APARICIÓN ANUAL DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, POR LA CONMEMORACIÓN DE LA MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Contemplen la grandiosidad del Amor de Dios en ustedes y cómo ese Amor es capaz de ir muy lejos; así como Mi Hijo fue muy lejos, más allá de la Cruz.

Contemplen ese Amor en sus esencias, háganlo por las almas que no contemplan a Dios en sí mismas, para que en esta noche el Corazón de Dios pueda ser reparado de todas las ofensas y ultrajes que comete el mundo.

Como Reina del Amor, como Madre que los ama, como la Guardiana de sus almas, les pido que recuerden el poder del Amor de Dios que es invencible e inextinguible, que va más allá de los conflictos y de las guerras, que obra más allá de toda división y disociación.

Este Amor es el que no conoce Mi adversario, y será este Amor Mayor e Infinito de Dios que también algún día lo redimirá; así como Cristo, a través de Su Preciosa Sangre derramada, redimió a cada uno de ustedes, liberándolos del pecado y del error, abriéndoles la puerta de Su Misericordia para que todos pudieran ingresar en Su océano de Compasión y de Amor.

Ante el terrible escenario del final de los tiempos, retornen a la esencia del Amor que está en ustedes y que los creó en el principio, en la Fuente. Así, trasciendan sus propios obstáculos; así, disuelvan sus propias amarguras y tristezas.

En esta noche, reciban con júbilo la Divina Esperanza, la Esperanza que Mi Hijo promete en Su pronto Retorno; la Esperanza, llena del Amor de Dios y de la vida, que renovará la faz de la Tierra, que liberará a las almas del sufrimiento de una vez y para siempre.

Porque en verdad les digo, Mis queridos hijos, que cuando surja la Nueva Humanidad, bajo el preámbulo del Retorno del Señor, no habrá ni un alma en esta superficie a la que se le escuche su llanto, porque el llanto de las almas en la Nueva Tierra será de alegría.

Si ustedes supieran cuánto Yo los amo, les aseguro que llorarían de alegría; porque el Amor de Dios no solo es invencible, no solo es profundo, sino también es un Amor transformador; un Amor que les concede la Gracia y el Perdón, que les otorga en esta noche una amnistía espiritual a ustedes y a sus hermanos que escuchan, a todos los que en este día se hayan dirigido al Santo Sacramento de la Eucaristía. Será una amnistía plenaria que disolverá los errores cometidos hasta el presente y que les permitirá a sus ángeles de la guarda dar testimonio de este extraordinario evento ante Dios.

Así, como les dije ayer, Mis hijos, los Altares de Dios hoy están abiertos; porque las puertas fueron abiertas por los santos ángeles del Señor, para que las ofrendas de reparación y de reconciliación de las almas sean depositadas honestamente ante el Señor; y así juntos, Mis amados hijos, aspiremos e invoquemos un buen año 2024, un año sin guerras, sin conflictos ni divisiones, un año en el que prevalezca el Amor.

Y así, ese Amor es el que renovará al mundo si las almas se unen a la esencia del Amor de Dios y se reconocen como Sus Hijos, los Hijos de la Fuente.

Esto permitirá, queridos hijos, que más almas en el mundo que están perdidas sean contempladas por la Misericordia y no por la Justicia; porque como así Yo les dije, Mis queridos hijos, Yo les deseo el bien a cada uno de ustedes y a sus familias, un bien mayor que les permita comprender la realidad, esta realidad del final de los tiempos.

Pero atención, Mis pequeños, no observen la realidad del mundo con temor o con miedo. A pesar de que es una realidad aterradora y triste, necesito que las almas despiertas, a través de la oración del corazón, se decidan de una vez y para siempre a ser puentes entre el Cielo y la Tierra, a ser mediadoras del verbo orante ante todas las causas imposibles que, con la intervención de la Divina Madre, no serán causas imposibles, sino serán soluciones posibles para todos.

Mi segundo pedido, en esta noche especial, es que invoquen la paz con más fuerza; y que sus actos, palabras y acciones sean de paz, para que la paz pueda ser recibida no solo por las almas que más la necesitan, sino también pueda ser acogida por aquellos lugares que han sufrido la guerra, el conflicto y la destrucción física de los espacios; que la paz pueda renacer en los corazones más sedientos.

