Apariciones extraordinarias
APARICIÓN EXTRAORDINARIA DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, DURANTE EL SEGUNDO DÍA DE LA 133.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

Como la lluvia que cae sobre Mi amada Figueira, así sus corazones han sido lavados y purificados a través del Sacramento de la Confesión.

Así, les doy Mi bendición, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Recuerden que siempre podrán ver sus corazones purificados y limpios. No deben temer expresar lo que sienten o lo que padecen.

A través de Mi Sagrada Palabra y de Mi Insondable Presencia, Yo vengo a buscar en ustedes corazones sinceros, aunque imperfectos, corazones que son capaces de decirle sí al camino de la transformación y de la consagración.

Por eso, a través de Mi Gracia, hoy derramo sobre el mundo la Luz más profunda de Mi Corazón, para que esta indulgencia abarque a todo el planeta y a todas las almas posibles, especialmente a Mis más pequeños hermanos de los Reinos de la Naturaleza.

Todo, absolutamente todo, es tocado por esta Gracia de Dios que los vuelve a unir y a reunir en Mi Presencia. Porque, así como les he dicho en estos días, no existe otra razón ni otro motivo en este momento para que su Señor y Maestro se presente aquí, que no sea una causa de Amor y de Paz.

Trabajen a través de este Amor y obren a través del Amor que Yo les entrego.

Ahora que sus caminos se han purificado, no se permitan retroceder, no se permitan volver al pasado; sino decidan, ahora y siempre, cruzar la puerta de la esperanza que es abierta por intermedio de Mi Corazón, para que todos puedan entrar al Reino de los Cielos.

Sé que no saben lo que esto significa.

¿Cuántas veces estuvieron ante el Reino de los Cielos? ¿Cuántas veces sus ángeles de la guarda les permitieron esa oportunidad?

Y esto no significa que no sigan viviendo las aflicciones del mundo. Porque un verdadero Cristo en la Tierra, un discípulo del Maestro, se transforma y se redime a través de sus aflicciones, no para quedar preso en ellas, sino para saber liberarse a sí mismo todos los días. Esto es tan simple, pero a muchos les parece difícil.

Por eso, no se deben olvidar de la Gracia que los congrega y los une, esta Gracia especial que Yo he compartido y he extendido a todos, durante estos días de confesión y de reconciliación.

Ahora es el tiempo de que sus vidas se afirmen a través de Mi Corazón, presente en la Eucaristía, como símbolo y Sacramento que renueva la vida y la consciencia en cada momento y en cada oportunidad que tienen de comulgar.

Con esta actitud de reverencia a lo sagrado, que debe reflejarse en este tiempo en sus vidas, ante la Santa Comunión con el Cuerpo y la Sangre de Cristo, estarán comulgando del mismo código y de la misma esencia que los santos apóstoles vivieron en aquel tiempo; código que los transformó en embajadores de la paz, en anunciadores del Evangelio del Amor, en santos en la Tierra.

Por eso, deben preguntarse, en este tiempo y en esta hora, si verdaderamente están dispuestos a seguir este camino, como muchos en otros tiempos lo siguieron y lo acompañaron, a través del Llamado y de la Voz del Maestro.

Por eso, recuerden cuando Mi Vida y Mi Presencia tocaron sus corazones. Es lo que Mi Corazón quiere sentir de ustedes en este tiempo de tribulación y de oscuridad.

Que su amor transformador, que su vida consagrada, que su reverencia a las Jerarquías pueda tocar una y otra vez Mi Corazón, no solo a través de la vida de los Sacramentos, en el importante momento de la Comunión de ustedes Conmigo, sino también a través de las obras de paz y de caridad.

En esta la hora, esto es lo que Yo espero de cada uno: ver ardiendo sus corazones, sintiendo y viviendo delante de ustedes la llama flameante del Divino Propósito que Yo les traigo y que los renueva.

Porque, ¿cuántas veces he tenido que romper sus propias cadenas?, ¿cuántas veces he tenido que disolver sus propias amarras y también desatar los nudos de la consciencia?

Pero, ¿cuántas veces ustedes y sus hermanos estuvieron delante de lo Mayor, lo Infinito e Inmaterial?

Ese es el camino que deben decidirse a seguir en este tiempo: que su vida material se vuelva una vida inmaterial, en correcta comunión con la Ley y el Propósito. Porque en este tiempo, compañeros, muchas cosas les serán ofrecidas a todos, pero serán cosas huecas y vacías porque no tendrán la esencia del Amor Crístico que Yo les imparto y les entrego.

Por eso, los necesito como embajadores de la paz y no del conflicto. ¿No ven ya bastante conflicto en el mundo para que haya más?

Quiero que sus vidas sean vidas de reconciliación y de paz, de reverencia ante la Sagrada Instrucción recibida, desde los primeros tiempos cuando la pequeña Figueira comenzó a crecer, a madurar y a dar sus primeros frutos.

Yo quiero verlos junto Conmigo ante ese origen de Figueira, ante la solemne energía de la Instrucción y de la Jerarquía. Es tiempo de que cada uno de los setenta y dos atributos(1), que aquí fueron recibidos, sean vividos para que sus vidas vivan ardientemente la consagración de espíritu, mente y corazón.

Así sus consciencias, de una forma simple, pero verdadera, serán merecedoras de los frutos de este Reino de Figueira y permitirán que este legado reverbere y palpite en los corazones, sobre todo en los que son llamados a despertar.

Pero ustedes están despiertos, ustedes están conscientes, ustedes son responsables de este legado espiritual que se ofreció abnegadamente para poder expandirse y ampliarse en el mundo a través de pequeñas Islas de Salvación.

Siempre es bueno, compañeros, volver a la esencia del origen, una y otra vez; porque grandes son las amenazas que hay sobre el mundo y la humanidad, grande es la confusión espiritual, mental y moral.

Dios les ha entregado un instructor, que encarnó en este mundo, al que siempre le deberán agradecer y reconocer como su maestro. Él fue y será siempre un discípulo y amigo especial.

¿Han visto en sus ojos al Reino de Mirna Jad, reflejándose una y otra vez en su faz, en cada palabra e instrucción pronunciada, como también en su corazón que siempre irradiaba paz y solemnidad?

Si Mi amigo José pudo vivirlo y hacerlo, y se ofreció por ustedes para que también lo vivieran, ¿creen verdaderamente que Él les abrió la puerta hacia el mundo de la reverencia y de la paz, hacia el Sagrado Reino de la Jerarquía Mayor? Yo les puedo decir que sí.

Por eso, estoy aquí una vez más para confirmarlo y pronunciarlo; porque mientras hoy los campanarios internos de Mirna Jad resuenan en las almas, puede volver a palpitar, en todos, la llama flameante de lo sagrado y de la reverencia al Divino Propósito.

Reconozcan ahora las Gracias que recibieron desde el principio y la bendición de las insondables e infinitas Jerarquías que hoy están aquí, junto con su Maestro y Señor, para testimoniar y registrar este momento en sus Libros Sagrados.

¿Será que vieron en esos Sagrados Libros sus nombres originales? Esto era lo que hoy Yo estaba contemplando antes de llegar aquí a su encuentro.

Así, como Nuestros Nombres, sus nombres pueden brillar en estos Libros como estrellas en el firmamento, ¿será que ustedes, por Mi Amor, podrán brillar como estrellas en la Tierra y decidirse a vivir las virtudes que Dios les concedió desde el origen?

Todo les fue entregado, todo les fue confiado. Es tiempo de honrar a este legado único, silencioso, anónimo e imperceptible para la mayoría de la humanidad.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Cristo está diciendo si pueden pedirles a los padres de los niños que los lleven a jugar al bosque, donde los ángeles los entretendrán.


Los más pequeños ya están en Mi Reino. ¿Será que ustedes llegarán a ser pequeños como estos niños para ingresar, en inocencia y pureza, al Reino de Dios?

Hoy, vengo a marcarlos y a señalarlos con la Unción de Mi Espíritu. Como consumación de esta indulgencia espiritual, quiero que Me respondan: ¿aceptan consumar esta Gracia espiritual y desconocida a través del Sacramento de la Unción en este día?


Los presentes dicen ¡sí!


Ahora, reciban primero la Unción de Mi Luz, antes de recibir este Sacramento. Coloquen sus manos en señal de recepción.

Adonai, 
Tú que conoces a Tus hijos en el Cielo y en la Tierra,
Tú que habitas en los mundos internos y en cada corazón,
haz revivir y renacer los principios 
que fueron sembrados por amor y servicio,
a través del Sagrado Árbol de Figueira,
nutrido con la experiencia, la entrega y la donación
de los pioneros de este lugar.

Que los tesoros de este Reino Sagrado,
hoy puedan emerger para todas las consciencias,
a fin de que la cura y la paz 
lleguen a cada corazón que las necesite.
Señor, que, a través de Tu Gracia,
Tus hijos puedan ser ungidos con Mi Luz,
que es la Luz de Tu Reino, 
que es la Luz de Tu Gracia y de Tu Misericordia,
que puede regenerar cada célula y cada átomo,
para concederles la paz.

Señor del Universo,
por haber escuchado la Voz de Tu Hijo en la Cruz,
por los méritos alcanzados 
con el sacrificio de Tu Amado Hijo,
concede esta Unción Espiritual a quien lo necesite
y que esta Gracia se multiplique
 en todos los que la esperan,
para que así se cumpla Tu Voluntad 
en cada alma y en cada corazón.


Por los méritos alcanzados por Mi hermano José, reciban el bálsamo de su espíritu en este momento en el que, como un padre e instructor, los anima a seguir adelante para que se cumpla Mi Plan.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

En la Presencia de Cristo, Nuestro Señor, mientras nos preparamos para el Sacramento de la Comunión, vamos a entonar "Sopro do Espírito", colocándonos ante el Reino de Figueira, ante todo ese legado, todo ese tesoro espiritual que nació y brotó como fuente de instrucción para los corazones.

Y a pedido de Cristo, vamos a cantar este cántico, irradiando una profunda gratitud y reverencia a José.


(1) Cristo Jesús se refiere a los principales setenta y dos atributos, de un total de ochenta y cuatro que fueron recibidos.

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Que, en la víspera de la llegada del Redentor, sus corazones ya se encuentren limpios y purificados a través del Santo Sacramento de la Confesión para que, renovados, ingresen a través del Portal de la Esperanza al camino que Mi Hijo tanto espera que ustedes recorran.

A través del Portal de la Esperanza, que es Cristo Vivo, reciban el impulso preparatorio del Retorno de Cristo y que ustedes, ya conscientes de todo, se sirvan de las herramientas que Nosotros les entregamos, a través del servicio, de la oración y de los Sacramentos.

En este último ciclo de preparación, Yo los llamo a la apertura del corazón para que, estando libres de ustedes mismos, caminen decididos por la senda del Señor, por aquel camino que Él mismo preparó para que Sus discípulos lo atraviesen.

Recuerden que para que una realidad divina sea una realidad concretada, solo dependerá de la predisposición de ustedes.

Yo estaré siempre aquí, como Madre, para orar por ustedes.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN ANUAL DE LA VIRGEN MARÍA EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, POR LA CONMEMORACIÓN DE LA MADRE DE LA DIVINA CONCEPCIÓN DE LA TRINIDAD

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

La esperanza es lo que no se puede perder de sus corazones y del mundo, porque la esperanza es una Sagrada Luz de Dios que colma a la Creación a través de Su Amor paciente y maduro.

Contemplen el próximo tiempo con esperanza, bajo el espíritu de Mi Paz, que hoy los bendice para que Dios pueda bendecir a la humanidad en esta noche.

Por eso, vuelvo a expresarle a cada uno de Mis hijos, las Gracias abundantes e infinitas que en este momento brotan de Mi Inmaculado Corazón y de Mis Manos.

Que esta Gracia, que proviene de la Luz de la Esperanza de Dios, pueda renovarlos en este momento, para que sus consciencias se confirmen a Dios, al Plan y a la Voluntad que Él ha escrito para cada uno de Sus hijos.

A través de las Gracias que brotan de Mi Corazón, vengo a sanar la superficie del planeta herida y ultrajada.

A través de este día especial para su Madre Celeste, vengo a apaciguar a los que luchan, vengo a apaciguar a los que batallan y a todos los que promueven la guerra interna, espiritual y física; porque es importante para Mi Amado Hijo que, a través de este futuro de esperanza que se debe acercar a ustedes y al mundo, el mundo y la humanidad puedan renacer en el Amor de Dios.

