En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Yo los hago libres cuando tan solo estén cerca de Mí, como hoy se encuentran cerca del Padre, a través de la belleza y la majestad de este lugar.
¿Cuánto el Padre les ha dado desde el comienzo de la Creación? ¿Alguna vez se lo preguntaron?
Y, ¿cuánto ha hecho este mundo y esta humanidad con todo lo que el Padre les entregó desde el comienzo cuando, a través del Pensamiento Divino, el Padre pensó en crearlos y en manifestarlos?
Si un corazón está verdaderamente arrepentido, aunque sea un corazón pecador, él tendrá la Gracia de recibir la Bendición de Dios y de liberarse para siempre de sus fallas cuando ese corazón tenga la capacidad de contemplar la Creación y de ser parte de esa Creación en perfecta unidad.
Hoy, de manera especial, no solo vengo por Francia y por toda Europa, también vengo por el mundo entero, así como Me he presentado muchas veces para nutrir, a través de Mi Palabra, a las esencias que necesitan de Mí, a los servidores que necesitan despertar para formar parte de las filas de Mi Retorno.
Por eso, hoy los invito y les pido, en simplicidad, pero en sintonía, a través de la belleza de este lugar que Dios creó especialmente para cada uno de ustedes, para toda la humanidad y el universo, que ingresen al Corazón del Padre a través de la contemplación de la Creación y del valor y del respeto que los Reinos de la Naturaleza necesitan para seguir evolucionando.
Entrando en el Corazón del Padre, a través de la Creación, un corazón verdaderamente arrepentido, no solo recibe la Gracia del Amor de Dios, sino que también tiene la oportunidad incalculable de aproximarse a las Leyes Divinas, a aquellas Leyes Superiores y Cósmicas, de las que Mi enemigo se encarga de apartarlos para que no puedan conocer el Amor de Dios.
¡Y, cuán grande es Su Misericordia!
¡Cuán infinita es Su Gracia!
¡Cuán incalculable es Su Perdón!, que Él se ha dignado a entregarles este planeta que es parte de la Casa de Dios y de todo el universo.
Por eso, en este momento, miren con otros ojos cómo está este planeta. Colocando su mano en el corazón, reconozcan lo que han hecho de este planeta y cuánto ha sido destruido, contaminado y transgredido.
Y, aun así, los elementales y devas de la Creación de Dios, que son poderes cósmicos desconocidos para todos, se siguen donando al mundo y a toda la Creación para que las almas aún tengan la Gracia de la rehabilitación.
A través de este escenario natural, que es la gran basílica de la naturaleza, en reverencia, gratitud y humildad, ingresen al Templo de Dios y, uniéndose a todas las Jerarquías del Cielo y de la Tierra, reciban este impulso de Mi Corazón para su rehabilitación.
Por eso, les digo, que no solo amen y respeten a la Creación, sino que también sean pacientes y perseverantes en su purificación. Cuando la cuesta arriba se vuelva muy difícil o cuando la cruz les pese mucho, no pueden detenerse, deben creer en el poder de la fe y de la determinación.
Un verdadero Guerrero de Dios, un verdadero Guardián del Padre, una consciencia Espejo o aun un aprendiz de Gobernante, no se detiene en las caídas, sino que a través de esas caídas o de esas inflexiones toma la fuerza interior que necesita para seguir adelante.
Imaginen, por un momento, si este planeta herido, destrozado y humillado por las propias manos de los Hijos de Dios, sigue de esta forma y los Guerreros del Padre, es decir, todos Sus servidores llegaran a bajar los brazos porque les pesa mucho su cruz, ¿cómo podrán preparar Mi Retorno?
Este es el tiempo de sostener grandes cosas, muchas de ellas desconocidas para todos, que no se comprenden con la mente, sino que se acogen a través del corazón que está decidido a seguir Mis Pasos.
Que esta bóveda celestial que hoy se abre sobre esta basílica natural de la Creación del Padre, permita que por un instante todos vuelvan a ingresar al Corazón de Dios, no solo para estar en comunión con el Padre, así como Yo estoy en comunión con el Padre, sino también para que cada uno de ustedes, a través de un sincero acto de amor y de perdón, repare el Corazón de Dios, y que esto sirva para resolver situaciones imposibles, para tratar causas difíciles, para curar heridas que aún no se han sanado.
Y todo esto, hoy es concedido por el Santuario Natural de Dios, por los Sagrados Recintos del Padre, que celosamente y con cuidado son guardados por sus Jerarquías, devas y elementales, que son parte de la evolución de la humanidad y que, silenciosamente, en este lugar como en otros están presentes para ayudarlos en su proceso de cura interior, que es urgente e inmediato, a fin de que pueda emerger la Nueva Humanidad, que despertará en los corazones redimidos, rehabilitados y perdonados, porque serán corazones en comunión con el Padre y, al estar en comunión con Dios, estarán en comunión con las Leyes de la Naturaleza, con las Leyes de la Creación.
Hoy, Mi Palabra no solo viene para ustedes, hoy, Mi Palabra desciende para toda la Creación, porque Soy un Ser Humano Glorificado, que surgió al igual que ustedes de esta humanidad y nació en este planeta, especialmente amado por Dios a través de Su Grandiosa Misericordia.
Les pido que hagan valer Mis Palabras para que sus vidas sean el ejemplo de todo lo que hoy les he pedido, ya que el mundo está muy desviado, perdido y con una ambición desconocida que lo lleva a querer conquistar más y más a los Reinos de la Naturaleza. Por eso, la causa de sus oraciones no solo puede ser la humanidad, sino que también la causa de sus oraciones debe ser los Reinos de la Naturaleza.
¿Cómo creen que surgirá la Nueva Tierra, si la humanidad aún no tiene la capacidad de humillarse ante los Reinos Menores y reconocer que ha ultrajado y lastimado a los Reinos Menores a través de una desconocida impunidad?
Para que la humanidad se cure y los corazones enfermos se sanen, para que las puertas del mal se cierren y los infiernos terrestres desaparezcan, para que las guerras se detengan y el hambre no sea la causa del llanto de un niño porque no tiene que comer o que beber, para que el aborto no sea una causa y una moda de estos tiempos, para que los más adultos es decir sus abuelos y abuelas sean respetados y amados y no abandonados en los asilos del mundo, y para que ya no existan refugiados que escapan del peligro de su vida, es necesario arrepentimiento ante toda la Creación y por haber alterado y transgredido al alma del planeta con la ambición del petróleo y del dinero.
No esperen que las naciones les prometan grandes cosas y que sus dirigentes cumplan con todo lo que han dicho, porque ustedes saben que el gobierno del planeta está interferido y condicionado.
Les pido que crean en Mi Palabra para que algún día sus vidas sean parte de Mi Palabra, sean la justificación que Yo necesito para redimir a esta humanidad, y que esta raza de superficie finalmente pueda salir de este océano de ilusión y de caos generado por la propia condición humana y por la perversión.
Si cerca de ustedes tienen un río, vayan y contemplen, pidan perdón por la humanidad.
Si cerca de ustedes tienen el mar, la brisa o pueden ver el amanecer del sol, pidan perdón en nombre de todos a los Reinos de la Naturaleza.
Si pueden subir a una montaña o caminar por una floresta o un bosque, agradezcan de corazón, contemplen y adoren a Dios, y pidan perdón a la Creación.
Si pueden rescatar a un animal inofensivo o aun regar una planta, vayan y contémplenlos en nombre de toda la Creación, y pidan perdón por la humanidad.
Y, así, muchas puertas se cerrarán, el caos será aplacado y la mayoría de la humanidad se dará cuenta que ya no solo no debe correr sangre humana por los pueblos de este mundo, sino también que ya no debe correr sangre animal para satisfacer la gula de muchos hombres y mujeres del mundo.
Vuélvanse a Dios a través de la Creación y reconozcan en humildad y gratitud que, a pesar de todo, la Creación se sigue donando a todos con el fin de que puedan encontrar la felicidad y la paz.
Mi Corazón se prepara para llegar nuevamente a Polonia y les pido que, en sus oraciones, esta importante causa de la misión humanitaria esté presente, para que los caminos que se tienen que abrir se puedan abrir y las consciencias que Yo enviaré puedan llegar.
Ahora, la responsabilidad del Plan está en todos, el ciclo de que esa responsabilidad esté en muy pocos ya terminó. Cuando consigan, cada uno de ustedes, sentir en su corazón que deben cumplir el Plan que les presenta la Jerarquía, etapa tras etapa, podrán estar Conmigo, así como Yo los necesito para cumplir lo que es necesario cumplir y lo que es necesario manifestar en este tiempo.
Porque no se deben olvidar de que el mundo y la Jerarquía están corriendo detrás de la salvación de la humanidad y que, mientras eso sucede, más almas y más consciencias se pierden en los abismos, sobre todo las almas inocentes que son sometidas por sistemas corruptos que golpean a los pueblos y a las naciones.
Recen en estos días para que Mi Gobierno Espiritual esté presente en Europa, para que las decisiones, que serán tomadas en los próximos tiempos, sean decisiones benéficas, duraderas y sostenibles a fin de que los pueblos más golpeados y sufridos ya no piensen que esto es solo un teatro, sino que la palabra de los dirigentes del mundo pueda estar unida, en profundidad y en esencia, a Dios, y las soluciones se concreten para que dejen de ser promesas vacías.
Por eso, los invito a rezar por Polonia y por lo que, en esta etapa, la Jerarquía Espiritual deberá desarrollar y poder llevar adelante con la ayuda de todos.
Cuando aprendan a colocarse un poco más y se ofrezcan un poco más, muchas situaciones internas terminarán y sus consciencias estarán concentradas en el Propósito, porque el Propósito de Dios siempre los llevará a alcanzar la meta. Piensen en esto y no lo olviden.
Les doy Mi absolución y les doy Mi bendición.
Sean portadores de Mi Paz, para que la Paz esté en el mundo y donde más se necesita.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mientras las tinieblas hacen sucumbir al planeta, hoy vengo como la Gran Consciencia Solar a dar vida y renovación a las almas, a detener a los infiernos de este mundo.
Hoy, vengo como la Gran Consciencia Solar para que las almas se vuelvan hacia Dios, para que los corazones que no se arrepintieron, se arrepientan.
Hoy, vengo como la Gran Consciencia Solar a traerles cura a los corazones heridos, a darles abrigo a los exiliados y refugiados, a calmar el llanto de los inocentes, de todos los niños de la guerra.
Yo vengo como la Gran Consciencia Solar a despertar a los corazones dormidos, a traer sabiduría a las mentes cerradas, a nutrir con Mi Luz Solar a los espíritus.
Hoy, vengo como la Gran Consciencia Solar a traer esperanza a los que la perdieron, a entregar Mi Amor a los que no lo tienen, a entregar Mi Misericordia a aquellos que no la merecen. Porque Yo Soy la Gran Consciencia Solar que proviene del corazón del universo y que, cruzando dimensiones y planos de consciencia, hoy llega a Europa y al mundo entero para decirles a todos: ¡persistan!, porque el triunfo de Mi Corazón está cerca, aunque en este momento no lo parezca.
Por eso, este es el tiempo de los apóstoles, este es el tiempo de aquellos que darán la vida por Mí, no solo dando testimonio de Mi Palabra y de Mi Presencia, sino dando la vida por Mí donde sea necesario, en el lugar y en el momento que Yo los necesite, porque hay mucho que ayudar en esta humanidad.
Y mientras los conflictos y las guerras se desatan, muchos Ángeles de las Naciones ya no pueden hacer nada. Y el Ángel de la Ira de Dios se quiere precipitar sobre el mundo con más de miles de rayos, trayendo la fuerza de los elementos cósmicos y solares para poder corregir al mundo. Pero, las oraciones de los consecuentes y justos, el servicio de los abnegados e incondicionales, aplacan la furia de ese Ángel del Universo.
Pero este Ángel no quiere imponer un castigo, sino una severa corrección, ya que el mundo no ha escuchado el Mensaje ni la advertencia del Cielo y las almas siguen viviendo de la misma forma, con los mismos modos y hábitos, como si lo espiritual y lo divino ya no importaran.
Por esa razón, Mi Madre Celestial, como ha sido en estos últimos días, se coloca entre el Ángel y ustedes para poder intervenir. De esa forma, se desata un Juicio Universal, la primera etapa de este Juicio que ya comenzó a vivir la humanidad.
Pero mientras las armas y las ideas de destrucción y de conquista se lleven adelante, ¿quién podrá detener a este Ángel de la Ira de Dios? Porque el mundo, y sobre todo la humanidad, ya vive fuera de la Ley desde hace más de dos mil años, y para muchos Ángeles Creadores, el precio de Mi Sangre derramada parece que no lo justifica.
Por eso, a través de los ángeles que hoy Me acompañan, y en especial el Ángel de Portugal, vengo a implorarle al mundo un cambio en la consciencia y sobre todo en la actitud, porque no conoce las Leyes Superiores y menos conoce las Leyes Divinas.
Necesito que este Mensaje sea difundido en el mundo y que puedan escuchar muchas veces lo que hoy les digo, porque cielo y tierra pasarán, pero Mis Palabras permanecerán en los corazones abiertos y adheridos para ofrecerse a construir el Retorno de Cristo.
Con estos ángeles que hoy Me acompañan, junto con el Ángel de la Paz, imploramos al Padre Celestial para que los méritos de la Misericordia de Cristo sean contemplados, en honor al sufrimiento que Yo padecí por ustedes en la Cruz.
Para aplacar el poder del Ángel de la Ira de Dios, hoy vengo a exponerles Mi Corazón Espinado, gravemente ultrajado por las guerras y conflictos del mundo y, en especial, por las almas que generan las guerras y que se han condenado al fuego del infierno, aliándose a Mi enemigo.
¿Quién hará lo mismo que Yo hice por ustedes?
¿Quién dará la vida por los amigos como Yo lo hice por ustedes?
¿Quién será capaz no solo de tener el corazón pronto para lo que sea o de entregarle algo más al Señor, sino quién será capaz de vivir algo que no merece por amor, por la salvación de la humanidad?
Pero sí les digo una cosa: no sean ingenuos para que no sean ignorantes. El ofrecimiento que Yo les hago es en lo más pequeño y hasta en lo más simple, en los lugares donde a veces sus corazones se resisten a colaborar Conmigo, aunque no se den cuenta de que Me están sirviendo a través de sus hermanos.
Uniendo los esfuerzos que se necesitan en estos tiempos de tribulación, Mi Consciencia Solar podrá ayudar más al mundo y a la humanidad para que la Ley de la Divina Misericordia se perpetúe y se cumpla en las almas más necesitadas de Luz.
Que esta Maratón de la Divina Misericordia, que en estos días están orando Conmigo a las puertas de la reapertura de los Centros Marianos, sea una Maratón de súplica, de ruego y de intervención junto con los Ángeles de la Guarda de cada uno de ustedes, a fin de que esta situación en Europa del Este no se precipite por un absurdo egoísmo de los hombres, por una impunidad que ya no tiene lugar en estos tiempos y que deberá ser erradicada de la consciencia humana para siempre.
Porque cuando Yo retorne al mundo, en este próximo tiempo, podrán comprender y ver lo que es el verdadero Poder de Dios, que no está basado en la imposición ni en la autoridad; el Poder de Dios que es nutrido en su centro por el Amor Universal que, como una sublime esfera de consciencia, emana sabiduría y discernimiento a todas las dimensiones y planos.
Hoy, estoy en un lugar diferente al que se han acostumbrado a verme. Estoy en otro espacio de la Comunidad Flor de Lys, que es el más importante para Mí, porque representa la casa de la vida consagrada. Por esa razón, les pido, en esta íntima analogía, que recen por todos los misioneros consagrados a Mi Plan de Redención, porque tanto en África como en Medio Oriente y en Europa, algunas almas de esta Obra, que Yo he formado y fundado a través del esfuerzo, se ofrecerán a dar la vida por Mí, más allá de lo que signifique y represente el servicio que Me ofrecerán para el alivio y la paz de los corazones afligidos.
Desde hace dos mil años, cuando era solo un niño en los brazos de la Madre Celeste, cuando fui llevado a Egipto para ser protegido, no solo Nuestra Familia fue la primera familia refugiada del mundo, sino que también Mi Corazón, desde ese momento hasta el presente, siente pesar por el sufrimiento y el dolor de África, que es la próxima etapa, es la próxima misión que, a pesar de la distancia o del momento, invitaré a vivir a cada uno de ustedes para que la deuda espiritual de África sea aliviada y para que nunca más ningún ser humano, en África o en ninguna otra parte del mundo, sea capaz de tirar una vida a la basura, porque el género humano ha llegado a desmerecer la vida hasta ese punto, por su gran ignorancia y hasta por su gran maldad, por no conocer la esencia de la vida.
Quisiera que tuvieran presente Mi aspiración de que cuando se abran las puertas para las misiones en África, existan manos, brazos y piernas que se ofrezcan a caminar por ese continente para rescatar a los inocentes y perdidos, a los que son descartados en los basurales del mundo.
Si supieran qué es lo que siente el Padre cuando una vida es descartada o abortada, les aseguro que nadie sería capaz de hacerlo, porque desafiaría su evolución y hasta su destino, desviando su propósito del Camino de Dios y asumiendo una deuda espiritual impagable, que solo Mi Divina e Insondable Misericordia puede curar.
Teniendo consciencia de esto y colocando esta situación en esta Maratón de la Divina Misericordia, los invito una vez más a abandonar sus pequeñas miserias, a dejar atrás sus resistencias e incomprensiones y a colocar la consciencia madura en donde verdaderamente existen el sufrimiento y el dolor en el mundo, para que puedan crecer como apóstoles conscientes y disponibles para servir donde sea necesario y cuando sea necesario.
Yo les aseguro, como la Gran Consciencia Solar, que si más almas pusieran atención en todo esto, no habría razón de que existieran guerras, exilios, hambre, sufrimiento, locura o hasta adversidad, porque todos serían más fraternos, unos con otros, y siempre serían impulsados por el Amor de Dios que a través de los tiempos ha golpeado la puerta de sus corazones, ha llamado a sus almas innumerables veces para poderlos despertar a la Verdad, una Verdad que ha sido sepultada en la consciencia del mundo.
Por esa razón, solo con Mi Retorno muchas situaciones serán reparadas y exorcizadas, y un nuevo Gobierno Espiritual emergerá del corazón de todos los que tuvieran fe en Mí hasta el fin de los días, para que aprendan a vivir en comunión con el universo y con la Confraternidad, sin necesidad de seguir perdiendo el tiempo y la oportunidad de elevar la consciencia de todo este planeta hacia la cuarta dimensión.
Porque cuando tengan la Gracia de ver en la cuarta dimensión, no solo comprenderán la Pasión de Cristo, sino también comprenderán en qué punto se encuentra la humanidad en este momento, un punto de inflexión que se vuelve irreversible.
Por eso, no dejen de orar; que sus labios no se cansen de orar y de pedir a los ángeles del Cielo que intervengan todo el tiempo, porque no solo las almas deberán ser protegidas de la guerra, de la impunidad y del asedio, sino también los más inocentes y pequeños deberán ser protegidos y amparados de ser descartados por sus propios padres en los basurales del mundo.
Si muchas más naciones en el mundo se aferran al ideal de la ley del aborto, ¿cómo se justificará que más guerras no deban suceder o que bombas nucleares no deban activarse?
Después de 1945, con la gravísima deuda espiritual de los Estados Unidos a través de la bomba atómica, la humanidad demostró al universo que sabe autodestruirse y que impuso a través de sistemas corruptos la comercialización e instrumentalización de las armas, para justificar la supuesta libertad de los pueblos y de las naciones.
Pero, compañeros, despierten, estamos en el fin de los tiempos. Desde el Huerto Getsemaní, cuando bebí el cáliz por ustedes y por la humanidad, no esperaba, se los confieso, que el mundo llegara a este momento y que fuera capaz de ir tan lejos, más lejos de lo que fue hace más de dos mil años atrás, crucificando a su Mesías, martirizando al propio Dios, Aquel que los creó desde el origen.
Por eso, una vez más, ese propio Dios, que se hizo carne y se hizo hombre a través de Su Hijo, vuelve a decirle al Padre: “Perdónalos, porque no saben lo que hacen”.
Es hora de estar en las filas del Armagedón, porque mientras pasa el tiempo, no solo el tiempo termina, sino que los acontecimientos se precipitan y las personas no cambian.
Que la Verdad Suprema penetre todos los espacios y consciencias, a fin de que el sacrificio del Hijo de Dios y toda Su Sangre derramada en el camino del Calvario hasta la Cruz justifiquen las atrocidades de estos tiempos, alivien el llanto de los niños y, especialmente, de los no nacidos, para que la Santísima Virgen María restablezca el espíritu del amor maternal en las consciencias que hoy ya no saben amar, para que la vida sea respetada y amada, para que la vida de los inocentes ya no sea descartada, para que la pobreza en muchos lugares del mundo ya no sea la causa de desesperación y de falta de paz.
Que la verdadera Justicia, que proviene de la Fuente Divina, equilibre la balanza de la desigualdad. Porque Mi gran deseo es no escuchar ya el llanto de los niños de la guerra, el llanto de los inocentes descartados en los basurales del mundo.
Aprendan a amar la vida y algún día aprenderán a apreciarla. Mientras la vida sea utilizada como justificación para generar la muerte o la impunidad, el mundo no alcanzará la cura de todas sus enfermedades. Por eso, agradezco a los que han sido conscientes hasta ahora y, semana a semana, han rezado por los no nacidos. Allí está la respuesta de por qué el mundo está como está.
Y, aunque Mi Corazón y el Corazón de Mi Madre se desgarren por dentro, así como Mi Corazón fue desgarrado en lo alto de la Cruz, Nuestro Amor es inconmensurable e incomprensible, porque viene a dar vida a lo que está muerto en aquellos que creen estar vivos.
Oremos al Padre Celestial.
Que cada uno haga su oración al Padre, en lo más íntimo de su ser, en el silencio del corazón. Los escucho.
Que sus almas oren al Padre Celestial para que todos los errores reciban la expiación que necesitan.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Repitamos la oración que Jesús nos enseñó:
Ángel de la Ira de Dios,
calma Tu corazón dolido,
recibe el fuego de nuestro amor
y establece la paz.
Amén.
Vayan en paz, meditando sobre Mis Palabras y concretando Mis aspiraciones.
Sean bien conscientes de esto, para que no sea un Mensaje más, sino la proyección de una próxima etapa que todos son llamados a vivir.
Les agradezco por tener el coraje de escucharme.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Fray Zeferías, el Señor está pidiendo que toques el piano para preparar Su trabajo.
Él, de alguna forma, nos pide que todos nos preparemos en este momento para lo que va a suceder, bien despiertos y concentrados, sosteniendo este canal con Cristo.
Que alegría es estar hoy aquí, entre ustedes, para recordar lo que una vez les entregué por la redención de toda la humanidad: la gran llave de Mi Amor, basada en el espíritu de la redención, que Yo vine a vivir en carne propia, para salvar a todo el género humano.
Este será el Don que hoy le pediremos al Espíritu Santo para que, a través de Su Inteligencia Divina, le siga concediendo al mundo la oportunidad de la redención, especialmente para aquellas consciencias que ya están condenadas y que solo el amor de Mis Apóstoles sería capaz de poder salvarlas.
Por eso, hoy encenderemos la Menorah, pidiendo al Espíritu Santo que haga descender en este momento el Don de la Redención, atributo primordial en estos tiempos críticos, porque sin redención no hay rehabilitación y sin rehabilitación las almas no pueden encontrar el Amor de Dios.
La redención es la puerta que se abre para la liberación de las almas, para que se liberen las amarras y las cadenas de los que están oprimidos. Por eso, encenderemos una vez más la Menorah, invocando la intervención divina del Espíritu Santo.
En el Cenáculo, les enseñé a Mis apóstoles sobre la Ley del Amor, basada en la inconmensurable Piedad del Padre por todas las almas, por todos los espíritus que surgieron de Su Fuente, para recrear esta Creación y bendecirla a través de las experiencias del Amor y del Perdón.
Si el padre caído no hubiera desobedecido, todo este universo local sería parte del Reino Celestial, porque en el Corazón de Dios aún está prevista esa fusión divina entre las dimensiones y los planos de consciencia.
Y en el Cenáculo, en los secretos que reveló Mi Corazón a los apóstoles, no solo les entregué el legado de Mi Amor y les revelé los valores del Sacramento y de la Confesión, y principalmente la importancia de comulgar Conmigo hasta el fin de los días, pero también les fue revelado el importante momento que su Señor viviría después de Su Resurrección. Ese momento, que compartí con Mis apóstoles y hoy comparto con ustedes, fue lo que después sucedería en Mi Ascensión.
¿Qué habría de acontecer entre el Universo Material y el Universo Mental, entre la consciencia humana y la consciencia angélica?
Cuando ascendí a los Cielos, al Universo, Dios, físicamente, Me abrió las puertas de Andrómeda, porque allí, en ese lugar del universo, Él colocó lo que había pensado para este Universo Material. Y eso fue posible a través de la intervención arcangélica, y a través de los Arcángeles por medio de las Jerarquías.
Entonces, piensen por un momento qué significó para los apóstoles recibir esa revelación de lo que verdaderamente sucedería con su Maestro y Señor, por la que deberían celar y velar a través de sus oraciones y oficios, en lo más profundo del silencio del corazón, porque en aquel tiempo no podía ser revelada ni tampoco en los tiempos posteriores. La revelación sobre Mi Ascensión debería ser revelada por Mí mismo, momentos antes de Mi Retorno al mundo.
¿Ahora, comprenden?, como hace más de dos mil años y hasta el presente, todas las almas que Yo congrego forman parte de una historia importantísima para Mí y que, con Mis propias Manos, vengo a retirar los velos de sus consciencias para que puedan ver la realidad, que el propio enemigo se ha encargado de confundir con sus espejismos y dudas.
En sus corazones se guarda una molécula importantísima para Dios, que a través del despertar de las consciencias se revela, y especialmente se muestra cuando los corazones se entregan a vivir la Voluntad de Dios.
A las puertas de este misterio que hoy se devela y que no puede ser comprendido con la mente, sino ser acogido con el corazón, cuando llegué a Andrómeda, Me encontré con Consciencias Sublimes, que en los planos internos Me habían acompañado durante Mi trayectoria en la Tierra, desde Mi Nacimiento hasta Mi Muerte y durante el importante momento de Mi Resurrección.
En esas etapas, esas Consciencias Sublimes estuvieron presentes, porque en Sus Corazones conocen sobre el Plan de Dios. Son nueve Jerarquías del Universo, Mentores de los Gobiernos Celestes, encargados de la evolución espiritual y material de millones de consciencias en esta Creación, así como de otras galaxias o constelaciones.
Con esta revelación, podrán comprender que la vida es infinita y que el fin que le colocan a la vida es a través de la propia mente, porque a las puertas de Andrómeda, esas Consciencias Me estaban esperando para entregarme el próximo paso que Yo daría por ustedes: no solo de ser el Redentor del Mundo, sino de ser el Gobernante del Universo, uniendo a través de Mi Corazón y de Mi Divinidad a todas las consciencias que Me sirven en el Universo Mayor desde sus experiencias y escuelas evolutivas.