Y ustedes, Mis queridos hijos, que han sido tan llenos de Gracia, al igual que su Madre Celeste, sean precursores de la paz y crean en esa paz, adentro ustedes y después afuera de ustedes. Así, la vida no será un sufrimiento, sino que la alegría emergerá de ustedes y de sus hermanos, por estar respondiendo al Llamado de Dios.

Mi tercer y último pedido es que, a través de la Santa Eucaristía que enseguida celebrarán, tengan muy presente a todas las huestes celestiales, que en esta noche ofrecen el Santo Sacramento y que abren todos los Sagrarios de la Tierra, para que la Luz poderosa de Cristo colme y bañe al mundo entero por medio de Su Amor y de Su Misericordia reparadora.

Que esta sea, para ustedes, la verdadera celebración de fin de año que una vez más tengan la dicha de vivir el Sacramento Eucarístico con Mi Hijo.

Deberían meditar y sentir en sus corazones lo que significa para el Reino de los Cielos que en cada día se celebre el misterio del Amor de Cristo, a través de la Comunión, y todos los méritos salvíficos y redentores que las almas reciben a través del Sacramento.

Por eso, hijos Míos, en este final de los tiempos, no vivan la Comunión como algo normal; que sus almas se exalten con júbilo y alegría por poder confirmar a Cristo en ustedes, como símbolo y señal de esperanza para el mundo entero.

Así, sus pequeñas almas y sus pequeñas esencias podrán ser ese gran espejo que se refleja en la Tierra, para que los códigos y los méritos de la Pasión del Señor enmienden todos los errores del mundo y les concedan la redención a las almas que ya se condenaron.

Con especial predilección y amor, Mis hijos, acompañaré esta Sagrada Eucaristía que hoy oficiarán en nombre del Señor. 

Así, su Santísima Madre, la Reina del Cielo y de la Tierra, la Humilde Esclava del Señor, la Intercesora entre los corazones y Dios, podrá elevar junto con los santos ángeles y los ángeles de la guarda todas las ofertas, para que en el mundo se alcance la paz y el fin de la guerra, no solo de la guerra física, sino también de la guerra en las familias.

Porque Mi deseo ardiente, Mis hijos, es que cada uno de los miembros de sus familias y de las familias del mundo pueda reencontrar en su mundo interior el Amor de Dios, que los salva y que no los castiga, que los libera y que no los condena, el Amor que los ama tal cual son y que los impulsa a la transformación de la vida y del corazón.

En esta noche especial, en la que se cierra un ciclo y comienza otro nuevo ciclo, aspiremos a través de la Celebración Eucarística a que todas las almas, especialmente las más perdidas en el mundo entero, alcancen la Gracia de la Misericordia en este próximo 2024.

Les digo y les pido que tengan fe, porque Mi Inmaculado Corazón triunfará.

Así, los bendigo para el próximo año y les consagro cada uno de sus pasos, los pasos que deberán dar al encuentro de Cristo, Nuestro Señor, siguiendo las huellas de Luz del Gran Maestro.

Que sea un año, un nuevo año, de más Gracias y Misericordias para todos. Mi oración perpetua está presente incansablemente por esta causa.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

María ha sacado el Inmaculado Corazón de Su Pecho, en este momento, colocándolo sobre la palma de Su Mano derecha. Se lo ofrece a cada uno de nosotros como un Corazón Ardiente en amor, en Gracia, en servicio y en piedad por las almas.

Oremos, renovando nuestros votos para este próximo 2024 y tomando para nosotros mismos al Inmaculado y Ardiente Corazón de María, que arde en amor por las almas y las familias del mundo.

Santa Madre, agradecemos Tu Presencia aquí entre nosotros y en el mundo entero.

Acepta nuestra vida tal cual es, imperfecta, llénanos con la fuerza de Tu Amor para que podamos concretar las aspiraciones de Tu Amadísimo Hijo, Jesucristo.


Inmaculado Corazón de María,
fuerza, luz, protección y esperanza,
en Ti nos renovamos, a Ti nos consagramos
para que seamos testigos, ahora y siempre,
del triunfo de Tu Inmaculado Corazón
en toda la humanidad.

