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Mi Corazón está llagado por esta humanidad.
¿Quién tendrá el coraje de curarme internamente en este día?
Ofrezcan a Dios vuestra reparación para que el Gran Consolador venga a vuestro auxilio.
Fray Elías toma el cuaderno y comienza a escribir el primer Mensaje mensual.
Al terminar, Cristo Jesús continúa transmitiendo sus palabras:
En esta noche, Yo traigo la oportunidad de vivir en Mi Misericordia.
En esta noche sagrada, invitaré a algunos hermanos a que eleven hacia Mi sagrado Altar la oferta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, en honor de todos aquellos que mueren y de todos los inocentes para que Mi infinita Misericordia pueda seguir derramándose sobre el mundo.
Mi Corazón está en ustedes cuando tan solo lo permiten. Hoy Mi Corazón necesita estar más adentro de ustedes. ¿Me lo permitirán? Vivan en Mi Misericordia.
Estoy aquí con ustedes, pero también con el mundo. Observo lo que sucede en vuestro alrededor y también en toda la humanidad.
Mientras me elevan la oferta de consagración de estos Bienes Celestiales, canten a Mi flagelado Corazón para poder aliviarlo.
“Un hombre llamado Jesús” será el cántico.
Después de consagrar, queridos compañeros, Me despediré de ustedes.
Cántico: Un hombre llamado Jesús.
Suben al palco los hermanos convocados para hacer la oferta de los elementos para la consagración.
Cada corazón sostiene, entre sus manos, la oferta para Mi Sagrado Corazón.
Quiero que sepan que, en este momento, Dios los escucha en nombre de esta humanidad. Que cada uno de ustedes, en Mi Nombre, realice una oferta al Creador por una causa necesaria de este planeta, para que la Divina Misericordia permee todos los espacios y a todas las consciencias. Silenciosamente, los escucho.
Recojo en Mi Corazón vuestras súplicas y recibo de vuestros corazones todo el amor que Me pueden expresar. Con todo el amor de este mundo, aquel que proviene de las almas buenas, Yo reconstruyo esta humanidad, transfigurando ese amor en la esencia de Mi amor misericordioso, y lo vuelvo a derramar sobre la humanidad, así como es en este momento.
Recemos.
Padre Nuestro (en arameo).
Recordando, en vuestros internos, el pasaje de Mi Última Cena, traigan a vuestras memorias el momento de la importante consagración que Yo realicé por esta humanidad, en honor al Padre Supremo y a todos los Padres Creadores que se unieron a ese principio de transubstanciar el pan en Mi Cuerpo sagrado, el vino en Mi Sangre preciosa.
Reverencien en este momento los Rayos que brotan de Mi Corazón.
Oración (se repite tres veces):
Agua, Sangre, Vida y Redención
que brotaron del bendito Corazón herido de Jesús,
ten Piedad, Misericordia y Compasión por todos nosotros.
Amén.
Y así, en conmemoración de Mi Presencia eterna en el mundo, como fue en aquel tiempo, entre todos Mis apóstoles del pasado, del presente y del futuro, Yo bendigo estos Sacramentos bajo la imposición poderosa, luminosa, redentora y misericordiosa del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Celebren con amor Mi Eucaristía.
Vayan en paz.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cántico:
Un hombre llamado Jesús.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
En verdad, ¡gracias, Señor!
Y a pesar de que el Mensaje de Cristo hoy fue muy fuerte, Él nos reveló Su Corazón flagelado nuevamente. Él no dejó de decirnos que nos amaba profundamente, así como cada uno de nosotros es. Él necesita de cada uno de nosotros, porque Él nos decía que cada uno de nosotros escuchamos Su Llamado, y Él necesita ese amor que cada uno de nosotros puede expresar por Cristo, porque será la única forma que Él tiene de poder derramar ese Amor nuevamente sobre la humanidad.
Él nos llamó, también en este día, a renovar nuestra confianza en Jesús. A no bajar los brazos a pesar de las cosas que están aconteciendo en el planeta. A fomentar nuestra esperanza y nuestra fe. Por eso, al final Él derramó Sus Rayos sobre nosotros y llamó a cada uno de esos hermanos que sustentaron esas bandejas, dentro del público, porque Él también reconoce en todos a Sus discípulos, no solamente en los que estamos consagrados, porque Él ve nuestra consagración internamente.
