MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN CANTABRIA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mis queridos hijos:

Como Virgen del Carmen y Estrella del Mar los vuelvo a encontrar en el refugio sublime de Mi Corazón Inmaculado.

Hoy, vengo a su encuentro para elevar todas sus súplicas a Dios, especialmente las súplicas que sé que son importantes para sus corazones.

Les pido que continúen orando Conmigo por la paz y por el fin de la insensata guerra, para que Mis hijos, sumergidos en la lucha ilusoria del poder y de la conquista de naciones, puedan recapacitar y convertirse antes de que sea demasiado tarde.

Por eso, vengo como la Eterna Estrella del Mar para guiar a todos Mis hijos hacia el puerto seguro del Corazón de Dios, y para intentar retirar del tormentoso y agitado mar planetario a los que ya no están consiguiendo persistir.

Mi Hijo Me envía como Mediadora y también Me envía como Madre Suplicante, como la Madre que clama a la humanidad por el fin de la guerra y del uso de las armas y de las pruebas nucleares.

Queridos hijos, en Mis oraciones y súplicas, Yo deseo que la humanidad ya no retroceda más, que no cierre su corazón a Dios, al amor y a la vida.

Por eso, debemos rezar y hacer sacrificios a fin de que los que ya están condenados reciban la última tabla de la salvación.

Queridos hijos, estoy unida a todos Mis orantes que, día tras día, sostienen con amor y con fe cada una de las diferentes oraciones semanales. Esto es muy importante para Mí, porque así su Madre Celeste tiene medios espirituales para poder interceder, rescatar y salvar.

Hijos Míos, con sus miradas colocadas en Mi Corazón Inmaculado, renuévense todos los días.

Estoy con ustedes y deseo su paz, la paz para el mundo.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Estrella del Mar

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Un alma que creía en Dios, en Su Existencia Infinita, pero que no podía comprender los misterios de la oración, le cuestionó al Señor, diciéndole: “Señor, sé que existes y que eres el Dios de la vida y de la eternidad, pero sé que existen leyes que mueven esta vida y que existe el libre albedrío que nos da la libertad para que estemos en ella. Siendo así, Señor, no comprendo el misterio de la oración y no consigo creer que un Rosario o un simple diálogo Contigo transformen las leyes de la Tierra”.

Sintiendo el Señor la sinceridad de sus cuestionamientos, le respondió, diciéndole: “Alma pequeña, lo que ignoras en verdad no es el poder de la oración, es Mi Poder y Mi Amor por ti. Es la capacidad que tienes de unirte a Mí y la potestad que Yo te doy cuando oras en Mi Nombre, porque eres una hija querida y amada. Y como un hijo le pide a su padre y recibe de él lo que necesita, así Yo, que puedo todas las cosas, también les doy a Mis hijos aquello que necesitan.

Sin embargo, el misterio de la oración es aún más profundo, porque no espero que Me pidan solo aquello que necesitan para permanecer en el mundo como almas del mundo. Lo que Yo espero es que ustedes Me pidan aquello que hace de este mundo una parte de Mi Reino. Y, cuando se rinden ante Mí y abren sus corazones, Yo les concedo el perdón, les revelo el Amor oculto en sus esencias y les doy la potestad de transformar las leyes y la vida, como lo hacen los Ángeles y los Arcángeles al recrear Mi Creación.

No solo el misterio de la oración te es desconocido, alma pequeña, sino también el misterio de tu propia vida y el misterio de Mi Amor aún te son desconocidos. Por eso, aunque no comprendas, ora y rinde tus incomprensiones a Mis Pies, a los pies de Mi Altar, porque cuando Yo encuentre en ti un corazón abierto, no solo te haré comprender, sino saber y vivir todas esas cosas”.

Que, a través de este diálogo con Dios, hijos, sus almas sean inspiradas a orar y a clamar cada día más por la transformación del mundo.

Tienen Mi bendición para esto.

San José Castísimo 

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Contempla el Reino de Dios en tu interior y descubre que el Padre, con toda Su Potestad y Su infinita Luz, habita en ti.

Deja que Cristo se revele siempre vivo en el centro de tu corazón para que percibas, hijo, que no necesitas morir para estar en Dios, pero sí descubrir la verdadera vida, la revelación de que Dios está en ti.

Los Cristos del Nuevo Tiempo son aquellos que buscan la Verdad en el propio corazón y la encuentran. Son aquellos que saben que el Reino de Dios habita en sí mismos como en el prójimo y que basta la llave del amor y de la humildad para abrir las puertas que lo guardan en sus corazones.

Los Cristos del Nuevo Tiempo no buscan la revelación del Reino más allá de las estrellas, mirando al cielo. Los Cristos del Nuevo Tiempo reverencian a las estrellas y a sus misterios, pero se saben espejos de ese Cosmos infinito. Saben que en el propio interior está lo que tanto buscan.

Entonces, vive tu búsqueda, hijo, de adentro hacia afuera. Contempla el Cosmos que hay en tu interior. Valoriza el poder de las virtudes y del amor, y ama saber que el Reino está en ti. Sé ese reino vivo para el mundo. Sé un espejo que revela al prójimo que todo lo que vive y respira es parte de Dios, es morada de Su Reino.

