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Ave María en francés
Je vous salue, Marie,
pleine de Grâce,
le Seigneur est avec vous.
Vous êtes bénie entre toutes les femmes
et Jésus, le fruit de vos entrailles,
est béni.
Sainte Marie, Mère de Dieu,
priez pour nous, pauvres pécheurs,
maintenant, et à l’heure de notre mort.
Amen.
(tres veces)
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vengo aquí como la Emperatriz de la Paz, trayendo en Mi Mano el Cetro de Dios para que el mundo viva el Propósito del Padre, para que Mis hijos se unan a ese Propósito Espiritual antes de que sea demasiado tarde.
Por eso hoy, este impulso espiritual de la Fuente Creadora, lo deposito en el corazón de Mis hijos, lo derramo en las almas de Dios, para que la mayor cantidad posible de consciencias despierten en este tiempo de emergencia y pueda responder a la gran necesidad del planeta, a la emergencia de la humanidad.
Por eso, queridos hijos, Yo vengo aquí, a La Salette, una vez más, para recordarles Mi Mensaje, el Mensaje de la Señora de La Salette, un Mensaje que no fue completamente escuchado ni aceptado.
Por eso, les vengo a recordar esto, porque aún resta un poco de tiempo para que todo se pueda revertir y transformar en toda la consciencia humana.
Queridos hijos, Yo los necesito aquí, Conmigo, a Mi lado, al lado de la Madre de Dios, caminando por este mundo, siguiendo los pasos de Cristo, sirviendo a través del apostolado incansable, ante la gran necesidad planetaria.
¡Cómo Me duele lo que sucede en Medio Oriente! ¡Cuánta sangre inocente aún sigue siendo derramada!
¿Cuándo la humanidad se detendrá? ¿Acaso no le temen a la Justicia de Dios?
Muchos tal vez no le temen, porque creen que nada les sucederá. Por eso, Yo vengo aquí como su Abogada, como la Madre Mediadora e Intercesora entre las almas y Dios, porque lo necesitan imperiosamente.
Por eso, les vuelvo a decir que antes de que sea demasiado tarde, queridos hijos, despierten al cambio que Yo les pido. Escuchen la Palabra de Dios a través de Sus Mensajeros; porque si no muchas más almas vivirán el pesar y la angustia de estos tiempos, por no haber escuchado el Llamado de Dios que viene a través del Corazón de su Madre Celeste, del Corazón del Divino Hijo y del Humilde Corazón de San José.
Nuestros Tres Sagrados Corazones, en esta hora tan delicada y grave del planeta, trabajan en unidad con la Santísima Trinidad para que, a través de los santos ángeles, muchas más almas puedan estar protegidas, puedan estar amparadas de los horrores de estos tiempos, de los que todos están participando y viendo.
Mis amados hijos, vuelvo a repetirles que detengan las armas. Vengo a pedirles, imperiosamente, que se detengan y mediten, que ya no se agredan, que ya no se lastimen, que ya no invadan lo que no les pertenece, que eviten en este tiempo la migración de millones de almas, el exilio de muchas familias por terror a la guerra o a la muerte.
Yo vengo como la Emperatriz de la Paz, a lo alto de los Alpes, para que Mis hijos escuchen el profundo eco de la Voz de Dios, para que algo cambie pronto. Eso es lo que más necesito, en este momento, además de sus oraciones y suplicas, que también las escucho atentamente. Porque así se evitan las guerras, a través de la oración se evitan los conflictos, a través de la verdadera oración las almas no se pierden, sin tener retorno.
Por eso, Yo vengo hoy con el Cetro de la Luz de Dios encendido, atrayendo hacia la Tierra, una vez más, Su Divino Propósito, para que todo pueda ser impregnado por esa Luz Superior, para que los corazones vuelvan a encontrar la paz que perdieron. Porque este es el tiempo, queridos hijos, de que todos puedan conocer Mis Gracias, de que todos puedan comulgar de Mi Hijo para sentirse curados, redimidos y renovados.
Por eso, Yo estoy aquí para volver a interceder, para volver a intervenir en la emergencia de estos tiempos. No quisiera ver morir más inocentes. Esto hace doler el Corazón de Dios, esto hace doler el Corazón de su Madre Celeste, esto lastima el Corazón del Divino Hijo.
Contemplen la Misericordia de Dios, el universo de Su Amor está abierto a todos.
Reencuéntrense con ustedes mismos, para poder comprender este Propósito que hoy les traigo.
Reconcíliense, perdónense a ustedes mismos, para que la cura espiritual pueda llegar.
Yo les agradezco que estén aquí, Conmigo, y que hayan hecho todo lo posible para estar aquí, en este momento, acompañando a la Emperatriz de la Paz en esta tarea especial que Su Inmaculado Corazón y Su Divina Vida llevan adelante por el bien de las almas, por la paz de los corazones, para que se detengan las guerras, para que ya no haya más sangre inocente derramada en la superficie de este mundo.
Yo les vuelvo a decir esto, queridos hijos, porque estas cosas no pueden acontecer. El mundo se aleja de la Ley y pierde el sentido de su pureza y de su inocencia. Estoy unida a todos los que oran por esta causa, por la causa del llamado de la Madre de Dios.
Fortalezcan la oración en sus familias. Que sus oraciones se multipliquen y se amplíen, que el clamor y la súplica como una sola voz y un solo corazón lleguen al Corazón del Padre, porque Él quiere estar más cerca de Sus Hijos. ¿Sus Hijos quieren estar más cerca de su Padre?
Yo vengo a abrirles esta puerta hacia el Reino del Amor de Dios, para que todos tengan la Gracia de algún día ser dignos en el Padre, dignos en el Hijo y dignos en el Espíritu Santo; porque es posible, hijos Míos.
Ustedes no pueden olvidarse de que son Hijos de Dios. Todos son Hijos del Padre, más allá del credo, de la religión o de cualquier otra situación. Todos deben recordar esto. Por eso, estoy aquí para hacérselos saber, porque muchos lo están olvidando.
En esa filiación, encontrarán la felicidad que necesitan, la respuesta que tanto buscan, el consuelo que tanto esperan, la paz que tanto aspiran. Porque todo está en el Reino de Dios y, una y otra vez, Su Reino puede descender a la Tierra a través de aquellos que se abren para recibirlo en su interior y así formar parte de la Vida Divina, de su verdadero origen, de su verdadera existencia, de donde todo puede comenzar de nuevo.
Su Madre Celeste, la Emperatriz de la Paz, se recoge en estas montañas para contemplar el horizonte desde lo alto; así como también ustedes lo pueden contemplar, esperando con ardiente devoción la llegada de Cristo desde los Cielos, para que este mundo y esta humanidad se reconstruyan y finalmente vivan la Voluntad de Dios. Porque Cristo, Mi Hijo, traerá Su Gobierno, pero sobre todo traerá Su Amor y Su Luz, para volver a llevar a sus corazones a Su Eterna Paz.
Hijos, sigan orando, sigan respondiendo a Mi llamado. Yo estoy aquí y Soy su Madre, la Madre de la humanidad; y, bajo la Luz y el Amor de Mi Hijo, Yo los bendigo por la valentía de seguir los pasos de Cristo en este tiempo final.
Que el Amor de Dios los bendiga y Su Luz los guíe hasta poder alcanzar los prometidos Mil Años de Paz para toda la esfera terrestre, para toda esta humanidad herida.
Me llevo, en Mis Manos, sus intenciones y oraciones para ofrecérselas a Dios en reparación y por la cura de la humanidad, porque la cura es posible.
¡Les agradezco!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ave María en francés
Je vous salue, Marie,
pleine de Grâce,
le Seigneur est avec vous.
Vous êtes bénie entre toutes les femmes
et Jésus, le fruit de vos entrailles,
est béni.
Sainte Marie, Mère de Dieu,
priez pour nous, pauvres pécheurs,
maintenant, et à l’heure de notre mort.
Amen.
(tres veces)
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mi Gracia no se derrama con abundancia en este mundo porque una parte de Mis hijos no la acepta. Por eso, vengo a implorarles a todos por la paz, para que el mundo no entre en un camino sin retorno.
Por eso, después de Mi Hijo, hoy vengo aquí, a los Alpes, como Mediadora de la Paz, como la Abogada entre el Cielo y la Tierra, como Intercesora entre la Justicia y la Misericordia, para que Mis hijos no pierdan la oportunidad de poder llegar a Dios, de poder estar en Su Corazón, de poder recibir Sus Gracias abundantes e infinitas.
Pero no puedo esconderles Mi dolor, el dolor de una Madre por todos Sus hijos, el dolor de la Madre de las naciones que se enfrentan con las armas, que provocan la muerte, que destruyen las familias sin piedad y sin compasión.
Por eso, las religiones en este tiempo son usadas como arma de guerra; y esto es una falta grave ante Dios, porque Dios manifestó las religiones para que todos Sus Hijos tuvieran el camino para poder encontrarlo y vivirlo, y esto va más allá de los dogmas o de las filosofías.
Las religiones del mundo deben ser un puente para llegar a Dios y, a través de las religiones, todos deben ser buenos hijos en la superficie de esta Tierra herida.
Por eso, una vez más, vengo a abrir el manantial de la Gracia de Dios, para poder llevar a los Cielos a los que han muerto en estos días a través de la guerra, sobre todo a las almas inocentes que no tienen nada que ver con toda esta situación.
¿Cómo la Madre de los Cielos consolará a las madres de la Tierra que han perdido a sus hijos?
¿Recuerdan lo que Mi Hijo les dijo en las Estaciones de la Cruz, durante Su Dolorosa Pasión?
Él les dijo que no lloraran por Él, porque llorarían por sus hijos e hijas de la Tierra. Pero la humanidad no escuchó, y la humanidad aún no quiere escuchar, porque todo lo que hacen en esta superficie es como si ya no tuviera valor ni dignidad. Pero, hay almas en este mundo que sí la tienen.
Hay almas que trabajan en servicio por esa dignidad humana, que no es nada religioso ni tampoco espiritual, es solo que el mundo aprenda a ser digno, y que esta humanidad sea humanamente digna ante Dios, para no perder el camino y el sentido del Propósito de estar aquí.
Por eso, con Mis Manos tomo el santo rosario para que en este mes de octubre, mes del Santísimo Rosario, recuerden que las puertas de los Cielos estarán abiertas para recibir las súplicas y las oraciones de todos los Hijos de Dios. Porque no Me cansaré de decirles esto, queridos hijos: oren, oren y oren.
Que la oración no sea algo automático, monótono y sin vida.
Que el fervor de la oración brote de sus corazones y esencias, porque muchas son las necesidades y las emergencias. Estas solo aumentarán y es necesario de mucha oración para poder sostenerlas, para poder atenderlas, para que todo pueda encontrar una rápida e inmediata solución.
Por eso, estoy aquí, queridos hijos, como la Madre del Consuelo y la Madre de la Misericordia, como la Madre de Ucrania y la Madre de Medio Oriente, como la Madre del Mundo, para que Mis hijos Me puedan escuchar y salir de este sueño hipnotizante del final de los tiempos, para que puedan despertar en el amanecer de cada día, teniendo claro en la consciencia qué es lo que tienen que hacer y qué es lo que tienen que atender.
Aquí, Yo no les hablo de grandes cosas, les hablo de lo más pequeño y tal vez de lo que muchos no pueden ver, de lo que verdaderamente ustedes pueden ser en este mundo, al ser parte de la Dignidad Espiritual de Dios, al ser Sus Hijos amados.
Yo también vengo aquí con un Mensaje de Paz, para que la paz se establezca en la humanidad. Mientras esto no suceda, como les he dicho la última vez, la sangre inocente seguirá corriendo sobre la superficie de este mundo.
¿Quién enmendará estos errores a través de la entrega orante de su vida?
¿Quién será un mediador, en este tiempo de tribulación, para concederle al mundo no solo la paz, sino también la justicia y el bien que muchos necesitan?
¿Quién forjará, dentro de sí, al verdadero guerrero que defenderá el Divino Propósito, primero de sí mismo y luego de los demás, que tendrá claro lo que vino a cumplir y a hacer en este mundo?
¿Quién dará más de lo que ya dio?
¿Quién ofrecerá su vida incansablemente?
Yo estoy aquí, queridos hijos, para enseñarles esto, porque lo viví y lo vivo. No se olviden de que Soy parte de ustedes, Soy parte de esta humanidad, por más que haya subido a los Cielos.
De los Cielos, siempre vendré a llamar a Mis hijos a la oración perpetua del corazón, al servicio incansable y abnegado, para que se cumpla el tiempo de la paz, dentro y fuera de los seres, en cada corazón humano.
Que la luz de la oración abunde en este mundo, para que más almas estén protegidas de los grandes errores de unos pocos, para que las almas estén protegidas de la guerra y de la persecución.
Ya no debería haber esclavitud en la superficie de este mundo. Esto sigue aconteciendo, queridos hijos, así como la explotación de todo lo que hay en esta superficie.
¿Quién enmendará la Ley de la Creación?
¿Quién abrirá la puerta de su corazón para recibir el gran y último llamado, para hacerlo carne de su propia carne, para hacerlo espíritu de su propio espíritu, para manifestarlo y concretarlo en esta superficie?
Estos son los tiempos de saber luchar a través de la oración del corazón, porque no son los tiempos de levantar las armas; es el tiempo de elevar los corazones a Dios, es el tiempo de recibir todas Mis Gracias antes de que sea demasiado tarde.
Que esta Luz que hoy baña las montañas, Luz de Dios donada por el Sol de este Sistema Solar día a día, momento tras momento, incansablemente, los bañe a través del Espíritu Santo para que le conceda al mundo la sabiduría y la paz.
Escucha, Señor, la Voz de Tu Sierva,
que viene a implorarte por Tus Hijos,
por este Sagrado Proyecto de la humanidad.
Escucha, Señor, la Voz de Tu Esclava,
que viene a ofrecerte Su Santo e Inmaculado Corazón,
en este mes del Santo Rosario,
para que las almas reciban la cura y la redención.
Escucha, Señor, la Voz de Tu Abogada,
la Reina de los ángeles y de los santos,
la Madre de todos los servidores,
la Señora de la consagración,
para que el espíritu de la inocencia
emerja en este mundo,
para que la maldad se disuelva de los corazones,
a fin de que ya nada quede impune,
sino que todos alcancen la redención
tan esperada por Mi Amado Hijo.
Que la Luz de Dios bañe al planeta,
que la Luz de Dios bañe a las naciones,
ilumine los rincones más oscuros de la Tierra,
para que puedan renacer el amor, la verdad y la justicia;
por todos los que sufren,
por todos los que son esclavos,
en este tiempo de desafíos y de tribulación.
