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Queridos hijos:
Hoy, su Madre Celeste contempla en una de Sus serviciales Manos una balanza descompensada y en la otra Mano una cadena, a la que se le rompen sus grilletes.
¿Qué significa este símbolo para ustedes, Mis hijos?
En un mundo en donde la desigualdad y la impunidad gobiernan a las naciones, ¿qué parte de esa desigualdad o impunidad viven ustedes?
En un mundo en donde las cadenas de la prisión espiritual y material retienen los pasos de la liberación de Mis hijos, ¿qué cadenas están aún amarrando sus pies?
Mediten, hijos, y esfuércense todos los días por ser buenas personas y buenos hijos, pero sobre todo hijos de caridad y de bien, que en ningún momento y bajo ninguna circunstancia se atreven a cerrarle la puerta de sus corazones a nadie, porque ustedes saben que el mundo es un océano de errores y de imperfección.
Pero no se olviden, hijos, de la Luz interior que yace y vive en cada uno; porque esa Luz interior, en cada uno de Mis hijos, es perpetua e inapagable.
Queridos hijos, que su justicia sea su bien y su amor, en primer lugar; porque este es el tiempo, y también es el momento, de que el Amor de Mi Hijo gobierne y reine en cada vida y en cada instante. No se olviden de esto; porque, teniéndolo presente, ustedes mismos se ayudarán a través del Amor de Jesús y también ayudarán al mundo a que se aleje de todo tipo de violencia y de maldad.
Como Madre de la amorosa Justicia, como Madre de la Justicia que otorga el Amor de Dios, Yo vengo a liberarlos de ustedes mismos, para que así el mundo sea liberado.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Cuando los Mensajeros de Dios ya no estén manifestando Sus Apariciones a los corazones de los hombres, será el tiempo y la hora de demostrarle al mundo que los códigos de Amor y Sabiduría de la Fuente Divina fueron depositados en sus corazones y dieron frutos.
Por eso, serán probados en el amor mutuo, en la fe, en la compasión y en la misericordia. Serán probados en la caridad y en la piedad, para que den testimonio de lo que aprendieron.
De su boca, desbordará lo que hay en sus corazones; su verbo demostrará lo que hay en su interior. Serán probados así, por la palabra y por el silencio, y el Creador los observará para que demuestren, hijos, lo que aprendieron en estos tiempos.
¿De sus bocas saldrán misericordia y compasión, piedad y verdad? Este es el tiempo de medir el verbo y el silencio, para que le demuestren al mundo lo que verdaderamente son.
Serán probados por sus acciones. De sus cuerpos, desbordará aquello de lo que está llena su consciencia; sus acciones demostrarán si fueron capaces de asimilar los códigos crísticos o si ellos están ocultos o hasta sepultados en lo profundo de la consciencia.
Hoy, hijos, las almas necesitan ejemplos de almas que sean capaces de dejar transparentar los códigos crísticos que recibieron.
¿Sus acciones serán de unidad o de separatividad?
¿Demostrarán caridad o indiferencia?
¿Demostrarán amor o destruirán con impiedad?
Sus seres serán probados en la mente y en las emociones. Sus pensamientos y sentimientos desbordarán de lo que está lleno su subconsciente.
¿Serán capaces de transmutarse a sí mismos con la fuerza de la oración y de la adoración eucarística o se dejarán envenenar con el mismo pensamiento y sentimiento colectivos que llevan a la humanidad a la destrucción de sus principios más puros?
El silencio de los Mensajeros Divinos no significará abandono, hijos, pero sí el momento de que los últimos apóstoles den testimonio de la vida crística, de la unidad por encima de los estímulos de guerra que impregnan a la consciencia humana, del amor por encima de los estímulos de odio, del perdón por encima de los estímulos de venganza y de juzgamiento.
Este será el tiempo de trascender, de adentro hacia afuera, los estímulos mundanos, el sentimiento de poder y superioridad que siempre llevó a la humanidad a la desunión y a la destrucción de su Propósito Superior.
¿Escogerán ir más allá de sus propios pensamientos y pareceres para unir y amar o vivirán los mismos errores que, de tiempo en tiempo, los llevaron a perderse como civilización? Es tiempo no solo de reflexionar, sino de vivir; es tiempo de transmitirle paz a un mundo en guerras.
De su boca se desbordará aquello de lo que esté lleno su corazón; de sus acciones desbordará aquello de lo que esté llena su consciencia; de sus pensamientos y sentimientos desbordará aquello de lo que esté lleno su subconsciente.
Por eso, oren y elévense, trasciéndanse y vivan esta prueba de la humanidad, dándole a conocer al mundo lo que recibieron en los últimos 17 años, que son impulsos crísticos de Amor y Sabiduría que deben encontrar expresión en sus vidas.
Tienen Mi bendición para esto.
Su padre y amigo,
San José Castísimo
Queridos hijos:
Cuando algo llega a su fin no significa que sea definitivo, sino que representa el momento y la oportunidad de recapacitar, ante todas las Gracias de instrucción y de guía que brotaron de Nuestros Sagrados Corazones.
Cada momento de finalización representa un momento de introspección, así como su Madre lo vivió en muchos momentos, principalmente durante la agonía, el calvario y la muerte de Mi Hijo Amado.
Ustedes, queridos hijos, no están separados de este momento de cierre. Al contrario, sus vidas tendrán la posibilidad de meditar y de reflexionar ante tanto, pero tanto, que fue recibido por Amor de parte de Nuestros Sagrados Corazones.
Este es un momento de revisión y de conscientización ante lo que hoy viven las naciones y los pueblos. Este es el tiempo de que la Sagrada Palabra se cumpla en cada uno de ustedes y de que, a partir de ahora, dejen de solamente escuchar la Divina Palabra.
Este paso significa un esfuerzo interior para cada hijo Mío, porque representa que están ante la manifestación de los frutos, pero también de los errores cometidos. Están ante la oportunidad de enmendar sus vidas para que sean un espejo no solo de amor, sino también de justicia, de caridad y sobre todo de verdad.
Que, después de todo lo que fue recibido durante tantos años, aprendan a vivir la Verdad de Cristo en ustedes, ante un mundo opaco y oscuro, sin verdad ni transparencia. La Verdad y la transparencia de Cristo los llevará por el camino de la protección de ustedes mismos y del mundo, para que en ustedes reine el Amor del Redentor.
Como Madre y Espejo de Justicia, estoy aquí porque Mi único anhelo es que muchos más vivan la Verdad que es Cristo, Nuestro Señor y Redentor.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He aquí el Padre y el Hijo, el Soberano y Eterno Dios que viene junto a Su Amadísimo Hijo, el Cristo Redentor, para formar parte con Sus Criaturas, en comunión perfecta y perpetua, elevando a las almas por un momento al Reino de los Cielos.
He aquí, compañeros, Quien les dio la vida y le dio la vida a Su Primogénito a través del Vientre Purísimo de María, Vientre que hoy gesta en Su seno a la Nueva Humanidad, Vientre Creador que se ofrece para transformar todas las cosas.
Ahora, he aquí la Madre del Espíritu Santo, la Sagrada Consciencia Trina que desde los Cielos contempla al mundo herido por el odio y por la venganza.
He aquí el Corazón Eterno del Padre, el Sagrado Corazón del Hijo y el Inmaculado Corazón de la Madre. Sagrada geometría aquí se forma, matrices internas son expresadas para que todos los escogidos las reciban en su interior y preparen sus mundos internos para cuando sea la hora del surgimiento de la Nueva Humanidad.
Por eso, el Arcángel Uriel y el Arcángel Gabriel están aquí presentes, ante el Adorado Padre, el Venerable Hijo y la Santísima Madre; los santos arcángeles justifican este momento ante la Creación, para que una vez más el Arca de la Santa Alianza sea renovada por las experiencias de redención y de perdón de las almas que viven en Cristo todos los días.
Por eso, estos santos ángeles, aquí presentes, borran de los Libros de la Justicia Divina los errores que hayan cometido por ignorancia, por insatisfacción o también por culpa. Así, una vez más, sus almas estarán purificadas ante la grandeza de Dios, que viene a entregar Sus Bendiciones y Gracias a través del Corazón de Su Hijo y del Corazón de la Santísima Madre, para que los inocentes sean rescatados y todos los que hoy sufren la impunidad tengan la Gracia de la salvación y, sobre todo, el consuelo de los Cielos.
Hoy, el Padre Eterno, ante la Presencia de Su Hijo y de la Santísima Madre, del Arcángel Uriel y Gabriel, viene a recoger en Sus Brazos a los caídos, a cuantos quedaron atrapados en el sufrimiento sin poder ver la Luz, sin poder encontrar el Amor.
Dios les otorga este momento a los que escuchan Su Llamado, a los que le dicen sí al vacío interior.
Escuchemos a Dios:
“Hijos de la Tierra y del universo, eleven sus espíritus hacia Mí. Yo Soy el Padre que los bendice y los colma, que los alimenta con la vida del espíritu y de toda la Fuente de la Creación.
Lleguen a Mí, Mis pequeños; retornen a Mí los niños de otrora, para que la inocencia se repare en el mundo y el Amor arranque de las garras del enemigo a cuantos están prisioneros y en cautiverio.
He aquí el Dios de Israel, el Dios de los patriarcas y de los profetas, el Dios de las santas mujeres y de los misioneros de Cristo.
Vengo aquí para volverles a otorgar Mi Ley, que ha sido violada y ultrajada por el hombre.
He aquí, en Mi Corazón, la cuna de la Nueva Humanidad, de la que todos los decididos pueden formar parte, creyendo en la promesa del Reino de los Cielos, del triunfo de Mi Voluntad en cada Criatura de la Tierra.
Alaben a Dios, así como lo alaba la naturaleza, para que la sensibilidad espiritual retorne al corazón humano y muchos más en este mundo abandonen la indiferencia y se abran a la caridad. Esto establecerá el perdón que el mundo necesita, ante la injusticia de tantas guerras y sufrimientos humanos inimaginables.
Yo Soy la Ley del Amor Vivo y a través de Mi Amor todo fue creado para Mis Hijos, desde el origen de la Tierra hasta el presente y más allá de este presente.
Yo Soy Adonai, el Dios Resplandeciente y Vivo, el Espejo Inmaculado de la Creación. Soy la causa de su alegría, de su bienaventuranza, de su justicia.
Eleven sus corazones hacia Mí, ¡oh, sagrado pueblo de Israel!; así como Cristo, Mi Hijo, fue elevado en la Cruz y de Su Corazón traspasado por los pecados del mundo, por Su inminente sacrificio, en vez de brotar Justicia, brotó Misericordia en Sangre y Agua.
He aquí, en Mi Corazón, la reliquia perfecta del Amor que eleva al espíritu y libera a la consciencia, que coloca sus pies en el camino correcto para que, al igual que el pueblo del desierto bajo la guía de Moisés, ustedes también encuentren la Tierra Prometida, que está dentro de cada uno de Mis hijos. Sagrada Tierra sembrada por Mis Principios y Atributos, por los nuevos patrones de conducta que volverán a erguir a la humanidad.
Fray Elías de Sagrado Corazón de Jesús:
El Corazón de Dios está abierto de par en par.
¿Quién entrará al Universo desconocido de Dios?
¿Quién será Uno con el Padre?, así como el Hijo es Uno con el Padre y así como el Espíritu Santo es Uno con el Hijo.
Mis Aspectos Sagrados también pueden ser en todos, en los que reconocen y adoran al Dios Vivo, hoy presente en forma Luminosa y Eterna, bajo el amparo de la consciencia arcangélica.
Hijos, que el mundo busque la paz, el fin de la guerra, dentro y fuera de ustedes, para que la Tierra Prometida sea una realidad y ya no más una promesa.
