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Aquí está el Arca Sagrada de Dios, que guarda los mayores tesoros del Universo.
Ella retornará Conmigo a la Tierra para instituir el nuevo Plan de Dios al momento que surja la nueva humanidad.
Retornaré más brillante que un sol y más luminoso que cientos de estrellas.
Mi Espíritu será tan fugaz como el viento, semejante a la fuerza de los océanos y de todos los mares.
Un Portal del Universo se abrirá sobre la Tierra, y los 144 mil lo sentirán porque escucharán Mi Voz en sus corazones y sabrán que la hora se aproxima.
Será el momento en que Dios habrá declarado Su Justicia sobre el mundo; y los impíos, los injustos, lo sabrán.
Por eso, vengo a ofrecer esta Arca Sagrada como última salvación de la humanidad.
He colocado dentro de ella Mi Sagrado Corazón lleno de espinas para que sea venerado, adorado y reparado por los hombres.
Los ángeles participarán de ese acontecimiento, de la Venida del Hijo del Hombre, y no habrá consciencia que quede sin saberlo, porque Dios ya está poniendo fin a las injusticias humanas, a todo lo que es pecado y a todo lo que está perdido.
Como hice hace más de dos mil años en Tierra Santa, vengo a ofrecer Mi Corazón como símbolo de expiación universal para que las almas encuentren un refugio seguro, para que sepan conducirse en los tiempos que vendrán y no pierdan la posibilidad de ser guiadas.
Con todo esto, vengo a revelarles los misterios de Mi Sagrado Corazón, los cuales no son verdaderamente contemplados ni buscados por todos, en estos tiempos.
Escogí este lugar para hacerlo porque aquí ha venido uno de los Míos; ha venido en Mi Nombre a dejar algo que la humanidad no ha comprendido y que ha convertido esa oportunidad en perdición para muchas almas.
Pero Mi Misericordia es infinita, más grande que todos los océanos y que todo el Universo.
Mi Fuente de Gracia nunca dejará de brotar, pero debo ser obediente a Mi Padre, así como ustedes deben ser obedientes a la Ley y a la Justicia.
Mi Gracia no terminará, pero deberé cerrarla en algún momento. Por eso, en estos tiempos, vengo a fortalecerlos para intentar hacer de sus vidas nuevos instrumentos que puedan corresponder a la necesidad de Mi Plan y de Mi urgente retorno al mundo.
Mientras el mundo sea injusto a todo lo que Yo le he dado a través de Mi Sacrificio y de la Cruz, por la profanación de la Palabra, del Divino Verbo, y de la Eucaristía, aún sufrirá más de lo que espera.
Por eso vengo, con tan pocos, a cambiar los acontecimientos y a hacer de sus encarnaciones un momento de renovación y de esperanza para el mundo.
Quisiera que todos los días Me oraran como Me oraron hoy.
Quisiera que todos los días caminaran hacia el Portal de la Paz así como caminaron hoy, con simplicidad, en amor y en sintonía.
Eso ha permitido que Yo viniera aquí, a recoger los purgatorios que existen en toda Europa.
Cuando sus pies caminan con determinación y firmeza hacia Mi Portal de la Paz, muchas cosas Yo puedo hacer a través de ustedes; y todas las que Yo puedo hacer, son muy desconocidas para la humanidad.
Hoy han permitido que Mi Padre concediera traer hasta aquí el Arca de la Santa Alianza, bajo la veneración profunda de Mi Sagrado Corazón, que está dentro de la misma, como esencia y energía.
Quiero que sus ojos observen el horizonte de Mi Corazón, el Universo de Mi Amor y la Divinidad de Mi Consciencia, y que puedan creer que más allá de todo esto existe algo mayor y verdadero, que el mundo aún desconoce.
Hoy pude dejar en sus corazones las Moradas de Mi Padre, aquellas moradas de las cuales Yo he hablado en el Evangelio, en el Nuevo Testamento.
Quiero que no solo oren por ustedes, sino también por el mundo infiel y egoísta; por aquellos que usan Mi Nombre y el Nombre de Mi Madre para promoverse y hacer creer a muchas consciencias que todo es verdad.
No saben cuánto siente Mi Corazón cuando desvirtúan las cosas, como propósito y como designio celestial.
No tengo nada más para entregarles que Mi Corazón y Mi Vida, Mi Alma y Mi Divinidad.
Aspiro a poder ser en los Míos mucho más de lo que Soy.
Aspiro a poder convertir lo que aún no Me permiten.
Aspiro a poder liberar lo que aún se resiste en ustedes, por miedo o por vergüenza.
Mis Ojos de Misericordia no vienen a ver lo que está mal; sino vienen a ver lo que Mi Padre ha creado en lo profundo de sus consciencias, desde el Principio.
Es por la esencia de las almas del mundo que rezo todos los días, a los pies de una luminosa cruz semejante a esta que está junto a Mi altar.
En esta Cruz Yo di todo por el todo y mucho más de lo que los hombres conocen por historias o por relatos, por experiencias o por visiones.
Dios nunca revelará totalmente Su Misterio, porque sabe que el hombre es débil en la carne y en la tentación.