Él intentó, a través de esta consagración del Cuerpo y de la Sangre, que entre todos nos pudiéramos unificar en Cristo.
Él necesita que cada Sacramento, que cada oración que realicemos sea ofrecida a Él en reparación de las cosas que suceden en el mundo.
Él dice que es lo único que puede hacer en este momento, así evitará la Justicia del Padre, porque hoy Él nos mostró que el Padre tiene Su Corazón de Luz muy dolorido.
Pero si entre todos nos unimos y multiplicamos esa oferta de amor a Cristo, realizando cada cosa que hacemos en nuestro día por Cristo, Él prometió elevar a los inocentes al Cielo.
Para finalizar, se compartió el primer Mensaje mensual.
Vengo para repetirles el Mensaje que no fue escuchado en Ruanda.
¡Arrepiéntanse!, están a tiempo y en la hora de hacerlo, antes de que sea demasiado tarde. Ofrezcan al Eterno la oportunidad y el momento de vuestro sincero arrepentimiento.
Día y noche, desde lo alto de las montañas y sierras de África, escucho el pedido de auxilio y de alivio de los que les ha tocado ser mutilados. Ofrezcan al Eterno y Supremo vuestro arrepentimiento por todos aquellos que no buscan Mi insondable Misericordia y que en esta hora sangrienta solo buscan generar temor y dolor en el mundo.
Desde el último día en el que Yo estuve con ustedes, les prometí retornar en el momento de mayor tribulación. Hoy les digo, como le dije a toda Ruanda, ¡arrepiéntanse y no solo pidan perdón!, eso ya no bastará para la Ley de Dios, busquen comprender y saber en qué está fallando toda la humanidad.
Pero hoy no vengo para ser vuestro juez, sino vuestro amado intercesor que llora y ve la sangre correr como el agua entre las calles de este mundo. Solo existirá una solución para todo lo que sucede, que clamen todo el tiempo por Mi infinita Misericordia. Así, amigos Míos, serán merecedores, al igual que muchos, de recibir en este tiempo la última tabla de salvación y de piedad.
Mientras Mi Sagrado Corazón recoge el llanto de los inocentes y de todos los fieles cristianos, les pido que aparten de vuestras vidas toda normalidad y que, a partir de hoy, comiencen a penetrar cada vez más en el misterio de Mi Corazón flagelado por el mundo.
Los animo a caminar entre las tinieblas y a no tener miedo, miedo alguno a lo que vendrá, pues si Yo Soy vuestro Maestro, que camina delante de vuestras vidas, ¿por qué dejarán de confiar en Mí?
Acepten Mi última convocatoria. El universo ya está generando el resultado por todas las graves faltas que se cometen y que nuevamente ofenden grandiosamente a vuestro Dios.
Por eso, sean dichosos de escuchar Mi Llamado, él precisa ser eco en lo profundo de vuestros pequeños corazones.
Y les repito: ¡arrepiéntanse!
Es urgente e imprescindible que todos abran las puertas y los caminos para esa importante misión humanitaria y espiritual por la paz en esa región sufrida del mundo.
Hoy les dejo lo único que Yo les puedo legar y entregar, que es Mi Amor misericordioso, aquel que no está siendo bien aprovechado por Mis almas buenas.
Curen Mi Corazón, así Yo siempre podré consolarlos hasta los últimos días de vuestras vidas.
Bajo la suprema Misericordia de Dios, que los inocentes sean elevados al Cielo.
¡Gracias por volver a escuchar Mi Sagrado Llamado!
Cristo Jesús, el flagelado Corazón del Amor
Visiones sobre la Pasión de Nuestro Señor
Entonces, vi a Nuestro Señor sobre el Monte Calvario, viviendo la Crucifixión en la Cruz.
Esto sucedió durante la oración del Devocionario a la Cinco Sagradas Llagas de Jesús y después de la Coronilla a la Divina Misericordia a las tres de la tarde.
En ese momento, vi que le estiraban el Brazo derecho, de tal forma que generaron una luxación en Jesús.
Durante todo ese dolor que se expandió sobre el Monte Calvario, clavaron en Su Muñeca un gran clavo de hierro, que hirió el Brazo de lado a lado y lo hizo sangrar.