Escuchen la Voz del Padre que los ama, la Voz del Padre que los creo a Su Imagen y Semejanza para que pudieran ser felices en Mí, porque es lo que más deseo”.
Palabras de Cristo:
Compañeros, este es nuestro Padre-Madre Creador, adorado por los ángeles, venerado por todos los seres de buena voluntad, exaltado por los bienaventurados; porque en verdad les digo que nadie va al Padre sino a través de Mí, porque Yo Soy la Puerta directa hacia Él, así como Yo espero que sus corazones Me abran la puerta para que Yo pueda entrar.
Hoy, el Arca de la Santa Alianza es imantada por los que renuevan su consagración al Propósito Divino.
He aquí la Llama de la Abundancia de Dios, eterna e inextinguible, Llama que nada la puede apagar, porque es la Llama Inmaterial de Dios que ilumina el camino de los peregrinos, de los que se retiran sus propias sandalias para caminar descalzos hacia Dios.
He aquí la Sacrificada Consciencia de Dios, bajo la imagen del Divino Propósito, que aspira a enderezar a la humanidad para que retorne al camino de Ley y del Amor, antes de que sea demasiado tarde.
De esta Llama, imperiosa y poderosa, se alimenta Mi Corazón. Así, de esta Llama del Divino Propósito, sus corazones también deben alimentarse espiritualmente, así como también los santos ángeles lo hacen y lo viven en el eterno presente.
Esta es la Llama Sagrada que impulsa la transformación de la vida y de la consciencia, transformando lo corrupto en incorrupto.
¿Cuál es la razón de su existir? ¿Cuál es el motivo de que estén en la Tierra?
Yo vengo a darlo a conocer a través del Dios Vivo, Omnipresente y Eterno, que hoy los visitó en lo más profundo del espíritu, para poder ayudar al mundo entero. Reverencien esta Gracia desconocida, pero infinita; Gracia que viene a otorgarles la reconciliación a todos aquellos que la buscan.
Como lo prometí, vengo a darles la oportunidad, bajo este Impulso de Dios, a todos aquellos que aspiran a consagrar sus almas a la vida eterna, al servicio incansable de los Planes de Dios.
Preparémonos para este momento, que guiaré y presenciaré, así como debe ser para cada alma que busca la consagración de su vida y de su consciencia. Y esto es posible por el poder de Mi Sangre y por los méritos que ella les otorgó a aquellos que adoran Mi Sangre en el Santísimo Sacramento de la Comunión.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a prepararnos en Cristo y por Cristo, a través de una canción; para que, en este momento de consagración, junto al Señor, el poder espiritual de Su Sangre abarque e irradie a todas las almas posibles en la Tierra, especialmente a las almas que más necesitan de Su Misericordia.
Rita, de Portugal, el Señor te llama, ven aquí. Él te hará una pregunta secreta.
Ya está todo dicho. El tiempo se ha consumado, así como Cristo, su Maestro y Señor, vivió Su hora en la Última Cena.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a cantar, a pedido de Cristo, "El poder de la Sangre" y, todos juntos, vamos a acompañar esta consagración de nuevas auxiliadoras.
Pueden acercarse, hermanas.
Aquí, hermanas, en esta cesta están los nombres de consagración de cada una de ustedes, son nombres bíblicos. Ahora, cada una, va a escoger un nombre y yo lo voy a leer para que todos escuchen cuál va a ser su nombre de consagración en esta nueva tarea.
Sara de Adonai, ¡bienvenida!
Hossanah.
Esther.
Jokmah de María.
Belén de María.
Altar de Dios.
Inmaculada de María.
Zéfora.
Débora de Israel.
Claudia de Jesús, ¡bienvenida Claudia!
Yesbeth.
Ruaj de María.
Lea de Israel.
El Bethel.
Leonor de Dios.
María de Magdala.
Martha de Jesús.
María de Sión.
Samara.
Shejiná.
Génesis.
María Ruth.
María Cleofás.
Anna de Dios.
Aruna de Dios.
Isabel del Bautista.
Emilia de San José.
Magdalena de Jesús.
Phoebe de Jesús.
Amparo de Dios.
Vamos hacer, ahora, un Ave María, un Padre Nuestro, y un Gloria.
Vamos a colocarnos de pie para acompañar a las hermanas en esta oferta ante el Sagrado Corazón de Jesús.
Gracias, Señor, por cuánto nos das.
En este encuentro, Te honramos, Señor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
He aquí el Padre y el Hijo, el Soberano y Eterno Dios que viene junto a Su Amadísimo Hijo, el Cristo Redentor, para formar parte con Sus Criaturas, en comunión perfecta y perpetua, elevando a las almas por un momento al Reino de los Cielos.
He aquí, compañeros, Quien les dio la vida y le dio la vida a Su Primogénito a través del Vientre Purísimo de María, Vientre que hoy gesta en Su seno a la Nueva Humanidad, Vientre Creador que se ofrece para transformar todas las cosas.
Ahora, he aquí la Madre del Espíritu Santo, la Sagrada Consciencia Trina que desde los Cielos contempla al mundo herido por el odio y por la venganza.
He aquí el Corazón Eterno del Padre, el Sagrado Corazón del Hijo y el Inmaculado Corazón de la Madre. Sagrada geometría aquí se forma, matrices internas son expresadas para que todos los escogidos las reciban en su interior y preparen sus mundos internos para cuando sea la hora del surgimiento de la Nueva Humanidad.
Por eso, el Arcángel Uriel y el Arcángel Gabriel están aquí presentes, ante el Adorado Padre, el Venerable Hijo y la Santísima Madre; los santos arcángeles justifican este momento ante la Creación, para que una vez más el Arca de la Santa Alianza sea renovada por las experiencias de redención y de perdón de las almas que viven en Cristo todos los días.
Por eso, estos santos ángeles, aquí presentes, borran de los Libros de la Justicia Divina los errores que hayan cometido por ignorancia, por insatisfacción o también por culpa. Así, una vez más, sus almas estarán purificadas ante la grandeza de Dios, que viene a entregar Sus Bendiciones y Gracias a través del Corazón de Su Hijo y del Corazón de la Santísima Madre, para que los inocentes sean rescatados y todos los que hoy sufren la impunidad tengan la Gracia de la salvación y, sobre todo, el consuelo de los Cielos.
Hoy, el Padre Eterno, ante la Presencia de Su Hijo y de la Santísima Madre, del Arcángel Uriel y Gabriel, viene a recoger en Sus Brazos a los caídos, a cuantos quedaron atrapados en el sufrimiento sin poder ver la Luz, sin poder encontrar el Amor.
Dios les otorga este momento a los que escuchan Su Llamado, a los que le dicen sí al vacío interior.
Escuchemos a Dios:
“Hijos de la Tierra y del universo, eleven sus espíritus hacia Mí. Yo Soy el Padre que los bendice y los colma, que los alimenta con la vida del espíritu y de toda la Fuente de la Creación.
Lleguen a Mí, Mis pequeños; retornen a Mí los niños de otrora, para que la inocencia se repare en el mundo y el Amor arranque de las garras del enemigo a cuantos están prisioneros y en cautiverio.
He aquí el Dios de Israel, el Dios de los patriarcas y de los profetas, el Dios de las santas mujeres y de los misioneros de Cristo.
Vengo aquí para volverles a otorgar Mi Ley, que ha sido violada y ultrajada por el hombre.
He aquí, en Mi Corazón, la cuna de la Nueva Humanidad, de la que todos los decididos pueden formar parte, creyendo en la promesa del Reino de los Cielos, del triunfo de Mi Voluntad en cada Criatura de la Tierra.
Alaben a Dios, así como lo alaba la naturaleza, para que la sensibilidad espiritual retorne al corazón humano y muchos más en este mundo abandonen la indiferencia y se abran a la caridad. Esto establecerá el perdón que el mundo necesita, ante la injusticia de tantas guerras y sufrimientos humanos inimaginables.
Yo Soy la Ley del Amor Vivo y a través de Mi Amor todo fue creado para Mis Hijos, desde el origen de la Tierra hasta el presente y más allá de este presente.
Yo Soy Adonai, el Dios Resplandeciente y Vivo, el Espejo Inmaculado de la Creación. Soy la causa de su alegría, de su bienaventuranza, de su justicia.
Eleven sus corazones hacia Mí, ¡oh, sagrado pueblo de Israel!; así como Cristo, Mi Hijo, fue elevado en la Cruz y de Su Corazón traspasado por los pecados del mundo, por Su inminente sacrificio, en vez de brotar Justicia, brotó Misericordia en Sangre y Agua.
He aquí, en Mi Corazón, la reliquia perfecta del Amor que eleva al espíritu y libera a la consciencia, que coloca sus pies en el camino correcto para que, al igual que el pueblo del desierto bajo la guía de Moisés, ustedes también encuentren la Tierra Prometida, que está dentro de cada uno de Mis hijos. Sagrada Tierra sembrada por Mis Principios y Atributos, por los nuevos patrones de conducta que volverán a erguir a la humanidad.
Fray Elías de Sagrado Corazón de Jesús:
El Corazón de Dios está abierto de par en par.
¿Quién entrará al Universo desconocido de Dios?
¿Quién será Uno con el Padre?, así como el Hijo es Uno con el Padre y así como el Espíritu Santo es Uno con el Hijo.
Mis Aspectos Sagrados también pueden ser en todos, en los que reconocen y adoran al Dios Vivo, hoy presente en forma Luminosa y Eterna, bajo el amparo de la consciencia arcangélica.
Hijos, que el mundo busque la paz, el fin de la guerra, dentro y fuera de ustedes, para que la Tierra Prometida sea una realidad y ya no más una promesa.
Escuchen la Voz del Padre que los ama, la Voz del Padre que los creo a Su Imagen y Semejanza para que pudieran ser felices en Mí, porque es lo que más deseo”.
Palabras de Cristo:
Compañeros, este es nuestro Padre-Madre Creador, adorado por los ángeles, venerado por todos los seres de buena voluntad, exaltado por los bienaventurados; porque en verdad les digo que nadie va al Padre sino a través de Mí, porque Yo Soy la Puerta directa hacia Él, así como Yo espero que sus corazones Me abran la puerta para que Yo pueda entrar.
Hoy, el Arca de la Santa Alianza es imantada por los que renuevan su consagración al Propósito Divino.
He aquí la Llama de la Abundancia de Dios, eterna e inextinguible, Llama que nada la puede apagar, porque es la Llama Inmaterial de Dios que ilumina el camino de los peregrinos, de los que se retiran sus propias sandalias para caminar descalzos hacia Dios.
He aquí la Sacrificada Consciencia de Dios, bajo la imagen del Divino Propósito, que aspira a enderezar a la humanidad para que retorne al camino de Ley y del Amor, antes de que sea demasiado tarde.
De esta Llama, imperiosa y poderosa, se alimenta Mi Corazón. Así, de esta Llama del Divino Propósito, sus corazones también deben alimentarse espiritualmente, así como también los santos ángeles lo hacen y lo viven en el eterno presente.
Esta es la Llama Sagrada que impulsa la transformación de la vida y de la consciencia, transformando lo corrupto en incorrupto.
¿Cuál es la razón de su existir? ¿Cuál es el motivo de que estén en la Tierra?
Yo vengo a darlo a conocer a través del Dios Vivo, Omnipresente y Eterno, que hoy los visitó en lo más profundo del espíritu, para poder ayudar al mundo entero. Reverencien esta Gracia desconocida, pero infinita; Gracia que viene a otorgarles la reconciliación a todos aquellos que la buscan.
Como lo prometí, vengo a darles la oportunidad, bajo este Impulso de Dios, a todos aquellos que aspiran a consagrar sus almas a la vida eterna, al servicio incansable de los Planes de Dios.