Tu Padre y Amigo,

San José Castísimo

APARICIÓN DE SAN JOSÉ EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Que Mi Presencia en este lugar sagrado les traiga paz.

Hoy vengo en nombre del Corazón de su Padre Celestial, trayendo en Mi Espíritu Su Divino Amor por este planeta, por la humanidad, por toda la vida que habita sobre la Tierra.

Hoy vengo en nombre de Cristo, Su Hijo, Aquel de quien ya no soy digno de decir que es Mi Hijo, porque Él es Mi Padre. 

Hoy vengo a llamar a cada uno de ustedes de "Mi hijo", porque así Dios me lo pidió. Así como un día Él me entregó a Su Hijo Primogénito, hoy Él me entrega a cada uno de ustedes para que pueda instruirlos, educarlos y guiarlos a Su Corazón.

Muchos se preguntan quién soy Yo, que vengo en nombre de Dios y que, durante tanto tiempo silencioso, hoy vengo a hablarles a los hombres de donde proviene la potestad que Yo tengo para guiarlos hacia el Corazón del Padre.

Yo no soy el Camino, la Verdad y la Vida. Yo soy Aquel que eligió ese Camino, que conoció esa Verdad y que se tornó parte de esa Vida.

Soy Aquel que supo escuchar las Palabras de Cristo y también Su Silencio, Aquel que sabe comprender la Presencia de Dios no solo dentro de Cristo, sino dentro de cada ser humano.

Soy Aquel que pudo trascender las propias miserias para ingresar en la perfección de Dios, Aquel que supo confiar en el Corazón del Creador y que no dudó de Su grandeza o de Su Plan.

Muchas veces, hijos, no pueden reconocer la Presencia de Dios en el propio corazón porque están muy presos de sus propias miserias y no confían en sí mismos. Pero hoy, Yo les digo que no es en ustedes que tienen que confiar, sino en Dios porque es la grandeza de Él la que se manifestará en sus esencias, es Su perfección la que vivirá dentro de cada uno de ustedes.

Él manifestará Su Gloria y se revelará al mundo a través de los Nuevos Cristos.

Cuando les hablamos del nuevo hombre, de la nueva humanidad, de los Cristos que deben surgir en estos tiempos, ustedes se miran a sí mismos y no lo encuentran.

Hoy les vengo a decirles que miren hacia el propio corazón y que vayan más allá de él. Ingresen en la propia esencia, en eso que los hace semejantes a Dios, y dejen que Él se exprese.

Él será este Nuevo Cristo en su interior.

Él será el nuevo hombre que vivirá sobre la Tierra.

Él será la expresión de Su propio Pensamiento en este mundo.

Como lo fue en Su Hijo, así será dentro de cada uno, dentro de cada uno de aquellos que creen, que tienen fe en esto que hoy Yo les digo.

Hoy vengo a llevar sus pensamientos, su comprensión hacia algo un poco más amplio. 

Ustedes deben comprender la esencia de la existencia humana, el motivo que los trajo hasta aquí, a este lugar sagrado. No vinieron solo para ser instruidos o para recibir una gracia especial. La instrucción los despierta y los hace recordar la verdadera razón de la existencia humana. 

Después de conocer la verdad, deben vivirla, fortalecer la propia fe para que ella se transforme en sabiduría, en entendimiento y manifieste, en sus vidas y en sus consciencias, los Dones del Espíritu de Dios. Aquel cuyo soplo se tornó Vida se debe manifestar en sus células y en sus átomos, revelarse. 

Si el Espíritu de Dios no habitara en ustedes, no podrían vivir, porque Él es la propia vida, pero también es la propia humildad y permanecerá silencioso en el corazón de aquellos que esperan oír la propia voz, que solo creen en sus propios pensamientos y sentimientos y que no se rinden a Dios.

Pero en los que saben silenciarse; en los que colocan sus miserias a los Pies del Creador, rindiendo sus potenciales a Dios para que Él se manifieste dentro de esos hijos; el aire que circula en sus cuerpos manifestará el Soplo Divino, la sangre que circula en su cuerpo finalmente manifestará la genética de aquella Sangre de la que comulgan todos los días. 

Cuando comulgan con Cristo y no creen en Él, Su Sangre también permanece silenciosa. Pero cuando tienen fe en que Él ingresa dentro de sus células y recorre su cuerpo, su alma, su consciencia; poco a poco ustedes se tornan partícipes de la genética del Hijo de Dios. Y aquello que se perdió, que se desvirtuó, comienza a retomar su camino para expresar el Pensamiento Divino, para ser lo que verdaderamente es un ser humano.

Muchos se preguntan si Yo soy parte de Dios, y hoy Yo les vengo a decir que todos nosotros somos partes de Dios. Mi Corazón retornó al Suyo para darles un ejemplo de que no solo el Hijo Primogénito puede retornar al Padre. Él les vino a mostrar el camino para que recorrieran ese camino, para que imitaran Sus pasos, para que vivan Su Amor.

Hoy vengo como Su Mensajero, como parte de Su Corazón, porque me ofrecí a Dios para que, hasta el final de la existencia humana, las almas tuvieran una oportunidad de encontrar el camino de retorno.