Que la Luz de Mi Corazón,
al igual que la Luz de las montañas,
penetre en lo más profundo de la consciencia humana,
para que los desvíos sean corregidos,
para que se establezca la comunión con la Ley
que vibra en el espacio cósmico,
que se emana como una corriente
de Misericordia y de Paz para todo el universo.
Me retiro de este lugar, esperando que Mis hijos escuchen Mi llamado. No lo tomen como algo normal, abracen este llamado como una emergencia, como el grito más profundo de Mi Corazón para que se detengan las armas, la maldad y las guerras; para que todos puedan vivir en paz, porque todos tienen un lugar en este mundo para vivir en paz. Esto es posible, pero sobre todo es posible tener un lugar en el Corazón de Dios.
Los bendigo y les agradezco.
Recuerden Mi llamado, Mi llamado por la paz, dentro y fuera de los seres.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Queridos hijos:
Yo Soy la Señora del Camino, la Madre que camina al lado de Sus hijos para guiarlos y conducirlos hacia Dios.
Soy la Señora del Camino, la Madre que ilumina los senderos de los Hijos de Dios.
Soy la Señora del Camino, la Madre que va abriendo las puertas y los corazones para que sean tocados por el Amor de Dios.
Soy la Señora del Camino, la Madre que protege la senda de los que siguen las Huellas de Cristo.
Soy la Señora del Camino, Soy la Madre que auxilia y da socorro a quien Me lo pide, Soy la que acompaña, internamente, el camino de los apóstoles y servidores de Cristo.
Soy la Señora del Camino, Soy la Madre que sostiene en silencio la transformación del corazón humano, Soy la Madre que contempla cada paso honesto y verdadero de los que se rinden a Mi Amado Hijo.
Soy la Señora del Camino, Soy la Madre de los pies descalzos. Soy la Esclava del Señor, Soy la que se ofrece perpetuamente para guiar a los rebaños de Cristo.
Soy la Señora del Camino, Soy la Madre que desvía de Sus hijos los abismos y las trampas del enemigo, Soy la que disipa las tinieblas del camino de Mis hijos a través del Amor de Cristo.
Soy la Señora del Camino, Soy la Madre que, con paciencia y en oración, espera que todos los compañeros de Cristo lleguen a la meta de su senda interior.
Soy la Señora del Camino, Soy la Madre que los acompaña en cada momento de la vida, porque Mi deseo es que todos a través de sus caminos lleguen a Dios.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
A los jóvenes buscadores del Gran Corazón Pacificador de Cristo
Hijos:
Un corazón pacificador es aquel que tiene claro, dentro de sí, el camino que quiere recorrer.
Un corazón pacificador está dispuesto a ir más allá de sí mismo, en pro del bien y de la paz en la humanidad.
Un corazón pacificador reconoce la necesidad y la atiende para poder aliviarla.
Un corazón pacificador no se defiende ni tampoco se justifica. Él siempre busca estar atento a las señales internas.
Un corazón pacificador sabe por qué está en este mundo y para qué ha venido a la humanidad.
Un corazón pacificador se alegra por el logro del semejante y se esfuerza para que los demás lo puedan superar, porque un corazón pacificador sabe que no tiene nada que ganar ni nada que perder, ya que su ardiente aspiración es ayudar a que todos alcancen sus sueños.
Un corazón pacificador ama a la Creación y trabaja secretamente para que cada día la naturaleza sea reparada.
Un corazón pacificador no eleva su voz ni tampoco reafirma sus propias ideas, sino que está receptivo y abierto para aprender de las posibles diferencias.
Un corazón pacificador mantiene viva su aspiración de servir al Plan de Dios y nunca deja de sostener el estandarte de la paz.
Un corazón pacificador busca las Huellas del Maestro, porque en ellas está el camino, en ellas encuentra la verdad, en ellas comprenderá la vida, las experiencias y los aprendizajes.
Un corazón pacificador trabaja por alcanzar sus metas y lucha por expresar sus dones y talentos.
Un corazón pacificador no retrocede, sino camina, teniendo presente que cada uno de sus pasos será bendecido por la Gran Luz.
Un corazón pacificador impulsa el cambio, renueva las formas y concreta las aspiraciones que tiene el Gran Corazón Pacificador que es Cristo.
Que los buscadores del Gran Corazón Pacificador, que en estos días se reúnen y se unen por un Propósito Mayor, reciban las bendiciones de su Madre Celeste, para que todos los jóvenes pacificadores sean las nuevas semillas que se plantarán en la venidera Tierra Prometida.
Los bendice en este día y les agradece por responderle a Dios,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Como un océano de Amor, regreso al mundo, porque como les dije en estos últimos días, Mis hijos de la humanidad no pueden vivir sin el Amor de Dios.
Hoy, de modo especial, traigo un símbolo entre Mis Brazos, un símbolo que corresponde a una nación de Europa del Este; un símbolo que ha sido manchado, porque este símbolo se ha comprometido con todos los pensamientos e ideas que no son de Dios, y esto cae sobre Mis hijos de esta nación y de otras naciones.
Por eso, en el vasto océano del Amor de Dios, como una buena y paciente Madre, vengo a purificar y a lavar este símbolo, a través del agua de este lago; para que Mis hijos del mundo recuerden que Dios, en el principio y en el origen de la Creación, primero pensó en el agua como símbolo de purificación, de bautismo y de consagración de las almas; pero más aún, como un símbolo de purificación de las naciones del mundo, a través de la puerta que se abre en Mi Corazón, para que todos ustedes, hijos Míos, y también sus hermanos y hermanas del mundo entero, ingresen a Dios.
De la misma forma, abro esta puerta espiritual para aliviar a los ángeles de algunas naciones del mundo, en especial a los ángeles de las naciones de Europa del Este, como el ángel de este país, Lituania; porque ellos, en su anonimato y silencio espiritual, soportan el peso de la deuda espiritual de algunas naciones.
Y, aunque sus oraciones sean amplias y profundas, la oración de todos los ángeles de estas naciones que forman parte de Europa del Este; es necesario y urgente, hijos Míos, que la Madre de Dios, la Mensajera enviada por el Padre Eterno, ayude a los santos ángeles, así como ayuda también a los hijos de la humanidad para que puedan ser protegidos y retirados de ideas peligrosas y de proyectos que harían doler aún más a la humanidad.
Por eso, les vuelvo a hablar de la oración del corazón, porque abre la puerta del Corazón del Padre Eterno; para que Él, a través de Mi Corazón Inmaculado, derrame Sus Gracias en el mundo y los corazones reciban la ayuda que necesitan, así como en este mismo momento, hijos Míos, algunas naciones de Europa del Este reciben ayuda espiritual para que el mal no se extienda en el mundo, para que los corazones no sigan sufriendo la persecución y la muerte a través de los conflictos y de las guerras.
Yo necesito, hijos Míos, que puedan comprender la emergencia de estos tiempos. Porque mientras el tiempo pasa y las almas sufren al ingresar en estados internos desconocidos, al ingresar en puertas inciertas desconocidas; Mi Amado Hijo Me envía al mundo una vez más, para llevar adelante esta sagrada tarea silenciosa, y diría secreta, de colocar a Mis hijos bajo Mi Manto, para que puedan quedar invisibles ante el mal y nada, pero nada, les suceda.
Pero aún resta que muchas almas puedan ingresar debajo de Mi Manto Espiritual; son las almas que están en la guerra, en la persecución religiosa y en los conflictos; son las almas que viven el exilio, realidad dolorosa para la Madre de Dios, en la que la mayoría hace oídos sordos al sufrimiento del prójimo.
En esta misión que estamos llevando adelante desde el comienzo en Finlandia y toda la misión que se desarrollará después, en los próximos días, permitirán de una forma más amplia y desconocida que el Sagrado Corazón de Jesús y Mi Inmaculado Corazón sigan trabajando por las naciones de Europa y, a través de las naciones de Europa, con el mundo entero.
Porque si en esta parte del mundo algunas situaciones no se resuelven pronto; estas situaciones, hijos Míos, repercutirán en el resto del mundo y en especial en África, continente herido y sometido por la explotación y la esclavitud de unos pocos. Pero Mi promesa de ir a África se mantiene en pie; quiero que lo sepan y, especialmente, quiero que lo coloquen en el corazón.
Hijos Míos, los países de Europa del Este, en especial Estonia, Letonia y Lituania, precisan de liberación espiritual, y es en esto en lo que la Jerarquía está trabajando.
Sean conscientes y acompáñennos. Sigan abriendo, a través de la oración del corazón, la puerta a la Divina Misericordia de Jesús; para que los más ignorantes, los que le han cerrado su corazón a Dios, puedan ser tocados por la Luz de Mi Gracia para que sean tocados por el poder de la Redención de Jesús.
Son tiempos de grandes esfuerzos. Esta es la hora tan esperada por Mi Hijo, en la que Él observa y contempla atentamente la donación y la entrega de Sus discípulos y apóstoles, dando todo por Él sin nada a cambio, así como Él se dio por ustedes sin nada a cambio.
¿Quién acompañará a la Jerarquía de forma decidida y confirmada en esta tarea arriesgada por las naciones del mundo?
¿Quién se decidirá en este tiempo, sin mucha demora, a donar su vida y su corazón, y colocar al servicio sus manos por los que más sufren, Mis hijos de África?
No se olviden de esto, hijos Míos, porque no es suficiente escuchar la Palabra de la Jerarquía; es tiempo de hacer algo. Yo los necesito, Mi Hijo los necesita, Dios los espera, ahora y siempre.
Que se cumplan las Aspiraciones de Dios, a través de la ofrenda de los Sagrados Corazones y a través de la entrega y de la donación de los apóstoles de Cristo, de todos los que a cada segundo de este tiempo material le dicen sí al Señor: hágase Tu Voluntad y Tu Palabra; que se cumpla en nosotros, Señor, Tu Mensaje; que aprendamos a ser instrumentos de Tu Paz.
Esta es la actitud que deberán alcanzar en el final de los tiempos. A pesar de que las aguas se muevan, a pesar de que soplen vientos contrarios, a pesar de la tempestad o de la tribulación, su mirada y su corazón deben estar concentrados en el Propósito. Porque lo que no es de Dios perecerá, lo que es de Dios permanecerá y siempre Su Voluntad se cumplirá.
Nunca desafíen lo que no es de Dios, sean como Mi Hijo Jesús, que con Su silencio llegó a lo más profundo durante Su Pasión y, así, liberó a los corazones perdidos y salvó a las almas condenadas en aquel tiempo.
Les agradezco por estar cumpliendo esta tercera etapa de la misión en Lituania.
Les quiero hacer un último pedido, que a la Oración por la Paz por Europa del Este y por Rusia también se le agregue la Oración por la Paz en Bielorrusia. Así, orarán por Europa del Este, Rusia y Bielorrusia.
Les agradezco infinitamente y los bendigo en el nombre de Mi Hijo para que vayan en paz y en confianza.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
La pureza del corazón no la alcanzarán por sus destrezas ni tampoco por las más sublimes virtudes, aunque estas ayuden en el camino espiritual de la consagración.
La pureza del corazón, que los llevará siempre a la inocencia interior, la alcanzarán con la verdad de lo que ustedes son, manifestando y reflejando la lealtad que siempre mostrará de cada uno de ustedes que son transparentes y cristalinos como el agua, que no hay nada que tengan que esconder ni tampoco aparentar, porque eso es parte de la condición humana. Pero siempre, la pureza del corazón los librará de ustedes mismos, los librará de este mundo cruel y siempre les hará entender la Voluntad del Padre.
Por eso, hijos Míos, tengan esa búsqueda incesante de la pureza interior; una pureza que, a nivel de la humanidad, hoy está condicionada y sepultada por las influencias, las interferencias y las modernidades.
Por eso, una vez más, Yo les vuelvo a traer la Pureza de Mi Inmaculado Corazón, que no es una Pureza propia de la Madre Celeste, es la Pureza que emana de la Fuente Insondable de Dios y que es irradiada y compartida por los santos ángeles, incluso por los propios ángeles de la guarda.
Aunque sé, hijos Míos, que estamos en un tiempo de batalla espiritual, Yo les digo que no se desanimen y sigan adelante; porque son muy, pero muy pocas las almas en el mundo que tienen la Gracia de poder conocer su pureza interior o aun de poder recordarla todos los días; porque el resto de las almas del mundo son apartadas de su pureza espiritual y, al ser apartadas de su propia pureza interior, se apartan del Amor del Padre y pierden la inocencia que siempre los guarda en el bien y en la paz.
Como Madre de la Inmaculada Pureza, vuelvo a recordarles este Mensaje a todos Mis hijos; porque la vida, día a día, se vuelve superficial, muchas veces insensata, fría o indiferente, al punto de que a la mayoría de Mis hijos cualquier situación le da lo mismo. Y esto no puede ser así, hijos Míos, porque estarán dentro de una ilusoria apariencia que cegará sus ojos, que bloqueará sus percepciones, que los alejará de la verdad.
Por eso, cada situación de la vida, cada situación del planeta o aun de los Reinos de la Naturaleza, debe ser atendida con atención; porque todo, absolutamente todo, es importante para Dios.
Por esta razón, en este día especial, en el que vuelvo a bendecir a Estonia y al mundo entero, vengo acompañada por los Ángeles de la Pureza de Dios, porque Él les encomienda el mundo entero para que más almas, en estos tiempos de definición y de transición, puedan volver a encontrar su pureza interior para volver a contactar su inocencia interior.
Si esto no sucede así, hijos Míos, las almas en el mundo no soportarán el fin de los tiempos; porque ahora, en este tiempo final, muchas almas viven en depresión y las personas también lo sienten fuertemente. La causa de esa depresión es no vivir la Voluntad de Dios; es no estar abierto a conocer las Leyes Superiores, no como una regla espiritual o una imposición, sino como la oportunidad de que se rediman y se liberen de ustedes mismos.
¿Ahora entienden, hijos Míos, sobre la importancia del contacto interior con la Pureza?
Porque es uno de los dones más importantes del Padre Eterno.
Imaginen tan solo por un momento, que Dios sin Su Pureza Original, no podría ser Dios; porque la esencia primordial de la pureza es la humildad, es el vacío de sí mismo, es la donación y la abnegación constante y permanente.
En verdad les digo, hijos Míos, que no hay ningún misterio en todo esto, porque esta es la llave maestra que abre todas las puertas, no solo a nivel material, sino también a nivel espiritual.
Es tan simple y tan verdadero el don de la Pureza de Dios, que las almas muchas veces no consiguen percibirlo, porque su Pureza Original está en la Creación, está en la naturaleza, está en su belleza, en cada amanecer, está dentro de ustedes, tan cerca que muchos a veces no la ven.
