Apariciones extraordinarias
APARICIÓN ANUAL DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, POR LA CONMEMORACIÓN DE LA MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

La esperanza es lo que no se puede perder de sus corazones y del mundo, porque la esperanza es una Sagrada Luz de Dios que colma a la Creación a través de Su Amor paciente y maduro.

Contemplen el próximo tiempo con esperanza, bajo el espíritu de Mi Paz, que hoy los bendice para que Dios pueda bendecir a la humanidad en esta noche.

Por eso, vuelvo a expresarle a cada uno de Mis hijos, las Gracias abundantes e infinitas que en este momento brotan de Mi Inmaculado Corazón y de Mis Manos.

Que esta Gracia, que proviene de la Luz de la Esperanza de Dios, pueda renovarlos en este momento, para que sus consciencias se confirmen a Dios, al Plan y a la Voluntad que Él ha escrito para cada uno de Sus hijos.

A través de las Gracias que brotan de Mi Corazón, vengo a sanar la superficie del planeta herida y ultrajada.

A través de este día especial para su Madre Celeste, vengo a apaciguar a los que luchan, vengo a apaciguar a los que batallan y a todos los que promueven la guerra interna, espiritual y física; porque es importante para Mi Amado Hijo que, a través de este futuro de esperanza que se debe acercar a ustedes y al mundo, el mundo y la humanidad puedan renacer en el Amor de Dios.

Vean cuán grande es este Amor, un Amor infinito e inexplicable, que hoy le permite a la Madre de Dios estar aquí con Sus hijos y con todos los que escuchan atentamente Mis Palabras.

En este próximo 2025, Mi Amado Hijo, ya tiene un camino trazado y delineado. Es la última etapa de Su camino preparatorio, las bases espirituales que Él necesita terminar de fundar a través de las almas que se confirman, para preparar así Su Retorno que, cada día que pasa, se aproxima a la Tierra.

Por eso, amados hijos, renazcan en la esperanza de ese Amor que hoy les trae Mi Corazón Inmaculado. Beban de esta fuente de Gracia y de purificación, de renovación y de expiación que hoy les traigo.

Recuerden lo que Yo les dije hace algunos días: Su Madre Celeste, la Señora de Figueira, volvió a abrir esa fuente a los pies del Árbol Sagrado para que, en este próximo año y en estos próximos días, las almas puedan recibir una expiación espiritual, una de las últimas y grandes expiaciones de Dios.

Por eso, Yo los animo a seguir adelante, más allá de las experiencias vividas, más allá del pasado que fue recorrido hasta el presente, más allá de toda circunstancia o motivo, más allá de cualquier situación o aun de cualquier error.

En esta noche, Mis amados, en este espíritu de vigilia, amor y conmemoración, ante el Santísimo Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, que hoy muchos de ustedes adorarán en vigilia y reverencia, los invito a ingresar a través del portal de la reconciliación y de la paz.

Mi Hijo Me envía para decirles, a través de la Voz de Su Santa Madre, Madre amada de todos ustedes, que no pueden ingresar en este próximo año con conflictos internos o externos. Deben ingresar con un corazón libre de aprehensiones y de perturbaciones.

Vean aquí, hijos Míos, en los planos internos, este Corazón de Madre que se vuelve a donar a todos para que puedan cruzar ese portal de Gracia y de reconciliación en esta noche.

Por eso, en nombre de Dios, Nuestro Padre Creador, Señor de la esperanza, de la renovación y de la vida, en esta noche de solemnidad de la Madre de Dios, reconcíliense entre ustedes, vuélvanse a amar con confianza y fe; porque no existe otra razón para estar aquí en este momento y en esta Obra, sino para preparar el terreno fértil de sus corazones para el Retorno de Cristo, porque Mi Hijo no puede encontrar a Sus compañeros desorientados, confundidos o inquietos.

En este 2025, Él necesita encontrarlos firmes en el compromiso con Dios; en la confianza absoluta de que cada paso que dan es para vivir un aprendizaje, para que puedan aprender a madurar en el amor, pero también en el perdón.

Quiero que puedan reverenciar esta Gracia que les trae Mi Corazón en este momento, porque Dios necesita que sus corazones estén abiertos, y veo aquí corazones que no están abiertos. Pero, a través de Mi Amor Maternal y Divino, a través de Mi ofrenda y también de Mi sacrificio por cada uno de Mis hijos, a través de la fe que es una fuerza poderosa e inextinguible, a través del poder del perdón y de la Gracia Divina, puedo abrir a sus corazones porque para Mí no existe nada imposible.