Retornar al Padre no es dejar de existir. La unidad es un estado de consciencia que ustedes pueden vivir a cada instante; pueden continuar siendo seres humanos y, sin embargo, expresar la unidad con Dios.

Su Hijo vino a demostrarles eso. En ningún momento de Su existencia, el Corazón de Cristo estuvo separado de Dios.

Dejen que se rompan los límites de la comprensión humana para que ustedes puedan comprender aquello que no saben explicar, para que puedan vivir aquello que no saben pensar, pero que solo se manifiesta no como un pensamiento o una ciencia, sino como un estado de vida. 

Muchos de ustedes ya aprendieron a salir de la mente hacia el corazón, y ahora deben colocar el corazón en la consciencia para que la vida espiritual no sea un sentimiento, sino una experiencia viva, constante.

Ustedes están ingresando en un nuevo ciclo, en el cual la nueva humanidad debe dejar de ser una enseñanza. 

Ustedes ya no se pasarán estudiando sobre el nuevo hombre y buscando en otros su manifestación. Él no vendrá de otro mundo; no vendrá de las estrellas, a pesar de que las estrellas se manifestarán en la Tierra, los Universos se manifestarán aquí.

La vida que habita en el Cosmos se expresará en el planeta para participar de la expresión del nuevo hombre que se manifestará dentro de cada uno de ustedes. No será lo contrario. No esperen que la nueva vida venga del Cielo, porque ella comienza aquí, en ustedes, en este lugar y en todas las Islas de Salvación consagradas por Dios y preparadas por Él para manifestar la nueva vida. 

De los puros de corazón nacerá el nuevo hombre, y es su propio ejemplo el que despertará a los Cristos adormecidos, es el propio ejemplo de cada uno de ustedes el que hará que sus hermanos despierten y, así, se expandirá la nueva humanidad. 

De la transformación de cada ser en esta Tierra nacerán los méritos para que aquellos que llegarán en el futuro, los que nacerán aquí, encuentren el camino pronto para no expresar ya la vieja condición humana, sino para participar de este nuevo ser, de este nuevo arquetipo de vida que expresa el Pensamiento Divino. 

Yo estoy aquí para decirles todas estas cosas porque esa debe ser la prioridad en sus vidas. Ustedes no están aquí para trabajar, estudiar, tener vacaciones o viajar por el mundo. Están aquí para expresar un Principio Divino, para expresar la semejanza con Dios, porque toda la vida en el Universo los aguarda. Todas las estrellas que ven en el cielo contemplan a la Tierra y aguardan silenciosamente. Aguardan que el Plan de Dios pueda cumplirse. 

Que este nuevo ser no esté solo en el Corazón de los Arcángeles, en la consciencia de los Padres Creadores y en lo oculto de los seres humanos. 

Misteriosamente, de este pequeño planeta partirá el ejemplo de vida para toda la Creación, así como ya sucedió a través de Cristo. 

No miren hacia sí mismos mientras Yo les hablo. No piensen en cuán distantes están sus vidas de la manifestación de lo que les digo. Dejen que los velos se rasguen en sus consciencias para que su forma de pensar se transforme, para que su pensamiento esté en el corazón y su corazón esté en la consciencia,

Estoy hablando con cada uno de ustedes y con cada ser humano. Mientras les hablo, atraigo hacia el mundo aquello que ustedes verdaderamente son, para que puedan despertar.

Que sus esencias griten para que ustedes, finalmente, escuchen. Que ya no haya silencio en su interior. Que Dios no permanezca silencioso en ustedes. Que el Soplo de Su Espíritu no esté oculto, sino que mueva su mundo interno, que remueva el viejo hombre. 

Dios les hablará, una y otra vez, hasta que vivan lo que Él les dice, y Yo me comprometí con Él para repetir Sus Palabras hasta la institución de la nueva vida. 

Y aunque Mi verbo algún día ya no se pueda pronunciar a través de los videntes, Yo gritaré en su mundo interior y ustedes Me escucharán dentro de sus corazones. 

Aquellos que quieran oírme serán guiados por Mí hasta el final, porque para eso estoy aquí, Mi evolución camina con la suya. 

Hoy Yo les pediré que los sacerdotes consagrados por Cristo sean los que bendigan esta Eucaristía, porque Nuestro Señor depositó Su confianza en ellos y llegó la hora de que puedan expresar su verdadera misión.

Ustedes seguirán comulgando con Cristo en cada nuevo encuentro Conmigo, pero serán los sacerdotes los que bendecirán esta Eucaristía, los que llamarán con su corazón y con su consciencia al Ángel de la Presencia, porque Él siempre los escucha. 

Los sacerdotes serán los que, a partir de hoy, abrirán los Cielos para que los elementos se conviertan y todas las Gracias que Dios tiene para ofrecerles se manifiesten en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo.

De la misma forma, ustedes confiarán en la transubstanciación. Confiarán en que la Sangre de Cristo se encuentra en el vino y que Su Cuerpo está presente en este pan y que, dentro de ustedes, día a día, poco a poco, los conducirán a expresar la genética de Cristo para que, como Él, expresen la semejanza con Dios y retornen al Corazón del Padre.

Que así sea.

De esta forma, les enseñamos a que confíen en los mediadores que les trajimos porque, a pesar de su condición humana, una Gracia Divina habita en su interior y, por los méritos de su entrega, cada día se manifestará un poco más. 