Vean cuán grande es este Amor, un Amor infinito e inexplicable, que hoy le permite a la Madre de Dios estar aquí con Sus hijos y con todos los que escuchan atentamente Mis Palabras.

En este próximo 2025, Mi Amado Hijo, ya tiene un camino trazado y delineado. Es la última etapa de Su camino preparatorio, las bases espirituales que Él necesita terminar de fundar a través de las almas que se confirman, para preparar así Su Retorno que, cada día que pasa, se aproxima a la Tierra.

Por eso, amados hijos, renazcan en la esperanza de ese Amor que hoy les trae Mi Corazón Inmaculado. Beban de esta fuente de Gracia y de purificación, de renovación y de expiación que hoy les traigo.

Recuerden lo que Yo les dije hace algunos días: Su Madre Celeste, la Señora de Figueira, volvió a abrir esa fuente a los pies del Árbol Sagrado para que, en este próximo año y en estos próximos días, las almas puedan recibir una expiación espiritual, una de las últimas y grandes expiaciones de Dios.

Por eso, Yo los animo a seguir adelante, más allá de las experiencias vividas, más allá del pasado que fue recorrido hasta el presente, más allá de toda circunstancia o motivo, más allá de cualquier situación o aun de cualquier error.

En esta noche, Mis amados, en este espíritu de vigilia, amor y conmemoración, ante el Santísimo Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, que hoy muchos de ustedes adorarán en vigilia y reverencia, los invito a ingresar a través del portal de la reconciliación y de la paz.

Mi Hijo Me envía para decirles, a través de la Voz de Su Santa Madre, Madre amada de todos ustedes, que no pueden ingresar en este próximo año con conflictos internos o externos. Deben ingresar con un corazón libre de aprehensiones y de perturbaciones.

Vean aquí, hijos Míos, en los planos internos, este Corazón de Madre que se vuelve a donar a todos para que puedan cruzar ese portal de Gracia y de reconciliación en esta noche.

Por eso, en nombre de Dios, Nuestro Padre Creador, Señor de la esperanza, de la renovación y de la vida, en esta noche de solemnidad de la Madre de Dios, reconcíliense entre ustedes, vuélvanse a amar con confianza y fe; porque no existe otra razón para estar aquí en este momento y en esta Obra, sino para preparar el terreno fértil de sus corazones para el Retorno de Cristo, porque Mi Hijo no puede encontrar a Sus compañeros desorientados, confundidos o inquietos.

En este 2025, Él necesita encontrarlos firmes en el compromiso con Dios; en la confianza absoluta de que cada paso que dan es para vivir un aprendizaje, para que puedan aprender a madurar en el amor, pero también en el perdón.

Quiero que puedan reverenciar esta Gracia que les trae Mi Corazón en este momento, porque Dios necesita que sus corazones estén abiertos, y veo aquí corazones que no están abiertos. Pero, a través de Mi Amor Maternal y Divino, a través de Mi ofrenda y también de Mi sacrificio por cada uno de Mis hijos, a través de la fe que es una fuerza poderosa e inextinguible, a través del poder del perdón y de la Gracia Divina, puedo abrir a sus corazones porque para Mí no existe nada imposible.

Que los caminantes del cosmos se levanten. Que coloquen a los pies del Gobernante y Señor sus espadas. Que renuncien a sus expectativas e ideales. Que alivien sus corazones en el perdón y en el amor. Que renazcan a través de la fuerza del Espíritu Santo que hoy les traigo.

Y que, en el vacío que son invitados a vivir para alcanzar el despojamiento interior y la entrega, en esta noche de gran sufrimiento planetario, en la que aún muchos participan de la lucha entre las naciones y entre los pueblos, ustedes que han sido tan colmados y llenos de Gracias, Gracias abundantes y desconocidas que aún no pueden medir, puedan renacer en el Amor de Cristo, Mi Amado Hijo, y puedan así ingresar en este nuevo año, bajo el espíritu y el impulso de la Esperanza de Dios.

Por eso, en esta noche, Mis amados, en nombre de una humanidad dividida, oscurecida y perturbada, en nombre de una familia universal fragmentada, purifiquen sus manos en Mi fuente de Gracia, laven sus rostros a través de Mi Luz y sientan el frescor y la renovación de Mi Amor Materno, el Amor de la Madre y Señora de los apóstoles y discípulos de Cristo que ya saben decir, en este tiempo, sí a la Voluntad de Dios y a Sus Designios.

De forma inesperada, Dios detiene el lápiz con el que escribe en Su Libro, para esperar la respuesta de Sus hijos, Sus criaturas.

¿Qué es lo que el Padre Celestial escribirá en el próximo tiempo, en el 2025?

¿Cuáles serán las respuestas coherentes y consolidadas que Sus hijos le darán?

¿Cuál será el fortalecimiento que Sus hijos le ofrecerán, ante todas las Gracias recibidas, para que Él pueda escribir Su Voluntad a través de Sus hijos, más allá de los errores o de los aprendizajes?

¿Será que el Padre Celestial podrá ver Su Espejo de Unidad reflejado en ustedes, para que ustedes reconozcan la comunión con los Cielos, con la Fuente Primordial, con el Altísimo Señor?

Sus vidas son un libro abierto para Dios, donde Él puede leer lo más íntimo e interno; porque recuerden que la esencia de los hijos de Dios nunca puede morir o desaparecer, aun de los que están perdidos en este mundo.

Pero ustedes que lo tienen todo, en el Cielo y en la Tierra y, sobre todo, en el corazón, den honra al Dios Creador en esta noche, por Su infinita Paternidad, Amor y Gracia para con Sus hijos. Porque cuando crean que no podrán hacer o no podrán vivir cualquier cosa que Él les pida, lo podrán hacer a través del Amor de Cristo, porque Él les dará la fuerza y la convicción para hacerlo.

Pero no se olviden, Mis amados, de atravesar la puerta de la reconciliación a través de Mi Corazón y de vivir esa reconciliación en esta noche con sus hermanos.

Las puertas de la esperanza están abiertas ante los mundos internos que hoy se decidan a atravesarlas, porque es esperanza lo que el mundo necesita. Las almas necesitan vivir la esperanza para no vivir más la depresión y la agonía.

Dios concede a través de esta expiación, que es otorgada en esta noche en nombre de los méritos de Cristo, la oportunidad de la renovación.

Recuerden que están aquí para vivir juntos, con esperanza. Esa es la aspiración de Mi Hijo.

Celebremos ahora la Santa Comunión con Nuestro Señor, para que a través de este Santo Sacramento otorgado por Cristo, en este momento todas las almas posibles vivan una síntesis en lo más íntimo del corazón para ingresar al portal de la esperanza, de la fe y de la renovación que hoy Mi Corazón les otorga.

Por un momento, Me recogeré para atender a la humanidad, pero volveré en el momento de la transustanciación del pan y del vino.

Invito a todos los presentes y oyentes a participar de esta Comunión Espiritual, en nombre y en honra a María, Madre de Dios, y en la esperanza que es Cristo. 

Celebremos para que los ángeles se hagan presentes en este momento, para que la paz se establezca y se dé el fin de la guerra, de los conflictos internos y externos, y todos los corazones posibles ingresen al portal de la esperanza, que hoy abre la Gracia de Mi Corazón.

Los espero.

Vamos a celebrar.


Al finalizar la Celebración Eucarística, Fray Elías compartió un importante pedido de la Madre Divina.


Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

Antes de retirarnos, queremos anunciarles a todos, a pedido de nuestra Madre, que a partir de hoy y hasta el día 6 de enero, es decir hasta el final de la próxima Maratón de la Divina Misericordia, a todos los que concurran y participen de los Centros Marianos y, principalmente, pasen por el Sacramento de la Confesión, Nuestra Señora, a pedido de Cristo, ha anunciado que les dará una indulgencia plenaria. Esta oportunidad de indulgencia finalizará en la próxima Maratón de la Divina Misericordia, los días 5 y 6 de enero, en la que tendremos Apariciones de Cristo en vivo.

A pedido de nuestra Madre, todos los que están aquí, en San Pablo y en Minas Gerais, son invitados a estar presentes para acompañar a Cristo en el impulso que Él dará para el nuevo año.

Y todos los que participan a través de la trasmisión, también son invitados a concurrir a los Centros Marianos y a los Santuarios Marianos del mundo, para recibir esa indulgencia plenaria, que es un momento especial de expiación y de perdón espiritual que el Padre otorgará durante esos días.

Aprovechemos este momento y esta oportunidad espiritual que nos da la Jerarquía.

¡Buenas noches!

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Que la esperanza de Jesús colme sus corazones y que, a través de esta luminosa esperanza que proviene de Cristo, las almas reencuentren el sentido primordial de vivir en Dios y en Sus Sagrados Mandamientos.

La vida divina es regida por Leyes y es a través de la actuación de las Leyes de Dios que el equilibrio perfecto se manifiesta y todo lo que está bajo la Ley Mayor permanece en armonía.

Les digo esto, queridos hijos, para que aprendan a distinguir cuándo están en comunión con la Ley y cuándo no lo están, y esto sucederá a través de su libre albedrío. Es así que el alma sabe cuándo camina en rectitud o cuándo está desviada de su Propósito.

En estos tiempos de grandes desafíos y de situaciones impredecibles, estar bajo la Ley amparará y protegerá cada uno de sus pasos porque, ante las amenazas del mundo y de la vida, buscar, estar y permanecer en la Ley permitirá que ciertos acontecimientos no se precipiten.

Ustedes, Mis hijos, a través del escenario del planeta, pueden ver con sus propios ojos cuánto la humanidad y la vida de Mis hijos están fuera de la Ley.

Por eso, a los que son más conscientes y que tuvieron la Gracia de ser tocados por la Palabra de los Sagrados Corazones les corresponderá realizar el mayor esfuerzo de estar en la Ley y de practicarla por todos los que la transgreden o la niegan.

Por este motivo, Yo les hablé el sábado pasado sobre la obediencia, porque Mi Hijo Me lo pidió para que sus consciencias tengan presente que en estos últimos Mensajes que Yo les estoy entregando están las últimas llaves para que sus vidas sean un verdadero espejo del Cielo en la Tierra a través de la comunión con las Leyes de Dios. Muchos necesitarán de esto.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

Maratón de la Divina Misericordia
MENSAJE EXTRAORDINARIO DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO EN ALJUSTREL, FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA LA 128.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Aunque la oscuridad abrace a gran parte del planeta, Yo ya estoy retornando.

Aunque las tribulaciones agobien y perturben a los corazones, Yo ya estoy retornando.

Aunque intenten derribar a Mis compañeros, Yo ya estoy retornando.

Aunque la noche oscura parezca muy larga, Yo ya estoy retornando.

Aunque la división se vea en las familias, Yo ya estoy retornando.

Aunque muchos ya vivan su propio desierto espiritual, Yo ya estoy retornando; porque no hay nada que pueda detener la Venida del Señor.

He aquí su Maestro y Amigo. He aquí el Señor de la Paz y de la Misericordia que tiene la Gracia, una vez más, de reunirlos en este huerto de Aljustrel; lugar predilecto para Mí y para Mi Santísima Madre, en donde las almas que buscan hace tanto tiempo la paz, aquí la pueden encontrar una y otra vez.

Así como estuve tan cerca de Mis apóstoles, hoy estoy cerca de ustedes para entregarles, una vez más, Mi Vida, la fuerza de Mi Espíritu, el Amor de Mi Corazón que viene a colocar la mansedumbre y la serenidad en donde más se necesita.

Acompañen ahora la senda que el Maestro les está mostrando. Esta es la senda de los próximos pasos en este mes de agosto; porque espero, en este tiempo culminante, que Mis compañeros y compañeras se terminen de preparar para la Venida del Redentor.

Mientras el mundo agoniza, Yo ya estoy retornando.

Mientras mueren inocentes, Yo ya estoy retornando.

Mientras la impunidad es noticia en todas las partes del mundo, Yo ya estoy retornando. El Señor reaparecerá como un Humilde Siervo, así como apareció en las orillas del Mar de Galilea para llamar por su nombre a los discípulos, así como hoy los llamo a ustedes para seguirme y servir al Señor.

