de la esencia de Tu Espíritu y del Universo, de Tu Verdad.

En aquel tiempo elevé el pan para que el Padre lo bendijera y Él entregándome Su Gracia, Yo se lo entregué a los apóstoles diciéndoles: “Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados”.

Padre, convierte este elemento en Mi Divina Sangre, para que las almas beban de la esencia de la redención por medio del Poder infinito del Amor.

En aquel tiempo también elevé el Cáliz; el Padre lo bendijo y Me entregó Su Misericordia para que fuera derramada en toda la Tierra por medio de Mi Sangre hasta lo más alto de la Cruz.

En aquel tiempo se lo entregué a los apóstoles diciéndoles: “Tomen y beban todos de él, porque esta es Mi Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por todos los hombres para el perdón de los pecados”.

Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Bienaventurados los misericordiosos porque vivirán en la Misericordia de Dios. Amén.

Oración: Padre Nuestro (en portugués).

Quien viva en Mi Palabra, vive en Mi Amor. Yo les enseñé a amarse, los unos a los otros, más allá de los defectos o de las diferencias. Que este Amor se difunda en el mundo, el Amor Crístico de Mi Corazón, en todos los pacificadores, en todos los misioneros y colaboradores de la Obra de Dios.

Que la Paz de Dios esté en sus corazones y que Él siempre los haga partícipes de Su Paz.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

En fraternidad y amor, agradecimiento y júbilo, se darán el saludo de la paz.

¡Les agradezco!

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CUARTO DÍA DE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Y ahora que he venido a tu encuentro, recuesta tu cabeza sobre Mi Pecho y siente toda la paz que Yo te puedo brindar en este tiempo, una paz que nadie más te puede dar, ni entregar.

Siente ahora Mi Corazón vivo, que pulsa interiormente cerca de tus oídos. Este es el Corazón que ha padecido por el mundo y por la humanidad.

Es el Corazón que ha derramado Su Sangre por las almas para el perdón de las faltas y que aún lo sigue haciendo por todos sus compañeros y por sus enemigos.

Pero hoy no pienses, amado Mío, qué es lo que estás sufriendo o lo que podrías sufrir. Piensa en Mí, únete a Mi Consciencia y siente Mi abrazo paternal, porque Yo cuido de todas Mis ovejas, una a una, y nunca Me olvido de nadie.

Entrégate a Mí, y ríndete, como tantas veces te lo pido.

No temas por lo que vendrá sino por lo que no está sucediendo en tu vida.

Ahora, refugia tu alma debajo de los Rayos de Mi Corazón y siente el soplo del Espíritu actuando en cada momento, en cada respiración, así como en cada palabra.

Yo puedo restaurar todas las cosas. Yo puedo suplir todas las cosas, porque no soy Yo quien lo hace, es Mi Padre que está en los Cielos, es Él quien obra, quien realiza y quien manifiesta la Voluntad Superior.

Deja para atrás lo que no comprendes, lo que no aceptas o lo que no entiendes.

Confía en este Amor que Yo te estoy donando, porque es un Amor que debe realizarse en ti para que el Plan de Dios se realice en la Tierra.

Recuéstate como Juan, el apóstol, sobre Mi Pecho y siente los dolores y las agonías de tu Señor, en el silencio y en la calma.

Dios no ofrece sufrimiento a las almas, son las almas que buscan el sufrimiento, porque en el Reino de los Cielos, desde donde hoy provengo, no existe el dolor ni la culpa. Alégrate por estar recostando tu cabeza sobre el Pecho de tu Maestro.

Sé que no lo comprenderás todo de una sola vez, pero eso no importa para tu Señor. Lo que importa es que lo vivas plenamente, unido a Mí, en espíritu y en esencia.

No confirmes tus pecados, no afirmes tus errores, eleva tu corazón y colócalo dentro del Mío, para que Yo lo pueda transformar y pulir como las manos del alfarero. Y así estarás en perfecta libertad y en profunda calma y de la noche a la mañana no sabrás qué es lo que te ha sucedido, porque todo se habrá transformado tal cual Yo lo he pensado, según los designios de Dios.

Recibe el Amor de Mi Corazón como un bálsamo y ríndete. Mi Corazón no te hará mal, Mi Corazón no te hará daño. Mi Amor es bien y es pacificación para las almas.

Sírvete de todo lo que Yo te puedo donar y confía, porque todo está marcado, todo tiene su hora y su tiempo.

Así como tú estás hoy sobre Mi Pecho sintiendo el fuego de Mi Corazón y la suavidad de Mi Alma, la acción de Mi Divinidad y de Mi Espíritu, quisiera que muchos más imitaran este ejemplo de unión con el Señor.

Calma tu corazón de toda angustia y acepta lo que te entrego, porque todo tiene un fin mayor y un propósito que aún estarás por descubrir, algún día.

Deja para atrás lo que has padecido, lo que no has entendido, sumérgete en el océano de Mi Luz y todo se disipará, porque quien confía en su Maestro, confía en Dios, Todopoderoso. Y su vida, día a día, paso a paso, con esfuerzo y sacrificio, se volverá libre.

Yo quiero de tu alma un nuevo ser que sea parte de una nueva humanidad, consciente y despierta, responsable y digna con la Creación.

Hay tantos tesoros en el Cielo, querida alma, que tengo para revelar; Mis Manos están llenas de designios y aún no los puedo derramar sobre el mundo porque no encuentro lugar ni refugio en la humanidad entera.

Pero si tú, valiente Mío, hoy das el paso por muchos más, algún día muchos más reconocerán Mi Nombre y Mi Gloria, y la harán digna en sus vidas para que así triunfe el Amor de Dios.

Ahora, abrázame y siente el calor de Mi Espíritu, siente la protección de Mis Brazos y la respiración de Mi Cuerpo como un soplo renovador que a todo santifica y que a todo renueva.

No hay nada que se pueda perder. Todo es transformado según Mi Voluntad.

Conviértete en una de las santas mujeres de Jerusalén, o tan semejante al apóstol Juan, en total entrega y abnegación.

Todo lo que vives, alma Mía, tiene un motivo y un significado para Dios, no hay nada que esté fuera de lugar, todo tiene un sentido y un tiempo para realizarse. Sea en el bien, o lejos de él.

Pero Yo quiero que hoy sientas el latir de Mi Corazón manso, de un Amor inexplicable y redentor, que ansía por las almas buenas y dignas, que cumplan la Voluntad de Dios en este tiempo de difíciles pruebas.

Abrázame fuerte y siente Mi consuelo que es intransferible e inmediato. Deja que Yo te nutra con Mi Paz y con la llama de Mi Fe, que es la que me trae al mundo para buscar a los que he llamado por su nombre para que Me acompañaran en esta era y en este ciclo, en donde el mundo vivirá su mayor desafío de todos los tiempos y de todas las eras. No podré decirles lo contrario.

Almas Mías, es hora de vivir Mi Plan y de no esperar más tiempo.

A veces su Señor y Maestro necesita sentir el calor del amor de Sus hijos para poder seguir adelante. Por más que Yo esté en el Cielo no significa que no sienta como un ser humano, porque como ser humano estuve entre ustedes, para que me pudieran vivir y comprender.

Así estarán abrazando a su Padre Celestial, que también necesita de consuelo, al ver las ofensas y los agravios del mundo.

¡Cuánto el Amor puede hacer en los corazones que se deciden a vivirlo plenamente, el Amor que viene de lo alto y que puede brotar de los corazones haciendo nacer Nuevos Cristos!

Quiero que hoy Me ofrezcan su abrazo porque lo necesito, así como ustedes necesitan de Mí para seguir caminando por este sendero, el más difícil de todos los tiempos, el que ninguna otra humanidad vivió, en ninguna otra época.

Ustedes vinieron aquí, almas Mías, por un propósito y un designio mayor que conocerán algún día.

Pero hoy no necesito que comprendan Mis misterios, sino que sientan la agonía de su Señor y el pedido de consuelo a los corazones valientes.

Ahora, siente cómo Yo te cubro con Mi Manto, aquel manto que fue rasgado por las manos de Mis enemigos durante la Pasión y que cubrió Mi Cuerpo llagado de heridas y de ofensas.

Estas son las Llagas que Yo vivo por el mundo y quiero compartirlas con Mis servidores, con los que se han dispuesto a seguirme incondicionalmente.

Yo quiero ofrecerles Mis sacrificios y Mis dolores, porque quien padece con su Señor, padece con Dios, y el Amor que nunca acaba, todo lo transforma, hasta lo más impenetrable. Que Mis Llagas sean motivo de su santificación, de su persistencia y de su renuncia.

Porque Yo tengo un plan precioso para cada uno de Mis servidores que debe cumplirse en esta hora aguda del planeta, en donde todo se precipita, hora tras hora.

Por eso consagro hijas e hijos, para tener ejércitos sobre la Tierra que estén firmes en Mí, a pesar de lo que suceda.

No tengo nada más para dar, solo el Amor de Mi Corazón, que es el que Me ha traído hasta aquí, a través de los tiempos y de las generaciones.

Amor que testimonia la presencia del Cuerpo y de la Sangre de Cristo para la reparación de las faltas y de todos los cometidos que no están en la Ley de Dios. Les vuelvo a decir, almas Mías, que necesito aún más de sus corazones abiertos para que Yo pueda ingresar con Mi Consciencia en los recintos más profundos de sus almas, en donde el Reino de Dios debe realizarse, para que el mundo y la humanidad aún existan.

Por eso en este miércoles santo de recogimiento y oración, no solo les pido sus oraciones, sino también su abrazo, para que el espíritu consolador pueda estar presente y las almas se animen a decir ‘sí’, cada día más.

Hoy les traigo el momento más sagrado de Mi vida, que fue la antesala de la última Cena. Les vengo a hablar con el mismo amor con el cual Me dirigí a Mi santa Madre y a las mujeres de Jerusalén, así como a Mis apóstoles. Es este Amor irrestricto e infinito el que nunca acaba, porque parte y nace de la Fuente de Dios para Sus criaturas.

Ustedes necesitan, finalmente, ser como Yo y superarme, porque Yo vengo aquí para que hagan cosas más grandes que las que Yo hice algún día. Eso demostrará ante el Universo que es posible una Nueva Humanidad, que estará arrepentida y pedirá perdón por todo lo realizado, que no tendrá vergüenza de confesar sus faltas y estará abierta a recibir la Misericordia de Dios, que es inextinguible y eterna.

Quiero que vivan en el gozo de Mi Amor Celestial y tú, pequeña alma, que estás aprendiendo a amarme, no lo dejes de hacer. Anímate a cruzar los umbrales de la resistencia humana, porque Yo te ayudaré a ser verdaderamente libre de ti para siempre.

No dejes de sentir el Amor que hoy emana Mi Corazón y vivifícalo como si fuera la última vez, porque lo que Yo vengo a dar hoy no podré darlo nuevamente; ya se está cumpliendo el tiempo y la hora definitiva se aproxima.

No quiero coronarte con flores, sino con espinas, para que Me puedas superar en el Amor, sabiendo que el ser humano es un ser impredecible en todo este Universo, así como Yo lo fui, testimoniando Mi Pasión, Muerte y Resurrección.

Yo ofrezco la gloria y el honor para los que se han decidido estar a Mi lado, pero también ofrezco Mi dolor y Mi agonía para los que se han confirmado ante Mí en esta tarde de Gracia eterna.

Y ahora, devuelvo tu alma al centro de tu ser, en donde existe el Templo sagrado del Amor, que siempre debe estar encendido por la luz del Espíritu Santo.

Y Mi Corazón se recoge para ofrecerse nuevamente a otras almas en el mundo, que también Me necesitan.

Benditos sean los que recibieron Mis Palabras con gratitud, porque lo comprenderán todo en el próximo tiempo. Y cuando Yo ya no este aquí entre ustedes, en poco tiempo, conocerán profundamente todo lo que he querido hacer en este lugar y en esta casa, y principalmente, en ustedes.

Porque deberé aparecer en otros lugares del mundo que también Me necesitan, que también tienen sed de Mi Palabra y de Mi Verbo y sobre todo, del Amor de Dios.

Con esa solemnidad que intento construir en sus corazones a través de este encuentro, quiero que hoy se dignifiquen ante Nuestro Padre Celestial, asumiendo este compromiso Conmigo hasta el fin de los días, sabiendo que todo lo que vivirán será una gran escuela para el alma y el espíritu.

Solo necesito que den su amor al mundo, no importando quién sea, no importando su creencia o religión, su pobreza o su riqueza, su enfermedad o su salud.

Quiero que amen como Yo los amo, porque la prueba que llega al mundo será muy dura. Y no todos soportarán ese momento. Por eso, los fortalezco en este tiempo y por medio de Mi servicio incondicional a las almas les doy Mi Cuerpo y Mi Sangre para que puedan sobrevivir, así como su Maestro sobrevivió en cada paso de la Cruz, y de Su Agonía.

No es hora de estar divididos, distanciados, ni indiferentes. Coloquen sus corazones dentro del Mío y todo pasará. Porque lo que Yo deseo del mundo es muy grande y eso podrá suceder cuando retorne por segunda vez. Ofrezcamos entonces, almas Mías, este momento a nuestro Dios Todopoderoso, El que ha permitido nuevamente, en este día, esta Gracia espiritual para un mundo infiel. Pero el Amor siempre superará todas estas cosas. Todo será cumplido como Dios lo ha pensado.

Incienso.

