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En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
La esperanza es lo que no se puede perder de sus corazones y del mundo, porque la esperanza es una Sagrada Luz de Dios que colma a la Creación a través de Su Amor paciente y maduro.
Contemplen el próximo tiempo con esperanza, bajo el espíritu de Mi Paz, que hoy los bendice para que Dios pueda bendecir a la humanidad en esta noche.
Por eso, vuelvo a expresarle a cada uno de Mis hijos, las Gracias abundantes e infinitas que en este momento brotan de Mi Inmaculado Corazón y de Mis Manos.
Que esta Gracia, que proviene de la Luz de la Esperanza de Dios, pueda renovarlos en este momento, para que sus consciencias se confirmen a Dios, al Plan y a la Voluntad que Él ha escrito para cada uno de Sus hijos.
A través de las Gracias que brotan de Mi Corazón, vengo a sanar la superficie del planeta herida y ultrajada.
A través de este día especial para su Madre Celeste, vengo a apaciguar a los que luchan, vengo a apaciguar a los que batallan y a todos los que promueven la guerra interna, espiritual y física; porque es importante para Mi Amado Hijo que, a través de este futuro de esperanza que se debe acercar a ustedes y al mundo, el mundo y la humanidad puedan renacer en el Amor de Dios.
Vean cuán grande es este Amor, un Amor infinito e inexplicable, que hoy le permite a la Madre de Dios estar aquí con Sus hijos y con todos los que escuchan atentamente Mis Palabras.
En este próximo 2025, Mi Amado Hijo, ya tiene un camino trazado y delineado. Es la última etapa de Su camino preparatorio, las bases espirituales que Él necesita terminar de fundar a través de las almas que se confirman, para preparar así Su Retorno que, cada día que pasa, se aproxima a la Tierra.
Por eso, amados hijos, renazcan en la esperanza de ese Amor que hoy les trae Mi Corazón Inmaculado. Beban de esta fuente de Gracia y de purificación, de renovación y de expiación que hoy les traigo.
Recuerden lo que Yo les dije hace algunos días: Su Madre Celeste, la Señora de Figueira, volvió a abrir esa fuente a los pies del Árbol Sagrado para que, en este próximo año y en estos próximos días, las almas puedan recibir una expiación espiritual, una de las últimas y grandes expiaciones de Dios.
Por eso, Yo los animo a seguir adelante, más allá de las experiencias vividas, más allá del pasado que fue recorrido hasta el presente, más allá de toda circunstancia o motivo, más allá de cualquier situación o aun de cualquier error.
En esta noche, Mis amados, en este espíritu de vigilia, amor y conmemoración, ante el Santísimo Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, que hoy muchos de ustedes adorarán en vigilia y reverencia, los invito a ingresar a través del portal de la reconciliación y de la paz.
Mi Hijo Me envía para decirles, a través de la Voz de Su Santa Madre, Madre amada de todos ustedes, que no pueden ingresar en este próximo año con conflictos internos o externos. Deben ingresar con un corazón libre de aprehensiones y de perturbaciones.
Vean aquí, hijos Míos, en los planos internos, este Corazón de Madre que se vuelve a donar a todos para que puedan cruzar ese portal de Gracia y de reconciliación en esta noche.
Por eso, en nombre de Dios, Nuestro Padre Creador, Señor de la esperanza, de la renovación y de la vida, en esta noche de solemnidad de la Madre de Dios, reconcíliense entre ustedes, vuélvanse a amar con confianza y fe; porque no existe otra razón para estar aquí en este momento y en esta Obra, sino para preparar el terreno fértil de sus corazones para el Retorno de Cristo, porque Mi Hijo no puede encontrar a Sus compañeros desorientados, confundidos o inquietos.
En este 2025, Él necesita encontrarlos firmes en el compromiso con Dios; en la confianza absoluta de que cada paso que dan es para vivir un aprendizaje, para que puedan aprender a madurar en el amor, pero también en el perdón.
