Viernes, 17 de junio de 2016

El Sagrado Llamado
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE EL SAGRADO LLAMADO EN LA CIUDAD DE BARCELONA, ESPAÑA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Sagrado Corazón de Jesús
Fuente de todos los prodigios
Derrama Tu Misericordia
Sobre los conflictos del mundo
Amén.
(tres veces)

 

Como el Soplo del Espíritu de Dios, vengo a este lugar para bendecirlo y bendecirlos a todos, en el nombre de la Verdad y del Amor de Dios que se derrama en este momento sobre ustedes y sobre sus hermanos.

Esperé mucho tiempo para poder encontrarnos aquí, nuevamente, en la Alianza con Mi Divino Espíritu; esperé volverlos a encontrar en la Paz que traigo del Universo para cada uno de sus corazones en esta perfecta Comunión Conmigo, con Mi Cuerpo y con Mi Sangre.

Vengo a Europa para erguirla ante los  tronos de Dios, por la aceptación profunda que emiten sus corazones de que el Plan se cumpla en esta parte de la humanidad; para esto, las puertas del Universo se abren para poder recibirlos en el Corazón de Dios, Padre Celestial.

Las legiones de los ángeles han llegado aquí, con mucha levedad para poder encontrarlos en la oración que proclama Mi Divina Misericordia.

Abran sus corazones, sientan sus almas, y queden en Mí. Esto es ahora lo que necesitan para poder proseguir, sobre todo Mis apóstoles, a los que Yo he llamado con tanto amor.

Sigan Mis Pasos, sigan Mis Caminos y nunca perderán la paz, porque si sus corazones confían en Mí, estarán confiando en Dios, porque Dios ES a través de Mi Corazón, y Yo Soy a través de ustedes, en la esencia profunda del espíritu y de la hermandad.

Hoy no vengo a ver  las conductas malas del mundo, los horrores, las malas acciones y la indignación. Hoy vengo a ver de sus corazones la llama del Espíritu de Dios que encarnó en ustedes, desde sus nacimientos en esta humanidad y a través de los tiempos, una llama que nunca puede apagar Mi adversario porque si  el corazón ora y persiste, triunfará.

Hoy están nuevamente ante Mi Misión Celestial, que es la Iglesia a la que muchos esperan ingresar  pero que no la conocen.

Hoy están ante Mi Patriarcado, Mi Legado y todo Mi Universo; que es el Universo de Mi Padre, que se congrega en lo invisible de Su Espíritu.

Hoy vengo a traer para ustedes esa presencia que siempre deben aspirar encontrar en estos tiempos de caos y de persecución en el mundo.

Alimenten la llama de sus espíritus y por más que vean la oscuridad a su alrededor, les digo, en verdad,  que no perderán la paz.

Pero hoy los invito a ser verdaderos Conmigo, en cada paso de la vida, en cada ejemplo, y en cada pequeña acción. No necesito sus corazones perfectos, sino honestos y simples, abiertos a recibir Mi Instrucción, a través de Mi Santa Palabra, o a través de cada hermano que se encuentre en sus caminos, porque Yo me hago presente de forma inesperada en la vida de ustedes y de todos sus hermanos, compañeros Míos.

La oportunidad que Yo les traigo, es la oportunidad que necesita el planeta y toda la humanidad, como también los Reinos de la Naturaleza que tanto sufren la consecuencia del hombre de superficie.

En cada aspecto de la vida, Mi  Corazón y Mi Luz está presente, cuando el alma invoca Mi Presencia universal. Junto a Mis ángeles constituyo entre sus corazones, en esta hora, la presencia de Mi Iglesia Celestial y abro los altares del Cielo para que puedan comulgar, de lo único y verdadero que es el Amor de Dios.

Es el amor de Dios que nunca los decepcionará, que nunca los engañará, como muchos los engañan y se engañan a sí mismos todo el tiempo porque tienen sus corazones endurecidos a Mi Presencia y Energía; pero Mi Misericordia permite traerles el perdón y la expiación que tanto necesitan en esta vida y en este tiempo final.

Si están ante Mi Iglesia Celestial, están ante el Único, el Adonai. Emmanuel, Abba, el Elohim, están ante el Universo, ante toda la Hermandad que se congrega para recibirlos en la Fraternidad del Espíritu y de la Unidad.

Vean en este momento, corazones Míos, cómo emergen desde ustedes las estrellas de la luz, los soles internos, que deben  resplandecer en esta hora, para alumbrar a la humanidad que está en las tinieblas; y muchos no creen estar en ellas, pero lo están.

Si piensan estar Conmigo, compañeros, háganlo, y no pierdan tiempo. Busquen la esencia de Mi Corazón que los llevará a la paz y les permitirá  realizar el camino que han venido a cumplir en nombre de Mi Padre y de Su Plan.

Los corazones no se animan a amar Mi Corazón profundamente, por temor a lo que Yo les pueda pedir. Pero desde el principio, compañeros, Yo sé lo que cada uno de ustedes Me puede dar y no les pediré aquello que no Me puedan dar, eso sería una gran pérdida de energía para estos tiempos finales.

Necesito que Mi Obra se realice en sus corazones, de la mejor forma posible. Pero en verdad les digo, compañeros,  que algunos de ustedes tienen un compromiso marcado Conmigo y que es definitivo y eso no lo pueden omitir, con su propia indiferencia.