¿Cuál es la razón, hijos Míos, de no contemplar esta Grandeza de Dios que es auténtica y original en Sus Hijos?
Porque no se olviden de que ustedes provienen de la Fuente, porque de la Fuente una vez surgieron, de la Fuente Primordial fueron manifestados a través de la esencia de la Pureza de Dios, de Su Pureza Original, misterio incalculable, don inextinguible, Gracia infinita que se refleja a través del Reino de Lys-Fátima.
Fue el don de la Pureza Original de Dios que, a través del Mensaje de su Señora del Cielo en Fátima, pudo disipar la crueldad y la maldad de la guerra y de todas las fuerzas contrarias que se oponían a la expresión de la inocencia y de la pureza de la humanidad.
La falta de Pureza Original en Mis hijos no solo aparta a las almas de la verdad y del bien, sino que también coloca a las almas en el conflicto y en la guerra, en las ideas propias, en todo lo que es paralelo a Dios, pero que en su esencia no se une al Padre.
Le pido al mundo que, en este tiempo crucial, día y noche, busque la pureza en su interior, porque por ustedes mismos verán que la transformación será diferente, que la redención no será pesada, que la condición humana no los esclavizará, cuando tan simplemente miren hacia adentro de ustedes, miren hacia el centro de su universo interior donde mora la Pureza Original de Dios y comulguen de ese don internamente.
Así, les aseguro, Mis amados hijos, que ayudarán al mundo en su gran momento de redención y de conversión. Este es Mi anhelo, esta es Mi oración perpetua.
Por eso, vengo aquí, al mundo; desciendo de los Cielos, a través de los portales del universo y de la Tierra para compartir con Mis hijos, Mis muy queridos hijos, la Pureza que Dios depositó en Mí, aun siendo un ser humano, aun siendo la Esclava del Señor, aun siendo la Madre de Jesús.
El misterio del don de la Pureza Original de Dios puede detener las armas y las guerras, puede cerrar las puertas inciertas, puede detener el mal, disipándolo y disolviéndolo de la consciencia humana.
El poder del don de la Pureza Original de Dios aún es desconocido; porque en sí no es solo un don, sino también es una ley espontánea y verdadera; porque es un impulso de Su Fuente Inmaterial, entre tantos dones, virtudes y gracias, que es contemplado y adorado por los ángeles.
Así como hoy, los ángeles que Me acompañan contemplan la Pureza Original de Dios en el Corazón de la Madre Celeste, venerablemente expuesto como un don de expiación para las almas, para la redención del mundo, para el establecimiento de la paz y del bien entre las almas.
Por eso, rezo noche y día, incansablemente, para que todos aquellos que se decidieron a alcanzar la pureza interior, en estos tiempos de grandes tribulaciones, puedan mantenerse firmes en la búsqueda de esa aspiración, y así alcanzarla sin retroceder ni un solo paso, sino caminando hacia adelante, siguiendo las Huellas de Cristo; porque Él los conoce y lo sabe.
Su Mirada está en la verdad que hay dentro de ustedes; la verdad que debe ser bendecida por Dios, porque Dios es la Verdad misma y Su Verdad es la revelación de Su Misterio para todo el universo, para toda la Creación. Por eso, Mi Hijo les dijo una vez que la Verdad los haría libres.
¿Dónde está la Verdad en Mis hijos?
¿Dónde está la liberación de ustedes mismos?
Porque Dios tiene todo previsto, todo ya está escrito. Solo falta que Mis hijos den un paso más, porque la consagración es infinita, el vuelo hacia la Fuente es eterno, la unión con el Corazón del Padre es permanente, hasta que ustedes algún día sean nada y la Presencia del Padre pueda habitar en ustedes, así como ustedes pueden habitar en Cristo por medio de Su Santa Comunión, con Su Glorioso Cuerpo y Su Preciosa Sangre.
En Su Divino Sacramento del Altar es en donde encontrarán la verdad que tanto buscan, es en donde hallarán la respuesta que tanto esperan. Porque el Reino de Dios está del otro lado de umbral, esperándolos, y es la puerta de la pureza del corazón que les permitirá entrar al Reino de los Cielos, aunque aún vivan sobre la superficie de la Tierra.
Así, doy continuación a Mi Mensaje de ayer, Palabras que les traen una síntesis a todos.
Entre ayer y hoy, les he entregado un impulso que no puede pasar desapercibido, porque recuerden y no se olviden de que son Nuestros últimos impulsos de Luz y de Amor.
Llegará un momento, hijos Míos, en que ustedes deberán ser la propia palabra viva y el propio ejemplo de Nuestras Instrucciones. Así, se cumplirá la promesa que Nosotros le hemos hecho a Dios, en aquel primer día cuando Nos comprometimos, como Sagrados Corazones, a que Nuestro Mensaje tocaría a las almas para convertirlas absolutamente al Amor de Dios, para dejar en los corazones una huella imborrable, la marca espiritual de Nuestra transverberación, la señal luminosa del Amor de Dios.
Abracen este Mensaje como propio, para que se cultive en sus mundos internos, porque les aseguro que lo necesitarán para saber proceder de forma correcta en el final de los tiempos, para seguir aprendiendo a acompañar los pasos de Luz de Mi Amado Hijo, y así seguir construyendo y manifestando Su Santísima Voluntad.
Es así que los vuelvo a bendecir, como la lluvia que hoy cae sobre esta naturaleza y lava la superficie de este mundo de las manchas de la crueldad, de la guerra y de la sangre inocente que fue derramada. Que la bendición los impulse a seguir caminando.
Una vez más, les estoy agradecida.
Comulguemos espiritualmente de la Pureza de Dios. Mi Corazón Inmaculado es la puerta que se abre para que ingresen al universo de la Pureza Original de Dios.
Que Estonia y el mundo entero reciban Mi bendición, que es la Bendición de Dios, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oremos:
Señor,
que se cumpla el advenimiento de la Nueva Raza.
Que la humanidad pueda expresar su arquetipo.
Que la Palabra sea viva y construya Tu Templo.
Que se expanda en nosotros Tu misterio
y que se revele al mundo la verdadera existencia,
para que podamos reunirnos en Tu Nombre
y glorificar la perfecta unidad.
Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
¡Oh, santos ángeles de Dios!, respondan a los apelos y llamados de la Madre Divina, para que las naciones se conviertan a Dios.
¡Santos ángeles del universo!, ayuden a las almas perdidas, especialmente a las que más necesitan.
Escuchen el ruego de la Madre de Dios, que viene al encuentro de sus santas consciencias, así como la Madre de Dios viene al encuentro de Sus hijos en la Tierra, para hacerles recordar, a Mis más pequeños hijos, que queda poco tiempo para la conversión. Pero, su Madre Celeste ya está encinta, para anunciar el nacimiento de la Nueva Humanidad.
Por eso, este es el tiempo de la preparación interior. Esta es la hora en la que las almas deberán estar prontas para vivir lo que nunca antes vivieron, para aprender lo que nunca antes aprendieron, para crecer internamente en lo que nunca antes crecieron.
Esto no significa que Mis hijos vivirán situaciones inimaginables; sino que, Mis amados hijos, vivirán experiencias que son necesarias en estos tiempos, porque es necesario madurar el compromiso con Dios para que ese sagrado compromiso, que cada uno deberá cumplir, sea un compromiso profundo y no más superficial.
Por eso, les pido a los ángeles del universo que participen de todo este acontecimiento, porque sé que muchas almas hoy están desorientadas al no ver en sus caminos la Luz del Propósito de Dios, pues la atención de Mis hijos está colocada en cosas superficiales, efímeras e ilusorias.
Por eso, vengo a recordar que el compromiso de cada hijo Mío es gradual, pero que en muchos casos este compromiso será inmediato, porque las almas necesitan hacer lo que vinieron a hacer aquí, a la Tierra. Y esto significará que Mis hijos serán retirados de su propia voluntad, para vivir la grandiosa Voluntad de Dios, así como su Madre Celeste la vivió en plenitud, en felicidad infinita, por estar respondiéndole al Señor.
Este debería ser el espíritu de cada hijo Mío: la felicidad de responderle a Dios y no la obligación de obedecerle, porque Dios, en Su Esencia, es tan Simple; pero, al mismo tiempo, tan Poderoso y Glorioso, que Él se esconde en Su Humildad y se muestra en Su Belleza Creadora.
Él está a la vista de todos. Él no está a la vista de los opulentos, de los ambiciosos o de los egoístas. Su Amor Infinito y Divino es para todos. Él se engrandece en los más pequeños. Él se revela en los más simples. Él se esconde de los que se dicen poderosos.
Si así no fuera la Esencia de Dios, ¿cómo podría ser el Dios Vivo?
Su Amor es tan grande y misericordioso que creó a los ángeles del Cielo para que lo pudieran alabar y adorar; no en Su Trono, sino adorar Su sacrificio y Su entrega, la entrega infinita de Dios por Sus Criaturas.
No hay ser en esta Creación, no hay ángel en el Cielo, no hay consciencia en la Tierra, no hay Reino de la Naturaleza que no se sienta capaz de imitarlo, de imitar al Padre-Madre Creador. Vean como esto se cumple, en armonía, en paz y en equilibrio, a través de la belleza de la Creación.
Así, Yo les dije, hace pocos días, que la humanidad había aprendido a destruir su propia esencia creadora.
Cuán grande será la Misericordia y la Gracia de Dios que Él supera con Su Amor todos los errores, que Él concede el Perdón a todas las ofensas y omisiones, que Él se vuelve a entregar al mundo a través de Nuestros Sagrados Corazones.
Su Amor Cósmico e Infinito nunca podrá ser destruido o disipado; de las ruinas se vuelve a erguir la vida, de las caídas se puede volver a levantar el espíritu, de la perdición puede volver a surgir la Luz, así como la Luz de Dios y la de todos Sus ángeles del Cielo hoy iluminan a Estonia y al mundo entero.
¿Qué será lo que impulsa al universo para hacer este movimiento?
¿Cuál es la causa que permite esta Obra de Amor y de Misericordia?
Yo se los resumo en una sola respuesta: es el Amor de Dios. Y vuelvo a decirles que es el Amor de Dios que todo lo permite y lo concede; porque muchos de Mis hijos, especialmente los que están apartados de Dios, aún no se animaron a comulgar del Amor Misericordioso del Padre porque piensan que Dios no los perdonará.
Yo les digo, hijos Míos, que ya no piensen en el Dios de la Justicia, piensen en el Grandioso Dios del Amor y de la Misericordia Infinita. Hoy, Su Corazón es ofendido por las atrocidades de la guerra, por la omisión de los refugiados y exiliados, por la muerte inconmensurable de los necesitados en el mar Mediterráneo y por tantas otras situaciones que muchos no conocen ni saben y que suceden a lo largo y ancho del mundo.
Aun así, el Corazón de Dios siempre está abierto para Sus Hijos y Su Luz Eterna siempre está allí para irradiarlos y bendecirlos, aunque se equivoquen y vuelvan a comenzar de nuevo.
Lo que alivia a Nuestros Sagrados Corazones es que se vuelvan a levantar, una y otra vez, así como lo hizo Mi Hijo después de caer tres veces durante Su Dolorosa Pasión. Así, con esa actitud, podrán renacer cuantas veces sea necesario.
Pero, ¡cuidado, Mis hijos! Las únicas víctimas en este mundo son los desprotegidos y desamparados, los niños, jóvenes y ancianos que no tienen la oportunidad de levantar su cabeza para ver todos los días la luz del sol, así como ustedes la tienen.
¿Comprenden, ahora, la diferencia entre el verdadero y falso victimismo?
Yo vengo a hacerlos crecer de verdad, este es el pedido de Cristo, Nuestro Señor. Esta es la obra, la tarea incansable de los ángeles que, en este tiempo final, trabajan sin tiempo y sin demora para que la gran esfera de la Tierra no salga de su equilibrio y de su paz.
Pero, mientras la sangre inocente se siga derramando, mientras las experiencias en los laboratorios sigan aconteciendo, mientras siga la propaganda del aborto sin tener un mínimo grado de piedad y de sensibilidad, mientras las armas se sigan activando y las fuerzas militares disfruten del sufrimiento de los otros, ¿cómo creen que la Justicia no llegará?
Por eso, la oración del corazón siempre será esencial.
Hoy, está aquí la Señora de la Paz, descalza en la entrega, revestida de la Luz de Dios, donada a través de Sus Manos, piadosa a través de Su Corazón, la Señora del Cielo está toda aquí, presente, porque no quiero ver a Mis hijos sufrir sin sentido, quiero ver a Mis hijos alegrarse, así como los elementos de la naturaleza se alegran, respondiéndole a la Madre de Dios.
Este es el Mensaje que hoy quería dejarles. Mañana seguiré instruyéndolos. Deseo estar aquí, con ustedes, en este mismo lugar, para seguir construyendo la Obra de Dios en los planos internos.
Agradezco a todos los que oraron en los diferentes idiomas, para que así Mi Amor se expanda al mundo entero.
Les estoy agradecida infinitamente a todos los que confían en esta Obra de la Divina e Insondable Jerarquía y especialmente a todos los que hacen posible que esto sea una realidad en lo material y sea un Milagro de Dios en la Tierra, en un tiempo de sufrimiento y dolor.
La Luz de Mi Materno e Inmaculado Corazón todo lo colma, la Luz de Mi Corazón todo disipa y renueva para que se alcance la paz.
Abriendo Mis Manos, donando Mi Luz, entregando Mi Espíritu, amando a todos Mis hijos, imploro una vez más al Creador:
Eterno Amor de Dios,
escucha la Voz de Tu Sierva y Esclava.
Derrama Tu Paz en el mundo.
Cura a las almas heridas.
Otorga el Perdón a los que más lo necesitan.
¡Oh, Santo Dios Creador!,
alivia las heridas de los Reinos Menores,
a través del servicio de Tus santos ángeles.
Que todo sea renovado, ahora y siempre,
en Tu Nombre, Señor.
Amén.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Mi Paz con ustedes, Mis hijos, y el mundo.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ríos de sangre inundan la superficie de la Tierra; así como este océano, frente a sus ojos, inunda la vida.
¿Quién se hará cargo del precio de la inocencia que fue destruida?
¿Quién se hará cargo, hijos Míos, después de que la Preciosa Sangre de Mi Hijo fue derramada, gota a gota, para poder redimir y salvar al mundo?
Hoy, Yo vengo hasta Rusia, también como la Madre de esta nación, que tiene otro Propósito Espiritual y no el que está manifestando en estos tiempos.