Amén.
(3 veces)


La Madre Divina está sonriendo, porque nos dice que Ella nos dio Su Corazón, y ahora nos pide que le demos nuestro corazón, y que no tengamos miedo porque no vamos a perder la vida, porque dijo que si le entregamos nuestro corazón tendremos vida en abundancia.

En el silencio de nuestro corazón entreguémosle el corazón a María, así como Ella nos lo entregó. Y así, nuestro corazón y el Corazón de María se funden en un solo Corazón, y recibimos de la Divina Madre el don del entendimiento, el don de la paciencia, el don de la fe, el don del perdón, el don de la cura, el don de la paz, el don de la unidad y el don de la redención.


Les agradezco por responder a Mi llamado.

Recuerden Mis tres pedidos.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Recemos todos juntos:
 

Ave María 
(transliteración del ruso)
(tres veces)

Raduisja, Maria
Blagadatnaja!
Gaspogy s Taboju.
Blagaslavjenna Ty sregyi zsencsin
i Blagaslavjen plot
csrjeva tvajevo
Jisus.

Svjataja Maria,
Matyerj Bozsia.
Malisj za nas grjeshnych,
Nynye i f csas smjertyi nashei.

Aminy

 

Hoy, vengo hacia Mis hijos para que vuelvan a escuchar la Voz de la Madre de Dios.

Hoy, Soy la Señora de Czestochowa, la Madre de Polonia, la Madre de toda la cultura de Europa Oriental.

Vean a la Madre de Dios con Su rostro lastimado por la impiedad de los hombres, por los conflictos y por las guerras, por la ostentación que tienen algunas naciones de colocar en juego a toda la humanidad por medio de las armas y de la opresión.

Polonia, como el resto de Europa, hace pocas décadas atrás, ya vivió la guerra dos veces. 

Casi al final de la Primera Guerra Mundial, Yo vine a Fátima no solo como la Mensajera de la Paz, sino para rescatar a Mis hijos a través de la conversión y del Llamado de Dios, el Llamado que Él les enviaba a través de Mi Corazón Inmaculado.

Pero hoy, vengo como la Señora de Czestochowa, que es la Madre de todo el pueblo de Europa Oriental, porque Su Presencia y la devoción a su Santa Imagen han trascendido todos los tiempos y todas las generaciones.

Quiero que hoy vean Mi rostro lastimado, el rostro herido de la Señora de Czestochowa, el rostro lastimado por el miedo de todos Mis hijos, por la liberación que pierden muchas almas en el mundo, por la esclavitud y la opresión del sistema mundial de este momento.

Yo vengo a pedirles que recen mucho más y, especialmente que, en esta hora tan culminante para todos, coloquen un poco más su atención en la “Oración por la Paz en Europa Oriental”. Así, ayudarán a la Señora de Czestochowa a impedir una invasión inesperada de una gran nación sobre una pequeña nación. Y, aquí, no solo está en juego el pueblo, la cultura, las tradiciones, sino que se compromete a las almas y a la vida de las personas porque no pueden vivir la paz.

¡Ya basta de transgredir las leyes!

¡Ya basta de hacer más corrupto a este mundo!

Mi Hijo derramó Su Sangre por ustedes para salvarlos y ni siquiera eso hace cambiar a los que se dicen poderosos en esta humanidad, porque desconocen el poder de la Sangre de Jesús, no solo una Sangre que redime, sino también que libera.

Hoy, quisiera traerles un Mensaje de esperanza, como tantas veces lo deseo y lo siento. Pero ahora es tiempo, Mis amados hijos, de que a través de Nuestros Sagrados Corazones todos ustedes, día a día, conozcan la verdad en Nuestras Palabras y las advertencias que les traemos a todos, no para generar miedo, sino para generar consciencia, discernimiento y sabiduría, atributos que la humanidad perdió completamente.

Pero Mi Amor abre una puerta muy grande para que los Espejos de la Misericordia se puedan refractar sobre este planeta, no solo a través de las almas orantes y fieles, no solo a través de los servidores y consecuentes, de los adoradores, de los devotos y de todos los creyentes, sino también a través de los Sagrados Espejos de la Creación, que la Madre de Dios trae al mundo cada vez que desciende para estar muy cerca de Sus hijos, para que entren en el Universo de Mi Paz.