Sientan que Mis Palabras forman sus espíritus y moradas internas.

Sientan como sus almas se elevan a Mi Iglesia Celestial, para ingresar al templo y vivificar la unión Conmigo, a través de la Eucaristía.

Adoren Mi Corazón, como los ángeles lo hacen, y confirmen que en esta humanidad es posible alcanzar la Redención y la Paz.

Quisiera que otros soldados Míos estuvieran aquí para escucharme, pero sé que por sus propios medios, espirituales e internos, no lo pueden hacer; pero les pido que no se justifiquen. Mi Sangre y Mi Agua se derramó para justificar sus vidas, sus errores, sus pruebas, omisiones e indiferencias, como todos los ultrajes hasta los tiempos de hoy.

Ahora es momento de no hacerlo más y de abrir los ojos y de mirar hacia el infinito, hacia el Universo, para verme llegar entre las nubes con toda la Gloria del Padre Celestial.

Necesito que estén preparados por los que aún no se han preparado.

Necesito que despierten a Mi Vida Crística por los que aún no despertaron a Mi Vida Crística.

Necesito que sean testigos, incluso en las imperfecciones, porque si sus corazones son verdaderos y sus mentes son puras, siempre estarán en Mi Corazón.

No vengo a pedirles lo imposible porque sé que la humanidad ahora no lo puede dar.

Necesito que sus vidas se transformen, así como Yo transformo el barro con Mis Manos y moldeo un nuevo odre para la Gloria de Dios; odre que recibe los Códigos de Mi Gracia y de Mi Misericordia que provienen del Padre Universal.

Entonces, compañeros,  reciban en esta hora Mi Gracia, y Mi Misericordia, por aquellos que no la quieren recibir y que se omiten para no querer conocerme.

Hay tanto amor en Mi Corazón que muchos no creen que Yo pueda transformar sus vidas completamente.

Mi Corazón explota de tanto amor para entregar al mundo y a todas las almas, aún a las que omiten Mi Presencia. Es este el Amor que Yo viví por ustedes, que Yo trabajé por ustedes,  que Yo entregué para salvarlos, una vez cuando estuve en la Cruz.

Cada Llaga de Mi Cuerpo, cada señal marcada en Mi Santo Cuerpo Glorificado, fue para testimoniar la Salvación, el  Perdón y el Amor por cada uno de ustedes.

No quiero que en Mi Corazón se multipliquen las espinas de la ingratitud de los apóstoles Míos que no han comprendido lo que les he pedido en esta hora.

Sean parte de Mis Rayos, de los Rayos de Mi Corazón Glorificado, Sagrado y Bendito. Sean esos Rayos que se transforman de la noche a la mañana, que viajan como el viento; que viajan como el viento por todos los lugares del mundo, para llevar la Paz y la Misericordia de Dios.

Sean ese sol que nace todos los días en el horizonte y ya no vivan más a oscuras. Confíen plenamente en ustedes, en que pueden dar los pasos, al menos por Mí, por Mi Santa Madre y por Mi Padre Celestial.

Vivan todo el tiempo en Nuestra Santísima Trinidad y serán premiados con los Dones de Mi Espíritu: tendrán fuerzas para caminar, aliento para seguir adelante y esperanza por donde ver en cada parte de la Tierra.

Y a pesar de que el mundo está a oscuras y los corazones están cerrados,Yo vengo a dar, en esta tarde, el Testimonio de Mi Amor en ustedes y por cada uno de sus hermanos en  este mundo.

Reciban la Unión con Mi Sagrado Corazón y vivan Mi Camino como la puerta de salida a su liberación y perdón.

Agradezco que hayan preparado este Altar para Mí, así como preparan sus vidas, en este tiempo y en este ciclo, para recibirme en la plenitud de Mi Espíritu, de Mi Gracia.

No teman por lo que no han conseguido.

No quiero que sufran más, porque Mi Corazón ya sufre por los que son indiferentes, por los que caen, por los que hacen el mal, por los que niegan Mi Amor todo el tiempo.

Necesito de sus corazones un templo de alegría, de regocijo, de verdadero amor y de paz, para que sus pecados se limpien,  y las manchas en sus almas se puedan borrar por la Fuente y el Océano de Mi Divina Misericordia.

Así, compañeros, amigos, discípulos y siervos alegrarán Mi Corazón por los horrores que vive el mundo de los que caminan todo el tiempo al abismo.

Si sus corazones no aman, ¿cómo amarán al prójimo? Si no Me aman a Mí, ¿cómo amarán a sus semejantes? Porque si Yo estoy en sus semejantes, escondido en el tabernáculo del corazón, ¿por qué son indiferentes y no Me ven?

Yo estoy en el que está desposeído, triste, perdido, ciego y sordo. Yo golpeo la puerta de esos corazones para que puedan despertar a su verdad y a su misión.

Cada cosa tiene su tiempo, porque está marcado por el Universo de Dios.

Ofrezcan en esta tarde, esta Comunión por toda Europa, por los que están perdidos, por los que están ciegos, por los que están solos, por los que están enfermos, por los que sufren en la ignorancia de sus vidas y de sus caminos, por no encontrar,  por los que no encuentran a Mi Sagrado Corazón que hoy está aquí, entre ustedes, para que lo vivan y lo sientan en esta Comunión perfecta, con espíritu de paz y de fraternidad.