Siempre que confíen más en Dios que en sí mismos, Él se expresará en ustedes. 

Entreguen su condición humana, sus defectos, sus personalidades y confíen en Aquel que los creó perfectos para habitar en ustedes. 

No hay errores en la Creación Divina, no hay errores en Su Pensamiento. Dejen que Su perfección se exprese.

Para eso, Yo los bendigo, coloco sobre ustedes Mis manos y la irradiación de Mi Casto Corazón para que, a través de Mi ejemplo, sus seres despierten y para que en un futuro próximo, a través de sus ejemplos, otros más despierten.

Sientan el Soplo del Espíritu de Dios que circula en sus cuerpos, que permea sus consciencias. Dejen que Él se exprese, que Sus Dones se manifiesten.

Que la Presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo permanezca en sus seres para siempre.

Les agradezco.

Y ahora, Yo les pido que, en reverencia y aún en Mi Presencia, vengan hasta aquí los sacerdotes para recibir Mi bendición y, así, consagrar estos elementos. 

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Si las almas de la Tierra obedecieran, de corazón, los pedidos de Dios, no habría razón ni motivo de vivir el sufrimiento, las penas y el dolor.

La falta de obediencia es la falta de adhesión incondicional.

Hasta los días de hoy, el ser humano de superficie fortaleció su característica de ser desobediente e indiferente a lo divino, o al llamado de Dios.

Esa también es la razón por la cual las almas demoran mucho para poder encontrar el camino y el propósito que las trajo aquí a la Tierra.

Y aun cuando las almas finalmente encuentran el camino y la puerta del propósito está ante ellas, para que la puedan atravesar y transitar por el sendero de la obediencia a Dios, aun así, los seres humanos subestiman esa oportunidad, esa gracia, respondiendo a ese momento único con suma desobediencia.

La raíz de la desobediencia está en el abuso del uso del poder, de la autoridad o del “permiso” que los seres humanos creen tener en este planeta y dentro de este Universo.No existe nada más lejos para el ser humano y para las almas que creer tener poder o autoridad en alguna situación.

La llave que revierte este estado primitivo de consciencia es la humildad; una humildad que tiene que estar libre de intereses y libre de beneficios propios.

Pero para vencer la desobediencia no basta solo decir "sí" a la Divina Voluntad, sino que será necesario aprender a encarnar la obediencia en sí mismos para poder percibir cuántas veces el ser humano hace lo que piensa o lo que cree.

En este tiempo la desobediencia podría poner en riesgo el camino evolutivo de las almas. Solo basta mirar alrededor y ver cómo se encuentra la realidad planetaria por tanta desobediencia.

Una y otra vez hay que retomar el camino de la humildad hasta que la consciencia consiga salir de la creencia de que puede llevar adelante su vida sin Dios; así como de la creencia que lleva a la consciencia a colocar ciertos requisitos, aun siendo con Dios, que hacen de la vida espiritual un destino lleno de pruebas.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Aprendiendo a rendir el corazón

La humanidad, hijos, aún está aprendiendo a rendir el corazón a Dios. Algunos se rinden porque no tienen otro camino ni otras opciones; otros se rinden por todo lo que ya sufrieron; y unos pocos se rinden por amor, porque no fueron vencidos ni por su inercia ni por el sufrimiento de la vida, sino por el Amor de Dios. Esta rendición es la que el Señor los llama a vivir.

Cuando Cristo les dice: "Ríndanse a Mi", no se refiere a seguir Su camino por no tener otras opciones, por miedo o por inseguridad; no se refiere a escoger Su camino porque ya sufrieron lo suficiente como para no querer buscar otra cosa que no sea la paz. Cristo se refiere a comprender el verdadero sentido de la vida, a saber que están en la Tierra por un propósito superior que es la renovación del Amor de Dios.

Sabiendo y teniendo fe en ese Amor, que destituye de sus vidas todas las potestades humanas, es que ustedes comenzarán a rendirse verdadera y espiritualmente a Cristo.

La rendición es una decisión interior que nace del descubrimiento del Amor de Dios y del ansia de vivir en ese Amor y por ese Amor, para siempre.

Cuando un ser se rinde al Amor de Dios comprende todas las cosas como vehículos para llegar a él: las dificultades, las pruebas, las humillaciones, el vencer las resistencias, la constante profundización de la entrega; todo se torna un vehículo para renovar el Amor del Padre, porque todo es parte de Su Plan y llega a la vida de Sus hijos y servidores para conducirlos al Propósito Mayor, a la Voluntad Divina.

Por eso, hijos, en este tiempo, ríndanse a Dios de corazón y sin miedo, confiando en Su Gracia y en Su inconmensurable Amor. Dejen que el Padre les dé a conocer ese Amor, delante del cual todo se torna pequeño, todo pierde su valor y su sentido; y ríndanse a él.  Descubrirán, así, que no hay nada más maravilloso, en la evolución de los seres que ser inundado y colmado por Dios, porque fueron creados para eso, fueron creados para amar.

Su Padre y Amigo,

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Llegará el tiempo en el que su fe y su confianza en Mi Hijo será probada.