Si todas las naciones del mundo hubieran cumplido su Propósito Espiritual desde el principio, les aseguro, hijos Míos, que no existiría la guerra, el hambre, el exilio ni la impunidad.
Pero este Proyecto de Dios, en la superficie de la Tierra, se desvió del camino que estaba previsto. Por eso, Dios Padre nos envía al mundo como Sus Mensajeros a despertar la consciencia de la humanidad.
¿Cuánto más deberá suceder en esta superficie, hijos Míos, para que algo cambie en el ser humano?
Aunque la mayoría no tiene la responsabilidad de las decisiones equivocadas que toman muy pocos y que repercuten en millones de almas en el mundo, Yo les pido, Mis amados hijos, que su escuela profunda de oración, en estos tiempos críticos y desafiantes, se profundice aún más, para que esta escuela de oración, que es una invocación permanente al Reino de los Cielos, pueda tocar el Corazón de Dios, un Corazón ofendido y lastimado por Sus Hijos.
Pero Yo vengo a ofrecerle al mundo el Relicario de Mi Corazón Inmaculado para que las almas ingresen a Dios a través de Mi Corazón, y las situaciones difíciles y complejas que se viven en estos tiempos puedan ser reparadas por la oferta de las almas buenas, de las almas que buscan a Dios incesantemente, de las almas que viven el don del Temor de Dios, no como una justicia, sino como la imperiosa necesidad de estar en Él y por Él, sirviendo en esta superficie de la Tierra.
Aún las armas siguen siendo activadas. Aún los hombres viven en la guerra, y las almas que, en esta superficie, están bajo esas difíciles condiciones de vida, se atemorizan y se aterrorizan por lo que escuchan y por lo que ven, día a día; desde Mis hijos más pequeños que son los más inocentes y puros, hasta Mis hijos más adultos y ancianos que están sometidos por la soberbia y por el poder de unos pocos.
Infelizmente, en este mundo existe una red infernal que condiciona a muchas poblaciones del planeta; pero esto no podrá seguir así, hijos Míos, porque los signos del parto planetario siguen aumentando. La Tierra seguirá temblando, los volcanes seguirán erupcionando, la naturaleza mostrará su furia y su poder por no haber sido cuidada y respetada.
¿Ustedes se imaginan, hijos Míos, tan solo por un momento, cuántos estarán bajo esta condición?
Solo nos resta orar de corazón y de verdad, sin permitir que ni un solo día deje de ser permeado por la luz de la oración.
Como Madre de la oración perpetua, que reza por todos Sus hijos del mundo; como Madre de la Misericordia, ante tantas injusticias y errores; como Reina de la Paz, ante tantos conflictos y guerras que son cometidos; Yo vengo a pedirles, hijos Míos, una vez más, que atiendan al apelo de Mi Corazón, porque les aseguro, queridos hijos, que muy pocos están preparados para el final de los tiempos; tan pocos están preparados como el número de ángeles que hoy Me acompañan.
¿Comprenden la urgencia de estos tiempos?
No vengo a darles temor ni miedo, porque eso no es de Dios. Hoy, vengo a rogar, de rodillas, para que Rusia se convierta a Mi Corazón Inmaculado, para que no se cumpla el Tercer Secreto de Fátima, para que la maldad y la impunidad no se siga expandiendo en el mundo.
Mi Corazón Espinado es presionado por las espinas del dolor de Mis hijos y Mi Corazón derrama la Sangre en este día, así como Mi Hijo derramó Su Sangre en la Cruz.
Que esta Sangre, que derrama el Corazón Inmaculado de María, sea reparada por la oración sincera de Sus hijos, los que ya saben que orar no es una obligación, los que ya saben que orar es una necesidad y una emergencia, porque bajo la luz de la oración estarán protegidos y amparados por Mi Manto de Luz inmaterial y universal.
Mis Manos hoy no dan abasto para ayudar a todos los que necesitan. Las huestes de Luz, sagrados ángeles del Padre Eterno, tampoco dan abasto para atender tantas emergencias y necesidades que no son solo físicas, sino también son espirituales, porque las necesidades espirituales son las más urgentes.
¿Quién se decidirá a dar el paso para asumir, junto con la Madre de los Dolores, esta cruz planetaria?
¿Quién ya no se distanciará más de la cruz y será el nuevo cireneo que, a través del silencio, de la persistencia y de la fe, cargará junto con Mi Hijo todos los pecados del mundo, con la ardiente aspiración de ayudar al Señor?
¿Quién se decidirá, de una vez y para siempre, a ser un espejo de la oración en la Tierra, a entender que ya no es el tiempo del egoísmo y del individualismo, a entender que ya es el tiempo y ya es la hora del “nosotros”, en los que vibra toda la Hermandad Celestial?
Con pesar, los errores seguirán siendo cometidos en el mundo, y esto será así hasta que Mi Hijo retorne. Él lo sabe. Él lo observa en Su más absoluto silencio; pero Su Amor no juzga, Su Mente no cuestiona, Su Gobierno Espiritual no presiona, Su Luz irradia, Su Compasión se establece más allá de las fronteras de este plano material.
Pero no pierdan la fe, afirmen en ustedes la Divina Esperanza. El mundo necesitará, cada día más, que existan buenos instrumentos de Dios, para que Su Amor se deposite y Su Luz se derrame en todos los tabernáculos de la Tierra, que son las almas sinceras que se ofrecen para entrar en comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, en la ciencia sagrada de los Sacramentos y de la sublime adoración al Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús.
Que todos los Santísimos se abran, en estos tiempos, para que la Luz de Cristo se multiplique en el mundo, para que el equilibrio se establezca, para que la paz colme los espacios y las consciencias.
Como Madre de Rusia, les pido que oren por la religión de este país, tristemente condicionada, vacía de espíritu por sus compromisos que no son con Dios. Muchas, pero muchas almas dependen de esto.
Ahora, ¿entienden Mi aflicción? Ahora, ¿sienten Mi Corazón?
Les agradeceré por atender a Mis pedidos espirituales, porque no tienen que hacer nada diferente de lo que ya hacen. Solo deben ser más conscientes de la realidad y del tiempo de emergencia, para que las naciones no se sigan comprometiendo con el mal y para que millones de personas no estén bajo esta condición.
Yo vengo a pedirles, una vez más, que oren por la consagración de Rusia a Mi Corazón Inmaculado.
Hoy, vengo aquí a dar este Mensaje especial porque Dios Me lo ha permitido. Haré todo lo que sea posible y un poco más por Mis hijos, a fin de que no pierdan la paz y la unidad con el Padre Eterno.
Ahora, su Madre Celeste se recogerá en el silencio y, así, invita a Sus hijos a recogerse en el sagrado silencio, para que Mis Palabras no pasen desapercibidas ni las almas las olviden de un momento para otro, porque es Dios que Me envía a dar este Mensaje, es la Voz de Dios que resuena a través de Mis Palabras y de Mis Labios, para que Su Amor haga eco en el mundo.
Les agradezco por estar hoy aquí Conmigo, en este lugar, rezando de rodillas junto con la Madre de Dios.
Que el Amor y la Luz de Mi Hijo los bendiga a todos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy, enciendo la luz del corazón de los creyentes y, a través de Mis Espejos, todo esto es posible porque Dios ya lo había pensado desde el principio, desde antes que existiera esta civilización en la superficie de la Tierra.
El Padre Celestial lo meditó a través de Su Santo Corazón para que, en este exacto momento planetario, las almas y los corazones que más lo necesitan reciban la ayuda y la intervención de Mis Sagrados Espejos.
Hoy, les presento, a través de Mi Corazón, el Espejo de Dios, expresado a través de la Sagrada Madre Naturaleza, en donde todos Mis hijos se pueden ver reflejados en su origen y así disolver de sus consciencias el sufrimiento, el dolor y la angustia; porque es cuando tan solo contemplan a la naturaleza a través del corazón, que todo ser humano en esta superficie tiene la posibilidad de reencontrar sus raíces y sus valores espirituales.
Por ese motivo, Mis amados hijos, hoy los he traído hasta Finlandia, no solo para que la humanidad recuerde este Mensaje de volver a encontrar dentro de sí misma el Corazón de Dios, sino también los he traído a Finlandia para poder establecer la misteriosa Paz que brota como una fuente inagotable desde el Corazón del Padre Eterno para todas Sus Criaturas. Entren en comunión con este misterio.
Dios les muestra Su Verdad, Dios les muestra Su Belleza y Dios les muestra Su Simplicidad a través de la naturaleza, a través de la Creación, que Él pensó desde el principio para todas Sus Criaturas y consciencias.
Vuelvan al origen de todo, hijos Míos. Ese es el gran llamado que hace el universo a esta humanidad, porque a medida que pasa el tiempo, los días y los meses, los seres humanos se olvidan de lo que es esencial, se olvidan de la paz, se olvidan del amor, se olvidan de la luz, se olvidan de que pueden reconciliarse con su propia esencia divina, que vive dentro de cada uno y que algún día les otorgará la cura que tanto necesitan.
Por esa razón, Mis hijos, como Señora de Finlandia, Yo les traigo la Luz de Mis Espejos y, sobre todo, el Gran Espejo del Corazón de Dios, para que los sientan reflejarse en este momento sobre esta naturaleza de la Creación que también, en este tiempo final, es ultrajada y lastimada por el hombre.
Mis queridos hijos, ¿cómo es que el ser humano de estos tiempos es capaz de destruir su propia Creación, es capaz de ultrajar a los Reinos de la Naturaleza sin tener un sentimiento por lo que está sucediendo?
¿Cómo la humanidad de estos tiempos es capaz de agredir a la naturaleza y a la Creación, siendo que ustedes provienen de ellas desde el principio y desde el origen, desde los Sagrados Lagos del universo, donde surgieron sus esencias internas y divinas?
Así, hijos Míos, la humanidad, al destruir al planeta y a la Creación, destruye su propia esencia interior y desconecta su consciencia espiritual de la Fuente Suprema.
Por eso, a pesar de todos los errores cometidos con la Creación y la naturaleza, la Señora de Finlandia, a través de los Centros de Misterio, ocultos en este país como en otros, viene a concederle al mundo, a través del Amor Mayor, la oportunidad de recapacitar y de enmendar los errores que han cometido como civilización.
Porque el planeta y la superficie siguen siendo explotados de forma desmedida e ignorante y la grieta espiritual se sigue abriendo entre la humanidad y el universo; llevando a muchas, pero a muchas almas, a la ignorancia y a la ilusión total, a la ilusión mundial.
Pero a ustedes, Mis amados hijos, que han colocado su fe en lo desconocido y superior, Yo los invito a ser precursores de este Mensaje, viviéndolo primero en ustedes mismos, para que después también los demás lo puedan vivir algún día.
No les vengo a decir, Mis amados hijos, que la situación planetaria cambiará de la noche a la mañana; porque, en este tiempo final, la humanidad se está encontrando consigo misma, viviendo los primeros pasos de la purificación que desconoce.
Pero Yo vengo, en el nombre de Cristo, como Madre de Finlandia y Madre de la naturaleza, a extender las redes de Luz, que Mi Hijo una vez lanzó para rescatar a muchos corazones perdidos; redes de Luz que Él sigue lanzando en estos tiempos de forma invisible y anónima, a través de las manos y de los corazones que se donan para servirlo.
Es en la esencia del servicio, es en el corazón-espejo de cada ser humano donde comenzará a restablecerse la comunión tan esperada entre el Cielo y la Tierra.
Por eso, todas las Jerarquías servidoras se ofrecen a través de Sus sagradas herramientas, se ofrecen a través de Sus Sagrados Centros de Misterio para que los seres humanos despierten, despierten pronto, y el velo de la consciencia se corra para que puedan volver a recordar lo que en verdad cada uno es en esencia y en espíritu, para abandonar esta vida de ilusión superficial, de falta de comunión con la naturaleza y la Creación.
Es así que hoy, una vez más, el Espejo del Corazón de Dios se refleja sobre este gran lago, como esencia de Paz, de Amor y de Justicia, para que las almas recojan espiritualmente los tesoros que les ofrece la Jerarquía y así, internamente, formen parte de la reconstrucción del mundo, que comenzará ahora, hijos Míos, como preparación del Sagrado Retorno de Cristo.
Sientan, en ustedes, el reflejo de este Gran Espejo del Corazón de Dios, así como hoy su Madre Celeste, Señora de Finlandia, lo refleja para ustedes a través de Su Corazón Inmaculado y a través de Sus serviciales Manos, con la Luz que traigo del universo, para pacificar a los corazones que viven la guerra, para retirar de las mentes la ambición por las armas nucleares y por las pruebas que quieren hacer en estos tiempos.
Nadie, absolutamente nadie, en esta superficie, tiene consciencia de lo que significa probar las armas nucleares. Esta es la razón de estar en Finlandia, como una emergencia, para que, a través del Sagrado Espejo del Corazón de Dios, proyectado en la naturaleza, se detengan estas ideas tenebrosas de la superficie, que solo empeorarían y oscurecerían al planeta.
Por eso, la Jerarquía Espiritual trabaja por medio del silencio, no incitando al enfrentamiento ni a la guerra, en ningún plano ni en ninguna dimensión, sino proyectando Su Amor Cósmico a través del Corazón de la Jerarquía, para que las almas puedan salir de la ilusión y de la ceguera espiritual y reencontrar el motivo interior de estar aquí en este planeta y en este tiempo.
Es así que, como Espejo de la Paz de Dios, hoy vengo a realizar esta tarea con ustedes y el mundo, para que el mal se detenga en la superficie y sea liberado, para que las sagradas herramientas de la Jerarquía y la proyección de Sus sagrados tesoros espirituales neutralicen el caos de estos tiempos, disolviéndolo a través del Amor de Dios, que les viene a dar vida nueva en abundancia a los corazones abiertos para recibir este Mensaje, para que estos corazones se conviertan en instrumentos de Dios y se sigan purificando y transformando, así como se transforma y se purifica el universo.
Sagrado Espejo de Dios,
reflejo del Amor Divino,
reconcilia a las almas de este mundo,
pacifica las dimensiones y los planos,
para que la humanidad alcance la cura y la redención.
Yo les vuelvo a dar Mi Paz, la Paz que vive en el Corazón-Espejo de Dios, la Paz que renueva todas las cosas.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos:
Las huellas de la Señora de Finlandia, como huellas de Luz, comienzan a marcar los caminos internos, para que Mis hijos misioneros sean orientados en esta próxima Peregrinación por la Paz. Lo mismo sucederá milagrosamente en Polonia, Suiza y Francia, este último país muy necesitado de amor y de redención.