Así como lo hicieron las santas mujeres en aquel tiempo, hoy Mis santas mujeres del final de los tiempos son llamadas a acompañar al Señor en esta agonía del planeta, para que cada acto, cada gesto y cada oración sea un ofrecimiento de reparación y de cura de la humanidad, principalmente de los que hoy aún están prisioneros de su propia vida.

Es así que Yo vengo a disolver, con Mis propias Manos, los grilletes de la perdición. Vengo a retirar de los infiernos del planeta a cuantos están sumergidos en ellos, porque Yo ya estoy retornando. Y así, como fue escrito por Nuestro Dios, se cumplirá por intercesión de los santos profetas y patriarcas.

He aquí, una vez más ante ustedes, el Señor de Israel, que no solo ve derramar sangre en Su tierra sagrada, sino que también ve la esclavitud en muchas partes del mundo, la impunidad y la agonía que muchas consciencias hoy viven por estar presas a través de las rejas de la sociedad; pero Yo vengo a liberarlos de las prisiones espirituales y materiales.

No hay oscuridad que se pueda oponer a Mi Amor, no hay miedo que se pueda oponer a Mi Luz, no hay sufrimiento que no pueda ser disuelto por Mi Misericordia; porque Yo les di Mi Vida en la Cruz, así como hoy les doy Mi Vida eternamente para que tengan vida en abundancia a través de Mí.

Compañeros, este es el tiempo del apostolado, como ya fue anunciado muchas veces. Es tiempo de que cada uno asuma su parte junto Conmigo, así como lo hicieron los apóstoles y las santas mujeres en aquel tiempo.

La historia, que ya fue escrita por la Mano de Dios, vuelve a cumplirse. Otro es el momento, pero igual es la coyuntura, porque la Omnipresencia del Señor es ininterrumpida e irrefutable, porque es una Presencia Eterna e Inextinguible que, de tiempo en tiempo y de ciclo en ciclo, viene a dar Su Vida, Su Amor y Su Misericordia por aquellos que le dicen sí y le responden.

Con una mirada de esperanza vean internamente, delante de ustedes y en su camino espiritual, el Propósito cumpliéndose, aquel Propósito que fue pensado desde el origen de sus existencias en los estanques del Amor de Dios del Universo.

Ahora, anímense a caminar con sus propios pies; y ustedes y sus hermanos no tengan miedo, Yo Soy el Señor de la próxima meta, el Señor de la Ardiente Aspiración de Dios para cada una de las almas, para cada uno de los corazones.

Así en esta noche, en la que Me reciben y en la que se preparan para la última Maratón de la Misericordia junto al Redentor, vuelvan a recibir Mi Unción Espiritual a través de la poderosa Señal de la Cruz que libera a las almas, que disuelve el sufrimiento, que libera las prisiones, que cura a los corazones, que hace renacer la vida y la consciencia de cada ser.

Reciban Mi poderosa Señal de la Cruz, Cruz en la que fui erguido en lo alto del Monte Calvario como Árbol de la Vida que entregó Su propia Sangre y Su propia Agua en cada momento del Calvario para la remisión de todos los pecados, para la liberación de la humanidad.

Quiero que sacien Mi sed.

El Señor tiene sed por todos los que sufren en el mundo, principalmente por los que están olvidados y descartados, por los que están prisioneros en las cárceles.

El Señor tiene sed por las mujeres que venden sus cuerpos en las calles, por las madres que abortan a sus hijos en las clínicas, transgrediendo la ley de la vida y el amor maternal.

Tengo sed por los que están perdidos en las guerras, por los soldados que luchan engañados para conquistar una ilusión que no existe y que es irreal.

El Señor tiene sed por los que están enfermos en sus casas y hospitales, por los que están desahuciados.

El Señor tiene sed por los ancianos olvidados, por los discapacitados que son ofendidos y distanciados.

El Señor tiene sed por los pequeños niños huérfanos, por los que han perdido a sus familias, por los que luchan y buscan una oportunidad en otras naciones del mundo, cruzando desiertos, mares y océanos, y muchos de ellos perdiendo su vida.

¿Quién le quitará esa sed del Señor a través de sus buenos actos de misericordia, a través de las obras de caridad y de perdón?

¿Quién se arrepentirá por los que no se arrepienten?

¿Quién se confesará por los que no se confiesan y mienten?

¿Quién será capaz de proteger Mi Obra de sí mismo, a través de la verdad, de la transparencia y de la justicia?

A través de la verdad, de la transparencia y de la justicia, el Señor del Universo lo ve todo, nada está oculto para Dios a través de Su Amadísimo Hijo.

Por eso, están a tiempo de enmendar sus actos, por aquellos que no los enmiendan; están a tiempo de enmendar sus pensamientos, por aquellos que no los enmiendan; están a tiempo de enmendar sus sentimientos y todas sus intenciones, por aquellos que no los enmiendan; porque Mi deseo ardiente y profundo es que todos vuelvan a estar en la Ley.

Por eso, Yo les recuerdo que Soy el Camino, la Verdad y la Vida, y que nadie llega al Padre sino a través de Mí. Esto siempre será así porque es una Ley Divina.

Por eso, en este mes de agosto, que sus corazones y vidas se enmienden ante Dios para que la humanidad pueda ser reparada, curada y redimida algún día.

Dichosos los que son verdaderos consigo mismos y con sus hermanos, porque nunca les faltará la felicidad espiritual.

Dichosos los que reconocen sus propias faltas y no las ocultan, porque serán llamados hijos del Redentor.

Dichosos los que lo intentan todos los días, aunque caigan y se levanten, porque serán llamados siervos del Señor.

Dichosos los que, en esta hora del recogimiento de Cristo y de todas las Jerarquías, reconocen las Gracias y los tesoros espirituales que recibieron a lo largo de los tiempos y los llevan a la práctica a través del ejemplo de una vida digna, porque serán llamados colaboradores del Plan.

Dichosos los que se acercan al Sacramento de la Confesión y no se resisten, porque serán bendecidos por Mi Espíritu y no habrá mancha ni pecado que los agobie o los atormente, porque a través de la autoridad sacerdotal universal sus pecados y faltas serán perdonados, y serán llamados bienaventurados del Señor.

Que esta Maratón de la Misericordia no sea una Maratón de oración más, sino que cada uno de ustedes coloque sobre su propia mesa, así como lo hace la Jerarquía, las difíciles y graves situaciones del planeta para que sean iluminadas y colmadas por la luz de la oración, y así también sus vidas y la vida de sus familias serán colmadas por la luz de la oración.

Estaré atento una vez más a la voz de sus súplicas, porque el mundo las necesita, y todos las necesitan.

Sientan Mi abrazo espiritual. Sientan el latir de Mi Corazón, la Presencia de Mi Alma y Divinidad, y el poder del Amor de Mi Espíritu.

En profundidad les agradezco, y reciban Mi Paz, la Paz del Reino de los Cielos y de los ángeles aquí presentes, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mensajes semanales
MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LAKE SHASTINA, MONTE SHASTA, ESTADOS UNIDOS, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mis muy queridos hijos de Norteamérica:

Después de mucho tiempo, vuelvo a estar reunida con todos ustedes en nombre del Amor de Mi Hijo, un Amor que les concede a los corazones la Gracia tan esperada del perdón y de la reconciliación.

Hoy, como su Madre del Cielo, vengo con la Sagrada Estrella de la Luz de Monte Shasta en Mi Frente; para que este nuevo ciclo, que comienza para la Obra en los Estados Unidos, pueda dar los frutos tan esperados por el Padre Celestial.

Queridos hijos, quiero que sepan que el Padre Celestial coloca Su Paternal Mirada también sobre Sus Hijos más necesitados de cura espiritual. Esta es la razón y este es el motivo, este es el momento en el que nacerá por intermedio del nuevo Núcleo-Luz ese principio de cura a través del amor que tanto necesitan las almas de los Estados Unidos.

Desde ahora, espero con gozo y regocijo el servicio que prestarán en los próximos tiempos a las almas y a los corazones traumatizados por la guerra y por todas sus consecuencias.

Este es el día esperado por el Señor para que, en Norteamérica y a través de la Estrella de la Luz de Monte Shasta, pueda surgir el tiempo de la esperanza y de la reparación de los corazones olvidados de este país; que pueda nacer el sentimiento y la empatía por los mutilados de la guerra, por aquellos jóvenes y adultos que fueron prisioneros de un movimiento y de una idea que desmoralizó sus vidas, familias y espíritus.

Queridos hijos, que los ángeles de Monte Shasta los acompañen en esta etapa de manifestación de la Voluntad del Padre Celestial para Norteamérica.

Yo los bendigo con Mi Amor Maternal.

¡Les agradezco, a los presentes, por haber respondido a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LA CUMBRE, CÓRDOBA, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Después de la venida de Mi Amadísimo Hijo a Argentina, como Madre de todos y Señora de Luján, vengo a bendecirlos por última vez.

Seguiré orando por ustedes, Mis hijos de Argentina; para que, a pesar de este traumático escenario social del país, sus corazones se reconforten con el Amor que Mi Materno Corazón les ofrece en este momento.

Mis amados hijos de Argentina, deseo que todos los impulsos que recibieron en estos últimos días los lleven en sus corazones, como parte del gesto misericordioso y compasivo de Dios por una Argentina que ya debe prepararse para el Retorno de Cristo.

Mientras tanto, Yo los animo, Mis hijos, a realizar obras de caridad y de bien, y a pensar que cada momento de servicio a los que sufren, lo estarán haciendo como un acto verdadero de reparación, a fin de que de la Argentina sea erradicada la violencia y el maltrato entre los miembros de la familia humana y para que retorne a la Argentina la esperanza, la fortaleza y la fe que ya se disolvió en muchos corazones.

Mis hijos, su Madre y Señora de Luján les pide que sean precursores de la esperanza y de la alegría que les da el Evangelio, porque así más corazones necesitados de Argentina tendrán la Gracia de volver a renacer en el amor y en el bien.

Les agradezco a Mis hijos de Argentina por haber acompañado cada uno de los pasos de Nuestros Sagrados Corazones.

¡Adelante, Mis hijos de Argentina!

Les agradece y los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora de Luján

 

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA EN BUENOS AIRES, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, PARA EL ENCUENTRO DE ORACIÓN DEL DÍA 13

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Me alegra estar aquí, en Mi Argentina.

Vengo aquí, como un Espejo de Paz, para que las almas ingresen en Mi Océano de Paz, para que puedan ingresar en Mi Universo de Amor, que los fortalecerá en este momento y los animará a seguir adelante, a pesar de todo lo que suceda.

Hijos Míos, Yo estoy aquí y Soy su Madre, la Madre que escucha las súplicas de Sus hijos, la Madre de Dios que acoge a los corazones heridos, que recibe el clamor de todos Sus hijos.

Yo estoy aquí, hijos Míos, para animarlos y para darles coraje, para que se animen a atravesar estos tiempos desconocidos, dentro y fuera de ustedes.

Vengo aquí a disolver todo el temor y la duda por medio del Amor de Mi Hijo, Jesucristo. Él Me envía como la Señora de Argentina y la Madre de todos los corazones argentinos, para recordarles que Él retornará a esta nación, que Su promesa se cumplirá y que nada lo impedirá, porque es la Voluntad de Dios por encima de todas las cosas.

Por eso, tengan fe y no se debiliten. Invoquen la acción del Espíritu Santo para que puedan recibir Sus dones en este momento, en el que la Argentina necesita ser guiada y acompañada por la Jerarquía.

En nombre de todas las Santas Divinidades del universo, Yo estoy aquí como el Soplo del Espíritu Santo que los abraza y los envuelve, como la llama de Amor que los cura y que los sana, que los impulsa a vivir el nuevo tiempo, lejos del sufrimiento y de la tristeza.

Vengo aquí como la Madre de la Gracia Infinita, a reparar el espíritu y el alma de esta nación. Por eso, he pedido que se encontraran Conmigo, y agradezco el espíritu de colaboración y el entusiasmo de todos, más allá de lo que cada uno de Mis hijos está viviendo en este momento.