En ese momento apareció otro hombre que, colocándose cerca de Su Cabeza, mientras Jesús estaba siendo clavado en la Cruz a través de la Mano derecha, comenzó a presionar la Cabeza de Nuestro Señor sobre el madero de la Cruz, de tal forma que la Corona de Espinas se incrustaba en el cuero cabelludo y lo hacía sangrar mucho más.
Después recibió golpes en Su Cabeza, que eran dados con un garrote.
En una parte del Monte vi a la Virgen postrada en el suelo y colocándose las manos en Su cabeza en señal de imploración.
Más tarde, comencé a hacer la Señal de la Cruz por todo lo que veía y una nueva visión apareció.
Cuando orábamos la segunda Sagrada Llaga, vi que, en la Mano izquierda de Nuestro Señor, comenzaron a golpear Sus Dedos, al punto de hacer sangrar cada uno de ellos y, con una herramienta que tenían, arrancaban una a una Sus Uñas, dejando Sus Dedos en carne viva.
Esa sensación indescriptible fue irradiada por Nuestro Señor y, a pesar de todo ese padecimiento y dolor, en un momento vi que la Consciencia Mental de Jesús se colocó por encima de toda esa situación y, mientras el Maestro recibía esos martirios, Él suplicaba al Padre de la siguiente forma: “¡Eli, Eli, perdónalos!, ¡perdónalos!”.
En seguida, el Maestro me dijo: “Hijo, te muestro toda Mi Pasión para que escribas el libro de la Pasión de Jesús”.
Después el Señor nos transmitió:
Aún no te He dado a conocer los tiempos difíciles que llegarán, que serán desconocidos para todos. Por eso, te pido que defiendas Mi Congregación de ti mismo, de la misma forma que Yo esperaré que cada consagrado defienda Mi Obra de sí mismo, para así desviar nuevamente la tentación de Mi enemigo de crear instrumentos propios que flagelen Mi Corazón.
Que nadie se aparte de la prueba que Yo le He enviado para vivir. Los corderos deben escapar de las manos feroces de los lobos. Pero a muchos les hace falta aprender a reverenciar todo lo que recibieron por el poder de Mi Gloria.
Que nadie se olvide de lo que ha firmado Conmigo, aunque sé que aún muchos desistirán de seguir algo que no satisface al sentimiento humano.
Cuando algunos Me presentaron la carta de renuncia, solo recordé a Judas besándome la mejilla y entregándome en la noche oscura del Huerto Getsemaní. Las propias dificultades de las almas nacen como consecuencia de la resistencia y el control.
Lo que Yo tengo para cada discípulo, aún no lo He revelado ni entregado.
Hoy, Me presento para anunciar Mi última partida en este juego infinito de la salvación de las almas y de la redención de los males, ante los horrores que hacen llorar constantemente a Mis Ojos.
El corazón que no ama sus defectos e imperfecciones es un corazón que se cierra a la verdad; de la misma forma cuando el sol es ocultado por las nubes, todo se vuelve penumbras, por el simple hecho de no dejar de controlarse a sí mismo.
Yo les He dado las mayores perlas de Mi collar de Luz, pero pocos Me han agradado y menos han hecho lucir la Misericordia que Yo les derramé. Salir al mundo significa condenarse, dividirse al igual que dos ríos, los que terminarán en la garganta del gran abismo. Estoy siendo fiel ante los que Me respondieron.
Si en verdad amaran Mi Sacrificio y Mi Pasión, no Me quitarían el tiempo de abocarme a las grandes Obras planetarias. Para trabajar su vacío de sí y su humillación ante Mi Sagrado Corazón, les pido humildemente que vuelvan a repasar Mi Pasión durante esta noche y que todas las almas oigan Mis últimas Palabras que son para la humanidad.
Pues, Yo retornaré de una forma que muy pocos han percibido. Les di primero Mi Corazón para que lo vivieran y lo amaran, después les entregué la Voz de la Fuente Misericordiosa a través de Mis Palabras y por último los llamé a la consagración interior; y ahora algunos Me quieren abandonar y dejarme clavado en esta cruz de la maldad y de la indiferencia del mundo.
A los que persisten, que sigan adelante por aquellos que Me dan las espaldas y dejan de vivir en Mi Corazón Misericordioso.