Para que el Proyecto Humano no se perdiera, aun con lo que sucede en estos tiempos, lo primero que Dios Me entregó fue la esencia del Propósito de este planeta, así como de otros mundos que, a través de los aprendizajes y de los esfuerzos deberían alcanzarme, a través del Amor Crístico Redentor. Porque no olviden que cada uno guarda, dentro de sí, esa molécula crística que el Padre les entregó, molécula crística que intenta despertar, desde hace mucho tiempo, a través de ustedes.
Pero, ahora que están despiertos y conscientes, ahora que están aprendiendo a escuchar con el corazón; esa molécula se potencializa en cada uno de Mis compañeros para que, a través de las esencias, Yo vuelva a depositar, a través de Mi Retorno, esa esencia del Propósito de este planeta que Dios concibió desde el principio, desde lo que ustedes conocen como el Génesis.
De esa forma, a través del Retorno Glorioso de Cristo y de Su Faz Divina y Ultraterrestre, ese Propósito será reintegrado en todos aquellos que hayan sido consecuentes Conmigo, a través de los tiempos y de las generaciones.
De esa forma, el código del mal se desvanecerá de la consciencia humana, las fuerzas del caos serán retiradas del planeta para reservatorios que están siendo preparados por los propios Arcángeles. Porque todo merece redención, desde la consciencia más evolucionada hasta la más pequeña partícula que tenga vida en esta Creación, todo forma parte del Proyecto Creador desde los principios. Por eso, deben estar atentos a ese momento, porque no serán avisados.
A través de este encuentro Conmigo, en este día, en el que hacen memoria sobre la Última Cena, es momento de que sus consciencias se amplíen y se expandan. Es momento de que sus sentidos internos despierten y sustituyan a los sentidos externos; porque, de esa forma podrán ver más allá de lo que ven, de esa forma podrán escuchar más de lo que escuchan, de esa forma podrán sentir más de lo que sienten.
Porque cuando sus moléculas crísticas se unan a Mi Corazón en este trabajo que estoy gestando durante esta Sagrada Semana, les aseguro que no tendrán ninguna duda de dónde estar y qué hacer, porque lo que Yo necesito es algo muy importante que ahora no comprenden.
Cuando el corazón o el alma confía en lo desconocido y se lanza hacia ese océano del conocimiento cósmico, se prepara gradualmente para el gran momento del Retorno de Cristo, como también tiene la oportunidad de ser consciente de sus virtudes y talentos.
Volviendo a Andrómeda, coloquen sus consciencias en ese lugar y en ese espacio del universo. No piensen que no lo podrán hacer porque, a través de Mí, la Puerta hacia Andrómeda ya está abierta y une los planos superiores con los planos inferiores.
Quiero que ingresen en el mismo estado de revelación que ingresaron las santas mujeres y Mi Santa Madre, porque eso fue posible a través de la Comunión Espiritual que Ellas vivieron durante el ejercicio de la Última Cena.
Cada vez que reciben la Gracia del Cuerpo de Cristo, cada vez que reciben la Misericordia de la Sangre de Cristo, tengan presente y sean conscientes de su importante molécula crística interior. Es allí en donde ahora deben concentrarse y trabajar, aunque se sigan purificando y redimiendo.
No los quiero tornar gloriosos ni tampoco supervivientes. Los quiero tornar humildes, capaces, abiertos, adheridos y serviciales a todo lo que debe ser construido en el importante preámbulo del Retorno de Cristo, porque Mis Palabras algún día terminarán aquí y no falta mucho tiempo. Cada uno es responsable y consciente en este momento de lo que ha recibido, porque todo lo que Yo les doy y les di no se puede desperdiciar.
Al ingresar en Andrómeda, las Consciencias Sublimes revelaron Sus rayos, porque fueron los primeros que legaron de parte de los Padres Creadores, de los Arcángeles, el Plan que debería gestarse y manifestarse a través de los tiempos. Y cuando existió la gran interferencia y alteración a través del ángel caído, ese Plan tuvo que ser recalculado como está siendo recalculado, segundo a segundo, en estos tiempos definitivos.
Por eso, nunca deben pensar que la Jerarquía cambia de idea. Ahora ya es tiempo de que se den cuenta a través de la madurez espiritual, de que todo lo que plantea y hace la Jerarquía es con el fin de cumplir el Plan de Rescate. Y cuando alguna pieza, es decir alguna consciencia, se mueve de lugar, es desviada o abducida por las consciencias del caos, allí el Plan debe ser recalculado, porque la Divinidad y las Jerarquías Sublimes no solo trabajan por ustedes, sino por el mundo entero.
No pueden olvidar, compañeros, que ya está todo previsto, como estuvo previsto que hoy, los que están aquí, estén aquí. ¿Acaso ya comprendieron lo que eso significa y por qué en este momento escuchan estas cosas que salen de Mi propia Boca, afirmando la Voluntad de Dios para el mundo?
En esta aparente exigencia, existe una preciosa tensión ardiente que forja, en las consciencias terrestres, la elevación para que aprendan, de una vez y para siempre, a no pensar más en sí mismas y que tengan claro y muy presente, en el centro de su ser, el Divino Propósito que está latente, ante ustedes, en los planos internos y que corresponde que lo cumplan y que lo concreten.
Cuando solo se abren para servir, les aseguro que se están abriendo a lo desconocido.
Cuando se abren para amar cada vez más, les aseguro que están ingresando en los grados de Amor.
Cuando se olvidan de ustedes mismos, les aseguro que están bien cerca de Dios; así como muchas consciencias de este planeta lo estuvieron, a través de los santos del Oriente y de los santos de Occidente.
Todo es posible solo cuando la consciencia quiere dar el paso. Y cuando da ese paso, ingresa en una experiencia semejante a la experiencia que Yo viví en Andrómeda y que Me llevó tres ciclos del tiempo material el poder finalizarla; porque no solo Me glorifiqué y Me divinicé a través de la persona humana de Cristo, sino también asumí de una manera más profunda y eterna el compromiso de su salvación.
Ahora, ¿quién estará pronto, así como Yo lo estuve en Andrómeda, para recibir el Propósito sobre la continuación del Plan de Redención de la humanidad y del planeta, en la parte que a cada uno le corresponde vivir y cumplir?
¿Quién será capaz de ser celador de ese Propósito?
¿Quién será capaz de amarlo más allá de sí mismo, aunque no lo comprenda o no lo entienda?
¿Quién será capaz de iluminar su consciencia y sus células a través de los impulsos que Yo les traigo en esta Sagrada Semana?
Porque lo que Yo necesito es muy grande, pero es muy simple. Necesito que se decidan a ser bienaventurados, aunque estén en esta superficie dolorosa y herida; que se animen a dar la vida por Mí, como los apóstoles se animaron durante su apostolado en Tierra Santa y más allá de Tierra Santa; que se animen a ser capaces, como fue la Santa Madre y las santas mujeres, de cruzar toda Europa y llegar a Inglaterra, para fundar la Orden de los Templarios y fortalecer las bases de la energía crística en el planeta a través de los Centros Internos.
¿Quién será capaz de dar continuidad a estos tesoros espirituales, mientras millones de almas en el mundo están absolutamente distraídas y desconectadas?
Les pido que recen por los que aún deben despertar. Y que ustedes puedan seguir despertando y no crean que ya están despiertos, porque si verdaderamente estuvieran despiertos, algunas cosas ya no les sucederían.
Pero los invito nuevamente a confiar en Mi Amor Redentor, para que aprendan a confiar en Mi Amor Cósmico, que está latente en el Corazón de Andrómeda entre todas las Jerarquías. Porque, así como hoy jueves, celebro este momento con ustedes, y celebraré con ustedes este momento de consagración por un motivo mayor e inexplicable; de la misma forma, cientos de Jerarquías en este momento están reunidas en torno al Hijo de Dios, delante de la Faz del Señor del Mundo, de la Divinidad de Cristo y de Su aspecto ultraterrestre que hoy se presenta a todos como el Ángel Solar.
Yo les pido ahora que piensen: ¿cómo es posible que un ser humano, que encarnó entre ustedes, enseñó, predicó, redimió y dio la vida por un motivo mayor, cómo fue capaz de convertirse, después de Su Ascensión, en un Ángel Solar?
Deben contemplar esto en lo más profundo del corazón, sin buscar una respuesta inmediata. Los pasos de la evolución y de la expansión de la consciencia son regidos por la Ley del Amor. Es allí en donde comienza su expansión y elevación.
Cuanto más amen, más crecerán, y su soberbia se disolverá. Ya no querrán vivir el poder personal, porque el Amor Mayor los llevará a vivir la Voluntad Suprema a través del compromiso y de la responsabilidad por medio de los linajes, llamados virtudes y talentos, que Yo les entregué a cada uno de ustedes.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A través del portal que está abierto detrás de Cristo, en este momento, el Señor nos hace contemplar Andrómeda y todas las estrellas en torno a ese lugar, así como todos los soles y todas las Consciencias Sublimes que, en este momento, están en comunión con todos los corazones abiertos.
Él nos pide que contemplemos Andrómeda en nuestro mundo interior y que veamos dentro de nosotros nuestro universo interior. Contemplemos, por un momento, escuchando la melodía que está siendo ofrecida. Y vaciémonos en el Todo.
Bajo esta poderosa energía que nos abraza y, a través de esta actitud reverente y devocional, vamos a proceder, en la Presencia de Cristo, a la consagración de los nuevos sacerdotes.
Les pedimos que nos mantengamos concentrados y unidos a este importante momento que Cristo está realizando.
Pedimos a las Madres que se aproximen al palco, a los pies de este escenario, y que cada una lleve consigo una vela.
Por favor, tráiganme una vela, aquí.
No nos desconectemos.
Contemplemos Andrómeda en nuestro mundo interior, bebamos de esta Fuente que Cristo nos está ofreciendo conscientemente y así, acompañemos esta ceremonia en reverencia y devoción.
Hijos Míos, que hoy se consagrarán, ante la autoridad que les entregaré a partir de este momento, a pedido de la Santísima Madre y respondiendo a Sus súplicas amorosas y eternas; en primer lugar, Dios les conceda la protección maternal, no solo divina, sino también terrestre a través de estas Madres consagradas al Esposo Celestial y que están enteramente disponibles para sostenerlos, escucharlos y consolarlos.
Este paso que hoy darán no será algo personal, sino será algo planetario para que, a través de estos apóstoles que Yo estoy consagrando en estos tiempos de oscuridad, reconstruyan Mi ultrajada Iglesia y, en especial, reparen las ofensas que Me han cometido millones de sacerdotes en el mundo.
Por esta razón, las nueve Consciencias Sublimes del universo, los Mayores Sacerdotes del universo, hoy acompañan este momento solemne, divino y reverente, a fin de que se reconstruya y se restituya el linaje espiritual del sacerdocio, que Yo establecí hace dos mil años en este mundo.
Y que, a través de la Piadosa Madre, del Espíritu Santo, la Madre de las almas consagradas, que ha suplicado incansablemente para que la vida sacerdotal no se pierda, hoy delante de todos y en especial de todos los sacerdotes del planeta, les confío por medio de la Luz del Espíritu Santo, que sean guardianes y celadores del Sagrado Oficio que enseñé a los apóstoles y que Mis apóstoles enseñaron a través de los tiempos, para que se uniera el Cielo y la Tierra en perfecta armonía y redención.
Cristo le dice a cada uno de los que se consagran:
Que el Santo Espíritu de Dios ilumine tus pasos en este día.
Cristo se dirige a uno de los nuevos sacerdotes:
El Señor te consagra hoy como fray Juan Evangelista, en honor al apóstol que amó la Cruz hasta el último momento, el apóstol que consoló al Señor en Sus horas más difíciles y que junto a la Madre Celeste y a María Magdalena, como también a José de Arimatea, no dejaron solo al Señor, porque padecieron con Él hasta el último minuto de Su expiración. Bienvenido, fray Juan Evangelista, que el Espíritu Santo ilumine este día.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Pueden hacer su oferta delante de Cristo.
Incienso.
“Señor, Padre Amado,
Tú que purificas, a través de Tu Amor,
todo lo que tocas y contemplas,
hoy purifica la consciencia humana de su condición inferior,
para que se eleve ante Ti,
como en este momento Tu Hijo está ante Tu Trono,
a fin de que estas consciencias Te alaben y Te glorifiquen,
así como lo hacen los ángeles del Cielo.
Adonai,
a través de este incienso ofertado
en el Templo de Tu Corazón,
bendice a todos”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Agua bendita.
“Señor, Emmanuel,
antes de crear a Tus hijos,
pensaste en cuidarlos y amarlos
como un amoroso Padre y les concediste el agua
para que, a través de ella,
aprendieran a saciar su sed.
Que Tus Gracias y Misericordias
fluyan como un manantial, en este momento,
sobre todos los espacios oscuros del planeta,
y que en la unión predilecta
de las almas que están aquí presentes,
esta bendición restablezca la paz en la humanidad.
Amén”.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
La Virgen María está presente en este momento, como la Madre de todas las madres y de todos los sacerdotes.
Podemos traer aquí las estolas para que el Señor las bendiga con el agua bendita.
Que, a través de este símbolo sacerdotal, el alma de los sacerdotes sea un puente de Luz entre el Infinito y el planeta para que, en su sacrificada entrega, las almas más necesitadas del Amor de Dios lleguen a Su Corazón. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
El aceite para bendecir.
Pueden destapar el aceite. Pueden elevarlo.
Con amor, Mis esposas de Jerusalén ungieron Mi Cabeza y Mis Pies antes de la Pasión.
Con amor, Mis esposas de Jerusalén ungieron el Cuerpo herido del Cristo crucificado.
Con amor, Mis esposas de Jerusalén ungieron la Resurrección de Cristo a través de su confianza en Mí.
Que hoy los que serán ungidos, siempre unjan a los que lo necesiten, porque en la poderosa Unción de la Cruz está su liberación. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ahora, en este momento, vamos a llamar a las siguientes Madres para que se coloquen detrás de los hermanos que se están consagrando:
Madre María Fidelia detrás de fray Paulo Mateus, Madre María Shimani detrás del fray Juan Evangelista, Madre María Getsemaní detrás de fray Shemaya, Madre María del Salvador detrás de fray Nazareno.
Ahora, las Madres que están detrás de los hijos espirituales, van a entregarles la vela a los hermanos, delante de ellos, y pueden hacer, antes de entregar la vela, un ofrecimiento interno a Cristo.
Fray Elías pronuncia la Oración para pedir Sabiduría Divina para los consagrados.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Ahora, delante del Señor, los hermanos harán su acto de consagración sacerdotal.
Los nuevos sacerdotes pronuncian la oración indicada.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
De esta forma, aún delante del Corazón de Jesús, que contemplen la inmensidad de Su Obra de Amor y Misericordia.
Invitamos a todos los presentes a revivir juntos la Última Cena.
“Padre Celestial,
que estas alianzas representen
la unión perpetua de las almas
con Tu Divino y Glorioso Corazón,
a fin de que siempre se establezca
la unidad perfecta entre el Cielo y la Tierra”.
Así como a los apóstoles les ofrecí el compromiso eterno Conmigo en el Sagrado Cenáculo, hoy les ofrezco a ustedes, Mis nuevos apóstoles, ese mismo compromiso con Mi Corazón.
Los sacerdotes pronuncian la Oración de purificación del sacerdote antes de celebrar la Eucaristía.
Como en aquella noche cuando Me reuní con Mis apóstoles, hoy, en solemnidad, Me reúno con ustedes para restablecer la unión entre el Cielo y la Tierra, entre las almas y Dios.
Por eso, con un Amor desconocido por cada uno de los Míos, Yo vuelvo a tomar el pan y a ofrecérselo al Padre para que sea convertido en Mi Glorioso Cuerpo. De la misma forma lo vuelvo a partir, y ofreciéndolo a todos, les digo: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que fue entregado por los hombres para el perdón de los pecados”.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Reverenciamos el Cuerpo Vivo de Cristo.
Enseguida, tomé el Cáliz entre Mis Manos y, ofreciéndome aún más al Padre en sacrificio y amor por cada uno de Mis compañeros, le solicité que el vino fuera transubstanciado en Mi Preciosa Sangre. Enseguida, lo pasé a Mis compañeros como hoy se lo paso a ustedes, diciéndoles: “Toman y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la Nueva y Eterna Alianza, que fue derramada por su Redentor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en Mi memoria, porque Yo ya estoy retornando”.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Reverenciamos la Preciosa Sangre del Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo y nos da la paz.
He aquí el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Felices y bienaventurados los que se vuelven a servir de este poderoso Sacramento, porque siempre les prometo Mi Amor, Mi consuelo y Mi Paz.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Unidos al Sagrado Corazón de Jesús, presente e insondable en este momento, terminemos de ofrecer estos elementos transubstanciados, en honor y gloria a nuestro Redentor, para que Su Amor y Su Misericordia se establezcan en el planeta.
Terminaremos esta consagración cantando el Padre Nuestro en arameo, junto a los ángeles de Nuestro Señor.
Canción: “Padre Nuestro” en arameo.
Que la Paz de Cristo descienda a la Tierra.
En unión a nuestro Maestro y a través de un gesto de reverencia, saludamos a nuestros hermanos, dándoles la paz.
Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.
Y anunciamos, en este momento, a pedido de Nuestro Señor Jesucristo, la Comunión Espiritual, en esta importante celebración de la memoria de la Última Cena, para que estos ejercicios se perpetúen a través de los tiempos y congreguen a muchas, pero muchas más almas, a través del Amor de Nuestro Señor.
Hoy, Nuestro Señor nos pide comulgar por los no redimidos.
Todos recibiendo la molécula crística del Señor.
Todos contemplando, en esta Comunión, el Sagrado Corazón de Jesús y expandiendo la Luz de ese Corazón al mundo entero y a las almas, a través de esta alianza con la Comunión de Cristo; irradiando esta Luz a todos nuestros seres queridos, hermanos y conocidos; a nuestras familias, amigos y compañeros; todos recibiendo la Luz del Sagrado Corazón de Jesús que Él emana en estos momentos para todos.
Coloquemos en el Corazón de Jesús a todos nuestros seres queridos y al planeta, afirmando esa unión con Cristo; todos siendo aliviados y consolados por el Sagrado Corazón de Jesús presente en este momento.
Sintamos ese mismo abrazo que Él les dio a Sus apóstoles en la Última Cena. Y adoremos al Rey del Universo a través de esta Eucaristía.
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente y os ofrezco
el preciosísimo Cuerpo, Sangre,
Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la Tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido.
Y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
Ahora, Yo Me puedo ir en paz, porque este momento está consumado, entregándoles internamente los primeros impulsos de Mi Retorno físico al mundo.
Los bendigo y le otorgo la paz al mundo, y especialmente a los que sufren.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Inmaculado Corazón de María,
camino de protección y guía,
¡gracias, por cuánto nos das!
He venido a Fátima no solo para ayudar a Europa, África y Medio Oriente; he venido a Fátima para que todos ustedes, Mis hijos, Me ayuden a hacer despuntar la manifestación de esta Comunidad-Luz que será importante en el fin de los tiempos por toda la tarea espiritual e interna que realizará la Jerarquía. Este es el momento y también el tiempo para que eso suceda. Su colaboración en este momento es imprescindible.
La Comunidad Flor de Lys, que Yo he consagrado a Mi Corazón Inmaculado, ha esperado mucho tiempo para que esto suceda. Esa manifestación, por más material que parezca, será fundamental para todo lo que la Jerarquía necesita impulsar.
Por eso, hijos Míos, en este día, en el que comienza un nuevo ciclo aquí, en Fátima, un nuevo ciclo en toda Europa; Yo los llamo y también los invito a que Me ayuden a hacer posible esa manifestación; porque hasta que esa manifestación no suceda, la Jerarquía no podrá continuar adelante con todo lo que tiene previsto.
En los primeros días de setiembre, ustedes pudieron escuchar lo que ha dicho Mi Hijo sobre la importancia de que en Europa se arranquen las raíces de la adversidad y del mal; que han llevado a la desigualdad entre los pueblos y entre las naciones, especialmente las naciones más pobres.
Pero, lo que Yo les vengo a pedir por la Comunidad Flor de Lys no es nada tan grandioso e imposible; les vengo a pedir algo real, algo que es posible para cada uno de ustedes si, como hijos Míos, se unen en esta cadena de Luz para concretar y materializar lo que esta Comunidad necesita, porque podría ser una de las únicas Comunidades-Luz, en esta región de Europa, que podrá sustentar, de forma espiritual e interna, toda la purificación en esta parte del planeta.
Ahora, hijos Míos, ¿entienden lo que esto significa? No es solo un deseo de la Jerarquía o una petición de la Jerarquía, es una necesidad del Plan de Dios que viene a golpear a la puerta de cada uno de sus corazones, de cada uno de los representantes de esta Obra de los Mensajeros Divinos para que, por medio de la manifestación de la Comunidad Flor de Lys, la Jerarquía esté más cerca y más próxima a ustedes y de todo lo que podrían imaginar y pensar hasta este momento.
Ya ha sido un paso importante que el grupo haya llegado aquí, a Fátima, pero no es suficiente. Mi Corazón sigue recibiendo las espinas de esta humanidad, los agravios y las indiferencias de los hombres que aún no se vuelven hacia Dios y solo se vuelven hacia las tecnologías, siendo viciados por la ilusión y la inferioridad de este mundo.
Pero les digo, hijos Míos, que la importancia de la manifestación de la Comunidad Flor de Lys, como Dios lo espera, depende del paso de cada uno de Mis hijos.
El universo tiene todo para poder entregarles; pero ustedes, Mis amados hijos, son los responsables de abrir la puerta correcta para que esa manifestación pueda llegar y descender.
Mientras tanto, hijos amados, la Jerarquía hará todo lo posible y un poco más para poder seguir ayudando a esta humanidad, a este planeta ultrajado por esta raza.
Yo vengo aquí para abrirles una puerta hacia la oportunidad de que no solo se consagren como servidores de Cristo, sino también se consagren como precursores de la manifestación del Plan; porque el tiempo de emergencia lo necesita; de esa forma Mis Gracias estarán más próximas a Mis hijos, la intercesión de la Madre de Dios estará más cerca de cada uno de Mis hijos, especialmente de aquellos que se han condenado al castigo eterno.
Ahora, llegó el tiempo de que la cooperación y la colaboración sea equitativa, sea una colaboración y una cooperación de parte de cada uno de Mis hijos, no importando la nación a la cual pertenecen o el lugar del planeta en el que viven.
Ustedes, a través de este impulso y de este pedido que hoy les traigo, podrán consagrarse como ciudadanos evolutivos de este universo, para que ya no existan diferencias, fronteras, lenguas o aun naciones, sino que se puedan consagrar como una única humanidad, que puedan ver toda esta vida material y también la vida interna como una única vida, como lo ve el Padre Eterno en cada etapa de esta evolución.
Ahora, hijos Míos, a pedido de Mi Hijo, vengo a decirles, por medio de este Mensaje, que llegó el momento de manifestar en Europa lo que Europa necesita.
Su acción inmediata, su prontitud inmediata, su disponibilidad inmediata será lo que moverá en los planos internos a otras almas para que también se coloquen. No esperen que la manifestación venga de otro lugar o aun de hijos desconocidos.
Yo llamo a sus consciencias porque se han comprometido Conmigo en esa manifestación del Plan; y quiero recordarles, Mis amados hijos, que esa manifestación no finalizó; no solo aquí, sino también en todas las Comunidades-Luz, en todos los puntos de Luz que la Jerarquía necesita en este planeta. En Sudamérica, Norteamérica, África, Europa y el Lejano Oriente deben existir puntos de Luz por más pequeños que parezcan, para llevar adelante lo que la Jerarquía tiene planeado para este momento crítico de la humanidad.
Nuestros Sagrados Corazones están repletos de Gracias y de Misericordias para las almas, pero aún son muy insuficientes porque pocas almas aceptan esas Gracias y esas Misericordias.
Ustedes, Conmigo, son los constructores del nuevo camino, del camino que se materializará y preparará el Retorno de Mi Hijo, y eso no es solo en el Espíritu, sino también es en lo material para que también lo material sea transformado y sublimado; para que los recursos de esta humanidad, gravemente desequilibrados y no bien utilizados, sean equilibrados a través de las buenas obras, del buen pensamiento y hasta de la buena acción, para generar la paz en esta humanidad con las Leyes superiores de consciencia.
Este es el Mensaje que hoy les quiero dejar, Mis hijos. Eso no significa que Mi Corazón no tenga más cosas para decirles y compartirles; pero es importante, en este ciclo, que no pierdan el significado de Mis Palabras, el motivo de Mi Mensaje, el propósito de Mi llegada; porque necesitan comprender lo que Yo les pido, porque en este ciclo, en este tiempo final, Mi Mensaje no puede ser un Mensaje más, guardado en el olvido de sus consciencias.
Tienen que memorizar Mis Palabras para que puedan vivir Mis impulsos; para que sean instrumentos en las Manos de Dios que, en el esfuerzo y en el sagrado sacrificio, hagan posible las aspiraciones de Dios, a través de la Presencia de Mi Inmaculado Corazón.
En este día, dejo una bendición especial para Europa y también para África y el Medio Oriente; ya que las puertas de las necesidades de toda la humanidad, pero especialmente estas tres regiones que he nombrado, esperarán por la ayuda de todos Mis hijos, los servidores de Cristo; para que despierten a cada día más el espíritu misionero, para que sepan que tienen que estar presentes y no ausentes, delante de las necesidades de estos tiempos.
Ahora, a pedido de Cristo, Yo los quiero hacer crecer en la madurez del corazón, en una madurez que vive con responsabilidad el Plan de Dios; en un corazón humano que, no solo se abre a la transformación de la vida y de la consciencia, sino que a través del servicio y de la donación de sí, el Plan de Dios los transforma y los consagra, así como el Padre Eterno tanto lo espera.
Mi Corazón y sus corazones deberán seguir orando por la manifestación de la Comunidad Flor de Lys. Que esta oración no solo sea una plegaria, sino que también los lleve a cada uno de ustedes a tomar una actitud, una acción, lo más pronto posible, para que la Jerarquía tenga las puertas abiertas para poder entrar en esta dimensión y así poder ayudar aún más en todo lo que sea necesario y en todo lo que sea posible.
No olviden, Mis amados hijos, que ustedes tienen la llave para abrirnos la puerta. Estaremos del otro lado de esa puerta, del otro lado de ese umbral, esperando para poder ayudar e intervenir, no solo en Europa, sino también en el mundo entero.
Este es el tiempo del apostolado.
Antes de bendecirlos y de despedirme, al final de esta bendición, deseo escuchar una canción, una canción tan simple que le permite a las almas unirse a Mi Corazón para recibir Mis Gracias.
Esa canción se llama “Fuente Celestial”, e intentarán sentirla en su corazón como la afirmación y la concreción de este ciclo de manifestación de la Comunidad Flor de Lys, como epicentro espiritual, interno y divino en este tiempo de Europa.
Vayan en paz y, en confianza, sigamos adelante.
¡Les agradezco por responder a Mi llamado!
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Hoy estoy aquí por una razón espiritual. Hoy estoy aquí por la humanidad, pero también por la consciencia del planeta, por el alma de esta Tierra para que, algún día, cumpla el Propósito del Padre Celestial.
Pero esta humanidad, a pesar de haberse desviado, no deja de ser colmada por la Gracia de Dios, por lo que proviene de Su Fuente espiritual y divina. De ese lugar proviene la Madre Celeste. De ese lugar proviene el Sagrado Corazón de Jesús, así como todos los ángeles del universo, que custodian y protegen la Creación.