Coloquen sus oídos sobre Mi Pecho y sientan el pulsar de Mi Corazón. Dejen que Mis Manos acaricien sus rostros. Dejen que Mis Brazos los abracen fuertemente para que sientan el abrazo de Dios, ese abrazo que es incansable y eterno, esa Sagrada Mano de Luz que se extiende para que todos se puedan tomar fuerte y seguir caminando con esperanza hasta poder encontrar dentro de ustedes el universo de la paz.

Yo amo con predilección a la Argentina y no Me cansaré de decirlo, una y otra vez, porque para su Madre Celeste esto es una oración.

Amo a la Argentina por el Propósito Espiritual que tiene en el final de los tiempos, por todo lo que debe concretar espiritualmente como nación; porque aquí está previsto que se cumpla la Voluntad de Dios, aunque los acontecimientos en la superficie digan otras cosas.

Pero, a través de esta prueba de fe que cada uno de Mis hijos argentinos está atravesando, Dios les concede la oportunidad de fortalecer a sus Cristos Internos y atravesar este momento de una forma como nunca antes atravesaron.

Por eso, vengo aquí como la Madre del Alivio, como la Madre del Consuelo, como la Madre que escucha la voz de cada uno de Sus hijos de Argentina.

Llegará un tiempo, el tiempo del porvenir, en el que todo se transformará y se redimirá. Ustedes ya conocen esta promesa que los Sagrados Corazones de Jesús, María y San José les han pronunciado a través de los tiempos.

Crean en esto, tengan fe y serán parte de esto algún día, y también sus familias y seres queridos, así como lo será todo este país que le debe reflejar al mundo una lección de amor, de fe y de persistencia, en la que los corazones que aman y viven por Cristo no se dejan derrotar, no se dejan estremecer a pesar de todo lo que les suceda, porque el Amor de Cristo está en los corazones que aman al Señor, y la fe los renueva y les disuelve las flaquezas, las incertidumbres y también las dudas.

Porque esta es la gran noche oscura del planeta. Así como ustedes, como nación y como pueblo, están atravesando esta noche oscura, muchas naciones también viven su noche oscura, muchos pueblos y razas atraviesan esta noche oscura; pero, para ustedes y para sus hermanos, la Luz invencible e inexplicable de Cristo siempre brillará en el fondo del abismo.

Y levantando sus rostros hacia lo Alto, lo verán, porque Él pisará con Sus Pies esta tierra, y así como lo hizo con Sus compañeros, los llamará por su nombre y lo reconocerán; y algunas almas tendrán la Gracia de verlo, cara a cara, y de una forma sorpresiva.

¿Qué le dirán a Mi Hijo cuando lo encuentren?

Preparen ese momento en lo más íntimo de sus corazones, porque eso es lo más importante en este momento para sus vidas: poder estar cara a cara ante el Señor para unirse a Él, para que sean Uno con Él, así como Él es Uno con el Padre y así el Padre será Uno con ustedes; porque Mi Amado Hijo vino al mundo por esta causa, para que todos aprendieran a ser Uno con el Padre que está en los Cielos.

Rezo para que Argentina pueda expresar su sagrada tarea espiritual a través de las almas que despiertan y que despertarán, a través de los corazones que se animan a unirse a esta Fraternidad Universal, en la que todos pueden vivir en este tiempo una síntesis interior de todos los caminos, escuelas y experiencias que vivieron en esta vida.

Porque al final, Mis hijos, todas las escuelas, experiencias y caminos llegarán a un solo lugar, todos los caminos desembocarán en un mismo lugar, que es el Amor de Dios, Su Corazón pulsante y eterno que vibra en Amor por las almas que lo buscan y que impulsa a los corazones que se animan a superar a Mi Hijo en el Amor.

Porque eso es lo que espera Cristo, Nuestro Señor, que cada día que pasa y a través de cada experiencia que viven en este tiempo crucial, el centro de sus vidas y de su espiritualidad sea vivir ese Crístico Amor de Dios por intermedio de Su Amadísimo Hijo, Jesucristo.

Caminaré, junto con ustedes, en peregrinación hasta las Sierras de Córdoba para que, a través del Centro Mariano del Espíritu Santo, la Argentina como alma y como pueblo tenga la Gracia de recibir una vez más los Siete Dones de Dios, para que las almas que están aquí sean reparadas y curadas, para que todos ustedes puedan sentir la unción de Mi Amadísimo Hijo que los vendrá a bendecir al igual que el Casto Corazón de San José. Así, los Tres Sagrados Corazones bendecirán a la Argentina.

La Madre de la Gracia, hoy aquí presente entre Sus hijos y por Sus hijos, extiende Sus Brazos y abre Sus Manos para derramar la Luz de la Gracia de Dios sobre Sus Criaturas, sobre las almas que necesitan en este momento del consuelo y de la paz, para llevarla consigo en sus espíritus, para irradiarla a sus familias y seres queridos, para compartirla con cada hermano y hermana de la Argentina.

Crean, Mis amados hijos, en el poder que les puede dar el renacimiento de Cristo en cada corazón.

Ustedes ya son testigos del Sagrado Sacramento de Su Cuerpo y de Su Sangre, son parte de Su Gran Cuerpo Místico en el mundo que refleja como espejo Su Gracia y Su Amor por las almas.

Que puedan sentir, en esta tarde, el júbilo de sus almas, así como la Madre de Dios y Señora de Luján siente el gozo de estar con Sus hijos amados.

Que se cumpla el advenimiento de la esperanza.

Que las almas renazcan en Cristo, para que se alcance la paz.

Bendeciré en este momento, Mis queridos hijos, todos los objetos sagrados que tengan consigo, para que ellos sigan siendo una señal de conversión y de redención, de fortalecimiento de la fe y de la esperanza en las almas de Argentina.

El Rosario es el arma contra toda adversidad y oscuridad. Quien se afirma en él, nunca perecerá.

Yo vine a enseñarle al mundo a orar el Santo Rosario, para que sus almas, sus familias y seres queridos formaran parte de los Misterios de Dios, expresados en cada uno de los Misterios del Santo Rosario; y para que, a través del espíritu de la oración del Rosario, aprendieran a vencer todo mal y toda adversidad, aprendieran a resolver las causas imposibles, porque quien reza el Rosario con el corazón, reza Conmigo en los Cielos.

Yo bendigo estos objetos sagrados, pero sobre todo bendigo a sus corazones.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Gracias, Mis hijos, por estar Conmigo. Recuerden que Yo estoy a su lado, en el silencio de Mi oración.

Les agradezco y los amo.



Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:

¡Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das!

¡En este encuentro, Te honramos, Señor!

Y, ahora, vamos a prepararnos para la Comunión Espiritual y vamos a ofrecer esta Comunión por la reconsagración de Argentina al Sagrado Corazón de Jesús, respondiendo al pedido de nuestra Santísima Madre.

Mientras nos preparamos, vamos a cantar la “Canción para Cristo”, preparando nuestro mundo interior, nuestra consciencia, para participar de este Sacramento de la Santa Eucaristía y del Sacramento del Bautismo que llega como una Gracia renovadora para todos nosotros.  

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mis amados hijos:

Hoy, guardo bajo Mi Manto las causas más urgentes del planeta, que han herido gravemente al Corazón de Dios en este 2023; en un momento en el que la humanidad está confundida y perdida, en el que la intolerancia y la violencia prevalecen más que el amor, la verdad y la justicia.

He aquí, bajo Mi Manto, cada una de las situaciones que atiende, pero que también apremia a la Jerarquía.

He aquí, el clamor de todos los pueblos y de todas las naciones, de las familias y de los que claman por ayuda.

He aquí, hijos, la gran necesidad de la humanidad y de todo el planeta.

Hoy, vengo aquí a mostrarles esto para que lo contemplen Conmigo en oración y, más aún, en súplica, porque el mundo necesita de una solución inmediata. Y sepan que no solo Mi Corazón, sino también el corazón de todas las Jerarquías, están atentos a cada momento y a cada situación.

Yo vengo a guardar cada una de las causas urgentes bajo Mi Manto, porque el mundo y la humanidad no encuentran la salida, ya no pueden ver el camino de la paz y de la concordia.

Por eso, hijos, todos los que han orado durante este año que ya está finalizando, han sostenido junto con la Madre de Dios, a pesar de la gravedad de las situaciones, cada una de estas causas de las almas que claman y que piden por ayuda.

Por eso, Dios Padre, una vez más envía a Sus santos ángeles a la Tierra; para que, a través de Sus legiones y de todos Sus comandos, auxilien a la humanidad, que está perdiendo los valores de la lealtad, de la unidad y del entendimiento, que son bases primordiales de la fraternidad humana y del bien común.

Yo quiero que sepan, hijos Míos, que los verdaderos orantes comprometidos, en el día a día y a través de los tiempos, han ayudado muchísimo a la Madre de Dios en todo lo que su Madre Celeste atiende en este momento crucial de la humanidad.

Hijos Míos, Yo estoy aquí, a las puertas del último día del año 2023, para que comience un nuevo año de mayor amor, de mayor justicia y esperanza; porque las almas, los pueblos y las naciones ya no pueden seguir saliéndose de la Ley y, así, apartarse de la Verdad y de la Sabiduría que Dios les puede dar.

Por eso, este es el tiempo y esta es la hora de sostener el puente que se está rompiendo para que se restablezca, en cada momento y en cada necesidad, esa unión entre el Cielo y la Tierra.

No dejen morir el amor en ustedes ni en sus hermanos.

Vuelvo a decirles en el nombre de Mi Hijo Jesús, el Rey del Universo, que se amen los unos a los otros como Él los amó y los ama. No hay otra salida, hijos Míos, porque muchos, muchos hijos Míos en el mundo ya perdieron la esencia del Amor.

Y esa esencia del Amor, que es la esencia de la vida y de toda la creación, necesita resurgir en los corazones que se han apartado de Dios, en los corazones que ya se cerraron y que no se abren a escuchar la Buena Nueva del Retorno de Cristo, porque han perdido la fe, porque han perdido el amor, porque han perdido la esperanza.

Mañana, 31 de diciembre, último día del 2023, les pido a las almas, en los mundos internos, que no se olviden de los Universos Superiores que estarán atentos, una vez más, a la voz de las súplicas.

Se necesita de mucha Misericordia. Las almas necesitan de la Gracia y necesitan recuperar el amor para poder renacer en Cristo, que ya está llegando.

Hijos, mañana estaré una vez más con ustedes como la Aurora que anuncia lo nuevo, como el amanecer que trae la vida y la renovación, como el Soplo del Espíritu de Dios que anuncia el Advenimiento de Cristo.

En el día de la Madre de la Divina Concepción de la Trinidad, los Altares de Dios estarán abiertos, porque los ángeles abrirán sus puertas para acoger las ofertas de los corazones y, sobre todo, del Santo Sacramento de la Eucaristía que será ofrecido por un fin mayor, por un bien mayor, por un propósito mayor.

Que el 2024, año que prenuncia el Retorno de Cristo, sea un año de mayor misericordia y paz, de mayor fraternidad y justicia en el mundo, especialmente para los más inocentes y para las familias.

He aquí la Madre y Señora de las causas imposibles, Abogada vuestra, Mediadora entre las almas y Dios, Consuelo de los afligidos, Esperanza de los pobres, Refugio de las familias, el Espejo de la Justicia de Dios.

Les deseo el bien a todos. Yo estoy aquí y Soy su Madre, la Madre que no se detiene y que no descansa, la Reina de la Paz.

Les agradezco a todos los que responden al Llamado de Dios en estos tiempos críticos.

Mi bendición sobre los justos y los injustos. Mi bendición sobre los servidores, pero también sobre los pecadores. Mi Hijo quiere la salvación del mundo entero.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, DE SAN JOSÉ Y DEL NIÑO JESÚS EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Hermana Lucía de Jesús:

Estamos ante la Sagrada Familia de Nazaret: Nuestra Señora, la Virgen María; San José y el pequeño Niño Jesús.

Escuchemos las Palabras de Nuestra Señora:
 

En una noche como esta, hijos Míos, cuando no había esperanza en el mundo, Nuestros Sagrados Corazones caminaban hacia Belén, guiados por los ángeles y por las luces del cielo, sustentados por la Consciencia Divina y por el Santo Espíritu de Dios.

Fue de esa forma que llegamos a la gruta de Belén, con el cuerpo cansado, que humanamente sería imposible soportar, pero que con el sostén de Dios y de Sus ángeles nos fue posible permanecer con fortaleza interior y, a través de ella, sustentar Nuestros Cuerpos.