A los que están dementes, que no se desesperen, mas que confíen en el Espíritu de Mi Infinita Compasión, y a los que se sienten cansados, que recuerden el momento de la Última Cena y el sacrificio mayor que Yo tuve que realizar para que el mundo y su sagrado proyecto no se perdiera.
Sé que Mis Palabras no serán suficientes, pero en verdad, les digo que tengan la suficiente memoria y un corazón más grande para no perder, por sus necedades, el manantial de Mis Gracias. Esta Orden deberá cumplir Mi Propósito, aunque lleguen a la cima del Monte de la Cruz solamente tres.
Miren con ojos de misericordia Mi humilde declaración. Ya no pueden ser ingenuos y egoístas, el Plan de Mi Padre los necesita para que, entre las tribulaciones, aprendan a retirar las raíces del mal durante la noche de mayor oscuridad.
Será en ese momento que Yo mismo veré con Mis propios Ojos Misericordiosos a aquellos que, habiendo pasado por la renuncia, la humillación y el sacrificio, glorificarán Mi Nombre Santo y lo harán carne en su propia carne. En ese instante, Yo seré Su Intercesor y los libraré a través del poder de Mi Gloria.
Alivien el peso que llevan Mis Manos, la cruz está cada vez más pesada y el mundo también.
¿Quién se arriesgará a defender Mi Voluntad y no la suya?
¿Quién será digno de alabar Mi Nombre y de cumplir Mis Promesas entregando su vida por los demás?
¿Quién esperará pacientemente el Retorno de su Maestro, aun cuando todo esté a punto de acabar?
Dichosos los que Me buscan a pesar de sus propias adversidades, porque les prometo a ellos que no seré el verdugo ni el juez, sino que seré la Puerta que los llevará después de esta vida al Reino Celestial.
Bajo la Piedad del Creador, sean consecuentes con Mis Preceptos.
Vuestro Rey, Cristo Jesús, el Dolorido Corazón
Mi primo Juan los bautizó con agua, pero Yo los bautizo con el Espíritu de Dios.
Dichosos aquellos que se congregan para recordar Mi pasaje por la Tierra.
Hoy vengo en la santa compañía de Isabel, de Juan y de vuestra Madre María, congregados por el Amor de Dios, participantes de este encuentro infinito entre las almas y el Cielo, entre los corazones y Dios.
Dichosos aquellos que se animaron a ser bautizados, como aquellos que pidieron lavar sus pies para borrar el pasado y el dolor de sus vidas.
De esa forma, Mis compañeros, no vengo a instituir una nueva Iglesia, sino a renovar los Sacramentos de una forma simple y pura, así como Yo les enseñé a los apóstoles en el pasado.
Los Sacramentos servirán de salvación para las almas, pero también la oración servirá para vuestra conversión.
Ante Mi Corazón Eucarístico, contemplen Mi Faz gloriosa, misericordiosa y redentora, la cual traigo desde el universo para todos.
Isabel los acompaña en el espíritu del Amor. Juan los acompaña en la consagración de vuestros corazones. Mi Madre los congrega para que se unan a Mí, porque en este lugar, Mi Madre Santísima instituyó la Adoración, un compromiso que es parte de todos para que esta humanidad y esta ciudad puedan ser liberadas por Mi Misericordia y no por Mi Justicia.
Mientras ustedes hoy son conscientes, gran parte de la humanidad duerme en la ilusión porque muchos pierden la fe por no encontrarme en los antiguos sacerdotes. Pero Yo estoy presente en los Sacramentos, que son la Fuente de Vida y de renovación para todos.
En cada Sacramento encuentran una llave para acceder a Mi Corazón, porque Mis Rayos permean cada uno de los Sacramentos. Yo les proporciono la renovación y la cura, la trasmutación y la liberación de vuestras vidas.
Por eso, cada vez que pidan un nuevo Sacramento, mediten por un solo instante en lo que recibirán, porque es algo sagrado y bendito que Yo les ofrezco a los Míos.
Por eso, celebren y alégrense cuando cada nuevo hermano sea bautizado y bendecido por los Sacramentos de Dios, porque él lo estará recibiendo en nombre de toda la humanidad.
