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¿Acaso Mis discípulos saben a quién llaman a las tres de la tarde? Cuando ustedes dicen “Padre Eterno, Te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el Alma y la Divinidad de Tu Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo...”, ¿estarán entregándome por entero a Dios como Mediador entre el Cielo y la Tierra?
Cuando entregan Mi Cuerpo Glorificado están ofreciendo a Dios el resultado perfecto y realizado de Su amado Proyecto Creador entre las criaturas, el ápice alcanzado por Mí cuando estuve predicando entre ustedes.
Cuando ofrecen a Dios Mi Sangre, están entregando el código de redención y de transfiguración, la Sangre Preciosa que cura y libera del mal a todas las almas.
Cuando ofrecen a Dios Mi Alma, a las tres de la tarde, están entregando el resultado perfecto y realizado del Alma de Jesús en nombre de todas aquellas almas que están presas de la condenación y que, a través del Alma Preciosa de Cristo, reciben la Gracia de encontrar la Luz. El permanecer unido a la Preciosa Alma de Jesús los une a la devoción ardiente de Cristo.
Y cuando ofrecen a Dios Mi Divinidad, están entregando al Padre los frutos alcanzados por Él mismo a través del sacrificio de Su Hijo en la Cruz. La Divinidad de Cristo es el Espíritu Santo en Su Hijo hecho hombre y también la Consciencia Divina manifestada en todo el Universo Celestial.
Por eso recuerden que cada vez que claman y llaman por Mis cuatro Aspectos – el Cuerpo de Cristo, la Sangre de Cristo, el Alma de Cristo y la Divinidad de Cristo – durante la Hora de la Misericordia, estarán permitiendo como humanidad que muchas almas y situaciones confusas sean liberadas y reajustadas según el Amor y la Voluntad de Dios para con Sus criaturas.
Entonces, en sus manos, mediante la Coronilla a la Divina Misericordia, tienen las llaves para abrir las puertas de la redención, de la conversión y de su rehabilitación ante el Único.
Bajo el Amor y la Gracia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por meditar con consciencia sobre Mis Palabras desde el corazón.
Cristo Jesús
Los Rayos Misericordiosos de Mi Corazón son vertidos principalmente sobre aquellos que más necesitan Mi Redención y Mi Compasión. Por eso todos los días Yo cuento con aquellos servidores que, dispuestos a todo, lanzan las redes para que otros también se salven.
Ustedes, Conmigo, viven en un tiempo diferente del que presencian día a día, porque el tiempo que irradia Mi Corazón sobre Mis seguidores es un tiempo que prepara, redime y adelanta los pasos de los que están menos preparados.
Busquen el tiempo de estar Conmigo, porque así Mi Corazón se servirá de la espontaneidad de los que, arriesgándolo todo, aman a aquellos que necesitan más de Mi Paz y Amor. Solo quiero que en este tiempo que viven Conmigo sean transmisores de Mi Voz y de Mi Palabra, de Mi Amor y de Mi Paz.
Eso es solo lo que Yo les pido porque, si así lo hacen, el mundo como totalidad se verá más aliviado y los corazones de todas las almas se liberarán del camino que los lleva al constante pecado y perdición.
Necesito, en Mi Tiempo Especial, de soldados neutros que puedan lidiar con la realidad de las consciencias que más necesitarán de ayuda en estos tiempos y que tienen como llave primordial el amor y la oración, porque el amor y la oración son un único camino inseparable; camino que sus consciencias deben fortalecer en el interior, así aprenderán a vivir Mis Leyes y corresponderán a las necesidades que Mi Padre les revelará momento a momento a cada una de las almas.
Lleven en su corazón un espíritu humilde y noble, que irradie verdaderamente lo que él es, porque los conozco muy bien y sé qué es lo que cada discípulo Mío necesita.
Sepan que los amo como son y los guío desde el corazón.
Bajo la Misericordia del Padre, sean bienaventurados.
Gracias por meditar sobre Mis Palabras con el corazón.
Cristo Jesús
Hijos Míos:
La llave para la conversión es el sacrificio verdadero que pueden vivir en sus corazones; sacrificio realizado con amor, con el esfuerzo impulsado por el alma y manifestado en la vida.
Hijos queridos, en el Cielo, medimos el grado de fidelidad por el grado de amor y de sinceridad. Cada acción debe ser verdadera. Aunque sus corazones no sientan la alegría del sacrificio, si es realizado con sinceridad y con amor, es aceptado en los Cielos como una fuente de conversión para las almas.