En una noche como esta, la maldad y la confusión reinaban en el corazón de los hombres, así como reina en el corazón de muchos hombres en este día. Y por el mismo motivo que un día llegamos a Belén, hoy, llegamos aquí, a este simple lugar elegido por Dios para verter Su Cura sobre el mundo.

Vengo hasta aquí, hijos Míos, para decirles que no pierdan la esperanza. Nuestros Corazones oran incesantemente por el mundo, sobre todo por las almas que no le encuentran sentido a la vida. Por eso, que cada uno de ustedes sea como una llama viva que vuelva a encender la luz del mundo, así como el pequeño Niño Jesús lo hizo y, a través de Su oferta de vida, le concedió a la humanidad una nueva oportunidad.

Hoy, la humanidad necesita una nueva oportunidad. Por eso, hijos, ¿quién se ofrecerá para renovar el Amor de Dios y permitir que Cristo renazca en sus corazones?


Hermana Lucía de Jesús:

Escuchemos las Palabras de San José:
 

Hoy, estamos aquí por las almas peregrinas, por aquellos que tienen fe en Nuestra Sagrada Presencia.

Hoy, estamos aquí por las familias que viven en las guerras, por aquellas que ya no creen en el amor, que ya no creen en Dios; porque en sus corazones reina el dolor y un sufrimiento que jamás podrán comprender.

Hoy, estamos aquí, hijos, para que sigan orando por la paz; para que en sus familias reine la esperanza de superar los desafíos, las diferencias, las purificaciones; para que la unidad vuelva a reinar y para que, mucho más allá de todo lo que puedan vivir dentro de cada uno de ustedes, siempre exista la comprensión, el diálogo y sobre todo el amor.

Hoy, Nuestros Sagrados Corazones le traen una Gracia especial al mundo, un mundo que agoniza y que le clama a Dios para volver a sentir paz.

Así como un día estuvimos en Belén, en cuerpo y alma, clamando por el mundo, abriendo las puertas de este planeta a la llegada del Mesías; de la misma forma, hoy estamos aquí, abriendo en sus corazones un espacio donde pueden sentir la Presencia de Dios, donde Él puede reinar y puede hacerlos superar las adversidades de estos tiempos.

 

Hermana Lucía de Jesús:

Escuchemos a Nuestra Señora:
 

Queridos hijos, con el Niño Jesús en Mis Brazos, traigo hacia Mi Corazón a todos los niños del mundo y les pido que hagan lo mismo; que en esta noche no se olviden de los que agonizan, no se olviden de que están aquí para ser soldados de la paz, intercesores con Mi Inmaculado Corazón por todas las almas que sufren.

Muchos no tienen la Gracia de celebrar esta Navidad como hoy ustedes pueden celebrarla, muchos solo se sumergen en la tristeza, en el desamparo y en el desamor, y la oscuridad en la que están sus corazones es tan grande que ni siquiera, hijos Míos, consiguen clamarle a Dios.

Por eso, clamen por las almas, por las almas más perdidas. Y cuando aprendan a orar, cada vez más de corazón, cuando aprendan a ir más allá de ustedes mismos para ofrecer sus vidas por los que sufren; será entonces, hijos Míos, cuando comprenderán el Amor de Cristo, ese Amor que espera reinar en sus corazones como en todos los corazones humanos.


Hermana Lucía de Jesús:

Escuchamos al Pequeño Niño Jesús:


Oro por la paz, oro por la paz que se perdió de los corazones. Oro para que sean perseverantes y para que el Propósito Divino reine en los corazones y en las consciencias de todos los que se comprometieron Conmigo, así como Yo Me comprometí con la humanidad y hoy estoy aquí, ante sus corazones.

Les pido que no dejen de estar ante Mí para que Yo pueda fortalecerlos, para que Yo pueda sustentarlos y para que, a pesar de la cruz del mundo, sus corazones conozcan la fortaleza que Yo conocí. Dispóngase a esto y estén con el corazón pronto, así como Mi Corazón está pronto para retornar al mundo.

Hoy, la Sagrada Familia los bendice, así como bendice al planeta, que hoy tengo en Mis Manos. Les pido que estén en vigilia por las almas que se pierden en esta noche, por no comprender el sentido espiritual del Nacimiento del Señor.


Hermana Lucía de Jesús:

Escuchamos a Nuestra Señora:


Hijos Míos, Nuestros Sagrados Corazones retornarán a los Pies de Dios, adonde estábamos hasta este momento, en vigilia y en oración por toda la humanidad. Únanse a Nosotros para que la unidad entre sus corazones y el Corazón de Dios no se pierda.

Hoy, les dejamos Nuestras bendiciones y Nuestra Gracia.

Les agradezco por estar aquí, por responder a Mi llamado y por perseverar en la oración.

Reciban la Gracia de la Sagrada Familia, permitan que ella impregne a sus familias y ofrézcanla por todas las familias del mundo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sigan en paz y oren por la paz.

Les agradezco. 


Hermana Lucía de Jesús:

Bien, hermanos, hoy antes de finalizar nuestro trabajo, vamos a hacer un pequeño relato a pedido de Nuestra Señora. La verdad es que no esperaba ese movimiento.

Cuando estábamos orando, durante el tercer misterio, comencé a tener una visión de diferentes lugares del planeta. La mayoría de ellos eran lugares que hoy están en guerra y, mientras estábamos orando, percibía que Nuestra Señora, con San José y el Niño Jesús caminaban por esos lugares.

Ellos estaban descalzos, con ropas muy simples, antiguas, así como la Sagrada Familia de Nazaret acostumbraba a vestir, como los judíos de dos mil años atrás.

Entonces, fuimos ofreciendo nuestras oraciones por esa tarea espiritual que Ellos estaban realizando, pero realmente no pensé que Ellos vendrían hasta aquí, porque en todas las Apariciones suceden muchas cosas durante las oraciones, que a veces percibimos y a veces no, pero que solo las comentamos cuando la Jerarquía Divina nos pide que lo hagamos. Entonces, realmente pensé que era una tarea espiritual que sucedería durante el trabajo de oración.

A medida que fuimos avanzando con las oraciones del Ave María, la Sagrada Familia iba pasando por diferentes lugares, cambiando de un espacio del planeta hacia otro, era como si Ellos fueran cruzando portales y dimensiones a lo largo del camino. En algunos de estos lugares era de noche, en otros era de día.

Mientras Ellos caminaban, los ángeles iban rescatando a las almas a través de portales de Luz que se abrían sobre la Sagrada Familia. Algunos lugares por donde Ellos pasaban no estaban en guerra, parecían ciudades normales. Ellos pasaban por adentro de las casas de las personas, pasaban por las calles, iban tocando a las almas que realmente no estaban celebrando la Navidad como el Nacimiento de Jesús, y lo que comprendíamos era como si Ellos colocaran dentro de esas almas un código de despertar.

Seguimos acompañando esas visiones durante la oración, y cuando estábamos en las últimas oraciones del cuarto misterio, un portal de Luz comenzó a abrirse sobre nosotros. Primero tenía una forma oval y, a través de él, percibimos diferentes dimensiones.

Primero comenzaron a aparecer varios ángeles, y uno de ellos vino a nuestro encuentro y nos preguntó si estábamos dispuestos a recibir a la Sagrada Familia. En ese momento, dijimos que sí y quedamos esperándola.

Cuando los hermanos comenzaron a cantar el Ave María, ese portal se amplió cada vez más, como si acontecieran diferentes explosiones de Luz, que encendían toda la carpa. Con los ojos cerrados, daba la sensación de que había un cortocircuito en la Luz, encendiendo y apagando rayos, hasta el momento en el que los ángeles nos pidieron que nos arrodilláramos. En ese momento, a partir de ese portal, apareció una estrella de seis puntas en tres dimensiones, que comenzó pequeña y terminó grande, como si nos abrazara a todos dentro de ella. Eso sucedió semejante a una explosión.

La estrella venía con un punto de Luz e de repente creció y nos abrazó, pero fue en un segundo. Cuando ella crecía, nos colocaba a todos adentro de una realidad espiritual, donde una energía de Gracia comenzaba a trabajar con nuestras consciencias.

Luego de esa explosión de Luz, la Sagrada Familia empezó a llegar hasta aquí. Primero, Ellos se acercaban como esferas de Luz, después como siluetas de Luz, hasta que iban apareciendo cada vez con más detalles, como la Sagrada Familia de Nazaret.

San José y Nuestra Señora estaban tomados de las Manos, y nuestra Madre Divina sostenía a Jesús, que parecía tener de 3 a 4 años.

Cuando Ellos comenzaron a hablar, la primera cosa que nuestra Madre Divina nos dijo fue que les dijéramos a todos que estábamos ante la Presencia de la Sagrada Familia. Mientras cada uno de Ellos iba hablando con nosotros, yo percibía que situaciones internas de diferentes familias del mundo comenzaban a recibir cura.

Al mismo tiempo que Ellos hablaban, no sé explicarlo muy bien, pero era como si salieran de adentro de las consciencias diferentes energías que estimulaban los conflictos, los desacuerdos; energías que muchas veces nosotros estamos purificando y que, en nuestra relación diaria como familia, nos impiden comprender al otro o vuelven difícil la convivencia. Era así como yo lo comprendía.

Entonces, esas energías comenzaban a salir y nuestras almas recibían la Gracia de una comprensión mayor. Como nos mostraba Nuestra Señora, esa Gracia venía para que pudiéramos fomentar el diálogo, para que pudiéramos comprender mejor al prójimo y para que, en nuestras relaciones familiares, pudiéramos ver al otro como realmente es y no como aparenta ser o como él está en ese momento de tantas purificaciones.

Y eso sucedía con nosotros aquí, pero también con diferentes familias del mundo que escuchaban a Nuestra Señora y con familias que no estaban acompañando esta transmisión, pero que internamente se unían a la Sagrada Familia en este momento.

Es algo un poco difícil de explicar, porque eran imágenes y comprensiones internas que la Jerarquía Divina nos entregaba a medida que iba conversando con nosotros.

Por último, a través de ese portal de la Sagrada Familia, descendía sobre nosotros una energía  en forma de Paloma de Luz que representaba una Gracia, que cada uno de nosotros va a descubrir a medida que comience a vivirla, una Gracia que la Sagrada Familia nos traía en esta noche de Navidad.

Después que Ellos terminaron de hablar, nuestra Madre Divina, San José y el Niño Jesús nos dijeron que Ellos serían breves, porque Ellos estaban en oración a los Pies de Dios, intercediendo por diferentes situaciones del planeta.


Madre María Shimani de Montserrat:

No es mi tarea en esta vida transmitir las cosas que vemos, pero para confirmar un poco la experiencia de la Hermana Lucía, hoy, la Madre Divina me solicitó que hiciera una explicación breve de lo que yo había visto.

Cuando nos sentamos aquí, para comenzar la tarea, yo miré a la Hermana Lucía y le dije: “Tenemos que estar atentos”; porque en un momento tan importante como este, la Navidad, la Jerarquía siempre trae paz y algo especial para las almas, más allá de todo lo que sucede aquí en la superficie.

Por eso, estuvimos bien atentos durante toda la oración y los cánticos. Y cuando Piedad comenzó a cantar, creo que ya en el segundo párrafo del “Ave María”, ella colocó la voz de una forma que atravesó la carpa y se unió a una Luz que venía del fondo de la carpa. Una gran explosión de Luz invadió toda la carpa y la energía de Aurora, o sea toda Aurora, se encendió en Luz; es como si toda la energía, toda la consciencia de Aurora, se abriera como grandes portales y algo muy fuerte sucedió en el mundo interno de todos nosotros. En ese momento, sentimos la Voz de Nuestra Señora que dijo: “Prepárense, que estamos llegando”.

Entonces, cuando la Hermana Lucía tomó el almohadón, comenzamos a sentir muchas cosas. Mientras los Mensajeros hablaban, muchas escenas de la guerra comenzaron a aparecer, entre ellas, apareció la imagen de un niño que tendría 10 años, por su fisonomía me pareció que era árabe; él lloraba a los gritos desesperadamente y nosotros comprendimos que el dolor que sentía esa criatura representaba al dolor de todos los niños de la guerra.