Yo los constituyo a todos como una nueva familia, así como fue la familia de Nazaret, junto a María y San  José. No está lejos de ustedes formar esa sagrada familia espiritual que debe reinar entre las almas y los corazones que siguen a los Mensajeros Divinos.

En esta hora, compañeros, la Divinidad trabaja en todos los continentes de la Tierra para sembrar Su Luz en el mundo.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Vamos a cantar "Estoy contigo, Señor", a pedido de Jesús, para bendecir los elementos que Él hoy consagrará, para todos nosotros.

 

A través de los tiempos, compañeros, elevo a las almas hacia el Reino de Dios, cuando cada una de ellas comulga, el mayor testimonio de amor en la presencia de Mi Cuerpo Vivo y Mi Preciosa Sangre, en Honor al Padre Celestial y a Su Divino Plan que emana del Universo para todas las criaturas de la Tierra.

En Mi Iglesia Celestial, les vuelvo a enseñar lo que una vez prediqué para todos ustedes: sentados a Mi mesa de Luz y de Amor, los invité en aquel tiempo, a agradecer a Dios por todo, por cuanto Él nos da en el Misterio Infinito de Su Amor. Y para eso, compañeros, en el nombre de la Paz, Yo elevé el pan, di gracias al Padre por el Sacrificio; lo bendije, lo repartí a ustedes y les dije que "siempre comieran de él  porque él es el Cuerpo Vivo de Cristo, vuestro Señor".

Una vez terminada la Comunión con el pan, di gracias a Dios por el Cáliz que las almas recibirían en sus esencias, para ser depositarias de Mi Espíritu de Misericordia y Redención. Elevando el Cáliz hacia lo alto, di gracias al Padre, lo pasé a ustedes y les dije una vez: “tomen y beban  todos de él, porque esta es Mi Sangre que será derramada por ustedes y por todos los hombres para el perdón  de todas las faltas”.

Y hoy, en Mi Presencia, compañeros, ante Mi Iglesia Celestial,  reafirmo la Presencia y el Poder del Amor de Dios. Amén.

Gracias Señor, gracias Señor por tantas bendiciones que siempre nos das, que siempre nos das

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hermanos, queremos que todos los que están aquí presentes y a través de la transmisión en vivo para el planeta, por MMTV, nuestros hermanos del monasterio de la Orden, de las comunidades, de los grupos de oración, que están unidos a nosotros, queremos compartir, realmente, cómo  fue esta Aparición con Cristo, que en realidad, tal vez, no diga muchas cosas, pero lo que Él hizo hoy con nosotros, así como en los días de la Maratón anterior, en Buenos Aires, en Argentina.

Él nos introdujo en ese misterio que la humanidad todavía no conoce muy bien, que es la Iglesia Celestial de Cristo, y el propio Cristo nos dijo que es algo que intentó instituir para que pudiéramos aprender desde que el tiempo que estuvo aquí, con nosotros, hace dos mil y tantos años atrás.

Hoy, Él realmente vino muy espléndido, maravilloso en su Amor y en Su Misericordia.

Él nos fue introduciendo poco a poco , en ese espacio de la consciencia que llama la Iglesia Celestial, en donde los ángeles y los bienaventurados, de forma verídica, verdadera, celebran continuamente esa adoración, al Cuerpo y a la Sangre de Cristo; y Él nos llevó hacia ese lugar, poco a poco.

A través de Sus Palabras, de Su Mensaje, nos fue introduciendo a todos nosotros, los que estamos aquí y a los que están en sus hogares acompañándonos, quienes también fueron siendo llevados, a través de sus almas hacia ese espacio de la consciencia.

Fue algo bien intenso, muy difícil de poder soportar, porque a pesar de que es una Energía Divina, Celestial, el voltaje vibratorio energético de la Presencia de Cristo, de ese estado de consciencia, de la Iglesia Celestial. es bien alto para nuestras células, para nuestros cuerpos para nuestros átomos; pero como Él sabe que nosotros somos seres terrestres, somos seres humanos, Él cuenta con nuestras almas.

De alguna forma, Él se sirvió de nuestras almas, de nuestra apertura del corazón para quien tuvo el corazón abierto, para ingresar hacia ese estado de consciencia y vivimos, como quien dice, varias iniciaciones, varias purificaciones; pasamos por varios procesos durante toda la Aparición y no solo nosotros fuimos beneficiados espiritualmente, sino también aquí, esta región del continente europeo, que tanto lo necesita.

Y cuando el Maestro repetía que ofreciéramos la Comunión por todo lo que Él dijo, los enfermos, los que son ignorantes, que están  ciegos, están sordos, etc.,  Él fue detrás de cada uno de ellos porque el canal de oración que nosotros abrimos durante la coronilla  lo utilizó para esa tarea; de alguna forma encontró los corazones abiertos y consiguió realizar esa tarea.

Entonces entre tan pocos que somos, Él hizo que cosas grandiosas, como una vez lo prometió, que íbamos a hacer cosas más grandes a las que Él hizo, aunque en ese momento Él las comandaba, las llevaba adelante, esa tarea, esa misión, que vino a cumplir aquí, en Barcelona, la hizo a través de nuestro corazón.