Veo un alma que Me acompaña cuando veo un corazón dispuesto a abandonarse a sí mismo ante Cristo.
En la alegría de los corazones valientes, hijos Míos, encuentro un refugio de paz. En los pasos dados a partir del corazón, encuentro el impulso para estar día a día ante Dios, para intervenir por el mundo. Solo busco encontrar en sus corazones un aliento para entregarle a las almas que sufren permanentemente. Cada vez que son capaces de superar las dificultades de la vida, una pequeña luz es generada y conducida a Mi Corazón.
No vengo a buscar la perfección, pero sí el esfuerzo constante, la voluntad sincera alimentada por el amor a los Planes de Dios.
Queridos hijos, ya les hablé mucho sobre el tiempo en el que viven. Ahora, Mis Palabras deben tornarse vida, acción y paz en cada uno de sus seres. Deberán ser verdaderos obreros de la Misericordia, y eso se alcanza con la voluntad del corazón.
Veo a muchos de Mis hijos que ya bajaron los brazos, aun antes de que se inicie la batalla. Veo a muchos de Mis soldados soltar el escudo de la persistencia para dejarse alcanzar por el enemigo.
Resistan, hijos Míos, resistan. Alimenten el corazón y el espíritu con la paz de Mi Presencia y reenciendan la alegría de vivir en donación al Santísimo Dios.
Mi Corazón llega para tomar de las manos a cada uno de Mis hijos y decirles, como Madre y Compañera, que aquí estoy, siempre y cuando Me quieran ver.
Soy su Madre. Soy la que trae el Espíritu de Dios grabado en el pecho para entregarlo a la humanidad. Soy la que ora constantemente por su despertar y su conversión definitiva. Soy la que sustenta a los que ya dijeron sí, para que se levanten en cada caída. Soy la que siempre está aquí, junto a sus corazones, para ayudarlos a crecer y a madurar bajo la guía de Dios Padre y en dirección a Su Hijo.
No teman escucharme ni tampoco responder a Mi llamado. Solo les pido que no pierdan el amor y la alegría que una vez deposité en sus corazones. No se alejen de Dios.
Vengo siempre a guiarlos y a conducirlos.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
No acongojen más sus corazones; crean en el misterio del amor que Yo les estoy revelando. Eso, hijos Míos, les permitirá vivir la absoluta confianza en Mi Hijo y en Mi Materno Corazón.
Queridos hijos, siempre eleven hacia el Cielo las oraciones. Ellas son bien recibidas por el Gran Corazón de Dios porque, de esa forma, la Gracia de la Reparación puede actuar como el Fuego del Espíritu Santo y convertir el dolor de sus corazones.
Pequeños Míos, hoy los invito a continuar orando los Misterios de la Contemplación del Rosario para que en cada uno de los pasajes que Mi Hijo vivió, ustedes puedan aprender sobre el amor, el sacrificio, la entrega y la fe. Por la falta de estos principios en el corazón y en la vida de muchos de Mis hijos, la humanidad ha caminado por errores que han ofendido a Dios Creador.
Por eso, queridos hijos, la oración del corazón y la oración entre las almas unidas, abrirán la Puerta Celestial para que todos estos dones puedan despertar en sus vidas y, así, cada uno de sus corazoncitos se vuelva un instrumento fiel del Creador.
Si la humanidad solo se detuviera a pensar si está en el verdadero camino de Dios, muchas consecuencias podrían detenerse y la humanidad evitaría vivir la Ley del Universo. Pero si existieran verdaderos grupos de oración que respondieran a Mi llamado por la paz, Mi Promesa Maternal es interceder por todos, aún más por aquellos que están sin Dios en el corazón.
En este tiempo definitorio, es necesario aprender para crecer; ustedes cuentan con muchas llaves. Hoy, de nuevo Yo se las entrego: amor, oración, sacrificio y devoción. Todas ellas podrán despertar otras llaves más bellas.
¡Les agradezco!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
El único camino de salvación: Jesús.
La verdadera y fuerte esperanza en todo: Cristo.
La firmeza delante de las pruebas y los desafíos que pueden vivir Mis hijos: Jesús Cristo.
Él es el Pastor Primordial para sus corazones. Cristo es la Estrella Guía que se anunciará al mundo por segunda vez.
Por eso, queridos hijos, hoy los invito a orar para que la Estrella Guía de Cristo, que es Su Sagrado Corazón, pueda estar entre ustedes como estuvo una vez entre los apóstoles. No solo sus vidas pueden consagrarse al Propósito de Cristo en este tiempo en la Tierra, sino también cada uno de ustedes puede, en confianza, ser un amigo fiel de Jesús.