En este vasto universo que ustedes desconocen, llamado Universo Material, existen puntos de inflexión espiritual. Este planeta que fue pensado desde el Génesis para el Proyecto de Dios, a través de los tiempos y por medio de las diferentes razas, que llamamos diferentes humanidades, se ha vuelto un punto de inflexión.
Pero en todo esto parece existir algo controversial; porque este planeta, al cual ustedes pertenecen en esta vida, fue especialmente creado para ustedes, entre tantos planetas del universo que también fueron pensados para desarrollar un Proyecto semejante, proyectos que no resultaron.
Entonces, hijos Míos, piensen cuán importante es trascender la dualidad a través de la transparencia, de la verdad y de la pureza; atributos que provienen de la Fuente del Amor-Sabiduría, Fuente de la cual ustedes también provienen desde que fueron pequeñísimas moléculas de Luz en los Estanques de la Creación Universal.
¿Por qué Dios, nuestro amado Padre del Universo y de la Tierra, necesitaba que, en este universo local, existiera una civilización de Cristos?
Para que eso fuera posible, pero también para que el proyecto humano no se perdiera, como estuvo a punto de perderse hace más de dos mil años; el propio Padre Eterno se humilló y encarnó a través de Su Hijo en este planeta, trayendo para todos la lección del Amor y del Perdón.
Yo necesito, hijos Míos, que ustedes tengan presente, en este momento y bajo esta circunstancia planetaria, que aún el Proyecto de Dios para esta humanidad se debe cumplir.
Por esa razón, Mi Hijo Me entregó a cada uno de ustedes a los pies de la Cruz para que, a través de los tiempos y de las generaciones, ustedes fueran partícipes del Plan del Creador, no solo viviéndolo, sino también conociéndolo, amando descubrir el misterio de la Creación, que aún espera poder revelarse en el Retorno de Cristo.
Queridos hijos, a través de todos estos años, hemos intentado amorosamente que las almas comprendieran el sentido del Propósito, la razón y la existencia de estar aquí, en este momento, y de saber, más allá de las circunstancias o de las situaciones, que vinieron a la Tierra por un Propósito Mayor, un Propósito que deben amar para algún día poder comprender.
Dios es tan humilde y simple que Él revela Su Misterio solo a través de los que aman, y no a través de los que quieren o aspiran a poseer alguna cosa. Eso aconteció Conmigo, de amar la Voluntad de Dios, de creer en Su Voluntad, de proteger la Voluntad de Dios de cualquier situación o circunstancia, de cumplir la Voluntad del Padre sabiendo que, más allá de todo, existía una Voluntad profunda por ser realizada y cumplida, a través de la encarnación del Hijo de Dios.
Ustedes, como hijos del Padre Eterno, forman parte de esa Voluntad Divina; cada uno de Mis hijos tiene una pequeña parte de esa Voluntad para poder cumplirla y realizarla.
Cuando esta Voluntad no se cumple ni tampoco se realiza, la humanidad sufre porque se aparta de la verdad, pero también de la simplicidad de la vida; se aparta del amor para poder comprender, en sí mismo y en los demás, las situaciones más desconocidas y hasta las situaciones más inaceptables.
Es el Amor el que permite concretar el Plan del Creador. Es viviendo en ese Amor y bajo ese Amor Divino que sus vidas serán libres para poder concretar lo que el Padre tanto espera desde el origen de sus esencias, en este vasto e infinito universo.
Muchos de Mis hijos habrán podido pensar, en algún momento, que todo lo que decimos es inalcanzable o que nunca se concretará. Pero ¿dónde está el sostén de la fe? ¿En dónde se apoya la fe del creyente? ¿Qué es lo que alimenta la fe de cada ser para que tenga la fuerza suficiente de seguir adelante y de no desistir? Es la Sabiduría que les brinda el entendimiento y el discernimiento; y es el Amor que les refleja la verdad y la pureza que les permitirá estar en Dios, a pesar de lo que suceda.
El mundo ha borrado de su mente y especialmente de su corazón estos atributos. La invasión de las tecnologías, el hipnotismo de las mentes, la ceguera de los corazones que no sienten y que no viven a Dios han establecido la cultura de la indiferencia; y esto ha sido más profundo y más grave, llevando a que muchos pueblos y naciones sean insensibles al sufrimiento de los que padecen en estos tiempos, como inmigrantes o como exiliados.
Esta cultura de la indiferencia ha establecido la cultura del descarte entre hermanos de una misma raza y civilización; y lo oculto en todo esto es Mi adversario, que estimula cada vez más la apropiación de las riquezas y tienta a los que se creen poderosos a que puedan controlar el mundo.
Pero Dios nunca enfrentará estas situaciones. Sepan contemplar, por medio de la oración, Sus sagradas estrategias y no bajen los brazos, no desistan y no se permitan engañar; porque el triunfo de Mi Corazón y el Retorno de Mi Hijo están aún por cumplirse, y sus vidas deben ser ese camino pero también esa trayectoria en donde el propio Padre Eterno pueda escribir esa victoria espiritual y profundamente interna en los corazones que creen en Su Reino.
Mi Hijo, en la solemnidad del mes del Sagrado Corazón de Jesús, Me envía con este Mensaje al mundo, para que Mis Hijos sepan, comprendan y entiendan que llegará un tiempo de solución y de esperanza. Un corto tiempo que les permitirá a los corazones rehacer sus vidas y sus familias, y prepararse para el último tiempo del Apocalipsis.
Porque en ese momento y en ese tiempo, es en el que Mi Hijo retornará, un tiempo que no está lejos para ustedes. Por esa razón, tuve que esperar estos doce últimos años de construcción de esta Obra, con ustedes y por ustedes; para poder decirles esto, todo lo que hoy les anuncio a través de Mi Corazón.
Algunos Recintos internos del planeta trabajan incansablemente, por medio de sus Jerarquías, para ayudar en esta transición de la humanidad. Sepan que todos los esfuerzos están siendo realizados, todos los sacrificios están siendo cumplidos, todas las entregas están siendo ofrecidas para que la humanidad se pueda sostener en esta cruel batalla del fin de los tiempos.
Y ustedes, a través del Rosario y de la oración, tienen que vencer esta batalla en su interior; porque en algún momento, como muchos de Mis hijos lo han sentido en estos tiempos y sobre todo en este último año, tuvieron que enfrentar su propia batalla interior, para no salir del camino de Cristo y no dejar a Mi Hijo sin Sus pilares sobre la superficie de la Tierra.
Comprendan en esta simbología, la complejidad de estos tiempos, la verdadera necesidad de la Jerarquía espiritual y universal. Y por encima de todo, comprendan el sentido de lo que verdaderamente sucede en este tiempo y no de todo lo que se dice en el mundo.
Que sus corazones se sensibilicen con Mis Palabras, para no solo escucharlas, sino para interiorizar Mis Palabras en el corazón, morada segura para estar en Dios. Muchas moradas se apagan en este tiempo, como una débil llama que desaparece por sí sola, y en muchos casos una llama debilitada que se apaga con los fuertes vientos de la contrariedad.
Pero Yo les traigo este aceite espiritual de la unción de Mi Hijo, que les hará encender el espíritu y el corazón por medio de la llama de la fe de Mi Corazón Inmaculado, para que se sientan protegidos y amparados por Mí, porque lo que aún espero es solo llevarlos a Dios.
Mi Corazón Inmaculado es su fortaleza y el camino directo hacia Dios. No se olviden, Mis pequeños del mundo entero, de entrar en Mi Corazón para que Yo pueda entrar aún más en sus vidas y consagrarlas a la Voluntad del Padre.
Yo soy esa Madre perpetua que los ama, que los protege y que los acepta. Soy la Esclava del Sacrificio de Dios. Soy la que siempre los llevará a Dios a través de Mi Corazón.
Mediten en Mis Palabras para que Mis Palabras sean pequeñas semillas de Luz en sus consciencias, semillas que en el futuro puedan germinar, para que algún día puedan dar los frutos de redención y de la paz.
Para que todo esto sea posible, vengo a pedirle al mundo que, a través de cada ejercicio de oración, los pueblos y las naciones se reconsagren al Sagrado Corazón de Jesús; Así como lo fue en el mes de mayo en el que muchos de Mis hijos, por medio del Santo Rosario y del Sacramento de la Comunión, ofrecieron reparación a Mi Corazón Inmaculado. Estoy muy agradecida de que Mis hijos hayan hecho el esfuerzo, más allá de la pandemia y del sufrimiento de este tiempo, de reparar el Corazón de la Madre de Dios, para que el Padre le conceda a la Sierva fiel la infinita abundancia de las Gracias y de las Misericordias para los que necesitan salir del sufrimiento y del infierno terrestre.
Por eso, vuelvo a agradecer y de la misma forma los invito, hijos Míos, en este día, por medio del Sacramento de la Eucaristía que ahora celebraremos, a que todos durante este mes de junio que transcurre, y de forma diaria, por muchas, pero por muchas almas en el mundo entero, realicen el ejercicio de una amorosa y verdadera reconsagración al Santísimo Corazón de Mi Hijo; para que Su autoridad y Gobierno Espiritual, finalmente, guíen al planeta y a la humanidad; para que las fuerzas del mal que rige Mi adversario sean retiradas del planeta y las almas respiren la alegría de reencontrar el Reino de Dios dentro de cada corazón.
Yo estoy aquí y soy su Madre. Les extiendo Mi mano para que la tomen fuerte y caminen junto Conmigo en el servicio primordial de la reconstrucción espiritual de este planeta, para que las Sagradas Fuentes del universo colmen a la Tierra de abundancia espiritual, de Gracia, de Perdón, de Amor y de mucha, pero de mucha, Misericordia.
También ofreceremos esta Sagrada Eucaristía, esta importante celebración, ya que la Madre de Dios se prepara para llevar Sus impulsos a Europa en los próximos meses, a fin de que la Luz de Fátima, la Luz que los llevará siempre a la Paz inunde al mundo entero y, especialmente, a África, para que se establezca la cura y el perdón de todas las almas que sufren el exilio, la esclavitud, la muerte, el hambre, la enfermedad y la desolación.
Mi Corazón aún espera pacientemente llegar a África, y de alguna forma lo haré; y ustedes Mis hijos serán Mis ayudantes para que eso suceda, porque hasta antes de que termine Mi tarea con ustedes, debo cumplir la promesa que he realizado ante Dios por África.
Así, cuando eso se cumpla por medio de su ayuda y de su colaboración, Mi tarea estará consumada.
Pidamos al Espíritu Santo, Fuente Suprema de toda la Energía Femenina, Fuente Suprema de toda la Maternidad Universal, que conceda el impulso de la reconsagración de los corazones al Sagrado Corazón de Jesús y también establezca la fuerza espiritual que las madres del mundo necesitan para guiar a sus hijos a Dios, como madres, siervas y servidoras de la Madre Universal.
Celebremos en Cristo y por Cristo.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
A los pies del Inmaculado Corazón de María, respondiendo a Su pedido y a Su llamado; nos preparamos, en la simplicidad del corazón, para celebrar este Sacramento de Reconciliación y de Amor que nos ha dejado Cristo, nuestro Redentor.
Pidamos la Gracia, ante la Presencia de la Virgen María, que nos haga humildes y merecedores de este misterio insondable de Amor que Cristo nos ofrece a través del Corazón de Su Madre.
Que nuestras faltas, omisiones, culpas, indiferencias y todas las situaciones que nos han apartado de Dios por alguna razón sean disueltas a través de este Sacramento del Altar que, junto a los ángeles de la Virgen María, ofreceremos como un acto de reparación y de reconciliación ante el Sagrado Corazón de Jesús.
Invitamos a aquellos que puedan a que se arrodillen o se coloquen de pie, en un acto de reverencia, delante de la Presencia del Inmaculado Corazón de María, Madre de los servidores y de los sacerdotes.
Vamos a pedir a la Virgen Santísima que, así como fue en Pentecostés, nos entregue los Dones del Espíritu Santo, a fin de que podamos cumplir las Promesas de Cristo.
Nuestra Señora se ha puesto de rodillas ante el Santísimo Sacramento que ahora celebraremos. Pidamos Su bendición.
En aquel Jueves Santo, momentos antes de que Jesús fuera entregado para vivir ese gran sacrificio de Amor por la humanidad, Nuestro Señor tomó el pan, lo elevó en acción de gracias y solicitó al Padre Eterno que el pan fuera transubstanciado en Su Divino Cuerpo. Enseguida, Jesús lo partió y ofreciéndolo a Sus apóstoles, Él les dijo: “Tomen y coman, porque este es Mi Cuerpo, que será entregado por ustedes para el perdón de los pecados”.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
Del mismo modo, antes de terminar la cena, Jesús tomó el Cáliz entre Sus Manos y lo ofreció al Creador para que el vino fuera convertido en Su preciosa Sangre. Enseguida, Él lo ofreció a Sus compañeros, diciéndoles: “Tomen y beban, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, la Sangre de la Nueva y Eterna Alianza que será derramada por su Redentor para la remisión de todas las faltas. Hagan esto en memoria Mía hasta que Yo retorne al mundo”.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Te alabamos, Señor, y Te bendecimos.
Amén.
He aquí el Cuerpo y la Sangre de Cristo, Aquel que dio la vida por nosotros, que dio la vida por Amor.
Unidos a nuestra Santísima Madre del Cielo y a los ángeles del universo, ofrecemos la oración del Padre Nuestro para consumar esta consagración.
Oración: Padre Nuestro.
Anunciamos la Paz de Nuestro Señor y la Paz de Nuestra Señora.
Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa,
pero una Palabra Tuya bastará para sanarme.
Amén.
En unión al Inmaculado Corazón de María y al Sagrado Corazón de Jesús, anunciamos la Comunión Espiritual de todos nuestros hermanos del planeta, en este acto de reconsagración al Sagrado Corazón de Jesús, a través de tres campanadas.
Santísima Trinidad,
Padre, Hijo y Espíritu Santo,
os adoro profundamente
y os ofrezco el preciosísimo Cuerpo,
Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la Tierra;
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él es ofendido;
y por los méritos infinitos de Su Santísimo Corazón
y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores.
Amén.
En la alegría de la renovación de la fe, Me elevo al Cielo, con esta oferta concluida por parte de todos los corazones que comulgan con Cristo, para que el Padre de la Misericordia y de la Paz descienda estos atributos sobre la humanidad.
En la Luz espiritual del Sagrado Corazón de Jesús, Yo los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Y como oferta a este mes del Sagrado Corazón de Jesús, nuestros hermanos del coro, a pedido de la Madre Divina, cerrarán este encuentro a través de la canción “Santa Comunión”; para que la Sagrada Eucaristía, como un sol divino y espiritual, siempre brille con su Luz dentro de nosotros.
María, en este momento, aparece vestida de blanco, descalza, con la Luna a Sus pies y la Corona de Doce Estrellas.
En el centro de Su pecho aparece el símbolo de una gran Eucaristía, que tiene las letras JHS. En presencia de Nuestra Señora los espacios se estabilizan. Su energía de paz establece armonía y une este espacio y este lugar con la Fuente de Dios, por medio del trabajo de oración que fue realizado.
Nuestra Señora nos pidió transmitir primero Sus palabras para que la podamos acompañar en lo que Ella está haciendo en este momento.
Nos vamos a unir y a sintonizar con la presencia de María como la Madre de la Sagrada Eucaristía.
Queridos hijos:
Desde el Cielo, Yo les traigo la protección interior porque si están Conmigo, están con Dios y con Su Plan de Amor, el que a pesar de ser impredecible para los hombres, es un Plan que se realizará primero en los niveles de los mundos internos para después manifestarse en la superficie por medio de las almas y de los corazones que se redimirán en Cristo.
Yo les traigo esa seguridad interior porque sé que la necesitan para poder seguir confiando en Dios y en Su Presencia.
Es así que hoy les traigo el Sagrado Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo porque, como Sierva y Discípula del Señor, soy la primera que debe adorarlo y honrarlo, no solo por Su tarea y Su misión realizada en la Tierra, sino por Su gran Obra de Misericordia y de Gracia en el Universo y en la humanidad.
Yo les traigo, en este momento, un espacio del Reino de Lys en donde esa seguridad interior se expresa y se manifiesta por medio de los ángeles que allí están presentes y que trabajan con todas las almas peregrinas que llegan al Santuario de Fátima para reconocer, una y otra vez, a la Madre de Dios, a la vencedora y triunfadora sobre las tinieblas.
Este es el tiempo, hijos Míos, de aprender a vivir los momentos más difíciles de la humanidad porque así ayudarán a otros hijos Míos a hacerlo. Ayudarán y enseñarán a atravesar el fin de los tiempos sabiendo que, a pesar de que se presenten los tres días de oscuridad, sabrán cómo continuar porque quien está ante el Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, está ante Dios y Su Presencia Celestial, Su Trono, Su Poder, Su Majestad.
Es así que, en el silencio de Mi Corazón, Yo les traigo la verdad de saber escuchar a Dios por medio de los Mensajeros Divinos, de poder confiar más allá de los acontecimientos o de los cambios. Yo les traigo la oportunidad de vivir el sacrificio por Mi Hijo, verdaderamente, y sin ilusiones ni imaginaciones.
Sé que es un paso muy grande para todos los servidores de Cristo, pero Dios necesita expresarse en estos momentos tan difíciles de la humanidad para que la consciencia humana aprenda a cambiar y a trascenderse, aprenda a buscar la reconciliación con Dios y nunca más alejarse de Él, de la Fuente de Su Amor y de Su Gracia.
Ante la Presencia del Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo en Mi Corazón, Yo les traigo también la Sabiduría de Dios, sabiendo que en estos tiempos difíciles, grandes decisiones deberán ser tomadas para que la Obra de Mi Hijo se cumpla a pesar de las consciencias o de los cambios.
Sepan, hijos Míos, que nunca atravesaron un tiempo tan diferente de este, un tiempo tan impredecible, porque este es un tiempo en el que deben aprender a estar en Cristo y en el Amor de Mi Hijo para que, en esa unión perfecta con Él, se fortalezcan y sigan adelante cumpliendo con Su Plan y con Sus pedidos.
A través del Reino de Lys, Yo les traigo la Paz, la Paz del Ángel de Portugal, porque este fiel Mensajero de Dios en esta peregrinación está trabajando mucho para ayudar a los ángeles de las demás naciones de Europa que necesitan liberación y auxilio al igual que todos Mis hijos de este histórico y herido continente.
La Luz del Reino de Lys emerge como grandes esferas de consciencia en las que Jerarquías y ángeles de Luz se manifiestan en los planos internos, en los que ocurren grandes interferencias, para socorrer, auxiliar y aliviar a las almas, para reencender en los corazones la devoción y el amor a Dios, para traer la paz al mundo en los lugares donde ya no existe por ignorancia o por error.
Pero el triunfo de Mi Inmaculado Corazón se dará en situaciones límites, en momentos límites, en tiempos culminantes y decisivos.
Por eso, hijos Míos, Yo apelo a que puedan reconocer esos momentos, para que puedan estar atentos y vigilantes así como lo está su Madre Celeste ante la adversidad y ante la batalla espiritual de estos tiempos.
La Mano de Dios nunca se separará de ustedes si permiten que esté sobre ustedes todo el tiempo. Dios desea profundamente el amor y el bien a la humanidad, pero muchos no lo aceptan.
Para poder ver a Cristo en Su Segundo Retorno, cambios importantes deberán suceder en la humanidad y en el planeta, cambios que deberán comenzar en la consciencia para que se reflejen en las acciones, en los ejemplos y en los actos; sabiendo que un grupo como ustedes, al servicio de Mi Hijo, debe sostener lo que es imposible para una consciencia tridimensional y humana.
Pero la fuerza de Mi Inmaculado y Materno Corazón los impulsará a llevar adelante la antorcha de la paz que iluminará al mundo y, en consecuencia, traerá la Presencia de Cristo a la humanidad y a los corazones perdidos.
Sepan que no deberán sobrevivir en estos tiempos como muchos están sobreviviendo, de forma espiritual y material. Dios les da todo para que ustedes lo puedan dar todo. Dios no les reclama. Dios los espera y los escucha, los acoge en Su Corazón Eterno e Infinito. Dios les trae la Paz por medio de Sus Siervos celestiales.
Dios establece Su Misericordia en aquellos que escuchan Su llamado y no retroceden, porque este es el tiempo de conceder una gran cura para el planeta y para la humanidad. Es el tiempo de sostener lo que es insostenible y de amar lo que es imposible de amar, de comprender lo que es imposible de comprender. Es tiempo de considerar los valores que les ha dado la Jerarquía en cada momento y en cada etapa, porque así tendrán siempre una dirección, un camino, una luz en el horizonte en los tiempos de oscuridad.
Yo les traigo, por medio del Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo, la Fortaleza de Dios. Aquella misma Fortaleza que Mi Hijo necesitó en el momento culminante del Huerto Getsemaní cuando, en una profunda soledad y oscuridad, no dudó de Dios ni siquiera en un momento. Porque, a pesar de haber sido un hombre simple y humilde mantuvo Su fe en lo Alto, en la Voluntad más allá de comprenderla o de vivirla.
Por eso, Él es el Cristo y ustedes también lo pueden ser. Mi Hijo, en este tiempo, no solo dice palabras para alegrarlos o alentarlos. El Nuevo Cristo es aquel que imita a Mi Hijo en el ejemplo y en la vida interior aunque caiga y se levante muchas veces. Mi Hijo los impulsa a ser los Nuevos Cristos porque serán los apóstoles que defenderán y proclamarán Su Segundo Retorno a la humanidad en los cuatro puntos de la Tierra.
Hermanos, que hoy ustedes desconocen, proclamarán la venida del Redentor y se cumplirá la profecía que está escrita en la Biblia: “La Mujer vestida de Sol llegará de nuevo a la Tierra con la Luna a Sus pies y la Corona de Luz en Su cabeza, anunciando el advenimiento del Redentor, del Salvador, del Maestro entre los maestros, de aquel que triunfó en el Amor y en la Verdad”.
Sean uno en Cristo en cada momento, en cada circunstancia, bajo cualquier situación o experiencia. Así, Él estará entre ustedes y ustedes estarán en Él. Así, Él cumplirá Sus Prodigios y manifestará Sus Gracias a los que las necesitan hace mucho tiempo.
Yo les ofrezco el Cuerpo Eucarístico de Mi Hijo como una puerta para su redención y su entrega a Dios. Mi Gracia Maternal será su fortaleza y su consuelo en los momentos difíciles.
Tengan fe en lo que les digo y oren por las causas de Dios, para que se cumpla Su Voluntad y en la Tierra se realice Su Plan de Amor.
Les agradezco por escucharme.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vengo del Cielo con la esperanza de que Mis hijos hayan comprendido todo lo que Yo he dicho, sabiendo que el tiempo falta para poder hacer tantos cambios y que, esos cambios que llegarán a sus vidas, los colocarán delante de nuevos acontecimientos como a todos sus hermanos y a todas las naciones del mundo que deberán testimoniar su cambio interior.
Este es el tiempo de su gran mudanza para que lo nuevo pueda llegar y renovarlos.
Hoy, vengo llena de Gracia por estar de nuevo en este bendito lugar que sigue reafirmando y viviendo la devoción a Mi Corazón Inmaculado, que es lo que le permite al mundo entero que Yo pueda interceder y salvar a las almas perdidas.
Hoy han ingresado, espiritualmente, en el Reino de Fátima por su canto y por su oración. Tan simple como eso, hijos Míos, hizo posible que ustedes tomen contacto interior con los verdaderos Tesoros de Dios, que están en este planeta y también en el Universo.
Hoy, no solo les hablo de Mi dolor de Madre, sino también de Mi alegría, porque las almas dan pequeños pasos en el camino de la transformación y de la entrega, pasos que las llevarán a vivir el tiempo preparatorio del retorno de Cristo, así como lo debe vivir el resto de la humanidad, porque este tiempo, hijos Míos, ya está muy cerca, él está por suceder. Él está por mostrarse y revelarse al mundo.
Por eso, los invito día y noche al camino de la conversión, no solo a través de una vida de oración que pueda iluminar sus células y átomos, y toda su consciencia, sino también a través de un camino de servicio que Europa debe vivir y practicar en este tiempo definitivo para poder compensar los errores cometidos en el pasado, que aún nadie ha pagado.
Pero, por medio de Mi Gracia y de Mi Amor, de la Luz que brota de Mi Corazón Inmaculado, proveniente del Altísimo, el Todopoderoso, es que Yo les concedo, hijos Míos, un tiempo de reparación para que sus vidas se puedan iluminar y transformar, ser el ejemplo que Cristo necesita en la Tierra para que Él pueda volver pronto y estar entre los suyos, llevando nuevamente Su palabra de aliento y de esperanza para convertir todas las vidas y todos los corazones.
Les pido todo esto, hijos Míos, porque el tiempo del sufrimiento no terminó, las almas agonizan por sí mismas y por las consecuencias de sus semejantes. Pero Yo los invito, en esta hora, a un momento de reparación, no solo en la vivencia verdadera de los Sacramentos, sino en el tiempo de la adoración, en el tiempo del servicio y de la paz, en el tiempo del bien que puedan generar y entregar a sus hermanos para estos tiempos tan difíciles.
Yo los invito, hijos Míos, Yo les recuerdo, hijos Míos, lo mismo que dije aquí y en otros lugares del mundo, a vivir a Cristo de una forma simple, a ser parte de Cristo, de Su Consciencia y de Su Corazón porque aún Él necesita de muchas más manos para poder obrar y ayudar al mundo, en lugares recónditos y desconocidos en donde la luz y el amor aún no llegaron.
Esta también es una tarea para todos los hermanos de Europa, para todos los seguidores de Cristo que aquí se encuentran. Él espera ver que esto se pueda realizar, que pueda estar vivo en ustedes, que no sea un compromiso tibio ni frío, sino que a través de la entrega y del servicio por los demás, no solo por Europa sino también por África, aprendan finalmente a salir de sí para que el amor de Mi Hijo pueda obrar en ustedes y en el mundo.
Pero eso sucederá, hijos Míos, cuando den el primer paso y la primera entrega. Mi Hijo los preparó, amorosamente, en estos últimos días para dar los próximos siete pasos. Eso no será un misterio ni tampoco una teoría, será algo vivo en ustedes, algo que deberán practicar y ejercitar conscientemente.
Por eso, Mi amor maternal, el amor de Mi Hijo y el amor de San José, colmarán su nación y las naciones de Europa, estando un tiempo aquí, compartiendo con Mis queridos hijos los impulsos del conocimiento y de la instrucción, no solo para hacer crecer sus espíritus en el amor y en la verdad, sino para que esa entrega tan esperada por el Padre Eterno sea verdadera. Porque Su deseo ardiente, Su más íntimo pensamiento es que todos se puedan salvar y formar parte de esa nueva humanidad, que primero deberá nacer dentro de ustedes para después ser una realidad en todo el planeta.
Yo les ofrezco, como medio, Mi inmaculado y materno Corazón. Mi Voz no se cansará de pronunciarse en este mundo y de hablar en diversas lenguas para que todos los pueblos, todas las razas y culturas preparen el advenimiento de Cristo a la humanidad en el momento más culminante del planeta y de toda la raza, en el que las puertas de la luz se abrirán en este planeta para la llegada del Rey Universal. Momento en el cual, Él expulsará y exorcizará todo el mal presente en la Tierra y en los hombres, y el triunfo y la victoria de Su Corazón ya no serán una promesa, sino una realidad que ustedes vivirán, conscientemente, por los mil años de paz.