Lo que vino a realizar, lo pudo cumplir y eso se expandió para todo el planeta , para toda la consciencia planetaria con la ayuda, gracias a Dios, de los ángeles que estaban bien cerca de nosotros; ángeles muy alados estaban bien cerca de nosotros, y eso también me llamó mucho la atención, el acercamiento de los ángeles, con una sutileza, una bondad, una misericordia inexplicable.

Queríamos dejar este relato con ustedes para que podamos proseguir unidos en esa tarea que los Mensajeros Divinos vienen realizando no solo en América, sino ahora aquí, en Europa, de una forma bien amplia.

¡Gracias Señor por cuanto nos das!

Lunes, 6 de junio de 2016

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 35ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN BUENOS AIRES, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Sagrado Corazón de Jesús, Fuente de todos los prodigios,

derrama Tu Misericordia sobre los conflictos del mundo.

Amén. (x7)


Hoy estoy contemplando las necesidades del mundo, de todas las almas que deben reencontrar el camino hacia Mi Corazón y hacia Mi Paz.

No dejo de mirar a aquellos que se alejaron de Mí, y que ahora retornan, después de mucho tiempo. Esto es un milagro ante el Universo; es una verdad que las almas que estaban dormidas, despierten a Mi llamado y pasen a formar parte de Mi ejército de Luz, en esta fuente de oración que Yo derramo para todos cuando se unen a Mí.

Hoy los bautizaré.

Hoy los ungiré en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, para que los Dones de Dios puedan volver a encarnar en sus seres, como así lo pensó Dios en el principio.

Quiero estar con ustedes todo el tiempo, y que Me abran las puertas de sus corazones para que yo pueda entrar.

Quiero que sean ese corazón sincero, que tanto aspiran ser, ante Mi Gloria y Mi Reino Celestial, que es la Gloria y el Reino Celestial de Mi Padre, en esta tarde de Misericordia.

Y ahora, en Mi Presencia, quiero escuchar, nuevamente sus voces, abriendo las puertas hacia ese Corazón Sincero que promete, para el mundo, la realización de la obra de Dios en los que se están redimiendo.

Que hoy sean sus almas las que canten, y no solamente sus voces. 

Que eleven, a través de Mi Corazón, este pedido y este testimonio, ante el Padre Celestial.

Canten como si fuera la última vez que Yo estoy con ustedes, para vivificarlos en espíritu y en Mi eterno Amor.

Hagan esta ofrenda por la humanidad, por los que son indiferentes e injustos, por los que duermen y por los que se pierden, día y noche, sin poder ver Mi Corazón.

Canten, así Yo llevo esta canción a Dios, para que Él la escuche, en Su Corazón, como la promesa materializada por sus hijos, en este Universo material y en esta humanidad.

Canten con los ángeles de la guarda y de la eterna compañía. 

Canten una sola vez, pues Yo necesito seguir trabajando, con ustedes, para terminar de cumplir lo que Mi Padre Me ha pedido a través de este encuentro, y en esta nación de Argentina.

Como oferta, escogeré tres almas que encenderán una vela, para ofrecerla como arrepentimiento, reconciliación y perdón, al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

Mientras Yo escojo a esas almas, canten “Cristo, Tú el Amor”.

La Luz que Yo entrego es la que proviene de Mi Padre y que enciende a las almas en el Amor de Dios, que renueva, que inspira y que motiva a los corazones a que nunca bajen los brazos hasta encontrar su verdadera misión en esta humanidad, y para con este planeta.

Son Mis ángeles, los ángeles de Dios, quienes guían este propósito. 

Es la Luz que Yo enciendo en los que más la necesitan, para que puedan sentirme y vivirme en esta hora crucial de la humanidad. 

Esta Luz se multiplica para todos los que están a su alrededor, que también son invitados a encontrarme en esta propuesta, de amor y de redención, que viene del Universo Mayor para todos los que despiertan a Mi llamado. Y también para los que retornan a Mis brazos después de mucho tiempo.

Así, Yo les entrego Mi Sagrado Corazón como el único amor de sus vidas, como la comunión perfecta con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, para que sus vidas renazcan y encuentren un sentido en esta encarnación, que es la que definirá el próximo paso de su evolución.

Así, queridos compañeros, Yo establezco y constituyo nuevas estrellas en este planeta, que está a oscuras.

Soles que se encienden ante Mis ojos, a través del poder de Mi Amor y de Mi Gracia,que provienen de Mi Divina Misericordia. Así, a todos los bautizo con el Espíritu Santo de Mi Padre, que es la mayor Gracia que se puede recibir en este tiempo de tribulación y de maldades.

Yo les estoy abriendo las puertas para que ingresen al Reino de Dios y para que nunca más se olviden de Él. 

Porque el Reino de Dios debe ser lo verdadero para ustedes, compañeros. Debe ser una aspiración que nunca deben dejar de buscar, ni deben permitirse el cansancio antes de poder encontrarlo.

Mi Corazón, que sufrió y padeció por ustedes en la Cruz, permite estas cosas. Yo hago brotar las flores en todos los corazones.

Hago renacer la vida espiritual en las almas que estaban perdidas y conduzco a Mis rebaños dispersos, hacia el establo de Mi Corazón, en donde podrán sentir el calor de Mi Espíritu y de Mi Vida.