Y, María me explicaba que solo el regazo de una madre, un abrazo materno fuerte, lo podría calmar; y que todos deberíamos abrazar a los niños de la guerra y llevarlos a nuestro interior, a nuestro corazón, para poder calmar el dolor que le queda a la niñez de esta humanidad.

Yo entendí que ese consuelo, ese amor que solo la maternidad y la paternidad pueden dar era lo que Ellos nos invitaban a ofrecer.

Porque en realidad, aquí entre nosotros, en esta celebración que estamos viviendo, en esta paz, no estamos realmente comprendiendo lo que está pasando, y a veces no es por mala voluntad de parte nuestra, sino que ese es un dolor que todavía no conocemos.

Entonces, esforcémonos en nuestras oraciones y en el consuelo que este amor humano, que nosotros sentimos, puede darles a todos los niños de la guerra.

Nos volveremos a encontrar el 31 de diciembre. Estaremos todos juntos para despedir este año, con la intención de que las cosas que suceden en el mundo se alivien, se calmen, que los hombres y mujeres de este mundo reflexionen, que todos reflexionemos sobre lo que estamos viviendo y podamos colaborar para que este mundo pueda recibir a Nuestro Señor con alegría y gratitud.

¡Muchas gracias a todos!

Esperamos que todos tengan una noche de paz y nos encontramos en el Corazón de Dios.

Apariciones extraordinarias
APARICIÓN DEL NIÑO JESÚS, DE LA VIRGEN MARÍA Y DE SAN JOSÉ, EN EL CENTRO MARIANO DE AURORA, PAYSANDÚ, URUGUAY, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


Hermana Lucía de Jesús:

Estamos ante la Sagrada Familia de Nazaret: Nuestra Señora, la Virgen María; San José y el pequeño Niño Jesús.

Escuchemos las Palabras de Nuestra Señora:
 

En una noche como esta, hijos Míos, cuando no había esperanza en el mundo, Nuestros Sagrados Corazones caminaban hacia Belén, guiados por los ángeles y por las luces del cielo, sustentados por la Consciencia Divina y por el Santo Espíritu de Dios.

Fue de esa forma que llegamos a la gruta de Belén, con el cuerpo cansado, que humanamente sería imposible soportar, pero que con el sostén de Dios y de Sus ángeles nos fue posible permanecer con fortaleza interior y, a través de ella, sustentar Nuestros Cuerpos.

En una noche como esta, la maldad y la confusión reinaban en el corazón de los hombres, así como reina en el corazón de muchos hombres en este día. Y por el mismo motivo que un día llegamos a Belén, hoy, llegamos aquí, a este simple lugar elegido por Dios para verter Su Cura sobre el mundo.

Vengo hasta aquí, hijos Míos, para decirles que no pierdan la esperanza. Nuestros Corazones oran incesantemente por el mundo, sobre todo por las almas que no le encuentran sentido a la vida. Por eso, que cada uno de ustedes sea como una llama viva que vuelva a encender la luz del mundo, así como el pequeño Niño Jesús lo hizo y, a través de Su oferta de vida, le concedió a la humanidad una nueva oportunidad.

Hoy, la humanidad necesita una nueva oportunidad. Por eso, hijos, ¿quién se ofrecerá para renovar el Amor de Dios y permitir que Cristo renazca en sus corazones?


Hermana Lucía de Jesús:

Escuchemos las Palabras de San José:
 

Hoy, estamos aquí por las almas peregrinas, por aquellos que tienen fe en Nuestra Sagrada Presencia.

Hoy, estamos aquí por las familias que viven en las guerras, por aquellas que ya no creen en el amor, que ya no creen en Dios; porque en sus corazones reina el dolor y un sufrimiento que jamás podrán comprender.

Hoy, estamos aquí, hijos, para que sigan orando por la paz; para que en sus familias reine la esperanza de superar los desafíos, las diferencias, las purificaciones; para que la unidad vuelva a reinar y para que, mucho más allá de todo lo que puedan vivir dentro de cada uno de ustedes, siempre exista la comprensión, el diálogo y sobre todo el amor.

Hoy, Nuestros Sagrados Corazones le traen una Gracia especial al mundo, un mundo que agoniza y que le clama a Dios para volver a sentir paz.

Así como un día estuvimos en Belén, en cuerpo y alma, clamando por el mundo, abriendo las puertas de este planeta a la llegada del Mesías; de la misma forma, hoy estamos aquí, abriendo en sus corazones un espacio donde pueden sentir la Presencia de Dios, donde Él puede reinar y puede hacerlos superar las adversidades de estos tiempos.

 

Hermana Lucía de Jesús:

Escuchemos a Nuestra Señora:
 

Queridos hijos, con el Niño Jesús en Mis Brazos, traigo hacia Mi Corazón a todos los niños del mundo y les pido que hagan lo mismo; que en esta noche no se olviden de los que agonizan, no se olviden de que están aquí para ser soldados de la paz, intercesores con Mi Inmaculado Corazón por todas las almas que sufren.

Muchos no tienen la Gracia de celebrar esta Navidad como hoy ustedes pueden celebrarla, muchos solo se sumergen en la tristeza, en el desamparo y en el desamor, y la oscuridad en la que están sus corazones es tan grande que ni siquiera, hijos Míos, consiguen clamarle a Dios.

Por eso, clamen por las almas, por las almas más perdidas. Y cuando aprendan a orar, cada vez más de corazón, cuando aprendan a ir más allá de ustedes mismos para ofrecer sus vidas por los que sufren; será entonces, hijos Míos, cuando comprenderán el Amor de Cristo, ese Amor que espera reinar en sus corazones como en todos los corazones humanos.


Hermana Lucía de Jesús:

Escuchamos al Pequeño Niño Jesús:


Oro por la paz, oro por la paz que se perdió de los corazones. Oro para que sean perseverantes y para que el Propósito Divino reine en los corazones y en las consciencias de todos los que se comprometieron Conmigo, así como Yo Me comprometí con la humanidad y hoy estoy aquí, ante sus corazones.

Les pido que no dejen de estar ante Mí para que Yo pueda fortalecerlos, para que Yo pueda sustentarlos y para que, a pesar de la cruz del mundo, sus corazones conozcan la fortaleza que Yo conocí. Dispóngase a esto y estén con el corazón pronto, así como Mi Corazón está pronto para retornar al mundo.

Hoy, la Sagrada Familia los bendice, así como bendice al planeta, que hoy tengo en Mis Manos. Les pido que estén en vigilia por las almas que se pierden en esta noche, por no comprender el sentido espiritual del Nacimiento del Señor.


Hermana Lucía de Jesús:

Escuchamos a Nuestra Señora:


Hijos Míos, Nuestros Sagrados Corazones retornarán a los Pies de Dios, adonde estábamos hasta este momento, en vigilia y en oración por toda la humanidad. Únanse a Nosotros para que la unidad entre sus corazones y el Corazón de Dios no se pierda.

Hoy, les dejamos Nuestras bendiciones y Nuestra Gracia.

Les agradezco por estar aquí, por responder a Mi llamado y por perseverar en la oración.

Reciban la Gracia de la Sagrada Familia, permitan que ella impregne a sus familias y ofrézcanla por todas las familias del mundo.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Sigan en paz y oren por la paz.

Les agradezco. 


Hermana Lucía de Jesús:

Bien, hermanos, hoy antes de finalizar nuestro trabajo, vamos a hacer un pequeño relato a pedido de Nuestra Señora. La verdad es que no esperaba ese movimiento.

Cuando estábamos orando, durante el tercer misterio, comencé a tener una visión de diferentes lugares del planeta. La mayoría de ellos eran lugares que hoy están en guerra y, mientras estábamos orando, percibía que Nuestra Señora, con San José y el Niño Jesús caminaban por esos lugares.

Ellos estaban descalzos, con ropas muy simples, antiguas, así como la Sagrada Familia de Nazaret acostumbraba a vestir, como los judíos de dos mil años atrás.

Entonces, fuimos ofreciendo nuestras oraciones por esa tarea espiritual que Ellos estaban realizando, pero realmente no pensé que Ellos vendrían hasta aquí, porque en todas las Apariciones suceden muchas cosas durante las oraciones, que a veces percibimos y a veces no, pero que solo las comentamos cuando la Jerarquía Divina nos pide que lo hagamos. Entonces, realmente pensé que era una tarea espiritual que sucedería durante el trabajo de oración.

A medida que fuimos avanzando con las oraciones del Ave María, la Sagrada Familia iba pasando por diferentes lugares, cambiando de un espacio del planeta hacia otro, era como si Ellos fueran cruzando portales y dimensiones a lo largo del camino. En algunos de estos lugares era de noche, en otros era de día.

Mientras Ellos caminaban, los ángeles iban rescatando a las almas a través de portales de Luz que se abrían sobre la Sagrada Familia. Algunos lugares por donde Ellos pasaban no estaban en guerra, parecían ciudades normales. Ellos pasaban por adentro de las casas de las personas, pasaban por las calles, iban tocando a las almas que realmente no estaban celebrando la Navidad como el Nacimiento de Jesús, y lo que comprendíamos era como si Ellos colocaran dentro de esas almas un código de despertar.

Seguimos acompañando esas visiones durante la oración, y cuando estábamos en las últimas oraciones del cuarto misterio, un portal de Luz comenzó a abrirse sobre nosotros. Primero tenía una forma oval y, a través de él, percibimos diferentes dimensiones.

Primero comenzaron a aparecer varios ángeles, y uno de ellos vino a nuestro encuentro y nos preguntó si estábamos dispuestos a recibir a la Sagrada Familia. En ese momento, dijimos que sí y quedamos esperándola.

Cuando los hermanos comenzaron a cantar el Ave María, ese portal se amplió cada vez más, como si acontecieran diferentes explosiones de Luz, que encendían toda la carpa. Con los ojos cerrados, daba la sensación de que había un cortocircuito en la Luz, encendiendo y apagando rayos, hasta el momento en el que los ángeles nos pidieron que nos arrodilláramos. En ese momento, a partir de ese portal, apareció una estrella de seis puntas en tres dimensiones, que comenzó pequeña y terminó grande, como si nos abrazara a todos dentro de ella. Eso sucedió semejante a una explosión.

La estrella venía con un punto de Luz e de repente creció y nos abrazó, pero fue en un segundo. Cuando ella crecía, nos colocaba a todos adentro de una realidad espiritual, donde una energía de Gracia comenzaba a trabajar con nuestras consciencias.

Luego de esa explosión de Luz, la Sagrada Familia empezó a llegar hasta aquí. Primero, Ellos se acercaban como esferas de Luz, después como siluetas de Luz, hasta que iban apareciendo cada vez con más detalles, como la Sagrada Familia de Nazaret.

San José y Nuestra Señora estaban tomados de las Manos, y nuestra Madre Divina sostenía a Jesús, que parecía tener de 3 a 4 años.

Cuando Ellos comenzaron a hablar, la primera cosa que nuestra Madre Divina nos dijo fue que les dijéramos a todos que estábamos ante la Presencia de la Sagrada Familia. Mientras cada uno de Ellos iba hablando con nosotros, yo percibía que situaciones internas de diferentes familias del mundo comenzaban a recibir cura.

Al mismo tiempo que Ellos hablaban, no sé explicarlo muy bien, pero era como si salieran de adentro de las consciencias diferentes energías que estimulaban los conflictos, los desacuerdos; energías que muchas veces nosotros estamos purificando y que, en nuestra relación diaria como familia, nos impiden comprender al otro o vuelven difícil la convivencia. Era así como yo lo comprendía.

Entonces, esas energías comenzaban a salir y nuestras almas recibían la Gracia de una comprensión mayor. Como nos mostraba Nuestra Señora, esa Gracia venía para que pudiéramos fomentar el diálogo, para que pudiéramos comprender mejor al prójimo y para que, en nuestras relaciones familiares, pudiéramos ver al otro como realmente es y no como aparenta ser o como él está en ese momento de tantas purificaciones.

Y eso sucedía con nosotros aquí, pero también con diferentes familias del mundo que escuchaban a Nuestra Señora y con familias que no estaban acompañando esta transmisión, pero que internamente se unían a la Sagrada Familia en este momento.

Es algo un poco difícil de explicar, porque eran imágenes y comprensiones internas que la Jerarquía Divina nos entregaba a medida que iba conversando con nosotros.