Llegará el tiempo en el que sus vidas y sus consciencias deberán confirmar, verdaderamente, hasta dónde darían la vida por Cristo.

Llegará el tiempo de saber si, verdaderamente, le guardan fidelidad al Señor, más allá de ustedes mismos y de toda circunstancia.

Ese tiempo ya está llegando y ustedes deberán desenmascarar esos personajes del ego que ponen en juego su destino y su evolución.

Por esa razón, prepárense, oren y no intenten nunca más colocar la responsabilidad en algo externo.

Asuman su purificación con transparencia y ya no quieran esconder el poder que quieren ejercer sobre los demás; porque una vez más les diré que no quedará piedra sobre piedra, y eso comenzará primero en la humanidad.

Ya no adelantará que se justifiquen, que corran hacia otro lugar o que culpen con sus pensamientos o sus palabras a sus semejantes.

Asuman que tienen que cambiar algo, si en verdad dicen estar con Cristo.

Sean humildes, considerados y, sobre todo, tengan mucha gratitud por cada corrección y lección vivida. De lo contrario, si intentan cambiar su destino, verán en poco tiempo el resultado de sus elecciones.

Ya no es hora de tentar a Dios, porque la manipulación será la primera piedra que el propio Dios romperá.

Sean agradecidos y reciban con amor lo que sus ojos no pueden ver.

No se convenzan más a ustedes mismos de lo que creen ser.

Entregar la vida a Cristo significa rendición.

Les agradezco por obedecerme, porque no quiero que sufran más con ustedes mismos.

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 34.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Yo Soy ese Corazón que vive por ustedes y en ustedes, cuando Me lo permiten.

Soy ese Corazón que nunca fracasa y que renueva todas las cosas, de tiempo en tiempo, así como Mi Dios lo necesita, para este mundo y el Universo.

Soy ese insondable Corazón que derrama las Gracias en aquellos que más las necesitan y sobre todo en aquellos que se perdieron de Mi Camino de Redención.

Soy ese amoroso Corazón que los congrega y los une al Padre, por medio de este encuentro y en cada oración diaria que es pronunciada por sus corazones.

Así, Yo formo a los apóstoles en el profundo silencio de Mi Espíritu y entrego Mis designios para cada uno, para que los puedan cumplir como están previstos en el Universo.

Hoy, Yo vengo desde un lugar muy lejano de este Universo, lo que ustedes conocen como el Centro del Universo, lo que rige a esta galaxia a nivel espiritual e inmaterial.

Vengo a pronunciar al mundo Mi Gobierno, que es el Gobierno de Dios, que gobierna los mundos, las estrellas y las esferas celestes, en todos los planos.

Vengo con aquellos que hoy viven Conmigo la potestad de Dios, los seres iluminados y resplandecientes que vivifican a Dios eternamente y en alabanza.

Con ese principio, Yo los congrego a todos en Mi Corazón Sacratísimo y vuelvo a encender en sus vidas el propósito que vinieron a cumplir en esta vida y en este planeta, algo que es imborrable en la Consciencia de Dios; porque Él pensó desde el primer momento en cada uno de ustedes, para que se unieran a Él, a través de los tiempos y de las experiencias.

El mal no conoce esto, porque no conoce el amor y le tiene miedo al amor. Cuando el amor está presente entre ustedes y entre las consciencias, todo es invencible porque está Dios.

Así como Yo estoy aquí con ustedes, en omnipresencia y en espíritu, así está Mi Padre con ustedes, a través de Mi Corazón de Luz. Es algo que nunca pueden olvidar, a pesar de lo que suceda en sus vidas y en la humanidad. 

Cuando las grandes estructuras de la humanidad comiencen a moverse, nadie podrá sofocarse ni perturbarse. Será el momento en que sus fortalezas estén bien firmes, para que Yo pueda seguir derramando Mis Gracias en aquellos que la merecen en plenitud y en verdad.

Por eso, Yo Soy ese Corazón confiante que se dona a ustedes todo el tiempo, que no mira sus pecados ni sus deudas, sino su filiación con Dios, algo esencial que nunca podrán perder, por nada.

Cuando las almas abren las puertas al mal, se comprometen con la involución y las vidas de esas almas retroceden gradualmente. Así como un ave vuela a la altura de las montañas, el alma cae gradualmente en los abismos.

Y así, junto a Mi Madre y San José, Yo vengo a socorrer a los que deben corresponder al llamado y están perdidos. Pero no podrá ser eso por mucho tiempo, compañeros, porque muchos ejércitos despertarán en los tiempos de emergencia que ya están viviendo. Abran sus ojos y vean lo que sucede en el mundo, día a día.

Sentimos que, para la humanidad, no es suficiente el caos y se aferra al sufrimiento a través de sus decisiones que influyen en las naciones y en los pueblos y atraen la acción furiosa de la Ley de la Naturaleza sobre la humanidad.

Mientras el mundo siga sacrificando a los animales, el mundo sufrirá. Y aquellos que imploren de corazón por Mi Divina Misericordia, así como hoy lo hicieron ustedes, muchas cosas evitarán. Pero no podré evitar, compañeros, lo que la humanidad debe aprender.

Decídanse a ser Mis columnas de luz en este planeta, para que Yo pueda depositar Mis Códigos y reunir a los autoconvocados en el Cenáculo de Mi Corazón.

