Lunes, 23 de diciembre de 2024

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA VIGILIA DE ORACIÓN DE NOCHEBUENA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Como la Señora que riega con Su Luz a la Sagrada Figueira, hoy vengo a su encuentro, queridos hijos, para fortalecer sus principios originales, para hacer florecer sus atributos, dones y virtudes, y para que esta Gracia se multiplique más allá de este lugar, en todos los lugares del mundo. Porque ustedes saben que la humanidad necesita recuperar los Principios de Dios, que viene perdiendo gradualmente a lo largo de los tiempos.

Por eso, Dios le reveló a Moisés los Mandamientos, las Leyes básicas y esenciales para poder evolucionar y despertar, para que cada una de las criaturas de la Tierra, siguiendo esos Sagrados Mandamientos, aprendiera a vivir y a aplicar la Ley.

En esto es en lo que trabajan Nuestros Sagrados Corazones, ante un escenario planetario hostil e incierto.

Hoy, la Sagrada Familia se acerca al mundo para que los valores de la fe, del amor y de la unidad, puedan estar presentes en cada uno de ustedes y de sus hermanos, principalmente en los lugares y en las consciencias en los que estos valores espirituales ya desaparecieron.

Por eso, vengo a regar con Mi Luz a la Sagrada Figueira. Ella ha dado muchos frutos a lo largo de los tiempos y de los años, y esto, queridos hijos, no ha sido en vano, porque existe un Propósito Mayor que a muchas almas y corazones los ha congregado aquí a lo largo de los tiempos, siguiendo un llamado espiritual e interior que hace contemplar y reconocer a la Sagrada y Solemne Figueira en cada uno.

La Jerarquía Espiritual se reúne también, en esta hora, para poder proteger y auxiliar a las familias, para que no estén expuestas a los peligros del mundo ni a las interferencias de estos tiempos.

Por eso, el trabajo de oración en las familias deberá seguir adelante, alimentando el espíritu de los miembros de cada familia, abriendo la puerta del Cielo para que la Gracia Mayor descienda, principalmente sobre las familias que más lo necesitan.

Esto creará una red de oración importante en el mundo, así como deben ser los Rosarios de Luz. Quiero que estos grupos se multipliquen y que, sobre todo, se fortalezcan. En este tiempo, vivir sin oración es una condena.

No estoy hablando de un ejercicio repetitivo o mecánico. Son sus corazones que deben estar en una postura de oración perpetua para que estén bien conectados con los planos superiores de consciencia, y la Sabiduría y el Discernimiento de Dios puedan seguir guiando sus pasos hacia la meta que cada uno tiene que concretar: ser un siervo y apóstol de Cristo.

Hoy, Nuestra Sagrada Familia de Nazaret se presenta al mundo en los planos internos, para que puedan ser tocados internamente por Nuestra Simplicidad, Humildad y Amor. Porque sin estos atributos y estas bases, en este tiempo, ante tantas amenazas que vive el mundo, les confieso, queridos hijos, que sería imposible llevar una obra adelante.

Acepten el tiempo de la corrección como una Gracia. ¿Ustedes imaginan cuántas veces Mi Hijo corrigió a los apóstoles?

La vida siempre debe estar alineada con la Ley para poder seguir la Voluntad de Dios, así como Él la determina desde el principio.

A los pies de la Sagrada Figueira, la Fuente Espiritual de Dios está siendo reabierta. ¿Será que muchos de ustedes reconocieron ese manantial?

Por eso, purifíquense, limpien sus corazones y vidas, y renuévense a través de este impulso que les trae Mi Corazón Inmaculado; porque así, como le hemos dicho al mundo, Nuestra tarea ya está finalizando porque se acerca el esperado momento del Retorno de Cristo, con señales claras y contundentes.

Por eso, no bajen los brazos, no sean tibios. Prepárense para este momento que está llegando.

Este es un tiempo de profunda confirmación. Esta es la hora en la que Mi Hijo, a través de Su amorosa Mirada, contempla a los que se están confirmando a Su Corazón; porque los mismos apóstoles lo vivieron en aquel tiempo, así como las santas mujeres también lo vivieron.

Cristo quiere que ustedes sean otros. Él necesita seguir moldeando sus consciencias. Este es el Mensaje que hoy Él les envía a ustedes. ¿Será que lo permitirán y no se resistirán?

Nuestras Palabras no se desperdician. Ellas llegan a ustedes y al mundo como pequeñas semillas de Luz para ser sembradas en los templos internos y esto no puede ser en vano, porque la Gracia de Dios tampoco se desperdicia.

Y ¿cuántas Gracias han recibido de Nuestros Corazones a lo largo de los tiempos? ¿Pudieron, en algún momento, medir la inmensidad de esta Gracia, ante tantas desgracias que viven muchas almas?

Sean humildes y agradecidos, disipen de ustedes la soberbia del corazón porque es una neblina que engaña y confunde.

Humíllense ante el Sagrado Corazón de Mi Hijo, así como Él se humilló a los pies de la Cruz y se dejó crucificar por el mundo, así como Él bebió el Cáliz en el Huerto Getsemaní, aun sabiendo que no lo merecía.