Por último, a través de ese portal de la Sagrada Familia, descendía sobre nosotros una energía  en forma de Paloma de Luz que representaba una Gracia, que cada uno de nosotros va a descubrir a medida que comience a vivirla, una Gracia que la Sagrada Familia nos traía en esta noche de Navidad.

Después que Ellos terminaron de hablar, nuestra Madre Divina, San José y el Niño Jesús nos dijeron que Ellos serían breves, porque Ellos estaban en oración a los Pies de Dios, intercediendo por diferentes situaciones del planeta.


Madre María Shimani de Montserrat:

No es mi tarea en esta vida transmitir las cosas que vemos, pero para confirmar un poco la experiencia de la Hermana Lucía, hoy, la Madre Divina me solicitó que hiciera una explicación breve de lo que yo había visto.

Cuando nos sentamos aquí, para comenzar la tarea, yo miré a la Hermana Lucía y le dije: “Tenemos que estar atentos”; porque en un momento tan importante como este, la Navidad, la Jerarquía siempre trae paz y algo especial para las almas, más allá de todo lo que sucede aquí en la superficie.

Por eso, estuvimos bien atentos durante toda la oración y los cánticos. Y cuando Piedad comenzó a cantar, creo que ya en el segundo párrafo del “Ave María”, ella colocó la voz de una forma que atravesó la carpa y se unió a una Luz que venía del fondo de la carpa. Una gran explosión de Luz invadió toda la carpa y la energía de Aurora, o sea toda Aurora, se encendió en Luz; es como si toda la energía, toda la consciencia de Aurora, se abriera como grandes portales y algo muy fuerte sucedió en el mundo interno de todos nosotros. En ese momento, sentimos la Voz de Nuestra Señora que dijo: “Prepárense, que estamos llegando”.

Entonces, cuando la Hermana Lucía tomó el almohadón, comenzamos a sentir muchas cosas. Mientras los Mensajeros hablaban, muchas escenas de la guerra comenzaron a aparecer, entre ellas, apareció la imagen de un niño que tendría 10 años, por su fisonomía me pareció que era árabe; él lloraba a los gritos desesperadamente y nosotros comprendimos que el dolor que sentía esa criatura representaba al dolor de todos los niños de la guerra.

Y, María me explicaba que solo el regazo de una madre, un abrazo materno fuerte, lo podría calmar; y que todos deberíamos abrazar a los niños de la guerra y llevarlos a nuestro interior, a nuestro corazón, para poder calmar el dolor que le queda a la niñez de esta humanidad.

Yo entendí que ese consuelo, ese amor que solo la maternidad y la paternidad pueden dar era lo que Ellos nos invitaban a ofrecer.

Porque en realidad, aquí entre nosotros, en esta celebración que estamos viviendo, en esta paz, no estamos realmente comprendiendo lo que está pasando, y a veces no es por mala voluntad de parte nuestra, sino que ese es un dolor que todavía no conocemos.

Entonces, esforcémonos en nuestras oraciones y en el consuelo que este amor humano, que nosotros sentimos, puede darles a todos los niños de la guerra.

Nos volveremos a encontrar el 31 de diciembre. Estaremos todos juntos para despedir este año, con la intención de que las cosas que suceden en el mundo se alivien, se calmen, que los hombres y mujeres de este mundo reflexionen, que todos reflexionemos sobre lo que estamos viviendo y podamos colaborar para que este mundo pueda recibir a Nuestro Señor con alegría y gratitud.

¡Muchas gracias a todos!

Esperamos que todos tengan una noche de paz y nos encontramos en el Corazón de Dios.

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL NÚCLEO-LUZ SAGRADO CIELO, BELO HORIZONTE, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

Mientras el mundo se hiere a sí mismo, que descienda el Sagrado Cielo de Dios, para que los ángeles transformen el odio y la venganza en paz y en amor.

Mientras las guerras agreden a los más inocentes y desprotegidos, que descienda el Sagrado Cielo de Dios, para que las familias protejan sus hogares y los niños tengan un futuro feliz.

Mientras el aborto interrumpe la cadena espiritual de la vida y de la armonía en el mundo, que descienda el Sagrado Cielo de Dios, para que la célula de la familia esté amparada y apartada de las invenciones del mal.

Mientras los refugiados y exiliados buscan con desesperación un futuro de esperanza y de justicia, que descienda ahora el Sagrado Cielo de Dios, para que los más necesitados reciban lo que tanto necesitan y estén libres de las temibles redes del tráfico humano.

Mientras la división en las familias coloca a cada miembro enfrentado con su propio hermano o hermana, que descienda el Sagrado Cielo de Dios, para que se cierren las puertas inciertas.

Mientras las ideologías son la tendencia que confunde y divide a los corazones de Mis hijos, que descienda el Sagrado Cielo de Dios, para que el Espíritu Santo dé entendimiento y sabiduría a cuantos lo necesitan.

Que descienda Mi Sagrado Cielo de Dios para que los que sufren sean aliviados y alcancen la Misericordia de Dios.

Invoquen al Sagrado Cielo de Dios para que se alcance la paz.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Les bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO DURANTE EL VIAJE DESDE BELO HORIZONTE HACIA BRASILIA, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mis queridos hijos:

Hoy, su Madre Celeste ya peregrina, en los Planos Celestiales, hacia Brasilia, para acompañar la Sagrada Tarea que llevará adelante el Casto Corazón de San José y también para poder estar muy unida a Mi Hijo por la importantísima ayuda espiritual e interna que Él ofrecerá, a través de las almas de Brasilia, a todo el Brasil.

Queridos hijos, de la misma forma, su Madre Celeste los llama para que, desde donde ustedes estén y a través de la Oración por la Paz en Brasil, también peregrinen internamente acompañando a toda la Divinidad en esta próxima etapa de peregrinación.

Queridos hijos, también los invito a difundir Nuestro amoroso llamado en todos los lugares posibles; para que más almas, necesitadas de luz, de amor y sobre todo de esperanza, puedan llegar, aproximándose a los cálidos y devotos Encuentros de Oración que serán ofrecidos en Brasilia.

Desde ahora, su Santísima Madre los acompaña y, desde ya, les agradezco por todo lo que será construido.

Los bendice, 

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

 

 
MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN FÁTIMA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Queridos hijos:

En este momento, Mi Corazón Inmaculado aún se encuentra unido al corazón esencial de cada pequeño hijo de África, a fin de que estas pequeñas almas alcancen el alivio espiritual y moral que necesitan.

Deseo, de forma ardiente, que se abra la puerta de Mi Gracia en África, de una Gracia de oportunidades y de esperanzas para los adolescentes y jóvenes; para que Mis hijos de África sepan que es posible vivir otra experiencia sobre la superficie de la Tierra. Una experiencia que permita el despertar de sus valores espirituales e internos, de los valores que los ayudarán a ser buenas personas, así como son buenos y simples de espíritu; algo de lo que todos Mis hijos del mundo deberían aprender a reconocer.

África debe ser ella misma, como lo fue en sus orígenes, desde sus más profundas raíces de unión con lo Divino y Cósmico. 

Por eso, a través de la actual misión humanitaria en curso, los tres Mensajeros Divinos preparan otro escenario interior, a fin de que el escenario exterior pueda ser mejorado, armonizado y corregido; para que todos Mis hijos tengan la dignidad que perdieron, no solo como seres humanos, sino también la dignidad de reconocerse y de sentirse merecedores Hijos de Dios.

Por eso, en África recién comienzan a gestarse el don de la esperanza, las oportunidades y la Nueva Tierra.

África Mía, eres parte de Mi Corazón; eres Mi aspiración de la nueva cuna de la Nueva Humanidad.

Oremos para que África sea ella misma y ya no sea de los explotadores y bandidos.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

Mensaje extraordinario
Mensaje extraordinario de San José, transmitido en el Centro Mariano de Aurora, Paysandú, Uruguay, a la vidente Hermana Lucía de Jesús

Bienaventurados los que sufren y que, en el silencio de su corazón, claman por Misericordia, porque les será concedida no solo la Gracia por la cual clamaron, sino también bendiciones mayores, profundas y eternas, que disiparán de sus corazones el dolor y les concederán la paz.

Bienaventurados los que, más allá de la soledad, oran, sirven y confían, aunque habiten en los infiernos de este mundo, donde reinan la desesperación y la desesperanza, donde la alegría fue callada por la indiferencia de aquellos que generan el dolor.

La oración de los inocentes es escuchada. El llanto de las mujeres, que claman al Padre, lava Sus Santos Pies, y Su Corazón se compadece de los que se creían olvidados.

En la batalla de estos tiempos, hijos, el Corazón de Dios está atento a sus súplicas y no se olvida ni desampara a los que claman, pero busca el tiempo y la hora exactos para poder interceder por las almas que sufren.

Por eso, hoy les digo y les diré siempre que la perseverancia en Dios, más allá del dolor, del sufrimiento o de la soledad, siempre será recompensada.

El Padre se compadece de aquellos que con fe aguardan. Su Espíritu sustenta a los que se mantienen en el servicio. Su Divinidad viene en auxilio de los que confían en la Gracia, y bendiciones mayores descienden a la Tierra cuando llega el tiempo; y el tiempo llegó.

El reloj del mundo marcó la hora de la redención. Al mismo tiempo que el caos batalla contra el mal, el Amor triunfa en lo profundo de los abismos de la consciencia humana. Todo está permitido.

El Creador anuncia, a través de Sus Mensajeros, que el tiempo de la redención llegó para todo aquel que cree. El tiempo de la Misericordia aún pulsa en los corazones de los que claman por una oportunidad.

Por eso, África amada, que desde los orígenes de la Tierra buscas tu camino, ya brilla en el horizonte tu destino; la pureza de tu corazón puede emerger; fuerza y fragilidad habitan en tu interior; persististe más allá del sufrimiento. Por eso, aguarda y confía en el reinado de la paz.

Sobre tu suelo pisarán Pies Sagrados y Sus Pasos marcarán tu historia. Como en otros tiempos, reinará la paz en ti y conocerás la vida de los confines del universo. Los misterios celestiales te serán revelados, de las entrañas de tu dolor volverá a emerger la esperanza. Nueva vida reinará en tu interior. Habrá paz.

Con estas Palabras, hijos, Me despido, los bendigo y les pido que Me aguarden en oración el próximo 18 de julio, para que cumpla un Designio Mayor del Creador de entregar un Mensaje extraordinario al corazón de Mis hijos de África. Sus corazones Me aguardan y el Creador les envía una respuesta. 

Crearé un puente entre el Corazón de Aurora y el interior de África, para que la cura y la redención puedan permear las heridas profundas de los que aspiran a conocer la paz.

Yo los bendigo, hoy y siempre.

Su padre y amigo,

San José Castísimo 

MENSAJE SEMANAL DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN LISBOA, PORTUGAL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Mis queridos hijos:

A pesar de los conflictos y de las guerras en el mundo, que dividen y perturban a las familias; hoy, Mi Centro de Luz de Medjugorje se enciende para transmitir internamente Mi Mensaje de Paz.

Yo Soy la Reina de la Paz y quiero a todos Mis hijos en el Reino de Dios, para que el mundo ya no siga perdiendo la inocencia y la luz que, una vez, Dios depositó en cada corazón humano.

Por esa razón, hoy, Medjugorje se enciende en luz y en esperanza, porque deseo detener el caos y la venganza que muchos corazones viven en estos tiempos, olvidándose de que todos son hermanos de un mismo Padre.

Por eso, una vez más, Él Me envía como Su Mensajera de la Paz para decirle al mundo que, si no detiene la guerra, algo peor se desatará.

Para evitar que más sangre inocente se derrame en el mundo, en este momento, cuento con las fervorosas oraciones de todos Mis hijos. Esto evita que la ira del Ángel de Dios se precipite sobre el mundo y la humanidad pierda el estado de rescatable.

Por eso, este es el gran momento para todos, en el que, a pesar de las pruebas o de las dificultades, Mis hijos se deben aferrar a Mi Manto y tomarse de Mi Mano, para que Yo, como Madre de todos, los pueda seguir guiando y conduciendo hacia Mi Amado Hijo.

Que hoy, desde Medjugorje, los corazones sientan la paz que les trae la esperanza y la fe, que todos necesitan en este momento.

Recuerden que estoy aquí y Soy su Madre.