Nos podemos poner de pie para la bendición de estos elementos.

Yo los llamé aquí porque nunca Me olvidé de ustedes y porque todo tiene un tiempo para Dios y para el Universo (*)

Al igual que estos elementos sagrados que están a los pies de su Maestro y Señor, hoy también ofreceré sus consciencias a Dios para que Él pueda cumplir Sus designios en ustedes.

El Señor Todopoderoso, nuestro Padre Eterno que está en los Cielos, bendiga con Su más infinita Luz y Sabiduría.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Gracias por abrazarme de verdad.

Hoy he escogido una canción que testimonia la Obra de la Madre Celestial, de cómo cada alma de esta Tierra, al igual que María Santísima, puede responder al llamado de Dios cuando Él lo realiza.

Hoy escogí voces tan complementarias, una de la otra, para que puedan ofrecer a Mi Corazón esta respuesta de las almas, este ofrecimiento que los corazones han realizado a Mi Espíritu.

 

(*) Cristo llama dos personas al palco.

Aparición de Cristo Jesús Glorificado durante el Sagrado Llamado, en el Centro Mariano de Figueira, Minas Gerais, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

¡Qué alegría siente Mi Corazón al ver las obras realizándose, así como Mi Padre lo había previsto!

Después de haber caminado por los desiertos y por los Andes, retorno a Mi casa para encontrarme con Mis discípulos y volver a refundar las bases espirituales de la Obra Divina.

Con tranquilidad interior, hoy puedo estar cerca de ustedes para hacerles sentir Mi confianza y la grandeza del Amor de Dios, que es lo que renueva todo, de tiempo en tiempo.

Hoy vengo a presentarme a ustedes antes de que ingresen de lleno a Mi Sagrada Pasión. Después de esta cuaresma, muchas más cosas se desatarán en el mundo porque está llegando la hora de Mi regreso. Y no serán solo uno o dos los que me verán, sino millones, en Presencia viva y resplandeciente.

Mientras tanto, sigan rezando con fervor a Mi Sagrado Corazón y al Inmaculado Corazón de Mi Madre; porque el Reino de Dios está próximo, después de este ciclo de caos en el cual el mal será juzgado por todos sus errores, por todos sus cometidos y por todas las almas que han perdido la dignidad espiritual ante el Creador.

Por eso, cada cosa que hagan dentro de Mi Obra Espiritual y Divina, es imprescindible para Mí. Es un paso más que Yo estoy dando al lado de ustedes impulsándolos a caminar por este sendero para la concreción del Plan.

Aunque la desesperación en el mundo o dentro de ustedes pueda ser muy grande, confíen en Mí.

Aunque todo se derrumbe dentro de ustedes, a su alrededor o en sus familias, confíen en Mí.

Aunque todo parezca que no tenga salida ni ninguna solución, confíen en Mí.

Aunque estén pasando por el mayor desierto y no sepan cómo atravesarlo, aunque el alma esté seca sin el Agua de Vida, confíen en Mí.

Aunque no crean que podrán superarse a sí mismos o trascender sus resistencias, confíen en Mí. Porque Yo siempre les daré la respuesta, les mostraré el camino y les indicaré la salida para cualquier cautiverio interior o espiritual.

Solo basta, compañeros, que confíen en Mí y Yo podré manifestar Mi Voluntad en ustedes. Porque ha llegado la hora de que vivan definitivamente su misión espiritual, aquella misión que se comprometieron a vivir Conmigo durante los tiempos pasados y que, en este tiempo y en este ciclo, se vuelve a presentar ante sus vidas, para que la puedan recordar y realizar.

Por todos Mis padecimientos, Yo los salvaré. Por todos los martirios y por todas las Llagas, Yo los salvaré.

Deben confiar en Mi Poder Celestial, porque así podrán entregarme sus vidas para todo lo que Yo espero realizar en sus corazones como instrumentos de la luz.

Yo siempre traigo Conmigo el Gobierno de Mi Padre, en donde existe la Verdad y la realización de la vida espiritual. Por medio de ese Gobierno Celestial, Yo concreto los designios de Dios en la Tierra y traigo para las almas el universo de las oportunidades, en donde todos pueden vivir su misión, aún que no lo parezca.

A través de la nueva Sagrada Semana, Yo vendré a prepararlos para el nuevo tiempo, diferente de todo lo que han vivido hasta ahora. Quisiera que pudieran saber que intentaré hacer todo lo posible en cada una de sus vidas, a su alrededor y en sus proyectos de vida; porque Mi deseo ardiente es que puedan estar Conmigo todo el tiempo, sobre todo en este ciclo en el que el planeta se agrava por la densidad de la humanidad y, sobre todo, por sus acciones crueles.

Por medio de sus almas y de su confianza en Mi Corazón, Yo podré llevar la paz al mundo y será una paz tan visible y verdadera, que cualquier alma que se aproxime a ustedes la sentirá. Porque les digo: “Quien confía en Mí está en comunión eterna Conmigo, tanto en la Tierra como en el Cielo”.

Que sus corazones, hijos Míos, sean mansos en estos tiempos, porque la mansedumbre deberá colmar el planeta y más allá de las naciones. Que el fuego de su oración por las naciones del mundo sea inextinguible, eterno e infinito a fin de que triunfe la Madre de Dios.

Vengo ahora y en este tiempo, todos los días, a estar más cerca de ustedes para que puedan vivir Mi Mensaje, para que puedan cumplirlo y realizarlo sobre la superficie de este planeta, a fin de que aún existan columnas de luz que puedan iluminar al planeta, y sobre todo, a las naciones en grandes conflictos.

Mi Corazón se prepara por segunda vez, después de Ruanda, para volver a África a fin de llevar al Cielo a todos los que padecen en el purgatorio terrestre. Esto será también parte de su misión por los méritos alcanzados en Mi Pasión, por la Sangre y el Agua derramada de Mi Costado en la Cruz.

Y por último, llegaré a Asia como también a Oceanía, para terminar de concretar el pedido que Mi Padre Me ha hecho. Cuando estén viviendo ese momento deberán recordar que después de eso estaré retornando, en el momento más agudo de la humanidad, en donde todo parecerá perdido.

No deberán perder la fe del corazón ni la confianza en Mi Espíritu. Por eso, en estos últimos tiempos, vengo a sacramentarlos con Mi Divinidad. Vengo a abrir las puertas para nuevas consagraciones, según la capacidad de cada alma, según su entrega y disponibilidad ante Mi Corazón Misericordioso.

Todos pueden vivir la consagración según su despertar y su unión con Dios. No importa como sea, para Dios solo importa que sea verdadera y que trabajen esta consagración verdadera todos los días; sabiendo que están sacrificando sus vidas por un Plan mayor y desconocido, que algún día se cumplirá en esta Tierra, cuando lleguen los mil años de paz.

No quisiera ver sus ojos tristes o sus miradas caídas. Crean que está próximo el fin de su cautiverio. Crean en la liberación interior y en el poder de Mi Sagrada Sangre, que sigue siendo derramada por los Ángeles de Luz, para repoblar la Tierra de Códigos universales que puedan santificar a las almas y redimir a todas las vidas.

El Sagrado Cáliz estará durante los días de Mi Sagrada Pasión; para que, desde la ciencia inmaterial, espiritual y simbólicamente, cada uno de ustedes lo pueda sentir en las manos y beber de ese compromiso, que es fuente de renovación y de esperanza.

El Sagrado Terafín de Dios irradiará al mundo los méritos alcanzados por su Maestro y Señor hace más de dos mil años atrás. Y así, no existirá el pasado, porque su Rey y Redentor unirá los tiempos y los espacios para que todos ingresen en consciencia a los hechos vividos por su Señor, por su Divina Señora, por todos Sus Apóstoles y hasta por Sus santas mujeres.

Cuando crucen este umbral junto a Mí y revivan en la Tierra Santa de Dios los hechos de la Pasión del Señor, los testimonios y los milagros de amor; crean compañeros, que cruzarán la puerta de este salón siendo otros para siempre, siempre y cuando confíen en Mí a pesar de las tempestades espirituales de estos tiempos.

Vendré en esta próxima Sagrada Semana, no solo a bendecir la Cruz de Emmanuel, para que un punto más sobre el planeta reciba directamente al Reino de Dios, pera esta vez sobre la Colina; sino que también vendré como el dulce Maestro, como el simple Rey, como el humilde Pastor, para decirles cara a cara, que es lo que necesito de ustedes en este último tiempo, antes que se desarrolle el Armagedón.

Muchos no conseguirán estar a Mi lado cuando llegue ese momento, pero con los que estén a Mi lado, en plena confianza y gratitud, cumpliré Mi Proyecto y realizaré las Obras de Dios hasta que se instituyan los mil años de paz en todo el planeta.

Solo les pido que sigan a Mi lado, en confianza y gratitud, porque así Yo podré transformarlo todo y nadie quedará para atrás.

Para que vean cuán grande es Mi Amor y Mi Gracia por las almas del mundo y qué lleno está Mi Corazón de la Misericordia de Dios que, a veces, no consigo derramar los Rayos de la Gracia sobre todos Sus hijos.

Vengo a testimoniarles con Mi Presencia, la consagración de nuevas discípulas Mías, imitadoras de las Santas Mujeres de Jerusalén que, en esta próxima Sagrada Semana, prepararán los espacios para su Señor hasta el momento en que Él entre en el Sepulcro para hacer ungido por las manos de Mis discípulas de estos tiempos y así, volver a resucitar en los corazones valientes que Me han dicho sí incondicionalmente.

Hoy, quisiera también dar una Gracia especial a una familia que ha concebido en su interior el espíritu de la cristiandad y a la formación espiritual de una vida evolutiva, según los patrones del universo y de la Voluntad de Mi Padre. Hoy, a estas simples personas, Yo les lavaré los pies en representación de Mis sacerdotes, para traer así a la Tierra una Gracia más del Cielo, en esos corazones que representan a muchas más familias que necesitan de la Divina intercesión de su Señor.

Intento decirles todo lo posible en poco tiempo, pero Me tendrán presente en la Sagrada Semana, un momento único e irrepetible en este ciclo para cada una de sus almas.

Bienaventurados serán los que estén aquí Conmigo durante la próxima Sagrada Semana, en la que los prodigios y los milagros de Dios serán visibles entre sus corazones y el Santo Espíritu de Dios vendrá, como en Pentecostés, a colmar a los espíritus de sus sagrados dones. Confíen que eso será así y se realizará, porque es el deseo ardiente de Mi Padre y la súplica de Mi Corazón.

Hoy vengo mostrando al mundo Mis cinco principales Llagas, las Llagas de la Glorificación del Señor, las Llagas que se transfiguraron y se iluminaron durante la Ascensión de su Señor. Y estos mismo Códigos, estas mismas Gracias y estas Misericordias, hoy retornan al mundo para ser depositadas en confianza en los corazones de todos los que dicen sí.

Traedme agua para bendecir los pies y consagrar los caminos de los que hoy he escogido en representación de muchos más. Traedme aquí a los corazones de oro, para colocarlos en el corazón de Mis nuevas siervas y para que todos vivan, en este momento, la renovación de la consagración interior.

Preparen debajo de este escenario cuatro sillas con lavapiés, para que esta familia reciba el Sacramento. Hoy, Yo presenciaré este momento porque Mi Padre Me lo ha pedido. Esto significa que estaré trabajando con las consciencias de las familias del mundo, sobre todo con aquellas familias que se han separado y dividido por la falta de amor y de compasión.
 

    Fray Elías del Sagrado Corazón: 
    Incienso.

 

"Señor del Amor, Padre de la Compasión y de la Misericordia, bendice todos estos elementos a fin de que Tus Gracias extraordinarias e inexplicables se extiendan en estas almas que hoy serán santificadas por Tu Espíritu, renovando ante Tus Tronos Celestiales el voto de la consagración definitiva a Mi Sagrado Corazón. Que así sea.

Señor del Universo, Padre de la Gracia y de la Piedad, infunde Tu Espíritu Sagrado en todo lo que has creado, a fin de que las almas te reconozcan en cada espacio de esta Creación. Amén".

Cuando un corazón se consagra, una luz se enciende en el mundo, y Mi Obra de Misericordia se expande en la Tierra. Este es el símbolo de los corazones que se consagrarán a Mi Corazón y persistirán por Mí, a pesar de lo que acontezca.

Padre, así como Te dije una vez en la Cruz: “En Tus Manos encomiendo Mi Espíritu”; hoy Te encomiendo, Padre, a todos los que siguen Mis caminos, a todos los que luchan por la concreción de Tu Divino Plan.

Y renovando este momento, santificando a todas las cosas, vuelvo a recordarles el importantísimo momento de la última Cena.

Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados.

Tomen y beban, esta es Mi Sangre, la Sangre de la Nueva Alianza que es derramada por Su Maestro y Señor, por todos los mártires de todos los tiempos y de los últimos tiempos, para el perdón de los pecados. Hagan esto en Mi Memoria, hasta que su Maestro y Señor retorne al mundo para santificar al planeta, y celebrar la Cena de la gloriosa Reconciliación, del triunfo de la Luz sobre el mal. Amén".

 

    Fray Elías del Sagrado Corazón:    
    Las nuevas auxiliadoras pueden subir aquí para la Consagración.
   Que el Señor las bendiga en esta nueva etapa de sus vidas.