Pero sí, Él podrá dar todos Sus tesoros y lo que existe más allá de este Universo, a los que tienen fe en Él, a los que creen en Su Palabra, a los que viven en Su Voluntad y la respetan, a los que confían plenamente en Su Misericordioso Amor.
El mundo está muy enfermo de cuerpo, de mente y de espíritu.
¿Quién socorrerá este mundo llagado y lleno de heridas?
Un mundo que sufre como consciencia, a través de la humanidad y de los Reinos que Mi Padre ha creado para su beneficio, para beneficio de Sus criaturas.
Estoy como un árbol, esperando que Me contemplen.
Estoy como las aves, esperando que Me alaben.
Estoy como el mar, para que Me busquen en el silencio.
Estoy en el viento, para que reconozcan la caricia de Mi Amor en todo lo creado.
Mi Amor, que es el Amor de Mi Padre, está en todo, esperando por reparación y cura.
Que los valientes se animen a seguirme.
Que los perseverantes no se cansen de seguir Mis pasos.
Que los imperfectos no se amedrenten.
Que los enfermos crean en el Poder de Mi Cura, y que los pacificadores no dejen de dar la paz, a pesar de lo que suceda.
Porque, en verdad les digo, dichosos serán los que hagan cosas más grandes que las que Yo hice, porque en el Cielo serán coronados por vivir y buscar Mi Humildad; porque en el Universo serán reconocidos como Mis siervos del fin de los tiempos, y como los santos de los últimos días.
Ofrezcan sus pequeños sufrimientos por los que más sufren.
El planeta, como un todo, como consciencia, es el mayor dolor de este Universo.
Retornaré en Gloria para corregir este proyecto humano y esta gran idea, divina e inmaculada, que Mi Padre emanó de Su Corazón al Infinito.
Cuando vean que el mal hace temblar todo y que las mayores dificultades de la Obra se presentan, sepan que Mi enemigo está inquieto, porque estoy dando pasos firmes, camino a Mi Retorno.
Que se enciendan las antorchas de los Nuevos Cristos.
Que se eleven los estandartes de la rehabilitación.
Que en lo alto de los montes se vean las banderas de la paz, porque el fin está llegando, aunque muchos no lo crean.
Refúgiense en el Inmaculado Corazón de Mi Madre.
Oren, adoren y esperen en silencio, porque una señal significativa pasará y no podrán estar distraídos, sin poder verla.
Esa señal indicará el fin del último fin y la llegada del Omega a la humanidad.
Los Libros Sagrados terminarán de ser escritos porque la Mujer Vestida de Sol abrirá el nuevo cofre, en donde las perlas más preciosas de la redención serán presentadas ante los Tronos de Nuestro Señor.
El Arcángel Gabriel anunciará a Sus ángeles el momento de Mi Llegada, y la última trompeta en el Universo Celestial se escuchará. ¡Ay de aquellos que no hagan penitencia!
La Justicia será muy grande por lo que la humanidad ha hecho, pero Mi Misericordia salvará a aquel que se rinda, de verdad, por él mismo y por sus hermanos.
Ya no busquen la paja en el ojo ajeno. Ya no juzguen, ya no critiquen.
Sean misericordiosos como Yo lo Soy, hasta el final de la cruz, hasta que sean traspasados por la Lanza del Amor de Nuestro Padre.
Aun en esa hora, no desistan porque, aunque aparentemente Yo no esté presente, Mi Espíritu Divino siempre estará en aquel que crea y que viva Mi Confianza.
Que esta Arca sea el símbolo de los nuevos redimidos que veneran, pacíficamente, Mi Sagrado Corazón y que lo hacen por una raza perdida e indiferente.
Alegres serán los que así lo hagan, porque nunca les faltará la fe.
El Reino de Dios se aproxima para derramar Su Justicia, y Yo haré todo lo posible y un poco más por los caídos. Que así sea.
Rezaré en estos días, junto con ustedes, para que estas rosas que han traído a Mi Altar sean bendecidas y, al tercer día de este encuentro, se las lleven como un presente de luz de Mi Sagrado Corazón y como parte de la donación de los Reinos de la Naturaleza a la humanidad, una donación incondicional.
Que en esta Maratón oremos por los que no viven Mis Mandamientos, por los que infringen las Leyes del Universo todos los días, por los que son religiosos y espirituales y no son verdaderos, para que el Espíritu Santo abra sus ojos y rompa los candados de sus corazones; para que descienda la Gracia de Mi Misericordioso Corazón y las almas sean rescatadas de sus abismos. Amén.
Mientras Me elevo al Universo con todas las súplicas recibidas, necesito en esta hora que alivien Mi Corazón de todo lo que ve, día a día, de este mundo.
Estoy aquí por los que Me escuchan, por los que Me viven, por los que Me buscan, por los que creen en su Divino Señor.
Necesito que reparen Mi Corazón, hoy, con una canción muy profunda para Mí.
Yo estoy aquí con ustedes, y ustedes, a través de esta canción dirán: Señor, Tú estás aquí, siempre.
Los bendigo con el poder salvador de la Cruz, con la señal luminosa de la redención y de la paz, para que los espíritus impuros sean liberados y para que las almas encuentren la paz, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fiesta de San Juan Bautista
Queridos hijos:
Que la humanidad renueve, en este día, su bautismo espiritual y no sus costumbres.