Ahora, sí, los quiero escuchar como una sola voz. Los escucho.

En unión al Espíritu del Padre y de Su Hijo, compañeros, elevemos este ofertorio por Argentina, para que los planes de Dios se cumplan en la mayor cantidad de almas posibles y que ellas despierten a esta convocatoria, a través del llamado interior que emite Mi voz en el Universo y que resuena en todos los corazones de la Tierra.

Delante de los Altares de Dios que hoy están aquí, a través de Mi Presencia misericordiosa, elevemos este ofertorio junto a los ángeles del Cielo, en gratitud y amor.

Cantemos “Alabado sea Dios, glorioso Su Reino, Aleluya, Aleluya”.

Compañeros, quiero decirles cuánto los amo y les agradezco por haber estado Conmigo estos días, en oración y en fe, proclamando el Reino de Dios y Su triunfo en la humanidad.

Para elevarme al Cielo, quiero escuchar la voz de los apóstoles, de los apóstoles del amor, de los que se animan a vivir en el Amor de Cristo en estos tiempos.

Que así sea.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Domingo, 5 de junio de 2016

Maratón de la Divina Misericordia
APARICIÓN DE CRISTO JESÚS DURANTE LA 35ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN BUENOS AIRES, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

El triunfo de Mi Sagrado Corazón también se dará en la memoria de este planeta.

Dichosos de aquellos que participan de esta jornada, para que la historia sea escrita en los Libros de Dios y la Nueva Raza la pueda ver como un triunfo resplandeciente.

Todo es posible, hijos de Mi Padre, por la intercesión del Inmaculado Corazón y del Casto Corazón de San José, que en esta Sagrada Trilogía se unieron Conmigo, para que podamos vencer el mal y disipar las tinieblas de los corazones, que renacerán en Mí y en Mi Gloria.

Cuando las puertas son cerradas al enemigo, la derrota está establecida y las Leyes restablecen un principio  del cual la humanidad anteriormente se había distanciado, por estar ciega y sorda. 

Esta Ley que Yo les traigo y que ha triunfado en Mi Pasión, en Mi Muerte y en Mi Resurrección, es la Ley del Amor, de la Unidad y de la Luz, y hoy los invito a todos a comulgar de ella, para que sus almas sean vistas por Dios en plena redención.

Adoren en esta tarde Mi Sagrado Corazón que se vuelve a descubrir a ustedes, para sentir alivio de las ofensas del mundo y de la indiferencia humana. Corazón que se descubre a ustedes, para mostrarles el Amor que nutre la vida y el Espíritu de cada ser.

Adoren Mi Sagrado Corazón, que en este momento está expuesto ante todos, para la Gloria de Dios.

Adoren Mi Corazón, por los que no lo adoran y por los que lo niegan; por los que se han alejado de Mi Padre en la corrupción y en los vicios, en la tentación y en el olvido del Plan de Dios.

Adoren Mi Corazón, que es un Portal que traspasa al Nuevo Tiempo, al Nuevo Tiempo de las almas, en su vida real y verdadera, en el Universo de Dios.

Mistifiquen este momento como un testimonio y no lo olviden.

Adoren Mi Santísimo Corazón, que viene al mundo para complacerlos y amarlos en el espíritu y en la unión perfecta con Dios, el Todopoderoso.

Quien se postra en el suelo, Me adora y quien no puede hacerlo también, porque cada acto es visto por Dios en la humildad de los corazones que le sirven en este tiempo.

Mientras Me adoran, reciban Mis Rayos del Universo, que descienden sobre ustedes en Gloria y en Luz, en Omnipresencia y en Omnipotencia, en resplandecencia espiritual y en vida, para los que estaban muertos.

Adoren Mi Corazón, como lo adoran Mis ángeles en este mismo momento, ante los Portales del Cielo, sobre una ciudad que no se puede olvidar de Mí en ningún momento; para que se pueda salvar con la ayuda de Mis nuevos apóstoles, en esta Obra de Redención y de Paz.

El mundo se purifica y no adora Mi Corazón. ¿Cómo podrá ser digno de Mi Gracia, si no la busca? ¿Cómo se levantarán las naciones en medio de las tinieblas?

Si Yo Soy la Victoria para ustedes, adoren Mi Corazón e ingresen en Él, para que todo pase pronto y nunca más duela nada en ninguna parte de sus seres. 

Mantengan la calma, pues Mi Corazón está expuesto ante un mundo indiferente y las Legiones de la Luz de todo el Universo se reúnen para adorar Mi Corazón, que es el Corazón de Dios, que está vivo en este momento en cada uno de ustedes, en cada plano de sus consciencias, si así lo vivifican a través de esta adoración.

Sientan que sus amarras se liberan y el peso se hace cada vez más leve, y todo se puede curar por la presencia de Mi Sagrado Corazón, que es la llama ardiente para este mundo, que está a oscuras. 

Dejen que Mi Fuente se derrame a través de Mi Sagrado Corazón en sus esencias y en sus vidas.

Este es el mayor Sacramento para su fe, para su sostén, para este tiempo final que se acerca al mundo. 

Quien quiera reconocer que Yo estoy aquí que lo acepte, porque Yo concreto lo que es imposible en medio del caos y abro las puertas del Universo, para que todos los hijos de Dios puedan entrar y se salven.