Vuestros corazones y esencias son únicas ante los Ojos de Dios.
Mis compañeros, en el Cielo y en el universo no existe la separación entre las almas. Yo los vengo a unir en este tiempo. Vengo a unirlos a través del Amor y de la Verdad, porque el enemigo se ha encargado, en estos momentos, de apartar de Mis caminos a los buenos corazones que deben alcanzar la redención.
Hoy piensen en Santa Isabel y en San Juan, el Bautista, dos grandes Misioneros del Universo Celestial, guardianes de los santos Sacramentos de Dios desde el momento de Mi Ascensión a los Cielos.
Por eso, compañeros Míos, que vuestra sed por buscarme nunca se acabe. No solamente estoy presente en los Sacramentos, sino también en los corazones que buscan la unidad con Dios todo el tiempo. También estoy entre los pequeños, entre aquellos que claman por la redención y por la paz.
Este mundo debe liberarse, amigos Míos, y a través de vuestra consagración sincera eso sucederá.
También estoy presente en estos tiempos, en las pruebas que cada hijo Mío vive, porque a través del sufrimiento y de las pruebas Yo los vengo a fortalecer en el amor al sacrificio, a la entrega, a la liberación.
Les dejo en esta tarde de Misericordia Mis Gracias, en la Presencia Santísima de María, de Juan y de Santa Isabel, que han sido congregados en este universo, en este espacio y en este lugar, para que vuestros corazones resplandezcan en la fusión perfecta con el Espíritu de Dios.
Sigan orando todos los días. No se cansen de pedir por Misericordia. Recuerden que lo estarán haciendo por aquellos que no oran ni aman a Dios. Por eso, Yo los necesito en este tiempo, firmes y dispuestos.
Vendré a vuestro encuentro cuando ustedes Me lo permitan, porque vivo en cada uno de vuestros corazones. Debo tener un lugar en vuestras esencias para que el mal que los perturba se pueda liberar y así pueda reinar la Gracia de Dios en muchos corazones que la necesitan.
Hoy expongo ante vuestros corazones y espíritus Mi Santísimo Corazón Eucarístico, que es el verdadero Sol del Universo Celestial, el verdadero motivo de vuestras vidas y caminos.
Por eso, hoy los reúno bajo el espíritu de la renovación y de la fe, para que prevalezca en vuestras consciencias la esperanza de proseguir y no se pierda, en ustedes, Mi Misericordia.
He dejado una semilla en este lugar que deberá sembrarse cuidadosamente, porque de ella nacerán nuevos frutos y nuevos corazones se aproximarán, en búsqueda constante de la redención y de la liberación.
Agradezco por vuestro esfuerzo de adorarme todos los días. Este es el mayor sacrificio que Yo adoro, cuando las almas Me contemplan con sinceridad y penetran en la Esencia de Mi Corazón luminoso, a través del Santísimo que expongo al mundo y a la humanidad en todos los sagrarios de la Tierra. Recuerden Mi Presencia en los sagrarios. Recuerden Mi Presencia en vuestros sagrarios internos. Allí, Yo siempre estoy presente, cuando Me llamen, les responderé.
Abro Mis Brazos y extiendo Mis Manos sobre ustedes.
Coloquen vuestras palmas de las manos hacia arriba para que Yo los pueda bendecir y, en este magnetismo divino y espiritual, sus esencias se puedan unir a Mi Corazón.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Él dice que está orando por nosotros, que solo escuchemos.
Poderoso Señor del Universo
que congregas a todas las almas,
que das la vida y la eternidad,
Te pido, Padre amado,
que cuides estos discípulos Míos,
para que siendo caminantes y servidores,
siempre encuentren el camino de retorno,
retorno a Tu Casa Celestial,
a Tu infinita Morada de Vida,
principio de Amor y de Unidad.
Contemplen a Jesús Glorificado, Él está presente en los corazones simples. Pues aún espero que todos los seres conozcan Mi nueva Faz, para que todos Me tengan presente en sus hogares y siempre recuerden que soy el Pastor de las almas.
Desearía estar más tiempo con ustedes, pero debo ayudar al mundo entero y a la humanidad que está caída en los abismos infernales de este mundo.