Quiero que puedan reverenciar esta Gracia que les trae Mi Corazón en este momento, porque Dios necesita que sus corazones estén abiertos, y veo aquí corazones que no están abiertos. Pero, a través de Mi Amor Maternal y Divino, a través de Mi ofrenda y también de Mi sacrificio por cada uno de Mis hijos, a través de la fe que es una fuerza poderosa e inextinguible, a través del poder del perdón y de la Gracia Divina, puedo abrir a sus corazones porque para Mí no existe nada imposible.
Que los caminantes del cosmos se levanten. Que coloquen a los pies del Gobernante y Señor sus espadas. Que renuncien a sus expectativas e ideales. Que alivien sus corazones en el perdón y en el amor. Que renazcan a través de la fuerza del Espíritu Santo que hoy les traigo.
Y que, en el vacío que son invitados a vivir para alcanzar el despojamiento interior y la entrega, en esta noche de gran sufrimiento planetario, en la que aún muchos participan de la lucha entre las naciones y entre los pueblos, ustedes que han sido tan colmados y llenos de Gracias, Gracias abundantes y desconocidas que aún no pueden medir, puedan renacer en el Amor de Cristo, Mi Amado Hijo, y puedan así ingresar en este nuevo año, bajo el espíritu y el impulso de la Esperanza de Dios.
Por eso, en esta noche, Mis amados, en nombre de una humanidad dividida, oscurecida y perturbada, en nombre de una familia universal fragmentada, purifiquen sus manos en Mi fuente de Gracia, laven sus rostros a través de Mi Luz y sientan el frescor y la renovación de Mi Amor Materno, el Amor de la Madre y Señora de los apóstoles y discípulos de Cristo que ya saben decir, en este tiempo, sí a la Voluntad de Dios y a Sus Designios.
De forma inesperada, Dios detiene el lápiz con el que escribe en Su Libro, para esperar la respuesta de Sus hijos, Sus criaturas.
¿Qué es lo que el Padre Celestial escribirá en el próximo tiempo, en el 2025?
¿Cuáles serán las respuestas coherentes y consolidadas que Sus hijos le darán?
¿Cuál será el fortalecimiento que Sus hijos le ofrecerán, ante todas las Gracias recibidas, para que Él pueda escribir Su Voluntad a través de Sus hijos, más allá de los errores o de los aprendizajes?
¿Será que el Padre Celestial podrá ver Su Espejo de Unidad reflejado en ustedes, para que ustedes reconozcan la comunión con los Cielos, con la Fuente Primordial, con el Altísimo Señor?
Sus vidas son un libro abierto para Dios, donde Él puede leer lo más íntimo e interno; porque recuerden que la esencia de los hijos de Dios nunca puede morir o desaparecer, aun de los que están perdidos en este mundo.
Pero ustedes que lo tienen todo, en el Cielo y en la Tierra y, sobre todo, en el corazón, den honra al Dios Creador en esta noche, por Su infinita Paternidad, Amor y Gracia para con Sus hijos. Porque cuando crean que no podrán hacer o no podrán vivir cualquier cosa que Él les pida, lo podrán hacer a través del Amor de Cristo, porque Él les dará la fuerza y la convicción para hacerlo.
Pero no se olviden, Mis amados, de atravesar la puerta de la reconciliación a través de Mi Corazón y de vivir esa reconciliación en esta noche con sus hermanos.
Las puertas de la esperanza están abiertas ante los mundos internos que hoy se decidan a atravesarlas, porque es esperanza lo que el mundo necesita. Las almas necesitan vivir la esperanza para no vivir más la depresión y la agonía.
Dios concede a través de esta expiación, que es otorgada en esta noche en nombre de los méritos de Cristo, la oportunidad de la renovación.
Recuerden que están aquí para vivir juntos, con esperanza. Esa es la aspiración de Mi Hijo.
Celebremos ahora la Santa Comunión con Nuestro Señor, para que a través de este Santo Sacramento otorgado por Cristo, en este momento todas las almas posibles vivan una síntesis en lo más íntimo del corazón para ingresar al portal de la esperanza, de la fe y de la renovación que hoy Mi Corazón les otorga.
Por un momento, Me recogeré para atender a la humanidad, pero volveré en el momento de la transustanciación del pan y del vino.