Queridos hijos, hoy la Señora de Finlandia se presenta con esta Faz por primera vez a ustedes, para que internamente sigan a la Madre de Finlandia en esta importante tarea que, espiritualmente, intentará aplacar la injusticia y la falta de paz entre naciones hermanas, hoy divididas por el conflicto, por el odio y por la guerra.
La Señora de Finlandia se colocará ante todo el mal generado para que, a través de un sublime soplo, sea disipado de las ideas de conquista y de poder sobre millones de almas inocentes. Y ustedes, con valentía y fe, Me acompañarán junto con el Ángel de Finlandia, Hellem-El, para que junto con el Ángel de Portugal intervengan por orden de la Santísima Madre.
Pero todo esto no será a través de enfrentamientos o de batallas espirituales, sino que en el nombre de la Preciosísima Sangre de Cristo se restablecerá la pequeña semilla de la gratitud que los países en conflicto perdieron al desviarse de lo que era esencial e inmediato.
Por eso, a través de la insondable presencia de los ángeles de algunas naciones, su Madre Celeste, como Señora de Finlandia, volverá a hacer emerger los valores originales que formaron parte de los países nórdicos y más allá de ellos.
Yo los invito a tener un corazón abierto y vacío en esta peregrinación; porque no solo ustedes, sino también la Jerarquía, tomarán contacto con un legado que aún no fue revelado al mundo.
Por ese motivo, la Señora de Finlandia se presenta como la primera Celadora de los valores que hicieron de los pueblos más antiguos, del norte del planeta, representantes del Linaje de los Guerreros.
Oremos conscientemente para que cada paso de esta peregrinación sea benéfico, no solo para Finlandia, sino también para el mundo entero.
Les agradezco a todos los que, una vez más, confiaron en Nuestros pedidos e hicieron posible esta extendida y necesaria peregrinación.
Los amo y los acompaño,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora de Finlandia
Desde las extensas tierras doradas del corazón de Asia hasta los profundos y desconocidos pueblos del desierto, Soy la Señora de Mongolia.
Desde el corazón del campesino hasta el peregrino y nómade, Soy la Señora de Mongolia.
Desde el dialecto más antiguo hasta la cultura más sagrada, Soy la Señora de Mongolia.
Desde la expresión del Sagrado Templo de la Compasión hasta la unidad entre las religiones y los pueblos, Soy la Señora de Mongolia.
Desde los más áridos desiertos hasta las últimas florestas de ese país, Yo Soy la Señora de Mongolia.
Desde el espíritu de lo Divino de los antepasados hasta los pueblos que caminaron en el más absoluto desierto, Yo Soy la Señora de Mongolia.
Desde la victoria de los últimos guerreros hasta la empatía de los monjes del oriente, Yo Soy la Señora y Madre de Mongolia.
Yo Soy la Señora y Madre de Mongolia, Soy la Guardiana del legado de la sobrevivencia y de la fe de todos los que invocaron la Presencia de Dios en esos extensos y vastos territorios de Mongolia.
Soy la Madre de Mongolia, porque visto los colores que expresan lo sagrado y lo bendito de ese pueblo, internado en un gran desierto.
Yo Soy la Señora de Mongolia, porque Soy la Celadora de las Puertas de Shambhala. Soy el Terafín Virginal de una cultura anterior a esta actual humanidad.
Yo Soy la Señora de Mongolia, porque guardo y protejo las llaves que abren las Puertas de Shambhala.
Soy la Señora de Mongolia, porque reflejo el espejo dorado de un pueblo que conoció el despertar del corazón y que, por su pureza y anonimato, vivió la unión con el universo.
Soy la Señora y Madre de Mongolia, para que la humanidad no pierda los valores de la sagrada espiritualidad y de la simplicidad.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
Mis queridos hijos:
Que la Paz de Jesús sea en sus corazones y almas.
En este día, una vez más, vengo con el apelo de una querida Madre; para que, a través de las próximas 1 000 Ave Marías, el mundo entero sea colmado por la Luz y por el Amor de Dios.
Quisiera que cada cuenta del Ave María, que será ofrecida, incluya a todas las situaciones urgentes; para que, a través del ejercicio espiritual de las 1 000 Ave Marías, su Madre Celeste envíe al mundo a Sus ángeles y así los nudos de la maldad planetaria sean desatados por las propias Manos de la Madre de Dios.
Que, a través del incesante espíritu de la oración fervorosa y cariñosa de Mis hijos, estas próximas 1 000 Ave Marías representen el cese del fuego que es provocado por la guerra, pero también por la destrucción de los ultrajados Reinos de la Naturaleza.
Queridos hijos, en espíritu de vigilia y adoración al Dios Creador, quisiera que continúen orando el Santo Rosario por el fin de la insensata guerra en Europa del Este, como en otros lugares del mundo.
En el día de las 1 000 Ave Marías, estaré atenta a la voz de la súplica de Mis hijos; porque, solo a través del poder creador de la oración, el mundo podrá enmendar sus graves errores de impunidad, de odio y de martirio.
Queridos hijos, quiero que sepan que su Divina Madre estará sosteniendo la soga de los nudos de la consciencia planetaria y que, como la Señora Desatadora de Nudos, Yo estaré desatando los nudos a través de la voz orante de Mis hijos, para que las Gracias que colman Mi Corazón Inmaculado se derramen sobre el mundo y sobre Mis amados hijos.
¡Les agradezco por responder, una vez más, a Mi maternal llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Señora Desatadora de Nudos
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Yo Soy el Cáliz Virginal que guarda en sí mismo la sangre de los inocentes y de los mártires, que son contemplados por Dios en este tiempo. Sé que este misterio es muy amplio para ustedes, tal vez abstracto y complejo, pero para el corazón que está unido al Corazón de la Madre no lo es.
Ustedes, hijos Míos, saben más que Yo cuánta sangre inocente corre hoy sobre este mundo, porque la impunidad ha tomado la mente de muchos gobernantes y esa tenebrosa bestia debe ser extirpada del planeta.
Por eso, hoy les presento las siete espadas en Mi Corazón, los siete grandes pecados capitales de estos tiempos, que gravemente se han ampliado en la consciencia de la humanidad al haberse alejado del amor, de la unidad y de la verdad.
Llevo estas siete espadas, que atraviesan el Corazón de su Madre Celeste, en el más profundo silencio de Mi Espíritu, porque no hay nadie más grande que Mi Hijo que haya vivido algo tan verdadero por cada uno de ustedes como Él lo hizo en la Cruz, sin medir sus esfuerzos o fatigas, sin medir hasta dónde Él podría dar la vida por ustedes.
Por eso, este es el Cáliz Virginal que hoy les presento, el relicario del Corazón de la Madre Celestial que no solo guarda los códigos de los santos inocentes y de todos los mártires que profesan su fe en Cristo y que, por diferentes circunstancias, hoy ya no están en este mundo; sino que, este Sagrado Cáliz Virginal, es adorado por los ángeles del Cielo como una de las reliquias del Arca de la Santa Alianza.
Vean a través de este ejemplo, hijos Míos, cómo el dolor y el mal de este mundo se transforman en Amor y en Misericordia, cómo el Poder Creador tiene la autoridad de poder transformar todo.
Porque ese Poder, que viene de la Creación, no es autoritario; es el Gran Poder del Amor que pulsa en el corazón del centro de esta Galaxia, llamado Sol Central, que irradia a este plano material los códigos de la vida y de la transfiguración de todas las consciencias físicas.
Este sagrado terafín, el Cáliz Virginal, se guarda como copia espiritual en el corazón de ese Sol Central, para que algún día el mundo y la humanidad también sean transformados.
Así, cuando Mi Hijo retorne, Él volverá a otorgarle al mundo la redención, la reconciliación con las Leyes del Universo, para que todos los pecados del mundo sean enmendados por las almas que serán consecuentes hasta el final de los tiempos, hasta el momento en el que Mi Hijo pose Sus Pies sobre este planeta con todas las Huestes y las Jerarquías.
¿Imaginan cómo será ese gran momento del Retorno de Cristo, Nuestro Señor?
¿Cuánto el universo se moverá cósmicamente para ese acontecimiento?
¿Cuántas corrientes espirituales e inmateriales colmarán a este planeta y a este Sistema Solar que ustedes habitan, para redimirlo y convertirlo a través del poder de los méritos que Cristo alcanzó en la humanidad y también a través de los méritos que todos Sus compañeros y compañeras alcanzaron y alcanzarán a través de los tiempos?
Ahora, pueden tener una visión más clara y un sentimiento más profundo sobre lo que significa y representa el Poder Creador del Amor. Él vendrá a su encuentro algún día. Ese Poder del Amor será palpable en todos los sentidos y en todas las dimensiones.
Él les revelará los dones y las virtudes a los consecuentes. Él les revelará el Poder de Su Amor y de Su Misericordia a los que fueron condenados. Y en todo este vasto e infinito universo no habrá ninguna consciencia que no sea tocada por el Poder del Amor Creador.
Así como la célula en el ser humano alimenta la vida, la regenera y la reconstruye por dentro y por fuera; así la Comunión con el Santísimo Sacramento de Cristo, ofrecido por el poder de la Eucaristía, y también el poder de las Sagradas Reliquias del Arca de la Santa Alianza, cuando estén presentes en la superficie de los Sagrados Retiros, transfigurarán a todo el planeta y a la humanidad, de la noche a la mañana.
Entonces, los ángeles del Señor estarán con sus Libros abiertos para registrar y testimoniar ese acontecimiento, que no será invisible, sino visible.
Por esa razón, Nuestro esmero y dedicación a todos los corazones del mundo y, especialmente, a las almas que despiertan al camino espiritual de un único Dios y de un único Padre Celestial, Nos hace trabajar como Jerarquías de forma incansable, para que cada universo interior y cada corazón humano descubra la riqueza espiritual que Dios les entregó desde el principio en la Fuente.
Es así que, a través de las Palabras de la Madre de Dios, que son Palabras de Dios imantadas por los principios de la Fuente Creadora, Yo les traigo a sus corazones altas vibraciones de los Cielos, para que la materia que, aparentemente, está corrompida y enferma, se pueda redimir y transfigurar lentamente.
Porque si Mi Hijo tuvo ese permiso en lo alto del Monte Tabor y algunos de sus apóstoles fueron testigos de ese acontecimiento; Mi Hijo, el Cristo, a través de la Ley de la Transfiguración que sea invocada por medio de la oración del corazón, tarde o temprano tocará sus vidas y consciencias; y lo que parecía corrompido o perdido se redimirá y se iluminará, a través de las Leyes que Cristo ha instaurado con Su Presencia en el planeta.
Todo lo que hoy les estoy diciendo y compartiendo, Mis hijos, forma parte del Libro de Amor de Dios, porque es Él Quien lo envía y es Él Quien lo decreta.
Por eso, Yo les pido que no solo se identifiquen con la materia, porque este es un tiempo de purificación desconocido, vean su identidad en lo más profundo de sus seres, en aquella parte de su consciencia que sabe quién es y qué vino hacer aquí a este mundo.
Muchos de ustedes deben aprender todos los días a retomar el camino hacia el origen, hacia el centro de sus esencias, lugar donde brilla y donde mora la Luz de Dios. No se olviden de que ustedes son Sus Hijos de la Tierra y que Él les Ha dado este planeta en abundancia para que ustedes den frutos. Pero el mundo y esta civilización no han comprendido el Mensaje del Dios de Israel; destruyen el planeta y lo enferman, y los Reinos de la Naturaleza y los océanos son testigos de esta tragedia.
Los que creen dirigir al mundo y gobernarlo intentan ocultar esta realidad que ya no se puede ocultar; pero vean este acontecimiento trágico de la naturaleza con sabiduría y compasión.
A pesar del dolor que viven los Reinos Menores, a pesar del dolor que viven las almas inocentes, nunca levanten la voz de la rebelión. Que sus voces se alcen al Corazón de Dios por medio del canto y de las plegarias que, obedientemente, han ofrecido a Nuestros Corazones en estos dieciséis años.
Es así que se vencerá el mal, él podrá atormentarlos o perseguirlos, pero si sus corazones están entregados al Corazón de Dios, ¿cómo el mal podría hacerlos perecer?
Recuerden, recuerden todos los días, que ustedes son Sus dignos Hijos y protejan preciosamente de ustedes mismos esa dignidad espiritual, porque millones de almas en el mundo ya la perdieron en esta última década y para muchos hijos Míos vale lo mismo tener o no dignidad humana.
¿Cómo los valores tan sagrados de este pueblo de la Tierra se pudieron perder?
Las almas no supieron abrazar el Llamado de Dios por diferentes circunstancias y, en muchos casos, los propios miedos superaron la confianza en Dios. Pero el miedo no existe, hijos Míos, lo que existe es la Luz y el Amor que habita en el centro de sus corazones y almas. Crean en el Poder Creador de Dios que, en el Proyecto Genético, en el Origen y en el Génesis de esta humanidad, fue implantado.
Sé que, para muchos de Mis hijos, este es el tiempo de la gran batalla, en el que deberán enfrentarse con ustedes mismos, en el que deberán reconocer sus propios abismos ocultos e invisibles; pero les pido, por amor, que no le den fuerza al victimismo humano.
Sus almas son almas cocreadoras que, a través del verbo y del sonido pueden emitir nuevas cosas y pueden liberar nuevos principios que, a través de una ofrenda verdadera y honesta, permiten hacer descender los Valores de Dios al mundo, a través de las almas que se ofrecen para ser tabernáculos de Dios y víctimas del Amor de Cristo.
Esto es lo que le falta a la humanidad, y aunque parezca imposible que esto cambie de la noche a la mañana, no pierdan la fe ni la esperanza.
Muchos ya tomaron la decisión de seguir el camino hacia Cristo. Por eso, la bestia de siete cabezas está furiosa.
Este es el momento en el que la Mujer Vestida de Sol corre al desierto, porque es la hora, la gran hora, de que los siete sellos se terminen de abrir completamente. Eso hace temer a Mi enemigo, el adversario, porque cuantas más consciencias tomen conocimiento de la verdad a través de su despertar, la batalla, la gran batalla final, será vencida.
Y San Miguel Arcángel, elevando al Padre su poderosa espada, hará tronar sobre este mundo los Poderes de la Creación para reconstruir al mundo y a la humanidad espiritualmente, para que todo vuelva a comenzar de cero.
Oremos para que estas revelaciones no se pierdan, para que estos impulsos se guarden en la consciencia y fortalezcan a todos Mis hijos.
Oremos con convicción y fe, por la Presencia de Cristo en todos los Sagrarios de la Tierra y en todos los corazones que se ofrecen y que se postulan a ser Tabernáculos de Dios.