Pero a través de vuestra oración misericordiosa en estos días, vuestro esmero y vuestro amor por Mí, muchas almas han sido elevadas al Cielo y muchas penetraron en el océano de Mi infinita Misericordia.
Graben en vuestras consciencias y corazones Mi Sacratísimo Corazón Eucarístico, el Sol de vuestra salvación.
Silenciosamente, realicen una petición a Mi Corazón, un pedido o una súplica que Yo elevaré al Cielo hasta los Pies del Padre Celestial.
Les agradezco por compartir Conmigo este tiempo de Adoración.
Mientras Me elevo, escucharé vuestros cantos. Cuando ellos son verdaderos y amorosos, alivian el Corazón de Dios y las faltas graves se disuelven, la Misericordia se instala y los corazones pobres resucitan.
Queridos compañeros, después de haber sido bendecidos por el Agua de Vida, reciban en reparación y perdón a Mi Cuerpo Glorificado, a través de la Comunión con Mi Sangre y con Mi Cuerpo.
Recuerden que Yo siempre los esperaré. Mi océano de Misericordia está disponible para todos. Solo busquen a Dios y a Su Amor. Así alegrarán a Mi Corazón.
Vayan en paz y agradezcan al Padre Eterno.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Mientras observo al mundo enfermo y herido, Mi Corazón se complace en encontrar almas que responden a Mi Llamado. Esa es la fuerza que Me dan todas las almas para que Yo, cada día que pasa, pueda retornar a este mundo con más fuerza y poder, con la esperanza de que él alcance la liberación final.
Hoy los reúno a todos dentro de Mi Corazón Sagrado y a través del Mensaje, que Yo he transmitido a todos, comprenderán Mi gran petición para este momento, la cual los invito a responder nuevamente, así como lo han hecho a lo largo de los tiempos.
Por eso, hoy dejo para ustedes la Comunión consagrada, para que en todos los días de sus vidas recuerden que Yo estoy presente en vuestros corazones, que Yo Soy la gran Luz del Universo que ilumina el camino de todas las almas.
A través de este Mensaje que hoy les relataré, Me aliviarán el Corazón. Cuando escuchen, Mis compañeros, todo lo entenderán.
Hoy les agradezco por estar Conmigo y por ser renovados en la fe y en el amor.
Hoy Me recojo en vuestras oraciones y escucho en silencio vuestras peticiones.
Mañana, Mis compañeros, que aumente la fuerza de vuestra oración, porque muchas almas del mundo son ayudadas, principalmente aquellas que niegan a Dios y a Su Plan de Amor.
Les agradezco a todos ustedes por liberarme de las amarras de este mundo y de las flagelaciones que las almas injustas Me cometen.
Vivan en Mi Corazón y por Mi Corazón. Yo siempre así les agradeceré.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Y a pedido de Nuestro Señor, vamos a leer el Mensaje.
Este es un rosario que Él nos transmitió hoy, el cual, a pedido de Nuestro Señor, vamos a rezar juntos, en este momento, el Rosario de las Lágrimas derramadas por Jesús.
Las promesas, que Él nos hizo, son las siguientes:
A quien rece en devoción y gratitud bajo el espíritu de la santa fe, Yo le prometo:
Por eso, para aliviar Mi Corazón dolorido e impedir que más lágrimas sigan derramándose sobre Mi Rostro, les entrego este Rosario de las Lágrimas, las que son derramadas por Mí al ver las causas y las acciones injustas de las almas. A través de vuestra devoción secarán Mis lágrimas y alegrarán Mi ultrajado Corazón.
Misericordioso será aquel que Me busque y Me contemple a través del Rosario de las Lágrimas de Jesús, le prometo ayudarlo a cumplir lo posible en todo lo imposible y a liberarlo de todo mal y de toda persecución.
Vamos a comenzar con el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Para honrar a Mi Sagrado Corazón, ustedes rezarán:
Cuenta de unión
Por todas las lágrimas derramadas en la Crucifixión de Jesús,
Shekinah, haznos dignos de servir a Tu Hijo.
Amén.
Primera decena
Por las lágrimas que hoy derrama Jesús por la ingratitud,
Shekinah, libera al mundo entero.
Segunda decena
Por las lágrimas que derrama Jesús por la persecución y la muerte,
Shekinah, restablece Tu Misericordia en el mundo.