Que en la Fiesta de San Juan, las almas recuerden el mensaje de ese santo hombre, primo de Jesús.
Que todos retornen al Reino de Dios, que está muy olvidado.
Que la mayoría de las almas se vuelva a unir a Dios y no a todo lo que se vive y promueve en la superficie de este mundo.
Que en el día festivo de San Juan, las consciencias de este planeta celebren el Sacramento que él trajo para el mundo: la posibilidad de ser renovado por el Padre, por el Hijo y por el Espíritu Santo.
Que en este día no sólo recuerden su bautismo, concedido por el sacerdote a través del agua, sino que también recuerden la bendición espiritual concedida por el Santo Espíritu.
En verdad, el propósito de la fiesta de San Juan, como la de otros santos, fue desvirtuado por Mi adversario; él consiguió llevar la atención de todas las almas hacia algo exterior, mediocre y superficial.
En cambio, en este día, San Juan trae el mensaje de que, a cada nuevo año, las almas se pueden renovar en la fe, recordando el Sacramento de su bautismo y confirmándose ante Dios y ante Su Divina Voluntad.
El bautismo es la bendición que el alma recibe, directamente de la Fuente de la Gracia y de la Misericordia, que permite liberarla de las manchas y de todos los pecados.
La finalidad de la Fiesta de San Juan era que las almas que comulgaran en este día, pudieran renovar su bautismo a través de un acto de fe y de unión con Cristo.
Hoy en día, esta intención está lejos de la atención de las almas y, muchas de ellas, en vez de renovarse, se condenan al Purgatorio sin siquiera percibirlo.
Por eso, su Madre, la Reina de la Paz, un 24 de junio de 1981, descendió en Medjugorje en la Fiesta de San Juan para intentar revertir esta costumbre humana que, hasta los días de hoy, y después de 35 años de Apariciones, sigue llevando a muchas almas al precipicio.
En las manos de cada alma está su elección.
Su Madre, la Reina de la Paz, llegó a Medjugorje para volver a unir a un pueblo que quedó destruido y separado por la guerra.
Mi Hijo pidió que, en la Fiesta de Su primo San Juan, Su Madre Celeste apareciera para recordarle al mundo el tiempo que aún tiene para retornar al Corazón de Dios y dejar de ofenderlo.
Después de 35 años en Medjugorje y de casi 10 años presente en Sudamérica, la Madre de Dios llega para advertir a Sus hijos que es urgente convertirse y rendirse lo antes posible al Amor de Dios, para no perder la paz interior cuando el mundo se purifique violentamente.
Así, la Reina de la Paz hoy desciende para confirmar un año más Su Presencia maternal y amorosa, entre Sus hijos que la aman y que la invocan.
El Padre Celestial espera que, lo antes posible, todos miren en su interior para percibir cuán urgente es un cambio en la humanidad, antes de que se abra la puerta definitiva a la Santa y Divina Justicia.
Hoy, en la Fiesta de San Juan, su Madre Celestial llega para despertar del sueño terrestre y del hipnotismo a cuantos corazones están lejos del Reino de Dios y que caminan hacia el sufrimiento.
Por obra de la Gracia, la Reina de la Paz hoy invita a todos Sus hijos a que renueven su bautismo y que así lo hagan también por los que ya no recuerdan esa bendición espiritual.
En este día de oración por la paz en las naciones, recordemos la llegada de María, Reina de la Paz, a Medjugorje, para que la consciencia humana sea elevada y purificada.
Su Madre Celeste retorna a Barcelona, porque aquí existe un camino abierto para comenzar a vivir ese cambio que Dios tanto espera ver manifestado en la humanidad.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice, renovando el Sacramento del Bautismo,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que hoy Mis Palabras sean recibidas por los corazones humildes, para que siembren en su interior los Dones de Dios y estos despierten para vivir el gran servicio planetario.
Que hoy Mis Palabras solo encuentren morada y reposo, para que les puedan brindar claridad y entendimiento a las almas que necesitan de mucha guía.
Que hoy Mis Palabras sean recibidas y consideradas, para que puedan generar en la consciencia la condición de poder vivir la redención.
Que hoy Mis Palabras sean contempladas por los que más las necesitan para vivir su cambio interior y para atraer al planeta la Gracia de una oportunidad.
Que hoy Mis Palabras sean escuchadas con amor, porque eso transformará a las consciencias y las hará fuertes en el momento de vivir los nuevos ciclos.
Que hoy Mis Palabras sean consideradas por el mundo, porque en ellas está la Instrucción y la salida para los grandes cambios internos.
Que Mis Palabras sean guardadas como luz para los momentos de soledad, de entrega y de renuncia.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a reencender el compromiso de ustedes con el Padre Celestial.
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a encender los atributos que formarán parte de la Nueva Humanidad.
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a sustituir los códigos viejos por códigos nuevos.
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a intercambiar las faltas por Gracias extraordinarias.
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a retirar de los abismos a los que esperan por liberación.
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a establecer un tiempo más de paz interior.
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a derramar sobre el mundo los Dones de Dios.