Invito a todos los presentes y oyentes a participar de esta Comunión Espiritual, en nombre y en honra a María, Madre de Dios, y en la esperanza que es Cristo.
Celebremos para que los ángeles se hagan presentes en este momento, para que la paz se establezca y se dé el fin de la guerra, de los conflictos internos y externos, y todos los corazones posibles ingresen al portal de la esperanza, que hoy abre la Gracia de Mi Corazón.
Los espero.
Vamos a celebrar.
Al finalizar la Celebración Eucarística, Fray Elías compartió un importante pedido de la Madre Divina.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Antes de retirarnos, queremos anunciarles a todos, a pedido de nuestra Madre, que a partir de hoy y hasta el día 6 de enero, es decir hasta el final de la próxima Maratón de la Divina Misericordia, a todos los que concurran y participen de los Centros Marianos y, principalmente, pasen por el Sacramento de la Confesión, Nuestra Señora, a pedido de Cristo, ha anunciado que les dará una indulgencia plenaria. Esta oportunidad de indulgencia finalizará en la próxima Maratón de la Divina Misericordia, los días 5 y 6 de enero, en la que tendremos Apariciones de Cristo en vivo.
A pedido de nuestra Madre, todos los que están aquí, en San Pablo y en Minas Gerais, son invitados a estar presentes para acompañar a Cristo en el impulso que Él dará para el nuevo año.
Y todos los que participan a través de la trasmisión, también son invitados a concurrir a los Centros Marianos y a los Santuarios Marianos del mundo, para recibir esa indulgencia plenaria, que es un momento especial de expiación y de perdón espiritual que el Padre otorgará durante esos días.
Aprovechemos este momento y esta oportunidad espiritual que nos da la Jerarquía.
¡Buenas noches!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Aun cuando la corteza de la Tierra parece estar oscura, la Luz de la Estrella de Belén brilla en la humanidad, trayendo el impulso cósmico de Dios a la Creación y al planeta.
Es hacia esto adonde hoy los quiero llevar, adonde sus espíritus necesitan elevarse para unirse a la Esencia de la Creación y del Universo; recordando, en este tiempo y en esta hora, que Dios tiene un Proyecto para esta humanidad y para este planeta, así como Él ha escrito Su Voluntad para cada corazón humano.
Recuerden que vivir la Voluntad de Dios no es imposible. He aquí la Esclava del Señor, que escuchó en Su interior el Llamado de Dios, a través de la presencia del Arcángel Gabriel.
Hoy, quiero que recuerden y tengan muy presente que ese Llamado de Dios sigue resonando en este universo y, sobre todo, en los mundos internos que están abiertos para poder escucharlo.
Ese llamado resuena a través de su ángel de la guarda, invisible e insondable Presencia Eterna del Padre, servicio incondicional y anónimo, que acompaña a todos los apóstoles de Cristo en su caminata en la Tierra.
Quiero que hoy no solo contemplen el Nacimiento de Cristo en su mundo interior, sino que también puedan tener consciencia en esta hora importante del planeta de lo que Cristo necesita construir a través de esta Obra, formada por almas autoconvocadas desde otrora.
Así, Mi Hijo podrá interceder e intervenir en la humanidad, especialmente en las causas que parecen imposibles o difíciles de resolver; y, también así, Mi Hijo podrá interceder por medio de Su Gracia y Amor en los aspectos de sus consciencias que aún no se quieren transformar.
Pero sigan el camino que hoy Yo les indico, el camino hacia la pureza y la inocencia interior, que cada una de sus almas y cada una de las almas de sus hermanos pudieron concebir en el vientre de sus madres, durante su gestación.
Imaginen cuán maravillosa es la Creación de Dios; porque, así como Jesús, aun siendo niño, reflejaba la Pureza y la Inocencia de Dios encarnadas, cada uno de ustedes y de sus hermanos en este mundo, que provienen de la misma Fuente Creadora, de los mismos espacios de este Universo Mayor, guardan esa pequeña molécula de Luz que les recuerda su pureza e inocencia interior.