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente y
os ofrezco el Preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido;
y, por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
Les agradezco por tener la valentía y la apertura de escucharme. Esto representa para Dios una respuesta honesta, representa que será posible la redención.
A pesar de los tiempos de la tribulación, siempre recuerden que será posible el tiempo de la redención. A pesar de lo que vivan o de lo que atraviesen, a pesar de lo que este mundo haga, es posible el tiempo de la redención.
Y para que sus almas sean quienes guíen sus vidas; para que el alma, sea la barca que navega en el océano de la Misericordia de Dios, se nutra y se fortalezca del Amor Crístico, vengo a pedirles, para terminar este encuentro, una canción que muchas veces cantaron y que representa para Dios y para los Sagrados Corazones la historia de esta Obra concretada en la superficie: "Sopro do Espírito".
Escucharemos esta canción desde el Centro Mariano de Figueira.
Que esta melodía los ayude a navegar en el océano del Amor de Dios, sin miedo al naufragio o la tempestad de la vida, confiando en que el espíritu de cada uno de ustedes y de sus hermanos siempre tendrá abierta la puerta del Corazón de Dios para que la pueda atravesar.
Yo los bendigo y les agradezco por habernos acompañado en este mes de agosto. Aspiramos y esperamos que sea por muchos agostos más, si así Dios lo determina.
Mi bendición maternal sobre ustedes y Mi Paz sobre el mundo herido.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cantemos.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Para poder llegar hasta aquí, tuve que recorrer los umbrales más oscuros del planeta, y sé que ustedes, hijos Míos, no saben lo que esto significa; pero todo esto es posible a través de la oración de Mis hijos, a través de la esperanza de cada corazón que clama a Dios.
Esto, Me permite interceder y pedirle a Dios una oportunidad para Mis hijos; aunque esta Gracia, en este momento, no sea merecida.
Hoy, Mi silencio habla más que las palabras y es necesario en estos tiempos, hijos Míos, que se sumerjan en el Silencio de Dios para sentir lo que Él siente, para vivir lo que Él vive, para ver lo que Él ve con Sus propios Ojos.
Por eso, Él Me envía una vez más. Él Me envía como Su Mensajera, pero también como Su Portavoz, para recordarle al mundo que detenga las armas, que abandone las ideas propias de la guerra, de una conquista de las naciones del mundo que nunca sucederá.
¡Ay de aquellos que no le temen a Dios!
¡Ay de aquellos que desafían Sus Leyes y Su Voluntad!
Por eso, todos Mis hijos deberán seguir rezando fervorosamente, así como los ángeles rezan de forma perpetua con sus rostros en el suelo. Es la forma por la que Dios le concederá a la humanidad una oportunidad.
Las armas desafían la Ley. Los hombres no conocen la Creación ni tampoco saben de dónde provienen, no pueden usurpar el misterio, porque aún el misterio no fue revelado. Cristo es el propio Misterio, que se revelará a todos a través de Su Retorno.
Así como los Libros, se abrirán los sellos; así, Cristo revelará Su verdadera Faz y no habrá quién la pueda ocultar; porque Él vendrá en el momento más culminante del planeta y ese momento ya está muy cerca, más cerca de lo que parece.
En estos dieciséis años que han estado Conmigo, momento tras momento, paso tras paso, hemos construido juntos una fortaleza espiritual que ni siquiera la Iglesia de Cristo en la Tierra la ha alcanzado.
Por eso, también deben rezar por aquellos que no consiguieron responderle a Mi Hijo; porque el camino de los Nuevos Cristos es un camino desconocido para todos, pero no es un camino imposible, es un camino de desafíos y de trascendencias. Es ese Camino de Cristo, Nuestro Señor, que los convertirá en Sus apóstoles de verdad, sin ilusiones y sin expectativas propias.
Eso es lo que Mi Hijo necesita en este momento para terminar de concretar Su Retorno. Así como Él los llamó a ustedes, Él llamó a toda la Iglesia extendida en la Tierra para que lo representara como la Luz del mundo, aquella Luz invencible que muchos buscarían en el fin de estos tiempos; porque en esencia es la Luz de la Jerarquía, es una Luz que nunca cambia, es una Luz que nunca desaparece, porque es parte de la Luz Eterna.
Es en lo más profundo de cada ser en donde Cristo comenzará a concretar Su Retorno, y así como los primeros apóstoles y seguidores y seguidoras del Señor deberán dar la vida por el mundo, si así lo aceptan.
El camino crístico no es un abismo entre ustedes y el Cielo. El camino crístico es un puente para todos los que quieran ser consecuentes con Él, y estar junto a Él donde Él lo necesite y cuando lo necesite. La decisión solo está dentro de ustedes, y en ningún otro lugar.
Dejen que el Amor de Mi Hijo los arrebate, que Él los convierta en lo que tanto espera en estos tiempos. Porque así, Sus nuevos apóstoles estarán en lugares del mundo que nunca habían pensado, estarán preparando a las multitudes y a los pueblos para Su llegada. Y esto no será con grandiosas obras, sino con ejemplos verdaderos y simples que moverán a los corazones al cambio.
Yo vengo como la Madre que prepara ese momento, porque Él Me lo ha pedido y Yo Soy Su Esclava, Soy la Esclava del Señor porque se ha hecho en Mí Su Palabra.
¿Los que son llamados a ser los últimos apóstoles de los últimos días, han decidido que la Palabra de Dios se haga en ustedes?
He visto con Mis propios Ojos, con los Ojos de la Madre de Dios, que en muchos se ha hecho la Palabra de Dios, a pesar de las tribulaciones y de las pruebas.
Por eso, a pesar de este mundo aterrador, a pesar de lo que vean a su alrededor, colóquense disponibles. Ya no se escondan de Dios, vayan al encuentro del Padre Eterno y les aseguro que serán felices, serán libres, así como Yo lo fui al escuchar el llamado del Arcángel Gabriel.
No se olviden, Mis hijos, de que Yo Soy una más con ustedes. Soy la Virgen Madre, la Rosa de la Paz, la Consoladora y Abogada de los que sufren y de los que claman.
No se desesperen, no se angustien. Ya no miren la oscuridad, miren hacia la Luz que Cristo les ha dejado adentro. Así, encontrarán la fuerza como Yo la encontré al ver a Mi Hijo clavado en la Cruz, entregando por todos lo más grande que tenía en Mi vida, así como muchos de ustedes, y muchos de sus hermanos del mundo que sirven a Cristo, han entregado sus familias y lo más preciado que tienen por responder al llamado desconocido de Cristo.
Pero los Ojos de Jesús, de Mi Amadísimo Hijo, están sobre sus seres queridos. Él mismo los cuida, Él mismo los protege con Su Manto; así como Él intenta todos los días, aunque sea Rey, proteger sus pasos, los pasos de los que dicen ser Sus apóstoles.
Solo les aconsejo algo, Mis amados hijos, que se rindan a los Pies de Jesús, así como Santa María Magdalena se rindió a Sus Pies y, con sus propias lágrimas, lavó los Pies del Señor, porque era un alma que le pedía rendición.
¿Qué habrá significado este gesto para Jesús?
¿Qué habrá significado para Mi Hijo que la Santísima y Humilde Esclava de Dios besara los Pies de Jesús en lo alto del Monte Calvario?
Pero Él, en Su mayor agonía y padecimiento, renunció por Mí y por cada uno de ustedes, cuando antes de morir Él Me dijo: “Madre, he aquí Tu hijo; hijo, he aquí tu Madre”. Y hoy, Yo como su Madre, la Madre de todos, estoy cumpliendo esa promesa.
¿Se han dado cuenta, Mis hijos, qué significa para Mí que ustedes y sus hermanos y hermanas del mundo caminen al lado de María y que su Virgen Madre camine al lado de Sus hijos, pacientemente, esperando el paso de cada uno de ustedes?
No hay nada más maravilloso en este mundo que el Reino de los Cielos, en donde los ángeles, elementales y devas, las grandes potencias creadoras del universo, se reúnen para adorar y alabar el Nombre de Dios.
Y, aunque Mi Corazón está lastimado por lo que ve de este mundo enloquecido, cuando Yo puedo descender del Cielo, como en este día, Mi Corazón se conforta, Mi vida se anima por todos los que Me aman, porque el amor no se queda Conmigo, el amor va directo al Corazón de Dios.
Y Él, así, abriendo Sus Brazos y extendiendo Sus Manos sobre el mundo, derrama Sus amorosos Rayos de Piedad y Misericordia, renovando a través de los últimos Cristos a toda la faz de la Tierra, especialmente, a través de aquellos que anónimamente sirven a Dios.
Ahora le hablaré a cada uno.
Hijo Mío, hija Mía, ¿por qué sufres? ¿No estoy Yo aquí? Y, a través de Mí, ¿crees que vives en Dios, así como Mi Hijo vive a través de Sus hijos, de todos Sus compañeros?
Decídete, libérate de tu propio peso y confía, porque hay algo maravilloso para ti, que Dios escribió en el universo con Su propia Mano.
Entrega todo lo que tienes, entrega todo lo que eres, y te aseguro que no te arrepentirás. Porque, a pesar de los desiertos o de la angustia, Mi Hijo todo lo renueva; así como Su Sangre y Su Agua, que brotaron de Su lastimado Corazón en lo alto de la Cruz, renovaron al mundo entero.
Deja que tu alma guíe la barca de tu vida. No le temas al naufragio, no le temas a las derrotas, afírmate en la esperanza de Mi Corazón Misericordioso y del Corazón Misericordioso de Mi Hijo.
Consagra tu vida a San José y Él te guiará a través de Su Mano para que descubras la grandiosa Voluntad de Dios, que te hará libre para siempre, rompiendo los grilletes de la ilusión, rompiendo las cadenas de la inercia y abriendo los portales al gran encuentro, al encuentro de tu espíritu con el Espíritu de Dios.
Yo les agradezco por tener la valentía, todos los días, aunque no sepan cómo hacerlo, de seguir las Huellas de Luz de Mi Hijo. Y les agradezco a todos los que oran por la paz, porque es muy urgente en este momento, especialmente la paz en los corazones que ya no la tienen.
Nunca, pero nunca, se olviden de ser agradecidos, así aliviarán al Corazón de Dios de tantas ingratitudes.
Sean guardianes de los Tesoros de Dios. Sean celadores de Nuestros Mensajes y, sin que lo perciban, en el gran día prometido, la Palabra de Dios se cumplirá en ustedes, así como se cumplió en la Esclava del Señor.
Ahora, volvamos a cantar a la Señora de Kibeho, la Madre del Verbo y de la Palabra, la Madre de África. Cantemos por el herido pueblo africano, sometido por la guerra, perseguido por su fe, condenado por los sistemas del mundo enfermo, por el hambre de cuerpo y de espíritu.
Clamen, a través de la Señora de Kibeho y por medio de esta canción, por Mi amada África. Y recemos, desde ahora, para que Nuestros Sagrados Corazones vuelvan a África el año que viene. ¿Están prontos para este desafío?
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En la Luz de Cristo, los bendigo para que la paz esté en ustedes y en todas las naciones, especialmente en las naciones que más la necesitan.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Los amo, mucho más que lo que ustedes pueden imaginar.
Aférrense a Mi fortaleza espiritual y siempre verán la Luz de Cristo en el horizonte. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Y ahora, vamos a cantar esta canción a la Señora de Kibeho, respondiendo al pedido de la Santísima Madre, para que las Gracias del Corazón Inmaculado de María se derramen sobre África y el mundo. Y, especialmente, para que el Manto de Luz de la Madre de Dios guarde y proteja a los niños, jóvenes y adolescentes de toda África, y la Madre de Dios les otorgue la Gracia del alivio y de la esperanza.
Canción: "Our Lady of Kibeho".
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Queremos terminar esta Vigilia de Oración haciendo un relato, a pedido de nuestra Madre Divina.
Vamos a intentar repetir todo lo que pasó, sin perder una palabra, porque hoy la aproximación y la Presencia de María fueron muy fuertes.
Lo primero que quería decir, antes de olvidarme, es que esta Vigilia de Oración Ella la sintió verdadera, muy sincera y muy honesta por parte de cada uno.
Cuando Ella llegó, nos preguntó si nosotros como Obra, como peregrinos, como orantes, estaremos dispuestos a acompañar a María los días 24, a través de este formato de Vigilia de Oración; porque Ella nos dijo que, con todo lo que está atravesando la humanidad y el planeta, lo único que en este momento nuestra Madre tiene para ofrecerle a Dios son nuestras oraciones, que nos reunamos como grupo y como almas en oración junto con Ella.
Y siento que todos internamente estamos dando ese sí, para que a partir de hoy retomemos este formato de Vigilia de Oración por la Paz en las Naciones, para que podamos, junto con María, fortalecer esta escuela de oración que Ella nos ha enseñado y, especialmente, podamos orar por todas las causas urgentes, respondiendo a Su pedido.
Hoy, cuando la Madre Divina llegó, como siempre lo hace, atravesando los portales de los Cielos de forma gradual, Ella nos llevó como consciencias a los lugares de los abismos más oscuros del planeta, que son abismos espirituales que no se ven con los ojos físicos.
Y Ella realizó ese movimiento y presentó esa situación como los presentó en el tercer secreto de Fátima. La Virgen Madre atravesaba una ciudad completamente destruida por la guerra y por las armas, se escuchaban gritos de sufrimiento y de dolor, había personas a las que les faltaban piernas, brazos.
Ella era la única Luz que allí brillaba, y esa Luz brillaba a través de Ella por nuestras oraciones de este día. Ella recogía cada cuenta de oración de esta Vigilia y también todas las oraciones que hemos hecho en estos dieciséis años de Apariciones para ofrecérselas a Dios como un acto de expiación y de misericordia.
En mi caso personal, realmente, yo quedé muy impactado por lo que vi. Pensé que no iba a poder continuar con la tarea. Y cuando Nuestra Madre lo percibió, Ella recogió esa escena y trajo el Cielo.
A medida que hablaba, Ella se iba acercado a cada uno de nosotros. Podría decir que hoy Ella estuvo tan cerca como nunca antes lo estuvo.
Y Ella, no solo espiritualmente levantaba al planeta de donde está en este momento, a la humanidad, a los pueblos, a las naciones que están sufriendo, sino que también Ella nos levantaba a cada uno de nosotros.
Y Su Amor, ese Amor puro de María, inconfundible, iba transformando las miserias del mundo y nuestras propias miserias. Y Su Amor en una forma de Luz, que emanaba de Su Corazón Inmaculado, iba ingresando en aquellos espacios de nuestra memoria celular y espiritual, donde hay muchas marcas, donde hay muchos miedos.