Con Mi Corona de doce Estrellas iluminada, vengo a reunir finalmente a las doce tribus de Israel.
Con Mi Corona de doce Estrellas, enciendo los Espejos Sublimes a fin de que la raza sea transmutada.
Con Mi Corona de doce estrellas, le ofrezco al Padre las oraciones de Mis hijos y, así, Él Me concede una expiación espiritual para aquellos que no la merecen.
Con Mi Corona de doce Estrellas, le traigo al mundo la Misericordia de Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado con perseverancia!
Los ama,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Con el Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo expuesto sobre Mi Inmaculado Corazón, hoy su Madre Celeste celebra, con ustedes y con todos los orantes del mundo, la Fiesta del Sagrado Cuerpo de Cristo, en la que el Cielo ofrece una indulgencia a todos los que comulguen de este preciosísimo Cuerpo del Señor.
Es de esa forma, que la Comunión con Cristo debe ser considerada especial y célebre, ya que Mi amado Hijo estará concediendo, desde los Cielos, a quien comulgue con devoción, la Gracia de disolver cualquier falta, deuda o hecho cometido contra Su Sagrado e insondable Corazón.
Esa Gracia ganará más fuerza y amplitud en el interior si las almas adoraran este Sagrado Cuerpo Eucarístico durante unos minutos. Tan solo por colocar la mirada en el valor del Sagrado Cuerpo de Cristo, las almas equilibrarán sus errores y serán libres de todos ellos, los que las han llevado a apartarse del camino del amor.
Este acto, que puede ser ofrecido por cada alma, atraerá un caudal inagotable de Gracia sobre la humanidad y sobre todas las causas que generan la guerra, la muerte y la persecución de los cristianos y no cristianos.
La Gracia será para todos si la mayoría contemplara el Sagrado Cuerpo de Cristo, presente en la Eucaristía.
Les agradezco por adorar a Mi Hijo de corazón, porque eso hace expandir Su Misericordia por el mundo.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Que en estos días puedan beber, como de una fuente, la espiritualidad y la religiosidad de Santa Teresa de Jesús.
Que sus almas puedan vivir la transverberación interior y así, puedan sentir la conversión del corazón.
El Espíritu Santo ofrecerá la Gracia de la liberación de un aspecto terrestre y humano. Por eso, unidos a Santa Teresa de Jesús, pidan su intercesión para que esa liberación se lleve adelante.
Hoy les ofrezco a todos los consagrados, con Mi rosario de Luz, el devocionario a Santa Teresa de Jesús, para que sea orado por los corazones buscadores de la transverberación interior.
Este devocionario, que ya conocen, los llevará a aproximarse a la esencia de la espiritualidad de Santa Teresa de Jesús. De esa forma, sus consciencias serán ayudadas por la humilde intercesión de la Sierva Teresa de Jesús.
Que los caminos de Teresa de Jesús sean sus caminos y que sus vidas alcancen, algún día, el espíritu de la simplicidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
La segunda parte de la Nueva Profecía
Y verán, que aquellos que dicen tener el poder de la religión entre sus manos, perderán el control de todo, de la noche a la mañana.
Su ceguera y ambición espiritual serán tan grandes como también conocidas.
Verán entonces, revelarse la señal del último tiempo, señal que indicará la última fase culminante de la caída del falso templo.
Lamentaciones se oirán tan semejantes al muro de los lamentos.
Los ambiciosos ya no tendrán su propio refugio, porque el Gran Espíritu se habrá mudado de lugar y sólo estará con los más simples.
Esa será la hora de la gran prueba del patriarcado, porque ni dirigentes ni naciones lo podrán detener, ya que la Divina Voluntad que se moverá con la fuerza de la Santa Justicia, todo lo mostrará.
Allí ya no quedará piedra sobre piedra; el falso poder combatirá con su propia ambición y la gran crisis de las religiones sucederá.
Porque, como fue dicho, las llaves serán quitadas y aquellos, no conseguirán abrir las puertas para poder ingresar a la Casa del Padre.
Los que han ocultado la verdad y no fueron transparentes o cristalinos como el agua, enseguida se ensuciarán. Sus trajes de vida social se rasgarán, porque aparecerá la piel de los lobos, la que antes estaba oculta en los trajes de buenas ovejas.
En esa hora, todos como humanidad creyente, tendrán la oportunidad de unirse o de separarse más de la Mano de Dios.
Como con el soplo de un fuertísimo viento, las estructuras del templo se caerán, así como el templo de los fariseos se cayó al momento de la muerte del Unigénito en la Cruz.
Y más revelaciones llegarán.
La barca del viejo templo estará agitada por el furor de los grandes mares.
Una tormenta se precipitará sobre la barca, cuando ésta esté expurgando todos sus males.
La fe allí estará en prueba y los pobres corazones de miles de pecadores se deberán confirmar ente la Ley.
Tendrán la Gracia de permanecer por encima de todo, o tendrán la desgracia de quedarse sumergidos en la terrible agitación purificadora.
Pero el Señor, en esa hora de grandes revueltas, enviará a Sus ángeles para socorrer a aquél que, con nombre pobre, hará remover los cimientos del viejo templo.