Hoy no les hablo de infantilidad, sino de una pureza y de una inocencia madura, que están unidas a la Fuente de la Creación y a la Voluntad del Padre. Esto es lo que la humanidad necesita recuperar para que las guerras puedan terminar, para que los conflictos se puedan disolver, para que sus propias resistencias se puedan transformar.
Hijos amados, no hay otro camino sino el amor, el amor maduro que les enseñó Mi Hijo y les sigue enseñando, el amor que acepta y que incluye, el amor que se rinde y que se resigna, el amor maduro que se humilla ante el Padre Celestial para verse insignificante y pequeño dentro de este gran universo, así como su Madre Celeste se vio ante el Arcángel Gabriel.
Por eso, hoy coloco a su disposición el Espejo de Mi Corazón y por intermedio de este sagrado encuentro y de este momento, a través de Mi Corazón Inmaculado reflejo el principio de Inocencia y de Pureza de Dios, para que ustedes mismos y sus hermanos lo puedan recuperar, y pensarán ¿cómo es que lo harán?
Todo comienza, queridos hijos, a través de sus intenciones y pensamientos, y esto terminará de reflejarse en sus decisiones.
Por eso, Dios está atento a este momento y a esta especial coyuntura espiritual del Nacimiento de Cristo; porque hoy no celebramos una fecha histórica, sino el recuerdo del sacrificio del Dios Vivo encarnado a través de Su Hijo, que se ofreció por amor a ustedes para poder otorgarles, a través de Cristo, su salvación.
Y esto no puede ser algo pasajero. Aprovechen este momento y esta coyuntura ante la presencia de la propia Jerarquía Espiritual, ante el Reino de Mirna Jad que hoy brilla de forma especial en sus mundos internos para que ustedes puedan volver a beber de la fuente y de sus principios de cura.
¿Qué es lo que aún ustedes no han podido curar?
¿Qué es lo que aún ustedes no han podido perdonar?
¿Qué es lo que aún no han podido aceptar y reconocer?
¿Cuál es la barrera que se coloca entre ustedes y Dios para poder aceptar en absoluta entrega Su Voluntad?
Amados hijos, sírvanse de esta coyuntura espiritual del Nacimiento de Cristo.
Vuelvan hacia ustedes a reencontrar su niño interior, no para recordar sus traumas y heridas, sino para recordar y retomar su inocencia y pureza.
Sus ángeles de la guarda abren esta puerta para que muchos niños internos más en el mundo se puedan curar; y los corazones ya no queden endurecidos, indiferentes al Llamado de Dios, indiferentes al cambio y a este momento que la Jerarquía bendice y consagra para retomar la esencia de su vida grupal y evolutiva.
¿Cuántas veces los apóstoles, queridos hijos, tuvieron que retomar el camino que Cristo les indicaba? ¿Cuántas veces tuvieron que darse cuenta que estaban equivocados, que deberían ser humildes y simples para cumplir con rectitud la Ley del Señor?
Sin humildad nada se puede hacer, Mis amados hijos. Dios no podría ser Dios si no fuera humilde. Acepten la escuela de Su humildad y serán libres de ustedes mismos.
Mi silencio también contempla las necesidades y las oraciones del mundo en este día en el que todos tienen la Gracia de reconsagrarse al Niño Rey para que las bases de Su Obra se fortalezcan, para que sus principios espirituales se cumplan, para que la llama del Divino Propósito de Dios siga iluminando el camino de todos los discípulos y discípulas de Cristo, en esta noche oscura que cada uno está aprendiendo a vivir y a atravesar.
Pero Yo les pido, Mis queridos hijos, que no se detengan en la propia oscuridad, sino que vean en el fondo del camino, en el final del camino espiritual, cómo comienza a surgir la Luz de Dios; porque Cristo encarnó para hacerle saber al mundo que Él es la Luz del mundo, el Señor del mundo, el Rey del Universo.
Su Luz no los puede cegar, porque Su Luz viene a guiarlos, a llevarlos hacia el Reino de Dios, en donde Dios los espera tener cerca, en consciencia y sabiduría.