 

Hijas Mías, que la fuerza interior nunca les falte. Que el fuego de la devoción por Mi Corazón nunca se acabe y que se establezca la templanza en sus vidas, a fin de que se irradie al mundo la Misericordia infinita de Mi Corazón.

Todas las familias del mundo sean bendecidas.

Que la unidad y el amor se establezca en todos los matrimonios que se hayan separado.

Que los niños aprendan de sus padres la Sagrada Ofrenda de Dios, la donación permanente y espontánea por la realización del Reino de Dios.

Que los sufrimientos sean aliviados.

Que reine la reconciliación y la paz.

Que rebrote en el seno de las familias la esperanza, a fin de que todas las familias del mundo, como la Sagrada Familia de Nazaret, reciban para siempre el don de la alegría, por estar sirviendo a Dios, su Creador. Amén.

Y ahora que he sido testigo de los milagros infinitos de Dios, en casos tan imposibles como en las familias del mundo, quiero que alcen sus voces para que, junto a Mí, lleguen al Reino de los Cielos y más Gracias de reparación y de cura lleguen a más corazones en el mundo, a fin de que se establezca la Paz, el Amor y el Bien entre los seres.

Cantarán para Su Señor “Tú eres el Rey”, en profunda devoción y alabanza.

Les agradezco por estar Conmigo en esta sagrada preparación. El Señor los bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Hoy les agradezco por estar con Mi Corazón.

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 56ª Maratón de la Divina Misericordia, en la ciudad de Quito,Ecuador, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Hoy retorno del Reino de Dios y traigo el Reino de Dios para ustedes, pero traigo sobre Mi Pecho las flores cultivadas en los jardines internos. Esta es la muestra que hoy traigo para todos de que Mi tarea se ha cumplido, a pesar de las adversidades.

Hoy no solo vuelvo a consagrar a Ecuador a Mi Sagrado Corazón, sino también a las Américas, a fin de traer al mundo la última Gracia Mayor, la que los ayudará a atravesar los tiempos tan definitivos y difíciles que enfrenta el mundo.

Pero hoy no vengo a hablarles del dolor y del sufrimiento, sino que vengo a hablarles de las promesas, que por más pequeñas que parezcan, se están cumpliendo. Por eso contemplo con amor todo lo que Me dan y todo lo que Me entregan. Contemplo con infinito gozo todo lo que donan a Mi Corazón. Con esas pequeñas cosas Yo haré la Gran Obra en el fin de estos tiempos.

No solo tendré el gozo de estar aquí, como en este día, estar también en otras naciones del mundo que también esperan por Mi llegada por intermedio de Mi Divinidad. Esto hace florecer las promesas de Dios en el mundo y sobretodo en los corazones que Me escuchan.

Hoy llevo sobre Mi Pecho todas las flores que he cultivado en los mundos internos, flores tan frescas y vivas, tan aromáticas y sutiles, que son el resultado y la muestra de la conversión de los corazones. Con este presente de las almas, hoy Yo Me iré de nuevo al cielo para dejar estas flores a los Pies del Creador y dar testimonio de que es posible cumplir lo que parecería imposible.

Estas son las flores de la confianza de las almas en Mi Corazón, de la justificación de sus errores ante Mi Presencia Misericordiosa. Y así, nada malo yace en los corazones, porque la semilla del arrepentimiento está brotando poco a poco en las almas y esto Me trae un gozo tan grande ante todo lo que veo en el mundo y que es horroroso.

Me complazco en las almas simples, en los corazones sinceros, en los espíritus humildes. Todos estos dones y estas virtudes, Yo las vuelvo a reintegrar a la Fuente de Mi Padre Creador, en donde una vez más se confirma que es posible la redención de la humanidad, a fin de que se establezca en este planeta el Reino de Dios.

Alegren sus corazones compañeros, porque hoy Mi Corazón está lleno del Amor de Dios y de Mi Corazón rebrota la Fuente de la Gracia y de la Renovación.

Desde el primer momento en que son sacramentados, hasta el último momento de la Comunión Conmigo, cada paso es muy especial para Mí. Cada acto de devoción, de entrega y de fe, son tesoros inextinguibles en Mi Reino. Y todo esto, Yo lo muestro a los Ángeles de Dios, que son tan semejantes a los hombres, pero de universos mayores. Ellos pueden testimoniar con su propia mirada, lo que realiza la Obra de Mi Misericordia en estos tiempos.

¡Cuántas almas son liberadas del error y del engaño! ¡Cuántas guerras se detienen con la oración sincera de los corazones! ¡Cuántas vidas continúan adelante para que no sean eliminadas ni abortadas! ¡Cuántos niños son llevados a los brazos de Mi Creador para ser consolados, para ser reparados y ser colocados en la Fuente del Amor! ¡Cuántas enfermedades futuras son disipadas para que no acontezcan en los seres humanos! ¡Cuánta luz es derramada en los que antes no la tenían y ni siquiera la veían!

Todo forma parte de la fuente de la confianza de las almas en Mi Corazón y esta Gracia no solo llega a ustedes, sino también al mundo que lo necesita. Esto hace cumplir las promesas en la Obra de Mi Divina Misericordia. Por eso hoy estoy en un pleno gozo, colmado por las rosas de la confianza de Mis compañeros y de Mis servidores. Soy colmado por el aroma del amor de los corazones simples que se entregan en los Brazos del Señor, para decir ‘sí’ y seguir adelante.

¡Cuanto más se enciende Mi Espíritu al escuchar la voz de las naciones del mundo pidiendo por la Paz! Ustedes ni se imaginan lo que sucede en cada nuevo encuentro entre los corazones que oran pidiendo la Misericordia al Señor.

¡Cuántos obstáculos son retirados del camino de Mis hijos y de Mis siervos! ¡Cómo la fe vuelve a brotar en los corazones que antes estaban vacíos y llenos del error!

Su Maestro y Señor se está preparando para un nuevo ciclo, junto a Sus compañeros. Y llamo a todos los que Me escuchan para que Me acompañen en la próxima Sagrada Semana, en donde no solo revivirán los Códigos de Mi Pasión, sino que acompañarán por primera vez a su Maestro a dar un gran paso que definirá el próximo tiempo para la humanidad y para el planeta.

Por eso vengo fuera de la iglesia, porque de lo contrario Me lo impedirían hacer. Es necesario meditar en los acontecimientos con tiempo, pero ahora, ya no hay tiempo. Mientras cada segundo y cada minuto pasa en su reloj, muchas más cosas suceden en el mundo. Como en África, por ejemplo, en donde a cada segundo un niño muere de sed.

¿Quién tendría el coraje y la valentía de ver eso junto al Maestro y solo callar y orar, pidiendo perdón por la indiferencia planetaria?

No iré a golpear a las puertas de los gobiernos, sino que iré a llamar a la puerta de los corazones que ni siquiera imaginan que están preparados para servirme en este último ciclo y en ellos realizaré Mi Obra, porque cuando se unen a la oración Conmigo, todo es posible, todo se realiza, todo se concreta, todo se manifiesta.

Del cielo Yo les traigo Universos Mayores para que los contemplen, porque ellos les servirán de auxilio para estos tiempos, para que no les falte la confianza ni la guía, para que Me sirvan sin distinciones, para que se entreguen a Mí de inmediato porque en Mi silencio Yo espero por Mis soldados, para darles Mi Voluntad.

Que las almas no pierdan la Gracia de estos tiempos, la alegría de estar renaciendo en el Señor, porque el Todopoderoso se hace visible entre las criaturas que solo Lo miran con amor y anhelo.

¡Cuántas heridas son cerradas en estos encuentros! Cada vez que se colocan ante Mi Presencia Yo puedo hacer más de lo esperado y no tengo límites para expandir Mi Misericordia en los más miserables del mundo, porque Mi deseo ardiente es que la mayoría no muera en pecado mortal, sino que esté limpio y puro para entrar al Reino de Dios.

Hoy vengo con un mensaje reflexivo para los que siempre Me han escuchado y que desde hace tantos encuentros Me acompañan sosteniendo entre sus manos la antorcha de la fe y de la persistencia a pesar de los obstáculos para seguir adelante junto al Maestro del Amor.

Hoy no quiero ver lágrimas de sufrimiento, sino lágrimas de alegría y de júbilo, al estar dando el paso junto al Señor, en la consagración interior y en el servicio por el planeta.

Al fin puedo ver con Mis Ojos a los que Me imitan, a los que viven Mi enseñanza así como Yo la pronuncié y la revelé en el Evangelio.

Parte de las escrituras del Libro Sagrado se cumplen en este día, porque la Sacrificada Mujer del Universo, Madre Mía y Madre vuestra, la Virgen María, cumplió Su promesa ante los Pies del Creador, llevando a Sus hijos al Universo de la oración y de la cura, para que ingresasen en una nueva etapa.

El Apocalipsis se cumple al pie de la letra: "Y verán venir del cielo a la Mujer vestida de Sol, coronada de Estrellas, con la luna a Sus Pies, anunciando el advenimiento del retorno de Cristo en los corazones del mundo y la serpiente del mal es pisada por Su bendito Pie y Ella disipa el dolor y la culpa de los hombres. Y la luna roja se eleva en el firmamento para anunciar la venida del Hijo del Hombre, el que está retornando como Fuente de Agua Viva”.

Llegó la hora de que todos ingresen a la Iglesia Celestial, la verdadera Iglesia que he fundado en los corazones y no en las columnas.

Eso fue lo que Yo les dije a Mis apóstoles y a todos Mis seguidores: "Busquen el Reino de Dios dentro de ustedes porque él está próximo. No sean opulentos, no se vicien con la vida material”. Pero muchos prefirieron llevar Mi Iglesia con poder y con un prestigio que Yo no quiero. Por eso retorno por segunda vez, para volverles a decir que la Iglesia Celestial, el Reino de Dios, está dentro de ustedes y no está fuera.

Pero hoy Me elevo al Cielo con el triunfo de los creyentes, de los que creen sin haber visto y sin haber comprobado absolutamente nada.

Bienaventurados son los que escuchan de Corazón, porque en el próximo tiempo y en el próximo mundo serán reconocidos como Mis siervos, Mis siervos de los últimos tiempos.

Que se rindan los que hoy no se rindieron y que reconozcan sus pecados los que hoy no se confesaron, para que sean merecedores de Mi Gracia renovadora, que viene a convertir lo que es imposible para este tiempo.

Cantan los Ángeles en el Cielo, cantan los coros en la Tierra, porque el Unigénito lleva sobre Su Corazón las flores de la confianza de Sus hijos al Reino de Dios, como el triunfo y la victoria de Su Proyecto.

Pero vendrán tiempos turbulentos y que estas, Mis Palabras, sean consuelo durante las horas difíciles. No prometo hacerlos felices; no prometo hacerlos felices en este mundo, sino en el próximo, en donde todo estará pronto para estar dentro del Reino de Dios y en sus memorias tendrán este pasaje y este momento. Hoy sus células guardan en su interior este legado, que es el último que Yo derramo antes de la última y gran batalla con el ángel caído.

San Gabriel Arcángel lo juzgará y Yo le entregaré la redención por medio de Mi Corazón Glorificado.

La dualidad terminará en la próxima Tierra, será la Tierra Prometida de la Unidad. Pero todo lo que Yo les digo estará por suceder. Mientras tanto no dejen de preparar sus corazones para el próximo tiempo. Las últimas llaves de la instrucción están siendo entregadas para la redención de los corazones y del mundo.

Llegará una hora, compañeros, que Yo ya no estaré más entre ustedes, porque como humanidad pasarán por la misma prueba que Yo pasé en el huerto Getsemaní, para confirmarme ante el Cáliz del Señor. Pero por esa hora no tengan miedo. Yo estaré en Espíritu Presente, cuando Me llamen.

Mi Sangre vertida en la Cruz, en la Pasión y en todo el Camino del Calvario, tiene un poder y un valor incalculable y será por la preciosísima Sangre de vuestro Señor, que quien confíe hasta el final tendrá la fuerza interior para vencer.

Mis Palabras hoy han bendecido todos estos sacramentos, porque son Palabras que vienen de Mi Corazón y de Mi Vida. Recuerden que Soy eterno y en la Eternidad todo es vivo y luminoso.

Que los que hoy se bautizan o los que hoy serán ungidos recuerden estas palabras, porque les servirán de auxilio para los próximos momentos y que todos sean sacramentados por el Sagrado Espíritu de su Señor. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Este es Mi Cuerpo y esta es Mi Sangre que ha sido entregada por su Maestro y Señor y por todos los mártires para el perdón de los pecados. Recuerden comulgar Conmigo y hacer memoria del triunfo celestial de su Señor en esta Tierra.

Todas las intenciones que colocan dentro de la cesta, son contempladas por Mi Corazón. Recen Conmigo para que sean escuchadas por el Creador.

Yo bendeciré con este Agua que brota de Mi Costado y de Mi Corazón, como Fuente Espiritual de Gracia y de Renovación, a los pioneros que he llamado para manifestar la Obra en Ecuador, Perú y Colombia, a fin de expandir la victoria de los Sagrados Corazones.

Llamo aquí a los hermanos de la Red Luz de Ecuador y de Colombia, para que el Señor los bendiga en esta nueva etapa y en esta nueva misión.


Bautízalos Señor con el Fuego de Tu Espíritu, para que en sus consciencias siempre exista la unidad, la hermandad y el propósito, el que se cumplirá según Tu Voluntad. Amén.


Que el Señor los bendiga y los proteja para esta nueva misión a fin de establecer Su Reino en la Tierra.