Como Madre del Consuelo y Madre de la Gracia, Yo los preparo, hijos Míos, para esos acontecimientos. Ya no es tiempo de decir solamente palabras hermosas, es tiempo de decir la verdad como Mi Hijo les enseñó hace tanto tiempo.
Es tiempo de ejercitar el bien, es tiempo de proclamar la paz, es tiempo de unir a las naciones en una sola voz y en una sola oración. Es tiempo de recibir a Cristo en su interior y de comulgar con Su Divino Espíritu, así estarán a salvo y alcanzarán la redención.
Para que Mi Gracia no solo se siga derramando en Portugal, sino también en Europa y en África, necesito de la respuesta de Mis hijos, de la adhesión de los soldados de Cristo para que el proyecto de la redención se cumpla en esta Tierra, superando límites, obstáculos, trascendiendo desafíos, superando barreras, abriendo las puertas del corazón para acoger al semejante, al inmigrante, al refugiado, al extranjero.
Eso es lo que Europa deber hacer en este tiempo, porque el planeta y los continentes son un presente de Dios para todos los seres.
La Creación es de la humanidad y de aquellos que deberán consagrarse como dignos hijos de Dios.
En este ocho de mayo se cumple un ciclo y el comienzo de otro hasta el ocho de agosto, cuando todo quedará más definido y claro.
Por eso, hijos Míos, aún tienen tiempo para estar concentrados y unidos al propósito de Dios sin distraerse, en el que toda su atención y fervor deberán estar en las palabras de Nuestros Mensajes para que el mundo recapacite, para que las almas despierten y sepan que un nuevo tiempo está llegando en el que el sufrimiento ya no existirá y el dolor no prevalecerá, sino la alegría de servir a Dios.
Necesito, hijos Míos, solamente que alcancen la verdad para que sean libres de sí mismos y puedan obrar en paz.
Fátima siempre será su lugar y su refugio, lo que Yo dejé aquí nunca se perderá, a pesar de lo que suceda en la superficie. Porque Fátima, como consciencia espiritual y no mundana, puede habitar dentro de ustedes. Ustedes pueden ser la luz que lleven a las almas hacia la paz, así como Yo llevé hacia la paz, por intermedio de Fátima, a millones de almas en el mundo.
Porque la luz que lleva a la paz es el amor del corazón verdadero, el amor que vivifica y siente a Cristo y que siempre lo tiene presente en su interior. Eso los hace ser Fátima en cualquier lugar para poder llevar la paz al mundo y el fin del cautiverio espiritual.
Sean instrumentos del Padre Altísimo, esfuércense y transformen sus vidas completamente, porque en las caídas o en las tentaciones Yo estaré ahí para reforzarlos y fortalecerlos en la fe y en el amor, y en el propósito y en la convicción de vivir a Cristo.
Como una Madre, que no se cansa y que no descansa, vengo a dar nuevamente, el testimonio de Mi Amor por medio de la consagración de nuevos Hijos de María. Escuchando, en este momento, el himno de su consagración llamo a estos, Mis hijos, que hoy en nombre de la humanidad y del planeta darán un nuevo paso para que todo sea transformado y convertido conforme a la Voluntad de Dios, para que las almas alcancen la vida eterna y la alegría de estar haciendo el bien y cumpliendo el bien donde estén.
Por eso los llamo, hijos Míos, para darles Mi bendición en esta nueva tarea y en este nuevo compromiso que hoy asumen ante Su Madre Celeste, sabiendo que esta consagración que hoy viven en el Santuario de Fátima abre las puertas para que puedan recorrer el camino de su pureza original, inocencia que el mundo entero deberá recuperar, urgentemente, por haberse apartado de Dios y, principalmente, de la Verdad Suprema.
Por eso este paso que hoy dan, hijos Míos, no solo es por ustedes sino también por el mundo.
Mi intención maternal es que siempre oren juntos, todas las veces que puedan, por las almas que deben regresar a los brazos de Dios y recuperar su pureza esencial, contaminada por la adversidad y la ilusión mundial.
Sus oraciones siempre llegarán a Mi Corazón maternal porque siempre recordaré y nunca olvidaré lo que les he pedido.
Su consagración es un paso por muchos más, por los que lo deberán dar algún día y que por temor, fracaso o error no consiguen hacerlo. Así como Yo los acojo, los abrazo y los recibo en Mi Corazón Inmaculado, reciban en sus corazones a sus semejantes.
Sean el testimonio del Amor de Cristo para toda Europa. Compartan ese amor que hoy reciben de Mi Corazón Inmaculado y hagan feliz a Jesús para que Él siempre retorne en Divinidad y en Espíritu para derramar Su Misericordia en la Tierra y cerrar los abismos de la ilusión y del mal, a fin de que las almas recuperen la esperanza de estar aquí y despierten a su misión en este tiempo.
Oremos juntos al Padre Celestial porque Él es el que concede este tiempo de Gracia extraordinaria en el mundo y atrae hacia sí a todos sus hijos para colmarlos con Su Amor, para impulsarlos con Su Misericordia, para redimirlos y curarlos por el impulso de Su Divina Luz.
En el nombre del Amor de Dios, recemos: Padre Nuestro (en portugués).
Que Mi Corazón y Mi Vida siempre sean el portal que, a través de Fátima, los lleve hacia la paz. Amén.
Yo los consagro y los vivifico en el Amor de Cristo, nuestro Señor y Redentor. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Por pedido de Jesucristo les agradezco por haber cumplido esta primer etapa de esta peregrinación y, esperamos ardientemente, bajo la Llama del Amor de Dios, que las gracias y las misericordias del Padre Eterno se derramen sobre todas las naciones.
Les agradezco.
Pueden cantar a Mi Corazón.
Canción: Himno de los Hijos de María.
Si no comprendes las Obras del Señor, únete a ellas, porque algún día las comprenderás. Yo solo necesito que amen lo que les pido y que lo hagan siempre bien, para que el Padre que está en el Universo sea honrado y glorificado y las almas puedan ser partícipes de Su Gracia por medio de los que responden a Su llamado.
No intentes comprender lo que sucede en este tiempo porque no lo conseguirás. Aférrate a la dulzura de Mi Corazón, porque así todo lo comprenderás a su debido tiempo.
Las señales que Yo traigo para la humanidad son para generar el gran cambio de la consciencia y en algunos casos será doloroso y difícil, pero toda mudanza tiene un porqué y un sentido.
Yo necesito, compañeros, que se sumerjan en la Comunión Conmigo para que siempre puedan tener disponibles Mis Dones, que serán estrellas guías en sus caminos y sobre todo, en su mundo interior.
Hoy vengo a buscar descanso en los que no se cansan de estar en Mí.
Hoy vengo a buscar refugio en los corazones fieles a Mi Presencia, en los que se unen a Mí todos los días bajo el espíritu incondicional y bajo la protección del amor.
Hoy, Yo vengo desde el Cielo para darles algo. A través de Mí traigo las profecías del Cielo, las que hoy muestro a algunos para que puedan comprender lo que vendrá.
Después de que Yo haya salido de aquí, después de haberlos bendecido, esto llegará y se manifestará; por eso, busquen vivir en Mí y únanse a través de Mí con todo el Universo.
Allá arriba está lo que en verdad necesitan. Allá arriba está lo que ustedes vivirán después, pero para que lo que está arriba pueda descender, deben estar conectados con la Fuente y las soluciones llegarán.
No hay prueba en esta vida que no tenga respuesta; por eso, Yo les traigo esa respuesta y por medio de la profecía, les traigo la revelación.
He pedido llegar a este humilde lugar para poder decirles esto, porque aquí, nadie contrario a Mí, los encontrará.
En el refugio de las Comunidades Yo protejo a Mis ovejas. Cuando Mis ovejas están dispersas y no escuchan el llamado del Pastor, no las puedo proteger y tengo que llegar a ellas de alguna forma, por medio de alguna señal o de algún mensaje para que vuelvan a Mi Camino, para que retornen a la Morada del Padre Celestial.
Los rebaños en este tiempo están presentes en esta Tierra, no solo para aprender a pastar nuevos atributos, sino para vivir una transición y una purificación; algo que nadie ha vivido en ningún otro tiempo. Por eso las almas temen a la presión de estos tiempos. Pero Yo les vengo a quitar esa presión que podrán estar viviendo en este tiempo.
Si estoy aquí, es porque Mi Padre lo quiere. Si estoy aquí, compañeros, es porque vengo a ofrecerles Mi Corazón, como ese Manantial inagotable que los renovará, y los purificará y los aliviará.
Por medio de la Palabra del Hijo de Dios les traigo la profecía, algo que no puede comprenderse con la mente; solo se puede sentir con el corazón, aunque sea un misterio.
Algo grandioso podrá ser vivido aquí en Europa, pero dependerá de esa adhesión incondicional con el gran Mensajero de Dios.
Si están aquí es porque les corresponde estar aquí y no en otro lugar. Los que hoy no están aquí es porque les corresponde estar en otro lugar, es decir, en otra escuela y en otro aprendizaje.
Todo lo que viven tiene un sentido y un camino. Yo les vengo a revelar por medio de Mi Palabra, el sentido de ese Camino, aunque sea un camino doloroso o un camino alegre.
Yo los invito, compañeros, a encontrar sentido a todo lo que viven en la vida, porque así no se amedrentarán; encontrarán respuesta a todo lo que necesitan y comprenderán el porqué de lo que sucede.
Siento que no están comprendiendo lo que les estoy diciendo, sus mundos internos sí comprenden; sus almas sí escuchan.
Sus corazones pueden sentir o no Mis Palabras, pero si Yo estoy aquí es porque les estoy indicando donde deben estar, que es aquí, en esta parte de la Obra que Yo llevo adelante con ustedes por una Voluntad aún desconocida por todos.
En esa serenidad que hoy les traigo, les pido que se abran al entendimiento de Mis Palabras, porque ya no hay tiempo.
Lo que deberá construirse para el próximo ciclo es importante. Aún hay muchas almas en Europa que esperan por su servicio. Que salgan de sus hogares, de sus modos de vida, al encuentro de cada una de ellas, así como Yo en estos dos últimos meses, junto a Mi Madre y San José, hemos ido al encuentro de esas almas. Y aquí tienen un ejemplo vivo de esto.
Es hora de movilizarse por el Plan, porque en el propio movimiento y en el propio flujo, en el propio sentido de la energía y de la corriente universal, se transformarán sin percibirlo y ayudarán a construir lo nuevo en lo que ya está viejo y arcaico.
El Plan de Dios no es hermético, el Plan de Dios no es sólido, él vive un dinamismo constante, porque la Fuente Superior lo alimenta para que se pueda realizar.
Ese Plan aún debe cumplirse y ustedes deben ser conscientes de esto en el esfuerzo, en la dedicación, en el servicio incondicional, en la presencia y en la adhesión a todo lo que se pide, por más que no se comprenda.
El Plan como un todo está basado en el amor y es ese amor lo que le da su propia inteligencia para que las almas despierten y lo vivan.
Hoy les traigo el Rayo de Mi Soberanía y de Mi Fortaleza, el Principio del Gobernante, porque es hora de que el Propósito Divino se alinee correctamente en sus espíritus, para que lo que está allá arriba en el Universo pueda descender. Solo podrá descender a través de instrumentos, por medio de vehículos, de almas y de esencias.
La ayuda del Universo está disponible para todos, las respuestas a todos los cuestionamientos están disponibles. Dios es pleno en Sabiduría y también en Ciencia. Aprendan a superar las dudas de la vida, las barreras y los obstáculos que les puede estar imponiendo su consciencia inferior.
Colóquense en el epicentro del Amor Universal y dejen que sus células se expandan por medio del fluido de ese Amor Universal que llega para mostrarles la correspondencia y el sentido de los próximos pasos del Plan Divino de Amor.
Solo espero que no pierdan la oportunidad; no me cansaré de avisarles hasta el último momento, porque por detrás de todo lo que no parece concretarse, se está construyendo en los mundos internos una gran obra que los dichosos de espíritu y los humildes de corazón vivirán y podrán ver con sus propios ojos, lo que con tanto esfuerzo ha sido construido.
Nadie tiene el poder en todo lo que les pido, ni Yo mismo tengo el poder en todo lo que les hablo. ¿Comprenden lo que les digo?
Todo proviene de Dios y si Él lo piensa y lo siente, se concreta. Pero Sus hijos, Sus más pequeñas criaturas de esta humanidad, son llamadas a ser partícipes de ese Pensamiento y de ese Sentimiento de Dios, que los quiere llevar a expandir su consciencia más allá de lo normal y de lo superficial.
Si Yo estoy aquí es porque Me estoy ofreciendo para eso.
Las bases de esta comunidad ya deben despuntar en el firmamento. Las columnas de este Centro Mariano ya deberían estar erguidas, porque él llevará su tarea y su misión espiritual como contraparte del Santuario de Fátima, para acoger a todas las almas que no son comprendidas, que son rechazadas, que son discriminadas y que son expulsadas por su pobreza espiritual o material.
La esencia de Lys y la pureza de Lys está en su humildad y paciencia, es eso lo que la hace verdadera, eso es Lys en la Madre de Dios.
Ustedes deben ser manos que extiendan ese misterio. Por eso deben dejar salir desde dentro de ustedes aquello que ya no los ayuda espiritualmente. Es hora de renovar las bases de este pilar en Europa; no solo por Europa sino también por África.
África espera por ustedes. Ya hemos dado muestras, compañeros, cuan urgente es la ayuda para Mis hijos de África. Cuando ustedes den el paso, Yo podré llegar a África para llevar a todos hacia Mi Misericordia, así como Yo los he llevado a ustedes desde el principio.
Solo espero que eso se cumpla y se materialice. África debe ser parte de la columna de Mi Misericordia. Y aunque sé que existen allí misioneros valiosos y almas servidoras que alivian el sufrimiento, aún a África le falta su principal columna espiritual, que es un próximo Centro Mariano que dependerá de este, para que se pueda manifestar conforme la Voluntad Divina.
Eso llevará muchas almas de los abismos hacia Mi Misericordia, de la esclavitud a la libertad, de la explotación para la alegría eterna de poder reencontrar a Dios por medio de los Centros espirituales que sirvan a la Jerarquía.
Ya tuvieron treinta años para poder comprender esto. Es hora de unirse por amor a Mi Sagrado Corazón; es hora de construir y no de dividir; es hora de hermanarse, de confraternizarse; es hora de iluminarse y de no oscurecerse; es hora de llevar adelante el designio que Dios les entregó por medio de Mi Corazón a través de la Fuente de la Instrucción.
Las bases de sus conocimientos ya están erguidas. Es hora de terminar de construir el Templo para que Dios, en Su más infinita Sabiduría y Compasión, habite dentro de ustedes para siempre y así se realice el Plan.
No se queden en lo humano. No permanezcan en lo mental. Pregunten a sus corazones: Padre, ¿qué estoy haciendo? Padre, dame la respuesta que necesito. Abre mis ojos a Tu Voluntad y ayúdame a cumplirla, según Tu deseo y Tu divino pensamiento y así sabrán amar más, como Yo los amo, como Yo los entiendo, así como Yo los acepto.
No tendré otro día ni otra hora, otro ciclo u otro tiempo futuro para venir a decirles esto. Esta es la única vez que podré decirlo. Esta es la única vez en donde ustedes podrán penetrar profundamente en Mi Corazón para que solo acepten lo que necesito, que va más allá de la vida humana, de las incomprensiones o de las dudas que puede estar imponiendo Mi enemigo.
Por eso hoy, el Gobernador del Cielo, el Espíritu de la Sabiduría y del Amor, viene a traerles claridad y transparencia espiritual a sus mundos internos, a fin de que sean colmados por Mi Espíritu reparador.
Me tomo este tiempo porque no tendré otro y estas palabras sirven para todos, no importando la escuela en la cual se encuentren, o vivan. Las palabras son para el despertar del amor en los seres, para la expansión de la consciencia de los últimos Cristos de los últimos días.
No quiero que más almas pasen por la puerta de la Justicia. Deseo que muchas más almas atraviesen la puerta de Mi Misericordia, porque así Mi Corazón triunfará, así como está escrito en el Cielo.
He escogido este lugar bendito para decirles esto. Dios aún toca con Su Mano este lugar y quiero que nunca más se olviden de esto, porque a pesar de que estén purificando o sufriendo, Dios tiene Su Mano en este lugar y debajo de Su Mano están todos ustedes. ¿Comprenden?
Si Dios tiene Su Mano aquí, es porque es por algo mayor que aún sus mentes no comprenden. Deben amar la Voluntad de Dios para comprenderla, de lo contrario, vivirán muchos obstáculos para poder comprenderla.
Sean partícipes de este misterio y de esta revelación que hoy les traigo.
Aquí, Dios por medio de Su Hijo, hoy deja plasmada Su Voluntad, para que alguien la cumpla, para que muchos más se animen a cumplirla, no solo por este lugar, sino también por toda Europa y Rusia; porque aún Rusia deberá ser partícipe del perdón y eso está en sus manos.
En Mi Silencio podrán sentir Mis Palabras y en Mis Palabras encontrarán las llaves que necesitan para abrir las puertas hacia lo nuevo, para lo que aún deberá descender desde el Universo.
Es así que hoy Me ofrezco en Cuerpo y Sangre, para que vivan en Mí ese Misterio y lo hagan parte de sus seres todos los días, sabiendo que hay algo superior y mayor que mueve todo, que los conduce y que los guía en estos tiempos cruciales en donde el amor batalla contra la indiferencia.
Elevemos al Cielo nuestra gratitud y reciban en sus corazones el apelo de Dios, el deseo más profundo de Su Espíritu, para que en Europa se realice lo que está escrito conforme en los libros sagrados del Universo.
Celebraremos esta comunión con lo Alto y con lo profundo de ustedes, para que más almas sean merecedoras de este Misterio y de su revelación, que Yo les traigo a través de la Comunión.
Incienso.
Aquí existen almas que lo darían todo por Mí, por eso estoy aquí, a la espera de ese momento.
Los ángeles del Reino de Lys hoy se congregan en torno al Señor y de todas las almas presentes y no presentes, para que, ingresando a ese Universo de Amor y de Pureza las puertas se abran a la redención de los corazones y a la conversión de los espíritus que deben convertirse en nuevos cristos.
Por medio de los elementos de la Naturaleza, las leyes inmateriales se manifiestan y en la Tierra se siembra el Propósito de Dios; algo que sus almas reciben para siempre y de lo cual deberán cuidar.
Agua
Vuelvo a testimoniar lo que una vez hizo Mi primo Juan Conmigo, de bautizarme con el Espíritu; pero hoy Yo no solo los bautizo con el Espíritu, sino también con la Gracia que convierte y redime lo imposible. Amén.
Este es Mi Cuerpo que ha sido entregado por los hombres para el perdón de los pecados. Coman de él y sean partícipes de Mi Gloria. Amén.
Esta es Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza que fue derramada por los hombres para la remisión de los pecados. Beban de ella y sean partícipes de Mi Misericordia.
Pai Nosso...
Estos son los elementos que les darán la vida eterna. Dichosos son los invitados a servirse de este Sacramento, en comunión con los santos y los ángeles del Cielo.
Vayan en paz y sean Mi Palabra en el mundo.
Las bases espirituales de este Centro ya están manifestadas. Es hora de trabajar y de concretar el Plan, así como Dios lo desea en Su más profundo ardor, para que se cumpla el amor en esta Tierra.
Después de ser bendecidos tienen que bendecir, fraternalmente, con el saludo de la paz.
Les agradezco por escucharme de corazón y de alma.
Yo los amo y los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
No tengan miedo.
Soy la Reina de la Paz, la Virgen de Schoenstatt, Madre de todos los pueblos, Virgen de todas las culturas, Madre de todas las lenguas y Reina del Amor.
Vengo al mundo como la Madre del Universo, para retirar de sus corazones todo lo que los aparta del amor, todo lo que los aleja de Dios, todo lo que no es parte de Su Divino Plan.
Por eso he venido a Viena, para concluir la misión que Mi Hijo ha comenzado, para poner fin al sufrimiento de los seres humanos; especialmente aquellos sufrimientos que han marcado la historia de la humanidad y que nadie, nadie ha conseguido borrar.
Por eso vengo del Cielo, para anunciarles que Yo Soy su Madre, la Madre que ama a Sus hijos, Madre que comprende a la humanidad y a sus errores, Madre que ha venido al mundo muchas veces, para dar advertencias a la humanidad, para corregir a la humanidad, para llevarlos por el camino del amor.
Están a tiempo, hijos Míos, de vivir todo lo que Yo les prometo y les traigo, de transformar sus vidas según Mis designios, de formar parte de Mis comandos celestiales y de hacer de este planeta un planeta en redención, junto a todos los Reinos de la Naturaleza.
Recuerden entonces, hijos Míos, el incondicional servicio de su Ángel de la Guarda, que está allí, presente cerca de ustedes, para llevarlos de la mano al Designio de Dios, para retirarlos del camino del constante sufrimiento y de la agonía que muchas almas viven en muchos grados de la consciencia.
Por eso vengo, por medio de Mi Gracia, para concederles la Gracia de Dios, la que necesitarán para despertar la consciencia, la que precisarán para vivir en la vida los Principios de Dios conforme a Su Voluntad.
Quiero que abran sus consciencias al Universo y a todo lo que existe más allá de este planeta y de esta humanidad.
Los invito, hijos Míos, a mirar hacia lo Alto, a encontrar en el Infinito su historia y su origen, a reencontrar su camino según la Voluntad de Dios y hacer de este camino un camino sagrado, para que en ustedes y a tiempo despierten las virtudes de la Divinidad y estas sean parte del proyecto de la redención de la humanidad.
Vengo a abrir los ojos de sus consciencias superiores, buscando en todo este camino la unidad, la que los llevará a estar en la sabiduría, en la alegría de servir a Dios y sobre todo, en el camino de la fe.
Austria, como toda Europa Oriental, aún necesita cicatrizar sus heridas más profundas de la guerra.
Vengo a concederles Mi Gracia maternal a ustedes y a sus últimas generaciones para retirar el dolor de sus corazones, el odio o el rencor por haberse sentido aparentemente abandonados por Dios.
Pero Dios estuvo en ese momento contemplando a Sus hijos y Me envió al mundo en aquellos tiempos, para anunciar Mi Mensaje en Fátima, a fin de rescatar a muchas almas, a muchas familias que escaparon del sufrimiento y de los horrores de aquellos tiempos.
No quiero, hijos, hacerles recordar el pasado, sino sumergirlos por medio de Mi Corazón en el eterno presente, en donde encontrarán el Designio de Dios para cada una de sus vidas y consciencias.
Vengo a animarlos a renovar los tiempos y a hacer de estos tiempos grandes momentos de perdón y redención.
Los invito a seguir viviendo la Escuela de la Oración, porque con la oración en sus vidas y especialmente en sus corazones, podrán percibir, hijos Míos, cuál es el nuevo camino que deberán recorrer en este tiempo.
Por eso estoy aquí, con todos los ángeles del Universo, los que cantan el Gloria a Dios, para ofrecerles la consagración a Mi Inmaculado Corazón.
De esta forma, hijos Míos, en esta consagración tan simple, pero verdadera, que sus vidas Me pueden ofrecer en este momento, no solo podrán ayudar a sus familias, que también necesitan del perdón y del Amor de Dios, sino también ayudarán a toda Austria y más allá de ella, irradiando por medio de su consagración la renovación del tiempo y de la humanidad, de la que forma parte Europa Oriental.
En este momento, ante la Presencia del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, es concedido un nuevo paso a sus consciencias, que quieren ser llevadas por el camino del despertar, para que algún día bajo la aspiración de Mi Corazón se sientan motivados a servir al mundo y a su humanidad, extendiendo junto a su Madre Celeste esta red de Luz, de oración y de perdón.
Aún Europa necesita de mucha misericordia por todo lo que le debe a África y a América.
Los invito a convertir los errores de todos los tiempos en amor, así podrán ser corazones sinceros, que escuchen el Llamado de Dios y se animan a dar un paso en nombre del Amor.
Por eso les traigo la Paz, para que la Paz se conciba en sus vidas y para que la Paz triunfe en la humanidad.
Llegamos ahora al momento de su consagración.
Que suene la música de los Hijos de María, para que Yo pueda bendecir a los que hoy se consagrarán.
Y hoy llamo a Austria a la renovación y a la esperanza, a fin de que se alcance en este lugar el perdón y el amor en los corazones que más lo necesitan.
Ahora, hijos, que están a Mis Pies y que conocerán Mis misterios, háganme en el silencio de sus corazones una petición sincera, a fin de que Yo la pueda llevar a Dios para que se pueda cumplir según la Voluntad Divina.
Que esta petición no sea solo algo para sus vidas, que hoy se renuevan en el Espíritu Santo, sino también sea una petición por la humanidad, que clama por amor y alivio al sufrimiento. Que así sea.
Bendigo en el nombre de Mi Hijo esta agua, para que sean bautizados y bendecidos por el fuego del Espíritu Santo de la Madre de Dios y los talentos de sus corazones despierten en honra al Triunfo del Sagrado Corazón de Jesús. Amén.
Yo les agradezco por responder a Mi llamado.
Que la Paz y el Bien desciendan sobre Austria y todas las almas que aquí se congregan.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ahora provengo de un lugar que muchos no conocen, un lugar en el cual fui recibido una vez y desde donde retornaré al mundo. Lo pueden conocer como la Casa del Padre, la Fuente Celestial o el Universo.
Provengo del Corazón de este Universo, que se ofreció para gestar la vida y la Creación, para que todas las almas pudieran vivir una experiencia de amor verdadero y alcanzable, para que las almas pudieran vivir una experiencia de redención y de perdón.
Vengo desde ese Corazón que pulsa en el centro del Universo y desde ahí me envía el Padre al mundo, para poder proclamar Su Palabra de Salvación y de Luz, para traerles los impulsos que necesitan a fin de que sus consciencias puedan despertar a la verdadera realidad que emerge del Corazón del Universo.
Hoy les muestro Mi Faz de Universalidad.
Soy Aquel que estuvo entre ustedes hace más de dos mil años atrás.
Soy Aquel que resucitó, que padeció por ustedes y que se ofreció a ustedes por amor; por un amor que aún no es conocido.
He aquí a quien ascendió a los cielos y está cerca del Padre Celestial para darles a conocer la inmensidad de Su Misericordia, la gran bondad de Su Alma Eterna, la Infinitud de Su Amor por cada una de las criaturas que surgieron de este Universo, para vivir una experiencia de amor y una gran oportunidad de perdón.
Aún la historia de la humanidad no ha terminado, ni tampoco su pasado ha sido disuelto. Aún el Universo necesita curar a la humanidad y para que eso sea posible, primero deberán curar sus corazones, para que después se pueda curar el mundo y finalmente se pueda redimir.
Con Mi Mensaje Universal vengo a retirarlos de la superficialidad de estos tiempos, de la ignorancia de estos tiempos, de lo que los separa de la Verdad y del Amor.
No quiero instituir en ustedes una nueva iglesia. Quiero instituir en sus corazones Mi eterna Iglesia Celestial que es invisible, superior e infinita ante los ojos de los hombres.
Crean, compañeros, en el manantial que existe dentro de ustedes, en el universo que existe dentro de ustedes y que ningún hombre les podrá quitar.
Los invito a religarse al espíritu de Mi Universalidad, porque si ustedes contemplan el Universo, contemplarán la Creación y alcanzarán el propósito de sus vidas.