Por eso deben orar por ese pastor, visto como el gran opositor de todos los tiempos y como la interferencia de todas las naciones, que viven materialmente, sin Dios.
Es así que llegará la Justicia, como un fuerte golpe de luz, que el martillo divino dará en la hora de la sentencia final.
El Hijo Amado, que lo sabe todo, soplará, una a una, las palabras de Su Santa Sabiduría en los oídos del humilde pastor y le dará más coraje y fuerza a través de los orantes anónimos, los que, como en el pasado, ayudaron a la Santa Madre para dar digna sepultura a Cristo.
El Gran Pastor y sus rebaños, que no son de ese templo, serán envueltos como en lienzos de protección, a fin de que nada semejante e invisible los toque.
Estarán tan protegidos, así como Cristo mantuvo Sus Llagas protegidas por las sábanas del Santo Sudario.
No habrá mente o intelecto que, en esa hora de remover el viejo templo y de purificar la vieja barca, quede con claridad o discernimiento.
Aquella alma que no vaya pronto hacia el corazón, estará perturbada todo el tiempo.
Por eso, corran con prisa, y entren en la morada del corazón antes de que sea demasiado tarde.
Porque el adversario, con su sucia inteligencia, confundirá a todo aquél que busque o aspire respuestas mentales.
Avancen antes del tiempo e invoquen la Gracia de poder llegar a sentir la morada del corazón.
Allí, el enemigo no conoce el Reino ni tampoco sabrá cruzar el desierto, en donde la Mujer de la Luz protegerá a Sus hijos.
Antes de que el templo se tiemble, corran al templo del corazón, en donde Dios tiene Su Iglesia verdadera, Su Existencia y Su Presencia Eterna.
Todo recomenzará en la Nueva Iglesia a partir del corazón, y allí todo será realizado como desde el Principio fue pensado y meditado por Dios, el Creador.
Y aunque los lobos se muestren furiosos y arranquen con sus manos las falsas vestiduras de ovejas, no se amedrenten; esa será la señal de que, en verdad, el cambio está llegando.
La hora venidera indica la llegada de la renovación y los verdaderos hijos de Eva, perderán, finalmente, el vínculo con el Pecado Original y estarán libres de todos los errores de otrora.
Así, el nuevo templo, libre de ambiciosos y ostentadores, será digno de recibir, en su Altar Mayor, a Aquel que siempre ha gobernado, el propio Cristo, vuestro Señor.
Hagan penitencia simple por los que no se convierten y por todos aquellos que sólo desean poder, y más poder.
Vivan y practiquen los mandamientos, porque Dios enviará de nuevo a Moisés, en su nueva faz, para decirle al mundo cuánto se ha alejado de la Ley y no la ha cumplido.
Vivan las Leyes, por los que no las viven y por los que las proclaman en los altares y no las cumplen.
Que su centro sea la Divina Presencia de Cristo en la Eucaristía, allí estarán a salvo de los que no dicen la verdad.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
El poder de la fe es capaz de concebir en los corazones altos grados de devoción y de confianza en el Creador, porque la fe concibe un estado de unidad con la Fuente Suprema de la Creación.
La fe es capaz de atraer, hacia sí mismo, el estado de Gracia que permite convertir y redimir todas las cosas. En este sentido, la fe va de la mano de la energía de la Gracia, porque los dos principios representan para el ser humano la posibilidad de alcanzar todos los días la unión con su universo interior.
La fe también es portadora de la esencia del amor, porque la base espiritual de la fe se encuentra en el amor y en la unidad. Así, la fe, como energía, permite corregir los estados corruptos de la consciencia y coloca el alma en el camino de la pacificación, del bien y de lo positivo.
La fe permite generar la condición de elevación de la consciencia y equilibra la falta de confianza en la Voluntad Divina.
La fe lo es todo para la vida planetaria, ya que la fe, como atributo, vuelve a erguir la consciencia humana.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
El camino de la oración del corazón siempre los llevará a vivir un gran cambio en la consciencia y en la vida. La oración les permitirá sentir la verdadera existencia y así encontrarán el sentido de estar aquí, en este tiempo definitivo.
Todo lo que puede hacer la oración del corazón en la vida de un alma, sinceramente devota, es indescriptible. Es así que, en estos tiempos, la oración del corazón puede abrir las puertas al universo de la Gracia, de la Misericordia y de la Cura a los corazones del mundo.
La oración es capaz de evitar la catástrofe planetaria y puede conducir, hacia el camino de protección, a las almas que en peligro necesitan ingresar en él.
Por eso, la oración es un misterio grande a develar, ya que en su esencia se encuentra el camino para poder vivir simplemente nuevas cosas.
La oración representa el diálogo que las almas deben tener con Dios, en el momento de entrar en comunión con Su Divino Espíritu.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice siempre en este camino de oración,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Dios tiene Misericordia de los que persisten en Su Divino Camino y de los que aspiran todos los días a ser mejores en el amor, en la incondicionalidad y en la bondad.
Dios tiene Misericordia y Compasión de los que lo siguen a pesar de tropezar, de herirse a sí mismos y de caer en el camino.
Dios tiene inmensa Misericordia de los que se arrepienten de corazón y de los que le dan la vida para que Él realice Su Voluntad.