Será de esa forma, compañeros, que Yo iré llevándolos a vivir el Juicio Universal; les mostraré cómo él está sucediendo en esta humanidad, rápidamente.

Dentro y fuera de los seres se vive el Juicio Universal.

Pero no deben temer a la Justicia de Dios, porque Dios es el Amor vivo y eterno. Son el mundo y la acción de la humanidad que traen la Justicia de Dios. Dios nunca los castigará. Él los corregirá para que puedan caminar en la luz, verdaderamente.

Aquel que se decide, en este último tiempo, a vivir en Mi Corazón Sagrado no perecerá. Pero vivir en Mi Corazón requiere un compromiso y una fidelidad para con Dios. Un acto de consagración que pueden vivir Conmigo, de formas diferentes. Pero esa consagración no puede quebrarse, no puede romperse por nada. Será esa consagración que los protegerá y estarán unidos a Mí cuando Yo ya no esté aquí con ustedes, compañeros.

El mundo, día a día, toma decisiones contrarias a la Leyes de Dios y atrae la deuda impagable que genera la humanidad. Yo necesito que coloquen su consciencia en la consciencia del planeta, que es la casa que Dios escogió para ustedes desde el principio de la Tierra, desde el origen del proyecto del Génesis.

La humanidad siempre se ha desviado del Camino de Dios, a través de los tiempos. Por eso la intercesión divina de Mi Madre ha sido incalculable. Su bondad y amor para con Sus hijos la han hecho persistir, a pesar del sufrimiento generado a los Sagrados Corazones y al Corazón bondadoso de Dios.

El mundo no coloca atención a las heridas que ocasiona al Universo y, sobretodo, al Universo Material: al planeta, a los continentes y a los mares; a la vida animal, vegetal y mineral. ¿Cómo podrían estar presentes, compañeros, en este planeta, si no existieran los Reinos Menores, que les dan el equilibrio y la vida para poder evolucionar?

Si en los otros mundos de este Universo existe la vida, ¿cómo los Reinos no podrían estar aquí? Son imprescindibles para ustedes, para que puedan aprender a sentir a Dios y a vivificarlo por medio de la Creación expresada en este planeta.

Aún las transgresiones son muy graves y la balanza de esta humanidad está en desequilibrio.

Mientras pueda, compañeros, vendré a llamar a los que no Me escuchan aún y ustedes tendrán ese compromiso Conmigo, de darme a conocer a las almas perdidas en los abismos de la superficie de la Tierra.

Mi Madre los amparará en esta tarea.

No necesito que atraigan multitudes, sino corazones verdaderos que quieran vivirme.

Y hoy presento ante ustedes Mi Sagrado Corazón nuevamente, para que vean cuánto amor él tiene por cada uno de ustedes y por los que no Me escuchan.

Mi Pecho explota por no poder derramar tanto amor; el amor que cura, que sana y que vivifica a los corazones en Dios.

Al menos, compañeros, contemplen diariamente un Rayo de Mi Corazón y así, Me agradarán por aquellos que Me niegan.

La negación no es solo en las almas que están en este mundo, sino a veces también en aquellas que están consagradas y que no creen en lo que Yo les digo; pero lo que Yo estoy escribiendo aquí, se cumplirá.

En este lugar perdido del mundo, del Uruguay, quedará la señal de Mi Presencia, evidente para todos.

Cuando pasen los años recordarán y sabrán todo lo que Yo hice aquí, con ustedes. Porque en esos años que vendrán y que llegarán, las cosas estarán más difíciles en el mundo, y deberán recordar Mis Palabras como tesoros de luz, como llaves que abren las puertas a los Cielos, para que puedan socorrer a las almas que caerán aún más en el pecado y en la tentación.

Hoy, vengo a implorar al mundo que tenga piedad y que no se olvide de Dios, porque Él está muy ofendido y Sus lágrimas ya son grandes ríos en el Universo.

Emmanuel implora a Sus hijos por despertar, por consciencia y prontitud. Su Proyecto está en juego por las decisiones de los hombres, de las naciones y de los continentes.

El pueblo de Dios no puede perderse en el desierto, como fue en el pasado; debe encontrar la Tierra prometida que vive en Mi Sagrado Corazón.

Recuerden, compañeros, que Yo Soy la Verdad y la Verdad les traigo para que no estén engañados en este tiempo.

Recuerden que Yo Soy el camino que nunca se cierra y que abre las puertas para que todos puedan entrar, aun cuando Me olvidan muchas veces, sin percibirlo, y se alejan de Mí.

Recuerden compañeros, que Yo Soy la Vida, la Energía y el Principio que los motiva a la renovación y a la unión con todo el Universo, que los acoge en su Misericordia.

Si ustedes, por un momento, desde el Universo vieran a este planeta, llorarían; no por lo que ven, sino por la ignorancia del mundo y por la ceguera de muchos corazones que no aceptan vivir el Amor de Dios, que no lo buscan y que lo rechazan.

Hoy, compañeros, Yo no vengo a evangelizarlos, sino a transmitirles el sentimiento de Dios, desde lo profundo de Su Corazón, desde la Consciencia de Emmanuel, el Padre que los escucha y los ama.