Preparémonos para este momento, que guiaré y presenciaré, así como debe ser para cada alma que busca la consagración de su vida y de su consciencia. Y esto es posible por el poder de Mi Sangre y por los méritos que ella les otorgó a aquellos que adoran Mi Sangre en el Santísimo Sacramento de la Comunión.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a prepararnos en Cristo y por Cristo, a través de una canción; para que, en este momento de consagración, junto al Señor, el poder espiritual de Su Sangre abarque e irradie a todas las almas posibles en la Tierra, especialmente a las almas que más necesitan de Su Misericordia.
Rita, de Portugal, el Señor te llama, ven aquí. Él te hará una pregunta secreta.
Ya está todo dicho. El tiempo se ha consumado, así como Cristo, su Maestro y Señor, vivió Su hora en la Última Cena.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a cantar, a pedido de Cristo, "El poder de la Sangre" y, todos juntos, vamos a acompañar esta consagración de nuevas auxiliadoras.
Pueden acercarse, hermanas.
Aquí, hermanas, en esta cesta están los nombres de consagración de cada una de ustedes, son nombres bíblicos. Ahora, cada una, va a escoger un nombre y yo lo voy a leer para que todos escuchen cuál va a ser su nombre de consagración en esta nueva tarea.
Sara de Adonai, ¡bienvenida!
Hossanah.
Esther.
Jokmah de María.
Belén de María.
Altar de Dios.
Inmaculada de María.
Zéfora.
Débora de Israel.
Claudia de Jesús, ¡bienvenida Claudia!
Yesbeth.
Ruaj de María.
Lea de Israel.
El Bethel.
Leonor de Dios.
María de Magdala.
Martha de Jesús.
María de Sión.
Samara.
Shejiná.
Génesis.
María Ruth.
María Cleofás.
Anna de Dios.
Aruna de Dios.
Isabel del Bautista.
Emilia de San José.
Magdalena de Jesús.
Phoebe de Jesús.
Amparo de Dios.
Vamos hacer, ahora, un Ave María, un Padre Nuestro, y un Gloria.
Vamos a colocarnos de pie para acompañar a las hermanas en esta oferta ante el Sagrado Corazón de Jesús.
Gracias, Señor, por cuánto nos das.
En este encuentro, Te honramos, Señor.
En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy, quiero que contemplen las Cinco Llagas del Señor traspasadas por todos los horrores del mundo.
¿Quién retirará de las Manos del Señor los clavos que, una vez más, están siendo colocados, que representan en una Mano la impunidad y en la otra Mano la injusticia?
¿Quién retirará de los Pies de su Señor los clavos que representan la falta de amor y de compasión en el mundo?
¿Quién retirará la lanza del Costado de Jesús, la Llaga que más le duele en este momento, que representa a la muerte de los inocentes?
¿Quién recogerá, con el cáliz de su corazón, la Sangre Preciosa que es derramada, en este momento, a través de las Manos, del Costado y de los Pies de Jesús?
Esta es la Faz que hoy Yo les presento a todos. Este es el Mensaje, pero también es el símbolo que quiero dejarles, no solo a ustedes, sino también al mundo entero.
Y hoy, les muestro todo esto a las puertas de Mi Casa, a las puertas de Mi Iglesia, desde el Sagrario más íntimo de Mi Corazón, desde donde He salido para presentarme a ustedes, así como Me He presentado en otros tiempos culminantes de la humanidad.
Esto es lo que hoy quiero que contemplen, para decirle al mundo que Mi Insondable y Divina Misericordia no está siendo considerada en este momento; porque el cáliz de la consciencia humana, el cáliz de la consciencia del planeta, antes estaba medio lleno y ahora está rebasando por la acumulación de los errores y de los pecados del mundo.
Quiero que vuelva a ser considerada, ante este momento culminante de la humanidad y del planeta, la devoción a Mi Insondable y Sagrado Corazón, para que los principios y los méritos alcanzados por su Maestro y Señor vuelvan a ser justificados, ante un escenario de horrores, de guerras y de conflictos, de división y de cisma dentro de las religiones.
Por eso, una vez más vuelvo a salir del Sagrario de esta iglesia para reconstruir la esencia espiritual del Propósito de las religiones, para que las almas que una vez creyeron en Mí ya no se aparten de Mí, sino que encuentren la Iglesia Espiritual en Mi Casa, la morada espiritual que tanto buscan y anhelan para estar protegidos de los asedios de estos tiempos, que de una forma desmedida imparte Mi adversario, el enemigo de todos, de una forma nunca antes vista.
Pero quiero decirles, compañeros, que a pesar de que en este momento Mis Manos, Mi Costado y Mis Pies siguen sangrando, quiero que recuerden el momento de su Maestro y Señor en el Huerto Getsemaní, lugar en donde le fue revelado todo lo que sucedería en este tiempo, pero también le fue revelado lo grandioso que sucedería en el final de estos tiempos, a través de la fe de los corazones que creen en la existencia del Cristo Vivo y en la presencia de Su Amor Misericordioso e Insondable.
Quiero que estén delante de la Faz ensangrentada de Jesús, no para que sufran, sino para que maduren y crezcan, para que el mundo, a través de este símbolo y de esta Faz que hoy les presento, sepa cómo está dejando al Sagrado Corazón de Jesús. Por eso, Yo les vuelvo a decir que tengo sed de las almas, tengo sed de las víctimas que se postulen a Mi Amor Redentor.
La desolación del Señor es muy desconocida para todos; la desolación que es provocada a través de los hermanos y hermanas que sufren, de los que escapan de la guerra y del conflicto, de los que ya no tienen hogar, de los que ya perdieron su familia y seres queridos de una forma inesperada.
¿Quién tendrá la valentía y el coraje de reparar esos corazones destruidos?
¿Quién será capaz, sin desafíos ni batallas, sin armas ni insultos, a través de la inteligencia del corazón y del silencio del espíritu, de enfrentar a las fuerzas del mal que provocan los horrores de estos tiempos?
No es enfrentándose con la espada que esto terminará; porque en el momento antes de ser entregado en el Huerto Getsemaní, cuando estaba siendo apresado por Mis enemigos, cuando la gruesa cadena traspasaba Mi Cuello y amarraba Mis Manos y Mis Pies, aunque perdiera un poco la respiración, cuando recibía los primeros golpes en el Abdomen, Pecho y Rostro, y el Dios Vivo era atormentado y golpeado sin que nadie lo percibiera, Yo le dije a Pedro: “Quien levanta su espada, a espada morirá”.
Se ha perdido, en este tiempo, el sentido del diálogo y de la cordialidad humana, que lleva a la hospitalidad, a saber lo que el prójimo necesita en cada momento y en cada instante.
Si dieran una mínima gota de amor, todo estaría resuelto. Por eso, tuve que derramar Mi Sangre en el Calvario, gota a gota, no solo para que la superficie fuera impregnada del Amor Crístico y Liberador, sino también para que las almas aprendieran de la donación y de la entrega incondicional.
Es hora de hacer frente a la realidad planetaria, porque muchos podrían ser sorprendidos de la noche a la mañana. Y, Yo les pregunto, ¿qué harán, abandonarán al Señor, como lo hicieron muchos de los apóstoles?
¿Quién estará a los pies de la cruz de este calvario planetario, sin temerle a las fuerzas del mal y sin desafiarlas?
¿Quién será capaz de invocar la Sabiduría del Espíritu Santo, para aprender a sobrevivir en estos tiempos críticos?
A las puertas de Mi Iglesia Espiritual, de Mi Iglesia Eterna, de Mi Iglesia Sublime que reside, a través del Reino de Dios, en el corazón de todas las criaturas, Yo vengo a entregarles esta revelación más íntima de Mi Corazón, porque el mundo ya cruzó los límites y las fronteras del equilibrio e ingresó en un desequilibrio que parece no tener fin.
Por eso, este es el tiempo de que no solo en la superficie, sino también en los otros planos de consciencia, aprendan a superar la batalla espiritual, en donde todo infelizmente está permitido.
Hoy, a través del aura de Mi Consciencia, les traigo un modelo esencial para ustedes, un ejemplo a seguir y a imitar: Santa Teresita del Niño Jesús, que fue y que es el gran espejo de la inocencia humana, representado a través de lo femenino, de la delicadeza del amor por las almas, de abrazar constantemente el sacrificio y el sufrimiento de los demás para que, de manera anónima e incondicional, ese sufrimiento sea aliviado en el mundo.
Hoy, todos los santos y bienaventurados están unidos a este momento para poder reafirmar la devoción al Sagrado e Insondable Corazón de Jesús, para que haya almas depositarias de los códigos y de los méritos de Jesús, porque la humanidad lo necesita antes de que sea demasiado tarde.
Por esa razón, estoy aquí, para que la humanidad Me escuche atentamente, para que sepan que todos los Sagrarios de la Tierra están abiertos espiritualmente en este momento para sostener al planeta, por una orden espiritual que les He dado a los santos ángeles de Dios, a los grandes celadores de los Relicarios del Cuerpo y de la Sangre de Jesús.
En este momento, invito a las almas devotas y sensatas a estar delante de todos los Sagrarios de la Tierra, antes de que una decisión incorrecta sea tomada en el mundo y perjudique a muchas más consciencias.
Es así que también los invito a estar delante del Eucarístico Corazón de Jesús una y otra vez, y que en el silencio puedan sufrir Conmigo para que el sufrimiento ya no esté en los inocentes, en las familias que escapan de la guerra y de la persecución, en los enfermos en medio de la guerra, en los que están paralíticos e inmóviles y no tienen cómo salir del caos.
Quiero que piensen Conmigo en los que sufren, porque Yo morí en una Cruz por todos y para todos, para que tuvieran vida en abundancia, para que resucitara en la consciencia humana el Espíritu de la Vida de Dios que había muerto en muchos de ustedes en otros tiempos.
Este es el motivo de la Sangre derramada de Jesús, de cada latigazo y de cada martirio, de que hayan salivado el Rostro de Dios Vivo y su Maestro haya estado inmutable delante del mal.
Mi derrota no fue el silencio, porque Mi victoria fue la entrega incondicional de Mi Corazón, sin nada a cambio, aun sabiendo que Me negarían; así como hoy muchas almas Me niegan por los martirios que les han generado muchos sacerdotes en el mundo, tomando Mi autoridad celestial y usándola a través de una acción de impureza y de injusticia.
Pero, Yo les digo a todos los que han sido afectados y ofendidos que vengan a Mí, porque Mi Vida puede morar en ustedes y ustedes pueden morar en Mí.
¡Confíen en Mí! ¡Confíen en Mí!
Yo les prometo, y siempre les prometeré, el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie puede ir al Padre, sino a través de Mí; porque el Padre puede descender a ustedes a través de Mí, porque Yo Soy parte del Padre, así como el Padre es parte de Mí, y si Yo puedo ser en ustedes, Mi Padre será en ustedes.
Cuántos en este momento pierden esta Gracia y esta oportunidad, y Mi enemigo socava el Plan de salvación de las almas. Pero no temblaré, porque el Señor no teme, el Señor avanza con determinación y valentía, aunque cargue en Su Corazón todos los pecados del mundo, aunque esto sea anónimo e invisible a los ojos de todos.
Mi Iglesia necesita ser reconstruida, así como San Francisco de Asís la reconstruyó espiritualmente a través de las bases de la humildad, de la austeridad, de la pobreza y de la comunión con la santa castidad, a través de su unión con los Reinos de la Naturaleza.
A pesar de todo, el Corazón de Jesús llega a esta casa de retiro espiritual, a retirarse como fue en Betania, momentos antes de Su entrega en Jerusalén, momentos antes de Su Última Cena con Sus amados apóstoles y compañeros, con Sus hijas predilectas, las santas mujeres.