Recibirán de su Señor una Sagrada Medalla, a fin de que Yo los acompañe paso a paso.

Vamos a rezar junto a Cristo. Padre Nuestro...

Que los ángeles de la Guarda los acompañen, que acompañen a todas las almas de los peregrinos, a fin de que la guía y la sabiduría espiritual siempre esté presente en cada nuevo paso.

Hoy Me retiraré al Universo, llevando las flores de la confianza de las almas al Reino de Dios, para colocar ante Sus Tronos los triunfos del Redentor.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús Glorificado durante la 51.ª Maratón de la Divina Misericordia, en la ciudad de Santa Fe, Argentina, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Hoy vengo para que adoren la Sangre preciosa de Jesús y para que, por medio de Mis Llagas, contemplen el Misterio de Mi Resurrección.

Estas cinco Llagas, que son como cinco soles, se donaron al mundo y a su humanidad para traer la salvación y la conversión de las almas. Aún son un misterio desconocido, las cinco Llagas de su Señor, así como también Su preciosa Sangre que fue vertida en la Cruz, hasta las profundidades de la Tierra, para reconsagrar al mundo al Plan Divino del Creador.

Estas son las cinco Llagas que hoy traigo para ustedes para que sus enfermedades sean curadas, para que sus heridas sean cicatrizadas, para que lo más profundo de la consciencia sea redimido por la Luz poderosa de Mis cinco Llagas.

Hoy vierto sobre el mundo, nuevamente, este misterio de Mi Pasión, el que ha sido culminante en lo alto del Monte Calvario cuando la Sangre, el Agua y el dolor de su Señor, en máxima agonía, redimía al mundo para poder darle una nueva oportunidad de estar ante el Creador con dignidad espiritual.

En aquel tiempo, las santas mujeres junto a María, Mi amada Madre, estaban con Juan y con algunos más que no están escritos en la Biblia, a los pies de la Cruz, contemplando el misterio de la Pasión, de la Muerte y de la Redención de la humanidad por medio del sacrificio de Su amado Hijo.

Hoy no vengo a entregarles el dolor que me hace sentir el mundo en estos tiempos.

Hoy vengo a entregarles el misterio poderoso de Mis cinco Llagas que puede ser venerado y honrado por todas las criaturas de este planeta, por medio de la Adoración al Santísimo Cuerpo Eucarístico como también por medio de la contemplación y de la devoción a las cinco poderosas Llagas de su Señor.

En cada una de las Llagas, y por medio de cada una de ellas, entregué un sacrificio para Dios que, aunque no me correspondía vivirlo, Yo lo estaba entregando con un amor inexplicable e infinito, después de haber predicado en este planeta y de haber hecho grandes milagros en esta humanidad.

Que estas cinco Llagas, que son el símbolo de la redención de la humanidad, hoy viertan sobre ustedes la poderosa Sangre para que sus cuerpos sean bañados y lavados por la divina Fuente de la Reparación y de la Cura, a fin de que muchas más almas se rindan a este misterio por medio de su adoración y amor a Mi Sagrado Corazón.

Sientan cómo esta Sangre espiritual hoy los lava completamente. Sientan cómo cada partícula de sus seres y cada átomo son tocados por la Luz espiritual de Mi Sangre con el fin de que todo sea renovado, redimido y curado por Mi insondable intercesión.

Cuando estaba en la Cruz viví muchas cosas que aún la humanidad desconoce. Por eso estoy aquí, compañeros, para hacerles revivir el misterio de Mi Pasión y de Mi Muerte, no como una pena dolorosa o una aflicción, sino como una victoria para que cada uno de ustedes, en estos tiempos, se anime a morir cada día para sí para que Yo pueda estar en ustedes y así obrar, al punto de que se desconozcan completamente en muy pocos días.

Quisiera que las almas del mundo consideraran Mis cinco Llagas como una victoria celestial y que a pesar de haberlas sufrido, Mi Corazón no dejó de emanar Amor, el Amor que venció a la muerte, el Amor que venció a todo dolor, el Amor que venció a las injusticias y que trascendió los tiempos. El Amor invencible de Mi Corazón que se derrama como un flujo de Luz y que tiene sed, mucha sed de almas.

Deseo que todos puedan ser parte de Mi misterio para que puedan comprender, vivir y experimentar la expansión de Mi Consciencia divina y todo lo que aún tengo para dar, infinitamente, para las almas del mundo que acepten ser parte del misterio de Mis cinco poderosas Llagas y de la Adoración perpetua a Mi divina Sangre derramada una vez en la Cruz.

Sientan cómo esta Sangre hoy los redime y lleva a todos hacia el vacío interior, en donde no existe por qué, respuesta ni sentido, porque en el vacío eterno de Dios sus almas pueden vivir la plenitud de estar fundidas en el gozo de Mi Espíritu y estar por encima de todas las crueldades del mundo que ofenden al Corazón de Dios y a Su Creación.

Si ustedes se colocan en Mis Llagas, Yo podré colocarme en ustedes, en el espacio o el lugar en donde se necesita cura, redención y luz.

No vengo a buscar de ustedes realizaciones personales ni triunfos individuales. Necesito de corazones disponibles en este tiempo para vivir este misterio porque si están dentro de Mis Llagas, formarán parte de Mi Sangre y Yo haré de ustedes algo nuevo, algo que tanto les cuesta alcanzar y que para Mí, por ser su Maestro y Señor, nada es imposible.

Hoy vengo a invitarlos, compañeros, y también a las almas del mundo a formar parte de Mi Congregación Celestial que adora Mi preciosa y divina Sangre, dentro de la consciencia de la Iglesia Celestial, algo que no es material, sino completamente inmaterial, algo que proviene del Propósito Divino y de la emanación de la Fuente, de los que ustedes pueden ser parte mientras estén aquí en la Tierra y podrán celebrar Conmigo no solo el Misterio de Mi Pasión por medio de los Sacramentos que son ofrecidos, sino también podrán adorarme y contemplarme por medio de las cinco poderosas Llagas y de Mi divina y preciosa Sangre.

Necesito que estos Códigos de Luz que Yo alcancé en la Cruz por medio del sacrificio, de la Muerte y de la Resurrección puedan estar disponibles en las almas del mundo. Solo a ustedes les corresponderá una parte, compañeros, la de estar enteramente unidos a este misterio de las cinco poderosas Llagas y de la divina Sangre de su Redentor. Eso ayudará a que las almas más pecadoras, que están en todo el mundo puedan recibir, por medio de este misterio y de su entera devoción a Mí, una gracia inexplicable y una oportunidad como hoy la están teniendo ustedes conscientemente.

No dejen que este misterio hoy pase por ustedes como si fuera el viento que sopla en sus rostros. Permitan que se pueda sembrar la devoción a las cinco Llagas de su Señor y a Su poderosa Sangre, Sangre que les traerá la liberación, la redención y el exorcismo del mal.

A los pies del Monte Calvario no solo se encontraban Mis enemigos, y digo enemigos para que puedan comprender lo que les quiero decir. En verdad, el poder de Mi Amor y de Mis cinco principales Llagas amaba incondicionalmente a los que me castigaron hasta los pies de la Cruz.

Quisiera que por este dolor que Yo he sentido por el mundo, en una inexplicable agonía hasta las tres de la tarde de un día viernes, hace más de dos mil años, ustedes puedan convertir, transfigurar y perdonar, como Yo lo he hecho, todos los sufrimientos ocasionados a Mi Corazón durante aquel tiempo.

Mas ahora necesito, compañeros, que en el estado de su profundo despertar puedan perdonar lo que aún no han perdonado y que hoy, por medio del Sacramento de la Comunión y de la Reconciliación, lo hagan verdaderamente por Mí.

Yo ya sé lo que hay en lo íntimo de ustedes, qué es lo que pesa, qué es lo que amarga, qué es lo que les genera sed de un profundo y verdadero amor. Pero en el misterio de Mis cinco Llagas y en aquellos que son devotos a ellas, se resuelven todas esas causas por el simple hecho de abrir el corazón y también el alma para que ingrese la divina Sangre espiritual de su Señor en las profundidades de sus consciencias, en las raíces más impenetrables del error.

Este es uno de los tantos aspectos del Cristo Redentor, misterios que son develados en la Iglesia Celestial y de los que las almas bienaventuradas participan, en comunión perpetua, junto a los ángeles.

Si en verdad las almas buscaran Mi Consciencia, no sería necesaria la purificación del mundo ni tampoco las catástrofes, las guerras ni las enfermedades que en estos tiempos se vuelven interrogantes para la consciencia humana, para toda la ciencia humana que está separada de Dios.

En lo alto del Monte Calvario, Yo vine a vivir por ustedes todos estos misterios y a sembrarlos en la consciencia del planeta, a establecerlos en las almas que, a través de los tiempos y de todos los acontecimientos, serían llamadas por Mí para formar parte del ejército del fin de los tiempos.

Ustedes están, en este momento, en la última fase de ese tiempo. Ustedes están siendo partícipes del último gran acontecimiento de la humanidad. Ustedes forman parte de una transición, del gran cambio de la consciencia y de una inexplicable redención que el Universo de Dios está ofreciendo a todos, sin condiciones, porque ya no existirá otra oportunidad. No puedo prometer, compañeros, lo que no sucederá.

Por eso, con espíritu de entrega, de regocijo y de adoración, vengo a pedirle al mundo la devoción a Mis cinco poderosas Llagas y a Mi preciosa y divina Sangre a fin de que Yo pueda, por intermedio de muchas más almas, socorrer al mundo, desterrar el sufrimiento y curar a los corazones que necesitan de luz y de amor.

Hoy todos ustedes están siendo llamados a formar parte de Mi Congregación Celestial en devoción a Mis cinco poderosas Llagas y a Mi divina Sangre.

Sientan, en cada parte de su cuerpo, Mi preciosa Sangre y entren en comunión con este misterio. No intenten comprenderlo, sino ábranse para esta experiencia de amor que es poco merecida por las almas del mundo, pero que Mi Gracia todo lo permite para borrar el dolor y trascender las miserias.

Dejen que sus corazones sean lavados por esa Sangre. Permitan que cada rincón de sus seres pueda ser tocado por Mi divina Sangre y salgan de aquí sintiéndose otros, renovados por este Misterio de Mi Consciencia sacerdotal.

Hoy, ante las puertas de Mi Iglesia Celestial, realicen el ofrecimiento de sus almas a Dios para que el Padre las contemple en Su divina e infinita Misericordia y, en este día de Gracia y de Redención, todo, todo sea reparado.

Y celebraremos, compañeros, por intermedio de Mi Divina Sangre, el misterio de los Sacramentos, Ciencia divina y cósmica que trae, para las almas y para las vidas, Gracias inexplicables, acontecimientos divinos en la consciencia humana, puertas que se abren a la redención.

Y hoy especialmente, he venido con el Ángel encargado de la devoción y de la Adoración a Mis cinco poderosas Llagas y a Mi divina y preciosa Sangre. Él guarda, entre sus manos, dentro de un tubo de cristal, la Sangre que fue vertida en la Cruz, especialmente de Mi Pie derecho que es el Pie que vino a establecer al mundo la Voluntad de Dios; y fue esa Voluntad, la que venció al enemigo y lo lanzó hacia su abismo hasta los tiempos de hoy.

Cada parte de Mi Cuerpo es un símbolo de Dios porque Mi Cuerpo ahora está glorificado. Mi Materia se volvió luz, aunque siga siendo un ser humano iluminado. Mi Cuerpo Glorificado forma parte del universo y de la nueva ciencia para la futura humanidad. Mi Cuerpo es la nueva genética para los Cristos que despertarán en la redención.

Mi Corazón permite esto para que las almas se vuelvan más conscientes de que aquí, en este momento y en esta hora, no solo les habla Jesús, el Nazareno, sino el Rey de reyes, el que ascendió a los Cielos y está a la derecha de Dios gobernando todos los mundos.

Celebremos este momento, bajo el espíritu de Mi Iglesia Celestial para que muchas más Gracias colmen sus corazones y vidas y cada uno despierte su don, el don que ha venido a entregar en servicio a Dios y por este planeta.

Siéntanse parte de los nuevos redimidos y ya no se aflijan más. Celebren con alegría su resurrección espiritual porque ustedes como sus hermanos del mundo que ahora Me siguen, antes estaban muertos, pero ahora están vivos con su verdadero ser formando parte de las primeras filas preparatorias de Mi Segundo Retorno.

Ya no se sientan pecadores. Siéntanse salvos por la divina Sangre de su Señor y protejan ese estado espiritual para que nada ni nadie lo ensucie.

A los pies de Mi Iglesia Celestial, su divino Maestro y Señor, en presencia de Sus cinco poderosas Llagas y del afluente espiritual de Su divina Sangre, extenderá este Misterio de Amor y de Redención, no solo para los cuatro puntos de la Tierra y los cinco continentes, sino también para estos elementos que formarán parte de la celebración de la Cena de hoy.
 

Fray Elías del Sagrado Corazón:
Podemos ponernos de pie, sabiendo que el Maestro está presente para bendecir estos elementos y que, a las puertas de la Iglesia Celestial, estamos siendo reconocidos por la intercesión de Jesús como dignos hijos de Dios.

 

Canción: "Por las Llagas de Jesús".
 

En esta Sangre, que fue vertida una vez en la Cruz, se encuentra la esencia del Amor, del Amor que proviene de la Fuente, que es eterno e infinito y que trae gozo, vida y plenitud para todas las almas que beben este Sacramento.