Necesito Nuevos Cristos que sientan como Mi Corazón y como Mi Alma; que conozcan la inmensidad de Mis Obras, que van más allá de todas las iglesias de la Tierra.
Porque Yo ascendí a los cielos por ustedes y vengo del Cielo por ustedes, para revelarles Mi nueva Tarea y el propósito que el Padre Celestial depositó en Mi Misericordioso Corazón.
Por eso, los invito a abrir la consciencia para que sepan que soy más que Jesús, un hombre humilde que vino a la Tierra, para enseñarles sobre el amor y la importancia de la instrucción para sus vidas.
Superen los límites de la materia. Abriendo sus consciencias, sus corazones sentirán Mi Presencia y sabrán que desde donde vengo es un lugar especial para todos, en donde todos pueden comulgar con esa preciosa Energía Divina que se ofrenda de tiempo en tiempo, que se muestra de ciclo en ciclo, para que las almas puedan reconocer la Voluntad de Dios.
No vean al Padre como un juez. Vean al Gran Único y Eterno en la infinitud de Su Misericordia. Reconozcan en su interior los atributos que Él les entregó por amor. Sagrados Dones de Su Espíritu que deberán despertar sus talentos, para que al igual que muchos hombres y mujeres de la Tierra, se animen a servirlo plenamente, viviendo el servicio con alegría y con un profundo gozo en el corazón.
Yo vengo desde ese lugar del Universo, para que sepan que soy más que un nazareno y que vine aquí, a la Tierra, así como vengo en este tiempo para llevarlos al Universo de Mi Verdad.
En la Universalidad de Mi Corazón, la que ustedes pueden encontrar, no tendrán restricciones ni límites. Porque lo que proviene de la Fuente y está en el Corazón del Hijo de Dios, invita a las almas a vivir los Proyectos del Padre y a realizarlos en este planeta por medio de la donación de las almas.
Los invito, compañeros, a encontrar Mi Espíritu Divino más allá de las formas y de las religiones; porque Yo provengo de un lugar superior que concibió la gran oportunidad para el mundo de traer a la Tierra el Amor y la Redención, a fin de que todos los seguidores de Mi Corazón, algún día se volvieran testigos de Mi Presencia y de Mi Palabra.
Es así que Yo no los vengo a evangelizar, ni tampoco los vengo a comprometer. Les vengo a traer el mensaje del despertar, porque este mundo y esta humanidad debe salir de la inercia en la cual se ha colocado, para que viva su gran transformación en nombre de todo el Universo y de toda la Creación.
Anímense a dar ese paso y háganlo más allá que Mi Nombre. Háganlo por todo el Universo, por la verdadera experiencia de amor que vivieron en otros tiempos, la cual hoy les traigo para que puedan recordar y así despertar.
No están aquí, en este planeta, solamente por una vivencia humana. Son parte de un Propósito y de un gran Plan Infinito, que fue pensado y meditado por la Fuente y entregado a los grandes Arcángeles de la Creación, quienes en el nombre del Amor y de la Sagrada Unidad han gestado los proyectos en todos los universos y especialmente dentro del universo interior de cada ser.
Por eso reconozcan su filiación con lo Alto. No les pido que se vuelvan religiosos. Les pido que sus vidas se rediman y se conviertan según Mi Mensaje, para que los Atributos de Dios puedan emerger en sus corazones.
Desde ese lugar del Universo vengo a ayudar al mundo y no me detengo por los que han quedado para atrás. Sigo adelante por los que Me acompañan. Cada alma tendrá su momento ante Nuestro Señor y eso es algo irrefutable.
Por eso con la consciencia que les traigo y con todo el Amor que les entrego, establezcan esa alianza con el Universo y sigan elevando sus consciencias, no solo a través del servicio o de la oración, no solo a través de la fraternidad y de la consideración, sino también a través del despertar de la consciencia para lo que verdaderamente cada ser de este planeta se ha comprometido a realizar en nombre de la Creación, por la redención de esta raza y la purificación de este planeta, para el establecimiento de una nueva y sagrada humanidad en comunión y en alianza con todos los Reinos de la Naturaleza.
Así, la historia de esta dolorida humanidad, cambiará para siempre si más consciencias responden a Mi llamado; si más consciencias se animan a buscar dentro de sí la riqueza de su universo interior, que es una memoria inapagable.
Yo necesito, compañeros, que descubran dentro de ustedes lo que verdaderamente son, así ayudarán también a construir los nuevos tiempos y llevarán al mundo la paz y el amor que tanto necesita, para que muchas más almas, al igual que ustedes, se animen a dar nuevos pasos en el sagrado compromiso con el Creador.
Buscando la unión con su universo interior, estarán en comunión con el Universo Superior y las leyes en sus vidas cambiarán y aprenderán por medio del amor y de la alegría. Así serán Mis testigos por medio de la transformación de sus vidas.
Por eso hay algunas consciencias en este tiempo, que temen dar ese paso, prefieren quedar en su resistencia y en sí mismos, para no cambiar. Las almas piensan que sufrirán por poder transformarse. Pero la Ley que Yo les traigo del Universo es totalmente lo contrario.
Anímense a cruzar el portal que Yo he cruzado una vez, aceptando la Voluntad del Padre y realizándola en la Tierra según Sus sagrados designios de la Fuente.
Por medio de Mis Palabras y del Universo que hoy les traigo a todos, disuelvo el pasado de Austria, los hechos de sufrimiento y de dolor, para que en el renacimiento de la Llama de la Fe y de la confianza en lo divino, las almas se animen a dar un gran "sí" al Universo.
Toda la humanidad está frente a una gran elección que podría cambiar el rumbo de los acontecimientos. Por eso, como hace más de dos mil años atrás, pero ahora en todos los lugares del mundo, vengo a llamar a Mis rebaños que vienen con diferentes experiencias, culturas, lenguas e historias profundas que Yo vengo a transformar y a sublimar en la Presencia del Dios Vivo, por medio del Hijo y de Su Corazón.
Celebremos este momento, en donde el Universo Superior ingresa en el universo interior de los corazones, para disolver el sufrimiento y el pasado y hacer renacer la alegría de estar en comunión con lo Alto.
Sean partícipes de este momento, no solo por medio de los Sacramentos, sino también a través de la unión interna de cada una de sus esencias con el Hijo del Amor.
Incienso.
El altar será bendecido para profundizar aún más en la unión interna de los corazones con el Creador y para que Sus Ángeles resplandecientes desciendan a la Tierra y traigan la Gracia, el Perdón y la Misericordia, por medio de la transustanciación; una Ley que hoy se cumple en los corazones que comulgan con el Amor.
Única y poderosa Fuente del Universo, que creaste todo lo que existe y todo lo que vibra y que Te haces presente en el universo interior de cada ser; desciende ahora a la Tierra, para que las almas se liberen del error y renazcan en el poder de Tu Glorioso Amor. Amén.
Por el agua que brotó de Mi Costado, que esta agua de conversión y redención brote como una fuente inmaterial en los corazones que se abran para comulgar con Mi Espíritu. Amén.
Quien hoy se lave los pies, se librará del pasado y se le concederá una Gracia por los méritos alcanzados por Mi Corazón. Amén.
Te ofrecemos, Universo, el Sacramento de la Redención, para que las criaturas de este Universo material, que vibran según Tu propósito y entendimiento, puedan recibir Tus células de Luz, vibraciones sutiles e inmateriales que transforman lo más profundo de los seres, a fin de que se cumpla Tu Voluntad.
La Fuente Inmaterial del Amor que proviene del Universo, encarnó como un hombre para testimoniar al mundo la grandeza del Amor y de la Redención.
La Fuente Inmaterial les entrega el Cuerpo y la Sangre de Cristo para que sus células reciban los impulsos y los méritos que alcanzó el Redentor.
Por eso, hoy les recuerdo el Legado que quedó registrado en la memoria del planeta hace más de dos mil años.
Coman y beban del Cuerpo y de la Sangre de Cristo, para que comulguen con el legado universal, que Dios expresó por medio de Su Hijo.
He aquí el Amor Vivo entre los hombres y mujeres de la Tierra. Felices serán los que comulguen con Él, para recibir la Gracia de la Fuente y la Misericordia del Único.
Que así sea.
Padre nuestro...
Este es Aquel que se entregó por ustedes y que se seguirá entregando. Dichosos serán los que participen de la comunión con la Fuente Inmaterial. Amén
Que en Austria y en Europa Oriental se establezca la Paz, a fin de que los corazones despierten al llamado de la Fuente para renovar los tiempos, para cambiar las formas, para encender nuevamente los espíritus y alegrar los corazones.
En el nombre de la Fuente del Amor y del Centro de este Universo, Yo les doy la Paz, para que sean paz, para que irradien paz, para que lleven la Paz de Mi Corazón a los que más lo necesitan.
Dios bendiga en este día, por intercesión de Su Divina e Insondable Misericordia, a todos los que escuchan Mi Palabra.
Reciban la Paz y la Misericordia de Dios.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Les agradezco por responder a Mi gran Convocatoria Universal.
Ahora pueden darse el saludo de la paz.
¡Les agradezco!
Hoy puedo decir que Mi Llamado ha sido escuchado y que lo promoverán con fe.
Esto es lo importante que hoy he venido a decirles, en compañía de Mi pequeño Hijo.
Soy la Virgen de Schoenstatt. Soy la Madre admirada y vencedora por medio del amor de Mis hijos y de la oración de los fieles a Mi Inmaculado Corazón.
Hoy vengo a derramar en el plano del espíritu una expiación importante para Suiza y en consecuencia, para toda Europa.
Hoy, una huella imborrable, que era imborrable, se disuelve ante Mi Presencia: huellas del sufrimiento, del abandono, de la falta de moralidad y especialmente de la falta de amor.
Se ha cumplido Mi misión en Suiza y para eso debemos celebrar. Porque espero, algún día, volver a estar aquí con ustedes, en estas elevadas montañas de los Alpes para contemplar junto a cada uno de Mis hijos el descenso de la Voluntad Divina, por medio de la vivencia de los grupos de oración y del servicio incondicional a los que más sufren.
Hoy vengo con la presencia de una Madre que comprende y entiende, de una Madre que busca llevar el bien a Sus hijos, más allá de lo que puedan comprender o no del Cielo.
Por eso les traigo la suavidad de Mis Palabras, la dulzura de Mi Mensaje y el Amor profundo de Mi Corazón; para que puedan servirse de ello y seguir transformando sus vidas, sabiendo que Mi pasaje por Suiza no es en vano, que todos los días que vendrán deberán recordar Mi Mensaje. Y algún día, hijos Míos, bajo su ejercicio de oración, podrán ser Mi mensaje vivo en el mundo, testimoniando a la humanidad la Presencia del Hijo de Dios en sus corazones por medio de la comunión reparadora, que consolará a Mi Corazón Inmaculado cada vez que vivan esa comunión interior.
Es por eso que hoy el Pequeño Rey del Universo los consagrará, no solo como hijos de la Madre del Dios Vivo, sino también los hará comulgar con Su Espíritu y Su Divinidad, para que asuman esta misión que Yo les he pedido con entusiasmo, con ese mismo entusiasmo que los ha llevado a difundir Mi Llamado aquí, en Suiza, y que los llevará a abrir las puertas para comprender y acoger el sufrimiento humano, especialmente un sufrimiento espiritual que los ojos no pueden ver. Un sufrimiento espiritual que vive en el corazón de los suizos, un sufrimiento tan semejante al sufrimiento de Mis hijos de África.
No he venido, hijos Míos, para hacer comparaciones, sino para compartir la realidad interior de la humanidad.
Mi Hijo, que hoy está en brazos, les trae Su Espíritu de renovación para que Suiza no solo se renueve, sino también se convierta a la Luz de Mi Inmaculado Corazón; una Luz que viene a tocar lo más profundo de sus almas, lo más íntimo de sus esencias; una Luz que los redimirá y los curará; una Luz que los llevará a la paz.
Que vengan aquí los que hoy se consagrarán a Mi Corazón.
Y a los pies de la Virgen de Schoenstatt, hijos Míos, y ante la presencia del pequeño Niño Jesús, realicen su ofrecimiento a la Madre de Dios y al Rey del Altísimo, para que mucho más sea reparado, para que mucho más sea convertido, para que reciban de Mi Corazón la Gracia Eterna que los llevará a la paz y a la vivencia del amor.
Liberen sus corazones de toda angustia, liberen sus corazones de la perturbación y de cualquier desconfianza. Yo los amo, los entiendo y también los vivo, por eso los he llamado a Mis Pies para liberar los nudos de sufrimiento.
La siempre Virgen de Schoenstatt, la Madre vencedora y admirable, les trae el consuelo del Cielo y del Universo, la disolución de la tristeza para que sus corazones se reenciendan en la fe y en la esperanza de saber que Dios tocará sus vidas con Su Santa Mano.
Y también Dios, que es misericordioso y bondadoso con todos Sus hijos los sostendrá, los guiará, los llevará por el camino de Su Eterno Propósito.
Hoy no solo los bendeciré con el agua, porque Mi Hijo también los bendecirá. También Mi Hijo los bendecirá con la comunión, con Su Cuerpo y Su Sangre, para que Suiza comience a vivir la reparación a Mi Materno e Inmaculado Corazón. Tráiganme aquí agua y comunión para bendecir.
Coloquen sus manos en señal de recepción.
Amable es el Poder de su Madre del Cielo. Invencible es el Amor de Su Reino. Dulce es la Paz que Ella derrama y confortador es el Amor que Ella les dona, para disolver las heridas más profundas de las almas, para llevar hacia sus corazones la Luz del Reino de Dios, la que los santificará, la que los sublimará, la que los consagrará como soldados e hijos Míos.
Por eso, ante la Presencia del Niño Jesús, Rey y Soberano del Universo, que el Fuego del Espíritu Santo descienda sobre esta agua para que se esparzan en Suiza y en toda Europa los Dones del Padre Celestial, Fuente poderosa e inextinguible que llevará a las almas a la Redención y al Amor puro de Su Corazón.
Aquí está el Cuerpo y la Sangre del Dios Vivo; el Dios del Amor, de la Bondad y de la Misericordia, que murió por ustedes en la Cruz para hacerse el más pequeño entre los pequeños, para rescatar a los miserables entre los más miserables.
He aquí el Redentor y el Salvador, el que les da Su Misericordia y Su Paz, para que triunfe el bien y sea derrotado el mal para siempre. Amén.
Los niños llegan al Cielo antes que los hombres, porque su pureza conmueve el Corazón de Dios. Sean como niños y Dios, que es puro en Misericordia, siempre los abrazará.
Elevando sus corazones al Reino de Dios, cantaremos el Himno de la Consagración de los Hijos de María, en español.
Les agradezco por responder a Mi Llamado y los aguardo en Ginebra, para llevar aún más Mi Corazón al mundo.
Les agradezco.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mi dulce Corazón aspira, aquí en Europa, a poder penetrar más con Su Luz para que las almas se sirvan de Mi Misericordia, para que las almas beban de Mi Fuente de Amor.
Cuánto aún tiene para entregar al Mundo Mi Corazón Misericordioso, porque hasta las almas más vacías, las almas que no tienen amor, necesitan de su Redentor.
Por eso he venido a Eslovaquia, no solo por su pueblo, por su tierra y por su cultura. He venido por toda esta región, que ha sido testigo de un sufrimiento imborrable, sufrimiento que hoy se cierra ante Mi Presencia, con la ayuda concedida por Mis compañeros, en cualquier parte del Mundo.
Me sirvo de esos corazones nobles, porque sé que pueden despertar a la humildad; porque sé que pueden despertar a un servicio incondicional para que toda la Obra, que se vivifica en el Cielo, pueda descender a la Tierra por intermedio de Mis servidores.
Hoy vengo con lo más sublime del Cielo a retirar lo más pesado de la Tierra. Es así que, de forma imperceptible, su Maestro y Señor viene a elevar a las almas al Reino de Dios.
Desde el momento en que ustedes Me dijeron "sí", Yo pude venir hasta aquí, y hacer prodigios en los planos que nadie puede ver, en donde existe la verdadera necesidad, por la que solo su Maestro y Su dulce Madre, la que está en los Cielos, pueden interceder.
Eslovaquia es un pueblo que necesita de reconstrucción espiritual, por medio del dogma de la fe y de la vivencia de los Sacramentos, los Sacramentos que Yo he entregado al Mundo para poder revelar a la Humanidad la gran Fuente de Mi Amor, que está más allá de los errores, de los ultrajes y de las indiferencias.
Por eso deseo que las almas conozcan la Fuente del Amor del Señor, porque así se salvarán; porque así recibirán entendimiento y comprenderán mucho más el Universo Celestial, así como su Maestro y Señor lo comprende y lo vive.
Por medio de la Fuente de Mi Amor podrán vivificar la Voluntad de Dios, podrán hacerla parte de sus vidas, podrán atraer al mundo la Paz, cuando tan solo se animen a amar esa Voluntad desconocida.
Eslovaquia es un pueblo que precisa del Amor de Dios. Por eso, su Rey y Señor está aquí, trayendo desde la Fuente Divina no solo las Gracias internas que requieren, sino también el Amor que necesitan para aprender a atravesar estos tiempos definitivos.
Es el mismo amor que Yo concibo en las almas para que vivan Mi Camino. Es este mismo Amor el que Yo derramo en los que más lo necesitan, en los que están en este plano y en los que están en los otros planos, porque Mi Amor es una Fuente que penetra en todos los espacios y en los rincones más profundos del ser.
Por eso Yo les traigo la revelación del Amor de Dios, porque será la base para construir los nuevos tiempos, para construir la nueva civilización y la Nueva Tierra.
En el Amor de Dios está la salvación de las almas, está el gran auxilio para los corazones.
En el Amor de Dios se expresan las Virtudes Divinas, los sagrados atributos que la Humanidad necesita para poder redimir al planeta y a la propia raza.
Con el Amor manso de Mi Corazón, con el Amor pacífico de Mi Corazón, con toda la Misericordia de Mi Corazón; hoy vengo a visitar a Eslovaquia, para reconstruir su universo espiritual y también su vida moral. Porque aquí existen almas muy preciosas que Me han traído hasta acá sin saberlo y que esperan por Mi Presencia Paternal desde hace mucho tiempo, que esperan reencontrarme y vivirme, así como muchos corazones en el Mundo Me viven.
De esta forma, compañeros, por medio de Mi Corazón, Yo les demuestro que soy el Señor de la Humanidad, además de ser el Señor de las Naciones.
El Verbo del Amor, el que brota de Mi Corazón, hará que todas las naciones comprendan; que todos los corazones entiendan, independientemente de su país o de su lengua; porque el Amor de Dios, en corazones tan diferentes, hace comprender todas las cosas, entender todos los misterios y revelar todos los secretos que guarda Mi Corazón vivo, como Hijo de Dios.
Eslovaquia deberá ser una tierra prometida, al igual que Polonia; para que cuando venga el Señor, Él que está en los Cielos, y retorne por segunda vez, encuentre a Su pueblo y a esta parte de la humanidad en una devoción plena, en un amor inextinguible, en una fe incalculable que abra las puertas del Universo para el descenso de la Presencia de Dios.
Mi Presencia también habla en el silencio, porque mientras estoy con ustedes, estoy con toda Eslovaquia y con todos los que están más allá de este país. Estoy con Croacia, con Bosnia Herzegovina y con todas las naciones que una vez formaron parte de una misma nación: la ex-Yugoslavia.
Vengo a colocar Mis Pies sobre este pueblo y sobre estas tierras, vengo a animarlos a caminar por el sendero de la esperanza, de la victoria de Mi Corazón Misericordioso.
Cuando las almas me dicen "sí" me permiten llegar a los lugares que más necesitan de ayuda espiritual y de Intervención Divina.
A través de este momento y de esta unión con las almas del Mundo, especialmente con las de Eslovaquia, vengo a celebrar la comunión con ustedes para volver a traer del Cielo las Gracias que necesitan, los Atributos que necesitan, la Misericordia que necesitan para seguir adelante en este camino de la fe y de la esperanza que Yo los invito a vivir diariamente, a través de Mi Sagrado Corazón.
Que hoy se alegren sus vidas, que hoy se conmuevan sus corazones; porque la Misericordia de Dios, a través del Hijo Amado, hace Milagros en las vidas de los hombres en este tiempo de la humanidad.
Los Atributos de Mi Corazón son para todos, es por eso que me digno venir hasta aquí, para que los puedan recibir y queden grabados en el espíritu de todo su pueblo.
Por segunda vez abro la Fuente de la Expiación aquí, en Eslovaquia, después de haberla abierto de nuevo en Polonia.
Alegren sus corazones, porque el tiempo de la gran redención de la Humanidad se aproxima y el sufrimiento humano cesará, para que las almas vivan la felicidad del Reino de Dios.
Que la Fuente de la Gracia de Dios hoy se esparza sobre Eslovaquia y llegue como Gracia Inextinguible a las almas de esta nación. Que así sea.
Que purificados sean los errores. Que purificado sea el pasado. Que purificado sea el presente para que los Dones del Espíritu Santo nazcan en las almas que deben volver al Redentor. Amén.
Que estos elementos del Altar, hoy sean contemplados por el Padre Celestial y transubstanciados por los ángeles del Cielo, a fin de que las almas de Eslovaquia reciban la Gracia que necesitan.
Como hace mucho tiempo atrás, en un día tan semejante a éste, estaba reunido con Mis apóstoles y muchas almas en los planos internos para celebrar la Eucaristía, con el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Por eso tomé el pan, en nombre de todos los hombres y mujeres de la tierra y aceptando el sacrificio, lo elevé a los Cielos, para que la Santísima Trinidad lo bendijera y les dije:
Tomen y coman todos de Él, porque este es Mi Cuerpo, que hoy es entregado en espíritu, alma y divinidad, por las almas de Eslovaquia y de toda Europa Central. Amén.
Tomé el cáliz para que la Santísima Trinidad lo bendijera y les dije:
Tomen y beban todos de él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que es derramada por los hombres, para el perdón de los pecados.
Los invito a hacer esto en Mi Memoria hasta que Yo retorne a la Humanidad.
Este es el Cuerpo y la Sangre de Cristo, que de nuevo se dona incondicionalmente al mundo, para el perdón de los pecados y el establecimiento de la Misericordia de Dios.
Padre Nuestro…
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo ten piedad de nosotros;
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros;
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, danos la Paz.
Mi Tarea se ha cumplido en Eslovaquia.
Que la Paz de Dios siempre esté con ustedes y a donde vayan, porque la Paz de Dios será imprescindible para estos tiempos y para el surgimiento de la Nueva Humanidad.
Los bendigo, con toda Mi Gracia y Mi Misericordia Celestial: En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
En fraternidad, ahora se darán el saludo de la Paz, para que la Paz se propague en el Mundo.
Les agradezco.
Después de más de cincuenta años retorno a Cracovia para traer al mundo la Paz y conceder a la humanidad la Misericordia.
Por esa razón estoy aquí y les he pedido estar aquí, Conmigo, para que las almas se liberen del sufrimiento; un sufrimiento que dejó de ser histórico para convertirse en un sufrimiento milenario.
Por eso, los he traído hacia la Fuente de Mi Divina Misericordia, porque necesito que profundicen en ella, que la puedan conocer más, que puedan profundizar más en ella con la consciencia, porque aún el mundo la necesita.
Pero hoy los traje a un escenario más difícil, a uno de los escenarios más difíciles de la humanidad. Por eso me digné a descender aquí hace tanto tiempo, así como Mi Madre lo hizo en Fátima, para dar a conocer al mundo lo que pensaba y sentía Dios. Pero aún la humanidad no ha comprendido nuestro mensaje, porque no lo ha escuchado de verdad.
Eso trae demoras en el despertar de la humanidad. Por esa razón he regresado aquí, a Polonia, por medio de esta Obra, para que sepan que Mi Obra de Misericordia es una sola Obra, nacida desde la misma Esencia y de la misma Fuente, la que el mundo deberá conocer y no solamente invocar y pedir.
Mientras estoy aquí presente con ustedes, estoy presente con Mis hijos de Polonia y de toda Europa Oriental, porque ya estoy abriendo los caminos con Mi Consciencia Divina y Paternal para poder llegar a Asia y a Oceanía.
Preparando las bases a través de la Fuente de Mi Misericordia, la Obra de la Redención se podrá realizar y ella se podrá llevar adelante, con la ayuda incondicional que muchos han dado para que Polonia recibiera esta oportunidad especial.
Es así que hoy estoy deteniendo la historia de lo que ha pasado; es decir, estoy disolviendo el sufrimiento humano, lo que ha quedado registrado en la consciencia de los hombres y de las mujeres de toda Polonia.
Por medio de Mi Fuente vengo a disolver el sufrimiento, vengo a conceder la paz y traer la esperanza a los corazones, sabiendo que aún hay mucho por hacer en esta humanidad.
Es así, que hoy me presento a ustedes como el Señor de la Misericordia, pero también como el Señor de la Gracia, como el Señor de la Piedad, el Señor del Amor, ya que estos atributos son los necesarios en este momento y para lo que necesitan los hermanos de Polonia, sabiendo que su propia fe los ha salvado.
Es esa fe tan ardiente, tan verdadera y pura que ha permitido esta Gracia, que su Maestro y Señor del Universo retorne a la Tierra, retorne al lugar en donde Él abrió la Fuente de Su Divina Misericordia para que no solo todo se pueda recuperar, sino para que también las almas reciban lo que necesitan en este momento.
Estamos en un momento importante ante el Universo, ante la Iglesia y la humanidad. El Señor de la Misericordia viene a su encuentro, no solo para borrar el pasado, sino también para hacer renacer los espíritus en la Fuente del Amor y de la Unidad.
En esta hora disuelvo lo que ha sucedido aquí, en este pueblo, así como disuelvo en sus corazones, la impotencia que existió en algún momento de no poder sobrevivir. Pero ahora, ante Mi Presencia Celestial, el Maestro del Amor y de la Unidad les vuelve a presentar Su Fuente de piedad y de reparación, para que todas las esencias de Polonia y del mundo se sumerjan en Mi Fuente de reparación y de cura, en la que los códigos del mal serán disueltos para que renazca en ustedes la verdadera luz que son ante el Padre Celestial.
Por eso, en esta tarde en la que Polonia recibe la presencia del Cielo, Yo les ofrezco el Don del perdón y de la reconciliación, para que sean instituidos en sus vidas a fin de que esos dones de Mi Gracia ayuden a reparar a muchas más almas que necesitarán desprenderse del sufrimiento y de la agonía para volver a tener confianza en Dios y sobre todo, en Su Divino Reino.
Con todo el Poder que instituye el Cielo y el Universo, Yo les traigo la Fuente de Mi Divina Misericordia, para que se puedan sumergir en Mi Océano de Amor y los Códigos de Luz se renueven en sus seres y en todo el pueblo polaco.
De este modo Yo les traigo la expiación para que consigan perdonar y volver a amar, sabiendo que todos son parte de una misma Fuente y de un mismo Origen y que, algún día, todos serán uno dentro de esa Fuente de Amor y de Unidad que representa al Padre Celestial.
Que hoy sus rostros no reflejen la tristeza del pasado, porque sé que es una tristeza verdadera por la agonía, por el sufrimiento, por el dolor. Pero Yo les pido que reflejen un rostro de esperanza, porque Dios les ha concedido a su pueblo dos sucesores de Mi Misericordia: Santa Faustina y San Juan Pablo II.