La Paz, en este mundo, ha sido interferida. Muchas almas ya no saben lo que es la Paz, porque han perdido la paz del corazón. Pero con el esfuerzo de los que ayunan, de los que oran todos los días, de los que se consagran, de los que sirven sin nada a cambio, Mi Paz, que es la Paz de Dios, en cada nuevo encuentro Conmigo puede descender al mundo, como un suave Rayo de Luz ante tanta oscuridad, para liberar a las almas de la esclavitud y de la opresión espiritual.

Hoy, la Señora de Czestochowa viene a revelar, a través de esta Faz, lo que nunca más puede suceder en este mundo; porque todos son hermanos a pesar de las lenguas, de las naciones, de los pueblos o aun de las culturas. Aunque sean diferentes, en esencia todos son hijos de Dios, todos son contemplados por igual, están bajo la misma Gracia y bajo la misma Luz que viene a ustedes para redimirlos.

Por eso, a pedido de Mi Hijo, vuelvo a encender la Luz en el mundo para que la Luz interior, en cada corazón, no desaparezca. Porque si la Luz de Mi Hijo desaparece del corazón de los hombres o aun de la consciencia de las naciones, ¿cómo terminará todo esto?

Yo vengo a traerles este Mensaje porque es una emergencia. No puedo decirles más que esto, hijos Míos. Pero a través de Mis Palabras y, sobre todo, a través del sentimiento de Mi Amor por ustedes, hoy pueden comprender que algo serio está por suceder.

Pero aún la puerta del Cielo está abierta a través de Mi Presencia entre ustedes. Y, a través de esa puerta, sus oraciones y súplicas pueden llegar a Dios, porque los Ángeles de la Guarda pueden llevar esa oferta hacia el Corazón del Padre.

Si al menos, en este mundo, existiera más de un alma verdaderamente sincera y comprometida con la oración del corazón, ¡cuántas cosas se podrían evitar en este momento! 

No es suficiente orar, es necesario que crean en la oración y en el poder del verbo que expresa cada oración recitada.

Sigan fortaleciendo en este tiempo la red de oración planetaria, formada por todos Mis hijos en el mundo, y unan esa red de oración a todas las almas que oran al Corazón de Mi Hijo; porque así, los Espejos de la Misericordia de Dios trabajarán en este mundo y podrán transformarlo todo, y todo será aliviado.

También coloco Mi Corazón y Mi mirada en todas las necesidades y situaciones del mundo, en Mis hijos que atraviesan el cambio climático, el exilio de sus propias naciones o aun aquellos que atraviesan la enfermedad.

Pero la violencia en este mundo se ha cristalizado y eso hace del mundo un planeta en caos, en adversidad y en peligro, en un peligro inminente, porque las personas ya no se respetan y menos se reverencian unas a otras, porque solo viven la agresión y se lastiman entre hermanos.

Esto hace a la sociedad de todos los pueblos de este planeta, una sociedad vulnerable, hostil y frágil. Pero todo esto puede ser resuelto a través de la oración.

No esperen grandes resultados; porque recuerden, Mis amados hijos, que están atravesando el Armagedón y esto aún no comenzó. Por eso, es importante que se fortalezcan y que fortalezcan la unidad en sus familias, aunque estén juntos o separados. La unidad de la familia también ha sido destruida en esta última década pasada, al punto de que entre familiares no se reconocen ni se respetan.

Entréguenme todas sus dificultades y pruebas, y Yo cuidaré de sus familias. Sean pacificadores, sean instrumentos en las Manos de Mi Hijo, para que la célula principal del Proyecto de Dios cumpla con la Voluntad que vino a realizar.

Hoy, todo es urgente. Por eso, la Señora de Czestochowa se presenta para abrir los ojos de Sus hijos, ya que el cambio no está sucediendo. Por eso, debemos rezar y entrar en vigilia ante el Santísimo Sacramento del Altar, para que los Códigos del Cristo Redentor desciendan al planeta.

Hoy, vengo con una humilde petición para ustedes: que adoren Conmigo a Mi Hijo, para que acompañen el sentimiento de la Madre de Dios de que todos Sus hijos puedan salir de la oscuridad en la cual se encuentran.