En esta Comunión que hoy establezco, revivan este momento todos los días de la vida y adoren Mi Corazón para que el mundo pueda recibir la Gracia que tanto necesita y que tan poco merece.

Lleven estampado Mi Sagrado Corazón en sus seres y enciendan este Proyecto de Mi Corazón en cada acto de la vida, en cada gesto de amor, en cada obra y solidaridad para con el prójimo, porque también allí Yo estoy presente, sufriendo en el silencio de los que se apagan por no tener Luz.

Quería compartir con ustedes, compañeros, este ejercicio espiritual, para que siempre lo recuerden y aún más, lo busquen en los momentos difíciles del planeta y de la humanidad.

Imiten a los pastores de Fátima, que adoraron el Corazón de Dios a través de Mi Sagrado Corazón, presente en la potente Eucaristía que les fue dada por el Ángel de la Paz.

Es así, compañeros, que hoy les entrego esa misma Eucaristía espiritual con Mi Sagrado Corazón, esa Comunión con lo eterno y lo divino. 

Quiero que sus voces alaben a Dios, porque Mi Padre Me ha dicho, que ustedes, sin ninguna indiferencia pero con simplicidad, tocaron Su Corazón, Su Corazón eterno y misericordioso.

Sean como niños y busquen su niñez, la pureza que fue cultivada en el nacimiento de sus almas, en el estanque de Mi Corazón.

Alabado sea Dios por esta Gracia y bienaventurados los misericordiosos, porque no solo alcanzarán Mi Misericordia, sino que serán torres de luz para los tiempos de oscuridad, luceros para el mundo y la humanidad en los cuatro puntos de la Tierra.

Hoy, los ángeles comparten con ustedes esta Comunión, para quien así lo quiera vivir, en plenitud y humildad.

Beban de esta Fuente. Beban de esta Fuente y salgan renovados, porque el pasado ya es pasado y hoy están en Mi Eterno Presente.

Que así sea.

Hoy, bendigo con Mi Amor todas estas imágenes y símbolos que han traído a Mi altar, para que siempre recuerden que estoy con ustedes, no solo en la alegría sino también en la tristeza, en los desafíos y en la confirmación de su fe ante el Todopoderoso.

Que estos objetos sagrados sirvan de estandarte y de luz para sus vidas, sus hogares y por donde los lleven, recordando que Yo los bendije, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Mientras aún estoy presente, compañeros, exponiendo Mi Corazón Sagrado para el mundo entero, quisiera también que los consagrados y orantes del mundo Me adoraran, como lo hicieron hoy sus hermanos, para así concretar el Proyecto del Creador.

Bendeciré en esta tarde los elementos que constituirán la renovación de las vidas de Mis nuevos apóstoles, a través del lavado de los pies, porque recuerden que así como Yo lo hice con Mis apóstoles, hoy Me postraré en el suelo en Espíritu y en Divinidad, para borrar sus huellas del pasado y todo sufrimiento interior, en honra a la Divina Misericordia de Dios.

Quien hoy comulgue, recibirá una expiación anual, lo que significa para Mi Sacratísimo Corazón que en esta misma fecha y en el próximo año, deberán volver a repetirlo, para que esta expiación se expanda hacia sus semejantes, hermanos y amigos, y así triunfe Mi Sagrado Corazón.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.



Fray Elías del Sagrado Corazón:

A pedido de Cristo Jesús, vamos a cantar "Adonai, Espíritu Santo".

Nos preparamos interiormente para la bendición espiritual.

Vamos a orar, junto con el Maestro, la oración de la "Sagrada Unidad", mientras Él va a consagrar el agua para el Sacramento del Lava pies y también la Comunión. Vamos a orar juntos, con Él, unidos a Su Sagrado Corazón.

Sagrada Unidad de Dios... (x5)

Gracias por estar hoy Conmigo, compañeros, y que la Fe haga eco en sus vidas para siempre.

Sigamos cantando a Dios en plenitud y amor.

¡Les agradezco!


Fray Elías del Sagrado Corazón:

Hermanos, el Maestro nos está pidiendo que en esta Maratón especial, aquí, en Buenos Aires, que compartamos con ustedes, brevemente, el relato de cada Aparición.

Y hoy, cuando El Maestro nos hizo ingresar a todos, en esa adoración profunda, al interior de Su Sagrado Corazón, queremos compartir con ustedes que Él reveló, lo que Él denominó “la Iglesia Celestial”, un espacio en donde Su Cuerpo Santísimo, dentro de una Custodia de Luz, es adorado perpetuamente por los ángeles, para poder equilibrar los errores y las acciones que acontecen en este planeta, en este Universo local.

En ese estado de consciencia, en ese plano, en ese lugar celestial, el Maestro nos convocó a todos. Y para aquellos que tuvieron la oportunidad, de alguna forma simple, pero verdadera, de ingresar a Su Corazón en esa adoración, Él realizó una amnistía, lo que Él llamó una "expiación anual”, que durará, de parte de nosotros, si la cuidamos, hasta el próximo año, hasta el 5 de junio de 2017, donde Él nos pidió nuevamente, que cada uno, en el lugar en donde se encuentre o como se encuentre, que realice nuevamente esa comunión, para renovar esta amnistía, esta expiación.