Ella lo que hacía era animarnos, y con Su Amor nos envolvía y nos transformaba en algo nuevo, nos separaba de esa oscuridad, que a veces atravesamos, y así lo fue haciendo también con el planeta.
Hoy, Ella era como una Gran Peregrina y Servidora, y Sus Ojos lo podían ver todo; nos veía a nosotros tal cual somos, no con juicio, no con condenación. Era fuerte ver la Mirada de Ella, porque era de un Amor que no es de este planeta. Ella emanaba ese Amor de Dios e iba cerrando así muchas puertas en nosotros y en el mundo. Y Su Verbo, que era el Verbo de Dios, construía nuevos puentes internos para cada uno de nosotros, para que nos animáramos a atravesar esos puentes, en estos tiempos, hacia esa esperanza que Ella hoy nos traía espiritualmente.
Luego, Ella hizo una tarea espiritual importante con África. Allí, volvió a presentar un escenario durísimo, que eran los niños muriendo por la desnutrición y las madres, de esos niños, desesperadas. María alimentaba a esas madres con Su fortaleza espiritual, aliviaba el corazón de esas madres y también la Madre Divina iba recogiendo en Sus Brazos a todos los niños.
En síntesis, eso fue lo que pasó. Muchas otras situaciones se presentaron durante la Aparición, pero la mejor forma de recordarlas es rever este momento que vivimos con la Madre Divina.
Así que nos queda este compromiso, a partir de hoy, de orar juntos en estas Vigilias de Oración por la Paz en las Naciones todos los días 24. Los días 12 de cada mes también habrá Vigilia de Oración, así como lo instauró Nuestra Señora hace tantos años; pero el día 12 de cada mes, María quiere que Sus hijos sigan orando, así como lo hacen todos los días 12.
Vamos a agradecer una vez más y a llevar las Palabras de María al corazón.
¡Gracias, Madre Divina, por cuánto nos das!
En este encuentro, Te honramos, Señor.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mis queridos hijos:
Mientras el mundo y, sobre todo, algunas naciones enfrentan el mal y el caos de estos tiempos, Yo los llamo a ser portadores de Mi Paz.
Mientras las guerras provocan un temido beneficio a quienes promueven las armas y generan sufrimientos inexplicables a la mayoría de Mis hijos, Yo los llamo a ser embajadores de Mi Paz.
Mientras la impunidad ciega a muchas mentes y corazones ambiciosos, y provoca dolor y angustia en numerosos pueblos y familias, Yo los llamo a ser instrumentos de Mi Paz.
Mientras el aborto y el descarte de los recién nacidos y de los no nacidos se vuelven hábitos normales, indiferentes y tenebrosos, Yo los llamo a ser Luz de la Misericordia de Cristo.
Mientras regiones enteras se secan, de la noche a la mañana, y ciudades y pueblos son destruidos por la furia del cambio climático, Yo los llamo a ser embajadores y protectores de la Creación.
Mientras la indignación, el hambre y la miseria socavan el don de la dignidad humana y espiritual, Yo los llamo a ser representantes y guardianes de los Valores de Dios en la Tierra.
Mientras las almas enfrentan durísimas pruebas y muchos descubren sus flaquezas, miserias y enfermedades, Yo los llamo a ser puentes de amor y de cura para esta sufrida humanidad.
Mientras los caminos, las fronteras y los océanos se cierran a los refugiados y exiliados, tornando al mundo insensible e indiferente al sufrimiento del prójimo, Yo los llamo a ser intercesores de la Paz y de la Misericordia; porque de no haber instrumentos en Mis Manos, su Madre Celeste no podrá interceder.
Que todas las voces y los corazones se unan en una única oración, diciendo: “Señor, ten Piedad y Misericordia”.
Yo siempre oraré por ustedes.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vengo aquí a cumplir el compromiso que Yo he hecho con ustedes, de estar aquí todos los días trece, porque la humanidad lo necesita mucho.
Todos los ojos no pueden ver las situaciones que acontecen, pero los Ojos de la Madre de Dios sí las pueden ver. Vengo así a revelarles una realidad que esta humanidad transita internamente.
Dada la situación del final de los tiempos, las almas y el planeta necesitan de muchísima ayuda. Y esto no es nada nuevo para ustedes, hijos Míos, solo que la deuda espiritual de esta humanidad sigue creciendo y cada día que pasa, hijos Míos, esa deuda espiritual se vuelve impagable.
Por eso, a través de Mis Manos y del servicio incansable de Mi Corazón, Yo le traigo Gracias al mundo; aquellas Gracias sublimes y supremas que hoy el mundo no merecería; pero que, a través de la oración fiel de Mis hijos, Yo puedo derramar esas Gracias, Yo puedo traerles el don de la oportunidad a las almas, y así puedo cerrar muchas puertas inciertas que Mis hijos del mundo no ven con sus ojos físicos.
Es así que la Jerarquía Espiritual acompaña ciclo a ciclo a este planeta y a esta humanidad de superficie, y aunque Nuestros Tesoros Espirituales ya fueron entregados, aún es muy insuficiente la respuesta al Llamado.
A los que ya despertaron al camino de Mi Hijo les corresponderá responder en nombre de muchos de los que no responden, les corresponderá asumir lo que muchos hoy no quieren asumir. Y es así que crecen y maduran los apóstoles internamente, no retrocediendo al ver la necesidad urgente, no fingiendo que no ven la emergencia de estos tiempos.
Ahora y hace mucho tiempo ya salieron de la escuela de Mis pequeños hijos. Este es el momento, hijos Míos, en el que cada uno se hace responsable ante el Llamado y está atento, muy atento, para poder escuchar ese Llamado que viene del Mundo Superior.
Es así que la Llama del Divino Propósito se multiplicará y será colocada en el corazón de los que dicen sí. Y sentirán la responsabilidad y el compromiso que siente la Jerarquía, y sabrán que cada momento es una oportunidad de profundizar en el servicio y en los grados de amor.
No hay nada nuevo que deban aprender, Mis amados hijos, solo deberán aprender a donarse en mayor profundidad.
Es a través de esa donación que estarán enviando un mensaje al Universo, al Corazón del Padre Eterno; porque así, a través de esa respuesta inmediata y madura, estarán diciéndole al Universo que están respondiendo al Llamado y que están comprendiendo ese Llamado.
Las puertas al don de la oportunidad estarán abiertas a todos, especialmente a aquellos que quedaron atrás; porque es inminente, en estos tiempos de tribulación, que las almas reencuentren el camino hacia el Corazón de Cristo, que reencuentren el camino hacia el Propósito que perdieron o hacia el Propósito que nunca encontraron.
Dios tiene a todos en cuenta. Dios guarda a todas las almas en Su Corazón.
Yo necesito, hijos Míos, que comprendan cuál es este momento que están viviendo, porque cada momento tiene una respuesta para sus corazones. Es así que podrán acompañar a la Jerarquía, que siempre inspirará a sus corazones y vidas para que puedan cumplir ese Llamado que viene del centro de Galileum.
El Llamado, que viene para las almas del mundo en este ciclo, es muy amplio; y cada alma y cada corazón de este planeta puede comprender de forma diferente esa convocatoria.
Pero la convocatoria que viene del Gran Llamado de Dios a través de Galileum es única. Es una Llama ardiente y flameante encendida en el Universo Inmaterial que trae a las almas hacia esa Luz, que es la Luz poderosa de la Fuente Suprema, la Sagrada Luz del Corazón de Dios que los creó en el principio a Su Imagen y Semejanza.
Responder al Llamado de Dios en esta encarnación significa retornar a la Llama de Dios, a la Luz Eterna del Padre, para que sean Uno con el Padre Eterno, así como Nuestros Sagrados Corazones son Uno con el Padre.
Por eso, las almas en estos tiempos son tentadas y Mi enemigo intenta desviarlas del camino del Propósito y de la gran respuesta a ese Llamado Superior. Porque cuando cada hijo Mío consiga, de forma madura y consciente, responder a ese Llamado, tendrá que saber que se purificará; luego sabrá trascenderse a sí mismo, paso a paso y momento tras momento; y, por último, tendrá la oportunidad, al responder a ese Llamado Superior e Interno, de poder cumplir la Voluntad de Dios en este planeta, LLamado al que la mayoría de las almas no quiere responder.
Dios nunca colocará a las almas bajo una regla, bajo un compromiso forzado ni bajo ninguna otra situación. Cumplir la Voluntad de Dios y responder a Su Llamado significa liberarse de ustedes mismos para siempre.
He aquí la causa del sufrimiento del mundo que, cada vez que se aleja de la Voluntad de Dios, se sumerge y sufre su propio sufrimiento, no comprendiendo cuál es el camino que las almas deben recorrer en esta transición planetaria. Pero el Llamado que viene de Dios, a través de Galileum, es un Llamado claro y contundente.
Siempre la Voluntad de Dios se mostrará a las almas que la quieran reconocer, a la voluntad que las almas quieran vivir como Voluntad del Padre Eterno, dejando de lado la voluntad propia y humana.
Es respondiendo a ese Llamado Interior, en este ciclo, que conocerán la felicidad que tanto buscan en la materia.
Es a través de la respuesta a ese Llamado, que encontrarán el júbilo y la alegría de poder vivir conscientemente en el Reino de Dios y de formar parte de ese Reino Mayor.
Es a través de la respuesta a ese Llamado Divino, que las almas podrán cumplir su misión, la misión del final de estos tiempos, misión que se revela a los mundos internos en este ciclo.
Yo vengo como la Madre no solo de toda la humanidad, vengo como la portadora de ese Llamado Mayor para todas las almas, a decirles a todos los corazones que aún queda un poco de tiempo para responder a ese Llamado Mayor, para que por ustedes mismos puedan conocer la felicidad de estar en Dios y en Cristo.
Por eso, en este día de consagración de nuevos Hijos de María, vengo a colocar a todos los que ya son consagrados y a los que se consagrarán en un nuevo escalón de la respuesta a ese Llamado; para que esta consagración no solo sea un momento Conmigo, sino sea el gran momento para cada corazón que se consagra y que ya se consagró, para poder dar el gran paso de su vida.
Yo estoy aquí para sostener este momento, como su Madre, como su Intercesora y como su Mediadora; porque todo lo que deberemos hacer en el fin de estos tiempos es mucha tarea, es saber llevar adelante con sabiduría los Planes de Dios, es participar de esos Planes para poder concretarlos por el bien y por la paz del mundo, primero autoconvocándose ante el Llamado de estos tiempos, ante el último y gran Llamado que resuena desde el Universo, para todas las almas de este planeta.
Esto también le concederá a la humanidad que el Santo Espíritu de la Consagración, a través de Sus Dones y Virtudes, sostenga a las almas consagradas e impulse los grados de consagración a todos los corazones, dentro de la escuela y del momento que cada alma puede vivir en estos tiempos.
Por eso, hoy, Yo también vengo como la Madre de los consagrados, de aquellos que se animan, paso a paso, a acercarse a través de la consagración al Corazón de Mi Hijo; porque a este mundo y a esta humanidad no puede faltarles la vida consagrada; sería un sacrilegio sustituirla por otras cosas.
Por eso, hoy también les pido que sigan orando por las almas que se consagran a Cristo, desde los que se consagran a Mi Inmaculado Corazón como Hijos de María, hasta los consagrados que llevan misiones importantes en el final de estos tiempos.
Que la Llama del Propósito y de la Consagración sea el centro irradiador para todas las almas del mundo, especialmente para aquellas que se alejaron de Dios por las marcas que ha dejado la Iglesia de Cristo en la Tierra, y para las almas que nunca conocieron el verdadero Amor de Dios.
Hoy, la Fuente de la Consagración a través del Espíritu Santo está abierta. Que las almas emitan internamente la respuesta a ese Llamado; porque dentro de este Plan de Amor, de Luz y de Redención, hay un lugar para cada corazón humano, hay un lugar para cada alma de este planeta, hay un lugar para cada uno de ustedes.
Como muestra de que es posible vivir esta Gracia de la consagración, una vez más la Madre de Dios, por Amor a todos Sus hijos y por la redención de este planeta, por la paz en las naciones y en los pueblos, para que el Espíritu de la Consagración inunde a todos los corazones del mundo, viene especialmente a consagrar a nuevos Hijos de María.
Y ahora, escuchando el himno de su consagración, pido que Mis hijos se aproximen, aquellos que hoy vivirán este momento de consagración; y los que ya se consagraron a Mi Corazón Inmaculado, que se abran para poder renovar sus votos en este momento, para que la Llama del Divino Propósito sea contemplada por todos los corazones y almas, y el mundo sepa dar la gran respuesta que el Universo necesita.
Acérquense a Mí, hijos Míos. Estoy aquí y Soy su Madre, la Madre de la vida y de la consagración.
Vengan, hijos Míos. Vengan a Mí, así como Yo voy a ustedes en cada momento de la vida, en cada súplica, en cada oración. Su Madre Celeste siempre está allí para consagrar y renovar a las almas en el nombre de Mi Hijo y para hacer de sus almas instrumentos de paz para estas naciones, a las que hoy ustedes pertenecen.
Dejen en Mi Corazón sus tristezas, angustias y amarguras. Entréguenle todo a Dios, para que Él los pueda renovar y consagrar, curar y sanar, a través de Mi Corazón Inmaculado.
Que el Santo Espíritu de la Consagración de Dios inunde al mundo entero, así como la Sangre de Cristo inundó al mundo entero, hasta las profundidades más desconocidas del planeta.
Y que este Santo Espíritu de la Consagración de Dios enmiende los errores de las naciones en guerra y en conflicto, enmiende los errores de la impunidad y de la corrupción mundial, disuelva el falso poder, transmute la injusticia, libere a los oprimidos e inocentes.
Que el Santo Espíritu de la Consagración y de la Paz de Dios les abra los ojos a los que son indiferentes, especialmente les abra sus corazones al sufrimiento del semejante, de los refugiados, inmigrantes y descartados.
Porque Mi ardiente deseo, en lo más profundo de Mi Corazón, es que nadie más sea rechazado en este mundo, especialmente los que sufren y padecen en los mares, sin que nadie los ayude. Por esta causa, hoy nos consagramos.
Y hoy la Madre Santísima los consagra en el nombre de Cristo, para que la Llama del Propósito guíe a los corazones hasta el final.
Los consagro y los renuevo, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Canten el himno de su consagración por aquellos que no se consagran, por aquellos que no responden.
Yo les agradezco.
Queridos hijos:
Mientras el mundo enfrenta su gran momento de purificación, les pido que en sus vidas y consciencias siga resonando la voz de la oración del corazón; porque será la forma de que, ustedes y sus hermanos de la humanidad, sean ayudados a través de las Leyes Espirituales.