Que la divina Alianza de los devotos a la divina Sangre de Jesús hoy se establezca en la Tierra hasta que Yo retorne al mundo.

En Mi sagrado Cuerpo Eucarístico se refleja la gratitud a Dios que transmito para todas las almas, por Él haberme permitido encarnar en este mundo y en esta humanidad a fin de que todos los espíritus, en todos los tiempos y en todas las épocas, conozcan la grandeza de ser dignos hijos de Dios.

Y ante el Altar de Mi Iglesia Celestial, vuelvo a decirles que en aquel tiempo, cuando estaba reunido con los doce, tomé el pan, di gracias a Dios por ese sacrificio; se lo entregué y les dije: “Tomen y coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo que será entregado por el mundo para el perdón de los pecados”.

Del mismo modo, tomé el sagrado Cáliz entre Mis Manos, di gracias a Dios por ese sacrificio, lo entregué a Mis apóstoles y a todos los que estaban en los planos internos, diciéndoles: “Tomen y beban todos de él, porque esta es Mi Sangre, la Sangre de la Nueva Alianza que será derramada por su Señor para el perdón de sus pecados”. Recuerden hacer esto en Mi memoria, hasta que Yo retorne al mundo.

Que en el poder de Mi Iglesia Celestial se expandan los Rayos de la Misericordia al mundo con el fin de que todas las almas resuciten a su vida espiritual. Amén.



Fray Elías del Sagrado Corazón:
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


 

Canción: "Tú estás aquí".

Aparición de Cristo Jesús durante el Sagrado Llamado, en el Centro Mariano de Figueira, Minas Gerais, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

No vengo a prometer la victoria aquí en la Tierra a ningún ser humano, sino un sacrificio que es desconocido por la mayoría. Es parte de Mi Obra de Misericordia, la que Yo intento que vivan Mis apóstoles en estos tiempos de transición.

Hoy vengo con Mis cinco principales Llagas encendidas.

Necesito que sientan las Llagas de Mis Manos, las Llagas de Mis Pies y la Llaga de Mi Costado, a fin de que compartan Conmigo lo que estoy viviendo por esta humanidad y por la que vendrá.

Mi Pasión no terminó en la Cruz, ella continúa viva en el eterno silencio de Mi Corazón.

Pero hoy también les muestro Mi Corazón resplandeciente; este Corazón que ha dado la vida por ustedes, que se entregó por ustedes para que estuvieran en comunión con el Padre a través de los tiempos y de los siglos.

Vean Mi Corazón Glorificado, que aún arde de Amor por las almas.

Este Amor consume como un Fuego a Mi Corazón, es un Amor que a veces duele, por estar tan limitado para poder entregarlo a las almas que tienen mucha sed de Dios.

Este es el Fuego Divino que Me permite estar aquí con ustedes y el que a través de los tiempos ha acompañado a esta humanidad, desde el momento en que Yo estuve encarnado aquí, en la Tierra.

No deseo que este Fuego de Amor Me consuma. Aspiro poder derramarlo, entregarlo y compartirlo con las almas que están más vacías de Dios, que no tienen salida, que no encuentran un sentido para la realización del Plan de Dios en este tiempo definitivo.

Con la Luz de Mis cinco Llagas y con Mi Corazón ardiendo de Amor en el Amor infinito de Dios, hoy deseo que coloquen su mano sobre Mi Corazón, para que puedan sentir Mi Presencia, que es eterna y perpetua.

Amado Mío: coloca tu mano sobre Mi Corazón y siente la fuerza de Mi Amor inextinguible, este Amor que repara y que cura a las heridas más profundas de la consciencia, el desasosiego de los espíritus, la tristeza de los inocentes, el dolor por los que claman por una oportunidad.

Coloca tu mano sobre Mi Corazón Glorificado y siente Mi Presencia. Yo estoy aquí y si estoy aquí, nada semejante a Mí puede estarlo, porque Mi Fuerza es indestructible, Mi Poder es invencible.

A Mi Amor nadie lo puede derrotar; porque es un Amor que proviene de Dios, de Su Infinita Fuente, de la emanación más profunda de Su Corazón eterno y sublime.

Siente, a través de Mis Palabras, tocando con tu mano Mi Corazón, este Fuego Divino de Amor y de Gracia, de Cura y de Redención, que hoy derramo sobre ti para renovar tus células, tus sentidos y toda tu consciencia, que es bañada por Mi Espíritu, es colmada por Mi Consciencia, es elevada por Mi Divinidad.

Hoy deseo que todos toquen Mi Glorificado Corazón.

Recuesta ahora tu cabeza sobre Mi Pecho y siente la paz. La paz que conforta, la paz que renueva: Mi Paz, que restaura. Mi Paz, que cicatriza. Mi Paz, que consume cualquier dolor, cualquier angustia.

Ríndete a Mis Brazos; ingresa en lo profundo de Mi Corazón, en donde está Dios a la espera de tu espíritu, junto a Sus ángeles.

Recuesta tu cabeza sobre Mi Pecho y siéntete completamente vacío; lejos del mal, y cerca de la Fuente renovadora de Mi Corazón.

Ríndete a Mis Brazos, para que Yo te pueda cubrir con el Manto Sagrado de Mi Divina Alma, de Mi Sublime Compasión.

Ríndete y ya no te resistas.

Abre tu corazón, dime qué es lo que sientes en tu interior.

Yo conozco tus misterios y los rincones más profundos de tu consciencia. No hay ningún obstáculo para Mí, ni ninguna barrera que Me pueda impedir llegar a ti.

Entrégate al Fuego de Mi Corazón y déjate consumir por la Sagrada Adoración de Mi Corazón Eucarístico.

Bebe del cáliz que hoy te estoy ofreciendo y vive el sacrificio por Mí, por todas las almas, por todos los Reinos, por este planeta que agoniza por la falta de tanto amor.

Consúmete dentro de Mi Fuego y que Mis profundas Llamas de Amor transfiguren tus sentidos, transfiguren tus células y eleven tu alma a través de Mi Corazón, al Sagrado Reino de Dios.

Siente los Rayos de la Cura, para que lo más imposible se pueda curar.

Siente Mis Rayos de reparación, para que lo que está restaurado se pueda volver a transformar en el Divino Proyecto que Yo tengo para ti.

Ríndete a Mis Brazos y déjame obrar.

En Mi Corazón está el refugio para estos tiempos, la fortaleza para las almas, la fuerza y el poder que derrotarán el mal.

Ahora deja que Mis Llagas toquen tu cuerpo y coloque Mis Manos en donde tú más lo necesitas. Siente la Luz de Mis Llagas, siente Mis Manos, las humildes Manos de un Obrador de Dios, que se entregó a ti, por Amor y Redención.

Siente las Manos de tu Rey, las que fueron traspasadas; Manos que soportaron el dolor del mundo, la indiferencia de la humanidad, hasta los tiempos de hoy.

Siente el calor de Mis Manos, que irradian la cura y la restauración para tus células, para cada rincón de tu ser.

Ríndete ante tu Maestro Celestial.

Acepta a tu Señor, acepta a tu Esposo y vive Conmigo la alianza eterna con Mi Corazón.

Ahora observa cómo toda amargura se disipa y el poder de Mis Llagas todo lo transforma, para que algún día, amada alma de Mi Corazón, alcances la Luz y la Ascensión,

Rindete a Mis Brazos. Ríndete ante Mi Presencia. Porque ahora debes ser nada para que Yo sea en ti y tú en Mi Padre, que está sediento del amor de las almas; que está lleno de Misericordia para todos tus defectos, para todas tus heridas, para todo lo que nadie puede curar en este planeta.

Y ahora, siente Mi Abrazo, siente el refugio de Mi Espíritu y sumérgete en el océano de Mi Paz, en donde ya nada más importa, solo estar en Dios y en Su Divina Presencia.

Quédate en Mis Brazos como un pequeño ser y sé tan insignificante como todo lo creado. Sé pequeño entre los más pequeños. Sé el último entre los primeros.

Te invito a ser nada, en el sagrado vacío de Mi infinito Amor.

No busques resultados, sino constantes esfuerzos.

Complace a Mi Corazón por todas las Llagas que el mundo me genera día a día.

Así como te entrego Mi Ser, entrégate en rendición a Mí, para que puedas salir de ti y puedas estar ahora en el sufrimiento de tus semejantes; curando como Yo he curado, amando como he amado, entregándote completamente, como Me entregué en la Cruz por cada uno de ustedes.

Haz de Mis Palabras el Fuego de tu vida, la Llama infinita que todo ilumina en estos tiempos de oscuridad.

Toma Mi Corazón como una nueva alianza y bebe de Mi Sangre Divina, para renovar tu ser, y así, transfigurarte de la noche a la mañana.

Quédate en Mis Brazos tan solo por un momento y ya no pienses en nada.

Estás dentro de Mi Reino, viviendo de Mi Verdad.

Estás en la realidad del Universo y, en este mismo momento, lejos de la ilusión.

Ríndete a Mis Brazos, para que puedas sentir el Fuego de Mi Amor, y así, aprendas, en este tiempo, a amar cada vez más, sin condiciones, sin barreras, sin defensas, sin apariencias.

Ama como Yo he amado a todo el mundo cuando estaba en la Cruz, en la mayor agonía.

Ama más que el dolor y que todo sufrimiento, porque el amor vencerá y algún día serás lo que Yo tanto aspiro, desde el surgimiento de tu consciencia.

No pienses en el pasado, sino en el eterno presente que hoy te ofrendo con Amor, para que puedas comulgar Conmigo en la plenitud de Mi Espíritu y en la Gracia de Mi Consciencia.

Ama por los que no aman.

Ama por los que no saben amar.

Ama por tus enemigos.

Ama delante de tanta indiferencia, y que encuentres en tu prójimo el Amor de Dios, que está vivo, pero herido, en tu semejante.

Ama como los ángeles aman a Dios. Que este Amor pueda arrebatarte, el Amor que hoy te entrego, el Amor que proviene de Mis Llagas y de lo profundo de Mi Corazón.

Ríndete a Mis Brazos y aprenderás a amar como Yo lo espero para este tiempo de crisis.

Que este amor surja de ti como un espíritu verdadero, como una Gracia incondicional que pueda superar tus límites y todas tus imperfecciones.

Ahora que estás rendido a Mis Brazos, rodeado por el Fuego de Mi Amor, por la Divina Luz de Mis Llagas, acepta Mi Llamado: curar a este planeta bajo el Amor de Mi Corazón, para que muchas almas más se salven, para que millones de consciencias despierten a la vida del espíritu.

Está llegando del Universo la fuerza imperiosa de Mi Amor, que quiere traspasar muchos corazones más que hoy agonizan.

Siente los Rayos de Mi Amor y libérate del cautiverio.

Siente los Rayos de Mi Amor y, en el sagrado silencio, entra en comunión Conmigo para entrar en comunión con Dios, a fin de que se establezca la sagrada reparación.

Ahora guarda en tu corazón lo que hoy te he donado de una forma incondicional, porque te estoy ayudando a cargar la cruz de estos tiempos difíciles, Yo Soy el nuevo Cirineo.

Yo vengo a hacer de tu vida una nueva vida, algo que tú desconoces, algo que está lejos de tu control y de tu pequeño poder, vengo a hacer de tu vida lo que Dios espera.

Hoy solo vengo a cumplir Mi Voluntad. Amén.

Lleven las manos hacia al corazón y comulguen Conmigo, en el calor interno que hoy los une, en la Comunión renovadora que hoy nos congrega para que, algún día, nos tornemos libres, libres de la cadenas, libres de las prisiones y de todos los atavismos, tan libres como lo fueron los apóstoles.

Solo les pido que no teman cruzar el desierto porque Yo siempre estaré allí, para extenderles Mi Mano y levantarlos del suelo, dándoles fuerza y coraje, templanza y esperanza para poder caminar hasta el fin de la meta, hasta el Reino de Dios.

Hoy vengo con Mi dulce Fuego de Amor y con la suavidad de Mi Espíritu, con Mi Amor-Sabiduría, para curar al mundo de los núcleos más internos que aún no se pueden transformar, por temer a vivir el gran Amor que Yo tengo por todos, eternamente.

Siente tu corazón vacío de toda secuela; y ahora, contempla en tu corazón cómo se abre la flor de la redención, tan bella como las rosas y todas las flores del Universo.

Este es el toque de tu esencia.

Este es el resurgimiento de tu pureza que se ha entregado a Mis Brazos para poder despuntar como el Sol de Mi Corazón, en este Universo, para siempre.

En los tiempos de oscuridad vendré a dar fuerza a los que Me sigan, a los que Me escuchan abiertos de corazón, a los que Me adoran y a los que aún esperan Mi llegada al mundo, aunque no Me puedan ver.

Yo quiero que se rindan a Mis Brazos los que aún no se han rendido.

Yo vengo a buscar de ustedes lo que es verdadero y justo.

Vengo a traspasar las capas más profundas de la miseria, los muros más rígidos de la consciencia por medio del Rayo Poderoso de Mi Amor, y así los hago resurgir bajo Mi Espíritu, que es el Espíritu de Mi Padre.

Y ahora, en Mis Brazos, sientan el Sacramento de la Reconciliación con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Vengo a hacer de sus vidas nuevas cosas.

Vengo a concretar lo que parecería imposible.