En ellos encontrarán las bases de esa renovación. A través de ellos llegarán a Mi Corazón misericordioso, porque en total incondicionalidad se han ofrecido al mundo después de ascender a los Cielos, para ayudar a la humanidad y sobretodo a Europa Oriental a fin de reparar y de cicatrizar las heridas, heridas imborrables en las mentes y en los corazones.
Pero sepan, compañeros, que en la Fuente de Mi Divina Misericordia todo se resolverá, porque mientras les hablo y Me escuchan, Yo escucho el llanto de los inocentes, los acojo en Mi Corazón paternal y los llevo a la Fuente de Mi Divina Misericordia; una Fuente armoniosa y pacífica para que todos ellos se puedan liberar.
Por eso, en esta hora muchas cosas están sucediendo. No hay enfrentamiento contra el mal o la adversidad. Mi Presencia ha neutralizado todos los espacios. Mi Presencia ha iluminado todos los rincones. Mi Corazón ha concedido el fin de un cautiverio espiritual que ha quedado guardado en el corazón de los polacos.
En esa unión íntima con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, el Señor de la Misericordia y de la Piedad viene a reconstruir a Su humanidad y a Su pueblo, por medio de los siervos que Yo he enviado al mundo, que han pasado por esta Tierra para anunciar y proclamar Mi Palabra y que aún pasan por esta humanidad como embajadores de la paz para proclamar Mi Evangelio victorioso y la llegada al mundo de Mi infinita Misericordia, antes de que se abra la Fuente de la Justicia Divina.
Por eso, compañeros, no solo ustedes ingresen en la Fuente de la reparación de Mi Corazón, sino llévenla a todos los que necesitan de Mi infinita Misericordia, así Yo podré hacer muchos más prodigios, como los que hago en el espíritu de los presentes y de los no presentes, llevándolos a la comunión con Mi Corazón Eucarístico y encendiendo en sus almas el Fuego misericordioso de Mi Amor, el que finalmente curará todas las heridas, liberará a todas las almas y establecerá la paz.
Que se cumpla entonces el advenimiento de la Misericordia en Mis siervos para que el planeta, como un todo, reciba una oportunidad, sabiendo que deberá volverse a Dios para encontrar la cura y la reparación de toda la vida planetaria, especialmente de aquellos acontecimientos que han marcado la historia de la humanidad y de millones de almas que aún no han conseguido liberarse del sufrimiento y del dolor humano.
Pero hoy por medio de Mi Gracia y de la Fuente de Mi Divina Misericordia, su Maestro y Señor viene a reparar a todas las esencias, especialmente a la esencia original de Polonia que a pesar de todo lo que ha sufrido y padecido, no ha perdido la esperanza, la alegría y el júbilo de vivir a su Maestro y Señor.
La prueba del pasado fue realmente difícil, pero la victoria de su pueblo está en la perseverancia y en el dogma de su fe; esto hace regresar la Fuente de Mi Misericordia a Polonia, sabiendo que aún hay tiempo para poder redimirse por medio de los Sacramentos que Yo les he concedido desde Mi Vida pública hasta la Última Cena, llegando a lo alto del monte Calvario en la Cruz.
Todos esos méritos, todos esos dones, todos los poderes de esa Gracia concedida por Dios, forman parte de la Fuente insondable de Mi Misericordia que hoy vuelvo a derramar sobre Polonia y especialmente en las almas que aquí habitan, para que en el próximo tiempo, el tiempo de la gran renovación y del gran cambio, ustedes demuestren al mundo que es posible perdonar, amar y reconciliarse interiormente, a pesar de todo lo que haya sucedido.
Es por este medio de la Divina Misericordia que el Señor y Maestro de Polonia, el Señor de Europa Oriental, viene a este lugar que es bendecido por la Gracia para entregarles nuevamente la comunión con Mi Cuerpo y con Mi Sangre, para que todo se pueda renovar en sus espíritus, para que todo se pueda disolver en sus consciencias, especialmente aquello que les ha impedido seguir caminando en la fe y en la alegría de vivir a Dios en plenitud y en confianza.
Por eso eleven sus corazones hacia los altares de Nuestro Padre Creador, para que en este ofrecimiento y sacrificio del Cordero Unigénito, todo pueda ser reparado y restaurado en la Fuente de la Divina Compasión, concediendo a su pueblo y al mundo la Misericordia de Dios, aquella que disuelve los errores, los sufrimientos y las heridas profundas.
Ofrezcan hoy Conmigo este Sacramento del Altar, para que los ángeles que han venido a Mi encuentro y desde el Reino de Dios, no solo transubstancien la forma del pan y del vino, sino también transubstancien a todas las esencias de Polonia a fin de que se reencienda el Fuego y el Espíritu del Amor consolador y todo se redima, poniendo fin al sufrimiento e ingresando al Portal de Mi Corazón, de Mi Corazón de Alegría, de Esperanza y de Júbilo.
Con estas palabras que hoy les traigo desde el Cielo, los invito a celebrar esta Eucaristía en nombre de millones de almas más en el mundo que en muchos rincones de la Tierra, como en muchas naciones del Mundo, esperan por la Fuente de Mi Divina Misericordia.
Quiero que en esta tarde de celebración y de profunda reparación lleven esta Fuente al mundo, por medio de la comunión con Mi Cuerpo y Mi Sangre, estableciendo así en sus consciencias el estado de Mi Gracia eterna.
Celebremos entonces este momento, por todos los sacerdotes, por todos los religiosos, por todos los creyentes y los no creyentes, por todos los que necesitan sumergirse en la Fuente de Mi Misericordia, concediendo a su pueblo y a la humanidad esta expiación extraordinaria que hoy Mi Corazón trae del Cielo para derramarla en sus corazones, como un Cáliz renovado por la Sangre del Cordero. Amén.
Incienso.
Y todos los que Me escuchan en cualquier lugar del mundo, también ofrezcan este sacrificio junto a su Maestro y Señor, para que la paz no solo llegue a los corazones, sino también a las naciones del mundo que viven los conflictos y las guerras de estos tiempos.
Envío ese Rayo de Mi Misericordia de una forma especial y muy amorosa para Egipto, Siria, Irak, Nicaragua y Venezuela. Que todas esas almas que allí se encuentran, hoy sean merecedoras de la Divina Misericordia, para que no pierdan la esperanza y la aspiración de volver a encontrar a su Maestro y Señor cuando Él retorne al mundo por segunda vez y para poner fin al sufrimiento humano, para instituir el espíritu de la alegría del Reino de Dios. Que así sea.
Que los elementos del altar sean transubstanciados por la presencia de los ángeles del Cielo y así el Espíritu de la Renovación se pueda instituir, trayendo la Paz y la Misericordia al Mundo.
Felices hoy serán los que vivan este Sacramento, porque podrán reconocer a Aquel que vendrá entre las nubes, trayendo la Gloria de Dios y el regreso del Reino de los Cielos, como fue en el principio.
Que el Espíritu Santo descienda sobre este elemento para que él esparza sus Dones en Polonia y el mundo.
Con el agua los purifico y también los consagro.
Con el agua los elevo y también los trasciendo.
Con el agua los sublimo y también los santifico.
En esta Cena que hoy les ofrezco, se volverá a desvelar un misterio que se encuentra en el centro de Mi Corazón, que es el Misterio del Amor vivo de Dios en todos los seres y en todas las criaturas que Él ha creado a Su Imagen y Semejanza. Es hacia esa llama poderosa del Amor que deberán retornar y regresar siempre, porque en el Amor de Dios se encuentra la Fuente de Mi Misericordia.
La Sangre y el Agua que brotó del Cordero es la Sangre que santifica a las almas y las redime espiritualmente.
Por todos los que obran en Mi Iglesia de la Tierra y en Mi Iglesia Celestial, hoy ofrezco este Sacramento para que se esparza como Luz en el mundo y las tinieblas se disuelvan.
Tomen y coman todos de Él porque este es Mi Cuerpo que es ofrecido por el Cordero Inmolado y entregado por los hombres para el perdón de los pecados. Nunca olviden hacer esto en Mi Memoria.
Tomen y beban todos de Él, porque esta es Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza que es derramada por los hombres para el perdón de los pecados. Beban de esta Fuente de amor y de reparación para que todo sea curado, dentro y fuera de los hombres de la Tierra. Este es el Cáliz de la Concepción Original, el Cáliz de la Santísima Trinidad que se ofrece en lo más simple y humilde, para que sea bebido por los hijos de Dios a fin de renovar todos los tiempos.
Este es el Sacramento de la fe de todos los hombres de la Tierra. Benditos sean los que comulgan de Él para renovar sus consciencias, familias, pueblos y naciones para que triunfe el poder de Mi glorificado y misericordioso Corazón.
Oración: Padre Nuestro.
Escucharemos ahora el Padre Nuestro en polaco.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros (se repite dos veces)
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, dadnos la paz.
Felices serán los invitados a beber de la Sangre y a comer del Cuerpo del Cordero para que todo sea renovado.
Es de esa forma que Yo les concedo la Paz, para que vivan en Mi Paz y sean Mi Paz.
Vayan en Paz y lleven la Paz, porque así el mundo será reparado y toda la humanidad será consolada de sus innumerables sufrimientos.
Yo les agradezco por haberme ayudado a llegar hasta aquí, para reabrir la Fuente de Mi Misericordia, no solo en Polonia, sino también en Medio Oriente.
Todo se ha consumado.
Los bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Ahora se darán el saludo de paz en Mi Nombre.
Y hoy llevo sobre Mi Manto la bandera de Egipto, porque sé de la importancia de la ayuda humanitaria y de la colaboración de todos los europeos para con el continente Africano y su población. Por eso hoy traigo esta nación a Mis Pies, para que puedan contemplar junto Conmigo la verdadera necesidad de este tiempo, y cuánto las almas esperan por ayuda, para aliviar su sufrimiento y su dolor.
Esta Misión Humanitaria que Yo los invito a vivir es especial para Mí, y será concomitante a la Misión de la Madre de Dios en Europa, porque en verdad, queridos hijos, todo está unido en una misma esencia y bajo un mismo propósito.
Yo los invito, queridos hijos, a contemplar la diversidad del Plan de Dios, para que Él pueda cumplirse en la superficie de este Planeta, con la adhesión y la ayuda de todos Mis hijos del mundo.
Yo los invito a orar por esta nueva Misión que acontecerá en Egipto, para que las puertas de la Misericordia se puedan abrir en ese lugar y la Gracia de la Madre Celeste no solo llegue a Egipto, sino también a toda África, por medio del servicio y de la caridad de Mis hijos, del amor y de la dedicación que colocarán desde sus corazones. Será ese amor que podrá nacer de sus corazones el que aliviará el sufrimiento y el dolor del mundo.
Queridos hijos, en este tiempo Yo los invito a ser más conscientes, a seguir apoyando a la Madre de Dios en Su Obra de Paz en el mundo, para que más corazones sean abrazados por la Misericordia de Mi Hijo y sientan en su interior la Paz del Reino de Dios.
Es esta Paz tan oculta e invisible que proviene del Reino de Dios la que quiero que ustedes lleven en sus corazones, para que las almas puedan sentir, en su interior, la oportunidad de reencontrarse con la Esperanza y la Alegría de poder estar viviendo en esta humanidad y de cumplir su misión espiritual en este tiempo; por eso todo lo que ofrezcan a Mi Corazón Inmaculado será importante para que la Obra de Paz se propague en el mundo y especialmente se siembre la paz en las naciones que todo el tiempo viven el conflicto y la persecución.
Yo los invito a ser servidores del fin de los tiempos, más allá de su vida de cristiandad, más allá de su vida de apostolado y de servicio incondicional y abnegado por las almas.
Yo los invito a abrir los brazos para que sus corazones se puedan expandir en el mundo, a abrazar el sufrimiento, a transformarlo con amor y a aliviar a las almas de todos los dolores que ellas sienten día a día, especialmente aquellas que viven los conflictos y las guerras de estos tiempos.
Aún el mundo tiene muchas necesidades espirituales y materiales. El desequilibrio y la desigualdad es la tónica de las naciones en este tiempo.
Ustedes saben, queridos hijos, que esa gran transformación de la humanidad nacerá de los corazones simples y humildes; que a través de los actos pequeños y simples, por medio del servicio, la cura y la instrucción, el mundo podrá recibir nuevos códigos, la tierra podrá ser repoblada de nuevos principios y de nuevos designios.
Esta es la razón por la cual su Madre Celeste y Su Amadísimo Hijo, Nuestro Señor Jesucristo piden las misiones humanitarias a la Humanidad, para que no solo nuevos misioneros se formen en la vida del servicio, sino para que más almas despierten a ese camino de la entrega incondicional por la humanidad y el planeta.
Yo necesito, queridos hijos, que igualen a la Madre de Dios en el camino de la entrega, del sacrificio, de la oración y de la fe, para que estos dones estén presentes en el mundo y todos, todos Mis hijos del mundo, sin excepción, a pesar de sus creencias o de sus religión, de su condición social o humana, se sientan partícipes del Amor de la Madre de Dios, así como ellos la puedan comprender y vivir.
Yo no los invito a evangelizar ni a formar una nueva religión, ni una nueva Iglesia. Yo los invito a vivir las Enseñanzas de Cristo por medio de Su Evangelio y de Sus parábolas; por medio de todo lo que Él nos enseñó cuando estuvo presente aquí, en la Tierra.
Mi aspiración es que sean nuevos apóstoles en el camino del servicio, de un servicio más amplio y profundo que necesita vivir Europa, para que pueda abandonar ese espíritu vago de la inercia y de la comodidad, para que sus corazones se fortalezcan en la fe y se creen aquí columnas de luz que puedan llegar a muchas más almas que necesitan salir de la ignorancia mundial y de la ilusión planetaria.
Yo los invito a dar un esfuerzo mayor, un paso más grande por la Madre de Dios, sabiendo que cuentan aquí con la Fuente Sagrada de Lys para que muchas, muchas más cosas puedan suceder en el mundo y especialmente en Europa, que deberá seguir caminando por la senda de la redención y la conversión de sus pecados.
Yo los invito, hijos Míos, a la renovación profunda y verdadera, a que imiten el ejemplo de los misioneros, de los que se donan al servicio incondicional, al peligro y a los riesgos en las naciones más difíciles del mundo.
Yo los invito a vivir el ejemplo del servicio por medio de sus semejantes, de sus compañeros de camino, de los que están día a día a su alrededor y que también viven la misma aspiración de ser Nuevos Cristos en la Tierra.
Necesito que ese espíritu misionero y humanitario se propague en todo Europa; eso comenzará, queridos hijos de Europa, primero en ustedes, viviendo el cambio y la renovación interior, para que esto después se pueda dar en toda Europa y las almas despierten a esa necesidad profunda y verdadera de servir a Dios y de aliviar el sufrimiento en África.
Como Madre intercesora y mediadora de todas las almas de África, debo pedir una misión por vez para que ella se pueda cumplir hasta el final, siguiendo el Propósito de Dios y el deseo ardiente de Mí Amado Hijo. Pero en verdad, en estos tiempos críticos y difíciles que vive el mundo, son necesarias muchas misiones humanitarias.
Yo los invito, hijos de Europa, a la renovación, a que sientan en sus corazones el calor vivo del servicio incondicional, que los pueda encender y despertar a vivir una vida apostólica y misionera, así como lo desea el Cristo.
Por ese motivo traigo a Mis Pies la bandera de Egipto y también tengo la bandera de Egipto bordada en Mi Manto, porque ese pueblo una vez Me recibió junto a Mi Hijo y a San José, como los primeros refugiados de la historia de la Humanidad. Deseo, queridos hijos, que ese mismo amor que me donó una vez el pueblo Egipcio, ustedes también lo puedan donar en este tiempo crítico por toda África.
He vuelto a Europa, en esta quinta vez, para recordarles este compromiso y decirles que ese compromiso no se está cumpliendo. Para que Europa mantenga su equilibrio espiritual, moral y humano, deberá servir incondicionalmente a África, para aliviar sus deudas, liberar sus errores y alcanzar la reconciliación espiritual que es tan necesaria y urgente entre ambos continentes, así como lo es con América.
Los invito a expandir el espíritu de la fraternidad incondicional y animarse a vivir un cambio profundo. Vuelvo hablarles del cambio, porque el cambio en ustedes es imprescindible. Eso los llevará a la Verdad, a seguir el camino del Propósito Divino y a encontrar un sentido definitivo a sus vidas.
Muchas heridas en África deberán ser reparadas por los europeos. Y no es suficiente en esta ocasión que solo dos europeos representen esta misión humanitaria. Los invito, a través de ese ejercicio de servicio incondicional, a postularse al trabajo humanitario para que el mundo y su humanidad sean reparados. Las secuelas del sufrimiento, de la esclavitud y de la persecución sean disueltas en esta consciencia humana, y especialmente, en África.
Los invito a elevar sus corazones a lo alto, afirmando ese compromiso con el propio Padre Dios, para que los Planes de Paz que Él nos designa se puedan seguir cumpliendo y viviendo en este tiempo crucial, como un testimonio verdadero de que ese Plan es imprescindible para su humanidad y para el planeta; desde las misiones humanitarias, hasta la vida de oración y de comunión con Cristo.
Vengo a demostrarles este testimonio de amor por medio de la consagración de nuevos hijos de María, que se aproximan a Mi Corazón para decirme “Sí”, y especialmente, para decir “Sí” cuando Yo ya no esté Presente, y desde el Universo los contemple viviendo el servicio incondicional y la fraternidad con los semejantes.
Europa debe tomar consciencia de lo que en verdad debe cumplir ante el Trono de Dios, como Principio y como Designio. Eso los hará madurar y los animará a seguir adelante; porque el servicio trae piedad y la piedad concede la cura a las almas. Ese es el sentido de su propósito como europeos, no solo con África, sino también con Asia y América.
Para que una Nueva Humanidad pueda surgir, los errores del pasado precisarán ser liberados y eso comenzará en ustedes. Por eso Yo les llamo y les hago esta invitación maternal, porque no podré volver a decirles nuevamente lo que hoy les digo.
Ahora llamaré aquí a los que hoy se consagrarán, y después de consagrar a los nuevos hijos de María, consagraré esta nueva misión humanitaria dando la bendición a los misioneros.
Primero que vengan aquí los nuevos hijos de María.
La Madre de Dios sabe que ustedes quieren dar el paso; por eso vengo aquí, en esta quinta vez a Europa, para animarlos, conducirlos y guiarlos, por el camino de la entrega y del servicio. Porque Europa también debe ser parte de una Nueva Humanidad, más consciente y fraterna ante el dolor del mundo y del sufrimiento humano.
Sé que como Madre vine a bendecirlos, a entregarles Mi Gracia, a donarles Mi Corazón, a ofrecerles Mi Vida, para que sus vidas se consagren al Plan de Dios.
Por medio de esta consagración reciban el impulso de Mi Corazón para tornarse libres de sí mismos, ser llevados por el Sagrado Espíritu de Dios en esta misión humanitaria del fin de los tiempos, en esta urgencia de orar por la paz en el mundo y conceder en las almas la Misericordia de Dios.
Que el Señor los bendiga en este día de Consagración y de Gracia. En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Ahora los nuevos hijos de María vamos a orar ante la Madre de Dios, la oración de la Madre Universal, por una vez:
Te alabamos,¡Oh Madre Universal!
Plena es Tu Gracia, la Unidad está en Ti.
Sagrada Energía Femenina, gestas en Ti la Nueva Humanidad.
¡Oh suprema Madre Universal!
intercede por nosotros, seres de la superficie de la Tierra,
para que podamos consagrarnos como dignos hijos de Dios,
en la fe, la luz,la paz, la protección,
la cura, el amor, el perdón, la reconciliación,
la caridad, la humildad, la transmutación
y en la fraternidad,
ahora y en el momento de nuestra total y definitiva entrega
al Padre Creador.
Amén.
Sepan que todo lo que les digo es porque los quiero y los amo, y busco el bien en sus vidas y en las vidas del mundo, a fin de que se instituya en toda la vida planetaria el Reino de Dios.
Pueden levantarse y retornar a sus lugares.
Ahora vendrán aquí los misioneros.
En esta bendición que Yo propagaré hacia sus corazones, por medio de la santidad de este Agua, el primer elemento que Dios manifestó en este planeta, Yo podré llevar a través de sus corazones, el amor de Mi Inmaculado Corazón para que el sufrimiento y el dolor, en mis hijos de Egipto y en todos Mis hijos de África, puedan ser aliviados por la expansión del Poder de Mí Corazón.
Por medio de este aceite que hoy bendeciré especialmente para ustedes, grabaré en sus consciencias la señal luminosa de la Cruz de Mi Hijo, para que la poderosa Luz de Emmanuel les acompañe en este Obra de paz y de amor por el mundo.
Esta protección que Yo les doy hijos, es la protección especial de Mi Hijo, para que Cristo camine delante de ustedes y los conduzca a la necesidad de aliviar el sufrimiento a los corazones más imperceptibles que necesitan de la paz, del amor y del bien.
Que sus manos puedan ser las Manos de Cristo, no solo para abrazar y consolar, sino para servir y aliviar las heridas más profundas e internas en las almas.
El sufrimiento de la humanidad es la gran secuela por la falta del amor. Ustedes que son bendecidos por el Espíritu Santo en esta importante entrega de sus vidas, lleven hacia ese lugar lo que ese pueblo necesita recuperar, como cultura y como espíritu dentro del Propósito de Dios.
Los Ángeles transubstancien este elemento, el incienso, para que sean protegidos por las poderosas emanaciones del Universo Angélico y el Manto de la Madre de Dios, los haga invisibles e invencibles delante de las acechanzas de Mi adversario.
Ahora vamos a rezar a Dios para que Él esté con ustedes paso a paso, la oración que Mi Hijo les enseñó:
Padre Nuestro…
Que el Señor les conceda la paz y que esta paz llegue a Egipto y al mundo entero, despertando el espíritu misionero, el espíritu de la caridad y de la fraternidad, a fin de que las naciones se unan más en la solidaridad, en la cooperación y en la igualdad.
Los bendigo, en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
¡Les agradezco por escuchar Mi llamado!
Hasta pronto.
Silencio.
Cuando Yo estoy presente todo debe aquietarse, porque así entrará en ti Mi Energía espiritual y nada se estará desperdiciando. Al contrario, el Poder que Me ha dado Mi Padre actuará en los niveles más profundos de tu consciencia, en los núcleos más íntimos de tu ser, en donde debe gestarse una Nueva Humanidad.
Las vibraciones sutiles que Yo les traigo son preciosas. Por eso ellas deben ser consideradas y apreciadas, porque es un bálsamo inextinguible para estos tiempos, una solución espiritual para muchas almas; diría: una gran tabla de salvación para la humanidad.
Por eso, todo lo que reciben es precioso y debe ser grandiosamente valorado, para que todo lo que Yo les traigo tenga sus frutos dentro de ustedes y no tengan necesidad en el tiempo futuro, de buscar una fuerza espiritual y suprema en otro lugar, que no sea en Mi Corazón.
Lo que Yo vengo a dar para el mundo es algo muy grande, delante de todo lo que sucede en la humanidad y en este tiempo. Todo lo que hace su Maestro y Señor por la humanidad, tiene un mérito muy grande ante el Padre Celestial, porque el propio Padre Celestial lo considera y lo aprecia, como lo deberían considerar todos ustedes en cada momento de la vida.
No pierdan la oportunidad de recibir esta instrucción con gratitud, porque todo lo que Yo les doy, les vuelvo a decir, es precioso y no será dado nuevamente al mundo.
Ustedes lo saben más que Yo; ustedes lo sienten más que Yo, porque viven aquí, en este mundo y dentro de esta humanidad, que por muchas razones se ha pervertido, perdiendo el camino del amor, de la unidad y de la fraternidad.
Pero Yo vengo a renovar todos los hechos que han sucedido. Por medio de Mi Divina Misericordia Yo vengo a conceder muchas Gracias, no solo para ustedes, sino también para el mundo entero.
Es así que personalmente su Maestro y Señor está llamando a todas las ovejas del mundo, no importando su nación, su credo o su raza. Yo vengo a llamar a todos por igual. Vengo a repoblar la Tierra por medio de las almas con nuevos códigos de luz.
Vengo a sembrar la Tierra con cosas nuevas, con Principios que provienen del Universo Celestial y de la Fuente Suprema de Mi Padre. Para eso Yo necesito que sus vidas sean receptáculos de luz y sus corazones sean tabernáculos de Mi Espíritu, para que todo pueda morar dentro de ustedes, todo lo que viene de Dios y de Su Fuente.
Por eso he comenzado aquí, en esta peregrinación por Portugal; para que el dogma de su fe sea fortalecido y para que esta fe, que veo en los corazones aquí, sea expandida en el mundo.
Todo lo que Yo les traigo es renovador y sublime. Todo lo que Yo les doy es incondicional. Por eso debe ser considerado por los hombres y mujeres de la Tierra, para que los tesoros del Cielo, que provienen a través de Mi Corazón, puedan residir en más consciencias y sobre todo en las esencias del mundo que necesitan alcanzar en este tiempo la redención.
Quisiera poder revelarles la verdadera realidad de Mi Padre, Su más urgente necesidad para estos tiempos; pero el mundo aún no está preparado para escuchar abiertamente.
Tengan confianza en lo que les digo, porque así serán más merecedores de Mi Divina Misericordia.
Mientras Yo estoy aquí, estoy con toda Europa, expandiendo Mis Rayos de Luz sobre el mundo y especialmente en las naciones que más necesitan recapacitar, despertar de la ilusión terrena y abrir sus ojos ante el horizonte, que muestra el Infinito de Dios, el Proyecto original que debe descender a la Tierra, para este tiempo final.
Mientras los observo también contemplo al mundo y contemplo la necesidad de todas las almas, la razón primordial de cada ser y la urgencia de cada corazón humano. Todas las necesidades Yo las contemplo con amor.
En las necesidades de cada ser también se encuentra Dios y Él está presente en todo. El Padre sabe lo que cada ser necesita para que Su Obra se pueda expresar sobre la superficie de la Tierra.
Por eso estoy aquí con la Gloria de Mi Sagrado Corazón, con la intención de transformar el mundo y la consciencia humana.
He comenzado a peregrinar por este lugar, porque Dios lo ha escogido, no solo por su simplicidad, sino también por la fuerza de la dignidad espiritual que aquí puede despertar aún más en las almas.
Por medio del Sacramento de la Comunión Yo les traigo el Cielo y todo el Universo; les traigo la verdadera vida y la renovación; les traigo la paz y la unión con Mi Espíritu, para que sigan caminando firmes en este camino del fin de los tiempos; para que sigan caminando firmes en este sendero de tribulación que nadie hasta ahora ha conocido profundamente.
Pero Yo, mostrándoles el camino les muestro la salida y el gran encuentro con el Reino de los Cielos, para que sus consciencias se puedan divinizar y sublimar, así como el Padre lo espera.
He venido en esta tarde a preparar, interiormente, todo lo que sucederá después en Europa y todo lo que se podrá redimir, paso a paso, a medida que transcurra esta peregrinación y que se lleve adelante la Voluntad de Dios, así como está previsto.
En esta comunión con el Cielo y la Tierra, sus consciencias reciben Mi Gracia, Mi Paz y Mi Luz, para que puedan ser magnetizados por Mi Espíritu, que solo arde en amor por las almas que se entregan a Mí en confianza y en fe.