Por eso, Mi Hijo necesita de víctimas de Su Amor, capaces de vivir algo, capaces de ofrecer algo que tal vez creerían que no podrían hacer, al igual que muchos santos y muchos sabios que, a través de los tiempos, se ofrecieron como víctimas del Amor de Cristo.

Este es el único remedio que tengo para poder intervenir con Mi Gracia en este planeta, que haya postulantes a ser víctimas del Amor de Dios, porque es una actitud interior que los lleva al discernimiento y a la madurez ante lo que significa el Plan de Dios para este momento.

Y antes de que pasemos, amados hijos, a la Adoración del Santísimo Sacramento del Altar, por la paz en Europa Oriental, sepan que ese será el momento en el que sus corazones y almas, en el silencio de la Adoración, podrán ofrecer a Dios cada una de sus intenciones y súplicas, no solo por ustedes, sino también por el mundo entero, por todo lo que sucede, a fin de que una mayor estabilidad se establezca y un mayor equilibrio se exprese en los corazones distanciados de Dios, en los corazones que viven la injusticia de este mundo.

Antes de eso, quiero decirles algo importante: que Nuestros Sagrados Corazones, el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María, en el próximo año, tendrán la Gracia de trabajar espiritualmente en los países nórdicos para llevar un Mensaje de paz y de alivio.

En ese momento, el hemisferio norte de este planeta tendrá la oportunidad de fortalecerse en los planos internos. Quisiera que oren por esa causa, ya que será una tarea importante que Mis hijos aquí, en Portugal, realizarán por todos ustedes y por la humanidad.

Por primera vez, podré ingresar en Rusia. Hace años que espero ese momento, para que Mi Corazón Inmaculado sea sembrado en el suelo de esa nación. Por eso, les pido que oren mucho por esto, para que Mis ángeles lleven adelante, junto a Mis hijos, esta sagrada misión.

Adoremos al Señor por la paz en el mundo y el fin de la guerra, de los conflictos y de todas las tensiones entre los pueblos y las naciones.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Adoramos el Santísimo Cuerpo Eucarístico de Nuestro Señor Jesucristo.

Oremos juntos:
 

Padre Celestial que a todos conduces,
acepta nuestra oferta de entrega a Ti,
guíanos por el Camino del Amor,
para que Tu Voluntad sea hecha.
Amén.
(tres veces)


En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

¡Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das!

En este encuentro, Te honramos Señor.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Que la Gloria de Dios esté en este lugar para siempre.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Abriendo las puertas del Universo Celestial, la Consciencia de la Madre de Dios penetra las dimensiones profundas de la Tierra, para traer a las almas una gracia y una oportunidad.

Es que hoy tampoco estoy aquí sola, sino rodeada por las Jerarquías de la Luz, aquellas grandes Consciencias del Universo que contemplan, tiempo tras tiempo, el Plan Divino de Dios y Su manifestación en los diferentes mundos.

Con la gran bóveda del Cielo, hoy bendigo a todas las almas de la humanidad y mientras Mis portales se abren, la Luz de la Nueva Aurora emerge en el corazón de aquellos que creen en ella.

En este momento, una intervención espiritual se establece entre el Universo y la Tierra, entre las almas y Dios. Y una Gracia extraordinaria permea a todos los espíritus de la Tierra para concederles la Paz, la Redención y el Amor vivo de Dios en cada corazón humano.

Es de esta forma que las estrellas de Mi Corona de Luz hoy descienden sobre la Tierra, rodean la órbita de este planeta para encenderlo, no solo en Luz, sino también con todos los atributos de Dios, con las doce principales corrientes de Su Divino Espíritu, que harán de la Tierra un planeta rescatable y una Nueva Humanidad redimida, que finalmente seguirá los mandamientos del Señor.

Por eso escuchen la voz de la Madre de Dios en este día único y extraordinario, en donde no solo sus almas se ven beneficiadas por el Universo Mayor, sino también sus seres superiores que  participan de esta coyuntura; aquellos seres que vinieron a la Tierra con un principio y con una misión, la que en estos tiempos definitivos se revelará para aquel que quiera abrirse a conocerla, porque esa misión y ese principio espiritual serán un aporte importante e imprescindible, diría, una gran tarea espiritual e interior que cada alma podrá donar para Dios con la plenitud de su corazón y de su vida, donándose constantemente al Creador en entrega, en servicio y en sacrificio.