Tercera decena
Por las lágrimas que derrama Jesús por los no nacidos,
El-Shaddai, alivia la gran deuda de este mundo.
Cuarta decena
Por las lágrimas que derrama Jesús por la perdición,
El-Shaddai, unifica ahora y siempre todos los corazones.
Quinta decena
Por las lágrimas que derrama Jesús por la negación,
Iod He Vaud He, cura profundamente todas las almas.
En la décima cuenta de cada decena, repetirán: Amén.
Rosario de las Lágrimas derramadas por Jesús
Quien rece en devoción y gratitud bajo el espíritu de la Santa Fe, Yo le prometo:
- La liberación del alma
- La sanación espiritual
- La concreción del acto redentor, lo que significa la liberación de las faltas graves
- El perdón en cada etapa de la vida
- La unificación de la familia
- La reconciliación con Adonai
- La restauración de las almas perdidas y de las almas presas en el fuego terrestre de este mundo
- La fusión espiritual y superior con el Espíritu Santo
- El reconocimiento de la misión espiritual para cada ser
- La libertad interior
- El fortalecimiento de la Fe interior
- El camino de la ascensión por medio de la oración del corazón
- La Gracia de amar cada día más la Creación y el Universo
- La oportunidad de exorcizar la vida material, para que ingrese la Ley Espiritual
- La oportunidad de vivir en Mi Divina Misericordia durante el tiempo de la Justicia Divina.
Por eso para aliviar Mi Corazón Doloroso e impedir que más lágrimas sigan derramándose sobre Mi rostro, les entrego este rosario de las lágrimas, las que son derramadas por Mí al ver las causas y las acciones injustas de las almas. A través de vuestra devoción secarán Mis lágrimas y alegrarán Mi ultrajado Corazón Misericordioso. Aquel que Me busque y Me contemple a través del Rosario de las Lágrimas de Jesús, le prometo ayudarlo a cumplir lo posible en lo imposible y a liberarlo de todo mal y de toda persecución.
Para honrar Mi Sagrado Corazón, ustedes rezarán en la cuenta de unión:
Por todas las lágrimas derramadas en la Crucifixión de Jesús,
Shekinah, haznos dignos de servir a Tu Hijo.
Amén
Primera decena:
Por las lágrimas que hoy derrama Jesús por la ingratitud,
Shekinah, libera al mundo entero.
Segunda decena:
Por las lágrimas que derrama Jesús por la persecución y la muerte,
Shekinah, restablece Tu Misericordia en el mundo.
Tercera decena:
Por las lágrimas que derrama Jesús por los no nacidos,
El-Shaddai, alivia la gran deuda de este mundo.
Cuarta decena:
Por las lágrimas que derrama Jesús por la perdición,
El-Shaddai, unifica ahora y siempre todos los corazones.
Quinta decena:
Por las lágrimas que derrama Jesús por la negación,
Iod He Vaud He, cura profundamente todas las almas.
Mi canal purísimo de Misericordia se ha abierto en este lugar para que todas las almas sedientas vengan aquí y beban de Mi sagrada Fuente de Gracias.
Llego a este lugar por medio de Mi Gloria y no de Mi Justicia y aunque muchas almas blasfeman el Nombre de Dios, Mi divina e insondable Misericordia se derrama sobre las almas perdidas de esta ciudad, con la esperanza de que algún día alcancen la redención.
Hoy nuevamente Mi Espíritu sacerdotal y misericordioso los reúne, para que cada uno de Mis orantes se vuelva a confirmar en la consagración a Mi Sagrado Corazón.
En Gracia y Piedad desciendo al mundo junto a las huestes del Arcángel Miguel, para retirar a los espíritus que perturban a las almas de Dios; de esa forma, Mi Poder soberano los libera, los transmuta y les quita las amarras que no les permiten caminar en confianza hacia Mi Corazón Sacratísimo.
Pero a través de la constancia de los adoradores a Mi Cuerpo Eucarístico, ustedes Mis amigos, recibieron la Gracia de Mi santa Presencia interior y espiritual. Así, Yo los congrego una y otra vez en torno a Mi Mesa para que siempre recuerden que los estaré esperando, para que todos los días de vuestras vidas comulguen de Mi Cuerpo y de Mi Sangre.