Quiero, hijos Míos, que ustedes puedan aprender a amar a través del ejemplo de humildad que Cristo expresó cuando vivió en el mundo y compartió Conmigo, Su Madre, Sus Prodigios y Enseñanzas de Amor. Aún en la Cruz, hasta el último momento, Él contempló la miseria de la humanidad a través de Su Infinita y Divina Misericordia.
Queridos hijos, quiero que aprendan, a través del acto diario de la oración y de la aspiración, a permanecer siempre en Jesús. Esto los ayudará a trascender los límites humanos que, en muchos, impiden dar los pasos hacia el Dios Eterno.
Aún están en los últimos tiempos de la Gracia. Por eso, Yo los llamo para que, mediante la oración sincera, intercedan por todos los hijos que están lejos de Dios. Y más aún, por todos aquellos que no quieren escuchar a la Sierva de Dios que viene de nuevo al mundo para darles el perdón, la salvación y el auxilio en el final de estos tiempos.
A través de la oración diaria, queridos hijos, sus pequeñas consciencias se preparan para los nuevos tiempos en los que la fe y el amor en Mi Hijo serán llaves para la gran salvación.
Es hora, hijitos, de que todos corran hacia la Fuente de la Misericordia de Jesús y que sus corazones se coloquen bajo los Rayos eternos de la Reparación y del Perdón. Para eso, como Madre de las Gracias, les ilumino el camino para que avancen por el sendero correcto hacia el Salvador.
Cuento con las oraciones de todos.
Los llevo a todos en Mi Corazón Maternal.
Gracias por responder a Mi llamado.
Paz para todos Mis pequeños.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
A pesar de todo, Mi Mensaje de Paz y de Salvación debe llegar al mundo porque la humanidad necesitará de las llaves de la Redención en este tiempo de cambios profundos en todos los corazones.
Aún la humanidad no conoce los grandes sufrimientos y dolores que muchos de Mis hijos viven. Por eso, hoy los llamo a orar por las miserias que atrapan el corazón de muchos de Mis pequeños hijos para que Mi Corazón pueda así liberarlos y ayudarlos a través de Mi Inmaculada Pureza Original.
Queridos hijos, para aliviar los grandes dolores, las oraciones los mantendrán despiertos y atentos para que la sabiduría los oriente hacia donde está la necesidad del mundo.
Hoy, el mundo necesita de la verdadera oración de todos los servidores devotos de Mi Inmaculado Corazón porque de esta manera, hijos Míos, Dios Padre auxiliará, con Sus Gracias de Paz y de Redención, a todos los corazones del mundo.
Solo les pido que velen por la presencia de la humildad porque ella en verdad les dará la valentía para que cada uno de Mis hijos pueda responder a Mis pedidos emergentes y urgentes.
Sepan que solo quiero ver al mundo renacer ante los ojos misericordiosos de Dios para que Él los perdone y los libere de toda situación interior. Para eso, Mis queridísimos hijos, tienen a Mi Inmaculado Corazón donado, abierto y entregado a ustedes por Amor.
Sean sinceros entre sus corazones, y que el Rayo de la Misericordia de Mi Hijo los pueda purificar y liberar de todas las faltas para que, bajo el Espíritu Santo, estén libres de ustedes mismos y glorifiquen al Padre eternamente junto a los ángeles, arcángeles y querubines.
Agradezcamos por la intercesión del Divino Espíritu en estos tiempos.
¡Gloria a Dios en las Alturas!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Abran la fuente pura que existe en sus corazones y lleven Conmigo la Ley del Amor a sus hermanos.
Hijos Míos, por el inmenso amparo que emana de Mi Corazón hacia sus vidas, Yo vengo hasta ustedes para hacerlos crecer y, cuando crezcan, puedan dar los pasos en dirección al Reino de Mi Padre.
Queridos hijos, caminen como niños para poder llegar a Mi Hijo, a Sus brazos que Son el camino perfecto para llegar a Su Santísimo Corazón. Por este camino, hijos Míos, ayudarán en la conversión del mundo y, en especial, de muchas almas que cada día se pierden. Por eso, amados corazones en redención, acepten el camino de la paz que a través de la oración Yo los estoy invitando a recorrer.
Queridos hijos, no olviden los dones de paz que sus corazones guardan; compartan diariamente el camino con sus almas para que el Espíritu de Dios permanezca en sus corazones.