Dios tiene Misericordia de los que intentan, todos los días, llevar a la práctica, una a una, las palabras con las que Él instruye, inspirando a los Sagrados Corazones para que las pronuncien.
Dios tiene Misericordia de los que se reconocen indignos, imperfectos y errantes.
Dios tiene Misericordia de los que trabajan todos los días para ser humildes y honestos consigo mismo y con los hermanos de camino.
Dios tiene mucha Misericordia de los que se consagran y de los que han dejado la vida de consagración, pues Su profundo y ardiente deseo es que la humanidad le responda a Su Hijo, el Cristo.
Dios tiene Misericordia de los que temen sentirse separados de Él, en algún plano de consciencia o lejos de Su Amor.
Dios tiene Misericordia de los que se rinden hasta el final y de los que no quieren nada más para sí, sino solo vivir en Su eterna Gracia, en Su divina Fe y en Su poderoso Amor.
Dios tiene tanta misericordia para dar, que la mayoría de Sus hijos se olvidan de ir a buscar el Agua de Vida a la Fuente inmaterial de Su Creación.
Dios espera todos los días que solo miren al Cielo y digan: “Padre, aquí estoy, hágase Tu Voluntad eterna y no la mía. Hazme muy semejante a Tu Hijo, libérame de las amarras, de las faltas que me aprisionan, para que solo abunde Tu Paz y Tu Verdad”.
Con tan solo esas palabras, el Reino de Dios estará descendiendo en la Tierra.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y siempre los consagra,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Todo lo que ustedes reciben en este tiempo, tiene un valor incalculable para la vida de las almas. Por eso, será necesario apreciarlo, para que todo lo que se reciba tenga un efecto profundo en la consciencia interna de la humanidad.
Por eso, hijos Míos, cada Gracia que es recibida representa una oportunidad de amar más el Plan de Dios y de concebirlo dentro de sí un poco más todos los días.
Todo lo que es recibido del Universo de Dios puede tener un efecto más amplio en la consciencia, a partir del momento en que la consciencia lo toma con madurez, discernimiento y amor.
Cada Gracia que se recibe es infinita, es capaz de trabajar más allá de la consciencia y de poder abrazar más regiones del planeta que también necesitan de esa Gracia y de esa ayuda espiritual.
En ese sentido, todo lo que se recibe forma parte de un propósito diseñado y pensado por Dios, con el fin de beneficiar espiritualmente a las almas; para que, cada día, den más pasos hacia la consagración espiritual de sus consciencias y vidas al Plan del Creador.
Todo lo que se recibe intenta transformar en las almas el destino de sus vidas, a fin de que los corazones encuentren el camino más directo hacia el Reino de Dios.
El Señor concede todas las Gracias, aunque la humanidad no las merezca, porque el propósito es que toda la raza viva el amor y la verdadera alegría de estar en Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice siempre,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Cuando vengo a pedirles que oren por los océanos y mares, también les pido que oren por los continentes y naciones; así, toda la Creación estará incluida espiritualmente dentro de esa propuesta de redención y de Gracia para este planeta.
Será de esa forma, que todos los Reinos, desde el Reino Mineral hasta el Reino Angélico, serán ayudados por la poderosa corriente de oración y de paz.
Quisiera que todos Mis hijos orantes pudieran penetrar este misterio del universo de la oración, porque cada vez que ustedes activan el verbo orante están permitiendo que la Divina Fuente descienda y se aproxime a toda la raza humana.
Con la oración por los océanos y por los Reinos de la Naturaleza, su Madre Celeste, puede interceder de una forma más amplia y, a pesar de que la humanidad sigue cometiendo infracciones para con la Creación, Mi Gracia hoy les concede una oportunidad de que más almas despierten y sientan en su interior la necesidad de un cambio hacia el bien y la paz.
Mientras el planeta y su raza están congestionados espiritualmente, su Madre Celeste viene en auxilio y amor a socorrerlos y, así, establecer en la raza humana un estado de mayor fraternidad, sabiduría y amor, aunque la mayoría de Mis hijos lo haya perdido todo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice y ora con ustedes todos los días,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
El soplo del Divino Espíritu
Queridos hijos:
Que en este día el soplo del Espíritu esté en todos ustedes a fin de que, en estos tiempos, los Dones y las Gracias que ha perdido la humanidad puedan retornar al mundo.
Con esto, deseo ardientemente que, en este día, Mis hijos recuperen lo que perdieron por la acción de la vida material y superficial.
Hoy, su Madre Celeste ofrece para todos el soplo del Espíritu de Dios para que, en esta hora, la consciencia planetaria y la raza humana sean restauradas y así recuperen los códigos de la esencia divina.
Su Majestad y Señora llega a Europa por las almas que viven presas bajo la condición de la vida material; almas que, ni siquiera, se aproximan a la incondicionalidad de la vida del espíritu.
Activando el gran Espejo de Su Corazón humilde, Su Madre Celeste irradia, para esta parte de la humanidad, los códigos de luz y de redención que permitirán, en estos tiempos, que la raza reintegre a su consciencia lo que, algún día, la tornará digna y merecedora del Reino de Dios.