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

 

Vigilias de Oración
APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Yo vengo del Cielo, a este lugar, para reabrir las puertas de los corazones, de los corazones heridos, abandonados y olvidados.

Por esa razón, Yo estoy aquí, en esta noche, sobre este Centro Mariano y con cada uno de Mis hijos. Más allá de las distancias, Yo estoy con cada uno de ustedes y agradezco este momento en el que ustedes se reúnen Conmigo, uniendo Mi Corazón con sus corazones para que las Gracias del Padre, las promesas del Hijo y los impulsos del Espíritu Santo desciendan sobre la humanidad, sobre este planeta.

Les agradezco también, Mis amados hijos, en esta noche de Gracia y de Misericordia, cada oración que le han ofrecido a Mi Corazón y les prometo que cada una de sus intenciones, cada una de sus súplicas sinceras y honestas será colocada a los Pies del Creador, para que la Madre de Dios, y Madre de todos, pueda interceder por esta humanidad, como lo ha hecho en esta jornada, a través de este encuentro de oración, en los lugares más sufridos, en los espacios más oscuros, donde miles de almas no consiguen ver la Luz de Dios, donde miles de almas ya no creen en el Amor del Padre, porque les han quitado la fe, han borrado la esperanza en muchos corazones que viven los conflictos del mundo, las persecuciones de estos tiempos y las guerras.

Pero Mi esperanza por ustedes está firme, es una esperanza indisoluble, porque su Madre siempre vendrá a su encuentro a pesar de todo lo que suceda; porque cuando vengo a su encuentro, vengo a preparar sus corazones para el Retorno de Mi Hijo, un Retorno que está muy cerca, más cerca de lo que parece o de lo que piensan. 

Por eso, por medio de sus oraciones, a través de su servicio, sigan propagando la fe y no solo fortaleciendo la fe en ustedes, sino también en sus hermanos, en aquellos que han dejado de creer en la Nueva Tierra, porque también la Nueva Tierra está muy cerca, está cerca de poder nacer en el corazón de los hombres y mujeres de la Tierra, en aquellos que siguen en simplicidad los Mandamientos de Dios y que no se olvidan de que a través de los Mandamientos podrán conocer las Leyes de Dios.

Les pido que hagan silencio, para que puedan escuchar la Palabra de Dios, una Palabra que no se desperdicia, un Mensaje que no se desvanece, un impulso que trae Mi Corazón para todas sus moradas, para todas sus esencias, con un propósito mayor de que ustedes sean conscientes y partícipes de la preparación del Retorno de Cristo, porque como Él les dijo, Él necesitará colocar sus Pies en los lugares que sean preparados para recibirlo; porque en esos lugares como este, Él volverá a traerles Su Palabra, no solo Su Palabra de Redención, sino también Su Palabra de Amor; porque cuando tan solo escuchen Su Voz y vean emerger las Palabras a través de Sus Labios, todo será transformado, todo será redimido.

No solo estoy aquí con la esperanza de que cada uno de ustedes Me acompañe en la reapertura de los Centros Marianos, sino también que Me acompañen en la tarea que Su Madre Celeste deberá realizar junto a Su Hijo en el hemisferio norte, incluyendo África.

Por eso, desde ahora, Mi Corazón llama a cada uno de ustedes a postularse para el servicio mayor. Sí, es eso lo que escuchan, postularse al servicio mayor es abrirse profundamente para caminar junto a la Jerarquía en los planes y en las metas que están propuestas para este ciclo.

Un plan que ya está pensado y está previsto, un plan preparatorio también para el Retorno de Mi Amado Hijo. Un plan que beneficiará a muchas consciencias, en especial a los más vulnerables y a los más descartados, no solo de África, sino también del mundo.

Por esa razón, Yo estoy aquí, para impulsarlos al apostolado. Mi Hijo Me lo ha pedido, Mi Hijo Me lo ha suplicado, porque en estos tiempos deben surgir los apóstoles del fin de los tiempos. Esto no es una filosofía ni tampoco es una teoría, debe ser una realidad para cada uno de ustedes: estar abiertos, disponibles e incondicionales para que, a pedido de la Madre de Dios, puedan estar donde sea necesario o donde sea más urgente.

Por esa razón los traje hasta lo alto de esta Colina; por esa razón, les pedí que hicieran un ofrecimiento en el Portal de la Paz, porque las flores que colocaron a Mis pies son Gracias que hoy derramaré sobre el mundo y, en especial, en aquellos lugares donde ya no existe la esperanza, la luz ni el amor.

Sé que no comprenderán todo lo que hoy les digo, pero no se preocupen, Mis hijos, que Mis Palabras resuenen en su mundo interior y que puedan acoger Mis Palabras con gratitud y con mucha alegría por todos aquellos que no pueden vivir la gratitud, por todos aquellos que no conocen la gratitud, por todos aquellos que no viven la alegría porque viven el sufrimiento y el caos.

Pero ustedes, en esta noche, en nombre de toda la humanidad y del planeta, están bajo Mi atmósfera de Gracia, dentro de Mi gran esfera de Luz, en donde existe el Propósito Creador de Dios; impulsos que Yo dejo en sus consciencias y en sus mundos internos con el fin de que se pueda dibujar, a través de sus vidas, la Voluntad del Padre, aquella Voluntad que ya tiene prevista para cada uno de ustedes y de sus hermanos.

Por eso, alégrense y sirvan sin condiciones ni reglas. Dónense al mundo para que el sufrimiento se pueda aliviar en muchos lugares. 

Que sus pies sean pies peregrinos, que sus manos sean manos de servicio, de abnegación y de entrega incondicional, para que el Amor de Dios vuelva al mundo, en especial en aquellos espacios en donde se ha perdido el Amor.

Que ese Amor pueda llegar al principal Proyecto del Creador, que son las familias, porque muchas familias están divididas y separadas.

Todo este momento, es también por las familias del mundo, para que la alianza en las familias pueda existir en estos tiempos, y así se pueda gestar la Nueva Humanidad, que no estará sometida a estas condiciones actuales, sino que será una familia espiritual que podrá conocer la felicidad de Dios, aquella felicidad que Él les prometió desde el principio, desde Adán y Eva; una felicidad que fue sepultada por los pecados del mundo y por el mal.

Pero, ¡alégrense, hijos Míos!, porque la promesa de Mi Hijo está latente, la promesa del fin de su cautiverio, del cautiverio de esta humanidad.

Que, en esta noche, reciban la Gracia de estar en la Misericordia de Dios, para que puedan aprender y saber que la Misericordia de Dios es infinita e invencible, y que aquella alma o aquel corazón, que verdaderamente se arrepienta, conocerá la Misericordia de Dios en su corazón.

Esto era todo lo que hoy les quería decir. Sigan atentamente los pasos de los Sagrados Corazones. Nuestra promesa de volver a África está latente y aspiramos a que pueda suceder pronto, muy pronto; porque cuando eso suceda, Mis amados hijos, la puerta del amor y de la cura se abrirá para África.

Hoy, les agradezco por estar Conmigo y por haber hecho brillar a este Centro Mariano de Figueira. Una vez más, el Árbol Sagrado de Figueira les vuelve a otorgar los frutos de la Gracia de Dios, no solo a sus corazones, sino también a todos los corazones del mundo que, abiertos a Mi Amor, escuchan Mi llamado.

Les agradezco. Dios los bendice y los protege.

Bajo la autoridad que Él Me concedió, bajo la poderosa Luz de la Cruz de Emmanuel, a la cual, los invito a visitar después, para agradecerle a Dios Creador porque Su Misericordia es infinita y Su Amor es invencible.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús: 

A pedido de Nuestra Señora, vamos a cantar, para despedirla: “Bienaventurados los misericordiosos”.

MENSAJE DIARIO DE SAN JOSÉ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, A LA VIDENTE HERMANA LUCÍA DE JESÚS

Cuando el alma mira hacia el Cielo, fortalece el propio espíritu, la propia fe, retoma sus aspiraciones más puras y renueva sus votos con Dios. Pero, cuando vuelve sus ojos hacia la Tierra pierde sus esperanzas, se encuentra con lo que cree que es la realidad y no consigue percibir en sí misma ni en el prójimo la forma de manifestar lo sagrado que la aguarda en el infinito. El alma busca fuerzas, ora y pide la Gracia de saber cómo llegar a eso que contempla en el universo.

Y hoy les digo, hijos, que cuando comiencen a mirar no solo hacia el Cielo, sino también hacia lo que verdaderamente son, descubrirán que la materia y el infinito se unen en la consciencia humana. Barro y espíritu se tornan uno cuando los seres despiertan a lo que son, y no será necesario morir para resucitar en la eternidad, sino que podrán descubrir la verdadera vida y la eternidad dentro de ustedes; dádiva revelada al corazón que ora, que adora y que no encierra a la verdad divina en su mente ni tampoco en lo que ya fue dicho, porque a pesar de que todo ya fue dicho, muy poco fue comprendido y vivido. 

Por eso, busquen lo sagrado en el propio interior. No lo busquen solo mientras oran, quieran corresponder a él mientras viven. 

Tienen Mi bendición para esto. 

San José Castísimo

MENSAJE DIARIO DE LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, TRANSMITIDO EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Poemas al Inmaculado Corazón de María 
Cuadragesimoseptimo poema

Querida Señora de la Luz,
Virgen protectora de las vocaciones,
despierta en nosotros la alegría inmutable de servir a Dios,
despierta en nosotros la fe inquebrantable
que Tú viviste por el Plan del Creador.

Señora de la Esperanza,
despierta en nosotros la convicción permanente
de estar cumpliendo con la Voluntad de Dios,
despierta en nosotros la renovación interior
para servir incansablemente a Tu amado Hijo.

Señora de la Luz y del Amor incondicional,
despierta en nosotros actos de Amor y de Misericordia 
cada vez más profundos,
para que también seamos merecedores de la Paz.

Señora de la Luz y de la Confianza,
enséñanos la misma confianza que Tú viviste con humildad
para que, podamos sentir, más allá de todo,
que Dios está en cada momento,
participando de la vida de Sus hijos.

Señora de la Luz y de la Obediencia,
ayúdanos a despojarnos y a desprendernos
de todo lo que consideramos propio.
Que, en entrega, nos abramos
para aprender a obedecer sin reclamar,
solo siguiendo amorosamente los pasos 
que indique Tu Hijo.

Madre, destierra de nuestra consciencia, 
la voluntad propia para que vivamos en paz.

Amén.
 

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

MENSAJE DIARIO TRANSMITIDO POR LA VIRGEN MARÍA, ROSA DE LA PAZ, EN EL CENTRO MARIANO DE FIGUEIRA, MINAS GERAIS, BRASIL, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

Poemas al Inmaculado Corazón de María 
Trigesimonoveno poema 

Madre,
quisiéramos, en este día,
poder permanecer en Tus brazos,
para que seamos colmados
de Tu Amor y de Tu Misericordia.

Quisiéramos que los niños más inocentes
que están en peligro,
hoy estuvieran en Tus brazos
para que estén amparados por Tu Divina Piedad.

Madre,
quisiéramos que los no nacidos
estuvieran en un lugar seguro, bajo Tu protección,
para que tengan la Gracia
de reencontrar el camino de Luz
que los llevará al Padre Eterno.

Madre,
quisiéramos que las mujeres y los hombres del mundo,
que venden sus cuerpos para provecho de los demás,
pudieran estar en Tus brazos,
para que estén a salvo y vean, 
en algún momento, la puerta de salida 
para abandonar la oscuridad.

Madre,
quisiéramos que hoy los más pobres entre los pobres
y los ancianos abandonados por sus familias
estuvieran en Tus brazos,
para que se sientan merecedores de recibir 
Tu cálido y afectuoso Amor
que los curará interiormente.

Madre,
quisiéramos que todos los refugiados 
y exiliados de sus países
pudieran estar en Tus brazos,
para que puedan sentir la alegría de rehacer sus vidas
y encontrar la esperanza 
en este tiempo de definición.

Madre,
quisiéramos que el planeta
estuviera hoy en Tus brazos,
para que la consciencia de la Tierra sea aliviada 
y ya no sienta que está sola.

Madre,
hoy más que nunca,
quisiéramos aprender a amar de verdad
como Tú nos amas, incondicionalmente.

Amén.
 

¡Les agradezco por responder a Mi llamado!

Los bendice,

Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz

 

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Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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