Hoy Cristo, Mi Hijo, contempla, entre Sus Manos, el Plan que Dios le entregó para esta Obra y para tantas otras obras bondadosas en el mundo. Y este Proyecto se cumplirá únicamente a través de las almas, de los que imiten la resignación de María y el sí a Dios de la Madre de Dios, a través del Arcángel Gabriel.
Contemplen y vivan este momento espiritual, el sí de María. Por eso, hoy es posible la redención del mundo, la liberación del mal, la transformación y conversión de los corazones, la consagración de las familias, la cura de los mundos internos y todas las Gracias concedidas y las que se puedan otorgar a los corazones fieles al Señor.
¡Oh, sagrado pueblo de Israel!,
hoy extendido en toda la faz de la Tierra,
levántate y camina.
Escucha la Voz del Señor, tu Dios,
que hace eco como un gran trueno en este universo
y que Su amor se refleja como un gran fruto
en los corazones que confían en Adonai.
Sigue los pasos, ¡oh, Israel!,
que el Señor, tu Dios, te está indicando.
No te resistas, no retrocedas,
sino avanza a través de la Luz
que bendice tu camino y
cada uno de tus pasos.
¡Oh, Israel!, pueblo sagrado,
hazte digno ante Dios, Nuestro Señor.
Sé el reflejo de Su Voluntad eterna,
de Su Amor y de Su Unidad inconmensurable.
Las llaves ya te fueron entregadas,
abre las puertas al nuevo tiempo, ¡oh, Israel!
El Señor ya está retornando.
El Señor ya está llegando.
Prepárate internamente para reconocer
la Luz de Su Faz y la presencia de Su Corazón.
Discípulos y discípulas de Israel, ha llegado el tiempo preparatorio del Retorno de Cristo. ¿Lo acompañarán?
Por la Luz y la Gracia que bendice este momento, les agradezco por responder a Mi llamado y por abrir los oídos del corazón para escuchar la Sagrada Palabra de Dios a través de Su Esclava, la Madre del Mundo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Como la Señora que riega con Su Luz a la Sagrada Figueira, hoy vengo a su encuentro, queridos hijos, para fortalecer sus principios originales, para hacer florecer sus atributos, dones y virtudes, y para que esta Gracia se multiplique más allá de este lugar, en todos los lugares del mundo. Porque ustedes saben que la humanidad necesita recuperar los Principios de Dios, que viene perdiendo gradualmente a lo largo de los tiempos.
Por eso, Dios le reveló a Moisés los Mandamientos, las Leyes básicas y esenciales para poder evolucionar y despertar, para que cada una de las criaturas de la Tierra, siguiendo esos Sagrados Mandamientos, aprendiera a vivir y a aplicar la Ley.
En esto es en lo que trabajan Nuestros Sagrados Corazones, ante un escenario planetario hostil e incierto.
Hoy, la Sagrada Familia se acerca al mundo para que los valores de la fe, del amor y de la unidad, puedan estar presentes en cada uno de ustedes y de sus hermanos, principalmente en los lugares y en las consciencias en los que estos valores espirituales ya desaparecieron.
Por eso, vengo a regar con Mi Luz a la Sagrada Figueira. Ella ha dado muchos frutos a lo largo de los tiempos y de los años, y esto, queridos hijos, no ha sido en vano, porque existe un Propósito Mayor que a muchas almas y corazones los ha congregado aquí a lo largo de los tiempos, siguiendo un llamado espiritual e interior que hace contemplar y reconocer a la Sagrada y Solemne Figueira en cada uno.
La Jerarquía Espiritual se reúne también, en esta hora, para poder proteger y auxiliar a las familias, para que no estén expuestas a los peligros del mundo ni a las interferencias de estos tiempos.
Por eso, el trabajo de oración en las familias deberá seguir adelante, alimentando el espíritu de los miembros de cada familia, abriendo la puerta del Cielo para que la Gracia Mayor descienda, principalmente sobre las familias que más lo necesitan.
Esto creará una red de oración importante en el mundo, así como deben ser los Rosarios de Luz. Quiero que estos grupos se multipliquen y que, sobre todo, se fortalezcan. En este tiempo, vivir sin oración es una condena.