En esta hora, la humanidad de superficie debe tener consciencia de la necesidad de cambiar su forma de vida, buscando el bien común y fraterno, entre los semejantes y entre las naciones.
De esa forma, no solo Portugal sino también toda Europa saldrán de esa indiferencia regional y podrán conquistar, a través de la fe y de la Gracia, un estado de mayor pureza y solidaridad para con el prójimo.
Si Europa, o al menos una parte de sus naciones, consiguiera vivir lo que Yo les pido, con toda la súplica de Mi Corazón, el Padre concederá, por intercesión de Su Señora, la Gracia profunda de un mayor despertar y un tiempo más de paz, tan necesario para los mundos internos, que aún no están preparados para vivir su propia purificación.
He venido en este día a traer para Europa el soplo del Espíritu de Dios, para que la consciencia de los europeos ingrese, definitivamente, en un grado de mayor caridad, servicio e incondicionalidad para con toda la necesidad planetaria.
Esto preparará las condiciones para que los Mensajeros de Dios lleguen a África en el próximo tiempo y para que, a través del amor y de la Gracia, las heridas que ha dejado Europa en el continente y en el pueblo africano sean misericordiosamente sanadas por el bálsamo de cura que podrían derramar los Ángeles del Padre sobre Mis hijos de África.
Espero, siempre espero, que cada corazón orante y que cada alma servidora acompañe a su Madre Celeste en esta sagrada misión.
Desde ahora, y antes de tiempo, agradezco a todos los que colaborarán para conceder Mi tan ansiada y divina visita a África.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Vengo, todos los días, con la profunda aspiración de tornar la mente del ser humano un instrumento de Dios, a través de la fuerza imperiosa del amor del corazón.
Vengo, todos los días, con el fin de detener las guerras y la destrucción del género humano, para que las almas se salven del cautiverio en el que muchas naciones colocan a sus pueblos.
Vengo, todos los días, con el Propósito divino de hacer de cada ser humano una pieza importante en el Plan de Dios, para que así muchos despierten a la vida crística, al camino de ascensión y abandonen definitivamente la vida materialista y superficial.
Vengo, desde universo, con la misión de abrirles los ojos a los que los tienen cerrados a la Verdad que Mi Hijo muchas veces les anunció, la Verdad de poder ser semejantes a Él, en el Amor y en la Misericordia.
Vengo, todos los días, para calmar la agitación que viven las religiones y para disolver los vínculos que existen entre la espiritualidad verdadera y el materialismo; pues Mi deseo es que todos alcancen la Gracia que aún no merecen y que hagan de sus vidas grandes tesoros de redención y de conversión, como forma de purificación y de preparación para la segunda Venida de Cristo.
Vengo a conceder la paz donde ya no existe, por medio de los corazones orantes, que incursionan en el apostolado de la oración y en la vivencia de lo divino.
Vengo para aproximar a todos hacia el portal de la Divina Paz.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Con la luna a Mis pies, les anuncio el nuevo tiempo, el tiempo de una nueva Gracia espiritual y divina, que esta vez recibirá Europa en la próxima Peregrinación por la Paz.
Los ángeles también se preparan para descender del Cielo, con el fin de que las almas despierten a la gran convocatoria de estos tiempos.
Será esta luna del nuevo tiempo la que traerá anuncios especiales a la humanidad y la que ayudará, por medio de la Gracia, a que los corazones estén atentos a recibir la Misericordia de Dios.
Su Madre Celeste ofrece una expiación a las almas más pecadoras y, cuando se abran las puertas del interior de Fátima, el próximo 13 de mayo, será el momento de un gran comienzo de ciclo para la humanidad.
Su Madre Celeste acompaña hoy a todo el grupo peregrino que, a Su lado, concretará los más ardientes deseos de una buena obra de paz y de luz.
María Peregrina camina a su lado, llevándolos de la mano hasta el Centro Mariano de Fátima.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Cuando el Plan de Dios no es amorosamente aceptado, así como el universo de la Voluntad Superior lo presenta, la humanidad responde interiormente que se está apartando de la Gracia y de la oportunidad de redención que le conceden el perdón. Pero, cuando el Plan de Dios no es aceptado por los seres que son más conscientes, es la respuesta por la que todo el Propósito se comenzará a borrar.
Esta actitud, totalmente superficial y mezquina del ser humano, limita el desarrollo de ese Plan Mayor que solo busca el beneficio grupal de todas las criaturas.
Por eso, en este tiempo, la no aceptación y la no adhesión a todo lo que está siendo planteado a través de la Jerarquía Espiritual, afirma y confirma, por parte del colectivo humano, la vivencia o la experiencia de una purificación violenta e irresistible, ya que esa oportunidad inexplicable no está siendo considerada y tampoco la Gracia de vivir en otra Ley que podría, en su nivel superior, transformar muchas cosas.
Por eso, la participación o la ausencia de los que están dentro del Plan de Amor, traerá consecuencias y resultados en todos los sentidos.
Cada alma es responsable de que todo resulte evolutivo.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice, con Misericordia,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
El Señor le trajo al mundo la oportunidad de unirse a Dios, en reconciliación y en amor, a través de la Eucaristía.
Fue así que, Mi Hijo derramó su Divina Sangre para aplacar el poder de la Justicia Divina que llegaría al mundo en aquel tiempo.