Que los caminantes del cosmos se levanten. Que coloquen a los pies del Gobernante y Señor sus espadas. Que renuncien a sus expectativas e ideales. Que alivien sus corazones en el perdón y en el amor. Que renazcan a través de la fuerza del Espíritu Santo que hoy les traigo.

Y que, en el vacío que son invitados a vivir para alcanzar el despojamiento interior y la entrega, en esta noche de gran sufrimiento planetario, en la que aún muchos participan de la lucha entre las naciones y entre los pueblos, ustedes que han sido tan colmados y llenos de Gracias, Gracias abundantes y desconocidas que aún no pueden medir, puedan renacer en el Amor de Cristo, Mi Amado Hijo, y puedan así ingresar en este nuevo año, bajo el espíritu y el impulso de la Esperanza de Dios.

Por eso, en esta noche, Mis amados, en nombre de una humanidad dividida, oscurecida y perturbada, en nombre de una familia universal fragmentada, purifiquen sus manos en Mi fuente de Gracia, laven sus rostros a través de Mi Luz y sientan el frescor y la renovación de Mi Amor Materno, el Amor de la Madre y Señora de los apóstoles y discípulos de Cristo que ya saben decir, en este tiempo, sí a la Voluntad de Dios y a Sus Designios.

De forma inesperada, Dios detiene el lápiz con el que escribe en Su Libro, para esperar la respuesta de Sus hijos, Sus criaturas.

¿Qué es lo que el Padre Celestial escribirá en el próximo tiempo, en el 2025?

¿Cuáles serán las respuestas coherentes y consolidadas que Sus hijos le darán?

¿Cuál será el fortalecimiento que Sus hijos le ofrecerán, ante todas las Gracias recibidas, para que Él pueda escribir Su Voluntad a través de Sus hijos, más allá de los errores o de los aprendizajes?

¿Será que el Padre Celestial podrá ver Su Espejo de Unidad reflejado en ustedes, para que ustedes reconozcan la comunión con los Cielos, con la Fuente Primordial, con el Altísimo Señor?

Sus vidas son un libro abierto para Dios, donde Él puede leer lo más íntimo e interno; porque recuerden que la esencia de los hijos de Dios nunca puede morir o desaparecer, aun de los que están perdidos en este mundo.

Pero ustedes que lo tienen todo, en el Cielo y en la Tierra y, sobre todo, en el corazón, den honra al Dios Creador en esta noche, por Su infinita Paternidad, Amor y Gracia para con Sus hijos. Porque cuando crean que no podrán hacer o no podrán vivir cualquier cosa que Él les pida, lo podrán hacer a través del Amor de Cristo, porque Él les dará la fuerza y la convicción para hacerlo.

Pero no se olviden, Mis amados, de atravesar la puerta de la reconciliación a través de Mi Corazón y de vivir esa reconciliación en esta noche con sus hermanos.

Las puertas de la esperanza están abiertas ante los mundos internos que hoy se decidan a atravesarlas, porque es esperanza lo que el mundo necesita. Las almas necesitan vivir la esperanza para no vivir más la depresión y la agonía.

Dios concede a través de esta expiación, que es otorgada en esta noche en nombre de los méritos de Cristo, la oportunidad de la renovación.

Recuerden que están aquí para vivir juntos, con esperanza. Esa es la aspiración de Mi Hijo.

Celebremos ahora la Santa Comunión con Nuestro Señor, para que a través de este Santo Sacramento otorgado por Cristo, en este momento todas las almas posibles vivan una síntesis en lo más íntimo del corazón para ingresar al portal de la esperanza, de la fe y de la renovación que hoy Mi Corazón les otorga.

Por un momento, Me recogeré para atender a la humanidad, pero volveré en el momento de la transustanciación del pan y del vino.

Invito a todos los presentes y oyentes a participar de esta Comunión Espiritual, en nombre y en honra a María, Madre de Dios, y en la esperanza que es Cristo. 

Celebremos para que los ángeles se hagan presentes en este momento, para que la paz se establezca y se dé el fin de la guerra, de los conflictos internos y externos, y todos los corazones posibles ingresen al portal de la esperanza, que hoy abre la Gracia de Mi Corazón.

Los espero.

Vamos a celebrar.