Hoy, vengo aquí a descansar un momento, para que el Espíritu de Jesús descanse de todo lo que ve del mundo, para que esta pausa sea el momento de sumergirse en el silencio y así meditar sobre las nuevas estrategias de los Planes Divinos del Señor.
Aún Mis Manos, Mi Costado y Mis Pies siguen derramando la sangre de los inocentes, de los mártires del final de los tiempos, que no tienen religión, pero que sí tienen amor verdadero y están tan unidos a Dios como ustedes lo están, más allá del sufrimiento que en este momento ellos atraviesan, porque este es el tiempo del Getsemaní interior para cada uno.
Celebremos, a través de la Santa Comunión, los méritos alcanzados por el Sagrado Corazón de Jesús, por el bien y por la paz en las almas. Porque, una vez más, les pedimos que no levanten las armas, que no eleven voces de agresión, para que no exista más la impunidad, especialmente las nefastas estrategias que algunas naciones llevan adelante a través de la guerra.
Oh, Jerusalén,
en un día inesperado te cercarán de trincheras,
te acorralarán como un animal inofensivo,
para querer matarte y hacerte desaparecer.
Oh, Jerusalén,
no has reconocido la Faz del Señor
y ahora recordarás ese momento,
en el que su Señor lloró a las puertas de Jerusalén,
porque Su propio Templo estaría en peligro.
Pero no te desesperes, Jerusalén,
porque tú eres la Ciudad Prometida,
el reflejo de la Ciudad Celestial de Dios
que Adonai cuidó piadosamente,
a través de las tribus y de los profetas.
Jerusalén, ya no levantes tus armas;
eleva tu corazón a Dios
y ofrécete por tus enemigos,
para que el Amor de Cristo los redima,
para que se establezca la paz que desapareció.
Reconoce, Jerusalén, que el Mesías ya llegó,
y que el Salvador retornará pronto
y te sacará de las trincheras y de los asedios,
de los peligros y de las amenazas.
Tú serás retirada, Jerusalén,
porque llegará la Nueva Jerusalén,
la Ciudad Celestial del Padre
que levitará en los Cielos,
que irradiará a las consciencias,
que liberará a los corazones,
que restablecerá la paz
que tantos buscan y anhelan.
Oh, Jerusalén,
Sagrada Jerusalén, Corazón de Galileum,
refleja tus principios de lealtad y de verdad.
Ríndete ante el Arca de la Santa Alianza, Jerusalén,
así como lo hicieron los patriarcas y el sagrado pueblo de Israel.
Comparte tus tesoros de vida y de enseñanza,
comparte las Reliquias de Dios.
Jerusalén, sé un puente de paz
para todos los que sufren y padecen,
para que el Llamado de Dios
no sea interrumpido por el sonido de las armas
y por los gritos de los que desesperan,
de los mutilados, olvidados y descartados.
Oh, Jerusalén,
no te comprometas con el mal,
porque el mal será vencido a través del Amor de Jesús,
así como fue en Mi última espiración en la Cruz.
Les agradezco por acompañarme en este herido momento y por confiar en la Luz regeneradora de Mi Corazón; para que, a tiempo, todo sea reparado dentro y fuera de la consciencia humana.
No se olviden de la unidad entre ustedes, porque donde no hay unidad Yo no estoy.
Que la poca unidad que hay en el mundo prevalezca, la unidad que lleva al discernimiento, la unidad que lleva a una sensata respuesta, la unidad que los llevará siempre a la paz, la unidad que siempre los impulsará a ser seres de bien. Porque en la unidad, que es el espejo del Amor de Dios, está la llave maestra para superar el fin de los tiempos.
Celebremos por Mi herida Tierra Santa, desde Jerusalén hasta Gaza, desde el Mar Mediterráneo hasta los Emiratos Árabes.
Que así se establezca Mi Sagrada Cruz, la Cruz de Israel, para detener las guerras y la muerte de los inocentes, de los que gritan por ayuda.
Llegó el tiempo de ser un verdadero apóstol porque el mundo lo necesita, el planeta lo necesita.
Yo les agradezco por responder a Mi Llamado y bajo la Luz misteriosa de Mis Llagas Yo los bendigo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Busquen Mi Paz.
Mis queridos hijos:
En este día, su Madre Celeste viene al mundo para que, a través de la majestad del Gran Cañón del Colorado, la humanidad sienta, por un instante, florecer los Atributos de Dios; a fin de que desde ahora comience a vislumbrarse en el horizonte la llegada de la Nueva Tierra, libre de los errores humanos y del sufrimiento que hace apartar a Mis hijos del Creador.
Por esa razón espiritual, hoy, su Madre Celeste y Madre de Norteamérica está aquí, extendiendo Sus Brazos y ofreciéndoles Sus Manos para que se tomen fuerte, confíen y se animen a seguir este camino infinito hacia lo desconocido. Porque en eso, que es desconocido, encontrarán a Dios y a Nuestros Sagrados Corazones que, una y otra vez, se presentan ante mundo para recordarle que aún no cumplió la Voluntad de Dios.
Para que la Nueva Tierra comience a emerger ante el horizonte de la consciencia humana, Yo les pido, Mis hijos, que esa Nueva Tierra, esa Nueva Humanidad, viva primero en ustedes, protegiendo de ustedes mismos los principios que los unen al Creador y a toda la Hermandad Divina.
Sean portadores del Sagrado Amor de Mi Hijo.
Sean un ejemplo de transformación constante, pero también sean un ejemplo de perseverancia, de esperanza y, sobre todo, de Amor, del Amor de Cristo que les permita aceptar y comprender al otro, de un amor compasivo que ya no permita que el ser humano sea egoísta y autónomo.
Vivan la promesa de esa Nueva Tierra en el día a día y creen la condición correcta para que ese momento de la Nueva Humanidad pueda llegar, conforme lo pensado y sentido por el Padre Eterno.
Mi Corazón de Madre siempre será ese puente para que ustedes se animen a cruzarlo, rumbo al vacío de ustedes mismos.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a cantar, en este momento, a pedido de Nuestra Señora, el “Ave María” de Gounod.
Preparémonos para recibir Sus Gracias.
Aquellos que puedan, arrodíllense.
Abramos nuestro corazón para recibir a Nuestra Madre, la Santísima Virgen María.
Nunca dejaré de entregarles lo más profundo que guarda Mi Corazón.
Por ese motivo, hoy Yo estoy aquí y siempre lo estaré, no solo como la Madre de Brasil, sino también como la Madre del mundo, Aquella que extiende sobre el universo Su Manto Cósmico para que todas las estrellas caídas, en este universo y en otros, puedan reencenderse a través de Mi Amor Redentor, de aquella autoridad que Me ha entregado Mi Hijo desde el comienzo, cuando Él Me dijo: “Madre, he ahí a Tu hijo” y Él le dijo a Juan: “Hijo, he ahí a tu Madre”.
Yo vengo como la Madre de todos, la Madre incansable y perseverante que peregrina junto a ustedes en estos tiempos de grandes desafíos y pruebas para Brasil y el mundo entero. Pero hoy, quiero dejarles un Mensaje especial: si siguen orando por Brasil y el mundo entero, no deberán temer por nada, hijos Míos.
Mi Hijo ya les anunció Su Retorno y Su Retorno se cumplirá como está escrito. Ese Retorno se cumplirá principalmente en el corazón de aquellos que creen en Su Palabra y en Su Presencia.
Por eso, Él Me envía como la Madre de todos, como su Abogada e Intercesora Celestial. Él Me envía para aplacar los errores del mundo y los pecados, la incoherencia de muchas naciones, la ambición de unos pocos corazones que creen tener el poder y la impunidad en sus manos.
Pero Yo los invito una vez más, hijos Míos, a colocar sus consciencias en lo que es celestial y divino; así como en los últimos días, a través de la Maratón de Oración, Mi Hijo colocó sus esencias en lo más alto de este universo sideral.
Hoy también Mis ejércitos de Luz se amplían en la superficie de la Tierra, a través de nuevos consagrados como Hijos de María. Este ejército se puede fortalecer y renovar a través de sus votos internos Conmigo, porque más allá de donde se encuentren o bajo la condición que puedan vivir en el fin de estos tiempos, si sus corazones están unidos a Mí en la oración, Yo siempre les prometeré la sagrada protección. Confíen en esto que Yo les digo. Sigan Mi Mensaje, el último Mensaje que les entregué en el día de ayer.
Aún son muy necesarias en el mundo las obras de Misericordia, para que el castigo que está previsto para el mundo sea aplacado y gran parte de la humanidad ya no ostente ni provoque a la Justicia de Dios; no es necesario, hijos Míos. Mi Hijo derramó Su Sangre a un precio incalculable para todos; Él sufrió el gran madero de la Cruz; Él agonizó por cada uno de ustedes, en cada paso, en cada momento.
Permitan que, en esta noche, espiritualmente, la Sangre de Jesús los lave y los purifique, para que el mundo también sea purificado y lavado completamente de la ambición de la guerra, del aborto, de los conflictos y aun de la enfermedad; porque para Dios nada es inexplicable, pero para la humanidad sí lo es en este tiempo. Por eso, coloquen su mirada en Dios, en Su Universo Supremo. Nunca se olviden que son dignos Hijos de Dios y Él espera que siempre lo sean, a pesar de las consecuencias y de las pruebas.
Eleven con su pensamiento; pero, sobre todo, con su oración constante del corazón, a este país, a este pueblo y a toda Sudamérica.
Hemos venido aquí, en estos tres últimos meses, a responder a una emergencia, y siempre que sea necesario aquí estaremos. Pero Mi Mensaje y, sobre todo, Mi Amor debe llegar al mundo entero. En ustedes ya está vivo el Amor de Mi Corazón, pero hay hermanos y hermanas en este mundo que no tienen Mi Amor, que no conocen la esperanza, que desconocen la fe que ustedes hoy viven conscientemente a los pies de esta sagrada Comunidad-Luz.
Por eso, los invito a levantar a las Comunidades sobre la superficie de la Tierra y a todos los puntos de Luz que deben despertar a lo largo y ancho del mundo. Recuerden, hijos Míos, que habrá una mínima parte de ustedes que hará la gran tarea, pero todos pueden estar unidos en espíritu y en omnipresencia.
Mi Hijo les confió el Santo Espíritu en Pentecostés. Este Espíritu que siempre viene a ungirlos, a renovarlos y a curarlos. Por eso, hoy liberen sus corazones de amarguras y tristezas. Renuévense a través de Mi Presencia humilde pero celestial y sean Uno con Mi Hijo, el Cristo, a través de los actos de Misericordia, de servicio, de oración, de adoración y, sobre todo, de Comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Él viene a renovarse, en estos tiempos, a través de ustedes por medio de la vida infinita de los Sacramentos; porque el Sacramento no es un simple acto, es más que una Gracia y una oportunidad, es la gran chance que todos tienen de estar unidos a Dios conscientemente, para recibir Su Gracia, Su Amor y Su Misericordia.
Por eso, hoy vengo a colocarlos a todos los presentes y no presentes en otra dimensión; en la dimensión de la Gran Consciencia Divina y Única, de donde sus almas surgieron en el Origen, en donde el Propósito fue conocido por sus esencias desde el principio. Propósito que, en este tiempo, Yo los invito a abrazar y a conocer internamente. Propósito que se revelará ante ustedes, a cada uno de sus corazones, cuando se entreguen en confianza a lo que es desconocido. Entonces, la gran puerta de la Gracia de Dios se abrirá y Su Misericordia descenderá como siempre lo ha hecho; hará de sus corazones, corazones pacíficos, así tendrán un corazón pronto para el fin de los tiempos, aunque sigan sintiendo lo que ustedes llaman miedo.