Si a los que Yo he convocado a servirme en este tiempo no se unen, ¿cómo se cumplirá Mi Proyecto? Dejen para atrás sus ideas y sentimientos, sus divisiones e incomprensiones, de los unos para con los otros.

Amen, así como Yo los amo todo el tiempo.

No rechacen lo que Yo les digo y vívanlo con determinación y valentía, así podré enviar a los ángeles para que los ayuden, en el invisible silencio de su santa presencia.

Yo vengo a depositar en cada uno un tesoro incalculable, del que deberán dar cuenta en el tiempo final, compañeros. Porque para que Yo esté aquí, entre ustedes, y los haya llamado, muchas cosas tuvieron que suceder en el Universo.

Aporten al Plan lo que el Plan necesita y no retengan más las cosas.

Todo lo que tienen es de Dios y del Universo.

Al Universo volverán desnudos, sin ninguna posesión, ni ninguna propiedad.

Al final, quien esté despierto comprenderá lo que digo y lo que repito hace 2000 años.

La última oferta que tengo para el mundo es Mi Sagrado Corazón, pero aún no todos han entrado en Él, en confianza y sin miedo.

Yo no les pediré cosas imposibles, conozco sus flaquezas y sus caídas, porque Yo he estado a su lado, caminando en las márgenes de los abismos, para que no pudieran caer.

No conocen el mal. Con el mal no se juega ni se compromete.

Su unión está en el Amor de Dios y en la hermandad que ofrece el Universo todos los días, para que los soles puedan brillar en este último ciclo.

Y a través de Mis Palabras, los coloco sobre Mi Pecho, para que puedan sentir el latir perpetuo de Mi Corazón, que late por cada uno de ustedes.

Fue ese Corazón que sufrió por ustedes en la Pasión y en la Cruz.

Fue ese corazón humano de Jesús el que conoció la condición humana y la ignorancia del mundo, la negación, el rechazo y la omisión de los corazones.

Pero el Amor de Dios era tan grande en Mí, compañeros, que todo Yo lo pude superar, porque confié en el Amor de Mi Padre y no Me aferré a las pruebas que Él Me colocaba.

Un verdadero cristo del nuevo tiempo, se entrega al Universo en confianza y cree, viviendo Su fe.

Sean Cristos de Mi Corazón y no teman serlo.

La persecución no ha terminado y el mundo deberá purificarse; pero en el fin de los tiempos, cuando estén Conmigo, Me conocerán cara a cara, así como una vez Me conocieron en Tierra Santa, lo que los ha traído aquí para servirme.

Sean pescadores de Mi Proyecto y lancen las redes en oración, para que las almas se puedan salvar y sean retiradas de los abismos de su consciencia y entren en la gran barca de Mi Corazón, para vivir la paz.

A través de Mí y de Mi Corazón Mi Padre les habla y en este suelo sagrado deposita Su confianza en los que se autoconvocaron para cumplir con Su Voluntad.

Si Yo vengo del Cielo, también es el Cielo el que los abraza y los eleva, en consciencia y amor, al Corazón del Padre.

Los sellos del Apocalipsis se abrieron y oremos para que en el mundo todo sea más leve y las almas encuentren a Dios y a Mi Sagrado Corazón.

Santísimo Corazón de Cristo
convierte nuestros corazones en llamas sagradas
de Tu Divina Misericordia
para que Tu Faz se funda sobre el gran corazón humano.

Que el venidero descenso de Tu Gloria celestial
redima a todas las consciencias,
en honor y en gloria al Padre Celestial.

Amén. (x3)

Para que los catorce coros celestiales que hoy he congregado aquí derramen sus gracias, pido que escuchen el campanario por catorce veces, en unión y alabanza a cada uno de los catorce coros; en representación del Arcángel Miguel, del Arcángel Gabriel y del Arcángel Rafael. Escuchamos desde el Universo.

En este momento hagan su oferta a Dios, al Altísimo, en el silencio de sus corazones y en unión a los catorce coros.

Mi Dios, yo creo en Ti...

Quisiera que esta oración del Ángel de la Paz fuera repetida al final del Misterio por las Naciones, durante siete veces, para que el Ángel de la Paz también pueda interceder por los ángeles de cada nación y de cada pueblo.

Recuerden responder al llamado de María, pues su Madre también los necesita para realizar la gran Obra de Dios, en estos tiempos.

Los catorce coros celestiales que hoy he traído aquí, a Aurora, para cada uno de los corazones que participa de este encuentro, son los coros que cantan eternamente a Dios, desde antes que ustedes existieran, como esencias.

Piensen entonces, compañeros, por un instante, cómo el canto, la voz y el verbo sagrado es perpetuo en estas consciencias angélicas, desde eones de tiempo.

Son los que construyen los Universos con la voz y los que forman las melodías y armonías, para todas las galaxias.

Son los que atraen las corrientes de Dios para los universos y alimentan el espíritu de la consciencia a través del Amor del Padre, de Emmanuel.

En unión a ellos, compañeros, y al Sagrado Corazón de su Rey, cantaremos el Kodoish melódico, para traer la Gracia de Dios a este planeta, en aquellos que se abren para recibirla, en esta última hora.

Kodoish...