Este compromiso de cada ser de la Tierra es vital para estos tiempos. Es por esa razón, queridos hijos, que las grandes Jerarquías de la Luz, hoy reunidas alrededor de su Madre Celeste, contemplan la gran oportunidad que tienen las almas del mundo, en esta coyuntura universal y cósmica, en donde las almas más despiertas y más disponibles para este nuevo año que comenzará, tendrán la gracia de dar un nuevo paso bajo la bendición de Dios y de Su Divina Confianza, concretando así Sus Principios y Voluntades, materializando Sus Proyectos y viviendo plenamente Su Plan.

No deben perder la oportunidad de comprender lo que Dios necesita, porque Sus Palabras no se desperdician, son agua de Fuente Viva para todas las almas de la Tierra, para todos los congregados por Su Amor.

De universos superiores viene el auxilio para el mundo. Lo desconocido se torna conocido, los Misterios se develan y las puertas se abren, para que el Sagrado Conocimiento de Dios descienda una vez más a la Tierra y esto fortalezca a las almas en su compromiso con el Plan y la vivencia de los Principios de Dios y del Propósito que el Padre tiene para cada ser.

Por eso hablo de que es una oportunidad única e irrepetible, para que este nuevo año que comienza no solo sea permeado por la consciencia y por la sabiduría, sino por la concienciación de todos, sobre lo que verdaderamente deberá suceder para este nuevo ciclo, con el aporte y la colaboración de todas las criaturas de Dios, de todos los servidores de Cristo, de los que quieren plenamente vivir en el Señor, para así, siempre encontrar Su Reino.

En los silencios de Mi Alma es cuando descienden los más importantes códigos y las almas se pueden nutrir de la Verdad.

De esa nutrición espiritual el alma encuentra su camino, retorna a su origen y despierta a la Consciencia Divina, encontrando el sentido de su existencia y la capacidad, cada vez más, de poder amar de verdad y sin condiciones, transcendiendo los límites, las fronteras y las dificultades.

Porque será el amor de cada uno de ustedes al Plan de Dios lo que permitirá que Sus Obras sigan aconteciendo; permitirá que todo pueda suceder y que nada, absolutamente nada, sea alterado por la indiferencia de los hombres o por la mediocre colaboración de las almas.

Para concretar el Plan de Dios y su próxima meta, es necesario de colaboración y de adhesión, de una adhesión verdaderamente interior, para que después sea una adhesión exterior y verdadera que pueda cumplir los preceptos de Dios, según como Él lo ha pensado y lo ha destinado para el mundo.

Pero mientras eso no suceda, hijos Míos, Dios esperará en Su Reino por las respuestas de Sus hijos. Su Reino Celestial debe descender a la Tierra en este tiempo crítico, porque de lo contrario el planeta no sobrevivirá.

Es necesario, hijos Míos, que comprendan más allá de las formas, de la mente, más allá del corazón. Que se puedan unir a la Fuente para encontrar el sentido de Sus principios y la manifestación de Sus Proyectos para estos tiempos agudos de la Tierra.

Todo el conocimiento que ya fue entregado debe ser la base para su reflexión y despertar, para su próximo paso en este año que comenzará, esperando una respuesta sincera y honesta de todos los corazones para con el Padre Celestial, y una respuesta que comprende más allá del conocimiento, que entiende más allá de la sabiduría, que acepta más allá de las formas y que se adhiere de corazón y de forma incondicional a lo que Dios necesita.

Todos esos cambios y todas esas vivencias formarán esa gran respuesta de parte de la consciencia humana, la que concederá de parte de la humanidad, la continuidad de Plan y la manifestación para estos tiempos.

Pero es importante que en este ciclo que termina, cada uno de sus corazones, cada una de sus consciencias, haga una síntesis interior, perciba la realidad, despierte a la verdad y tome conocimiento de lo que necesita tomar conocimiento, no perdiendo la Palabra de la Jerarquía, no perdiendo el sentido del Mensaje, para encontrar las próximas llaves que necesitarán, que abrirán las puertas a las nuevas oportunidades y al descenso de las nuevas gracias que tanto necesita el mundo, y también la humanidad.