Pero crean en esa Luz que viene a través de Mi Corazón para todos. Esa Luz que representa al Cristo Cósmico, Aquel que se dejó clavar en la Cruz por cada uno de ustedes, y que de Su Costado derramó Agua y Sangre por la liberación de toda la humanidad hasta el fin de los tiempos, hasta Su Retorno.
Por eso, ahora, colóquense debajo de los Rayos de la Misericordia de Mi Hijo, a través de la intercesión de su Abogada Celestial; confíen sus aspiraciones al Padre Eterno, a Cristo; beban de la Fuente de la Gracia que se les ofrece en este momento, para que sus almas se puedan sanar y sus corazones se regocijen por Mi Presencia Maternal.
Hoy, traigo una renovación especial para todos los Hijos de María; especialmente para Mis Hijos de Brasil, que tienen el Sagrado Propósito de sostener la Llama de la Paz, esa Sagrada Llama que brota de Mi Inmaculado Corazón, y también de sostener el estandarte de la Paz de Cristo en estos tiempos definitivos.
Si se colocan siempre a disposición de Dios, como lo dice la canción en el llamado de María, la fortaleza no temblará.
¿De qué tienen miedo en este tiempo?, si Yo estoy aquí y Soy su Madre Celestial que les trae el Mensaje del Cielo, del Universo; que, a través de la Palabra de Vida del Sagrado Verbo, viene a sanar sus heridas, traumas y todo su pasado, viene a renovarlos en Cristo y por Cristo, para que el triunfo de Su Divina Misericordia se dé en muchos más corazones en este mundo y así, todos los que están despiertos les digan nunca más al mal y a la oscuridad, para que triunfe la Luz y el Amor de Mi Hijo.
Muchas son la Gracias que el mundo necesita en este tiempo, pero muchas son las oraciones que se seguirán elevando a través de la respuesta de cada hijo Mío. Por eso, seguiremos orando fielmente, permitiendo que el Cielo toque la Tierra, que la Vida de Dios y Su Infinito Universo haga más milagros en las almas, principalmente en las necesitadas de amor y de mucha redención.
Por eso, los invito a aceptar en este tiempo su camino de conversión, con perseverancia y con mucha fe. No se dejen amedrentar o perturbar, crean de una vez y para siempre que ya tienen un lugar en Mi Corazón de Madre, un Recinto Sagrado en donde siempre encontrarán la paz, el alivio y la cura de toda esta humanidad.
Sean perseverantes en el camino de la gran transformación y permitan que sus esencias, en este tiempo, sean estrellas guías para muchas almas y corazones, en la oración, en el anonimato y en el sagrado servicio por Nuestro Señor, el Redentor.
Permitan, en este tiempo, que Su Misericordia descienda al mundo. Aún es muy urgente para toda esta humanidad el descenso de la Misericordia Divina.
Es tiempo de actuar de corazón y con discernimiento, sin dejar que la fe oscile, renovados en Cristo en cada momento y en cada paso.
Yo vengo, aquí y en esta noche, a agradecerles por el triunfo de los Sagrados Corazones en Sudamérica. Aunque sigan sucediendo situaciones difíciles y hasta inexplicables, no dejen de seguir adelante. Vean cómo el Corazón de Cristo triunfa, una vez más, en las moradas silenciosas y anónimas, en aquellos que en simplicidad le dicen sí.
Mientras estoy aquí presente, recojo sus intenciones y las intenciones de todos los que escuchan a través de esta transmisión, para poder llevarlas en Mi Corazón a Dios y convertirlas en Gracias, oportunidades, esperanza y Misericordia para todas las almas, especialmente para aquellas que más necesitan de Dios en este momento.
Ahora, escuchando el instrumental del himno de la consagración, invito a los pies de este escenario, a los que hoy darán el paso de consagrarse como Hijos de María.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Pueden aproximarse.
Y, a través de esta consagración, les abriré la puerta a la gran oportunidad de la renovación de los votos a todos aquellos que ya se consideran Mis Hijos; y para que, a través de este grupo de Hijos Míos que hoy consagraré, surja un nuevo Rosario de Luz por Brasil, almas que sustentarán a través de la oración el fin de estos tiempos, los desafíos y experiencias que vivirá este país.
Su voz, la voz de cada Hijo que hoy se consagrará, será escuchada a través de cada nuevo Rosario de Luz. Yo invito a propagar ese bendito ejercicio del Rosario de Luz en las familias, en las naciones, por donde vayan, en el mundo entero.
Todos deben conocer la Gracia de ser parte de un Rosario de Luz, porque en cada nueva consagración de Hijos de María, cada corazón, cada alma y cada espíritu se convierte en una cuenta de Luz de Mi gran Rosario Universal, a través del cual Yo puedo orar en plenitud, gozo y alegría, para presentarle a Dios la gran redención de todos Sus Hijos.
Por eso, hoy bendigo a los que forman parte de Mi ejército de Luz en la superficie de la Tierra, bendigo a aquellos, Mis amados hijos, que sostendrán en estos tiempos definitivos la bandera de la Paz por Brasil, clamando a través de la oración por Paz y por Misericordia para esta Tierra bendita de Dios, escogida como la cuna de la Nueva Humanidad.
Como la Señora Aparecida, como la Reina de la Paz, como la Señora de la Sagrada Figueira, Yo los bendigo y los consagro como Mis Hijos; bajo la Gracia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amen.
Ahora, Yo quiero escucharlos cantar.
Cuando tu corazón está afligido por todo lo que ves y por todo lo que vives, es señal de que estás perdiendo la confianza en Mí.
Pero escucha: nunca te condenaría por tus errores o por tus faltas, solo te mostraría, cuántas veces fuera necesario, que Me estás perdiendo de vista y que, por diferentes situaciones, te alejas de Mi Mano.
Dile al mundo que Soy Misericordioso y que no tengo una vara para medir la Justicia.
Dile a todos que tengo un Corazón de Padre que siente y que vive con pesar lo que Sus Hijos de la Tierra eligen y hacen.
Eternamente, tengo Mis Brazos extendidos hacia el mundo y hoy, muy, pero muy pocos, lo pueden percibir.
Mi Amor sigue siendo un misterio, porque las almas escogen amores ajenos. Pero, en verdad, les digo a todos que Soy simple, que Mi Amor es profundo porque sin Amor no podría Ser su Creador, Aquel que contempla la vida desde el Infinito.
Por eso, dile a todos que los espero, que los comprendo, que sé cuán difícil es la batalla espiritual de estos tiempos. Pero también, dile a Mis Hijos que tengo cientos de ejércitos angélicos para cada uno.
Tengo tanto para darles, que nunca lo podrían medir o comprender. Mi Amor y Mi Providencia no son una cuota, no son una condición. Mi Amor por ustedes es una donación inconmensurable.
Dile a todos que los siento cerca; y aún más, los siento a todos cuando pierden Mi Mirada, una Mirada de Padre que los conoce por dentro, una Mirada que no juzga ni tampoco castiga.
El castigo que está viviendo el planeta es generado por ustedes mismos, Mis Hijos de toda la humanidad.
En Mi Reino están los tesoros y la felicidad que les prometí desde el principio; pero las almas, muchas veces, no Me reconocen a través de todas las señales que les doy.
Hoy, están ante una civilización espiritual y físicamente enferma, esclava de los vicios, de los placeres y de la ambición de querer poseer y extraer los recursos de la Creación.
Yo no les di el planeta para que lo contaminaran, y fueran indiferentes al contaminar y agredir a los propios Reinos que están al servicio del equilibrio espiritual. Ni siquiera la propia agua que beben, de las entrañas de la Tierra, es pura.
Sé que la mente de la mayoría de Mis Hijos está en la sobrevivencia. Pero les aseguro que está la solución, están los recursos del Cielo y del universo para que se puedan regenerar, por dentro y por fuera.
¿Qué esperan?
¿Ustedes piensan que llegará del Cielo?
No, no llegará, Mis Hijos; la solución está dentro de ustedes. Tienen todas las herramientas y los medios para poder hacerlo.
Ustedes aprendieron a conquistarse, aprendieron a destruirse, aprendieron por el asedio de Mi hijo, el ángel enojado, a quitarse la vida.
A través de los tiempos, muchos se preguntaron si el inconveniente o la inflexión de la Creación estuvo en la rebelión del ángel caído, y Yo les respondo: “Sí, lo estuvo”; porque fue allí cuando verdaderamente comenzó el llamado aprendizaje de toda la Creación.
Fue el gran momento y lo sigue siendo hasta los días de hoy, en el que es probada la compasión y la paciencia infinita, más allá de todos los errores cometidos desde ese momento hasta los días de hoy.
Pero, Me podrían preguntar: ¿Padre, hubo una falla en Tu Divino Proyecto?
No, no lo hubo. Lo que hubo fue una temida desobediencia a las Leyes Superiores, y esto ha sido así desde aquellos tiempos.
Cuando tu vida está desorientada, aun en el aparente camino de la espiritualidad, debes detenerte, confesar que ya no puedes más solo. A partir de ese acto sincero, todo se revierte, se encuentra la Luz en el fondo del abismo.
Ahora, cuando una consciencia se equivoca, o tropieza en la misma falla, no es saludable vivir de la culpa porque no se llegará a ningún resultado. Culparse es no reconocerse como Hijo o Hija de Dios.
La cura de esta situación está en la confianza y en la fe, que son impulsos que todo lo transforman y todo lo redimen.
En esa culpa y en ese autocastigo se encuentra el mundo.
Por eso, les pido que hagan el esfuerzo correcto para que muchos más abandonen ese círculo vicioso de la culpa y del victimismo.
Sean inteligentes y abracen la cruz con gratitud. Porque cuando no hay gratitud, la cruz personal se vuelve muy pesada; cuando hay reclamo no hay liberación espiritual.
Salgan de ese estado y ayudarán a que la arraigada indiferencia mundial ya no sea la causa de tantos males y situaciones inciertas.
Este es el esperado fin de los tiempos. No hay otro tiempo en el que puedan vivir. Acéptenlo.
Mi Hijo, el Redentor del mundo, les prometió el Gran Espíritu Consolador. Aquí está, Yo Soy el que Soy.
Soy ese Infinito e Inconmensurable Espíritu que los ama y que los ilumina en la actual noche oscura planetaria.
No se dejen empujar por lo que viven de incierto. Nada prevalecerá por encima de Mi Amor, porque Mi Amor viene a sanarlos, viene a hacerlos retornar a la Casa de su Padre Eterno.
Que hoy sientan disolverse sus pesadas cadenas del pecado, para que el pecado original sea liberado de la humanidad.
Que hoy sientan disolverse sus pesadas amarras, para que el mundo sea finalmente liberado de la dualidad.
Porque Mi Amado Hijo les prometió Su Retorno y, ese Retorno tan esperado, está cerca. Crean en ello.
Estén en vigilia y oración para poder reconocerlo.
Que la Eterna Luz de la Fuente los bendiga, los proteja y los ampare.
Que la cura espiritual sea una realidad, sea el camino para la definitiva reconciliación de toda la humanidad con el Reino de los Cielos.
Hoy, hago un testamento de Mis Palabras.
Los amo, infinitamente, más de lo que lo pueden concebir.
Vuestro Padre Eterno,
Adonai
Oración contra la impunidad mundial
Señor,
que nunca más mi voz
se alce contra mi hermano.
Señor,
que nunca más nación
se oponga contra nación.
Señor,
que ya no se levanten las armas
y que ninguna otra consciencia pierda la vida.
¡Oh, Señor Celestial!,
ten piedad por nuestras injusticias y errores.
¡Oh, Señor de la Misericordia!,
haz descender Tu Luz
sobre estas temidas tinieblas.
Señor,
que ya no se generen más conflictos.