Que no es solamente para nosotros, para la Argentina en este caso, sino también para el planeta y para las miles de consciencias que están detrás de nosotros en esa fila infinita, esperando que se les abra la puerta para ingresar en el Corazón de Dios y tener una oportunidad de redención y de rehabilitación.

Así que era eso lo que queríamos compartir con ustedes, porque fue un momento muy intenso, como ustedes pudieron percibir.

Él realmente hizo un acto y un trabajo de comunión espiritual con cada uno de nosotros y con la consciencia planetaria.


Madre María Shimani de Monserrat:

Una de las cosas que escuchamos de Nuestro Señor, es que lleváramos Su Corazón en cada cosa que hacemos. Y con todo nuestro amor, nosotros podemos imaginar a Su Corazón dentro del nuestro, unido al nuestro y podemos, cada día, en cada tarea que realizamos, sentir el Corazón de Cristo junto al nuestro.

Necesitamos prepararnos, entrenarnos, para que cuando las cosas se pongan un poco más intensas o difíciles, nosotros podamos vivir con ese Corazón dentro del nuestro. 

Es un ejercicio importante que todos tenemos que aprender, porque eso también lo vamos a llevar a donde podamos ir; a nuestros familiares, a nuestros conocidos, a nuestro trabajo, a todas nuestras tareas; llevar el Corazón de Cristo dentro de nosotros, junto al nuestro, es algo que todos podemos hacer.

Así que los invitamos a profundizar en las Palabras de Nuestro Señor.


Fray Elías del Sagrado Corazón:

Y eso no termina hoy, hermanos. Continúa mañana, porque son tres días de bendiciones.

Él encontró nuestros corazones muy abiertos. Esperamos que cada uno cuide esa apertura de Su Corazón, en esta tarea de la Maratón de la Divina MIsericordia y que mañana realmente podamos dar un broche de oro, para esta tarea de paz que realiza Cristo y los Mensajeros Divinos en la Argentina.

Madre María Shimani de Monserrat:

Así que nos vamos a ver en el día de mañana, en la transmisión de las 8:00. Los esperamos a todos.

Buen trabajo de corazón a corazón, para todos. Buenas tardes.


Fray Elías del Sagrado Corazón:

¡Gracias Señor por cuanto nos das!

Sábado, 4 de junio de 2016

Mensajes mensuales
MENSAJE ESPECIAL DE CRISTO JESÚS GLORIFICADO, TRANSMITIDO PARA LA 35.ª MARATÓN DE LA DIVINA MISERICORDIA, EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA, AL VIDENTE FRAY ELÍAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Finalmente llegué aquí para estar con ustedes y nunca más separarme, si así Me permiten.

Finalmente llegué aquí a liberar a cuantos lo necesitaban desde hace mucho tiempo, y eso es por su intervención junto a Mi Obra redentora eneste tiempo final.

Yo Soy ese Santísimo Corazón que se presenta a ustedes para mostrarles el Universo de Dios y para que nunca pierdan la filiación con Mi Padre, que está en los Cielos.

Esperaba ardientemente estar hoy con ustedes para que no solo proclamen Mi Divina Misericordia, sino también para que Me sientan en lo profundo de sus corazones y vidas, en cada espacio de sus seres, en cada aspecto de sus consciencias.

Finalmente estoy aquí, compañeros, para orar por Mi Argentina junto a Mi Madre, a San José y a todos los ángeles del Cielo que han llegado aquí extraordinariamente para elevar al Universo las plegarias de los hijos de Dios, de los autoconvocados.

Necesito que en estos tres días en los que estarán Conmigo para adorarme y amarme, veneren Mi Santísimo Corazón, que es su Eucaristía, la unión perfecta con Dios que disipa todo mal, que libera las amarras y que trae cura a los corazones.

Finalmente estoy con ustedes, compañeros, para que puedan renovar los votos Conmigo una y otra vez, sin dejar atrás Mis Proyectos, que son los proyectos de sus vidas, de sus familias, de toda esta nación que está también en su transición y en su prueba como todas las naciones del mundo. Si ustedes, compañeros, fortalecen ese voto Conmigo no perecerán, y la nación tampoco perecerá porque habrá corazones consecuentes que seguirán Mi Camino a pesar de lo que suceda y enfrentarán los desafíos, aquellos que llegarán al encuentro de todos para confirmarlos al gran Proyecto de Dios, que es Su Amor y Su Unidad con todo el Universo.

Hoy vengo especialmente, compañeros, con los ángeles que adoran Mi santísimo Cuerpo en la Eucaristía, y hoy estoy aquí con ustedes con una compañía muy especial, que dio el impulso a la revelación de Mi Sagrado Corazón: Santa María Margarita Alacoque, quien trajo para el mundo, anticipadamente, la revelación de Mi Divina Misericordia, primero a través de Mi Sagrado Corazón, y después a través de la unión Conmigo. ¿Qué mayor tesoro les dejé en aquel tiempo, al igual que con Santa Faustina, quien les mostró el camino del apostolado y la devoción a Mis Rayos de misericordia que hoy están presentes entre ustedes para purificarlos, consagrarlos a Mi Señor?

Con cada ángel de la guarda sientan el Universo de Dios que se aproxima a esta realidad material e ilusoria y que abre los ojos en todos los mundos internos de las almas que aún están buscando una salida. Si ustedes perseveran, compañeros, el pueblo perseverará y, a pesar del tiempo que se aproxima, los corazones estarán Conmigo para honrar a Dios y hacer descender Su Proyecto divino en cada corazón y en cada consciencia.