No quisiera que en este año terminaran con alguna ignorancia, con alguna incomprensión o con alguna duda.

Deseo que en este año que termina su respuesta sea sincera y verdaderamente honesta para con Dios.

Lo vuelvo a repetir para que lo comprendan y lo acepten, para que lo vivan y especialmente, para que lo practiquen, sabiendo que aún hay mucho para hacer en esta humanidad que está doliente, que está enferma por apartarse del Amor de Dios, por creer en el amor propio, en las fantasías, en las ilusiones, en los espejismos que todo el mundo ofrece día a día, tiempo después de tiempo.

Pero su recapacitación para con la Jerarquía, la concienciación de su respuesta honesta y verdadera, creará nuevas oportunidades, nuevas condiciones de que la Gracia Universal y la Misericordia Cósmica llegue a más corazones de la Tierra y a más naciones.

Recuerden que aún espero poder llegar a Asia y Oceanía y esa meta deberá concretarse por todos para este nuevo año que comenzará.

No  dejaré de venir al mundo hasta poder concretar esta misión espiritual, junto a la unión con todos Mis hijos y bajo la respuesta de todos.

Esto permitirá expandir la Obra en la humanidad, las misiones de servicio y de caridad en regiones tan lejanas del planeta, en donde existe la verdadera desesperación, el caos, la enfermedad, la indiferencia y la soledad de muchos corazones.

Pero ahora, hijos Míos, ustedes que son portadores de la Gracia y de la Misericordia de Dios a través de los tiempos, tienen todas las posibilidades y todos los medios para poder realizarlo, y así también poder duplicar  y difundir este llamado a más corazones en el mundo, que deben despertar a la concienciación de estos tiempos, a la emergencia de estos tiempos, a la necesidad de la vida fraterna y de servicio para con las almas del mundo.

La cura del planeta está en sus manos. El cambio de la consciencia está en su interior y la elevación de esta humanidad está por medio de su oración.

Cumplan con Mis pedidos para estos próximos meses. Sean obedientes y vayan a los Centros Marianos. No dejen que la comodidad los sumerja. Hagan el esfuerzo que es necesario, que es justo, del cual merece Dios, de cada uno de ustedes por todo lo que Él les ha dado en estos últimos once años.

Así, hijos Míos, por más de que esté la tempestad en la humanidad, la oscuridad en el planeta, la tribulación en los corazones perdidos, no Me cansaré de venir al mundo una y otra vez, porque llevaré en Mi Corazón de Madre la respuesta sincera de Mis hijos para poder mostrarle a Dios y así continuar adelante con Su Plan, de que el Reino del Padre viva y more en todos los corazones para que triunfe Su Amor y Su Plan.

Tal vez en esta noche esperaban escuchar grandes cosas, más revelaciones que puede impulsar Mi Corazón. Pero eso será posible, hijos Míos, cuando su respuesta se amplíe, supere las barreras, trascienda los miedos y que ustedes se puedan adherir absolutamente a lo que les digo, sabiendo que por detrás de cada una de Mis Palabras existe un propósito, un sentido y un objetivo espiritual que aún no alcanzan sus consciencias.

Por eso, hijos Míos, abran los sentidos internos, abran el corazón y acojan Mis Palabras con la dulzura del amor por la cual las entrego, para que sus vidas se enriquezcan en Dios y vivan la plenitud de Su Sabiduría. Aún queda tiempo para poder cambiar.

Gran parte del mundo llorará por no haber cambiado, pero si el cambio nace de muy pocos, todos en la mayoría, se sentirán impulsados a cambiar, hasta en lo más pequeño que parezca.

Por eso, hijos Míos, en esta noche de gloria, de júbilo y de amor, en donde los portales del Universo están abiertos para elevar sus consciencias y a todo el planeta, la consagración de los Hijos de María en esta noche especial, es un compromiso irrefutable, intransferible e inmediato. Un compromiso de orar por los Planes de la Santísima Trinidad y de comprometerse en la vida material de espejar esta Voluntad Superior por medio de los actos, de las virtudes, del servicio y de la entrega, que serán los medios que transformarán sus consciencias para poder vivir algún día el Amor Crístico.