Señor,
que las familias más vulnerables
ya no sean desplazadas.
Señor,
que ya no se detonen las bombas.
Señor,
que ya nadie más sea capaz
de matar a sus semejantes.
¡Oh, Señor de la Vida!,
haznos merecedores de Tu Reino.
¡Oh, Señor de la Paz!,
que Tu Sagrado Universo Celestial
se haga vivo y presente en este mundo.
Señor,
que ya no corran las lágrimas
y la sangre de los inocentes.
Señor,
que ya no exista el odio,
la venganza y la impunidad.
Señor,
cúranos de la indiferencia.
Señor,
cúranos de la omisión y de los prejuicios.
Señor,
cúranos de toda maldad.
Que nuestros corazones sean puros.
Que nuestras obras sean de caridad y de bien.
Que Tu Presencia, dentro de nosotros,
cierre las puertas al mal.
Señor,
haznos partícipes del Retorno de Tu Hijo
que, con esperanza y fe, lo esperamos.
Que, por todos los méritos redentores de Tu Amadísimo Hijo
y por la oración perpetua del Inmaculado Corazón de María,
veamos surgir una humanidad de paz,
de respeto, de tolerancia y de fraternidad.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Una historia está escrita en los Espejos del Cielo, una historia que hoy les corresponde saber. Es la Voluntad, pero también es el impulso de su gran despertar, del despertar de la consciencia que todas las criaturas de la Tierra deben vivir, aunque estemos en un tiempo de transición.
En los Espejos que Yo rijo en el universo está depositada la Voluntad de Dios y, por medio de esa Voluntad, están escritas Sus más ardientes aspiraciones. Una de esas aspiraciones, hijos Míos, es que la humanidad sea retirada de la ilusión, de una ilusión mundial, para que ingrese en la Verdad Celestial, en lo que llamamos “despertar de la consciencia”.
Si hoy ustedes llegaron hasta aquí y otros llegaron después, es porque ya comenzaron el camino hacia el gran despertar, hacia el descubrimiento de su verdadero ser interior, que les permite día a día salir de las apariencias y de las ilusiones. Que todos ustedes tengan la Gracia de conocer sus esencias y de saber que son parte de un gran sistema de comunicación universal, sistema que el planeta integra.
Hoy, los quiero llevar a través de Mi Consciencia Divina hacia esos espacios. Quiero que, al igual que su Madre Celeste, solo contemplen en reverencia y en solemnidad la gran red de los Espejos sutiles del universo, del cual una parte de su ser forma parte.
Es hacia ese origen que hoy deben retornar, porque retornando hacia sus orígenes permitirán, hijos Míos, que la consciencia de la humanidad sea elevada y transmutada. Permitirán que los sufrimientos, las angustias y todos los conflictos del mundo sean disueltos por la Luz espiritual de Mis Espejos, que pueden descender a sus vidas por medio de una sincera y verdadera oración.
Hoy, este gran sistema de comunicación universal está latente y presente en este momento sobre el mundo, lo que ustedes llaman órbita de la Tierra, para que esta humanidad sea ayudada y aliviada, para que el alma de su planeta sea retirada del infierno en el cual vive en este tiempo.
No se olviden, hijos Míos, que Mi Hijo y Su Madre Celeste estuvieron encarnados aquí y que somos parte de esta humanidad, somos grandes Consciencias universales que comprenden a la condición humana y que trabajan todos los días por sublimar esa condición inferior por medio de las grandes llaves del Amor, de la Misericordia y de la Paz.
Quiero que ingresen Conmigo a tres Espejos específicos que hoy les revelo a ustedes, a sus almas y a sus seres internos, que son los Espejos del Amor, de la Paz y de la Sabiduría.
Por un momento, abran sus ojos internos, sientan sus sentidos internos y contemplen el Propósito de Dios que, por medio de ustedes, aún debe ser revelado y construido.
En esos Espejos se encuentra una parte de sus existencias, de sus orígenes, de su trayectoria universal. Pueden percibir que no son solo materia, que lo verdadero es su espíritu unido al Espíritu Divino de Dios. Pueden percibir, en este momento, cómo a través de una simple pero amorosa sintonía Conmigo, ustedes pueden llegar a Dios y conocer desde su interior el Propósito que Él tiene para cada uno de ustedes.
Hoy, hago retornar a sus esencias hacia los grandes Espejos de la Creación, fundamentados por el Espejo de la Unidad. Que sean el Amor, la Paz y la Sabiduría los que los lleven a construir, dentro y fuera de ustedes, la Sagrada Unidad.
Todos ustedes ya caminaron tanto por este universo. ¡Cuántas experiencias están registradas en los Espejos de la Creación! ¡Cuánta trayectoria vivieron a través de los tiempos, de las épocas y de las generaciones! ¿Y aún aspiran por su despertar?, para que de una vez y para siempre reconozcan que no solo son lo imperfecto, sino que, dentro de ustedes, en lo más profundo de la esencia de cada ser, existe la Perfección de Dios que fue pensada por el propio Padre Eterno antes del surgimiento de la Creación.
¿Se animan a amar cada vez más el misterio?, para que el misterio se convierta algún día en revelación y los sagrados secretos sean develados, para que las almas puedan despertar y saber que, más allá de todo, cada uno de ustedes tienen un propósito y una misión que cumplir en esta vida y en la próxima.
Trabajen por eso todos los días, esfuércense por eso todos los días, porque el Reino de Dios se aproxima y el Sagrado Rey del Universo volverá a encontrarlos, cara a cara, y les pedirá los talentos que Él les dejó en el corazón. Que estos talentos, en este tiempo crucial de la humanidad, se conviertan en virtudes, en acciones concretas, en la expresión del Amor mayor de Dios en todas las situaciones y circunstancias para que, cada día más, hijos Míos, entre ustedes aprendan a amar.
Por eso, Dios aún espera que, por su servicio, por su entrega y obediencia al Plan del Creador conozcan Su Voluntad, que debe ser voluntad en ustedes en los tres planos de la manifestación: material, mental y espiritual.
Muchos, con el esfuerzo que viven en este tiempo, con la dedicación a la vida de oración y al servicio a los semejantes como a los Reinos de la Naturaleza, se están aproximando hacia esa verdad escrita en la historia de los Espejos; porque allí sus espíritus vivirán la síntesis y encontrarán el sentido y la razón de haber venido aquí, a la Tierra, para vivir esta escuela de perdón y de redención.
Por eso, hoy les digo, hijos Míos, que muchos de ustedes cuentan con recintos sagrados que están presentes a lo largo de las Américas, recintos en donde palpitan los diferentes Propósitos de Dios, no solo para este planeta, sino también para todas las almas de la humanidad.
Tarde o temprano, las consciencias se enfrentarán a la Voluntad de Dios y tendrán un solo instante para decidir qué camino tomarán.
Pero hoy, no solo vengo por ustedes para que sigan caminando hacia esa Voluntad y hacia ese Propósito para que el gran despertar sea más real en cada uno de ustedes, sino también vengo como Madre del Mundo, por todos los que perdieron el camino hacia el Propósito, por los más perdidos.
En este tiempo de tribulación, brilla sobre la superficie de la Tierra un punto de Luz del Tercer Orden de la Hermandad, que después de 33 años se ha hecho realidad. Que brille en sus pechos la Sagrada Estrella de la unión divina entre el Cielo y la Tierra, entre las almas y Dios, entre los servidores y las Jerarquías.
Lleven en ustedes un sentimiento de verdadera concreción, no solo de su camino de redención, sino también de concreción del Plan Divino, por medio de todos los que alguna vez se autoconvocaron para responder a este llamado de la Hermandad.
Quiero decirles, Mis amados hijos, que la mirada amorosa y compasiva de las Jerarquías, en este momento está sobre ustedes y, en especial, sobre este herido y ultrajado planeta.
¿Quién se animará, junto con Nosotros, a ir al rescate de la esencia de este planeta y de esta humanidad?
¿Quién se animará, junto a Mí, a escuchar el grito del alma de la Tierra, sometida y esclavizada por los seres humanos, por los que ultrajan a la Creación?
Que sus oraciones y todos sus servicios, en los próximos tiempos, enmienden los errores que hoy se están viviendo y, sobre todo, las graves causas climáticas que hoy vive el planeta.
No dejen ni un momento de orar, aunque vean en los próximos tiempos el cielo oscuro o aun la luna revestida de sangre. No vean los horrores ni escuchen los gritos de la desesperación de muchas naciones.
Eleven sus corazones hacia Dios y clamen con el poder del Verbo Divino. Que sus palabras no solo sean palabras, que sus oraciones sean decretos en los momentos de mayor tribulación, que sus corazones ardan en el amor al servicio para que muchas almas más tengan una última oportunidad.
Esto es lo que hoy emiten los Espejos del Amor, de la Paz y de la Sabiduría, Espejos que no solo les recuerdan sus orígenes, en donde existe el principio de su armonía y de su equilibrio, sino también Espejos que hoy les revelan la verdadera situación de la humanidad, en donde el mal ha conquistado a muchos corazones.
Porque si alguna vez fueran golpeados, así como Mi Hijo fue golpeado, levántense. Porque si alguna vez fueran humillados, no respondan y agradezcan a Dios. Siempre practiquen el bien, porque en el bien encontrarán la paz y la certeza de estar sirviendo a Dios, a pesar de las consecuencias.
Hoy, extiendo Mis brazos hacia el mundo herido. Hoy, abro Mi Manto para que todos Mis hijos, los despiertos y los no despiertos, puedan estar debajo de Mí, bajo Mi Luz espiritual y maternal.
Desde hace 33 años, desde que comenzó 1988, la Jerarquía esperaba por este momento, que una Fraternidad unida estuviera presente en los tres planos de consciencia. Hoy, se completa esta gran triangulación espiritual, la Hermandad de lo Divino, la Hermandad del Universo y la Hermandad sobre la superficie de la Tierra, preparada para enfrentar el último momento del Armagedón, la gran y última batalla entre la Luz y la oscuridad.
También rezo, a partir de este día, para que todos Mis hijos, todas las consciencias posibles, puedan tener la Gracia de reconocer el Retorno de Cristo, que no vendrá como muchos piensan, pero sí llegará de una forma indescriptible y diría hasta desconocida, porque nadie ha visto y nadie sabe cómo Él llegará, pero sí los corazones sentirán Su llegada en lo más profundo de su ser. En esa hora, a pesar de dónde se encuentren o de dónde estén, saldrán caminando hacia el encuentro del Retorno de Cristo y muchos escucharán sobre Su llegada.
Pero presten atención para no confundirse. Muchos usarán ese momento para beneficiarse. El verdadero Retorno de Cristo es aquel que solo se sentirá en el corazón. Si sus corazones no sienten el Retorno de Cristo es porque no será Mi Hijo, sino que serán otros los que se nombrarán como Jesús.
Pero aquellos que tuvieron la Gracia, en estos últimos ocho años, de Su Presencia en esta Obra de la Misericordia de Dios, ya aprendieron a reconocer a Cristo como una sagrada vibración espiritual que los lleva a la paz y a sentir Su ardiente Amor. En Sus Palabras siempre encontrarán la fuerza, en Sus Sacramentos siempre encontrarán la salvación.
Por más que sean tiempos difíciles nunca pierdan la fe, porque si llegaron hasta aquí, Mis amados, ¿cuánto más podrán hacer en el fin de estos tiempos? Él murió por ustedes para darles vida eterna, porque en Él todo siempre será renovado, tengan certeza de esto.
Como la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad de Aurora, hoy Me despido y, después de catorce años, nuevamente estoy aquí para estar cerca de todos Mis hijos, para llevarles la cura del corazón de Aurora que siempre podrá brillar en su interior si solo confían en la Luz de Aurora.