Amados hijos, recuerden que la transformación de sus corazones y de sus vidas colaborará en la mudanza del mundo y de la humanidad.
Con la esperanza de estar en Mi Hijo podrán aliviar el peso del dolor que el mundo vive.
Quiero decirles, hijos Míos, que cada uno de ustedes tiene la llave para la conversión del corazón.
Vivan Conmigo; Yo los siento y Yo los conozco profundamente.
Alegren sus corazones por la presencia de Mi Paz Celestial.
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Las Cinco Llaves de la Conversión
Queridos hijos:
Vuestras almas son como caminantes peregrinos que siempre deben buscar a Dios. Vuestros pies los conducen en busca del camino de Dios. Vuestras manos, siempre en oración, los elevan para hablar con Dios. Vuestros corazones son como el fuego que hace brotar la luz de la llama para que ella les alumbre el camino.
Por eso, queridos hijos, Yo soy el Ave de la Paz que viene desde el Cielo para indicarles el sendero correcto hacia Mi Hijo. Mi Inmaculado Corazón Se ha entregado al mundo para que las almas se fortalezcan en la fe y en el amor del corazón. Mi Pureza les muestra que es posible estar eternamente en Dios, así como vuestras vidas están aquí en la Tierra. El camino para cada uno de Mis hijos debe ser la constante aspiración a vivir en el Corazón de Mi Hijo, quien también Se ofreció en vida y en espíritu por la redención del mundo.
En Cristo se puede encontrar la fortaleza para que las vidas se liberen de los obstáculos y puedan ser permeadas por la Luz Victoriosa de Dios.
Con este mensaje quiero decirles, queridos Míos, que vuestros corazones viven y vivirán más en Mi Hijo cuando, en la fe de cada corazón, puedan ver que el camino al Paraíso es posible para todos.
Para entrar en el Reino de Mi Hijo deben vivir día a día la conversión del corazón. Para eso, queridos hijos, quiero decirles que deben practicar estas cinco llaves para la Redención y el Perdón:
- El ayuno hecho por amor
- La caridad hacia el prójimo
- La oración como fuente de renovación
- La lectura del Sagrado Evangelio
- La confesión con Mi Hijo.
Este ejercicio les permitirá saber, hijos Míos, en qué lugar y momento está la conversión de sus corazones. Así, queridos Míos, cada uno de ustedes podrá mostrarse como una verdadera alma de Dios, como un digno hijo o una digna hija de Dios.
¡Es hora de reparar el corazón!
Gracias por responder a Mi llamado.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Hijos Míos:
Que hoy reine la paz en vuestros corazones para que la esperanza se haga vida y alegría en todas las almas. Hoy los invito a descubrir las cinco llaves que los llevarán hasta los Cielos:
- La caridad constante
- El olvido de sí
- La donación espontánea de uno mismo
- La humildad permanente
- El amor compasivo.
Con estas cinco llaves podrán abrir las puertas que los conducirán hacia el Reino Mayor.
Recuerden, queridos hijos, que el crecimiento del amor en el corazón se alcanza en la paciencia y en la humildad. Por eso, queridos Míos, sostengan este estandarte que Yo les estoy entregando, Mi estandarte de la paz para que, así como el corazón, él irradie la quietud absoluta que muchas almas necesitan para poder encontrarse con Dios.
Si las almas se quedaran por un momento en quietud muchos acontecimientos en el mundo no sucederían, y el Universo Creador estaría más cerca de la vida de todos los corazones. Abran las puertas con estas cinco llaves para recorrer el camino de la santidad que todos los corazones pueden vivir.
En Dios se despierta el amor al prójimo. Con Dios estarán caminando por un lugar seguro. Para Dios, las almas existen como Sus preciosas criaturas.
Los invito a ejercitar las cinco llaves que permiten la conversión del corazón.
Gracias por responder a Mi llamado.
Bendición celestial para el mundo,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Queridos hijos:
Hoy buscad la Luz de Mis ojos misericordiosos para que Yo, como vuestra Madre de la Paz, pueda acompañar y guiar vuestros pasos hacia el Señor. Os dejo siete llaves para abrir la Puerta de los Cielos:
- Oración con amor
- Ayuno por la paz
- Comunión con Cristo
- Perdón del pasado
- Lectura del Evangelio
- Reconciliación con Dios
- Confianza en la Divina Voluntad.
Con estas siete llaves vosotros hallaréis el camino que os conducirá hacia la consagración de la vida.
Guardad vuestros corazones en Mi Corazón, en Mi Templo de la Paz. Obremos por la paz en el mundo.
Os adora,
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más