Vengo para manifestar en este tiempo la Gracia de Dios, una Gracia que aún no es comprendida ni valorada por la humanidad.

Vengo a entregarles lo que viene de Dios, a través del Corazón Amadísimo de Su Hijo.

Vengo a santificar este aceite con la emanación más profunda de Mi Espíritu,para consagrar a nuevas auxiliadoras de Mi Divina Misericordia, que serán a partir de esta noche, Mis Brazos y Mis Manos, para llevar al mundo, por medio de los Sacramentos y del Ceremonial, la Misericordia de Dios para las almas, para las almas más moribundas.

Hoy contemplaré esta consagración con regocijo, como lo fue en Santiago de Compostela, en donde pude ver en esas almas la verdadera misión de sus esencias, manifestada en la vida material por el simple hecho de adorar y de amar Mi Corazón.

Hoy vengo a entregarles esta Gracia que va más allá de sus almas, de todas sus condiciones, de todas sus imperfecciones.

Hoy vengo a liberarlas para que estén en Mí y Yo en ustedes, en comunión perpetua con las esposas del Señor.

Que el Señor bendiga este elemento, que surgió en los principios de este planeta para santificar a las almas y para quitarles la sed de Dios, con el fin de que se reconcilien con la Santísima Trinidad, presente en el elemento agua, fuente de gracia y de reparación,

Este es el símbolo1 que las unirá a Mí. Aquí está la unión con Mi Sagrado Corazón, fuente de gracia y de cura.

Y así, en momentos de alegría como de tristeza, en momentos de desafíos como de pruebas, así Yo siempre las quiero ver. hijas Mías, fortalecidas por el coraje del espíritu, la templanza del alma, por el fuego de sus corazones unidos al Fuego de Mi Corazón.

Bendigo a todos y al mundo entero, con la señal luminosa de la Redención: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
 

1Fray Elías exhibe el pan y el vino.

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO DURANTE LA SAGRADA SEMANA, DÍA 1, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Es una alegría encontrar a aquellos que persisten. Por eso hoy he venido a sacramentarlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Es una alegría encontrar a los que adoran a Mi Corazón y que buscan a través de este camino fortalecer su alianza Conmigo, para que se difunda Mi Paz en el mundo.

Hoy estoy con San Rafael y San Gabriel Arcángel. Han venido a dar comienzo a esta ceremonia. Son los portavoces de la Fuente Primordial, los que traen la cura y la redención para la humanidad.

Necesito que con esto comprendan, compañeros, que sus consciencias hoy dieron un paso por la humanidad. Y Dios viene a su encuentro en Su Gloria, con todos Sus ángeles y santos, para proclamar el triunfo de Mi Sagrado Corazón.

Así como estuve a las puertas de Jerusalén hace más de 2000 años atrás, hoy estoy a las puertas de sus corazones, para proclamar ¡aleluya!, glorioso es el Padre que está en los Cielos, benditos son aquellos que vienen al encuentro del Señor para despertar su fe, su amor y su confianza en el Primogénito, Aquel que nació de la poderosa Fuente del Amor.

Hoy entonan los coros, en esta parte de la Tierra, el descenso de Mi Consciencia sacerdotal para que en la otra parte del mundo las tinieblas sucumban, así como fue hace 2000 años atrás.

Crean que esto está sucediendo hoy. No podré evitar que nadie muera, pero sí podré conceder en este tiempo de caos, la Gloria de Mi Reino.

Benditos sean los que vienen al encuentro del Señor y abren sus corazones para ser liberados de las amarras y despertar sus compromisos con Aquél que vendrá en Gloria en Su Retorno, y que será visto entre las nubes encendiendo los Espejos del Amor para que el mal desaparezca del planeta.

Alabados sean los que hoy están aquí, en nombre del Señor, en servicio incondicional y en amor permanente para que el mundo, que está herido, sea curado por sus oraciones y entregas.

Benditos sean los que hoy se consagrarán como Adoradores de Mi Cuerpo Eucarístico, porque serán los primeros y también los últimos que abrirán las puertas para que muchos más ingresen al Sagrado Templo de Mi Corazón.

Hoy los espíritus impuros, que vagan por el mundo, están siendo paralizados.

¡Bendito es el Reino del Señor!

Nadie puede resistirse a Él, porque es muy grande Su Misericordia.

Enciendan ahora las llamas de sus corazones. Enciendan sus espíritus ante la Presencia del Hijo de Dios. Su Sagrado Corazón penetra las entrañas más profundas de sus seres, para que así se establezca la Comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.

Coloquen sus manos en señal de recepción, para que Mis Gracias puedan ser derramadas y sus corazones se liberen de cualquier agonía.

Benditos sean los que lloran ante la Presencia del Señor, porque ellos serán consolados y recibirán de Su Padre Celestial la bendición universal, Su sacratísima Llama de Amor y todo el poder de Su Gracia.

Benditos sean los humildes que vienen a ver al Señor, porque no esperan nada para sí, solo honrar y adorar a la segunda Persona de Dios, a través de Su amadísimo Hijo.

Hoy espiritualmente, compañeros, vengo a lavar sus pies, para que estén purificados, limpios y puros para esta Sagrada Semana. Crean que lo estoy haciendo en este momento, junto con todos los ángeles del Cielo, que también lavan sus pies para revelarle al mundo la santísima Humildad de Dios.

Benditos sean los que vienen al encuentro del Señor. Las puertas del mal sean cerradas, para que descienda el Universo Celestial sobre todas las criaturas que lo invocan y lo claman en la perfecta sinceridad de sus corazones.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

En este momento, el Señor está mostrando a los bienaventurados, a los santos y a los evolucionados, y un gran cielo celeste de Luz está sobre nuestros seres.

Jesús está abriendo de nuevo un Libro y lo está leyendo. Las palabras escritas en ese Libro son de oro y Él las contempla en un profundo silencio. Las hojas que Él va pasando se iluminan, así como se ilumina Su Corazón, como un gran sol. Alrededor de Su Corazón aparecen puntos de Luz, que forman círculos entre sí y rodean a Su Sagrado Corazón. Él me dijo que esos puntos son almas glorificadas, que se encuentran presentes en la Tierra y que han venido en este fin de tiempo, de otros universos y de otras escuelas, a cumplir su compromiso final y a sellar su alianza con el Primogénito.

El Libro desapareció. Ahora, Él está extendiendo Sus Brazos en forma de cruz. Él dice: “Yo Soy el Redentor. Todos los que vienen a Mi Corazón no se perderán, porque Mi Corazón es un refugio para la vida eterna”.

Ahora San Gabriel Arcángel y San Rafael Arcángel tienen cálices entre sus manos. El Sagrado Corazón de Jesús está derramando Sangre sobre ellos. Esa Sangre se vierte sobre los cálices. Son cálices dorados y grandes del Universo Celestial. Los Padres Creadores se arrodillaron para recoger esa Sangre que vierte el Corazón de Jesús.

Y el Señor sigue extendiendo Sus Brazos en señal de cruz, como aquellos que se consagran a la vida, a toda la vida consagrada, como todos los que se consagran a Él.

Por encima de Nuestro Señor está la paloma del Espíritu Santo, como un Ave de Fuego que emana doce rayos a través de sus alas, sobre diferentes puntos de la Tierra.

Jesús está llorando, con Sus Ojos cerrados. Debajo de los cálices de los Arcángeles aparece una imagen del planeta. Y debajo del planeta, cuatro ángeles querubines que sustentan a nuestro mundo.

Postrados:

Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo
presente en todos los sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido.
Y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María
os pido la conversión de los pobres pecadores.

Amén.
(tres veces)

 

Lleven Mi Sangre al mundo para que nadie más la derrame y no sean sacrificados los seres de esta Tierra por el falso poder ni por la soberbia humana.

Vengo aquí a darles Mi alegría y también Mi confianza. Y en esa confianza se encuentra Mi dolor, el que muy pocos aceptan por ser un dolor muy grande, que espiritualmente aspiro a compartir con los Míos hasta los últimos días de la Tierra.

Esta es la Sangre que vengo a verter sobre el mundo. Esta es la alianza que entrego a Mis seguidores. Este es el mayor Sacramento de reconciliación con Dios.

Ahora, que están purificados, podrán ingresar al Portal de Mi Paz y de toda Mi Gloria, en donde les revelaré Quién Soy en esencia, por qué ahora estoy retornando al mundo y he escogido esta casa para comenzar a hacerlo, para abrir las puertas al Retorno de Su glorioso Rey.

Cuando oran y cantan de corazón, sin expectativa alguna, sin buscar nada para sí, Mi Corazón, que es humano y divino, es aliviado por todos aquellos que con fervor proclaman su fe en Mi Consciencia. Esto Me trae la esperanza de volver a visitarlos, a ustedes y a sus hermanos, para que el mundo Me escuche y sepa que en verdad estoy aquí, en esta parte del mundo y con esta parte de la humanidad, para poder ingresar en el corazón de los Míos.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Los Arcángeles Gabriel y Rafael se elevaron. Acaban de elevarse al Cielo, llevando los cálices entre Sus manos.

 

Mi Sangre derramada hoy sobre los cálices es el ofertorio de sus almas para que descienda aún más Mi Divina e Insondable Misericordia, para que descienda la piedad en donde no existe la paz y en donde reina el sufrimiento, en estos tiempos finales.

En este primer día, los invito a ser parte de Mi Obra planetaria. Fueron escogidos para llevar Mi Mensaje al mundo. Ustedes son almas muy diferentes, pero en esencia son iguales, en los grados de amor. De estos grados de amor Yo Me sirvo para que, después de esta Sagrada Semana, definitivamente, Mi Sagrado e Insondable Corazón con todos Sus ángeles ingrese a Asia.

Benditos sean los que creen en la Palabra del Señor, porque en el próximo mundo tendrán sabiduría eterna.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Acaba de llegar San Miguel Arcángel, que está por encima de nuestro Señor. En Su mano derecha lleva una lanza; en Su mano izquierda lleva un escudo de plata y es semejante al ser humano.

Jesús dice:

 

Él vino a anunciar Su victoria sobre las tinieblas de la Tierra, porque hoy se han salvado en el mundo 130.000 almas que estaban perdidas y que comenzarán su camino de redención, para encontrarme algún día, así como ustedes Me encontraron y Yo los encontré a ustedes, en lo más íntimo de sus corazones.

Alabemos a Dios por Su infinita Misericordia.

Bendigamos este altar, para que cada espacio sea digno de recibir Mi Gracia. Que así sea.

Por último, quiero agradecer a sus corazones y sobre todo a sus almas por seguirme, a pesar de lo que suceda. Porque quien en verdad cree en Mí no perecerá; Yo triunfaré en su vida y más allá de ella.

Unámonos ahora a Adonai, invocando Su Misericordia por un mundo herido.

 

Canción: “Adonai, Espíritu Santo”.

 

Recuerden que aquí Yo siempre les dejo, a través de la comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, el símbolo de su salvación, de su redención y sobre todo, de su paz.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Él está imponiendo Sus Manos sobre estos elementos y está orando en arameo.

 

Y ahora llegó el momento, compañeros, de los que formarán parte de esta congregación de amor, que intenta todos los días aprender a vivir en Mi Gracia y en Mi transparencia celestial.

He escogido una canción que todos Me cantan muy bien, la cual aprecio porque Mi Padre la aprecia por la inocencia que las almas pueden encontrar cuando la cantan. Este será el cántico de los Adoradores para que también a través de ellos se proclame el Reino de Dios.

Escucharé con Mis Oídos internos la pronunciación de estas palabras, grabadas en ese cántico, para que así los Adoradores reciban, en este día, Mi bendición, para que muchos  otros más, también la reciban en el futuro.

 

Canción: “Tú eres el Rey”.

 

Madre María Shimani de Montserrat:

Queríamos compartir con todos, que esta bendición especial que Cristo hizo para estos hermanos, es porque a partir del día de hoy, ellos forman parte de una nueva rama de la Orden Gracia Misericordia, que son los Adoradores, una tarea que tienen todas estas almas, de adorar al Cuerpo Eucarístico de Cristo, y nosotros, como Orden, les damos la bienvenida. Porque sabemos que ustedes van a ser un gran sustento para todos nosotros, no solamente para los consagrados de la Orden, aquellos que se consagran monásticamente, sino para todo el planeta.

Estos hermanos han hecho una tarea durante meses, en los que se fueron confirmando día tras día, como adoradores del Cuerpo Eucarístico de Cristo. Han ido trabajando intensamente y consiguieron algunas metas. Entre ellas, la de adorar internamente a Cristo, y tener una frecuencia permanente en la tarea de adorar al Santísimo. En estos últimos seis meses, ellos se confirmaron ante nuestro Señor y dieron su “sí” para asumir formalmente una tarea dentro de la Orden como “Adoradores del Cuerpo Eucarístico de Cristo”.

Así, todos aquellos que sientan en su corazón, el poder realizar esta tarea y asumir formalmente frente a Dios y frente al mundo, la tarea de adoración, pueden solicitar también hacer su aprendizaje y cuando se sientan preparados, seguros de que van a poder sustentar ese compromiso, nosotros estaremos muy felices de darles la bienvenida en nuestra Orden.

 

APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA SAGRADA SEMANA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Como un símbolo de paz coloquen sus cabezas debajo de Mis Manos para que Yo los pueda bendecir.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Hoy estoy aquí como Jesús Misericordioso para que recuerden la importancia de esta misión que el Padre le encomendó para el fin de los tiempos.