Y ahora, compañeros, entrego para ustedes el bálsamo de Mi Amor y de Mi Compasión por el mundo, por todas las almas consecuentes con Mi Corazón Misericordioso y con Mi Obra Redentora.

En unión a los catorce coros celestiales y a Mi Espíritu Divino de Amor y de Verdad, oremos:

Abbun debashmaia...
(Padre Nuestro en arameo)

Y hoy Me podré ir de aquí con la alegría de que oraron de verdad a Mi Corazón Misericordioso, implorando por este pueblo y por toda esta región del Sur de América, para que triunfen y tengan victoria los Sagrados Corazones de María, de San José y de Jesús. 

En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Y ahora canten al Arcángel Rafael, que es la aurora que amanece en los corazones que despiertan.

Vayan en paz.

MENSAJE DIARIO DE MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Como el Soplo del Espíritu Santo sobre los apóstoles de Cristo, hoy este Soplo Divino inunda sus espíritus, para que viviendo el ciclo de la rehabilitación interior, confirmen ahora su unión con Cristo, Nuestro Señor.

Así, Mi Hijo encontrará apóstoles dispuestos a servirlo por encima de todo, porque verdaderamente su purificación es el preámbulo para ingresar al estado de la Consciencia Divina.

Entre sus seres terrestres y el alma de cada hijo Mío no puede existir ningún abismo que los separe del Propósito y del cumplimiento de la tarea que Mi Hijo les encomendó desde el principio.

Ahora, este Soplo Divino los llevará al descubrimiento de todo aquello a lo que le ha llegado la hora de vivir su muerte para que, cruzando el portal hacia los Cielos, sus células se divinicen en Cristo, el Señor.

Entre un ciclo y otro encontrarán los abismos de la consciencia, abismos que deben ser iluminados por el poder del amor y de la unidad entre las almas. Esta es la llave que les abrirá la puerta a la liberación de sí, y crean desde ahora que deben dejarse amar y deben abandonar el calvario que por incomprensión están viviendo en ustedes mismos.

Sus almas deben estar en constante unidad y fraternidad, los pareceres y las ideas concretas ya no pueden reinar en el pensamiento colectivo de las almas. Su fuente de renovación debe ser el Amor de Dios, Amor que todo lo soporta, todo lo perdona y todo lo entiende.

Así, estarán libres de mirar todo el tiempo la imperfección y despertarán a las virtudes de la unidad y del amor que Mi Hijo les enseñó. Por eso, hijos, están a tiempo de recapacitar y de no permitir que las ideas de Mi adversario invadan por completo sus consciencias.

Ya comenzó la batalla espiritual del fin de los tiempos que vendrá de la mano de la purificación acelerada e intensa que muchos enfrentarán, para después poder ingresar en el Reino de Dios.

Durante la batalla, será el momento en el que deberán estar más unidos que nunca, para que el Soplo Divino de la Sabiduría los coloque siempre en el camino correcto. De esa forma, podrán colaborar y ayudar a que todos los que se perderán, por ignorancia o por engaño, se coloquen en el camino correcto.

Sean testigos de todo el Legado Divino que les ha sido entregado. Nada es por acaso, ese Legado será su fortaleza y su conocimiento, así como también lo serán Nuestros Sagrados Corazones.

Les agradezco por responder en consciencia a Mi llamado por la paz, en este tiempo de batalla espiritual del fin de los tiempos.

Los reúne en el Corazón Luminoso de Cristo,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO DE CRISTO JESÚS, TRANSMITIDO AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Los días 5 y 6 de agosto de 2013, días especiales de Misericordia, Mi Faz estará presente para acompañar a todos los peregrinos por el camino y ejercicio espiritual de la Maratón de la Divina Misericordia.

Ese ejercicio, que podrá ser realizado por todos los que sientan colaborar con los Planes Redentores de Mi Corazón, significará una gran ayuda para toda la consciencia planetaria de la humanidad. Es decir, Mis Misericordias Celestiales podrán derramarse inclusive en los pecadores más empedernidos, y así sucederá una gran ola de conversión entre todos los que se sintonicen con Mi Océano de Gracias.

De esta manera, durante el 5 y el 6 de agosto, Mi Consciencia traerá consigo los Poderes Redentores del Padre Celestial, y aquella alma que se disponga a liberarse de sí misma, lo logrará si sigue los pasos y los requisitos de la Maratón orante.

Como Yo he pedido realizar esta Maratón orante aquí, también pediré que este mismo ejercicio sea realizado en otros lugares del mundo junto a Mis videntes, escogidos con la finalidad de que más almas conozcan el amor y el poder de Mi Misericordia.

Todos los que se unan a los días de profunda Misericordia podrán recibir la ayuda espiritual que necesiten para dar los pasos que Mi Padre espera que den en este tiempo. A los peregrinos Yo les daré especial atención, cuando lleguen al Centro Mariano de Aurora para compartir los dos días de oración continua.

Agradeceré que todos respondan a este importante impulso espiritual para este tiempo, en el que deberán reinar la paz y la misericordia.

Bajo el Amor del Padre, sean bienaventurados.

Gracias por recibir Mis Palabras en el corazón.

Cristo Jesús

Quiénes somos

Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

SEA VOLUNTARIO

Contacto