Que los que hoy se consagrarán se coloquen a la derecha del altar, y vengan aquí con el ánimo que Yo les entrego, que le entrego a todas las almas, a todos los que Me escuchan y a todos los que Me viven, porque la unidad de nuestras consciencias es donde se construirá el Plan de Dios y se manifestará, y sus bendiciones serán ilimitadas.

Sus Gracias se expandirán en sus consciencias y corazones, y así sus vidas se transformarán completamente conforme a lo que Él ha pensado para cada una de sus esencias.

Por eso, hijos Míos, hoy los consagro para que puedan vivir el compromiso con Dios, en nombre de millones de almas que no lo viven, que están sumergidas al hipnotismo y en la ilusión mundial y que despertarán de golpe a su realidad y vivencia, cuando Mi Hijo retorne por segunda vez a la Tierra.

Pero ustedes tendrán la oportunidad, hijos que hoy se consagrarán, de poder ayudar a esas almas que desconocen, colocándolas en la oración en cada acto de amor y de servicio, para que la Gracia Divina toque esas consciencias y más almas se puedan transformar según Cristo, según Sus Principios de Amor y de Verdad.

Escuchando el himno de su consagración, que la Fuente de la Gracia Suprema se aproxime sobre esta amada Aurora, para que los corazones sientan el gozo de vivir en el Amor de Dios, en la Gracia de Su Sabiduría, la que cura los corazones heridos, cicatriza a las consciencias que fueron lastimadas por el mal, disipa todas las dolencias espirituales e internas.

Aurora, en el Nombre de Dios, les concede la cura interior y la absolución de sus deudas, para que ese compromiso sea verdadero y transparente, amoroso y humilde, siguiendo los pasos de Nuestro Redentor, Jesucristo, el Salvador.

Colocando su mano sobre el corazón reciban la Luz de Mi Espíritu, reafirmando el compromiso con Dios y la meta de materializar Su Propósito para estos tiempos, a fin de que más almas alcancen la cura, la redención y el perdón, así como hoy ustedes, hijos Míos, ante el Universo de Dios lo alcanzan por una Gracia extraordinaria y por una expiación infinita, frutos de la Obra de la Misericordia.

Y hoy los ángeles del Santísimo Hijo transustanciarán los elementos ofrecidos a los pies de la Madre de Dios, los que se convertirán en el Cuerpo Vivo y la Sangre Viva de Cristo, para que las almas se alimenten de la comunión reparadora con Dios y de Su Esencia Sublime, la que es eterna en todo el Universo Creador.

Así como lavo sus almas, lavo sus cabezas, sus manos y sus pies, con la Fuente del Espíritu Santo, para que sus vidas se reparen en la comunión con Nuestro Salvador.

Que la Sangre Divina de Cristo sea vertida como Código de Luz en las almas sedientas del Amor de Dios.

Que el Agua que brotó del Costado de Cristo descienda como cura a los corazones.

En esta noche donde el mundo no vigila ni adora, que el Cordero de Dios, que fue inmolado y llevado al matadero, sea reconocido y adorado por sus fieles seguidores en el mundo entero, para que sus atributos de Gracia y de Misericordia, fuentes de cura y renovación, se expandan en la humanidad para tornarla algún día rescatable y sagrada, así como el Padre Celestial necesita por los siglos de los siglos. Amén.

Coman del Cuerpo de Cristo, beban de la Sangre del Señor y confíen que todo se reparará y se curará conforme como Dios lo ha pensado.

Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Felices serán los que en esta noche se sirvan del Señor, Amén.

Padre Nuestro...

Y ahora que fueron consagrados con el Espíritu, sean consagrados con Mi Paz, en la Esperanza, en la Fe y en el Amor de que comprenderán para los próximos meses lo que Dios necesita de ustedes, para que Su Voluntad se cumpla en toda la Tierra y en toda la humanidad.

Yo los consagro, hijos, y los bendigo, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.

En alegría y en júbilo, en nombre de Mi Hijo, se darán el saludo de la paz, para que la paz permee  la Tierra.

¡Les agradezco!

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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