Ahora sientan Mi rayo blanco y Mi rayo rojo.

Yo soy la justificación y la sanación para las almas y, de la misma forma, Yo soy la Sangre que todo renueva y purifica.

En este segundo día, el segundo Trono de Dios se ha aproximado a través de Mi Sagrado Corazón y del Arcángel Rafael, que ha venido en Mi compañía para glorificar este momento y por la redención de la humanidad.

Mientras el Arcángel Rafael los contempla en nombre de todos los Padres Creadores, busquen unir vuestros espíritus a la esencia de la Cura cósmica que proviene de los Universos mayores, aquellos que tienen fe y fidelidad a los planos mayores, a los planos superiores de consciencia desde donde todo surge en la Creación.

Recemos para nuestro Padre, que está atento a la voz de todas las súplicas. Repitamos:

Amados Padres Creadores,
Esencias sublimes de Luz,
desciendan la Misericordia de Dios sobre el mundo
para que la raza entera alcance la redención
(7 veces)
Amén

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Escuchamos trece campanadas a pedido de nuestro Señor.
 

Observen y sientan con amor todos los prodigios que Yo les traigo desde el Cielo, porque si en verdad las almas se sumergieran en Mi Misericordia, la maldad del mundo ya no existiría y no sería necesario sufrir.

Yo vine a ustedes a través de Mi encarnación en Tierra Santa. Nací como Luz de Dios para el mundo y derramé esa Luz de Dios para todos sin excepción.

Quiero que aprendan a beber de esa Fuente de Luz, que reúnen todos los Padres Creadores en el Universo y, que glorifican el Santo Nombre de Adonai eternamente.

Abracen esta oportunidad de redención y sientan, compañeros, cómo vuestras amarras se liberan, el pecado es purificado y la paz despierta en los corazones que escuchan Mi Voz.

Hoy vengo con la potestad de todo el Universo para el mundo entero y para las almas presentes y no presentes, visibles e invisibles, que necesitan encontrar la luz para poder abrir su corazón y reconocer la presencia del Rey que se hace visible entre las dimensiones, en cada esencia interior, que acoge con amor cada una de las palabras.

Hoy estoy como Jesús Misericordioso Solar. Traigo la sabiduría para todos, la consecuencia de poder cumplir con el Plan y de manifestar las obras de Mi Padre, así como están escritas en vuestros corazones y almas para esta tarea de fin de tiempo.

Ustedes, compañeros, tienen esta parte que cumplir. Otras almas deben hacer otra parte del Proyecto, que está intentando ser concretado a través del servicio de las almas que se donan a Mi Corazón por medio del despertar de los corazones, a la Sagrada Liberación Divina que los congrega.

Hoy vengo en la expresión infinita de Mi Misericordia y por la Misericordia de todos los Padres Creadores, los arcángeles, que intentan elevar este momento como una bendita ceremonia de purificación y de luz, de redención y de paz para todos los espíritus de la Tierra.

Así como Yo entré en Jerusalén y muchas cosas sucedieron, hoy Mi Padre concede a través del Corazón de Su Hijo Amado, un tiempo de paz en los corazones frustrados, en las almas que hacen las guerras y que desvían el Proyecto de Dios por sus acciones.

Hoy estoy aquí por todos, por cada uno de los hijos de Mi Padre, por los que Me responden y por los que no Me responden, por los que abrazan Mi llamado y por los que niegan Mi llamado, porque así Mi victoria se dará y Mi adversario será derrotado, cuando los corazones acepten Mi convocatoria. Está en ustedes el cambio del destino de todo el planeta, así como también está la responsabilidad en toda la humanidad.

Si doce consciencias que en el pasado estuvieron Conmigo consiguieron cambiar los acontecimientos de todo el planeta, ¿qué podrían hacer miles de ustedes, aferrados a Mi Fe, unidos a Mi Corazón, para que todo mal se extirpe en los corazones ignorantes que no ven la Luz?

Si cada uno cumple con su parte, a pesar de lo que suceda, no habrá por qué temer.

Den con amor todo lo que puedan dar y no se restrinjan, no cierren vuestros corazones ante las ofensas sino acojan vuestras lecciones como un acto de humildad y de pacificación, para que al fin, compañeros, la humanidad cumpla el nuevo patrón, la nueva vida sobre la Tierra en los corazones obedientes a Dios y a Su cambio.

Como fue en una Sagrada Semana anterior, conquistaré a siete intenciones, no para revelar la curiosidad y la propia voluntad sino para guiar a los espíritus hacia el Proyecto que Mi Padre tiene previsto para estos tiempos, a través de todas Sus jerarquías y criaturas, que se reúnen en el nombre de la Luz y de la Verdad.

Por eso prepararán, como una vez se los pedí, una cesta dorada para el día de mañana, escribirán vuestras intenciones. Y si pudieran dar un paso mayor, escriban la intención de vuestros hermanos, de vuestros familiares o conocidos y no las propias, así podrían estar en el escalón de la fraternidad y de la hermandad entre todos los seres, poniendo la atención en el que más necesita de una palabra de salvación.

Hasta el final de los días de este encuentro Yo rezaré por cada una de esas intenciones, porque es lo que se Me ha permitido. Y si confían en Mi Misericordia, esas intenciones se cumplirán y no habrá ningún nudo que se oponga a que todo se pueda concretar en el nombre de la Paz.

El Padre Eterno está presente a través de Mi Espíritu para que el mundo despierte a su gran llamado de redención y de conversión, de comunión con el Hijo Primogénito y con la Santísima Trinidad.

Hoy bendeciré los elementos, pero especialmente a los niños que han venido a Mi encuentro en nombre de todos los niños del mundo, especialmente de aquellos que son enterrados en los desiertos en esta hora aguda del planeta.

¿Será que ustedes, compañeros, por un instante sentirían Misericordia por esas cosas y no por ustedes mismos?

Yo necesito que caminen a Mi lado de otra forma y con otra perspectiva, haciendo madurar la consciencia y el corazón en la verdadera necesidad planetaria que Yo los invito a vivir Conmigo, como Mis apóstoles.

Tráiganme aquí el incienso para santificar la Mesa de Dios.

 Fray Elías del Sagrado Corazón:

A pedido de Cristo escucharemos Pater Noster, uniéndonos al Espíritu del Creador de todas las cosas.

Pater Noster...

A través de los elementos sagrados se encuentra la liberación de los caminos, se disuelven todas las amarras, se abren las puertas internas para que los corazones caminen en confianza hacia Dios y eleven su aspiración hacia lo Alto.

Esta Comunión de hoy, compañeros la ofreceremos por aquellos que deben ser consecuentes con el plan de evolución, y especialmente por los que más necesitan de una intercesión divina.

Mañana quisiera verlos a todos con velas en sus manos, pues Mi Luz debe materializarse frente a ustedes, para que así crean que Yo estoy presente en el nombre del Amor y de la Paz por los siglos de los siglos.

Hoy Mi Corazón glorifica vuestros corazones. Hoy Mi Amor colma a los que más necesitan del Amor de Dios y ese Amor hace reafirmar los votos en aquellos que dicen “sí” a la Voz del Maestro y a Su Sagrada Palabra.

Hoy necesito, compañeros, que sientan la Alegría de Mi Presencia, porque donde está Mi Alegría no está el mal.

En los más pequeños verán el ejemplo de la inocencia que Yo necesito de ustedes, para que pronto en conciencia y en el próximo mundo puedan entrar al Reino de los Cielos.

Mi Corazón se complacía ampliamente en los más pequeños, cuando Yo vivía aquí en el mundo entre ustedes. Mi Corazón se calmaba en los niños ante tanta adversidad; ellos son el regocijo de la nueva humanidad, es el espíritu de la pureza que nunca puede perderse en los hombres y en las mujeres de la Tierra.

Sean como niños y estarán en Mi Corazón, no con infantilidad sino con inocencia, con verdadera pureza y compasión por todos vuestros hermanos, así como ellos aman a todos los que ven en sus caminos.

Por eso hoy, también vengo al mundo desde el Universo de Mi Padre, trayendo esta buena nueva de que los más pequeños, en estos tiempos, son los que se ofertan de corazón para apoyar a la humanidad en esta transición. Busquen la unión con vuestro niño interior y curen el pasado para que él se pueda borrar de vuestra historia.

Mis Rayos de Misericordia permiten multiplicar todos los dones y todas las obras. En los niños, Yo también Me encuentro, dos veces, cuando juegan y cuando sonríen para los adultos.

Yo estoy en todas las cosas, así como Mi Padre está en todas las cosas, porque si así lo creen vivirán la verdad.

Mientras Me elevo en este día de bendición, cantaremos al Hijo Supremo, para que Su Gloria se expanda por los cuatro puntos de la tierra.

Repitamos:

Aleluya, aleluya, aleluya

Misericordia, Misericordia, Misericordia

Jesús yo confío en Ti.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Maratón de la Divina Misericordia
Aparición de Cristo Jesús durante la 28ª Maratón de la Divina Misericordia, en en la ciudad de Boa Vista, Brasil, al vidente Fray Elías del Sagrado Corazón

Después de que escuchen Mis Palabras, comprenderán Mis peticiones y la importancia de que ellas sean cumplidas, con la ayuda de todos los orantes del mundo. Así agradarán a Mi Corazón misericordioso y nuevamente, en el nombre del Amor, Yo los podré bendecir, como siempre los bendigo desde Mi Reino.

Si ustedes no acompañaran Mis Pasos en este tiempo, no podría decirles qué sería de toda la humanidad. Por eso, los sacrificios serán mayores para todas las almas. Vivirán cosas extremas y nunca antes vistas. Pero nunca les faltará Mi protección y Mi Amor, Mi Gracia, Mi Misericordia, Mi cura y Mi perdón, atributos que los fortalecerán para alcanzar la meta propuesta por Mi Padre de que lleguen, así como Yo llegué a los pies de la cruz, cargando con sus cruces que serán aliviadas por Mi Espíritu para que puedan ascender al Reino de Mi Padre, después de haber concretado su misión en esta vida.

Ese es el mayor tesoro que Yo les puedo legar. Dichosos de aquellos que creen en Mi Mensaje, porque nunca les faltará Mi Confianza.

Yo bendigo, para ustedes, estos elementos que han colocado a los pies de Mi altar de Luz y que representan, para toda la vida, la esencia de Mi Cuerpo y de Mi Sangre, el Amor perfecto, derramado para todas las criaturas, por la intercesión de vuestro Rey.

Yo les agradezco por escucharme y acompañarme con la esencia de la fe.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hermanos, queremos compartir con ustedes un pequeño relato sobre la aparición de hoy, antes de compartir el mensaje que Cristo nos pasó en este momento.

Cuando estábamos orando la Coronilla de la Divina Misericordia, vimos ingresando al Maestro en la floresta más profunda de la Amazonia. 

En el momento en que nosotros lo vimos, le preguntamos: ¿a dónde estaba yendo?, y ¿qué estaba haciendo?

Él estaba ingresando en comunidades indígenas bien distantes de toda la humanidad, aquellas comunidades que quedan bien guardadas y escondidas dentro de la  Amazonia.

Y nos preguntamos: ¿qué era lo que el Maestro estaba haciendo con esas comunidades indígenas?

Hasta que fue el momento en que Él llegó aquí y comenzó a relatarnos lo que estaba haciendo en este segundo día de trabajo de oración; porque Él dice que Su tarea comenzó ayer, el día cuatro, cuando Su Consciencia Divina comenzó a trabajar con toda la Amazonia.

 Vamos a compartir con ustedes el Mensaje de Cristo.

 

En este segundo día de trabajo por la paz, Mi Corazón luminoso ya ingresó en las florestas más profundas de la Amazonia para visitar a los pueblos más antiguos y distantes.

Ingresé para bendecir, en el nombre del Espíritu de Mi Padre, a toda la consciencia indígena, así como una vez bendije a los prisioneros de la Siberia, que Me encontraron y creyeron en la ciencia de Mis prodigios.

Los pueblos originarios del Brasil, Me conocen también con otra faz diferente a la que la humanidad cree, pues el Hijo de Dios puede, en Su Gloria, mostrar Sus aspectos más misteriosos y profundos a la humanidad.

El grupo de prisioneros de la Siberia conoció el poder de Mis Rayos inmateriales. Y así, a través de la instrucción se curaron y se sublimaron todas sus consciencias, en medio de la austeridad, del hambre y de la profunda soledad de las cavernas frías.

La consciencia indígena Me conoció como el Gran Sol, como el Hijo bendito y sagrado, que trae los Rayos de la Nueva Humanidad, que trae el soplo del Espíritu Divino para la nueva era.

Estos pueblos sagrados de la Amazonia son muy semejantes a los prisioneros de la Siberia, todos ellos fueron regidos por el mismo Amor y por la misma ciencia. 

Ahora que la humanidad enfrenta los acontecimientos más difíciles de toda la historia de la Tierra, o sea el Apocalipsis, Mi Corazón de Hermano Sol desciende en este segundo día para traer la recuperación espiritual y la esperanza para todos ellos.

La Amazonia guarda uno de los tesoros naturales más apreciados por el planeta. Ella no solo es el pulmón del mundo, también es la vida natural y sagrada del planeta. La Amazonia guarda en sí a los pueblos sagrados, los llamados guardianes de la Creación, los que fueron encomendados para cuidar y proteger a los Reinos de la Naturaleza.