Hoy vengo aquí, compañeros, finalmente, para que estén entre Mis Brazos y sientan Mi Amor que les da el calor para el frío que sienten, que les da la fortaleza para los miedos que puedan sentir, que les da la alegría en cada prueba, en cada desafío, que les da la vida a los que mueren espiritualmente.

Yo necesito vivir en sus corazones todo el tiempo y un poco más. Necesito que Me lleven en sus vidas como el mayor testimonio que les dio la redención y la paz.

Abro las puertas del Universo a los que no lo merecen; entrego oportunidades a todos los corazones que Me escuchan y que Me viven en la plenitud del amor.

Estoy aquí, compañeros, finalmente, para que a través de la oración restauremos a muchas consciencias que aún esperan salvación y liberación.

En la santísima presencia de Mi Corazón Yo los adoro, los contemplo y los amo y disuelvo de sus memorias toda imperfección en quien lo cree verdaderamente.

Estoy aquí, compañeros, para convocarlos a que sean misioneros Míos no solo en la Argentina sino en el mundo; pues necesito misioneros en cada país para que las puertas del mal se cierren y la Obra de Dios triunfe en los corazones simples.

Vean Mi Sagrado Corazón que se descubre a ustedes para que lo adoren y lo sientan en sus corazones. Este es el Amor que se entregó a ustedes y por cada uno de sus hermanos. Este Corazón Sagrado es la fuente que les sacia la sed y que los renueva de tiempo en tiempo. Este es el Corazón que proviene de Dios y que pulsa por cada consciencia de este Universo; es el Corazón que les trae la paz y la esperanza en los tiempos de oscuridad; es el Corazón que se dona como luz para sus caminos internos y externos. Este fue el Corazón humano que cargó con la Cruz y con todos los pecados del mundo hasta los días de hoy. Es el corazón que no es muy honrado, el que está lleno de Gracias, de misericordias y de cura.

¡Cuánto duele Mi Corazón por estar tan lleno de amor y no poder derramarlo en los que no lo invocan! No Me duelen tanto las espinas de las indiferencias y de los pecados, Me duele el rechazo que sienten los corazones hacia Mí, porque no Soy Yo quien está con ustedes, sino es Mi Padre a través de Mí, es el Universo de Dios en vida y esperanza. Beban de este Corazón que derrama una fuente de Sangre y de vida crística para todos. Reciban los rayos de Mi Corazón en sus corazones y digan: "Señor, Yo confío en Ti". Con esa confianza no temerán y a través de esa confianza todo lo podrán.

Hoy no vengo a ver de Argentina lo que no ha hecho bien porque eso no es de importancia para Dios ni para Su Plan. Hoy vengo a ver dónde he dejado los talentos y cómo ellos han florecido a través de cada uno de Mis compañeros. Hoy vengo a tocar sus talentos en lo profundo de sus corazones para que puedan despertar y servirme en hermandad.

Aleluya, Aleluya, Aleluya. Muchos de los que son indiferentes en esta nación hoy reciben Mi Divina Misericordia porque ustedes abrieron la puerta para que eso sucediera y perseveraron en la fe y en la confianza a Mi Sagrado Corazón, eso es incalculable para Mí, aunque Yo veo todas las cosas y sus mundos internos. Las almas son impredecibles porque sin ellas saberlo, guardan llaves invisibles que abren las puertas del Corazón de Dios.

Les agradezco y honremos a Nuestro Padre, que está atento a la voz de todos Sus hijos de Argentina para que clamen por más misericordia, por más redención y especialmente por la paz.

Glorificaré este altar que Me han preparado en la simplicidad del espíritu y de la donación. La belleza de los altares está en los gestos que emiten a Mi Corazón, en las manos que colocan cada flor, en los brazos que se donan para levantar Mi Imagen al mundo.

El Señor escucha las plegarias de todos Sus hijos y abre las puertas de Su Corazón para recibir el llamado de todas las criaturas de la Tierra. Establece así Su Amor en todas las consciencias que se unifican a través de Su Presencia y de Su infinito Amor. Él destierra todo lo que separa a las almas de Su Reino Divino y de Su Gloria. Junto a Sus Ángeles del Cielo establece la misión para cada uno de Sus hijos, y quien Lo acepta con todo su corazón, nunca dejará de servirlo y de tener la oportunidad de hacerlo así como Él lo pensó.

Hoy bendigo a aquellos que siempre fueron leales Conmigo en la alegría como en la tristeza, en la confirmación como en el desánimo, porque nunca dejo atrás a quien está Conmigo y Me vive.

Bendigo estos elementos que serán vida divina en sus células y cuerpos y que llegarán a lo más profundo de sus seres para que estén en constante renovación y en Mi Paz.

Yo los renuevo y también los redimo y los abrazo con Mi Luz cuando tan solo Me lo piden.

Demos gracias a Dios y a toda Su Gloria.

Les agradezco, compañeros, por estar Conmigo en verdad y en simplicidad.

Celebren con alegría Mi Ser y que el Espíritu Santo los guíe hasta que Yo retorne a su encuentro. Amén.

Cristo Jesús Glorificado

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Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más

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