Reconozcamos la Gracia de Dios en este momento y, tan solo por un instante, veamos, hijos Míos, todo lo que ha sido construido a través del esfuerzo y de la entrega y, principalmente, todo lo que cambiaron sus vidas hasta el presente. Crean en el poder del Amor de Cristo para que todo sea renovado, aunque parezca imposible en estos tiempos.
Hoy, bendigo al planeta; bendigo a los continentes, especialmente a todas las regiones que sufren las catástrofes de estos tiempos; a todos los que se exilian y se refugian en otros lugares del mundo, escapando de las guerras, del maltrato, de la sangre. Hoy, derramo Mi Luz sobre todos los que están enfermos, perdidos, olvidados, descartados, empobrecidos y miserables.
Que esta Luz de Aurora, que han recibido a través de estos años por un acto de verdadero Amor y de Misericordia, sea depositada en los lugares que más lo necesitan. Que esta familia espiritual bendiga a las familias del mundo para que, de una vez y para siempre, en este horizonte de la Creación, despunte la Nueva Humanidad, despierte la Nueva Humanidad, surja la Nueva Humanidad.
En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Me retiro de aquí, escuchando una poesía que han hecho para Mi Corazón. Que esta poesía, que hoy escucharán por medio de una canción, los confirme a Mi Corazón para siempre.
Les estoy muy agradecida.
Hasta pronto.
Mis amados hijos:
Hoy, llego para preparar la víspera del aniversario de Mis Apariciones, llego a un mundo confundido y dividido por la injusticia y por los errores.
Como su Madre que los ama, les pido que continúen fieles a Mi Corazón para que sus vidas sean el ejemplo que Yo necesito ante el Padre Celestial, para poder concederle al mundo un tiempo mayor de paz.
Queridos hijos, hoy estoy aquí al igual que ustedes están aquí, respondiendo a Mi predilecto llamado. Esa respuesta incondicional de Mis hijos es lo que Me permite llegar al mundo, una y otra vez, es lo que Me permite poder estar cerca de ustedes, acompañando sus pasos en dirección al Corazón de Mi Hijo.
Por eso, Mis amados, en este día de víspera, los invito a prepararse con amor y gratitud para el día de mañana, en el que su Madre Celeste realizará una intervención espiritual importante ante todas las crisis de estos tiempos.
Yo los animo a permanecer siempre en Mi Paz, y que esa Paz les dé la confianza necesaria para poder llevar adelante la expresión constante del Amor de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
El guardián y celador del Plan Divino
1. Es aquel que obedece con prontitud, antes de pensar en obedecer.
2. Es quien se adhiere a la Voluntad Divina y desde su plano trabaja para vivirla y manifestarla.
3. Es quien protege, de sí mismo, el Sagrado Misterio.
4. Es quien ama lo desconocido espontáneamente, aunque no lo conozca.
5. Es quien profesa y vive la humildad a través de la donación permanente.
6. Es quien trabaja todos los días para poder vivir la transparencia dentro de su grado de consagración para, algún día, vivir la Verdad.
7. Es quien aspira, ardientemente, a los mejores resultados espirituales en el semejante.
8. Es quien aprende a amar a través de los errores, para algún día poder amar sin condiciones.
9. Es quien no saltea las reglas y los códigos internos que se colocó a sí mismo.
10. Es quien asume vivir el dolor de la humanidad, pero trabaja todos los días para trascender la condición humana.
11. Es quien no teme equivocarse, pero teme no poder reparar el error, mas confía en la infinita Misericordia.
12. Es quien aspira a perder el control de sus decisiones, para algún día vivir las decisiones divinas.
13. Es quien reverencia la Instrucción y la hace parte de sí, aunque crea que no la necesita.
14. Es quien reconoce el Poder y la Gloria en un solo Dios, presente en tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
15. Es quien no se olvida del otro.
16. Es quien aprende a ser compasivo consigo mismo, para aprender a ser compasivo con los demás.
17. Es quien ya no se justifica, sino que se coloca siempre disponible.
18. Es quien entiende, más allá de sí mismo, el Plan de Dios.
19. Es quien vive la Justicia, pero primero vive el Amor.
20. Es quien se solidariza con todos.
21. Es quien, más allá de todo, cumple su deber sin reclamos.
22. Es quien no retrocede, sino que siempre avanza.
23. Es quien promueve y gesta la hermandad.
24. Es quien erradica, dentro de sí, la indiferencia y la falta de colaboración.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Postrados a Mis Pies, reconozcan el Sol de Dios que viene en su auxilio, el Sol de la Redención y de la Eucaristía que viene a iluminar y a disipar la oscuridad del mundo.
Postrados a Mis Pies, reconozcan el Legado que recibieron, del que desde siempre participaron y se alimentaron en espíritu.
Postrados a Mis Pies, reconozcan los atributos, los dones y las virtudes que, en confianza, Yo he depositado en cada uno de ustedes, para hacer nueva toda su vida, para que sus consciencias se rediman y se transformen.
Postrados a los Pies del Sol de Dios, reconozcan este momento planetario; la importancia de la expresión de los nuevos apóstoles, de los que mantienen la antorcha de la fe encendida, más allá de las circunstancias.
Hoy, vengan y colóquense a Mis Pies para que sus vidas sean bendecidas y reconsagradas, para que sus consciencias superiores sean depositarias de los impulsos crísticos que hoy les traigo.
En esta alianza perfecta con el Sol Eucarístico de Dios, ustedes podrán reparar el Corazón de Cristo de todas las ofensas que Él recibe diariamente, de todo lo que le hacen día y noche por medio de los ultrajes e indiferencias, de las omisiones y de las faltas.
A través del Sol Eucarístico de Dios, Yo vengo a retirarlos de las tinieblas de la consciencia y de la superstición del ego; vengo a abrirles los ojos de sus almas, para que puedan ver en este horizonte interior la Presencia del Hijo de Dios, que aún espera que cada una de sus vidas sea el testimonio de Su Palabra y de Su Legado.
Vuelvo a traerles este Sol de Dios para que sus caminos sean guiados y reciban en este momento lo que cada uno necesita, lejos de los deseos y de las aspiraciones propias.
Este es el Sol de Dios que ilumina el fin de los tiempos, pero que también reconstruye la vida espiritual de aquellos que se postran a Sus Pies para reconocer a un único Dios, a una única Presencia universal, cósmica e interna; para participar de esta comunión perpetua con el Sagrado Corazón de Jesús, que en este tiempo se vuelve a ofrecer en sacrificio por las almas y, especialmente, por los más pecadores, por las naciones, por la humanidad.
Que los tesoros espirituales, que Yo les he entregado a través de los tiempos, no se pierdan, no se desvanezcan ni se borren de sus corazones.
Hagan parte de sí cada una de Mis Palabras y que sus vidas se conviertan, algún día, en afluentes de Mi Fuente de Misericordia y de Piedad. Porque, hoy, algunos se distraen con otros caminos, colocan su mente en otros caminos y así, oscurecen el corazón, perdiendo la verdadera sintonía Conmigo, con Mi Voluntad.
Este es el tiempo en el que cada uno debe enfrentar su propio Armagedón, debe conocer, de sí mismo, lo que hasta ahora nunca ha visto, porque un velo se retira de sus ojos para que puedan ver y reconocer este momento.
Hoy, acepto los sacrificios de los que persisten. Hoy, reconozco la valentía de los que se transforman y de los que nunca dejan de seguir adelante, más allá de todo. Es allí, en donde se concreta internamente la Obra de la Redención y de la Misericordia. Es en esa constancia y en esa fe, en donde las sagradas semillas de la Luz dan sus primeros brotes para, algún día, dar los frutos que Yo necesito para preparar Mi Retorno, a través de ustedes.
Hoy, veo con Ojos de compasión los errores que, algunos compañeros Míos, cometieron por imprudencia, por falta de atención, por falta de generosidad y por falta de consciencia. Pero hoy, no vengo aquí a señalar esos errores, sino a recordarles los Mandamientos que, en esencia, deben profundizar para entender su sentido oculto, sentido que los llevará a vivir en las Leyes Universales en estos tiempos críticos, en los que muchos ofrecimientos serán presentados a ustedes como si fueran mejores ofrecimientos que los que Yo les entrego.
¿Comprenden lo que esto significa en este ciclo planetario?
Yo vengo a ungir nuevamente con Mi Espírito a aquellos que Me dijeron sí y que, más allá de sí mismos, intentan comprender Mi Voluntad y Mi Obra. El Redentor, su Señor, seguirá dando pasos firmes hacia el Propósito y Él llevará Consigo a todos aquellos que, despojados de sí mismos, seguirán Sus pasos de la misma forma para encontrar la meta, la meta interior.
Este es un tiempo en el que deben ser conscientes de que lucharán contra esa dualidad interior. Dualidad que les mostrará con tanta fuerza lo que ustedes desconocen, con una fuerza opuesta y paralela a la fuerza y el poder que Yo les entrego con Mi Palabra y Mi Presencia.
¿Esto es una batalla? Sí, es una batalla espiritual. Es el momento en el que, ante ustedes mismos, definirán el próximo ciclo, bajo la Mirada de Dios. Y ese ciclo que se definirá, indicará la posibilidad o no de que su Maestro retorne pronto al mundo. Pero recuerden, siempre recuerden, que no dependo de nadie para volver a esta humanidad, así como está escrito.
Sus almas deben tener presente, en la consciencia, que pueden participar o no de este gran acontecimiento del Retorno de Cristo. Porque para que ese Retorno sea posible, en cierta proporción, primero Mi Divinidad, Mi Espíritu, debe morar en ustedes para que, después, Yo pueda volver al mundo en su momento más difícil y doloroso.
Quiero que sepan, compañeros, que están ante el Libro de las Sagradas Escrituras, están ante el capítulo y el signo de este gran momento planetario, en el que los últimos Cristos del fin de los tiempos serán los que marcarán el próximo destino. Y eso va más allá de sus consciencias, de sus ideales o aun de su parecer.
Quiero que sepan que estar Conmigo no es algo momentáneo, sino que es estar bajo una estricta fidelidad a la obediencia divina y a la Voluntad suprema. Pero sepan que no hay otras consciencias u otros hermanos que lo pueden hacer, que puedan preparar Mi Retorno al corazón de los hombres. Si primero eso no sucede, en esta densidad y caos planetario, ¿cómo Yo podría venir aquí, al mundo, a través del poder y de la autoridad que Me ha dado Dios, desde el principio y por toda la eternidad?
Necesito que sus moradas internas sean Mis moradas; y aún, sigo esperando por esto. Hagan su examen de consciencia no para amedrentarse ni para juzgarse a sí mismos, sino para crecer interiormente en oferta y en servicio.
Porque en los próximos meses verán cosas inimaginables, y ustedes como Mis compañeros, que dicen ser Mis compañeros, tienen que estar preparados para lo que llegará; y esto ya no son solo palabras, sino serán hechos, serán acontecimientos en el mundo entero.
En estos últimos años, aprendieron a amarme y aún lo están haciendo; aprendieron a confiar en estas, Mis Apariciones, y aprendieron a beber de la Fuente de Mi Palabra por medio de los Mensajes, pero sé que alguna vez dudaron sobre Quién en verdad les está hablando.
Yo no vengo aquí solamente por ustedes, vengo aquí por un Propósito Mayor. Ese mismo Propósito que Mi Madre, la Virgen María, ya presentó en otros tiempos y en otras humanidades; para que la mayor cantidad de almas y de corazones alcanzaran la vida del espíritu y la unión con la Consciencia Trina.
Hoy no vengo a hacerles ver sus miserias, vengo a hacerles ver lo que en verdad sucede, para que lo reconozcan y lo acepten en humildad y en profunda gratitud.
No Me detendré por nadie más. Su planeta está en llamas.