En este momento se abren las Puertas de los Cielos y la Iglesia Celestial se aproxima a la intimidad de las almas, para que sean colmadas por el Espíritu de Dios, por su infinita Misericordia.
Por eso ustedes ante Mí se fortalecen, pero también pueden cambiar. Y este cambio tan profundo e íntimo es concedido por los Sacramentos, que hoy vendré a conceder a los que lo han pedido con sinceridad. Y retransmitiré a través de ellos la Gracia de Dios y la expiación necesaria para sus vidas.
Ante la Iglesia Celestial del Padre sean recibidas las ofrendas que justificarán los errores de las almas, para que la reconciliación de Dios se pueda dar en todos los espíritus y en todas las consciencias que más lo necesitan.
Celebremos entonces este momento sacramental, elevando nuestra intención a Dios, con la más sincera súplica de que se cumpla lo que está escrito para Europa.
Incienso.
Recibe, Señor, las ofrendas de Tus hijos, para que Tu Reino Celestial descienda a la Tierra.
Recibe, Señor, las ofrendas de Tus hijos, para que Tu Misericordia descienda a la Tierra.
Padre, a través de Mí, lava a Tus hijos con la Fuente de Tu Gracia. Amén.
Deposita Tus Dones sobre los que tienen que despertar a Tu Consciencia Divina, y así, encontrar la Verdad.
Hace dos mil años, Yo les dejé un tesoro importantísimo que cambió el destino de toda la humanidad y del planeta. Que este Tesoro Divino aún sea reconocido por los hombres y por los tiempos que vendrán, para que las almas siempre recuerden que Me encontraré vivo y resplandesciente en el pan y en el vino transustanciado por las sublimes manos de los Ángeles de Dios.
Rememoremos entonces, compañeros, el Sacrificio del Cordero, por los que fueron sacrificados en las Américas, hace más de quinientos años atrás y por los que se sumergieron en la ignorancia y en la ambición, perdiendo el sentido de la verdadera realidad; y sobre todo, de la expresión de Dios en todas sus formas.
Durante un día jueves, antes de Mi Pasión, tomé el pan, dí gracias a Dios por el Sacrificio que Me estaba ofreciendo; la Santísima Trinidad lo bendijo y lo pasé a Mis apóstoles diciéndoles: Coman todos de él, porque este es Mi Cuerpo, que es entregado por los hombres, a través de todos los tiempos, para el perdón de los pecados.
Que el Santísimo Cuerpo de Cristo sea venerado en la manifestación de Su Iglesia Celestial en las almas de la Tierra.
Del mismo modo, acabada la cena, tomé el Cáliz y dí gracias a Dios por el sacrificio que Él Me estaba ofreciendo; la Santísima Trinidad lo bendijo y en ese momento lo pasé a Mis apóstoles, diciéndoles:Tomen y beban todos de él, porque este es el Cáliz de Mi Sangre, Sangre de la Nueva Alianza, que será derramada por el Divino Cordero para el perdón de los pecados.
Hagan esto en Mi memoria, hasta que Yo regrese al mundo por segunda vez.
Pai Nosso (en portugués)...
Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros. (x2)
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
dadnos la paz.
Alabado sea el Padre, porque Su Hijo ha descendido a la Tierra en divinidad, para colmar a las almas y unirlas a Dios.
Y antes de que sucediera la agonía en el Huerto Getsemaní y Mis apóstoles, en verdad conocieran lo que sucedería Conmigo, hasta lo alto del Monte Calvario, Yo les dije a ellos, y en los planos internos también les dije a las santas mujeres: Les entrego Mi Paz y Mi Paz les doy. No miro sus ofensas sino sus virtudes, para que las virtudes de Dios resplandezcan en la superficie de la Tierra, por medio del servicio y del amor de las almas que experimentan la Caridad de Dios.
Mi Paz Yo les dejo y Mi Paz Yo les doy; que Mi Paz en este tiempo se multiplique por medio de los corazones que Me viven en los Sacramentos.
Que Mis Palabras resuenen en los corazones simples y que Mis Palabras de Luz puedan brotar y dar nuevos frutos en los que más lo necesitan, y en los que siguen Mi Camino con total confianza y dignidad.
Yo los bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Ahora se darán el saludo de la paz, para que la paz se establezca en Europa y especialmente, en Medio Oriente.
iLes agradezco!
Por medio de esta canción vengo a clamar al mundo que no pierda su inocencia, porque de lo contrario sufrirá mucho, peor que el siglo pasado.
Que la inocencia no se pierda de los corazones, para que nunca les falte la Paz.
Ayer les hablé de la esperanza, pero hoy les hablo de la verdadera consciencia que muchos ojos no quieren ver, por temor, por miedo o por angustia.
Pero Yo, hijo Míos, como Madre de Ustedes y Madre del Mundo, debo decirles siempre la Verdad.
Estamos intentando construir algo nuevo en un tiempo difícil, en donde cada segundo y cada minuto es definitivo; en donde cada paso que será dado, deberá ser dado con premeditación y discernimiento, para que nadie se precipite al abismo.
Con esto quiero decirles, queridos hijos, como les dije a los pastores en Fátima: No pierdan su inocencia; porque si pierden su inocencia como humanidad y como pueblo, perderán el poder de su pureza original, sus esencias se mancharán y Dios no podrá aproximarse a ustedes para traerles lo nuevo y lo renovador.
Pero como Yo Soy Madre de todos y Madre que viene por todos, por los que están y por los que no están aquí, hoy les hago esta súplica desde lo profundo de Mi Corazón Espiritual y Maternal; que su inocencia pueda resplandecer en estos tiempos a pesar de los errores, de las pruebas y de todo lo que sucede en el mundo, día a día.
Necesito, hijos, que por medio de su inocencia, retornen al camino de su pureza esencial, porque el mundo lo necesita mucho para poder seguir adelante.
A pesar de todas las manifestaciones de estos tiempos, hijos Míos, recuerden que Yo siempre seré su Patrona en esta nación y deseo ser Patrona en todas las naciones del mundo, no importa cómo Me reconozcan o cómo Me llamen. Yo Soy la Divina Madre de Dios, el Espíritu Sagrado y Femenino, que surgió de la Fuente para venir al mundo y tener a todos Mis hijos en Mis Brazos, así como tuve a Jesús, al Supremo Rey.
Los invito a que por medio del camino de la oración, no solo busquen la esperanza de Dios, sino la inocencia interior que debe reinar en estos tiempos, para que las cosas se mantengan en su equilibrio y sobre todo, para que las naciones se mantengan en armonía.
Porque si su inocencia está disponible para el mundo, permeada por una profunda gratitud y amor, muchas cosas que estarían por suceder en los próximos tiempos se podrían detener, cosas muy difíciles y muy grandes, que su Madre Celeste observa, día a día.
Por eso, todo lo que hagan y todo lo que ofrezcan a Dios será importante en este tiempo; ustedes deberán ser creadores de fuentes de reparación para que muchas cosas se equilibren en el mundo y muchos acontecimientos que están previstos no sucedan.
Por medio de este llamado los quiero llevar a todos a la esencia del Amor y de la Verdad, para que el mundo también pueda despertar a eso.
Pero esa esencia del Amor comenzará primero en ustedes, en su descubrimiento interior de una forma simple y humilde, para que después despierte en el mundo y en la humanidad.
La humanidad ha perdido muchos valores, ha perdido muchos principios y también muchos designios que su Madre Celeste viene a restablecer en este tiempo por medio de la peregrinación y del llamado a todos Sus hijos del mundo, independientemente de su religión, de su nación o de su pueblo.
Con esto quiero decirles, queridos hijos, que Yo Soy la Madre Universal, la Madre que acoge a cada uno de los hijos de Dios: los perfectos y los imperfectos, los pecadores o los creyentes, los que han errado o los que han acertado, todos son Mis hijos en la misma Fuente Original.
Por eso Yo vengo a llamarlos y vengo a buscarlos, para que la transformación de la consciencia suceda en este tiempo y no sucedan graves acontecimientos, como está previsto.
Pero el camino de la oración del corazón que cada uno de ustedes Me ofrece día a día, disipa poco a poco todas las malas influencias y la Luz puede reinar un poco más en el mundo, llegar a más corazones dormidos y despertar a más consciencias que deben encontrar su verdad interior para poder seguir el camino de la Fuente, el camino hacia la Divina Voluntad.
Mientras hablo con ustedes Yo rezo por el mundo. Quisiera que todos lo días que vendrán imitaran este ejercicio de su Madre Celeste, porque en cada segundo de sus vidas, así como en cada tarea diaria, será necesario colocar la mente y el corazón en la oración, para que muchas, muchas más fuerzas negativas se disipen y el poderoso canal de la oración triunfe en Mis hijos y en consecuencia, en el mundo.
Únanse a la oración permanente y continua con su ángeles de la guarda; momentos más agudos llegarán al mundo y ya no son solo palabras, sino realidades que su Madre Celeste hoy les decreta.
Porque el mundo decidió seguir el camino del desamor y se apartó de la verdad.
Pero aún aquí, en esta Tierra, hay muchos corazones valientes, de los cuales Dios se servirá plenamente para llevar Su Obra al mundo.
Todavía hay un poco de tiempo, para poder resolver lo que sucede en la humanidad.
Por eso Yo los llamo, hijos Míos, a que Me acompañen en cada paso de una nueva peregrinación, porque su Madre Celeste necesita establecer nuevas realidades en el mundo; lo que Yo llamo "Principios de Dios", que vienen directamente de la Fuente para acudir a la humanidad.
Dios necesita de instrumentos, de muchos más instrumentos que quieran donar sus vidas al Plan; por un Plan que aún es desconocido y que la humanidad conoce tan solo en un menor porcentaje.
Pero no hay Misterio que no se pueda revelar; su Madre Celeste siempre les traerá la verdad, la guía y el camino para sus vidas, para que ese Divino Plan se cumpla como está previsto.
Sepan, hijos Míos, que estamos llegando al gran momento de los grandes esfuerzos que deberán vivir cada una de sus almas. Esfuerzos mayores de los que han vivido hasta este tiempo, porque es necesario convertir muchas más cosas en el mundo.
Con la dulzura de Mi Voz, hoy les traigo la Verdad; con la calma de Mi Corazón, hoy les traigo la esperanza; y pronuncio el llamado de Dios para el mundo una y otra vez, hasta que finalmente todas las almas escuchen y se den cuenta que es necesario cambiar.
Les agradezco por su perseverancia y su Fe, por medio de esas virtudes Yo también puedo hacer muchas más cosas en el mundo.
La perseverancia siempre los tornará valientes; la esperanza siempre construirá el futuro, dentro y fuera de ustedes y sobre la superficie de la Tierra.
Quiero que hagan triunfar el Plan de Dios en la humanidad, con cada esfuerzo y cada dedicación diaria, con cada oportunidad de servicio y de entrega, para aliviar el Corazón de Dios que está muy ofendido por los hombres, también por Su iglesia.
Quiero que alivien el Corazón del Padre junto Conmigo, con esa alegría que viven y que tienen y que nunca se podrá borrar, con esa devoción que han construido por medio de cada cuenta de oración diaria, con cada servicio que han prestado a la humanidad y a los Reinos de la Naturaleza.
Todas, todas esas virtudes transforman al mundo y reparan el Corazón de Dios aunque a veces estén muy cansados. Todo es valorado por el Altísimo y reconocido por Sus Ángeles del Cielo.
No hay testimonio de amor que ustedes hagan que no quede escrito; todo queda registrado en el Libro de los Cielos; toda obra de bien que se realiza, toda obra de Paz que se propaga, todo servicio prestado que se entrega de una forma incondicional al Universo, es registrado en los Libros del Cielo, y así muchas más Gracias pueden retornar al mundo, como la Gracia de la Presencia de la Madre de Dios en estos tiempos críticos y difíciles.
La dulzura de Mi Corazón siempre estará cerca de ustedes, aunque llega el tiempo en que Me recogeré al Cielo, al igual que Mi Hijo; estaré aquí, en Espíritu con ustedes, haciendo florecer y emanar las Gracias que muchas más almas necesitarán en los tiempos definitivos, en los Centros Marianos .
Todo lo que hagan por Dios, lo harán por la humanidad y en consecuencia el Reino de los Cielos, les retribuirá con Sus Gracias.
Hoy podré decir, querido hijos, que la Misión Espiritual en Europa y África será cumplida; pero será necesario de mucha más ayuda para que ella pueda finalizar como está previsto por el Universo.
Por primera vez, queridos hijos, y por Voluntad del Altísimo Padre del Universo, los Mensajeros Divinos abrazarán a muchas naciones al mismo tiempo y con ellas a todas las almas que allí se encuentran, para evitar una catástrofe universal que podría abarcar gran parte del mundo y sobre todo a muchas, muchas vidas.
Pero ahora que Me han respondido y Me seguirán respondiendo por los días que vendrán, Yo misma evitaré, a pedido de Mi Hijo, lo que podría suceder en esa parte del mundo y que podría traer grandes consecuencias en el resto de la humanidad.
Cuando su Fe se sostiene en el Propósito, la Misión se cumple y las Gracias vuelven al mundo para socorrer a los corazones más perdidos y a las naciones más necesitadas de Misericordia, aunque no lo parezca.
Hoy le pido a Dios para que la humanidad recupere su inocencia interior y que esta inocencia prevalezca y reine en este tiempo.
Como un testimonio Mío de este pedido, hoy consagraré a nuevos Hijos de María, que formarán activamente parte de Mis ejércitos celestiales, para llevar adelante esta obra de Redención y de Perdón en la humanidad, a la cual el mundo necesita despertar.
Que a los pies de este escenario se coloquen los Hijos de María, los que hoy se consagrarán ante Mi Inmaculado Corazón.
Hoy volveré a pedirles que repitan la canción que han cantado, como un llamado Mío al mundo, para que muchos más hijos Míos Me escuchen y encuentren la Paz.
Deseo que traigan ante Mi Presencia agua para bendecir y consagrar, para Mis hijos que hoy se consagrarán.
Los escucho…
Yo los consagro y los bendigo.
Les agradezco por haber respondido a este importante llamado.
Dios derrame su Luz en sus vidas y especialmente en sus corazones.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del espíritu Santo.
¡Les agradezco!
Vengo en nombre de Mi Hijo para darles las gracias por sus súplicas, por medio de la novena que están realizando al Castísimo Corazón de San José.
He venido desde el Cosmos a decirles esto para que sepan que su Madre Celeste está con ustedes, así como está con el mundo, tan necesitado de Amor y de Luz.
Yo vengo a hacer resplandecer sus vidas por medio de la oración, para que se vuelvan columnas de Luz para este mundo y lleven esa Luz al mundo en donde más se necesita, en donde más claman.
Les agradezco por esta novena, porque las puertas se están abriendo y los corazones están consiguiendo ser sinceros.
Por más que no comprendan en profundidad el Propósito de Dios, su Madre Celeste, por medio de Su Amor, les hará comprender todas las cosas con simplicidad y humildad.
Por eso, sigan orando hasta el término de la Novena de San José, para que también el Castísimo Corazón pueda impartir Sus Gracias sobre Europa y África.
Grandes son las necesidades planetarias, muchísimas son las emergencias en estos tiempos.
Les pido, hijos Míos, que sigan orando por la Paz en las naciones, como vienen haciéndolo: semana tras semana, cuenta por cuenta y corazón con corazón, encendiendo esa Luz de Mi Amor en el mundo por medio del poderoso Rosario.
Con todo esto Yo les pido que continúen adelante, para que puedan seguir renovándose a través de los tiempos, a pesar de que cosas gravísimas suceden en el mundo.
Mi confianza, hijos, está en ustedes, en cada momento de oración que ofrecen a Mi Corazón Inmaculado, para que heridas profundas e internas puedan ser disipadas del Corazón de su Madre, y así, del corazón de Sus hijos, que buscan la paz.
Vengo a su encuentro con todas las estrellas del Cosmos. Vengo a visitarlos con grandes Consciencias angélicas para desatar los nudos de estos tiempos, para que las almas encuentren la paz, vivan el espíritu de la solidaridad y de la cooperación con los semejantes, sabiendo que todo podrá ser superado en el Amor. No hay otro camino.
Mientras el mundo no aprenda a amar, no existirá paz. Mientras más se animen a practicar el ejercicio del amor del corazón, mayores posibilidades existirán para que millones de almas aprendan a vivir el camino del Amor.
Por medio de esta escuela de oración que viven Conmigo todos los días, especialmente en la oración por la Paz en las naciones, todas las cuentas que son realizadas y ofrecidas conceden Gracias inexplicables al mundo entero; cosas que tal vez no verán en este tiempo, pero sí verán suceder en el futuro cercano, cuando su Madre Celeste ya no esté más a su lado para visitarlos y solo esté en el Cielo, deseando ardientemente que vivan Mi instrucción, la instrucción de Mi Hijo y la de San José, para que esta Obra continúe adelante, así como está escrito en el Corazón de Dios.
Mientras tanto, hijos Míos, los invito a seguir amando de verdad, a colocar el amor en práctica en cada detalle, como con cada hermano que se aproxime a sus vidas buscando un poco el amor reparador, buscando un poco el amor curador y consolador, que solo brota de la Fuente del Espíritu Santo y de las almas que se coligan con Él.
La Obra que realizará su Madre Celeste en Europa será importante. Por eso, cada colaboración es imprescindible, por más pequeña que parezca. Pero Yo sé que hay almas que pueden ayudarme más y saben que es verdad lo que les digo.
La Madre de Dios no ostenta riquezas, sino el bien para todos Sus hijos, independientemente de su nación, religión o creencia.
Quiero que aprendan hijos Míos, junto a Mí, que todos pueden ser uno, porque alcanzando esa unidad espiritual, Dios estará en ustedes y ustedes estarán en Dios viviendo en Su Reino; a pesar de los acontecimientos de estos tiempos, de las purificaciones o de las pruebas.
Yo los invito todos los días a ser parte de la Gran Hermandad, la Gran Hermandad que está en el Cielo y también aquellos que están en el interior del planeta y que con su silencio llevan adelante grandes Obras en el mundo por la liberación del planeta y de la humanidad, por la redención de los corazones, por la Paz en todos los pueblos.
Yo los invito todos los días a coligarse a esa gran Hermandad y a seguir encendiendo en sus pechos la Estrella Confederada, la cual los llevará por el camino de la Luz, de la ascensión y del bien.
Leyes muy profundas y desconocidas del Universo podrán transformar sus vidas y las vidas de sus hermanos y ya no será necesario, hijos Míos, sufrir. Quiero que el dolor y el sufrimiento terminen en el mundo. Quiero que las almas conozcan la verdadera alegría de servir a Dios. Lo que Yo llamo “felicidad espiritual”, que no está en este mundo sino en el Universo, en la Vida Universal y en el Conocimiento; en la fe, en el servicio y principalmente, en la gratitud.
Quiero llevarlos, queridos hijos, al Reino de Dios todos los días, para que ustedes se animen a traer el Reino de Dios a la Tierra y muchas, muchas más cosas en el mundo sigan transformándose.
Este es el deseo ardiente de su Madre Celestial, de su Madre humilde y servicial, incansable y eterna, que viene a llamar a Sus hijos a través de los tiempos para que más vidas despierten hacia su verdadera vida espiritual.
Mientras esto no suceda, Yo seguiré viniendo al mundo. Yo seguiré impulsando el despertar de las consciencias, respondiendo al pedido de Cristo y del Padre Celestial; con ustedes y en ustedes. Yo podré, como Madre, hacer muchas cosas más.
Aún hay mucho por hacer, hijos Míos. Hay mucho por materializar y expresar dentro de esta Obra de Amor y de Redención planetaria que recorre el mundo y las naciones, solo para sembrar la Paz y la esperanza.
Hoy traigo el Rayo de la esperanza al mundo, para que las almas lo puedan reconocer y vivir. Sabiendo que cada uno de Mis hijos tiene tantas virtudes y dones para servir a Dios, para poder despertar y reconocer en sí lo que ni siquiera las almas saben completamente.
Por eso, Yo los vengo a impulsar y a motivar, al despertar sus talentos, virtudes y dones. Porque Cristo vendrá a llamarlos y les pedirá sus virtudes y talentos, así como todos sus dones, para que estén al servicio de Él en el momento de Su gran Retorno al mundo.
Ustedes, hijos Míos, son llamados como su Madre Celestial, a ser mediadores del corazón y de la palabra; a buscar en todas las cosas y en todos sus hermanos el espíritu del bien; a ver el bien en sus hermanos y no el mal; lo que es positivo, radiante y elevado en cada consciencia que guarda en sí el Cristo interno.
Promuevan en este tiempo el despertar del Cristo interior y el planeta será repoblado de sublimes energías divinas, que serán atraídas por los hijos de Dios, no solo como columnas de Luz, sino también como espejos de Su Divina Consciencia.
Los invito, hijos Míos, a recrear juntos este planeta y esta humanidad. A re-enseñar el camino del amor y del servicio por medio de las misiones humanitarias, de las peregrinaciones, de las corales, de todo lo que pueda expresar el Amor de Dios en el mundo.
Por eso, esta Obra es para todos y es más amplia de lo que parece y de lo que es. Ustedes, hijos Míos, tienen la llave de Mi confianza para poder hacerlo, siguiendo los pasos de la Jerarquía Espiritual en la obediencia y en el bien, para que todo se mantenga en su camino así como Yo espero ardientemente que se cumpla.
Vengo a agradecerles en esta noche, por su colaboración amorosa, a todos aquellos que están gestando por medio de la oración y de la colaboración, la próxima misión de paz en Europa y África.
Ni siquiera saben, hijos Míos, todo lo que sucederá en ese continente y todo lo que los Mensajeros Divinos harán en cada nación que visitarán, así como en cada lugar al que irán para sembrar la Paz y la Misericordia que ustedes han tenido la Gracia de conocer en los últimos tiempos.
Los invito, por medio de la colaboración y de la construcción de esta próxima misión, a seguir siendo orantes y misericordiosos con los que son más ignorantes, que están distraídos y muy ilusionados con todo lo que les ofrece el mundo.
Todo lo que hagan en la Tierra también lo estarán construyendo en el Cielo. En el último día de sus vidas sabrán y tomarán consciencia de todo lo que hicieron por amor a Dios.
Todo lo que tejen en la Tierra también lo tejerán en el Cielo, y el Universo tendrá memoria de sus acciones y de sus obras de bien por la humanidad.
Hoy Me elevaré al Cielo en profunda tranquilidad, sabiendo que Mis hijos han comprendido, más allá de las palabras, el llamado del Cielo.
Sean propagadores del bien que hoy les traigo, para que el planeta sea colmado de Luz y de Misericordia, hasta que los Mensajeros Divinos terminen de cumplir Su Misión en la humanidad.
En esta noche, quiero que sus corazones, hijos Míos, sean revestidos de esperanza para que la cura se establezca en la humanidad, el bien llegue a muchas más vidas en el mundo y sean tocadas por la Gracia de Dios, por Su Misericordia Infinita.
Vengo a traer la Paz, no solo al Brasil, sino también al mundo. Este encuentro ha ayudado para que eso suceda.
En el Amor y el Bien, Yo los bendigo.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Les agradezco por responder a Mi llamado.
Que este lugar siempre se revista de esperanza, para que la esperanza transforme al mundo y todas las consciencias sean tocadas por el Rayo de la Esperanza de Dios.
¡Les agradezco!
Hoy, vengo al mundo como la Señora del Silencio, para que en el silencio, la humanidad pueda escuchar la Voz de Dios, esa sagrada Voz que reverbera a través de los tiempos y que trae el anuncio de lo nuevo y de la salvación de la humanidad.
Para que eso sea posible, hijos Míos, y para que la humanidad pueda escuchar verdaderamente, hoy les traigo el Don del Silencio, para que él pueda despertar en ustedes y en sus hermanos, para que por medio de ese Don puedan comprender todas las cosas y sobre todo, sentir todos los pedidos que nuestros Sagrados Corazones anuncian al mundo, una y otra vez.
Hoy, vengo como la Señora del Silencio, para que muchas más almas puedan escuchar a Dios en su interior, para que por medio del camino del silencio se pueda establecer la paz en el mundo a través de los oídos que escuchan a Dios con sinceridad y fervor; porque será ese silencio el que los transformará, les traerá la renovación de sus vidas y de sus consciencias.
Desde el Universo Celestial hoy vengo a ustedes como la Señora del Silencio, porque sé que la mayoría de Mis hijos aún no escucha y la Palabra de Dios, hijos Míos, no puede ser desperdiciada.Con ese acogimiento que hoy han vivido sus corazones ante Mi Presencia, los invito, hijos Míos, a profundizar en el camino del silencio por la humanidad; para que lejos de los ruidos, de la distracción y de la perturbación, puedan vislumbrar en el Universo interior de cada ser el camino de la cura, un camino que los llevará a la verdad y a la elevación de la consciencia.
Si escuchan ahora a la Señora del Silencio es porque Sus palabras traen una potente energía que impregnará sus células y consciencias con el Don del Silencio que ha vivido la Madre de Dios en la Tierra, desde el nacimiento de Cristo hasta Su ascensión y un poco más, después de ese acontecimiento.
El Don del Silencio, hijos Míos, los llevará a reflexionar en la Pasión de Cristo y podrán descubrir grandes misterios que están guardados en la Pasión de Jesús; diría, sagrados méritos celestiales que la humanidad necesita en este tiempo para poder vivir la redención y la conversión, el cambio total de la Consciencia Planetaria por una consciencia de compasión y amor, no solo por la Creación y el Universo, sino también por todo el planeta y sus Reinos Menores.
El Don del Silencio les hará ver la verdad y la necesidad del planeta y más aún: si unen el silencio y la oración verán muchas más cosas, como las ve la Madre de Dios en este tiempo difícil.
Es este Don del Silencio, el que Yo debo llevar a Europa en este ciclo, para poder sacar a Mis hijos de la gran distracción planetaria y de la ilusión.
Ustedes, hijos Míos, que están aquí, han escuchado a través del Don del Silencio alguna vez. Por eso necesito que ese Don reverbere a través de estos tiempos, que primero encarne en sus vidas para después poder encarnar en el mundo.
El Don del Silencio llevará a la humanidad y especialmente a Europa a tomar consciencia de lo que no está haciendo bien y de cuán urgente es, hijos Míos, cambiar la situación planetaria.
Por eso, entre sus corazones y como naciones hermanas, no pueden existir diferencias ni tampoco omisiones.
El Don del Silencio de Dios es para todos y en este día especial vengo a engendrarlo en ustedes, porque el Don del Silencio llevará a la humanidad a tener más sabiduría y sobre todo discernimiento ante las pruebas que enfrentará.
Si aún ustedes, hijos Míos, no comprenden qué hacer de sus vidas o no tienen una respuesta clara de qué camino seguir, es porque el Don del Silencio aún no ha penetrado en sus seres; no se han silenciado sus pensamientos, no se han aquietado sus sentimientos, no ha existido un momento de paz para poder reflexionar.
Por medio del camino de la oración del corazón que viven en estos tiempos Yo los invito, hijos Míos, a invocar el poder del Don del Silencio; para que no solo sus vidas, sino también el planeta sea transformado, para que existan mayores tiempos de paz en la humanidad y sobre todo en aquellos que están más perturbados y sumergidos en la oscuridad y en el mal.