A medida que se aproxima el tiempo prometido del Apocalipsis, los corazones verán situaciones inesperadas que nunca acontecieron en la Tierra. Esto es así para que el planeta se limpie a sí mismo, porque la Madre Tierra grita de dolor y nadie la escucha.
Por eso, hijos Míos, que la oración sea esa llama ardiente que nunca se apaga, que sea la llama que se vivifica, que transmuta, que ilumina y que redime; porque, en el fin de estos inesperados tiempos, la oración será ese escudo espiritual capaz de aislarlos de todas las interferencias de estos tiempos.
Yo necesito que Mis queridos hijos no omitan este pedido, porque cuando estén delante de los acontecimientos del final de los tiempos, recordarán Mi Mensaje.
Si realmente aspiran a corresponder a Dios no solo en los Mandamientos, sino también cumpliendo Su Santa Voluntad, la oración ardiente será esa estrella que a través de Mi Corazón los guiará hacia Dios, hacia un lugar seguro.
Estos tiempos demuestran que la humanidad perdió los valores de la vida y de la familia, porque la sociedad se volvió indiferente al sufrimiento y a la necesidad de los más desprotegidos.
Por eso, les pido que coloquen todo esto en el corazón y que oren Conmigo, a fin de que su Madre Celeste junto con todos los ángeles intervengan en la actual y cruda realidad de estos tiempos.
Es inmediato que la oración de Mis amados hijos resguarde y proteja toda la misión espiritual que llevará adelante la Madre Celeste.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy, he venido del Cielo para estar con ustedes y, a través de ustedes, poder estar con todos Mis hijos del mundo, por aquellos que claman por justicia, por aquellos que lloran a través de sus oraciones, por todos los que están enfermos y padecen en lo más profundo de su corazón.
Pero, hijos Míos, este es el gran tiempo de la purificación. No lo vean como un castigo, no lo vean como una condena, porque el propio Hijo de Dios fue purificado en el Templo; y la Madre de Dios y San José también fueron purificados.
La materia humana debe sublimarse, la condición humana debe trascenderse, y cada uno de Mis hijos, en este planeta, tiene su escuela, el mejor aprendizaje que necesita para que, en el fin de sus días, entregue su alma a Dios y se funda en la Fuente Cósmica de la Vida.
Es así, hijos Míos, que nada está fuera de lugar en este momento. Lo que está fuera de la Ley, en este tiempo, son los horrores que comete el mundo y la humanidad, el desequilibrio de las Leyes Universales en este planeta, la impunidad que aflora como algo común y que somete a millones de almas en el mundo.
Pero hoy, Mis hijos, Yo vengo a dar testimonio ante Dios de lo maravilloso que Mi Hijo Ha hecho en sus vidas, las pequeñas transformaciones que Ha alcanzado a través de la entrega de cada uno de ustedes a Dios.
Por eso, no vean la vida como una pena o como un lamento. Aférrense al Corazón de Mi Hijo y renuévense en Él.
Y cuando las caídas en sus caminos sean tan continuas y permanentes, Mis amados hijos, no se desesperen. En lo más íntimo de su corazón la decisión ya está tomada y Mi enemigo no los puede hacer temblar ni aterrorizar.
Por más que en este mundo las dificultades son muy grandes y las almas necesitan de muchísima orientación espiritual; Yo los invito, hijos Míos, a lo mismo que Mi Hijo los llamó, los invito a afirmar su fe en la esperanza, en la Sagrada Llama del Divino Propósito que ya flamea delante de sus almas y consciencias; Propósito que sus espíritus ya conocen y que no se puede borrar de la noche a la mañana, a pesar de lo más doloroso que hayan vivido en estos tiempos.
En este día especial para la Madre de Dios y para cada uno de ustedes, he traído algo muy especial de Galileum: el Santo Sudario del Señor, que hoy está en Mis Brazos para envolver sus almas y corazones, para envolver sus cuerpos y consciencias, y así transfigurarlos.
¿Creen en el poder del Santo Sudario del Señor, el Sudario que fue testigo de cada gota de Sangre de Cristo?
Hoy, he retirado esta Sagrada Reliquia del Arca de la Santa Alianza; para que, a través de este Santo Sudario Espiritual de Jesús, Yo pueda purificar sus cuerpos, limpiar de sus rostros cada lágrima y cada llanto, y para que se sientan renovados y curados por las Manos de la Madre de Dios.
Sigan rezando y pidiendo por la Gracia de ser consecuentes.
En lo más pequeño e invisible es en donde se puede realizar la Obra de Dios, porque Dios no se muestra al mundo con Su Poder; Dios se refleja con Su Poder, con el Poder de Su Amor, a través de los corazones que se transforman y se redimen día a día.
Es así que hoy les ofrezco este Santo Sudario Espiritual, para que le sirva como un Manto de purificación y de cura a cada uno de Mis hijos; para que sus dolores físicos y espirituales se alivien, y así el alma del planeta también, en este día, sea aliviado de su sufrimiento, el sufrimiento que le ocasiona la humanidad.
Pero vean, a través de este ejemplo del Santo Sudario Espiritual de Jesús, cuán grande es la Misericordia del Padre, cuán inmenso es el Amor de Mi Hijo por este Proyecto de la superficie de la Tierra.
Mi Hijo Me ha pedido en este día especial, en el que reafirmamos, entre ustedes y Yo, el compromiso de cumplir la Voluntad Eterna de Dios por todos los tiempos que vendrán, que les ofrezca este Santo Sudario Espiritual para que en este 8 de agosto las Leyes Cósmicas desciendan a la Tierra, una vez más cierren todas las puertas inciertas, las almas sean liberadas de sus propios abismos e infiernos y todos sean curados por el poder del Amor de Jesús, al igual que ustedes, Mis amados hijos.
Por más que su Madre Celeste haya ascendido a los Cielos y hoy sea la Gobernanta Espiritual de todos los mundos, y lleve en Su Mano el Cetro de la Voluntad de Dios y del Sagrado Poder Femenino para el fin de los tiempos, Yo sigo siendo la Esclava Fiel del Señor, así como la Esclava de Dios se humilló y se resignó delante de la Cruz por la salvación del mundo, para que Mi Hijo, a pesar de Su agonía y de Su dolor en la Cruz, le concediera la Gracia de estar con ustedes en este tiempo final; permiso que fue otorgado por el Propio Padre Eterno.
Es así, queridos hijos, que quiero que hoy vislumbren y contemplen, más allá de la dificultad y de la condición humana, los tesoros que han recibido sus corazones en estos dieciséis años y cada momento de oración sincera que han compartido Conmigo en estos años, sin que muchos de ustedes sepan cómo seguir Mis pasos.
Pero alégrense y renazcan en Cristo, Él viene a liberarlos del pecado y del error, a través del Corazón de la Madre del Mundo, Él viene a concederles Su Infinita e Insondable Misericordia.
Yo estoy aquí a causa de los consecuentes y de los valientes, de aquellos que no le temen a la purificación, de aquellos que se arriesgan a vivir el Plan de Mi Hijo a pesar de las consecuencias.
Hoy, vengo vestida con el Manto de todo el universo, de todas las estrellas y de todos los soles.
Hoy, este es el Manto Universal de la Madre de Dios que se extiende en el mundo. Y la Luz de este Sagrado Manto de la Madre de Dios, así como la Luz de las palmas de Sus Manos llegan a los rincones más profundos de los infiernos del planeta, para erguir a las estrellas que aún están caídas.
Ya no piensen que este Armagedón es una nueva rebelión. Este es el tiempo de la síntesis y del gran paso, en el que la gran batalla espiritual con Mi enemigo se lleva adelante.
Pero no se olviden de que ustedes están debajo de Mi Manto, cuando no se atreven a salir de él, cuando sus caminos son caminos de oración de corazón, cuando sus actos son actos de caridad y de misericordia por el prójimo, cuando todos los días no se olvidan de que la vida es un eterno servir.
Hoy, el centro de Mi Corona es la Luz de la Nueva Aurora, como la aurora que se irradia en el norte de este planeta.
Soy la Luz de la Aurora que anuncia el nuevo tiempo y el advenimiento de Mi Hijo, el Redentor, la llegada de Su Presencia al mundo.
Sigan siendo parte de Mi Rosario de Luz, sigan siendo esa perla preciosa que se purifica y que se pule a través de las piadosas Manos de Mi Hijo, el Cristo.
Les pido una única cosa, Mis amados, que nunca más cierren su corazón. Que sus corazones sean una puerta abierta a la donación y a la alegría, al júbilo de vivir el encuentro con Cristo y la comunión eterna con el Padre.
Mientras estoy aquí, con ustedes y por ustedes, como la Madre Cósmica del universo, muchas situaciones se detienen en el mundo.
Y en este día 8 de agosto, en el que el Cielo desciende a la Tierra y la Tierra asciende a los Cielos a través de los corazones que están abiertos al llamado de la Madre de Dios, se Me ha concedido que ningún alma en este momento se pierda y que los desprotegidos, los inocentes y los huérfanos sean amparados por los ángeles de la Madre de Dios con la ayuda de todos sus ángeles de la guarda.
Mi fin con ustedes también se acerca, pero no se desanimen. Les diré lo mismo que le dije a la vidente Lucía de Fátima: “Mi Gracia será tu fortaleza, Mi Luz será tu camino y en el fin de tus días encontrarás Mi Gran Estrella, aquella Estrella incandescente y perpetua que brilla en el Eterno Cielo de Dios para acogerte y para recibirte”.
Esto es lo mismo que hoy le digo a cada uno de ustedes, porque también llegó el tiempo de que no solo escuchen Mi Mensaje, sino de que sean Mi Mensaje vivo en este mundo, así se cumplirá Mi Palabra.
Para que este Santo Sudario Espiritual de Jesús se expanda en el mundo, abrace las causas imposibles, proteja a todas las almas, especialmente a las almas de los niños y jóvenes más desprotegidos de estos tiempos, Mi Hijo Me ha pedido que, como preparación para esta nueva etapa, para este nuevo año de la Hermandad, cerremos este encuentro interno con la Santa Comunión.
Por eso, será un momento para que cada uno de Mis hijos haga su ofrecimiento al Universo, ya que el Universo Sideral está abierto en este momento y atento a la voz de todas las súplicas.
Este es un momento extraordinario concedido por el Padre Eterno para todos los corazones que en este momento escuchan a la Madre de Dios, que en este momento abrazan a la Madre de Dios, que en este momento aman a la Madre de Dios. Un momento concedido por el Padre Eterno en estos dieciséis años de incansable trabajo con los Mensajeros Divinos.
Preparémonos para el momento de la Comunión. Los espero.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oh, Mi Santo Blanco Colibrí,
que visitas una de Mis tierras bendecidas
por la Santa Madre de Dios;
como un humilde peregrino
junto con todos tus hermanos,
tú vienes a Mi encuentro,
al Templo Sagrado de Mi Materno e Inmaculado Corazón,
para suplicarme en unión a Mi Hijo
por la paz en el mundo y por el fin de la guerra.
Oh, Santo Blanco Colibrí,
que vuelas alto para atraer hacia la Tierra
todas las Gracias del Cielo;
hoy, te concedo la Gracia que Me has pedido
desde el silencio de tu corazón.
Oh, Santo Blanco Colibrí,
te animo a seguir adelante,
llevando con firmeza la Palabra de Mi Hijo,
para que los corazones se sigan sintiendo aliviados
por tus gestos de cercanía y de fraternidad.
Hoy, estoy unida en súplica a ti,
para que el mundo se convierta y alcance la paz.
Desde este Sagrado Santuario de Fátima,
junto a los Ángeles del Cielo,
imparto Mi bendición, Mi Amor y Mi Paz
al mundo entero.
Que la Misericordia de Mi Hijo,
hoy, vuelva a descender a la humanidad,
a fin de que más heridas sean sanadas
y los corazones se reconforten.
Amén.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
Los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz
A Mis hijos jóvenes, potenciales pacificadores de Cristo
Queridos hijos:
Que, en este día, toda la juventud del planeta, que se reúne para honrar y alabar a Mi Hijo, sea un potencial pacificador de Cristo.
Un joven pacificador es un puente que une las diferencias entre sus hermanos.
Un joven pacificador es un potencial apóstol de Cristo.
Un joven pacificador reconoce en sí mismo su naturaleza humana y la transmuta a través de su sensata unión con la naturaleza.
Un joven pacificador nunca pierde sus sueños y aspiraciones, los que todos los días debe ofrecer a la Creación.
Un joven pacificador aprende a asumir grandes responsabilidades, sin temer equivocarse, porque un joven pacificador, sirviendo, aprenderá a crecer interiormente.
Un joven pacificador no lucha, sino defiende, de sí mismo y del mundo, los valores de la paz, del respeto y de la tolerancia; para que en cada lugar, que el joven pacificador atraviese, se refleje la armonía.
Un joven pacificador abre su consciencia todos los días, para transformar sus miedos en fortalezas, sus aprendizajes en riquezas espirituales, sus destrezas en actos honestos de donación.
Un joven pacificador nunca retrocede, sino avanza. Él camina decidido para poder cumplir sus metas, que deben ser entregadas a los Pies del Creador.
Un joven pacificador es un potencial puro de consagración, sea en la vida del espíritu, sea en la familia o en el Sagrado Sacramento del Matrimonio.
Un joven pacificador no se defiende, no agrede física y verbalmente, porque su esencia es la paz, que habita en el centro de su alma, de su consciencia y de su espíritu.
Un joven pacificador es un escalador de sus sueños, es capaz de animarse a atravesar sus propios abismos, es un guardián de su propio Propósito Espiritual.
Un joven pacificador es un amigo honesto de Cristo, es quien asume cargar con la cruz del mundo, más allá de sí mismo, es una expresión constante de alegría y de renovación.
Un joven pacificador es un alma misionera, que encarnó en este mundo por un Propósito Mayor.
A los jóvenes postulantes a pacificadores, hoy les doy Mi bendición maternal, porque sé que para cada uno de ellos es un desafío vivir por entero la vida del espíritu.
Por eso, agradezco por los valientes jóvenes pacificadores, que hasta ahora fueron capaces de ir más allá de sí mismos y de traspasar sus propias barreras y límites.
A los jóvenes pacificadores, hoy reunidos en el Festival de la Juventud por la Paz en Brasil, les pido que sean fuente de renovación, que sean impulsores del cambio, de la alegría que este mundo tanto necesita.
Yo estoy con ustedes, y una vez más les agradezco por animarse a responder a Mi llamado.
Los ama y los bendice,
Vuestra Madre, la Virgen María, Rosa de la Paz y Estrella Guía de la Juventud
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más