La humanidad entera enfrenta en este siglo XXI el primer tiempo de la Justicia Divina; pero todos los días a las tres de la tarde, cuando el reloj marca el momento de Mi Muerte en la Cruz, Yo derramo desde la Fuente del universo la salvación y la redención.
Ahora que ustedes ya fueron formados como soldados de la oración; espero en el silencio que caminen entre las tinieblas y que no teman enfrentar al viejo ser, al que le ha llegado la hora de morir para que nazca la Luz del Creador en cada uno de ustedes.
Mientras millones de almas vivientes en los cuatro puntos de la Tierra están enfrentando la transición planetaria, en la Humildad de Dios y en nombre del amor, Yo Me inclino ante los Míos, para que asciendan al Padre Eterno a través de la escalera al Cielo que hoy muestro internamente para todos.
Deseo que amen cada día más porque, en verdad les digo, será el amor del corazón que vencerá todo mal y resucitará a los muertos, así como una vez Yo resucité a muchos en el pasado. Por esta razón y por un propósito infinito, desciendo en Luz a este lugar y a esta ciudad para que a tiempo las almas reconozcan Mi Llamado de vivir la redención, la penitencia y la reconciliación por medio de la Comunión Ecuménica.
Mientras espero que las almas despierten, vengo en este día glorioso a fortalecer los votos que muchos hicieron a Mi Sagrado Corazón, que hoy se muestra al mundo traspasado por la corona de espinas que las almas injustas Me colocan diariamente.
Pero hoy les digo, que la fuerza de vuestro amor es lo que ha permitido que Yo esté entre ustedes y con todos los corazones sufrientes del mundo.
El mundo se apaga sin poder ver la luz y cada acto que Me ofrezcan en los tiempos que llegarán, permitirá que un alma sea rescatada por Mi Amor.
Que esta Maratón represente la confirmación de vuestros espíritus en la misión planetaria, la cual se manifestará a través de la unidad entre vuestros pequeños corazones.
Bajo la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, sean bienaventurados y valientes.
¡Gracias, amigos Míos, por retirar las espinas ingratas de Mi doloroso Corazón!
Cristo Jesús, vuestro Rey
Fray Elías del Sagrado Corazón:
Cristo, para llegar aquí hoy, tuvo que hacer un gran movimiento espiritual, que iba acompañado por el cántico que estábamos haciendo.
Él dijo que hoy venía acompañado por las huestes del Arcángel Miguel, y se manifestó como un Sacerdote.
Después, Él se mostró como el Sagrado Corazón traspasado por las espinas ingratas del mundo. Y, a través de esa presencia, Él se mostró todo el tiempo y nos dio un ejemplo muy concreto a cada uno de nosotros, de cómo está la realidad planetaria, en este caso, aquí, en San Pablo. Pero cuando mostraba esa situación de las almas de San Pablo, en referencia a la ingratitud, Él fue mostrando también varias cosas que pasaban en el mundo.
En el momento que el Maestro apareció, Él extendió Sus brazos y abrió Sus Manos hacia nosotros, como Sacerdote. Y debajo de Sus pies se dibujó el mundo entero. Él mostraba varios puntitos que revelaban varias situaciones en el planeta.
En ese momento, Cristo comenzó a dar Su Mensaje y Él llamó a cada uno de nosotros a estar en una profunda serenidad, porque será la forma de que podremos enfrentar el fin de los tiempos.
Por primera vez después de tanto tiempo, en los mensajes que son transmitidos por Cristo para cada Maratón, Él se extiende en Su diálogo a través de este Mensaje. En un momento, pensamos que Él no iba a parar de hablar, y por lo que vimos aquí Él escribió varias hojas, porque sabe que es necesario para cada uno de nosotros que podamos entender qué es lo que está sintiendo Su Sagrado Corazón en este momento, en relación a lo que sucede en este mundo, en este siglo XXI.
Asociación María
Fundada en diciembre de 2012, a pedido de la Virgen María, Asociación María, Madre de la Divina Concepción es una asociación religiosa, sin vínculos con ninguna religión institucionalizada, de carácter filosófico-espiritual, ecuménico, humanitario, benéfico, cultural, que ampara a todas las actividades indicadas a través de la instrucción transmitida por Cristo Jesús, la Virgen María y San José. Leer más