Por medio de Mi Corazón Inmaculado, como Señora del Silencio, hoy les derramo el poder de este Don espiritual para que sea propagado en el mundo, a fin de que triunfe Mi Inmaculado Corazón por muchos siglos más, por la ayuda de Mis hijos, por la respuesta de Mis apóstoles y por la sinceridad de los servidores que se disponen en este tiempo a construir el Plan de Dios sobre la Tierra, y sobre todo, a concretarlo paso a paso, según los designios de nuestro Padre-Madre Creador.
Que el Don del Silencio, hijos Míos, los lleve al entendimiento, para que brote en su corazón la llama de la Sabiduría de Dios. Y cuando tengan que tomar una decisión muy importante en sus vidas, el Don del Silencio pueda interceder y traer luz a las respuestas necesarias.
Yo solo les pido que Me ayuden a construir la Obra en Europa y en el mundo. Hoy es Europa, pero mañana será otra parte del planeta; como por ejemplo, Asia y Oceanía, que están siendo preparadas especialmente por Mi Corazón, para que primero se geste en ustedes interiormente y después sea una realidad y no un pedido extenso y extremo para solicitar una amorosa ayuda.
Por medio del Don del Silencio que hoy derrama Mi Inmaculado Corazón al mundo, vengo a hablarles de la importancia de cumplir con los designios de Dios, no solo por medio del camino de la oración y de la fe, sino también a través de la colaboración incondicional y permanente.
Hijos, es importante que comprendan claramente Mis palabras para que no se confundan. Cada cosa que Yo digo y decreto proviene de la preciosa Fuente de Dios para el mundo; y hoy, es el Don del Silencio el que actúa a través de este momento, pero mañana será otro Don u otra Virtud de Dios que actuará por la gran necesidad planetaria, por la gran urgencia de una respuesta verdadera y no tibia, una respuesta que pueda transbordar de amor en sus corazones, para hacerlos cada día más sabios y dignos de ser receptáculos de los designios de Dios y de cumplirlos, uno a uno.
No necesito que hagan grandes esfuerzos para poder cumplir con Mi llamado. Por medio del Don del Silencio que hoy les traigo, les pido que su esfuerzo sea verdadero y transparente para que Mi enemigo no los pueda confundir.
Recuerden que Mi deseo para Europa es pisar la cabeza de la serpiente y seguir pisándola, a fin de que muchas, muchas más almas en el mundo puedan ingresar por la puerta celestial que Yo estoy abriendo en este tiempo por intermedio de Mi Inmaculado Corazón, para que todos puedan cruzar y pasarla, para que nadie quede atrás, ninguno de Mis hijos, por poco creyente que sea de la Voluntad de Dios y de Sus designios.
Yo los invito a ser precursores de ese Don del Silencio, para que el Don los impulse a llevar adelante la Voluntad de Dios, tal cual ella se presenta y se muestra.
Con este Amor que hoy les entrego desde lo profundo de Mi Espíritu y como lo he hecho en otros momentos, Yo les imploro por colaboración, porque cosas más grandes deberán suceder y eso dependerá de la respuesta de Mis hijos y de la sinceridad de sus corazones.
Nuevamente les digo, Mis queridos hijos: Que el Don del Silencio les pueda mostrar la verdad de todo esto, que va más allá del poder de los hombres y de la voluntad propia de las almas; es un designio Mayor, que su Madre Celeste está tejiendo y construyendo en el mundo por medio de las naciones y de la respuesta de Sus hijos.
Quisiera, en esta noche, que su respuesta inmediata, su colaboración incondicional y su entrega mayor a Dios, fueran como estas flores colocadas a los pies de Mi altar; y que hoy Yo pueda elevar al Cielo, no solo sus oraciones y súplicas, sino también su respuesta confirmada ante la Madre de Dios.
Sé que aún no alcanzarán la consciencia total sobre los Misterios del Padre, pero crean, hijos Míos, que a través de los Dones de Dios y de la vivencia de cada uno de ellos, la podrán alcanzar, porque este es Mi deseo de Madre, para su crecimiento espiritual e interior en estos tiempos de emergencia.
Europa necesita de mucha ayuda, como ustedes.
Yo los invito a vivir, por medio del Don del Silencio, lo que la Sagrada Familia de Nazaret vivió en plenitud y amor; no solo compartiendo lo poco que tenía, sino también donándose incondicionalmente a los más necesitados, a la gran Voluntad de Dios, para ella fuera cumplida, por más que en algún momento nuestra mente pobre y humilde no lo haya comprendido.
El amor todo lo puede, todo lo transforma y todo lo alcanza. Esto es lo que abre las Puertas de los Cielos, para que las Gracias desciendan y las consciencias se rediman según la Voluntad de Dios.
Yo los invito, hijos Míos, a entrar en oración por esta causa, por la misión en Europa y África, porque cosas muy difíciles podrían suceder en esos lugares y mucha más sangre podría correr, no solo en Medio Oriente, sino más allá de esa región.
No quisiera que pudieran ver Mi Rostro lleno de lágrimas, sino lleno de amor, de dulzura y de luz, reflejando la alegría por la respuesta de Mis hijos, que toman consciencia antes de que todo suceda y que sus corazones se mueven más que sus mentes para llevar adelante la Voluntad de Dios, la Obra infinita de Su Misericordia y de Su divina Piedad.
Con todo esto, Yo los invito a partir del día de mañana a que oren, junto a su Madre Celeste, una novena, para la concreción del Plan de Dios en Europa y África; para que cada paso que será dado y cada esfuerzo que será vivido, sea realizado por todos de forma incondicional y verdadera.
Para eso les pido que invoquen, por medio de la oración, a la Sagrada intercesión del Castísimo Corazón de San José; y que por medio de Su Presencia y de Su divina intercesión, esta Obra se cumpla como está previsto, con la ayuda de Mis hijos, con la sinceridad de sus corazones, con la verdad de cada una de sus vidas.
Al noveno día, Yo anunciaré si esa misión se cumplirá o si la tragedia en Europa se instalará.
Como Señora del Silencio y Dama de la Justicia, quisiera ver los platos de la balanza en equilibrio y no en desequilibrio, como están en este momento.
El equilibrio en el mundo lo construye la consciencia del hombre de superficie, y esto lleva las oportunidades al mundo y a la plenitud de Dios en el corazón de los simples.
Eso es todo lo que hoy les quería decir, agradeciendo el amor que hoy he sentido en ustedes, la devoción fervorosa que han expresado y la paz que han implantado por medio de esta ofrenda a la Madre de Dios.
Quisiera que estas sagradas expresiones de amor de Mis hijos se volvieran a repetir como en el día de hoy, celebrando junto a la Madre Celestial el triunfo del Plan de Dios en la Tierra, a fin de que los ángeles esparzan en el mundo las Gracias infinitas del Corazón de Dios, que transformarán a los que sufren y curarán a los que están enfermos de espíritu y de cuerpo.
Reciban ahora Mi bendición, colocando sus manos en señal de recepción y gratitud.
Amada Madre del mundo,
estrella incandescente y Universal,
derrama Tus poderosos Rayos sobre el mundo entero,
derrama los códigos de la Sangre preciosa de Cristo,
para que todo sea purificado
y seamos dignos de vivir en el Reino de Abba. (x3)
Amén.
Elevemos a Dios toda la gratitud y el honor; y también a todos los ángeles del Cielo por transformar y transustanciar todas las formas, dentro y fuera de los seres, y en toda la consciencia planetaria.
Quisiera que en este día de celebración y de luz, confirmando su "sí" absoluto a Dios y al cumplimiento de Su Plan sobre la superficie de la Tierra, ofrezcamos a nuestro Padre Creador, en este día sagrado, la canción “Aleluya”, como una alabanza al Padre y como un momento para que cada uno de ustedes realice el ofertorio al Creador, para que Él lo acoja en Su seno y así, Él exprese poderosamente Su Misericordia.
Yo los bendigo y les agradezco por responder a Mi llamado, hasta el presente.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Hoy el Reino de Lys se expande más allá de los bosques, se expande más allá de los lagos, llegando a los mares, a los océanos, a los ríos. Hoy el Reino de Lys demuestra su pureza a través del Reino de las Aguas, para que de esa forma les pueda ayudar a los Reinos que allí habitan, para que encuentren la paz y la redención con el auxilio de la humanidad. Hoy el Reino de Lys se extiende hasta aquí para clamar por auxilio, para que su paz toque a los corazones de los hombres y ellos reconozcan la vida superior, la verdad que habita en sus corazones y que los llama a la comunión con todos los Reinos de la Naturaleza.
Como Sagrada familia, hoy les revelamos que los Sagrados Corazones también habitan en Lys y encuentran allí la fortaleza para recorrer este mundo, para ayudar a los que más necesitan, sin perder nunca la esperanza de que el Plan de Dios se cumpla.
Hoy el Reino de Lys se extiende a los mares y a los océanos para que los espejos de luz, que se reflejan con el Poder de Dios, con la luz del sol que proviene del universo, puedan transmutar y liberar a este planeta, sobre todo a esta parte del mundo, para que reciba un poco más de paz y tenga un tiempo para despertar, antes de que la Justicia de Dios descienda.
Hoy, al lado del Mayor Espejo de Amor de los universos, su Madre Santísima los llama a despertar el espejo de sus corazones, unidos al Reino de Lys, para irradiar al mundo el amor que él tanto necesita.
Contemplen, en las aguas de los mares, la pureza de su interior que muchos perdieron. Dejen que el Espejo Mayor del Corazón de María despierte a los espejos de sus corazones, para que el Reino de Lys se pueda extender también a través de sus almas, pueda encontrar en cada uno de ustedes un instrumento para llevar la paz al mundo.
Hoy estoy delante de los mares que tanto necesitan de auxilio y que, al mismo tiempo, sustentan el planeta. Así debe ser el corazón humano que, a pesar de todo el auxilio que necesita, pueda superarse a través del amor a Dios para sustentar este planeta, en comunión con los Reinos de la Naturaleza.
El Reino de Lys se extiende hasta aquí para demostrarles cuán grandiosa es la piedad del Corazón de Dios para con el corazón humano. Y que de esa forma puedan inspirarse para transformar sus vidas en una imitación de la donación de los Reinos de la Naturaleza, en una imitación de la donación del Reino de Lys y de todos los seres de luz que allí habitan y que incansablemente sirven a la humanidad.
Con palabras simples, busco despertarlos a una realidad superior, porque los corazones están adormecidos y, aunque expresen devoción, aún no expresaron su compromiso verdadero con Dios.
Los Mensajeros Divinos recorren Europa en este tiempo para despertar a aquellos corazones que se comprometieron con el Plan de Dios en el principio, que se comprometieron con el Reino de Lys para este momento, para cuando la Tierra más lo necesitara. Llegó la hora, hijos, de vivir ese compromiso verdadero, dejando un poco de lado las necesidades prácticas de sus vidas, aquellos pequeños problemas internos que les impiden vivir el amor; porque cosas urgentes los aguardan, situaciones planetarias que dependen del sí de la humanidad, que dependen de la adhesión del corazón humano para que la Ley de la Misericordia pueda actuar.
Por eso, hoy vengo a su encuentro, junto al Reino de Lys, para que de esa forma reconozcan un servicio espiritual que deben despertar y cumplir en este tiempo. No les pediré nada extraordinario porque el Reino de Lys es la expresión de la simplicidad, de la humildad y de la pureza.
Solo les pediré que ingresen por la puerta que hoy Yo les abro, dejando todos los conceptos mentales, todas las ideas humanas que cultivaron hasta hoy para que, ingresando en este Reino, reconozcan la verdad de la cual se alejaron hace tanto tiempo.
¿Por qué será tan difícil vivir la fraternidad y la unidad unos con otros? ¿Por qué será tan difícil, hijos, para los corazones suplir la necesidad del prójimo antes que la propia? ¿Será inalcanzable para sus corazones amar y servir? ¿Será inalcanzable sentarse delante de un océano y agradecer por su existencia, contemplando su sacrificio y uniéndose a él para que sienta alivio, aliento, amparo? ¿Será imposible, inalcanzable, llegar delante de un hermano al cual le faltaron y pedirle perdón?
¿Será extraordinario, imposible, escuchar a aquellos que necesitan ser escuchados? ¿Orar con los que necesitan de la Presencia de Dios? ¿Expresar al mundo la propia fe, sin miedo a los juicios humanos? Esas son cosas simples que marcan la diferencia en la historia de la humanidad.
Expandan el Reino de Lys difundiendo la paz, la humildad y la unidad con todos los Reinos. Expandan el Reino de Lys siendo un poco más fraternos, un poco más humanos, aquel ser humano que Dios pensó, aquel en el cual Él pone Su esperanza y del cual no desiste nunca, porque Él conoce esa verdad, aunque ella se oculte ante sus ojos.
Dejen que el Reino de Lys toque sus corazones y sus espíritus, liberándolos del mal, liberándolos de la ilusión, para que puedan cumplir con aquel propósito que Dios tiene para ustedes desde el principio.
Imaginen un pequeño espejo de luz que se enciende delante de sus seres, delante de sus corazones. Algunos de ellos necesitan ser limpiados, purificados y liberados para que puedan tornarse instrumentos de Dios. Sientan la luz que proviene del Reino Celestial y también del Reino de Lys, y dejen que esa luz purifique sus seres, los renueve y los impulse a ser verdaderos servidores de Dios y no de sí mismos.
Por un instante, entréguense a lo desconocido para que actúe en sus vidas, y oren Conmigo por el Reino de las Aguas, para que Lys encuentre un espacio en la esencia de esos Reinos y pueda expresarse.
Pureza del Reino de Lys, extiéndete sobre los mares. Pureza del Reino de Lys enciende el espejo de nuestros corazones. Pureza del Reino de Lys vuélvenos puros y simples para la redención del planeta. Pureza del Reino de Lys extiéndete sobre el Reino de los mares. Pureza del Reino de Lys despierta a los espejos de nuestros corazones. Pureza del Reino de Lys vuélvenos puros para la redención de este planeta.
Sientan la Presencia de Adonai que hoy contempla el mundo y, con Su Santo Espíritu, espera descender sobre los hombres y sobre los Reinos. Contemplen la Misericordia de Adonai. Contemplen Su infinita Luz, más brillante que un sol o que mil soles. Dejen que este intenso brillo, que proviene del Reino de Dios, limpie y purifique los espejos de sus corazones y que, a través de ellos, se irradie al mundo y a los Reinos de la Naturaleza.
Con el corazón unido al Corazón de la Sagrada Familia, oremos a Dios:
Adonai,
Misericordia, Misericordia, Misericordia,
Redención, Redención, Redención
para este planeta.
(cuatro veces)
Amén.
Ahora orarán por todos los Reinos y pedirán redención para los Reinos de la Naturaleza:
Adonai,
Misericordia, Misericordia, Misericordia,
Redención, Redención, Redención
para los Reinos de la Naturaleza.
(siete veces)
Amén.
Purifiquen sus vidas y pacifíquenlas a través de la oración. Es de esa forma simple que entrarán en el Reino de Lys y curarán aquello que les parece imposible. Hoy, hijos, solo quiero hacer de sus vidas espejos simples del Corazón de Dios, prolongamientos del Reino de Lys hacia el mundo, porque así deben ser sus servidores.
¿Será que preferirán lo que viven en sus vidas a vivir en el Reino de Lys? ¿Preferirán la ignorancia de los hombres a vivir en la Sabiduría en el Amor de Dios? Deben preguntarse estas cosas todos los días para que avancen en la vida espiritual y para que la vida espiritual no sea para ustedes una teoría, un libro en el armario de sus casas, sino una experiencia, una vivencia que eleva a la humanidad y le permite retornar al Reino de Dios.
En la Presencia de la Santa Virgen, que los ama y los bendice incansablemente; en la Presencia del pequeño Niño Jesús que hoy les transmite Su pureza, Su bondad; consagraremos los elementos que son el símbolo de la mayor Gracia y de la infinita Misericordia que brota del Corazón de Dios; que la Humildad Divina del Creador, que se multiplica en el pan y en el vino, ingrese en sus corazones y los invite a vivir esa virtud que les abre las puertas del Cielo.
Que toda la humanidad y también los Reinos de la Naturaleza comulguen espiritualmente de este grandioso milagro de la multiplicación de Dios y que, unidos a Él en Su interior, puedan ser inspirados y guiados para volver a vivir un día la unidad con el Padre. Oremos, entonces, unidos a Dios por la conversión de los elementos, por la redención del planeta.
Padre Nuestro (en arameo y en portugués).
Comulguen de la Presencia viva del Corazón de Dios y sigan en paz, dispuestos a unirse al sagrado Reino de Lys, por la misericordiosa Presencia de Dios entre los hombres y entre los Reinos de la Naturaleza.
Nosotros los bendecimos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Sigan en Paz.
Les agradezco.
En este momento, Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús compartió el Mensaje diario transmitido por la Virgen María en este mismo día, 19 de mayo de 2017.
Fray Elías del Sagrado Corazón de Jesús:
Solo queríamos completar que es muy especial ver en los días 19 a la Sagrada Familia reunida, cuando es posible, porque de alguna forma los códigos divinos que Ellos nos traen ingresan en nuestras consciencias y también nos renuevan a todos nosotros en este espíritu de fraternidad y de hermandad, volviendo posible, a través de nuestros esfuerzos, como dice San José, que algún día alcancemos la meta de ser una verdadera familia espiritual.
Estoy aquí con ustedes, queridos hijos, porque quiero estar con las naciones del mundo, principalmente con aquellas que no se han consagrado a Mi Inmaculado Corazón.
Cada oración pronunciada tiene un valor incalculable para Mí, y más valor tiene cuando es realizada de corazón.
Así, Yo les demuestro, queridos hijos, el poder transformador en todas las cosas y en lo que parezca más imposible en sus vidas o en cualquier lugar del mundo cuando sus corazones se abren a la oración, Mi Consciencia Divina puede actuar y socorrer a todos Mis hijos, especialmente a los que están más perdidos por las tentaciones de la vida material.
En mayo, reconsagraré a Europa a Mi Inmaculado Corazón y extenderé esa consagración a Rusia, cumpliendo así con lo que he pedido, en el siglo pasado, a los pastores de Fátima. No deseo que el tercer secreto de Fátima se cumpla, sino que el mundo responda a esta convocatoria de amor por la redención de la humanidad.
Quisiera que sus consciencias, el día 13 de mayo, ingresen a Mis portales de luz, independientemente del lugar en donde se encuentren, para que así se comprometan a acompañar a su Madre Celeste en esta tarea planetaria que sucederá en Fátima, con todos los fieles que se encontrarán allí para conmemorar, junto a su Madre Celeste, el triunfo de Su Inmaculado Corazón.
Quisiera que prepararan sus casas, como así también a sus grupos de oración, adornando cada espacio con la presencia de Nuestra Señora del Santísimo Rosario.
Mayo es el mes de Su consagración y la oportunidad de dar un gran paso por esta humanidad y por este planeta ante tantas agresiones, ultrajes e indiferencias que cometen las almas del mundo, sin ninguna consciencia ni razonamiento.
Los invito a estar Conmigo, queridos hijos, en la concreción de esta Sagrada Peregrinación por la Paz. Confío en que ustedes, hijos Míos del mundo, darán nuevamente ese paso, de ayudar a su Madre Celestial para que las puertas de la Gracia no solamente se sigan abriendo en este lugar, sino también en el mundo entero, esta vez en Europa.
Grecia necesita de la intercesión celestial, de la Gracia y de la Misericordia de Dios, a través de Sus Mensajeros Divinos. Hay una gran herida que debe ser curada en Atenas, a través de las almas que se refugian, escapando del horror y del terror.
Ustedes no saben, queridos hijos, lo que significa para su Madre Celestial observar y contemplar a sus hijos refugiados en un mar de desesperación y de un interminable sufrimiento.
A ustedes, que son parte de la consciencia de esta nación consagrada a Mi Inmaculado Corazón y que viven en Mi Corazón día a día, los invito, queridos hijos, así como a Mis hijos de las demás naciones del mundo, especialmente a Mis hijos de Europa, a que den este gran paso por Mí, ayudando a su Madre Celestial en esta misión corredentora antes de la venida de Cristo.
Por eso, gracias, muchas más gracias y misericordias, serán derramadas durante la Sagrada Semana para que todos los corazones del mundo, especialmente los grupos de oración, den ese gran paso para que esta Obra, esta Peregrinación por la Paz en el continente europeo abrace a más naciones del mundo, a más naciones que las que Yo visitaré junto a Mi Hijo y a San José.
Así, Yo les demuestro, queridos hijos, que una sagrada tarea está pensada por Dios en este importante centenario en el que Fátima reabrirá sus puertas para que su Madre Celestial descienda, así como el 13 de mayo pasado.
Desde mayo de 2016, vengo preparando este encuentro, vengo preparando a las esencias que necesitarán de este impulso universal que el Centro de Fátima dará al mundo. Por eso vean, queridos hijos, cuántos meses de trabajo viene realizando su Madre Celestial en este camino para poder propagar la fe, la renovación y la confianza en Dios en estos tiempos finales.
Quisiera que sus ojos internos se abrieran a este misterio que hoy les traigo, de ayudar a concretar el Plan de Dios en la Tierra para que todos los ejércitos angélicos y arcangélicos desciendan, el próximo 13 de mayo, en Fátima, para producir la cicatrización de una gran herida planetaria, generada por la humanidad.
Por eso, estoy aquí entre ustedes, como estoy también en Medjugorje, anunciándome como la Reina de la Paz, para que los corazones perciban, en lo más profundo de sus almas, que la misión con todos Mis hijos del mundo no ha terminado.
Yo vengo a retirar a las almas de las garras del mal. Por eso, aún necesito peregrinar por las naciones del mundo para que el equilibrio del planeta no se pierda por ninguna consecuencia generada en estos tiempos, que son tan difíciles y de gran aprendizaje para todos.
Los invito a que revean este Mi Mensaje de hoy por medio de su difusión en todos los lugares del mundo que acepten recibir este llamado que va para todos los corazones, para todas las almas que viven la devoción a Mi Inmaculado Corazón.
En Fátima, estaré entre los más simples. Y aunque la mayoría no sepa que Yo estaré allá como lo estuve en 1917, estaré con Mi Consciencia Divina expandida, derramando grandes caudales de Gracia y de Amor que puedan transformar a las esencias corruptas del mundo, que fueron engañadas por Mi gran adversario.
Nuevamente, como en 1917, la Señora del Santísimo Rosario, Madre del Sol y Madre del Mundo, tomará con Su mano derecha el Cetro de Dios para golpearlo sobre la Tierra y abrir las fuentes de la gran Pureza Original, en donde todos los espíritus, que allí estarán congregados, recibirán una expiación que los ayudará en todo este siglo veintiuno y hasta que retorne Mi Hijo al mundo.
¿Comprenden así, queridos hijos, la importancia de concretar esta Peregrinación por la Paz?
No solo vengo a hacerlos vivir el bien en la vida material, sino también el bien en la vida espiritual. Vengo a abrir la fuente de la donación y de la divina providencia que se guarda en los corazones y en muchos bolsillos del mundo.
Quiero que tengan piedad por sus semejantes, para que aprendan a tener piedad por el planeta que sufre, día a día, en su más profundo silencio por todos los errores que comete la humanidad.
En Italia, Mi Consciencia visitará la Iglesia de Mi Hijo, en su contexto espiritual y también humano. Porque todos están en prueba, queridos hijos, por eso Mi amado Hijo Me envía para reconsagrar a Italia, a Roma, a Mi Inmaculado Corazón.
Será una tarea desafiante, pero tendrá sus frutos en los meses subsiguientes a través de los grupos de oración que allí se encuentran. Italia, a pesar de sus errores, siempre fue santificada por Dios, por la presencia de grandes sabios, de grandes instructores, de los llamados santos de la época. Por eso, San Pío de Pietrelcina será Mi fiel compañero en esta sagrada tarea con Italia.
España necesita de Mi ayuda nuevamente porque muchos corazones están apagando su fe interior en el Reino de Dios, por las cosas superficiales que viven en la propia Iglesia de Mi Hijo.
Es por eso que, en España, esta vez Yo iré por todos los sacerdotes, para que puedan reactivar espiritualmente el carisma de la fe y del amor al gran Plan de Dios y por todas las almas que allí se encuentran.
En Ávila será la oportunidad de que las almas de España recuerden la entrega de Mi amada hija Teresa de Jesús. También será la oportunidad de dar un paso por toda la península ibérica.
Barcelona será el gran momento de la rehabilitación para todos, porque en Montserrat y a través de la Morena de Montserrat, las almas podrán encontrar todo lo que siempre han buscado en su interior, lo que Yo llamo "Dones de Dios", para que las almas se conviertan en grandes servidores del Plan.
Todas las gracias, queridos hijos, estarán siendo derramadas en esas naciones y será la preparación para Mi próxima visita a Asia y Oceanía. Por eso, Yo los invito a orar desde ya, porque esas almas, en esencia, nunca me han conocido.
Les daré el don de las lenguas para que se puedan comunicar de corazón a corazón y por medio de los ejemplos, del servicio y del amor, entre ustedes y las almas de Asia y de Oceanía.
Así, también podrán ver, queridos hijos, cómo hoy Mi Corazón Inmaculado les muestra la Voluntad de Dios que es cumplida por medio de la oferta de todos.
Si eso no existe, la obra de Dios no puede descender al planeta y los horrores en el mundo se multiplicarán, las naciones perderán la paz, así como la están perdiendo muchas naciones de Medio Oriente. Aún la sangre sigue corriendo por los países de Medio Oriente.
La Madre de los Mil Velos está caminando por allí, silenciosamente, para rescatar a los que sufren, especialmente a los que mueren injustamente, día a día, sin poder encontrar la paz, el alivio ni la reconciliación.
Ustedes, queridos hijos, y los grupos de oración son parte de una obra planetaria. Ya no son solo una comunidad o almas que viven el bien, son parte de un Plan Divino que espera diseñarse en sus corazones, para que llegue a más consciencias que tanto lo necesitan y lo esperan desde hace décadas.
Después de Fátima, en el año 1917, vengo a dar continuidad a la obra en Sudamérica, para que las almas encuentren el camino a la Nueva Humanidad.
Amados hijos, junto a los Ángeles de la Justicia Divina que sustentan la balanza del desequilibrio, a través de Mi Amor maternal que todo lo puede, Yo les dejo esta reflexión y este Mensaje con la aspiración de que hoy salgan de aquí, meditando profundamente Mis Palabras y orando para que todo se realice, así como lo he implorado al Padre Celestial.
Quiero que recuerden este Mensaje y que lo vean cuantas veces sea necesario, porque en él he dejado ejemplos de lo que hoy realiza Mi Consciencia Celestial junto con Mi amado Hijo Jesús y Mi esposo San José.
Mañana los esperaré más preparados y decididos a dar ese paso en la evolución interior de todas sus consciencias, para que así se establezcan los mil años de paz.
Ahora Me elevo al Cielo, haciendo resonar Mis Palabras en sus corazones, para que sus mentes no piensen, sino que sus corazones se abran para acoger Mi Súplica.
Uniendo Mis Manos en oración, tomando el Santo Rosario que une los continentes y las naciones, y hoy une este Centro Mariano con el Centro Mariano de Fátima, les pido, queridos hijos, que tengan piedad por aquellos que sufren en estos tiempos.
Entonarán ahora una canción que los contactará con su pureza esencial. Que esta canción también esté en los hijos Míos que recibirán este Mensaje para difundirlo en el mundo. Hablo del cántico “Pureza, Alma de Lys”.
Les agradezco y los bendigo bajo la Luz crística de Mi Hijo y de todos los ángeles.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vayan en Paz.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más