Al finalizar la Celebración Eucarística, Fray Elías compartió un importante pedido de la Madre Divina.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Antes de retirarnos, queremos anunciarles a todos, a pedido de nuestra Madre, que a partir de hoy y hasta el día 6 de enero, es decir hasta el final de la próxima Maratón de la Divina Misericordia, a todos los que concurran y participen de los Centros Marianos y, principalmente, pasen por el Sacramento de la Confesión, Nuestra Señora, a pedido de Cristo, ha anunciado que les dará una indulgencia plenaria. Esta oportunidad de indulgencia finalizará en la próxima Maratón de la Divina Misericordia, los días 5 y 6 de enero, en la que tendremos Apariciones de Cristo en vivo.

A pedido de nuestra Madre, todos los que están aquí, en San Pablo y en Minas Gerais, son invitados a estar presentes para acompañar a Cristo en el impulso que Él dará para el nuevo año.

Y todos los que participan a través de la trasmisión, también son invitados a concurrir a los Centros Marianos y a los Santuarios Marianos del mundo, para recibir esa indulgencia plenaria, que es un momento especial de expiación y de perdón espiritual que el Padre otorgará durante esos días.

Aprovechemos este momento y esta oportunidad espiritual que nos da la Jerarquía.

¡Buenas noches!

APARICIÓN DA VIRGEM MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Que en el silencio del corazón sean escuchadas las Palabras de la Madre de Dios, la Madre del Cielo que se pronuncia a Sus hijos para llevarlos por el camino del bien y de la paz.

Pero mientras gran parte de la humanidad se sumerge en las ilusiones del mundo, Yo vengo a llamar a los que Me escuchan, a los que han sido valientes a Mi lado, a los que incondicionalmente siguen Mis pasos.

Vengo a hablarles con la Voz de Mi Corazón y de Mi Alma. Vengo a pronunciar Mi Mensaje al mundo, a pedido del Padre Celestial.

Deben ser valientes y seguir adelante. Deben seguir gestando en sus espíritus la segunda venida de Cristo, porque Él aún espera poder vivirla junto a ustedes y a la humanidad.

Pero mientras sus esfuerzos sean pobres, estén carentes de entusiasmo y de dedicación, pobres serán los resultados para ese gran momento planetario. Dependerá de ustedes, hijos Míos, que todo se pueda realizar.

No hay nada más que el Cielo pueda hacer; solo esperar la respuesta de las criaturas de Dios, solo escuchar silenciosamente las oraciones de los que se comprometieron con Cristo para estos tiempos.

En verdad les digo, queridos hijos, aún no es suficiente lo que se hace. Debe reinar en ustedes la consciencia de la igualdad, porque esto protegerá la Obra del propio enemigo, porque esto los equilibrará a todos ustedes bajo el impulso poderoso de la fraternidad y del bien.

Dedico este mensaje a los que quieran escuchar de verdad; a los que se animen a traspasar los umbrales de la indiferencia y de la ignorancia humana; a los que se arriesguen a trascender los tiempos, viviendo la transformación en su propio interior y haciendo viva, una a una, Nuestras Palabras.

Hijos, el Universo necesita de ustedes una mayor integración y no solo de momentos buenos o pasajeros.

Es necesario que el Plan de Dios se encarne en sus células y lo hagan parte de sí, porque así podrán representar a Cristo en la Tierra y ser Sus verdaderos seguidores, ser Su verdadera Iglesia, ser Su verdadero testimonio.

Él espera que todo lo que hizo hace más de dos mil años atrás no haya sido en vano. Y por más que la humanidad aún no conozca todos los misterios de Cristo, algún día tendrá consciencia de lo que significó la verdadera entrega del Señor, en todos los planos de consciencia, en la esencia del plano espiritual.

Yo necesito, queridos hijos, sacarlos de la mediocridad, de lo que es tibio e inseguro. Por eso debo hablarles con una celestial transparencia y una claridad inmediata, libre de confusiones o de pareceres.

Necesito que entiendan y comprendan lo que les digo en este momento. La continuidad de la Obra está en sus manos, porque ustedes fueron llamados para vivirla y ustedes mismos la asumieron, sin pensar en lo que sería o en lo que significaría. De ahí viene su responsabilidad y su compromiso, de ahí viene el valor de lo que eso significa para este tiempo tan crucial en la humanidad.

No estoy queriendo decir que serán los libertadores de estos tiempos, porque el Único es Cristo, Nuestro Señor y Rey del Universo.

Ustedes deben ser chispas multiplicadas de ese Plan de Dios, que de tiempo en tiempo viene a la humanidad para impulsarla a los cambios, a la redención de sus deudas y al perdón de sus pecados.