¿Quién cruzará Conmigo los umbrales del infierno para interrumpir la pérdida de cientos de almas consagradas y laicas?
¿Quién irá Conmigo hasta lo más profundo de los abismos para encender su propia luz crística?, y así, poder vencer en el Amor a la oscuridad, como Yo lo hice por medio de cada gota de Mi Sangre y aún más, hasta el momento de Mi entrega en la Cruz.
Yo no vengo a colocarlos bajo una presión desconocida e insoportable.
En el nombre del Amor y de la Misericordia, que aún desconocen profundamente, Yo vengo a colocarlos ante la realidad, que es tiempo de aceptar y de vivir porque muchos de ustedes vinieron para ser Mis apóstoles. Y esto no es una ideología ni tampoco una teoría, menos es un sentimiento o una emoción pasajera, es un compromiso irrefutable que sus espíritus firmaron en el universo, y ese compromiso para cada uno tiene un tiempo, tiene una duración que solo Dios sabe.
Cuando las almas buscan otras enseñanzas que no son las Mías; piensen qué es lo que Yo puedo sentir delante de todo lo que amorosamente y en confianza les he dado, año tras año, día tras día, semana tras semana y mes a mes.
No pueden perder el objetivo de su Propósito, no se pueden dejar engañar ni tampoco pueden mentir; están ante el Rey del Universo, no ante un juez, sino ante el Corazón sacrificado del Cordero de Dios que se inmoló por ustedes para salvarlos, hasta el fin de los tiempos.
Recuerden que su camino de conversión y de redención está en los Sacramentos y no en otros libros. Que su verdadera espiritualidad se base en la fe del cristianismo y en la confianza absoluta de poder estar cumpliendo la Voluntad de Dios.
Como podrán percibir, compañeros, Yo vengo con un Mensaje de advertencia; pero de profunda compasión y solidaridad con los que se pierden, día a día, en el camino y dejan de ver, en sus propios caminos, las Huellas del Maestro.
Que está Maratón sea un paso más hacia la definición y, sobre todo, un paso para poder valorar y reconocer lo que fue recibido con tanto sacrificio y esfuerzo, para que nada sea en vano.
Los bendigo, en este tiempo de crisis interna y planetaria. Sepan que, más allá del sufrimiento y del dolor, está la Luz del Cristo Vivo, de Aquel que murió por ustedes para que tuvieran vida en Mí y así, tuvieran vida en el Padre Eterno.
Que las oraciones de Misericordia en este encuentro no solo sean palabras repetidas, sino afirmaciones sentidas en lo profundo del corazón.
Les agradezco por ser valientes y animarse a escucharme en el espíritu de la fe.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
A medida que la Iglesia Celestial se aproxima espiritualmente al planeta, mayores serán los movimientos internos y físicos en la humanidad.
Es como una gran Luz que ingresa en el abismo y en la oscuridad de la humanidad para convertir la noche en día.
En este momento de inflexión mundial es cuando aún más las almas deberán aspirar, con todo el corazón, a que la Iglesia Celestial las libere de las cadenas de los errores y del sufrimiento.
La Iglesia Celestial descenderá con el Poder Creador e impulsará a los que la acojan para que profesen su fe y confianza en el Eterno Dios.
Mientras que la Iglesia Celestial comienza a abrir sus puertas principales, los ángeles salen de su interior, descienden a la Tierra y preparan su solemne llegada.
Pero ustedes, hijos Míos, también deberán sostener este momento, ya que la Luz y la oscuridad se encontrarán y, a partir de allí, se abrirá el último ciclo de la batalla que definirá el amor o la indiferencia en la humanidad.
Cuantas más obras de oración y de bien se realicen en el mundo, mayor será el efecto espiritual e interno de la Iglesia Celestial; y las almas que no tenían posibilidades de salvación serán consideradas.
En este momento, todos los que adoran al Santísimo del Altar estarán colaborando, conscientemente, para que la Iglesia Celestial llegue a todos los corazones posibles.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hijo:
Para tener una vida pura debes tener un corazón puro, teniendo el corazón puro tendrás una mente pura, y teniendo una mente pura alcanzarás intenciones puras.
Para que eso suceda, no debes olvidar la esencia espiritual que eres y no fijarte tanto en las apariencias.
El corazón puro se alcanza con la determinación absoluta de vivir el Amor de Dios y de no perderlo de vista.
Más allá de las imperfecciones o aun de los traumas, el corazón puro no pierde o disuelve lo que aprendió de verdad.
Por eso, solo el corazón puro es un corazón noble, capaz de entender la vida y su situación más allá de lo concreto o de lo material.
Así, el corazón puro será el regente de la vida y no la mente. La mente debe actuar como facilitadora de las acciones que decide el corazón, así la vida estará en armonía y no en conflicto.
Un corazón puro es un corazón confiante, abnegado y servicial, capaz de salir de sí mismo para darle lugar y espacio al semejante.
El corazón puro no le teme al desapego, al sacrificio, a darse un poco más, aunque aparentemente crea que no lo conseguirá.
El corazón puro reconoce sus errores, pero no se culpa por ellos, trabaja silenciosamente hasta poder transformar los aspectos más profundos de su ser.
Un corazón puro es pacificador.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Deja que tus miserias sean transformadas en Misericordia.
Deja que el poder espiritual de la Sangre de Mi Hijo vaya removiendo las impurezas de tu consciencia a fin de que la Luz Divina de Su Sagrado Corazón encuentre espacios profundos para poder ingresar y transformarlos.
Las miserias son residuos acumulados de los pecados, de los errores, de la indiferencia.
Permite que la Gracia redentora del Agua de Cristo te lave y te purifique, porque para que algo nuevo pueda entrar, algo viejo debe salir.
Estás en ese momento, a las puertas de la rendición de tu ser y de tu consciencia.
Deja que el impulso transformador y misericordioso de Mi Hijo redima tu ser y haga de ti un vaso nuevo.
Deja que la infinita Misericordia te consagre definitivamente y te convierta en la aspiración que tiene Dios para tu ser.
Estoy a tu lado para acompañarte. Este es el gran momento para que eso suceda.
Tu fe tiene que ser inquebrantable.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Hijos:
Mientras oran, Yo purifico sus labios de todas las palabras que podrían pronunciar apartados de Dios.
Mientras oran, Yo sublimo su verbo para que alcancen la comprensión del Propósito de Dios y así, lo testimonien al mundo.
Mientras oran, Yo curo sus corazones, aunque sean imperfectos, para que ellos tengan sentimientos cada vez más puros.
Mientras oran, Yo libero sus mentes para que tengan pensamientos de luz, de sabiduría, de hermandad y de fraternidad, para que todo sea constructivo.
Mientras oran, Yo alivio sus almas, para que sus internos sientan la convicción y la razón de estar respondiendo al Llamado de Dios.
Mientras oran, Yo les derramo Mis Gracias, para que ustedes aprendan a enmendar sus posibles errores y para que, en oración perpetua, ustedes se sientan libres de las prisiones de la vida.
Mientras oran, Yo puedo estar más cerca de ustedes y les puedo hacer sentir el Amor de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Cuando sientas en tu camino el peso de los errores del pasado que, como un asedio, el enemigo te entrega para detener tus pasos, solo pon tus ojos sobre la Cruz, sobre la Eucaristía, sobre el Corazón de Cristo y permanece allí.
En la Cruz, hijo, tus pecados más profundos fueron perdonados. En la Cruz, tus mayores errores fueron justificados.
En la Cruz no solo está la memoria del perdón, sino también el perdón vivo y eterno que se renueva, de tiempo en tiempo, cuando un corazón sincero es capaz de arrepentirse por los méritos de la Cruz de Cristo.
Sin embargo, en la Cruz no se encuentra solo el perdón de tus pecados, en la Cruz se encuentra también tu camino. En ella se escribe el manual para tus próximos pasos, para que no vuelvas a pecar, para que sepas por donde ir.
En la Cruz, descubres el perdón de Dios, pero también la forma que tu Creador te concede de hacer fecundo ese perdón. A través de la entrega, de la humildad, del sacrificio y, por encima de todo, del amor sin condiciones es que imitas los pasos del Cristo del Calvario, es que bebes del Cáliz que Su Padre le ofreció para restituir la Alianza entre Dios y los hombres.
Es allí, hijos, a los pies de la Cruz, que tu camino comienza. Pero es cuando Tu Señor desciende de ella y asciende a los Cielos que tu eres llamado a multiplicar los dones de tu redención, dando testimonio del Amor que te curó y que está siendo derramado constantemente sobre el mundo, del Corazón de Cristo hacia todos los que saben buscar y encontrar los méritos de la Cruz.
Por eso, cuando el enemigo coloque delante de ti tus errores y pecados, que tus ojos se vuelvan hacia la Cruz, que tu corazón recuerde que ya fue perdonado y que ahora se trata de seguir los pasos de tu Señor, Cristo Jesús.
Tienes Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Un alma que había cometido muchos errores se sentía impura e indigna ante Dios y, frente a todos los pecados vividos, le cuestionaba al Señor, diciéndole: “Señor, pequé una y muchas veces; caí y, en vez de levantarme, me sumergí más profundamente en los abismos de la vida. Hoy, estoy ante Ti, me llamaste a sentarme a la mesa de la redención. Dime, Señor, ¿es posible que un pecador, como yo, sea llamado por Ti? ¿Cómo podré dar los pasos que Tú necesitas? ¿Cómo curaré las infidelidades y los pecados más profundos de mi ser?”.
Y, con Ojos de Misericordia, el Señor le respondió también con una pregunta: “¿Qué hizo el leproso para ser curado por Mi Hijo, cuando lo vio aproximarse entre la multitud? ¿Qué hizo la mujer del flujo de sangre para liberarse del peso de sus impurezas cuando, en su desesperación, vio a Mi Hijo pasar? ¿Qué hizo Zaqueo para ser notado y, a pesar de todos sus errores, ser digno de una sola mirada del Hijo de Dios?
El leproso, alma pequeña, se expuso y se humilló delante de la multitud. Con su mal olor, con sus heridas, con su corazón quebrado y ya sin esperanzas, en un mundo en donde no había salvación para él, la única solución fue recurrir a Cristo, aun sucio, impuro, enfermo, rechazado.
La mujer del flujo de sangre también se arriesgó entre la multitud. Ella no quería ser humillada, pero sabía que la única forma de curarse era recurrir a Cristo. Esa vez, fue el propio Señor que hizo que ella fuera notada, no para humillarla, sino para darle a conocer al mundo que, para curarse y tornarse limpio, el pecador tendrá que exponer sus pecados y heridas ante Dios. Es por la puerta de la humildad que se llega a los Pies del Creador.
Zaqueo sabía de su mala conducta, sabía de sus pecados e imperfecciones; pero, dentro de su alma, hablaba más alto la necesidad de perdón. Por eso, se expuso y, delante de la multitud, se humilló, subió a un árbol en el que todos podían notar que, a pesar de todos sus errores, él estaba allí, enfrentando todos los juicios y críticas, simplemente por la necesidad de estar ante Cristo.
Y el Señor, cuando ve que los pecadores van más allá de sus pecados, Él también va más allá en Su Amor, en Su Misericordia y en Su Gracia. Por eso, alma pequeña, nada es imposible. Toda enfermedad tiene cura, todo pecado tiene perdón, pero para eso precisas dejar de lado tu orgullo y vanidad, y humillarte ante Dios. Sé transparente y sincera, muéstrale al Señor tus heridas y permite que, con una única mirada compasiva, Él te cure”.
Que este diálogo, hijos, los inspire a no tener miedo de estar expuestos, de ser humillados y, así, ser curados, perdonados y redimidos por Cristo.
Tienen Mi bendición para esto.
San José Castísimo
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más