Pero Mi Divina Misericordia viene para recuperar los valores espirituales que fueron diezmados por el hombre blanco, cuando él conquistó América y desterró las Leyes Sagradas que los pueblos habían alcanzado. Por eso, la consciencia indígena de toda la Amazonia existe, en esta actual humanidad, para enseñar sobre el amor perfecto y humilde por toda la Creación.

Así, vuestro Maestro ingresó floresta adentro, para demostrarles que en toda la Creación existen principios que nunca deben desaparecer de la consciencia humana y que permitirán hacer evolucionar a las almas.

A través de vuestras oraciones, Mi Misericordia solo está consiguiendo ayudar a las tres cuartas partes de la Amazonia. Los invito, compañeros, a que llamen a más orantes para esta misión, porque en verdad les digo que después no se repetirá nunca más.

Animados por Mi Espíritu de Hermano y Pastor, continúen obrando amorosamente y en sacrificio en el nombre de la paz. Por el esfuerzo de todos, el planeta no se perderá.

Agradezco por acompañarme, fielmente, en esta misión por la Amazonia.

Quien los ama y los absuelve,

Cristo Jesús Glorificado

 

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, DURANTE LA 18.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Mientras Mi tormenta de Luz se aproxima al mundo, reverencien al Sagrado y Misericordioso Corazón de Dios, pues Él está atento a la voz de vuestras súplicas.

Eleven vuestro pensamiento a Dios y sean dignos, de esa forma permitirán, Mis compañeros, que el Propósito de Dios se manifieste en la Tierra.

El Plan no perderá tiempo y a través de Sus fieles seguidores se cumplirá.

Después de dos años compartidos junto Conmigo, Yo vengo nuevamente a renovarlos y a consagrarlos. Mi Espíritu omnipresente, bondadoso y misericordioso agradece a todos los fieles que han sido consecuentes con Mi Llamado de oración.

No teman por los tiempos que enfrentarán, recuerden que Yo estoy presente en vuestros corazones.

Abran cada día más las puertas a Mi Divina Misericordia, pues Mis últimas Gracias están siendo derramadas sobre el mundo.

Por eso, a través de estos días, he proclamado Mis pedidos a todos y así, todos podrán estar atentos a la gran necesidad de Dios de que todas las almas se vuelvan redimibles, amables a los Ojos de Dios, bienaventuradas a los Ojos de Mi Madre.

Quiero cerrar este encuentro, Mis compañeros, entregándoles nuevamente los Sacramentos para que puedan encontrar en ellos la esperanza de proseguir, pues en el fin de los tiempos, Mis amigos, ustedes encontrarán en cada uno de los Sacramentos las puertas a la salvación y a la redención.

A través de Mi Llamado al ecumenismo crístico, Mi Corazón prepara en los planos sublimes a los nuevos sacerdotes. 

Pero sepan que Mi Corazón ve el potencial y no las dificultades. Cada una de vuestras almas tiene un don que Yo les entregué.

A través de los sacerdotes, reflejarán como espejos Mi petición espiritual de unificar los pueblos, las razas y las lenguas.

¡Ay de aquellos que no han entendido Mi Propósito!

Mi verdadera Iglesia se encuentra en el corazón de todas las almas. Pero aún las almas de este mundo material necesitan de muchos rituales, de muchas ceremonias, de mucha consagración para que todos esos atributos, que son movimientos sacerdotales de luz, puedan imprimir en todos los corazones los códigos de Mi Redención y de Mi Retorno, los que ahora Yo les estoy proporcionando a ustedes.

Pero aún la humanidad deberá recibir estos códigos, será a través de los sacerdotes, servidores y apóstoles, aquellos que vivan Mi Evangelio del corazón, que evangelizarán en la Nueva Tierra a través del ejemplo y de la conversión. 

Mientras la lluvia cae sobre vuestros espíritus, reciban los rayos cósmicos que vienen del universo, los puntos de luz que se congregan en este Centro, las puertas de liberación que se abren para los no redimidos. Todos los espíritus del mundo son ayudados a través de esta tormenta de luz, principalmente, aquellos que cayeron en los abismos y que perdieron la esencia de Dios.

Yo vengo, a través de este encuentro nocturno, a recordarles el compromiso de vivir el Plan. Por eso, Yo les entrego los Santos Sacramentos para que se puedan fortalecer y unir a Mí.

Pues en esta hora necesito, Mis compañeros, de vuestra entrega suprema para que Mi Corazón pueda tener morada en vuestros templos, aún no he podido entrar en algunos seres, pero Mi Espíritu de Paz está trabajando en cada uno de ellos.

Por eso, hoy Yo vengo como Sacerdote Mayor y muestro esta Faz para el mundo entero, recordando el principio de la Última Cena, el gran misterio de Amor que Yo celebré con todos ustedes y que, a través de los tiempos y de los siglos, deberá seguir siendo renovado por todos los sacerdotes.

Renueven vuestros espíritus, recen por aquellos que Yo llamaré para oficiar Mi Celebración, pues el mal no descansará buscándolos; pero en vuestra unión interna como almas y corazones, así como fue en estos dos días, ustedes ayudarán, Mis Compañeros, a que el planeta no sufra, a que las almas se liberen y la Tierra no colapse.

Porque la Fuente de Mi infinita Misericordia podrá seguir descendiendo sobre este mundo y en este lugar para la reparación y la redención de las almas.

Así espero, Mis compañeros, vuestra respuesta fiel.

Elevemos a Dios todas las súplicas, las intenciones, los sufrimientos, pero también las alegrías que alcanzaron durante estos días.

Reconozcan, Mis amigos, la vibración suprema de vuestros espíritus y no permitan que este mundo superficial les retire la unión con Dios.

Día a día, trabajen sin cansancio y sin demora para que vuestras almas se fusionen con Mi Alma, para que Mi Cuerpo Glorificado sea en vuestros cuerpos y Mi Divinidad pueda transformarlos, así como Dios lo pensó desde el principio.

Cantemos a Dios, Nuestro Señor:

¡Oh! Sangre de Cristo, 
derramada sobre el mundo,
purifica nuestra alma,
alivia nuestro corazón.
Ten piedad de nosotros, Señor.
(tres veces)

En unión perfecta con el Cielo y la Tierra, el mundo superior y el mundo inferior, los ángeles, arcángeles, hombres y almas; elevemos a Dios, hermanos, las ofertas al Altar del Creador para que puedan ser el testimonio visible de la conversión de los seres.

Adoremos al Señor del Universo, abramos las puertas a la Gracia de Dios. El universo, todo el universo, está atento a este momento.

Cántico: Pater Noster.

Mientras son partícipes de la Comunión con Mi Santísimo Cuerpo, sientan en vuestros corazones e internos la llegada de los ejércitos y los coros celestiales.

Reverencien este momento en el que un Portal de Luz proveniente de la Consciencia de Dios, a través del Corazón Santísimo de Su Hijo, es irradiado desde aquí hacia el mundo entero.

Alabemos a Dios, glorifiquemos al Padre, santifiquemos Su Nombre.

Yo les agradezco, porque muchos recibieron en estos días la Fuente de Mi Misericordia.

Vayan en paz, renuévense todos los días, no se olviden de Mí, siempre los esperaré en el templo del corazón.

Agradezcamos.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN, DURANTE LA 8.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Santísimo Corazón de Cristo,
convierte nuestros corazones
en llamas sagradas de Tu Divina Misericordia,
para que Tu Faz se funda sobre el gran corazón humano.

Que el venidero descenso de Tu Gloria Celestial
redima a todas las consciencias,
en honor y en gloria al Padre Celestial.

Amén.

A través de este Mensaje, Yo les he dejado una poderosa llave de conversión, como también les entregué el Orandio de la Pasión y de la Trasfiguración.

Son llaves importantes para la redención en estos tiempos. Aquel que las utilice de verdad y con honestidad, se transformará y no se reconocerá en el pasado, sino en el eterno presente de Mi Corazón.

Que los corazones se alegren en esta tarde y que nunca se cansen de buscarme.

Mis Oídos escuchan todas vuestras plegarias. Yo Soy vuestro misericordioso Pastor y ustedes son Mis ovejas que deben dirigirse hacia Mi Establo, hacia el Templo de Mi Corazón. En ese lugar nada los hará temer y no tendrán miedo de nada porque estarán en Mi Amor y en Mi Misericordia.

Me despido, bendiciendo los elementos sagrados, los cuales pueden traer hasta aquí en Mi Presencia.

La Comunión unifica el Cosmos y la Tierra, unidad perfecta entre las almas y Dios. Aquellos que comulgan de Mi Corazón, están unificados con el universo y reconocerán, al fin de los tiempos, las señales visibles que Yo traeré en Mi Retorno.

Les agradezco.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hoy tuvimos una experiencia genética con Cristo, y vamos a explicar de qué se trata esa experiencia genética que Él llevó adelante con cada uno de nosotros.

Cuando Él apareció, llegó como el Sagrado y Glorificado Corazón de Jesús. En un momento de la Aparición, mostró que entre Sus Manos llevaba un símbolo.

Al principio no entendíamos qué era lo que nos quería transmitir, pero solo pidió que observáramos para pudiéramos compartir con ustedes.

Él siempre abre Sus Brazos cuando aparece para acogernos, para recibirnos, irradiando un gesto de amor y de fraternidad para nosotros. 

Pero cuando Él abrió Sus Brazos, en la palma de Su Mano derecha había cinco gotas de Sangre, aquella Sangre que Él había derramado en la Pasión. Y no supimos bien como sucedió, pero cuando Él mostró estas cinco gotas de Sangre, Él se convirtió en un manantial de Sangre preciosa y un fuerte rayo de luz color sangre comenzó a traspasar nuestro ser físico, nuestra alma, nuestros cuerpos.

En un momento todo quedó en blanco y solamente sentimos Su Conciencia presente.

En una cuestión de segundos, Cristo nos llevó al momento de Su Pasión y a algunos momentos culminantes que Él vivió. Por ejemplo, Él nos llevó al momento en que fue flagelado y derramó Su Sangre, y nos mostró a nuestra Madre María recogiendo esa Sangre preciosa. 

Cuando recibió la corona de espinas fue otro momento al que Él nos llevó, lo que Él sintió y lo que Dios realizó a través de ese sacrificio que Él ofertó. 

Y también nos mostró el momento de la Cruz de una forma diferente a la que hemos conocido en la historia de la humanidad, porque hoy Cristo se propuso mostrarnos verdaderamente lo que sucedió cuando Él murió en la Cruz.

Él nos pidió que nos sintonizáramos, que meditáramos sobre Su Sangre, porque nos dijo que fue tratando varios aspectos durante Su Pasión. Por eso, Él nos pidió que nos concentráramos específicamente en el poder de Su Sangre.

En un momento le preguntamos por qué quería trasmitirnos esto en este momento. Porque el poder de Su sangre, decía Él, preparará el retorno del Salvador a la Tierra.

El ejercicio de concentración en la Sangre de Jesús, en la visualización de esa Sangre preciosa, como Él la llama, puede revelar a nuestras vidas y a nuestro espíritu muchos poderes que Él llama poderes divinos, poderes celestiales. 

Después de que Él nos llevó por esos momentos de Su Pasión, nos vimos, como grupo, sumergidos dentro de esa historia de la Pasión de Jesús, al punto de que Él nos mostró los aspectos diferentes que teníamos en ese tiempo, cómo éramos físicamente, qué ropa vestíamos y qué papel cumplía cada uno en ese momento de la Pasión de Jesús.

Entonces, delante de todas esas cosas, le preguntamos por qué hacía todo eso, en ese momento, y Él no contestaba nada, estaba en silencio, y luego dijo: Yo lo revelaré en el Mensaje. 

Lo más importante fue la experiencia que Cristo nos trasmitió para que pudiéramos comprender el poder de Su Sangre, porque Él necesita que nosotros adoremos y contemplemos Su Sangre de una forma espiritual. Así es como nos lo pidió en este día, porque Él dijo que quien se coligue con esa Sangre preciosa podría resolver y curar muchas cosas irreparables. 

Entonces, hoy nos vimos delante de una importante experiencia espiritual para cada uno de nosotros, que vino directamente del Corazón del Maestro.

Fray Elías lee el Mensaje de Cristo Jesús para el día 5 de marzo de 2014.

En ese momento el Maestro empieza a trasmitir el Devocionario a la Poderosa Sangre de Jesús, como parte del Mensaje.

Y Él nos dijo al final:

 

Mediten sobre lo que hoy les entregué. Son llaves secretas de Mi Trasfiguración.

Bajo el Poder de Dios, sean bienaventurados.

¡Gracias por caminar a Mi lado!

Cristo Jesús

 

Madre María Shimani:

Mientras el Fray estaba leyendo, estaba recordando que tanto Cristo como nuestra Madre Divina nos dijeron que para este nuevo ciclo en este año, Ellos nos iban a revelar nuevos misterios celestiales, mucha información crística que la humanidad necesita saber para poder enfrentar esta purificación que estamos comenzamos a vivir, este apocalipsis que esperábamos hace tanto tiempo.

Así que están llegando todas estas dádivas y estas Gracias desde el Cielo, para que cualquier persona sobre la Tierra sea salva. 

Quedemos con esta reflexión en el corazón y hoy antes de dormir, agradezcamos mucho con nuestra consciencia. La gratitud es uno de los caminos más cortos para llegar a Dios. 

¡Gracias a Dios por cuánto nos das!

Gracias a todos los que nos acompañaron hoy.

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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