Este es el tiempo, Mis amados, de que vivan lo que quieren profesar, lo que ustedes creen de Dios; pero que sea con un solo fin, que sea de verdad y de corazón, sin condiciones ni reglas propias, porque todo está por suceder en este planeta. Les hablo de lo que está por suceder como Gracia y Misericordia de Dios.

Mi Hijo necesita de instrumentos puros, libres de intenciones propias, de voluntades propias. Como Madre, no Me cansaré de decirles esto, porque es lo mismo que les repetí a los apóstoles en el Cenáculo; y su Madre Celestial quiere el bien y la paz para cada uno, bajo el sagrado espíritu de la Unidad de Dios.

En verdad, les digo en nombre de Mi Hijo que en este tiempo no hay otro camino a seguir, sino en dirección al Corazón de Dios. Cada uno fue colocado en el camino que debe recorrer, pero no en un camino elegido por ustedes, es el camino de Dios y no pueden confundirse con esto.

Porque Dios los quiere en la felicidad de Su Reino, en el universo de Su Paz y no en el sufrimiento que ustedes escogen. La Voluntad de Dios no puede ser alterada. Si esto sucede, Mis hijos, estarán viviendo su propia voluntad, la voluntad humana. ¿Por eso, comprenden cómo está el mundo hoy?

Ante tanta Gracia y Misericordia universal, ¿por qué sufrir en este tiempo?

Pero sé también que hay almas que sufren injustamente, en este mundo, a través de la guerra, son los inocentes de Dios. Por eso, Nosotros mismos, los Sagrados Corazones, cuidamos y auxiliamos a esas almas sufridas; pero ustedes no son almas sufridas, son almas que tuvieron contacto directo con Mi Gracia y con la Gracia de Mi Hijo, así como con la humildad santa de San José.

¿Alguna vez, pensaron en esto? Por eso, es necesario, para poder percibirlo, estar en una postura de humildad y de resignación, así como su Madre Celeste lo estuvo ante el llamado del Arcángel Gabriel.

Vengo así a bendecir a las familias que durante estos nueve días han rezado la novena para su reconsagración a la Sagrada Familia de Nazaret, para que cada una de las familias orantes pueda ser ese espejo de la Sagrada Familia y que, a través de los aprendizajes y de las experiencias de la vida, pueda aproximarse cada día más al arquetipo espiritual de la Familia de Nazaret. Esto es posible cuando están en oración y en familia.

La familia espiritual y la familia humana de la superficie de la Tierra precisan y necesitan ser reconstruidas en sus valores, su propósito y también en la Voluntad de Dios para cada familia; porque cada familia debe reflejar un don y una virtud de Dios que purifique a los miembros de esa familia, que los consagre y los alinee a la Voluntad de Dios.

Cada familia es una célula para Dios; una célula viva que debe encarnar, en sí misma, un propósito que ya está escrito. Por eso, hoy vengo también a orar con ustedes, como Madre y Señora de las familias del mundo, para que puedan ser un espejo de Dios en la Tierra, algo real, verdadero y alcanzable; un propósito que se pueda concretar teniendo claridad en las intenciones, en el camino y en el destino de las familias.

Así, oremos a Dios por las intenciones sagradas de Cristo, en esta hora y a través de este Mensaje, porque la Fuente de la Gracia ya se está recogiendo para que se abra el portal de la santa y sabia Justicia de Dios, colmada de Su Amor Eterno, que colocará en orden, en paz y en armonía a toda la humanidad.

Y ustedes deben apoyar esto, deben ser pilares para que Mi Hijo pueda obrar. Él cuenta con esto.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Los que hoy se han postulado a ser Hijos de María que se acerquen con Madre Ana Catalina aquí a los pies del pesebre para vivir su momento de consagración.

Vamos a apoyar este momento para que también nosotros podamos renovar nuestros votos como Hijos de María.

Cada uno va a recibir su camiseta de Hijo de María y la colocará sobre las palmas de sus manos, como una señal de ofrecimiento al Corazón Inmaculado de nuestra Madre.

Y luego de este momento de consagración, que hará Nuestra Señora, serán bendecidos a través del incienso, del agua y del Sacramento de la Unción.

En el silencio de sus corazones, hagan su oferta a nuestra Madre.


Queridos hijos, Dios no se cansa de entregarle Su Gracia y Su Amor al mundo. Y es a través de esta Gracia y de este Amor de Dios, que hoy brotan de Mi Corazón Materno, que vengo también a consagrarlos como Mis Hijos, Hijos de María; y acepto su postulación a esta consagración para que, a partir de ahora y por los tiempos que vendrán, sean columnas de oración en la Tierra, flores que serán ofrecidas en Mi Jardín Celestial en oración, servicio y plena caridad por los que más sufren y necesitan.

Y para que todo ese ofrecimiento, que harán en los próximos tiempos, enmiende los pecados del mundo y principalmente los ultrajes de la guerra, esta será su misión como Hijos de María, no lo olviden.

Por la autoridad que Mi Hijo Me concedió, en nombre de la Gracia Eterna de Dios que brota de forma inagotable de Su Fuente Suprema, en nombre de los ángeles que Me acompañan, Yo los bendigo y los consagro como Mis Hijos, Hijos de Mi Materno Corazón.

¡Los acepto!

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Vamos a cantar “Tierra de María” para acompañar este momento de bendición.