El Señor se entregó, como Persona y como Consciencia, para que cada alma tuviera la Gracia de reencontrar el camino hacia la Luz.
Por eso, con cada entrega que hizo Jesús en aquel tiempo, Él conquistó la posibilidad de llegar a muchas más almas que estarían siendo retiradas de los abismos.
Por eso, el Padre Eterno pidió la concreción de la entrega total de Su Hijo, para que en la humanidad se cumpliera el Proyecto de Salvación, con el fin de que la consciencia humana pudiera continuar avanzando a través del tiempo.
Por eso, el misterio de la Eucaristía es tan poderoso y al mismo tiempo divino porque está todo pleno del más grande Amor de Jesús expresado a las almas más pecadoras, y esto fue posible a través de Su Dolorosa Pasión.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mientras Jesús recorría las ciudades, una a una, las almas ya podían sentir y reconocer la santidad de Mi Hijo porque, en realidad, el Santo Padre se expresaba a través del noble Corazón de Jesús.
Eso permitía que las almas pudieran ser partícipes de muchas Gracias, a pesar de que Mi Hijo ya sabía que Su hora se acercaba. Jesús, más allá de todo lo que viviría, nunca dejó de manifestar Su alegría, porque a través de Su alegría, Él transmitía muchas cosas a las almas; a través de Su sonrisa dejaba un mensaje de esperanza y de victoria, que quedaría guardado en la memoria de los más simples.
El Señor atraía hacia el mundo el Reino de Dios y, estando con los niños, Jesús demostraba que es en la pequeñez de las cosas más sencillas y humildes, en donde se guarda la verdad sobre nuestro verdadero ser.
A través de las parábolas o de los ejemplos más concretos, Jesús atraía desde el Universo la esencia de la Instrucción y, en las personas más simples, dejaba grabado el Principio de la Sabiduría.
De esa forma, nadie quedaba sin la posibilidad de conocer internamente la esencia del Amor y de la Verdad, que a través de Jesús se expresaba en todo lo creado.
Él atrajo hacia la humanidad, en aquel tiempo, el conocimiento sobre el Reino de Dios. Conocimiento que en este Universo material se encuentra en toda la Creación.
El Señor ayudaba a cada alma a que se sintiera, en algún grado, una con el Creador; porque estando en el Padre y el Padre en ellas, podría manifestarse el verdadero estado de la Unidad.
Jesús se valió de todo el tiempo que tenía disponible para concretar la Voluntad de Dios, esto culminaría en Su Pasión, en Su Muerte y en Su Resurrección.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Queridos hijos:
Cada oración pronunciada con amor es como una flor que se abre en Mi jardín. Es una Gracia que se puede derramar sobre alguna consciencia de este planeta.
Así, cada vez que se ora de corazón, nuevas Gracias y afluentes de Misericordia surgen para derramarse sobre alguna situación del planeta. Vean, entonces, la importancia de la vida de oración y deu nión con Dios.
Por más difícil que algo parezca, la oración tiene el poder de cambiar el destino, siguiendo los principios de las Leyes Celestiales.
La oración puede enderezar y corregir lo que está desviado o incluso lo que no está claro.
La oración es la esperanza de los mansos y el fuego ardiente de los pacificadores. Es la forma que cada alma tiene de comunicarse con Dios y de convertir cada momento de oración en una oportunidad de estar en comunión con lo Alto, así como de hacer florecer en Mi jardín maternal, muchas, pero muchas, más Gracias.
La oración es el alimento que nunca le debe faltar al espíritu y el agua de vida que siempre debe tener el alma.
La oración es el portal que los conducirá hacia la paz y hacia el despertar.
Es el mayor remedio para curar cualquier necesidad espiritual.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Soy la venerada y dulcísima Señora de Schoenstatt, la Madre tres veces admirable por Su Gracia, por Su Amor y por Su intercesión.
La Señora de Schoenstatt es una divina advocación y una inspiración de un fiel devoto de María.
En María de Schoenstatt, Mis hijos encuentran la oportunidad de ser favorecidos por tres divinas intercesiones de Nuestra Señora; es decir, por la autoridad de Su Gracia, por la autoridad de Su Amor y por el poder de Su intercesión ante el Padre Celestial por toda la humanidad.
Dichosos son los que invocan el poder de María de Schoenstatt, porque estarán ingresando en consciencia a un estado profundo de Gracia y de Misericordia.
Sea, María de Schoenstatt, el modelo y el camino para encontrar la conversión y la redención de la vida.
María de Schoenstatt es la siempre Virgen admirable y honorable que vela y protege a cada hijo que se entrega en Sus brazos maternales.
María de Schoenstatt es la mediadora, modelo para la humanidad no espiritualizada. En Ella se pueden encontrar la esperanza y el recinto en donde hacer florecer la aspiración de permanecer en comunión perpetua con Cristo.
La razón por la cual María de Schoenstatt tiene al Divino Hijo en Sus brazos es para recordarle al mundo que todo camino de amor y de comprensión comienza a través de María de Schoenstatt.
Sea, la Virgen adorable, el modelo para alcanzar la paz interior.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre María, Rosa de la Paz
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más