Por eso, las Gracias que trae Mi Corazón son inextinguibles. La Misericordia que trae Mi Hijo es intransferible, no hay nada que lo pueda cambiar. Dependerá de ustedes dar ese paso a la entrega total, como a cada uno le corresponde en este ciclo, porque Dios no espera de todos la santidad, pero sí la consagración, la vivencia absoluta del compromiso con Mi Amado Hijo y con Su Plan de Rescate.

Cada cosa que puedan dar al Plan será bien recibida pero no lo que les sobra, sino lo que surja del corazón, espontáneamente, y sea verdadero.

El Retorno de Cristo será una tarea laboriosa y de ustedes debe nacer la realización de ese Plan, para que se pueda manifestar en la superficie de la Tierra.

De esta forma, nada les faltará; porque la humanidad, en verdad, le debe mucho al Universo, como también a los Reinos de la Naturaleza, que aún siguen sufriendo las consecuencias de estos tiempos.

Fue dicho que después de la última Sagrada Semana con el Señor, el ciclo cambiaría. He aquí este ciclo que ya llegó, que sus ojos internos necesitan ver y sus corazones necesitan sentir, sin temor de saber lo que eso representa para la Creación.

Por eso deben trabajar el despojamiento interior inmediato, no queriendo nada para sí, sino todo para los demás, compartiendo lo que se tiene y experimentando el amor que los demás viven en su interior.

Así, la gran corriente de la Luz será transformada; la gran corriente de la Luz será renovada y sus pies caminarán libres del pasado y de los errores, porque estarán al servicio de Cristo, en plenitud y gozo.

Y a pesar de lo que suceda en este mundo, no desistirán, sino que cada prueba la tomarán como una confirmación de su confianza en Cristo, porque tampoco temerán a lo que ustedes consideran que podrían perder.

Todo lo que les fue dado, algún día debe retornar al Padre y ese día está cerca, esa retribución está próxima, porque ahora son conscientes y no están dentro de la ignorancia mundial.

El Plan de Dios es una consciencia definitiva que muy pocos se animan a atravesar con determinación. Pero ahora llegó el momento para todos, de que puedan cruzar ese portal hacia la vivencia total del Plan, haciéndolo parte de sus vidas y de su día a día y no dejándolo como algo secundario o momentáneo.

El Plan se cumplirá con la colaboración de todos y no me cansaré de repetirlo, queridos hijos, porque es necesario que sus otras células despierten y que puedan reconocer la Verdad que surge de Dios, a través de Mi Inmaculado Corazón.

En nombre de Mi Amado Hijo, vengo a reforzar Sus pedidos y Sus súplicas.

El planeta aún deberá sostenerse, aunque parezca que se irá a hundir y que luego perderá todo. Pero es la fuerza del amor consolador y del compromiso de los hombres, que hará que el planeta se pueda sostener por sí mismo con esta humanidad indiferente, que solo busca a Dios cuando lo necesita y que no cruza la puerta del arrepentimiento.

Los quiero, hijos, en la libertad del corazón y en la expresión del alma.

El tiempo final se aproxima y es hora de asumir sus compromisos, para que Cristo pueda obrar en ustedes, sin límites y sin obstáculos, para que Él pueda cumplir la promesa de Su retorno a la humanidad y finalmente todo vuelva a comenzar, como lo fue pensado en el principio, en el origen de esta raza. Y en esa entrega absoluta participarán de la Comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo y así se renovarán.

Que Mis Palabras los despierten, que Mis impulsos los lleven a caminar hacia ese objetivo de ser precursores, de verdad, de la segunda venida de Cristo; llevándolo adelante en el tiempo que nos resta, para que la mayoría de la humanidad se salve y reconozca su filiación con Dios, y así, el mal acabe en los corazones y en el mundo y pueda reinar la paz, la hermandad y el bien, que son parte del Proyecto de esta raza y de los Nuevos Cristos.

Yo les agradezco por escucharme, abiertos de corazón, viviendo Mi Mensaje y llevándolo a la práctica. Ejercitándolo todos los días, a través del esfuerzo y de la dedicación, sin dejar que Mis Palabras se disipen en sus consciencias, sino que al contrario, ellas sean fuego y luz en sus espíritus.

Les doy la Paz en nombre de Mi Hijo y respondiendo a Su pedido.

Aún hay mucho por hacer y esperamos por sus respuestas, como en otros tiempos lo han hecho, siempre dando un poco más de sí, sin temor a perder nada, sino a ser parte del Universo del Amor.

En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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