No estoy hablando de un ejercicio repetitivo o mecánico. Son sus corazones que deben estar en una postura de oración perpetua para que estén bien conectados con los planos superiores de consciencia, y la Sabiduría y el Discernimiento de Dios puedan seguir guiando sus pasos hacia la meta que cada uno tiene que concretar: ser un siervo y apóstol de Cristo.
Hoy, Nuestra Sagrada Familia de Nazaret se presenta al mundo en los planos internos, para que puedan ser tocados internamente por Nuestra Simplicidad, Humildad y Amor. Porque sin estos atributos y estas bases, en este tiempo, ante tantas amenazas que vive el mundo, les confieso, queridos hijos, que sería imposible llevar una obra adelante.
Acepten el tiempo de la corrección como una Gracia. ¿Ustedes imaginan cuántas veces Mi Hijo corrigió a los apóstoles?
La vida siempre debe estar alineada con la Ley para poder seguir la Voluntad de Dios, así como Él la determina desde el principio.
A los pies de la Sagrada Figueira, la Fuente Espiritual de Dios está siendo reabierta. ¿Será que muchos de ustedes reconocieron ese manantial?
Por eso, purifíquense, limpien sus corazones y vidas, y renuévense a través de este impulso que les trae Mi Corazón Inmaculado; porque así, como le hemos dicho al mundo, Nuestra tarea ya está finalizando porque se acerca el esperado momento del Retorno de Cristo, con señales claras y contundentes.
Por eso, no bajen los brazos, no sean tibios. Prepárense para este momento que está llegando.
Este es un tiempo de profunda confirmación. Esta es la hora en la que Mi Hijo, a través de Su amorosa Mirada, contempla a los que se están confirmando a Su Corazón; porque los mismos apóstoles lo vivieron en aquel tiempo, así como las santas mujeres también lo vivieron.
Cristo quiere que ustedes sean otros. Él necesita seguir moldeando sus consciencias. Este es el Mensaje que hoy Él les envía a ustedes. ¿Será que lo permitirán y no se resistirán?
Nuestras Palabras no se desperdician. Ellas llegan a ustedes y al mundo como pequeñas semillas de Luz para ser sembradas en los templos internos y esto no puede ser en vano, porque la Gracia de Dios tampoco se desperdicia.
Y ¿cuántas Gracias han recibido de Nuestros Corazones a lo largo de los tiempos? ¿Pudieron, en algún momento, medir la inmensidad de esta Gracia, ante tantas desgracias que viven muchas almas?
Sean humildes y agradecidos, disipen de ustedes la soberbia del corazón porque es una neblina que engaña y confunde.
Humíllense ante el Sagrado Corazón de Mi Hijo, así como Él se humilló a los pies de la Cruz y se dejó crucificar por el mundo, así como Él bebió el Cáliz en el Huerto Getsemaní, aun sabiendo que no lo merecía.
Este es el tiempo, Mis amados, de que vivan lo que quieren profesar, lo que ustedes creen de Dios; pero que sea con un solo fin, que sea de verdad y de corazón, sin condiciones ni reglas propias, porque todo está por suceder en este planeta. Les hablo de lo que está por suceder como Gracia y Misericordia de Dios.
Mi Hijo necesita de instrumentos puros, libres de intenciones propias, de voluntades propias. Como Madre, no Me cansaré de decirles esto, porque es lo mismo que les repetí a los apóstoles en el Cenáculo; y su Madre Celestial quiere el bien y la paz para cada uno, bajo el sagrado espíritu de la Unidad de Dios.
En verdad, les digo en nombre de Mi Hijo que en este tiempo no hay otro camino a seguir, sino en dirección al Corazón de Dios. Cada uno fue colocado en el camino que debe recorrer, pero no en un camino elegido por ustedes, es el camino de Dios y no pueden confundirse con esto.
Porque Dios los quiere en la felicidad de Su Reino, en el universo de Su Paz y no en el sufrimiento que ustedes escogen. La Voluntad de Dios no puede ser alterada. Si esto sucede, Mis hijos, estarán viviendo su propia voluntad, la voluntad humana. ¿Por eso, comprenden cómo está el mundo hoy?
Ante tanta Gracia y Misericordia universal, ¿por qué sufrir en este tiempo?
Pero sé también que hay almas que sufren injustamente, en este mundo, a través de la guerra, son los inocentes de Dios. Por eso, Nosotros mismos, los Sagrados Corazones, cuidamos y auxiliamos a esas almas sufridas; pero ustedes no son almas sufridas, son almas que tuvieron contacto directo con Mi Gracia y con la Gracia de Mi Hijo, así como con la humildad santa de San José.
¿Alguna vez, pensaron en esto? Por eso, es necesario, para poder percibirlo, estar en una postura de humildad y de resignación, así como su Madre Celeste lo estuvo ante el llamado del Arcángel Gabriel.
Vengo así a bendecir a las familias que durante estos nueve días han rezado la novena para su reconsagración a la Sagrada Familia de Nazaret, para que cada una de las familias orantes pueda ser ese espejo de la Sagrada Familia y que, a través de los aprendizajes y de las experiencias de la vida, pueda aproximarse cada día más al arquetipo espiritual de la Familia de Nazaret. Esto es posible cuando están en oración y en familia.
La familia espiritual y la familia humana de la superficie de la Tierra precisan y necesitan ser reconstruidas en sus valores, su propósito y también en la Voluntad de Dios para cada familia; porque cada familia debe reflejar un don y una virtud de Dios que purifique a los miembros de esa familia, que los consagre y los alinee a la Voluntad de Dios.
Cada familia es una célula para Dios; una célula viva que debe encarnar, en sí misma, un propósito que ya está escrito. Por eso, hoy vengo también a orar con ustedes, como Madre y Señora de las familias del mundo, para que puedan ser un espejo de Dios en la Tierra, algo real, verdadero y alcanzable; un propósito que se pueda concretar teniendo claridad en las intenciones, en el camino y en el destino de las familias.
Así, oremos a Dios por las intenciones sagradas de Cristo, en esta hora y a través de este Mensaje, porque la Fuente de la Gracia ya se está recogiendo para que se abra el portal de la santa y sabia Justicia de Dios, colmada de Su Amor Eterno, que colocará en orden, en paz y en armonía a toda la humanidad.
Y ustedes deben apoyar esto, deben ser pilares para que Mi Hijo pueda obrar. Él cuenta con esto.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Los que hoy se han postulado a ser Hijos de María que se acerquen con Madre Ana Catalina aquí a los pies del pesebre para vivir su momento de consagración.
Vamos a apoyar este momento para que también nosotros podamos renovar nuestros votos como Hijos de María.
Cada uno va a recibir su camiseta de Hijo de María y la colocará sobre las palmas de sus manos, como una señal de ofrecimiento al Corazón Inmaculado de nuestra Madre.
Y luego de este momento de consagración, que hará Nuestra Señora, serán bendecidos a través del incienso, del agua y del Sacramento de la Unción.
En el silencio de sus corazones, hagan su oferta a nuestra Madre.
Queridos hijos, Dios no se cansa de entregarle Su Gracia y Su Amor al mundo. Y es a través de esta Gracia y de este Amor de Dios, que hoy brotan de Mi Corazón Materno, que vengo también a consagrarlos como Mis Hijos, Hijos de María; y acepto su postulación a esta consagración para que, a partir de ahora y por los tiempos que vendrán, sean columnas de oración en la Tierra, flores que serán ofrecidas en Mi Jardín Celestial en oración, servicio y plena caridad por los que más sufren y necesitan.
Y para que todo ese ofrecimiento, que harán en los próximos tiempos, enmiende los pecados del mundo y principalmente los ultrajes de la guerra, esta será su misión como Hijos de María, no lo olviden.
Por la autoridad que Mi Hijo Me concedió, en nombre de la Gracia Eterna de Dios que brota de forma inagotable de Su Fuente Suprema, en nombre de los ángeles que Me acompañan, Yo los bendigo y los consagro como Mis Hijos, Hijos de Mi Materno Corazón.
¡Los acepto!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Vamos a cantar “Tierra de María” para acompañar este momento de bendición.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más